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Corpus Christi 2024

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Evangelio según San Marcos 14,12-16.22-26.
El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?“.
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: ‘¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?’.
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario“.
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen, esto es mi Cuerpo“.
Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios“.
Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Hay cinco grupos alimentarios básicos. ¿Recuerdas cuáles son? Normalmente los hemos estudiado en la clase de Ciencia o Salud: granos, verduras, frutas, lácteos y proteínas (carne y pescado, etc. ). Personalmente, siempre pensé que el chocolate merecía ser su propio grupo alimenticio.
Sabemos que si queremos vivir bien y estar saludables, necesitamos una dieta equilibrada de los cinco grupos. Los médicos y dietistas nos dirán que aunque preferimos algunos grupos antes que otros, los necesitamos todos. Para poder concentrarnos en nuestro trabajo y estudios, necesitamos una dieta equilibrada. Para ser fuertes y con energía, necesitamos una dieta equilibrada.
Si necesitamos una dieta equilibrada para nuestro bienestar físico, tal vez también necesitamos una dieta balanceada para nuestro bienestar espiritual. Creo que hay cuatro actividades particulares -o grupos de “alimentos“- que conducen a nuestro bienestar espiritual: la oración, las Sagradas Escrituras, los Sacramentos y la vida en la Comunidad, en la Iglesia.
Hoy, en esta gran fiesta del Cuerpo y la Sangre de Jesús -Corpus Christi- celebramos ese don de Dios que Jesús nos ha dado en la Santa Eucaristía. Aquí nos nutrimos de la Palabra de Dios, y en esta ‘mesa‘, compartiendo la gracia de Dios para ser su pueblo: para ser hijos del Padre, seguidores de Jesús, e instrumentos del Espíritu Santo. Aquí también experimentamos esa oración -nuestra oración personal y nuestra oración comunitaria- y experimentamos la comunidad de Dios a nuestro alrededor.
Las lecturas de hoy nos hablan de esta fuente de vida y gracia.
En nuestra primera lectura del Libro del Éxodo (24:3-8) escuchamos sobre el pacto entre Dios y su pueblo elegido. Un pacto es un pacto santo de fe y amor, que es para siempre y cien por ciento. Moisés hace lo que Dios le mandó, y fortalece el pacto con Dios en su bendición del pueblo. El pueblo de Dios ya no es esclavo del Faraón en Egipto, sino que está viajando a la Tierra Prometida.
En nuestra Segunda Lectura de la Carta a los Hebreos (9:11-15) escuchamos hablar de Jesús como la fuente del Nuevo Pacto. Ya no es la sangre de cabras y toros, como en la Primera Lectura, sino la sangre de Jesús la que nos salva. A través de nuestro Bautismo compartimos esta vida de Dios, y la bendición de Dios está sobre nosotros. Ya no somos esclavos del pecado, sino que viajamos al Reino de Dios.
Nuestro evangelio (Marcos 14;12-16, 22-26) es bien conocido por nosotros. En esta institución de la Eucaristía Jesús toma dos de los numerosos elementos de la comida de Pascua -el pan y el vino- y da un nuevo significado para el Nuevo Pacto: el pan se convertirá en su cuerpo, y el vino se convertirá en Su sangre. Este es el “grupo de comida” que celebramos hoy.
Como católicos creemos que este pan y vino, consagrados en el altar, se transforman en Cuerpo y Sangre de Jesús. No dijo, “Esto representa mi cuerpo”, o “Esto es un signo de mi sangre”. ¡Lo es! Es por eso que los anfitriones consagrados que no se consumen durante la celebración de la Eucaristía están velados en el tabernáculo. No podemos volver a poner el pan en la bolsa, o deshacernos de él, o volver a poner el vino en la botella. Ha sido cambiado, transformado en cuerpo y sangre de Cristo, nuestro Salvador.
Durante los nueve años que trabajé en las Bermudas, esta fiesta fue siempre el domingo de la primera comunión en la Parroquia. La mayoría de nosotros hicimos nuestra primera comunión hace muchos años. Con el tiempo un encuentro tan importante con Jesús puede convertirse en “rutina” o “ordinario”, y podemos perder el asombro y asombro que los niños tienen en su corazón en su primera comunión. Este recuerdo nos sirve como una oportunidad para renovar y profundizar nuestra comprensión, creencia y aprecio por este gran regalo. Cuando nos adelantamos para recibir la Eucaristía nuestro “Amén” significa “Sí, creo”. Ya no es solo un trozo de pan sin levadura, por lo que nuestra reverencia y respeto debe ser obvia. Deberíamos estar llenos de un espíritu de oración y recuerdo, esperando este gran regalo, y luego después de su recepción, llenos de gratitud y gracias a Dios.
Una vez, mientras trabajaba en un país cuyo nombre no puedo recordar (Bolivia), vi un cartel en una Iglesia que iba dirigido al sacerdote que celebra la Misa, pero me tomo la libertad de cambiar un poco las palabras por hoy: “Recibe esta Eucaristía como si fuera tu primera vez, como si fuera tu última vez, como si fuese tu única vez”. Eso captura para mí el asombro y la maravilla que deberíamos tener cada vez que nos presentamos para recibir la Sagrada Comunión. Cada tiempo es un momento único y agraciado, un encuentro con Jesucristo.
Hoy celebramos y compartimos la Santa Eucaristía, en esta Fiesta del Cuerpo y Sangre de Jesús. Especialmente durante el tiempo de la pandemia, cuando poder adorar en comunidad y recibir la Sagrada Comunión había sido una experiencia “de vez en cuando”, valoramos este regalo de Dios para nosotros. ¡Verlo en televisión o en línea no es lo mismo! Es en nuestra recepción del Cuerpo y Sangre de Cristo que celebramos que al recibir compartimos más profundamente la vida de Dios, y que Dios entra y comparte en nuestra vida.

¿Quién es Gilbert K. Chesterton?: 150 años

Por CARMEN JUAREGUIBERRY- Red-cultural.cl
Que difícil tarea la de tratar de describir a este hombre, poeta, ensayista, escritor, periodista, orador, polemista, porque como dice Luis Ignacio Seco: “A Chesterton hay que verlo de cuerpo entero, como lo vio Borges y como lo ven en definitiva la multitud de lectores anónimos que una vez descubierto ya no le abandonan. Hay que verlo como un solitario genial que entró de rondón en la transición del siglo XIX al XX, que fue un testigo excepcional de su época y que supo trazar diagnósticos tan certeros que siguen y seguirán sobre el tapete de la Historia”.
Y aún así, viéndolo de cuerpo entero, hay partes de él que se nos escapan, su vida es tan intensa, tan vertiginosa, que en esta loca carrera por alcanzarlo lo perdemos y lo encontramos una y otra vez. Su pensamiento vuela, sus ideas se multiplican, su pluma corre entre uno y otro tema, sus argumentos sólidos y punzantes: “Pienso que Chesterton es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo y ello no sólo por su venturosa invención, por su imaginación visual o por la felicidad pueril o divina que traslucen todas sus páginas, sino por sus virtudes retóricas, por sus puros méritos de destreza” según Jorge Luis Borges.
Considerado un gozador de la vida, siempre defendió el buen tomar en oposición al abuso. “Si hay un grupo tomando cerveza y riéndose siempre son católicos“ especial desarman a cualquier adversario, su marcha es incansable, su imaginación sin límites. Su apariencia es única. Es un hombre gordo, grande, majestuoso, vestido con una amplísima capa para cubrir su gordura y desaliño, un sombrero de ala ancha y un bastón. Su físico es imponente, más de un metro noventa de estatura y alrededor de ciento treinta kilos de peso. Se ríe de sí mismo como nadie: “no soy tan gordo como parezco, dijo una vez en una conferencia, es que me ven ustedes amplificado por el micrófono”. El humor y la alegría no lo abandonan nunca. Alfonso Reyes en el prólogo de El Hombre que fue Jueves lo describe así: “Siempre combativo, de una combatividad alegre y tremenda, tiene un buen humor y una gracia de hombre gordo, una risa madura de hombre de cuarenta y cinco años. Su cara redonda, sus cabellos enmarañados de “rorro”, inspiran una simpatía instantánea”.
Chesterton nació en Londres un 29 de mayo de 1874 y murió en 1936. Con su clásico sentido del humor nos cuenta en su Autobiografía de su infancia y de su familia “Lamento no tener un padre siniestro y brutal que ofrecer a la mirada pública como la verdadera causa de mis trágicas inclinaciones; ni una madre pálida y aficionada al veneno, cuyos instintos suicidas me hayan abocado a las trampas del temperamento artístico. Lamento que no hubiera nadie en mi familia más audaz que un tío lejano ligeramente indigente y siento no poder cumplir con mi deber de hombre verdaderamente moderno y culpar a los demás de haberme hecho como soy. No tengo muy claro como soy, pero estoy seguro que soy responsable en gran medida del resultado final” y más adelante agrega: “Lo maravilloso de la niñez es que cualquier cosa en ella puede ser una maravilla. No era simplemente un mundo lleno de milagros, era un mundo milagroso”.
Y no cabe duda que en el resultado final influyó sobremanera esa infancia prodigiosa y feliz aunque en su adolescencia y juventud Chesterton buscará por diferentes caminos esa Verdad que llegó finalmente después de varios años dándole todo el sentido a su existencia. Dice Luis Ignacio Seco: “El valor más efectivo en la vida y la obra de Chesterton fue su inquietud religiosa, su necesidad de buscar respuestas a los interrogantes ineludibles para dar sentido a su existencia y a la ajena”.
Después de esta infancia feliz y llena de recuerdos mágicos, Chesterton se enfrentó a una juventud llena de dudas y escepticismo. A pedido de su padre ingresó a la Slade School para estudiar dibujo y pintura, pero la dejó al poco tiempo para dedicarse a escribir. Comenzó a interesarse por el espiritismo y la literatura teosófica, conocida también por ocultismo. Como él lo cuenta en su Autobiografía fue una época oscura de su vida, se sentía sumido en el pesimismo del entorno y entonces para librarse de esa pesadilla con la ayuda de la filosofía, pero no todavía de ninguna religión, se inventó una teoría mística que lo sacara de todas las pesadillas de su alma. Sintió que todavía había un pequeño hilo de agradecimiento que lo ligaba a una cierta religiosidad: “Lo que me sorprende al volver la vista a mi juventud e incluso a mi adolescencia es la enorme rapidez con la que se cree estar de vuelta de lo fundamental y con la que incluso se niega lo fundamental”.
Años después trata de plasmar todo este proceso en su libro “El Hombre que fue Jueves” y que pone como subtítulo: Pesadilla. Pero sigamos intentando delinear a este hombre, que sorprende por su capacidad infinita de reinventarse a sí mismo y reinventar el mundo con él. Valiente, audaz, se lanzaba siempre a la defensa de lo que creía justo, estaba al lado del hombre de la calle, del hombre común como gustaba llamarle. Fue tildado de anti imperialista y de ser pro boer y lo era. Para él los boers eran los verdaderos patriotas y justificaba ampliamente que usaran las armas para defender sus campos y sus casas que los usurpadores británicos querían quitarles. Argumentaba a quién quisiera escucharlo de su repudio tanto al socialismo como al capitalismo.
Defensor acérrimo de la propiedad privada, apoyó abiertamente la corriente llamada del distributismo impulsada por la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII y que era en definitiva la Doctrina Social de la Iglesia. Le molestaba el materialismo imperante y sobre todas las cosas odiaba la sociedad industrial y el progreso. Tuvo un largo noviazgo con Frances Blogg, a quién amó apenas conocerla y a quién siguió amando toda su vida. Se casó con ella en 1901. Callada y tranquila, Frances comprendía y aceptaba el carácter desbordante y a veces excéntrico de su marido. Hay una anécdota que relata el mismo Chesterton que es de la época en que viajaba dando conferencias por toda Inglaterra, y que lo pinta de cuerpo entero: “Cuentan que un día de aquellos envié un telegrama a mi esposa, que estaba en Londres, y que decía así: Estoy en Market Harborough. ¿dónde debería estar? No recuerdo si la historia es cierta, pero no es improbable ni creo que sea poco razonable”.
En esa infancia feliz tuvo un papel importantísimo su queridísimo hermano Cecil, cinco años menor que él, que murió al final de la Primera Guerra Mundial: “Nació cuando yo tenía casi cinco años; tras una breve pausa empezó a discutir y continuó discutiendo hasta el final, porque estoy seguro que discutía enérgicamente con los soldados entre los que murió, en las gloriosas postrimerías de la Gran Guerra”. Dice Chesterton que cuando Cecil nació, se alegró pensando que al fin iba a tener público que lo escuchara. Que equivocado estaba. Cecil resultó tanto o más vehemente y testarudo que su hermano Gilbert. Sus discusiones eran interminables y así lo recuerda en su Autobiografía “No dejamos de discutir en toda nuestra adolescencia y juventud, hasta convertirnos en una auténtica pesadilla para nuestro círculo social. Nos gritábamos de un lado a otro de la mesa, a propósito de Parnell, el puritanismo o la cabeza de Carlos I, hasta que los más próximos y queridos huían al vernos aparecer y solo encontrábamos un enorme desierto alrededor”.
Con cierta alegría llena de nostalgia Chesterton aclara en su Autobiografía que a pesar de sus interminables discusiones no riñeron jamás. Pero indudablemente las dotes de polemista de su hermano las consideró siempre extraordinarias: “El hombre acostumbrado a discutir con Cecil Chesterton no tiene porqué temer discutir con nadie”. Cecil era un “pagano más rebelde”, gran enemigo de los puritanos, Gilbert defendía, aunque tibiamente, el idealismo y la religiosidad victoriana. Ambos hermanos, socialistas y agnósticos en un comienzo, terminaron juntos en la fe católica. Cecil lo hizo primero, Gilbert varios años después.
Tuvo amigos y muy buenos. Pero hay dos que están demasiado unidos a su vida y no se pueden dejar de nombrar: Hilaire Belloc y Maurice Baring. Hay un célebre cuadro pintado en 1932 por Sir James Gunn “Tertulia”, hoy en la National Portrait Gallery, en que aparecen los tres alrededor de una mesa. De esta relación entre los tres dice Joseph Pearce: “No sólo participaban de una amistad común, también compartían una misma filosofía y una misma fe. Sí no llegaban a ser tan indivisibles como la Santísima Trinidad, desde luego si eran tan indómitos como los Tres Mosqueteros. En el caso de la quimera Belloc-Baring- Chesterton el grito de guerra de, uno para todos y todos para uno, nunca resultó inapropiado”.
De esta amistad, especialmente la de Belloc, a quién conoció en un café del Soho y le marcó la vida, comenzó la lenta transformación que llevaría a Chesterton a convertirse en el transcurso de los años en un católico ferviente, y de esta amistad nació la ocurrencia de Bernard Shaw de hablar de Chesterbelloc, estas dos mitades de un “divertido elefante de circo”. Pero no podemos dejar de mencionar a Bernard Shaw en la vida de Chesterton. Dice Joseph Pearce en Sabiduría e Inocencia: “Lo cierto es que la relación entre los dos estuvo presidida por un cálido afecto que se oponía a su antagonismo intelectual. Fueron amigos y también enemigos y ambos obtuvieron un inmenso provecho tanto de su amistad como de su enemistad”.
Y Maisie Ward, biógrafa de Chesterton, citada por Joseph Pearce en Sabiduría e Inocencia: “Hasta que apareció Chesterton, Bernard Shaw había tenido el mundo de la polémica para él solo, pero tan pronto como aquél saltó al cuadrilátero, Shaw tuvo que empezar a medir sus pasos y a aprovechar su habilidad en la palestra. Chesterton podía romper la guardia del viejo irlandés en cualquier momento y ello aportaba una emoción especial a sus encuentros en las tribunas o en las páginas del G.K. ́s Weekley o del New Witness”.
Chesterton era un contendor temible y temido. Un orador extraordinario pero con un respeto profundo por sus adversarios sí éstos tenían altura; a los que no la tenían, no titubeaba en liquidarlos. Tuvo largas discusiones con H.G. Wells pero lo estimaba: “Siempre había sido un liberal un fabiano, un amigo de Henry James o Bernard Shaw. Y tenía razón con tanta frecuencia que sus movimientos me irritaban como la contemplación de un sombrero mecido perpetuamente por el mar sin llegar nunca a la orilla”. Pero Bernard Shaw era su preferido. En su Autobiografía citada en este trabajo, Chesterton habla con cariño y con admiración de él: “Mi experiencia fundamental, desde el principio hasta el final, ha consistido en polemizar con él. Vale la pena señalar que he aprendido a profesarle afecto y un respeto cálido más a partir de nuestra disensión que a partir de lo que la mayoría de la gente logra a través del acuerdo. Bernard Shaw, a diferencia de algunos de los que he hablado aquí, muestra su mejor lado en el antagonismo. Diría que muestra su lado mejor cuando se equivoca; o mejor aún, todo en él es erróneo salvo él mismo”.
Y los dos mejores polemistas de Inglaterra no sólo eran diferentes en sus ideas, sino absolutamente en todo. Uno, Chesterton, gordo y jovial, el otro, Shaw, flaco y austero. El primero amante de la buena mesa y el trago, “de las chuletas y la cerveza” y Shaw vegetariano y abstemio. Pero los dos se necesitaban y se potenciaban y el público necesitaba de sus intensas polémicas que marcaron época. Cuando Chesterton murió, Bernard Shaw le escribió a Frances: “Parece totalmente ridículo que yo, dieciocho años mayor que Gilbert, sobreviva a él de forma tan despiadada… Las trompetas están sonando en su honor”.

