Arzobispo Cordileone responde a Pelosi

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Monseñor Salvatore Cordileone, Arzobispo de San Francisco, ha respondido a las declaraciones soberbias de la abortista demócrata Nancy Pelosi, ex presidente de la Cámara de Representantes de los EE.UU., que ha presumido públicamente de seguir comulgando a pesar de la prohibición de Cordileone que es su obispo. El prelado pide oraciones por la conversión de Pelosi y recuerda que su deber pastoral es enseñar, corregir y buscar la salvación de las almas.
En entrevista con el National Catholic Reporter, Nancy Pelosi, ha reiterado que sigue comulgando a pesar de la prohibición impuesta por el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone debido a su defensa del aborto.
Pelosi afirmó que la decisión del arzobispo no afecta su práctica religiosa. “Recibo la comunión igualmente. Ese es su problema, no el mío”, declaró. Pelosi sostuvo que la esencia de su fe radica en su relación personal con Cristo.
Monseñor Cordileone había explicado su prohibición en una carta pública, argumentando que las acciones de Pelosi representan un “escándalo público” al promover políticas contrarias a la doctrina católica. Según el arzobispo, su medida busca invitar a Pelosi a una “conversión de corazón” que le permita alinearse con las enseñanzas de la Iglesia sobre la dignidad de la vida humana. Cordileone explica que emitió la instrucción de acuerdo con el canon 915 del Código de Derecho Canónico, que establece que «Aquellos … que perseveran obstinadamente en un pecado grave manifiesto no deben ser admitidos a la Santa Comunión».
Ante las declaraciones ahora de Pelosi, la archidiócesis de San Francisco ha publicado el siguiente comunicado de su arzobispo: 
La reciente entrevista de Nancy Pelosi con el National Catholic Reporter ha generado varias solicitudes para que comente al respecto. Ante todo, me gustaría renovar mi petición de oraciones por la conversión de la presidenta de la Cámara en el tema de la vida humana en el vientre materno, para que sea coherente con el respeto por la dignidad humana que muestra en tantos otros contextos. En cuanto a mí, lo que me viene inmediatamente a la mente son las palabras del profeta Ezequiel: ‘Si el justo se aparta de su conducta recta y hace el mal cuando le pongo un obstáculo, morirá. Puesto que no le advertiste de su pecado, morirá, y no se recordarán las acciones justas que realizó. Sin embargo, yo te haré responsable de su sangre. Pero si adviertes al justo para que no peque, y no peca, ciertamente vivirá gracias a la advertencia, y tú habrás salvado tu propia vida.’ (Ez 3,20-21)

Como pastor de almas, mi principal preocupación y responsabilidad es la salvación de las almas. Y como nos recuerda Ezequiel, para que un pastor cumpla su misión, tiene el deber no solo de enseñar, consolar, sanar y perdonar, sino también, cuando sea necesario, de corregir, amonestar y llamar a la conversión. Una de las maneras más efectivas para que un pastor cumpla con estos deberes es a través del diálogo, un diálogo honesto, donde ambas partes escuchen abierta y sinceramente, buscando comprender al otro y siendo honestas consigo mismas. Mi propia experiencia personal me ha enseñado que este tipo de diálogo puede disipar malentendidos, deshacer hostilidades y construir nuevos lazos de amistad.
Por ello, reitero una vez más mi ferviente súplica a la presidenta Pelosi para que permita que este tipo de diálogo se lleve a cabo. Lo pido no solo para dialogar en áreas de desacuerdo, como si alguna vez puede ser moralmente aceptable acabar con una vida humana inocente, sino también en otras áreas críticas donde nuestras perspectivas en defensa de la vida y la dignidad humana están alineadas, especialmente ante las amenazas a la libertad religiosa a nivel internacional y la situación de los inmigrantes a nivel nacional. Esto no debería ser un problema, ya que los católicos no tememos a la verdad.
Fuente: GaudiumPress.org
El papa Francisco saluda a la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, demócrata por California, acompañada por su esposo, Paul, antes de la misa en la festividad de San Pedro y San Pablo en la Basílica de San Pedro en el Vaticano el 29 de junio de 2022. (CNS/Vatican Media vía Reuters)El Papa Francisco saluda a la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, demócrata por California, acompañada por su esposo, Paul, antes de la misa en la festividad de San Pedro y San Pablo en la Basílica de San Pedro en el Vaticano el 29 de junio de 2022. (CNS/Vatican Media vía Reuters)

