El congresista Walter Acha se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta, tras la denuncia por alimentos que le ha interpuesto su ex conviviente, quien lo acusa de no pasar desde hace un buen tiempo una pensión digna a sus tres hijos menores de edad que viven en Ayacucho.
Alicia Talavera, ex pareja del parlamentario, denunció que el referido “padre de la patria”, desde el momento en que se separaron, solamente le enviaba 500 soles mensuales, y de forma irregular, monto ínfimo que no le alcanza para mantener su hogar.
Es por ello que ha tenido que recurrir a una serie de préstamos a fin de cubrir las necesidades básicas de sus pequeños, los mismos que se han visto afectados tras la partida de Acha. “Mis hijos son los que más sufren, no quieren ir al colegio, no se concentran, lloran”, lamentó.
A través de Cuarto Poder, Talavera mostró las condiciones precarias en las que vive en un barrio de Huanta, hecho que parece importarle poco o nada al referido parlamentario, ya que solo ha encontrado indiferencia de su parte.
Ante tal situación, decidió viajar a Lima hace dos semanas, a fin de interponer una denuncia formal para lograr una pensión digna para sus hijos. Su caso ha sido acogido por el Movimiento Manuela Ramos, el cual ha asumido su defensa legal.
Como se recuerda, Acha fue denunciado por presuntamente haber violado a su exjefa de prensa, motivo por el que fue suspendido durante 120 días.
Caos, basura y delincuencia en La Parada
Una vez restablecido el orden en La Parada –en octubre último– con un saldo de cuatro muertos, se esperaba un nuevo rostro en esta zona de La Victoria. Sin embargo, todo ha vuelto a ser lo mismo: mientras que, a diario, toneladas de basura invaden las calles, la delincuencia y el comercio informal campean libremente.
Es más, pese a que la Municipalidad de Lima anunció que había coordinado un operativo de desalojo con el Ministerio del Interior, a la fecha no hay nada concreto.
Perú21 recorrió los alrededores del ex-Mercado N° 1 de Lima y comprobó que el comercio informal está enquistado en el cruce de las avenidas 28 de Julio y San Pablo. Decenas de minoristas –e incluso exmayoristas– venden sus productos en plena vía pública, obstruyendo el tránsito vehicular.
ZONAS TOMADAS
Entre las zonas tomadas se encuentran las cuadras 1 y 2 de San Pablo. Ahí, estibadores y mototaxis interrumpen el tránsito. Los negociantes informales inician su jornada a las 3:00 de la madrugada, a la misma hora que abre el nuevo mercado de Santa Anita.
Si bien son decenas de minoristas, también hay mayoristas. “Ofrecemos mejores precios que en Santa Anita pues tenemos nuestros negocios desde hace varios años en La Parada. Los productos que vendemos son de la chacra a la olla”, manifestó un comerciante.
De otro lado, según los vecinos, los actos vandálicos continúan siendo frecuentes. “Hay robos al paso, cogoteos y hasta balaceras. Esta es tierra de nadie”, expresó Nelly Falcón.
Mientras esto ocurre en el exterior de La Parada, en su interior prosigue la venta de alimentos por parte de unos 70 comerciantes. Es más, no tienen impedimentos para ingresar su mercadería, pese a que la comuna de Lima prohibió el tránsito de camiones.
La razón: ‘coimean’ a malos policías para que les permitan ingresar sus productos. “Aquí existe una tremenda corrupción. Mis colegas cobran entre 50 y 100 soles”, denunció un indignado agente.
El alcalde de La Victoria, Alberto Sánchez Aizcorbe, señaló que el caos se debe “a la demora del municipio de Lima en derribar los muros de La Parada”. En tanto, los comerciantes de Santa Anita sostienen que el negocio ya no es tan rentable como antes.
¡Son peores que Hitler!
Por Ricardo Vásquez Kunze
No termino de reírme y le agradezco mucho a mi amigo Raúl Castro, presidente del PPC, haberme permitido estar de buen humor esta semana cuando, ciertamente, este humeante verano hace estragos en mis nervios. Temí perder la razón o morirme de un infarto de tanta risa que me causó escucharlo decir que “los revocadores son peores que Hitler”. Es el único argumento original que les he escuchado a los antirrevocadores en lo que va de su campaña por el No y el único que vale la pena comentar aquí. Porque a veces, tras el chiste, se esconde algo muy profundo que escapa incluso a las intenciones del chistoso y, valgan verdades, Raúl Castro ha puesto el dedo en la llaga. Digamos, en la de Villarán.
Hitler fue un monstruo pero, sin ninguna duda, también un gran líder. El régimen de terror que le impuso a Alemania y, luego, a toda la Europa bajo su férula, desde el Atlántico francés hasta el Cáucaso soviético, pasando por el Mar del Norte hasta el Mediterráneo, fue producto exclusivo de su demoníaco liderazgo. Tuvieron que oponérsele tres grandes líderes mundiales, de esos que hoy ya no existen, para doblegar el liderazgo del tirano.
Winston Churchill, primer ministro de Su Majestad británica, fue el primero que le plantó cara. En solitario, tuvo que resistir “hasta que el Nuevo Mundo, con toda su influencia y poder, viniera en rescate del Viejo”. Como en efecto sucedió cuando Franklin Delano Roosevelt, presidente de Estados Unidos de América, y el líder político norteamericano más importante del siglo XX, fue arrastrado al esfuerzo bélico por vencer a Hitler y sus aliados. Finalmente, Josef Stalin, el mítico y sanguinario dictador de la Rusia Soviética, fue el último de los tres grandes que se opuso al liderazgo del Führer.
