El Corán es la Palabra de Dios y por lo tanto eterna e increada. Pero, como libro trasmitido por el Arcángel Gabriel y compuesto por letras y palabras, recitadas, tocadas y escuchadas, no es eterno.
En opinión de la mayoría de los eruditos, la palabra qur‘an, es un modo infinitivo del verbo QaRaA, que significa «leer» o «recitar». Por lo tanto, literalmente significa algo recitado añadiendo letras y palabras recíprocamente.
El verbo QaRaA posee otro modo infinitivo, qar‘u, que significa «reunir». Por lo tanto, ciertos estudiosos opinan a su vez que qur’an significa «lo que reúne». Ha sido narrado por ‘Abdullah ibn ‘Abbas que la palabra qur’an en el versículo En verdad nos incumbe a Nosotros reunirlo (en tu corazón) y permitirte recitarlo (de memoria) (75:17), significa reunirlo y establecerlo en el corazón. Por ello, algunos afirman que ya que el Corán reúne y contiene en sí mismo el «fruto» de las anteriores Escrituras y todo el conocimiento, es nombrado por lo tanto como Qur’an (Corán).
Otros eruditos afirman que la palabra qur’an no deriva de ninguna otra. Es el nombre propio concedido al Libro que Dios, ensalzada sea Su Majestad, envió a Su Último Mensajero, la paz y las bendiciones sean con él. Imam Shafi’i sostiene dicha opinión (Abu’l-Baqa, 287; Raghib al-Isfahani 402; as-Salih [traducido], 15-18).
El Corán es la Palabra de Dios y por lo tanto eterna e increada. Pero, como libro que fue trasmitido al Profeta por el Arcángel Gabriel y compuesto por letras y palabras, recitadas, tocadas y escuchadas, no es eterno (Çetin, 30-32).
La definición general del Corán es la siguiente: El Corán es la Palabra milagrosa de Dios revelada al profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, anotado sobre hojas y transmitido a las generaciones sucesivas por numerosos canales de transmisión dignos de confianza, y cuya recitación es un acto de veneración y una obligación durante las Oraciones diarias (Karaman, 63).
El Corán describe algunas de sus características del modo siguiente:
El mes de Ramadán (es el mes) en el cual se hizo descender el Corán como guía para la humanidad y como verdades claras de la Guía y el Criterio (entre la verdad y la falsedad) (2:185).
Y este Corán no es tal que posiblemente pudiese haber sido inventado por alguien atribuyéndoselo a Dios, sino que es (un Libro Divino en) confirmación de (el origen Divino y de las verdades que aún contienen) las Revelaciones anteriores al mismo y una explicación de la Esencia de todos los Libros Divinos —en donde no hay lugar para la duda— proveniente del Señor de los mundos (10:37).
Lo hemos hecho descender como un «qur’an» (discurso) en lengua árabe para que podáis reflexionar (sobre sus significados y sus términos) y comprender (12:2).
Este Corán ciertamente guía (en todo asunto) a lo más justo y recto, y proporciona a los creyentes que obran bien y con rectitud buenas nuevas de que tendrán una enorme recompensa (17:9).
Y en verdad (revelándolo a través del lenguaje humano) hemos hecho fácil el Corán para la remembranza (de Dios, y prestar atención), entonces ¿hay alguien que recuerde y preste atención? (54:17)
Sin lugar a duda, es el más honorable Corán (recitado) bien guardado en un Libro (56:77-78).
El Corán posee otros títulos, cada uno de los cuales lo describe en uno u otro de sus aspectos y que por lo tanto puede ser considerado como uno de sus atributos. Algunos de estos títulos son: el Libro, el Criterio, la Remembranza, el Consejo, la Luz, la Guía, la Cura, el Noble, la Madre de los Libros, la Verdad, la Amonestación, la Buena Nueva, el Libro Paulatinamente Revelado, el Conocimiento, el Claro (Çetin, 32-36).
