Algunos de los integrantes del grupo de investigación en Cognición, aprendizaje y desarrollo nos encontramos desarrollando un estudio cuyo objetivo es explorar las características cognitivas y afectivas de un grupo de adolescentes de dos comunidades de nuestro país, una quechua de la región Ayacucho, y otra Shipibo de la región Ucayali. Siguiendo el marco epistemológico de Jean Piaget, nos interesa explorar específicamente las operaciones lógicas y el desarrollo del juicio moral de estos adolescentes, dado que ambas competencias son requisitos básicos y esenciales para el desarrollo y ejercicio pleno de la ciudadanía, y aparecen en el Diseño Curricular Nacional de Educación Básica Regular (DCN) como metas a lograr para los egresados de secundaria.
Sin duda, los procesos sociales y culturales propios de los diferentes grupos humanos tienen decisiva importancia en la evolución del pensamiento y en las valoraciones que desarrollan las personas. Sin embargo, ellos no actúan de forma independiente a los factores de índole biológica y de carácter más universal que compartimos todos los seres humanos. Si bien de un modo u otro todas las teorías del desarrollo psicológico tienen en cuenta ambos factores, los biológicos y los culturales, en general el sentido común los ve como independientes e incluso antagónicos, sin que se llegue a entender la estrecha relación existente entre ellos (Dongo, 2009). Una idea que prevalece, lamentablemente, es que no se pueden asumir marcos universalistas porque la diversidad cultural de nuestro país anula lo universal y requiere una aproximación absolutamente particular y émica (ver por ejemplo Paz, 2004).
Nosotros asumimos que esto es un error. Desde la perspectiva constructivista y piagetana que da marco a nuestra investigación, la esencia del comportamiento inteligente se encuentra en las operaciones mentales que permiten el razonamiento de los individuos, operaciones que son patrimonio de la especie humana debido precisamente a sus características biológicas y el desarrollo que hemos tenido como especie, a lo largo de siglos de evolución. En este sentido, las características particulares de las culturas en las que las personas son socializadas, aunque modifican la forma de expresión y construyen patrones y procesos particulares en los modos de funcionamiento cognitivo (Rogoff, 1993, 2003), no alteran la capacidad básica de operar, las capacidades lógicas estructurales de las que somos capaces, potencialmente, todas las personas. Esto quiere decir que si bien los procesos pueden modificarse en el ritmo o en la manera en que toman forma concreta según las experiencias particulares de cada ser humano, no se dan cambios radicales tales como que personas adultas provenientes de matrices culturales distintas no sean capaces de realizar alguna operación básica esperable durante la infancia, o que la secuencia de desarrollo universal invierta su orden.
Para este primer momento, nuestros objetivos generales son evaluar la estructura de los juicios morales, el desarrollo de la capacidad de análisis combinatorio y el desarrollo del pensamiento causal de adolescentes Shipibo-Conibo de la región Ucayali y de adolescentes de la región Ayacucho, así como la expresión cultural de estos procesos. En dos días nos vamos a Pucallpa por segunda vez. Ya les contaremos.
Referencias
Dongo, A. (2009). Significado de los factores sociales y culturales en el desarrollo cognitivo. Revista IIPsi – Facultad de Psicología de la UNMSM, 12 (2), 227 – 237
Paz Quispe, W. (2004). Aproximaciones a la inteligencia del niño andino a través de Piaget. Piaget y los alumnos Aimaras y Quechuas. Boletín IFP – Educación. Recuperado el 20 de Setiembre de 2012 de http://www.programabecas.org/numero/8.6.pdf
Rogoff, B. (2003). The cultural nature of human development. New York: Oxford University Press
Rogoff, B. (1993). Aprendices del pensamiento. Barcelona: Paidós
Imagen: El río Ucayali en nuestro camino a la comunidad