Thriller del próximo cónclave

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Proceso penal administrativo en Cajamarca

Presiones a monseñor Ricardo Coronado para su dimisión

Además de prohibirle ser abogado para representar a víctimas de abusos ante la inacción y ocultamiento de algunos obispos, el obispo de la diócesis de Cajamarca, monseñor Isaac Circuncisión Martínez Chuquizana, busca directamente su expulsión del sacerdocio.
En una carta fechada a mediados de agosto del 2024, a la que ha tenido acceso InfoVaticana, el obispo de Cajamarca asegura haber cursado una investigación previa contra monseñor Ricardo Coronado por un presunto delito contra el sexto mandamiento. Un extremo que el sacerdote niega y que está en los juzgados civiles.
Según el obispo de Cajamarca, el Dicasterio para el Clero ha determinado pertinente iniciar un proceso penal contra Coronado e incluso dice que el propio Dicasterio aconseja al sacerdote que presente voluntariamente al Santo Padre «el pedido de dispensa de las obligaciones inherentes al sacramento del orden, incluido el celibato». En caso de que declinase esta propuesta, «se dará inició a un proceso penal administrativo».
InfoVaticana ha podido confirmar la negativa de este sacerdote a presentar su renuncia voluntaria al Papa y asegura que seguirá luchando por defender a las víctimas de abusos sexuales a pesar de toda esta campaña orquestada desde Roma y Perú contra su persona.

Nuevo comunicado de la Conferencia Episcopal de Perú

Este pasado 14 de septiembre, la Conferencia Episcopal de Perú decidió volver a publicar otra nota contra el sacerdote Ricardo Coronado. Esta vez, fue firmada por el Consejo Permanente de el máximo órgano de los obispos de Perú.
En este nuevo comunicado insisten en que «según el canon 1483 del Código de Derecho Canónico, el Reverendo Coronado no puede recibir la aprobación para fundir como abogado en tribunales eclesiásticos, como consecuencia de lo cual tampoco puede continuar patrocinando causas en curso».
La Conferencia Episcopal peruana reitera que esto se debe a que este sacerdote defensor de víctimas de abusos sexuales está siendo a «procedimientos canónico-eclesiásticos en el ámbito penal, por denuncias que vienen siendo tramitadas en las instancias correspondientes».

La defensa de Coronado ante la Conferencia Episcopal

InfoVaticana.com ha tenido acceso al escrito de defensa presentado por el abogado del sacerdote ante el presidente de la Conferencia Episcopal de Perú, monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte.
El abogado del sacerdote señala en su escrito que «el reciente comunicado del Consejo Permanente de la CEP vuelve a cometer nuevas imprecisiones, serias omisiones y, lo que es más grave, la violación de derechos fundamentales que corresponden a cualquier fiel católico». El abogado reprocha que desde la Conferencia Episcopal se airee públicamente una investigación contra un sacerdote que no tiene condena. «Esta trasgresión es causa de confusión de nuestros fieles y ocasiona mucho daño a la imagen interna y pública de la Iglesia», asegura.
En la carta enviada al presidente del episcopado peruano, se le recuerda de nuevo que la Conferencia Episcopal «no tiene jurisdicción sobre los sacerdotes individualmente». Además, añade que «la nota de la CEP no tiene validez jurídica porque no es foro judicial ni disciplinario, de ninguna manera es vinculante, sí es claramente más que difamatoria».

Recusación contra el obispo de Cajamarca

En el escrito enviado al presidente de la Conferencia Episcopal de Perú, se detalla que con fecha del 31 de agosto de 2024 presentaron ante el Dicasterio del Clero la recusación contra el obispo Isaac Circuncisión Martínez Chuquizana por el «acoso» contra el sacerdote Ricardo Coronado.
Además, el abogado del sacerdote expone que la nota que publicó la Conferencia Episcopal peruana vulnera el derecho a la presunción de inocencia y que «destroza la fama y vida del sacerdote».
«¿Es costumbre de las conferencias episcopales publicar los procesos contra sacerdotes u obispos? ¿Por qué resultan incómodas las defensas de Ricardo Coronado Arrascue? ¿Solo permiten que los canonistas defiendan si están en disposición servil de algunos obispos?», se pregunta el abogado.

