Por Mariella Balbi- Político.pe
Ahora han creado un psicosocial: los jóvenes de Los Olivos y las fiestas (pocas numéricamente) están expandiendo el COVID-19, ‘malogrando’ el trabajo del régimen.
Probablemente los 13 jóvenes que murieron asfixiados en la discoteca de Los Olivos (Lima) tenían parientes infectados o muertos por el coronavirus, al igual que los asistentes a tan aciago evento. De hecho, 11 de los fallecidos estaban contagiados y de los 26 detenidos, 15 son positivos. La Policía, cuya pésima intervención fue antes del toque de queda, aduce que no cerró las puertas del local porque estas abren para adentro. Tendrá que corroborarse. Las puertas no se cierran solas y es difícil que quienes querían escapar del local lo hayan hecho.
A esas personas de escasos recursos el gobierno no les da ni un cacho para enfrentar el Covid-19. Ni mascarilla, pruebas, ivermectina, azitromicina, menos oxígeno y respiradores. Los puestos de salud de atención primaria no funcionan, grave error, revelador de la falta de estrategia del gobierno y de su estrepitosa negligencia.
En Kentucky, EE.UU., se iniciaron las fiestas COVID-19 para desafiar la indicación de la distancia social. Nadie fue detenido ni multado. En Italia, España y Francia los jóvenes van de farra, liban harto y muchos se zurran en el uso de mascarilla. Ninguno terminó en la cárcel. En Europa, jóvenes protestan –sin mascarilla– porque la prevención contra el coronavirus afecta sus ‘derechos’
Al igual que ellos, los muchachos de la discoteca de Los Olivos son jóvenes con hormonas, ganas de vivir y la irresponsabilidad propia de esos años. Viven estrechamente y probablemente no tienen trabajo, pero como todos los de su edad quieren divertirse.
Desde el inicio de la pandemia, el gobierno de Vizcarra nos encerró sin resultado, persiguiendo a quienes incumplían el toque de queda. Su estrategia es culpar a alcaldes, gobernadores y ciudadanos del avance de la enfermedad y de los muertos. Ahora ha creado un psicosocial: los jóvenes de Los Olivos y las fiestas (pocas numéricamente) están expandiendo el COVID-19, ‘malogrando’ el trabajo del régimen. Con el agravante de haber desatado un repugnante racismo y bronca basados en el miedo a morir que nos aterroriza. Se resume en: “estos cholos (informales, gente de mal vivir) friegan todo” o “ellos tienen la culpa” por infringir la sagrada e inútil ley. Y como esos jóvenes tienen dolor y lo manifiestan en el cementerio, son filmados y penalizados, abundando en el necio argumento de que ellos provocan nuestra desgracia.
No se habla ni informa sobre la escandalosa y apestosa corruptela gubernamental ni de la desastrosa atención hospitalaria. Encima el MINSA presenta las cifras Covid-19 tramposamente. Para el 26 de agosto teníamos cerca de 9,000 contagiados diarios, la sala situacional indica 3,329. El resto está escondido. Las cifras regionales de muertos son igualmente ‘rebajadas’ por el MINSA. Vimos un video donde el Premier y 15 personas cantan ‘happy birthday’ sin distancia social. El autoritarismo que se ha gestado avalará más mano dura.
Nota del editor: El sábado 29 de agosto se reveló un video de las cámaras de seguridad de la discoteca ‘Thomas Restobar’, que muestra que el tumulto de gente no cerró la puerta del local, tal como lo señaló el capitán de la Policía, José Amézquita, quien estuvo a cargo del operativo en el que trece personas murieron por asfixia.
Imagen original: Diario Expreso.
Archivo por meses: agosto 2020
Cruz y seguimiento
Evangelio según San Mateo 16,21-27.
Desde aquel día, Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.
Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: “Dios no lo permita, Señor, eso no sucederá”.
Pero él, dándose vuelta, dijo a Pedro: “¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres”.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.
Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:
Desde noviembre de 1985 hasta diciembre de 1988 viví en Cochabamba, Bolivia, con tres seminaristas bolivianos para nuestra comunidad religiosa. Esta es la misma ciudad donde se encuentra el Instituto de Idiomas Maryknoll donde estudié español. Mientras vivíamos allí una amiga, una hermana de la escuela de Notre Dame, vino a estudiar español y se unió al equipo parroquial en La Paz. A menudo la invitábamos a ella, y a algunos de sus compañeros de clase, a cenar y juegos de cartas. Les dio la oportunidad de practicar su español, y mis seminaristas una oportunidad para practicar su inglés. Una de las Hermanas que nos visitó con frecuencia fue la Hermana Irene, una Hermana Australiana de San José del Sagrado Corazón, que iba a trabajar en Perú. Un año después, cuando estaba estudiando más español en el Instituto, la hermana Irene también estaba allí. Unos meses después nos informaron de que el grupo terrorista “Sendero Luminoso” comunista, entró en el pueblo donde estaba trabajando, reunió a toda la gente del pueblo, puso a los líderes -incluyendo a la hermana Irene- en el centro del grupo, y les disparó en la parte posterior de la cabeza. Todos los que conocíamos aquí estábamos devastados porque esta hermana alegre, talentosa y competente nos fue arrebatada. Cuando visité Melbourne, Australia, vi un homenaje a ella en la ubicación de la fundación de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón.
Pensé en la hermana Irene a principios de esta semana cuando leí el evangelio (Mateo 16:21-27). Jesús nos dice que “debemos negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirle”. Pero él sigue hablando en palabras que son más dramático y tal vez incluso duro “el que desea salvar su vida la perderá, pero quien pierda su vida por mi bien la encontrará”. Estoy seguro de que ninguno de nosotros pagará el precio de la Hermana Irene y muchos otros de los mártires a lo largo de los siglos.
Es un desafío para nosotros descubrir lo que significa “negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir a Jesús”.
En nuestro mundo materialista y impulsado por el consumo, la noción espiritual de negarse a sí mismo es tremendamente contracultural. Cuando el impulso a ser ambicioso y un “ganador” es tan fuerte, es difícil hablar de negarse a sí mismo. Sin embargo, cuando entendemos el verdadero significado de negarse a sí mismo, no estamos sacrificando nuestra ambición ni declarándonos como perdedores. Negarse a sí mismo es un acto de humildad en el que reconocemos que todo lo que tenemos y somos proviene de Dios. Somos dependientes de él. Al admitir nuestra necesidad de Dios nos alejamos tanto de la pretensión y el orgullo que nos impide abrirnos a Dios, y de estar ‘en uno’ con otros.
Para cada uno de nosotros “toma tu cruz” significa algo diferente. Tendemos a pensar en esa “cruz” como algo difícil que llevamos en la vida: tal vez una dolencia, una relación difícil, una decepción o un fracaso, un defecto o un defecto. Con bastante frecuencia la gente siente que su “cruz” es la más pesada de cualquiera que conoce. Decir que es algo que preferiríamos no soportar, sería un eufemismo. Es fascinante leer sobre la vida de algunos de los santos, porque generalmente pensamos que llevaban vidas perfectas y nunca tuvieron dificultades o luchas, o llevaban una “cruz” como nosotros. Por supuesto, sus vidas están llenas de cruces que aburren. Se convirtieron en santos confiando en la gracia de Dios y luchando con la cruz que su vida les trajo. Es un desafío para nosotros mirar nuestra “cruz” y decir “Este es el medio para mi santidad”. Puede que no lo creamos al principio, pero cuanto más lo pensemos estoy seguro de que más nos daremos cuenta de que otras cruces de nuestras vidas nos han traído hoy a quienes somos. Aunque es posible que los hayamos maldecido mientras los aburrimos, una vez que los hemos superado, incluso podemos dar gracias a Dios.
En referencia a las palabras “y sígueme”, no puedo evitar pensar en la primera lectura hoy del profeta Jeremías (20:7-9) Jeremías no quería ser profeta. Él no quería anunciar al pueblo su llamado a la conversión y al pacto con Dios. Significó sufrimiento para él. Esto se convirtió en su “cruz”. Pero al mismo tiempo sintió que tenía que hacerlo, se sintió abrumado por el poder de Dios y respondió, y fue un profeta fiel, y cumplió su misión. San Pablo, en la Segunda Lectura (Romanos 12:1-2), también nos da una pista sobre lo que significa “seguir”. Él nos dice que debemos “ser transformados por la renovación de tu mente, para que puedas discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es bueno, agradable y perfecto”: ¿Suena como un pedido alto? ¡Lo es! Ese seguimiento de Jesús significa un cambio significativo en nuestras vidas: un cambio de mentalidad, un cambio de prioridades, un cambio de actitud, un cambio en nuestros sueños y metas. San Pablo nos dice que no nos “conformemos… a esta edad”, no nos permitamos ser superados por el mundo, sino que recordemos que la gracia de Dios está con nosotros. Todos y cada uno de los días, en lo que hacemos, debemos “seguir” a Jesús, dando testimonio de él y mostrando a otros el camino. La negación de nosotros mismos y el transporte de nuestra cruz han dado frutos en nuestra propia transformación en Cristo. Ahora hemos tomado la mente, el corazón y el espíritu de Jesucristo.
Si estamos siguiendo a Cristo fielmente estaremos “perdiendo” nuestra vida “por su bien”. No será por el derrame de nuestra sangre, sino por día tras día haciendo la voluntad de Dios, sirviendo a los demás con alegría, siendo fieles administradores, hablando en el nombre de Dios (como Jeremías), y dando testimonio de esa transformación de nosotros mismos en Cristo. Probablemente no será por cosas grandiosas que llamen la atención de multitudes, sino por hacer cosas pequeñas y cotidianas con amor que afectan la vida de muchos. Nadie quiere perder su vida: justo lo contrario, queremos aferrarnos a la vida a toda costa. Sin embargo, este llamado a “negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz, y seguir a Jesús” nos llevará a “perder” nuestra vida, agradecida y con gracia, para que la vida de Cristo pueda vivir en nosotros y hacerse manifestar a través de nosotros.
En las lecturas de hoy Dios transforma las malas noticias en buenas. Mientras que podemos haber huido de este llamado para “negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz, y seguir a Jesús”, a la luz de su verdad y amor corremos hacia ella, abrazarla y querer vivirla con pasión -como Jeremías , como lo hizo San Pablo, y como lo hizo la Hermana Irene- para que “encontremos” nuestra verdadera vida.
Irene McCormack RSJ, mártir de nuestra fe
En mayo de 1991, uno de los grupos terroristas más despiadados del mundo, Sendero Luminoso, había dejado 30,000 muertos conocidos en su guerra de guerrillas de 10 años contra el gobierno peruano. Al anochecer del 21 de mayo de 1991 en la localidad andina de Huasahuasi, una mujer australiana de cabello plateado se convirtió en parte de la espantosa cifra de muertos. La hermana Irene McCormack, una monja católica, fue ejecutada después de un juicio simulado en el que una joven terrorista la etiquetó como imperialista yanqui antes de disparar una bala a quemarropa en la nuca.Nació en Australia Occidental en 1938, en el campo, Irene McCormack entró la congregación de las Hermanas de San José y trabajó como maestra secundaria en diferentes escuelas en el campo y la ciudad en Australia Occidental. Ella era extrovertida y tenía una alegría contagiarte. Al igual que sus hermanos y hermana fue muy amante del deporte y la naturaleza. Disfrutaba de las fiestas y le gustaba bailar.
Llegó al Perú en enero de 1987 y trabajó con la gente del Perú en Lima y Huasahuasi (Junín), con niños y adultos enseñándoles a jugar, leer y reconocerse dignos como hijos e hijas de Dios.
El 21 de mayo de 1991 los terroristas de Sendero Luminoso asesinaron a Irene en la plaza de Huasahuasi junto a cuatro dirigentes del pueblo.
