Rupnik: 5 nuevas denuncias

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Escalofriante testimonio de una monja abusada por el sacerdote Marko Rupnik

Gloria Branciani una exmonja italiana, contó públicamente su atroz historia de abusos sexuales, espirituales, psicológicos, de conciencia y de poder, los cuales vivió junto a la eslovena Mirjam Kovac, otra de las víctimas del exjesuita Marko Ivan Rupnik, artista famoso en todo el mundo por sus mosaicos y pinturas y desde hace unos años, centro de un escándalo que representa otro dolor de cabeza para el papa Francisco.
De 69 años, aunque fue expulsado de la Compañía de Jesús en junio del año pasado, Rupnik sigue siendo sacerdote en Eslovenia. Es conocido en todo el mundo por haber decorado con sus coloridos mosaicos la capilla Redemptoris Mater del Palacio Apostólico del Vaticano y haber llevado su arte también a varios otros lugares del mundo en Italia, España, en los santuarios marianos de Fátima, Portugal, y Aparecida, Brasil, así como en iglesias dedicadas a Juan Pablo II de Cracovia, Polonia y Washington DC, Estados Unidos, entre otros.
El escándalo en torno a su figura estalló en diciembre de 2021 cuando, después de la publicación en algunos medios de testimonios de víctimas con detalles escabrosos, la Compañía de Jesús admitió en una nota que ese año el Dicasterio para la Doctrina de la Fe había recibido una denuncia en su contra por abusos sexuales y psicológicos de parte de monjas de la Comunidad de Loyola de Lubiana, Eslovenia, fundada en la década de 1980 por una religiosa que tenía a Rupnik como “padre espiritual”. Esa comunidad fue luego intervenida por la Santa Sede y el ex Santo Oficio cerró el caso porque los hechos habían prescrito.
Aunque más tarde salió a la luz algo que hizo más ruido. En mayo de 2020 la entonces llamada Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) había emitido contra Rupnik un decreto de excomunión “latae sentantiae”, automática, por haber cometido uno de los delitos canónicos considerados más graves: haber confesado y absuelto a una monja de la que había abusado, imponiéndole el silencio. La excomunión fue luego revocada por la misma CDF porque Rupnik reconoció formalmente el hecho y se arrepintió, según trascendió.
El caso volvió a estallar con la aparición de dos exmonjas de la comunidad de Loyola -Branciani y Kovac-, que en una conferencia de prensa en la sede de la Federación Italiana de la Prensa Italiana de dos horas y media, altamente emotiva, contaron por primera vez sus historias de abusos de todo tipo. Las mujeres, que decidieron irse de la comunidad en la primera mitad de la década de 1990, reclamaron a viva voz “verdad y justicia”, que caiga el “muro de goma y de silencio” en torno al evidentemente encubierto caso Rupnik y que el papa Francisco ponga en marcha una investigación seria sobre este sacerdote, como la que encargó años atrás sobre el caso del excardenal estadounidense Theodore McCarrick.
Rupnik es un hombre de mucho poder que siempre fue protegido y encubierto por las altas esferas de la Iglesia católica, como ocurrió con McCarrick y, antes, con el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel”, denunció Anne Barret Doyle, directora de Bishop Accountability, grupo basado en Boston que investiga a los obispos de todo el mundo, organizadora del encuentro.
Quien hace lo que le hicieron a Gloria tiene que ir a la cárcel”, aseguró en la conferencia de prensa la abogada italiana, Laura Sgró, que dijo que las dos víctimas, que asesora, fueron llamadas a testimoniar para una investigación sobre Rupnik que abrió el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, gracias a que el papa Francisco levantó cualquier prescripción. Se cree que Rupnik podría ser condenado por haber usado su influencia espiritual para sus abusos sexuales, de poder y de conciencia contra adultas vulnerables, algo que podría valerle la expulsión del sacerdocio, la pena máxima.

