Mentiroso, mentiroso

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Por DANTE BOBADILLA- ElMontonero.pe
Definitivamente no hay manera de creerle a Vizcarra. Es evidente que padece un divorcio total entre el mundo de las palabras y la realidad. Su discurso fluye sin freno ni consideraciones con la realidad que todos conocemos. No sé si es simple cinismo o algún otro problema grave. Pero lo cierto es que nos miente, con descaro y reiteración.
Desde sus discursos iniciales –en los que anunciaba a los cuatro vientos que era respetuoso de la Constitución, de las instituciones y la separación de poderes, y que actuaba pegado al marco de la ley– veíamos cómo interfería descaradamente en el Ministerio Público, cuestionando las decisiones de su titular, y en el Congreso, criticando sus votaciones y enviándoles con plazo perentorio reformas que eran potestad del Congreso. Vizcarra nunca dejó de hacer lo que le vino en gana, sin respeto alguno por la institucionalidad democrática y el estado de derecho. Hasta se dio el lujo de perpetrar un golpe de Estado cerrando el Congreso con leguleyadas, para salvar al Tribunal Constitucional de sus amigos y aliados.
No estamos, pues, frente a un estadista serio y confiable. Vizcarra maneja el país como chofer de combi. No respeta ninguna norma, autoridad ni semáforo. Es capaz de atropellar a quien le venga en gana. Carece de partido y de modales democráticos. No le da cuentas a nadie. Es el sumo intérprete de la Constitución. No le gusta que lo critiquen. Lo que quiere es el halago y el culto a su persona. Por eso se rodea de personas que no le hagan sombra. Tiene un equipo modesto, con el que cree que está jugando una pichanga. Ninguno tiene futuro ni aspira a nada. Están donde están por pura casualidad. Creyeron que iban a hacerla fácil comprándose el apoyo de la prensa y del frente antifujimorista y antiaprista. Hasta que llegó el virus y todos se miraron las caras.
Ya está claro que la crisis de la pandemia los rebasó. Se hizo evidente que no atan ni desatan. No están a la altura de las circunstancias. Hasta se pusieron a jugar a los experimentos sociales en plena pandemia. Nadie entiende normas como ese capricho de prohibir autos particulares. Han dado normas y protocolos sin sentido. Luego se descubrió que hasta han falseado la información oficial. Las cifras del Gobierno son tan falsas como las de las encuestas. La gente ha empezado a reírse de ellos.
Ahora Vizcarra apela nuevamente al viejo truco de la confrontación con el Congreso. Ha sacado la chaveta para amenazarlos con graves represalias si no acatan sus órdenes y aprueban sus reformas políticas. Se siente el dueño de la verdad y a razón. Nadie puede osar cambiar sus reformas. Son sagradas e intangibles, deben aprobarlas y punto. El Congreso anterior aceptó la humillación. Veremos si este es capaz de comerse el sapo. No es ninguna novedad que Vizcarra apele a la unidad nacional para superar la crisis y, acto seguido, vuelva a incitar la confrontación política y la división social. Claro que él encarna la unidad de los buenos para combatir a los malos. Ese libreto le funcionó para comprarse a los sectores del antifujimorismo y antiaprismo contra el Congreso anterior. Veremos si ahora le funciona.
Lo irritante es que en medio de la crisis social por la pandemia y el desastre político, debido a las reformas y al gobierno de facto que padecemos, volvamos a caer en discusiones bizantinas por reformas bobas que obedecen a caprichos ideológicos de la izquierda, como el de la bendita paridad de géneros. Lo mejor que podría suceder es que este Congreso arroje al tacho las reformas de Vizcarra y a ver qué pasa. Empezando por ese capricho de la paridad de género que no tiene sentido alguno. Las mujeres son libres de entrar en la política si así lo quieren. Nadie se los impide y de hecho tenemos a muchas mujeres en la política. ¿Cuál es el problema mental de esta gente que exige paridad?
El argumento de que somos mitad de hombres y de mujeres en la sociedad, y que por eso tiene que haber esa misma proporción en la representación política, debe ser colocado en los anales de la estupidez humana. La representación política es justamente eso: política. No es una representación de sexos ni de géneros ni de etnias. La política es un mundo de ideas, no de “géneros”. Si los electores eligen a más hombres o más mujeres es asunto de ellos. Forzar a que los partidos hagan listas paritarias es una medida totalitaria e intervencionista. Ya basta de meter al Estado en los partidos. Ya bastante daño se les ha hecho.
Lo que tenemos hoy en este Congreso es consecuencia directa de las reformas y jugadas políticas de Vizcarra y su entorno progrecaviar. De ceder a sus amenazas y aprobarse sus reformas, metiendo la ideología de género en las elecciones, lo que tendremos en el próximo Congreso será para llorar. Ojalá el Congreso tenga el valor y la inteligencia para detener esta arremetida ideológica del Gobierno y sus aliados de izquierda.