Ortodoxia y El Hombre Eterno

En 1908, Chesterton pública Ortodoxia, su primer libro explícitamente cristiano y que muchos consideran un aporte fundamental para el desarrollo del pensamiento de la Iglesia. Lo cierto es que muchos de sus lectores se sintieron tocados en lo más profundo e influyó, como mencionamos en la introducción, en ese “ejército de conversos” que cita Joseph Pearce del cuál Hilaire Belloc se siente tan feliz.
En Ortodoxia, Chesterton exalta el cristianismo, pero más concretamente escribe y siente como un católico aunque faltan todavía catorce años para dar el paso definitivo. La clave del éxito de este libro es el modo en que Chesterton se comunica con el lector. Usa un estilo directo, potente, franco. Las palabras estallan, se mueven, se levantan del libro para tocar al lector y abrazarlo sin darle tregua alguna. En 1952, la escritora Dorothy L. Sayers diría: ”Para los jóvenes de mi generación, G.K.C era una especie de libertador cristiano. Como si de una bomba beneficiosa se tratara, hizo saltar por los aires en la Iglesia un buen número de vidrieras de una época poco brillante para dejar paso a una fresca brisa en que las hojas muertas de la doctrina danzaban con todo el vigor y la falta de decoro de Juglar de Nuestra Señora”.
Y acerca de la influencia en la conversión de tantos, cita Joseph Pearce varios casos, en el libro “Escritores Conversos”: “No está claro si Ortodoxia tuvo algo que ver con la eminente conversión de Maurice Baring, pero dada su admiración por las primeras obras de Chesterton y el creciente cariño que sentía hacia él, raro sería que no lo hubiera leído en los meses inmediatamente previos a su recepción en la Iglesia, ocurrida el 1 de febrero de 1909”. En Ortodoxia pone Chesterton su propia experiencia en la búsqueda espiritual. Se compara a un hombre, un aventurero que sale a explorar mundos nuevos, que cree haber descubierto una lejana isla y de pronto se da cuenta que está en su propio país, en el mismo lugar de dónde había partido: “A menudo he soñado en escribir la historia de un piloto inglés que, habiendo calculado mal su derrotero, descubrió nada menos que la antigua Inglaterra, bajo la impresión de que era una ignorada isla del Mar del Sur… su equivocación fue en verdad la más envidiable de las equivocaciones posible; y mi hombre, si era como yo lo supongo, no dejaría de reconocerlo así. Porque ¿puede haber nada más delicioso que pasar en unos cuantos minutos, por todos los grados de la escala patética, desde las fascinaciones y terrores de arrojarse a lo desconocido hasta la humanisima seguridad de volver a lo familiar y propio?… Tengo mis razones para insistir porque yo mismo soy ese hombre, yo descubrí Inglaterra”.
Y es la llaneza y frescura de su prosa lo que encanta y como dice Alfonso Reyes: “Así en Chesterton, este nuevo padre de la Iglesia, la paradoja humorística sustituye a la parábola cristiana. Habla de las verdades más antiguas de la Iglesia, pero con el mismo tono de voz con que describe los ritos misteriosos de la isla recién descubierta en el Mar del Sur. Así en Chesterton, este salteador de su propia bodega, aprendemos a gustar otra vez el vino de nuestros abuelos”.
Recordemos que Ortodoxia fue escrito en respuesta a la crítica de su libro “Herejes”, 1905. Se le reprocha que enumera allí todas las herejías presentes en la sociedad pero no dice cuál es su propia posición y filosofía de la vida. Chesterton encontrando quizás certera la crítica se embarca en este libro, dónde expone sus verdaderos sentimientos en cuanto a religión. No cabe ninguna duda que es un católico verdadero y su libro es un himno que exalta su fe. Sin embargo asentado en la Iglesia Anglicana, católica incomprensiblemente para muchos, no da el salto definitivo. El propio Chesterton expresa: “Ante todo debo considerar mi postura acerca si debo estar dentro o fuera. Yo pensaba que uno podía ser anglocatólico y estar realmente dentro, pero si eso significa quedarse solo en el pórtico, creo que no quiero estar en el pórtico, y desde luego no en un pórtico separado del edificio”. Dicen que Belloc su gran amigo y ferviente católico de toda la vida, fue uno de los grandes sorprendidos cuando supo en 1922 de su conversión. Parece que había perdido totalmente las esperanzas.
Pero el gran obstáculo para Chesterton era Frances, su mujer con quién había compartido todo en la vida y ella se oponía tenazmente a convertirse al catolicismo. Joseph Pearce dice en Escritores Conversos que Frances había dicho una vez que no haría jamás tres cosas: tener una secretaria eficiente, cortarse el pelo, y ser católica. Por lo menos esta última no la cumplió porque cuatro años después de su marido ingresó a la fe Católica. Pero, volvamos a G.K. Chesterton y a su largo proceso espiritual para llegar al fin a la fe presentida y anhelada toda su vida. Para hablar de ello tenemos que nombrar inevitablemente a dos personas que influyeron notablemente en su decisión de “pasarse al Papa”.
Ellos fueron Ronald Knox y el padre John O’Connor. A Knox lo conoció un par de años antes de su conversión a través de su amigo Baring. Knox había sido sacerdote anglicano hasta 1917 cuando luego de pasar años de incertidumbre y angustia decidió entrar a la Iglesia Católica de Roma. Chesterton y sus escritos habían tenido alguna influencia en su decisión. Por cierto le admiraba y lo único que quería era ayudarlo a profesar el catolicismo. Al padre O’Connor, quién fuera inspirador de su famoso personaje de cuentos policiales, padre Brown, lo había conocido muchísimo antes en Yorkshire y le había impresionado desde el primer momento su sencillez, su inteligencia y su bondad. Cuando llegó el momento de la decisión final, fue la propia Frances, su mujer quién le aconsejó que llamara al padre O’Connor. En julio de 1922 Chesterton fue recibido dentro de la Iglesia. Pero la verdad es que lo único que hacía falta era su consentimiento, no necesitaba ser instruido en esta fe porque hacía más de veinte años que hablaba del catolicismo sin ser católico, sus conocimientos de la ortodoxia y el dogma eran mucho más profundos que los de muchos creyentes.
Dice en su Autobiografía: “Estoy orgulloso de mi religión hasta donde puede estarlo un hombre de una religión que hunde sus raíces en la humildad; sobretodo estoy orgulloso de esos aspectos que con mayor frecuencia se califican de superstición. Me siento orgulloso de estar sujeto a dogmas anticuados y esclavizado por credos muertos (como repiten sin descanso mis amigos periodistas), porque sé muy bien que los credos heréticos son los que mueren y solo los dogmas razonables viven lo suficiente para que se les llame anticuados”.
No se puede terminar este esbozo de la persona y la vida de Chesterton sin mencionar su libro “El Hombre Eterno”: El Hombre Eterno que muchos consideran su mejor obra es una fulminante y clara reflexión histórica que solo podía escribir en un período de relativa calma, sin los agobios de la urgencia periodística. Según Evelyn Waugh surgió para cubrir una necesidad temporal y quedó como un monumento permanente y Borges lo considera una “extraña historia universal que prescinde fechas y en la que casi no hay nombres propios y que expresa la trágica hermosura del destino del hombre sobre la tierra”. Esta obra escrita en 1925 surge como respuesta a “Esquema de la Historia” de H.G. Wells. En ese libro Wells, con una visión materialista del mundo, considera que el hombre es solamente el resultado de la evolución. Nada podría haber exasperado más a Chesterton que tiene una opinión diametralmente opuesta: José Manuel de la Prada en el prólogo a este libro dice “El hombre según Chesterton no es el fruto de una evolución, sino de una revolución y para mejor explicar este aserto nos lleva de la mano al interior de las cavernas que habitaron nuestros antepasados”.
Pero veamos como el mismo Chesterton nos explica que este libro está considerado mucho más desde el punto de vista histórico que el teológico y que no debe relacionarse con su reciente conversión a la fe Católica. Aquí hay dos conceptos que quiere tratar: la criatura llamada hombre y el hombre llamado Cristo: “He dividido este libro en dos partes: la primera es un esbozo de la aventura más importante vivida por la raza humana hasta el término de su itinerario pagano; la segunda, un resumen de la sustancial diferencia que supuso su transformación al cristianismo”.
Y así como “Ortodoxia” provocó una serie de conversiones, también lo hizo “El Hombre Eterno”. Entre los que fueron impactados profundamente por el mensaje y contenido del libro se encuentra el escritor C.S Lewis quién en su libro Sorprendido por la Alegría dice: “Entonces leí El Hombre Eterno de Chesterton y por primera vez ví toda la concepción cristiana de la historia expuesta en una forma que me parecía tener sentido. De alguna manera me las arreglé para que el remezón no fuera demasiado fuerte. Recordarán que ya creía a Chesterton el hombre vivo más sensato que existía, dejando de lado su cristianismo”.
Quiero citar algunas palabras de Chesterton en las conclusiones de El Hombre Eterno: “Sin embargo (la Iglesia Católica) ha aguantado dos mil años, y el mundo, a su sombra, se ha hecho más lúcido, más equilibrado, más razonable en sus esperanzas, más sano en sus instintos, más gracioso y alegre ante el destino y la muerte, que todo el mundo que no se acoge a ella”.

