Archivo de la categoría: Espiritualidad

De oriente y de occidente

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Evangelio según San Lucas 13,22-30.
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.
Una persona le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. El respondió: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.
En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Y él les responderá: ‘No sé de dónde son ustedes’.
Entonces comenzarán a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas’.
Pero él les dirá: ‘No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!’.
Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera.
Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios.
Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hay una vieja caricatura de Charlie Brown que le muestra despertando temprano por la mañana, y mirando por la ventana para ver la nieve cayendo fuertemente. Por lo tanto, procedió a poner una capa de ropa tras otra, con el fin de soportar el frío del invierno. Sin embargo, el panel final de la caricatura muestra a Charlie Brown tan envuelto que no puede pasar por la puerta, y él se queda allí gritando.
Primero pensé en esto cuando leí en el Evangelio (Lucas 13:22-30) sobre “entrar a través de la puerta estrecha”, y que muchos “intentarán entrar, pero no serán lo suficientemente fuertes”. Tal fue el caso con Charlie Brown, no podía entrar por la puerta. En nuestra vida en Cristo también podemos querer “entrar a través de la puerta estrecha”, pero hay cosas que nos impiden responder fielmente y seguir a Jesús. Hay obstáculos dentro de nosotros y alrededor de nosotros que nos impiden escuchar y responder a la llamada de Jesús. A pesar de que el evangelio nos muestra que algunas de las personas dijeron “comimos y bebimos en su compañía”, Jesús todavía les dijo “yo no te conozco”. ¡Qué devastador para ellos! Sin embargo, esto debe significar que sólo eran ‘fans’ de Jesús, y realmente no se toman en serio lo siguiente de Jesús. Ellos sabían la enseñanza de Jesús, pero no la siguieron. Pensaron que sólo habiendo visto a Jesús, lo oyeron, y haber comido y bebido con él, sería suficiente para ganar el reino de los cielos. Sin embargo, Jesús estaba pidiendo mucho más. Él estaba pidiendo señales claras de que pertenecían a él, y que lo estaban siguiendo fielmente.
En nuestra primera lectura del libro del profeta Isaías (66:18-21) Dios reconoce a muchas de las personas como la suya. Él dijo que él conoce “sus obras y sus pensamientos”. Habla de estas personas que conocen su voluntad como traer a otros a él. Sus fieles escuchando la voluntad de Dios, como se expresa a través de los profetas, los marcará como su pueblo y los distinguen de las otras tribus y naciones. Ellas son las personas elegidas de Dios, y sus vidas reflejan esa realidad.
Nuestra segunda lectura de la carta a los Hebreos (12:5-7, 11-13) nos recuerda lo difícil que puede ser ser un discípulo de Jesucristo. Oímos de la importancia de la “disciplina”. La disciplina y el discípulo vienen de la misma palabra raíz, por lo que para poder seguir de verdad a Jesús significa que debemos vivir una vida que refleje esa realidad. Se nos dice que no “perder el corazón” y para “fortalecer nuestras manos caídas y rodillas débiles”, solos no podemos llegar a ser esos discípulos de Jesús que estamos llamados a ser. Es sólo a través de la gracia de Dios, trabajando en nosotros, que podemos decir “no” a las cosas que nos quitan de Jesús, con el fin de decir “sí” a las virtudes y valores del reino de Dios y estar unidos A Cristo. Estamos para “hacer caminos rectos”. Todos nosotros sólo podemos hacer esto a través de ese rotundo “sí” a la obra de gracia que Dios nos provee.
Si queremos pasar por la puerta que lleva a la vida en Cristo todos debemos hacer cambios en nuestras vidas. En nuestra condición humana, todos fallamos en “ser” y “hacer” como Dios quiere. No podemos pensar que nuestro certificado de bautismo, o fotos de nuestra primera comunión nos va a ayudar en el día del juicio, o incluso que nos sentamos en un banco de la iglesia todos los domingos. Estas apariencias externas deben ser igualadas por una disposición interior para buscar, encontrar y hacer la voluntad de Dios. El cielo no quiere que nos encontremos como los de la parábola en el evangelio que escuchó la voz del maestro decir “no te conozco”. Así como Jesús podría leer el corazón y la mente de Mateo y Zaqueo los cobradores de impuestos, y la mujer adúltera, y el ‘buen ladrón’, puede leer nuestros corazones y mentes. Él busca esa sinceridad y ese deseo de seguirlo que su gracia ha puesto allí, y que ha sido nutrida y desarrollada en cada uno de nosotros. No debemos dejar hasta mañana, lo que podemos hacer hoy, pensando en nosotros mismos que vamos a seguir a Cristo más profundamente una vez que nuestra situación de trabajo se aclara, o después de salir de la escuela, o cuando nos retiramos, o cuando los miembros de nuestras familias obtienen su Vive juntos. ¡El tiempo es ahora!
La última frase del evangelio también me habló, “algunos son los últimos que serán los primeros, y algunos son primero que serán los últimos”. Esto podría ser interpretado de muchas maneras, pero lo vi hablando con ese ser oculto que sólo Dios puede ver. En nuestra sociedad algunas de las personas que podemos ver como “último”: los humildes, las personas que se dan de sí sin contar el costo, los que perdonan, los que reconocen su dependencia de Dios, y se abren a su gracia. Jesús dice que ellos son los “primeros”. Ellos son los que están respondiendo a su gracia. Ellos son los que están haciendo su voluntad. Ellos son los que están dando buen ejemplo, y construyendo el reino de Dios. Al mismo tiempo, los que nuestra sociedad ve como “primero”: los orgullosos y los autosuficientes, los que no necesitan a nadie: son realmente el “último” en lo que es realmente importante para el Señor. Tantas áreas de la sociedad están ‘fuera de mal’ con las enseñanzas de Cristo. Tantas cosas en nuestra sociedad van en la dirección opuesta. Nuestros ‘Sí’ a Jesús, y nuestro siguiente de la disciplina de Jesús hará toda la diferencia en nuestras vidas, en la vida de los que nos rodean, y en nuestra sociedad.
Entonces vamos a ser capaces de entrar a través de la “puerta estrecha”, y Jesús no va a decir “no te conozco”, pero más bien “te conozco, entra. Te he estado esperando a ti”.

Vidas ejemplares

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Santa Magdalena Sofía Barat RSCJ

Tan solo tenía 10 años cuando explotó la Revolución Francesa, cosa que cambió la historia del mundo y dio origen a una nueva sociedad, basado en los principios de libertad, igualdad y fraternidad.
Su padre, Jacobo Barat, era viñador y tonelero y su madre, Madgalena Fouffé, era una mujer delicada, sensible y de formación más elevada que la de su marido. Sofía fue la tercera de tres hermanos: Luis, el mayor, padrino de Sofía y María Luis Magdalena, nueve años mayor que su hermana. Dotada de una inteligencia poco común, era alegre, vivaz, muy observadora, de salud delicada y fue desde el comienzo objeto de los cuidados de sus padres y, en especial, de su madre. Su hermano Luis se convirtió en su tutor y maestro, ejerciendo sobre ella una influencia que fue decisiva en su vida. Siendo ya sacerdote y profesor del Seminario, la inició en los estudios clásicos. Aprendió griego y latín, historia, literatura y adquirió un profundo conocimiento de la Sagrada Escritura. Recibió una educación poco común en las mujeres de su época y ambiente social.
Durante la Revolución, Luis estuvo preso y se salvó de morir guillotinado, gracias a las oraciones de su familia, congregada cada día para orar por su liberación ante un cuadro del Corazón de Jesús. Desde entonces, Sofía fue creciendo en esta devoción y adentrándose en los misterios del amor de ese Corazón. De vuelta a su casa, Luis tomó la decisión de llevarse a Sofía a París, para continuar allí su formación. En esta ciudad conoció a los padres de la Fe, un grupo de jesuitas que regresaron a Francia después de haber sido restablecido el culto católico.
El superior de esos sacerdotes, el Padre José Varin, había recibido de su antecesor, el Padre Leonor de Tournely, la encomienda de fundar una congregación femenina, dedicada a honrar el Corazón de Jesucristo. El Padre Leonor de Tournely murió sin poder realizar su sueño, aunque lo intentó en dos ocasiones. En los últimos días de su vida repetía: “Existirá… existirá” frase que quedó grabada en el corazón de su sucesor. Cuando Luis le presentó a su hermana, el Padre Varin comprendió que Sofía era la persona destinada por la Providencia para esa fundación. Bajo su dirección espiritual, Sofía se fue preparando, sin saberlo, para su futura misión.
El 21 de noviembre de 1800, en París, Magdalena Sofía y tres compañeras se consagraron al Corazón de Jesús y así quedó fundada la Sociedad del Sagrado Corazón. Las Constituciones expresaban claramente su finalidad: “El fin de esta Sociedad es glorificar al Corazón de Jesús, trabajando en la salvación y perfección de sus miembros por la imitación de las virtudes de que este Corazón es centro y modelo, y consagrándose, cuanto puede hacerlo la mujer, a la santificación del prójimo como la obra más querida del Corazón de Jesús”.​ El carisma que recibió Sofía de manifestar el amor del Corazón de Jesús, la impulsó a educar personas que continuaran la obra allí donde las religiosas no podían ir. Mujer abierta a los signos del tiempo, estudió la realidad de la Francia en que le tocó vivir y tomó partido por la educación de la mujer, centro de la familia, base de la sociedad. Ciertamente, después de la Revolución, la educación de la mujer quedó descuidada y afectada por el libertinaje, producto de los excesos de una sociedad que ansiaba liberarse del viejo régimen. Tanto los jóvenes de la antigua nobleza francesa arruinada y marginada, las de la burguesía naciente, la nueva nobleza creada por Napoleón, como las hijas de los pobres, necesitaban ser educadas en una fe sólida e ilustrada, formándolas, como corresponde a su dignidad de persona; una formación integral a través de estudios humanísticos fuertes, sin olvidar las artes, los idiomas y el deporte.
A su muerte acaecida el 25 de mayo de 1865 en París, “había fundado 89 casas, de las que 74 tenían además del Pensionado, una escuela gratuita para niñas pobres. Un total de 3,700 alumnas se educaban simultáneamente en los Pensionados y unas 5,700 en las Escuelitas”.
Fuente: Wikipedia.

Santa Rosa Filipina Duchesne RSCJ

Rosa Filipina Duchesne nació en Grenoble, Francia, en 1769. Se preparó para la primera comunión en el cercano convento de la Visitación, y poco después, el deseo de entregar su vida a Dios la impulsó a unirse a esta comunidad de la Visitación, orden contemplativa de clausura, a pesar de su deseo de servir a Dios en tierras de misión. Después de la revolución francesa, su convento fue cerrado por el gobierno. Durante diez años Filipina asistió a los indigentes de Grenoble y al mismo tiempo se preguntaba qué quería Dios de ella.
En 1804 a Magdalena Sofía Barat le hablaron de Filipina Dúchense, mujer de cualidades naturales y espirituales poco frecuentes. Su primer encuentro fue el inicio de una profunda amistad. Filipina se unió a la Sociedad del Sagrado Corazón, y su deseo de llevar a Dios a tierras lejanas se realizó en 1818 cuando ella y cuatro compañeras zarparon rumbo al Nuevo Mundo. Su gran anhelo era trabajar entre los indios de América, pero tuvo que esperar 23 años para ir a vivir entre los Potawatomis. Antes de realizar este deseo de su corazón, Filipina había fundado el primer Colegio Católico al oeste del Mississippi y vio con gozo cómo la Sociedad del Sagrado Corazón se difundía por los Estados Unidos.
La vida en las fronteras conllevaba un enorme desgaste tanto físico (hambre, frío, pobreza, enfermedad) como psicológico (dificultades debidas a las distancias y la comunicación, cartas que a veces tardaban seis meses o más). Filipina nunca creyó tener el don de liderazgo y en 1852 muere pensando que su vida había sido un fracaso. La historia revela lo contrario: los americanos vieron en ella “la mujer que siempre reza”; los colegios que fundó forman parte de la red de colegios del Sagrado Corazón extendida por todo el mundo; y la Sociedad del Sagrado Corazón sigue siendo una comunidad internacional, unida a través de los cinco continentes tanto por las relaciones humanas como por una espiritualidad y misión comunes.
Rosa Filipina Duchesne fue canonizada en 1988.
Fuente: www.rscjinternational.org

Fuego

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Evangelio según San Lucas 12,49-53.
Jesús dijo a sus discípulos:
“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!
Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!
¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.
De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

