[Visto: 4386 veces]
Por Gonzalo Pajares- Perú21.
Tiene casi 40 años de sacerdote. Ha sido profesor del Santa María y uno puede escuchar sus misas en la iglesia María Reina. Eduardo Arens dice que, aunque cree en la autoridad, en esta etapa de su vida ya es tarde para que le digan qué hacer: “Me prohibieron dar misa por dos años, pero mi sacerdocio no gira alrededor de la liturgia. Hay muchas maneras de celebrar la comunidad, de hacer reino de Dios. Benedicto XVI es hombre honesto, sensible, sencillo, humilde y tímido. Lo conocí en Alemania. El problema es su entorno”.
¿De dónde viene su vocación sacerdotal?
Fue creciendo lentamente. Contribuyeron mi educación familiar –mi madre era muy religiosa; mi padre, no– y mi formación con los hermanos marianistas, que te exigían pensar. Siempre tuve el espíritu libre y me metí al sacerdocio para ver cómo era…y sigo en la búsqueda.
¿Sigue buscando a Dios?
Mi búsqueda no es de Dios sino de la comprensión de Dios. He pasado de pensar en Dios como un personaje con rostro, ojos, oídos –como hacemos de niños y jóvenes–, a uno mucho más amplio, acorde con los grandes descubrimientos de la astronomía. No es posible que Dios esté flotando sobre nosotros. Ha sido muy enriquecedor ver cómo se me caían algunos esquemas sobre Dios y aparecían nuevos.
Esquemas abstractos que resultan más difíciles de entender…
Más difíciles de comunicar. Porque es más fácil hablar de Dios como si este fuese una persona que hablar de la armonía absoluta.
¿Por qué la Iglesia no desmiente a los creacionistas?
Lo Iglesia no sostiene ni defiende el creacionismo. En realidad, no defiende ninguna teoría. En el púlpito, yo evito los temas polémicos porque no llevan a nada, pues no es el foro para explicar esto a un público tan variado y cuando apenas se cuenta con 15 minutos. Prefiero ir a lo sustancial. El hombre ha sido cosificado, robotizado, objeto y sujeto de la economía. Mientras consumes y produces, eres útil. La dignidad ya no se toma en cuenta. Por eso, hay que pensar en el hombre, más allá de si se cree en Dios de esta u otra manera.
¿Creer en Dios ayuda a vivir?
Como en los cuentos, el hombre busca vivir para siempre y feliz. Es un anhelo que está hasta en nuestro tuétano. La pregunta es: “¿Cómo hacerlo?”.
¿Y quienes lo intentamos, pero no podemos creer?
El solo intento ya es un acercamiento. Hay que ser honestos y ver si uno no cree por conveniencia.
Estamos en Semana Santa. Por Facebook circula este mensaje: “Jesús murió por tus vacaciones, aprovéchalas”. ¿Qué opina?
Dios es incómodo. La manera de contrarrestarlo es atacándolo. Yo le pregunto a esta gente: “Si no es importante, ¿por qué te ocupas de él?”. Por ‘juerga santa’ se ha perdido el sentido de esta conmemoración. Semana Santa nos habla de Jesús y su propuesta, que sigue siendo válida para hoy. Hay que buscarle sentido a la vida, pero no en el consumismo, sino para hacer un mundo mejor. A Jesús no lo mataron por sus ideas, sino porque planteaba un cambio en todo el sistema, porque entendieron que era una amenaza para los sistemas religioso y político que, por entonces, imperaban. Jesús era una amenaza, no porque hablase bonito y sanase, sino porque promovía una sociedad que incorporaba a los leprosos, a los ciegos, a los pecadores; una sociedad donde reinase no un Dios de poder, sino uno de servicio.
¿La Iglesia Católica está haciendo mal su tarea?
Hay dos lados. Uno emite un mensaje, pero si al receptor no le interesa, por más que se lo pongamos bonito, no lo va a aceptar. El mundo de hoy ofrece más alternativas que antes: placer, gozo; el miedo al castigo, al infierno ha desaparecido.
El placer es bueno…
Bien llevado, sí.
¿Es mejor que el miedo?
El miedo no es bueno, pero previene de situaciones como el suicidio, pero vivir en el pánico, esperando un castigo, no vale la pena.
¿Este es un mundo sin fe o es un mundo sin fe en la Iglesia?
No es un mundo sin fe, porque todos tienen fe en algo, aunque sea fe en el dólar. La crisis no es de la Iglesia. Sucede que el hombre de hoy es atraído por lo que le da satisfacciones inmediatas.
Las iglesias evangélicas sí están creciendo. ¿Acaso ellas sí les dan satisfacciones inmediatas a las personas?
En parte, sí. Ellas usan mucho la psicología de masas, el aplauso, el contagio. En sus ceremonias hay una compensación inmediata, pero muchas veces ilusoria.
¿Qué piensa de las ideas del padre Gustavo Gutiérrez?
Es mi amigo. Como todos, ha ido evolucionando, pero lo que sí es cierto es que es absolutamente honesto y comprometido con el Perú profundo. Su planteamiento, el que figura en la clásica Teología de la Liberación, tiene un sustento y un trasfondo bíblicos. En el Antiguo Testamento, la liberación de Egipto es fundamental, y en el Nuevo Testamento, la salvación no es otra cosa que una liberación.