Discípulos misioneros católicos

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Cuatro formas de medir si una parroquia da fruto evangelizador… y preguntas concretas para medirlo

Marcel Lejeune es el impulsor de Catholic Missionary Disciples, una plataforma de  evangelización católica  con sede en Texas que promueve una “conversión pastoral” en las parroquias para hacerlas más evangelizadoras. Desde su blog, publica reflexiones a partir de su experiencia en muchas parroquias para animarlas a tener un enfoque más evangelizador.
En una de sus últimas reflexiones, Lejeune examina la forma de medir el “éxito” (o fruto) de una parroquia.
Muchas parroquias miden su fruto contando los asistentes a misa, la gente que participa en otras actividades parroquiales y el número de sacramentos que se imparten (cuántas bodas, bautizos y primeras comuniones se celebran).
No hay nada malo en contabilizar estas cosas y ciertamente necesitamos valorar los sacramentos. Los números que registramos en estas ocasiones son objetivos y pueden darnos una visión amplia. Pero si es lo único que medimos, es que apuntamos a la diana equivocada“, advierte.
La razón es la siguiente: la Iglesia existe para evangelizar, y eso implica que se dedique, sobre todo, a buscar llegar a más gente. Una parroquia evangelizadora debe estar buscando formas de llegar “a los de fuera“, más que microgestionar lo que tiene dentro.
Lejeune recuerda una cita de C.S.Lewis: “La Iglesia no existe más que para acercar los hombres a Cristo, para hacer de ellos pequeños Cristos. Si no están haciendo eso, todas las catedrales, clérigos, misiones, sermones, incluso la Biblia misma, son simplemente una pérdida de tiempo“.
Jesús resucitado da instrucciones a su Iglesia: “Id y haced discípulos de todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que os he encargado; y, mirad, yo estoy con vosotros siempre, hasta el fin de los tiempos”, leemos al final de Mateo 28.
Si ese es el objetivo (“haced discípulos”, “bautizad”, “enseñad”), ¿cómo puede medir una parroquia si lo va cumpliendo y mejora en esa ruta?Lejeune propone 4 formas de hacerlo.
1. Medir el “output” (lo que sale), más que el “input” (lo que entra)
Más que medir cuánta gente viene a catequesis infantil o de padres o a misa, hay que medir cuánta gente en la parroquia sale a evangelizar, o se presenta voluntaria para servir o se forma como discípulo de Cristo para “ir y anunciar”. ¿Cómo se mide esto? En realidad, admite Lejeune, “la única forma de medir el output es conocer a los demás y escuchar sus historias. No es muy eficiente, pero es necesario para tener un sistema que esté al corriente de lo que pasa”.
2. Entender qué estrategia lleva al objetivo
El objetivo lo marca Jesús: id y haced discípulos. Eso implica mover a que la gente se convierta, que la gente ame a Jesús y quiera seguirlo. En realidad eso no es algo que controle ni el párroco ni su equipo de evangelizadores o colaboradores. Pero sí hay estrategias que ayudan a evangelizar mejor. “Si nuestro objetivo es hacer discípulos, necesitamos reorientar nuestros ministerios con un plan que nos ayude a eso”.
3. No detenernos en la conversión inicial
Un problema de la pastoral católica es que, a menudo, en cuanto se recibe un converso, se le deja solo. Se le dice que con ir a misa y confesarse de vez en cuando, ya está incorporado a la Iglesia. La verdad es que sólo con eso es muy difícil que un converso pase a ser un cristiano maduro y evangelizador, es decir, un discípulo. “La forma más sencilla de ayudar a alguien en esa etapa es que un discípulo más maduro venga a acompañarle, discipularle y enseñarle”, explica Lejeune. Hay varias formas de hacer esto, pero el objetivo es multiplicar el número de discípulos maduros, es decir, la cantidad de cristianos maduros que puedan acompañar y formar a otros cristianos.
4. Lo que no sirve, y molesta, quitarlo
“Demasiado a menudo las parroquias están ocupadas en cosas que las distraen de su misión, que no corresponden a una estrategia establecida y que no ayudan a cumplir la visión. Son cosas que se hacen porque ‘siempre se ha hecho’. Esa no es razón suficiente para gastar dinero, tiempo o espacio. Podar requiere tanto liderazgo como cosechar”.
Para conocer a tu pueblo, ¡hazle preguntas!
Un párroco necesita conocer a sus feligreses y a sus colaboradores, catequistas, monitores; también un responsable de catequesis o de Cáritas debería. Para saber si la gente mejora en su cercanía a Cristo y si la parroquia mejora en su objetivo de “hacer discípulos”, Lejeune considera que hay preguntas bastante concretas que se deberían plantear:
a- ¿Cuánta gente reza cada día?
b- ¿Cuánta gente ha hecho una decisión consciente de poner a Jesús en el centro de su vida?
c- ¿Cuánta gente activa e intencionalmente ha compartido su fe con otros fuera de la iglesia?
d- ¿Cuántos han explicado su testimonio de conversión en los últimos 6 meses con alguien que no fuera ya un discípulo de Jesús?
e- ¿Cuántos se consideran a sí mismos discípulos intencionales?
f- ¿De qué otras formas podemos medir si crecemos en el objetivo de ‘ir y hacer discípulos’?
Fuente: ReligiónEnLibertad.com
Titular a cinco columnas de Solidaridad Obrera de 4-VIII-1936 ¿Se puede atribuir el bombardeo del Pilar a unos descontrolados que “no dependían de las autoridades republicanas y actuaban al margen de toda ley”, como sostiene el arzobispado de Tarragona que fueron quienes quemaron y destruyeron iglesias, monasterios y conventos en la Guerra Civil?

Las matanzas de católicos en el periodo 1931-1939 no fueron obra de descontrolados, fueron obra del Régimen de la II República, socialista, comunista, anarquista y separatista

Voy a ir citando algunas declaraciones de los lideres de los partidos del Frente Popular, que desmienten el mito de que las autoridades republicanas no tuvieron parte en la persecución religiosa.

Por Javier Paredes, Catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá- Hispanidad.com
Hace poco más de un mes acababa mi artículo de Hispanidad con estas palabras: “La petición de perdón por las víctimas del franquismo que ha hecho el vicario general de Tarragona y, por lo tanto, también su obispo, Joan Planellas, puesto que no le ha desautorizado, me parece de una hipocresía de tamaño buque”. La reacción no se hizo esperar y, al día siguiente, la página del arzobispo de Tarragona publicó un comunicado, en el que utilizaba y hacía suyos los clichés ideológicos de los enemigos de la Iglesia. Y lo realmente grave es que el arzobispo y su vicario utilizaban esos chlichés en nombre de la Iglesia, para presentarlos como doctrina de la Iglesia en el pastoreo de los fieles.
Desde su publicación, domingo tras domingo, vengo desmontando todas las mentiras que contiene el precitado comunicado del arzobispado de Tarragona. Y hoy toca deshacer la mentira insidiosa de los “descontrolados”, porque el comunicado del arzobispado de Tarragona da entender que los autores de la persecución religiosa, durante la Guerra Civil, no dependían de las autoridades republicanas, y que eran unos descontrolados que actuaban al margen de la ley.
Pues no, monseñor Planellas, los hechos no fueron como su Reverendísima dice. Servidor, cuando el arzobispo de Tarragona hable como un sucesor de los apóstoles, chitón. Pero si se adentra como furtivo en el coto de la Historia… Le voy a contar una serie de acontecimientos que le pueden ayudar a orientarse, porque en el territorio de la Historia el arzobispo de Tarragona anda muy…, pero que muy perdido. Por lo tanto, voy a ir citando algunas declaraciones de los lideres de los partidos del Frente Popular, que desmienten lo que el arzobispado de Tarragona sostiene de que las autoridades republicanas no tuvieron parte en la persecución religiosa, porque todo fue obra de unos descontrolados que actuaron al margen de la ley.
Y lo realmente grave es que el arzobispo de Tarragona y su vicario utilizan y hacen suyos los chlichés de los enemigos de la Iglesia para actuar en nombre de la Iglesia y presentarlos como doctrina de la Iglesia en el pastoreo de los fieles
Como escribí en el artículo del domingo pasado, el secretario general del Partido Comunista Español, José Díaz (1896-1942), en un mitin celebrado en Valencia el 15 de marzo de 1937, dijo lo siguiente: «En las provincias en las que dominamos, la Iglesia ya no existe. España ha sobrepasado con mucho la obra de los soviets, porque la Iglesia en España está hoy día aniquilada».
Por su parte, el presidente de Generalidad, Lluis Companys (1882-1940), en declaraciones al semanario francés Vu, justifica la persecución religiosa como un acontecimiento inexorable en la historia en manifestación de venganza: “Hay entre nosotros tres instituciones violentamente odiables, y de las cuales el pueblo, de año en año, se sentía amargado, quiero decir: el clericalismo, el militarismo, el latifundismo… El movimiento del cual sois testigos es la explosión de una cólera inmensa, de una inmensa necesidad de venganza, subiendo del fondo de los tiempos. Esta cólera explica el carácter impetuoso de este movimiento”.

VuPortada del número especial del semanario francés Vu (29-VIII-1936), dedicado a la Guerra Civil española.

