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Por Tomás Ezerskii– Infobae.com
El 15 de abril de 2025, Nadine Heredia, ex primera dama del Perú y esposa del expresidente Ollanta Humala, solicitó asilo político en la Embajada de Brasil en Lima, después de que ella y su esposo fueran condenados a 15 años de prisión por cargos relacionados con el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, Heredia ingresó a la embajada antes de la lectura de la sentencia, y la solicitud fue presentada bajo los lineamientos de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, un acuerdo internacional que suscriben tanto Perú como Brasil.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú emitió un comunicado informando que la Embajada de Brasil en el país ha otorgado asilo diplomático a Nadine Heredia y su hijo, Samir Mallko Ollanta Humala Heredia, en virtud de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954. Se detalló que, en cumplimiento de la convención, el gobierno peruano ha facilitado las garantías necesarias para su traslado a Brasil, otorgándoles los correspondientes salvoconductos. Este proceso se da en el marco de los artículos V y XII de dicha convención internacional, que regulan la salida de asilados hacia otro territorio.
La noticia fue cubierta por la prensa brasileña, con diferentes enfoques sobre el contexto y las implicaciones del pedido de asilo. Cada medio subrayó distintos aspectos de la situación, desde la postura diplomática de Brasil hasta los detalles del caso de corrupción que vincula a la pareja con sobornos de Odebrecht.
O Globo: “A pedido de Lula, Perú concede salvoconducto para ex primera dama condenada por lavado de dinero”
O Globo fue el primer medio brasileño en reportar que el gobierno de Perú concedió un salvoconducto a Nadine Heredia. Según el portal, la decisión fue confirmada por su defensa, que indicó que Heredia y su esposo, el ex presidente Ollanta Humala, ambos condenados por recibir aportes ilegales de la constructora brasileña Odebrecht y del gobierno venezolano para financiar sus campañas electorales, ahora podrán salir de la embajada hacia Brasil. O Globo también sostuvo que esta medida fue solicitada por Heredia, quien, además, ha pedido asilo en Brasil, alegando razones de salud, dado que ya ha enfrentado un cáncer.
De acuerdo con O Globo, Nadine Heredia se refugió en la Embajada de Brasil en Lima después de que el Tribunal Superior Nacional del Perú leyera la sentencia condenatoria en su contra y la de su esposo, Ollanta Humala. La ex primera dama había sido acusada de recibir dinero ilegal de Odebrecht y de otros fondos provenientes del gobierno venezolano para financiar las campañas de Humala en 2006 y 2011. El medio brasileño destacó que la solicitud de asilo político fue presentada conforme a las disposiciones de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, y que tanto el gobierno peruano como el brasileño están en contacto para resolver la situación.
Folha de S. Paulo
En Folha de S. Paulo, se señaló que la solicitud de asilo de Nadine Heredia se presentó en un contexto complicado para el Perú y su lucha contra la corrupción, especialmente en lo que respecta al caso de Odebrecht. La ex primera dama ingresó a la Embajada de Brasil en Lima poco después de que la justicia peruana la condenara a 15 años de prisión junto a su esposo, Ollanta Humala, por cargos de lavado de dinero relacionados con contribuciones ilegales de Odebrecht y de la administración de Hugo Chávez para las campañas presidenciales de 2006 y 2011. La acusación sostenía que la pareja había recibido fondos ilícitos de Odebrecht para la campaña de 2011 y, de acuerdo con las investigaciones, también se los vincula con dinero proveniente del gobierno venezolano de Chávez para la campaña de 2006.
El medio brasileño informó que el presidente Lula da Silva está en proceso de evaluar el caso y se espera que en las próximas horas tome una decisión sobre si concede o no el asilo. Las fuentes de Folha aseguran que la tendencia es favorable a la solicitud, especialmente dada la conexión política entre Lula y Humala, quien, al igual que el presidente brasileño, pertenece a la corriente política de izquierda. La defensa de Humala ha sostenido que las acusaciones en su contra son parte de una persecución política, subrayando que las evidencias presentadas en su juicio no son suficientes para sustentar la condena.
Brasil de Fato
El medio brasileño Brasil de Fato detalló que Nadine Heredia ingresó a la Embajada de Brasil en Lima poco antes de que se leyera la sentencia condenatoria en su contra y de su esposo. Ambos fueron hallados culpables de lavado de dinero, ya que recibieron fondos ilegales de la empresa Odebrecht, en el marco de las campañas presidenciales de Humala en 2006 y 2011. El tribunal peruano consideró que el dinero provenía de sobornos otorgados por la empresa constructora brasileña para asegurar contratos gubernamentales. La sentencia condenatoria incluyó una pena de 15 años de prisión para ambos, pero, a pesar de estar presentes en el juicio, Humala fue arrestado, mientras que Heredia no asistió a la audiencia.
La Embajada de Brasil en Lima, que ya había recibido a Heredia en ese momento, indicó que su solicitud de asilo fue presentada conforme a la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954. Según este acuerdo, tanto Perú como Brasil se comprometen a otorgar protección diplomática a personas que enfrentan persecución política o violaciones de sus derechos fundamentales en su país de origen. El Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, por su parte, ha confirmado la entrada de Heredia a la embajada y el inicio de las gestiones para resolver su solicitud.

