Siempre me ha llamado la atención la manera en que conocimientos psicológicos que se difunden entre personas de otras disciplinas a veces pierden por completo su sentido, se vanalizan un poco (por decirlo de alguna manera) y resultan convertidos en propuestas incluso opuestas a los planteamientos originales. Eso pasa con el concepto de autoestima, por ejemplo, del que ya me ocupe en este post, y con muchos otros que sería largo de mencionar pero que se han ido divulgando y diluyendo en manos de otros profesionales (administradores de empresas e ingenieros por ejemplo) que los usan descuidadamente y sin mayor sustento.
Algo así pasa con los mapas conceptuales, un invento de Novack a partir de los trabajos de Ausubel que ahora forma parte del sentido común pedagógico y que en el camino ha ido perdiendo sus connotaciones originales.
A mi juicio, los mapas conceptuales deberían entenderse como una estrategia de aprendizaje, es decir, un proceso de toma de decisiones consciente e intencionado que se realiza para alcanzar un objetivo de aprendizaje de manera eficaz. La persona que decide hacer un mapa conceptual hace precisamente eso: elije, toma una decisión porque cree que es la más acertada para el tipo de aprendizaje que lleva a cabo. En otras palabras, piensa y decide que el mapa conceptual es la estrategia más pertinente para sus objetivos, y actua en consecuencia.
Esta característica, la de ser parte de un aprendizaje estratégico, lamentablemente se ha perdido.
La experiencia me indica que muchos psicólogos y docentes utilizan los mapas conceptuales no de manera estratégica (que sea el propio estudiante el que planifique sus acciones, las lleve a la práctica y luego las evalue, es decir, que cada quien elija usar un mapa conceptual cuando esta estrategia sea útil y necesaria según el tema y los objetivos del aprendizaje) sino de modo mecánico y automático. Casi no hay libro de texto que no empiece o termine con un mapa conceptual, aunque este sea completamente inútil e innecesario, o clase que de un profesor en la que no se incluya el mapa. Estas prácticas olvidan lo esencial: que es la persona que aprende la que debe construir su mapa, por lo que no tiene mucho sentido que el profesor haga uno en la pizarra o en el libro de texto para que los estudiantes lo lean y se limiten a copiarlo. Un mapa conceptual debería ser un reflejo del sistema de organización del pensamiento del que aprende, no del que enseña.
El mapa conceptual forma parte del conjunto de procedimientos o habilidades estratégicas ideadas para favorecer un pensamiento más abstracto, deductivo e independiente en el estudiante, y en este sentido, si se enseña al margen de las asignaturas y de manera mecánica y repetitiva difícilmente se transferirá a estas, pues no resulta posible aprender a pensar en el vacío. Cada materia tiene características propias y cada aprendizaje objetivos diferentes, y los mapas conceptuales no se ajustan necesariamente a todas las situaciones.
Particularmente, los mapas conceptuales nunca me han sido útiles. No los uso, me aburren y no me sirven de mucho. Habrá otras personas a las que sí, y en buena hora: el aprendizaje estrátegico enfatiza justamente la diferencia, y el que cada quien utilice -consciente y deliberadamente- los recursos que más le acomoden a su estilo de procesar la información y al aprendizaje concreto que está realizando. Mecanizar los mapas conceptuales y aplicarlos de manera automática es echar a perder sus elementos metacognitivos. Es, finalmente, vanalizarlos.
Una lectura que explica esto claramente y que recomiendo es esta (el capítulo 3, de Carles Monereo):
Monereo, C. (2000). Enseñar a aprender y a pensar en la educación secundaria. En: Coll, C. (Coordinador). Psicología de la Instrucción. La enseñanza y el aprendizaje en educación secundaria. Barcelona: ICE, Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona.
Nota:
Imagen tomada de aquí
Puedo agregar que esa vanalización llega a tal grado que a veces son muy «bonitos» pero no expresan ideas ni las relaciones entre ellas. Así, deberían ser evaluados en Artes Plásticas y no en el área de conocimientos a la que, se supone, sirven.
Cometí una falta: escribí VANALIZACIÓN
cuando debería haber escrito BANALIZACIÓN.
Pido disculpas.
banal.
(Del fr. banal).
1. adj. Trivial, común, insustancial.
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA – Vigésima segunda edición
José Luis, Tu comentario me llevó a poner una pregunta pública. Por las respuestas veo que el erro fué mío, es con B, no con V…. pienso dejarlo allí mal escrito como anécdota!
Volviendo al tema de los Mapas Conceptuales y centrándonos en el propósito del comentario: «a veces pierden por completo su sentido», se puede afirmar que el mal uso de ellos los vuelve VANOS, es decir:
Faltos de realidad, sustancia o entidad.
Huecos, vacíos y faltos de solidez.
Inútiles, infructuosos o sin efecto.
(RAE)
¿Cuántas de nuestras prácticas pedagógicas sufren la misma suerte?
Cada vez que alguna buena práctica deja de ser estratégica, en función del aprendizaje, y se enseña y aprende sólo como una técnica mecánica pierde todo sentido: se hace vana (falta de sustancia) y se banaliza (se vuelve insustencial).
Nuestra tarea docente ha enfocarse en hacer de los estudiantes Aprendices Estratégicos proporcionándoles herramientas de procesamiento de la información (los mapas conceptuales entre ellas, entendidos como una herramienta de organización gráfica de la información).
Respecto del «Procesamiento Estratégico de la Información» (Fases, Procesos, Estrategias y Técnicas) hay un muy buen trabajo de Francisco de Asís Martín del Buey (U. de Oviedo) que se puede consultar y bajar desde http://www.profes.net/vario…
Allí están, entre otras 120 técnicas,los mapas conceptuales.
Creo que es muy útil leer el marco teórico que presenta Fco. Martín porque hace ver que las técnicas no son sólo una colección (como recetas de cocina) sino que tienen un sentido en cuanto mediante ellas se activan, desarrollan y potencian procesos cognitivos y metacognitivos y, también, procesos afectivos).
Hola Susana: En realidad, qué instructivo ver el origen de la técnica de los Mapas Conceptuales. Siempre me habia sentido entre sorprendida y abrumada por la capacidad de sintesis de los que enseñaban esta tecnica, sin yo poder utilizarla tan creativamente ni en su verdadero potencial. Lo que es yo, lo que mas me ha servido para estudiar o esquematizar ha sido escribir frases con guiones o flechas simples.
¡Gracias por quitarme una piedra de la mochila!
Saludos
Hola, gracias por la información Susana. Tienes toda la razón, los mapas conceptuales son una herramienta para facilitar el aprendizaje, y si no sabemos utilizarla de la forma correcta, lamentablemente pierde todo su valor. Leyendo en internet conseguí esta página que explica muy bien qué son los mapas conceptuales y una cómo elaborarlos. Me ha sido de mucha ayuda, espero a ustedes también. http://tugimnasiacerebral.com/mapas-conceptuales-y-mentales/que-es-un-mapa-conceptual