Archivo por meses: diciembre 2015

MEM preside mesa de diálogo de la provincia de Grau

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El Ministerio de Energía y Minas (MEM) presidió la reunión de la ‘Mesa de Diálogo para el Desarrollo de la Provincia de Grau’, que tiene como fin promover la inversión pública y social en la zona, así como atender las demandas de sus pobladores.
La sesión fue encabezada por el viceministro de Minas, Guillermo Shinno. También participaron representantes del Ejecutivo, el alcalde de Grau, Victorino Milder Tuiro Hurtado, así como autoridades de los gobiernos distritales de dicha provincia.
Producto de esta reunión, realizada en la ciudad apurimeña de Chuquibambilla, los integrantes de la Mesa de Diálogo acordaron conformar tres grupos de trabajo. Estos son: Medio ambiente y responsabilidad social, Infraestructura y Construcción, y Desarrollo Productivo.
Asimismo, se aprobó el reglamento que regula esta Mesa de Diálogo, que fue instalada el pasado 11 de noviembre y tendrá una vigencia de 180 días, plazo que podrá ser extendido. Además, los integrantes del Ejecutivo y autoridades de la zona establecieron para el 17 de diciembre la próxima sesión de trabajo. La cita será en el distrito del Progreso.
Cabe indicar que durante el desarrollo de la reunión, el viceministro Guillermo Shinno expresó la voluntad del Ejecutivo para establecer un ambiente de diálogo para el desarrollo de proyectos que beneficien a los pobladores de  Grau.
Por su parte, el alcalde provincial manifestó su acuerdo y predisposición de los alcaldes distritales de Grau para llevar de una manera adecuada esta y las próximas reuniones. Los líderes de las comunidades campesinas del lugar también se mostraron de acuerdo.
Fuente: www.minem.gob.pe

RESOLUCIÓN MINISTERIAL Nº 281-2015-PCM

Lima, 1 de diciembre de 2015
CONSIDERANDO:
Que, el 19 de octubre de 2015 se llevó a cabo la reunión de trabajo en la que participaron representantes de los sectores del Poder Ejecutivo, alcaldes, autoridades de gobiernos locales y dirigentes de organizaciones sociales de la provincia de Grau. Como consecuencia de la citada sesión se suscribió la respectiva acta mediante la cual se dejó constancia de los acuerdos adoptados, entre los cuales se acordó el desarrollo de un cronograma de trabajo;
Que, conforme al citado cronograma el 9 de noviembre se realizó la revisión de la matriz de proyectos consolidada a nivel provincial, acorde con el listado de proyectos presentados por los alcaldes de la provincia de Grau ante los ministerios, y que se encuentran actualmente en trámite;
Que, el 11 de noviembre del año en curso se desarrolló una reunión de trabajo por la cual se suscribió el Acta de Instalación de la Mesa de Diálogo de la Provincia de Grau y Representantes del Poder Ejecutivo, por la que se da por instalada en esa fecha la citada mesa;
Que, debemos promover una política de diálogo en nuestro país, que permita abrir espacios de trabajo conjunto entre las autoridades y la población, impulsando alternativas de solución a los problemas existentes y preservando la seguridad de las personas, el orden público y la paz social;
Que, en ese sentido es necesaria la conformación del grupo de trabajo denominado “Mesa de Diálogo para el Desarrollo de la Provincia de Grau” con el objeto de realizar acciones de coordinación para el cumplimiento de los acuerdos adoptados en la provincia de Grau;
Que, el grupo de trabajo a constituirse deberá coadyuvar al desarrollo integral de la provincia de Grau, respetando el marco jurídico vigente en nuestro país;
De conformidad con lo dispuesto en la Ley Nº 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y el Reglamento de Organización y Funciones de la Presidencia del Consejo de Ministros, aprobado por Decreto Supremo Nº 063-2007-PCM y sus modificatorias;
SE RESUELVE:
Artículo 1.- Conformación del Grupo de Trabajo.
Confórmese el Grupo de Trabajo denominado “Mesa de Diálogo para el Desarrollo de la Provincia de Grau” con la finalidad de realizar acciones de coordinación para el cumplimiento de los acuerdos sobre inversión pública e inversión social en favor de la provincia de Grau; así como realizar el seguimiento de las acciones; y, otras que sean determinadas por sus integrantes.
Este grupo de trabajo depende de la Presidencia del Consejo de Ministros.
Artículo 2.- Integrantes. El Grupo de Trabajo denominado “Mesa de Diálogo para el Desarrollo de la Provincia de Grau” estará integrado por representantes de:
Un (a) representante del Ministerio de Energía y Minas, quien lo presidirá;
Un (a) representante del Ministerio de Agricultura y Riego;
Un (a) representante del Ministerio del Ambiente;
Un (a) representante del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social;
Un (a) representante del Ministerio de Educación;
Un (a) representante del Ministerio de Salud;
Un (a) representante del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo;
Un (a) representante del Ministerio de Transportes y Comunicaciones;
Un (a) representante del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento;
Un (a) representante del Ministerio de la Mujer;
Un (a) representante de la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad de la Presidencia del Consejo de Ministros;
Un (a) representante del Gobierno Regional de Apurímac;
Un (a) representante de la Municipalidad Provincial de Grau;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Mariscal Gamarra;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Curpahuasi;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Santa Rosa;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Vilcabamba;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Progreso;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Micaela Bastidas
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Huayllati;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital Pataypampa;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Turpay;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de San Antonio;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Mamara;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Curasco;
Un (a) representante de la Municipalidad Distrital de Virundo;
Cinco representantes de la sociedad civil organizada de la Provincia de Grau;
Los integrantes del Grupo de Trabajo denominado “Mesa de Diálogo para el Desarrollo de la Provincia de Grau”, contarán con un representante titular y un alterno, cuyo nombramiento se efectuará mediante documento emitido por cada entidad, dentro de los cinco (5) días calendario de publicada la presente resolución ministerial.
El Grupo de Trabajo se instalará en el plazo máximo de diez (10) días hábiles, contados a partir del día siguiente de la publicación de la presente resolución ministerial.
Los miembros del Grupo de Trabajo ejercerán su cargo ad honorem, no irrogando gastos al Estado.
Artículo 3.- De la convocatoria y conducción de las reuniones.
Corresponde a la Presidencia del Grupo de Trabajo convocar y conducir las reuniones de trabajo.Artículo 4.- De la Secretaría Técnica.
La Secretaría Técnica del Grupo de Trabajo recaerá en un representante de la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad de la Presidencia del Consejo de Ministros. En coordinación con la Presidencia desarrollará las acciones necesarias para el cumplimiento de la finalidad de este Grupo de Trabajo.
Artículo 5.- De la colaboración, asesoramiento y apoyo de profesionales.
El Grupo de Trabajo podrá convocar a instituciones públicas o privadas o a profesionales especializados en la materia, cuya participación se estime necesaria para la consecución de sus fines, sin que ello genere gastos al Tesoro Público.
Artículo 6.- Vigencia.
El Grupo de Trabajo denominado “Mesa de Diálogo para el Desarrollo de la Provincia de Grau” tendrá una vigencia de ciento ochenta (180) días hábiles, contados a partir de la publicación de la presente resolución ministerial.
Regístrese, comuníquese y publíquese.
PEDRO CATERIANO BELLIDO

Mora fue retirado de la Comisión de Educación

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Daniel Mora fue sacada de Comisión de Eduación.

“Su salida obedece a un acuerdo tomado en julio pasado, y no a presiones de algunos rectores de universidades”. De esta manera, el vocero de la bancada de Perú Posible (PP), Rennán Espinoza, rechazó las declaraciones de Daniel Mora en torno a su separación de la presidencia de la Comisión de Educación.
“Decir que el cambio de Mora obedece a presiones es falso. En julio, los miembros de la bancada acordamos que Víctor Crisólogo entrara por Mora, pero como Víctor estaba suspendido, decidimos que el cambio se concretaría en diciembre, eso es lo que hemos cumplido”, señaló.
Explicó que si Daniel Mora continuó al frente de dicho trabajo fue porque en julio pasado Crisólogo afrontaba una suspensión de 120 días. En tal sentido, refirió que ese tiempo era suficiente para que Mora consolidara en Educación algunos puntos claves de la Ley Universitaria y concretar la Ley de Institutos.
“Daniel ha hecho una gran labor y eso lo reconocemos todos con gratitud, pero debe entender que estamos cumpliendo acuerdos. Él, además, ha sido presidente de la Comisión de Educación tres años consecutivos, mientras que Crisólogo no ha asumido ninguna presidencia. Hay que ser justos y equitativos”, dijo.
Fuente: Diario Correo.

Demasiado personalismo contra la autonomía universitaria

El congresista Daniel Mora Zeballos, expresidente de la Comisión de Educación del Congreso, denunció en Radio Nacional del Perú que lo relevaron del cargo.
“Hace una semana salió un comunicado de la Asociación de Rectores, que preside Cotillo, donde le daba un ultimátum a Toledo para que yo saliera de la presidencia de la Comisión de Educación, aduciendo una serie de cosas incorrectas, y ayer sin terminar el período legislativo me relevaron de la Comisión, reemplazándome por el congresista Crisólogo”, informó.
Ante esto, Mora calificó como un “maltrato” que lo saquen de la presidencia de la Comisión de Educación antes de terminar la legislatura.
“No hubo ningún argumento para el cambio, es una cuestión extraña, en que a un presidente de la Comisión lo traten de esa manera y a mitad de año. Mi relevo del cargo lo tomo como una presión que ha surtido efecto, la presión hacia el expresidente Toledo, pero lo tomo con calma”, consideró el parlamentario.
Asimismo, dijo que después de lo que pasó en las universidades públicas con la Ley Universitaria “se insistía en que yo salga de la Comisión”.
Para finalizar, Mora exhortó a su reemplazante en la Comisión de Educación, al legislador Víctor Crisólogo, a no dejarse “presionar por intereses privados o personales” que afecten el interés nacional.
Fuente: Radio Nacional del Perú.

Las 10 universidades más caras del Perú en el 2015

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Según el estudio realizado por Grupo Educación al Futuro (GEF),en el Perú existen cuatro tipos de universidades que ofrecen su enseñanza de acuerdo al cobro de pensiones: a) Costo por cobro escalonado, b) Costo diferenciado por carrera, c) costo diferenciado por carrera en escalas y d) Pensión única. La pensión  de estos centro de estudios puede llegar incluso hasta los S/4,300:
1. Universidad del Pacífico. La matrícula cuesta S/245, una pensión mínima de S/1,744 y una máxima de S/3,980.
2. UTEC. El precio mínimo tiene el precio de S/1,587 y la máxima S/3,330.
3. Universidad de Piura. La matrícula cuesta S/515, una pensión mínima de S/1,466 y una máxima de S/3,213.
4. Universidad de Lima. La matrícula cuesta S/240, mientras que la pensión mínima vale S/1,432 y la máxima S/2,869.
5. Universidad San Ignacio de Loyola (USIL). La S/295. La pensión mínima, S/1,421 y la máxima S/3,023.
6. Universidad Cayetano Heredia. En la particularidad especial de este centro de estudios es de tener catorce escales donde sus pensiones van desde los S/1,375 hasta los S/3,020.
7. El costo de la matrícula es de S/350 y pensiones van de S/1,325 a S/3,040.
8. UPC. Con 25 escalas, la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas cuenta con pensiones que van desde S/1,323 hasta los S/3,700.
9. Universidad Ricardo Palma. Su pensión más baja cuesta S/1,250 y la más cara S/2,100.
10. Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL). La pensión más baja cuesta S/1,240 y la más cara S/2,690.
Fuente: Diario La República.

Contribución prevista y determinada a nivel nacional del Perú

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AILAC crece y atrae más países latinoamericanos

Honduras unirá sus esfuerzos con la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (AILAC) por la firma de un Acuerdo ambicioso y vinculante en la Conferencia de las Partes COP21, de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.Con la entrada de Honduras a este grupo de negociación, AILAC reúne actualmente ocho países latinoamericanos: Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú. Todos se caracterizan por sus vulnerabilidades ante el cambio climático y por su compromiso nacional y global de acción climática.
En este sentido, Honduras cuenta con cuatro proyectos que están registrados bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), orientados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el dióxido de carbono en la atmósfera, además, ha ratificado la enmienda de Doha, y presentado recientemente su contribución nacional al Acuerdo de París.
Para la señora Rita Mishaan, responsable de la Presidencia Pro Tempore de AILAC,  la COP21 en París es el momento decisivo para el futuro del régimen multilateral sobre cambio climático: “AILAC desea continuar creciendo en la región, avanzando con un espíritu constructivo con propuestas que permitan abrir el camino hacia la adopción del Acuerdo de París por nuestros Países; reconociendo al mismo tiempo las responsabilidades comunes pero diferenciadas y respectivas capacidades de todas las Partes”, afirmó Mishaan en plenaria.