Jordi Bertomeu vincula a Trump y a Putin con el caso Sodalicio
Entrevista RAC1 – Jordi Bertomeu 14/04/2025
Jordi Bertomeu, investigador del Papa que ha destapado la secta católica: “Si Francisco hubiera muerto, habría sido un problema”
RAC1 [00:00:01] Hoy, una reunión histórica en un dicasterio del Vaticano, que vendría a ser una especie de ministerio, concretamente el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, sobre las diez y media de la mañana. ¿Quién ha conseguido encontrar todo esto? ¿Hilvanar esta información? ¿Investigar durante tanto tiempo? Es mosén Jordi Bertomeu, investigador del Papa en misiones especiales. Monseñor, buenos días, muchas gracias y enhorabuena.
Jordi Bertomeu [00:00:27] Hola, buenos días, buenos días a todos.
[00:00:31] Buenos días, buenos días, Jordi.
RAC1 [00:00:33] Ahora le pregunto por el caso del Sodalicio, pero antes quizá sorprende decir que usted es “investigador del Papa en misiones especiales”. ¿Qué quiere decir eso? ¿Es usted una especie de James Bond del Vaticano?
Jordi Bertomeu [00:00:49] Me río porque ese apodo… cuando salió no me hizo ninguna gracia, si quieren que les diga la verdad. Era muy periodístico y yo siempre he trabajado, como decimos, bajo el radar. Es decir, ¿cómo puedes hacer bien tu trabajo de investigador? Me refiero a esos casos que son más difíciles porque, en principio, las investigaciones se confían por el principio de subsidiariedad a los órganos primarios de las diócesis o las mismas congregaciones. Pero hay algunas que son mucho más delicadas y presentan más problemas. Entonces se requiere la intervención de la Santa Sede y, por tanto, de la Doctrina de la Fe, oficialmente. Yo era un funcionario del Vaticano y, a partir de 2018, el Santo Padre me confió la investigación junto con Monseñor Scicluna, arzobispo de Malta, de lo que había sido mi dicasterio. Se nos confió la investigación de lo que había ocurrido en Chile con los abusos denunciados alrededor de Karadima, un sacerdote de la parroquia El Bosque, en Santiago de Chile. A partir de ahí, el Papa fue confiándome más investigaciones: en Paraguay, Bolivia, México… Investigar aquello que otros no han podido.
RAC1 [00:02:04] ¿Cuándo saltan las alarmas en la Iglesia sobre las prácticas del Sodalicio?
Jordi Bertomeu [00:02:11] Desgraciadamente, tarde. Siempre hay que pedir perdón a las víctimas en nombre de la Iglesia porque hemos llegado tarde. De hecho, desde el año 2000, cuando José Enrique Escardó denunció en un programa de la televisión peruana que estaba sufriendo abusos físicos, psicológicos y espirituales en un grupo religioso llamado Sodalicio —todavía poco conocido en Perú—, ya tendríamos que haber encendido las alarmas. También es cierto que en aquellos años 80, 90 y principios de los 2000, la Iglesia tenía cierta desconfianza hacia las organizaciones vinculadas a la parroquia tradicional y los institutos religiosos en Europa. Ante la crisis por la secularización, aparecieron nuevos movimientos con mucho impulso misionero a los que se les dio carta blanca. Esa carta blanca hizo que algunos obispos, que son los responsables directos del pueblo que se les ha confiado, fuesen algo negligentes en la vigilancia de estos nuevos grupos. Y esos grupos fueron creciendo, a veces como un tumor. Ahora, cuarenta años después, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que tenemos que actuar, aunque lleguemos tarde.
RAC1 [00:03:39] Secta abusiva. Es la primera vez que el Vaticano desmantela un grupo con esta etiqueta.
Jordi Bertomeu [00:03:44] Pues sí, es una etiqueta que también es técnica. De hecho, las técnicas de control mental están muy estudiadas en el ámbito de la psicología social. Sabemos que hay grupos sectarios de todo tipo, incluso a nivel político, y evidentemente también a nivel religioso. Como decía antes: control del comportamiento, control de la información, control del pensamiento, control emocional (lo dice en inglés después). Es decir, la forma de control es muy sibilina, muy ambigua. La gente entra en un grupo de forma idealista, esperando respuestas a sus inquietudes más profundas. Y si se encuentran con personas sanas, perfecto. Pero si caen en manos de gente tóxica, es un desastre porque te manipulan. Aquí creo que el Vaticano, el de Francisco, quiero subrayarlo, está actuando bien. Él es un hombre que busca la verdad, cueste lo que cueste. Y sí, tenemos conceptos que provienen de la psicología o la psiquiatría, que son útiles y válidos para describir esta realidad y poder combatirla y poner orden. Bienvenidas sean esas aportaciones.
RAC1 [00:05:22] Claro, ahora Sergi explicaba algunos casos escalofriantes. Entiendo, Monseñor, que usted los debe tener documentados, ¿verdad?
Jordi Bertomeu [00:05:32] El caso del Sodalicio ha sido un trabajo de años. Es cierto que nos metimos de lleno a partir de noviembre de 2023, cuando empecé a ir con frecuencia a Perú a recopilar datos. Algunas cosas eran solo indicios, pero después se convirtieron en elementos que podían incluso ser pruebas. Entonces nos planteamos qué hacer, qué tipo de acción tomar. Porque también tenemos un derecho canónico muy limitado. Y en el derecho civil, en estos casos… Si me permiten: ¿quién querría denunciar? Es decir, los miembros que han sufrido este tipo de abusos psicológicos o de conciencia lo tienen muy difícil para ver sus derechos protegidos en el ámbito civil. Tenemos legislaciones que son un poco deficientes, también en lo canónico. Como canonista, debo decir que la gestión que tenemos en este aspecto es bastante primitiva. De hecho, algunos de esos comportamientos ni siquiera eran delitos canónicos. Pero tuve que pensar en una especie de derecho disciplinario para poder decirle a las víctimas: “sois víctimas”. Porque si no les dices que lo son, las estás revictimizando. Fue un proceso largo: primero recopilar datos, luego pensar qué tipo de acción tomar e ir avanzando, como decimos.