El Corán tiene como fin guiar a todas las personas hacia la verdad y alberga cuatro propósitos principales: demostrar la existencia de Dios y Su Unidad; establecer la Misión Profética; probar y dilucidar la vida después de la muerte en todos sus aspectos y dimensiones; y promulgar la devoción a Dios y los puntos esenciales de la justicia. Los versículos del Corán hacen hincapié principalmente en esos temas. En base a esos aspectos, en el Corán se dan: los principios de la creencia, las reglas que rigen la vida humana, información detallada sobre la Resurrección y la vida después de la muerte, preceptos relativos a la veneración a Dios, valores morales, información directa o indirecta sobre ciertos hechos científicos, los principios relativos al surgimiento y a la decadencia de las civilizaciones, esbozos sobre la historia de las naciones de antaño, etc. El Corán es asimismo una fuente de cura. Su aplicación en la vida proporciona un remedio para casi todas las enfermedades psicológicas y sociales. Es a su vez la base de diversos tratados del conocimiento: Contiene una cosmología, una epistemología, una ontología, una sociología, una psicología y una ley. Fue revelado para regular la vida humana en el mundo. No está limitado a una época, un lugar o un pueblo determinados. Es para todos los tiempos y gentes. El profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, declaró: El Corán es más digno de alabanza para Dios que los Cielos y la Tierra, y aquellos que los habitan. La superioridad del Corán sobre el resto de las palabras y discursos es como la superioridad de Dios sobre Sus criaturas (at-Tirmizi, «Fadail al-Qur’an» 25).
El Corán es un decreto definitivo que discierne entre la verdad y la falsedad. No es un pasatiempo. Quienquiera que lo rechace a causa de su despotismo, Dios le humillará. Contiene la historia de las naciones del pasado, nuevas sobre aquellos que os sucederán en un futuro y un criterio sobre vuestros desacuerdos. Todo aquél que busque orientación y consejo en algo diferente del mismo, Dios le desviará. Es la más firme cuerda de Dios, la sabia instrucción, el Camino Recto. Es un Libro que los deseos no pueden desviar ni las lenguas pueden confundir; y del que los eruditos nunca se hastían. Nunca se derrocha ni se disipa al ser repetido, y contiene innumerables aspectos admirables. Se trata de un Libro del que no pudieron nada más que decir:
«Ciertamente, hemos escuchado un Corán maravilloso que guía hacia aquello que es correcto en la creencia y la acción y de este modo, hemos creído en él». Todo aquél que hable basándose en dicha Escritura dirá la verdad; quien juzgue por medio del Corán juzgará con justicia; y quien invite a él invitará a la verdad (at-Tirmizi, «Zawab al-Qur’an», 14).
Concluiremos este asunto con la definición del Corán por parte de Bediüzzaman Said Nursi, ilustre erudito musulmán que inició un movimiento de restauración islámico en Turquía durante la primera mitad del S. XX: El Corán es la traducción eterna del gran Libro del Universo y el traductor imperecedero de las diversas «lenguas» en las que las Leyes Divinas de la creación y el funcionamiento del Universo están «grabados»; el intérprete de los libros del mundo visible y material y del Mundo de Lo Oculto; el descubridor de los tesoros inmateriales de los Nombres Divinos ocultos en los Cielos y en la Tierra; la llave de las verdades que subyacen bajo los acontecimientos; la Palabra de la lengua del Mundo de Lo Oculto en el mundo visible y material; el tesoro de los favores del Misericordioso y el eterno discurso del Glorioso que proviene del Mundo de Lo Oculto a través del velo de este mundo visible; el Sol de los mundos espirituales e intelectuales del Islam, así como su fundamento y plan; el mapa sagrado de los mundos del Más Allá; el expositor, el lúcido intérprete, la prueba locuaz y el claro traductor de la Esencia, los Atributos, los Nombres y los Actos Divinos; el educador e instructor de los humanos así como agua y luz del Islam, que es la verdadera y más grande humanidad; la verdadera sabiduría de la humanidad y la verdadera guía hacia su felicidad.