INDC (1) de la República del Perú

I. ANTECEDENTES
El Perú, desde su incorporación como Parte en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha mantenido una posición de cautela de los intereses nacionales, de colaboración con sus pares en el contexto de la región de Latino América y el Caribe, y de proactividad en la procura de sinergias internacionales y convergencia de acuerdos orientados a los fines últimos de la CMNUCC.
El Estado Peruano realiza sus mejores esfuerzos en su compromiso con el proceso actual de negociación de la CMNUCC para la aprobación del nuevo acuerdo climático global que permita cumplir con el objetivo descrito en el Artículo 2 de la mencionada Convención.
La iNDC responde a la realidad y circunstancias del país, y se alinea con los dos pilares bajo los cuales se condujo la Vigésima Conferencia de las Partes (COP20) de Lima: sentido de urgencia y alto nivel de ambición. Perú, en su calidad de actual Presidencia de la Conferencia de las Partes (COP) de la CMNUCC, no solo demostró su compromiso de organizar la COP20, sino que se manifestó como un país responsable de sus acciones y que visualiza su desarrollo con optimismo.
El Perú es un país de bajas emisiones per cápita y totales, con un porcentaje de participación mundial de solo 0.3% sobre el total de emisiones, de las cuales aproximadamente la mitad se originan en el sector Uso del Suelo, Cambio de Uso del Suelo y Silvicultura (USCUSS).
Por otra parte, sin embargo, el Perú presenta hasta siete de las nueve características reconocidas por la CMNUCC para calificar a un país como “particularmente vulnerable”; características que se ven enervadas por los procesos de origen antropogénico que causan degradación de ecosistemas y contaminación ambiental. El país debe enfrentar además diversas amenazas de origen hidro-meteorológico, como lo indican las emergencias a nivel nacional, que en un 72% tienen relación a fenómenos de esta naturaleza (sequías y lluvias excepcionales, inundaciones, heladas, entre otros).
El Perú ha vivido durante los últimos diez años un crecimiento económico acelerado, que ha contribuido a reducir drásticamente la pobreza; ese crecimiento ha permitido importantes avances en la inclusión social, proveyendo servicios básicos de salud, educación, infraestructura y otros. Ello se ha hecho en paralelo con en el cumplimiento de sus compromisos internacionales y de su acción interna frente al condicionamiento que impone el cambio climático.
Así, se han venido ejecutando proyectos innovadores, recursos domésticos y con aportes de la cooperación internacional, en diversas regiones y sectores para probar y ampliar sistemas y estrategias para enfrentar el cambio climático incrementando la resiliencia social y física del territorio. Paralelamente, se han impulsado iniciativas que han permitido la transformación de la matriz de consumo y generación energética nacional a través del cambio de combustible a gas natural, y el fomento paralelo de la incorporación de energías renovables, que ha logrado que actualmente ya operen centrales eólicas, solares y de biomasa conectadas al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional, entre otros ejemplos.
En este contexto resulta necesario continuar e impulsar la promoción, formulación e implementación de acciones complementarias y sinérgicas de mitigación y adaptación, tanto para cumplir las responsabilidades éticas al nivel nacional e internacional, como para mantener una economía altamente competitiva acorde a las nuevas tendencias mundiales; y para maximizar los beneficios sociales y ambientales derivados de contar con sectores productivos eficientes e inclusivos, a través del uso sostenible de los recursos naturales. Es en este marco conceptual en el que se presentan las iNDC en mitigación y adaptación.
Las iNDC se han construido a partir de una base sólida de información y del trabajo sobre cambio climático realizado desde el año 2003, el cual ha permitido elaborar contenidos, plantear escenarios viables que cumplen con criterios rigurosos de selección y análisis, y nutrir un proceso participativo con discusiones internas sobre propuestas concretas o en ejecución, viables e incluidas en la planificación sectorial, para lo cual se ha considerado los planes, programas e instrumentos existentes. Este proceso de formulación ha generado más de 100 reuniones a nivel político y técnico, incorporado la asesoría de más de 300 expertos.
En este sentido se buscará realizar los esfuerzos requeridos para cumplir con presentar una iNDC con base en iniciativas acordes a las circunstancias y capacidades nacionales, alineadas con las metas nacionales de desarrollo económico, reducción de la pobreza e inclusión social. Las iniciativas buscarán igualmente, la maximización del beneficio conjunto, en adaptación y mitigación, que se da por la adecuada gestión del recurso forestal nacional.
En todo este proceso se considera la necesidad de permanente actualización y revisión de la información de base y su evolución, así como de las acciones de implementación y de retroalimentación que se requieran en el contexto del desarrollo del país.
La propuesta iNDC estará sujeta a aprobación del Congreso de la República en la instancia en que ello sea requerido como resultado de los acuerdos de la CMNUCC. En este sentido la iNDC sólo tendrá carácter definitivo después de la existencia de un acuerdo climático global formalmente constituido/ratificado o acuerdos de la CMNUCC, en el entendido que la presente propuesta es de carácter voluntario y de que los futuros acuerdos no serán retroactivos. Asimismo, el Perú se reserva el derecho de actualizar o ajustar la propuesta iNDC en línea con los compromisos ya adquiridos y con aquellos que se deriven del nuevo acuerdo climático global en el marco de la Convención.
En cumplimiento de la decisión 1/CP.19 y 1/CP.20, el Estado Peruano comunica formalmente su propuesta de iNDC, y la información complementaria, en el presente documento.
II. INDC EN MITIGACIÓN
2.1. Propuesta de iNDC en Mitigación
La iNDC peruana contempla una reducción del 30% respecto a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) proyectadas para el año 2030, como parte de un escenario Business as Usual (BaU). El Estado Peruano considera que un 20% de reducción será implementado a través de inversiones y gastos con recursos internos, públicos y privados (propuesta no condicionada), y que el restante 10% estará supeditado a la disponibilidad de financiamiento externo internacional(2) y condiciones favorables (propuesta condicionada).
2.2. Información Complementaria
i) Tipo de propuesta y punto de referencia. La propuesta del Perú es una reducción de emisiones relativa a una línea base Business as Usual (BaU), escenario con inicio en el año base 2010, y culmina en el año 2030. Las proyecciones totales consideran las emisiones y remociones del sector USCUSS; pero por razones de transparencia y mejor comprensión del esfuerzo nacional, se presentan las emisiones en la base y en la meta, con y sin las emisiones de este sector.
El Estado Peruano se reserva el derecho de actualizar el escenario BaU, con base en nueva información existente, antes del 2020.
ii) Alcance y cobertura
• Alcance: Nacional
• GEI considerados: Los principales GEI considerados son el Dióxido de Carbono (CO2), Metano (CH4) y Óxido Nitroso (N2O).
• Sectores: Las categorías consideradas en el Inventario Nacional de GEI 2010 (INGEI 2010) son similares a las consideradas en la proyección del escenario BaU. En las proyecciones del escenario BaU no se han considerado las emisiones por aviación y transporte de carga internacional por falta de un marco de contabilidad acordado. Tampoco se han proyectado las emisiones de transporte ferroviario o marítimo nacional por su participación marginal en la subcategoría “Transporte” y la consecuente falta de información detallada. La categoría “Solventes y uso de Productos” presenta emisiones cero.
iii) Plazos y Periodo de Implementación. El periodo de compromiso abarca entre el 01 de enero de 2021 y el 31 de diciembre de 2030.
iv) Proceso de planificación El Ministerio del Ambiente (MINAM), como Punto Focal nacional ante la CMNUCC, ha diseñado un proceso desde el 2014 en el cual se incluyeron 3 niveles de diálogo:
a) “técnico-científico” con expertos para el diseño y cálculo de emisiones, basado en parámetros técnicos y costos de las opciones de mitigación;
b) “técnico-político” con representantes de los Ministerios relacionados a las fuentes de emisiones y opciones de mitigación, para emitir opinión técnica en el marco de la política y planes sectoriales; y,
c) “político de alto nivel”, para lo cual se creó una Comisión Multisectorial (CM) al nivel de Ministros y/o Viceministros, encargada de elaborar el informe técnico que contenga la propuesta iNDC en el Perú (Resolución Suprema N° 129-2015 – PCM).
La CM congrega a la Presidencia del Consejo de Ministros y a los Ministerios de Economía y Finanzas, Energía y Minas, Agricultura y Riego, Transportes y Comunicaciones, Producción, Construcción Vivienda y Saneamiento, Relaciones Exteriores, Educación, Justicia y Derechos Humanos, Salud, Cultura, Desarrollo e Inclusión Social, y Ambiente, quien preside y asume la Secretaría Técnica de esta Comisión.
Para formular y consultar los avances y resultados se realizó un proceso de consulta pública descentralizada con los actores gubernamentales nacionales y sub nacionales, y representantes de la sociedad civil, incluyendo a las organizaciones indígenas, para que la iNDC sea construida de manera transparente y participativa.
Para el proceso de implementación se mantendrán los canales y mecanismos de coordinación con las instituciones y actores relevantes, tomando en consideración los resultados de los acuerdos internacionales, y consolidando los avances y compromisos.
La participación del sector privado (nacional e internacional), así como el acceso a nuevas fuentes de financiamiento y el apoyo internacional, permitirá, que en adición al esfuerzo gubernamental, se obtenga el nivel de reducción de emisiones previsto, así como los cobeneficios socio – económicos y ambientales ligados a las iniciativas de mitigación que se implementen antes del 2030.
v) Enfoque metodológico y supuestos considerados.
Para el cálculo del INGEI 2010, y proyecciones del BaU nacional (basado en la estimación de escenarios BaU sectoriales en función de la dinámica de cada uno de ellos) se han utilizado las guías Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de 1996 y 2006 y las de Buenas Prácticas del 2003, estadísticas nacionales, proyecciones de población y Producto Bruto Interno (PBI). Las proyecciones sectoriales fueron realizadas por expertos nacionales en coordinación con los sectores gubernamentales competentes. Para establecer el año base de las proyecciones se procuró un alineamiento con el Inventario Nacional de GEI del año 2010.
Se ha utilizado los Valores de Potencial de Calentamiento Global publicados en el Segundo Reporte del IPCC, en concordancia con los Inventarios Nacionales de GEI remitidos a la CMNUCC (CH4:21 y N2O:310).
Las proyecciones del BaU consideran las remociones del sector USCUSS.
vi) Ambición, equidad y contribución a cumplir el objetivo de la CMNUCC (Artículo 2).
Con el análisis realizado se puede inferir que existe un amplio espacio para la actualización de la iNDC en las subsiguientes fases de revisión que sean necesarias en función de las decisiones de la CMNUCC.
La iNDC peruana es justa y ambiciosa. Por un lado, al año 2010 las emisiones de GEI nacionales representaban sólo el 0.3% de las emisiones globales, con emisiones per cápita notablemente menores al promedio de Latinoamérica y el mundo; y por otro, el Perú se encuentra entre los países más vulnerables ante los efectos del Cambio Climático. Esta conjunción implica que el país, aun debiendo realizar un esfuerzo importante económico y social en su proceso de adaptación, se compromete en una significativa reducción de emisiones de GEI, contando con un amplio trabajo inicial de construcción participativa de metas al 2030.
Para el país, es también ambicioso trabajar activamente en el fortalecimiento de mecanismos y actividades para introducir la variable de mitigación en los procesos de planificación, y para la consecución de sus objetivos de desarrollo, involucrando a todos los actores que permitirán asegurar una sostenibilidad económica, social y ambiental, traducida en mejoras de la competitividad y en cambios socio-ambientales. La propuesta tiene una ambición incrementada al incorporar y articular previsiones y esfuerzos en materia de adaptación a los efectos al Cambio Climático.
La propuesta del Perú se encuentra –en síntesis- alineada con el objetivo final de la CMNUCC al formular una reducción de emisiones en las diferentes actividades desarrolladas en el ámbito nacional.
vii) Mecanismos internacionales de mercado
Al momento de remitir la propuesta de iNDC, no se ha considerado la adquisición de reducciones de emisiones a través de mecanismos internacionales de mercado existentes o de nuevos mecanismos de mercado para su cumplimiento, a fin de evitar reajustes o duplicaciones sea por razones de titularidad o de contabilidad de los créditos. El Perú, sin embargo, sí está evaluando la posibilidad de vender reducciones de emisiones, siempre que esto no sea una traba para el cumplimiento del compromiso nacional.
III. PROPUESTA INDC EN ADAPTACIÓN
3.1. Antecedentes
A raíz de los resultados de la COP 20 de Lima, se afirmó la determinación de las Partes de fortalecer la acción de adaptación, y se invitó a las Partes a considerar la comunicación de sus esfuerzos de planificación en adaptación o la inclusión de un componente de adaptación en sus iNDC. Así, en línea con la decisión 1/CP.20 y en el marco de sus circunstancias nacionales y prioridades de desarrollo, el Perú asume el reto de presentar su iNDC en adaptación. La presente propuesta se basa en información elaborada desde años anteriores, pero con mayor énfasis a partir del año 2003 con la Estrategia Nacional de Cambio Climático y las Estrategias Regionales, la Segunda Comunicación Nacional y el Plan de Acción de Adaptación y Mitigación frente al Cambio Climático (PAAMCC).
La propuesta de contribución en adaptación se basa además en los estudios de vulnerabilidad realizados a nivel nacional, regional y de cuencas priorizadas y en los resultados de diversos proyectos y experiencias prácticas de adaptación(3); en los documentos de balance realizados en el marco del programa InterCLIMA(4); y en un conjunto de metas ya incluidas en planes y programas sectoriales, complementadas con metas y enfoques transversales que buscan incorporar de manera efectiva el tema de cambio climático en el desarrollo.