RAC1 [00:07:11] Claro, hay cosas que son incomprensibles. Ya es incomprensible que se haga algo en nombre de Dios. Pero ¿a quién se le ocurre, por ejemplo, tirar comida al váter y luego comérsela, beberse un vaso entero de aceite o dormir durante semanas en una escalera? Eso es tortura directamente, y encima en nombre de Dios. No lo entiendo.
Jordi Bertomeu [00:07:43] Absolutamente. Este es un problema que tenemos: en general, la sociedad tiene muchas dificultades para vivir en auténtica libertad, libertad interior, ser libres de influencias coercitivas, tóxicas, externas. Llega un momento en que uno puede pensar, dentro de la Iglesia, que “quien obedece no se equivoca”. Y eso nunca ha sido así. La obediencia auténtica en la Iglesia, la que nos han enseñado las grandes órdenes religiosas —con años de errores y aciertos, errores y aceritos— es: escuchar de pie, escuchar como adulto. No es posible la obediencia sin un diálogo entre adultos. Yo te escucho con tus razones, tú me escuchas con las mías y, en conciencia, te puedo obedecer porque reconozco en ti la voz de Dios, pero porque la hemos contrastado mutuamente. Algunos han entendido la obediencia como una obediencia ciega a un líder. Si ese líder, además, es una persona sin escrúpulos, puede convertirse fácilmente en un abusador, usar el poder de forma tóxica. Nosotros hemos ido repitiendo que el Todopoderoso se encarnó, se hizo hombre, es Jesucristo, y nos enseñó que el poder es servicio, ponerse al servicio del otro, y si hace falta, dar la vida por el otro. Pero algunos interpretan el poder como “yo me impongo sobre ti, y si hace falta, tú darás la vida por mí”. Ahí empiezan estas relaciones tóxicas que hay que sacar a la luz, desenmascarar. Porque no es solo un problema de la Iglesia. Esta invasión de las conciencias ocurre en todos lados. Y por eso la Iglesia, que tiene vocación y se siente madre y maestra en humanidad, debe ser la primera en hacer los deberes. A mí me avergüenza mucho ir por la calle vestido de cura y que te señalen con el dedo como si fueras un delincuente. Cuando uno se hace sacerdote, o uno es laico o laica, es porque quiere ponerse al servicio de los demás.
RAC1 [00:10:06] Más allá de ser una secta abusiva, monseñor, ¿cómo han conseguido blanquear mil millones de dólares estas personas?
Jordi Bertomeu [00:10:14] Esa fue otra de las sorpresas que fuimos descubriendo. Y no tiene nada de gracia. Perú es un país con muchas carencias económicas. ¿Cómo lo han hecho? Perú es un país donde el 80% de la economía es sumergida, allá lo llaman “informal”. Hay mucha minería ilegal, mucha droga, mucho dinero negro que se blanquea. ¿Cómo lo hicieron?
Vieron el negocio incipiente de los cementerios privados, que el Perú autorizó en el 94. Ya en el 99 tenían dos funcionando y fueron aumentando. Estos cementerios se acogieron al Concordato, es decir, eran como cementerios de la Iglesia, y no pagaban impuestos. Incluso consiguieron, gracias a un presidente corrupto que era amigo suyo —amigo del padre Baertl, factótum económico del Sodalicio—, que esas empresas de cementerios fueran “islas fiscales”. Imagínense: una isla fiscal en un país ya de por sí tendencialmente corrupto. Ahí empezaron a blanquear dinero de mucha gente, potentados del país que se valían de ellos, de la Iglesia —que tiene una presunción de respetabilidad— y a la que nadie toca en esos países. Empezaron así. Aunque eran empresas sin ánimo de lucro, sabemos que usaban “offshores” para blanquear dinero mediante empresas pantalla. Primero lo hicieron en Panamá —salieron en los Papeles de Panamá— y después, por respeto o miedo, trasladaron las “offshores” a Denver, Colorado. Ese dinero blanqueado volvió a Perú, ya “limpio”, entre comillas, e invirtieron en inmobiliarias, empresas agropecuarias, redes educativas, etc. ¿Cómo lo han hecho? Con la corrupción imperante en el país. Incluso descubrimos que, por ejemplo, la fiscal general del Estado, Benavides —corrupta ella— estaba vendida a uno de los abogados del Sodalicio, Hauyón. Todo esto te hace pensar que la debilidad institucional de esos países —que también puede ocurrir en el nuestro— lleva a estas formas escandalosas de corrupción.
RAC1 [00:13:02] Monseñor, ¿cómo nos explica quién es Alejandro Bermúdez y, sobre todo, qué conexión tiene con el vicepresidente de Estados Unidos J. D. Vance?