Irene fue enterrada en el cementerio de Huasahuasi en el nicho que pertenecía a una familia, pero, el 2007 las hermanas recibieron un espacio propio para Irene y sus restos fueron trasladados a ese lugar.
Ahora sus restos reposan en un buen lugar para honrar su memoria y recordar el don de su vida entre nosotros y nosotras y para pedirle su intercesión.
También en Lima, en El Pacífico, donde trabajó en la parroquia, hay un monumento a Irene. Después de su muerte se colocó una gran cruz de madera, en su memoria, en una pequeña gruta junto a la iglesia. Actualmente, esta cruz ha sido trasladada frente a la casa de las hermanas en El pacífico.
Este nuevo monumento incluye una versión corta de su vida, una foto, algunos de sus propias palabras y los nombres de los cuatro líderes que fueron asesinados junto a ella. El monumento se encuentra en un jardín al lado de una vereda transitada por mucha gente que se detiene para leer la historia o para rezar o colocar flores frente a su foto. Mucha gente en El Pacífico la recuerda y le rezan a menudo pidiendo su intercesión.
Cada año el 21 de mayo la cruz es decorada con flores y llevada a la Iglesia para la Misa por la justicia y la paz. Después de la misa, se lleva en procesión y se sustituye en el monumento con cantos y oraciones. Siempre se sirve algo para compartir.
La periodista Anne Henderson va más allá de los titulares para preguntar qué hace que una mujer abandone la seguridad de Australia para viajar a una aldea empobrecida en el Perú rural, y pregunta: ¿quién era exactamente Irene McCormack?
Fuente: The Killing of Sister McCormack.
La nueva normalidad
Una mujer en las calles de Granada el 2 de mayo. Crédito Jorge Guerrero/Agence France-Presse- Getty Images.
La nueva normalidad
Por Martín Caparrós- The New York Times.
Nunca pensé que escribiría estas palabras, pero aquí van: he aprendido a ser conservador. Todavía no digo que lo sea; digo que, tras huirle como a la peste toda mi vida, ahora entendí cómo podría serlo. Me ataca, lenta, arrolladora, la conciencia de que no vamos a vivir como vivíamos. Llevo días y días extrañando la vida que creo que perdí; días y días pensando en esas cosas que me gustaban de mi vida anterior al virus que seguramente no volverán -los viajes, la felicidad de mezclarse sin pegas con personas en mercados o estadios o manifestaciones, los encuentros y conversaciones impensados, el calor de un abrazo-. Días y días lamentando su desaparición tan probable; días y días imaginando cómo podría conservarlos.
Esa es, ahora entendí, la actitud entre melancólica y reactiva -reaccionaria- del conservador: sabe que algo se le escapa y se pregunta cómo podría conseguir que algo de ese algo no se fuera del todo o volviera de algún modo. Se suele pensar que los adultos se vuelven conservadores porque quieren vivir mejor. Creo que es un error: lo hacen, si lo hacen, porque creen que han vivido mejor: no, en mis tiempos… Eso es, creo, ser conserva, y me está dando. Porque ahora, parece, empieza la otra vida.
Ahora desescalamos: esa es la orden, al menos en España, donde estoy. Yo sabía que los escaladores escalaban y, una vez que habían llegado a la cumbre, bajaban o incluso descendían; nunca supe que desescalaran, pero nosotros sí lo haremos. No será fácil: no es lo mismo abrir que descerrar. Y si conseguimos desescalar lo suficiente llegaremos abajo de todo, muy abajo, al fondo, donde nos espera la nueva normalidad. Desescalar hacia la nueva normalidad es la consigna: el castellano sufre, las sociedades puede que también.
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Era un clásico: cada vez que se producía algún cataclismo extraordinario, su víctima intentaba “volver a la normalidad”. Ya no; ahora vamos a ir, con suerte, hacia la “nueva normalidad”.
En Barcelona, el 4 de mayor Crédito Nacho Doce/Reuters
“Nueva normalidad” es una contradicción en los términos. La normalidad se construye a través del tiempo, poco a poco, probando y descartando y adoptando formas y maneras que se van volviendo normales. Ahora es normal que las mujeres voten; hace cien años era anormal, y se fue “normalizando” a golpes durante todo el siglo XX, por ejemplo. La “nueva normalidad”, en cambio, no será el resultado de un largo proceso sino la imposición de unos gobiernos empoderados por nuestro miedo.
Están inflados. Nunca gobiernos democráticos tuvieron tanta cancha para ejercer su poder: hace dos meses que les permitimos cualquier cosa porque estamos asustados por la enfermedad, por la muerte presente y prematura. Lo hacen, por supuesto, por nuestro bien; no hay razón más eficaz para hacerte obedecer que convencerte de que es “por tu bien”, y ahora estamos, con razón o sin ella, convencidos.
Así que todo lo que hicimos con nuestras vidas en estos meses no fue producto de un debate, de una decisión consultada y compartida: es lo que nuestros gobiernos, apoyados en el supuesto saber de ciertos científicos, nos dicen que hagamos. La democracia se suspende -por nuestro bien, faltaba más- y los poderes deciden sin más máscaras. No digo que esté bien o mal; digo que sería bueno tenerlo presente. Cuando se nos pase el susto, la inmovilidad del susto, habrá movidas, pedidos y pases de cuentas: terremotos políticos varios.
Y eso mismo que hacen los Estados lo hacen, en estos días, tantos ciudadanos, cuando sermonean a los “infractores”, los atacan, les lanzan desde sus ventanas el peso de sus mejores intenciones. Es el peligro de las causas justas o, peor, las buenas causas. Cuando tenemos una -cuando creemos que tenemos una-, ella lo justifica todo. Entonces podemos permitirnos todas esas conductas que en general reprimimos, porque la causa lo requiere. Ahora tenemos la mejor -o una de las mejores-: la conservación de la salud de la comunidad, la vida de la comunidad. Y, gracias a eso, miles de ciudadanos antes ¿respetuosos? ¿temerosos? ¿reprimidos? se transformaron en verdaderas arpías policiales, llenos de razón y sacrosanta cólera, que se dedican a decirles a los otros lo que deben hacer -y todo por la causa-. Si no diera asco daría risa. Y, sobre todo, si no cupiera la sospecha de que esa conducta llegó para quedarse: que el control mutuo “por la buena causa” será una de las bases de la nueva normalidad.
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Nueve semanas. Ya van dos meses que nos despertamos cada mañana con las cifras de los muertos, las historias de los muertos, los ecos de los muertos: la muerte en la cabeza. Para una cultura que se dedica a ocultar la muerte es un fracaso extraordinario y habrá que ver cómo nos cambia. Hemos hecho todo lo que hemos hecho todos estos días por el miedo a la muerte, por la muerte. Ahora la sabemos, de esa manera física en que se saben pocas cosas. No está claro que podamos deshacernos de ella y volver a ser empecinados ignorantes. No está claro, en general, cómo seremos, pero la nueva normalidad incluirá una presencia de la muerte que hasta ahora supimos evitar.
Mientras, la pregunta del millón es si los Estados mantendrán algo de la fuerza que consiguieron en estas semanas. Todos -las grandes empresas, las pequeñas empresas, ciertos ricos, los pobres de todas las formas y colores- los necesitamos para sobrevivir en estos tiempos difíciles. Muchos -sobre todo los grandes capitales- intentarán desasirse cuando los tiempos se apacigüen. Pero ha quedado claro que en ciertas situaciones el famoso mercado no alcanza o no sirve. Y que hay momentos en que el destino de las personas se hace común, cuando alcanza con que unos pocos estén mal para que todos lo estemos; que hay males —las epidemias, la destrucción de la Tierra— que todavía no aprendieron a discriminar según fortunas. Esa sería la gran enseñanza que los más poderosos querrán olvidar: contradice las bases de su conducta, de sus ideas del mundo.
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Y llegarán los cambios en la vida cotidiana, los que me volvían conservador. Los que podamos viviremos, sin duda, en un mundo más plano. La pantalla -la computadora que suele estar detrás- es un campo de concentración, un territorio concentrado. Ya cumple las funciones que hasta hace poco cumplían muchas herramientas distintas: el tocadiscos, la calculadora, el libro, el diario, el mercado, la radio, la televisión, el cine, el teléfono, la libreta, el naipe, el mapa, el correo y siguen firmas. En estos días incluyó también relaciones sociales y espectáculos que le escapaban, y trabajo, mucho trabajo. La tendencia existía, pero se aceleró. Lo sabemos: el teletrabajo llegó para quedarse, y habrá que ver cómo nos cambia.
Puede producir, entre otras cosas, ciudades menos congestionadas por personas yendo a sus empleos, pero también acabar con los negocios de tantos -bares, restoranes, transportes, roperías- que vivían de sus necesidades. Puede producir un uso más razonable de nuestro tiempo pero ya produce -dicen estudios recientes- un aumento del tiempo de trabajo. Puede reducir el control de los jefes cocoritos pero también dificulta la posibilidad de armar respuestas comunes de los trabajadores.
Y será un mundo mucho menos físico. Entre el avance de las relaciones digitales y el miedo a los demás nos tocaremos mucho menos. Los abrazos y los besos quedarán limitados a los muy cercanos, y a ver cuántos son los valientes que se atreven a darle la mano a un desconocido cuando se lo presenten. Nos miraremos con esa desconfianza que ya se encuentra en cualquier góndola, y ni siquiera nos veremos: viviremos en un mundo con muchas menos caras, con las caras hundidas detrás de esas máscaras que, por disimular, llamamos mascarillas. La sonrisa se volverá algo privado: un privilegio de interiores, como el pelo de las mujeres musulmanas.
Acapulco, en el estado mexicano de Guerrero, el 6 de mayo. Crédito Francisco Robles/Agence France-Presse- Getty Images.
(Es curioso. Una de las características más destacadas del avance chino en el mundo era que tenía rasgos occidentales: lo llevaban adelante con costumbres y cosas y maneras y máquinas diseñadas de este lado, para vivir vidas parecidas a las “nuestras”, hechas de coches, rascacielos, vinos, teléfonos, bluyines. Lo que había triunfado no era Oriente sino un Occidente desplazado, con mano de obra más barata. Las mascarillas, que ellos usan desde hace mucho y ahora todos usaremos, serán, quizá, el primer gran rasgo oriental que se va a imponer en nuestro espacio: una marca de su poder en nuestras caras).
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Un mundo empieza en estos días, y siempre es fácil encontrar belleza en el que se termina. En eso consiste esa tontería de ser conservador. Pero es cierto que, si todo sigue como parece, viviremos en un mundo con más miedos y controles. Un mundo con menos gestos, menos intercambio. Un mundo donde los extraños serán tanto más extraños.
Son solo algunas previsiones para los que todavía creemos que podemos prever algo. Hay millones -muchos millones- cuya previsión más insistente consiste en querer prever -y proveer- la comida de mañana. Mientras algunos teletrabajamos y nos dolemos por los viajes y los besos perdidos, millones clamarán, reclamarán, exigirán a gritos. Con ellos -y con la respuesta que reciban- se jugará la suerte de nuestros países. Entonces sí sabremos cómo será esa normalidad que anuncian nueva y que puede ser, en lo esencial, siempre la misma. O no, cómo saberlo. Hace tres meses no imaginábamos nada de lo que nos sucede: si esta lección no nos enseña la modestia, nunca nada podrá.
Martín Caparrós (@martin_caparros) es periodista y escritor. Sus libros más recientes son el ensayo Ahorita y la novela Sinfín, que transcurre en 2070.
Abusos sexuales en Trujillo y Huamachuco: Una herida abierta en la Iglesia Católica en Perú
Por GISÚ GUERRA FARRO Y WALTER SÁNCHEZ SILVA– ACI Prensa.