Testimonio

Con voz calma, pero de vez en cuando quebrada, Branciani contó con lujo de detalles que este sacerdote, que era el padre espiritual y confesor de la comunidad de Loyola y ya famoso artista, la devastó psicológica y espiritualmente. Cuando lo conoció siendo estudiante de medicina, a los 21 años, en 1985, cuando aspiraba a ser misionera, él la invitó a su atelier de Roma. “Yo era muy ingenua, tenía baja autoestima y Rupnik comenzó a prestarme atenciones, a respaldarme en mi fragilidad, a acompañarme en mi camino espiritual”, evocó.
Pero para ella fue sólo el inicio de una pesadilla de sometimiento sicológico y de conciencia por parte del sacerdote-artista, que, utilizando su carisma y su pensamiento teológico y artístico, comenzó a abusar sexualmente de ella, haciéndole creer que todo eso era para llegar mejor al Señor. La “locura erótica” fue in crescendo y Rupnik hasta la obligó a “orgías colectivas” con otras monjas y a pornografía. “Al principio estaba desorientada, confundida, porque Rupnik entró en mi mundo espiritual con la autoridad del padre espiritual y confesor… Su medio para actuar fue la obediencia”, contó Gloria. Mirjam aseguró que 20 de las 41 hermanas de la comunidad fueron abusadas por Rupnik.
Cuando Gloria se rebelaba a las “peticiones sexuales” Rupnik, al margen de ponerse agresivo, violento, le decía que no iba a poder crecer espiritualmente, que “ya no era confiable ante el Señor” y que no podía vivir espiritualmente la sexualidad debido a su fragilidad e infantilidad. “Un día Rupnik me dijo que nuestra relación sexual no era exclusiva y que teníamos que sumar a otra hermana para que fuéramos tres, a imagen de la Trinidad”, relató. Además, la obligó a ir a ver películas porno y hasta le pedía actos sexuales mientras pintaba imágenes sagradas.
“Estaba devastada, desesperada, disgustada, avergonzada, anestesiada, alejada de mi libre albedrío, tenía ataques de pánico, estaba aislada, confundida, desorientada, humillada, violada en mi integridad y en mi relación con lo divino y pensaba que mi única salida era la muerte”, precisó Gloria, que después de años de “esclavitud”, decidió fugarse de la comunidad en 1993. Antes de irse, denunció todos los abusos sufridos ante la superior y fundadora de la comunidad, Ivanka, que, “aunque ya sabía lo que pasaba fingió no saber nada” y prefirió la “omertá”, es decir, el silencio mafioso. “Por sus intereses personales, Ivanka prefirió encubrir”, dijo Gloria, ante una pregunta de La Nación. Sus posteriores denuncias ante el padre espiritual de Rupnik y ante el arzobispo de Lubiana también cayeron en saco roto. Nadie quería escándalo.
Pasaron ya 30 años. Branciani, que sufrió una depresión “negra” y somatizó los abusos, aseguró este miércoles que con el correr de los años perdonó a Rupnik y que pudo salir adelante gracias a su fe. “Me di cuenta de que mi corazón, si bien estaba herido, estaba vivo”, afirmó.
Pero ahora, que pudo finalmente contar su historia, como Mirjam, reclama que salga la verdad sobre su abusador. Y que haya justicia.
Fuente: www.eluniversal.com.mx

Llegan al Vaticano 5 nuevas denuncias de presuntos abusos contra el Padre Rupnik

Almudena Martínez-Bordiú

Por Almudena Martínez-Bordiú– ACI Prensa.
Cinco nuevas denuncias de presuntos abusos cometidos por el sacerdote Marko Rupnik han sido presentadas en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe en Roma, donde se está llevando a cabo una investigación del caso después de que el Papa Francisco decidió levantar la prescripción del mismo.
Se trata de la última noticia del sonado caso de Marko Rupnik, jesuita acusado de haber cometido graves abusos de índole sexual, espiritual y psicológica contra al menos 20 mujeres durante décadas.
Según informó la agencia italiana Ansa, los testimonios de cinco presuntas víctimas fueron presentados en el Dicasterio del Vaticano por la abogada italiana Laura Sgrò el 3 de abril.
Entre estas denuncias figura el nombre de las dos mujeres que en febrero de este año hicieron su primera aparición pública, y las otras tres corresponden a casos todavía desconocidos.

Primera aparición pública de dos supuestas víctimas

El 21 de febrero, Mirjam Kovak (quien no denuncia haber sufrido abusos sexuales, pero sí espirituales y de conciencia) y Gloria Branciani, narraron durante una rueda de prensa en Roma lo que vivieron en la Comunidad Loyola, institución cofundada por el Padre Rupnik en Eslovenia a principios de 1990.
Durante la insólita conferencia, las exreligiosas compartieron su desgarrador testimonio y estuvieron acompañadas por la abogada Laura Sgró, conocida por ser también la letrada de Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, la joven que desapareció en el Vaticano en la década de 1980, así como por su participación en el caso Vatileaks.

¿Qué se sabe sobre la investigación del caso?

Ninguna actualización sobre la investigación al Padre Rupnik había salido a la luz desde que el pasado mes de octubre el Papa Francisco levantó la prescripción del caso.
Según detalló la Santa Sede, el Pontífice pidió al Dicasterio par la Doctrina de la Fe que revisara las denuncias para comenzar un nuevo proceso.
Sin embargo, la inesperada aparición pública de dos supuestas víctimas, supuso un giro de los acontecimientos.
Horas después de finalizar la extensa y multitudinaria rueda de prensa celebrada en Roma, la Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió un comunicado a través de un breve correo dirigido a los periodistas acreditados en el Vaticano.
El mensaje precisaba que “el caso está siendo examinado actualmente por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe” y que “en los últimos meses, a raíz del encargo recibido del Papa a finales de octubre, el Dicasterio se ha puesto en contacto con las instituciones implicadas a título diverso en el asunto para recibir toda la información disponible sobre el caso”.
El departamento de comunicación vaticano añadió que ahora se trata “de estudiar la documentación adquirida para determinar qué procedimientos será posible y útil aplicar”, luego de haber ampliado “el radio de la búsqueda a realidades no contactadas anteriormente” y después de haber recibido sus respuestas.
Por el momento, el Padre Rupnik, artista mundialmente conocido, no ha realizado ninguna declaración y, mientras se examina su caso, continúa ejerciendo su ministerio sacerdotal en Roma, después de ser incardinado a la Diócesis de Koper, de su natal Eslovenia.

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