Jordi Bertomeu [00:13:09] Bueno, eso es una historia. Otro miembro del Sodalicio era este periodista, Alejandro Bermúdez, que fundó ACI Prensa, que después fue vendida a EWTN, que es una gran compañía mediática católica —entre comillas— de Estados Unidos, representante de esa ultraderecha católica. Este señor, Alejandro Bermúdez, no solo se conformaba con ser periodista, sino que además abusaba de su autoridad con sus subordinados, a quienes torturó directamente. También formó parte de otra empresa llamada CitizenGO, en cuyo consejo directivo estaba un tal Komov, que es representante de los grandes oligarcas del entorno de Putin, como Malofeev. Además, hay gente muy vinculada a la extrema derecha y al gobierno de Trump. Estamos hablando de hace dos años, cuando todavía nadie hablaba de J. D. Vance, y aparece entre nuestros documentos una investigación que me llevó hasta Polonia para hablar con algunos periodistas que habían investigado esta red que venía desde Moscú. Este Malofeev que mencionamos está detrás de subvenciones a los disidentes del Donbás, también detrás de financiación a la ultraderecha francesa y española, muy conectado con Hazte Oír, aquí en España.
Entonces también hicimos esta conexión estadounidense. El problema lo tenemos ahora porque el presidente norteamericano, Trump —que ya hemos visto que tiene unas cualidades diplomáticas peculiares, es decir, su diplomacia no es la habitual— ha nombrado como embajador ante la Santa Sede a Brian Burch. Y este Alejandro Bermúdez, que insisto, no se destaca por sus cualidades diplomáticas con sus trabajadores, se lo llevaría con él. Hace un mes, él mismo anunció públicamente que se iba como consejero de la embajada de Brian Burch en el Vaticano. Claro, después de ver el episodio con Zelensky, y viendo cómo a nivel de geopolítica, algunos embajadores y una embajada norteamericana advirtieron al Vaticano que Trump no tolerará disidencia interna. No tolerará un sermón de fe eclesial. La Iglesia de Francisco no le gusta y, si puede, no la tolerará en Estados Unidos. Quiere obispos de su línea, obispos domesticados, obispos que no critiquen sus políticas, como por ejemplo su política migratoria. Las alarmas se han encendido en el Vaticano esta misma semana. Un comunicado estadounidense del Vaticano dijo que no era cierto lo que se estaba difundiendo. Pero viendo que la política es un ir y venir según convenga, tampoco nos podemos fiar.
RAC1 [00:16:23] ¿Usted tiene contacto directo con el Papa?
Jordi Bertomeu [00:16:26] Sí, claro. Pero en estos días no.
RAC1 [00:16:32] Era solo para saberlo, Monseñor, porque él sabe perfectamente de su investigación, ya que es él quien se la ordena. Él es quien decide que esta… claro, y él tendrá que firmar esa ley por la cual este grupo, esta secta, queda fuera de la Iglesia inmediatamente, supongo.
Jordi Bertomeu [00:16:54] Es decir, nosotros —digo “nosotros” porque nos ayudó monseñor Scicluna— le presentamos durante el primer semestre de 2024, el año pasado, las conclusiones de nuestra investigación. Estas conclusiones el Santo Padre las evaluó junto con otros dicasterios de la Curia. Evidentemente, el tema económico era muy complejo. Hay cinco organismos en el Vaticano que se ocupan de asuntos económicos; en concreto, uno, la Secretaría para la Economía, que está en manos de dos españoles: Maximino y Bernardino, que son grandes expertos en economía. Ellos realizaron el estudio de la documentación económica que habíamos conseguido, porque yo no podía estudiar todos esos balances, ya que hablamos de técnica financiera avanzada. Entre otras cosas, porque grandes compañías norteamericanas habían hecho cuadrar las cuentas que presentaban en EE.UU., en principio, pero en el Vaticano detectaron irregularidades muy graves que ahora tendremos que poner en manos de la justicia norteamericana, por supuesto.
RAC1 [00:18:00] Termino enseguida, pero antes, como prelado, ¿le preocupa que ramas del catolicismo flirteen cada vez más con la extrema derecha? Le pregunto, por ejemplo, por el caso que hoy contábamos y que encuentro en Crónica Global, sobre una escuela concertada en Terrassa que ha recibido una avalancha de quejas por parte de las familias debido al contenido. Vaya, peligrosísimo y lamentable. Intolerable. Como por ejemplo, que en una clase un profesor dijera que Freddy Mercury bien estaba muerto porque era homosexual y que había muerto de sida. Es un ejemplo claro. Hoy ha salido a la luz este grupo ultracatólico que se llama los Kikos, este grupo que creó Kiko Argüello. Hace algunos años, hubo personas conocidas, como por ejemplo el que fue entrenador del Real Madrid, López Caro, que fue un destacado miembro de este grupo. No sé si eso también le preocupa, Monseñor, con la aparición o reaparición de grupos como este.
