Archivo de la categoría: Espiritualidad

San Pedro y San Pablo 2019

[Visto: 732 veces]

Francisco: nos pertenecemos unos a otros ¡es el espléndido misterio de la Iglesia!

Por Griselda Mutual– Vatican News
Porque “la envidia causa amargura interior”, es “bueno” reconocer los dones de los demás “sin malicia y sin envidia”. Pues, es “hermoso” saber que nos pertenecemos los unos a los otros, porque “compartimos la misma fe, el mismo amor, la misma esperanza, el mismo Señor”: como un pastor bueno, el Papa compartió su reflexión con los fieles en la plaza de san Pedro en la Solemnidad de san Pedro y Pablo, a la hora del Ángelus
Hoy pedimos la gracia de amar a nuestra Iglesia. Pedimos ojos que puedan ver en ella hermanos y hermanas, un corazón que pueda acoger a los demás con el tierno amor que Jesús tiene por nosotros. Y pedimos la fuerza para orar por aquellos que no piensan como nosotros: orar y amar, no hablar mal, quizás a sus espaldas: fue la invocación del Papa durante la oración mariana del Ángelus, en la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.
En la alocución previa al rezo mariano, el Papa Francisco volvió sobre los Santos Apóstoles a quienes celebramos en este día, y centró su pensamiento en cómo son representados en los diversos íconos: en algunos, sostienen el edificio de la Iglesia. En otros, son retratados mientras se abrazan. De estas imágenes partió su reflexión.
«Mi Iglesia», dice Jesús
En el primer caso, nos muestran que sostienen el edificio de la Iglesia, y esto, dijo el Papa, nos recuerda las palabras del Evangelio de hoy, en que Jesús dice a Pedro: «Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16,18). El Santo Padre, sin embargo, no se centró en el sustantivo, es decir, en la palabra “Iglesia”, sino que quiso en esta ocasión, centrarse en el adjetivo: “mi”, “mi Iglesia”. Y explicó que «Jesús no habla de la Iglesia como una realidad externa, sino que expresa el gran amor que siente por ella: mi Iglesia».
Jesús ama a la Iglesia, es decir, a nosotros, precisó, y señaló que para Él, “no somos un grupo de creyentes ni una organización religiosa”, sino “su esposa”. Y así, Él “mira con ternura a su Iglesia, la ama con absoluta fidelidad”, a pesar de “nuestros errores y traiciones”:
«Y podemos repetirlo también nosotros: mi Iglesia. No lo decimos con un sentido exclusivo de pertenencia, sino con un amor inclusivo. No para diferenciarnos de los demás, sino para aprender la belleza de estar con los demás, porque Jesús nos quiere unidos y abiertos. La Iglesia, en efecto, no es “mía” porque responde a mi yo, a mis deseos, sino para que derrame en ella mi afecto. Es mía para que yo la cuide, para que, como los Apóstoles en el icono, yo también la sostenga. ¿Cómo? Con el amor fraterno».
«Redescubrir alegría de ser hermanos y hermanas en la Iglesia»
En el segundo caso en que los santos Pedro y Pablo son retratados mientras se abrazan, Francisco habló de las diferencias entre ambos, pues eran un pescador y un fariseo “con experiencias de vida, carácter, modos de hacer y sensibilidades muy diferentes”. Y aunque “no faltaron las opiniones contrastantes y los debates francos”, lo que los unía “era infinitamente mayor”: «Jesús era el Señor de ambos, juntos dijeron “mi Señor” a Aquel que dice “mi Iglesia”».
He aquí, dijo el Santo Padre, que estos “hermanos en la fe”, nos invitan en esta fiesta a redescubrir la alegría de ser hermanos y hermanas en la Iglesia. Por eso “sería bueno” decir: “Gracias, Señor, por esa persona que es diferente de mí: es un don para mi Iglesia”.
«Es bueno apreciar las cualidades de los demás, reconocer los dones de los demás sin malicia y sin envidia. La envidia causa amargura interior, es vinagre derramado sobre el corazón. Hace la vida amarga. Qué hermoso es, en cambio, saber que nos pertenecemos los unos a los otros, porque compartimos la misma fe, el mismo amor, la misma esperanza, el mismo Señor. Nos pertenecemos unos a otros: ¡es el espléndido misterio de nuestra Iglesia!»
Orar y amar por nuestros hermanos
Pero la reflexión del Papa Francisco no concluyó con la certeza apenas mencionada, sino que recordó las palabras de Jesús al final del Evangelio, cuando dice a Pedro “Apacienta mis ovejas” (Jn 21,17). Francisco observó que el Maestro, “habla de nosotros y dice mis ovejas, con la misma ternura con la que dijo mi Iglesia”: una demostración del “afecto” que “edifica la Iglesia”. Por ese motivo, invitó a pedir hoy la gracia de “amar a nuestra Iglesia”:
«Pedimos ojos que puedan ver en ella hermanos y hermanas, un corazón que pueda acoger a los demás con el tierno amor que Jesús tiene por nosotros. Y pedimos la fuerza para orar por aquellos que no piensan como nosotros: orar y amar, no hablar mal quizás a sus espaldas. Que la Virgen, que llevó armonía entre los Apóstoles y rezaba con ellos (cf. Hechos 1,14), nos proteja como hermanos y hermanas en la Iglesia».
Gratitud a la Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
Tras la oración mariana el Santo Padre expresó sus buenos deseos a todos los romanos y a quienes viven en la ciudad de Roma, en la fiesta de sus patronos, instando a todos a “reaccionar con sentido cívico ante los signos de degradación moral y material que, desgraciadamente, también se encuentran en Roma”. Renovó su gratitud a la Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y envió su saludo cordial y fraterno a Su Santidad Bartolomé I. Saludó a los peregrinos que han venido a celebrar a los Arzobispos Metropolitanos para quienes bendijo los palios durante la Santa Misa, y agradeció “calurosamente” a los maestros floricultores y colaboradores que la histórica “infiorata”, es decir, la alfombra de flores que engalanó la Vía de la Conciliación en este día.
También saludó a los numerosos peregrinos, especialmente a los de Vietnam, Eslovaquia, El Paso (Texas), Kansas City y Alemania, al “Yago School” de Sevilla, al Colegio “Ahlzahir” de Córdoba; al grupo de la Radio “Voix de la Charité” del Líbano, al Movimiento Eucarístico Juvenil de España. También saludó a los sacerdotes Resurreccionistas, a los fieles de Donori, Forlì, Lanciano, Brindisi y Castelfranco Veneto, y al pequeño Coro Francisco de Asís de Mesagne.
Pidiendo que realicemos una oración por él por intercesión de los Santos Pedro y Pablo, se despidió con su ya tradicional deseo de un buen almuerzo y un “¡hasta pronto!”

Cuerpo y sangre de Cristo 2019

[Visto: 811 veces]

Evangelio según San Lucas 9,11b-17.
Jesús habló a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser curados.
Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: “Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto”.
El les respondió: “Denles de comer ustedes mismos”. Pero ellos dijeron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente”.
Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Háganlos sentar en grupos de cincuenta”.
Y ellos hicieron sentar a todos.
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hace unos años visité amigos en Cochabamba, Bolivia. Viví allí, inicialmente, durante cuatro meses mientras estudié español, y luego después de tres años regresé con nuestros seminaristas bolivianos, como su rector. Una de las señas de identidad de Cochabamba es que llevan mucho orgullo en su comida. Ellos tienen el dicho de que “mientras las personas comen para vivir, los cochabambinos viven para comer”.
Comer es una de las actividades humanas esenciales en las que todos nos participar. Sabemos lo que es tener nuestros estómagos llenos, y me gustaría adivinar que todos también sabemos lo que es tener un estómago vacío. Sólo puedo empezar a imaginar el dilema de la multitud reunida en el evangelio de hoy (Lucas 9: 11b-17). Estas personas habían seguido a Jesús a “un lugar desierto”, donde podían reunirse y escuchar su predicación. Puedo imaginar que las horas pasaron, y se fascinaron escuchando sus sabias enseñanzas, pero después de un tiempo sus estómagos comenzaron a quejarse. Jesús, como Dios-Hecho-Hombre, sabía sobre el hambre humana, por lo que sentía compasión hacia la multitud. Él no quería que se desmayen o se enfermen en su camino a casa con sus estómagos vacíos. Así que, le pregunta a sus discípulos sobre comida para ellos. Teniendo en cuenta que había más de cinco mil, puedo imaginar las miradas en las caras del discípulo mientras él preguntó sobre eso. Tomó los panes y los peces que le entregaron, y él “miró hacia el cielo, dijo que la bendición sobre ellos, los partió, y les dio a los discípulos para establecer ante la multitud”. A través de su poder como Dios-Hecho-Hombre, multiplicó los pocos panes y peces para alimentar a la multitud. Él tenía el poder de transformar esos pocos artículos de comida en comida para muchos, con sobras de sobra.
Como Jesús tenía el poder de multiplicar y transformar los panes y los peces, celebramos hoy que Jesús -como Dios hecho hombre- tiene el poder de cambiar el pan en su cuerpo, y el vino en su sangre. Esta es una de nuestras creencias centrales como católicos. En la última cena Jesús no dijo: “este pan representa mi cuerpo”, o “este vino es un símbolo de mi sangre”. ¡Lo es! Es por eso que la sangre preciosa que no se consume en la masa debe ser consumida por los ministros del altar, y el cuerpo de Cristo -los anfitriones consagrados- que no se han consumido se ponen en el tabernáculo. No podemos ponerlo en la bolsa de plástico que vino, o ponerlo en la basura, porque sigue siendo el cuerpo de Cristo. Tiene el mismo color, y forma, y gusto, y la estructura molecular como antes de las palabras de consagración, pero a través del poder de Dios en esas palabras y acciones, se ha transformado en el cuerpo de Cristo.
Nuestra primera lectura del libro de Génesis (14:18-20) nos presenta a Melquisedec, el misterioso rey de Salem -de Jerusalén- que ofrece pan y vino a DIOS. Esto se da aún más importancia en el libro de Éxodo, cuando Dios instruyó a los israelitas para compartir la comida de Pascua, y entre esos elementos eran pan y vino.
Nuestra segunda lectura de la primera carta de Pablo a los Corintios (11:23-26) describe para nosotros la última cena, y la institución de la Eucaristía. Así como este pan y vino se transforman, nosotros también somos transformados por el poder de Dios.
La fiesta de Corpus Christi es una oportunidad para nosotros para renovar y profundizar nuestra comprensión y aprecio por la Eucaristía. Por desgracia, en nuestra condición humana,
lo podemos tomar fácilmente por sentado. Tenemos que recuperar esa asombro y maravilla de la primera vez. En la Eucaristía celebramos esa última cena de Jesús, celebramos a Jesús aquí y ahora presente en su cuerpo y sangre, y esperamos con interés el banquete celestial en el reino de Dios.
Si queremos ser fuertes, ser capaces de concentrarnos en el trabajo y en nuestros estudios, tenemos que estar bien nutridos. Espiritualmente, también, tenemos que estar bien nutridos para compartir en la vida de Cristo cada día, y compartir esa vida de gracia con los demás. Así como la comida que comemos se convierte en una parte de nosotros, por lo que también el cuerpo y la sangre de Jesucristo se convierten en parte de nosotros, para que podamos ser como él, y ser sus fieles discípulos y mayordomos, y hacer que se sepa. Lleno de el ‘pan del cielo’ y el ‘cáliz de la vida eterna’ estamos llamados a salir al mundo y hacer la diferencia. Es algo que no siempre podemos hacer por nuestra cuenta. En nuestra condición humana somos débiles, sujetos a la tentación y el pecado. Nuestra sincera recepción de la Eucaristía nos da la gracia de ser fuertes, resistir la tentación y el pecado, y vivir una vida que refleje que pertenecemos a Jesús.
Esta fiesta también me proporciona, como sacerdote, para recordar a la congregación acerca de la recepción de la Eucaristía. Todavía hay una hora de ayuno antes de recibir la comunión, para preparar nuestro cuerpo para recibir el cuerpo y la sangre de Jesús. Para ti esto es hasta el momento de recibir la comunión. Así que en esta misa, la comunión se distribuirá alrededor de cuarenta y cinco minutos en la misa, por lo que sólo realmente significa que quince minutos antes de que empiece la misa debemos abstenerse de cualquier alimento o bebida, excepto el agua.
Cuando te acercamos al obispo, sacerdote, diácono o ministro eucarístico que puedes recibir en la lengua, o en su mano. Las manos se deben celebrar con una mano sobre la otra en el nivel del pecho. Estamos haciendo como un ‘Trono’ para recibir el cuerpo de Jesús. Siempre sugiero que la mano con la que escribimos, con la que somos más ágiles, está en la parte inferior, para luego tomar el anfitrión de la mano abierta y ponerlo en la boca. Antes de moverte de tu lugar, por favor consume el anfitrión. Moverse rápidamente con el anfitrión todavía en la mano puede resultar en el anfitrión cayendo al suelo. Si usted es un adulto, o si ha recibido el sacramento de la confirmación, también puede recibir la sangre preciosa, que el ministro de la izquierda o derecha le ofrecerá. Al igual que en la distribución del anfitrión el ministro dice “el cuerpo de Cristo”, el ministro del cáliz dirá: “la sangre de Cristo”, a la que usted responde “Amén”. Este “Amén” proclama que creemos que este es el cuerpo de Jesús, esta es la sangre de nuestro Salvador.
Hoy, que nuestra participación en esta Eucaristía, y nuestra recepción del cuerpo y la sangre de Cristo nos nutren y nos llenan de la gracia de Dios para compartir su vida unos con otros, en casa, en el trabajo y en la escuela, y entre nuestros amigos. Al igual que la multitud que se comió los panes y los peces ese día con Jesús, así también, al recibir este ‘pan del cielo’ y el ‘cáliz de la vida eterna’ vamos a estar “satisfechos”. Entonces, vamos a “comer para vivir”, vive la vida de Dios aquí y ahora y comida para el viaje en la vida por venir.