Para la humanidad, es un Libro de leyes, de oración, de sabiduría, de veneración y servicio a Dios, mandamientos e invitación, invocación y reflexión. Es un Libro santo que contiene libros para todas nuestras necesidades espirituales; un Libro celestial que, como una biblioteca sagrada, contiene numerosos fascículos de los que todos los santos, eminentemente veraces, eruditos puros y discernidores y todos los bien versados en el conocimiento de Dios han derivado sus propias sendas particulares, iluminando cada camino y respondiendo a las necesidades. Proveniente del Supremo Trono de Dios, originado en Su Grandioso Nombre y emanado del rango más completo de cada Nombre, el Corán es la Palabra de Dios en cuanto que es el Señor de los Mundos, y Su Decreto en cuanto que es Poseedor del título de Deidad de todas las criaturas. Es un discurso en el Nombre del Creador de los Cielos y la Tierra; una disertación desde la perspectiva del absoluto Señorío Divino; y un sermón eterno en nombre de la universal Soberanía del Supremo Glorificado. Es también un registro de los favores del Misericordioso desde el punto de vista de la Misericordia que todo lo abarca; una colección de mensajes, algunos de los cuales comienzan con una cifra; y un libro santo que habiendo descendido desde el círculo envolvente del Supremo Nombre Divino, vigila y vela por el círculo que envuelve Su Supremo Trono. Por todo ello, el título de «Palabra de Dios» ha sido (y siempre será) otorgado al Corán. Tras el Corán, vienen las Escrituras y las Páginas (o Manuscritos arrollados) enviados a otros Mensajeros. Al igual que el resto de incontables Palabras Divinas, algunas de ellas son conversaciones en forma de inspiraciones que llegan como manifestación de un aspecto particular de la Misericordia Divina, la Soberanía y el Señorío bajo un título determinado y con un sentido particular. Las inspiraciones que tienen los ángeles, los humanos y los animales varían en gran medida respecto a su universalidad o particularidad.
El Corán es un libro celestial que contiene en síntesis las Escrituras reveladas a los anteriores Profetas en distintas épocas; el contenido de los tratados de todos los santos con sus diferentes temperamentos; los libros de los purificados eruditos, cada uno de ellos siguiendo una senda propia; y los seis aspectos por los cuales son brillantes y absolutamente libres de oscuras dudas e ideas fantásticas; cuyo punto de apoyo es, con certeza, la Revelación Divina y la eterna Divina Palabra, cuyo propósito es evidentemente la eterna felicidad y cuyo interior es ostensiblemente la pura guía. Está rodeado y sustentado: desde arriba, por las luces de la fe; desde abajo, por la prueba y la evidencia; a la derecha por la sumisión del corazón y la consciencia; y a la izquierda por el reconocimiento de la razón y otras facultades del intelecto. Su fruto es, con toda certeza, la misericordia del Misericordioso y el Paraíso. Y ha sido aceptado y promovido por los ángeles y por innumerables personas y genios («yinn») a lo largo de los siglos [The Words, («Las Palabras»), «La 25ª Palabra», págs. 388-389].
Fuente: www.webislam.com
Osama Bin Laden
Nada de montañas lejanas ni cuevas en tierra nadie. Casi diez años después de la ofensiva terrorista del 11 de setiembre, una operación de comandos encabezada por la CIA ha conseguido eliminar a Osama Bin Laden en una exclusiva mansión situada a unos 65 kilómetros de la capital paquistaní de Islamabad. El presidente Obama ha confirmado la muerte del terrorista más buscado en el mundo a través de un discurso especial desde la Casa Blanca, en torno a la cual se ha congregado una espontánea multitud de miles de personas.
De acuerdo a las explicaciones ofrecidas por Obama, los servicios de inteligencia de Estados Unidos llevaban desde el mes de agosto siguiendo una pista sobre el paradero del líder de Al Qaida. Tras una serie de indicios confirmados la semana pasada, un pequeño grupo de agentes americanos asaltó la vivienda ubicada en la localidad paquistaní de Abbottabad. Durante la incursión en la casa valorada en más de un millón de dólares, Osama Bin Laden habría recibido al menos un disparo en la cabeza.
La eliminación del líder de Al Qaida es el desenlace más cómodo y deseado por el gobierno de Estados Unidos. Sobre todo ante todos los enormes problemas y críticas que viene arrastrando tanto la prisión extrajudicial de Guantánamo como el sistema de juicios militares especiales contra terroristas instituido por la Administración Bush tras el 11 de setiembre.
El presidente Obama ha destacado los esfuerzos para evitar bajas civiles durante esta selectiva operación. Además de alabar “la extraordinaria valentía y capacidad” demostrada por los comandos de Estados Unidos, cuyos miembros no han sufrido ninguna baja. Según ha señalado Obama, los efectivos americanos “después de un tiroteo, mataron a Osama Bin Laden y tomaron custodia de su cadáver“.
De acuerdo a los detalles facilitados por altos cargos del gobierno de Estados Unidos, la operación “de precisión quirúrgica” ha demorado cuarenta minutos. La incursión ha sido realizada con ayuda de helicópteros y efectivos especializados. Además de la muerte de Bin Laden, han perdido la vida otros tres adultos, incluido uno de los hijos del líder.