Jordi Bertomeu [00:18:54] La verdad es que a mí me preocupa más el avance de la ultraderecha a nivel social, porque estamos viendo que las cosas han cambiado mucho en los últimos meses e incluso años. Desde 2014 hemos asistido a un cambio de paradigma social más que a un avance dentro de la Iglesia. En la Iglesia siempre hemos tenido estos grupos. Los que usted me ha mencionado no los tengo estudiados, así que no puedo opinar a fondo porque no los he investigado en profundidad. Pero sí puedo hablar del Sodalicio, porque lo conozco al detalle. Pero insisto, lo que más me preocupa es el avance de la extrema derecha por todo lo que afecta a los derechos y libertades que tenemos todos como ciudadanos, también los católicos. Entonces, la Iglesia, sorprendentemente, sí tiene estos grupos dentro —lo hemos visto con el Sodalicio— y, por otro lado, a la Iglesia cada vez le molesta más a estos grupos de ultraderecha en la sociedad. Lo estamos viendo con la administración Trump, que es el ejemplo que he mencionado, porque realmente la Iglesia se convierte en un espacio de libertad, de disenso muy necesario en una sociedad tan invasiva, que puede utilizar las nuevas tecnologías para instaurar una oligarquía tecnocrática. Un periodista estadounidense muy importante me decía: “Mire, Jordi, quizás acabamos de asistir a las últimas elecciones verdaderamente democráticas en los Estados Unidos, y eso nos preocupa muchísimo”. Y cuando hablamos de Estados Unidos, estamos hablando del mundo occidental, del mundo teóricamente libre y democrático. Por eso, que estos grupos existan dentro de la Iglesia es preocupante. Claro que lo es. Y es un hecho que la Iglesia —especialmente los obispos, que son los directamente responsables del ejercicio pastoral— deben visitar estos lugares, conocer estos grupos, tener contacto directo con su gente, preguntar, tomar nota de sus quejas o incluso denuncias. Y en estos casos de indisciplina grave, actuar, porque pueden actuar. Insisto en que es un reto, pero es un reto que podemos afrontar y que debemos afrontar. No es un desiderátum, no es decir “no podemos hacer nada”; al contrario. Es decir, insisto, la Iglesia puede ser —y de hecho lo es— un espacio comprometido. En estos últimos años, gracias al Papa Francisco, ha estado muy vinculada a una cultura de la prevención, a una cultura del cuidado, frente a la cultura del abuso que vemos por todas partes. Entonces, sí, es un reto, y es un reto que la Iglesia está afrontando. Y en la medida de lo posible, lo hacemos. A veces, por ejemplo, usted me mencionó a Bermúdez, este señor que tiene mucho poder mediático. Pues bien, estos días me está acosando siempre que puede, con difamaciones. Es decir, aguantas, y aguantas con gusto, porque cuando consigues sacar adelante aunque sea un solo caso, una sola persona que haya sido reconocida en su situación, incluso reparada, entonces ya solo por eso todo vale la pena.
[00:21:57] Mònica.
RAC1 [00:21:59] Jordi Bertomeu. Usted ha estado investigando una parte que no tiene que ver con el Sodalicio, que es el Opus Dei, y se trata de otro tipo de situación. Y no tiene nada que ver. Pero es cierto que el Sodalicio no habría progresado tanto en Perú sin la ayuda del cardenal Cipriani, quien fue el primer cardenal del Opus Dei, miembro numerario del Opus Dei. O, por ejemplo, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga. Es decir, estas alianzas entre dos instituciones muy diferentes —el Sodalicio y el Opus Dei—, pero en las que el cardenal Cipriani y el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, habrían sido claves en el desarrollo del Sodalicio.
Jordi Bertomeu [00:22:41] Desgraciadamente, es cierto, está demostrado. Yo he conocido y conozco… (ininteligible) gente muy buena y también gente que es muy delincuente. Y en este caso, me has mencionado dos nombres que, efectivamente, está demostrado. El mismo Cipriani, en el año 2011 —el año en que está recibiendo críticas, perdón, denuncias por parte de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, que depende del Sodalicio, su rama femenina—, denuncias por abusos y abusos sexuales… ese mismo año, les otorga el reconocimiento canónico a las fraternas. ¿Cómo puedes otorgar reconocimiento canónico diocesano si, como mínimo, existe la sospecha de que están ocultando abusos? Entonces ahí se ve una connivencia con Figari, el fundador, muy peligrosa. Esto ya se habla incluso de corrupción, si no surgen más problemas… (ininteligible). A ver, puede pasar —sí, ya ha pasado—, pero hay que ser conscientes de que lo hacían “por el bien”, porque creían que así protegían la institución… Mire, ninguna institución está por encima de la persona.
RAC1 [00:23:49] Yo tengo una última pregunta antes, pero la mía es: ¿en qué os afecta que precisamente hoy, que es el lunes después del Domingo de Ramos y el inicio de la Semana Santa, tenga lugar esta reunión en el Vaticano? Es decir, ¿tiene esto un mensaje para demostrar a los fieles que en el Vaticano se están haciendo las cosas bien? ¿Qué se está intentando hacer lo correcto?
Jordi Bertomeu [00:24:17] Bueno, no sé si puedo decirlo así, porque en realidad este decreto fue firmado por el Papa el 14 de enero, y no podíamos firmarlo antes (ininteligible), porque una vez firmado, la situación económica queda estabilizada en el momento de la firma y ya no habrá en ese momento dinero — de esos mil millones y muchas propiedades — para poder pagar a las víctimas. Entonces, en estos dos meses, me he tenido que espabilar para… digamos, invitar a la conversión a este grupo, para que soltaran algunos millones, porque tienen que asumir la responsabilidad que tienen con las víctimas.
RAC1 [00:24:51] Dígame.
Jordi Bertomeu [00:24:54] Y después… Lo que tenían que ser unas pocas semanas, cuando ya estaba todo listo para firmar, dijimos: “No vamos a recuperar más millones porque los tienen en manos privadas, no son bienes eclesiásticos”, así que dije “firmemos”. Pero justo entonces es cuando el Papa se puso gravemente enfermo, y si hubiera habido un problema, si llegaba a morir durante este proceso, todo habría quedado paralizado hasta que el nuevo Papa volviera a aprobarlo de forma específica. Así que pasé unas semanas con cierta inquietud. Ahora que ya vemos que el Papa está bien, había que firmar. Me convocaron en Guayaquil para la firma porque el Superior General estaba en Colombia. Yo venía de Filipinas. Fui a Guayaquil. No firmaron. Dijeron que vendrían a Roma la semana del 4 y 5 de abril. No vinieron. Entonces dijimos: se acabó, no queremos demorar esto más, porque puede pasar cualquier cosa también con el Santo Padre — el pobre tiene la salud que tiene, está bien, pero puede pasar cualquier cosa de un día para otro. Por tanto, sí, es una feliz coincidencia que esto caiga en Semana Santa. Y digo “feliz coincidencia” porque es la semana en que vemos que Cristo quiso abrazar la vulnerabilidad, y al hacerlo, demostró su poder. Su poder consiste en “ser víctima”, en hacerse vulnerable. Así que es una feliz coincidencia que la supresión de este grupo sectario y abusivo se dé precisamente en una semana tan importante para los cristianos.