El 27 de octubre de 1986 el Papa Juan Pablo II, ahora San juan Pablo, invitó a los líderes religiosos de diversas religiones a unirse a él en Asís, para orar por la paz. Desde ese día los sucesivos pontífices han continuado la celebración anual de la oración por la paz en Asís. Esta iniciativa ha sido alabada por muchos, y criticada por algunos. Uno de los títulos de Jesús es ‘príncipe de la paz’, y así me parece sólo apropiado que el Papa sería anfitrión de un tiempo de oración y reflexión sobre el tema de la paz, especialmente en la ciudad donde San Francisco de Asís oró> “hazme un instrumento de tu paz”.
El Evangelio de hoy (Lucas 12:49-53) nos habla de la paz, o tal vez más bien la falta de paz. Cuando escuchamos por primera vez esta lectura podemos cero la cabeza y decir a nosotros mismos que esto no suena como Jesús hablando. ¿Qué quiere decir que ha venido a traer “División” en lugar de la paz? Cómo puede el príncipe de la paz decir tal cosa, trabajando en contra de los principios básicos de su misión?
Las palabras de Jesús no están sugiriendo que alentamos la división o la desunión. Más bien, creo que nos está diciendo que si queremos la paz verdadera, habrá un proceso de purificación en el proceso. La Paz verdadera y duradera exige un cambio significativo en la actitud y la dirección. Los muchos ‘tratados de paz’, especialmente en el medio oriente, demuestran que esto es cierto, como la paz verdadera y duradera son difíciles de lograr en nuestra condición humana. La Paz verdadera y duradera debe ser construida sobre dos cimientos: verdad y amor. Si el trabajo por la paz no se construye sobre la verdad es como construir una casa en la arena, que no tiene fundamento firme, y se desmorona cuando las buenas intenciones o el “calor caliente” pasan, y la realidad se establece. Si el amor no es la base de la paz que existe, entonces la dinámica humana de la competencia, la superioridad y la inferioridad, el prejuicio y el odio seguirán levantar sus cabezas y nos causan cerrar nuestros corazones y pensar sólo de nosotros mismos, y no de lo común Bien.
En nuestra primera lectura de hoy del libro del profeta Jeremías (38:4-6, 8-10) también encontramos una extraña dinámica. Jeremías está siendo condenado por el rey porque sus príncipes han dicho que él es “desmoralizador a los soldados… y todo el pueblo”, y que “Él no está interesado en el bienestar de nuestro pueblo”. ¡Nada es más lejos de la Verdad! Sin embargo, la gente no quiere escuchar a Jeremías, porque él los está llamando a un cambio de corazón, un cambio de la forma en que sienten y piensan, hablan y actúan. Ser profeta era un negocio arriesgado, como el rechazo, la persecución e incluso la muerte eran posibilidades reales en el cumplimiento de su misión. Ser puesto en una cisterna para morir no era lo que Jeremías quería, pero sabía que era una posibilidad, ya que trajo la palabra de Dios al pueblo elegido. Finalmente el rey recibió otros consejos y Jeremías fue salvado y permitió continuar su misión.
Nuestra segunda lectura de la carta a los hebreos (12:1-4) nos recuerda que Jesús pagó el gran precio por traer la palabra de Dios al pueblo elegido él soportó: “oposición de los pecadores” y fue crucificado en la cruz. Está escrito tan maravillosamente que esto fue que “no podemos crecer cansados y perder el corazón en nuestra lucha contra el pecado”. Jesús ha sido victorioso sobre el pecado y la muerte, y por nuestro bautismo compartimos en esa victoria. Se nos dice que para compartir en esta victoria significa mantener “nuestros ojos fijos en Jesús” y seguir a él fielmente en la finalización de nuestra misión.
Dudo que nos enfrentamos a las pruebas de Jeremías o Jesús, pero si tomamos en serio nuestro siguiente de Jesús, y nuestro trabajo por la paz, podemos esperar también a conocer a la oposición. Vamos a ser mal entendido y reído. Podemos encontrar a nosotros mismos excluidos y rechazados. Las enseñanzas de Jesucristo no se encuentran en encuestas o encuestas de popularidad, sino en la revelada verdad de Dios. No estamos trabajando en el capricho y lo que está en la moda, sino en lo que es verdadero y eterno. A medida que trabajamos por la paz: en nuestras familias, en el trabajo y en la escuela, y entre nuestros amigos: a menudo no es fácil ponerse de pie por lo que creemos. Al igual que la respuesta del pueblo a Jeremías, puede que no quieran escuchar ‘nuestra verdad’, y puede que no entiendan ‘nuestro amor’. Así que, si acercas el barco demasiado para ellos, pueden sentir el latigazo y nos rechazan. Estoy seguro de que todos hemos tenido experiencias como cónyuges, padres, hermanos y amigos cuando “nuestra verdad” y “nuestro amor” no ha sido apreciado. Se nos dijo que tener en “mente nuestro propio negocio”, o “mantener nuestros pensamientos a sí mismo”. Esa “División” de la que Jesús habló es real -entre los miembros de la familia y los amigos- como “nuestra verdad” y “nuestro amor” llamadas estas para reflexionar y volver a evaluar. Con el fin de que la verdadera paz exista debe haber un cambio de corazón, un cambio de valores, un cambio de prioridades. ¡Todo el mundo quiere cambiar, pero nadie quiere cambiar! La paz no vendrá, y la verdad de Dios va a ir tácita, si no hemos experimentado el amor de Dios, si solo “nos importa nuestros propios negocios” y “mantener nuestros pensamientos en nosotros mismos”. Jeremías, y tantos otros profetas -en el antiguo testamento Y a lo largo de la historia- no quería ser profetas por el alto costo de hablar por Dios, y traer a los demás la voluntad de Dios.
Como seguidores de Jesús no es suficiente para sólo orar por la paz, sino para trabajar por la paz, superar las “divisiones” creadas por el pecado, y establecer relaciones entre individuos, familias, comunidades y naciones construidas sobre la verdad de Dios y el amor de Dios. Mantener nuestros ojos en Jesús nos ayudará a ser esos profetas, unidos a Cristo, y hablar y actuar en su nombre para lograr la verdadera paz.

Nagasaki: 30 mil creyentes lograron mantener su fe católica sin presencia de sacerdotes

150º aniversario del descubrimiento de los cristianos clandestinos
La Iglesia en el Japón celebrará del 14 al 17 de marzo el 150° aniversario del descubrimiento de los cristianos clandestinos, que después de 250 años de persecuciones pudieron profesar su fe libremente.
El cardenal y arzobispo de Cotabato, Filipinas, Orlando Quevedo, que visitará Nagasaki (Japón) como enviado especial del papa Francisco, sostuvo que “es ejemplar la historia de la comunidad japonesa en el Japón. Sufrió una dura persecución a principios del siglo XVII.
La misión que acompañará al purpurado estará compuesta por el padre Peter Sakae Kojima, vicario general, miembro del colegio de consultores y párroco de la catedral de Nagasaki y por el padre Joseph Pasala SVD, misionero de la India y vicario parroquial de Nishimachi.
“Hubo muchos mártires, los miembros del clero fueron expulsados y miles de fieles fueron asesinados. No quedó en Japón ningún sacerdote; todos fueron expulsados”, aseveró el cardenal Orlando Quevedo.
Persecución e Iglesia clandestina
A pocas décadas de la llegada de los jesuitas al Japón, en 1597, el ‘shogun’ (dictador) creía que detrás de su apostolado había intenciones para conquistar los territorios.
La comunidad cristiana clandestina surge tras la expulsión de los misioneros y la prohibición de la fe católica por parte del shogunato Tokugawa en 1603. Cualquier práctica cristiana era prohibida y la desobediencia a esta norma era castigada con la muerte, motivo por el cual se produjo el martirio de miles de creyentes. Quienes consiguieron sobrevivir decidieron preservar su fe de forma oculta y transmitirla de generación en generación. El evangelio era relatado oralmente, ya que no se conservaban escritos que pudieran delatar a los creyentes.
El único sacramento con el que contaban los cristianos era el del Bautismo, que impartían a los niños, y las prácticas del culto local a los ancestros fueron dirigidas a la veneración de sus propios mártires cristianos. Aunque con las notables carencias de esta situación, una comunidad de cerca de 30 mil creyentes logró mantener su fe católica, y salió a la luz en la segunda mitad del siglo XIX, cuando se permitió a los misioneros franceses edificar un templo en Oura.
El 17 de marzo de 1865, el padre Petitjean se encontraba orando en el templo, cuando pobladores locales se acercaron para “saludar a Jesús y María”. La sorpresa del misionero fue enorme, porque creía imposible encontrar una comunidad de fieles después de más de dos siglos y medio sin presencia de sacerdotes. La inmensa mayoría de creyentes se hizo católica tras dejar las prácticas paganas que se habían mezclado durante la larga ausencia de los pastores y la religión católica vivió un notable florecimiento.
Un museo celebrará el heroísmo de los cristianos perseguidos
Como parte de las celebraciones de 150° aniversario del descubrimiento de los cristianos clandestinos la arquidiócesis de Nagasaki celebró un convenio con una editorial local para crear un museo en honor de los cristianos japoneses que vivieron de forma clandestina su fe durante más de 200 años, fenómeno conocido bajo el nombre de Kakure Kirishitan.
“Muchos católicos murieron durante el bombardeo, y esto creó una dispersión de la memoria del Kakure Kirishitan”, explicó Chiyoko Iwanami, promotor de la iniciativa, haciendo referencia a la bomba atómica de 1945, que cayó sobre Nagasaki, una de las ciudades con mayor población cristiana. “Queremos mostrar a la gente lo difícil que es proteger su fe si no hay libertad religiosa”, manifestó el empresario de 66 años que destinó una parte de un edificio de la editorial para albergar el museo. La arquidiócesis aportó las piezas históricas que se exhiben.
El arte cristiano de la persecución japonesa tiene características únicas. Para poder mantener oculta la práctica de la fe católica, las imágenes de Cristo y de la Santísima Virgen fueron disfrazadas bajo apariencia de motivos budistas, al igual que las oraciones, transformadas en cantos tradicionales que preservaban las palabras del latín, el portugués y el español de forma velada.
Algunos de los elementos que se pueden observar en el museo se encontraban en el Museo Nacional de Tokio e incluyen esculturas, medallas e íconos. La editorial que participa en el proyecto publicó varios trabajos de investigación sobre la historia de la persecución.
Fuentes: AICA y www.es.aleteia.org

CONGRESO INTERNACIONAL «LA FAMILIA, LA VIDA Y EL ACONTECIMIENTO GUADALUPANO»