Lo que comienza mal termina mal

Por Mariella Balbi- Político.pe
El Ejecutivo ha demostrado que solo se escucha a sí mismo. Quien critica y propone con acierto ingresa al bando de los enemigos. Vizcarra y algunos de sus ministros pidieron disculpas, siempre mediatizadas. Las excusas auténticas llevan a enmendar los errores y cambiar de rumbo. Nada de ello ocurre.
Aconsejado por su asesor de imagen, el mandatario repite y repite la palabra “esfuerzo” como un mantra que lo protegerá del desastre al que está conduciendo al Perú. La pérdida de vidas humanas no se recuperará con palabras falsas. Vivimos en medio de una discusión estéril sobre si la curva del Covid-19 entró o no a una meseta, cuando los contagiados aumentan en 5000 diarios.
En lugar de mirar la realidad y reaccionar ante el descontrol de la pandemia y el descalabro de la economía, Vizcarra lanzó un galimatías: “No es un pico, es una meseta, aunque no es una meseta plana sino irregular (…) Será una disminución gradual progresiva lenta”. El Colegio Médico lo aclaró indicando que la tal curva es una empinada escalera y en ascenso. Pero no habrá rectificación.
Se machaca también que en Chile la pandemia se descontrola. Pero tiene 890 muertos. Colombia, 855 y Perú, 4099.
Desde el inicio el gobierno tuvo una actitud triunfalista e irresponsable y –aún no se entiende– se zurró en las pruebas moleculares. Por eso ahora da palos de ciego. El gobierno no sabe comprar. No adquirió equipos, oxígeno, respiradores, ni camas UCI. Ya los galenos nos anuncian que de 25 pacientes entra solo uno a UCI; probablemente será peor.
Todos los países del mundo tuvieron dificultades y desconcierto ante el Covid-19. Solo Perú tiene una cuarentena de tres meses –pese a que los médicos propusieron que fuera focalizada– que no detiene la enfermedad y que puede durar hasta agosto.
Vizcarra y adláteres se quejan del ineficiente Estado peruano como si fuera esa la causa de la mortandad y el desmanejo. Desde el 2016 su gobierno nada hizo por la salud. Menos el de Ollanta Humala. Cero hospitales, cero equipamiento. Las cifras son claras.
La informalidad sostiene buena parte de nuestra economía. Pero, vaya crueldad, se requisó la mercadería de los ambulantes de Gamarra para combatir el Coronavirus. Una señora se la cantó bien claro a Vizcarra: “Mis hijos tienen hambre, tenía una juguería, obtuve un crédito con Caja Trujillo de S/20 mil. No puedo pagarlo, tampoco el alquiler y me están botando”.
El transporte debe subvencionarse para que la gente vaya a trabajar. Reactiva Perú es un desastre, las mypes desfallecen y no les llega ese crédito. La tramitología está en ascenso. No hay cifras de a cuántos les llegaron los variopintos bonos. Vizcarra no puede gobernar; si no convoca y escucha a otros, imposible salir de esto.

