El circuito de zinc del complejo metalúrgico de La Oroya reinició sus operaciones después de 38 meses de paralización. La producción diaria será de 270 toneladas, aunque habrá un aumento progresivo que debe llegar a 43 mil toneladas al año.
La administración del complejo está a cargo de Right Business, empresa liquidadora designada para solucionar la crisis que el complejo venía atravesando con la empresa Doe Run.
El concentrado de zinc es proveído por las empresas mineras Glencore, Cormin y Alpamina. Cada barra producida pesará 25 kilos cada una, y tendrán una pureza de 99.99%.
Ilave
Por Liubomir Fernández
Ambos tuvieron un final triste. Cirilo Robles Callomamani y Fortunato Calli Incacutipa fueron en su momento los personajes más aclamados de la provincia de El Collao, que tiene como capital al distrito de Ilave, en Puno. Fueron elegidos por el voto popular, “para conducir los destinos” de este pueblo aimara. Pero el destino de los dos fue trágico.
Ellos perdieron la vida a manos de terceros, por un ajuste de cuentas. A Cirilo Robles una turba enfurecida de campesinos lo ajustició públicamente en la plaza de armas de Ilave, y a Fortunato Calli le dieron de beber un emoliente con veneno, también en la plaza ilaveña. Por estos días corre por esta ciudad el rumor de una maldición sobre las autoridades ediles.
Como para reforzar esta superstición, los pobladores de Ilave recuerdan que hace apenas un mes, el trabajador de la comuna provincial, Porfirio Calli Chino, uno de los testigos del linchamiento de Cirilo Robles, falleció en extrañas circunstancias. Habría resbalado de las gradas y tras ser internado en el hospital por fuertes dolores de cabeza, murió tras permanecer algunos días en coma.
“Me envenenaron”
Pero el caso más reciente es el de Calli Incacutipa, popular líder de El Collao, conocido por sus seguidores con el apelativo de “Mallku aimara” (líder). El martes 15 de mayo se trasladó hasta un sector de la comunidad campesina de Chijichaya, luego de llegar de Arequipa. Calli fue alcalde de El Collao entre el 2007 y 2010.
En esta localidad permaneció durante casi todo el día, realizando labores agrícolas en terrenos de su propiedad. En horas de la tarde recibió una llamada que lo convocó con urgencia a Ilave. Según testigos, al llegar al pueblo se reunió con una mujer que lo invitó a tomar un emoliente.
Al retornar a su casa comenzó a retorcerse de dolor. Cerca de las nueve de la noche ingresó por emergencia al hospital de Ilave, acompañado de dos mujeres que dijeron ser sus sus vecinas. Aún en vida Calli Incacutipa, alcanzó a decir al personal médico que lo atendía: “Me envenenaron, me voy a morir”. Una hora después de haber sido internado su corazón dejó de latir. Le dieron veneno para perros.
La República se trasladó hasta Ilave y recogió el sentir de los pobladores de esta localidad. Uno condenan el hecho y otros callan, por temor. La prensa local y varios ex empleados que trabajaron en su gestión y que pidieron guardar la reserva de la fuente, aseguraron que éste habría adquirido casas, terrenos, carros, entre otros bienes, a nombre de terceros, y que estos al querer quedarse con sus propiedades, le dieron fin. De ello no hay ninguna prueba.
El “Mallku aimara” era viudo. Su esposa había fallecido hace dos años y desde entonces a su cargo quedó la tutela de sus tres menores hijos. Por esas cosas macabras de la vida, días antes de morir, Calli visitó la tumba de su esposa en Arequipa. No imaginó que pronto sería sepultado en el mismo camposanto, al lado de su esposa.
Fuente ovejuna
En abril de 2004, el entonces alcalde Cirilo Robles (elegido para el periodo 2003-2006) afrontó una protesta popular, por supuestamente malos manejos en su gestión e incumplir con el asfaltado de la carretera Ilave-Mazocruz. Los campesinos aimaras se atrincheraron durante varias semanas en la puerta del municipio e impidieron el ingreso del burgomaestre.
Luego de permanecer fuera de la ciudad por varios días, por razones de seguridad, Robles volvió a Ilave y convocó a una sesión de concejo en su casa. Al enterarse, la turba entró y lo golpeó brutalmente. Lo sacaron a empellones, lo pasearon por el pueblo, y en la plaza de armas fue golpeado hasta matarlo. La noticia dio la vuelta al mundo.
La Contraloría General de la República no encontró indicios de irregularidades en su gestión, pero Cirilo Robles ya había terminado a manos de su pueblo. Su primer regidor, Alberto Sandoval Loza, es acusado de ser el autor intelectual. El proceso judicial estuvo a punto de quebrarse en varias oportunidades y actualmente se encuentra en etapa de juicio oral.
Todos estos sucesos han sembrado un halo de misterio en El Collao. ¿Por qué en Ilave matan a sus alcaldes o ex alcaldes? ¿Es una coincidencia? ¿Algún día se sabrá la verdad? Nadie responde.
El juicio por el asesinato del sociólogo ex alcalde de Ilave, Cirilo Robles Callomamani, ingresó a su etapa final. Los 35 acusados expusieron sus alegatos finales de defensa ante los magistrados de la Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Justicia de Puno.
Esta etapa precede a lo que será la sentencia que emitirán los vocales Santiago Molina Lazo, Juan José Machicao Tejada y Bartolomé Coayla Flores. La mayoría de procesados se exculpó de los hechos que se les imputa, aduciendo que no participaron de los hechos, o que no se les probó su responsabilidad en la muerte de la ex autoridad edil.
El Consejo Ejecutivo del Poder Judicial ha expresado su respaldo a los tres magistrados y defendió la probidad de cada uno de los vocales.
La sentencia se daría a conocer en el transcurso de los siguientes días. A los implicados se les procesará bajo la tesis de la autoría mediata, que es el mismo criterio jurídico que se les aplicó a Alberto Fujimori y Abimael Guzmán.
El Ministerio Público considera que en los hechos de Ilave hubo una organización dirigencial que impulsó la salida del edil del municipio, pero que al final terminaron quitándole la vida. La muerte se registró en abril del 2004.
Fuente: Radio Programas del Perú y Diario La República.
La Oroya revive
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