Un mar humano de fieles abarrotó el Coliseo del Colegio “Don Bosco” de nuestra ciudad, en el Congreso Internacional “La Familia, la Vida y el Acontecimiento Guadalupano”, el cual contó con la importante conferencia de Monseñor Enrique Glennie Graue, actual Vicario General y Moderador de la Curia de la Arquidiócesis Metropolitana de México”.
La multitud de fieles pertenecientes a diversos grupos parroquiales, congregaciones, movimientos, hermandades, asociaciones, alumnos y educadores venidos de las 6 Vicarías Foráneas de nuestra Arquidiócesis, así como de diferentes regiones del país. También estuvieron presentes Monseñor Isidro Barrio Barrio, Obispo de Huancavelica; Monseñor Daniel Turley Murphy, Obispo de Chulucanas y Monseñor Jesús Moliné Labarta, Obispo Emérito de Chiclayo, así como los sacerdotes, seminaristas, religiosas y monaguillos de Piura y Tumbes. Participaron además las principales autoridades políticas, judiciales, universitarias, civiles y militares de nuestra región. Una de las sorpresas de la noche fue la presentación del internacionalmente reconocido Ballet Folklorico Piurano “Pepe Fernández”, que deleitó a los presentes con unas hermosas danzas mexicanas.
¿Por qué un Congreso sobre la Familia, la Vida y el Acontecimiento Guadalupano?
Monseñor José Antonio Eguren Anselmi SCV, Arzobispo Metropolitano de Piura, quien es el gestor y promotor de esta iniciativa, tuvo a su cargo las palabras inaugurales del evento. Durante su participación explicó la importancia de que en un Congreso Internacional se pueda profundizar en el estudio y la reflexión acerca de la Familia, la Vida y el Acontecimiento Guadalupano: “Porque, promover, defender y fortalecer a la familia y su unidad, es de las tareas más importantes de hoy en día para fortalecer a Piura y Tumbes y garantizar su futuro. No hay que olvidar que la familia, fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer, constituye el ámbito de formación integral de los futuros ciudadanos de un país y de los futuros cristianos. Es en la familia donde se inculcan, desde los primeros años de vida, las virtudes humanas como la veracidad, la honradez, la responsabilidad, la generosidad, el servicio y la solidaridad, y donde los padres pasan el don de la fe a sus hijos. A pesar ser una institución tan importante y decisiva, pues sin familia no hay futuro, a escasos dos años de celebrar el Bicentenario de la Independencia del Perú, ella está muy abandonada y viene sufriendo un impacto negativo sea por la acción o inacción de un Estado que no comprende su rol fundamental.“A esto hay que añadir que son constantes las amenazas contra la Vida en nuestro país, como son los dolorosos y recientes casos de la abortiva Píldora del Día Siguiente y del Protocolo de Aborto Terapéutico. Nunca hay que olvidar que la vida humana es sagrada e inviolable desde la concepción hasta su fin natural con la muerte, y que por tanto custodiar el sagrado tesoro de toda vida humana, rechazando el aborto y protegiendo al niño por nacer, es el mejor modo de prevenir cualquier forma de violencia y el camino más seguro para construir una genuina cultura de paz”, acotó nuestro Pastor.
Monseñor Eguren se refirió también al hermoso mensaje que encierra la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe: “Finalmente el Acontecimiento Guadalupano ilumina la importancia de lo anteriormente dicho porque contiene un mensaje a favor de la Familia y de la Vida. En efecto, en los ojos de la Virgen de Guadalupe aparece un “grupo familiar indígena”. Se trata de una agrupación compuesta por una mujer joven que se destaca por estar al centro del grupo y parece mirar hacia abajo, que sería la mamá. Junto a ella está un hombre con sombrero y entre ambos, una pareja de niños. Otro par de figuras representando un hombre y mujer maduros; probablemente los abuelos de esta familia. Esto se ha descubierto recientemente gracias a la tecnología de nuestros tiempos por tanto dentro del milagro de Guadalupe, ocurrido en 1531, hay un mensaje para nosotros en este tercer milenio: El futuro de la humanidad pasa necesariamente por la familia. El avance de la tecnología ha coincidido con una época en que la familia es denigrada en todo el mundo, por esto, podemos afirmar que la Virgen quiso que en nuestro tiempo la familia sea puesta de relieve”.
“Asimismo la imagen de Santa María de Guadalupe tiene un poderoso mensaje anti aborto y a favor de la Vida: la Virgen está embarazada: Se muestra sin el Niño en sus brazos pero con el Niño Dios en su vientre, y éste es un mensaje poderosísimo ante la cultura de la muerte, ante el hecho de que muchos niños mueren abortados antes de nacer. De todo esto y mucho más, nos explicarán en estos días con gran piedad y ciencia nuestros distinguidos conferencistas, los Reverendos Monseñores, Enrique Glennie Graue y Eduardo Chávez Sánchez y el Reverendo Padre Guillermo Gutiérrez Fernández, a quien damos la más cordial bienvenida y les expresamos nuestra profunda gratitud por haber venido trayéndonos desde el Tepeyac la bendición de Nuestra Madre”, concluyó nuestro Pastor.
La belleza del Matrimonio y la Familia en el Evangelio según San Juan
Monseñor Glennie, durante su conferencia, destacó que: «El Evangelio presenta el tema del amor como estilo de vida propio de los cristianos. Este es un punto central de la teología de Juan y un punto central en la vida del matrimonio y la familia. Los discípulos, cumpliendo el mandato del amor y del servicio fraterno, acogen y reciben al Señor. Habiendo recibido el don total de Jesús, no pueden guardarlo para sí mismos; ellos han de convertirse en un don para los demás. En esto consistirá su alegría, en entregarse por amor»
También se refirió a las bienaventuranzas como fuente de espiritualidad para la parejas: «Los esposos deben brindarse siempre el uno al otro, lo deben compartir todo en la comunidad del amor que crearon, sin levantar banderas de propiedad privada. No deben guardar nada porque todo lo tienen al servicio del otro. Los esposos, a pesar de las dificultades, deben seguir creyendo que todo es posible para los que se aman. Por eso lo esperan y necesitan todo el uno del otro, como en el primer día. Pero también deben ser conscientes que no todo es felicidad, que habrá lagrimas. Felices los esposos que saben llorar porque reconocen sus errores, porque a través del dialogo han descubierto su egoísmo, su orgullo, sus celos. Felices porque saben perdonarse y comenzar de nuevo. Queridos hijos, sólo los esposos capaces de tener un corazón sencillo podrán ser felices, porque su amor y su mente son auténticos. El amor no necesita explicaciones, todo está a la luz. Pero el matrimonio debe además tener hambre y sed de ser cada vez mas perfecto, porque el matrimonio no es una realidad que termina el día de la boda, sino algo que es comunicación que nunca termina. Para que los esposos sean verdaderamente felices es necesario que tengan un corazón limpio y el mejor instrumento para lograr la pureza de corazón es el perdón. Los esposos felices son los que construyen la paz, dominando su genio, superando su carácter, reconociéndose no superiores, sino iguales, creando tranquilidad y serenidad en el hogar. Pero no olviden que el amor tiene que ser probado, y para ser verdadera y maduramente felices hay que superar las pruebas del amor, como son la desilusión, la rutina, la tentación y la muerte del yo. Cuando un matrimonio ya no busca y no anhela nada se vuelve aburrido, cansado, esclerotizado y endurecido. Sean matrimonios decididos a vivir la Buena Nueva de Jesús, no tengan temor de enfrentar los prejuicios sociales y morales. Felices los esposos que , unidos por un profundo y sólido amor, son capaces de ser ellos mismos».
Fuente: www.arzobispadodepiura.org/

A la hora menos pensada

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Evangelio según San Lucas 12,32-48.
No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino.
Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.
Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlo.
¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así! Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada”.
Pedro preguntó entonces: Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?.
El Señor le dijo: ¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: ‘Mi señor tardará en llegar’, y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hace muchos años en Canadá, he servido por tres meses en una Parroquia (Santa Teresa de Ávila en Elmira, Ontario) donde una llave ha abierto todas las puertas del Templo, del Salón, de las Oficinas, y de la Casa. Cuando estuve en la Catedral de Santa Theresa en Hamilton, Bermudas, me dieron treinta y dos llaves. No he descubierto, en los cinco años, las puertas o gabinetes que pueden abrir. Las he puesto en cuatro anillos: las llaves que uso regularmente, para abrir las puertas a la Casa, el Templo, y el Salón. Tuve otro anillo para las puertas que abro de vez en cuando, otra con las llaves a las Oficina Diocesanas, una llave a la Casa del Obispo, y finalmente otra para el auto y el garaje.
Esta montaña de llaves me han hecho pensar en el evangelio de este fin de semana (Lucas 12:32-48), porque, para mi, el mensaje central es de corresponsabilidad. Lo que me ha hecho pensar en esto fue que uno de los modelos de un corresponsable es la persona que tiene las llaves, a la propiedad y los bienes, pero la persona no es el patrón. Es el mayordomo. El puede estar encargado cada día, pero es solamente el conserje y no el maestro y dueño.
Jesús introduce la parábola de unos corresponsables descuidados que no tuvieron en serio su responsabilidad hacia el patrón, ni a la gente y las cosas que tuvo que cuidar. Jesús indica que esta falta de responsabilidad: pegando a sus compañeros, malgastando su tiempo, exagerando con la comida y la bebida. Jesús dice que el mayordomo “sabe lo que quiere se patrón” (“knew the master’s will”), y lo que tenia que hacer, pero este no lo hizo. El dice que su castigo será más porque no ha hecho lo que ha sabido que hacer; el ha sabido que le fue dada gran responsabilidad; y ha sabido que fue capaz de cumplir su misión, pero ha decidido no hacerlo. El que fue dado tanto, al final, ha dado muy poco.
Al final del evangelio Jesús dice, “al que se le ha dado mucho se le exigirá mucho, y al que se le ha confiado mucho se le pedirá más aún”. Tal vez no queremos escuchar tales palabras, porque está hablando sobre cada uno de nosotros.
Somos corresponsables de los numerosos regalos y las bendiciones de Dios. En nuestra condición humana tenemos la tendencia de mirar a las cosas que son ‘nuestras’ como exclusivamente por nuestro placer. Después de todo, tenemos derecho a los frutos de nuestro labor. No hay ningún pecado en poseer cosas. Pero, lo que hace la diferencia, como seguidores de Jesús, es cuando las cosas de nuestra vida ocupan un papel tan importante que lo espiritual está olvidado, así como los ‘tesoros’ del reino de Dios –el amor, el perdón, la paz, la compasión, la paciencia y la justicia–; y nos encontramos dominados por los ‘tesoros’ en las bodegas, sobre la repisa, y bajo el vidrio. Esto refleja unas palabras del Papa Francisco cuando ha dicho: “Las riquezas en su bolsillo no tienen mucho valor cuando eres pobre en el corazón”.
El evangelio nos da una oportunidad para reflexionar sobre lo que la corresponsabilidad quiere decir a nosotros. He tenido la buena fortuna de encontrar personas bien formadas en la corresponsabilidad de las parroquias en que he trabajado, usando bien su tiempo, talentos y tesoros, en gratitud por todo con que fuimos bendecidos. Vemos esto en las actividades y programas parroquiales: los ministros litúrgicos, los catequistas, los que tienen posiciones de liderazgo, y los que son generosos con su tiempo y sus talentos. Los vemos en el público, con personas haciendo trabajo voluntario en una multitud de servicios, y en particular hacia los pobres y desventajados. Lo vemos en las contribuciones financieras de tantos feligreses para nuestras necesidades parroquiales, de la Diócesis, y de la Iglesia universal. Están basados en las elecciones que hacemos: para ser buenos corresponsables de lo que hemos recibido.
Tenemos que aplaudirnos, pero al mismo tiempo tenemos que continuar en desafiarnos para interiorizar más y más el llamado a ser fieles corresponsables a lo que Dios nos ha dado. Jesús dice a sus discípulos “no teman”, y no debemos tener miedo o duda que el Señor puede y va a hacer en y a través de nosotros cuando nos abrimos a su llamado a la corresponsabilidad. Tenemos que continuar a buscar maneras de hacer más en nuestra Parroquia, en nuestra Iglesia, y en la comunidad más amplia. Naturalmente, tenemos que dar con alegría, no como una obligación o deber, sino una repuesta en gratitud para las gracias y bendiciones de Dios. Santa Teresa de Ávila dijo, “¡De los santos que no sonríen, líbranos Señor!”. Nuestra corresponsabilidad generosa tiene que ser llena de un dar alegre.
Como tenemos nuestra ‘llaves’ a nuestro propio mundo y dominio, también todos tenemos nuestra propia responsabilidad como mayordomos, corresponsables. En verdad, todo fuimos bendecidos y donados tanto, y hemos recibido mucho. El Señor espera grandes cosas de nosotros, siendo sus fieles corresponsables, llenos de fe. Que mostremos “donde está nuestro corazón”. 

Cuatro monjas que contaron las estrellas del cielo

Por Pablo Esparza- www.bbc.com
Ante los ojos de Emilia Ponzoni, Regina Colombo, Concetta Finardi y Luigia Panceri pasaron cientos de miles de estrellas.
Durante 11 años, entre 1910 y 1921, el trabajo meticuloso y discreto de estas cuatro monjas ayudó al Vaticano a catalogar y a trazar el mapa de una parte del cielo.
Gracias a ellas, el Observatorio Astronómico Vaticano pudo cumplir con la ingente misión de rastrear y localizar los miles de estrellas visibles en el cielo entre el paralelo 64 y el 55.
Cómo unos dibujos hallados en el Vaticano están reescribiendo lo que sabíamos de la historia del comercio mundial
Su misión consistió en revisar cientos de placas fotográficas bajo la lupa del microscopio, medir y anotar su posición. Por eso, a las cuatro monjas se les conoció como las “hermanas medidoras”.
El encargo formaba parte del proyecto Carte du Ciel, Mapa del Cielo en francés, y del catálogo astrográfico impulsados por Amédée Mouchez, director del Observatorio de París en el congreso astronómico internacional de 1887.
Mouchez vio en las nuevas tecnologías fotográficas desarrolladas a finales del siglo XIX una herramienta poderosa al servicio de la ciencia: crear un mapa detallado del cielo y un censo de estrellas ya no parecía una tarea imposible.
Al proyecto se sumaron cerca de 20 observatorios de todo el mundo, desde el de Greenwich, en Londres, hasta el de Córdoba, en Argentina.
El Observatorio Vaticano fue uno de ellos.