El complejo que ocupaba Osama Bin Laden en la zona de Abbottabad, una especie de adinerado enclave residencial a las afueras de Islamabad, contaba con dos puertas de seguridad y muros de tres metros de alto recubiertos por alambres de espino. Pero sin embargo, la mansión carecía de líneas de teléfono o servicio de internet. Para su localización habría resultado clave el rastro de un correo de confianza utilizado por el líder de Al Qaida, quien desde su salida de Afganistán venía evitando por razones obvias el uso de medios de comunicación electrónicos.
La operación en curso no había sido compartida con ningún país aliado, ni si quiera con el gobierno de Pakistán para evitar filtraciones. Una vez completada con éxito, Washington sí que ha informado al gobierno de Islamabad, convertido desde el 11 de setiembre en uno de los mayores perceptores de ayuda exterior de Estados Unidos para incentivar su colaboración en la lucha contra Al Qaida. Con un presupuesto estimado en 20,000 millones de dólares.
Las tropas especiales de Estados Unidos a cargo de la incursión se han llevado el cuerpo de Bin Laden. A partir de ahora, los esfuerzos de la CIA se van a concentrar en el “número dos” de Al Qaida, el egipcio Ayman al-Zawahri.
El presidente Obama ha recordado que al poco de llegar a la Casa Blanca insistió a los servicios de inteligencia de Estados Unidos para que la captura de Osama Bin Laden -vivo o muerto- se convirtiera en una prioridad de la lucha contra Al Qaida. Entre implícitos reproches políticos de que ese objetivo había sido relegado a un segundo plano por la invasión de Irak.
Obama también ha justificado este desenlace como un merecido final a la impunidad de la que ha venido disfrutando el líder de Al Qaida, a pesar de su responsabilidad en el 11 de setiembre. Ofensiva terrorista que el presidente ha calificado como “el peor ataque en nuestra historia contra el pueblo de Estados Unidos“, con el resultado de 3,000 muertos que han dejado “un enorme vacío en nuestros corazones“.
El presidente Obama también ha sido el primero en argumentar que el final de Osama Bin Laden, a pesar de su valor como líder y símbolo terrorista, no debe interpretarse como el final de la amenaza del integrismo islámico. Según Obama: “La muerte de Bin Laden supone el logro más significativo hasta la fecha de los esfuerzos de nuestra nación para derrotar a Al Qaida. Pero su muerte no supone el final de nuestros esfuerzos. No hay duda de que Al Qaida continuará intentando ataques contra nosotros“.
Recordando las advertencias realizadas en su día por el presidente Bush, Obama ha reiterado que “Estados Unidos no se encuentra -y nunca se encontrará- en guerra contra el Islam“. Según el actual ocupante de la Casa Blanca, “Osama Bin Laden no era un líder musulmán, era un asesino en masa de musulmanes” y su desaparición “debe ser bienvenida por todos los que creen en la paz y la dignidad humana“.
Ante el temor a posibles represalias, la Administración Obama está ordenando un aumento de sus niveles de seguridad dentro y fuera de Estados Unidos. El Departamento de Estado ha advertido específicamente a los ciudadanos americanos en el extranjero sobre una potencial multiplicación de “violencia anti-americana”
Al Qaida: «La guerra santa continuará»
Un comunicado colgado en un foro yihadista cercano a la red terrorista Al Qaeda aseguró que la guerra santa contra los infieles continuará y que la muerte de su líder, Osama bin Laden, no será llorada. La nota ha sido colgada en la página web “Ansar al Muyahidín“, en la que suelen aparecer comunicados de Al Qaeda y grupos afines.
“Decimos a (Barack) Obama que no vamos a llorar a Osama, no vamos a estar tristes por su muerte, no vamos a aceptar el luto por él, no vamos a escribir elegías y os vamos a dejar algunos días para celebrarlo y después reanudaremos la guerra islámica contra la herejía“, afirma el comunicado, firmado por Husein bin Mahmoud, un seguidor de Al Qaeda.
Fuente: Diario ABC Internacional.