Andrés Nim líder del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) declaró lo siguiente en un mitin celebrado en Barcelona el 8 de agosto de 1936: “Había muchos problemas en España, y los republicanos burgueses no se habían preocupado en resolverlos. El problema de la Iglesia…, nosotros lo hemos resuelto totalmente, yendo a la raíz: hemos suprimido a los sacerdotes, las iglesias y el culto”.
Mucho antes de que estallara la guerra civil, Manuel Azaña (1880-1940), como ministro de la Guerra, formó parte del Gobierno provisional que con su pasividad permitió que el 11 de mayo de 1931 se quemasen en Madrid la iglesia de los jesuitas de la calle la Flor, el Instituto Católico de Artes e Industrias en la calle Alberto Aguilera, el colegio de Maravillas en Cuatro Caminos, el convento de las Bernardas, el noviciado de las religiosas del Sagrado Corazón, el colegio de las Salesianas, la parroquia de Bellas Vistas y el convento de los carmelitas en la plaza de España. Cuando el ministro de la Gobernación, Miguel Maura (1887-1971), propuso sacar a la Guardia Civil para impedir los incendios, Manuel Azaña exclamó: “Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano […] He dicho que me opongo a ello decididamente -amenazó Azaña- y no continuaré un minuto en el Gobierno si hay un solo herido en Madrid por esa estupidez”. Y el gran estadista consagró la violencia.
Lluis Companys (1882-1940), en declaraciones al semanario francés Vu, justifica la persecución religiosa: “Hay entre nosotros tres instituciones violentamente odiables: el clericalismo, el militarismo, el latifundismo… El movimiento del cual sois testigos es la explosión de una cólera inmensa, de una inmensa necesidad de venganza, subiendo del fondo de los tiempos”.
Con estos antecedentes, no sorprende que Azaña poco después de estallar la Guerra Civil declarase lo siguiente: “Lo que el pueblo ha querido aniquilar, incendiando iglesias y conventos, es el signo visible de una opresión secular. Se ha lanzado contra las fortalezas de un poder hostil. Su furor se ha parado aquí; todo lo demás ha sido respetado”. Y de las vidas segadas de sacerdotes por entonces, Manuel Azaña no hizo ni mención, porque todas juntas para él valían menos que la de un republicano, exactamente valían nada.
Joan Peiró (1887-1942), dirigente de la CNT y ministro del Gobierno presidido por el socialista Largo Caballero (1869-1946), escribió en Perill a la reraguarda (Mataró 1936): “El anatema general contra los mosqueteros con sotana y los requetés engendrados a la sombra de los confesonarios fue tomado tan al pie de la letra que se ha perseguido y exterminado a todos los sacerdotes y religiosos únicamente porque lo eran. La destrucción de la Iglesia es un acto de justicia… Matar a Dios, si existiese, al calor de la revolución cuando el pueblo inflamado de odio justo se desborda, es una medida muy natural y muy humana”.
Perill a la reraguardaPortada de la colección de artículos publicada bajo el título de Joan Peiró, Perill a la reraguarda. Edicions Llibertat. Mataró 1936
Lo que sentían los dirigentes republicanos del Frente Popular hacia la Iglesia queda reflejado en un artículo firmado por José Raimundo, titulado ¡A sangre y fuego!, publicado en Solidaridad Obrera el 18 de octubre de 1936. Lo transcribo íntegramente:
Hay que destruir. Hay que reducir a escombros todos los viejos dogmas. Y, sobre las cenizas de tanta barbarie, levantar el monumento a la Libertad; pero no al estilo neoyorquino, que es un escarnio.
Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano, dijo Manuel Azaña, el gran estadista… y consagró la violencia.
Sin titubeos, a sangre y fuego. Porque si los otros se lanzan de esa manera, provocando y escudándose en una causa injusta y vil, ¿qué más lógico que emplear para nuestra defensa sus mismos medios de ataque, si estos son eficaces, y luchamos por una causa justa y honrada?
Durante siglos y más siglos han pretendido hacernos tragar a Dios a la fuerza y, amparándose tras él, los crímenes más horrendos han sido lícitos. Porque siempre, en todos los tiempos y en todas las épocas, los crímenes más horrendos han tenido por mudo testigo a la fatídica cruz.
Admitiendo, por unos momentos, la grotesca suposición de que ese Dios que nos pintan existiese, ¿no os parece que a los primeros que metería en el infierno sería ellos, por hipócritas y falsarios?
Para ellos no fue un mal invento lo del cristianismo; pero todo, con el tiempo, se desgasta y pasa de moda. Y con ese invento sucede lo mismo: su reinado pasó…, para no volver.
(Verdad es que ahora “florece” la teosofía y el espiritismo, porque siempre existirá algún narcótico para los pobres de espíritu; pero estos cuatro gatos locos no cuentan, como es de suponer).
No solo hay que dejar en pie a ningún escarabajo ensotanado, sino que debemos arrancar de cuajo todo germen incubado por ellos. ¡Hay que destruir! El mundo de ellos y el nuestro es incompatible; no caben en uno, se ahogan. ¡Qué mueran ellos, pues, ya que representan la barbarie, la incivilización y lo que es peor un peligro constante para nuestra existencia!
No resta en pie una sola iglesia en Barcelona, y es de suponer que no se restaurarán, que la piqueta demolerá lo que el fuego empezó a purificar. Pero, ¿y en los pueblos? Muchos hay en que todavía resta en pie su casa de prostitución del entendimiento. Sabido es que en el campo el sentido religioso es mucho más profundo que en la ciudad, debido, precisamente, a la incultura peculiar en él, lo que prueba una vez más que las religiones todas se filtran allí donde la ignorancia merodea a sus anchas y el raciocinio brilla por su ausencia.
No. Hay que ir con tiento. Que después no nos den la sorpresa que desde el campo nos quieran civilizar.
Duro con ellos, a sangre y fuego, sin compasión, que es cuestión de vida o muerte.
Y que conste que ni en NOMBRE DE LA LIBERTAD, no hemos echado a ninguno a la hoguera, procedimiento muy corriente en ellos EN NOMBRE DE DIOS”.

Santísima Trinidad 2024

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Santisíma Trinidad

Evangelio según San Mateo 28,16-20.
En aquel tiempo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado.
Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: “Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo“.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

A lo largo de la historia, la Santísima Trinidad ha sido representada en el arte de diversas formas. Uno de los más antiguos es el triángulo de tres lados iguales. San Patricio, en su evangelización de los irlandeses, utilizó un trébol, con sus tres hojas formando una sola hoja. Hace muchos años me encontré con un libro para niños que hablaba de la Trinidad en términos de una manzana. Se llama Una imagen de Dios. 3 en 1, escrito por Joanne Marxhausen. En este libro:
– la cáscara que representa al Padre. Es la parte más obvia de
la manzana, así como Dios Padre se ha revelado a través de la creación que nos rodea. La cáscara es también la protectora del resto de partes de la manzana.
– la pulpa de la manzana representa al Hijo, como el “Verbo
se hizo carne y habitó entre nosotros”. Jesús asumió nuestra humanidad, nuestra carne y huesos, pero permaneció uno con el Padre, en Su divinidad.
– las semillas del núcleo representan el Espíritu Santo, la fuente de
nueva vida. Contienen el nuevo comienzo de la vida, ya que a través del Espíritu Santo somos enriquecidos por nuestra participación en la vida de Dios.
Hoy celebramos la Fiesta de la Santísima Trinidad. Es una oportunidad para nosotros, como comunidad de fe, de reflexionar sobre la vida que compartimos con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Dios nos llama a la vida con Él. ¡Él se declara por nosotros! Ése es, para mí, el mensaje de la Primera Lectura, del Libro del Deuteronomio (4,32-34. 39-40). Dios se ha revelado a nosotros y nos reclama como suyos. ¡Somos suyos! Sin embargo, en esta relación Él nos llama a guardar Sus mandamientos y a vivir como Él –el Autor de la vida– ha querido. Hay “beneficios” y bendiciones por ser hijo de Dios, pero también hay responsabilidades que conllevan. Por muy tranquilizadoras que sean las palabras de Dios en la lectura, también son un desafío para nosotros a responder con gracia a este Dios que está de nuestro lado.
Nuestra Segunda Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos (8,14-17) también proclama esta cercanía de Dios. No está en alguna parte, desinteresado y no involucrado. Más bien, Él está presente y tan “involucrado” como le permitimos estar. Como seguidores de Jesús estamos animados por el Espíritu Santo y movidos al Padre. Él es nuestro ‘Abba’ (‘Papá’), y muestra esa intimidad y conexión con nosotros, si se lo permitimos.
En nuestro evangelio (Mateo 28:16-20) Jesús deja a sus discípulos, dejándoles un mandato: salir y compartir la Buena Nueva y bautizar en “el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Al compartir la vida de Dios, tenemos el mandato de invitar a otros –con nuestras palabras y ejemplo– a unirse a nosotros en esta relación amorosa con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En su nombre somos bautizados y vivimos en unión con ellos. En este Domingo de la Trinidad celebramos, de manera especial, esta vida que compartimos y que ha sido compartida con nosotros.
Al reflexionar sobre las lecturas, tuve que preguntarme: ¿Cómo experimentamos esa vida con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? Primero, por supuesto, en las Sagradas Escrituras se revelan, y llegamos a conocerlas y atribuirles diversas funciones y personalidad. En segundo lugar, esto se refleja en nuestra oración hacia ellos, en nuestra comunicación con ellos.
En los Ejercicios Espirituales San Ignacio, en los que participé como novicio (en 1974), se pide al ejercitante, en diferentes momentos, que dirija su oración a una determinada persona de la Trinidad, para pedirle gracias particulares. Aunque esto puede no parecer trascendental, para mí, en ese momento, me dio una apreciación más profunda de cada una de las personas de la Trinidad y la relación única que tengo con cada una. Ahora bien, esto no significa que si dirigimos nuestra oración a la persona “equivocada” de la Trinidad, sea como una carta que termina en la “Oficina de Cartas Muertas” para nunca ser vista (o respondida). Sin embargo, creo (y según mi experiencia a partir de ese momento) que mi relación con cada persona se fortalece y se vuelve más significativa cuando la dirijo a una persona en particular por una razón particular. Así como tenemos relaciones únicas con cada miembro de nuestra familia – padre, madre y hermano(s) – así también nuestra relación con el Padre es única de la del Hijo, que es única de la del Espíritu Santo, que es única de la del Padre. Por eso ruego al Padre como Creador, al Hijo como Salvador y al Espíritu Santo como Santificador.
Durante esta semana, hagamos un esfuerzo particular para identificar a quién oramos y por qué gracia en particular. Esto ayudará a que cada relación –con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo– crezca y adquiera una vida más personal. A veces la gente simplemente se refiere a su oración a “Dios”, como si Dios fuera una nube en alguna parte. ¡Ese no es el caso! Cada persona de la Trinidad es un miembro vivo y estamos llamados a crecer en nuestra relación con cada uno de ellos. Por ejemplo, con mi ejemplo de nuestras relaciones familiares, creceré más en mi relación con mis hermanos si les hablo directamente, mucho más que si hablo con mis padres. ¿Tener sentido? Pruébalo y verás cómo tu conciencia de cada persona crecerá y se desarrollará. Luego, cuando celebremos el Domingo de la Trinidad el próximo año, el primer domingo después de Pentecostés, verás cuán lejos has llegado en conocer, amar y servir a cada persona de la Santísima Trinidad.
La próxima vez que comas una manzana, piensa en la Trinidad y en cómo cada parte de la manzana es única, así como cada persona de la Trinidad es única. Lo que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo más desean –y nos dan gracia para crecer– es que entremos más profundamente en sus vidas y los invitemos a entrar más profundamente en nuestras vidas.

Primer Concilio de la Iglesia católica en China

Vídeo realizado por Teresa Tseng Kuang Yi para la Agencia Fides. El texto está tomado de las memorias del Cardenal Celso Costantini. Las imágenes proceden del archivo chino de la St. Columban Mission Audiovisuales.
Shanghai, 15 de mayo de 1924: comienza el primer Concilio de la Iglesia católica en China en la catedral de San Ignacio. Es la asamblea de una Iglesia todavía dirigida por obispos y misioneros extranjeros, mientras que también en China ha llegado el momento de mostrar que la fe en Cristo “no es ajena a ninguna nación”, y convertirse en cristiano no significa “ponerse bajo el poder de otro país y eludir la ley del proprio” (Benedicto XV, Carta apostólica Maximum Illud)
El Concilio de Shanghai anuncia una Iglesia católica de rostro chino, liberada de las ataduras de la mentalidad europea que también había penetrado en la dinámica eclesial. Una Iglesia con obispos chinos al frente de comunidades, en comunión con el Obispo de Roma.
Hoy, la Iglesia católica en China continúa su peregrinación, en el gran misterio de la historia de la salvación. Adaptándose al contexto en el que vive, busca también cultivar y hacer crecer fructíferamente los lazos de comunión eclesial con otras Iglesias locales. El futuro está abierto.
Fuente: Agencia Fides.org

Nuestra Señora de Sheshan

Por Fundación Cari Filii.es
La Basílica menor de Nuestra Señora de Sheshan es el santuario católico más importante de China y uno de los principales lugares de peregrinación de Asia. Los católicos chinos celebran su festividad en cualquier lugar del mundo, desde la Chinatown neoyorquina a las comunidades chinas de Manila y todo el sudeste asiático. Hoy día es el único lugar de peregrinación permitido por las autoridades comunistas porque el santuario está controlado por la gubernamental Iglesia Patriótica.
El templo ha conocido diversas etapas desde la primera iglesia, construida en 1683 por los jesuitas, a la segunda, edificada tras ser asaltada y quemada la original en los disturbios de 1870, y a la tercera, terminada en 1935 tras derribarse en 1925 la anterior por resultar de aforo insuficiente.
Durante los primeros años de la persecución comunista, en la década de 1950, el obispo de Shanghái, Ignatius Kung Pin-Mei, peregrinó al santuario con sus sacerdotes donde hicieron voto de fidelidad a la fe y a la Iglesia. El prelado fue detenido y encarcelado durante más de treinta años.
En 2008, Benedicto XVI compuso una oración a Nuestra Señora de Sheshan (o She Shan) para pedir la protección de la Virgen sobre el país, y la fidelidad de los católicos, a pesar de las persecuciones y martirios, “a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia“. Esta oración es la que rezó Papa Francisco:
Oración a Nuestra Señora de Sheshan
Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra,
venerada con el título de “Auxilio de los cristianos” en el Santuario de Sheshan,
a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China,
hoy venimos ante ti para implorar tu protección.
Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal
por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre
fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.
Con el dócil “sí” pronunciado en Nazaret tú aceptaste que
el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal
iniciando así en la historia la obra de la Redención,
en la que cooperaste después con solícita dedicación,
dejando que la espada del dolor traspasase tu alma,
hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste
erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.
Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre
de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe
y lo siguen tomando su Cruz.
Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste
al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable,
concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación,
incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.
Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China,
en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando,
para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.
En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo
al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor,
manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.
Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén.