Un observatorio centenario

Tras haber sufrido varias transformaciones desde el siglo XVI, la Specola Vaticana -como también es conocido- es uno de los observatorios más antiguos del mundo. En la actualidad tiene su sede en Castel Gandolfo, la residencia de verano del Papa, a unos 25 km de Roma.
“Ellas fueron, hasta donde yo sé, las primeras mujeres en tener una colaboración regular (con el Observatorio)”, le dice a BBC Mundo Guy Consolmagno, director de esta institución.
“Su trabajo fue esencial para el proyecto de la Carte du Ciel”, agrega el astrónomo y jesuita estadounidense.
Sin embargo, la identidad de las cuatro monjas pasó inadvertida durante décadas.
Plaza principal de Castel GandolfoFoto GETTY IMAGES: Castel Gandolfo, donde tiene su residencia de verano el Papa, es donde se encuentra ahora la Specola Vaticana.
En 2016, un artículo de la periodista Carol Glatz publicado por Catholic News las rescató del olvido. Glatz cuenta cómo el jesuita Sabino Maffeo, de 96 años y experto en la historia del Observatorio, se topó con sus nombres “ordenando papeles”.
Desde entonces, las mujeres que aparecen retratadas ante el microscopio en viejas fotografías en blanco y negro dejaron de ser anónimas.

Las hermanas de la Virgen Niña

Pero, ¿quiénes eran? Y, ¿cómo llegaron a trabajar para la Specola Vaticana?
Emilia, Regina, Concetta y Luigia habían nacido en Lombardía, cerca de Milán, a finales del siglo XIX y eran hermanas de la Virgen Niña.
Se incorporaron a los trabajos de medida y catalogación de estrellas en 1910 a solicitud del Observatorio y a pesar de la reticencia inicial de su congregación, que consideraba esta función demasiado alejada de su misión de caridad.
Pocos años antes, el Observatorio Vaticano se había unido al proyecto de la Carte du Ciel gracias al interés del astrónomo y meteorólogo Francesco Denza, quien representó al papa León XIII en el congreso de París 1887.
A su regreso a Roma, Denza convenció al pontífice de la conveniencia de participar en la empresa. Una tarea que quizá no fue tan difícil.
León XIII -quien en 1891 refundó el Observatorio y le dio un nuevo impulso- quería responder a las acusaciones de hostilidad hacia la ciencia por parte de la Iglesia.
Y el ambicioso proyecto internacional de mapear el cielo ofrecía una buena oportunidad de mostrar una imagen diferente del Vaticano.
La implicación de las cuatro monjas en él, sin embargo, llegó varios años después, tras la muerte de Denza y de León XIII.
Cómo crear un mapa del cielo
Ya durante el papado de Pío X y bajo la dirección del jesuita estadounidense John Hagen, la Specola Vaticana dio un giro y aceleró los trabajos del mapa del cielo.
“(Hagen) viajó a Europa para ver cómo lo hacían y vio que en algunos observatorios había mujeres que leían la posición (de las estrellas) y la anotaban en un libro con las coordenadas precisas”, contó Maffeo en el artículo de Catholic News.
Hagen ató cabos y pidió ayuda a las Hermanas de la Virgen Niña.
El arzobispo de Pisa, Pietro Maffi, en una carta de 1909 dirigida a Angela Ghezzi, superiora de esa congregación, describe el perfil del puesto de trabajo de forma precisa: “necesitamos dos hermanas con visión normal, paciencia y predisposición para el trabajo mecánico y metódico”.
Con el tiempo, a las dos primeras monjas se sumaron dos más. En un principio trabajaron en las instalaciones del Observatorio, situado entonces detrás de la cúpula de San Pedro. Después desempeñaron su labor en un convento cercano. Durante 11 años revisaron el brillo y la posición de 481,215 estrellas.

Del reconocimiento al olvido

La contribución de las cuatro monjas fue reconocida en su época con una audiencia privada con el papa Benedicto XV, quien les regaló un cáliz de oro en 1920. Ocho años después, Pío XI volvió a recibirlas.
El Catálogo Astrográfico, publicado por el Vaticano al concluir su parte del proyecto, también recogió un agradecimiento explícito a estas mujeres.
Dos hermanas trabajandoFoto OBSERVATORIO VATICANO: Las hermanas colaboraron en el proyecto durante 11 años.
“Si fuimos capaces de resolver en 14 años toda la sección vaticana, se lo debemos a la prontitud de las hermanas medidoras, quienes realizaron este trabajo tan extraño a su misión con celo superior a todo elogio”, se puede leer en el último volumen de la obra.
Casi 90 años después, el actual director de la Specola Vaticana se refiere a la aportación de las cuatro monjas en términos similares.
“Sin su trabajo, el catálogo de estrellas brillantes de la sección del cielo asignada al Vaticano no se hubiera completado ni publicado. Y no todos los observatorios lograron publicar sus catálogos”, asegura Consolmagno.
El proyecto internacional de la Carte du Ciel se abandonó inacabado en 1966 tras haber registrado más de cinco millones de estrellas. Solo 10 de los observatorios participantes, entre ellos la Specola Vaticana, concluyeron su parte del trabajo.

Alma mía

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Evangelio según San Lucas 12,13-21.
En aquel tiempo: Uno de la multitud le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”.
Jesús le respondió: “Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?”.
Después les dijo: “Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas”.
Les dijo entonces una parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: ‘¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha’.
Después pensó: ‘Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida’.
Pero Dios le dijo: ‘Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?’.
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Durante los últimos once años, desde que salí de Canadá para las Bermudas y ahora Roma, muchas de mis posesiones se almacenan en el ático de la Iglesia de San Francisco en Kitchener. Las guardo allí, a pesar de las amenazas del presente cuidador para tener una venta de garaje y vender todas mis cosas. Estaba particularmente pensando en todas las cosas hermosas del estaño y plata boliviano, y atractivos artículos de cedro de Bermudas. Tengo muchas otras cosas tanto de valor sentimental como monetario. Siempre los he llamado mi ‘Tesoro’, aunque mi papá siempre los llamó ‘Basura’! Algún día, cuando regrese a Canadá voy a poder volver a disfrutar de ellos, a menos que el cuidador los venda mientras tanto.
Pensé en estas cosas cuando leí el evangelio de hoy (Lucas 12:13-21). Las lecturas de hoy nos invitan a una reflexión sobre nuestra relación con las cosas de este mundo, y las cosas del cielo. Créeme, eso es una simplificación, pero cada lectura presenta un nuevo desafío de cómo nos miramos a nosotros mismos, el mundo, las cosas del mundo, DIOS, nuestra espiritualidad (nuestra relación con Dios), y las cosas del cielo.
En la primera lectura del libro de Eclesiastés (1:2, 2:21-23) la vanidad es el foco. Mientras que reconoce que algunos actúan con “sabiduría y conocimiento y habilidad”, también reconoce que, en nuestra condición humana, muchos están atrapados en “esfuerzo y ansiedad de corazón”. En nuestro mundo materialista no es fácil para nosotros reconocer el efecto de la vanidad en nuestra vida cotidiana, en nuestras decisiones, y en última instancia, en nuestro destino eterno.
El Salmo (90) nos recuerda que la vida es corta y que con demasiada facilidad perdemos de vista nuestra fragilidad. El salmista pide orientación y sabiduría, y que con la ayuda de Dios “la obra de nuestras manos prospere”.
En nuestra segunda lectura, de la carta de Pablo a los Colosenses (3:1-5, 9-11), San Pablo ‘no hace huesos al respecto’: “busca lo que está arriba”. Pablo, que experimentó una conversión radical y se llenó de pasión por Jesús y la buena noticia, por completo reordenando su vida. Las cosas que usa para considerar como tesoros que ahora considera como “basura”. Su enfoque se convirtió en la voluntad de Dios, compartiendo las buenas noticias, y trabajando para el reino de Dios. Incluso va tan lejos como para decir que debemos “poner a la muerte las partes de nosotros que son terrenales”, ya que pueden conducir al pecado; mientras que ahora nuestra vida está “escondida con Cristo”. ¡Qué frase tan interesante!: “escondido en Cristo”, nos hemos vuelto tan profundamente unidos a Cristo que él vive dentro de nosotros, y nosotros en él. En Cristo nos hemos convertido en un “nuevo yo, que está siendo renovado, para el conocimiento, en la imagen de su creador”. ¡Cuánto más claramente podría Pablo hablar sobre lo que debería ser importante en nuestra vida cotidiana!
La parábola de nuestro evangelio habla fuerte y claro para nosotros acerca de lo que debería ser nuestro tesoro. El hombre rico en la parábola había perdido este enfoque y dirección. Pensó que los graneros más grandes y más grano iban a traer mayor felicidad. Jesús no está diciendo que no tenemos el derecho a los frutos de nuestros trabajos, y que vivir una buena vida -con comodidad y seguridad- es algo malo. Sin embargo, su parábola muestra cómo podemos perder fácilmente ese enfoque y dirección. Ponemos nuestro tiempo y atención a lo que vemos delante de nosotros, lo que podemos tocar, y al final nos olvidamos de lo que no podemos ver, y no podemos tocar: los verdaderos tesoros que construimos en el cielo a través de nuestra vida diaria con Dios, después de Jesús, y la apertura al Espíritu Santo. En nuestro mundo materialista y consumista podemos olvidar fácilmente lo que nos hace “ricos en lo que importa a DIOS”: nuestra oración, lectura y meditación en la palabra de Dios, nuestro compartir en los sacramentos, y nuestra participación activa en la vida de la Iglesia. Esas son riquezas que van a soportar, y no podemos superar, o encontrar obsoletos, o perder; han embargado, o se han vendido por debajo de nosotros en una venta de garaje. Los valores y virtudes del reino de Dios deben ser nuestras verdaderas riquezas.
La Palabra de Dios este fin de semana nos está desafiando a averiguar cuáles son nuestros verdaderos tesoros. No son una colección de tesoros bolivianos de estaño y plata, o de cedro de las Bermudas, pero los tesoros que construimos con Dios. Ellos vivirán para siempre. Te invito a tomar algún tiempo este fin de semana para reflexionar como individuos, y como parejas y familias, para identificar, reflexionar y articular lo que son el tesoro que quieres adquirir en la vida, y en particular en tu vida como seguidor de Jesús Cristo.
No nos encontremos como el hombre rico en el evangelio, mal mal y gastando su tiempo y energía en sólo cosas del mundo, sin tener en cuenta las cosas del cielo. Además, no perdamos el sueño por las cosas en el ático que nunca podemos ver o volver a usar, cuando son las cosas del cielo que realmente nos satisfacen.

Beato José Anacleto González Flores y ocho compañeros

José Anacleto González Flores nació en Tepatitlán, Jalisco, el 13 de julio de 1888, en un ambiente de extrema pobreza.
En 1908 ingresó al seminario auxiliar de San Juan de los Lagos; pronto alcanzó grandes adelantos en las ciencias y hasta pudo suplir con creces las ausencias del catedrático, ganándose el apodo de toda su vida: “Maistro Cleto”. Cuando comprendió que su vocación no era el sacerdocio ministerial ingresó en la Escuela libre de leyes. Notable pedagogo, orador, catequista y líder social cristiano, se convirtió en paladín laico de los católicos de Guadalajara.
Poseedor de vasta cultura, escribió algunos libros llenos de espíritu cristiano, así como centenares de artículos periodísticos. En octubre de 1922 contrajo matrimonio con María Concepción Guerrero, quien no asimiló el amor al apostolado de su marido; con todo fue esposo modelo y padre responsable de sus dos hijos.
Muy fiel a su prelado, el siervo de Dios Francisco Orozco y Jiménez, propuso a los católicos la resistencia pacífica y civilizada a los ataques del Estado contra la Iglesia; constituyó por ese tiempo la obra cumbre de su vida, la Unión Popular, que llegó a contar con decenas de miles de afiliados.
Al finalizar el año 1926, después de haber agotado todos los recursos legales y cívicos habidos, y ante la inminente organización de la resistencia activa de los católicos, apoyó con su prestigio, su verbo y su vida, los proyectos de la Liga nacional defensora de la libertad religiosa.
Alimentado con la oración y la comunión diaria, fortaleció su espíritu para dar su voto con sangre por la libertad de la Iglesia católica. La madrugada del 1 de abril de 1927 fue aprehendido en el domicilio particular de la familia Vargas González; se le trasladó al cuartel Colorado, donde se le aplicaron tormentos muy crueles; le exigían, entre otras cosas, revelar el paradero del arzobispo de Guadalajara: “No lo sé, y si lo supiera, no se lo diría”, respondió. Los verdugos, bajo las órdenes del general de división Jesús María Ferreira, jefe de operaciones militares de Jalisco, descoyuntaron sus extremidades, le levantaron las plantas de los pies y, a golpes, le desencajaron un brazo.
Antes de morir, dijo a Ferreira: “Perdono a usted de corazón, muy pronto nos veremos ante el tribunal divino, el mismo juez que me va a juzgar, será su juez, entonces tendrá usted, en mi, un intercesor con Dios”. El militar ordenó que lo traspasaran con el filo de una bayoneta calada. Su muerte hundió en luto a los tapatíos.