Respuesta del Dicasterio del Clero

Este medio también ha tenido acceso al decreto emitido a principios de septiembre por el cardenal Lazzaro You, prefecto del Dicasterio del Clero.
El decreto responde a la denuncia de un diácono de la diócesis de Callao que presentó en marzo por un asunto de índole económica contra su obispo Luis Alberto Barrera Pacheco. El prefecto coreano expone que no puede admitir a trámite el recurso presentado «porque no se ha observado el término perentorio establecido por el canon 1734 para presentar la Remonstratio, esto es, la solicitud dirigida a su autor de la revocación o enmienda del decreto».
Además el purpurado aprovecha este decreto para ratificar la polémica decisión de la Conferencia Episcopal de Perú de prohibir al sacerdote Ricardo Coronado ejercer como abogado canónico ya que también actuaba como defensor de este diácono.
«Dado que según la nota de la 127º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Peruana se le ha prohibido al Reverendo Ricardo Coronado Arrascue fungir como abogado eclesiástico, me permito sugerirle en el libre ejercicio de sus derechos que designe otro defensor», escribe el cardenal Lazzaro You.
Con este decreto, queda patente que en Roma ya están coordinados con Perú para buscar la expulsión de este sacerdote del estado clerical.

El Cardenal Prevost y su responsabilidad

En su carta las víctimas dicen: Debemos dejar en claro que el cuestionamiento que hacemos sobre el proceder de la Diócesis de Chiclayo, abarca específicamente el periodo que va desde la recepción de la denuncia, el 5 de abril de 2022, hasta el mes de noviembre de 2023. Durante este periodo de 19 meses no se realizó ningún acto de investigación, ni se dictaron las medidas cautelares en protección de los fieles, niños y niñas; solamente se atinó a encarpetar y archivar el caso. Este periodo fue ocupado por el entonces obispo Monseñor Robert Francis Prevost Martínez OSA (hasta abril del año 2023) y luego continuado por el obispo Monseñor Guillermo Cornejo Monzón”.
La carta de las tres víctimas también dice: “NEGAMOS contundentemente la existencia de un ‘proceso de investigación previa’ durante el mandato de Monseñor Robert Francis Prevost Martínez OSA. Como prueba de nuestras afirmaciones, señalamos que no existe ningún decreto de apertura de investigación previa, ningún decreto de medidas cautelares, nunca fuimos convocadas a rendir declaración durante ese periodo, por ningún investigador; tampoco se dictó ningún acto de investigación en los lugares de comisión de los hechos. Sobre este caso, no existe ningún documento que evidencie la existencia de un proceso de investigación previa, no consta el nombre de ningún investigador, ni nunca se han exhibido cargos de su remisión al Dicasterio para Doctrina de la Fe, del decreto de archivo del Dicasterio de la Doctrina de la Fe, durante el mandato del obispo cuestionado ni de los siguientes”.
Las víctimas exigieron a la Diócesis de Chiclayo “que exhiba, dentro de las 48 horas de recibida la presente”:
– Las declaraciones de las víctimas durante el periodo de Monseñor Robert Prevost Martínez.
– El decreto de apertura de Investigación Previa.
– El decreto de medidas cautelares dictadas a los sacerdotes.
– Los mandatos de practicar actos de investigación en el presente proceso.
– Las constancias de envío al Dicasterio para la Doctrina de la Fe de fecha 21 de julio de 2022.
– El decreto resuelto por el Dicasterio de la Doctrina de la Fe de fecha 10 de agosto de 2023.