Pensamiento único
El concepto de pensamiento único fue descrito por primera vez por el filósofo alemán Arthur Schopenhauer en 1819 como aquel pensamiento que se sostiene a sí mismo, constituyendo una unidad lógica independiente – por más amplio y complejo que sea – sin tener que hacer referencia a otras componentes de un sistema de pensamiento. En 1964 el filósofo freudomarxista y miembro de la corriente crítica denominada escuela de Frankfurt, Herbert Marcuse describió un concepto similar que él denominó pensamiento unidimensional, en el contexto la crítica de la ideología de la sociedad tecnológica avanzada. Para Marcuse este tipo de pensamiento es el resultante del «cierre del universo del discurso» impuesto por la clase política dominante y los medios suministradores de información de masas: «Su universo del discurso está poblado de hipótesis que se autovalidan y que, repetidas incesante y monopolísticamente, se tornan en definiciones hipnóticas o dictados» (1).
En el mismo sentido y con un significado similar al de Marcuse, pero volviendo al adjetivo de original de «único», el concepto es reintroducido en la última década por el periodista español Ignacio Ramonet, quien lo define partiendo de una idea de izquierda anticapitalista: «¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial las del capital internacional» (2).
Su uso se ha extendido posteriormente como fórmula retórica para descalificar las ideas del oponente ideológico, con independencia de su orientación, sugiriendo que el así tachado es «cerrado de espíritu», frente a la «apertura» de quien aplica el calificativo. Esto ha llevado que desde la derecha se haya en ocasiones utilizado contra la izquierda (3).
El término en la obra de Schopenhauer
El primero en definir pensamiento único como unidad conceptual fue el filósofo alemán Arthur Schopenhauer en su obra cumbre y una de las más relevantes del romanticismo alemán: Die Welt als Wille und Vorstellung (El mundo como voluntad y representación). En el sentido que él da al término, «único» más bien denota «unidad» o «integración». Partiendo de la Crítica de la razón pura de Kant Schopenhauer llega a la conclusión de que nuestras representaciones de la diversidad del mundo son la expresión de una unidad, la que Schopenhauer engloba en el concepto de «voluntad». Un pensamiento único es, en el ideario de Schopenhauer, aquel que se autosustenta, que se hace integral en la voluntad: «Un sistema de pensamientos debe tener siempre una trabazón arquitectónica, de suerte que una parte soporte a la otra, más no a la inversa; el fundamento soporta al resto sin ser soportado por él, y la cima es soportada sin que ella soporte ya nada más. En cambio, un pensamiento único, por amplio que sea, debe conservar la más perfecta unidad. Incluso si uno se ve obligado a dividir este pensamiento en partes, se ha de tener buen cuidado en que cada una de esas partes contenga al todo al igual que el todo la contiene a ella, que ninguna parte sea la primera ni ninguna la última, que, para cada una, el todo sea completamente distinto, pero que la más pequeña de ellas no pueda ser plenamente comprendida sin que previamente lo sea el todo» (4).
El concepto en la obra de Herbert Marcuse
Marcuse no se refirió directamente a un «pensamiento único», pero describió un concepto claramente emparentado con el uso más actual del término: el «pensamiento unidimensional».
En su ensayo El hombre unidimensional Marcuse realiza una crítica profunda del estado de la sociedad tecnológica de su tiempo. Describe los mecanismos a través de los cuales en el discurso público y en el quehacer de la ciencia, validada exclusivamente por la tecnología, se ha impuesto un pensamiento positivista. Esta forma de pensamiento, positivo y operacional, es lo que Marcuse denominó “pensamiento unidimensional“. En este esquema de pensamiento, la reflexión acerca de la complejidad y la contradicción, cuestiones que implicarían elementos cualitativos, carecen absolutamente de importancia o no encuentra lugar en el espacio discursivo.
El abordaje de Marcuse incorpora elementos nuevos de análisis del capitalismo, a los que los marxistas hasta entonces no habían prestado mayor atención. Principalmente destaca el factor manipulación e instrumentalización por el consumo, la publicidad y la propaganda. En este contexto, aquello que Marcuse designa como «pensamiento unidimensional» redefiniría categorías: «Por ejemplo, ‘libres’ son las instituciones que funcionan (y que se hacen funcionar) en los países del mundo libre; otros modos trascendentes de libertad son por definición el anarquismo, el comunismo o la propaganda. ‘Socialistas’ son todas las intrusiones en empresas privadas no llevadas a cabo por la misma empresa privada (o por contratos gubernamentales), tales como el seguro de enfermedad universal y comprensivo, la protección de los recursos naturales contra una comercialización devastadora, o el establecimiento de servicios públicos que puedan perjudicar el beneficio privado. Esta lógica totalitaria del hecho cumplido tiene su contrapartida en el Este. Allí, la libertad es el modo de vida instituido por un régimen comunista, y todos los demás modos trascendentes de libertad son o capitalistas, o revisionistas, o sectarismo izquierdista. En ambos campos las ideas no operacionales son no-conductistas y subversivas. El movimiento del pensamiento se detiene en barreras que parecen ser los límites mismos de la Razón».