A través del proceso de consulta, la propuesta ha sido enriquecida con aportes sectoriales y de los grupos de interés que actúan en los diferentes niveles de gobierno.
3.2. Vulnerabilidad e impactos del cambio climático en el Perú
El Perú presenta siete de las nueve características reconocidas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para calificar a un país como “particularmente vulnerable”: zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, zonas expuestas a inundaciones, sequías y desertificación, ecosistemas montañosos frágiles, zonas propensas a desastres, zonas con alta contaminación atmosférica urbana y economías dependientes en gran medida de los ingresos generados por la producción y uso de combustibles fósiles(5). Estas condiciones se ven agravadas por procesos de degradación de los ecosistemas y contaminación ambiental, de origen antropogénico.
Además, sufre de una alta exposición a amenazas de origen hidrometeorológico. Del total de emergencias a nivel nacional el 72% tienen relación a fenómenos con este tipo de origen, tales como sequías fuertes, lluvias, inundaciones, heladas, entre otros(6).
Los estudios revelan que el régimen de temperaturas y precipitaciones está cambiando a lo largo del territorio nacional. Los escenarios climáticos predicen irregularidades en regímenes hídricos para el 2030. En las regiones de Sierra se predice que las precipitaciones anuales mostrarían deficiencias entre -10% y -20%; en la Amazonía norte y central (selva alta) las precipitaciones anuales decrecerían hasta -10% y en la Costa norte y sur se tendrían incrementos en precipitaciones entre +10% y +20%. Cabe resaltar que el retroceso de los glaciares tropicales del país altera también los regímenes hídricos: siete cuencas estudiadas en la Cordillera Blanca han sobrepasado un punto crítico de transición en su retroceso, exhibiendo un declive en la descarga en estación seca(7).
Adicionalmente, en las zonas rurales y en las zonas habitadas por los pueblos indígenas, el desarrollo se basa mayormente en actividades de producción primaria y extractivas que dependen de ecosistemas vulnerables; el sector agropecuario emplea al 65% de la Población Económicamente Activa (PEA) rural; y más del 80% de la PEA ocupada en el ámbito rural vive en condiciones de pobreza y está dedicada a la agricultura, la pesca y la minería.
El Perú se encuentra expuesto a los impactos climáticos cíclicos y adversos del Fenómeno El Niño (FEN) que afectan a los sectores primarios, como agricultura y pesca, y a la infraestructura natural, económica y social. Tal ha sido el caso de los eventos de mayor magnitud registrados durante “El Niño” de 1997-1998(8) que ocasionó pérdidas por más de 3.500 millones de dólares (más del 4.5% del PBI de 1997) (9) principalmente por el impacto en los sectores productivos primarios y la destrucción de la infraestructura. Asimismo, anualmente se registran eventos climáticos como heladas, sequías e inundaciones que afectan severamente a varias zonas del país. Todos estos fenómenos se ven agravados y ampliados en sus efectos debido al cambio climático, incluyendo mayores dificultades de previsión en sus ciclos e intensidades.
El país cuenta con 84 de las 117 zonas de vida existentes en el mundo. Este factor puede determinar que, aún en el más moderado escenario de cambio climático, el crecimiento potencial del país se vea afectado negativamente, dado que varias actividades de gran potencial económico dependen de los recursos ecosistémicos que esta diversidad provee (como el sector hidroeléctrico, la agricultura, la ganadería y el turismo). En consecuencia, se prevé que los eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes, afecten la producción agregada limitando la disponibilidad de recursos, dañando la infraestructura, e impactando consecuentemente en el crecimiento.
Finalmente, se debe tomar en cuenta que el 76% de la población habita en áreas urbanas, con una tasa anual de crecimiento de 2,1%, en tanto que las zonas rurales han crecido en una tasa del 0,01% anual (10). Por ello es fundamental considerar la vulnerabilidad de las ciudades y fomentar el concepto de “ciudades resilientes” como unidades de gestión del riesgo climático.
Los estudios que cuantifican el impacto del cambio climático sobre el crecimiento económico del país indican que en el año 2030, bajo un escenario de cambio climático, se alcanzaría un nivel de PBI real total menor entre un 5,7% y un 6,8% que el nivel de PBI que se alcanzaría sin cambio climático; mientras que en el año 2050, la brecha respecto al PBI potencial estaría entre 20,2% y 23,4%. Alternativamente, estas medidas son equivalentes a una pérdida promedio anual hasta el 2050, de entre 7,3% y 8,6% del nivel de PBI potencial de cada año(11).
3.3. Prioridades en adaptación
Los sectores y sistemas que el país requiere atender de manera prioritaria han sido identificados con base en la información científica disponible, la revisión de información de referencia sobre procesos de formulación de instrumentos de gestión y planificación y consultas con los sectores competentes, las regiones y la sociedad civil. Asimismo, se ha tomado en cuenta que dichos sectores/ sistemas cumplan con los criterios de priorización definidos. Estos sectores/sistemas son:
i) Agua (Recursos hídricos)
ii) Agricultura
iii) Pesca
iv) Bosques
v) Salud
En consecuencia con la determinación de los sectores y sistemas vulnerables frente al cambio climático –y enfocándose en la población y sus medios de vida-, se ha determinado cuáles son las poblaciones vulnerables que necesitan ser atendidas con prioridad: poblaciones rurales ligadas a la agricultura familiar de subsistencia y/o con débil articulación al mercado, muchas de ellas nucleadas en comunidades campesinas o nativas; pequeños agricultores; pescadores artesanales; comunidades nativas; pequeños productores forestales; y, desde el punto de vista de salud, los infantes, mujeres y adultos mayores.
3.4. Propuesta de contribuciones en adaptación Tras un análisis de las vulnerabilidades y prioridades de adaptación del país, y con base en el estudio de las metas nacionales establecidas por los documentos vigentes de planificación nacional (Plan Bicentenario, Plan Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres–PLANAGERD, Plan de Acción Ambiental-PLANAA, Agenda Ambiente 2014) y sectorial -PLANGRACC-A(12), Programas Presupuestales, Plan Integral de mitigación y adaptación frente a los efectos del cambio climático en la salud pública, entre otros- se ha elaborado la sección de contribuciones en adaptación para los distintos sectores y sistemas priorizados.
Las metas planteadas se orientan a alcanzar un gran objetivo al 2030: “El Perú se adapta a los efectos adversos y aprovecha las oportunidades que impone el cambio climático”(13). Bajo esta visión, se ha definido alcances, objetivos y metas para cada sector/sistema. Además, se ha identificado cinco áreas transversales en las que se debe actuar para abordar la adaptación de manera eficaz: gestión del riesgo de desastres; infraestructura resiliente; enfoque de pobreza y poblaciones vulnerables; enfoque de género y promoción de la inversión privada en adaptación al cambio climático. Para cada uno de ellos se plantean las respectivas metas.
El planteamiento de los objetivos y las metas se han formulado en consulta con los sectores relevantes.
Cabe mencionar que el instrumento para el cumplimiento de las metas planteadas en el iNDC será el Plan Nacional de Adaptación(14), cuyo proceso de formulación se iniciará en el último trimestre de 2015.
3.5. Los recursos necesarios para el desarrollo y la comunicación de una INDC en adaptación
El Perú está realizando un considerable esfuerzo para adaptarse a los efectos combinados de la variabilidad y el cambio climático, y prueba de ello es la gran cantidad de metas planteadas que ya se enmarcan en planes nacionales, programas presupuestales y proyectos en marcha, incluyendo los de cooperación internacional.
Sin embargo, el país aún requiere de apoyo internacional en términos de financiamiento, investigación, tecnología y fortalecimiento de capacidades para el cumplimiento de las metas planteadas. Asimismo, se prevé la necesidad de apoyo para el desarrollo e implementación de un sistema eficaz de monitoreo, evaluación y reporte en este rubro.
En la propuesta de iNDC de adaptación se diferencian aquellas metas que cuentan con financiamiento y aquellas que están condicionadas al financiamiento internacional.
IV. ENFOQUES TRANSVERSALES
Las políticas e instrumentos nacionales de mitigación y adaptación incorporan el enfoque de género para impulsar y garantizar una participación activa, continua, total e igual de mujeres y hombres en los procesos de consulta y toma de decisiones sobre el acceso y control a los recursos naturales, la gestión de emisiones de gases de efecto invernadero y en la generación de estrategias de mitigación y adaptación. Esto se fundamenta actualmente en la implementación del Plan Nacional de Igualdad de Género (PLANIG 2012-2017) y el futuro Plan de Acción de Género y Cambio Climático del Perú (PAGCC-Perú), enmarcado en la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático (ENCC).
Asimismo, la fase de implementación de la iNDC, mantendrá el carácter intercultural e inter generacional considerado en la fase de formulación.
V. COMPROMISO HACIA UN NUEVO ACUERDO CLIMÁTICO INTERNACIONAL
5.1. Posición acuerdo general:
En el ámbito de la negociación hacia un nuevo acuerdo climático para el periodo post 2020, el Perú apoya que el acuerdo global del 2015 sea un documento breve y conciso mediante el cual se establece un sistema con duración a largo plazo y con obligaciones legalmente vinculantes para todos los países. Nuestro país sostiene que el acuerdo debe contener una visión global a la que todas las Partes estarán suscritas y aspirarán a lograr mediante sus esfuerzos individuales y colectivos de acuerdo con los principios de la convención. También se deberá asegurar que las Partes aumentarán progresivamente su nivel de ambición. A su vez este acuerdo deberá estar acompañado por decisiones adoptadas durante la COP21 para la implementación de los compromisos bajo el nuevo acuerdo.
Para lograr que el acuerdo sirva como un instrumento que incentive y facilite la ambición de la acción de los países, se deberán clarificar y establecer los procesos necesarios para renovar sucesiva y periódicamente las contribuciones nacionalmente determinadas en materia de mitigación, adaptación y medios de implementación. Cada uno de los componentes tiene características específicas, sin embargo el acuerdo deberá establecer un vínculo entre las tres. La adaptación es clave para responder a los impactos del cambio climático, siendo una prioridad para el Perú el balance político entre la adaptación y la mitigación. Adicionalmente, el Perú ha definido su compromiso en mitigación con el fin de participar en el esfuerzo colectivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 1.5-2°C. A su vez los medios de implementación son cruciales para facilitar las acciones de mitigación y adaptación en los países en desarrollo.
5.2. Detalles sobre las posiciones en adaptación y mitigación:
a. Adaptación:
• El nuevo acuerdo debe fortalecer la paridad política entre la adaptación y la mitigación.
• Para alentar a la ambición en materia de adaptación se necesitará una meta global cualitativa, así como esfuerzos colectivos e individuales que permitan cubrir la brecha en adaptación.
• El financiamiento para la adaptación deberá ser fortalecido e incrementado, incluyendo el Fondo Verde del Clima.
• El intercambio entre las partes sobre experiencias y buenas prácticas en adaptación deberá ser fortalecido.
b. Mitigación:
• Se debe incluir una meta global para mitigación que será alcanzada por medio de los esfuerzos de todos los países de acuerdo a la ciencia y los principios de equidad diferenciada.
• Se deberán establecer mecanismos que permitan a los países aumentar su ambición y cumplir con sus compromisos, tales como los mecanismos de mercado.
• La sección de mitigación deberá incluir un sistema de reglas, por ejemplo para evitar la doble contabilidad de las emisiones reducidas, para hacer seguimiento a la implementación de los compromisos, permitiendo la agregación total de las contribuciones de mitigación. Esto es importante para asegurar la integridad ambiental del acuerdo.
• REDD+, como se define en el marco de Varsovia y las decisiones relacionadas, será una herramienta importante para el país para cumplir con sus compromisos de mitigación y bajo el nuevo acuerdo se deberá reforzar la necesidad de apoyo para este mecanismo.
En la negociación, el Perú es miembro activo de la Asociación Independiente de Latino América y el Caribe (AILAC). Además forman parte de este grupo negociador Colombia, Costa Rica, Chile Guatemala, Panamá y Paraguay.
Notas:
1 Intended Nationally Determined Contributions
2 Cabe resaltar que el Estado peruano no asumirá compromisos condicionados que impliquen endeudamiento público.
3 Las intervenciones se inician con el Programa PROCLIM en el 2003, que permitió el análisis de la vulnerabilidad actual y futura en las cuencas de Piura y Mantaro; y posteriormente con la “Segunda Comunicación Nacional de Cambio Climático (CNCC2)”, el “Proyecto Regional de Adaptación al Cambio Climático (PRAA)”, el “Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC)”; los proyectos “Inversión Pública y Adaptación al Cambio Climático (IPACC)”, “Glaciares 513”, Proyecto de Adaptación basada en Ecosistemas de Montaña “EbA Montañas” y otros.
4 Espacio anual de intercambio que permite generar un reporte actualizado sobre los avances, desafíos y prioridades de la gestión del cambio climático en el país.
5 Estrategia Nacional de Cambio Climático. MINAM, 2015. Aprobada mediante Decreto Supremo No 011-2015-MINAM.
6 Segunda Comunicación Nacional de Cambio Climático. MINAM, 2010
7 Baraer et al. Recesión de Glaciares y Recursos Hídricos en la Cordillera Blanca del Perú. 2012
8 Marco Macroeconómico Multianual 2015-2017 (MEF, 2015)
9 Las lecciones de El Niño. Perú (CAF, 2000)
10 INEI, 2007
11 El Cambio Climático y sus efectos en el Perú (Vargas, 2009)
12 Plan de Gestión de Riesgos y Adaptación al Cambio Climático en el Sector Agrario (MINAGRI, 2012)
13 Objetivo que corresponde a la Visión 2021 de la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático (MINAM, 2015).
14 Medidas a aplicar para todos los tipos de agricultura.
15 El Sistema Nacional de Salud reconoce oficialmente cinco funciones: prevención de las enfermedades, promoción de la salud, protección de la salud, restauración de la salud y rehabilitación.
16 Metas consistentes con el Programa Presupuestal 0068.