José Dionisio Luis Padilla Gómez

Nació en Guadalajara, Jalisco, el 9 de diciembre de 1899. Recibió una esmerada educación en el seno de una familia distinguida y cristiana. En 1917 ingresó al seminario conciliar de Guadalajara, donde destacó por su conducta intachable y la pureza de sus costumbres; abandonó la institución en 1921 para aclarar ciertas dudas vocacionales.
Una vez fuera del seminario, se dio de alta como profesor, impartiendo clases sin retribución alguna a niños y jóvenes pobres. Fue socio fundador y miembro activo de la Asociación católica de la juventud mexicana, donde desarrolló un intenso apostolado, sobre todo en el campo de la promoción social; tenía una ferviente devoción a la Santísima Virgen.
Al estallar la persecución del Estado contra la Iglesia católica, Luis se afilió a la Unión Popular para trabajar a través de medios pacíficos en la defensa de la religión. En repetidas ocasiones expresó su deseo de seguir a Jesús hasta el dolor, el sufrimiento y la entrega total de la vida.
El día 1 de abril de 1927, a las dos de la mañana, fue acordonado su domicilio por un grupo de soldados del ejército federal, bajo las órdenes del mismo jefe de operaciones militares del Estado de Jalisco, general de división Jesús María Ferreira, quien con lujo de fuerza ordenó el saqueo de la morada y la aprehensión de sus habitantes, además de Luis, su anciana madre y una de sus hermanas.
El joven Luis fue remitido al cuartel Colorado, soportando en el trayecto golpes, insultos y vejaciones. Poco después fueron aprehendidos otros cuatro cristianos. Presintiendo su fin, Luis expresó su deseo de confesarse sacramentalmente; su compañero de apostolado y de prisión, Anacleto González Flores, lo confortó diciéndole: “No, hermano, ya no es hora de confesarse, sino de pedir perdón y de perdonar. Es un Padre y no un juez el que te espera. Tu misma sangre te purificará”. Ya en el paredón mientras Luis, arrodillado, ofrecía su vida a Dios con ferviente oración, los verdugos descargaron sus armas sobre él, consumando, a los 26 años cumplidos, su oblación a Dios hasta el derramamiento de la sangre.

Jorge Ramón Vargas González

Nació en Ahualulco, Jalisco, el 28 de septiembre de 1899. Fue el quinto de once hermanos. Recibió el bautismo el 17 de octubre de ese año, imponiéndole el nombre de Jorge Ramón, aunque durante su vida utilizó sólo el primero. Siendo niño, su familia se trasladó a Guadalajara. Como muchos jóvenes católicos en México, Jorge participó de los anhelos y de las inquietudes de quienes sufrían el flagelo de la persecución religiosa; ejemplos en su familia no faltaban, en especial el de su íntegra y piadosa madre.
Durante la persecución religiosa, en 1926, siendo Jorge empleado de la Compañía hidroeléctrica, su hogar sirvió de refugio a muchos sacerdotes perseguidos, entre otros, el padre Lino Aguirre, quien sería luego obispo de Culiacán, Sinaloa, de quien Jorge fue custodio y compañero de correrías. A finales de marzo de 1927, los Vargas González recibieron en su hogar al proscrito líder Anacleto González Flores, columna de la resistencia católica de Jalisco y sus alrededores; la familia conocía de sobra lo que podía costar su acción.
En ese lugar los sorprendió la celada del 1 de abril. Todos, hombres, mujeres y niños, entre vejaciones y sobresaltos, fueron aprehendidos por el jefe de la policía de Guadalajara. Un mismo calabozo sirvió para alojar a tres de los Vargas González: Florentino, Jorge y Ramón; su crimen, haber alojado a un católico perseguido.
Horas después encerraron en una celda contigua a Luis Padilla Gómez y a Anacleto González Flores. Se lamentó luego de no poder recibir la Comunión, siendo ese día viernes primero, pero su hermano Ramón le reconvino: “No temas, si morimos, nuestra sangre lavará nuestras culpas”. La entereza de ánimo de los hermanos se mantuvo, charlando con desenfado antes de ser ejecutados. Por una orden de último momento, uno de los tres hermanos, Florentino, fue separado del resto.
Antecedió a la muerte de Jorge algún tipo de tormento, pues su cadáver presentó un hombro dislocado, contusiones y huellas de dolor en el semblante; lo cierto es que llegada la hora, con un crucifijo en la mano, y esta junto al pecho, el siervo de Dios recibió la descarga del batallón, que ejecutó la sentencia. Durante el sepelio, cuando la madre de las víctimas estrechó en sus brazos a Florentino, le dijo: “¡Ay, hijo! ¡Qué cerca estuvo de ti la corona del martirio!; debes ser más bueno para merecerla”; el padre, por su parte, al enterarse cómo y por qué murieron, exclamó: “Ahora sé que no es el pésame lo que deben darme, sino felicitarme porque tengo la dicha de tener dos hijos mártires”.

Ramón Vicente Vargas González

Nació en Ahualulco, Jalisco, el 22 de enero de 1905. Fue el séptimo de once hermanos; tres notas lo distinguieron de ellos: el color rojo de su pelo, que le ganó el sobrenombre de Colorado, su elevada estatura y su jovialidad. Siguió los pasos de su padre al ingresar a la Escuela de medicina, donde destacó por su buen humor, su camaradería y su clara identidad católica.
En cuanto pudo hacerlo, atendió gratuitamente la salud de los pobres. A los 22 años, próximo a concluir sus estudios universitarios, recibió en su hogar, con responsabilidad subsidiaria, a Anacleto González Flores, quien no tardó en advertir las cualidades de Ramón, pidiéndole sumarse a los campamentos de la resistencia activa como enfermero: “Por usted hago lo que sea, Maistro, pero irme al monte, no”, contestó el interpelado.
La madrugada del 1 de abril de 1927 alguien azotó la puerta de los Vargas González; Ramón atendió el llamado; al entreabrir la puerta, un nutrido grupo de policías se apoderaron de la casa. Se cateó la vivienda y se aprehendió a sus ocupantes. Ramón mantuvo la calma pese a su indignación; en la calle, aprovechando el tumulto, pudo escapar sin que lo advirtieran sus captores, pero no tardó en volver sobre sus pasos y entregarse.
Cuando supo que iba a morir, su hombría de bien y su esperanza cristiana le bastaron para unir su sacrificio al de Cristo. Ante una exclamación de su hermano Jorge, respondió: “No temas, si morimos nuestra sangre lavará nuestras culpas”. Para atenuar la cruel sentencia, el general de división Jesús María Ferreira, ofreció dejar en libertad al menor de los hermanos Vargas González; el indulto correspondía a Ramón, pero este, sin admitir reclamos, cede su lugar a Florentino. Era más del mediodía, urgía matar a los reos cuanto antes. Antes de ser fusilado, Ramón flexionó los dedos de su mano diestra formando la señal de la cruz.

José Luciano Ezequiel Huerta Gutiérrez

Nació en Magdalena, Jalisco, el 6 de enero de 1876. Esposo y padre ejemplar de numerosa familia, fue poseedor de una magnífica y bien cultivada voz de tenor dramático, gracias a la cual asistía a los oficios litúrgicos con bastante lucimiento y decoro. Muy devoto de la sagrada Eucaristía, comulgaba con frecuencia. Muy caritativo, compartía sus bienes entre los necesitados.
Fue aprehendido la mañana del 2 de abril de 1927; tenía dos hermanos presbíteros, Eduardo y José Refugio, los cuales eran muy respetados en Guadalajara. Cuando fue hecho prisionero, acababa de visitar la capilla ardiente donde era velado el cadáver del líder católico Anacleto González Flores. En los calabozos de la Inspección de Policía, lo torturaron hasta hacerlo perder el conocimiento. Cuando volvió en sí, expresó sus lamentos cantando el himno eucarístico: “Que viva mi Cristo, que viva mi Rey”.
La madrugada del día siguiente, 3 de abril, fue trasladado, junto con su hermano, al cementerio municipal; se formó el cuadro para la ejecución; había llegado la hora. Ezequiel dijo a su hermano Salvador: “Los perdonamos, ¿verdad?”. “Sí, y que nuestra sangre sirva para la salvación de muchos”, repuso el interpelado; una descarga de fusilería cortó el diálogo. Muy cerca de ese lugar, la esposa de Ezequiel escuchó los disparos; ignoraba quiénes eran las víctimas; con todo, reunió a su numerosa familia: “Hijitos, vamos rezando el rosario, por esos pobres que acaban de fusilar”.

J. Salvador Huerta Gutiérrez

Nació en Magdalena, Jalisco, el 18 de marzo de 1880. Mecánico por vocación, se dedicó a este oficio, llegando a ser uno de los más competentes de Guadalajara. Devoto de Jesús Sacramentado, participaba todos los días de la Eucaristía y adoraba, con frecuencia, el Santísimo en el sagrario. Su conducta como hijo, esposo y padre fue siempre ejemplar. Poseía una particular intuición ante el peligro, al que se enfrentaba con singular fortaleza.
Al comenzar el año de 1927 la situación religiosa se tornó imposible para los católicos. Se perseguía sin tregua a los clérigos por considerárseles instigadores de la resistencia armada. El 2 de abril de 1927, consumado el asesinato de Anacleto González y sus tres compañeros, acudió al cementerio a despedir los restos del conocido líder.
De regreso a su taller, lo esperaban agentes de la policía, quienes valiéndose de un ardid, lo arrestaron. En la Inspección general comenzó un crudísimo tormento; lo colgaron de los dedos pulgares; querían los verdugos conocer el paradero de los presbíteros Eduardo y José Refugio. Exánime lo tiraron en un calabozo.
En las primeras horas del 3 de abril, lo condujeron, junto con su hermano Ezequiel, al panteón de Mezquitán. Ante el pelotón de fusilamiento, pidió una vela encendida, iluminando su pecho descubierto dijo: “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!; disparen; muero por Dios, que lo amo mucho”.

Miguel Gómez Loza

Nació en Tepatitlán, Jalisco, el 11 de agosto de 1888. Hijo de campesinos, desde su niñez hasta su juventud cuidó de su madre, viuda, en la modesta aldea de Paredones; sin embargo, nunca abandonó el deseo de superarse en ciencia y en virtud. Desde su juventud fue promotor incansable de la doctrina social de la Iglesia. Junto con su entrañable amigo Anacleto González, en las filas de la Asociación católica de la juventud mexicana, de Guadalajara, encontró escuela y cátedra para su formación religiosa y moral, y para sus ansias apostólicas.
Sorteando mil dificultades, ingresó a la Escuela libre de Derecho, perseverando en sus estudios hasta concluir la carrera de derecho. Hombre intrépido, de convicciones, nada le arredraba en sus propósitos cuando estos eran justos, lícitos y debidos. Por defender los derechos de los necesitados, cincuenta y nueve veces fue encarcelado, y muchas veces golpeado.
En 1922 contrajo matrimonio con María Guadalupe Sánchez Barragán. De su matrimonio le nacieron tres hijas. En 1927, durante la persecución religiosa contra la Iglesia, Miguel se unió a la Liga defensora de la libertad religiosa, empleando todos los medios pacíficos permitidos para resistir los ataques del Estado a la libertad de credo. Para defender la libertad y la justicia, aceptó el nombramiento de gobernador de Jalisco, conferido por los católicos de la resistencia. Perseguido por las fuerzas federales, fue acribillado por el ejército federal, cerca de Atotonilco el Alto, Jalisco, el 21 de marzo del año 1928.

Luis Magaña Servín

Nació en Arandas, Jalisco, el 24 de agosto de 1902. Fue un cristiano íntegro, esposo responsable y solícito; mantuvo sus convicciones cristianas sin negarlas, aun en tiempos de prueba y persecución. Fue miembro activo de la Asociación católica de la juventud mexicana y de la archicofradía de la Adoración nocturna del Santísimo Sacramento, en la parroquia de Arandas.
Contrajo matrimonio con Elvira Camarena Méndez el día 6 de enero de 1926; tuvo dos hijos, Gilberto y María Luisa, que no conoció. El día 9 de febrero de 1928, un grupo de soldados del Ejército Federal, capitaneado por el general Miguel Zenón Martínez tomó la población de Arandas.
De inmediato dispuso fueran capturados los católicos que simpatizaran con la resistencia activa en contra del Gobierno; uno de ellos fue Luis. Cuando llegaron a su domicilio, no pudieron aprehenderlo por haberse ocultado debidamente; fue reemplazado por su hermano menor.
Al enterarse del acto, Luis se presentó ante el mismo general Martínez, solicitando la libertad de su hermano a cambio de la suya. Estas fueron sus palabras: “Yo nunca he sido rebelde cristero como ustedes me titulan, pero si de cristiano se me acusa, sí, lo soy, y si por eso debo ser ejecutado, bienvenido y en hora buena. ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!”. Sin mayores preámbulos, el militar decretó la muerte de Luis; momentos antes de ejecutarse la sentencia, en el atrio de la iglesia parroquial, Luis pidió la palabra: “Pelotón que me ha de ejecutar: quiero decirles que desde este momento quedan perdonados y les prometo que al llegar ante la presencia de Dios será por los primeros que pediré”; dicho lo cual, exclamó con voz potente: “¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!”. Eran las tres de la tarde del 9 de febrero de 1928.