Herbert Marcuse se muestra esencialmente pesimista respecto de la posibilidad de contrarrestar el pensamiento unidimensional y expresa su convencimiento de su triunfo e imposición. Propone, sin embargo alguna alternativa consistente en la incorporación de la negación (la «negatividad»), principalmente referida al aporte de una segunda dimensión (la crítica), pero que incluye también el «acto de negarse» a participar de la manipulación.
La re-creación o reintroducción del término por Ignacio Ramonet
La reintroducción de esta expresión se atribuye al sociólogo, periodista de izquierdas y presidente honorario de ATTAC Ignacio Ramonet, acuñada en enero de 1995 en un editorial de Le Monde Diplomatique donde es editor (5). En este artículo Ramonet aludía críticamente al paisaje ideológico posterior a la caída del muro de Berlín, en el que, según su opinión, el economicismo neoliberal se había erigido en el único pensamiento aceptable, monopolizando todos los foros académicos e intelectuales. Esta preeminencia exclusiva, a su juicio hacía sentir a los ciudadanos de los países avanzados que estaban envueltos en algo viscoso y sofocante, que impedía cualquier debate ajeno a sus estrechos límites. Para Ramonet, esta ideología era la expresión intelectual y con pretensión universalizante de los intereses del capital financiero internacional. Sus principales rasgos eran la preeminencia de la instancia económica sobre la política y la consideración del mercado como el único medio para una asignación eficaz de los recursos. Como corolarios de estos dos pilares, Ramonet citaba la globalización (desaparición de fronteras económicas), la competitividad (para sobrevivir en el mercado), la división internacional del trabajo (para bajar los costes salariales), la moneda fuerte (consecuencia de la disciplina monetaria) y en general una reducción tendencial del Estado en todas sus formas. Ramonet vaticinaba que se derivarán funestas consecuencias de la adopción generalizada de esta ideología y enumeraba una serie de fenómenos contemporáneos al artículo que a su juicio desmentían la idea de que fuera una época de prosperidad provocada por la generalización de las creencias que él había englobado en la expresión “pensamiento único”.
Una vez recuperado por Ramonet, el término alcanzó una gran difusión en la izquierda y los movimientos antiglobalización (6) que encontraron en él una forma de concentrar en una sola expresión el conjunto de sobreentendidos, paradigmas y supuestos que, a su juicio, impedían el debate ideológico. El término evocaba para ellos lo que se conocía en los ámbitos académicos como el Consenso de Washington. Su difusión trajo consigo una cierta vulgarización y empezó a ser utilizado de forma peyorativa contra cualquier política percibida como anti-social. Curiosamente en los ámbitos ideológicos que defendían el Consenso de Washington (e incluso posiciones más extremas del liberalismo), también se aludía a esta ideología como a la única posible, tal como expresó Margaret Thatcher con su famoso «There Is No Alternative» (no hay alternativa) que luego sería imitada por otros políticos como el ex-canciller socialdemócrata alemán Gerhard Schröder quien utilizó la expresión germana «Es gibt keine Alternativen» (7).
Su uso se ha extendido posteriormente como fórmula retórica para descalificar las ideas del oponente ideológico, con independencia de su orientación, sugiriendo que el así tachado es «cerrado de espíritu», frente a la «apertura» de quien aplica el calificativo. Esto ha llevado que desde la derecha se haya en ocasiones utilizado contra la izquierda. Nicolas Sarkozy lo usa con frecuencia en este sentido. Lo hizo por ejemplo en el discurso tras su victoria electoral en las presidenciales francesas de mayo de 2007: El pensamiento único, que es el pensamiento de quienes lo saben todo, de quienes se creen no sólo intelectualmente sino también moralmente por encima de los demás, ese pensamiento único había denegado a la política la capacidad para expresar una voluntad (8).