RAC1 [00:26:21] Pero ya para terminar, o para hablar, para hablar… Para hablar de James Bond: en las películas y guiones, James Bond recibía muchas amenazas de muerte, claro. Estamos hablando del Sodalicio de Vida Cristiana. Usted ha estado en el ojo del huracán. Es decir, cuando se supo que usted estaba investigando, seguro que recibió llamadas, amenazas… Vaya, estoy convencido. Esa es una. Y la segunda: ¿de cuánta gente estamos hablando que formaba parte del Sodalicio de Vida Cristiana?
Jordi Bertomeu [00:26:50] La primera pregunta, si me permites Jordi, preferiría no contestarla, porque me está escuchando mi madre y la pobre no dormirá esta noche.
RAC1 [00:26:57] Perfecto, por lo tanto, con la respuesta ya me dice que sí. ¿Y la segunda?
Jordi Bertomeu [00:27:01] Intentaba contestar porque sí, ha sido una temporada muy dura, muy dura. Porque cuando metes la mano en un grupo que además de ser abusivo —estamos hablando de abusos— es mafioso, y mafioso a un nivel importante… porque mil millones —me dijo en broma el Secretario de Estado la semana pasada— me dijo: «Bertomeu, si recuperas los mil millones que estos se han robado, te canonizan en vida». Le dije: «Señor Cardenal…» —se reía— «Es absolutamente imposible, porque está en manos privadas, así que no lo veremos». Creo que tienen que rendir cuentas, y lo insisto: ante la justicia norteamericana. Aquí sí que ya les digo ahora, casi como una amenaza, que trasladaré toda la información a ellos, porque el Vaticano no tiene nada que ver con toda esta trama delictiva…
RAC1 [00:27:51] O sea que la información va hacia el gobierno estadounidense, por lo tanto, hacia la justicia estadounidense. Estamos hablando, ¿eh?
Jordi Bertomeu [00:27:57] Mira, una cosa que uno descubre es que América tiene una legislación imperial, no es nacional. Es decir, en Sudamérica, uno puede ser un delincuente, en este caso un delincuente económico, y te puede salir bastante bien porque puedes comprar algún juez, puedes contar con algún fiscal. En Estados Unidos, insisto, tiene una legislación y una justicia imperial. Ellos te pueden bloquear las cuentas en todo el mundo. Ellos te pueden hacer la vida bastante difícil. Pues miren, los últimos movimientos se han hecho en Denver, Colorado. Es allí porque puede funcionar como paraíso fiscal, tú puedes hacer un paraíso fiscal siempre si todo está limpio, un Offshore. Entonces, pasan cuentas a la justicia estadounidense porque el Vaticano no tiene nada que ver con todo esto. No solo eso, sino que además, el Vaticano, por un principio de transparencia, quiere que todas estas fechorías salgan a la luz. Y la segunda pregunta, perdona, Jordi.
RAC1 [00:28:53] La segunda pregunta era ¿cuánta gente formaba parte de este Sodalicio de Vida Cristiana?
Jordi Bertomeu [00:28:58] Se calcula que el núcleo duro son unas 450 personas, que son los consagrados, ellos y ellas. Hay un grupo que se llama el Sodalicio, que es masculino, consagrados hombres. Y dos grupos consagrados de mujeres. Todos tendiendo a llevar una vida apostólica, y en total somos unos 450. Máximo 500, porque han ido saliendo gente en estos últimos años. Y luego había todo un grupo que se llama Movimiento de Vida Cristiana, que son laicos simpatizantes. Un movimiento de entre 20 y 25 mil personas.
RAC1 [00:29:32] Madre mía, madre mía…
Jordi Bertomeu [00:29:35] Ya es necesario explicarlo todo, explicar los motivos. Y el gran motivo es que el Santo Padre ha determinado, después de la investigación, que no había un carisma originario en Figari y, por lo tanto, lo que hacían no venía de Dios. Él tenía un carisma personal muy grande, pero lo que hacía no venía de Dios, y el Santo Padre, con mucha valentía, lo ha determinado y, por lo tanto, hay que suprimirlo.
RAC1 [00:29:58] Para terminar. Pero lo primero de todo, felicitarlo por la investigación, absolutamente necesaria. Creo que debería extenderse a otras congregaciones, pero en todo caso, eso ya lo decidirán ustedes. En cualquier caso, mi pregunta en parte ya la ha contestado. Pero a mí me preocupa. Ustedes han hecho la investigación de lo que sería la misma congregación y han llegado a la conclusión de que sería una secta abusiva. Pero aparte de eso, como bien explicaba, está toda esta parte que, digamos, podría constituir un clarísimo delito de blanqueo de dinero. ¿Tiene usted constancia de si en estos momentos, aparte de lo que dice — que enviarán toda esta información a la justicia estadounidense—, en el caso de Perú ha habido ya alguna intervención judicial por parte de la fiscalía o de los propios jueces de alguno de los tribunales de estos diferentes países implicados en este delito de blanqueo? ¿Ha intervenido alguien más allá de lo que haya podido hacer la propia Iglesia?