Le sociologue, le climat, les trames vertes et la ville: croisements complexes et féconds

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Philippe Boudes
Comment rendre compte, d’un point de vue sociologique, des liens entre climat, trames vertes et ville ? Malgré le caractère a priori non sociologique de ces items et de leur association, cet article revient sur les entrées possibles pour aborder, en sociologue, ces questions. Il s’agit d’abord de mobiliser des spécialités sociologiques qui sont peu ou prou liées à ces thématiques, à commencer par la sociologie de la ville, mais aussi celles des sciences et des techniques ainsi que la sociologie de l’environnement. Chacune peut proposer des angles d’approcher propres à contribuer à l’analyse du triptyque climat, trame verte, ville. Par ailleurs, l’article expose un aspect de la démarche de recherche utilisée lors du programme Changements Climatiques et Trames Vertes Urbaines–CCTV. Une approche scientométrique a d’abord permis de valider les liens croissants entre climat et trame verte dans la littérature scientifique. Une analyse qualitative transversale détaille ensuite les principes de ces liens à travers trois dimensions : la première touche aux formes politiques et sensibles de ces liens, la seconde renvoie aux catégories technique et historique de la relation climat/trame verte, la troisième concerne la production de données et les projections.

Introduction

Les sciences sociales s’intéressent de plus en plus aux questions environnementales. Cette ouverture souligne la volonté de penser l’environnement comme un phénomène social et par-là de ne pas l’objectiver uniquement comme un phénomène naturel. La montée des préoccupations climatiques et des politiques les concernant, l’engouement actuel des collectivités pour l’aménagement de trames vertes multifonctionnelles, ou encore la prise en compte par les aménageurs d’une demande de nature en ville reflètent clairement l’entremêlement continu de ces logiques sociales et écologiques.
Quand bien même ces objets –et a fortiori leur association– nécessitent une approche interdisciplinaire pour être analysés dans toute leur complexité, il est pourtant nécessaire de poser d’abord la question de leur appréhension disciplinaire. Ceci permet de faire un état des lieux des travaux existants, mais également de partager les points de vue d’une discipline avec d’autres disciplines concernant les changements climatiques, les trames vertes et la ville. L’objet de cet article est, en effet, de montrer comment, en sociologue, rendre compte de ces thématiques qui ne sont pourtant pas, a priori, sociologiques1. La difficulté est de se positionner en tant que sociologue sur des thématiques a priori non sociologiques et par ailleurs déjà balisées par d’autres disciplines.
On peut d’ores et déjà mentionner que d’une part les trames vertes et les changements climatiques font l’objet de mobilisations collectives et de mises en œuvre politiques, souvent au plus haut niveau, et que d’autre part la sociologie a pour objet de telles manifestations sociales. De plus, le cadre urbain et ses évolutions ont toujours été un objet central de la sociologie, et la ville demeure une accroche forte pour cette discipline. Mais s’il faut parler de l’association du climat, des trames vertes et de la ville, les mises en œuvre politiques sont très rares, les mobilisations inexistantes, et les interactions entre les trois items relèvent d’une complexité socio-écosystémique que l’on peut difficilement embrasser.
Parce que cette complexité ne peut faire l’objet d’un discours sociologique général, c’est donc une méthodologie d’approche plus précise, en deux temps, que nous avons choisie pour cet article. Tout d’abord, certaines spécialisations sociologiques paraissent plus à même de pouvoir saisir les objets étudiés et leurs associations ; ensuite, le sociologue est en mesure de s’intéresser a minima à la formalisation des liens entre climat et trames vertes dans le cadre urbain, c’est à dire non pas nécessairement à leur production ou à leur signification, mais aux cadres sociaux dans lesquels sont pensées leurs associations.
Dans un premier temps, nous reviendrons sur les apports, pour nos objets, de la sociologie urbaine, de la sociologie des sciences et de celle de l’environnement. Aucune spécialité sociologique ne peut prétendre embrasser le triptyque climat, nature et ville, ni rendre compte en totalité de la contribution de la sociologie à celui-ci; mais chacune apporte des éléments de réponse. En effet, leur champ de réflexion est assez large pour saisir, à un certain moment, des analyses du climat et/ou des trames vertes et/ou de la ville, et dans le même temps ces lectures ne peuvent que demeurer partielles. Et c’est justement parce que leur cadre d’analyse n’est pas suffisant pour dévoiler l’ampleur de l’apport de la sociologie que la seconde partie propose d’étudier la formalisation des liens entre climat, trame verte et ville.</strong
À partir des travaux menés dans le cadre du programme Changements Climatiques et Trames Vertes Urbaines (CCTV)2, nous pouvons dégager les trois principaux axes de cette formalisation : le premier touche aux formes politiques et sensibles de ces liens, le second renvoie aux catégories d’aménagement et d’opérationnalisation, le troisième aux aspects biophysiques et rationnels. Ce sont trois groupes qui composeront alors le cœur de notre propos, étoffés par une analyse bibliographique ciblant les travaux approchant, peu ou prou, les trames vertes et les changements climatiques. Comment qualifier réellement ces trois groupes ? S’agit-il de formalisations, de cadres sociaux, de catégorisations d’action, ou plus simplement de registres d’association des trames vertes, du climat et de la ville ? Nous soulignerons finalement que ces trois groupes sont proche des entrées disciplinaires mobilisées habituellement pour le climat – avec les sciences de l’atmosphère –les trames vertes – avec les sciences écologiques et celles de l’aménagement–, et la ville –avec les sciences sociales– ; mais ils ne sont pas réductibles à ces catégories disciplinaires, comme cela sera discuté en conclusion.

Les découpages sociologiques et l’approche des trames vertes, du climat et de la ville: un cadre limité