Lo que más escandaliza a estas tres víctimas, es que la “investigación” bajo el nuevo obispo Farfán, concluyó exonerando a Prevost de cualquier negligencia o mala acción. Lo extraño es que la exoneración de Prevost no fue ni firmada ni publicada por la diócesis de Chiclayo, sino que solo fue dada a conocer a través de un medio católico en España.
Persecución contra el abogado de las víctimas
El 6 de mayo de 2024, las víctimas solicitaron al canonista peruano Monseñor Ricardo Coronado Arrascue actuar como su abogado ante la diócesis. Monseñor Coronado recogió las declaraciones firmadas y frente a testigo de las tres víctimas.
El 14 de junio de 2024, el canonista solicitó una audiencia con el nuevo obispo de Chiclayo para pedir una explicación sobre el caso, conocer el estado real del proceso y preguntar por qué Prevost fue declarado liberado de responsabilidades.
El obispo Farfán no concedió la audiencia pero le respondió que “la investigación previa [de Prevost] no se puede considerar parte del proceso penal (judicial o administrativo) ni sustituye la fase introductoria del mismo. Su finalidad, de hecho, no es penal, sino pastoral”. Sin embargo, Coronado ha explicado que en el derecho canónico no existe una “investigación pastoral”: la investigación es canónica o no es investigación.
El 23 de junio, Monseñor Coronado envía una nueva carta al obispo Farfán en la que denuncia que “durante el tiempo que el Excelentísimo. Sr. Cardenal Robert Prevost era ordinario de la diócesis de Chiclayo, no se abrió ninguna investigación so pretexto de esperar la resolución de la fiscalía [autoridad civil]”.
El canonista cuestionó la veracidad de la nota de prensa de la diócesis de Chiclayo del 12 de diciembre de 2023, que afirmaba que “la causa ha sido archivada por la fiscalía por prescripción y falta de pruebas. Lo cual es falso. Si hay prescripción ningún órgano jurisdiccional entra a un análisis del fondo del asunto, por tanto, no se han pronunciado sobre las pruebas. En este sentido, la nota no es veraz”.
“No se dice, en cambio, que para la disciplina canónica ni el delito ni la acción penal han prescrito. Tampoco se dice que la justicia canónica, si bien puede tener a la justicia del Estado como referencia, no depende de ella. Por tanto, la conclusión de la fiscalía no debería haber afectado en nada al proceso canónico”, agregó Coronado.
En la misma carta, Coronado afirma que Prevost “incumplió con nombrar y abrir una investigación a tenor del canon 1717 del Código de Derecho Canónico que, tras la denuncia pública hecha por Ana María Quispe Díaz, el administrador apostólico, el Sr. Obispo, D. Guillermo Cornejo Monzón, abre por primera vez una investigación formal y nombra al Sr. Presbítero Oswaldo Clavo como investigador. Esto prueba que no hubo investigación previa anterior y delata una omisión gravísima del anterior ordinario [Prevost]”.
Coronado cuestiona que el obispado no haya dispuesto ninguna medida cautelar contra Lute y asegura tener un testimonio según el cual Farfán “habría encubierto al agustino Juan Carlos Olaya Alvarado, cuando usted era obispo de Chuquibambilla por orden de quien hoy sería su mentor [Prevost]”.
“Era mi ferviente deseo que en la audiencia que su Excelencia nos concediera en privado, el mismo testigo se lo hubiera podido presentar y usted responder. Lamentablemente, por celeridad procesal que el caso exige, hoy me veo obligado a hacerlo por escrito”.
Coronado concluyó esta carta exigiendo una respuesta a sus preguntas, declinó una audiencia con el nuevo obispo y solicitó “ejercer el derecho de defensa de mis patrocinadas con el acceso al archivo completo de la causa, sin alteraciones”.
