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Cuando el 28 de julio asumí la Presidencia de la República, expresé con humildad y convicción, que transformar el país necesita del esfuerzo de todos. Necesita una mirada que no se limite al corto plazo, sino que atendiendo a las necesidades más urgentes, vea el futuro con optimismo.
Ahora, me dirijo a ustedes para renovar nuestro compromiso de transformación en un área que es estructural para el desarrollo nacional: el uso racional de nuestros recursos naturales.
El Perú es uno de los pocos países en el mundo que ha tenido un crecimiento sostenido, entre otros factores, gracias al aprovechamiento de sus recursos naturales. Somos un país que promueve la inversión bajo reglas claras y al amparo del Estado de Derecho, y seguiremos apostando por ello, para que el Perú siga creciendo.
Sin embargo, este avance económico, no ha ido a la par con el desarrollo de una mejor calidad de vida para todos los peruanos y el necesario cuidado de nuestro entorno. Para que el crecimiento se convierta en desarrollo inclusivo y sostenible, lideraremos una nueva relación con las actividades e industrias extractivas.
Estamos ante el desafío de dar un salto cualitativo asegurando que nuestro crecimiento económico se realice cuidando nuestro valioso patrimonio cultural y natural.
Necesitamos complementar una visión territorial, con la dimensión ambiental en el uso sostenible de nuestros recursos. Nuestro país hace posible concentrar esfuerzos en espacios territoriales donde podemos gestionar el desarrollo integrado de actividades, no solo mineras y extractivas. El turismo, la ganadería, la agricultura, y otras actividades productivas marítimas y portuarias, pueden integrarse aprovechando nuestra ubicación estratégica en el continente, para llegar a mercados regionales y mundiales. Todo ello apostando a los más altos estándares ambientales.
En suma, este nuevo enfoque exige innovar la forma de relacionamiento entre nuestro ambiente, el aprovechamiento de los recursos naturales, la gestión equilibrada del territorio y el uso racional de los recursos hídricos. Esto, en el marco de una nueva relación con las actividades extractivas, al servicio del desarrollo humano, en la línea de nuestros objetivos de inclusión social, tal como hemos anunciado ante el mundo en la Cumbre de Río + 20, y lo reafirmamos ahora, ante el país.
Para lograrlo, es fundamental contar con una mejor normatividad que asegure la gobernabilidad ambiental, la modernización de los instrumentos de gestión, su adecuación a nuestra nueva realidad económica, social y cultural y la fiscalización ambiental en todas las operaciones.
Pondremos especial énfasis en actualizar las políticas y regulaciones ambientales para evitar impactos en la salud de las poblaciones y para establecer mecanismos de prevención y resolución de conflictos.
De esta manera, recuperaremos la confianza de la población en un Estado capaz de sancionar malas conductas ambientales e incentivar las buenas prácticas; capaz también de intervenir anticipadamente frente a las preocupaciones de la sociedad.
Para materializar este compromiso, constituiremos una Comisión Multisectorial que en 30 días entregará la propuesta de normas que nos permitan avanzar en el camino de desarrollo sostenible. Esta Comisión será liderada por la Presidencia del Consejo de Ministros y contará con una secretaría técnica que estará a cargo del Ministerio del Ambiente.
El diálogo y la convivencia en el marco del Estado de Derecho, nos garantizarán prosperidad en un contexto de paz y tolerancia, en beneficio de los intereses del país.
Por ello, felicito el inicio del diálogo en la Provincia de Espinar y aplaudo la disposición de todos, para vencer diferencias y orientarnos hacia el entendimiento en un clima de paz social. Ello me permite disponer que, habiéndose alcanzado las condiciones que aseguren la convivencia pacífica, se levante el estado de emergencia en dicha provincia.
Saludo también la voluntad de diálogo del pueblo quechua del Pastaza, y otros pueblos hermanos de la amazonía peruana, con quienes se ha aprobado la formación de una Comisión Multisectorial para ver de manera integral la problemática de la zona.
De otro lado, también hemos recibido el pedido de un grupo de autoridades de Cajamarca para alcanzar sus propuestas y ser escuchados. Reiteramos que estamos, y siempre estaremos dispuestos a recibir propuestas que nos permitan construir conjuntamente el desarrollo sostenible.
En relación a la situación en Cajamarca, mi gobierno ha hecho todo lo necesario, y seguirá haciendo, para generar entendimientos. Promovió el diálogo por el desarrollo, e inició la ejecución de obras públicas de saneamiento, electrificación rural, pistas, veredas y carreteras, construcción de reservorios, entre otros, con un presupuesto de alrededor de 5 mil millones de soles.