Diaconisas

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Daniel PaynePor Daniel Payne– ACI Prensa.
El Papa Francisco una vez más se ha pronunciado enérgicamente en contra de un diaconado femenino ordenado, reafirmando su postura constante en contra de que las mujeres se conviertan en clérigos.
El Papa hizo estos comentarios el fin de semana en una entrevista con la presentadora de CBS News, Norah O’Donnell, durante una aparición en el programa insignia de la cadena, “60 Minutes”.
Muchos niños y niñas vendrán aquí a finales del próximo mes para el Día Mundial de la Infancia. Y tengo curiosidad, para una niña que crece hoy como católica, ¿tendrá alguna vez la oportunidad de ser diácono y participar como miembro del clero en la Iglesia?”, comentó O’Donnell al Papa en un momento de la entrevista.
“No”, respondió Francisco.
Presionado por O’Donnell sobre si un diaconado femenino era “algo a lo que está abierto”, Francisco respondió: “Si se trata de diáconos con órdenes sagradas, no”.
Pero las mujeres siempre han tenido, diría yo, la función de diaconisas sin ser diáconos, ¿verdad? Las mujeres están al servicio de gran manera como mujeres, no como ministros dentro de las órdenes sagradas”, continuó el Papa.
El Santo Padre enfatizó la importancia de los roles de las mujeres en la Iglesia Católica, describiéndolas como “las que impulsan los cambios, todo tipo de cambios”.
“Ellas son más valientes que los hombres. Saben mejor cómo proteger la vida. Las mujeres son maestras custodias de la vida. Las mujeres son grandes. Son muy grandes. Y hacer espacio en la Iglesia para las mujeres no significa darles un ministerio, no. La Iglesia es una madre, y las mujeres en la Iglesia son las que ayudan a fomentar esa maternidad”, aseguró.
“No olvidemos que las que nunca abandonaron a Jesús fueron las mujeres. Todos los hombres huyeron”, acotó.
Francisco el año pasado reafirmó la imposibilidad de que las mujeres se conviertan en sacerdotes, o incluso en diáconos de la Iglesia moderna, afirmando que “las órdenes sagradas están reservadas para los hombres”.
El Papa en su conversación con O’Donnell -su primera entrevista en profundidad con una cadena de televisión estadounidense- tocó una amplia variedad de temas, desde la inmigración hasta la guerra y el antisemitismo.
Aquí hay algunos otros aspectos destacados de los comentarios del Santo Padre durante la entrevista, que se emitió en su totalidad el lunes por la noche.
Sobre los inmigrantes que huyen de países violentos a otros más seguros
“La solución es la migración, abrir las puertas a la migración. Para que una política de inmigración sea buena, debe tener cuatro cosas: que el migrante sea recibido, asistido, promovido e integrado. Esto es lo más importante, integrarlos en la nueva vida”, destacó.

Padre Francis Wahle

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Padre Francis Wahle (1929-2024), sacerdote de la diócesis de Westminster en Inglaterra. Cortesía de la Diócesis de Westminster.

Un sacerdote que escapó de los nazis

Por TERRY TASTARD, sacerdote Diócesis de Westminster- ThePillar.com
Padre Francis Wahle, que murió el 14 de mayo a la edad de 94 años, fue uno de los casi 10,000 niños judíos que escaparon de la Europa nazi a través de la evacuación masiva conocida como Kindertransport , que los llevó a Gran Bretaña poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En realidad, era católico de cuna: su padre se había convertido antes de que él naciera en agosto de 1929, y el niño Francisco fue bautizado en la catedral de San Esteban de Viena. Pero al tener cuatro abuelos judíos, las leyes de Nuremberg lo consideraron judío.
Antes de la toma de Austria por los alemanes en 1938, la vida de su familia era cómoda. Su padre era abogado y juez. Con la llegada del régimen nazi, las cosas cambiaron a una velocidad aterradora. Su padre tuvo que renunciar a su trabajo debido a las leyes raciales nazis, y la escuela católica de Francisco le ordenó que lo dejara.
Sus padres intentaron protegerlo de lo que estaba sucediendo, pero vio a los judíos humillados y golpeados en las calles. Sus padres decidieron enviarlo a él y a su hermana menor Anne a un lugar seguro en Gran Bretaña, consiguiéndoles plazas en uno de los trenes Kindertransport.
La escena en la Estación Oeste de Viena era de angustia apenas controlada mientras cientos de padres se despedían de sus hijos, muchos de los cuales nunca volverían a ver a sus padres.
Los jóvenes Francis y Anne Wahle. Cortesía de la Diócesis de Westminster.
Francisco y Ana llegaron a Inglaterra en enero de 1939. Él tenía nueve años y ella siete. Para su consternación, fueron separados. A él lo envió a un hogar administrado por un comité católico para refugiados y a ella la cuidaron monjas.
Rápidamente aprendió inglés y recibió educación gratuita, primero en una escuela preparatoria jesuita, antes de pasar a Stonyhurst, la escuela privada jesuita en Lancashire, noroeste de Inglaterra. Durante las vacaciones, él y otros dos niños refugiados se alojaron con una mujer católica en Blackpool cuyo cuidado maternal fue ejemplar.
Esos primeros años de transición requirieron adaptabilidad e incluso coraje de su parte. Usted sintió en el Padre Francisco una resiliencia y un estoicismo nacidos de sus experiencias. Su hermana podía visitarlo ocasionalmente.
Se preguntaron qué les había pasado a sus padres. En 1945, se enteraron de que sus ingeniosos padres habían sobrevivido pasando a la clandestinidad. Una de sus artimañas era mudarse de casa de hospedaje en casa de hospedaje, haciéndose pasar por amantes. Utilizando identificaciones falsas, suplicaban alojamiento a las caseras. Los vieneses, destacó el p. Francisco, irónicamente, siempre tuvo una fuerte vena de sentimentalismo.
Viajar fue difícil después de la guerra y no pudo reunirse con su madre hasta 1947, y con su padre incluso más tarde. Hubo dolor y alegría en el reencuentro. Los dejó cuando tenía nueve años y se reunió con ellos cuando era joven. Ahora eran casi desconocidos el uno para el otro, y reconstruir su relación requirió paciencia y tolerancia por parte de ambas partes.
Francis Wahle con sus padres. Cortesía de la Diócesis de Westminster.
Pero Francisco estaba seguro de que si él y Ana no hubieran sido despedidos, todos habrían perecido, porque sus padres no habrían podido esconderse de la forma en que lo hicieron.
Francisco obtuvo una licenciatura en economía en el University College de Londres y comenzó una carrera en contabilidad y administración, pero la abandonó cuando sintió un llamado al sacerdocio. Después de estudiar en Roma, fue ordenado sacerdote en 1965 y sirvió en las parroquias de la diócesis de Westminster.
En un momento, también fue capellán de un hospital. Una vez, la enfermera a cargo de la maternidad le pidió que dejara de darles a las nuevas madres una tarjeta que tenía un versículo de las Escrituras en un lado y avisos de capellanía en el otro. Desconcertado, preguntó por qué.
Le dijo que a veces las madres se reían tanto que se les rompían los puntos. Miró de nuevo la tarjeta. El versículo elegido fue Mateo 11:28: “Venid a mí todos los que estáis trabajados bajo pesada carga”.
Después de jubilarse, comenzó un nuevo ministerio de escuchar a los católicos alienados por experiencias dolorosas en la Iglesia. Se encontrarían en el restaurante debajo de su apartamento en Baker Street, cerca de la casa del ficticio Sherlock Holmes. Algunos de ellos se reconciliaron como resultado, pero su objetivo principal era el poder curativo de la escucha misma.
Padre Francisco se opuso a cualquier racismo o xenofobia. Quizás fue notable que no mostrara resentimiento hacia Austria y que su fe como católico fuera fuerte. A su nación natal le gustaba presentarse como la primera víctima de Hitler, pero con el paso de las décadas esa historia se ha desgastado. Muchos católicos austríacos dieron la bienvenida a los nazis. De hecho, tanto Hitler como Himmler fueron educados como católicos.
Padre Francisco vio el ascenso del nazismo como una advertencia de la historia. En cuanto a la Iglesia, fue estudiante en Roma durante el Concilio Vaticano II y acogió favorablemente las reformas, que consideraba insuficientes.
Se apresuraba a hablar en defensa de los judíos si escuchaba algún desprecio hacia ellos. Una vez dijo : “Soy como un árbol con dos raíces: mis raíces cristianas, mi religión; y mis raíces judías, mis antepasados. Puedo hacer que los católicos sean menos antisemitas y que los judíos tengan menos miedo al catolicismo”.
Hasta hace poco, celebraba misa una vez al mes en un centro de misa para católicos de habla alemana en el suroeste de Londres.
Públicamente, se mostró un poco reticente acerca de sus primeros años de vida, tal vez sin querer dar a entender ningún resentimiento. Por lo tanto, no predicó sobre sus experiencias a la congregación de habla alemana. Pero las familias jóvenes lo invitaban a almorzar después y lo acribillaban a preguntas.
Su hermana Anne siguió un patrón similar. Se unió a las Hermanas de Sión, quienes se alejaron de una historia conversionista anterior para convertirse en campeones de la reconciliación judeo-cristiana. Conocida como Hermana Hedwig, dedicó su vida a promover el entendimiento judeo-cristiano. Organizó viajes a Israel, estableció una biblioteca sobre temas cristianos-judíos y trabajó para garantizar que los libros de texto estuvieran libres de antisemitismo. Murió en 2001.
Padre Francisco era miembro de la Asociación Británica de Refugiados Judíos. Fue seleccionado para ser filmado y entrevistado para su serie “My Story”. Las entrevistas se convirtieron en libros y su historia fue una de las que se presentaron al presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, cuando los supervivientes visitaron Austria en 2022.
En noviembre de 2023, el Padre Francisco también se reunió con el rey Carlos III, quien asistió a una conmemoración del Kindertransport en la sinagoga de Great Portland Street en Londres.
Padre Francisco era una de esas personas mayores con las que a los jóvenes les resultaba fácil hablar, atraídos por su franqueza y su brillante buen humor. Siempre conservó una curiosidad intelectual y un entusiasmo por la vida.
Pero estaba decepcionado por el regreso de la guerra y el odio étnico en nuestros tiempos, y por la incapacidad humana para reformar. Dijo que no tenía un mensaje para las generaciones más jóvenes. La humanidad ya sabía qué hacer, dijo, y todavía no lo hizo.
Su mente permaneció despejada. En sus últimos años, pudo ir a pie o en autobús a la misa del mediodía en St. James’ Spanish Place, en el centro de Londres, hasta que incluso eso se volvió imposible.
No le tenía miedo a la muerte, considerándola como la última gran aventura de la vida. Cuando murió en el University College Hospital de Londres, era el sacerdote de mayor edad en la diócesis de Westminster.