Santísima Trinidad 2019

[Visto: 776 veces]

Evangelio según San Juan 16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Cuando estaba en mi primer año de Universidad, tomé un curso de religión universal. Un día el profesor nos contó una historia -un mito- para ayudarnos a entender el aspecto del misterio, un tema tan frecuente cada vez que hablamos de fe y creencias. Es la historia de un pájaro y un pez. El pez se encontró un día demasiado cerca de la orilla, y una gran ola lo varaba. Se esfuerza por volver al agua cada vez que una ola entró, pero no sólo no estaba teniendo suerte, sino que se estaba agotando de toda la lucha. De repente un pájaro voló al lado de los peces, habiendo visto su angustia, y dijo: “no te preocupes, Sr. Pez, puedes volar conmigo a mi nido”. por supuesto, el pez no tenía idea de lo que era volar, y ni idea de lo que era un nido. Volar y el nido eran reales, lo sabemos, pero no para los peces. A veces en nuestra expresión y lenguaje nos encontramos en la misma situación, tratando de entender y explicar algo que está más allá de nuestra experiencia, más allá de nuestra comprensión.
La fiesta de la Santísima Trinidad es sólo una ocasión cuando podemos sentirnos como el pez, tratando de comprender lo que se ha revelado acerca de las realidades celestiales que están más allá de nuestra experiencia e imaginando. En el Evangelio (Juan 16:12-15) Jesús nos habla acerca de su padre, y sobre el Espíritu Santo. Él habla de su íntima unión con el padre, y que el espíritu te “declaro las cosas que están llegando”. Jesús nos invita en relación con el Padre y el Hijo: tres personas, sin embargo, un Dios.
Nuestra primera lectura, del libro de Proverbios (8:22-31), nos habla de la creación. Las tres personas de la trinidad existieron juntas, cada una se hizo manifiesta en diferentes momentos en la historia humana, y de diferentes maneras. Esta lectura también nos cuenta cómo Dios “encontró deleite en la raza humana” y que quiere entrar en relación con nosotros. Él nos creó, y él nos ama, y envió a su hijo, Jesús, para compartir nuestra humanidad y para salvar a nosotros.
En nuestra segunda lectura, de la carta de San Pablo a los romanos (5:1-5): San Pablo da testimonio de la Trinidad. Él dice: “tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Él está reconociendo que Jesús se ha convertido en ese ‘puente’ entre el Padre y nosotros. A través de Jesús tenemos la plenitud de la revelación sobre el Padre. El Espíritu Santo se nos revela como la fuente de la gracia y la virtud “que nos ha sido dada”. La semana pasada, en la fiesta de Pentecostés, celebramos esa gloriosa venida del Espíritu Santo en la historia humana.
A lo largo de la escritura sagrada, al igual que en numerosas referencias en las oraciones de la Eucaristía se nos recuerda nuestra vida con el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nuestras oraciones masivas están dirigidas al padre, en unión con Cristo nuestro Salvador, a través de la gracia del Espíritu Santo. Tomen un aviso especial hoy, durante la liturgia: cuán a menudo se refiere a la Trinidad, comenzando con el signo de la cruz al principio de la misa. Entonces somos recibidos con “la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios (el Padre), y la comunión del Espíritu Santo sea con todos ustedes”. Una y otra vez se escucha la trinidad proclamada.
Al igual que tenemos una relación única con cada persona en nuestra vida, creo que es importante para nosotros mirar más de cerca sobre cómo nos relacionamos con cada una de las tres personas de la Santísima Trinidad. Entonces podemos apreciar realmente a cada persona de la Trinidad y ‘trabajar en’ esa relación.
Para la mayoría de la gente el Padre es fácil de relacionarse, como Él es el creador, revelado en el antiguo testamento y proclamado por Jesús, su hijo. Experimentamos su presencia en la creación a nuestro alrededor, y tenemos asombro y asombro por todo lo que él ha hecho, especialmente en la raza humana. Él nos creó para conocer, amar y servirle. Nuestras oraciones al padre están a menudo llenas de gratitud por su creación, y cómo nos ha creado.
Jesús es fácil para que nos relacionemos porque él era uno como nosotros en todas las cosas (excepto el pecado). En los evangelios caminamos con Jesús, escuchamos a Jesús, vemos a Jesús, tocamos a Jesús, y somos tocados por Jesús. Él es nuestro amigo y guía, el que nos llama al discipulado y a la administración. Sentimos su apoyo, y su reto, como lo hacemos en cualquier amistad en la vida. Todos tenemos una ‘Historia’ con Jesús, comenzando en nuestra infancia, y madurando y cambiando a medida que nos envejecemos, maduramos y nos desarrollamos. Podemos mirar fácilmente hacia atrás y reconocer cómo nuestra imagen de Jesús ha cambiado a lo largo de nuestra vida, evolucionando de acuerdo a circunstancias y eventos.
El Espíritu Santo, me parece, es más difícil de describir y más difícil de describir a la gente. El Espíritu Santo nos acompaña y nos anima en nuestra vida con el padre y el hijo. Él nos inspira y nos ilumina, si estamos abiertos a él. Algunas de las palabras utilizadas para describir el Espíritu Santo me ayudan a reconocer su papel en mi vida. Una de estas palabras es: ‘Defensor’, que el espíritu está ‘de mi lado’, defendiendo y me ayuda a hablar en oración. Otra hermosa palabra es la ‘Paráclito’. Esta palabra significa, “el que oye el grito de los pobres” ¡Guau! Qué palabra tan importante para el Espíritu Santo. Él está conmigo en mi necesidad, en mi vulnerabilidad, confusión y miedo. Nunca estoy solo siempre y cuando me dirijo al espíritu por las gracias y las bendiciones que me esperan.
Tres personas, sin embargo, un Dios. Tres amistades y relaciones distintas, sin embargo, un Dios. Una vez más, como ese pez, podemos estar en una pérdida por las palabras que no encontramos para expresarnos: ¿cómo articular estas relaciones entre los miembros de la Santísima Trinidad?, y nosotros mismos con cada uno. Lo importante, sobre todo en esta fiesta de la Santísima Trinidad, es que buscamos experimentar, expresar, que queremos hacer que se sepa y compartirlo con los demás, para que puedan crecer en esa relación, con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

El Comité Electoral Universitario, en sesión celebrada el 12 de junio del 2019, declaró la invalidez de los resultados de las elecciones de representantes de los graduados ante la Asamblea Universitaria, realizadas el 6 y 7 de junio del 2019, debido a que sufragó el 7.78% del total de electores, no habiéndose alcanzado en consecuencia el porcentaje mínimo de 10% que exige el artículo 15° del Reglamento de Elecciones de Representantes de los Graduados ante los Órganos de Gobierno de la Universidad.
Fuente: www.puntoedu.pucp.edu.pe

Cardenal Versaldi

[Visto: 705 veces]

“Varón y mujer los creó”, para una vía de diálogo sobre la cuestión del gender en la educación, es el título del documento de la Congregación para la Educación Católica, publicado la mañana de este lunes, 10 de junio de 2019. (descargar documento en PDF)
“La Congregación para la Educación Católica, dentro de sus competencias, tiene la intención de ofrecer algunas reflexiones que puedan orientar y apoyar a cuantos están comprometidos con la educación de las nuevas generaciones a abordar metódicamente las cuestiones más debatidas sobre la sexualidad humana, a la luz de la vocación al amor a la cual toda persona es llamada”, este es el objetivo del Documento presentado por este Dicasterio Vaticano sobre la cuestión del gender en la educación.
El Documento firmado por el Cardenal Giuseppe Versaldi, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, y el Arzobispo Vincenzo Zani, Secretario del mismo Dicasterio busca afrontar “una verdadera y propia emergencia educativa, en particular por lo que concierne a los temas de afectividad y sexualidad”.

Una positiva y prudente educación sexual

La Congregación para la Educación Católica señala que, es evidente que la cuestión no puede ser aislada del horizonte más amplio de la educación al amor, la cual tiene que ofrecer, como lo señaló el Concilio Vaticano II, «una positiva y prudente educación sexual» dentro del derecho inalienable de todos de recibir «una educación, que responda al propio fin, al propio carácter; al diferente sexo, y  que  sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias, y, al mismo tiempo, esté abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos a fin de fomentar en la tierra la verdadera unidad y la paz».

Sexualidad: un elemento básico de la personalidad

El Documento recuerda que, la visión antropológica cristiana ve en la sexualidad un elemento básico de la personalidad, un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano. Por eso, es parte integrante del desarrollo de la personalidad y de su proceso educativo. «Verdaderamente, en el sexo radican las notas características que constituyen a las personas como hombres y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiritual, teniendo así mucha parte en su evolución individual y en su inserción en la sociedad».
En el proceso de crecimiento «esta diversidad –se lee en el Documento– aneja a la complementariedad de los dos sexos, responde cumplidamente al diseño de Dios en la vocación enderezada a cada uno». «La educación afectivo-sexual considera la totalidad de la persona y exige, por tanto, la integración de los elementos biológicos, psico-afectivos, sociales y espirituales». 

Metodología en tres actitudes: escuchar, razonar y proponer

La Congregación para la Educación Católica, tiene la intención de ofrecer algunas reflexiones que puedan orientar y apoyar a cuantos están comprometidos con la educación de las nuevas generaciones a abordar metódicamente las cuestiones más debatidas sobre la sexualidad humana, a la luz de la vocación al amor a la cual toda persona es llamada.
“De esta manera –se precisa en el Documento– se quiere promover una metodología articulada en las tres actitudes de escuchar, razonar y proponer, que favorezcan el encuentro con las necesidades de las personas y las comunidades. De hecho, escuchar las necesidades del otro, así  como  la comprensión de las diferentes condiciones lleva a compartir elementos racionales y a prepararse para una educación cristiana arraigada en la fe que «todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre».

Un texto para las comunidades educativas

Finalmente, la Congregación para la Educación Católica encomienda este texto a quienes se preocupan de corazón por la educación, en particular a las comunidades educativas de las escuelas católicas y a cuantos, animados por la visión cristiana de la vida, trabajan en otras escuelas, a los padres, alumnos, directivos y personal, así como a los Obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, movimientos eclesiales, asociaciones de fieles y otras organizaciones del sector.
Fuente: www.arzobispadodelima.org

Los analistas católicos recibieron con satisfacción el documento del Vaticano que advierte que la ideología de género es una revolución cultural que socava tanto la dignidad humana como la correcta comprensión de la diferencia y complementariedad sexual. No obstante, el documento no estuvo exento de críticas.
“Hay mucha confusión en este momento con respecto a la teoría del género en la educación y este documento proporciona la claridad muy necesaria sobre la verdad de la persona humana”, dijo la Dra. Joan Kingsland, teóloga moral y asesora curricular de Ruah Woods, una organización con sede en Ohio (Estados Unidos) centrada en la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II.
El 10 de junio la Congregación para la Educación Católica publicó el documento “Hombre y mujer los creó. Para una vía de diálogo sobre la cuestión del gender en la educación”.
“En los medios de comunicación principales, sin duda, habrá una reacción ideológica típica contra la Iglesia por imponer una visión anticuada de la sexualidad a sus miembros; pero otros se sentirán aliviados de que la Iglesia esté brindando claridad sobre un aspecto tan importante de la persona humana”, dijo Kingsland a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI.
La respuesta estadounidense al documento, dijo la experta, tiene lugar en “el contexto general de una cultura hipersexualizada que deja a muchos heridos y a la defensiva”, y agregó que “hay estilos de vida que esclavizan a la persona y la dejan en la oscuridad sobre la felicidad verdadera y buena”.
El documento fue publicado en el mismo momento que en diferentes partes del país se celebra las actividades del “mes del orgullo LGTB” (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales).
En diversos países el lobby gay celebra el mes del orgullo en junio, con eventos y pasacalles donde con frecuencia se presentan hombres semidesnudos o disfrazados como mujeres. Estas actividades promueven supuestos derechos como el mal llamado “matrimonio” homosexual y la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
El nuevo documento es publicado a varios años en los que la Iglesia en los Estados Unidos fue criticada una vez más por escándalos de abuso sexual por parte del clero.
El texto describió la necesidad de reafirmar “las raíces metafísicas de la diferencia sexual” para ayudar a refutar “los intentos de negar la dualidad masculina y femenina a partir de la cual se genera la familia”.
Dicha negación “no solo borra la visión de la creación, sino que delinea una persona abstracta ‘que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya’”.
El texto está firmado por el Cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica. Describe los orígenes filosóficos de la ideología de género y los esfuerzos en varios países de imponer una visión distinta de la naturaleza humana en la política y la ley.
“Todas estas teorizaciones, desde las más moderadas hasta las más radicales, creen que el gender (género) termina siendo más importante que el sex (sexo)”, precisa el documento, que también refleja el papel de esta ideología en la educación y habla de la “crisis” del pacto educativo o “alianza” entre la escuela y la familia.
El documento señala que a pesar de los desafíos, el diálogo sigue siendo posible. También pide la protección de los derechos humanos y familiares, denunció la discriminación injusta y señaló puntos de unidad entre personas con diferentes perspectivas sobre la ideología de género.
El Padre Philip Bochanski, director ejecutivo de Courage International, dijo a CNA que el documento merece “un estudio y una reflexión cuidadosos”.
Además, dijo que tras una lectura inicial, el documento resulta “perspicaz y útil para nuestros esfuerzos constantes, de hablar a todo el mundo con la verdad desde el amor, sobre la Buena Nueva del plan de Dios para nuestras vidas”.
Courage International es un apostolado para personas con atracción hacia el mismo sexo que se han comprometido a luchar por la castidad.
El Padre Bochanski elogió la estructura del documento de “escuchar, razonar, proponer” para proporcionar “un marco claro y sólido para el ministerio” que concuerde con el consejo del Papa Francisco para aquellos religiosos que “deben acompañar a las personas a partir de su situación”.
“El documento luego presenta de manera sucinta y clara los principios antropológicos y morales que son la base de nuestra comprensión de la sexualidad humana, de modo que un diálogo de este tipo pueda ayudar a cada persona a ver sus propios deseos y experiencias a la luz del plan de Dios”, aseguró.
También, el presbítero agregó que el documento “confronta con valentía las tendencias del pensamiento secular que son confusas u opuestas a ese plan, y exhorta a todas las personas a conformar sus vidas más completamente a Cristo”.
Según Kingsland, el contexto adecuado para hablar de sexualidad es “el amor y el llamado de la persona humana a la comunión”, porque “estamos hechos a imagen de Dios, que es una comunión de amor”.
El Padre James Martin, sacerdote jesuita y editor general de la revista América, criticó el documento con un tuit el 10 de junio.
“Exige correctamente el ‘diálogo’ y la ‘escucha’, pero deja de lado las experiencias de la vida real de las personas LGTB. Tristemente, se usará como un garrote contra las personas transgénero y una excusa para argumentar que ni siquiera deberían existir. El documento es principalmente un diálogo con filósofos y teólogos, y con otros documentos de la iglesia; pero no con científicos y biólogos, no con psicólogos, y ciertamente no con personas LGTB, cuyas experiencias tienen poco o ningún peso”, dijo el jesuita.
El Padre Martin luego compartió con sus 246,000 seguidores de Twitter una publicación del grupo de presión New Ways Ministry, el cual “educa y promueve la justicia y la igualdad para los católicos lesbianas, gays, bisexuales y transgénero”, según apunta su sitio web,
“El nuevo documento del Vaticano sobre género se usará para oprimir y dañar a las personas LGTB. Se perpetúan falsos estereotipos que fomentan el odio, el fanatismo y la violencia”, dice la publicación.
Los Obispos de Estados Unidos afirmaron en un documento emitido en el año 2010, que New Ways Ministry no está aprobado ni reconocido por la Iglesia Católica y es engañoso afirmar que “proporciona una interpretación auténtica de la enseñanza católica y una auténtica práctica pastoral católica”.
Kingsland dijo que el documento de la Congregación para la Educación Católica reconoce la confusión sobre los conceptos de la naturaleza humana, la libertad humana y ve la necesidad de aclararlos para “una visión correcta y completa de la persona”.
Finalmente, notó la “continuidad clara” del documento entre la enseñanza pasada y presente de la Iglesia.
El documento cita la enseñanza de San Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco, anotó.
Fuente: ACI Prensa, traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.