El swing de doña Miriam

Por – LimaGris.com
En el Perú actual, para hacer política no se necesita ningún talento. El efecto lo padecemos los ciudadanos pero lo celebran los caricaturistas: les alivia el trabajo; pocas veces hubo tantos actores decididos a tan estridente ridículo. Lástima dolorosa que sea a costa de la vida de miles de peruanos.
Esta vez estamos en manos de los populistas, una temible especie porque detrás de todo populista se esconde un inepto con iniciativa, ese género que es capaz de destruir un país a punta de errores envueltos en discursos falsos. Un modelo de populista sin brillo es el padrino de Richard Swing que, a la vez, ocupa el cargo de Presidente de la República. Al verlo, un cincuentón dirá: “Populistas, los de mis tiempos”. Es verdad, Belaunde solía divagar con cierta elegancia y Alan García mentía con tanta convicción que se creía sus propias mentiras.
Vizcarra es rústico. Sale en televisión en el horario de almuerzo a sabiendas de que los peruanos ya no tienen qué comer. Cree que puede ser, a la vez, pan y circo. Acaso su única virtud sea superarse a sí mismo. Lo consiguió este mediodía. Alzando la voz y con falsa indignación proclamó que su gobierno no es “el gobierno del tarjetazo”. Así, intentó convencernos, sin mencionar su nombre, de que su recomendado Richard Swing tiene méritos. No se ha percatado el padrino-presidente de que en las redes sociales -ese lugar cibernético que ahora hace el trabajo del silencioso Cuarto Poder- se exhiben los vulgares deméritos de su (sospechoso) ahijado.
Si algo caracteriza al populista es el desparpajo. Con el tiempo (no se necesitará mucho) este parrafito volverá a ser citado y lo citarán los que ahora callan: «El haber participado de una campaña política no da derecho a un cargo público. Eso se gana con trayectoria. Este no es el gobierno como otros del tarjetazo. Los cargos se obtienen por mérito propio».
Mentir con tanta desfachatez tiene un costo: aviva la memoria de aquellos que no queremos ser engañados. No es Richard Swing el único que exhibe “mérito propio” en “el gobierno sin tarjetazos”. Digamos como cierto esperpéntico personaje de antaño: “Que pase el siguiente” y quien sigue en la lista del “mérito propio” es la señora que manda y ronca en Palacio de Gobierno, doña Miriam Maribel Morales Córdova.
Abogada especialista en Gestión Medio Ambiental y con estudios en Antropología, es famosa en los pasillos de la política pendiente de investigación. Si bien aún no ha alcanzado la terrible inmortalidad de los titulares, es conocida como la mano derecha (y, sobre todo, izquierda) de Martín Vizcarra. En el entorno palaciego dicen de ella que es consejera y confidente presidencial con mando, ama de llaves de la agenda presidencial, primera ministra en la sombra, supervisora del Consejo de Ministros, autora de renuncias exigidas y también afable recolectora de “funcionarios de confianza”. Es tan vigorosa su presencia que hasta los históricos fantasmas republicanos de Palacio de Gobierno aseguran que nada, ni ellos, pueden moverse si doña Miriam no da su venia.
Fue voceada como primera ministra en marzo de 2019 pero fue un lapsus de vanidad descartado con prontitud porque sus tareas necesitan de las sombras, sombras que la impertinente Contraloría General de la República -a la que detesta el Sr. Presidente- iluminó a raíz de la costosa remodelación, sin sustento suficiente, de la cocina y comedor de Palacio de Gobierno. Avive el seso y recuerde el peruano olvidadizo que así debutó doña Eliane Karp de Toledo: remodelando Palacio de Gobierno con costosas facturas sobre compras que fueron, unas cuantas, a Palacio y, muchas otras, a la casita de Camacho.
Los políticos populistas suelen ser regionalistas. Don Martín y doña Miriam lo son. La cuestionada remodelación de cocina y comedor -Perú, país gastronómico- fue realizada por la empresa MLE Contratistas Generales cuyo gerente es Luis Enrique Espinoza Chacón, ¿natural de? Sí, de Moquegua.
Pero estamos citando un pecadillo menor si se compara con los pecados mayores que habrán de asomar cuando concluya la tragedia del Covid-19. El escándalo de la contratación de Richard Swing -a quien recibía en Palacio doña Miriam- es apenas el hilo de una suculenta madeja.
Mientras tanto, sigan aplaudiendo los que gustan de aplaudir el engaño y sigan cantando, si es que aún cantan en los balcones el «Contigo Perú». La cruel evidencia es que ya vamos rumbo a los cinco mil muertos oficiales (los reales suman una cifra mayor) y los 155,671 contagiados de hoy son muchísimos más. Y mientras sigue la farsa del mediodía, mientras algo se pudre en Dinamarca. Recordemos queridos compatriotas (incluyo a los que van a insultar por estas líneas) que Montesinos tuvo su Pinchi Pinchi, Toledo su Eliane, Humala su Nadine y cuando un país no aprende de su historia la vuelve a repetir mientras aplaude al que no debe aplaudir y mientras tolera que se ejerzan poderes como los que usurpa doña Miriam en el gobierno de los «méritos propios».

ACTOR ECHEVARRÍA INVESTIGADO POR CONTRATOS DE S/900,000 EN MINEDU

El Presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso Edgar Alarcón reveló que casos como el del “motivador” Richard Swing existen cientos en muchos ministerios y serán investigados.
Mencionó que en la actualidad investigan en contrato de S/940,000 perteneciente a la empresa del actor y psicólogo Javier Echevarría a través de una licitación bastante cuestionada. Así mismo dijo que investigarán las consultorías y puso como ejemplo el caso de la ex editora de El Comercio María Alejandra Campos por el monto de S/80,000 soles.
Fuente: www.manifiestoperu.com

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