La Iglesia en el norte del Perú fue sacudida hace algunos años por un escándalo de abusos sexuales en el que fueron acusados al menos diez sacerdotes. Las autoridades eclesiales involucradas afirman que los procesos ya han concluido y solo queda uno pendiente en el fuero civil, pero parecen haber olvidado a las víctimas.
El 12 de julio el diario La República publicó un extenso reportaje sobre una serie de denuncias de abusos sexuales en la Arquidiócesis de Trujillo y la Prelatura de Huamachuco, sufragánea (dependiente) de la primera, sobre casos investigados desde 2016, con acusaciones que se remontarían a casi 30 años atrás.
La reacción de las diócesis involucradas fue defensiva: la Arquidiócesis de Trujillo y la Prelatura de Huamachuco publicaron comunicados informando que los numerosos casos denunciados ya estaban resueltos, sin hacer referencia alguna a la atención, ayuda o reparación para las presuntas víctimas. Fuentes vinculadas a ambas jurisdicciones consideraron que las numerosas denuncias son “tema cerrado” o “un refrito”.
El Arzobispo de Trujillo, Monseñor Héctor Cabrejos, quien además es presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) envió un comunicado a los obispos de América Latina el 16 de julio explicando que los casos de abusos sexuales en su Arquidiócesis y en la Prelatura de Huamachuco fueron cerrados definitivamente en los fueros civil y eclesial.
En su comunicado, Monseñor Cabrejos aseguró que noticia original sobre el escándalo había sido retirada del sitio web de La República tras dirigir una carta a su director. Sin embargo, el informe siempre se mantuvo en línea y el diario incluso ha publicado una sección especial con toda la documentación, audios y videos de su investigación bajo el titulo: “Pederastia en Perú: Batalla al interior de la Iglesia”.
ACI Prensa envió a Trujillo y Huamachuco a la periodista Gisú Guerra para conocer la situación actual de los casos y solicitar aclaraciones a las autoridades eclesiales.
Trujillo se ubica en el noroeste del Perú y es la tercera ciudad más poblada del país. Huamachuco, ciudad minera y comercial, está a 184 kilómetros al noreste de Trujillo, en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes.
Durante las décadas de 1980 y 1990, Huamachuco sufrió los embates del terrorismo y esta podría ser una de las razones por las que los abusos sexuales no fueron denunciados antes, ya que la atención de la prensa estaba dirigida a la violencia que afectó seriamente al país.
En esta diócesis sirven los Franciscanos de la Tercera Orden Regular (T.O.R.), a la que pertenece Mons. Sebastián Ramis Torrens, quien era Obispo de Huamachuco cuando ocurrieron los abusos sexuales denunciados en el reportaje de La República.
En 2016 y ante el surgir de denuncias públicas, se creó en la Prelatura una comisión de investigación presidida por el Padre Ignacio Gómez T.O.R. quien buscó, sin éxito por la desconfianza de la población local, testimonios de víctimas en diversos pueblos de la zona como Chugay, Huaylillas, Chillia, Huancaspata, Tayabamba, Urpay y Pataz.
Una fuente cercana al caso, cuya identidad pidió mantener en reserva, explicó a ACI Prensa que hacer comisiones de investigación es una costumbre muy arraigada en el Perú y “posiblemente el Obispo Sebastián Ramis (hoy Emérito de Huamachuco), poco o nada versado en derecho canónico” vio en esta comisión “la respuesta social y moral más adecuada. La consecuencia fue una investigación poco profesional tanto en el método empleado para recabar y mantener los informes”, como en lo que debió hacerse después.
Obispo Ramis admite que rompió una denuncia
En Huamachuco, ACI Prensa entrevistó a la madre de una presunta víctima del Padre Manuel Mendoza Ruiz, uno de los sacerdotes acusados.
La mujer dijo que su hijo tenía 15 años en 2015 cuando en un viaje de varias horas en autobús de Chimbote (al sur de Trujillo) a Huamachuco, el Padre Mendoza Ruiz “estaba haciéndose el dormido, cuando metió las manos en los genitales de mi hijo. Este al sentirlo lo botó una vez, pero lo volvió a hacer. Mi hijo le reclamó”.
La madre relató lo ocurrido a Monseñor Ramis, quien luego fue a su casa. “Mi hijo le contó cómo había sido. Y el Padre (Ramis) me dijo, ‘¿Hija qué quieres que haga?’. Padre, yo quiero que bote a ese cura porque no merece estar en nuestra parroquia”.
“Hicimos un documento, mi hijo y yo lo firmamos. No había plata para sacar copia. El Obispo me dijo que él iba a sacar una. Nunca tuve la copia”.
ACI Prensa tuvo acceso a un video en el que se ve a la madre de la presunta víctima, al Obispo Ramis y al Padre Gómez reunidos durante un retiro de sacerdotes en 2016, en la sede de la Prelatura de Huamachuco.
En el video la mujer dice que no se ha hecho caso a la denuncia que hizo y rechazó el ofrecimiento del Padre Gómez de hacer una denuncia por escrito o acudir a la fiscalía, algo que finalmente sí hizo después.
“Cuánto me gustaría confiar en eso Padre, pero si he confiado en el Padre superior [el obispo Ramis] de la Iglesia Católica en esta provincia y no se me ha hecho caso, ¿Qué pueden ustedes pensar padres presentes?”, preguntó.
En el video, Monseñor Ramis dice a la mujer: Yo le pregunté si usted quiere que denunciemos, usted dijo ‘No. No quiero hacer nada’. Entonces, ¿qué hice? Pam, pam, lo rompí (la denuncia), porque usted dijo ‘no quiero que hagan nada’.
Se aprecia luego en el video que la discusión crece en tensión y la mujer le dice al Obispo: “usted, para darme confianza, me dijo que este sacerdote no solo hizo eso a mi hijo; sino que había cometido otras faltas”.
“Otras faltas”
En 2016, la comisión investigadora en Huamachuco recibió el testimonio del sacerdote Nery Tocto, sobre dos seminaristas que acusaron al Padre Mendoza Ruiz de acercarse a ellos para buscar tener relaciones sexuales y, ante el rechazo, presentaba conductas vengativas.
Tocto indicó que los denunciantes, Renzo Ortiz y Gonzalo Lloclla, informaron por escrito al rector del Seminario San Carlos y San Marcelo de Trujillo entre 2012 y 2013.
Los otros sacerdotes acusados de abusos en Huamachuco son los diocesanos Emeterio Castañeda Muñoz, Marco Antonio Tito Valle, Walter Reátegui Ledesma y Rodrigo Vargas. Por falta de pruebas fueron absueltos en los fueros eclesial y civil. Todos sirven actualmente en la Prelatura de Huamachuco, aunque Vargas está en año sabático.
También quedaron absueltos de cargos los franciscanos T.O.R. David Castro Mayurí y Manuel Sanchíz Pons, que residen en Lima y España respectivamente.
Los sacerdotes fueron denunciados por otro grupo de presbíteros entre quienes están Esteban Desposorio, Agustín García, Nery Tocto y el ahora exsacerdote Antonio Campos. Todos siguen en la Prelatura de Huamachuco.
La fuente cercana al caso dijo a ACI Prensa que durante las investigaciones los sacerdotes Tocto y Desposorio querían que cada una de sus afirmaciones fuese “tomada como prueba plena” cuando “esto no es posible”. Para la fuente, “ambos tenían ambiciones de mayor relevancia y puestos de poder en la Prelatura”. Cuando se les llamaba a declarar “eran muy renuentes, incluso amenazantes”.
En 2016, los sacerdotes denunciantes dieron a conocer las acusaciones a través de un canal de televisión y se manifestaron en rebeldía contra el Obispo Ramis.
En un video de septiembre de 2016 se aprecia a Tocto decir que “nosotros, hemos tomado la determinación de desconocer a Sebastián Ramis Torrens como nuestro obispo de la Prelatura de Huamachuco por incapacidad moral y complicidad con los sacerdotes pedófilos, violadores y homosexuales”.
Este pronunciamiento suscitó la suspensión por un tiempo de algunos de los sacerdotes denunciantes, a quienes luego se les habría levantado la sanción tras la intercesión del Nuncio Apostólico en Perú, Mons. Nicola Girasoli, quien viajó al lugar.
Prelatura de Caravelí acepta a sacerdote investigado
ACI Prensa encontró al Padre Manuel Mendoza Ruiz en Huamachuco. “Ya la Iglesia no ha encontrado nada contra mí”, dijo el sacerdote y agregó que “he ingresado a la Prelatura de Caravelí pero por la pandemia y mi diabetes, he regresado con mi familia. No tengo todavía ninguna parroquia en Caravelí”.
ACI Prensa escribió a la Prelatura de Caravelí, a cargo del Obispo Reinaldo Nann, para confirmar si el Padre Mendoza había sido aceptado para trabajar en esa jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento de Arequipa, en el sur del Perú.
El 4 de agosto de 2020, la Prelatura respondió que el Padre Mendoza, “fue denunciado por abuso sexual de un menor ante el obispo de Huamachuco en 2016 por un hecho, que supuestamente pasó en el 2015. El Padre fue investigado y procesado por la Prelatura de Huamachuco en coordinación con la Congregación por la Fe (sic) en el Vaticano”.
La Prelatura parece referirse a la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Dicasterio del Vaticano que se encarga de las investigaciones sobre abusos sexuales.
Según la respuesta de la Prelatura, el Padre Mendoza “durante su proceso fue suspendido de sus funciones sacerdotales ad cautelam (2016-2018). Su proceso terminó en 2018, absolviéndolo por no encontrar pruebas sólidas, de que se haya producido el abuso”.
El texto agrega que “la misma denuncia se hace en mayo de 2017 ante la fiscalía de Huamachuco. Hasta agosto del 2020 está en calidad de investigado y no de acusado. El Padre Manuel está colaborando con la justicia civil de Huamachuco. Se espera el archivamiento del caso. Si la justicia civil lo encontraría culpable en algún momento, la justicia eclesial reabrirá de nuevo su caso”.
También señala que el Padre Mendoza conversó con Monseñor Reinaldo Nann “a inicios de 2020, para trabajar en esta jurisdicción. Después de un examen psicológico exhaustivo y el permiso del obispo de Huamachuco se le dio esta posibilidad, aunque por la crisis del Covid no ha sido posible, que el Padre Mendoza se traslade a la Prelatura de Caravelí” y confirma que el sacerdote debe de estar con su familia “sin ejercer su ministerio”.
Sin embargo, en su último comunicado sobre el caso, la Prelatura de Huamachuco no hace referencia a que el Padre Mendoza fuera absuelto en el fuero eclesial en 2018 como dice la Prelatura de Caravelí. Tampoco menciona que fue aceptado para trabajar en esta última.
Previamente, en abril de 2019 un comunicado firmado por el entonces Obispo-Administrador Apostólico de Huamachuco, Monseñor Emiliano Cisneros, informó al clero local que el Padre Mendoza Ruiz tenía prohibido ejercer su ministerio “con la salvedad de someterse a un examen y terapia sicológicas en un régimen de internado, si así lo elige voluntariamente, de lo contrario otras sanciones se podrán considerar oportunamente”.
La fuente consultada por ACI Prensa señaló que la fiscalía local archivó el expediente del Padre Mendoza Ruiz, pero la justicia eclesial “fue más severa” al imponerle restricciones y prohibiciones que son fruto “de otras indagaciones”, con lo que se demuestra “que su idoneidad es muy cuestionable”.
La misma fuente explicó a ACI Prensa que es justo “reconocer la imparcialidad y buen hacer” de Monseñor Cisneros porque “los casos que llegaron a sus manos fueron resueltos con rectitud, prontitud y competencia doctrinal”.
Sacerdote suspendido por abuso sexual es director de un colegio
ACI Prensa entrevistó al sacerdote diocesano Ángel Cachay Malo, que sirve actualmente en una parroquia en la localidad de Tayabamba en la Prelatura de Huamachuco.
