Agencia moral

Cuadro de Paulo - 4 años

La persona que limpia mi casa se llevó un collar hace cuatro semanas. Al parecer lo vió mientras limpiaba, le llamó mucho la atención, lo cogió y se lo llevó. Yo noté su ausencia mucho después, cuando quise ponérmelo, y luego de buscarlo durante más de media hora se me ocurrió que ella era la única que podía habérselo llevado. La llamé entonces por teléfono, la confronté directamente y aunque negaba todo al principio finalmente conseguí que confesara, y asustándola un poquito con la idea de un castigo, negocié con ella que me lo devolviera, y así lo hizo.

Más allá de la anécdota de mi collar (que me alegro de haber recuperado porque me encanta!!) me quedé pensando en lo que pasa por la cabeza de una persona -hasta ese día correcta y aparentemente confiable- cuando decide tomar (robar) algo que no le pertenece. Las razones pueden ser muchas. En este caso, ella me dijo que “sintió una curiosidad”, y a pesar de que sabía que estaba haciendo algo que no era correcto, lo hizo de todos modos, evidenciando no tanto problemas de juicio moral (que problamente los hay, aunque creo que no son los principales en este caso) sino más bien un sentido de self disminuído. Ella no trató de justificar el robo desde una perspectiva, digamos, del estadio 2 de Kohlberg, sino que la excusó usando lo que Gibbs llama “distorsiones cognitivas de autoservicio” (self-serving cognitive distortions), las que se vinculan también a lo que Bandura denomina “mecanismos cognitivos de desconexión moral”. Uno de los mecanismos más comunes es el culpar a la víctima por las injusticias que sufre, ya sea de manera abierta y explícita (como propone Bandura) o de forma mucho más sutil e indirecta, como plantea Gibbs, quien argumenta que muchas personas desarrollan un sesgo egocéntrico que interfiere con la capacidad de empatizar y tomar roles y las hace no sólo responder a sus deseos más inmediatos (en este caso, el deseo de tener el collar) sino también asumir que los demás pensarían y actuarían de igual modo. El razonamiento es más o menos así: “Si la víctima me da la oportunidad de robar algo, es su culpa haber dejado sus cosas a mi alcance. Cualquier persona en mi lugar se vería tentada”.

Claramente, este es un razonamiento preconvencional que avala la idea de que un robo puede estar justificado por un deseo muy fuerte. Pero más allá de esto, este razonamiento muestra también un sentido muy disminuido de agencia moral: la conducta de robo, para esta persona, parece estar por completo fuera de su control. Dejarle un collar al alcance y darle de este modo la oportunidad de robar es el problema; su conducta solo es una “consecuencia” o una respuesta a esa oportunidad. La responsabilidad está en el ambiente, no en ella, ya que es “humano y normal” robar algo que nos llama la atención si ese algo es dejado a nuestro alcance.

¿Qué se puede hacer, psicopedagogicamente, con personas que piensan de este modo? ¿Podemos ayudar a que crezcan y maduren, y a que ejerzan un poco más de control y de responsabilidad por las decisiones que toman?
La respuesta la dejo para otro post, ya que me tengo que ir a clases ahorita. Pero adelanto que el camino es difícil, y tiene que ver con la construcción del self moral y responsable, en la línea del trabajo pionero de Gus Blasi, que ya he comentado en entradas anteriores.

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Comentarios

  1. Anónimo escribió:

    Muy acertado el poner como comparación a un robo el poder moral de la persona.

    Personalmente puedo hablar de la experiencia del robo como un gusto de disfrutar de algo (UN DULCE por ejemplo, el collar en su ejemplo) "sin restricciones" que no se equilibra con alguna experiencia anterior que "ayude" a contrarrestar aquel impulso.

    Ahora, usted pregunta si se puede enseñar a no robar. Yo creo que, lo primero es enseñar otras opciones: por ejemplo que existe otras satisfacciones como el conseguir algo por el propio esfuerzo. AL final el individuo decide, según las opciones y ello es lo que lo puede llevar posterioremente a "corregir" sus actos.

  2. Daniel Alberto Takaezu Romero escribió:

    Buen ejemplo de una realidad actual y cotidiana. Sin embargo, como parte de respuesta de la pregunta final. Hay un Tema ahi… ¿se puede enseñar a no robar? Difícil pensar en una respuesta clara. Pero la pregunta que tendría una respuesta inmediata seria "¿Se puede enseñar A ROBAR?"

    Hay un Tema (con mayúsculas) acerca del contexto y de los factores influyentes coitidianos en la construcción del self. Familia, amigos, entorno social, educación; en fin! todos los "Sistemas" de Bronfenbrenner (como ejemplo). Es un Tema Psicopedagógico, pero también es un tema para la Psicología Social. El sujeto no construye su self aisladamente, sino dentro de estructuras (a veces desestructuradas) de socialización. No es un problema sin solución, pero ésta requiere involucrar a más actores.

