Regresando del Cusco (1)

Plaza del Cusco

Acabo de regresar del Cusco a donde asistí al XIII Congreso Nacional y III Internacional de Psicología. Participé de una mesa institucional organizada por la PUCP sobre Psicología y Derechos Humanos. La mesa, además de por mi, estuvo integrada por César Pezo, Lupe Jara y María Raguz.

El congreso me deja impresiones diversas: algunas presentaciones fueron buenas y otras no tanto, como pasa siempre. Interesante que haya sido en la Universidad Andina del Cusco; Cusco es una ciudad tan bonita que con congreso o sin él siempre se disfruta. Ví muchos estudiantes asistiendo y eso es siempre alentador y positivo.

Sobre la mesa en la que participé, creo que el tema de los Derechos Humanos es particularmente complejo y puede ser arduo de procesar, lo que puede explicar el que las pocas preguntas del público fueran a veces ingenuas o estuvieran en algunos casos marcadas por prejuicios y desinformación. De hecho, el tema que más llamó la atención fué el de María Ragúz (derechos sexuales): la sexualidad siempre moviliza a las personas y desata pasiones. Fué nuestra percepción (digo nuestra porque la conversamos luego en la mesa) que muchas veces las personas necesitan aproximarse al tema de los Derechos Humanos desde una temática específica, pues resulta mucho más difícil construir una estructura de pensamiento general (que implica un avanzado desarrollo moral, una postura ética sólidamente construida, etc.) que de sentido a los diversos temas. Percibí algunos prejuicios y mitos en relación a la sexualidad en las personas que preguntaban, los que de hecho van a jugar en contra de cualquier intervención que pretenda tener una aproximación abierta a la sexualidad y reconocer los derechos sexuales de las personas.

Y sobre la bellísima ciudad del Cusco y sus alrededores: Ya mi compadre Martín Tanaka hizo algunos comentarios en su blog cuando visitó el Cusco una semana antes que yo, que pueden leerse aquí y que yo comparto totalmente. Yo no llegué a Machu Picchu esta vez pero recorrí otros lugares (Pisac por ejemplo), y me he quedado indignada y horrorizada (literalmente) de la manera en que permitimos que se maltrate nuestro patrimonio. Los miles de turistas que visitan estos lugares cada día, peruanos y extranjeros, no hacen sino pisar las piedras de las ruinas, apoyar los pies en las paredes mientras escuchan las explicaciones del guía, poner sus botellas de agua y sus casacas sobre las hornacinas de los templos (esto lo hacía el guía mismo), y un largo, larguísimo etcétera. Mi rabia (la que felizmente compartí con mis colegas psicólogas allí presentes y con algún otro ciudadano tan indignado como yo) me llevó a preguntarle al guía que nos acompañaba por qué se permitían esas conductas y la verdad es que la expresión de su rostro me indicó que la pregunta le sonaba a chino. Presionado, dijo luego que la gente pagaba por estar allí, que cuando se les dice que no toquen se molestan, que eso iba a cambiar poco a poco (en esto tenía razón!), qué el no podía ir contra las normas y como no hay norma que prohiba tocar él no podía decirles a los turistas que no toquen las ruinas (¿¿¿???), que eso debería ser una política del Instituto Nacional de Cultura y no de él… en fin, hasta se molestó un poco porque le reclamamos, y creo que no nos entendió cuando le dijimos que los cambios empiezan por uno mismo sin que tengamos que esperar la legislación pertinente, y que a la gente que pisa las cosas y se cree con derecho a hacerlo porque pagó algo hay que educarla. Lo peor del caso fué que por nuestros reclamos creyó que eramos extranjeras: en su percepción son los turistas extranjeros los que entienden que deben cuidar las ruinas y los peruanos quienes no lo hacen.

Y sigo: las ruinas estaban llenas de una materia verde (que está pegada a las piedras) producto de las condiciones naturales y la falta de mantenimiento; no sé si son líquenes, hongos o qué, y quisiera saber si es algo inocuo y puede dejarse allí, o si a la larga dañará las piedras y por lo tanto debe removerse. La señalización en Pisac es muy mala, se deja entrar a la gente a casi todas partes, no hay flechas indicando la ruta a seguir (lo que hacía que varias personas “cortaran camino” pisando los muros), no hay sogas que rodeen los muros y los preserven del contacto con las personas, ni cartelito alguno que recomiende respetar las ruinas y no maltratarlas. Hablamos incluso con el arqueólogo de sitio, que resultó siendo antropólogo y no arquéologo, pero el pobre sólo nos dijo que el sitio era muy grande para él y los recursos humanos con los que contaba. No vi por ningún lado una oficina o centro de investigación de sitio (quizá la hay, digo sólo que no la ví). En fin…

