Enlazo a continuación un post que puse hace algunos días en el Gran Combo Club, blog con el que colaboro de vez en cuando.
Va aquí.
Lo pongo con la intención de que sirva para reflexionar sobre prácticas a veces invisibles, que ocurren dentro de nuestra casa de estudios y que atentan contra derechos de las personas. Creo que parte de la responsabilidad social y la ética que queremos impregnar a nuestro quehacer docente pasa también por crear conciencia sobre estas cosas, que si bien son “normales” dentro de la lógica de muchas empresas no deberían serlo para un profesor universitario.
Susana:
Lo que comentas en tu post es grave. Rafo León ha denunciado en su página de Somos dos o tres veces en los que han invadido su privacidad de la misma forma en que lo han hecho contigo. Sobre el acceso a tus datos, comparto las dudas de los otros comentaristas, pues hace algún tiempo me llegó un mensaje donde ofrecìan bases de datos "exclusivas" a 15 dólares: eran de alumnos, egresados y profesores de una universidad privada conocida. Dónde se podía adquirir?: en la galería Wilson del Centro de Lima. Cómo obtienen esos datos? Eso es lo más preocupante. Nuestra universidad, coherente con el liderazgo que siempre ha tenido, debería ser la más cuidadosa en este aspecto y no permitir que en ninguna de sus dependencias (caso Centrum) se den estas situaciones que atentan contra el más elemental derecho a la privacidad.
Saludos.
Elena Saona
Susana,
pues no es lo que se esperarìa de la catòlica ¿o sì?
En la època de elecciones me llegaban al correo pucp.edu.pe publicidad de algunos congresistas y luego me enterè de que la pucp vendìa las listas de correos.
Mejor no querer mucho a la instiuciòn