También en una entrevista en el periódico Libération: Hablo de este pensamiento único que ha llevado a varias personas a la exasperación. Pero el debate no es ese. Usted, puede deleitarse con alianzas con el Partido Comunista, con la extrema izquierda, acudir a todos los extremistas de la creación. ¡Eso es Bueno, ya que este es el pensamiento único! No podemos decir nada en nuestro país sin que uno no sea inmediatamente acusado de segundas intenciones nauseabundas. Este es el pensamiento único intolerable (9).
El historiador francés Pierre Rigoulot, uno de los autores de El libro negro del comunismo, denomina pensamiento único al consenso antiestadounidense que, a su juicio, atraviesa el mainstream francés (10). Fuera del ámbito francófono, tanto el estadounidense afincado en Europa Bruce Bawer (11) como el sueco Johan Norberg opinan que el consenso socialdemócrata de la clase dirigente es un rasgo característico de la sociedad europea occidental y lo denominan «el estado de la idea única» (one-idea state), expresión que utilizan como equivalente de pensée unique: El estado de idea única […], el riesgo que el poder de los socialdemócratas sobre nuestras mentes, autoridades, universidades y medios de comunicación pone en marcha un proceso de adaptación desde todos los flancos, incluido el de la oposición, de tal modo que se arrincona y se excluye a los individualistas y a los innovadores (12).
Un ejemplo de uso de la expresión en el ámbito hispanohablante es el que hizo Esperanza Aguirre a propósito de las elecciones francesas ganadas por Nicolas Sarkozy, afirmando que «Francia se ha rebelado contra el pensamiento único, que es el de la izquierda» (13). En su reseña del Diccionario políticamente incorrecto, de Carlos Rodríguez Braun, Gorka Echevarría señala: «Carlos Rodríguez Braun ha escrito un manual […] un manifiesto en contra del pensamiento único de izquierdas» (14).
Por su parte, el eurodiputado del Partido Popular, Alejo Vidal-Quadras lo empleó aplicado al nacionalismo catalán como «pensamiento único nacionalista».
Notas:
1. Marcuse, Herbert (1964), El hombre unidimensional. Título original One-Dimensional Man, Ariel, 2ª edición (2009), p. 44.
2. Chomski, Noam; Ramonet, Ignacio (1995), Cómo nos venden la moto. Información, poder y concentración de medios, Barcelona: Icaria, p. 52.
3. El pensamiento utópico, por Rafael Termes, donde explica este consenso.
4. Schopenhauer, Arthur (2006). El mundo como voluntad y representación. Akal Ediciones. ISBN 978-8446003977.Arthur Schopenhauer (1819). Die Welt als Wille und Vorstellung.
5. La pensée unique editorial de Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique en 1995.
6. José Seoane. Sociólogo. Coordinador del programa Observatorio Social de América Latina (OSAL) del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Profesor de FLACSO, Universidad de Buenos Aires, cita en su artículo Rebelión, dignidad, autonomía y democracia: Su emergencia y difusión regional e internacional exorcizaban los intentos del “pensamiento único” de rendir inútil la resistencia, ineficaz la acción colectiva y arcaico todo deseo de cambio…. En un plano más amplio, el levantamiento zapatista se convertiría en referencia del naciente movimiento antimundialización neoliberal que lentamente iba tomando cuerpo tanto en el norte como en el sur. En este camino la realización del Primer Encuentro por la Humanidad y contra el Neoliberalismo (1996), en muchos sentidos, marcaría el primer paso en la construcción de este movimiento de movimientos, de carácter internacional, que tuviera su “bautismo de fuego” en la batalla de Seattle (1999) y su espacio de encuentro más amplio en la experiencia del Foro Social Mundial.
7. SPD-Archiv – archiv.spd.de – News-Archiv.
8. Discours de Nicolas Sarkozy (en francés): Discurso de Bercy, 29 de abril de 2007.
9. Entrevista a Sarkozy en Libération, décembre 2005.
10. The Anti-Anti-Americans, The New Republican, 21-11-2005.
11. Bruce Bawer, Mientras Europa duerme, Gota a Gota, Madrid, 2007, págs. 85-90.
12. Intermission, Johan Norberg.
13. Aguirre cree que Francia “se ha rebelado contra el pensamiento único de la izquierda” y señala que es “un día de alegría”, Europa Press, 7-05-2007.
14. Contra el pensamiento único. Diccionario políticamente incorrecto, LD, Gorka Echevarría.