José Sánchez del Río

Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán. Al decretarse la suspensión del culto público, José tenía 13 años y 5 meses. Su hermano Miguel decidió tomar las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José, viendo el valor de su hermano, pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado; su madre trató de disuadirlo pero él le dijo: “Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión”. Su madre le dio permiso, pero le pidió que escribiera al jefe de los Cristeros de Michoacán para ver si lo admitía. José escribió al jefe cristero y la respuesta fue negativa. No se desanimó y volvió a insistir pidiéndole que lo admitiera, si no como soldado activo, sí como un asistente. En el campamento se ganó el cariño de sus compañeros que lo apodaron “Tarsicio”. Su alegría endulzaba los momentos tristes de los cristeros y todos admiraban su gallardía y su valor. Por la noche dirigía el santo rosario y animaba a la tropa a defender su fe.
El 5 de febrero de 1928, tuvo lugar un combate, cerca de Cotija. El caballo del general cayó muerto de un balazo, José bajó de su montura con agilidad y le dijo: “Mi general, aquí está mi caballo, sálvese usted, aunque a mí me maten. Yo no hago falta y usted sí” y le entregó su caballo. En combate fue hecho prisionero y llevado ante el general callista quien le reprendió por combatir contra el Gobierno y, al ver su decisión y arrojo, le dijo: “Eres un valiente, muchacho. Vente con nosotros y te irá mejor que con esos cristeros”. “¡Jamás, jamás! ¡Primero muerto! ¡Yo no quiero unirme con los enemigos de Cristo Rey! ¡Yo soy su enemigo! ¡Fusíleme!”.
El general lo mandó encerrar en la cárcel de Cotija, en un calabozo oscuro y maloliente. José pidió tinta y papel y escribió una carta a su madre en la que le decía: “Cotija, 6 de febrero de 1928. Mi querida mamá: Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo que voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte… haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre…”.
El 10 de febrero de 1928, como a las 6 de la tarde, lo sacaron del templo y lo llevaron al cuartel del Refugio. A las 11 de la noche llegó la hora suprema. Le desollaron los pies con un cuchillo, lo sacaron del mesón y lo hicieron caminar a golpes hasta el cementerio. Los soldados querían hacerlo apostatar a fuerza de crueldad, pero no lo lograron. Dios le dio fortaleza para caminar, gritando vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe. Ya en el panteón, preguntó cuál era su sepultura, y con un rasgo admirable de heroísmo, se puso de pie al borde de la propia fosa, para evitar a los verdugos el trabajo de transportar su cuerpo. Acto seguido, los esbirros se abalanzaron sobre él y comenzaron a apuñalarlo. A cada puñalada gritaba de nuevo: “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!”. En medio del tormento, el capitán jefe de la escolta le preguntó, no por compasión, sino por crueldad, qué les mandaba decir a sus padres, a lo que respondió José: “Que nos veremos en el cielo. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!”. Mientras salían de su boca estas exclamaciones, el capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó dentro de la tumba, bañado en sangre, y su alma volaba al cielo. Era el 10 de febrero de 1928. Sin ataúd y sin mortaja recibió directamente las paladas de tierra y su cuerpo quedó sepultado, hasta que años después, sus restos fueron inhumados en las catacumbas del templo expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús. Actualmente reposan en el templo parroquial de Santiago Apóstol, en Sahuayo, Michoacán.
Fuente: www.vatican.va

¿Sacerdote jesuita aprueba material obsceno en textos escolares? Mira su respuesta

Por WALTER SÁNCHEZ SILVA– ACI Prensa.
El sacerdote jesuita y director nacional de Fe y Alegría en Perú, Padre Miguel Cruzado Silveri, señaló que “no hemos encontrado elementos que vayan en contra de lo que creemos como educadores y como creyentes” en los textos escolares con contenido obsceno distribuidos por el Ministerio de Educación (Minedu) en todo el país.
Así lo indicó el sacerdote el pasado 22 de julio en una audiencia pública en el Congreso de la República. El Padre Cruzado también ha sido provincial de los jesuitas en el Perú así como consejero y asistente de América Latina Meridional del Superior General de la Compañía de Jesús en Roma.
El sacerdote asistió al Congreso como representante de la comisión o Mesa de Trabajo designada por el Minedu para revisar los textos escolares, luego que en abril el abogado del colectivo Padres en Acción, Alberto Gonzáles, denunció que en el texto escolar del Ministerio de Educación para tercero de secundaria aparece un enlace en el que se incentiva a experimentar el “placer sin límites” con la masturbación, el sexo anal, oral e incluso con prácticas sexuales en grupo con personas del mismo sexo.
La publicación suscitó una investigación de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte del Congreso del Perú, presidida por la congresista Milagros Salazar, que en su informe halló responsabilidad política en varios exministros de Educación y en la actual ministra Flor Pablo Medina, del Gobierno de Martín Vizcarra, por las irregularidades encontradas en los textos escolares, como los enlaces con controvertido contenido sexual.
El 22 de julio, Salazar preguntó al Padre Cruzado en una audiencia pública en el Congreso: “¿Usted como sacerdote jesuita que es, está de acuerdo con los textos y contenido de connotación sexual y en lo referente al enfoque de género, conforme lo explicita el currículo escolar?”.
El sacerdote respondió que “de la manera en que está planteado ese enfoque, estaba también la hermana María Antonieta del Consorcio de Colegios Católicos, creemos que no hemos encontrado, y explícitamente lo conversamos, elementos que vayan en contra de lo que creemos como educadores y como creyentes”.
“Es decir, lo que se plantea –como decimos además en las recomendaciones– igualdad entre niños y niñas, que no haya violencia a ninguna persona por su condición de género o identidad, y que se busque desarrollar las potencialidades y cuestionar estereotipos que no ayudan a crecer en igualdad a las personas; en ese estamos de acuerdo como Iglesia y yo personalmente por supuesto”, dijo el sacerdote.
Al ser preguntado por segunda vez por los contenidos de connotación sexual y si estos no tienen “ninguna afectación a nuestros jóvenes y nuestros niños”, el Padre Cruzado replicó que “de lo que hemos revisado, no necesariamente todas las ideas deben ser exactamente iguales a como yo las planteo, asumo que estoy en una sociedad donde hay distintas formas de ver las cosas”.
“Más allá de discusiones que podamos tener entre nosotros, los temas fundamentales que pueden ayudar a la formación de una persona y la información necesaria que deba tener para crecer, no encontré elementos que me preocuparan”, agregó.
La congresista Salazar dijo que lamentaba la respuesta del sacerdote jesuita “porque en los links que hay se dice que cuando una adolescente de 10, 11, 12 años está estresada, tiene que masturbarse. O sea la masturbación tiene que utilizarse para desestresarse. ¿Está de acuerdo con eso? ¿Está de acuerdo en que debe haber sexo grupal? ¿Está de acuerdo en que debe haber aborto seguro? ¿Está de acuerdo con que la independencia de las jóvenes debe ser la masturbación, el sexo en grupo, la relación del sexo anal que está de moda? ¿Está de acuerdo en que eso no daña a nuestros niños y nuestros jóvenes o no ha tenido el tiempo de revisar los links?”.
En su tercera oportunidad para contestar, el sacerdote dijo que “en efecto, con los links hay una dificultad seria en los textos. Pedimos en las recomendaciones que se revisen uno a uno y se vea la política de mencionarlos, porque tenemos la impresión que se ha puesto links como referencia para que el docente sepa de dónde salió la información. No siempre los links son un material educativo complementario”.
El sacerdote jesuita dijo que “para nosotros, por supuesto, como usted sabe, hay líneas rojas. Es decir, el tema del aborto en la Iglesia Católica, para nosotros no es una cosa que podamos… es inaceptable. No lo hemos visto y no podríamos aceptarlo nunca como parte de lo que se enseña a niños y niñas; o la manera en que trabajan algunos los derechos sexuales y reproductivos”.
El Padre Cruzado indicó que respecto a “la igualdad entre niños y niñas, que no haya violencia y que se luche contra imágenes que limitan la libertad de las niñas y los niños, pues en eso sí estamos de acuerdo con esa manera de plantear el enfoque de género que hace el currículo nacional”.
El sacerdote dijo que “algún link puede mandar a un informe, qué sé yo, de alguna publicación larga, un texto, pues habría que leer todo el texto. Habría que hacer una política de referencias digitales más acotada, precisa, quizá hechas ad hoc por el Ministerio de Educación o que sean documentos oficiales”.
En su tercera respuesta el Padre Cruzado no mencionó ni respondió a las preguntas sobre la masturbación, el sexo anal y el sexo grupal.
Al concluir su respuesta, la congresista Salazar cuestionó que el Padre Cruzado y “todos los funcionarios que han venido, y ustedes que representan a la comisión técnica” del Minedu, consideren los links “como una cosa aislada, como un texto que tiene 30 páginas y que el estudiante no lo va a ver. Los links son parte de los textos escolares, están dentro de un texto escolar”.
Salazar explicó que en los libros “en cada tema de connotación sexual tienen un link y los jóvenes tienen acceso a esos links”, e indicó que ha visitado colegios y acompañado a los directores y profesores para mostrar cómo los niños y jóvenes pueden tener acceso a estos contenidos.
“Hemos entrado al centro de cómputo del colegio, hemos puesto el link que está en el texto de DPCC (Desarrollo Personal, Ciudadanía, Cívica) y ha salido todo el contenido. Los alumnos con eso les da curiosidad y pueden ser 10 hojas, 20 hojas o mil hojas, pero si tienen esos contenidos los van a jalar (descargar)”, explicó la congresista.
En su informe presentado el 23 de julio, la Comisión de Educación del Congreso cuestionó la revisión de los textos escolares realizada por la comisión o mesa de trabajo de 17 miembros designada por el Minedu, entre quienes estaban el P. Cruzado, un sacerdote agustino y una religiosa católica.
El otro presbítero de la comisión es el Padre Elías Neira Arellano, sacerdote agustino y magíster en Educación; y la religiosa es la hermana María Antonieta García Carrizales, presidenta del consejo directivo del Consorcio de Centros Educativos Católicos (CCEC).
El 1 de agosto ACI Prensa se contactó con el Padre Neira para recoger sus impresiones sobre el trabajo de la comisión en la que participó.
El sacerdote agustino aceptó responder a las preguntas por teléfono y pidió que se le volviera a llamar a una hora determinada. ACI Prensa llamó a la hora solicitada por el Padre Neira sin obtener respuesta. Hasta el cierre de esta edición, el sacerdote no ha respondido a las llamadas.
En un video publicado por la cuenta de Facebook del Minedu el pasado 25 de abril, en el que aparece la cuestionada ministra de Educación Flor Pablo explicando el trabajo de la comisión de 17 personas que revisó los textos, también aparece el Padre Neira.
“Es importante poder aportar desde la experiencia en el aula, desde la experiencia real y concreta de los estudiantes de todo el país, teniendo en cuenta la diversidad que somos como Perú y que al mismo tiempo tener en cuenta todos los elementos necesarios para formarlos en la afectividad y una sana sexualidad”, indica el sacerdote en el video.
La Comisión de Educación del Congreso señaló que lo hecho por este grupo “es un trabajo bastante escueto y generalista (17 páginas) que no ahonda en el análisis de los contenidos inapropiados ni recomienda acciones de mejora que puedan evitar próximas afectaciones al desarrollo integral de los estudiantes”.
El 23 de abril, el colectivo Padres en Acción advirtió que esa mesa de trabajo “no ofrece ninguna garantía de imparcialidad. Y es que no se puede ser juez y parte en este delicado proceso”.
El colectivo advirtió que sus integrantes “son, en su mayoría, funcionarios y asesores que ya se encuentran alineados a las nefastas políticas de género ideologizado de las últimas gestiones del Minedu, así como miembros del Consejo Nacional de Educación (CNE), quienes fueron los que precisamente recomendaron incorporar el enfoque transversal de género en el currículo escolar”.