El Padre Cachay relató que cuando era seminarista, el sacerdote –ahora suspendido– Tulio Montenegro Infante le insinuaba tener relaciones sexuales.
“Cuando nos íbamos de regreso de Huamachuco a Tayabamba, luego de la ordenación episcopal de Sebastián Ramis, en un lugar llamado Chahuán nos dieron un cuarto para dormir todos: soldados, catequistas y seminaristas. Tulio me llamaba. Ven a mi lado, aquí está tu espacio. En la madrugada comenzó a bajarse el pantalón, darse vuelta hacia mí como para tener relaciones, yo no acepté esas cosas”, dijo el Padre Cachay.
Según el sacerdote, este episodio lo hizo dudar de su vocación. “Yo no acepté esas cosas. Ahí sí me hizo llorar. Lloraba de impotencia, de cólera, quería golpearlo, levantar a toda la gente que estaba ahí al costado durmiendo”, recordó.
En 2016, Montenegro también fue acusado por Héctor Reyes Prieto, un joven huérfano que luego presidiría la Asociación de víctimas de abuso sexual del Perú, de obligarlo a “tener relaciones sexuales bajo amenaza”.
Los presuntos abusos habrían ocurrido entre 1994 y 2001, mientras vivía una experiencia vocacional en una parroquia del distrito de Buldibuyo, a cargo de Montenegro. Según Reyes Prieto, los abusos terminaron cuando escapó de la parroquia, de la cual el sacerdote le había prohibido salir durante casi 7 años.
Las denuncias de abuso sexual contra Montenegro prescribieron en el fuero civil, pero la justicia eclesial sí lo sancionó en 2018.
Además, en abril de 2019, Monseñor Emiliano Cisneros informó al clero local que a Montenegro se le prohibió de manera “permanente ejercer el ministerio presbiteral en público y no puede presentarse en ningún caso como sacerdote”. Actualmente las penas que se le impusieron están en apelación en el Vaticano.
“El cúmulo de indicios de una conducta permanente y violatoria del celibato lo hacen poco o nada idóneo para el ejercicio del ministerio”, dijo la fuente a ACI Prensa.
Sin embargo, “las pruebas ofrecidas por el principal de sus acusadores no son conclusivas, especialmente por Héctor Reyes Prieto” quien ha visto en la condena de Montenegro “una victoria para su causa: la de la promoción del movimiento homosexual y la posible obtención de una suma de dinero. La Prelatura le ofreció ayuda profesional, espiritual, psicológica, etc. pero no dinero”.
La condena de Montenegro se dio por las “interminables acusaciones muy verosímiles en su contra, así como las afirmaciones propias en el examen personal y otros elementos”, agregó la fuente.
Montenegro siguió trabajando como maestro y ahora es director de la escuela secundaria estatal “Manuel Scorza” en la localidad de Pataz cercana a Huamachuco.
ACI Prensa consultó al Ministerio de Educación (Minedu) sobre el caso de Montenegro.
El 24 de agosto, el Minedu informó que cuatro imputaciones de hostigamiento sexual de Montenegro contra dos profesores, varios alumnos y un vigilante entre 2005 y 2017, finalmente fueron archivadas.
Sin embargo, el organismo ha decidido revisar la situación de Montenegro y ha solicitado –según indicó a ACI Prensa– a la Prelatura de Huamachuco información sobre las razones por las cuales Montenegro “fue apartado del ejercicio público del ministerio sacerdotal”.
El Minedu recordó que en Perú está vigente la Ley Nº29988, “que establece medidas tales como la separación definitiva del sector educativo, al personal docente y administrativo de instituciones educativas públicas y privadas con condenas por delitos de violación de la libertad sexual, entre otros”.
Los casos de Trujillo
Trujillo es capital del departamento de La Libertad. Allí está la sede de Arquidiócesis de Trujillo, que tiene como jurisdicciones sufragáneas a las diócesis de Cajamarca, Chimbote, Huaraz, Huari, así como las prelaturas de Huamachuco y Moyobamba.
En el 2016, mientras la Prelatura de Huamachuco investigaba las denuncias de abuso sexual, el Arzobispado de Trujillo hacía lo propio ante las denuncias contra los presbíteros William José Costa Serrano y Segundo Asunción Fernández Haro por “participar en fiestas en las cuales se bebía licor y prostituía a adolescentes”. Tras las acusaciones ambos fueron suspendidos.
El comunicado del 13 de julio del Arzobispado de Trujillo señala que “la suspensión ad cautelam de todas las obligaciones ministeriales” de ambos sacerdotes “se mantiene vigente hasta hoy”.
En Trujillo las presuntas víctimas debían declarar ante una comisión en la que era delegado el Padre Ricardo Angulo Bazauri. Sin embargo, los denunciantes Héctor Reyes Prieto y Juan Blanco Ramírez no quisieron dar su testimonio ante él porque aseguraron haberlo visto en las fiestas donde se prostituía a menores.
Ante la desconfianza de las víctimas hacia el Padre Angulo, tomó nota de las denuncias el Padre Ignacio Gómez T.O.R.
Según consta en su testimonio grabado de 2016, Reyes dijo que “el Padre Angulo mandó un emisario llamado Jorge Manrique para que yo me retractara sobre Ricardo Angulo. Por ello él me iba a dar un dinero. ‘A Juan Blanco le vamos a dar 15 mil soles [unos 4,200 dólares] y a ti 20 mil [unos 5,600]’, me dijo, ‘pero primero tienes que firmar la carta en la que dices que a él no lo has visto participar de estas fiestas. En el papel decía Yo me retracto (…) Tú sabes que el Padre es así. A Ricardo Angulo no lo toquemos. Yo lo defiendo porque es mi paisano’.
El 15 de agosto de 2020 ACI Prensa preguntó al Padre Ignacio Gómez si informó al Padre Ricardo Angulo sobre la acusación del envío de un emisario para comprar el silencio de las víctimas, a lo que Padre Gómez respondió: “Lo siento, no recuerdo si lo hice”.
El comunicado del Arzobispado de Trujillo del 13 de julio de 2020 señala que sobre el Padre Ricardo Angulo Bazauri “no ha recibido denuncia de ningún tipo y no ha sido denunciado ni en lo civil ni en lo canónico”.
El Padre Angulo es el actual Gerente de Desarrollo Institucional de la Universidad Católica de Trujillo. Fue Vicario General de Monseñor Héctor Cabrejos y presidente del Directorio de la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Trujillo.
El 14 de agosto de 2020 ACI Prensa le envió fotografías a Héctor Reyes Prieto y este identificó en ellas al que sería el emisario del Padre Angulo. Reyes dijo que se trata de Jorge Manrique Catalán, director de la Oficina de Educación Católica (ODEC) de Trujillo.
Este no es el único episodio que involucra al Padre Ricardo Angulo.
En la entrevista concedida a ACI Prensa, el Padre Ángel Cachay acusó al Padre Angulo de abusar repetidamente de un seminarista –cuyo nombre mantenemos en reserva– en el Seminario San Carlos y San Marcelo de la Arquidiócesis de Trujillo.
“Casi siempre, todas las mañanas salía Ricardo Angulo del cuarto de él. Parecía raro si el reglamento del Seminario era bien estricto”, dijo el Padre Cachay cuya habitación estaba al lado del de la presunta víctima.
“Eso era normal y pasaba a vista y paciencia de todo el seminario”, agregó.
Al ser consultado sobre si alguna vez le preguntaron algo al seminarista, el Padre Cachay dijo que “no, nadie se metía. Se callaban la boca. Lo que pasa es que cuando uno es seminarista anda con el temor de que cualquier cosa que haga o diga le puedan decir ‘ya no sirves’.
El Padre Cachay contó también que en Trujillo el Obispo Ramis compró una casa “para que los sacerdotes, seminaristas y religiosas se hospedaran mientras estaban de paso. Ahí llegaban Tulio [Montenegro] y Emeterio [Castañeda]. Eran los que más frecuentaban. Se cometían muchas atrocidades”.
Sobre las acusaciones de abusos, el sacerdote dijo que “si bien es cierto para el fuero civil prescribieron, para el fuero eclesiástico es una cosa moral que nunca va a prescribir. La moral nunca prescribe”.
La versión de la casa donde ocurrían las fiestas entre sacerdotes y jóvenes menores de edad en Trujillo, coincide con los relatos de 2016 de Héctor Reyes y Juan Blanco.
“Luego del trago venía el sexo (…) nos pagaban una propina, 20 soles [unos seis dólares]. Eso fue más de un año”, dijo Juan Blanco a la prensa en Trujillo, luego de negarse a declarar ante la comisión investigadora de la Arquidiócesis.
ACI Prensa buscó en distintas oportunidades y por varios medios al Padre Ricardo Angulo y a Jorge Manrique Catalán, para obtener su versión sobre las acusaciones en su contra. Nunca recibimos una respuesta.
ACI Prensa también acudió al Seminario de San Carlos y San Marcelo en Trujillo para pedir los archivos de los alumnos y verificar la denuncia sobre el seminarista presuntamente abusado. El Padre Nilton Saavedra explicó que los archivos están en el Arzobispado de Trujillo.
Después de una Misa celebrada por Monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte el 27 de julio en la Catedral de Trujillo, la periodista de ACI Prensa intentó entrevistarlo personalmente sobre el caso del Padre Angulo y otros dos sacerdotes suspendidos –William Costa y Segundo Fernández– sin éxito.
Luego de repetidos intentos y ante el silencio del encargado de prensa del Arzobispado, Juan Andonaire, el 17 de agosto ACI Prensa llamó por teléfono y envió un correo electrónico al Arzobispado de Trujillo con una nueva solicitud de declaración.
Al día siguiente el Arzobispado respondió al correo indicando que “sobre este tema que usted indica, el Arzobispado de Trujillo ya se manifestó de manera contundente e indubitable mediante el comunicado de fecha 12 de julio, el cual le adjunto”.
¿Por qué las víctimas no quieren hablar?
Una fuente en Huamachuco dijo a ACI Prensa que luego de la investigación en el fuero eclesial que comenzó en 2016, las presuntas víctimas ya no querían hablar por miedo al poder político y social de la Iglesia en Trujillo y Huamachuco.
“Iniciaron una persecución contra todas aquellas personas que han apoyado a las víctimas que han declarado. Denunciaron a siete personas en la fiscalía y durante 3 años hemos llevado un juicio. ¿Quién ordenó la denuncia? El Arzobispo de Trujillo y el Obispo de Huamachuco de entonces [Sebastián Ramis]. Los temores están ahí”, dijo la fuente.
El 3 de junio de 2016, el Padre Ricardo Angulo Bazauri presentó una denuncia por el delito de asociación ilícita para delinquir, contra Héctor Reyes Prieto, el ahora ex sacerdote Antonio Campos, su hermana Gregoria, y el Padre Nery Tocto. Los acusó de generar una campaña mediática para luego extorsionarlo con la afirmación de que participó en fiestas homosexuales.
En su denuncia, el Padre Angulo dijo que la acusación contra él era un intento de deslegitimar la comisión investigadora de la Arquidiócesis de Trujillo en la que era delegado.
El Padre Angulo indicó que la versión de Reyes Prieto acusándolo de participar en las fiestas se debía a que el sacerdote “era pieza clave para obtener dinero”.
El 3 de mayo de 2018 un juzgado Trujillo archivó la denuncia de Angulo.
“[Monseñor] Cabrejos es el Arzobispo de Trujillo, es presidente de la Conferencia Episcopal y del CELAM [Consejo Episcopal Latinoamericano]. Ni siquiera hay una palabra que se refiera a que van a escuchar a las víctimas. Nada, siempre a la defensiva. Cuando se ha dicho alguna cosa al periodismo, de alguna forma se vuelve una persecución contra quienes han denunciado”, indicó la fuente en Huamachuco.