  3. Jael Andía escribió:

    Me parece que lo que plantea el señor Túpac Yupanqui es un poco simple, pues no creo que baste el cambio de una "satisfacción por otra", que más parece dirigido a alguien que se seguirá manteniendo en los primeros estadíos de Kohlberg. La persona tendría que llegar a un nivel de razonamiento donde pueda entender que robar esta mal desde un punto de vista moral.
    Además me parece que Susana no menciona en ningún momento la frase "enseñar a no robar", pues pienso que como ella menciona, se trata más de la construcción de una identidad moral en donde intervienen factores tanto externos como internos.
    Esperaré la entrada sobre Self moral, pues todavía tengo ideas vagas sobre ese concepto que espero puedas aclarar Susana. Saludos.

  4. sfrisan Autor escribió:

    Gracias por los tres comentarios. En efecto, mi pregunta no es si se puede enseñar a no robar, sino qué habria que hacer (desde la educación por ejemplo) para que las personas se perciban a si mismas como más agénticas, es decir, con mayor control sobre sus ambientes y más responsables por las decisiones que toman y las cosas que hacen. Saludos!
    Susana

  5. Carlos del Carpio escribió:

    Ojala postees pronto al respecto Susana. El tema y el ejemplo esta muy interesante. Me guardo algunso comentarios para cuando salga el post. Saludos cordiales.

  6. LuchinG escribió:

    ¿Estás segura de que tu empleada nunca te vio llegar a casa con un libro, CD, DVD o software pirata?

  7. sfrisan Autor escribió:

    Veamos: libros piratas jamás he comprado, ni uno solo. Soy bibliófila y me gustan los libros bien impresos, bonitos, con sus letritas bien nítidas. Sin necesidad de un discurso ético, esta razón bien centrada en mis propios gustos me protege de comprar pirateria en este rubro. CD´s y sofware tampoco, lo primero porque no escucho mucha música y la que tengo fue herencia de mi padre (incluso vinilos!) o la compré en original cuando estudiaba en NY o durante algun viaje. Lo segundo, el software, porque soy bastante mala para esas cosas y no tengo mayor interés en aprender, asi que no compro absolutamente nada ya que en mi casa con las justas uso word y Power Point. El SPSS, programa estadístico que a veces uso, lo utilizo en la Universidad que tiene licencias originales (todo esto a pesar de que soy partidaria del software libre). DVD´s… yo no he comprado nunca uno solo, aunque en mi casa debo reconocer que si hay pues a Paulo le regalan a cada rato y no los boto y alli están en su cajoncito de películas. Pero más allá de estas anécdotas, la comparación que se intenta hacer entre lo que describo en el blog y estas circunstancias (la piratería) no se sostiene en absoluto. Trataré de explicar por qué no en algún otro momento.

    Quiero recalcar que este artículo no apunta a censurar la conducta de la señora que hace la limpieza como creo que queda claro para cualquiera que lo lea, sino más bien a preguntarse por los procesos psicológicos que subyacen a ciertos comportamientos. En este sentido es un artículo psicológico y no filosófico. Si yo soy compradora o no de pirateria no tiene mucho que ver con lo que digo, pues la pregunta por los procesos psicológicos que subyacen a ciertos comportamientos (el objeto de análisis podría ser incluso la compra de piratería) todavía es válida.

  8. LuchinG escribió:

    Justamente quería explicar cómo creo que se producen estas cosas. Sólo tienes DVDs pirata recibidos como regalo; bueno, entonces supongamos que sí tienes todo pirata, incluso un pin de Hello Kitty; y también supongamos que tu empleada antes de empezar a trabajar contigo pasó toda su vida en un monasterio localizado en otra dimensión. Ella llega a tu casa, ve todo el material pirateado; ve tus joyas, no las toca; luego va al cine, ve el spot publicitario en contra de la piratería en el que a un chico de clase media-alta, luego de comprar un montón de DVDs pirata le roban el auto y después sale el slogan "robar es robar"; luego se entera del montón de ocasiones en las que la gente roba: gobiernos, empresas, individuos comunes y corrientes; entonces se dice: "La señora le roba a la gente que no es de su ambiente, los ladrones callejeros le roban a gente que no es de su barrio, los gobernantes le roban a ciudadanos que no son de su familia; por lo tanto, la norma en esta sociedad no es exactamente ‘no robar’, sino "robar a los que no son de tu grupo’. Luego el collar desaparece. Y luego la señora la enfrenta, ella devuelve el collar, es despedida, y ella piensa "Qué tonta fui, la norma es ‘robar a los que no son de tu grupo, siempre que puedas salirte con la tuya.’"
    Estoy exagerándolo todo, pero creo que explico más o menos bien qué es lo que cre que pasa. Si una empleada fuera atrapada robando en mi casa, me sorprendería su falta de criterio, no su falta de moral.

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