Jordi Bertomeu [00:30:53] Hay una denuncia interpuesta por abusos de conciencia, presentada ya en 2018, que no ha prosperado. Le ha costado mucho al abogado, José Ugaz —con quien tengo un gran contacto y es una gran persona—. Tuvimos un informe de un profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, donde se pudo introducir la causa por secuestro psicológico, que es un tipo penal muy novedoso, pero la única manera de poder hacer justicia con esta gente. En cambio, sobre el tema económico, desde 2019 también hay una denuncia interpuesta ante la Fiscalía del Perú, pero que hasta ahora siempre ha sido entorpecida… Siempre han puesto muchas trabas para que pueda avanzar. Está claro que si solo tuviéramos la justicia peruana, seguramente lo tendríamos difícil, pero confiamos. Confiamos en que la justicia estadounidense sea diferente. Lo digo porque, aunque Trump tiene mucho poder, todavía las instituciones allí funcionan, todavía hay una separación de poderes. Por tanto, confiamos en la justicia norteamericana. En Perú, Colombia, Ecuador, México, Brasil —que es donde están las ramificaciones del Sodalicio—, en esos países a los que tengo que ir a menudo para llevar adelante esta investigación, he hablado incluso con sus ministros de justicia, y ellos te expresan la impotencia de unas instituciones que, insisto, son muy frágiles en esos países. Porque la corrupción —que también tenemos en nuestro país— allí es mucho mayor. La corrupción es siempre una carencia. Es una carencia de procedimientos. Cuantos más procedimientos hay en el camino, menos corrupción hay; cuantos menos procedimientos, más fácil es robar.
RAC1 [00:33:07] ¡Muchas gracias! Un abrazo muy fuerte y felicitaciones por el trabajo.

Jordi Bertomeu, el agente 007 del Vaticano, amenaza a órdenes religiosas en Perú
Manel Riera, ex de CiU e investigado por corrupción, controla la intervención a la orden de las Siervas del Plan de Dios y presiona a Pro Ecclesia Sancta.
Según documentos en poder de EL ESPAÑOL, Riera presume de tener información confidencial y confesó que la orden del Sodalicio sería disuelta cinco meses antes de su anuncio oficial.
Por Luciano Revoredo- LaAbeja.pe
El sacerdote catalán Jordi Bertomeu, conocido como el “Agente 007 del Vaticano” por su rol en investigaciones de abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica, ha quedado expuesto como un operador eclesial prepotente, cuyas asociaciones con personajes de dudosa reputación y prácticas cuestionables han generado una tormenta de críticas.
Informaciones recientes publicadas por el diario El Español, el portal Infovaticana y otros medios, revelan un patrón de conflictos de interés, abuso de poder y maniobras opacas que comprometen la credibilidad de Bertomeu y cuestionan la legitimidad de sus acciones en el Perú, particularmente en la disolución de movimientos católicos como el Sodalicio de Vida Cristiana, las Siervas del Plan de Dios y la persecución en curso de Pro Ecclesia Sancta.
Este artículo se centra en la figura de Bertomeu, exponiendo cómo su arrogancia y alianzas con figuras controvertidas han dañado a la Iglesia y traicionado la confianza de los fieles.
El epicentro del escándalo es la estrecha relación de Bertomeu con Manel Riera Cunill, un exasesor de Convergència i Unió (CiU) investigado por corrupción urbanística y malversación de más de 4.6 millones de euros en Moià, Barcelona. Según El Español, Riera, nombrado por el Arzobispo de Lima Carlos Castillo, como interventor de Pro Ecclesia Sancta y liquidador de las Siervas del Plan de Dios, carece de experiencia en protección de menores o gestión eclesial. Su única credencial es la “Company for the Protection of Minors”, una empresa británica con empleados ficticios generados por inteligencia artificial, incluido un supuesto CEO llamado Tim Smith.
Tras las revelaciones de El Español, la web de esta empresa eliminó toda evidencia de estos “trabajadores fantasmas”, y la plataforma “We Are Free”, otra iniciativa opaca de Riera para recaudar fondos, fue desconectada.
Riera no solo opera con un historial manchado, sino que ejerce un poder desmedido en el Perú. Documentos internos obtenidos por El Español revelan que, en una reunión del 22 de agosto de 2024, Riera controlaba los temas financieros de las Siervas del Plan de Dios, prohibía comunicaciones externas, exigía confidencialidad absoluta y amenazaba con retirar cualquier ayuda si no se seguían sus directrices.
Su tono prepotente se repitió en un correo a Pro Ecclesia Sancta, donde advirtió: “O cambiáis el discurso que utilizáis, tanto hacia nosotros como hacia el exterior, o no hará falta que continuemos”. Estas acciones, respaldadas por Bertomeu, reflejan una actitud autoritaria que contrasta con la supuesta misión de justicia y transparencia que el sacerdote debería representar.
Lo más grave es que Riera tenía información confidencial sobre la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana cinco meses antes de su anuncio oficial en enero de 2025, un dato que solo pudo haber obtenido de Bertomeu, quien lideraba la investigación. Esta complicidad entre ambos catalanes proyecta una sombra de ilegalidad sobre los procesos de disolución, sugiriendo que Bertomeu utiliza a Riera como un operador sin controles para ejecutar sus agendas personales.