Pentecostés 2024

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Evangelio según San Juan 15,26-27.16,12-15.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.
Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: ‘Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes’.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Durante muchos años mis padres, mi hermano y yo visitamos regularmente a algunos amigos y disfrutamos de una amistad muy cercana con la familia. El marido de la pareja había servido en las Fuerzas Armadas de Canadá durante la Segunda Guerra Mundial. Viniendo de una comunidad agraria, y de repente encontrarse en los campos de batalla de Europa, tuvo un gran impacto en su vida, un impacto que cambia la vida. Muy a menudo él mencionaba, “cuando yo estaba en el ejército… ”, o, “cuando volví de la guerra… ”. Sucedía tan a menudo que mi hermano y yo volteábamos los ojos, para disgusto de nuestros padres. Sin embargo, muchos años después, después de mi regreso de Bolivia, me encontré haciendo lo mismo, comenzando una frase con, “Cuando estaba en Bolivia…”. No me di cuenta de cuántas personas me pusieron los ojos en blanco, pero estoy seguro de que especialmente la gente en las parroquias a las que he servido “desde que estuve en Bolivia” se cansa fácilmente de escuchar eso. En la parroquia de San Patricio en las Bermudas algunos preguntarían antes de la misa “¿Qué vamos a escuchar sobre Bolivia hoy, Padre?” así que diría “Cuando estaba trabajando en un país cuyo nombre no puedo recordar. En mi caso, como en el caso de nuestro amigo de la familia, estos son momentos definitorios, una experiencia de vida que fue tan significativa que comenzamos a considerarlos como un “punto de inflexión” en nuestra vida, la vida antes y después de esa realidad. Tal vez podría ser para usted: su matrimonio, o el nacimiento de su primer hijo, o un empleo particular. Estoy seguro de que cada uno puede identificar un momento así en nuestra vida.
Creo que Pentecostés, la gran fiesta de la Iglesia que celebramos hoy, es justo un momento en la vida de la Iglesia. De hecho, a menudo se le conoce como el “cumpleaños” de la Iglesia. Puedo imaginar que los discípulos comenzaron a mirar a su discipulado antes de Pentecostés como distinto del de después de Pentecostes. Pentecostés fue, creo, su “punto de inflexión” o “mayor de edad” para la iglesia temprana.
En nuestro evangelio (Juan 20:19-23) vemos ese momento dramático en el que Jesús dio el don del Espíritu Santo a los discípulos. Mientras que antes se reunían con miedo, a puertas cerradas, ahora el Espíritu Santo los transformaría en mensajeros valientes y celosos del Señor Resucitado. No los envió a su misión solos, olvidados o desprotegidos. Él les dio el Espíritu Santo para guiarlos y guiarlos, animarlos y revigorizarlos.
Nuestra primera lectura de los Hechos de los Apóstoles (2:1-11) se hace eco de esta realidad en el momento de Pentecostés. Aquí vemos al Espíritu Santo desciende sobre ellos – como lenguas de fuego – y vemos al Espíritu santo manifestándose en multitud de idiomas. Mientras que en el Antiguo Testamento relato de la Torre de Babel en el Libro del Génesis
(11:1-9) esta multitud de lenguaje causó caos y división porque era el resultado del orgullo y la desobediencia de la voluntad de Dios, aquí la multitud de idiomas – otorgada por el Espíritu Santo por la voluntad del Padre – crea la unidad entre los oyentes y da gloria a Dios. Esto multitud de idiomas era para proclamar la buena noticia de Jesús para mover los corazones y las mentes de las personas de cada nación.
Nuestra Segunda Lectura, de la Primera Carta de Pablo a los Corintios (12:3b-7, 12-13), refleja esta presencia del Espíritu Santo entre ellos, manifestándose en una variedad de dones y carismos para la edificación de la Iglesia. Una vez más, la imagen de San Pablo de la Iglesia como cuerpo, enfatiza la unidad que el Espíritu Santo trajo a ese grupo temprano de discípulos. Eran de muchas naciones y tribus – incluso enemigos históricamente – pero ahora estaban unidos en Jesucristo.
Mientras celebramos la fiesta de Pentecostés hoy, podemos reflexionar sobre lo que significa esta venida del Espíritu Santo a nuestra propia vida. No importa cuánto tiempo atrás fue que recibimos el Sacramento de la Confirmación, la recepción del Espíritu Santo debe ser significativa en nuestras vidas. Tal vez ni siquiera somos conscientes de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, lo cual es triste, porque entonces su gracia y dones permanecen latentes en nosotros. El Espíritu Santo quiere hacer una diferencia en nuestras vidas, pero tenemos que decir “Sí” al Espíritu Santo otra vez, el Espíritu Santo que recibimos en Bautismo y Confirmación.
Pentecostés es una oportunidad para nosotros para “avivar en llamas” una vez más esa vida del Espíritu Santo dentro de nosotros. Puede estar latente, o puede que ni siquiera esté en nuestro mandato diario. ¡Eso no es lo que Dios quiere! Eso refleja una negación del Espíritu Santo, o mantenerlo a la distancia, en lugar de abrirnos a Dios.
Todos y cada día debemos reconocer que el Espíritu Santo está con nosotros. Nos dirigimos a Él en nuestras oraciones, especialmente cuando no podemos encontrar las palabras para expresar nuestras necesidades y luchas más profundas. Cuando confiamos en el Espíritu, nos abrimos a las gracias que Él puede dar, uniéndonos al Padre y al Hijo. Estamos seguros de que no estamos solos, pero el Espíritu nos acompaña, guía y guía diariamente.
A medida que llegamos a reconocer el Espíritu Santo, naturalmente, descubriremos cómo el Espíritu se manifiesta en y a través de nosotros. Puede que no tengamos el don de la curación, o el don de la profecía, o el regalo de las lenguas, pero cada uno hemos sido bendecidos con dones y carismos para la construcción del cuerpo de Cristo. Puede ser paciencia, o compasión, o entendimiento, o coraje, o amor (especialmente de Dios), o sabiduría, o devoción (piedad). Podemos darlos por sentado y simplemente pensar “Esa es la forma en que soy”, pero ese es Dios -en particular el Espíritu Santo- revelándose a sí mismo en y a través de nosotros. Muchos de estos dones y carismos pueden no habernos llegado naturalmente, pero son la obra de gracia dentro de nosotros, permitiéndonos superar obstáculos y alcanzar las virtudes cristianas que buscamos.
Que esta renovación del Espíritu Santo con nosotros sea como ese momento definitorio de mi amigo, después de su experiencia en la Segunda Guerra Mundial, o de mí mismo por mis años en Bolivia. Entonces reconoceremos la diferencia en nuestras vidas antes y después del evento definitorio de abrirnos al Espíritu, siendo instrumentos de Dios, no obstáculos, y construyendo un mundo que refleje la presencia de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Nacer sin brazo no frenó a la beata Carmen de Venezuela

Por Jesús M.C.– ReligiónEnLibertad.com
Carmen Rendiles (1903-1977) nació en Caracas sin un brazo, pero eso no la frenó: vivió hasta los 73 años y fundó las Siervas de Jesús en Venezuela, que hoy cuenta con unas 100 religiosas y unas 20 comunidades en Ecuador, Colombia y Venezuela. En 2018 fue beatificada en Caracas y su fiesta se celebra el 9 de mayo.
La Madre Carmen Rendiles, ahora llamada Madre Carmen de Venezuela, es la tercera mujer de venezuela en haber sido declarada beata, después de Madre María de San José (Laura Alvarado Cardozo, agustina recoleta, 1875— 1967) y Madre Candelaria (Susana Paz-Castillo Ramírez, 1863-1940, fundadora de las Hermanas Carmelitas Venezolanas, lea aquí el milagro a un bebé por su intercesión en 1995).
El documental fue dirigido por Javier Melero De Luca y producido por Gustavo Alemán. Melero explicó a la agencia Aciprensa que la beata “tuvo muchísimas dificultades, pero fue una mujer extremadamente resiliente”. Él quiso presentarla como una mujer del siglo XX, no una figura lejana y medieval, capaz de dar sentido al sufrimiento y de construir un futuro “con fe y esperanza”.
El testimonio de la milagrada, que es cirujana
El documental recoge el testimonio de la mujer curada milagrosamente en 2003 por la intercesión celestial de la beata. Se trata de la cirujana venezolana Trinette Durán de Banger, que se recuperó de una dolencia en el brazo producida por un accidente con una descarga eléctrica. El cineasta dice que “fue tan sentido y tan verídico su testimonio, que el ambiente del set cambió completamente”.La cirujana Trinette Duran de Branger cuenta el milagro por intercesión de Madre Carmen de Venezuela que sanó su brazo.
Que Trinette Durán sea a la vez una mujer de ciencia y la receptora de un milagro hizo pensar al cineasta y a sus colaboradores. “Quedamos todos como de piedra. Tú puedes no creer en nada, pero puedes abrir una hendija y pensar: ‘A lo mejor aquí hay algo'”, admite.
En el documental participan más médicos e historiadores. En varios momentos el documental recurre a escenificaciones dramatizadas de los hechos. Usa también las imágenes reales de la ceremonia de beatificación. También incluye una entrevista al cardenal Jorge Urosa, de 2019, ya emérito, quizá la última que concedió a cámaras de cine o TV. Murió por el coronavirus en septiembre de 2021.
Sin brazo pero con liderazgo
Carmen Rendiles Martínez nació en Caracas sin brazo izquierdo pero no tardó en imponerse con fuerte liderazgo entre sus hermanos. A los 15 años ya sentía una fuerte vocación a la vida consagrada e ingresó con 24 años en las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, en la capital venezolana. A los 33 años era maestra de novicias y a los 44 superiora de la casa madre en Venezuela. Impulsó la fundación de varios colegios por el país.
Tras el Concilio Vaticano II, considerando que desde la matriz de la congregación en Francia se realizaban reformas que afectaban al carisma fundacional, con el apoyo de los obispos venezolanos impulsó una nueva congregación, las Siervas de Jesús de Venezuela, que nació oficialmente en 1965.

María Jesús Bazán Díaz

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María Jesús Bazán Díaz nacida en el distrito de Chongoyape hace 90 años, fue durante décadas secretaria y tesorera del Colegio Manuel Pardo, institución educativa de la Congregación de la Misión en Chiclayo, Perú.
Realizó sus estudios secundarios en el Internado de Santa Teresita en Cajamarca.
El día de hoy sus familiares más cercanos le rendimos el homenaje merecido por su trabajo incansable como hija, prima, sobrina y tía de los Nomberto Bazán, Bazán Ramirez, Tapia Bazán y Baca Bazán. Siempre serás nuestra compañía desde el cielo.

«Chongoyape»

Es un distrito lambayecano a 61 kilómetros al Nor-Este de Chiclayo, originalmente se llamó Chaparioc; cambió su nombre por el de Chongoyaqui en honor a Chaparri, finalmente adoptó el título oficial de Chongoyape que mantiene hasta el día de hoy. El profesor Caján Soto afirma que la palabra Chongoyape significa «Solamente en el corazón», mientras que para el periodista Julio Rivadeneira: «Corazón que Llora».
El 6 de Octubre de 1905 se inicia como Villa,  hay quienes sostienen que el 19 de noviembre de 1939 es la fecha exacta en la que se formalizó como distrito y en el 23 de diciembre de 1942 como ciudad.
El territorio que comprende este pintoresco lugar se extiende sobre 696.041 Km2, por eso se considera el distrito mas extenso de la Región; en su vasta geografía se ubican hermosos paisajes y abundante flora y fauna, por estas razones Chongoyape podria ser considerada una de las areas ecológicas protegidas de Lambayeque y del país. Limita por el Norte con Ferreñafe, por el Sur con Oyotun y Zaña, por el Este con Santa Cruz y por el Oeste con el distrito de Manuel Mesones Muro.

El lugar que Dios ha querido para mí

Walter J. Ciszek“Nada podía separarme de Dios, porque Él estaba en todo. Ningún peligro podía amenazarme, ningún temor podía estremecerme, excepto el de dejar de verle a Él. Por escondido que estuviera el futuro, estaba escondido en su voluntad y, por lo tanto, yo sería capaz de aceptarlo, trajera consigo lo que trajera. El pasado, con todos sus fallos, no estaba olvidado: seguía ahí para recordarme la fragilidad de la naturaleza humana y la necesidad de poner la confianza en uno mismo. Pero ya no me pesaba. Ya no confiaba en mi propia guía, ya no dependía de mí mismo, así que no podía volver a fallar. Al renunciar completa y definitivamente a todo control sobre mi vida y mi destino futuro, me liberaba de cualquier responsabilidad. Me liberaba de la angustia y la preocupación, de toda tensión, y podía flotar serenamente, con perfecta paz de espíritu, en la marea de la providencia divina que me sostenía”.
Walter J. Ciszek SJ, Él me guía.

Sor Nazarena, 45 años recluida: ni siquiera las otras monjas vieron su rostro o escucharon su voz

Por vocación explícita y decisión propia, y con la autorización de Pío XII, Sor Nazarena Crotta estuvo 45 años encerrada en su celda, en un monasterio camaldulense romano. Fue su desierto personal, que evoca este montaje.

Por vocación explícita y decisión propia, y con la autorización de Pío XII, Sor Nazarena Crotta estuvo 45 años encerrada en su celda, en un monasterio camaldulense romano. Fue su desierto personal.
Sor Nazarena Crotta nació en 1907 y murió en 1990. Sus últimos 45 años de vida los pasó en un monasterio camaldulense en Roma, enclaustrada en una celda por voluntad propia tras una vocación singular y una autorización especial del Papa Pío XII. A su muerte, casi ninguna de sus hermanas la había visto nunca. Recuerda su historia David Murgia en Il Timone:
Sor Nazarena.Sor Nazarena, la reclusa de Roma
La llaman, sencillamente, “la reclusa del Aventino”, pero su verdadero nombre es sor Nazarena, nombre de bautismo Julia Crotta. Ha sido la última religiosa “recluida” de este siglo. Es decir, gracias a una autorización especial que le permitió la reclusión monástica (el nivel más alto de eremitismo), transcurrió 45 años como monja camaldulense en una pequeñísima celda situada en un monasterio del Aventino, en el centro de Roma. Sin hablar ni ver nunca a nadie. Como si hubiera sido emparedada en vida.
La reclusión es una forma de vida distinta a la clausura. Es mucho más parecida al ideal del eremita por la austeridad de vida y el aislamiento. De la extraordinaria y poco conocida historia de esta humildísima religiosa se han interesado Papas y simples fieles. Y aún hoy, a más de veinte años de su muerte, su historia sigue fascinando y planteando preguntas, a pesar de que Sor Nazarena nunca se movió de la pequeñísima celda del monasterio romano. Quiso desaparecer del mundo. No hizo ni dijo nada especial. Pero la historia de la “reclusa de Roma” apasiona y conmueve a todo el que llega a tener conocimiento de ella.