En el caso del Proyecto Conga, el Estado contrató un peritaje internacional; generó información sólida con base científica y técnica adecuada; estableció condiciones ambientales estrictas. Es decir, promovió las condiciones de un Estado garante que actúa en favor de la población.
Hemos recibido la comunicación de la empresa minera Yanacocha, expresando la voluntad de implementar las recomendaciones del dictamen pericial internacional y dar cumplimiento a todas las condiciones formuladas por mi gobierno en el mensaje a la nación del 20 de abril. Este es un proyecto que mi gobierno recibió, en condiciones que hemos querido mejorar para el beneficio económico, social y ambiental del pueblo de Cajamarca.
Ahora nos toca asegurar que las mejoras comprometidas se cumplan, fortaleciendo la fiscalización, estableciendo monitoreos ambientales participativos, asegurando a la población agua y desarrollo, verificando la construcción de los reservorios.
Podemos y vamos a hacer que la empresa garantice el abastecimiento de agua previamente, ese fue mi compromiso en Cajamarca. Lo vital es el agua y lo reafirmo. Pero no puedo exponer al Perú al incumplimiento del Estado de Derecho, hacer esto causaría un enorme daño a todos los peruanos.
Quiero ratificar al pueblo de Cajamarca, que el requisito indispensable para dar continuidad al proyecto, será garantizar el agua para la atención de las necesidades vitales y económicas de la población. Esto alentará más el desarrollo sostenible y mejorará las condiciones de vida.
Insisto, primero el agua, esa es la condición. Mi gobierno no permitirá el desarrollo de ningún proyecto extractivo que exponga a la población al desabastecimiento de agua o que no tenga los estándares de calidad permitidos para el consumo humano.
En el marco de lo pronunciado en la Cumbre de Río + 20 y de la nueva relación con las actividades e industrias extractivas que nos hemos comprometido a impulsar, involucraremos a todos, escucharemos sus demandas, atenderemos sus preocupaciones, dialogaremos y alcanzaremos, estoy seguro, la meta de un país que será modelo no sólo por su crecimiento, sino también, modelo de desarrollo sostenible.
Invoco a todos los peruanos y peruanas a que trabajemos juntos en esta tarea.
Muchas gracias.
Ahora, me dirijo a ustedes para renovar nuestro compromiso de transformación en un área que es estructural para el desarrollo nacional: el uso racional de nuestros recursos naturales.
El Perú es uno de los pocos países en el mundo que ha tenido un crecimiento sostenido, entre otros factores, gracias al aprovechamiento de sus recursos naturales. Somos un país que promueve la inversión bajo reglas claras y al amparo del Estado de Derecho, y seguiremos apostando por ello, para que el Perú siga creciendo.
Sin embargo, este avance económico, no ha ido a la par con el desarrollo de una mejor calidad de vida para todos los peruanos y el necesario cuidado de nuestro entorno. Para que el crecimiento se convierta en desarrollo inclusivo y sostenible, lideraremos una nueva relación con las actividades e industrias extractivas.
Estamos ante el desafío de dar un salto cualitativo asegurando que nuestro crecimiento económico se realice cuidando nuestro valioso patrimonio cultural y natural.
Necesitamos complementar una visión territorial, con la dimensión ambiental en el uso sostenible de nuestros recursos. Nuestro país hace posible concentrar esfuerzos en espacios territoriales donde podemos gestionar el desarrollo integrado de actividades, no solo mineras y extractivas. El turismo, la ganadería, la agricultura, y otras actividades productivas marítimas y portuarias, pueden integrarse aprovechando nuestra ubicación estratégica en el continente, para llegar a mercados regionales y mundiales. Todo ello apostando a los más altos estándares ambientales.
En suma, este nuevo enfoque exige innovar la forma de relacionamiento entre nuestro ambiente, el aprovechamiento de los recursos naturales, la gestión equilibrada del territorio y el uso racional de los recursos hídricos. Esto, en el marco de una nueva relación con las actividades extractivas, al servicio del desarrollo humano, en la línea de nuestros objetivos de inclusión social, tal como hemos anunciado ante el mundo en la Cumbre de Río + 20, y lo reafirmamos ahora, ante el país.
Para lograrlo, es fundamental contar con una mejor normatividad que asegure la gobernabilidad ambiental, la modernización de los instrumentos de gestión, su adecuación a nuestra nueva realidad económica, social y cultural y la fiscalización ambiental en todas las operaciones.