Tiene casi 40 años de sacerdote. Ha sido profesor del Santa María y uno puede escuchar sus misas en la iglesia María Reina. Eduardo Arens dice que, aunque cree en la autoridad, en esta etapa de su vida ya es tarde para que le digan qué hacer: “Me prohibieron dar misa por dos años, pero mi sacerdocio no gira alrededor de la liturgia. Hay muchas maneras de celebrar la comunidad, de hacer reino de Dios. Benedicto XVI es hombre honesto, sensible, sencillo, humilde y tímido. Lo conocí en Alemania. El problema es su entorno”.
¿De dónde viene su vocación sacerdotal?
Fue creciendo lentamente. Contribuyeron mi educación familiar –mi madre era muy religiosa; mi padre, no– y mi formación con los hermanos marianistas, que te exigían pensar. Siempre tuve el espíritu libre y me metí al sacerdocio para ver cómo era…y sigo en la búsqueda.
¿Sigue buscando a Dios?
Mi búsqueda no es de Dios sino de la comprensión de Dios. He pasado de pensar en Dios como un personaje con rostro, ojos, oídos –como hacemos de niños y jóvenes–, a uno mucho más amplio, acorde con los grandes descubrimientos de la astronomía. No es posible que Dios esté flotando sobre nosotros. Ha sido muy enriquecedor ver cómo se me caían algunos esquemas sobre Dios y aparecían nuevos.
Esquemas abstractos que resultan más difíciles de entender…
Más difíciles de comunicar. Porque es más fácil hablar de Dios como si este fuese una persona que hablar de la armonía absoluta.
¿Por qué la Iglesia no desmiente a los creacionistas?
Lo Iglesia no sostiene ni defiende el creacionismo. En realidad, no defiende ninguna teoría. En el púlpito, yo evito los temas polémicos porque no llevan a nada, pues no es el foro para explicar esto a un público tan variado y cuando apenas se cuenta con 15 minutos. Prefiero ir a lo sustancial. El hombre ha sido cosificado, robotizado, objeto y sujeto de la economía. Mientras consumes y produces, eres útil. La dignidad ya no se toma en cuenta. Por eso, hay que pensar en el hombre, más allá de si se cree en Dios de esta u otra manera.
¿Creer en Dios ayuda a vivir?
Como en los cuentos, el hombre busca vivir para siempre y feliz. Es un anhelo que está hasta en nuestro tuétano. La pregunta es: “¿Cómo hacerlo?”.
¿Y quienes lo intentamos, pero no podemos creer?
El solo intento ya es un acercamiento. Hay que ser honestos y ver si uno no cree por conveniencia.
Estamos en Semana Santa. Por Facebook circula este mensaje: “Jesús murió por tus vacaciones, aprovéchalas”. ¿Qué opina?
Dios es incómodo. La manera de contrarrestarlo es atacándolo. Yo le pregunto a esta gente: “Si no es importante, ¿por qué te ocupas de él?”. Por ‘juerga santa’ se ha perdido el sentido de esta conmemoración. Semana Santa nos habla de Jesús y su propuesta, que sigue siendo válida para hoy. Hay que buscarle sentido a la vida, pero no en el consumismo, sino para hacer un mundo mejor. A Jesús no lo mataron por sus ideas, sino porque planteaba un cambio en todo el sistema, porque entendieron que era una amenaza para los sistemas religioso y político que, por entonces, imperaban. Jesús era una amenaza, no porque hablase bonito y sanase, sino porque promovía una sociedad que incorporaba a los leprosos, a los ciegos, a los pecadores; una sociedad donde reinase no un Dios de poder, sino uno de servicio.
¿La Iglesia Católica está haciendo mal su tarea?
Hay dos lados. Uno emite un mensaje, pero si al receptor no le interesa, por más que se lo pongamos bonito, no lo va a aceptar. El mundo de hoy ofrece más alternativas que antes: placer, gozo; el miedo al castigo, al infierno ha desaparecido.
El placer es bueno…
Bien llevado, sí.
¿Es mejor que el miedo?
El miedo no es bueno, pero previene de situaciones como el suicidio, pero vivir en el pánico, esperando un castigo, no vale la pena.
¿Este es un mundo sin fe o es un mundo sin fe en la Iglesia?
No es un mundo sin fe, porque todos tienen fe en algo, aunque sea fe en el dólar. La crisis no es de la Iglesia. Sucede que el hombre de hoy es atraído por lo que le da satisfacciones inmediatas.
Las iglesias evangélicas sí están creciendo. ¿Acaso ellas sí les dan satisfacciones inmediatas a las personas?
En parte, sí. Ellas usan mucho la psicología de masas, el aplauso, el contagio. En sus ceremonias hay una compensación inmediata, pero muchas veces ilusoria.
¿Qué piensa de las ideas del padre Gustavo Gutiérrez?
Es mi amigo. Como todos, ha ido evolucionando, pero lo que sí es cierto es que es absolutamente honesto y comprometido con el Perú profundo. Su planteamiento, el que figura en la clásica Teología de la Liberación, tiene un sustento y un trasfondo bíblicos. En el Antiguo Testamento, la liberación de Egipto es fundamental, y en el Nuevo Testamento, la salvación no es otra cosa que una liberación.
Para ser seguidores de Jesús debemos primero conocerlo en sus anhelos, en sus sueños y en su gran amor al Padre y a la gente, para así entenderlo y hacer de nuestro entorno lo mejor para nosotros, la familia y la sociedad.
Como siempre,claro y directo,sus reflexiones nos hacen pensar y encontrar el verdadero sentido del gran amor que nos tiene Jesus.
Tenia que ser Eduardo, que gran persona, que pensamientos tan profundos. Dios te de mucha vida…