De la cancha de baloncesto al desierto

Julia es americana (nace el 15 de octubre de 1907 a pocos kilómetros de distancia de Hartford, Connecticut). Es músico y deportista. Muy alta, juega a baloncesto como una campeona; también es una estudiante modelo. Tiene ante sí un futuro brillante.
Julia era la séptima hija de un matrimonio de inmigrantes italianos en Connecticut (Estados Unidos). Esta foto corresponde a 1933. Ella está a la derecha, de pie con uno de sus sobrinos en brazos. Julia era la séptima hija de un matrimonio de inmigrantes italianos en Connecticut (Estados Unidos). Esta foto corresponde a 1933. Ella está a la derecha, de pie con uno de sus sobrinos en brazos. Fuente: Owlcation.
Cuando tiene 27 años participa en un retiro espiritual en preparación de la Pascua y vive lo que ella definiió como una nox beatissima, una experiencia que, como ella misma relata en sus diarios, cambiará para siempre el curso de su vida, durante la cual Jesús en persona la llamará para que le haga compañía en el desierto y cuyo resultado final serán 45 años de reclusión monástica.
Julia Crotta, en torno a 1934.Julia Crotta, en torno a 1934.
La voz que oye le pide: “Ven conmigo al desierto. Estoy tan solo… Ven conmigo, no te abandonaré nunca”. Julia no entiende enseguida lo que se le pide. Piensa en irse, literalmente, al desierto de Judá, en Palestina. Pide ayuda a su director espiritual. Pasan once años desde esa primera llamada al desierto, sin que Julia abandone jamás su propósito. Intenta entrar en algunas comunidades religiosas muy estrictas, como el Carmelo, pero no es exactamente lo que busca. Aconsejada por sus directores espirituales, encontrará lo que desea en Roma, en el monasterio de San Antonio Abad, en la colina del Aventino. Se convertirá en una reclusa de la Orden Camaldulense que, desde sus orígenes y por voluntad de su fundador San Romualdo, está dividida en una rama cenobítica y otra eremítica.

En cinco metros por tres

El 21 de noviembre de 1945 Julia es recibida por el papa Pío XII, que la bendice y, sobre todo, lee la regla de vida que Julia ha escrito para su propia reclusión. Pío XII teme que el estilo de vida de reclusa sea demasiado exigente para la joven, pero al final, visto su insistencia, lo aprueba.
Un sacerdote y algunas religiosas que se han ocupado de su alojamiento la acompañan a la celda de la que no saldrá nunca hasta el final de sus días.
Esto es lo que escribe en uno de sus diarios sobre ese día: “En cuanto entré en la celda de reclusión y después de que las religiosas que me habían acompañado se hubieran ido y cerraran la puerta, ¡qué alegría, qué alegría! Alcé los brazos al cielo, sentía dentro de mí con certeza: Aquí estoy, por fin, en mi lugar. En el lugar que Dios ha querido para mí”.
Monasterio camaldulense de San Antonio Abad en Roma.Monasterio camaldulense de San Antonio Abad en Roma.
Sor Nazarena vivirá en una celda de cinco metros por tres durante 45 años. Duerme, sin colchón ni almohada, sobre un arcón de madera sobre el que ha sido clavada una cruz. Sí, una gran cruz.
La cama de Sor Nazarena.La cama de Sor Nazarena. Fuente: Romualdica.
Trabaja unas horas al día entrelazando las palmeras que se distribuyen en el periodo de Pascua. El resto del día lo transcurre rezando, estudiando y participando en la misa desde una pequeña ventana con reja, a través de la cual recibe la comunión.
La celda de Sor Nazarena.La celda de Sor Nazarena. Fuente: Romualdica.
Su mirada al mundo se la ofrece una ventana con vista al Circo Máximo. Con un esfuerzo, se puede ver desde allí la cúpula de San Pedro. No habla con nadie. Sólo tiene acceso a ella su confesor. Las propias religiosas de la comunidad no la han visto nunca.
Vista de Roma desde la celda de Sor Nazarena. Vista de Roma desde la celda de Sor Nazarena. Fuente: Romualdica.
Sor Nazarena come sólo pan y agua casi todos los días de la semana. En periodos litúrgicos especiales come aún menos. Sin embargo, siempre está sana, equilibrada y de buen humor. Viste un hábito muy modesto. No lleva nada consigo, ni siquiera su amado violín. En su celda sólo hay espacio para algún libro.
Sor Nazarena, como novicia.Sor Nazarena, como novicia.

Diarios místicos y reglas

Lo que sabemos de ella se lo debemos a sus diarios, a las cartas que enviaba a sus directores espirituales y a sus recuerdos autobiográficos, que nos hablan de una experiencia fuera del tiempo, con palabras y acentos que recuerdan a los de los Padres del Desierto y a un profundo conocimiento de la Biblia.
Escritos que son verdaderas obras maestras de la mística. Textos que al final de los años ochenta empezaron a circular en ambientes católicos. Se leían y se meditaba sobre ellos. Fascinaron incluso a Vittorio Gassman. Alrededor de su figura nacen en Roma círculos y encuentros en los que los participantes se interrogan sobre líneas como esta: “Sólo en la soledad silenciosa me siento feliz, en paz, en el lugar hecho para mí. Fuera, en contacto con las almas, me siento infeliz, inquieta, como un pez fuera del agua. Sufro hasta que no vuelvo y entonces, ¡qué alegría estar encerrada aquí sola con Él!”.
El cardenal Paul Augustin Mayer (1911-2010) fue prefecto de la Congregación para el Culto Divino y presidente de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei.El cardenal Paul Augustin Mayer (1911-2010) fue prefecto de la Congregación para el Culto Divino y presidente de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei.
Muchas de sus cartas están dirigidas al padre Paul Augustin Mayer, religioso benedictino alemán y futuro cardenal. Sor Nazarena redacta también su propia regla de vida. Una regla que actualiza continuamente. Las reglas han sido, a lo largo de los siglos, instrumentos formidables para conocer la historia de los reclusos. Además, hay estudios fascinantes en este sentido sobre las donaciones testamentarias. De hecho, es gracias a estos documentos jurídicos que ha sido posible reconstruir la historia de quienes han elegido este tipo de vida ascética.
El recluso, precisamente por su vocación especial, no quiere dejar nada de sí mismo. Lo decíamos antes: el recluso quiere morir a los ojos del mundo. Por lo tanto, cuando un recluso o  una reclusa no deja escritos, es dificilísimo reconstruir su vida; por eso ha sido posible tener conocimiento de la existencia de algunos reclusos gracias a las disposiciones testamentarias dejadas a su favor.

45 años en el lugar deseado por Dios

“Nunca, nunca en 43 años de reclusión”, escribe la religiosa en uno de sus diarios, “he sentido una sola vez la tentación de salir de la reclusión. Siempre he sentido, con alegría y reconocimiento, que estoy en mi lugar, en el lugar que Dios quiso para mí. Ningún sacrificio ha sido demasiado grande para permanecer siempre en la reclusión”.
Fuente: ReligiónEnLibertad.com

Joe Biden se santigua

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Obispo Thomas Paprocki de Springfield, Illinois.

Por Michael Haynes– www.lifesitenews.com
El obispo de Springfield, Thomas Paprocki, ha declarado que el presidente Joe Biden “se burla de nuestra fe católica”, luego de la última medida pro-aborto de Biden al persignarse al escuchar sobre las restricciones al aborto en Florida.
En un vídeo del 8 de mayo, Paprocki unió su voz a la del obispo español José Ignacio Munilla para condenar el enfoque selectivo de Joe Biden hacia el catolicismo y su apoyo al aborto.
Hacer la señal de la cruz es uno de los gestos más profundos que un católico puede hacer para mostrar reverencia por la muerte de Cristo en la cruz y creer en la Santísima Trinidad al firmarnos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, dijo el obispo. “Hacer un mal uso de este gesto sagrado es burlarse de nuestra fe católica”.
El 23 de abril, se vio a Biden haciendo la señal de la cruz en reacción a las leyes aprobadas por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, para restringir los abortos de 15 a seis semanas. Mientras hacía campaña en Florida, Biden atacó la prohibición estatal de seis semanas como “extrema” y volvió a declarar su posición de que matar a los no nacidos debería ser “un derecho constitucional en la Constitución federal”.
La Iglesia Católica enseña que el aborto siempre es malo porque mata a un ser humano inocente, violando así la prohibición de asesinato de la Iglesia. (CCC 2270-2272) El memorando del Vaticano de 2004 establece que un político “consistentemente haciendo campaña y votando por leyes permisivas sobre el aborto y la eutanasia” manifiesta una “cooperación formal” con un pecado grave y se le debe “negar” la Eucaristía.
Paprocki resumió la acción de Biden como si hubiera “agravado su apoyo al pecado del aborto”.
Antes de la ahora viral señal de la cruz de Biden, el cardenal Wilton Gregory de Washington había comentado durante una entrevista el domingo de Pascua que el presidente era un “católico de cafetería”. Esto, dijo Gregory, se debió a que Biden “decide ignorar” ciertas cuestiones de la fe, como las relacionadas con la vida y la muerte.
“No se puede elegir”, dijo Gregory. “O eres alguien que respeta la vida en todas sus dimensiones, o tienes que hacerte a un lado y decir: ‘No soy provida’”.

Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo

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Evangelio según San Marcos 16,15-20.
Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación“.
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán“.
Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

Homilía del Padre Paul Voisin CR de la Congregación de la Resurrección:

Hay una historia sobre un soldado que durante la Segunda Guerra Mundial se encontró en un pequeño pueblo francés. Mientras caminaba se encontró con la Iglesia Católica. Aunque el techo se había derrumbado debido al bombardeo en la aldea, podía ver claramente el santuario de la Iglesia. En un nicho en la pared del santuario había una estatua del Sagrado Corazón de Jesús. Al igual que con esas estatuas, las manos de Jesús suelen extenderse así (hacia abajo y hacia adelante). Sin embargo, cuando el techo se derrumbó en las dos manos de la estatua fueron cortados. Alguien había escrito debajo de la estatua, en la pared, “No tengo manos más que las tuyas”.
Pensé en esta historia, que es una de mis favoritas, cuando leí por primera vez el evangelio de este domingo (Marcos 16:15-20), la Ascensión. En este evangelio Jesús nos dice que somos sus manos, su boca, sus oídos, sus pies y su corazón. Él nos envía adelante, como hizo sus primeros discípulos, para “ir por todo el mundo y proclamar el evangelio a toda criatura”. Somos parte de ese testigo apostólico. Llenos de su vida, a través de nuestra unión con Él, compartimos esa vida con otros. Somos sus testigos en el mundo.
Mientras reflexioné sobre el evangelio esta semana, no pude evitar pensar en cómo esto debe haber afectado a los discípulos. Escuchamos en la Primera Lectura (Hechos 1:1-11) de los Hechos de los Apóstoles que se despiden con los discípulos en Jerusalén. Después de su resurrección, él se había aparecido ante ellos en numerosas ocasiones y continuó enseñándoles y preparándolos para esta misión. Lo oyeron, lo tocaron, e incluso comieron con Él. Él estaba verdaderamente presente para ellos. Y ahora esa presencia física terminó con su ascensión al cielo. Su presencia era ahora una presencia mística o espiritual. Sus seguidores todavía estaban unidos a Él espiritualmente, pero no podían verlo ni oírlo como lo habían hecho antes de su muerte y después de su resurrección. Para todos ellos, la vida había cambiado, pero no había terminado. Ahora su misión comenzó. Iban a cumplir la voluntad del Padre como Jesús tenía. Iban a continuar con los ministerios de predicación y sanación que Jesús comenzó, y que fueron testigos.
Para nosotros también, que la vida de Cristo está en cada uno de nosotros. Sin embargo, a veces podemos ser demasiado tímidos o cautelosos para aceptar esa misión. Puede que seamos como los discípulos en la primera lectura a la que los dos ángeles dijeron: “¿Por qué estás ahí parado mirando al cielo? ¡Estamos llamados a la acción! Con demasiada frecuencia, muchas personas responden pensando “No estoy preparado”; “¿No hay algunos cursos que tomar para hacer esto? ”, “¿Quién soy yo para hacer esto? No deberíamos posponer esta misión. No debemos frustrar este llamado del Señor a todos nosotros. Todos podemos contribuir –en nuestras propias maneras – a la misión de Cristo y su Iglesia. Podemos mirar a otra persona y decir: “Yo nunca podría hacer eso”, “Yo no soy así”, “No tengo esos dones”. Pero, cada uno podemos ser esa persona enviada por Jesús a nuestra manera, y a nuestro propio tiempo, y a nuestra propia gente. La contribución de cada uno completará la de otros para llevar la plenitud del mensaje y la vida de Cristo a los demás. De esa manera estaremos cumpliendo el mandato de Jesús, como en el evangelio de hoy cuando envió a sus discípulos y ellos respondieron. A través de sus palabras y acciones Jesús se manifestó, y lo volverá a hacer a través de nosotros, si tomamos en serio su mandato y hacemos lo que Él nos ha enseñado.
La Segunda Lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios (1:17-23) alienta en esta misión. Él nos dice que somos amados y bendecidos por Dios, y que Él nos ha dado el ‘espíritu de sabiduría y revelación’ para conocerlo, amarlo y servirle. Pablo nos recuerda que Jesús es la “cabeza sobre todas las cosas”, y que nosotros somos partes de su cuerpo. Así como cada parte del cuerpo tiene una función separada y única, todos trabajan juntos por un cuerpo sano. Así también, cada uno de nosotros – al igual que las partes individuales del cuerpo de Cristo – hacemos nuestra parte para construir el cuerpo de Cristo, la Iglesia, y para compartir esa vida con otros. No es sólo mi “trabajo” (como sacerdote), es el “trabajo” de cada persona bautizada en Cristo para hacer su parte en la evangelización del mundo. El Papa Juan Pablo II a menudo hablaba de la ‘Nueva Evangelización’, y el Papa Benedicto y el Papa Francisco han renovado esa llamada. Esa ‘Nueva Evangelización’ requiere que cada uno de nosotros, sin importar cuál sea nuestro estado en la vida, desempeñemos un papel en ser testigo de Cristo. Lo estamos haciendo – estemos conscientes o no – diariamente en casa, en el trabajo y en la escuela. Donde quiera que vayamos, con todos los que nos reunimos, y en todo lo que decimos y hacemos somos testigos de Cristo y del reino. Si no somos testigos de Cristo y el reino, ¿de qué estamos presenciando? Esperemos que sea algo más que nosotros mismos y nuestra vida ‘humana’, sin olvidar nuestra vida espiritual y la relación mística y espiritual que tenemos con Jesús, resucitado y ascendido al cielo.
La fiesta de la Ascensión no es sólo acerca de Jesús ascendiendo al cielo, para estar con su Padre, sino sobre lo que nos ha dejado hacer en su nombre. Las lecturas deberían hacernos eso obvio, que la obra de Cristo continúa, la misión de Cristo continúa y lo hace a través de nosotros. Él nos dice (si puedo poner palabras en su boca), “no tengo manos más que las tuyas”. En casa, ¿somos las manos de Cristo, trayendo comprensión y perdón? En el trabajo, ¿somos las manos de Cristo mostrando buen ejemplo usando y compartiendo bien nuestro tiempo y talentos? En la escuela, ¿somos las manos de Cristo creando una atmósfera positiva para aprender y compartir? En nuestras relaciones y amistades, ¿somos las manos de Cristo compartiendo las ‘Buenas Noticias’ y trayendo alivio y sanación a través de nuestra presencia en sus vidas? Somos sus manos, su boca, sus oídos, sus pies y su corazón. No sigamos mirando hacia los cielos, como discípulos en la Primera Lectura, pero empecemos a nuestra misión “ir por todo el mundo y proclamar el evangelio a cada criatura”.