En respuesta Coronado recibió de Farfán una carta con fecha 27 de junio en la que el obispo le niega el derecho o capacidad de intervenir en el proceso alegando que Coronado presentó “fotocopias y documentos escaneados” en vez de los documentos originales.
El 5 de julio, Coronado responde a Farfán con una carta notarial en la que legitima los documentos que sustentan su pedido, acusa al obispo de dilatar el proceso con una “leguleyada” [expresión peruana que implica el abuso de la letra de la ley] y renovó sus pedidos del 22 de junio. Después de ese documento, Coronado no volvió a recibir una respuesta.
El 12 de agosto de 2024 el Cardenal Prevost estuvo en Perú y celebró el 60° aniversario de la diócesis vecina de Chulucanas, tras la cual permaneció varios días en Chiclayo.
El sábado 24 de agosto, inesperadamente y sin tener la autoridad canónica, la Conferencia Episcopal Peruana publicó una nota de prensa, informando que Monseñor Coronado no puede ejercer como canonista en el Perú, ni puede seguir defendiendo a sus actuales patrocinados, entre los cuales se encuentran, además de las tres víctimas, religiosos y clérigos cuyos derechos han sido vulnerados por sus superiores u obispos.
El 29 de agosto, Monseñor Coronado es notificado, por medio de su abogado, que el obispo de Cajamarca, diócesis en la que está incardinado, Monseñor Isaac Circuncisión Martínez Chuquizana, lo ha “invitado” a abandonar el estado clerical so pena de iniciar un proceso penal administrativo aparentemente indicado por el dicasterio para el clero.
Según Coronado, el esfuerzo para suprimir las acusaciones contra Prevost no cambian los hechos: que el actual Prefecto del Dicasterio de los Obispos, en su manejo de las acusaciones, ha violado:
● El canon 1717 del Código de Derecho Canónico
● El número 32 y siguientes del “Vademécum sobre algunas cuestiones procesales ante los casos de abuso sexual a menores cometidos por clérigos de la Santa Sede”.
● Los artículos del 1 al 7 de la Carta Apostólica Vos Estis Lux Mundi del Papa Francisco.
● Los puntos 9 a 14 de las “Nuevas líneas guía de intervención para el procedimiento a seguir por los obispos ante posibles casos de abuso sexual de menores y personas vulnerables por parte de clérigos” de la Conferencia Episcopal Peruana, redactada por el mismo Monseñor Prevost.
Otros antecedentes graves de Prevost relacionados a abusos sexuales Robert Francis Prevost Martínez OSA, nació el 14 de setiembre de 1955 en Chicago (Illinois, Estados Unidos). Es hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y Mildred Martínez, de ascendencia española. Tiene dos hermanos.
En 1977 obtuvo el grado de bachiller de ciencias en matemáticas en la Universidad de Villanova en Chicago y en setiembre de ese año ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín en la provincia de Nuestra Madre del Buen Consejo de Saint Louis. Hizo sus votos solemnes como agustino el 29 de agosto de 1981. Estudió teología en la Catholic Theological Union de Chicago y fue enviado a Roma por los agustinos a estudiar derecho canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum).
Fue ordenado sacerdote en Roma el 19 de junio de 1982. Se licenció en 1984 y fue enviado a la misión agustina de Chulucanas, en Piura, Perú (1985-1986).
En 1987, obtuvo el doctorado en derecho canónico con la tesis “El rol del prior local en la Orden de San Agustín”, fue elegido director de vocaciones y misiones en la provincia agustina Madre del Buen Consejo de Olympia Fields, Illinois, Estados Unidos.
En 1988 fue enviado de nuevo a Perú, a la misión de Trujillo, como director de un proyecto de formación para aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Fue prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998). También fue vicario judicial de la arquidiócesis de Trujillo (1989-1998), y profesor de derecho canónico, patrística y ley moral en el seminario mayor de San Carlos y San Marcelo.