La sociologie contemporaine est découpée en une trentaine de spécialités dont les différentes associations de chercheurs sont les porte-parole3. Or, pour l’étude des liens entre climat, trame verte et ville, seuls trois de ces domaines nous ont paru pertinents : la sociologie de la ville, de l’environnement et des sciences. Ce choix se justifie principalement parce que ce sont les seuls domaines qui font place à des préoccupations non strictement sociologiques de l’ordre de celles que nous traitons ici, et parce qu’ils sont à même de définir les acteurs à l’œuvre dans la mise en lien du triptyque étudié. Seules la sociologie politique et la sociologie rurale auraient pu prétendre à les rejoindre : mais la première ne fait que peu de place à la matérialité des phénomènes, et la seconde doit être exclue parce qu’elle représente l’antonyme de l’approche urbaine.
Cette difficulté pour les sciences sociales, a fortiori pour la sociologie, de saisir un problème tel que le changement climatique est paradoxale. Elles portent le fardeau d’un héritage cloisonné où chaque discipline définit les objets nobles et ceux qui le sont moins, et par là oriente à moyen et long terme les contours de ses recherches (Bourdieu, 1976). Pourtant, certains chercheurs se sont largement investis dans des thématiques telles que le changement climatique ou, plus récemment, les trames vertes. Comme le souligne justement McCright (2009 : 107), «Étant donné que ‘le moderne’ était la raison d’être de la sociologie et que le changement climatique est la quintessence du problème social de l’ère moderne, le changement climatique devrait être (should be) le problème par excellence de la sociologie». Ce should be marque la difficulté d’engager une réflexion sociologique sur le changement climatique –et cela fait écho à la difficulté d’intégrer la nature dans la réflexion urbaine. Ceci explique en partie pourquoi les trois sociologies spécifiques choisies sont encore limitées dans leurs ambitions, et permet d’envisager comment elles pourraient être davantage déployées.
La sociologie urbaine est nécessaire à l’approche des liens entre climat, trame verte et ville. Si elle est clairement assimilable à cette dernière, elle doit prendre en compte que le processus d’urbanisation du monde, engendrant un plus grand nombre de citadins que de non citadins, est notamment mis en question par une demande croissante de nature en ville et par les perspectives de changements climatiques. Toutefois, parce que le système urbain est un système parmi les plus complexes, la sociologie urbaine tend à se replier sur des questionnements sociologiques classiques excluant des phénomènes relevant également d’autres disciplines. Les catégories d’analyse dominantes, généralement restreintes aux dimensions sociales de l’urbain, aux phénomènes de différenciation et de division sociale de l’espace, de mobilité, d’intégration et de participation (p. ex. Grafmeyer, 2000), ne permettent pas de s’approprier des enjeux de l’ordre de ceux des liens entre climat et trames vertes.
10 Seule une entrée par les catégories d’action de la ville envisage parfois ces liens. Par exemple, la demande de nature en ville est largement associée à la planification de trame verte, tout comme l’élaboration de plans de transports ou l’aménagement d’écoquartiers sont à rapprocher des préoccupations climatiques. Mais parce qu’il n’y a pas de conscience politique et sociale de la relation des trames vertes avec l’atmosphère –et par là, avec le climat local–, il n’y a pas de sociologie de ce lien. Les mobilisations urbaines à vocation environnementale ne paraissent pas en mesure de faire ces liens, et les politiques publiques, avec en premier lieu les nombreuses élaborations des plans climats, sont timides, voire aveugles, quant à ces liens.
11 A contrario, cela ouvre de formidables perspectives de recherche dans le but d’expliciter les possibles mises en lien des phénomènes au sein de collectifs. Les études croissantes sur les villes durables et leurs multiples composantes permettent tout à fait d’intégrer climat, trame verte et ville dans une même analyse. On voit en effet fleurir des travaux déjà avancés où ces liens sont encore épars et peu marqués, mais toujours plus présents, dans les récits d’acteurs comme dans la tête des chercheurs (Emelianoff et Stagasy, 2010 ; Lolive et Blanc, 2007). Les travaux de Granchamp et Rudolf (2008, 2009) et Rudolf (2012) sont aussi des marqueurs d’ouverture à cette interaction, à partir des changements climatiques, et ceux de Blanc et al. (2005) ont déjà franchi le pas de l’interdisciplinarité.
12 Ces nouvelles perspectives peuvent également bénéficier des apports de la sociologie des sciences et des champs scientifiques, dont les approches sont en mesure de décrire cette mise en lien des changements climatiques et des trames vertes dans le cadre de l’activité cognitive institutionnalisée qu’est la recherche scientifique. Comprendre comment cette association d’objets, de chercheurs, de systèmes de penser et d’institutions de recherche est en train de se faire ou non, et quelles en sont les raisons scientifiques et, surtout, sociales et non scientifiques, tel pourrait être l’objectif d’une sociologie des sciences de l’interaction climat, nature et ville. La sociologie des sciences a en effet le relatif avantage de ne pas préjuger de la pertinence de la rationalité de ce qu’elle étudie. Partant du principe que la science est le résultat de ce que produisent les chercheurs, indépendamment des critères logiques de validation des savoirs, ce domaine sociologique peut donc étudier dès à présent l’association effective du climat et des trames vertes.
13 C’est en partie ce qui a été réalisé dans le cadre de deux programmes du GIS Climat Environnement et Société. L’un d’entre eux cherchait à tester l’existence de cette mise en lien dans les récits de chercheurs et dans les travaux existants (programme CCTV), l’autre analysait dans le même temps les modalités de construction des échanges disciplinaires au fil de cette mise en lien (cf. Blanchard et Vanderlinden, 2012)4. Les résultats montrent un intérêt croissant pour les liens entre climat et nature végétalisée, notamment visible en recourant à l’approche scientométrique5 (cf. figure 1). Toutefois, la diversité des définitions des trames vertes et la pluralité des échelles et des modèles utilisés par les sciences de l’atmosphère ne facilitent pas la mise en place d’un champ de recherche stable. D’autres critères pourraient être testés, comme la présence de travaux sur la nature végétale en ville dans les conférences sur le climat, et réciproquement les communications sur le climat dans les évènements sur les trames vertes. Cependant, l’ambition nécessairement multidisciplinaire de l’association climat, trame verte et ville soulève des difficultés supplémentaires pour la mise en ordre d’un champ de recherche opérationnel, cognitivement et institutionnellement.
14 Enfin, la sociologie de l’environnement, elle aussi, est en mesure de porter cette thématique, et ceci d’autant plus facilement que la thématique du climat est de plus en plus souvent abordée par cette spécialité. Dès lors, il faudrait définir dans quelle mesure ces études sur le climat prennent en compte, ou non, d’autres éléments dont les trames vertes et le cadre urbain. C’est par exemple le cas de la thématique des inégalités environnementales, à partir de laquelle il est possible de faire des parallèles entre le fait que certaines populations subissent davantage les risques entrainés par les changements climatiques alors qu’elles ont peu contribué à ces phénomènes, et le fait que l’accès aux espaces verts et aux aménités environnementales est lui aussi différencié selon les caractéristiques socio-économiques des populations.15 Mais la sociologie de l’environnement vise également à ouvrir la sociologie à des phénomènes non strictement sociologiques – dont les versants biophysiques des trames vertes et du climat. On peut dès lors proposer des pistes de recherches orientées vers la prise en compte des causes et conséquences sociales des changements climatiques et des trames vertes, et des causes et conséquences sur les changements climatiques et les trames vertes des phénomènes sociaux. Malgré l’entremêlement des phénomènes, que les composantes naturelles et anthropiques du climat et les fonctions écologiques et sociales des trames vertes donnent à voir, ne peut-on distinguer des causes ou conséquences sociales aux trames vertes et aux changements climatiques ? On peut a minima remarquer qu’à une phase d’artificialisation et de maîtrise de la nature en suit une autre où la relation à la nature questionne les sociétés humaines: elle interroge les limites de cette maîtrise et souligne la reconnaissance des interactions entre phénomènes naturels et phénomènes sociaux par les sociétés modernes. La sociologie de l’environnement participe de cette reconnaissance.
16 Ce champ de recherche propose également d’élargir les objectifs de la sociologie à la prise en compte de facteurs non nécessairement sociaux, dont les versants écologiques des trames vertes et physico-chimiques de l’atmosphère font partie.
17 À travers ces trois approches sociologiques, de la ville, des sciences et de l’environnement, un nouveau jeu de questions est encore visible, concernant la place de la nature dans nos sociétés. L’anthropologie de la nature, en rappelant que la distinction moderne entre nature et société (n’)est (qu’)une forme de cosmogonie parmi d’autres (cf. Descola, 2005) –car toutes les associations humaines ne la revendiquent pas nécessairement, ou pas toutes de la même manière– peut éclairer l’approche sociologique du triptyque climat, végétation et ville. Elle permet de proposer l’hypothèse suivante : le recours à la végétalisation des villes et aux services écosystémiques qu’elle engendre ramène au cœur des dynamiques contemporaines d’urbanisation les phénomènes strictement naturels, c.-à-d. non anthropiques ni techniques. Si jusqu’alors la ville cherchait à s’affranchir des dynamiques biophysiques, l’aménagement de trames végétales pour adapter les sociétés urbaines est un marqueur nouveau d’un recours à la nature elle-même pour servir les sociétés. Depuis le XIXe siècle, le rejet de la nature caractérisait les sociétés urbaines : celle-ci est désormais rappelée en tant que seul moyen de sauver les villes modernes d’un danger dont on cerne encore mal les conséquences. Le progrès et le développement se faisaient contre la nature, l’adaptation la situe au cœur de l’évolution sociale.

Montée de l’intérêt scientifique pour les trames vertes et le climat : approche quantitative

18 Une étude menée dans le cadre du GIS Climat Environnement et Société, en collaboration avec l’ANR Trames Vertes Urbaines, s’est spécifiquement intéressée aux modalités de connexions entre ces items. Il s’agissait de tester cette association et de définir comment elle était pensée et réalisée par les chercheurs. Deux axes de travail ont été choisis : l’étude de la bibliographie mettant en avant les liens entre ces objets et l’analyse du discours des chercheurs interrogés sur ces liens. Dans les deux cas, on constate un intérêt croissant pour ces associations et une relative diversité d’approches. Cette apparente diversité cache cependant une lecture commune des liens climat-trame verte que l’on peut rassembler dans une lecture transversale mêlant des logiques socio-politiques, des considérations concernant l’aménagement du territoire et l’écologie et des synthèses d’analyses et de projections de données.
19 Avant tout, il a paru nécessaire d’évaluer la réalité de l’association des entrées climat et trames vertes dans la production scientifique en recourant à l’analyse scientométrique des occurrences de ces termes dans les bases de données scientifiques. Ainsi, parmi l’ensemble des revues de la base de données Science Direct, les articles utilisant climate et greenway dans leur texte sont au nombre de 564 articles, dont 516 à partir de 1979 (Base 1 de la figure I). On trouve également 58 articles pour climate dans le titre, le résumé et/ou mot-clef et greenway dans tout le texte (Base 2), et 23 articles pour greenway dans le titre, résumé et/ou mot-clef et climate dans tout le texte (Base 3). Mais c’est bien l’augmentation du nombre d’articles de ces bases depuis 1979 qui reflète l’intérêt nettement croissant pour ces termes (fig. I). Une augmentation de la proportion de ces articles est également remarquable : la proportion des articles utilisant climate et greenways parmi l’ensemble des articles utilisant le terme climate dans leur texte a doublé entre 1979 et 2010, et celle parmi l’ensemble des articles utilisant le terme greenway a quadruplé sur la même période.
Figure 1. Répartition des articles entre 1979 et 2010

Figure 1. Répartition des articles entre 1979 et 2010

Source : Boudes (2010).
20 L’étude approfondie de ces résultats montre toutefois la prédominance des revues d’écologie et d’aménagement du territoire et soulève une première difficulté : les trames vertes ne sont pas un objet de pertinence égal pour toutes les disciplines. Les sciences sociales les reconnaissent comme instrument des politiques urbaines tel que leur inscription dans le code de l’environnement français avec les textes du Grenelle I et II. Les sciences écologiques se les approprient à travers les études sur la biodiversité en ville, la connectivité des milieux, et la migration des espèces. Là encore, le Grenelle de l’environnement insiste sur la nécessité de «faciliter les échanges génétiques nécessaires à la survie des espèces de la faune et de la flore sauvages» ou de «diminuer la fragmentation et la vulnérabilité des habitats naturels et habitats d’espèces et [de] prendre en compte leur déplacement dans le contexte du changement climatique» (Légifrance, 2010).

Montée de l’intérêt scientifique pour les trames vertes et le climat: approche qualitative

21 Les récits des chercheurs en sciences sociales ou des écosystèmes que nous avons rencontrés mentionnent peu ou prou ces définitions6. Celles-ci sont complétées par des réflexions sur le renouvellement des logiques d’aménagement du territoire permis par les trames vertes ainsi que sur l’approche en terme d’écologie du paysage. L’article de Arrif et al. (2011) peut être lu comme une synthèse de ces positionnements rappelant notamment que les trames vertes rassemblent les champs de l’écologie, de l’aménagement, de la géographie et de l’urbanisme. De plus, certains chercheurs savent situer les trames vertes dans leur histoire. L’histoire de l’expression, en mentionnant les pionniers que sont Olmsted, ou les figures actuelles de Little ou Fabos (Little, 1990; Fabos et Ahern, 1995); l’histoire de la dynamique écologique des trames vertes, étroitement liée aux notions de connectivité et de continuité des espaces; l’histoire de leur mise en oeuvre politique, notamment liée aux directives habitats et oiseaux du programme Natura 2000 pour le cas de l’Europe.
22 Il en va autrement des chercheurs en sciences de l’atmosphère. Leurs critères de recherche, en matière d’échelle et de modélisation des données, ne leur permettent pas d’appréhender les trames vertes dans leurs travaux. Si l’intérêt croissant de ces chercheurs pour l’intégration du végétal dans leurs études, a fortiori en ville, est notoire, ils ne peuvent associer les surfaces végétalisées à des trames vertes. Ils sont par contre de plus en plus nombreux à proposer des modélisations des effets des arbres, des espaces verts, ou des forêts sur le climat urbain, la pollution ou la séquestration de carbone.
23 Ces définitions scalaires ne définissent donc plus les trames vertes, mais les modalités d’appréhension de leurs éléments en fonction des échelles adoptées. Celles-ci sont variées et s’appuient sur des éléments urbains spécifiques pour y associer la prise en compte de végétation en fonction des échelles choisies. Malgré ces nuances fondamentales, les discours des chercheurs ne se limitent pas à une différenciation du climat et des trames vertes. L’analyse croisée des discours souligne une lecture transversale des propos recueillis sur l’association climat et trame verte, articulée autour des trois registres cohérents en terme de logique sociopolitique, d’aménagement des systèmes urbains et écologiques, et d’objectivation des données (Boudes, 2010).
24 Le premier registre associe à la fois l’intérêt pour la connaissance commune des phénomènes météorologiques, climatiques et écosystémiques, la mobilisation sociale autour de ces thèmes et le désir de nature en ville revendiqué par les citadins et marqué par la transformation des rapports sociaux à la nature. Il s’inscrit dans une approche sensible et commune du climat et des trames vertes et dans une temporalité immédiate. Le second registre concerne les techniques d’aménagement, l’articulation des échelles et, dans une moindre mesure, les îlots de chaleur urbains. Les discours mettent en avant la nécessité de repenser le système urbain afin de favoriser les continuités et les échanges et de renouveler la structure urbaine elle-même. Ce registre mobilise des connaissances pratiques et techniques et s’inscrit dans une temporalité à court et moyen terme. Le troisième registre questionne les capacités des modèles climatiques à intégrer le végétal, et dans une moindre mesure celles des études des écosystèmes à prendre en compte les données climatiques. Il s’appuie donc sur des modélisations scientifiques et s’inscrit sur le long terme.