No es poca cosa pues hablar de Adolfo Hitler. Y si, como dice el amigo Raúl Castro, “los revocadores son peores que Hitler”, entonces, con cuánta mayor razón el liderazgo que se necesita para vencerlos tendría que ser formidable y superior al de Churchill, Roosevelt y Stalin juntos. Porque, en efecto, aquí de lo que se trata es de una cuestión de liderazgo. En eso se resume toda la percepción de aquellos millones de limeñas y limeños que, en un 60%, quieren revocar a la alcaldesa de Lima: Liderazgo. O, más bien, su total ausencia, según este sentir mayoritario. En simple, en estos dos últimos años, a la alcaldesa no se le ve a cargo de nada, no se siente que manda, que dirige, que lidera. Por lo tanto, qué más da que se vaya si es lo mismo que si no estuviera, es lo que percibe el sentido común de las “mayorías populares”.
Tal percepción se afianza cuando la alcaldesa, que debiera liderar la guerra por su supervivencia política y el de su gestión municipal, se va achicando hasta desaparecer del todo bajo la sombra de liderazgos políticos de expresidentes, exalcaldes, exministros, exrivales, y hasta de excongresistas chistosos como mi amigo Raúl Castro. Todos estos aparecen siempre como más importantes que ella porque, valgan verdades políticas, lo son. Esto, por supuesto, no escapa al sentir popular al que repele un político sin poder. El pueblo huele la debilidad a la legua, y la alcaldesa se encarga todos los días de ponerse ese perfume fatal. Ha creído que sumando liderazgos fortalece su posición. Es todo lo contrario, en su caso. Como ella no tiene ninguno, lo único que hace, al meter a su casa a líderes de verdad, es hacer grotesca su tragedia, es decir, su minusvalía política total.
Tan es así que Raúl Castro se permite hacer ese chiste cruel a su aliada; y un minúsculo Marco Tulio Gutiérrez termina convertido en… ¡Hitler! Bueno, después de todo, minúsculo como es, lidera al 60% de limeños que quieren revocar a la alcaldesa. Imagínense cuán enana debe ver el pueblo a Villarán.
Hildebrandt en sus Trece
A los cuestionamientos que han recibido los revocadores de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, liderados por Marco Tulio Gutiérrez, se suma la siguiente imputación: uno de los impulsores del SÍ, el pastor evangélico José Luis Linares Cerón, es acusado de seducir a una joven de 17 años.
Quien ha hecho la denuncia es la propia víctima, identificada como Amalia Vargas Portocarrero. Ella afirma haber sido seducida por el pastor evangélico en el año 1991, cuando tenía apenas 17 años y pertenecía a su movimiento religioso, la Iglesia Evangélica Pentecostal Misionera-Templo “Aposento de Dios”, ubicada en el distrito de Surquillo.
“Ese hombre prácticamente se aprovechó de mí cuando era una niña”, declaró Vargas Portocarrero, ahora de 39 años, al semanario.
La víctima del revocador actualmente vive en España y desde allá aseguró que el pastor Linares Cerón nunca se ocupó de su hija, Eunice Priscilla Abigail, quien actualmente tiene 21 años. Según el acta de nacimiento de 1991, el padre es José Luis Linares Cerón, que en ese entonces tenía 24 años.
“A Priscilla la conoció cuando estuvo más grandecita. Tendría seis o siete años. Pero creo que fue por curiosidad, porque después desapareció”, sentenció.
Por su parte, la hija de Linares Cerón indicó que la última vez que lo vio fue hace cinco años y que le pidió al pastor evangélico que no la busque más. “Para mí, José Linares es un señor, simplemente. Uno más en el mundo. No puedo sentir cariño ni amor por alguien que te engendra pero que nunca te cría”, comentó al semanario.
“Es un hombre que no se compromete a nada. Él es mi pasado. Ahora he hecho mi nueva vida y a ese señor lo tapé por siempre. Mis verdaderos padres están en España”, añadió la joven.
CARTAS Y DENUNCIAS
El 6 de marzo de 1991, Juan Vargas Portocarrero, el hermano de Amalia, envió una carta al Presbiterio Lima Centro denunciando “el abuso y el engaño” a su hermana de 17 años, “con consecuencias de pronto concebir un hijo, que a la fecha cuenta con siete meses de gestación de José Linares Cerón”.
Además, en la misiva, el hermano de la víctima acusa de complicidad y encubrimiento a Carlos Linares Cerón, hermano mayor de José Luis e integrante del grupo que apoya la revocatoria contra Villarán.
En 1995, la víctima del pastor evangélico le entabló una demanda por alimentos y el Segundo Juzgado Transitorio en lo Civil en Lima determinó el impedimento de salida del país y un pago de aproximadamente S/5000. Sin embargo, el revocador se hizo el desentendido.
Luego, el 8 de abril de 1996, exmiembros del “Aposento de Dios” hicieron pública una carta en el medio evangélico La Verdad, donde señalan que “hace cinco años nació la hija de Amalia Vargas, la hermana con la cual José Linares tuvo relaciones forzadas, siendo ella menor de edad”.
“También tenemos conocimiento de que la hermana Margot Aquise se vio envuelta en similar problema con el mismo personaje. Además, a José Linares le gustaba propasarse con las hermanas más jóvenes”, dice el documento.
Fuente: Diarios La República, Perú21 y Diario16.
Walter Acha otra vez
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