Venga tu Reino

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Evangelio según San Lucas 11,1-13.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”.
El les dijo entonces: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación”.
Jesús agregó: “Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: ‘Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle’, y desde adentro él le responde: ‘No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos’.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hay una pintura popular de Jesús, que tal vez lo has visto. Muestra a Jesús de pie en una puerta, y llamando a la puerta. Había visto esta imagen muchas veces antes de reconocer que no hay tirador en su lado de la puerta. Es la persona del otro lado de la puerta que solo tiene el poder de abrir la puerta a Jesús.
Pensé en esto cuando leí el evangelio de este fin de semana (Lucas 11:1-13). Es un evangelio largo, y tiene numerosos temas en él, cualquier número de los cuales podría producir una homilía. La enseñanza de la oración del Señor y las enseñanzas sobre la oración son significativas para nuestras vidas como cristianos. Después de todo, la oración es nuestra comunicación íntima con Dios, y si esa relación -como cualquier amistad- va a crecer requiere comunicación. Requiere compartir, escuchar y hablar, entender y expresar apoyo y desafío. Estos son los medios para cualquier buena amistad, y no hay diferencia, en ese sentido, con nuestra relación con Dios el Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Nuestra primera lectura es del libro de Génesis (18:20-32). Es una lectura dramática, ya que muestra a Abraham negociando con Dios con la esperanza de salvar al pueblo pecador de la ciudad de Sodoma. Su esperanza es que hay gente allí que todavía son fieles a DIOS, pero -a largo plazo- descubrimos que no hay personas inocentes o fieles en la ciudad, y por lo que se destruye. La negociación de Abraham con Dios refleja un modo de oración para algunas personas. En lugar de confiar en Dios y en su divina sabiduría y justicia, la gente negocia con Dios para ‘Reducir’ los preceptos de Dios. En lugar de conformarnos con la voluntad de Dios, esta actitud quiere que Dios se ajuste a nuestra voluntad. Este no es el tipo de relación con Dios que trae sobre la vida, la paz y la alegría. Más bien, esta actitud frecuente en nuestra sociedad hoy quiere perdón sin contrición, recompensa sin sacrificio, ganancia sin trabajo, y resurrección sin muerte.
Como he reflejado en el evangelio durante la semana seguí volviendo a esa imagen de Jesús llamando a la puerta, y si lo estamos dejando entrar en nuestras vidas abriendo la puerta a él. Jesús hace que suene tan fácil cuando nos dice “pregunta y vas a recibir; busca y encontrarás, toca y la puerta será abierta a ti”. Suena tan fácil, pero de nuestra propia experiencia sabemos que así no es. Te lo pedimos, pero no recibimos. Lo buscamos, pero no lo encontramos. Nos toca, pero la puerta no está abierta para nosotros. Eso es porque pedimos las cosas equivocadas en la vida, buscamos las cosas equivocadas en la vida, y a menudo estamos llamando a la puerta equivocada. A pesar de que decimos cada vez que oramos la oración del Señor, “tu voluntad se hará, tu reino viene”, a menudo estamos pensando y actuando en la premisa de que es nuestra voluntad que buscamos, no la voluntad de Dios o de Dios Reino.
En nuestra condición humana, a menudo, demasiado fácilmente orar por cosas materiales, o la intervención de Dios para que nuestra irresponsabilidad pase desapercibida. En nuestras familias, en el trabajo, en la escuela, y entre nuestros amigos a veces estamos pidiendo, y buscando cosas que no son propicias para nuestras vidas espirituales y nuestra salvación. No podemos simplemente añadir agua y revuelo. Las cosas que debemos pedir y buscar son los valores y virtudes del reino de los cielos y requieren un esfuerzo real y sostenido, como la persistencia del hombre en el evangelio que está pidiendo pan de su vecino. Ellos son amor y paz, perdón y misericordia, compasión y justicia, paciencia y alegría. Jesús está llamando a nuestra puerta para que nos traiga estos regalos, pero a menudo -en nuestra condición humana (en nuestro pecado)- no estamos escuchando. O no lo escuchamos llamando, o lo escuchamos, pero temen lo que le pasará a nuestro mundo si lo dejamos entrar. Una vez más, recuerdo los dos pequeños dibujos que vi en el periódico en una ocasión. En la primera mitad de una persona en un podio estaba preguntando, “¿quién quiere el cambio?”, y cada mano fue alzada. La siguiente mitad mostró a la persona preguntando, “¿quién quiere cambiar?”, y ni una mano subió. Podemos temer que Jesús pueda pedir demasiado de nosotros. Él nos puede desafiar a “ser” y “hacer” más, más allá de lo que estamos cómodos. Él puede exigir de nosotros esos cuatro signos que Matthew Kelly escribió en su libro, cuatro signos de un católico dinámico: oración, estudio, generosidad y evangelización. Por desgracia, la corriente común en nuestra sociedad hoy es evitar la oración: porque nuestra reflexión y escuchar a Dios nos llama a estirar a nosotros mismos y abrazar una nueva forma de vida. Nos va a desalentar estudiar y profundizar nuestra fe, con la ilusión de que ya sabemos todo lo que hay que saber. Nos dirá que no seamos generosos, sino para ‘cuidar el número uno’ y no contribuir a la familia, la comunidad y la iglesia. Y sobre todo, no nos va a decir que seamos evangelizadores y compartir nuestra fe, porque no siempre estamos realmente convencidos de que es la verdad.
Cada uno de nosotros tiene una vida de oración única, y experiencias únicas de oración: oración personal, oración familiar y oración comunitaria. Esta semana Jesús nos invita a seguir “preguntar”, “buscar” y “tocar”, pero en unión con él. Entonces nuestras oraciones serán contestadas, y luego vamos a levantar el pestillo y dejar a Jesús en nuestras vidas de una manera nueva y más profunda.

El gran amor de Alain Delon, ¡la Virgen María!

Por Raphaëlle Coquebert– www.es.aleteia.org
Su rostro de boca de ángel y mirada ardiente es tan familiar para el público francés que la marca Dior no dudó en asociarlo el año pasado a su célebre perfume “Eau sauvage”: una foto de 1966 en la que Alain Delon, cabello al viento, barba de algunos días, cejas un poco fruncidas, se muestra irresistible con su juventud y su encanto.
Que tenga ahora 83 años, melena color nieve y unas importantes bolsas bajos sus ardientes ojos no cambia nada: Alain Delon es y seguirá siendo, con sus casi 90 películas a la espalda, uno de los mitos del cine francés. ¿Acaso no recibió el pasado mayo la Palma de Oro de honor en el Festival de Cannes por su prestigiosa carrera? Según ha confesado él mismo, han sido las mujeres quienes le empujaron a hacer cine. Ha trabajado con las actrices más grandes (Simone Signoret, Claudia Cardinale, Catherine Deneuve, Ornella Muti, Lauren Bacall…), y cortejado a otras tantas, destacando entre ellas Romy Schneider, su pareja durante cuatro años.
Se le conocen aventuras con varias personalidades (la cantante Dalida, la actriz Anne Parillaud…) y relaciones más estables y duraderas con tres mujeres sucesivamente: Nathalie, su primera esposa y madre de su hijo Anthony; la comediante Mireille Darc, su compañera durante 15 años y luego fiel amiga y, por último, la modelo holandesa Rosalie, su segunda esposa y con la que tuvo dos hijos (Anouchka y Alain-Fabien), antes de separarse después de 14 años de vida común.
Sin embargo, hoy en día, que vive solo y ve flaquear sus fuerzas, Alain Delon solamente cuenta con una mujer en su vida: ¡la Virgen María! Una revelación sorprendente por parte de este seductor sempiterno, que confesó que le habría encantado interpretar el papel de Cristo. Cree mucho en el Hijo, pero no en el Padre… ¿Demasiado desencarnado para él? María, en cambio, tiene los pies muy en la tierra. ¿Será este el secreto de la atracción que ejerce sobre la estrella del cine? “Creo mucho [en María]. [Le] hablo mucho –aseguró en Figaro Magazine el pasado mayo–. Es mi tesoro, mi confidente. La mujer que más amo en el mundo”.
Ya en noviembre de 2018 habló en el programa de televisión Thé ou Café sobre su amor por la Virgen:
“Siento una pasión loca por María. Para mí es la mujer que representa más en el mundo, (…) la mujer que más me hace pensar del mundo y, seguramente, con la que converso más a menudo (…). Le hablo en mi casa, solo, y le digo lo que le tengo que decir”. Para gran sorpresa de la presentadora del programa, Catherine Ceylac, el actor se sacó entonces del bolsillo una figurita de María que siempre lleva consigo y manifestó, dándole un beso: “es más que una madre (…), me acompaña a todas partes”.
Los lectores asiduos de la revista Paris Match fueron quizás los únicos que no se sorprendieron por las declaraciones de Alain Delon. Y es que algunos meses antes ya había declarado en este semanal: “Me encanta todo lo que hizo [esta mujer]. Me aporta un alivio, me aporta una compañía que no tengo, ella siempre está ahí. Me escucha y me reconforta”. Una profesión de fe que resuena con fuerza mientras la conmovedora película de Thierry Demaizière y Alban Teurlai sobre Lourdes aborda la influencia de la Virgen sobre los corazones de nuestros contemporáneos, sea cual sea su origen.

María y Martha

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Evangelio según San Lucas 10,38-42.
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.
Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”.
Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas,
y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

En la escuela secundaria cada año estudiamos una de las obras de William Shakespeare. Incluso logré ver a algunas de ellas en el escenario, ya que el festival de Shakespeare de Stratford (Ontario) estaba a sólo media hora de mi ciudad natal. Tal vez usted ha leído, estudiado, y visto algunas de sus obras: el más grande escritor inglés (antes de J.K. Rowling). Sin embargo, sólo recuerdo dos líneas significativas de cualquiera de las obras que leí, estudié o vi: “Romeo, Romeo, donde el arte tú, Romeo…” de Romeo y Julieta, y “Ser o no ser…” de Hamlet.
Pensé en “ser o no ser” cuando leí por primera vez el evangelio de este fin de semana (Lucas 10:38-42). Martha y María, las hermanas de Lázaro, son bien conocidas por nosotros desde este pasaje. Tradicionalmente han venido a representar a los activos y a los espiritualidades contemplativas en la iglesia y en nuestra naturaleza humana. Martha es una mujer ocupada, preparando una comida. Ella tiene una casa llena de invitados, incluyendo a Jesús, algunos de sus discípulos, y algunos de sus amigos. Ella se convierte en Jesús para ayudar, que él -reconociendo su actividad- le diría a su hermana María para ir y ayudar en la preparación y servir de la comida. Pero Jesús hace todo lo contrario, mucho a la decepción de María (estoy segura). Él le dice que “María ha elegido la mejor parte”, ¡no era lo que Martha quería oír! En este evangelio María es la personificación de un discípulo, como en el mundo de la filosofía de Grecia y Roma. El discípulo fue aquel que se sentó a los pies del maestro, y escuchaba cada palabra. Estaban dispuestos a aceptar una ‘Disciplina’ (de la misma palabra de raíz) con el fin de ser como el maestro: pensar y sentir, hablar y actuar como el maestro. Eran como una esponja que absorbió todo lo que vino de la boca del maestro. Jesús le está diciendo a Martha, y a nosotros, que aquí es donde y cómo empezamos a ser discípulos.
Nuestra primera lectura, desde el libro de Génesis (18:1-10 a) muestra la fidelidad de Abraham a DIOS. De una manera especial Abraham reconoció a estos tres misteriosos visitantes como hombres enviados por Dios. Él era, de alguna manera, ‘en sintonía’ con los caminos de Dios y reconoció su visita como algo fuera de lo ordinario. Él les mostró hospitalidad y generosidad. Su fidelidad fue recompensada cuando revelaron que el año que viene en ese momento Abraham y Sarah tendrían un hijo. Ellos ya eran de edad avanzada, y habían dado a conocer cualquier esperanza de tener un hijo. Y, de hecho, dentro de un año nació Isaac.
Nuestra segunda lectura de la carta de San Pablo a los Colosenses (1:24-28) escuchamos a Pablo hablar de la “Administración dada a él para llevar a la conclusión… la palabra de Dios”. Pablo, también, como Abraham, había reconocido cómo Dios estaba trabajando en él, para llevar a la gente a Jesucristo, y para construir la iglesia. Quería “presentar a todo el mundo perfecto para Cristo”. debido a su propia vida nueva en Cristo sabía que esto no era un sueño, sino una promesa de Dios.
La conexión de estas lecturas con “ser o no ser…”, es que en pedirle a Martha que sea como María, y pidiendo que seamos como María, él quiere que “seamos” antes de “hacer”. Hay valor y virtud en la actitud de Martha, su generosidad y el uso de sus dones y talentos. Sin embargo, creo que Jesús quería algo más de Martha. Quería todo lo que hizo para reflexionar sobre él, y lo que había oído de sus labios. Si ella no estuviera allí escuchando, a sus pies, cómo iba a saber lo que quería de ella? Pero Jesús nos pide algo más de nosotros también. Él quiere que nuestras acciones reflejen su presencia en nuestras vidas, que pertenecemos a él. Él no quiere que nosotros “hagamos” sin reflexionar, o que nuestro “hacer” es auto-servicio y no construir el reino de Dios. Antes de saltar a la acción él nos está pidiendo que seamos como María -la contemplativa- y sentarse a sus pies por un tiempo. Podemos poner nuestros teléfonos celulares, nuestras tabletas, apagar la televisión o la computadora, y simplemente escuchar. Escucha sus palabras de verdad y sabiduría en las Escrituras. Escucha su respuesta a nuestras oraciones. Él nos está invitando a abrazar una disciplina en la vida que nos ayudará a escuchar, y reflexionar. Entonces, conectado con Dios y la voluntad de Dios -la manera en que Abraham y Pablo lo hicieron- vamos a hacer lo que Dios quiere que hagamos. No sólo vamos a hacer lo que nos sentimos cómodos con saber y haber dominado, pero, confiando en él (como Abraham y Pablo) vamos a tomar un riesgo y hacer lo que quiere. Esto puede significar pensar o hacer ‘fuera de la caja’, haciendo lo que no es fácil o preferido, pero sobre todo, haciendo lo que Dios quiere.
María representa al discípulo, el contemplativo. Martha representa al apóstol, el activo, porque un apóstol es aquel que es enviado a compartir lo que han oído, visto y experimentado como discípulo. Sin embargo, ¿cómo puede Martha ser un apóstol si no ha sido un discípulo primero? Algunos de nosotros pueden caer en esa tentación y queremos “hacer” antes de que estemos “siendo”. Podemos estar empujando nuestra voluntad, no la voluntad de Dios. Podemos estar haciendo lo que es bueno para nosotros, y no lo que es bueno para los demás, especialmente en la iglesia. No hay duda de que Jesús quiere que seamos activos -para mostrar el celo de Martha- pero primero debemos ser el sentado a los pies del maestro -la María- y aprender de él.
“Ser o no ser” es un desafío serio que nos enfrenta a todos nosotros como discípulos de Jesús hoy. es la invitación del señor a “ser” antes de que “hagamos”: a “ser” en él, y a “estar” en su amor y verdad. Esperemos que nuestra propia experiencia como discípulos de Jesús nos muestre que es posible “hacer” -hacer grandes cosas por Dios- pero esa misma experiencia nos ayudará a recordar que sólo hicimos esos grandes cosas para Dios porque estábamos unidos a Cristo, porque éramos fieles oyentes, fieles discípulos sentados a los pies del maestro Jesucristo.