Para la fuente, las presuntas víctimas de abusos en Huamachuco y Trujillo se enfrentan a “un poder aplastante y enfermizo que quiere hacer callar los hechos y las víctimas. Pero no van a poder hacerlo eternamente”.
“Después de que se van ustedes [los periodistas] la gente sigue ahí ante el poder de la Iglesia, se les deja sin trabajo, se les amenaza de muerte”, alertó.
Según la fuente, otra razón para el silencio de las víctimas sería que algunos sacerdotes creen que la Iglesia está dividida en “izquierda” y “derecha”; y que el caso de los escándalos podría ser usado por ACI Prensa para “atacar” a la “izquierda” eclesial y difundir la idea de que no hay un verdadero interés en las víctimas.
ACI Prensa se contactó con Reyes Prieto, quien aceptó una entrevista el sábado 25 de julio junto al Padre Esteban Desposorio, otro de los sacerdotes denunciantes, en el local de la defensoría del pueblo en Trujillo. Sin embargo, ni Reyes ni Desposorio llegaron a la cita y ya no contestaron las llamadas telefónicas.
Pese a su ausencia, algunos días después Reyes envió archivos de audio a ACI Prensa con los testimonios que presuntas víctimas grabaron en 2016 e identificó a Jorge Manrique Catalán como el “emisario” que el Padre Ricardo Angulo habría enviado para comprar su silencio.
En Lima, el Padre Ignacio Gómez T.O.R dijo no conocer ni el número de teléfono, ni el correo electrónico del Prelado Emérito de Huamachuco, Monseñor Sebastián Ramis, quien hoy reside en Mallorca (España).
En la sede de los franciscanos T.O.R. en Lima, ACI Prensa preguntó por el Padre David Castro Mayurí –absuelto por la comisión investigadora de Huamachuco–, y nos informaron que debido a su edad es “población vulnerable” ante el coronavirus y por eso se encuentra guardando distancia social en otro lugar.
Maximina Tamayo, quien trabajó 24 años como cocinera en la sede de la Prelatura de Huamachuco, declaró a ACI Prensa que las acusaciones contra el Obispo Ramis “son calumnias que le hacen los sacerdotes, quien los ha educado como un padre”.
Tamayo explicó que Monseñor Ramis financia desde España el tratamiento de su nieta, en una clínica de rehabilitación física de los hermanos de San Juan de Dios.
Un exsacerdote admite no haber actuado ante una denuncia de abusos
ACI Prensa también buscó insistentemente al actual Administrador Apostólico de la Prelatura de Huamachuco, Monseñor Benjamín Rivera Montoya T.O.R., pero no obtuvo respuesta.
En Radio Los Andes, emisora local de Huamachuco, una periodista puso a ACI Prensa en contacto con un exsacerdote dispuesto a contar su experiencia con la condición de mantener en reserva su identidad.
Este exsacerdote admitió haber recibido una acusación contra un sacerdote por tocamientos indebidos en la localidad de Tayabamba y no hacer nada al respecto, cuando formaba parte de la estructura de la Prelatura de Huamachuco.
Al ser preguntado sobre si cuestionó al presbítero aludido, el exsacerdote dijo que no lo hizo porque recibió la denuncia de una tercera persona y no de la supuesta víctima ni de un familiar directo.
¿Es posible abrir un nuevo proceso en el fuero eclesial?
Según canonistas peruanos y estadounidenses no vinculados al proceso de Trujillo y Huamachuco sí es posible abrir un nuevo caso en el fuero eclesial, teniendo en cuenta dos condiciones: que el delito no haya prescrito y que el delito no haya sido juzgado.
Los expertos coinciden en que si hay nuevas evidencias, como por ejemplo que alguien haya cometido otros abusos que no se conocían, entonces esa sería una nueva causa y debe ser tratada como tal.
Al ser preguntados sobre los derechos de las víctimas de conocer los detalles de los procesos en Trujillo y Huamachuco, así como los pasos a seguir en el futuro para prevenir situaciones similares a las denunciadas, los canonistas dijeron que ese “es un tema muy difícil” porque “las actas de un juicio canónico, por la doctrina, principios y lenguaje jurídico son inaccesibles tanto para la prensa secular como para las partes del proceso”.
También explicaron que, de hacerse públicas estas actas, la prensa y las partes involucradas necesitarían la ayuda de un canonista, de lo contrario las interpretaciones y conclusiones que se obtendrían serían muy distorsionadas y en vez de esclarecer el caso, podrían generar más confusión.
Las normas eclesiales que sirven como marco en estos casos son el motu proprio “Como una Madre amorosa” de 2016 y Vos estis lux mundi (Vosotros sois la luz del mundo) de 2019, ambos documentos firmados por el Papa Francisco sobre lo que debe hacer la Iglesia ante las denuncias de abusos sexuales.
Vos estis lux mundi establece que cuando hay denuncias sobre abusos en una diócesis, corresponde la investigación a la Arquidiócesis sede de la provincia eclesiástica.
Los canonistas dijeron que si dicha Arquidiócesis está en cuestión, entonces se debe contactar con el obispo sufragáneo más antiguo de la provincia eclesiástica para que realice la investigación.
Los expertos explicaron que si bien el Nuncio Apostólico o representante del Papa no tiene competencia jurisdiccional sobre los obispos porque no es su superior, sí puede actuar como nexo con el Vaticano. Mediante el Nuncio se puede acudir a uno de los dicasterios competentes: Congregación para los Obispos o Congregación para el Clero.
Consultado por ACI Prensa sobre si estaría dispuesto a ir a la Nunciatura Apostólica para la posible reapertura del caso, Héctor Reyes Prieto dijo: “Yo ya no creo en nadie porque nunca he visto justicia. Yo todo lo dejo en las manos de Dios que es el único en quien confío. Él es el único justo y que nunca se vende”.
El 21 de agosto Reyes comentó que ya no cree “ni en el Papa. Yo creo que si él desea ayudarnos lo hubiese hecho rápido y nos hubiese dado la ayuda a todas las víctimas con ayuda psicológica” pero “no veo ni una iniciativa por parte de la Iglesia”.
“Es por eso que ya no deseo saber nada de este caso. Todo lo dejo en las manos de Dios que él es justo. Más bien gracias por todo. Que el Señor los bendiga y paz a las personas de buena voluntad”, concluyó.
En 2016, Reyes, Nery Tocto, Esteban Desposorio, Agustín García y otros más llegaron hasta la Nunciatura Apostólica en Lima con su denuncia. El Nuncio Apostólico era entonces Monseñor James Patrick Green.
El 17 de octubre de 2019, el actual Nuncio, Monseñor Nicola Girasoli, que se desempeña en el cargo desde 2017, dirigió una carta a un periodista del diario La República en la que explica que recibió dos comunicaciones de Esteban Desposorio sobre “casos de abusos sexuales y comportamiento homosexual de algunos sacerdotes de la Prelatura Territorial de Huamachuco”.
En su carta, el Nuncio explica que, por su naturaleza institucional y diplomática, la Nunciatura que es la Embajada de la Santa Sede en el Perú, “no es un organismo judicial”, pero sí recibe a todos “y de inmediato alerta a la competente autoridad eclesiástica” y al Ministerio Público de ser el caso.
Monseñor Girasoli concluye la carta indicando que para conocer la actual situación de los sacerdotes denunciados, se debe consultar a Monseñor Benjamín Rivera Montoya, Administrador Apostólico de Huamachuco, quien no respondió a la solicitud de entrevista de ACI Prensa.
¿Obstaculización de la justicia?
Los canonistas consultados por ACI Prensa coincidieron en que en los casos de Trujillo y Huamachuco, las acusaciones específicas se refieren a “obstaculización de la administración de justicia o negligencia en administrarla por parte de un miembro de la jerarquía. Es decir, en este caso, un obispo diocesano, o su equivalente, cabeza de una Iglesia particular”.
“La cuestión sustancial que afecta a la Arquidiócesis de Trujillo es que es posible que algunos casos no hayan sido tratados de acuerdo a derecho. Es también muy posible que algunos casos hayan prescrito porque la acción penal no es posible de aplicarse a determinados individuos, pero la responsabilidad del superior queda aún en entredicho y ese es un delito distinto del abuso del súbdito. Todo esto se entiende en caso de menores”, señaló uno de los expertos.
En caso de adultos, la situación es más difícil de enfrentar. Se puede alegar abuso de autoridad o amenaza, normados en el canon 1395 o 1389 del Código de Derecho Canónico, pero estos casos prescriben en un máximo de 5 años.
El canon 1395 señala que si un sacerdote comete “un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencia o amenazas, o públicamente o con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical cuando el caso lo requiera”, mientras que el canon 1389 establece que “quien abusa de la potestad eclesiástica o del cargo debe ser castigado de acuerdo con la gravedad del acto u omisión, sin excluir la privación del oficio”.
En cuanto a los obispos, los canonistas dijeron que la responsabilidad más grande corresponde a los obispos diocesanos o sus equiparados. No así a los obispos auxiliares, obispos titulares y eméritos (jubilados).
Los expertos canonistas advirtieron que cuando el obispo conoce algo debe “indagar inmediatamente cualquier notitia criminis [noticia de un crimen] y a la vez informar de la investigación tanto a los dicasterios romanos como a las autoridades civiles si el abuso o el resultado de la investigación es relevante jurídicamente”.
El canon 1717 establece que siempre que el obispo “tenga noticia, al menos verosímil, de un delito, debe investigar con cautela, personalmente o por medio de una persona idónea, sobre los hechos y sus circunstancias así como sobre la imputabilidad”.
El Vaticano publicó este año el Vademécum o Manual “sobre algunas cuestiones procesales ante los casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos”, un documento que da claras indicaciones sobre cómo las autoridades eclesiales deben actuar en casos como los de Trujillo y Huamachuco.
Entre otras cosas, el manual en el artículo 17 explica que “incluso en ausencia de una explícita obligación legal, la Autoridad eclesiástica dé noticia a las autoridades civiles competentes cada vez que considere que esto es indispensable para tutelar a la persona ofendida o a otros menores del peligro de eventuales actos delictivos”.
Fuente: ACI Prensa.
Hermana Deirdre Byrne POSC
Monja cirujana y militar retirada hablará en la convención republicana en EE.UU.
Una religiosa, cirujana y militar retirada es una de las oradoras que hablará en la Convención Republicana Nacional que se realiza esta semana en Estados Unidos, en la que el presidente Donald Trump ya ha sido nominado oficialmente como candidato para buscar la reelección.
La hermana Deirdre “Dede” Byrne POSC fue anunciada como oradora por la campaña de Trump el domingo y tiene un destacado currículum que sobresale entre los oradores de la convención. Es una coronel retirada del Ejército de Estados Unidos y miembro de las Hermanas Pequeñas Obreras de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Ha servido en el extranjero como soldado y misionera.
Criada en los suburbios de Washington D.C. y una de siete hermanos, Byrne se graduó en Virginia Tech antes de iniciar la carrera de medicina en la Universidad de Georgetown. Mientras estaba allí, ingresó al ejército como una forma de pagar sus estudios y terminó sirviendo en las fuerzas armadas durante 29 años como médico y cirujana.
Entre 1982 y 1985 trabajó en el campo de la familia y miembro del ejército a tiempo completo entre 1982 y 1989. Luego de eso sirvió como misionera entre 1989 y 1990, mientras seguía en la reserva del ejército. Completó la segunda residencia general de medicina en 1997, el mismo año en que conoció a la Madre Teresa. Byrne tuvo la misión de asistir a la ahora santa ante cualquier necesidad durante su visita a Washington.