Espíritu de iglesia

[Visto: 477 veces]

Evangelio según San Juan 14,15-16.23b-26.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes”.
Jesús le respondió: “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él.
El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió.
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Durante muchos años mis padres, mi hermano y yo visitamos a algunos amigos regularmente y disfrutamos de una amistad muy cercana con la familia. El marido de la pareja había servido en las fuerzas armadas canadienses durante la segunda guerra mundial. Viniendo de una comunidad agrícola, y de repente se encuentra en los campos de batalla de Europa, tuvo un gran impacto en su vida: un impacto que altera la vida. Muy a menudo iba a mencionar, “cuando yo estaba en el ejército…”, o, “cuando yo estaba en la guerra…”. Sucedió tan a menudo que mi hermano y yo nos hizo voltear los ojos, para el disgusto de nuestros padres. Sin embargo, muchos años después, después de mi regreso de Bolivia, me encontré haciendo lo mismo, comenzando una frase con: “cuando estaba en Bolivia…”. No me di cuenta de cuántas personas me rodaron los ojos, pero estoy seguro que especialmente la gente en las parroquias que he servido “desde que estaba en Bolivia” fácilmente me cansó de escuchar eso. Sin embargo, en mi caso, como en el caso de nuestro amigo de la familia, estos son los momentos que definen, una experiencia de vida que era tan importante que empezamos a considerar como un “punto de inflexión” en nuestra vida: la vida antes y después de esa realidad. Tal vez podría ser para ti tu matrimonio, o el nacimiento de tu primer hijo, o un empleo en particular. Estoy seguro de que todos podemos identificar un momento así en nuestra vida.
Creo que Pentecostés, la gran fiesta de la iglesia que celebramos hoy, es sólo un momento en la vida de la iglesia. De hecho, a menudo se conoce como el ‘cumpleaños’ de la iglesia. Puedo imaginar que los discípulos comenzaron a mirar su discipulado antes de Pentecostés como distinto al de después de Pentecostés. Pentecostés era, creo, su “punto de inflexión” o “mayoría de edad” para la iglesia temprana.
En nuestro Evangelio (Juan 20:19-23) vemos ese momento dramático en el que Jesús dio el don del Espíritu Santo a los discípulos. Mientras que anteriormente se estaban reuniendo con miedo, a las puertas cerradas, ahora el espíritu santo los transformará en valientes y celosos mensajeros del Señor resucitado. Él no los envió a su misión solo, olvidado o desprotegido. Él les dio el Espíritu Santo para liderar y guiarlos, alentando y tonificando.
Nuestra primera lectura de los Hechos de los apóstoles (2:1-11) se hace eco de esta realidad en el momento de Pentecostés. Aquí vemos el Espíritu Santo descendiendo sobre ellos -como lenguas de fuego- y vemos que el Espíritu Santo se manifiesta en una multitud de idiomas. Mientras que en la cuenta del Antiguo Testamento de la torre de Babel en el libro de Génesis
(11:1-9) estas multitud de lenguaje causaron el caos y la división porque fue el resultado del orgullo y la desobediencia de la voluntad de Dios, aquí la multitud de idiomas -concedido por el Espíritu Santo por la voluntad del padre- crea la unidad entre los oyentes y da gloria a DIOS. Esta multitud de idiomas era para proclamar la buena noticia de Jesús para mover los corazones y las mentes de las personas de todas las naciones.
Nuestra segunda lectura, desde la primera carta de Pablo a los Corintios (12:3 B-7, 12-13), refleja esta presencia del Espíritu Santo entre ellos, manifestándose en una variedad de regalos y carismas para el edificio de la iglesia. Una vez más, la imagen de Pablo de la iglesia como cuerpo, hace hincapié en la unidad que el Espíritu Santo trajo a ese grupo de discípulos. Eran de muchas naciones y tribus -incluso históricamente enemigos- pero ahora estaban unidos en Jesucristo.
A medida que celebramos la fiesta de Pentecostés hoy, podemos reflexionar sobre lo que significa esta venida del Espíritu Santo en nuestra propia vida. No importa hace cuánto tiempo fue que recibimos el sacramento de la confirmación, la recepción del Espíritu Santo debe ser significativo en nuestras vidas. Tal vez ni siquiera somos conscientes de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, lo que es triste, porque entonces su gracia y regalos permanecen latentes en nosotros. El Espíritu Santo quiere hacer una diferencia en nuestras vidas, pero tenemos que decir “sí” al Espíritu Santo de nuevo, el Espíritu Santo que recibimos en el bautismo y la confirmación.
Pentecostés es una oportunidad para nosotros de “ventilar el fuego” una vez más en la vida del Espíritu Santo dentro de nosotros. Puede estar tumbado inactivo, o puede que ni siquiera esté en nuestros términos diarios de referencia. ¡Eso no es lo que Dios quiere! Eso refleja una negación del Espíritu Santo, o lo sostiene a una distancia, en lugar de abrirnos a DIOS.
Todos y cada día debemos reconocer que el Espíritu Santo está con nosotros. Nos regresa a él en nuestra oración, sobre todo cuando no podemos encontrar las palabras para expresar nuestras necesidades y luchas más íntimos. Cuando confiamos en el espíritu, nos abrimos a las gracias que él puede dar, que nos une al padre y al hijo. Estamos seguros de que no estamos solos, pero el espíritu acompaña, nos lleva y nos guía a diario.
A medida que venimos a reconocer el Espíritu Santo, de manera natural, descubrimos cómo el espíritu se manifiesta en y a través de nosotros. Puede que no tengamos el don de la curación, o el don de la profecía, o el don de las lenguas, pero cada uno ha sido bendecido con regalos y carismas para la construcción del cuerpo de Cristo. Puede ser la paciencia, o la compasión, o la comprensión, o el coraje, o el amor (especialmente de Dios), o la sabiduría, o la devoción (piedad). Podemos tomar por sentado y sólo pensar “esa es la forma en que soy”, pero ese es Dios -en particular el Espíritu Santo- revelado a sí mismo en y a través de nosotros. Muchos de estos regalos y carismas no pueden haber venido naturalmente a nosotros, sino que son la obra de gracia dentro de nosotros, permitiendo superar obstáculos y lograr las virtudes cristianas que buscamos.
Que esta renovación del Espíritu Santo con nosotros sea como ese momento decisivo de mi amigo, después de su experiencia en la segunda guerra mundial, o yo mismo para mis años en Bolivia. Entonces vamos a reconocer la diferencia en nuestras vidas antes y después del evento determinante de abrir al espíritu, ser instrumentos de Dios, no obstáculos, y construir un mundo que refleje la presencia de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Discípulos y apóstoles

[Visto: 583 veces]

Evangelio según San Lucas 24,46-53.
Jesús dijo a sus discípulos: “Así esta escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.
Y yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto”.
Después Jesús los llevó hasta las proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo.
Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.
Los discípulos, que se habían postrado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran alegría, y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Cuando fui niño, había muchos niños en nuestra vecindad alrededor de mi edad. Especialmente en el verano, con el campo de recreo de una escuela al final de nuestra calle de una sola cuadra, jugábamos muchos juegos. Uno de ellos fue ‘tag’. Tal vez van a recordar que cuando uno ha alcanzaba la otra persona quien estaba persiguiendo, uno le ha tocado y le dijo “¡Te toca!” (“You´re it!”). Luego tuvo que correr detrás de alguien, preferiblemente alguien que no ha corrido tan rápido que tú, para tocarle y decir: “Te toca!”
La Fiesta de la Ascensión, que celebramos hoy, es sobre siendo enviado por Dios para dar testimonio de él. Nuestro evangelio (Lucas 24:46-53) muestra estos últimos momentos de los discípulos con Jesús. Antes de dejarles Él les dice que ellos “son testigos” por haber escuchado, visto, tocado, y experimentado a él y su ministerio entre ellos. Ellos, también ahora, son testigos de su resurrección y su ascensión. ¡Ellos tienen mucho para compartir! El está enviándoles para “predicar en su nombre a todas las naciones, empezando con Jerusalén”. El está diciéndoles, “¡Te toca!”. “Mi trabajo ahora está en tus manos”.
La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles (1:1-11) esta relacionado de muchas maneras, a este evangelio, con la ascensión de Jesús frente a los ojos de sus discípulos. Siempre tuve interés en estas últimas palabras de la lectura, cuando los dos hombres vestidos de blanco vinieron a ellos, todavía mirando arriba hacia el cielo, y les dice, “Hombres de Galilea, ¿Por qué están parados mirando al cielo? Este Jesús quien fue llevado de ustedes al cielo va a volver de la misma manera como le han visto ir al cielo”. Para mi esta representa un llamado a la acción. Fue la hora de empezar con la misión que Jesús les ha dado. Ya basta con el temor y el pensar. Es el momento para actuar. “¡Te toca!”
En nuestra Segunda Lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios (1:17-23) las palabras de San Pablo nos ayudan a darnos cuenta quien es Jesús, y quienes fueron sus discípulos. El es el Hijo de Dios, resucitado de entre los muertos. Toda autoridad y todo poder fueron dados a él, el es “la cabeza sobre todas las cosas de la Iglesia, que es su cuerpo”.
En cada una de las lecturas esta semana hay otra cosa que las une: el Espíritu Santo. En la Primera Lectura escuchamos que los discípulos van a recibir “instrucciones por el Espíritu Santo a los apóstoles quienes el ha elegido”. El les dice a seguir en Jerusalén hasta ser “bautizado por el Espíritu Santo”. En la Segunda Lectura San Pablo nos dice que el Espíritu nos dará “la sabiduría y la revelación, resultando en el conocimiento de Jesucristo”. En el evangelio, Jesús asegura a sus discípulos que el va a “enviar sobre ustedes la promesa de mi Padre”. Esta es el Espíritu Santo”.
Si Jesús nos llama y nos envía para ser sus testigos, el no va a dejarnos solos, abandonados ni olvidados. El va a darnos el Espíritu Santo para guiarnos, para darnos vida y para iluminar nuestras mentes. El no va a dejarnos mal preparados para nuestra misión, sino más bien va a acompañarnos y hacernos fuertes por compartir esa vida de Dios con otros. Volviendo a mi cuento, tenemos que acercarnos a otros y tocarles con el regalo de la fe, y decirles, “Ahora, ¡te toca! Ahora, tienes que compartir la Buena Nueva con otros”.
Dos palabras que usamos de la misma manera son ‘discípulo’ y ‘apóstol’. ¡No son la misma cosa! Un ‘discípulo’ es uno que escucha, uno sentado a los pies del maestro, uno que sigue una cierta ‘disciplina’ para ser como el maestro. Un ‘apóstol’ es un discípulo exitoso que ahora está enviado para compartir lo que ha visto, ha escuchado y ha experimentado.
No podemos ser un ‘discípulo’ para siempre, en el sentado de sentados a los pies del maestro y estar inactivo y no comprometido. Siempre vamos a ser un ‘discípulo’ de Jesús, pero el fruto de esa vida de Cristo es volverse un ‘apóstol’. A veces no queremos tomar el próximo paso, ese compromiso, para ser un ‘apóstol’, para dar testimonio a Cristo y compartir su Buena Nueva. Tal vez miramos a otros y pensamos y pensamos o decimos “Son mejores preparados que yo”, “Yo no soy nadie”, “No puedo hacer nada para Jesús”. Esto es un escape de un cobarde para muchos para mucho tiempo. Al declararnos y dar testimonio a Jesús vamos a descubrir que estamos preparados, somos alguien, y podemos hacer algo para Jesús. El Espíritu Santo va a darnos la sabiduría y la valentía. El va a ayudarnos a encontrar las palabras que van a tocar la mente, el corazón y el alma de la otra persona. Nuestro compartir de fe, nuestro testimonio va a ser un testimonio vivo de Jesús a ellos. No tenemos que citar la Escritura o del Catecismo de la Iglesia Romana Católica, sino cuando un corazón habla al corazón el Espíritu va a bendecirnos.
En nuestras casas, en nuestro trabajo, en nuestro colegio, y con nuestros amigos debemos querer a compartir nuestra fe, si creemos de verdad que es una cosa buena, que es una cosa santa, que puede sanarnos y salvarnos, que puede levantarnos y darnos una nueva vida. Si creemos de verdad, es natural que nos acercamos a otros y tocarles con el amor de Dios y la verdad y decirles, “Ahora, ¡Te toca!” “Ahora es el tiempo para ti para abrazar esta fe en Jesucristo y volverse un ‘discípulo’, y prepararnos para volverse su ‘apóstol’ y ‘tocar’ a otros.”
Esto, para mí, es el mensaje de las lecturas de este fin de semana. Dios depende en nosotros para compartir su Buena Nueva, y volver su Buena Nueva. No podemos ser como los primeros discípulos y solamente mirar al cielo. En este Domingo de la Ascensión estos mismos ángeles vienen a nosotros como los seguidores de Jesús y decir, “¡Te toca!”
Obispos mártires de Rumanía / Crédito: Fotos de cortesía