En anterior artículo titulado “La red de amistades peligrosas de Jordi Bertomeu” expusimos cómo el sacerdote se rodea de figuras que comprometen su imparcialidad. Una fotografía publicada por El Español muestra a Bertomeu en un evento privado en Roma, celebrando con vino junto a los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz, ambos críticos feroces del Sodalicio, y los reporteros católicos Elise Ann Allen y John L. Allen de Crux. Este encuentro ocurrió un día después de la expulsión de varios miembros del Sodalicio, evidenciando una relación de complicidad con quienes abogan por la disolución del movimiento. Como advertimos en esa nota en La Abeja, “la cercanía de Bertomeu con las voces más críticas del Sodalicio, en su rol de investigador imparcial, equivale a un juez confraternizando con los fiscales en un caso penal”. Esta falta de neutralidad socava la legitimidad de las investigaciones vaticanas en el Perú.
Salinas, condenado en 2019 por difamación agravada contra el arzobispo de Piura, y Ugaz, colaboradora de La República, han liderado una campaña mediática contra el Sodalicio, con 69 artículos publicados entre marzo de 2024 y febrero de 2025, muchos de los cuales citan a ambos como fuentes principales. La relación de Bertomeu con estos periodistas, documentada en la fotografía, sugiere que compartió información privilegiada para alimentar su narrativa, comprometiendo el debido proceso. Infovaticana reportó que la disolución del Sodalicio fue filtrada a este medio por dos de sus miembros antes del anuncio oficial, lo que obligó al movimiento a confirmar la decisión prematuramente. Esta filtración, muy posiblemente orquestada por Bertomeu o su círculo, refuerza las acusaciones de manipulación.
Bertomeu no solo se asocia con figuras cuestionables, sino que actúa con una prepotencia que raya en el abuso de poder. Infovaticana y El Español destacan que el sacerdote, apodado “007” por su rol en investigaciones de alto perfil, ha sido acusado de violar el debido proceso en el caso del Sodalicio. El periodista peruano Alejandro Bermúdez, expulsado del movimiento por orden del Papa, calificó la investigación de Bertomeu como “profundamente defectuosa, marcada por una violación flagrante del debido proceso, desprecio por la verdad y un sesgo ideológico”.
Un ejemplo claro de esta prepotencia es la amenaza de excomunión contra dos laicos peruanos, Giuliana Caccia y Sebastián Blanco, quienes denunciaron a Bertomeu por filtrar información reservada. Ambos recibieron una notificación en septiembre de 2024 acusándolos de “incitar odio contra la Santa Sede” y “obstaculizar el libre ejercicio del poder eclesiástico”. Aunque el Papa anuló la amenaza tras reunirse con ellos, el incidente revela el carácter intimidatorio de Bertomeu, quien parece dispuesto a silenciar a sus críticos con medidas draconianas.
Además, El Español informa que Bertomeu y Riera han presionado a órdenes religiosas como Pro Ecclesia Sancta y las Siervas del Plan de Dios con tácticas coercitivas. Riera, amparándose en la autoridad de Bertomeu, exigió a estas comunidades “rehacer” sus respuestas para que el sacerdote pudiera presentar un “informe creíble” al Papa, una clara manipulación de los procesos canónicos. Estas acciones no solo reflejan un desprecio por la autonomía de las instituciones religiosas, sino también un intento de imponer una agenda ideológica que favorece a sectores progresistas, como la Compañía de Jesús, en detrimento de movimientos conservadores. Al parecer la ola de extorsionadores que afecta al Perú también ha llegado a la Iglesia.
El trasfondo de las acciones de Bertomeu en el Perú apunta a una reconfiguración de la Iglesia Católica en América Latina, con la Compañía de Jesús consolidando su hegemonía.
El Español señala que los jesuitas han fortalecido su influencia a través de instituciones educativas como la Pontificia Universidad Católica del Perú y el nombramiento de figuras como Gilberto Vizcarra como arzobispo de Trujillo. La disolución del Sodalicio, las Siervas del Plan de Dios y la intervención de Pro Ecclesia Sancta, todos movimientos de espiritualidad conservadora, parecen responder a un esfuerzo deliberado por debilitar a estos sectores y favorecer una narrativa progresista.
Bertomeu actúa como un “operador eclesial” que, lejos de buscar justicia para las víctimas de abusos, utiliza su autoridad para avanzar una agenda ideológica. Su alianza con Riera, un personaje con un historial de corrupción, y su cercanía con periodistas como Salinas y Ugaz, conocidos por su activismo contra la iglesia, refuerzan esta percepción.
Jordi Bertomeu, presentado como el paladín de la justicia contra los abusos en la Iglesia, ha quedado desenmascarado como un operador prepotente que se asocia con personajes de dudosa reputación y manipula procesos eclesiales para servir intereses ideológicos. Su alianza con Manel Riera, un exasesor corrupto con empresas fantasma, y su confraternización con periodistas y activistas enemigos de la iglesia como Pedro Salinas y Paola Ugaz comprometen la imparcialidad de las investigaciones vaticanas en el Perú. Las amenazas, filtraciones y tácticas coercitivas de Bertomeu han dañado a la Iglesia, traicionando la confianza de los fieles y ensuciando la misión de sanar las heridas de las víctimas de abusos.
En un momento en que la Iglesia Católica enfrenta una crisis de credibilidad, figuras como Bertomeu representan lo peor de la institución: arrogancia, opacidad y abuso de poder. Es hora de que el Vaticano reevalúe el rol de este “Agente 007” y garantice procesos transparentes que respeten la verdad y la justicia. Los fieles peruanos, y la memoria de quienes han defendido la fe en el país, merecen algo mejor que un sacerdote que opera en las sombras con amistades peligrosas.