Por Martha Meier Miró Quesada- Diario EXPRESO.
El caso de los delincuentes confesos José Graña Miró Quesada y Hernando Graña Acuña, demuestra cuán favorable es la Ley de Colaboración Eficaz para los ladrones de élite y corruptores del aparato estatal. Los perencejos, José y Hernando, fueron directivos de Graña y Montero la principal socia de Odebrecht en nuestro país y parte fundamental de su mecanismo de saqueo y lavado, de miles de millones dólares, provenientes de ‘sobre costos’ en obras públicas a su cargo.
Los primos G. mintieron a fiscales y jueces; a la junta de accionistas de Graña y Montero; entregaron información amañada a la Superintendencia del Mercado de Valores, SMV; engañaron a la comisión investigadora congresal Lava Jato y, ahora, cinco años después –cuando el fruto de su colosal timo está a buen recaudo– recién entregan información sobre otros pútridos constructores y con qué autoridades confabularon para cargarse el país.
En agosto 2019, el fiscal José Domingo Pérez, del Equipo Especial Lava Jato, se desistió de su solicitud de prisión preventiva para los Graña’s porque se acogieron a la colaboración eficaz en la investigación que se les sigue por múltiples casos: Club de la Construcción, Metro de Lima, las carreteras IIRSA Sur y Norte y el elefantiásico Gasoducto Sur Peruano, GSP. En los casi tres años transcurridos desde ser salvados de ser encerrados, los forajidos primos la han pasado muy bien, como cualquier vecino que logró fortuna decentemente. Ni prisión preventiva, orden de arraigo o incautación de algunos de sus valiosos bienes. La pareja disfruta de todas sus propiedades (casas de veraneo, embarcaciones, entre otras), así como acciones y derechos en otras empresas. Graña M.Q., por ejemplo, hasta tiene representante en el directorio del mayor conglomerado mediático del país, el Grupo El Comercio, en perjuicio de la imagen de esa institución y del puñado de socios decentes que repudiamos sus delitos, finalmente confesados.
Graña y Montero, hoy Aenza, fue parte fundamental del mayor esquema de corrupción de la historia peruana, pero sigue contratando con el Estado y las concesiones logradas siguen engordando su balance. La reparación civil que pagarán los primos es, por decir lo menos, ridícula: unos setenta millones de soles; mientras Graña y Montero (Aenza) alrededor de cien millones de dólares, en cómodas cuotas a veinte años. Un dinero que procederá de un ínfimo porcentaje de los nuevos contratos que siguen firmando con el Estado.
La Ley de Colaboración Eficaz ha pervertido el concepto de Justicia y la moral nacional, fomentando la ‘Corrupción Eficaz’. La cosa es más o menos así: se pueden robar miles de millones de dólares y al descubrirse el hurto, el culpable se acoge a la ‘colaboración’, entonces señala a sus cómplices más apetitosos para el circo mediático, y aquí no pasó nada. Así, el cuatrero disfrutará de la fortuna mal habida para su goce y el de sus descendientes.
Perulandia, paraíso de indignos.
Corrupción eficaz
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