7 obispos mártires proclamados beatos en Rumanía

Este domingo 2 de junio el Papa Francisco preside la ceremonia de beatificación de los siete obispos de la Iglesia Greco Católica de Rumanía que fueron asesinados por la dictadura comunista entre 1950 y 1970.
La ceremonia se llevó a cabo durante la celebración de la Liturgia Divina en Blaj, en la región de Transilvania (Rumanía).
El postulador de las causas de beatificación de los obispos y vicerrector del seminario rumano en Roma, Padre Vasile Man, dijo a CNA -agencia en inglés del Grupo ACI- que “es un honor” que la beatificación sea proclamada por el Papa Francisco.
Además, la calificó como signo del reconocimiento por parte de la Santa Sede de los más de 40 años que laicos, sacerdotes y obispos de la Iglesia greco-católica en Rumanía sobrevivieron bajo tierra mientras eran encarcelados, perseguidos y proscritos por el régimen comunista.
Cada uno de estos obispos fue arrestado y recluido en prisiones y campos hasta que murieron, a menudo por aislamiento, frío, hambre, enfermedad o trabajo manual duro. La mayoría nunca fue juzgado ni condenado, y fueron enterrados en tumbas sin marcar, sin Misas de exequias.
El martes 19 de marzo de 2019 el Papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos promulgar el decreto que reconoció el martirio de los obispos Valeriu Traian Frentiu, Vasile Aftenie, Ioan Suciu, Tit Liviu Chinezu, Ioan Balan, Alexandru Rusu y Iuliu Hossu, asesinados por odio a la fe en diferentes lugares de Rumanía entre 1950 y 1970.
Como otros países del este de Europa, Rumanía fue ocupada por tropas soviéticas durante la Segunda Guerra Mundial. De ese modo, el país pasó de una dictadura fascista en la órbita de la Alemania nazi y a una dictadura comunista bajo el control de la Unión Soviética.
El comunismo en Rumanía duró hasta el derrocamiento del dictador Ceausescu en 1989.
Valeriu Traian Frentiu, Obispo de Oradea primero, y luego Administrador Apostólico de la Archidiócesis de Alba Iulia y Fagaras, fue arrestado el 28 de octubre de 1948 por el régimen comunista. Fue recluido en el campo de concentración de Dragoslavele, luego en el Monasterio de Caldarusani -convertido en centro de reclusión-, y, desde 1950 en el centro penitenciario de Sighetul Marmatiei.
En esta última cárcel no soportó las duras condiciones de la prisión y falleció el 11 de julio de 1952. Su cuerpo fue enterrado sin féretro en una fosa común.
Vasile Aftenie fue Obispo de Ulpiana. Fue arrestado el 28 de octubre de 1948 por las autoridades comunistas y trasladado primero a Dragoslavele y luego al campo de concentración construido en el Monasterio de Caldarusani, donde fue torturado y mutilado. Por último, fue encarcelado en la prisión de Vacaresti, donde murió el 10 de mayo de 1950.
Ioan Suciu fue Obispo Auxiliar de Oradea Mare y más tarde Administrador Apostólico de la Archidiócesis de Alba Iulia y Fagaras, junto con el Obispo Valeriu Traian Frentiu. Fue arrestado el 28 de octubre de 1948 y siguió el mismo recorrido que los otros obispos: primero sufrió prisión en Dragoslavele y luego en el Monasterio de Caldarusani.
En 1950 lo trasladaron a la cárcel de Sighetul Marmatiei, donde fue torturado y abandonado entre enfermedades e inanición. Murió el 27 de junio de 1953 y enterrado en una fosa común.
Tit Liviu Chinezu fue arrestado el 28 de octubre de 1948 junto a otros sacerdotes y Obispos y trasladado al Monasterio de Neamt. Después lo trasladaron a la cárcel de Caldarusani donde, el 3 de diciembre de 1949, recibió la ordenación episcopal de otros obispos prisioneros.
Cuando la noticia de la ordenación llegó a las autoridades comunistas, el nuevo Obispo fue trasladado al centro penitenciario de Sighetul Marmatiei. Allí padeció una grave enfermedad por culpa de los trabajos forzados, el hambre y el frío. Murió el 15 de enero de 1955 y fue enterrado en una fosa común.
Ioan Balan fue consagrado Obispo de Lugoj en 1936 y más tarde fue nombrado Metropolita. Fue arrestado el 28 de octubre de 1948 y recluido en Dragoslavele y luego en el Monasterio de Caldarusani.
En mayo de 1950 fue trasladado al centro penitenciario de Sighetul Marmatiei. En 1956 fue trasladado al Monasterio de Ciorogarla donde enfermó gravemente. Murió el 4 de agosto de 1959.
Alexandru Rusu fue Obispo de Maramure y Metropolita. El 28 de octubre de 1948 las autoridades comunistas lo deportaron a Dragoslavele y, como otros obispos católicos, más tarde al Monasterio de Caldarusani y al centro penitenciario de Sighetul Marmatiei. Trasladado posteriormente a otras prisiones, enfermó y murió el 9 de mayo de 1963.
Iuliu Hossu fue Obispo de la Eparquía Greco-Católica de Gerla, en Transilvania. El 28 de octubre de 1948 fue arrestado por el gobierno comunista y deportado a Dragoslavele. Luego fue trasladado al Monasterio de Caldarusani y más tarde a la cárcel de Sighetul Marmatiei.
Tras pasar por otros centros de reclusión lo trasladaron de nuevo al Monasterio de Caldarusani. Permaneció encarcelado hasta su muerte el 28 de mayo de 1970.
Fuente: ACI Prensa.P. George Vineeth. Foto: Facebook Vineeth George

Sacerdote católico recibe premio “Mejor ciudadano de la India”

El Padre Vineeth George, sacerdote católico claretiano de 38 años, recibió en Bangalore el premio “Mejor ciudadano de la India” en reconocimiento a su labor con los marginados en la zona norte del país asiático.
La ceremonia de premiación se realizó el 16 de abril y fue organizada por la International Publishing House, una casa editora especializada en textos biográficos.
“Mi vocación es un don nacido durante mi infancia. Siempre pensé en tener que usar los talentos que Dios me dio en provecho de la Iglesia”, dijo el sacerdote en declaraciones a Asia News.
El Padre George nació en Hyderabad y fue ordenado sacerdote en enero de 2014. Se formó en la Loyola Academy, gestionada por los jesuitas. Fue “en ese periodo en que mi vocación se vio reforzada”, comentó.
Pasó luego al Matrusri Institute de estudios de postgrado y a la Universidad Jain Deemed. Vineeth George trabajó después en la Dell Computer Corporation, en General Electric y fue también subdirector del famoso diario Deccan Chronicle. Asimismo trabajó en el ministerio de energía del Gobierno indio. “Yo era muy apreciado por mi profesionalidad”, indicó.
Después de un tiempo dejó todo e ingresó al seminario convencido de la necesidad de servir al prójimo como sacerdote. “Gracias a Dios también siendo solo un seminarista, en 2006 mis superiores me eligieron para enseñar administración en el St. Claret College. Un año después de mi ordenación fui nombrado subdirector del college y mantuve el cargo hasta diciembre de 2018”.
“Desde enero sigo el doctorado en comportamiento organizativo en el Indian Institute of Technology de Hyderabad, uno de los centros de estudios superiores más reconocidos de todo el país”, explicó el sacerdote.
Entre sus labores al servicio de los más necesitados, el Padre George también laboró como maestro en un centro de formación profesional “en un área remota del distrito de Rewari, en Haryana, que hace parte de la Arquidiócesis de Delhi”.
Explicó que “la escuela se encuentra en un área donde solo viven hindúes, donde no hay presencia cristiana. El centro acoge a 30 jóvenes que dejaron los estudios: las mujeres siguen cursos de estética y los hombres estudian para ser electricistas y gasfiteros”.
Después de su ordenación sacerdotal, continuó, “mi primer encargo fue en el distrito de Garwha, en el estado de Jharkhand. Fui asistente del párroco de la iglesia de St. Peter, en la Diócesis de Daltonganj. Allí enseñé inglés a los niños tribales que iban a la escuela que estaba junto a la parroquia”.
Ahora, además del doctorado, el Padre George realiza algunas actividades pastorales en la Arquidiócesis de Hyderabad y en la Diócesis de Shamshabad.
La Iglesia Católica tiene aproximadamente 17.3 millones de fieles en la India, que representan menos del 2% de la población total que es unos 1340 millones de habitantes, de los cuales casi el 80% profesa el hinduismo.
Fuente: ACI Prensa.

En nombre del Padre

[Visto: 783 veces]

Evangelio según San Juan 14,23-29.
Jesús le respondió: “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él.
El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió.
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.»
Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!
Me han oído decir: ‘Me voy y volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Había una vez un rey que ofreció un premio al artista que iba a pintar la mejor foto de la paz. Muchos artistas lo intentaron. El Rey miró todas las fotos, pero sólo había dos que realmente le gustaba y tenía que elegir entre ellos. Una foto era de un lago tranquilo. El lago era un espejo perfecto, para las montañas imponentes de paz estaban a su alrededor. Tenía un cielo azul con nubes blancas esponjosas. Todos los que vieron esta foto pensaron que era una foto perfecta de la paz.
La otra foto tenía montañas también. Pero, estos eran robustas y desnudas. Arriba era un cielo enojado de la que cayó la lluvia y en que rayo se exhibiste. Al lado de la montaña cayó una cascada de espuma. Esto no se vio tranquilo en absoluto. Pero, cuando el rey miró, vio detrás de la cascada un pequeño arbusto creciendo en una grieta en la roca. En el arbusto, una madre pájaro había construido su nido. Allí, en medio de la prisa del agua enojada, se sentó la madre pájaro en su nido… Paz perfecta. ¿Qué foto crees que ganó el premio? El Rey eligió la segunda foto. “Porque -explicó el rey- la paz no significa estar en un lugar donde no hay ruido, problemas, ni trabajo duro. La paz significa estar en medio de todas esas cosas y aun así estar tranquilo en tu corazón. Ese es el verdadero significado de la paz”.
Hoy, en el Evangelio (Juan 14:23-29) Jesús nos habla de la paz. Él va a “dejar” su paz con ellos, él les “dará” su paz. Y él distingue que esta es una paz que el mundo no puede dar. Cuando me di cuenta de qué tipo de paz podría estar hablando Jesús, reconocí que a veces en el mundo y entre amigos puede haber una paz tensa o incómoda. O, incluso en nuestros propios corazones, no podemos sentir una paz ‘Real’. La verdadera paz de Cristo, creo, sólo viene de aceptar el amor y la verdad de Dios. Si podemos aceptar que somos amados por Dios, y que él está con nosotros siempre, que nos da la paz. Cuando podemos aceptar la verdad que Jesús revela sobre la vida, y sobre el sufrimiento, la muerte y la resurrección, y buscamos vivir esa verdad, entonces vamos a tener paz. Si hay una falta de amor o verdad en nuestro corazón, entre amigos, o entre naciones, la verdadera paz de Cristo no prevalecerá. Esta verdadera paz de Cristo nos permite experimentar la libertad del miedo y la duda. Es por eso que Jesús dice: “no dejes que tus corazones tengan problemas o miedo”. Si abrazamos su amor y verdad, vamos a vivir en paz y compartir esa paz con los demás.
En nuestra primera lectura de los actos de los apóstoles (15:1-2, 22-29) podríamos decir que estamos siendo testigos del primer tratado de paz cristiana. A medida que más y más gentiles vinieron a aceptar a Cristo y ser bautizados, un desacuerdo creció acerca de lo mucho que estos nuevos conversos tuvieron que seguir las costumbres y prácticas judías. Ellos escribieron que entendieron en este debate que su “Paz de la mente” había sido “perturbado” por lo que, inspirados por el Espíritu Santo, Pablo y Bernabé, unidos a Judas y Silas, fueron enviados a Jerusalén para hablar con el apóstol Pedro, así como los otros apóstoles y líderes que se reunieron allí para tomar una decisión. La gracia del Espíritu Santo prevaleció, no las voluntades humanas, y se decidió que los no judíos no tenían que aceptar las costumbres y prácticas judías, sólo las establecidos por Jesús. En amor y verdad, la paz prevaleció.
En nuestra segunda lectura del libro de Apocalipsis (21:10-14, 22-23) Jesús es revelado como la fuente de la “Luz”. Juan proclama a Jesús para ser el “Cordero”, cuya luz establece el reinado de Dios sobre el Tierra, y en los cielos. En esa luz de Cristo, buscamos la paz, basada en el amor y la verdad.
Para cada uno de nosotros la paz adquiere un significado diferente. Para una madre joven, la paz serían las pocas horas que su hijo duerme pacíficamente. Para el ejecutivo ocupado, la paz puede ser el día en que el servicio telefónico no funciona y él o ella pueden trabajar durante todo el día sin ser molestado por las llamadas telefónicas. Para los padres, al final del día, la paz podría ser la noche sin una pelea o pelea entre sus hijos.
Pero la paz no es sólo algo a nuestro alrededor, o creado o destruido por los que nos rodean, sino esa quietud tranquila y satisfacción que tenemos en nuestro propio corazón, mente y alma. Mientras que tenemos poco, o no, control sobre esas perturbaciones de la paz en nuestro medio ambiente, tenemos el control sobre la falta de paz dentro de nosotros. Esto se refleja en la historia con la que empecé la homilía: la paz en medio del ruido y la actividad, la paz en medio de la inseguridad de un frágil nido posicionado en un lugar de potencial peligro. Recuerda las palabras del rey: “la paz no significa estar en un lugar donde no hay ruido, problemas, ni trabajo duro. La paz significa estar en medio de todas esas cosas y aun así estar tranquilo en tu corazón. Ese es el verdadero significado de la paz”. Esa es la paz que Dios quiere que tengamos, una paz dependiente de lo que está dentro, viniendo de su amor y verdad.
Para mí, una de las fuentes de la paz es la seguridad de saber quiénes somos ante Dios. Puede que tengamos muchos roles, títulos y funciones diferentes, pero nuestra verdadera y básica dignidad y valor viene de ser hijos de Dios: amado, salvado, llamado, y enviado. Cuando tenemos expectativas realistas de nosotros mismos -conociendo nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades- podemos encontrar la paz sabiendo que estamos haciendo lo mejor que podemos, estamos utilizando nuestro tiempo, talentos y tesoro a la mejor de nuestras habilidades, y estamos constantemente creciendo en nuestra auto-conciencia, nuestras relaciones con otras personas, y nuestra vida con Dios. Saber quién soy y en qué dirección voy puede traer la paz, en un mundo donde muchos están perdidos y confundidos.
La oración es un instrumento vital de la paz. Cuando oramos, no solo le decimos a Dios lo que queremos que oiga, sino que esperamos que encontremos un tiempo en silencio para escuchar lo que Dios quiere decirnos. Él puede decirnos cuán preciosos somos para él y darnos valor para continuar. Él puede querer calmar nuestros temores con la promesa de su gracia. Él puede querer darnos una buena patada para que no sintamos lástima por nosotros mismos, y para darnos cuenta de cuán bendecidos somos. Él puede querer mostrarnos cómo hemos fallado en amar lo suficiente, y darnos pena por nuestros pecados, y la gracia de hacerlo bien. Si realmente escuchamos a Dios y respondemos a las gracias y bendiciones que nos da en las oraciones, nuestra paz aumentará. Es posible que nuestros problemas no desaparezcan, que no seamos transformados durante la noche, que otras personas no cambien como nos gustaría, pero estaremos más seguros de que Dios está con nosotros, y que si estamos respondiendo a su gracia, su voluntad puede sentirse satisfecho.
No es suficiente, como seguidores de Jesús, experimentar la paz, pero también tenemos que crear paz. Ahí es donde entra el Abogado que Jesús promete, el Espíritu Santo. Si nos dirigimos sinceramente a Dios y le pedimos al Espíritu Santo que nos ayude, trabajaremos por la paz en nuestras familias, en el trabajo, en la escuela y entre nuestros amigos. Esto puede implicar aprender cuándo hablar y cuándo guardar silencio, cuándo empujar y cuándo retroceder, cuándo abrazar y cuándo alejarse. El amor y la verdad que buscamos pueden ser ilusorios en el momento en que la paz se nos haya escapado, pero oramos para que el Espíritu Santo nos brinde esa luz de Cristo y que encontremos las palabras correctas y los gestos adecuados para demostrar que no sólo los amamos, pero Dios los ama; que no entendamos, sino que Dios entiende; que no solo perdonemos, sino que Dios perdone; y que no solo estamos de su lado, sino que Dios está de su lado. Entonces, todos nuestros corazones no serán perturbados ni temerosos, y su paz reinará en nuestros corazones, en nuestros hogares y comunidades, en nuestras Iglesias y escuelas, y en todo el mundo, dando testimonio de Jesús, el Príncipe de la Paz. Entonces nuestra paz será como la del ave madre en la pintura, en medio de la confusión y el caos, la incertidumbre y el miedo.