En 1999 fue elegido prior provincial de la provincia agustina Madre del Buen Consejo en Chicago.
En 2001, el capítulo general ordinario lo eligió prior general de los agustinos y fue reelecto para un segundo periodo de seis años en 2007. Como prior general vivió en Roma entre 2001 y 2013.
En octubre de 2013 regresó a Estados Unidos para servir como maestro de profesos y en junio de 2014 fue nombrado vicario provincial de los agustinos en Chicago, cargo que desempeñó hasta el 3 de noviembre de 2014, cuando el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, Perú. El Papa Francisco lo elevó a la dignidad de obispo y le asignó la sede titular de Sufar. Tomó posesión canónica el 7 de noviembre en presencia del entonces nuncio apostólico en Perú, Monseñor James Patrick Green; fue ordenado obispo el 12 de diciembre en la catedral de Chiclayo.
Durante su servicio episcopal en Perú fue segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana (elegido en marzo de 2018) y administrador apostólico de la diócesis del Callao a partir del 15 de abril de 2020.
Como canonista, fue uno de los dos obispos encargados por la Conferencia Episcopal Peruana para redactar las Nuevas líneas guía de intervención “Para el procedimiento a seguir por los obispos ante posibles casos de abuso sexual de menores y personas vulnerables por parte de clérigos” aprobada por los obispos peruanos el 1 de diciembre de 2022.
Fue obispo de Chiclayo desde el 26 de noviembre de 2016 hasta el 30 de enero de 2023, cuando el Papa Francisco lo nombra prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina en El Vaticano.
Previamente, el Papa lo había nombrado miembro de la Congregación para el Clero en 2019 y miembro de la Congregación para los Obispos en 2020. Este último nombramiento sorprendió a los analistas eclesiales debido a que Prevost no era ni cardenal ni arzobispo metropolitano y se sumaba a otros dos estadounidenses nombrados por el Papa Francisco para el mismo dicasterio: el cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago desde setiembre de 2014 y miembro del dicasterio de los obispos desde 2016; y el cardenal Joseph Tobin, arzobispo de Newark.
El Papa Francisco lo creó cardenal en el consistorio del 30 de setiembre de 2023.
Los primeros casos de encubrimiento
El caso Ray
El periódico Chicago Sun-Times informó el 26 de febrero de 2021 que en setiembre del año 2000, el sacerdote James Ray -acusado de abusos sexuales contra menores-, fue autorizado por el entonces Padre Robert Prevost, superior provincial de los agustinos, a vivir en la residencia agustina St. John Stone de Hyde Park, Chicago, una casa ubicada a menos de cien metros de la escuela primaria católica St. Thomas the Apostle.
En 1990, Ray fue acusado de abusar de un niño durante su paso por la parroquia St. Peter Damian entre 1984-1989. En 1991 fue removido del trabajo parroquial y vivió en la residencia agustina desde 2000 hasta 2002. Fue reducido al estado laical en 2012 y según el reporte del fiscal general de Illinois sobre abusos sexuales publicado en 2013, al menos 5 personas fueron víctimas de este ex sacerdote.
El archivo de la arquidiócesis de Chicago muestra que la residencia agustina fue considerada adecuada para Ray porque “no hay una escuela cerca”, pese a su proximidad a St. Thomas the Apostle. No hay registro alguno ni de la provincia agustina ni de los funcionarios de la arquidiócesis que advirtieran este detalle fundamental.