Modalités de l’association climat, trame verte et ville

25 Une analyse bibliographique a également été menée : de nombreuses références, dégagées de nos recherches et des recommandations des chercheurs rencontrés, ont été analysées pour examiner comment ces liens étaient établis dans la littérature scientifique. Cette étude n’a pas seulement contribué à connaître les modalités éprouvées de l’association entre changements climatiques et trames vertes: elle a également montré que cette association peut être lue à travers un cadre non disciplinaire où les différents champs scientifiques sont mobilisés à travers trois axes: 1) les aspects politiques, collectifs et culturels; 2) les modalités techniques et historiques de mise en œuvre de l’association climat – trames vertes; 3) le détail des données et des projections liées à cette relation. Ces trois axes de lecture sont relativement proches de ceux issus de l’analyse des entretiens et permettent ainsi de les approfondir.

Aspects politiques et collectifs

26 Les aspects politiques et collectifs regroupent les actions déjà entreprises, par exemple autour du mouvement des villes durables ou des études sur la justice et les inégalités environnementales. Les études reviennent sur les différents positionnements de l’ensemble des acteurs impliqués dans ces réflexions et à différentes échelles. Ainsi Emeliannoff et Stagassy (2010) proposent un panorama des décideurs participant au mouvement des villes durable. Certains s’intéressent aux Européens au sens large (U.E., 2009) en soulignant les préoccupations de ceux-ci par rapport aux changements climatiques. D’autres abordent les enjeux civilisationnels d’un renouvellement du rapport des sociétés modernes à la nature (cf. Lolive et Blanc, 2007) et d’autres encore ont recours à des modèles d’indices d’inconfort (DI, disconfort index, cf. Georgi et Dimitriou, 2010; cf. Balafoutis et Maheras, 1986) ou s’enquièrent au contraire des perceptions individuelles (Blanc et al., 2005). Tous montrent que climat et végétation sont des thématiques importantes à associer, sinon indissociables et imbriquées dans les sociétés modernes, ce qui permet d’insister, comme le fait Brady (2007 : 72) sur le fait que «les relations entre la nature et l’homme permettent d’abolir la hiérarchie entre l’homme et la nature».
27 Les liens entre climat, populations, trames vertes et santés sont aussi des enjeux débattus et argumentés, ainsi que la question des fragmentations et des continuités socio-spatiales. Dans cette perspective, toutes les disciplines abordent peu ou prou les discriminations socio-environnementales, généralement rassemblées dans la thématique des inégalités environnementales. Si d’un côté le verdissement des villes est bénéfique pour les citadins, en terme de développement psychologique (Strife et Downey, 2009) ou de réduction de l’obésité (Wells et al. 2007), des démonstrations (Dubois et Van Criekingen, 2007) et des recommandations (Tratalos et al., 2007 ; Georgi et Dimitriou, 2010 ; El Adli Imal, 2006) pointent les inégalités sociales d’accès à ces bénéfices, généralement monopolisés par les catégories sociales supérieures. Ceci serait lié à des cultures de classes différenciées, mais encore à la difficulté des critères d’aménagement urbain de s’approprier les ressentis humains, peu pris en compte et réduits à des stéréotypes. La participation sociale, qu’elle soit abordée en terme de démocratie représentative ou d’information de la population devient alors un enjeu aussi important dans la prise en compte des défis de l’adaptation et de la végétalisation des villes que la connaissance de ces phénomènes elle-même.

Aspects techniques et historiques

28 Les aspects concernant les modalités techniques et historiques d’associations entre trames vertes et climat ciblent d’abord l’émergence des trames vertes. Parce qu’elles appartiennent à différentes sphères, sociales, politiques, écologiques, urbanistiques, voire atmosphériques, la difficulté de cerner ces trames est souvent mise en avant. Que ce soit dans les documents du Grennelle II en France ou dans des textes plus reconnus, les définitions insistent sur leurs fonctions. Ainsi, pour Fabos (2004) les trames vertes doivent réduire la dissociation ville/nature en s’appuyant sur leur potentiel de préservation de la nature, de sa valorisation par les loisirs et de la préservation et revalorisation des patrimoines culturels. Ce triptyque revendique une cohabitation des systèmes urbains et écologiques et sert la mise en avant de patrimoines socio-naturels communs aux deux mondes. La notion d’héritage historique et de valeurs culturelles prend tout son sens dans la culture étasunienne où la wilderness est un horizon cher à ses habitants.
29 Parmi les définitions des trames vertes les plus citées figurent celles de Ahern (1995)7 et de Little (1990). Ce dernier les présente comme des «espaces linéaires ouverts situés le long de corridors naturels, comme une berge aménagée (riverfront), une vallée de rivière (stream valley), ou une ligne de crête, ou une voie de terre longeant une emprise de chemin ferroviaire affectée à un usage récréatif, comme un canal, une route panoramique (scenic road), ou une autre voie**»8. De même que Little insiste ensuite sur la seule approche écologique des trames vertes, la plupart des chercheurs s’appuient sur une définition générale des trames vertes pour cibler ensuite une fonction spécifique de celles-ci.
30 L’examen des fonctions sociales et écologiques attribuées aux trames vertes permet justement d’approfondir la dualité qui les définit. Parmi les fonctions sociales, on retrouve des travaux sur la place de la nature en ville d’un point de vue esthétique, individuel et collectif. «La valeur esthétique, explique Brady (2007 : 66) est une valeur non instrumentale, de sorte que les environnements appréciés de façon esthétique sont considérés comme ayant une valeur intrinsèque, en raison de leurs propres qualités spécifiques, plutôt que pour des raisons instrumentales et pour les humains.» Elle est liée à des considérations subjectives, dont celles touchant à «la bonne humeur» des citadins (Lion, 2009), ou plus objectives comme la santé des habitants (Becket et al. 1998) ou la mémoire de la ville (Chouquer, 2007). Plus généralement, la végétalisation des villes permet de minimiser le conflit entre loisir (recreation) et protection de la nature (Cole, 1993; Fabos, 2004) et participe d’un renouvellement du design urbain (Berke et al., 2009) et de la reconversion des territoires (Fortier, 2009), principalement à travers la mise en place de connexions entre zones fonctionnelles et entre systèmes urbains et naturelles (Fabos, 2004 : 324).
31 Parmi les fonctions biophysiques, les recherches s’articulent principalement autour des connexions entre zones écologiques (Jongman et al., 2004 ; Lapp, 2005 ; Fortier, 2009 ; Clergeau, 2010 ; Hepcan et al., 2009 ; Bouwma et al., 2004). Toutefois, selon Baarda (2008) la connectivité, c.-à-d. le degré de connexion, ne peut être la seule fonction des trames vertes, car les corridors écologiques remplissent déjà cette tâche. Les trames vertes doivent alors être considérées comme des matrices associant des zones écologiquement fonctionnelles. Ces connexions sont nécessaires pour le maintien général des espèces, mais permettent également d’aborder leur adaptation aux évolutions climatiques (p. ex. Bouwma et al., 2004: 100; Fortier, 2009: 135-136). Il existe des études précises sur ce point, étudiant à la fois le risque d’extinction d’espèces lié aux changements climatiques (Thomas et al. 2004), mais également la réduction effective des populations (Jiguet, 2009), la nécessité d’aménager des zones d’adaptation (Dyer, 1994) ou les modifications déjà survenues en réponse aux modifications climatiques (Cleland et al., 2007; Money et al., 2009).
32 C’est enfin l’adaptation des villes à ces mêmes changements climatiques et les effets généraux bénéfiques de la végétalisation des villes qui sont décrits. Gill et al. (2007: 130) détaillent par exemple les différents effets des infrastructures vertes selon leur composante majeure (Tableau 1).
Tableau 1.Adaptation climatique par les infrastructures vertes – une typologie indicative

 

Corridor

Parcellaire

Matricielle

Stockage des précipitations

+++

++

++

Capacité d’infiltration

+

++

+++

Refroidissement par l’évaporation

+

+++

++

Ombre

+

++

+++

Source: Gill et al. (2007)
33 On pourrait donc élargir cette typologie en y incluant les impacts des trames vertes sur la biodiversité et son adaptation, mais encore en ajoutant d’autres thématiques dont le potentiel de production alimentaire des trames vertes (Duchemin, 2008 ; Duchemin et al., 2010) ou les gestions différenciées des espaces végétalisées, notamment en fonction de leur registre foncier (public et privé) (Tratalos et al., 2007).

D-3- Aspects factuels et modélisations

34 Concernant les données et, surtout, les projections et modélisations liées à la relation climat et végétation en ville, les études ciblent six thématiques emblématiques : les îlots de chaleurs urbains, les liens entre les arbres et la température en ville, les fonctions des arbres, l’évapotranspiration et le climat, le ruissellement des eaux et la pollution et la qualité de l’air.
35 L’îlot de chaleur urbain (ICU, ou UHI pour urban heat island) est le constat d’un écart de température de l’ordre de cinq degrés Celsius entre une zone urbaine, le plus souvent un centre-ville, et une zone périphérique, à un moment donné, généralement la nuit. Ce phénomène est largement documenté (p. ex. Desplat et Koukoun-Arnaud, 2010 ; Georgi et Dimitriou, 2010 ; Masson, 2010 ; Dubreuil et al., 2008 ; Zoulia et al., 2008 ; Musy, 2007 ; Dimoudi et Nikolopoulou, 2003). L’ICU est un point de départ important pour les recherches sur les liens entre climat et végétation, qui plus est en ville, car les surfaces urbanisées restituent pendant la chaleur accumulée durant la journée, tandis qu’en milieu non urbain « la végétation renforce le flux de chaleur latente » et minimise la restitution de chaleur (Dubreuil et al., 2008 : 226).
36 Les liens entre les arbres et la température sont un objet central de cette catégorie, car la proportion de surface végétalisée a un effet sur la température moyenne : « plus le ratio de verdure dans une zone construite est élevé, plus grande sera la réduction attendue de la température de l’air dans la zone** » (Dimoudi et Nikolopoulou, 2003 : 75). Plus généralement, on remarque que « les plantations d’arbres peuvent avoir des effets positifs sur le bilan thermique des bâtiments** » (Wende et al., 2010 : 866) ; « le fait de planter des arbres en villes peut compter pour 25 % de la réduction d’énergie nette pour le rafraichissement ou le chauffage dans le cadre urbain** » (Akbari, 2002 : 119). Georgi et Dimitriou (2010 : 1410) observent quant à eux une baisse moyenne de 3.1°C dans les zones arborées comparées aux zones non arborées, à Chania (Grèce), en été. D’autres études ont été menées à Sacramento (de 1.7°C à 3.3°C d’écart) par Taha et al. (1998), à Miami avec 3.6°C (Parker, 1989), ou encore à Sacramento et Phoenix (3.3 à 5.6°C, cf. Akbari et Taha, 1992). L’étude de Gill et al. (2010) conclu enfin sur le fait qu’une augmentation de 10 % de la végétation urbaine permet une baisse significative des températures, quand le contraire (réduction de 10 %) provoque une sensible augmentation.
37 Les fonctions des arbres permettent en partie d’expliquer ces effets. L’ombrage joue un rôle important, en interceptant les radiations solaires (Georgi et Dimitriou, 2010 ; Gill et al., 2007 ; Dimoudi et Nikolopoulou, 2003 ; Akbari, 2002). Les arbres servent également de protection contre le vent (Wende et al., 2010), ou canalisent les flux de vent pour rafraichir l’air (Wende et al., 2010 ; Akbari, 2002). Cela influe directement sur les échanges d’énergie et de chaleur avec les bâtiments (Musy, 2010, Mansfield et al., 2002 ; Sailor, 1997).
38 Mais ce sont les effets de l’évapotranspiration qui sont le plus souvent mis en avant. Par exemple, Gill et al. (2010) montre une corrélation entre les îlots de chaleur urbains et la diminution du taux moyen d’évapotranspiration des surfaces à mesure que l’on se rapproche du centre-ville. Dans une perspective proche, Georgi et Dimitriou (2010) expliquent que « la température sous les différentes espèces d’arbres décroit avec l’augmentation de l’évapotranspiration** ». Ils proposent de prendre en considération le taux d’évapotranspiration dans les choix de sélection des espèces plantées en ville.
39 Le ruissellement des eaux est un facteur pris en compte dans les scénarios de changements climatiques qui avancent qu’en plus d’une élévation de la température des villes, les précipitations se feront plus nombreuses. La gestion de celles-ci peut être facilitée par l’augmentation des surfaces végétalisées (Gill et al., 2010). Tratalos et al. (2007) montrent qu’une plus forte densité de population est corrélée à un fort ruissellement des eaux. Ils proposent d’expliquer cela par la plus faible présence de végétaux dans les zones à forte densité.
40 La qualité de l’air est un autre sujet étudié. Les végétaux sont reconnus pour leur capacité à séquestrer le carbone, mais encore pour canaliser les polluants, notamment les particules inférieures à dix microns (PM10) et les dépôts secs. D’après Akbari (2002 : 125), « les arbres améliorent aussi la qualité de l’air urbain en réduisant la température ambiante et donc en réduisant la formation du smog urbain, et à travers le dépôt sec en absorbant directement les polluants gazeux et les PM10 dans l’air** ». En France, les travaux de Wania (2007) ont contribué à l’approfondissement des liens entre les trames urbaines d’arbres et la dispersion des polluants.
41 L’ensemble de ces démonstrations permet de conclure sur la réduction générale d’énergie dépensée grâce à la végétalisation des arbres. Les auteurs insistent sur le fait que les services atmosphériques et écosystémiques des végétaux en ville sont bien plus importants qu’ailleurs, car l’ensemble de leurs potentiels peut être valorisé en même temps pour compenser les problèmes rencontrés par les systèmes urbains.