Como yo los he amado

[Visto: 873 veces]

Evangelio según San Juan 13,31-33a.34-35.
Después que Judas salió, Jesús dijo: “Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: ‘Adonde yo voy, ustedes no pueden venir’.
Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Una de las actividades en que he participado en la Universidad fue el coro de la Misa el domingo en la noche. No solamente nuestra participación ha contribuido a la liturgia, sino hemos disfrutado de nuestro tiempo juntos. Estoy todavía en contacto con algunos de ellos. Hubo una mujer joven en particular que fue mi amiga, los dos hemos estudiando la geografía y la geología, y hemos sufrido juntos por las clases y las horas en el laboratorio. Después de la graduación ella fue lejos para estudiar educación, y yo fui a la Universidad de Western Ontario para estudiar la teología. Hemos mantenido contacto, y estaba feliz de escuchar que se ha enamorado. Después de su matrimonio fueron a vivir en Toronto, y yo fui a visitarles. Fui tan sorprendido de ver como ella ha cambiado, en términos de la confianza y su entusiasmo para la vida. El amor de ese hombre ha cambiado su vida. Creo que ella ha pensado que nadie iba a amarla para casarse y tener a hijos.
El amor tiene el poder de transformar. Nuestro evangelio hoy (Juan 13:31-33ª, 34-35) nos habla sobre el poder del amor. Jesús está diciendo a los discípulos que se amen. Pero sus palabras tiene un nuevo sentido y poder cuando el añade “como yo los he amado”. Con cinco palabras el ha elevado las expectativas sobre lo que es el amor. No es un amor ‘dulce’ de una canción de amor o una tarjeta. Esto es un amor inspirado y bendecido por Dios. Esto es un amor incondicional que no sabe barreras ni obstáculos. Esto es un amor que sana y salva. Este es un amor que nos levanta. Este es un amor expresado en la cruz de Jesús, un completo darse. Estoy seguro que todos tenemos ‘grados’ de amistad con otros. Hay alguna gente que puede ser un ‘conocido’, mientras en otras personas tenemos más confianza y compartimos con ellos nuestras vidas, y luego usualmente un pequeño grupo de amigos que nos conocen muy bien y con quien compartimos nuestros pensamientos y sentimientos íntimos. Luego el nos dice que este amor –inspirado y bendecido por Dios– será la señal que somos sus seguidores.
En nuestra Primera Lectura de los Hechos de los Apóstoles (14:21-27), Pablo y Bernabé cuentan sobre sus muchos viajes y el ministerio de predicar la Buena Nueva en varias ciudades. Mucha gente ha respondido y vino a creer en Jesús. Una de las señales de la presencia de Dios en la antigua comunidad cristiana fue el amor entre ellos. Hubo gente de varios tribus y pueblos, algunos de ellos habiendo sido enemigos, abrazando la misma fe en Jesucristo, viviendo en comunidad, compartiendo sus recursos, y cuidándose. Esto es un darse total, y el amor les ha sanado y les ha salvado. Sus divisiones y sus diferencias se han ido, y son unidos en Jesús: uno en el amor, y uno en la verdad.
En nuestra Segunda Lectura del Libro de Apocalipsis (21:1-5ª), escuchamos la Buena Nueva que Dios “ahora todo lo hago nuevo”. La misión de Jesús fue cumplida en este nuevo cielo y nueva tierra, en que son el amor y la armonía. Dios está con su pueblo, y el pueblo responde a Dios por el amor. Son renovados y salvados. Son perdonados y levantados.
Somos una parte de esta nueva creación. Dios tiene el poder de transformarnos por amarnos, salvándonos, llamándonos, y enviándonos. Este mandato de “amarse” nos lleva, en primer lugar, a reconocer cuanto somos amados por Dios y por otros. En nuestra condición humana, esto no es fácil, como a veces nuestro amor puede ser condicional, incompleto, y hasta manipulador. Esto no es el tipo del amor sobre que Jesús nos habla. Su amor es incondicional, completo y desinteresado. Cuando reconocemos, aceptamos y valoramos este amor estamos transformados, con nuevos pensamientos, sentimientos y experiencias de ser amados, con derecho a sentirnos especiales, y vernos como dotados. Esta nueva experiencia nos abre para amar más incondicional, completamente, y desinteresadamente. De repente nos libramos de la necesidad de ser competitivos, fanfarrones, o crueles con otros. De repente nos vemos como hermanos y hermanas, no como competidores. La armonía y la comprensión se vuelven importantes a nosotros. La humildad se vuele un gol para adquirir, para evitar ver nuestro valor y dignidad sobre lo que poseemos. El amor de Dios no está asociado con lo que poseemos, el trabajo que tenemos, o cuanto dinero tenemos. Su amor es un regalo gratuito porque el nos ha creado, y pertenecemos a él. El no puede olvidarnos, negarnos ni abandonarnos. Somos parte de él, y el es parte de nosotros. Cualquier padre de familia sabe este sentimiento intimo en relación a su hijo.
Estas palabras de Jesús: “como yo les he amado”, deben venir a nuestra mente durante el diario vivir, para animarnos a amar a los miembros de la familia, a los amigos, a los compañeros de trabajo y del colegio. A veces particulares situaciones y circunstancias llaman por más amor, un amor que puede decir que tenemos que cargar una carga que tal vez no es completamente nuestra, sino porque la otra persona es incapaz o no puede sostenerla en este momento. Cargamos la carga, como Jesús ha cargado la cruz, y luego Simón de Cirene lo hizo, para que otros pueden avanzar y responder al amor que esperamos con paciencia y esperanza. Puede aparecer que estamos escapando, sino es por amor que les mostramos el poder y la profundidad de nuestro amor, y queremos inspirarlos para reconocer, aceptar y modelar este amor. Tal vez puede ayudarnos a mirar atrás en nuestras vidas y recordar los momentos cuando alguien ha cargado la cruz para nosotros –fue nuestro Simón de Cirene– y nos ha ayudado a ver lo que es el amor verdadero, y nos ha ayudado a alcanzar a sentir y expresar tal amor. Tal amor resulta en una consciencia significante y crecimiento en nuestra habilidad y confianza para saber que podemos amar a un nivel más profunda, de una manera más como Cristo.
Todos buscamos el amor. Todos queremos el amor. Pero hay un precio, especialmente si queremos amar como Dios nos ama, y estamos dispuestos de seguir el ejemplo de Jesús y permitir que nuestro amor sana, transforma, y salva a otros. Luego vamos a cumplir la voluntad, y el mandato, de Jesucristo: “ámense…como yo les he amado”. 

Opus Dei - Homilía en la beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri

Homilía en la beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri

«Vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5, 14).
Queridos hermanos y hermanas:
Al escuchar estas palabras de Cristo dirigidas a los discípulos, y que hoy nos han sido proclamadas, el temor casi se ha apoderado de nosotros. Querríamos enseguida responder al Maestro: ¡la luz del mundo eres tú! De hecho, nos viene a la mente lo que Él ha dicho de sí mismo: «Yo soy la luz del mundo… el que me sigue… tendrá la luz de la vida» (Jn 8, 12). Sin embargo, esta página del evangelio nos recuerda que Cristo dice que también nosotros somos luz en el mundo, porque la hemos recibido de Él, que ha venido al mundo no solamente para “ser la luz”, sino para “dar la luz”, para comunicarla a las mentes y los corazones de cuantos creen en Él. Jesús quiere de nosotros precisamente esto, cuando dice “vosotros sois la luz del mundo”. De hecho añade: «No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa» (Mt 5, 14-15).
Tenemos pues una tarea. Tenemos una responsabilidad por el don recibido: la responsabilidad sobre la luz que nos ha sido transmitida. No podemos solamente apropiarnos de ella y guardarla únicamente para nosotros, sino que estamos llamados a comunicarla a los demás, a donarla; debemos hacerla brillar «ante los hombres» (v. 16).
De esta verdad era consciente la beata Guadalupe. Ella es para nosotros un modelo de cómo mostrar esta luz que es Cristo y cómo transmitirla a los hermanos. Nos encontramos, en efecto, ante una mujer cuya vida ha sido iluminada solo por la fidelidad al Evangelio. Poliédrica y perspicaz, ha sido luz para aquellos que ha encontrado a lo largo de su existencia, mostrando un coraje y una alegría de vivir que procedían de su abandono en Dios, a cuya voluntad se conformaba día tras día, y cuyo descubrimiento la hizo testigo valiente y anunciadora de la Palabra de Dios. La fuente de su fecunda vida cristiana fue su íntima y constante unión con Cristo. Su diálogo con Dios, ya desde jovencita, era continuo y se realizaba singularmente mediante una intensa vida sacramental y prolongados tiempos de recogimiento: la Santa Misa y la confesión eran los pilares de su vida espiritual. El rezo del rosario, recitado con gran devoción, era el signo evidente de su profundo vínculo con la Madre de Dios, a cuya intercesión solía confiarse. Guadalupe ha recorrido un camino de oración completo y maduro, que la llevó a experimentar en modo profundo y místico la presencia del Señor y su amor misericordioso. En efecto, es de la contemplación del misterio pascual de donde brotó la luz de la verdad que guió sus pasos. La misma luz la convirtió en una “lámpara” puesta “en el candelero y que alumbra a todos los de la casa” (v. 15).
La cruz no tardó en aparecer en su vida. En el terrible período de la guerra civil aceptó con heroica fortaleza, fruto de una fe, esperanza y caridad también heroicas, el trágico fusilamiento de su padre, los peligros del conflicto armado, el alejamiento de Madrid, la pobreza y la interrupción de los estudios. En medio de tanto desierto espiritual y material tuvo lugar el encuentro que daría un giro total a su existencia. Tocada por la “gracia”, que experimentó durante una misa dominical, sintió el deseo de encontrar a alguien que le ayudase a hallar respuestas más profundas a sus exigencias espirituales y así, mediante un amigo, entró en contacto con el fundador del Opus Dei. El encuentro supuso un paso decisivo hacia una vida de total entrega a Dios. Incorporada a la Obra, se mostró disponible, con ánimo entusiasta y generoso, a comunicar a todos y en todas partes la alegría del descubrimiento de la “perla preciosa”, la de el evangelio,y comenzó a desarrollar un intenso apostolado en distintos lugares, estrechando con facilidad y por todas partes lazos de amistad con jóvenes, que eran edificadas con su fe, su piedad, su caridad y su alegría sana y contagiosa. Había ya comprendido que la unión con Dios no podía limitarse al momento de la oración en una capilla, sino que toda la jornada se presentaba como una ocasión para intensificar su trato con el Señor. Una característica espiritual suya era de hecho la de transformar en oración todo lo que hacía. Al respecto, le gustaba repetir que era necesario caminar con «los pies en la tierra pero mirando siempre al cielo, para ver luego más claro lo que pasa junto a nosotros» (Informatio, Sec. II, Biographia documentada, p. 46).
Cuando el fundador, Escrivá de Balaguer, le preguntó si estaba dispuesta a ir a México para implantar la Obra, aceptó enseguida y con alegría. Ya no tenía ningún otro interés que el de ser un instrumento dócil en las manos de Dios. Para superar las comprensibles dificultades familiares, y prepararse espiritualmente para cumplir cuanto Dios le pedía, se encomendó a Nuestra Señora de Guadalupe. En México, su trabajo apostólico se basaba en el amor de Dios, que se traducía en una vida de piedad y de abandono en su manos y en el celo misionero; se preocupaba antes que nada de formar bien a las recién llegadas; insistía en la necesidad de la perseverancia; edificaba con su espíritu de oración, de sobriedad y de penitencia; era evidente que trabajaba solo para la gloria de Dios y para la extensión de su Reino.
Destinada a Roma, con responsabilidades de gobierno, fue obediente, humilde y alegre como siempre, dedicándose al trabajo de oficina y a la oración. Tras regresar a España, retomó las tareas de enseñanza y de formación de las jóvenes de la Obra: fue el tiempo de un compromiso decidido, constante, generoso y gozoso por vivir siempre con más radicalidad el Evangelio; fue una respuesta consciente al amor de Dios, del cual ella se sentía revestida, sobre todo en los momentos más trágicos de su existencia, con el propósito de ser santa y, siguiendo la espiritualidad del Opus Dei, animada por un fuerte deseo de implicar al mayor número posible de hermanos y hermanas en la misma aventura.
La beata Guadalupe ha sabido ser, en cada circunstancia, un don para los demás, cuidando especialmente la formación de las estudiantes y dedicándose a la investigación científica para promover el progreso de la humanidad. Además, su corazón estuvo siempre abierto a las necesidades del prójimo, traduciéndose esto en una actitud de acogida y comprensión. En toda circunstancia demostró ser una mujer fuerte. Su fortaleza era particularmente evidente en las dificultades, en la realización de nuevas obras apostólicas, en la evangelización de frontera y, sobre todo, en saber aceptar pacientemente los sufrimientos físicos, que le condicionaban seriamente la vida diaria. Todo lo supo aceptar sin reservas y sin lamentarse, transformando la enfermedad en preciosa ofrenda al Altísimo y en una ocasión de profunda unión con el Crucificado.
La nueva beata nos comunica a nosotros, los cristianos de hoy, que es posible armonizar la oración y la acción, la contemplación y el trabajo, según un estilo de vida que nos lleva a fiarnos de Dios y a sentirnos expresión de su voluntad, la cual hay que vivir en todo momento. Además, nos enseña que bello y atrayente es el poseer la capacidad de escuchar y una actitud siempre alegre incluso en las situaciones más dolorosas. Guadalupe se presenta así ante nuestros ojos como un modelo de mujer cristiana siempre comprometida allí donde el designio de Dios ha querido que esté, especialmente en lo social y en la investigación científica. En definitiva, fue un don para toda la Iglesia y es un ejemplo valioso a seguir.
Su riqueza de fe, esperanza y caridad es una admirable demostración de cuanto el Concilio Vaticano Segundo ha afirmado sobre la llamada de todos los fieles a la santidad, especificando que cada uno persigue este objetivo «siguiendo su propio camino» (Lumen gentium, 41). Esta indicación del Concilio encuentra hoy una realización cumplida con la Beatificación de esta mujer, a cuya oración e intercesión recurrimos para que seamos siempre mejores testigos de la luz de Cristo y lámparas que iluminen las tinieblas de nuestro tiempo.
Sí, invoquémosla: ¡Beata Guadalupe, ruega por nosotros! 