Durante su servicio en el ejército discernió su vocación religiosa, un llamado que dijo siempre tuvo, y fue alentada por un sacerdote a encontrar una orden religiosa que le permitiera continuar su servicio en el campo de la medicina. Así llegó a las Hermanas Pequeñas Obreras de los Sagrados Corazones de Jesús y María, un instituto nacido en Italia en el siglo XIX que está presente en Washington desde 1954.
Byrne ingresó en la formación del instituto religioso en 2002 y emitió sus primeros votos en 2004. Siguió en la reserva del ejército y fue enviada en misión tres veces. Luego de la tercera misión en Afganistán en 2008, se le ordenó retirarse del ejército, lo que hizo en 2009. En 2011 hizo sus votos perpetuos.
Byrne hablará esta noche en la Convención Nacional Republicana. Trump ha elogiado su servicio en el ejército y en el campo de la medicina en el pasado. El 4 de julio de 2019, en su “Saludo a América”, el presidente dijo que “desde los primeros días, los estadounidenses de fe han levantado a nuestra nación. Esta noche nos unimos a la hermana Deirdre Byrne, una cirujana retirada del ejército que sirvió durante casi 30 años”.
“El 11 de septiembre de 2001, la religiosa llegó a la Zona Cero, atravesando el humo y los escombros, y dio primeros auxilios y consuelo a todos. Hoy la hermana Byrne dirige una clínica médica sirviendo a los pobres en la capital de nuestra nación. Hermana, gracias por tu vida de servicio. Gracias”.
Según un perfil del Instituto GIVEN, la religiosa es actualmente la superiora de la casa de Washington de las Pequeñas Obreras y trabaja en una clínica.
Fuente: ACI Prensa. Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA.
Federico Carrasquilla
Cura para la Medellín de los sesentas
La capital antioqueña fue sede en 1968 de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, donde sacerdotes de toda la región empezaron a asumir una opción preferencial por los pobres. En ese mismo año el padre Federico Carrasquilla, que hizo parte de la Teología de la Liberación, fue nombrado como primer párroco del barrio Popular de Medellín.
Por Juan Camilo Castañeda-www.hacemosmemoria.org
En 1968 el Popular ajustaba cuatro años recibiendo a campesinos expulsados por la violencia en el campo colombiano. Para entonces, los habitantes vivían en ranchos de tablas y latas, no tenían acceso a servicios públicos, ni escuelas y las calles eran un tierrero. Ese año nombraron a Federico Carrasquilla, un sacerdote ordenado en Roma y con un doctorado en Filosofía, como el primer párroco del barrio.
Carrasquilla nació en Itagüí en 1935. En 1956, con veintiún años, se fue de su pueblo natal a Italia para terminar sus estudios. Tres años más tarde, se ordenó como sacerdote y de inmediato fue enviado a Lovaina, en Bélgica, donde hizo un doctorado de Filosofía con énfasis en antropología, del que se graduó con la tesis “El marxismo de Jean-Paul Sartre”.
Cuando regresó a Colombia en 1963, ya estaba convencido de que su vocación sacerdotal estaría centrada en el trabajo con comunidades de escasos recursos. Por eso, su labor docente en universidades y en el Seminario de Medellín las alternaba con actividades sociales en barrios como Villa del Socorro, en la zona Nororiental de la ciudad.
El día en que lo despidieron de la Universidad Pontificia Bolivariana, en 1968, Carrasquilla le pidió al obispo que lo dejara trabajar como párroco. Así fue como lo asignaron el último domingo de enero de ese año, a la parroquia del naciente barrio Popular.
Desde el primer momento Carrasquilla llegó a vivir como los fieles del lugar, en una habitación de apenas tres por tres metros, comía en las casas de los vecinos y, para sobrevivir, consiguió trabajo en una carpintería de la zona como operador de torno.
Mientras tanto, Medellín se desbordaba. La ciudad recibía gente del campo, la mayoría expulsados por la violencia bipartidista que sufría el país y otro porcentaje de personas llegaban buscando mejores condiciones de vida.
De 358 mil habitantes que tenía en 1951, Medellín pasó a un millón 77 mil, en el año 1973. Foto: BPP.
Ya para mediados de la década de los sesenta se estimaba que 183,813 personas vivían en barrios piratas de la ciudad, 15 mil de ellos en el Popular, donde Carrasquilla era párroco. Esas personas encontraron ayuda y respaldo en curas con posturas de izquierda que los ayudaban a organizarse y a defender sus derechos, entre ellos Vicente Mejía, otro sacerdote que, según Carrasquilla, fue el que inició y acompañó procesos sociales en barrios como el Popular y Villa del Socorro.
Recuerda Carrasquilla que al principio a la gente le parecía “de otro mundo” que un cura se fuera a vivir con ellos en esos “tugurios”. Los vecinos iban y lo visitaban, le preguntaban en qué lo podían ayudar y él respondía que en nada. “Es que eran ellos los que tenían que trabajar. Yo los acompañaba, los orientaba, pero fueron ellos, por ejemplo, los que gestionaron y construyeron la escuela, los servicios públicos”.
Para Carrasquilla los sesenta fueron años de cambio. Fue la década en la que se celebró el Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII y que en su opinión “permitió volver a la esencia, redescubrir al Jesús original, un hombre humilde, que dignificó al pobre”. Con el Concilio la Iglesia tomó distancia del cristianismo medieval para acercarse al mundo moderno y durante el proceso el Papa Pablo VI publicó la encíclica Populorum Progressio, en la que criticó la desigualdad e invitó a los creyentes a actuar en favor de los más necesitados.
Recuerda que al principio de la década, cuando estaba en la Universidad de Lovaina, se acercó a grupos de estudios con una postura según la cual la misión evangélica debía enfocarse en la humanidad de Jesús y no en la figura de Dios que durante siglos había predominado. “En ese momento ya hablábamos de predicar el evangelio y transformar la realidad”, comenta. En esos mismos grupos de Lovaina, años atrás, también participó Camilo Torres Restrepo, sacerdote que hizo parte de la guerrilla del ELN y que murió en combate en 1966. “Camilo dejó una huella muy grande. Él tenía muy claro que no renunciaba al ministerio, que iba a luchar por una sociedad que hiciera real y auténtico el evangelio. Yo lo cuestioné cuando me dijo que se iba a la guerrilla y me respondió que eso iba a durar dos años, que en dos años se apoderarían de esto y que ahí sí se iban a crear las condiciones donde el evangelio fuera posible, pero se equivocó”, recuerda.
En 1968, se celebró en Medellín la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, de donde surgió oficialmente la Teología de la liberación, una corriente de la Iglesia Católica que asumió una opción preferencial por los pobres. “Nosotros lo que hicimos fue adoptar el método de ver, juzgar y actuar, que había trabajado el sacerdote Joseph Cardijn, en Bélgica. Al mirar la realidad encontramos que Latinoamérica era esencialmente pobre y por eso teníamos que trabajar”, relata.
Carrasquilla explica que en Colombia la Teología de la Liberación se dividió en dos grupos, por un lado, quienes tenían por prioridad transmitir el evangelio y darle una dimensión política y por otro quienes veían en el evangelio una herramienta para transformar la realidad. “Eso nunca se notó públicamente. A mí lo que me interesaba era el anuncio de Jesús”.
Ya pasó medio siglo desde ese turbulento 1968, tan lleno de acontecimientos en todas las latitudes de la Tierra, el año en que Carrasquilla empezó su trabajo en la zona Nororiental de Medellín, donde aún vive. Él, sigue caminando las calles del barrio, hablando del Jesús que escogió la vida del pobre e “intentando, como en los últimos 50 años, despertar la identidad y dignidad de la comunidad, para que ellos mismos sean quienes transformen su realidad”.
Mayor mortalidad del mundo
Perú pasó a ser el país con la mayor mortalidad del mundo por la COVID-19, después de que Bélgica corrigiera su cifra de fallecidos por el coronavirus y restara 121 decesos a su balance del impacto de la enfermedad.
La rectificación de las autoridades belgas hizo que Perú ostente ahora ese récord mundial, una marca que era cuestión de días que alcanzara, pues el brote está lejos de ser controlado y las muertes se suceden por centenares en el sexto país del mundo con más casos confirmados al acumular más de 607,000 contagios. Los 28,000 fallecidos por el virus que registra Perú se traducen en una mortalidad de 85.8 muertes por cada 100,000 habitantes, resultado de dividir el número de decesos por su población nacional de 32.6 millones de habitantes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Por su parte, la nueva tasa de mortalidad del coronavirus en Bélgica se situó en 85.5 muertos por cada 100,000 habitantes al reportar ahora 9,878 occisos entre una población de algo más de 11.5 millones de habitantes. El Gobierno belga hizo esta corrección a la baja de su recuento de fallecidos por coronavirus después de que en un inicio considerara dentro de las cifras oficiales de la pandemia los casos sospechosos.
La rectificación fue anunciada este miércoles después de revisar detalladamente una serie de decesos en residencias de ancianos que habían sido contabilizadas dos veces o cuyas causas de muerte no cuadraba con la sintomatología producida por el coronavirus.
MUERTES BAJO SOSPECHA
Esto contrasta con el caso de Perú, donde todavía existen miles de muertes sospechosas de coronavirus que no están incluidas en los reportes del Gobierno. En total son más de 65,000 los fallecidos en exceso registrados desde el inicio de la pandemia en comparación a años anteriores, pues, desde marzo, los fallecimientos a nivel nacional se han incrementado en un 120% respecto a los dos años anteriores. Las muertes sospechosas ascienden en Perú a 10,443, según el último reporte publicado el 18 de agosto por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud.
NOVENO PAÍS CON MÁS FALLECIDOS
Sin contar esos casos sospechosos y solo con las muertes confirmadas tras haber dado positivo a pruebas de descarte, Perú es el noveno país del mundo en número de fallecidos.
Aunque Estados Unidos es el país con mayor número de occisos al registrar casi 180,000. Su tasa de mortalidad es menor a la de Perú al tener 350 millones de habitantes y está en torno a los 54 fallecidos por cada 100,000 personas.
La misma situación ocurre en Brasil, segundo en la lista por cantidad de fallecidos al sumar 116,000. Pero con una población de 210.1 millones de personas, se traduce en 55 muertes por cada 100,000 habitantes.
MÉXICO DOBLA A PERÚ EN LETALIDAD
La letalidad del coronavirus en Perú se sitúa hasta ahora en el 4.8%, lo que significa que cuatro de cada cien personas contagiadas por el virus SARS-CoV-2 fallecen, lejos de la tasa de México, que es del 10,8%. No obstante, la tasa de mortalidad de México es prácticamente casi la mitad que la de Perú al presentar 49 fallecidos por cada 100,000 habitantes.
Después de Perú y Bélgica, los siguientes países con las tasas de mortalidad más altas son el Reino Unido y España, con 62 y 61 fallecidos por cada 100,000 personas, respectivamente. Durante el periodo de pandemia, el Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef) ha llegado a registrar picos de casi 700 fallecidos a nivel nacional por cualquier causa, pero estos valores están descendiendo desde hace dos semanas en una lenta disminución a valores previos a la pandemia que eran de unos 200 fenecidos al día.
Fuente: Agencia de Noticias EFE.
Más contratos
Los contratos del hermano de Claudia Cisneros en el Gobierno de Martín Vizcarra
Por Luis Felipe Alpaca– LimaGris.com
Luis Eduardo Cisneros Méndez también escribió en su red social que a este tipo de información se le llama psicosociales y que forma parte de una mafia que hoy está más activa que nunca. Habría que preguntarle ¿cuál es esa mafia?; no obstante, él no niega su amistad con Martín Vizcarra, tal como lo dijo en una breve entrevista que le hizo el medio El Foco donde asegura que la foto del tenis fue en mayo de 2017 y que lo pixelaron porque él no tenía nada que ver. Habría que preguntar si la producción de Panorama lo alertó y lo llamó antes que emitieran su reportaje, para decirle que no propalarían su identidad.