Conclusion

42 Le détail de l’appréhension des relations entre climat, trame verte et ville ne suit pas nécessairement une lecture disciplinaire où se distinguent les sciences sociales, écologiques et atmosphériques, et ne résultent pas uniquement de l’agglomération de travaux sur les trames vertes urbaines d’une part, le climat des villes d’autre part. Au contraire, une lecture croisée peut être adoptée, mêlant les disciplines et les entrées thématiques dans une dynamique d’explication transversale. De plus, cette étude a permis de dégager trois cadres sociaux d’approche de l’association entre climat et trame verte : une référence aux individus et aux aspects collectifs, une approche en terme de projets et d’objectifs (les fonctions des trames vertes), un dernier cadre d’analyse orienté vers une démarche prospective et plus expérimentale.
43 Bien entendu, ces entrecroisements n’abolissent pas les spécificités disciplinaires ni les entrées thématiques privilégiées, mais ils soulignent une certaine capacité de la mise en lien du climat, des trames vertes et de la ville à fédérer les travaux et à se poser comme un champ de recherche intégrateur. Ces croisements illustrent les propos de Berthelot (2008) sur la description de l’activité scientifique : les discours des chercheurs portent nécessairement la trace de leur cadre d’appréhension de l’objet de l’entretien. Ils sont des descriptions ordonnées de façon cohérente et congruente à leurs principes épistémologiques (Berthelot, 2008 : 108). Ce qui est remarquable, c’est bien davantage que, pour deux objets, on trouve des modalités interprétatives communes. Ceci est une des preuves de l’intérêt égal suscité par ces deux domaines, voire de leur association déjà effective dans les pratiques rhétoriques comme dans les travaux bibliographiques.
44 Dans quelle mesure la sociologie peut-elle contribuer davantage à cette dynamique transversale ? Les domaines présentés – sociologie urbaine, des sciences et de l’environnement – doivent sans nul doute suivre ce mouvement de transversalité et de confrontations disciplinaires et thématiques. Parce que les questions relatives à la connexion et la continuité d’une part, celles concernant les échelles d’observation d’autre part, sont communes à chaque discipline, la sociologie doit, peu ou prou, participer à leur analyse. Par ailleurs, sa composante analytique doit ajouter une portée réflexive supplémentaire aux discussions entre disciplines.
45 Des études plus classiques pourraient porter sur les représentations des liens entre végétal et atmosphère, et sur les formes des connaissances mobilisées pour énoncer cette relation. Plus proche des pistes dégagées par le programme CCTV, et maintenant que la relation entre climat et trame verte est certaine, une sociologie des acteurs devrait interroger les acteurs concernés et/ou mobilisés par cette relation, ainsi que les relations de pouvoir entre ces acteurs (scientifiques et/ou politiques notamment) et les arguments mobilisés pour favoriser (ou non) un type de relation spécifique entre végétaux et atmosphère. En parallèle, une sociologie des champs scientifiques pourrait prolonger les apports du programme CCTV par l’étude suivie de la structuration – ou de la non-structuration – du champ des trames vertes et du climat, et plus certainement de l’évolution du champ des trames vertes en fonction des services écosystémiques mis en avant (biodiversité, rapport à la nature, agriculture, effet sur le climat ou l’atmosphère).
46 Une autre série de questionnements pourrait prendre à rebours la recherche d’une relation entre climat et végétation en ville. En effet, pourquoi de tels liens n’ont-ils pu apparaître plus tôt ? Autrement dit, pourquoi l’air et l’atmosphère sont exclus des définitions classiques des écosystèmes en science de la vie ? Cette question a d’ailleurs surgi à plusieurs reprises dans nos entretiens où la réduction de la Nature à la seule nature faunistique et floristique faisait débat. Cela introduit la réciproque du précédent questionnement : où en sont les modèles climatologiques dans leur prise en compte du végétal ? Peut-on retracer une histoire de l’inscription du végétal dans les modèles atmosphériques et/ou urbains ? Bien que ces derniers points touchent aux limites de l’approche sociologique, cela ne préjuge pas de leur importance.
Bibliographie
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Union Européenne, 2009, Les attitudes des Européens vis-à-vis du changement climatique, Eurobaromètre spécial 300, septembre 2008
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DOI : 10.1016/j.landusepol.2009.11.005
Zoulia, I., M. Santamouris et A. Dimoudi, 2008, Monitoring the effect of urban green areas on the heat island in Athens. Environmental Monitoring Assessment, 2008 : 1-18
Notes
1 Parmi d’autres, l’effort de Micoud (2005) pour montrer également comment la sociologie aborde des objets tels que la biodiversité ou le développement durable est particulièrement stimulant.
2  Le programme CCTV a été financé par le GIS Climat Environnement et Société et a été mené en collaboration avec le programme ANR Trame verte urbaine.
3 Ces spécialités sont représentées dans les « comités de recherche » des associations de sociologues. On y dénombre un peu plus de trente comités en moyenne par association, avec un pic de 51 pour l’AIS (Association Internationale de Sociologie), dont la dimension internationale pousse à l’ouverture, et 30 pour l’Association Européenne de Sociologie (ESA), 32 pour la British Sociological Association (BSA), ou encore 34 pour la Deutsch Geisellschaft fur Soziologie (DGS). Ces comités définissent peu ou prou les orientations et les limites de la sociologie.
4 RAMONS : cf. www.gis-climat.fr/projet/RAMONS
5 L’analyse scientométrique invite par exemple à s’intéresser aux occurrences des termes dans les bases de données d’articles dans le but d’expliquer les éventuelles variations du nombre d’occurrences en fonction d’éléments déterminants pour le domaine (cf. Callon et al., 1993).
6  Le détail de ces enquêtes est repris dans Boudes, 2010.
7  Les trames vertes, d’après Ahern (1995), sont des espaces dont les vocations sont multiples : écologiques, récréatives, culturelles et esthétiques principalement. Elles s’inscrivent dans gestion durable du territoire, et on doit en retenir les principes suivants et, outre leur morphologie linéaire et leur capacité créer de véritables systèmes interconnectés, elles font sens autant spatialement que fonctionnellement.
8 Le signe ** en fin de citation indique que nous avons traduit en français la partie citée.

Colegio de Sociólogos del Perú en la COP21

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Resumen de las negociaciones:
1)Respecto al Financiamiento (Fondo Verde):
-No hay mucha información hasta ahora
-Hay tres posiciones distintas básicamente sobre quiénes deben brindar financiamiento
-Brasil no está dispuesto a tener responsabilidades
-No hay relación con los principios de la Convención en la parte de financiamiento
-En el Grupo 77+China existe una fuerte oposición para que posiciones progresistas de AILAC pasen. Hay que apoyar desde la Sociedad Civil las posiciones de este grupo de negociación
-En su discurso Obama reconoció que la responsabilidad de los Estados Unidos
-China dijo, nosotros ya estamos haciendo algo. No quiere que en acuerdo queden responsabilidades de países emergentes.
2) Adaptación, pérdidas y daños
-El Articulo 5 contiene  propuesta de Grupo 77+ China que CAN esta apoyando, no dice compensación, palabra clave que puede causar problemas
-Los países umbrela (Australia, Estados Unidos, Canadá y Noruega quieren que no exista referencia alguna sobre pérdidas y daños. Este tema para nosotros es un mínimo.
3) Derechos humanos
-Se han dividido en distintos grupos para la discusión del preámbulo
-Quien lidera discusión informal sobre párrafo 10 y artículo 2 es México
-Quien trata de consensuar posiciones es Brasil
-AILAC estaría conforme en que derechos humanos quede en el preámbulo, pero no tiene posición consensuada en el artículo 2 ya que temen que pueda permitir llevar casos a la CIDH (Colombia)
-REDD Strategy Group promueve derechos humanos, derechos indígenas y conservación de bosques. Nuestro mayor aliado es la delegación de Filipinas
4) Mitigación
-La Declaración de foro de países vulnerables podría presentarse a nuestras delegaciones: descarbonización al 2050 y 1.5°C.
Acuerdos:
-Se enviará declaración del foro de países vulnerables para que se considere apoyarla y unirnos con organizaciones asiáticas y probablemente del Pacífico.
Paris no es una fiesta. Es un alma en pena. El gélido viento ulula entre la férrea estructura de la torre Eiffel ante el inminente invierno, los cafetines están semidesiertos. Nadie se recupera aún del susto tras el ataque yihadista al corazón de la República el viernes 13.La insistencia de Francois Hollande en realizar la Cumbre Mundial de Cambio Climático de las Naciones Unidas pese a la amenaza terrorista “es un triunfo de la civilización sobre el terror”, dijo la Primera Ministra de Alemania, Angela Merkel. La COP21 convocó a medio centenar de jefes de Estado, Obama y Xi Jinping, Putin y Rousseff. Ollanta Humala entre ellos.
Las medidas de seguridad eran extremas. Los dignatarios fueron conducidos a la llamada Blue Zone (zona de máxima seguridad) y solo se les pudo ver por televisión, mientras en el otro extremo del complejo de conferencias, el Pabellón Perú repartió entre los paseantes un shot de pisco puro (¡en vaso de plástico!) para paliar el frío.
La COP21 pretende sellar un acuerdo climático global para la drástica reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que eviten que la temperatura del planeta supera los 2 centígrados al año 2050.
El presidente Ollanta Humala invocó a los negociadores “rigor, pragmatismo y humanidad en busca de consensos”.
Desde el protocolo de Kyoto de 1997, los países han fracasado en alcanzar un acuerdo global. Todos los esfuerzos se han estrellado contra los bloques de países formados según sus intereses. Pero en París, en medio del aguacero, reina ésta vez un cauto optimismo.
La COP20 en Lima el año pasado fue un eslabón crítico. China no solo se ha comprometido en reducir en 30% sus emisiones al 2030, sino que ha aceptado que los acuerdos sean vinculantes y revisables cada cinco años. EE.UU., el principal emisor del planeta, también se ha comprometido en reducir su fenomenal huella ecológica en 28%.Para sortear el obtuso bloqueo Republicano en el Capitolio, el presidente Barack Obama negocia directamente con la industria energética.El Perú también se ha comprometido en reducir sus emisiones en el mismo rango. El documento de Contribuciones Nacionales asume que el 20% de la reducción será implementado a través de inversiones público y privadas y el 10% restante supeditado a la disponibilidad de financiamiento internacional. Pero guarda con la letra chica. El Estado peruano no asumirá compromisos condicionados que impliquen endeudamiento público.Las vigas maestras de un acuerdo climático global y comprensivo parecen estar en su lugar. “Ningún país o región está a salvo de los efectos del cambio climático causado por las actividades humanas, pero no podemos aceptar que los países más pobres, los que menos gases de efecto invernadero emiten, sean los más vulnerables. Debemos actuar en nombre de la justicia climática”, enfatizó el presidente de Francia, Francois Hollande.
Si las naciones del mundo suscriben el 11 de diciembre un acuerdo climático comprensivo, París dará al mundo un mensaje de libertad, fraternidad y sustentabilidad en estos aciagos tiempos. Un documento que como calificó acertadamente el mandatario peruano tendrá “un papel transformador”. En la cancha se verá los alcances de su compromiso.
Fuente: Revista CARETAS.