Jesuitas expulsan a Felipe Berríos

A través de un comunicado, la Compañía de Jesús puso término a sus históricos lazos con el sacerdote Felipe Berrios, a quien abrió -en abril de 2022- una investigación tras una denuncia de hechos de connotación sexual en su contra. Ese mismo año, en agosto, la abogada María Elena Santibáñez determinó la “verosimilitud” de los testimonios de las víctimas y frente a ello el Vaticano ordenó a la congregación un proceso administrativo que finalizó con la expulsión y posterior orden de no celebrar misas en público y la prohibición de cercanía pastoral con menores de edad en un plazo de 10 años. Todo esto, pese a que la justicia civil -los tribunales penales- decretaron su sobreseimiento definitivo tras una autodenuncia que el propio religioso presentó.
Ante la comunicación de su excongregación, a la que además decidió renunciar en noviembre de 2022, Berríos sostuvo -también por escrito- que “esta mañana he sido notificado del decreto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que me impone sanciones canónicas por cuatro supuestos atentados contra el Sexto Mandamiento, y del decreto de la Compañía de Jesús que me expulsa de la Congregación a la cual renuncié hace ya un año y medio, tiempo durante el cual tampoco he ejercido el sacerdocio”.
El religioso, avencidado en “La Chimba” en Antofagasta, apuntó a que “estas decisiones, si bien profundizan la tristeza que me ha acompañado durante todo este proceso, no constituyen para mí ninguna novedad ni sorpresa. Como dije desde el primer día, el procedimiento canónico no es garantía de debido proceso ni de justicia, ya que al amparo del secreto impide que la opinión pública sepa de qué y con qué prueba se me acusó; y por qué y con qué prueba se me condena”.
Junto a esto apuntó a imprecisiones en el comunicado de los Jesuitas respecto a su situación canónica. “Las resoluciones que se me han notificado me sancionan por cuatro casos -todos los cuales niego- y entre los cuales se destaca como más grave un supuesto abrazo dado en el año 2000, en el patio de una casa de retiros, al cual se le atribuye un carácter erotizado. Las otras tres denuncias se refieren a supuestos contactos fugaces con los labios, rodillas, muslos o glúteos de las denunciantes. La declaración pública que acaba de hacer la Compañía de Jesús, una vez más, confunde a la opinión pública al calificar estos hechos como solicitación a pecar en contra del sexto mandamiento”.

“Culpable de delitos contra el sexto mandamiento cometidos con menores de edad”

Frente a los hechos que concluyen su proceso personal con la congregación a la que perteneció durante 45 años, Berríos expresó que “el decreto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe tiene apenas seis carillas, de las cuales sólo dos se refieren a los hechos por los cuales se me acusó; el decreto de la Compañía de Jesús tiene sólo dos carillas, en las cuales se limita a explicar el procedimiento a través del cual se acordó mi expulsión. Ninguno de los decretos analiza la prueba rendida, sus contradicciones, ni razona sobre el mérito de mis descargos como lo haría el tribunal de un estado de derecho”.
Junto con estas reflexiones expresó que “estoy triste pero tranquilo. Durante todo este proceso he sufrido la opacidad del Vaticano y el ataque furioso de algunos usuarios de las redes sociales incluso antes de haber sido informado de la investigación. Sin embargo, también he recibido el apoyo de muchísima gente, lo que me consuela y alegra. Y también estoy tranquilo porque durante todo este período siempre me esforcé por no dañar a las denunciantes”.
Finalmente sostuvo: “el sacerdocio nunca ha sido para mí un instrumento de poder sino de servicio. En la situación en que me encuentre y bajo las circunstancias que sean, seguiré siempre dedicado a servir, con humildad, a la gente que me necesita. Mi ruptura es con la jerarquía de una institución, no con el Evangelio, y confío en que el paso del tiempo pondrá las cosas en su lugar.
Fuente: LaTercera.com

Beatificación de aeromoza

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El arzobispo de Cracovia, Marek Jędraszewski, bendice una placa en memoria de Helena Kmieć en Libiąż, Polonia, el 6 de febrero de 2018. Captura de pantalla del canal de YouTube @archidiecezjakrakowska8170.
Por LUCAS COPPEN– The Pillar.
En marcha la causa de beatificación de una joven polaca que trabajó como aeromoza antes de servir como misionera laica en Bolivia.
Los miembros del tribunal que supervisa el proceso de beatificación de Helena Kmieć, asesinada a puñaladas en la ciudad boliviana de Cochabamba en 2017, cuando tenía 25 años, prestarán  juramento el 10 de mayo, en una ceremonia en la capilla del Palacio Episcopal de Cracovia, sur de Polonia.
Los miembros del tribunal escucharán a los testigos y reunirán otras pruebas para determinar si Kmieć  mostró virtudes heroicas, un requisito para la beatificación.
Kmieć nació en 1991, unos meses antes que Carlo Acutis, el primer milenio en ser beatificado. Pero si bien el adolescente italiano murió en 2006, antes de la llegada de WhatsApp y Facebook Messenger, Kmieć era usuario de aplicaciones de mensajería instantánea.
Padre Paweł Wróbel, el postulador de su causa, dijo que cuando se reunieron los escritos de la millennial polaca antes de la apertura formal de su causa de beatificación, incluían mensajes instantáneos.
Recopilamos lo que pudimos en términos de los escritos de Helena“, dijo a Radio Vaticano en abril. “Ella dejó muy pocos de estos escritos que se entienden tan estrictamente”.
Pero es un signo de los tiempos: al examinar la compatibilidad de los escritos de los candidatos a la beatificación con las enseñanzas de la Iglesia, también se examinan los mensajes en Messenger, WhatsApp o la correspondencia electrónica“.
Añadió: “A menudo escribía mensajes de correo electrónico. La mayoría de sus comunicaciones fueron escritas a través de medios electrónicos y no a través de cartas tradicionales u otros mensajes escritos en papel. Esto también es un signo de los tiempos, los santos se mueven con los tiempos”.
Helena Agnieszka Kmieć nació el 9 de febrero de 1991 en Cracovia. Su madre murió pocas semanas después de su nacimiento y fue criada por su padre y su madrastra.
Asistió a la escuela en la cercana ciudad de Libiąż, donde fue reconocida como intelectualmente talentosa. Después de ganar una beca para la Leweston School, una escuela independiente en el suroeste de Inglaterra, se especializó en ingeniería química y tecnología en la Universidad Tecnológica de Silesia en Gliwice.
Asistió a misa casi a diario durante sus estudios, además de ayudar a los niños en un centro comunitario de Caritas y participar en las actividades de la capellanía universitaria. A lo largo de su educación, también perfeccionó su talento para el canto.
Siendo estudiante, conoció el grupo Voluntariado Misionero Salvator, dirigido por la Sociedad del Divino Salvador (Salvatorianos). En su primera misión, dirigió un campamento de verano para niños en Galgahévíz, Hungría, en 2012.
En 2013 trabajó con niños de la calle en Zambia y en 2014 con jóvenes en Timișoara, Rumania.
Después de graduarse en 2014, Kmieć trabajó durante un tiempo como asistente de vuelo para Wizz Air, una aerolínea húngara de bajo coste. En 2016, supervisó un comité parroquial que acogió a los peregrinos que asistían a la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia.
En una solicitud para un viaje misionero, describió su motivación para la obra misionera.
Se me ha dado la gracia de Dios… y tengo que compartir este regalo”, escribió. “Todas las habilidades que tengo, las capacidades que adquiero, los talentos que desarrollo, no son para servirme, sino que están ahí para que los use para ayudar a otros”.
El regalo más grande es que conozco a Dios y no puedo guardármelo para mí, ¡tengo que difundirlo! Si puedo ayudar a alguien, hacerle sonreír, hacerlo más feliz, tal vez enseñarle algo, ¡quiero hacerlo!
El 8 de enero de 2017, comenzó una misión de seis meses en un orfanato infantil dirigido por las Siervas de Dębicka en Cochabamba, en el centro de Bolivia.
La noche del 24 de enero de 2017, un hombre llamado Romualdo Mamio Dos Santos irrumpió en el orfanato con la intención de robar. Se encontró con Kmieć y la golpeó 14 veces con un cuchillo. A pesar de los esfuerzos por resucitarla, fue declarada muerta. Posteriormente, su asesino fue condenado a 30 años de cárcel.
El cardenal Stanisław Dziwisz celebró la misa fúnebre de Kmieć el 19 de febrero de 2017 y fue enterrada en el cementerio de Libiąż. Recibió póstumamente  la Cruz de Oro al Mérito de Polonia por su servicio a las personas necesitadas.
Padre Wróbel, que conocía a Kmieć, fue nombrado postulador de su causa en diciembre de 2022. Después de recopilar sus escritos, presentó una solicitud al arzobispo de Cracovia, Marek Jędraszewski, para abrir la etapa diocesana de su causa de beatificación.
Tras consultas con la conferencia episcopal polaca y tras obtener el consentimiento del Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano, Jędraszewski anunció la apertura de la causa de Kmieć en un decreto del 7 de abril .
Decía: “Después de la muerte de Helena Kmieć, surgió espontáneamente entre los fieles una opinión sobre su vida santa y dedicada a Dios y a la Iglesia. Mucha gente oró y continúa orando por su intercesión”.
“El ejemplo de la Sierva de Dios puede ciertamente ser una inspiración para que las personas, especialmente los jóvenes, prosigan su vocación a la santidad con gran pasión y compromiso a través del voluntariado y la actividad misionera”.
El decreto llama a “todos aquellos que tengan algún documento, carta o información sobre la Sierva de Dios, tanto positivos como negativos”, a presentarlos antes del 30 de junio.
En la ceremonia del 10 de mayo, que se transmitirá en vivo, los miembros del tribunal designados por Jędraszewski prestarán juramento y se comprometerán a desempeñar sus tareas con diligencia y confidencialidad.
Después de la primera sesión, todas las sesiones posteriores del tribunal se desarrollarán a puerta cerrada, excepto la sesión final, que también será pública.
El tribunal podrá decidir establecer un tribunal subsidiario en la Arquidiócesis de Cochabamba, para escuchar a los testigos en Bolivia.
En una entrevista publicada el 7 de mayo en el sitio web de la arquidiócesis de Cracovia, el Padre Wróbel dijo que un milagro sería un requisito para la beatificación de Kmieć.
“Sólo en el caso de un proceso de martirio no se requiere un milagro”, dijo. “Para que un proceso de beatificación pueda proceder por motivos de martirio, deben cumplirse ciertos criterios, incluido el de que la muerte infligida por el autor debe deberse al odio a la fe o a la virtud derivada de ella”.