Pondremos especial énfasis en actualizar las políticas y regulaciones ambientales para evitar impactos en la salud de las poblaciones y para establecer mecanismos de prevención y resolución de conflictos.
De esta manera, recuperaremos la confianza de la población en un Estado capaz de sancionar malas conductas ambientales e incentivar las buenas prácticas; capaz también de intervenir anticipadamente frente a las preocupaciones de la sociedad.
Para materializar este compromiso, constituiremos una Comisión Multisectorial que en 30 días entregará la propuesta de normas que nos permitan avanzar en el camino de desarrollo sostenible. Esta Comisión será liderada por la Presidencia del Consejo de Ministros y contará con una secretaría técnica que estará a cargo del Ministerio del Ambiente.
El diálogo y la convivencia en el marco del Estado de Derecho, nos garantizarán prosperidad en un contexto de paz y tolerancia, en beneficio de los intereses del país.
Por ello, felicito el inicio del diálogo en la Provincia de Espinar y aplaudo la disposición de todos, para vencer diferencias y orientarnos hacia el entendimiento en un clima de paz social. Ello me permite disponer que, habiéndose alcanzado las condiciones que aseguren la convivencia pacífica, se levante el estado de emergencia en dicha provincia.
Saludo también la voluntad de diálogo del pueblo quechua del Pastaza, y otros pueblos hermanos de la amazonía peruana, con quienes se ha aprobado la formación de una Comisión Multisectorial para ver de manera integral la problemática de la zona.
De otro lado, también hemos recibido el pedido de un grupo de autoridades de Cajamarca para alcanzar sus propuestas y ser escuchados. Reiteramos que estamos, y siempre estaremos dispuestos a recibir propuestas que nos permitan construir conjuntamente el desarrollo sostenible.
En relación a la situación en Cajamarca, mi gobierno ha hecho todo lo necesario, y seguirá haciendo, para generar entendimientos. Promovió el diálogo por el desarrollo, e inició la ejecución de obras públicas de saneamiento, electrificación rural, pistas, veredas y carreteras, construcción de reservorios, entre otros, con un presupuesto de alrededor de 5 mil millones de soles.
En el caso del Proyecto Conga, el Estado contrató un peritaje internacional; generó información sólida con base científica y técnica adecuada; estableció condiciones ambientales estrictas. Es decir, promovió las condiciones de un Estado garante que actúa en favor de la población.
Hemos recibido la comunicación de la empresa minera Yanacocha, expresando la voluntad de implementar las recomendaciones del dictamen pericial internacional y dar cumplimiento a todas las condiciones formuladas por mi gobierno en el mensaje a la nación del 20 de abril. Este es un proyecto que mi gobierno recibió, en condiciones que hemos querido mejorar para el beneficio económico, social y ambiental del pueblo de Cajamarca.
Ahora nos toca asegurar que las mejoras comprometidas se cumplan, fortaleciendo la fiscalización, estableciendo monitoreos ambientales participativos, asegurando a la población agua y desarrollo, verificando la construcción de los reservorios.
Podemos y vamos a hacer que la empresa garantice el abastecimiento de agua previamente, ese fue mi compromiso en Cajamarca. Lo vital es el agua y lo reafirmo. Pero no puedo exponer al Perú al incumplimiento del Estado de Derecho, hacer esto causaría un enorme daño a todos los peruanos.
Quiero ratificar al pueblo de Cajamarca, que el requisito indispensable para dar continuidad al proyecto, será garantizar el agua para la atención de las necesidades vitales y económicas de la población. Esto alentará más el desarrollo sostenible y mejorará las condiciones de vida.
Insisto, primero el agua, esa es la condición. Mi gobierno no permitirá el desarrollo de ningún proyecto extractivo que exponga a la población al desabastecimiento de agua o que no tenga los estándares de calidad permitidos para el consumo humano.
En el marco de lo pronunciado en la Cumbre de Río + 20 y de la nueva relación con las actividades e industrias extractivas que nos hemos comprometido a impulsar, involucraremos a todos, escucharemos sus demandas, atenderemos sus preocupaciones, dialogaremos y alcanzaremos, estoy seguro, la meta de un país que será modelo no sólo por su crecimiento, sino también, modelo de desarrollo sostenible.
Invoco a todos los peruanos y peruanas a que trabajemos juntos en esta tarea.
Muchas gracias.
Fuente: Agencia de Noticias Andina.