Pisac

Y remato la historia contando que el bus en el que viajábamos, que se veía bastante nuevo y era cómodo, también era de los más contaminantes que he visto. Yo estaba justo al lado de una ventana ubicada encima del tubo de escape, por lo que pude ver de primera mano la cantidad de humo negro sucio y contaminante que enmanaba del bus en pleno valle sagrado…. una vergüenza. Se lo dije al chófer (incluso medio en broma le dije que debería darle a su bus una cambiadita de aceite…), pero él sólo se hizo el sorprendido. ¿Porqué no se hace un proyecto para convertir esos buses en una alternativa más ecológica que use otro tipo de combustible? La verdad es que el contraste de ese humo negro y denso con la maravillosa naturaleza del Cusco hacía para mí este asunto mucho más chocante…. elaborar estándares (si no los hay) y transformar y/o cambiar esos buses sería una mejor idea que estarse gastando la plata en monumentos de cemento horripilantes (vi varios en el camino que mejor ni menciono….). Salvo esto, lindo el Cusco. Maravilloso.

Puntuación: 1.67 / Votos: 3

Comentarios

  1. Haydee Oblitas escribió:

    Totalmente de acuerdo contigo Susana. El dia anterior estuve admirando las caidas de agua en Tambomachay y vi con horror e indignación como turistas franceses pasaban, sin el menor respeto, por encima de las sogas que indicaban que estaba prohibido acercarse a las mismas. No solo eso, se atrevieron a recolectar agua en sus botellas vacias. En mi frances elemental, les indique que no podian hacer eso, que estaba prohibido y que respetaran el lugar; ellos respondieron con una sonrisa displicente y se fueron. A continuacion, vi hacer lo mismo a dos jovenes peruanos, quienes ante la llamada de atencion, respondieron que si otros lo hacian porque ellos no.
    Al salir del lugar, busque al arqueologo de sitio, quien con una pusilanimidad exasperante me dijo que iria a ver.
    Me pregunto cuando las autoridades tomaran cartas en el asunto; de seguir asi, nuestro patrimonio cultural sera irremediablemente destruido. No estoy en contra del turismo, pero pienso que este debe ser realizado con respeto y responsabilidad, tanto por extranjeros como por nacionales.

  2. Cesar escribió:

    Una buena noticia es que los buses que suben a MachuPicchu son del tipo ecologico, usan gas al parecer porque no expelen ningun humo y ellos lo anuncian en grandes letras en sus buses "Ecologico".
    Efectivamente, falta una delimitación en lo que el turista puede hacer o no en su visita a las diferentes ruinas cusqueñas.
    Me parece que la importancia de preservacion esta centrada en Machu Picchu mas no en los otros puntos turisticos del Cusco.
    Vi con gusto como se hacia mantenimiento muy temprano (6:00 am.) de los suelos que iban a ser pisados por los turistas a fin de que no se deterioren.
    Igualmente el respeto con que se transita en ese santuario.
    Esperemos que las cosas mejoren ya que el flujo de turistas ha de aumentar en los siguientes meses luego de su denomincación como una de las siete maravillas del mundo, aunque para mi siempre ha sido una maravilla, solo que nos estan descubriendo. En buena hora.
    Saludos.
    César.

  3. César escribió:

    Hola aqui de nuevo… la emoción fué tal que hice un clip inspirado en mi visita a Machu Picchu – Cusco :
    http://es.youtube.com/watch

    PD. El muñeco es una travesura de mi hija, pero comunica mucho.
    Saludos.
    César.

  4. Robert Ramos escribió:

    yo participe del congreso como estudiante y dejo mucho q decir(con algunos casos rescatables), desde la mala organización, hasta la certificación de papel higienico. Yo si fui a machu picchu, puedo decir q si me parecio agradable a la vista, pero que el trayecto desde aguas calientes hasta la ciudadela,es inigualable, sobre todo el regreso, ya que lo hice a la noche a oscuras. Por otra parte cusco es una maravilla en si,lejos de sus centros arquitectonicos, sus ciudades, su gente, hipnotiza, con decirle que aun sigo aqui y seguire, al menos hasta que empiecen mis clases en la universidad

  5. yeferson escribió:

    hermosa construcciom viva peruanos

  6. And escribió:

    Mucho criticamos a cerca de lo que se hace o no se hace con nuestro patrimonio, pero cuántos de nosotros decidimos actuar y cambiar de alguna u otra forma todo lo que está pasando. No sólo reprochándole al otro por lo que hace, sino al mismo tiempo enseñando con el ejemplo. Nos quejamos de estar dañando nuestro patrimonio pero cuando alguien toma la iniciativa de protestar o rechazar todas las acciones que son negativas para nuestro país, a veces somos indiferentes y dejamos que otros hagan lo que realmente no corresponde hacer. En lo que concierne a Machu Picchu, deberíamos actuar en conjunto para así frenar de alguna manera todo esto…

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