El reverendo Richard J. McGrath en una declaración grabada en video en 2023 para una demanda por abuso sexual que se resolvió por 2 millones de dólares sin ninguna admisión de irregularidades.

Sacerdote acusado de abuso sexual es expulsado de los Agustinos por ‘desacuerdo’ con su superior

Desde 1986, el sacerdote agustino Richard J. McGrath OSA fue el presidente de la escuela católica secundaria Providence en New Lenox, Illinois. En 2013 fue nombrado tesorero de la provincia agustina de Chicago y trabajó junto al entonces vicario provincial Prevost. McGrath y Prevost vivieron en la misma comunidad agustina de New Lenox durante parte de 1988.
A fines del año 2017, un estudiante de Providence dijo haber visto la imagen de un niño desnudo en el teléfono móvil del Padre McGrath. El sacerdote agustino se negó a entregar su teléfono móvil a la policía y se libró de una investigación penal. Unas semanas después que el caso se hiciera público, McGrath fue acusado de abuso y violación sexual de un niño entre 1995 y 1996, mientras era presidente de la escuela y la víctima tenía entre 13 y 15 años.
McGrath fue retirado del ministerio público y en setiembre de 2018, se informó que los agustinos lo habían trasladado a la casa sacerdotal St. John Stone de Hyde Park, la misma residencia agustina que en el año 2000 había acogido a otro sacerdote abusador James Ray, y que se encuentra a pocos metros de la escuela primaria católica St. Thomas the Apostle.
En setiembre de 2018, el cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago y miembro del dicasterio para los obispos junto a Prevost, debió disculparse con la escuela por haber permitido que McGrath viviera en esa casa alegando un problema de mala comunicación.
Cupich envió una carta a la escuela alegando que su oficina no sabía que McGrath estaba siendo investigado por abuso de menores cuando le notificaron que se había mudado a esa residencia y que si hubiera conocido esto no habría permitido que viviera ahí.
En diciembre de 2018, Associated Press informó que el paradero de McGrath era desconocido y que había dejado la casa agustina por decisión propia en algún momento del año.
La escuela Providence y los agustinos llegaron a un acuerdo con Robert Krankvich, la presunta víctima, en noviembre de 2023, y lo indemnizaron con 2 millones de dólares. Los agustinos no han informado sobre la situación canónica actual de McGrath.
El 30 de noviembre de 2023, David Clohessy, ex director de SNAP (Survivors Network of those Abused by Priests) y Tim Law, fundador de Ending Clergy Abuse (ECA) presentaron una queja formal ante el Nuncio Apostólico en Estados Unidos, contra los cardenales Prevost y Cupich, los obispos Ronald Hicks de Joliet y David Malloy de Rockford, así como el Padre Anthony Pizzo, sucesor de Prevost como prior general de los agustinos, por permitir que McGrath viva libre, sin supervisión ni sanción, con paradero desconocido debido a su inacción y falta de colaboración. Los firmantes pidieron al Vaticano medidas “severas, inmediatas y correctivas” contra los cinco funcionarios debido a su “repetida y deliberada imprudencia, insensibilidad y secretismo” ante el caso McGrath.
El abogado Josh Peck de la firma especializada en casos de abusos Jeff Anderson & Associates, pidió en diciembre de 2023 que los agustinos rindan cuentas por el caso McGrath por haberse negado a tomar medidas inmediatas para proteger a los niños de McGrath y no publicar una lista de clérigos con acusaciones creíbles de abuso sexual. “Las acciones de Richard McGrath y los funcionarios agustinos no son casos aislados. Encubrir a los infractores, evadir la rendición de cuentas y poner a los niños en peligro siguen siendo el modus operandi de gran parte de la jerarquía católica“, denunció Peck.

El escudo clásico de la Orden de San Agustín

Prevost lamenta que se haya publicado información de la Doctrina de la Fe

Por Jaime Gurpegui.
Mientras las miradas de toda la Iglesia están puestas en el próximo cónclave, InfoVaticana tuvo un inesperado encuentro con el cardenal Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos y señalado por muchos como uno de los principales candidatos a suceder a Francisco.
En InfoVaticana fue publicado el informe completo que detalla las graves acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales durante su etapa como obispo de Chiclayo y superior agustino en EE.UU.
Pero lo verdaderamente revelador no fue su gesto, sino sus palabras. Lejos de negar la veracidad de los documentos, las acusaciones, los testimonios o los hechos recogidos en el informe, Prevost expresó su frustración y dolor porque “habéis publicado información reservada de la Congregación para la Doctrina de la Fe» y haciendo referencia a la voluntad de las víctimas de permanecer en el anonimato. En ningún caso desmintiendo la información ni las gravísimas acusaciones que pesan sobre él.
La escena confirma algo que ya era evidente: la izquierda eclesial ha estado haciendo campaña abierta por Prevost, colocándolo como su candidato ideal para continuar la agenda del actual pontificado. Y sin embargo, ayer vimos el retrato del candidato derrotado: un hombre frustrado porque las sombras de su pasado han salido a la luz y, con ellas, sus aspiraciones al papado se desmoronan.
Es significativo que tanto James Martin como Austen Ivereigh -con quienes nos encontramos horas antes- hayan reaccionado con la misma actitud: ninguno niega las acusaciones, pero todos están profundamente molestos porque se hayan publicado. Para ellos, el problema no son los hechos, el problema es que se sepa.
Fuente: Infovaticana.

