Hay adultos que no tienen ninguna sensibilidad para tratar a los niños, que deberían interactuar con ellos lo menos posible, que no deberían ser maestros.
El día Jueves salí temprano de la casa con Paulo de la mano, para llevarlo al colegio luego de los dos días de inasistencia que se decretaron por duelo. En el camino nos cruzamos con un vecino, quien sudoroso regresaba de trotar. Muy suelto de huesos y como quien cuenta un chiste (lo digo por la tremenda sonrisa que tenía en la cara), el vecino le tocó la cabeza a Paulo a la vez que le preguntaba, medio riéndose: “Paulito!!! ¿qué pasó con tu director Paulito?”.
La verdad es que ese comentario hecho a un niño pequeño cuyo director del colegio acaba de morir me pareció de pésimo gusto. Una evidencia de que muchos adultos simplemente son incapaces de ponerse en el lugar de los niños, de tratarlos con delicadeza, de sentir las cosas con ellos o verlas desde su particular punto de vista. Y esta torpeza me hizo recordar a muchas otras que he ido escuchando a lo largo de la vida. Van dos como ejemplo:
Una profesora que tiene en el aula de 2do grado a una niña que aun no sabe leer y a la que atormenta cada día por ello con cosas de este tipo: “a ver niños, levante la mano el que cree que Mariella debe regresar a kinder…”
Un abogado que está revisando documentos de un matrimonio que está atravesando por una situación difícil y que al ver que sus cuentas bancarias tienen poco dinero, se ríe y le dice al hijo de 7 años que lo mira asustado: “Bastante plata tienen tus papás!! Ja ja…. tu sabías que tus papás estaban tan misios?”.
Terrible. A muchos adultos habría que ponerles un tapón en la boca. ¿Se darán cuenta estás personas de cuanto pueden lastimar a los niños con sus comentarios?
A veces los adultos pierden de vista que los ninhos entienden el mundo desde su manera particular y por eso establecen dialogos con ellos como si de otro igual se tratara. En otras ocasiones, justamente al pensar que son ninhos se les hace dificil tratar con ellos temas tan dificiles como la muerte o las enfermedades graves, sino recuerda a Gisella Valcarcel diciendole a un ninho de 8 anhos que si a consecuencia de su enfermedad (cancer) perdiera un brazo, ella le conseguiria otro. Imaginate la cara de espanto del pobre al pensar que perderia un brazo!
Las relaciones entre adultos y ninhos a veces nos pueden parecer complicada pero siempre son enriquecedoras y deja sensaciones esplendidas.
No importa que adulto sea profesional o lo que sea si no sabe tratar a los niños como niños y con respeto no son inteligentes.
Siempre se debe poner uno en el lugar de los niños para saber que como comunicarse con ellos de una forma que no los ofenda o se sientan menos.
Si es un profesor o profesora que ofende a los niños entonces no deberia darles clases, a mi me paso con una maestra cuando era niño, me desmaye porque no me sentia bien y ella se burlo, nunca se me olvido y despues se lo recorde cuando ya creci ella me dijo que no recordaba tal anecdota, pero creo que me lo dijo porque no le convenia.
Espero haya leyes eventualmente en el mundo que protegan mas a los niños.
Hola, a veces he escuchado a adultos que se expresan de modo irónico o con doble sentido, lenguaje que muchos niños aun no no pueden entender por su egocentrismo. Creo que estos adultos lo hacen por la poca capacidad de ponerse en el lugar de otros, en especial los niños. Como maestro, compruebo que no sólo las palabras; también los gestos pueden alterar emocionalmente al niño.
Los ejemplos que das me parecen de personas insensibles ante cualquiera y no solamente ante los niños. Yo no creo que sean aceptables tales bromas incluso para gente adulta. La sabiduría popular califica a estas personas de "desubicadas" y me parece una metáfora estupenda. Tal vez a todos nos habrá pasado el decir, sin querer, algo hiriente pero estos errores son normalmente excusables cuando hay desconocimiento sobre algunas circunstancias de la persona a la que nos dirigimos. Los casos que mencionas parecen de personas que actúan como si los sentimientos ajenos no existieran o que carecen de la imaginación necesaria para ponerse en las circunstancias emocionales del otro. Son personas verdaderamente desubicadas porque son incapaces de entender el escenario en el que se encuentran. A ver, que levante la mano el que crea que a esa profesora de segundo grado deben quitarle el título.
Yo también me acuerdo hasta ahora de comentarios hirientes que me hicieron varios adultos cuando era niña. Efectivamente, muchos no se olvidan, por el impacto afectivo que tuvieron. Y si, yo seria de las que levantarían la mano en la votación para retirarle el título a esa desubicada profesora.
¡Pero si estos casos son recontracomunes! La mayor parte de los adultos tratan a los niños como si fueran animalitos. A veces lo dicen con esas palabras: no son personas todavìa, son niños. Odio cuando un adulto cambia el tono de voz y el acento para hablar con un niño.
Yo tengo una anécdota mas:
El papá le dice al niño por teléfono, (el papá ha dejado de ver y hablarle al niño poco mas de 40 dias) "no te veré porque tu mamá me hace mucho daño y es muy mala conmigo". Acto seguido el niño de 5 años llora desconsoladamente.