Sin duda, el caso Richard Swing ha abierto toda una cultura de las contrataciones a todos los amigos que sean cercanos al presidente Martín Vizcarra. En ese sentido, hace dos semanas el programa Panorama a través de su reportero Marco Vásquez emitió un informe donde señalaba cómo los amigos del tenis de Martín Vizcarra, se vieron beneficiados con trabajos para el Estado.
Así mencionaron al Presidente del Club Lawn Tennis de la Exposición, José Luis Alvarado Gonzales que desde 2018 trabaja como Asesor del Viceministerio de Políticas para la Defensa, justamente en el ministerio de Defensa con un sueldo de S/15,600 soles; asimismo, a su hija Fiorella Alvarado que trabaja para el PSI (Programa Sectorial de Irrigaciones) y que fue colocada precisamente por su tío Edgar Zevallos Gonzales, que antes también había ingresado al PSI.
Todo quedó en familia. Pero, lo extraño es que el reportaje dominical también mostró una fotografía donde salían todos los amigos del tenis del presidente Vizcarra y solamente el rostro de uno de ellos fue pixelado; es decir, no se podía divisar de quién se trataba aquel personaje pixelado.
Ese rostro que Panorama tapó en su reportaje, ya se pudo descubrir y es nada menos que de Luis Eduardo Cisneros Méndez, un bachiller en psicología que trabajó como asesor en el MTC cuando Martín Vizcarra era ministro de esa cartera y que luego en reemplazo de Ángela Huatay Benítez se desempeñó como Jefe de Prensa del Despacho Presidencial. Justamente, en un enlace televisivo del 25 de marzo de 2018 se ve claramente a Luis Eduardo Cisneros flanqueando a su presidente Vizcarra como parte de su séquito en una actividad en el Hospital del Niño. Y es más, hizo la labor de guardaespaldas porque incluso cogió del brazo y retiró a un ciudadano que le hablaba muy cerca al mandatario.
El señor Cisneros Méndez ha ganado muy bien en trabajos para el Estado y consiguió 33 contratos por 658 mil 960 soles a través de órdenes de compra sin licitación pública, ni concurso alguno; es decir, ganó por partida doble, como persona natural y como persona jurídica a través de su compañía LEC & Hunter SAC.
Los contratos con el Gobierno de Martín Vizcarra.
Su empresa y sus servicios como persona natural se vieron bendecidos con Martín Vizcarra como presidente, porque obtuvieron entre las dos denominaciones, veintitrés contratos, y diez órdenes de servicios, respectivamente. Algunas fueron para Sunass, con nombres y/o conceptos como “Consultoría de diseño de estrategia comunicacional y plan operativo anual…etc. etc.”; así como por “Media training” para Servir, y por “Servicios especializados con grupos de interés vinculados al Dakar Perú 2019” a Promperú. Sin embargo, la entidad estatal que le brindó más contratos ha sido la que lidera su amiga Fiorella Molinelli, EsSalud con servicios de nombrecitos rimbombantes como “Evaluación de voceros institucionales”, “Análisis sociocultural y mediático” y “Diseño de un plan de fortalecimiento de la gestión comunicacional”, con una facturación a LEC & Hunter SAC de S/124 mil soles.
Pero durante la cuarentena, en el mes de mayo, Luis Eduardo Cisneros Méndez como persona natural obtuvo otra orden de servicio del INS (Instituto Nacional de Salud) por S/28,700 soles y luego apenas hace unas semanas, el 31 de julio, ya como empresa, obtuvo un contrato de S/29 mil soles por servicios de “Diagnostico comunicacional” a Osinergmin (Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería). Es decir, a pesar que en plena emergencia sanitaria, casi todas las instancias están paradas económicamente hablando, estos proveedores tienen la suerte de no parar y encima algunas entidades del gobierno los contratan para que ganen jugosos pagos por servicios que no son fundamentales y que en la actual coyuntura pueden ser prescindibles.
Luis Eduardo Cisneros desde que Martín Vizcarra asumió la presidencia, solo como persona natural facturó al Estado 282,200 soles.
Sin embargo, él no es el único de los Cisneros Méndez que ha facturado para el Estado; asimismo, su hermana Mariana Mariela Cisneros Méndez, abogada por la universidad de Lima ganó con Vizcarra en el poder (entre Ministro del MTC y presidente) un total de más de 305 mil soles con 13 órdenes de servicio. Este monto sin contar los sueldos como funcionaria del Gobierno de Vizcarra, ya que se desempeñó como asesora del Gabinete de Asesores del Despacho Ministerial de agosto de 2016 a mayo de 2017 en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, y posteriormente como Jefa de la Oficina de Asesoría Jurídica (OAJ) en Senace (Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles) de mayo de 2017 a abril de 2019. Luego, de abril de 2019 a enero de 2020 Mariana Mariela Cisneros se desempeñó como Consultora del Gabinete de Asesores en el Ministerio de Cultura. En ese sentido, el Órgano de Control Institucional de OCSE ya se encuentra investigando este caso para determinar si hubo una falta basada en un conflicto administrativo en los contratos de Luis Eduardo Cisneros Méndez, considerando que su hermana durante ese tiempo era funcionaria del Estado.
Órdenes de servicio de Mariana Mariela Cisneros en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Asimismo, la otra hermana de Luis Eduardo, la activista feminista y periodista Claudia Cisneros Méndez y que hasta hace poco escribía una columna en La República, desde el 2016 también facturó para el Estado S/37,552 soles y ha salido como es lógico, en su red social para defender a su hermano y asegura que es el mejor en el Perú en lo que hace y que como estudió una maestría en Comunicación y Desarrollo en la universidad de Ohio, ha llevado al Perú una nueva forma de hacer comunicación y por eso lo contratan en el sector público y privado; por la sencilla razón, como asevera ella, de que es muy bueno en lo que hace:
Claudia Cisneros en Twitter sobre su hermano.
Y sobre su amistad con el Presidente de la República, él textualmente afirmó a El Foco: “Yo me había hecho más o menos pata de él” y en otro párrafo textualmente agrega: “Pidan mis informes y miren la calidad. No soy el único que ha facturado esos montos. Mi trabajo en el Estado ha sido reconocido. Son consultorías de alto nivel. Yo tengo una maestría en Ohio University, una certificación en Estudios Latinoamericanos y una maestría en marketing en Centrum y un diploma en manejo de crisis”. No olvidar que ese argumento es similar al que Richard Swing dio en el Congreso… es decir, ambos aseguran que sus consultorías son de alto nivel; con la diferencia que el tal Swing, según sus propias palabras es: (sic) “Doctor Honor y Causa”.
Presidente Vizcarra y Luis Eduardo Cisneros.
Bonus track: Los Troll center pagados y no pagados defienden a morir a Luis Eduardo Cisneros Méndez y argumentan que todo ha sido un contraataque de los dizque rencorosos fujitroles y que además no hay ley que prohíba tener a una familia entera ligada a contrataciones con el Estado; aunque eso es discutible, porque de hecho hay casos en que está legalmente prohibido. Asimismo, mencionan que los familiares directos de periodistas no tendrían por qué no contratar con el Estado.
Entendemos entonces, por qué se ha puesto de moda que los familiares de periodistas que trabajan en los medios, obtengan simultáneamente contratos con el Estado. Es decir, ¿tiene algo de malo? y tampoco es ilegal. Pero lo más importante: da caché, y en la percepción que manejan ellos, su especie es la más genuina muestra de meritocracia pura, porque se ubican en un envidiable grupo de gente de élite y que por su condición de ser superdotada y altamente preparada, así no concursen públicamente, o postulen a una licitación como lo ordena la ley, ya tienen ganadas todas las opciones de ser contratados con salarios cuantiosos, porque si no, el propio Estado se lo pierde, porque ellos son unos pro y/o unos cracks.
¿Causalidad o casualidad? Cabe resaltar que el 75% de la PEA en el Perú desde hace años se encuentra en situación informal y vulnerable en términos laborales; en ese sentido, se presume que quizá el 20 % restante, está conformado por grandes profesionales formales que además de tener mucha calificación y acreditación académica, también se consideran unos genios; y esa es la principal argumentación que esbozan los que están enquistados en el Estado cuando alguien los descubre.
Luis Eduardo Cisneros en Twitter.
No obstante, omiten decir, que su mayor talento ha sido siempre ligarse y pegarse como chicle al poder político, para convertirse en lambiscones que primero le han cargado la maleta al tayta y que después han asentido a todo lo que les diga su caudillo.
Esa es la mayor fortaleza de aquellos especímenes, por eso forman cofradías cerradas para defenderse entre ellos, porque todos se conocen y se chalequean, como se suele decir en el argot callejero. Y todo con el único afán de ejercer su filosofía crematística, y luego salen con el cuento de que son los másteres del universo y venden sus embusteras teorías del coaching, las habilidades blandas, y sus inacabables maestrías para subestimar a todo aquel que les rodee; pero nunca admitirán que se adhieren como lapas a los gobiernos de turno y venden su alma al diablo con el único fin de recibir un bocado de sus amos… aunque ese bocado hoy se ha convertido en cuantiosas órdenes de servicios.
SUELDO DE LUJO EN PLENA PANDEMIA
Mientras que a miles de pobres del Perú no les llegó el bono por la pandemia, a Mirian Morales secretaria general del Presidente Martín Vizcarra le llegó su sueldo completo no obstante a que el jefe de estado había anunciado el 28 de mayo en conferencia de prensa que se reducía de manera temporal, la remuneración del presidente de la República y de altos funcionarios del Poder Ejecutivo para crear un fondo destinado a los deudos del personal de la salud fallecidos a consecuencia del coronavirus (Covid-19).
Es así que en Julio de este año Mirian Morales cobró S/47,250.00 sin ningún descuento. Según la información de ingreso percibidos en la administración pública también se puede verificar que en diciembre del 2019 la funcionaria de Vizcarra cobró la nada envidiable suma de S/75,000.00.
Como se recuerda Mirian Morales fue denunciada por el programa Panorama por haber contratado a un familiar cuando trabajaba en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Así mismo Su ex pareja Jorge Mere presta servicios al Estado desde el 2009. Su sueldo mensual era de S/2000 en el área de archivo de diversas instituciones, pero luego dicho monto se elevó considerablemente en el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento.
Según el dominical, la ex pareja de Mirian Morales registra pagos de entre S/15 mil y S/20 mil por diversas órdenes de servicio en el Programa Agua Potable y Saneamiento para la Amazonía de dicho portafolio. Pese a este evidente tráfico de influencias sigue teniendo la confianza del presidente.
Fuente: www.manifiestoperu.com
A la deriva
Por Mariella Balbi- Político.pe
Al inicio de la cuarentena en el Perú, conversamos con un destacado galeno sobre la negativa del gobierno de utilizar pruebas moleculares (PCR), sabiendo que son las únicas que detectan el coronavirus con certeza. La tajante y obtusa negativa resultaba –resulta aún– algo incomprensible. Vino el cuentito de que eran caras, salió un empresario coreano diciendo que colocaba una cantidad significativa en siete días.
En aquella época el médico mencionado pensaba que probablemente el gobierno ya había comprando las pruebas serológicas y temía que la ‘tortuguil’ Contraloría “les cayera con todo”. Ya tenemos 27,000 muertos (una cifra más realista indica 50,000) y más de 500,000 contagiados, somos el primer país de muertos por millón. No hay camas UCI y sigue faltantado oxígeno.
Sin embargo, seguimos sin tomar pruebas moleculares intensivamente. Las hay que dan el resultado en corto tiempo. Científicos de una universidad local pueden producirlas, pero no son apoyados. La ministra de Salud, Pilar Mazzetti, anunció que se aplicarían pruebas moleculares masivamente; cerca de un millón, sostuvo.