Cardenal Prevost

El cardenal Robert Francis Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos y figura prominente en la Curia Romana, ha sido mencionado en algunos círculos como un posible candidato al papado. Sin embargo, su trayectoria está marcada por serias controversias que, imposibilitan su elección como Sumo Pontífice.
Una de las principales razones que obstaculizan la candidatura de Prevost al papado son las acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales durante su tiempo como obispo de Chiclayo, Perú.
Tres víctimas de abusos sexuales perpetrados por los sacerdotes Eleuterio Vásquez Gonzales y Ricardo Yesquén Paiva enviaron una carta al Papa Francisco en 2024, acusando a Prevost de no haber tomado medidas adecuadas para proteger a las víctimas y permitir que los sacerdotes acusados permanecieran en ministerios cercanos a menores sin informar a las autoridades civiles. Estas denuncias han sido ampliamente difundidas, incluyendo el programa Cuarto Poder, de América TV, que señaló directamente a Prevost como encubridor.
El reportaje mencionado aborda estas acusaciones, destacando que la gravedad de los casos de abuso y la percepción de inacción por parte de Prevost han generado un rechazo significativo entre los fieles y observadores eclesiásticos. La sensibilidad actual de la Iglesia Católica hacia los escándalos de abusos sexuales, especialmente tras las reformas impulsadas por el Papa Francisco, hace que cualquier candidato con este tipo de señalamientos enfrente un veto prácticamente automático en un cónclave.
Otro factor que complica las posibilidades de Prevost es su gestión como obispo de Chiclayo, calificada de deficiente por diversas fuentes. InfoVaticana informó el 30 de abril de 2025 que las acusaciones de mala gestión en casos de abusos sexuales han reducido significativamente sus opciones para ser considerado un candidato viable al papado. Según el portal, la diócesis de Chiclayo habría presionado a las víctimas para que retiraran las denuncias contra Prevost, presuntamente a cambio de compensaciones económicas, lo que añade una capa adicional de controversia a su historial.
El video también señala que, durante su tiempo en Chiclayo, Prevost mantuvo una relación cercana con uno de los sacerdotes acusados, Eleuterio Vásquez Gonzales, lo que ha alimentado las críticas sobre su juicio y capacidad para manejar casos delicados. Esta percepción de negligencia o favoritismo hacia clérigos acusados contrasta con las expectativas de un Papa, que debe ser un líder intachable en la lucha contra los abusos.
Más allá de los escándalos, el perfil de Prevost no parece contar con el respaldo necesario para un cónclave. Aunque ha sido promovido por los medios vaticanos tras la muerte del Papa Francisco, su candidatura está impulsada por un grupo reducido de cardenales cercanos al pontificado anterior, lo que limita su aceptación entre otros sectores del Colegio Cardenalicio.
La elección de un Papa requiere un candidato que no solo sea doctrinalmente sólido, sino también libre de escándalos y capaz de unir a una Iglesia fragmentada. Las acusaciones contra Prevost, combinadas con su manejo cuestionado de la diócesis de Chiclayo, lo colocan en una posición desfavorable frente a otros cardenales que no cargan con este tipo de controversias. Además, el énfasis actual de la Iglesia en la transparencia y la protección de las víctimas de abusos sexuales hace que cualquier señalamiento en este ámbito sea un obstáculo insalvable.
Es decir que las posibilidades de que Robert Prevost sea elegido Papa son prácticamente nulas debido a las graves acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales, su cuestionada gestión como obispo de Chiclayo y la falta de un apoyo amplio entre los cardenales. Estas controversias han dañado irreparablemente su imagen, en un momento en que la Iglesia busca un líder que inspire confianza y unidad. Aunque su cercanía al Papa Francisco y su rol en el Dicasterio para los Obispos lo han posicionado como una figura influyente, los escándalos asociados a su nombre lo descartan como un candidato viable para el trono de Pedro.
Fuente: LaAbeja.pe

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