El Papa y la prensa

Por Mariella Balbi– Diario EXPRESO.
Las palabras del Papa Francisco en una entrevista sobre el comportamiento de la prensa caen como anillo (papal) al dedo para el singular desempeño de los medios en nuestro país. A decir de muchos, incluye diversas posiciones, el periodismo local se volvió un partido político más, experto en campañas, denigraciones, seguidor ferviente de psicosociales. En suma, para buen número de ciudadanos es muy parecido a lo ocurrido en la época de Fujimori y Montesinos. A la prensa la mueven intereses económicos y políticos.
Esto surgió con los audios de Los Cuellos Blancos del Puerto, que pusieron en vilo al país. Luego vino la demolición contra el ex fiscal de la Nación Gonzalo Chávarry, el ungimiento de dos fiscales anticorrupción, un carnaval desagradable y macabro que terminó con el linchamiento mediático del expresidente Alan García incluso luego de su muerte.
Previamente sufrimos la arremetida semanal y diaria contra el Congreso. En buena cuenta, el nuevo Perú que quiere endilgarnos este régimen -no elegido por el voto popular– destruyendo la institucionalidad, no sería posible si no contara con el apoyo sólido de la prensa nacional.
Dice el Papa que los medios tienen cuatro actitudes que amenazan permanentemente a los ciudadanos: 1) “La desinformación. Doy la noticia pero solo la mitad. La otra mitad no la doy… eso es desinformar”. 2) “La calumnia. Hay medios de comunicación que calumnian sin problema. Tiene tanto poder frente a la masa, a la gente que puede calumniar impunemente”.
El Papa tiene razón. Cuando uno le pregunta a las personas: “¿De dónde saca eso?”, responden: “lo vi en televisión”, “lo leí en tal portada”. Recordemos que las portadas en la época de Montesinos eran una herramienta fundamental para calumniar. Siempre preciso, el Papa refiere que nadie le hará juicio a los medios. Todos saben que es una causa perdida.
3) La tercera actitud es la difamación. “Toda persona tiene derecho a la buena reputación. Si hace veinte años diste un resbalón y pagaste la pena, eres una persona sin mancha. Los medios de comunicación no pueden sacarte una historia que está superada y bien pagada ya”.
4) “La coprofilia. Es arriesgado decirlo pero es verdad: el amor a la cosa sucia. Literalmente el amor a la caca. Generar escándalo… eso vende”. Algo ingenuamente, el Papa concluye que si superamos estos extremos, la comunicación humana sería mejor.
Lo mencionado por el pontífice es una cruda realidad. A los peruanos nos rebota cada día. Vemos con estupor la satanización de las personas que no son adictas al Gobierno, que son críticas. El régimen –dijo el premier– quiere construir un “nuevo país para el bicentenario” y limpiarlo de los partidos políticos existentes. Sin el favor de los medios ‘no la hacen’.

Vida eterna

[Visto: 726 veces]

Evangelio según San Juan 10,27-30.
“Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos.
Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Cometas volando en Bermudas el viernes santo es una actividad nacional. Hay una historia con la cual el famoso evangelista del mundo, Billy Graham, solía ilustrar que Dios está con nosotros, incluso cuando no somos conscientes de ello. Él predicó: “había un pequeño niño fuera para volar una cometa. Fue un buen día, el viento era rápido, y grandes nubes ondulantes estaban soplando a través del cielo. la cometa subió y hasta estaba completamente escondida por las nubes. Un hombre pasó y preguntó,” Qué estás haciendo?” el chico respondió: ” estoy volando una cometa “. “¿Volando una cometa?, el hombre dijo: “Cómo puedes estar seguro? No puedo ver la cometa”. “No”, dijo el chico, “No puedo verlo, pero cada vez que siento un tirón, ¡sé con seguridad que está ahí!”
Tal vez esa historia, y nuestro Evangelio (Juan 10:27-30) están relacionados en el sentido de que nosotros, “como oveja ” del señor Jesús, escuchamos “la voz” del buen pastor, pero sin embargo, no lo vemos con nuestros propios ojos. Nuestra experiencia nos dice que a pesar de que no lo vemos, sentimos su presencia, y nosotros “escuchamos su voz” en nuestra oración, que nos ayuda a “seguir”. Al igual que el hombre de la historia no vio la cometa, el chico le aseguró que estaba ahí arriba, ya que continuó sintiendo el tirón. Puede que no siempre sentimos esa presencia cercana de Dios, o fácilmente distinguir su “voz”, pero sabemos que él está allí no sólo por la revelación divina, sino por nuestras experiencias pasadas con Dios, cuando hemos sentido su ‘remolcador’. Él nos sigue llamando, a pesar de que no podemos reconocer su voz, o estar atentos a ello. Él nos llama porque es un llamado a la unión con él, y compartiendo en su vida y la vida de su rebaño, la iglesia.
La primera lectura, de los Hechos de los apóstoles (13:14, 43-52), da testimonio de cómo Pablo y Bernabé oyeron la voz de Jesús llamando, en primer lugar a la fe en él y ser sus discípulos, y luego a salir y compartir las buenas noticias con los demás, para ser apóstoles. Comenzaron a predicar las buenas noticias a sus compañeros judíos, pero no reconocieron la voz de Dios hablando a través de las palabras de Pablo y Bernabé. Ellos no estaban abiertos a la revelación de Jesús, crucificado y resucitado. Y así, Pablo y Bernabé se volvieron a los gentiles -los no creyentes en un solo Dios- y allí encontraron a un público receptivo. Tuvieron que hacer un salto tan gigantesco al primero de todos, creer en un solo Dios, y luego creer en Jesús. La gracia de Dios estaba activa, y las palabras de los mensajeros fueron inspiradoras, y así vinieron a abrazar la nueva vida de Dios revelada en Jesucristo.
La segunda lectura, del libro de Apocalipsis (7:9, 14b-17), habla tan bien a nosotros acerca de los fieles de Dios y el cordero que se sienta en el trono: Jesucristo. Él es el que “nos refugio” y “Pastores”: nosotros. Cuando lo escuchamos, nos lleva a una vida más profunda en él, y la vida de la gracia.
En nuestra condición humana a veces “escuchamos”, pero no “escuchamos”. He hecho esta distinción antes, porque la mayoría de nosotros no tenemos ningún problema con la capacidad de “escuchar”, pero eso no significa que “escuchemos” lo que escuchamos. En este sentido, ‘escuchar’ significa que reconozco y sigo lo que ‘escucho’.
En el evangelio, Jesús dice que “Mis ovejas oyen mi voz”. Podemos “escucharlo”, pero eso no significa que siempre estemos “escuchando”. Nuestro desafío es admitir que necesitamos escuchar a Jesús, que él es el Maestro, el Mesías, nuestro Salvador. Con demasiada frecuencia mantenemos a Jesús a distancia y queremos hacer las cosas a nuestra manera, aunque intelectualmente podemos decir que seguimos a Jesús. Algunas veces queremos dejar entrar a Jesús en nuestras vidas, en nuestros pensamientos, sentimientos, palabras, acciones y decisiones, pero solo parcialmente, para que podamos mantener el control. Al igual que las ovejas que se pierden, al no escuchar a nuestro pastor, Jesucristo, nosotros también podemos desviarnos fácilmente de los caminos de Jesús porque no estamos “escuchando”.
Jesús también dice: “Yo los conozco”. Estas palabras no solo nos tranquilizan, sino que implican una relación personal e íntima con nosotros. Al igual que Jesús tuvo la capacidad, como hecho por Dios, de ver más allá de lo externo (como con Zaqueo, el recaudador de impuestos, la mujer adúltera, la mujer samaritana y muchos otros en los evangelios) nos conoce perfectamente. Él conoce nuestras intenciones. Él conoce nuestras luchas y nuestros éxitos. Él conoce nuestros máximos y nuestros mínimos. Él nos conoce porque nos ama, y ​​no nos ama porque nos conoce. Con esto quiero decir que su amor es incondicional, y no importa lo que hagamos, su amor todavía está allí, tratando de llamarnos a la fidelidad. Desafortunadamente, en nuestra condición humana podemos dejar de amar a alguien porque los “conocemos” y no nos gusta lo que vemos y oímos. Si permitimos que Dios sea Dios, entendemos que su amor es mucho mayor, y su misericordia se extiende a nosotros sin fin.
Por fin Jesús dice que “me sigan”. Se está reconociendo a sí mismo como nuestro pastor, y que nos está llamando. Definitivamente es como esa cometa que está tirando de nuestra cadena para hacernos saber que está allí. Él es, en realidad, nos bombardeando con gracias para que vamos a ‘Escuchar’ y seguir. Nuestro reto es ‘Escuchar’ y seguir con él sinceramente, no sólo cuando queremos algo de Dios: seguridad en el trabajo, la salud de un ser querido, buenas notas en un examen. Seguir a Jesús significa tomar decisiones y vivir una vida que refleje que conocemos su voz, aceptar su amor, y querer actuar en unión con él, y dar testimonio de que somos ovejas de su rebaño, y que él es nuestro pastor.
Hoy Jesús nos llama a estar atentos a su voz. Él quiere que seamos uno con Él como Él es uno con el Padre. Esto solo puede surgir de mi respuesta a ese tirón en nuestra cuerda de cometa, reconociendo que él está presente, ‘escuchando’ su voz y siguiéndolo.

¿Quién eres?

[Visto: 842 veces]

Evangelio según San Juan 21,1-19.
Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos le respondieron: “Vamos también nosotros”. Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.
Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él.
Jesús les dijo: “Muchachos, ¿tienen algo para comer?”. Ellos respondieron: “No”.
El les dijo: “Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán”. Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla.
El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”. Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.
Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla.
Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.
Jesús les dijo: “Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar”.
Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió.
Jesús les dijo: “Vengan a comer”. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: “¿Quién eres”, porque sabían que era el Señor.
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.
Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”. El le respondió: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.
Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. El le respondió: “Sí, Señor, sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.
Le preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras”.
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: “Sígueme”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