San Francisco Javier

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El Papa Pío X nombró a San Francisco Javier como Patrono de todos los misioneros porque fue sin duda uno de los misioneros más grandes que han existido, siendo llamado con justa razón el “gigante de la historia de las misiones”.
San Francisco empezó a ser misionero a los 35 años y murió de sólo 46. En once años recorrió la India (país inmenso), el Japón y varios países más. Su deseo de ir a Japón era tan grande que exclamaba: “si no consigo barco, iré nadando”. Fue un verdadero héroe misionero.
El santo nació cerca de Pamplona (España) en el castillo de Javier, en el año 1506. Fue enviado a estudiar a la Universidad La Sorbona de París, y estando allí conoció a San Ignacio de Loyola con quien estableció una sólida amistad. San Ignacio le repetía constantemente la famosa frase de Jesucristo: “¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si se pierde a sí mismo?” y fue justamente esta amistad y las frecuentes pláticas e intensas oraciones lo que transformó por completo a San Francisco Javier, quien fue uno de los siete primeros religiosos con los cuales San Ignacio fundó la Compañía de Jesús o Comunidad de Padres Jesuitas.

Su gran anhelo era poder misionar y convertir a la gran nación china. Pero en ese lugar estaba prohibida la entrada a los blancos de Europa. Al fin consiguió que el capitán de un barco lo llevara a la isla desierta de San Cian, a 100 kilómetros de Hong-Kong, pero allí lo dejaron abandonado, se enfermó y consumido por la fiebre, murió el 3 de diciembre de 1552, pronunciando el nombre de Jesús, la edad de 46 años.
Años más tarde, sus compañeros de la congregación quisieron llevar sus restos a Goa, y encontraron su cuerpo incorrupto, conservandose así hasta nuestros días. San Francisco Javier fue declarado santo por el Sumo Pontífice en 1622 junto con Santa Teresa, San Ignacio, San Felipe y San Isidro.
Fuente: www.aciprensa.com

El cardenal Parolin en la COP21

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El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, intervino en la apertura de la XXI Conferencia de los Estados Parte en la Convención COP21 que se celebra en París (Francia) del 30 de noviembre al 11 de diciembre. Después de transmitir a todos los participantes el saludo y el aliento del Papa Francisco para que trabajasen a favor de un éxito fecundo de la COP21, el purpurado recordó el discurso del Santo Padre el pasado jueves, 26 de noviembre, en el Centro las Naciones Unidas en Nairobi, cuando manifestó el deseo de que la cumbre de París concluyera “con la adopción de un acuerdo global y ‘transformador’, basado en los principios de la solidaridad, la justicia, la equidad y la participación, orientado a la consecución de tres objetivos complejos e interdependientes: mitigar los efectos del cambio climático, luchar contra la pobreza, hacer que florezca la dignidad de la persona humana”.
A continuación pasó a enumerar los tres pilares en que se debe asentar ese acuerdo “global y transformador”. “El primer pilar -dijo- es la adopción de un claro enfoque ético claro, que inspire los motivos y los fines del Acuerdo de implementar. Sabemos que las personas más vulnerables al impacto del fenómeno del cambio climático son los más pobres y las generaciones futuras, que sufrirán las consecuencias más graves, a menudo sin ser responsables…Ante la urgencia de una situación que requiere la cooperación más amplia posible para lograr un plan común, es importante que este Acuerdo se centre en el reconocimiento tanto del imperativo ético de actuar en un contexto de solidaridad global, como de la responsabilidades comunes pero diferenciadas de cada uno, de acuerdo a sus capacidades y condiciones”.
”El segundo pilar se refiere al hecho de que el Acuerdo no sólo debe buscar la manera de ponerlo en práctica, sino también y sobre todo transmitir señales claras que orienten la conducta de todos los sujetos interesados comenzando por los gobiernos, pero también de las autoridades locales, del mundo empresarial, de la comunidad científica y de la sociedad civil…Para ello es necesario emprender con convicción el camino hacia un economía con bajo contenido de carbono y hacia un desarrollo humano integral… En esta perspectiva, los países con más recursos y capacidad deben predicar con el ejemplo, aportando recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible. Pienso, por ejemplo- explicó el Secretario de Estado- en la promoción de las energías renovables y en la desmaterialización, así como en el desarrollo de la eficiencia energética; o en la gestión adecuada de los bosques, el transporte y los residuos; en el desarrollo de un patrón circular de la economía; en la implementación de programas adecuados, sostenibles y diversificados de seguridad alimentaria; en la la lucha contra el despilfarro de alimentos; en las estrategias para combatir la especulación y los subsidios ineficaces y a veces injustos; en el desarrollo y la transferencia de tecnologías apropiadas”.
El tercer y último pilar es la visión del futuro.”La COP21 no es ni un momento de llegada ni un punto de partida, sino un paso crucial en un proceso que sin duda no termina en 2015 -subrayó el cardenal Parolin- Un acuerdo con una perspectiva temporal amplia debe incluir procesos de revisión compromisos y ‘seguimiento’ transparente, eficientes y dinámicos, capaces de aumentar gradualmente el nivel de ambición y garantizar un control adecuado. Asimismo, se debe considerar seriamente la implementación de modelos de producción y consumo sostenibles y de nuevas actitudes y estilos de vida. Aquí se entra en los campos clave de la educación y la formación, por desgracia, a veces dejados al margen de las negociaciones sobre los Acuerdos internacionales. Las soluciones técnicas son necesarias pero no suficientes si no abordamos a fondo la cuestión de la educación a un estilo de vida sostenible y a una conciencia responsable”.
Fuente: Radio Vaticano.

La candidata del ‘baguazo’

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Por Cecilia Valenzuela– Diario El Comercio.
Plancha caliente, plancha quemada, plancha presidencial. El 11 de enero se vence el plazo para las inscripciones de las candidaturas al 2016, y en estos días los partidos y las agrupaciones políticas negocian sus alianzas y sus vicepresidencias. Los rumores van y vienen. Los hombres quieren a una mujer y a un técnico reputado a su lado; las mujeres quieren dos hombres prestigiosos que les ayuden a perfilar una imagen de liderazgo.
Entre los rumores que van y vienen se escucha el nombre de Marisol Espinoza, la actual vicepresidenta de Ollanta Humala, como favorita para integrar más de una plancha presidencial. ¿Qué le parece? De pronto, una vicepresidenta que se quedó callada mientras la primera dama usurpaba las funciones del presidente, y que guardó silencio mientras el gobierno usaba la DINI para perseguir a sus adversarios políticos, incluida ella, se convierte en el mejor de los jales.
Es decir, si Nadine Heredia te ningunea primero y te persigue después, ¡y tú te quedas callada!, te conviertes en vicepresidenta vitalicia. Por qué, entonces, no se quedó callada cuando viajó a Bagua, en marzo del 2009, para azuzar a los nativos que luego protagonizaron el ‘baguazo’.
“En Choropampa, cada día, muere una persona”. Así mintió Marisol Espinoza durante una reunión con el apu awajún Zebelio Kayap y otros dirigentes nativos en los días previos al ‘baguazo’. Ella hizo la referencia a propósito del derrame de mercurio ocurrido en Cajamarca, durante el año 2000, y donde hubo personas afectadas porque recogieron el mercurio sin protección. Gracias a Dios, nadie falleció.
En el video, donde se registra y se guarda para la historia semejante insensatez, aparecen también los nacionalistas Yaneth Cajahuanca y Víctor Isla advirtiéndoles a los líderes awajún –en el mitin a puerta cerrada grabado por un corresponsal extranjero– que “les van a matar sus aguas y sus cerros”.
El ‘baguazo’ sumó un sinnúmero de desaciertos y fallas cometidos por las autoridades del entonces gobierno aprista; pero los nacionalistas, liderados en esa cruel aventura por Marisol Espinoza, no pueden lavarse las manos: los 24 policías que murieron emboscados y cosidos a puñaladas a merced de nativos enardecidos fueron las víctimas inocentes de un discurso extremo y falso, regado irresponsablemente por políticos fanáticos entre los que estaba la vicepresidenta actual.
En los últimos cinco años, en cambio, bien sentada en el gobierno, Marisol Espinoza sí supo callarse a la hora de enfrentar la corrupción que crecía a su alrededor en el gobierno que integró hasta la fecha necesaria para desvincularse y acceder a una invitación de otra agrupación. Y no solo tiró la piedra y escondió la mano en los meses en los que se gestó el ‘baguazo’. Durante el año 2007 fue una tenaz opositora al proyecto minero Río Blanco en la sierra de Piura, allí por donde ahora transitan, a falta de Estado y empresas formales, los traficantes de cocaína y los que transportan el látex de la amapola que sale de nuestro país para convertirse en opio en otras latitudes.
Y frente a esa realidad, ¿qué ha hecho la vicepresidenta? ¿Qué ha propuesto desde su privilegiada ubicación como integrante de la bancada más fuerte en el Congreso? Nada, más allá de su fugaz aparición en Los Simpson, solo conocimos su silencio.

Asháninkas en la COP21

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Por Jordi Batallé/ Radio Francia Internacional.
Se acaba de abrir en París la Conferencia de las naciones Unidas sobre el Clima, la COP21, en la que durante dos semanas, responsables políticos, expertos científicos y ONG van a debatir para encontrar una acuerdo sobre el objetivo y los medios necesarios para limitar el cambio climático que conlleva un calentamiento global.
En este contexto han venido a París, Hector Martin Manchí, Ana Espejo, Miguel y Henry Samaniego Arroyo, originarios de la región peruana de Junín, para participar en los debates y poner sus reivindicaciones sobre el tapete.
Héctor Martín Manchí, originario de la comunidad de Pampa Michi, en la selva central, es titular de un master de ganadería. Después de haber trabajado en distintas regiones de Perú, vuelve a la selva y es elegido presidente de la CECONSEC Federación de Comunidades nativas de la Amazonía peruana, responsabilidad que ejerce hoy de manera no profesional. Trabaja en la defensa de los derechos de las poblaciones nativas, como la propiedad de sus tierras, la calidad de su medio ambiente o el acceso a la educación entre otros.
Los asháninkas son el mayor pueblo indígena de la Amazonía del Perú. Su modo de vida tradicional se basa en un excelente conocimiento e la selva tropical, fuente de su alimentación, de materiales de construcción, de medicinas, etc. La pescan la caza y la recolección, son completadas por algo de agricultura.
Muy afectados por el terrorismo de los años 80, se enfrentan hoy a los desafíos del siglo XXI: deforestación e instalación de agriculturas intensivas, contaminación de ríos, explotación petrolera, llegada de medios de comunicación (carreteras, teléfono o Internet) y de la sociedad de consumo. Ana Espejo López,
no es ashánika, es originaria de Huancayo, y titular de un master de gestión social, lo que le ha permitido trabajar en diversas ONG peruanas. Actualmente es coordinadora en la ONG SEPAR, del programa de gestión medioambiental y acción climática, basado en la selva central. Implicada en el trabajo de los asháninkas de la CECONSEC, trabaja para diferentes proyectos en estas comunidades.
Miguel y Henry Samaniego Arroyo son hermanos de una familia con 10 hijos y poseen un amplio conocimiento de la cultura asháninka. Miguel de 33 años, estudio educación antes de interesarse en el desarrollo económico de su comunidad. Ha llevado acabo varios proyectos en el terreno del agroturismo, cultivo del café, o la apicultura. Es maestro de escuela primaria. Henry de 26 años, deja su comunidad de origen, en plena urbanización, por la de Alto Purus con 6,000 hectáreas de selva, donde realiza un importante trabajo en defensa de los derechos de su comunidad ante las autoridades peruanas.