Pero en el sainete peruano que vivimos apareció el premier a desmentir a Mazzetti: “No es tiempo de moleculares masivas y trazado de contactos, el contagio ya es comunitario”. La ignorancia es atrevida. El militar corrige a la médica y esta anuncia que se tomarán en una nonata operación Tayta.
La razón de no aplicar estas necesarias pruebas radicaría en que el gobierno compró millones de inútiles tests serológicos que quedarían en desuso. Perú es el único país del orbe que los emplea para detectar el coronavirus. Al parecer, el régimen prefiere muertos y desgracia a quedar evidenciado ante Contraloría.
Vizcarra es sinónimo de lo turbio. Se oculta todo lo relativo al COVID-19. La Junta Nacional de Justicia no ha publicado las renuncias a su comité consultivo de las juristas Gladys Echaiz y Beatriz Merino. La Ley de Transparencia lo exige. ¿Cómo evaluará la JNJ al juez que rechazó el pedido de prisión preventiva para Nadine Heredia? Con Alan García no actuó igual. A Keiko Fujimori la tuvieron encarcelada con cero pruebas, mientras que las evidencias en el caso Heredia son múltiples, demasiadas. Pero tiene vara.
Se mantiene y se protege a la corrupción. Vivimos el escándalo de compras irregulares en las pruebas moleculares y en las serológicas (rápidas), sobrecostos, mala calidad, etc. En los casos Swing, avión de la Policía, Mirian Morales, amigotes de Vizcarra y tantos otros Contraloría y Fiscalía tienen una sordera perpetua.
En cualquier otro gobierno el caso de los contratos del padre de la ministra de Economía, totalmente ilegales, admitido por la titular del MEF, sería motivo de renuncia o vacancia. Pero Vizcarra busca que la ciudadanía olvide y anuncia la compra de vacunas masivas cuando no pudo enfrentar adecuadamente al COVID-19. Los hechos lo demuestran.
Comunicador se vende
Por Ricardo Vásquez Kunze-Político.pe
Se ha desatado en los medios de comunicación y en las redes sociales un road show pidiendo con descaro nunca antes visto publicidad estatal para campañas publicitarias “efectivas” contra el coronavirus. Se lo piden al gobierno “en nombre de los 50 mil muertos y medio millón de infectados”, pero en realidad lo hacen en nombre de sus bolsillos.
El guión es tan chapucero que hasta da pena comentarlo. Primero se consiguen a “expertos” que hablen en los medios que quieren pedir plata al gobierno sobre la importancia de las campañas y estrategias de comunicación. Luego sale hablando en “exclusiva” un vocero de estas empresas disfrazado de académico de la “clínica jurídica” de una universidad X, Y o Z, pontificando sobre la legalidad y el derecho que tiene el Estado para repartir SU publicidad de acuerdo con las políticas públicas como la educación, la cultura y el comercio (este último es el que se lleva la mejor parte de la torta con más del 60%).
Pero eso no les basta a los medios comerciales. Ofrecen “eficiencia, prestigio y alcance” para recibir más, cuando –si se trata de otorgar contratos según el “alcance”– Canal N, por ejemplo, no debería recibir un centavo y todos los periódicos reunidos menos que medio céntimo. Los siguientes capítulos son los editoriales de esos medios exigiendo publicidad en nombre de la salud pública con el mayor cinismo del mundo, así como varios columnistas a sueldo machacando sobre lo mismo. “Aquí estamos, ¡yuju!”
Otros lo hacen con el puño de la revolución en alto: para combatir la pandemia recomiendan el lenguaje de cachetadas y, sin ascos, la fuerza de las armas si fuera necesario. Como si estuviéramos en la China comunista o en Corea del gordinflón Kim. Son los mismos que se pasearon orondos organizando las comunicaciones durante todo el quinquenio podrido de Ollanta Humala para saltar sin obstáculos al de PPK y ahora pretenden rematar sus servicios por honorarios (¡o si es en planilla mejor!) en el de las postrimerías del de Vizcarra.
¿Saben por qué esas campañas serán un tiradero de plata y nunca darán resultado? Porque nadie cree en los medios bamba, ni en las encuestas bamba, ni en los columnistas a sueldo. Así que cualquier cosa que salga allí será una mascarilla menos para salvarle la vida a un compatriota.
Predictibilidad prometida
Por Coronel FAP Julio Villafuerte Osambela– Diario Correo.
“Nadie es profeta en su tierra”, me decía un amigo al verlo imponer sus conocimientos en un lugar donde no se desarrolló. Entre papers y supercomputadoras no olvida la promesa que me hizo al partir. Ahora se ha convertido en gran científico peruano que desde lejos lo está cumpliendo.
Es improbable la formación de cualquier evento extremo similar al evento Niño del 82-83, 97-98 o evento frío extremo 98-99 para el verano. Las características oceánicas, que son los primeros indicadores que se pueden apreciar, tienden a la neutralidad o a un enfriamiento ligero del Océano Pacífico. Sus características son similares a los años 1993, 2013 y 2017, en los cuales debemos apoyarnos.Los modelos de predictibilidad muestran las zonas dónde lloverá en exceso y también dónde lloverá menos. Ambos se presentan como si estuvieran generados por la misma fuente, pero a la inversa. Por ejemplo, si el descenso de las precipitaciones sería en el norte (Piura, Tumbes) y la zona sur (Arequipa, Moquegua), la región de mayores precipitaciones estaría en la sierra central (incluyendo la sierra limeña).
En el ciclo anual de los andes centrales, las lluvias importantes ocurren entre noviembre y marzo. Febrero y marzo son las fechas de eventos extremos. Entonces, utilizando modelos de predictibilidad a 60 días desde ahora, podríamos confirmar el inicio temprano o tardío del periodo de lluvias, que a su vez mostraría el diagnóstico de sequías. Lamentablemente, la red meteorológica nacional se encuentra debilitada en su función por el COVID-19 y otros temas, lo que impide el registro real de las variables que mejorarían los modelos de predictibilidad, para así proveer pronósticos de riesgos con mayor precisión incluyendo el factor COVID-19. La trascendencia de la información hidrometeorológica es ser usada de manera oportuna en las actividades socioeconómicas del país. Esto tiene que ser una constante. Ni la presencia del COVID-19 debería impedirlo.
El Hijo de Dios Vivo
Evangelio según San Mateo 16,13-20.
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?”.
Ellos le respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”.
“Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?”.
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Y Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.
Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:
Los seres humanos son muy parecidos a las tortugas: la única forma de salir adelante es sacando el cuello. Pensé en eso cada vez que veo las dos grandes tortugas de Galápagos en el Acuario, Zoológico y Museo en Bermuda. En el siglo XVI, Galileo se estiró el cuello cuando proclamó que el mundo era redondo y que la tierra no era el centro del universo. Fue declarado hereje por la Iglesia y puesto bajo arresto domiciliario. Sus escritos fueron revolucionarios, desafiando el status quo. En 1939, el Papa Pío XII, en su primer discurso ante la Academia Pontificia de Ciencias, pocos meses después de su elección al papado, describió a Galileo como uno de los “héroes de la investigación más audaces”.
En nuestro evangelio de hoy (Mateo 16: 13-20), Pedro estaba dispuesto a arriesgarse. Cuando Jesús preguntó: “¿Quién dice la gente que soy?” les fue fácil responder, porque solo estaban contando lo que otros habían dicho. Pero cuando preguntó: “¿Quién dices que soy?” Estoy seguro de que hubo una vacilación hasta que Pedro, siempre impetuoso Pedro, dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Esta declaración de Pedro fue más que solo su resumen de todo lo que había oído y visto con el Señor: su prudente predicación, las curaciones, la multiplicación de los panes y los peces, la calma de la tormenta y el caminar sobre las aguas. Este también fue un compromiso de seguir a Jesús y abrazar sus enseñanzas. Estaba sacando el cuello para mostrar esta creencia testificando a otros acerca de Jesús. No podía simplemente decir una declaración tan audaz y luego volver a meter la cabeza bajo un caparazón y seguir como si nada hubiera pasado. ¡Algo había pasado! Se había declarado a sí mismo por Jesús, y que Jesús era el Mesías largamente esperado. Esto cambió todo para Pedro en su relación con Jesús y su liderazgo entre los discípulos. Si te arriesgas, como lo hizo Pedro, e hiciste lo correcto, eres recompensado, y Pedro fue recompensado cuando Jesús le dijo: “Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia”, y antes de su ascensión al cielo, “Apacienta mis corderos”.
Peter recibió lo que se llama “el poder de las llaves”. Jesús dijo: “Te daré las llaves del reino de los cielos. Todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo “. Por eso las estatuas y pinturas de San Pedro siempre lo muestran con dos grandes llaves en la mano. Esta fue su recompensa por su declaración de fe.
Esta entrega de las llaves se refleja en la Primera Lectura del Libro del Profeta Isaías (22: 19-23) cuando Dios muestra su favor a Eliaquim por su fidelidad y pone “la llave de la Casa de David sobre el hombro de Eliaquim”. Dijo de Eliaquim que “cuando él abra, nadie cerrará, cuando él cierre, nadie abrirá”.
Para mí, el poder de las lecturas de este domingo se experimenta cuando nosotros, como Pedro, sacamos el cuello y nos declaramos a favor de Cristo. Tan simple como suena, debe verse como una declaración de lo que hay en nuestro corazón, y si nuestra declaración es sincera y profunda. Es fácil decir las palabras “Jesús es el Cristo”, pero para poder decir verdaderamente que necesitamos reflexionar sobre nuestras vidas y ver si estamos viviendo en unión con Cristo. Nuestros sentimientos, pensamientos, palabras y acciones deben reflejar esa vida con Cristo. No podemos decir “Jesús es el Señor” y simplemente seguir con nuestra vida sin experimentar un cambio, una transformación, para vivir una vida santa. En nuestra condición humana, podemos vivir con contradicciones, pero cuando hablamos de nuestra vida en Cristo, debe haber una transparencia y una coherencia que refleje nuestra vida con Cristo y hable a los demás de esa vida.
Quizás ya podamos pensar en ocasiones en las que nos hemos ‘metido el cuello’ por Jesús. A veces puede haber sido una experiencia positiva y quizás en otras no. Por ejemplo, cuando le testificamos a alguien sobre nuestra fe y eso los anima y los ayuda a superar un momento difícil. Quizás muchos de nosotros lo hemos experimentado cuando acompañamos a alguien que ha perdido a un ser querido.
Sin embargo, también hay momentos difíciles, quizás incluso negativos, en los que “sacamos el cuello” por Jesús. A veces, por ejemplo, cuando la conversación – en la familia, en el trabajo o en la escuela, y con los amigos – cuando el tema llega a tocar temas donde las enseñanzas de Cristo y los caminos del mundo se revelan como mundos separados. En esos momentos, la tentación puede ser estar de acuerdo, evitar herir los sentimientos de nadie, o simplemente permanecer en silencio, esperando que los demás nos conozcan lo suficiente como para saber que objetamos. Esto me habla de la realidad del relativismo que es tan desenfrenado en nuestra sociedad actual, y cómo influye negativamente en la comprensión de la revelación, la sabiduría y la verdad. Cuando abrimos la boca y decimos que no estamos de acuerdo, las cosas pueden cambiar rápidamente. De repente somos intolerantes, pasados de moda, prejuiciosos y críticos. Nuestras convicciones se basan en la revelación de Dios, no en ningún capricho o popularidad. Nuestra defensa y explicación de lo que creemos y por qué no puede ser bien recibida o aplaudida por otros, pero eso es lo que significa sacar el cuello, como lo hizo Pedro, al igual que Galileo, y compartir lo que creemos. Entonces realmente les estamos diciendo a los demás quién es Jesús para nosotros, que es, de hecho, “el Cristo, el Hijo de Dios”.