En Agosto de 2016 me convertí en un “ciudadano senior” en Bermudas. Con esa tarjeta, puedo abordar los autobuses y los ferries de las Bermudas gratis. Existen algunas ventajas por envejecer, con algunas consideraciones especiales tomadas. En realidad en un restaurante al que asisto en Canadá me estaban dando un descuento de senior cuando yo sólo estaba en mis cincuenta. Mi pelo gris confunde a la gente a la edad real. Envejecimiento temprano fue una herencia de mi madre.
Pensé en esto cuando llegué al final del Evangelio de hoy (Juan 21:1-19), con la aparición de la resurrección de Jesús y la pesca milagrosa. Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue la persona de Pedro, las preguntas de Jesús a él, y el mandato de Jesús a Pedro. Algunos estudiosos de la escritura creen que las tres preguntas de Jesús a Pedro: si Pedro lo amaba puede reflejar las tres negaciones de Jesús por Pedro, como Jesús había predicho. Estoy seguro de que con cada pregunta Pedro se sintió más frustrado porque Jesús no tomó su palabra de que él lo amaba.
Las palabras de Jesús a Pedro que más me tocaron fueron: “cuando te hagas viejo, extenderás las manos, y alguien más te vestirá y te llevará a donde no quieres ir”. Yo no creo que Jesús este hablando con Pedro sobre la edad cronológica, pero más bien se refiere a la madurez espiritual. Jesús está diciendo, que cuando somos jóvenes somos autosuficientes y hacemos las cosas por nosotros mismos como deseamos, para mejor o para peor. Sin embargo, cuando somos mayores, podemos necesitar ayuda, incluso para cosas tan simples como vestirnos nosotros mismos y cuidar de nosotros mismos. Esa imagen de “estirar las manos de uno” es, para mí, un símbolo de la confianza y la confianza en Dios que viene a nosotros cuando hemos resistido las subidas y bajadas de la vida espiritual. A medida que maduramos espiritualmente descubrimos que Dios sí tiene la respuesta, que la revelación de Dios es verdadera. En nuestra juventud espiritual podemos luchar contra esto, queriendo hacer nuestra voluntad sobre todo, incluso para desobedecer y desafiar a DIOS. En esa etapa no estamos listos para ser ‘imágenes de luz’, sino pensamos que sabemos mejor. La imagen de ser “donde no queremos ir” también habla de esa experiencia adquirida de dejar que el Señor nos lleve, y que nos lleve a hacer cosas que puede que no nos sentimos naturalmente atraídos por hacer, pero son parte de la voluntad de Dios para nosotros y otros. Tal vez la captura milagrosa anterior ayudó a convencer a Pedro de que siguiendo la voluntad de Dios, las instrucciones de Jesús, todas las cosas podrían ser posibles. Incluso a pesar de su negación de Jesús en la noche antes de su muerte, Dios podría elegirlo para “alimentar a las ovejas”. A Pedro se le había dado un papel de responsabilidad y liderazgo entre los discípulos de Jesús, las ovejas del rebaño de Jesús, el Señor resucitado.
Nuestra primera lectura de los Hechos de los apóstoles (5:27-32, 40 B-41) muestra el coraje y la determinación de Pedro y los primeros discípulos en compartir las buenas noticias con los demás. Aunque habían sido detenidos y llevados ante el Sanedrín, el tribunal judío, se mantuvo firme en su determinación de continuar el ministerio de Jesús y para darle a conocer. Pedro le dice al Sanedrín que “debemos obedecer a Dios en lugar de los hombres”. De hecho, él estaba “estirando sus manos” y yendo a lugares “donde él no quería ir”. Lo haría por el reino de Dios.
En nuestra segunda lectura del libro de Apocalipsis (5:11-14) se revela la gloria de Dios. Jesús es este “Cordero que fue asesinado” y ha sido creado a la gloria de Dios Padre. Esto es quien nos llama, que nos ha salvado, y nos da gracias abundantemente.
Este es el momento en mi homilía cuando me pregunto a mí mismo, “Entonces qué”, qué importancia o significado tiene esto en mi vida?
Lo que más me atrajo en este Evangelio, y me habló, fue el de convertirse en “viejo” espiritualmente, ser maduro espiritualmente y seguir la impulsos del llamado de Dios. Uno no tiene que ser viejo o tener el pelo gris para lograr esta madurez. El primer paso, creo, es estar al tanto de nuestra necesidad de la guía de Dios. Nuestras experiencias pasadas a menudo nos llevan a esto. No somos autosuficientes, y no siempre sabemos a dónde vamos a ir cuando empezamos a salir. Las subidas y bajadas de la vida nos ayudan a aprender que necesitamos ayuda -ya sea humana o divina- con el fin de seguir a Jesús fielmente y hacer la voluntad de Dios. En esos momentos a menudo podemos decir, como lo hizo Pedro: “Es el Señor!”. Es el señor que nos está guiando. Esto me hace recordar algo que uno de mis antiguos estudiantes en Bolivia puso en facebook. Ella escribió “en la escuela aprendemos las lecciones y luego tomamos la prueba. En la vida se nos da la prueba, y luego aprendemos las lecciones”. ¡Qué cierto! Esta realización de nuestra necesidad de Dios nos ayuda a “estirar nuestras manos” a Jesús y pedir su ayuda. Cuando miramos hacia atrás en las lecciones que hemos aprendido podemos ver cómo Jesús tomó esas manos extendidas y nos llevó con gracia para conocer, amar, y servir a DIOS. Podemos ver cómo, tal vez a menudo, también hemos sido “tomados donde preferiríamos no ir”. Respondiendo a la llamada de Dios, y dependiendo de su gracia nos encontramos en situaciones que tal vez no hemos elegido, y con la gente que podría no haber elegido, decir y hacer cosas que tal vez no hayamos elegido. Tal vez fuimos llamados a dar a alguien consejos, o consuelo, o para establecer un ejemplo para alguien. Por nuestra cuenta, reconocemos que no habríamos tenido la sabiduría o el coraje, como Pedro y los pescadores que pasaron toda la noche pescando sin atrapar nada, para hacer lo que Dios quería. Pero entonces Dios intervino y a la luz de Cristo encontramos la sabiduría y el coraje, las palabras y acciones que dieron testimonio a Jesús y al reino de Dios. No vino a nosotros por la magia, sino por “extender nuestras manos” y aprender a confiar en Jesús, y tener confianza de que por ser fiel a él haremos la voluntad de Dios.
Una vez que hemos aprendido a confiar en Dios, y a ser guiados por la gracia de Dios, entonces nosotros -como Pedro- se les da la responsabilidad de cuidar de “las ovejas”. Entonces ya no podemos pretender ser “sólo” un seguidor, un discípulo, pero debemos asumir la responsabilidad espiritual no sólo para nosotros mismos, sino para los demás: en nuestras familias, en nuestro trabajo, y en nuestra escuela. Jesús nos pregunta si lo amamos, y él quiere que nosotros respondamos como Pedro lo hizo, y para recibir el mismo mandato: “cuida mis ovejas “, ” tiende las manos a mis ovejas”. Se nos da una confianza sagrada, por Jesús el Señor, para liderar y guiarnos unos a otros, para seguir al Señor y para vivir en los caminos del Señor. Entonces, cuando vemos y experimentamos el fruto de esta acción del Espíritu, podemos decir con Pedro: “¡Es el señor!”.

CASO PEDRO SALINAS: CREDIBILIDAD DE LA UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO EN TELA DE JUICIO

Algunos medios de la prensa nacional han informado en los últimos días sobre un “estudio” realizado por la clínica jurídica de la Universidad del Pacífico en relación con el proceso por difamación que se ha llevado contra el periodista Pedro Salinas. La República, por ejemplo, titula así su nota: “Pedro Salinas: Clínica Jurídica muestra que periodista no difamó a José Eguren”. El Comercio, por su parte, señala que “Informe de Universidad del Pacífico concluye que Salinas no difamó a Eguren”.
A propósito de este informe, el Centro de Estudios Jurídicos Tomás Moro ha preparado un análisis en el que se señalan varios fallos de procedimiento que evidencian la falta de competencia con la que se ha pretendido llegar a la anacrónica conclusión de que no hubo difamación cuando el gorro de difamador ya lo tiene Pedro Salinas puesto, y bien puesto. El análisis del Centro Tomás Moro hace notar la parcialidad del informe así como una serie de imprecisiones jurídicas y conceptuales que dejan muy mal parado al mal llamado amicus curiae.
En efecto, lo primero que se hace notar en el análisis es la imprecisión pueril que comete la clínica jurídica de la Universidad del Pacífico al titular “amicus curiae” a su informe. La carta fechada el 3 de mayo con la que se da a conocer el trabajo dice: “La Clínica Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad del Pacífico hace público el Informe Jurídico (Amicus Curiae) elaborado en el caso…”. Un Amicus curiae es un tipo de instrumento realizado por un especialista, no involucrado judicialmente en un proceso en curso, para contribuir a la resolución del asunto en cuestión, desde su experiencia y conocimiento del tema. Por ejemplo, Juan está en litigio con José a causa de la venta de un inmueble. Van a juicio. Durante el juicio, un tercero, no involucrado en el juicio, ofrece una solución a la disputa o su opinión versada al respecto. Por ejemplo, María, especialista en derecho comercial, amigablemente -de ahí el nombre- ofrece un escrito con una opinión sobre el proceso.
Como puede verse, a partir del ejemplo escolar, el escrito dado a conocer a la opinión pública no puede denominarse “amicus curiae” (que significa amigo del tribunal), pues ya no hay proceso en curso; no hay tribunal al cual, amigablemente, ofrecerle una ayuda. Como se recordará, el proceso por difamación agravada contra Pedro Salinas está concluido. La condena se pronunció el 8 de abril y la lectura del fallo se efectuó el pasado 22 de abril. Si el título de un escrito debe reflejar su naturaleza, la clínica jurídica comenzó mal su intento.
Cuesta creer que los miembros de la clínica involucrados no tuvieran conocimiento de que su informe no constituye un amicus curiae. Quizá el escrito debería denominarse “amicus Petri” (amigo de Pedro), o “amicus detractoris” (amigo del difamador). De hecho, el abogado que aparentemente lideró la elaboración de este trabajo, Andrés Calderón, ya había dado muestras amigables con Pedro Salinas anteriormente, por ejemplo, en su artículo “Profesión de alto riesgo”, publicado en El Comercio el pasado 15 de abril (https://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/profesion-alto-riesgo-andres-calderon-noticia-626623).
¿Cuál habrá sido el móvil que llevó a un organismo de una afamada universidad a involucrarse en el caso del difamador Pedro Salinas? Sinceramente nos deja intrigados. Más aún cuando los yerros de este amicus Petri son de tal naturaleza que a lo único que contribuyen es a mermar el bien ganado prestigio de una casa de estudios como la Universidad del Pacífico.
Fuente: www.laabeja.pe