El Vaticano resolverá la prohibición de la eucaristía impuesta a Nancy Pelosi

Por Camillo Barone- National Catholic Reporter.
John F. Baldovin, profesor de teología histórica y litúrgica en el Boston College, dijo que el aborto se ha convertido en un “tema de moda” para los católicos políticamente conservadores en Estados Unidos, y que muchas veces sirve como un marcador de identidad tanto como una cuestión de fe. Esta dinámica complica la capacidad del Vaticano para intervenir porque estos casos están plagados de sensibilidad política y emocional, dijo.
Baldovin dijo que duda que El Vaticano se involucre en la prohibición de Pelosi porque la Santa Sede no anula a la ligera las decisiones de un obispo.
“Existe la idea, aceptada por muchos católicos, de que el clero tiene algo así como un poder militar para controlar quién recibe la gracia de Dios y quién no. Esto es aterrador desde el punto de vista de la cultura religiosa”, dijo Massimo Faggioli, profesor de teología y estudios religiosos de la Universidad de Villanova, especialista en política estadounidense y en la Iglesia católica.
Un enfoque similar se ha aplicado a los católicos LGBTQ+. “Se trata de que se suponía que alguien tenía el poder de excluir a un determinado segmento de la población católica de la gracia de Dios“.

Vale la pena luchar por ello

A pesar de la prohibición, Pelosi definió su conexión con la Iglesia Católica como profundamente arraigada en la fe y la tradición, enfatizando el significado personal que tiene para ella el sacramento de la Eucaristía.
Levantó los brazos, miró hacia arriba y dijo: “La iglesia ha sido una experiencia hermosa en términos de, imagínense, cada día un sacerdote puede convertir el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. Un milagro, un misterio para algunos. Así que cada vez que tenemos la oportunidad de estar presentes en eso es glorioso“.
Cuando se le preguntó sobre sus recuerdos católicos más preciados, Pelosi señaló su propia Primera Comunión y los bautismos de sus nietos como momentos particularmente significativos. Si bien disfruta de la “alegre” celebración de la Navidad, Pelosi dijo que su fiesta favorita es la Pascua. “Cristo ha resucitado y, como dije, la gloriosa Pascua es mi favorita“, explicó.
La entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California, sonríe tras la aprobación del proyecto de ley de reforma de la atención sanitaria en Washington el 21 de marzo de 2010. La Cámara de Representantes aprobó la medida a última hora de la tarde con una votación de 219 a 212 tras más de un año de debate partidista. (CNS/Joshua Roberts)La entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California, sonríe tras la aprobación del proyecto de ley de reforma de la atención sanitaria en Washington el 21 de marzo de 2010. La Cámara de Representantes aprobó la medida con una votación de 219 a 212. (CNS/Joshua Roberts)
El  futuro no le parece aterrador, afirmó Pelosi. “Cuando la gente me pregunta: ‘¿Qué te da esperanza? ¿Dónde está la esperanza?’, siempre respondo lo mismo: ‘La esperanza está donde siempre ha estado, justo entre la fe y la caridad’. La gente tiene fe. Cree en la bondad de los demás y eso les da la esperanza de que alguien se preocupará por ellos“.
En  El arte del poder , Pelosi escribió que durante las etapas más delicadas de las negociaciones y la aprobación de la Ley de Atención Médica Asequible en 2010, la hermana Joyce Weller, de las Hijas de la Caridad, compartió una oración con la entonces presidenta Pelosi.
La monja había visto la oración en la pared de un hospital de Sierra Leona. Se trataba de las heridas que se forman a lo largo de la vida; Pelosi escribió en la última línea de su libro que está orgullosa de sus propias heridas.
Cuando muera y me reúna felizmente con mi Creador, Él me pedirá que le muestre mis heridas. Si le digo que no tengo heridas, mi Creador me preguntará: ¿No valió la pena luchar por nada?”, decía la oración.

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