ANÁLISIS DEL AMICUS CURIÆ DE LA CLÍNICA JURÍDICA DE LA UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO
Con fecha 3 de mayo de 2019, la Clínica Jurídica de la Universidad del Pacífico, que integra el profesor del Departamento de Derecho, Andrés Calderón López y algunos alumnos de la Facultad de Derecho de la referida universidad, ha emitido un amicus curiae en relación con la querella interpuesta por el señor José Antonio Eguren Anselmi contra el señor Pedro Salinas Chacaltana por el delito de difamación. Al respecto, este Centro de Estudios Jurídicos que agrupa a abogados católicos, consideramos oportuno poner en conocimiento de la opinión pública la siguiente evaluación al mencionado amicus curiae.
1. No es un amicus curiae
Lo primero que debe destacarse es que el documento que se autodenomina como amicus curiae en relación con la querella interpuesta por el señor José Antonio Eguren Anselmi contra el señor Pedro Salinas Chacaltana por el delito de difamación dirigido a la Jueza del Primer Juzgado Penal Unipersonal de Piura, en realidad no puede ser tal, en la medida que dicha jueza condenó a Pedro Salinas como autor del delito de difamación agravada el 8 de abril de 2019 y leyó íntegramente el fallo el 22 de abril de 2019. En el mismo punto I.5 del documento se señala expresamente que el objetivo de un amicus curiae es brindar una opinión técnica y potenciales soluciones al caso en cuestión o en torno a la materia discutida, a modo de colaboración. Dado que el 22 de abril de 2019 se leyó el texto íntegro de la sentencia condenatoria contra Pedro Salinas por el delito de difamación agravada contra José Antonio Eguren Anselmi, no puede colaborar a discutir un tema ya decidido. Además, la acción penal ha quedado extinguida con la presentación del desistimiento por parte de José Antonio Eguren con fecha 24 de abril de 2019, por lo que no puede hacerse llegar un amicus curiae con fecha 3 de mayo de 2019. A lo mucho se le puede tener como la opinión particular de un profesor y seis alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad del Pacífico.
2. El documento parte de un prejuicio del profesor encargado de hacerlo
Un amicus curiae debe ser consecuencia del análisis técnico a un caso concreto y de llegar a una solución jurídica producto del desarrollo de argumentos jurídicos.
Sin embargo, llama la atención que el Profesor encargado de hacerlo, Andrés Calderón, haya publicado con fecha 15 de abril de 2019 en el Diario El Comercio el artículo titulado “Profesión de alto riesgo”, en el que dice explícitamente que, luego de haber leído las querellas interpuestas por José Antonio Eguren contra Pedro Salinas y Paola Ugaz, no encuentra razones para condena alguna. Esa publicación demuestra que ha tomado un posicionamiento con la sola lectura de las querellas, sin haber examinado el proceso penal de manera completa:
contestación de la querella, alegatos de apertura, pruebas nuevas, actuación probatoria en juicio, alegatos finales, etc. Más allá de la clara muestra de un prejuicio, tal proceder evidencia el emprendimiento imprudente de dar una opinión legal sobre un caso sin haber analizado las mínimas piezas que componen el proceso penal.
Pero lo que hace más discutible la objetividad del autodenominado amicus curiae es que, en la publicación periodista, el Prof. Calderón evidencia una identificación personal con el posicionamiento de los querellados, al decir “quizá la intención de Eguren haya sido la de silenciar a Salinas y Ugaz, pero el resultado conseguido ha sido el opuesto. «No me va a inhibir de que continúe con este asunto», ha dicho Salinas. «Seguiremos haciendo más y mejor periodismo», reafirmó Ugaz. Espero que esa valentía contagie a más víctimas a denunciar los abusos que sufrieron”.
¿Puede esperarse un análisis técnico de alguien que se ha expresado en esos términos?
3. Las serias imprecisiones y falencias del documento titulado amicus curiae
En cuanto a su contenido, el documento tiene importantes imprecisiones y falencias que le restan una rigurosidad mínima. Dice que José Antonio Eguren querelló el 28 de junio de 2018, cuando lo cierto es que la querella se presentó el 2 de julio de 2018. Esto demuestra que, como mínimo, no se han leído las piezas procesales de la querella, sino documentos obtenidos de una manera informal. No precisa que, en realidad, se trata de dos querellas que han caído en dos juzgados distintos. En el Primer Juzgado Penal Unipersonal de Piura se vio únicamente la querella contra Pedro Salinas. Sin embargo, el documento que se le dirige a este juzgado se menciona también la querella presentada contra Paola Ugaz, lo que resulta por lo menos impertinente.
El documento hace referencia a dos grandes investigaciones de naturaleza penal y de alto interés público. El primero está referido a los abusos cometidos al interior del Sodalicio y el segundo a una apropiación de terrenos en la que se acusa a funcionarios de una empresa vinculada al sodalicio haber pagado a la organización criminal La Gran Cruz para desalojar a campesinos de sus tierras y construir ahí un proyecto inmobiliario. Lo que llama la atención, en este punto, del referido documento es que omite dos datos muy importantes. Primero: que en la investigación por los abusos que se lleva en la Fiscalía Penal de Lima (Caso 628-2015) José Antonio Eguren fue denunciado por Pedro Salinas y José Enrique Escardó por los abusos narrados por este último. En doble instancia, el Ministerio Público rechazó la denuncia porque no solamente lo narrado no constituía delito alguno, sino porque no era posible sustentar imputaciones en meras sindicaciones.
Por otro lado, en relación con la segunda investigación por supuesta usurpación de tierras que se lleva en la Segunda Fiscalía de Castilla en Piura y que cuenta con un requerimiento fiscal de sobreseimiento total (Carpeta Fiscal 298-2014), no se encuentra procesado José Antonio Eguren, ni ningún funcionario de la Inmobiliaria Miraflores Perú SAC. Estas omisiones posiblemente no las habría tenido el documento evacuado por la Clínica Jurídica de la Universidad del Pacífico si es que hubiese analizado toda la prueba actuada en el juicio penal.
4. ¿Libertad de información y opinión?
El documento elaborado por la clínica jurídica de la Universidad del Pacífico parte de una dimensión objetiva (libertad de información) y una dimensión subjetiva (libertad de opinión) y ninguna de estas dimensiones es absoluta (punto III.8). Estos límites deben estar establecidos en la ley, deben estar dirigidos a proteger la reputación democrática. Al respecto debe decirse que el mismo artículo 2 inciso 4 de la Constitución Política establece que la libertad de expresión y sus manifestaciones se ejercen bajo las responsabilidades de ley. El Código Penal Peruano tipifica además como delito la difamación realizada por medio de comunicación social.
Y es evidente que una sociedad democrática requiere que las expresiones que se hagan cuiden de no afectar el honor de las personas injustificadamente. La flexibilización de los límites cuando se trata de temas de interés públicos no significa una supresión de todo tipo de limitación, sino su redimensionamiento en función precisamente del interés público.
Remitiéndonos al caso concreto, no hay duda que la libertad de expresión del Sr. Pedro Salinas no es absoluta, aunque lo atribuido a José Antonio Eguren sea de interés público, por lo que sus expresiones no pueden lesionar el honor de José Antonio Eguren mediante la imputación de conductas que no se puedan probar, ni autorizar la atribución de calificativos objetivamente denigrantes, como lo dice explícitamente la sentencia condenatoria del Primer Juzgado Penal Unipersonal de Piura. Sin embargo, en el análisis del caso concreto, el documento de la clínica jurídica de la Universidad del Pacífico hace una mezcla arbitraria de la libertad de información y de la libertad opinión en las publicaciones y entrevistas en las que Pedro Salinas hizo atribuciones ofensivas a José Antonio Eguren.
A. El artículo “El Juan Barros Peruano”
En el caso del post publicado en la Mula “El Juan Barros Peruano”, el documento de la clínica jurídica dice primeramente que los abusos que Salinas atribuye a José Antonio Eguren están debidamente probados por las narraciones de José Enrique Escardó y otros documentos. Debemos entender, por lo tanto, que Pedro Salinas estaría ejerciendo en este caso su libertad de información. Lo que obvia, sin embargo, el documento analizado es que incluye documentación que no ha sido ofrecida como prueba en el juicio. Es decir, en claro desconocimiento de las mínimas reglas del proceso penal sostiene la veracidad de las imputaciones de abusos en documentos que no se han actuado como prueba en el juicio. Puede ser que la razón de este desconocimiento sea que en la malla curricular de la Universidad de Pacífico no se dicte el curso de Derecho Procesal Penal y, por ello, no se haya tenido en cuenta una regla tan elemental del proceso penal.
A lo anterior, debe agregarse además, que el documento obvia por completo decir que los referidos abusos fueron denunciados a la fiscalía, la que no solamente dejó en claro que no podían ser calificados como unas lesiones psíquicas, sino que no era posible sostener su veracidad con meras sindicaciones. Esta información la tenía consigo Pedro Salinas no sólo porque él fue el que denunció penalmente a José Antonio Eguren como autor de los abusos descritos, sino porque se le recordó los dos pronunciamientos de la fiscalía en la carta notarial de rectificación enviada a Pedro Salinas que nunca atendió. Es más, en un artículo posterior “La carta del sodálite Eguren” (que también se actuó como prueba en juicio), Pedro Salinas dijo lo siguiente: “Por arte de birlibirloque, Eguren, en su carta notarial, se refiere a la denuncia de mayo del 2016, en la que lo incorporamos a él, pues los cinco exsodálites que denunciamos a Luis Fernando Figari y quienes resultasen responsables de los delitos de asociación ilícita, secuestro mental y lesiones graves, estábamos –y seguimos- convencidos de que Eguren, uno de los sodálites más antiguos, miembro de la denominada “generación fundacional”, es decir, parte del grupo de sodálites de confianza de Figari, y partícipe de este tipo de maltratos seriales que reseña José Enrique Escardó, no fue ajeno a esta cultura de abusos y atropellos, en la que se humilló y vejó a demasiados jóvenes, que, hoy por hoy, padecen, como mínimo, de síndrome de estrés postraumático” (resaltado es nuestro).
Como puede verse, Pedro Salinas sostiene la veracidad de las narraciones de José Enrique Escardó, pese a que la fiscalía ha señalado que no se podían dar por ciertas con la sola sindicación y que además esas narraciones no califican como un delito de lesiones. Pero lo más llamativo es que Pedro Salinas no sólo siguió afirmando como ciertas esas narraciones, sino que las calificó como abusos seriales, a partir de lo cual afirmó que José Antonio Eguren formó parte de la cultura de abuso y atropellos contra jóvenes a los que les ha causado un síndrome de estrés postraumático.
En segundo lugar, el documento se pronuncia sobre la afirmación de que José Antonio Eguren formó parte de la generación fundacional y que tenía una relación de cercanía con Figari. Con esos datos, Salinas afirma que Eguren le conocía todas sus cosas a Figari. Por eso, calificar al arzobispo José Antonio Eguren como el Juan Barros Peruano le cae como un guante. Dice que la veracidad de las afirmaciones se encuentra debidamente acreditada con distintos testimonios y reportajes públicos hechos sobre la institución. Otra vez aquí, el informe se apoya en documentos que no fueron pruebas en el proceso penal (p.e.: las publicaciones “De cardenales a paramilitares”, “De víctima a victimario”, “Figari el ídolo caído”, el reportaje de Diego Fernández Stoll, “Círculos concéntricos”). Error básico sobre las reglas del proceso penal.
Al respecto debe decirse que en el proceso penal nadie ha discutido que José Antonio Eguren sea de la generación fundacional, pues entró a formar parte del Sodalicio estando vivo su fundador. Él no es el fundador del Sodalicio. Eguren es tan miembro de la generación fundacional, como lo es el Sr. Salinas que también formó parte de la institución estando vivo Luis Fernando Figari. En todo caso, la querella nunca ha considerado esa afirmación una difamación, por lo que el informe de la clínica jurídica comete un serio error de apreciación.
La otra afirmación de Salinas de que tenía una relación cercana con Figari es una afirmación que no se considera difamatoria. De hecho, Pedro Salinas tuvo una estrecha relación con Virgilio Levaggi (otro acusado de abusos sexuales) tanto dentro como fuera del Sodalicio. La existencia de esa relación no resulta ofensiva ni para Eguren, ni para Salinas.
Con base en las dos afirmaciones precedentes, Pedro Salinas hace dos aseveraciones: Eguren le conocía todas sus cosas a Figari y por eso el calificativo de “el Juan Barros Peruano” le cae como un guante. En cuanto a lo primero, el informe dice que es una inferencia válida, lo que desconoce los elementales parámetros de la prueba por indicios. La pregunta es: ¿toda persona que tiene una relación cercana con otra persona, conoce por ello todas sus cosas (incluidos, claro está, la comisión de delitos)? La respuesta es evidentemente negativa, por lo que Salinas hizo una deducción arbitraria y difamatoria, tan arbitraria como decir que el conoció y encubrió los abusos sexuales de Virgilio Levaggi por su cercanía de años tanto dentro como fuera del Sodalicio.
En cuanto al calificativo de “el Juan Barros Peruano”, el informe de la clínica jurídica dice que se trata de una opinión, por lo que no están sometidas a un test de veracidad. Esta afirmación es tan obvia, como trivial. Está claro que este calificativo no es un hecho fáctico que se pueda probar o no, sino un juicio de valor que, si no se encuentra justificado, puede configurar un delito contra el honor.
Calificar a una persona como “Babilonia, la gran ramera”, “el Pinocchio del periodismo peruano” o “el Al Capone de la prensa nacional” no está sujeto a un juicio de veracidad, pero transmiten un juicio de valor ofensivo. Decirle a un sacerdote que tuvo una relación cercana con Luis Fernando Figari “El Juan Barros Peruano” es hacer un juicio de valor en el sentido de merecer ese calificativo por haber presenciado abusos sexuales de Figari y haberlos encubiertos, como Juan Barros lo hizo en Chile con Fernando Karadima. Por más que se esfuerce el informe analizado de decir lo contrario, el juicio de valor emitido por Salinas es ofensivo y, por lo tanto, difamatorio.
En cuanto a la afirmación de estar presuntamente implicado en un tráfico de terrenos en Piura y estar vinculado a la organización criminal la Gran Cruz, el informe de la clínica jurídica acude a la teoría del reportaje fiel o neutro. Eso no se discute. Lo que no menciona el informe es que en la carta notarial de rectificación se le informó a Pedro Salinas que nunca ha existido, ni existe investigación contra José Antonio Eguren por tráfico de terrenos y que lo dicho por el testigo Samuel Alberca Reyes (con un prontuario de 18 páginas de antecedentes), fue desmentido públicamente por el párroco de la Iglesia del Santísimo Sacramento, José Guillermo Uhen. La pregunta entonces es ¿Debió Salinas en su siguiente publicación dar cuenta también de esta información de descargo? ¿El que hace un reportaje fiel, no tiene la obligación de informar también sobre otra información igualmente relevante que desdice la información inicialmente tomada de otro?
No hay duda que Pedro Salinas debió, por lo menos, indicar que, en favor de José Antonio Eguren, jugaba la falta de credibilidad de la fuente y el desmentido del párroco de la Iglesia del Santísimo Sacramento. Es más, el informe desconoce que en juicio se oralizó la sentencia condenatoria por el delito de difamación que se le ha impuesto a Samuel Alberca Reyes por lo que ha declarado en el reportaje de Al Jazeera.
B. La entrevista en Ideele Radio (24 de enero del 2018)
En esta entrevista, Pedro Salinas hace varias afirmaciones difamatorias contra José Antonio Eguren.
En primer lugar, dice que “él (José Antonio Eguren), con Germán Doig, Jaime Baertl, Alfredo Garland, entre otros, son quienes crearon con Figari esta cultura de abuso de poder en esta institución vertical y totalitaria. Entonces, él es corresponsable de las cosas que han ocurrido en el interior del Sodalicio con estos abusos de poder: maltrato físico, maltrato psicológico, y que han tenido como corolario, en algunos casos, el abuso sexual”. El informe de la clínica jurídica dice que se trata de una apreciación personal de Salinas (libertad de opinión). Pero es evidente que lo dicho no es un juicio de valor, sino la afirmación de un hecho fáctico: José Antonio Eguren creó con Figari la cultura de abuso de poder al interior del Sodalicio. Para que Salinas pueda hacer esta afirmación requiere contar con un mínimo de apoyo probatorio, de lo que careció. A lo largo del todo el juicio, nunca pudo probar la veracidad de esta afirmación. El informe de la clínica jurídica contradictoriamente hace alusión a varios documentos que respaldarían lo dicho por Salinas, pero ninguno relaciona a José Antonio Eguren con la creación del sistema de abusos. Es más, nuevamente el informe, en claro desconocimiento de las reglas procesales, hace alusión a documentos que nunca se ofrecieron como prueba para sustentar sus afirmaciones (entrevista a Sandro Moroni publicada en El Comercio o las publicaciones “el sodalicio en su laberinto”, “Las disculpas del Sodalicio”).
En segundo lugar, Pedro Salinas dice en la entrevista que el reportaje de Al Jazeera y el libro El origen de la hidra concluyen en lo siguiente: “Y el hombre clave en esta operación de tráficos de tierras era José Antonio Eguren Anselmi”. En juicio, se ha acreditado que el libro El origen de la hidra en ninguna parte dice que José Antonio Eguren esa el hombre clave en el tráfico de tierras, por lo que no fue un reportaje fiel.
4. ¿Especialidad en la materia?
En el punto I.8. del documento autodenominado amicus curiae en relación con la querella interpuesta por el señor José Antonio Eguren Anselmi contra el señor Pedro Salinas Chacaltana por el delito de difamación, se dice expresamente que esta intervención se puede dar tanto a convocatoria del Tribunal como a pedido de la propia persona o entidad, siempre y cuando acredite su especialidad en la materia controvertida (resaltado es nuestro). La pregunta que surge entonces es la siguiente: ¿El profesor encargado de elaborar el presente documento es especialista en Derecho penal y procesal penal como para poder sostener que la actuación de Pedro Salinas no constituye delito? ¿Ha contado con todas las piezas procesales y con los audios de las audiencias para poder emitir una opinión en el sentido de que la condena estuvo bien o mal? El Prof. Andrés Calderón López es Jefe del área de Competencia, Comunicaciones y Datos Personales del Estudio de Abogados Muñiz, no cuenta con ninguna especialidad en Derecho penal o procesal penal. Eso explica que no solamente el informe carezca del menor análisis del tipo penal de difamación, sino que haga referencia a documentos y declaraciones que no fueron medios probatorios dentro del proceso. Lo deseable habría sido que un verdadero especialista en estos temas se hubiese ocupado de hacer oportunamente un amicus curiae.
5. Las frases objetivamente denigrantes
El Acuerdo Plenario 03-2010, que cita incluso el documento analizado, es categórico al establecer que, en ningún caso, se pueden utilizar afirmaciones objetivamente denigrantes. La libertad de expresión no legitima propinar insultos o calificativos objetivamente denigrantes. Pedro Salinas, conforme a la prueba actuada en juicio, ha hecho las siguientes afirmaciones respecto de José Antonio Eguren:
‐ “este figurón de los tiempos aurorales del Sodalitium” (Cacógrafos que van a misa).
‐ “el obispo se hace el cojudo” (Si me tocas, chillo)
‐ “dice que es un manso corderito a los que los lobos se lo quieren manducar porque está gordito” (Si me tocas, chillo)
‐ “no jodas pues José Antonio Eguren, no jodas José Antonio Eguren, a mí no me vas a agarrar de idiota” (entrevista a Milagros Leyva, ATV Matinal, 17 de agosto de 2018)
‐ “le jode que haga referencias a investigaciones periodísticas” (El sodalicio de siempre)
‐ “tremendo hipócrita, tremendo cínico, eso es José Antonio Eguren, eso es José Antonio Eguren, un cínico, un hipócrita” (oralizacion del acta de la entrevista a Pedro Salinas por Milagros Leyva)
‐ “el obispo ‘ultrajado’ nunca llegó” (Oralización de publicación Gracias Mario)
‐ “el cínico de Eguren” (publicación: Lo que Eguren no dice)
‐ “Eguren busca salvar el culo” (El obispo amnésico V).
La evaluación realizada por el Centro de Estudios Jurídicos Santo Tomás Moro se hace con la finalidad de que la opinión pública pueda contar con mayores elementos de juicio para saber si la condena recibida por el Sr. Pedro Salinas Chacaltana resulta sustentable desde el punto de vista de los conocimientos jurídico-penales.
04 de mayo de 2019