Beato Titus Brandsma

El beato Titus Brandsma (Bolsward, 23 de febrero de 1881-Dachau, 26 de julio de 1942) fue un sacerdote carmelita y profesor de filosofía holandés conocido por su vehemente oposición a la ideología nazi y a sus pronunciamientos en contra de la misma desde antes de la Segunda Guerra Mundial.
Procedente de una familia tradicional católica, Brandsma se incorporó a la orden de los carmelitas el 17 de septiembre de 1898, donde recibió el nombre religioso Titus (Tito).
Ordenado sacerdote en 1905, Brandsma fue un estudioso brillante de la mística carmelita, disciplina en la que se doctoró en filosofía en Roma en 1909. A continuación, enseñó en varias escuelas en los Países Bajos. Entre sus logros se encuentra una traducción de las obras de Santa Teresa de Ávila al holandés.La abundante documentación recogida en su estudio del misticismo holandés es la base para el actual Instituto Tito Brandsma de Nimega, dedicado al estudio de la espiritualidad.
Brandsma fue uno de los fundadores de la Universidad Católica de Nimega (actualmente Universidad Radboud), donde se convirtió en profesor de filosofía e historia de la mística durante el curso 1923-1924. Más tarde fue elegido Rector Magnífico.
El padre Brandsma también trabajó como periodista y fue consejero eclesiástico de varios periódicos católicos a partir de 1935. Fue su lucha contra la propagación de la ideología nazi y por la educación y la libertad de prensa lo trajo que llamó la atención de los nazis.
Fue detenido en enero de 1942, cuando trataba de persuadir a los periódicos católicos holandeses para que no incluyesen propaganda nazi en sus ediciones, contraviniendo la ley nazi para los territorios ocupados.
Previamente había colaborado en la elaboración una Carta Pastoral que se leyó en todas las parroquias por la que los obispos holandeses condenaban oficialmente las medidas antisemitas nazis y las primeras deportaciones de judíos. En dicha carta se afirmaba que el nazismo era incompatible per se con el catolicismo.
Después de la carta, los nazis deportaron a los primeros 3000 judíos procedentes de los Países Bajos, todos ellos convertidos al catolicismo.El mismo Brandsma fue detenido en 1942 y trasladado a Dachau el 13 de junio, después de haber sido prisionero en Scheveningen, Amersfoort, y Cléveris. En Dachau fueron reunidos la mayoría de los prisioneros cristianos detenidos por los nazis.
Brandsma murió el 26 de julio de 1942, a causa una inyección letal administrada por un médico de las SS.
Tito Brandsma es honrado como mártir dentro de la Iglesia católica. Fue beatificado el 5 de noviembre de 1985 por San Juan Pablo II. Su fiesta se celebra el día 27 de julio.
En 2005, Tito Brandsma fue elegido por los habitantes de Nimega como el ciudadano más grande de la ciudad en su historia.

Cardenal Giuseppe Versaldi estuvo en nuestra Facultad

El prefecto de la Congregación para la Educación Católica, Cardenal Giuseppe Versaldi , visitó la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima (FTPCL), el lunes 08 de julio en horas de la tarde.El Dr. Gustavo Sánchez Rojas, es el primer peruano miembro de la Comisión Teológica Internacional.

El buen samaritano

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Evangelio según San Lucas 10,25-37.
Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”.
Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”.
El le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”.
“Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida”.
Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?”.
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto.
Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo.
También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino.
Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió.
Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo.
Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: ‘Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver’.
¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”.
“El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: “Ve, y procede tú de la misma manera”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Una vez en un retiro recuerdo al director del retiro que nos pide reflexionar sobre lo mucho que amamos a DIOS. Dijo que la mayoría de la gente va a pensar en términos de quién es la persona más apreciada en su vida: tal vez su cónyuge, un padre, un niño, un amigo cercano. Podemos darnos una palmadita en la espalda y felicitar a nosotros mismos por ser una persona tan fantástica, y amar a Dios aún más que ese profundo amor humano. Pero él nos desafió a pensar en la última persona en nuestra lista, la persona que evitamos, la persona con la que queremos no tener nada que ver, y él dijo que esto debería ser el palo de medir de lo mucho que amamos a DIOS. Después de todo, nos dijo que esta persona también es un hijo de Dios, y tiene sus éxitos y fracasos, sus alegrías y sus tristezas. ¡Es otra persona igual que nosotros mismos! Sin embargo, por alguna razón -que podemos explicar o no-, no amamos a esa persona, ni siquiera nos gusta, o queremos estar a su alrededor. Ese es un pensamiento inquietante, especialmente cuando consideramos que, sin duda, estamos cada uno en el último lugar en la lista de otra persona.
Pensé en esta prueba de la calidad de nuestro amor por Dios cuando leí sobre el Evangelio (Lucas 10:25-37) para este fin de semana: la famosa parábola del buen samaritano. Para apreciar esta parábola uno necesita saber que los samaritanos y los judíos del reino norte y del sur no eran amigos. Todos eran judíos, pero los samaritanos, atrapados en el medio, no consideran a Jerusalén como su ciudad santa, sino que adoraban a Dios en el monte Gerizim. Tanto los líderes religiosos judíos como samaritanos enseñaron que estaba mal tener algún contacto con el grupo opuesto, y tampoco era para entrar en los territorios de los demás o incluso para hablar unos con otros. Por lo tanto, el choque cuando Jesús habló con la mujer del samaritano en el pozo, y ahora usando a un samaritano como el ‘buen tipo’ en una parábola. Así que, qué shock para los oyentes ese día en que en esta parábola fue un samaritano que llegó y se preocupaba por el judío que había sido golpeado y robado. Tanto el sacerdote como el levita evitaron al hombre herido, porque si hubieran tocado a alguien que estaba sangrando se les consideraba impuros, y tendría que pasar por un ritual de limpieza antes de que pudieran entrar en la sinagoga o el templo. Pero fue el samaritano -el último y menos en la lista de los judíos- que mostró compasión y fue el verdadero ‘vecino’ en la parábola.
En nuestra primera lectura del libro de Deuteronomio (30:10-14), Dios es muy recto en revelar a la gente a través de Moisés que son para ser obedientes a DIOS, y seguir sus mandamientos de la ley. Ellos son para “volver al Señor… con todo su corazón y toda su alma”. Moisés enfatiza que esto no es “misterioso y remoto” para ellos, difícil o imposible, pero dentro de su alcance porque Dios está con ellos, Y Dios lo quiere. Él les recuerda que ya está “en sus corazones”, y “sólo tienen que llevar a cabo”. Lo hace sonar tan simple, sin embargo, sabemos que en nuestra condición humana no es fácil cumplir con ese desafío de Dios.
En la segunda lectura de la carta de San Pablo a los Colosenses (1:15-20), San Pablo recuerda a la gente que su verdadera vida está en Jesús como su Señor y Salvador, y que sus vidas son bendecidas a través de su vida en Cristo. Su poder está en el trabajo en ellos.
Aunque todos buscamos el amor, y queremos estar en las relaciones amorosas, no es fácil amar. Por desgracia, en nuestra condición humana, hemos creado barreras entre nosotros y otros. Nos hemos distanciado de los demás. Puede que incluso hemos hecho propaganda contra alguien -un “ex amigo”- debido a un incidente, o un rumor, o algo ligero percibido contra nosotros. A veces puede aparecer que hay ‘campo de minas’ en el reino de las amistades. La parábola del buen samaritano nos enseña algunas lecciones importantes sobre la amistad.
En primer lugar, que los amigos potenciales están en todas partes. Uno de nuestros sacerdotes en Canadá tuvo una señal en su puerta durante años que leen, ‘no hay extraños, sólo amigos que no hemos conocido’. Cuando nos abrimos a la amistad podemos encontrar a nosotros mismos inundados de amigos:  ¡y no me refiero a “amigos” en facebook!
En segundo lugar, aprendemos que a veces podemos sorprendernos de quien tiene la calidad de un amigo que estamos buscando. Puede que nos sorprenda cuyos caminos podemos cruzar -por primera vez, o una serie de veces- y descubrir las cualidades de ese potencial amigo. Con demasiada frecuencia podemos juzgar por las apariencias, o por las primeras impresiones, y sólo cuando pasamos por eso, descubrimos lo grande que es la otra persona.
En tercer lugar, un verdadero amigo -como el samaritano- está dispuesto a ayudarnos. El Samaritano curando las heridas del hombre, lo puso en su bestia de carga, se preocupaba por él, y luego incluso dejó fondos para su continuo cuidado. Una señal de amistad es que uno es un buen administrador de tiempo, talentos y tesoro para invertir en la amistad. Un amigo no es un observador, sino un participante. Un amigo es un dador, no sólo un receptor. Un verdadero amigo lo deja claro, ‘ no todo se trata de él o de ella “. Un verdadero amigo puede tomar el riesgo y decir lo que tenemos que escuchar, no lo que queremos escuchar. Un verdadero amigo no sólo nos apoya, sino que también amorosamente nos desafía a ‘hacer’ y ‘ser’ más.
La desconfianza mutua entre los samaritanos y los judíos hizo imposible para ellos compartir la vida, sólo para coexistir. Las lecturas de este fin de semana nos invitan a reflexionar sobre nosotros mismos como amigos, y cómo nuestras amistades deben reflejar que pertenecemos a Cristo, y donde realmente está nuestro corazón. Como seguidores de Jesús, debemos abrir particularmente a nosotros mismos para sanar y restaurar las amistades, tomando medidas concretas para mostrar el amor que Dios tiene para nosotros, y que queremos volver en acción de gracias a Dios por amar a los que nos ha dado en esta vida: incluyendo el último y el menos.

Augustine Tolton: primer sacerdote católico negro de EE.UU. da un paso hacia la santidad

Por Daniel Burke– CNN
Ningún seminario católico en Estados Unidos lo iba a aceptar, así que Augustine Tolton fue a Roma, donde pensó que podría convertirse en misionero en África.
Sin embargo, el Vaticano envió a Tolton a un campo de misión diferente, Estados Unidos, donde muchos creen que fue el primer sacerdote negro estadounidense ordenado en la Iglesia católica.
Esta semana, el Vaticano dijo que Tolton había dado otro paso histórico para convertirse en el primer santo católico negro nacido en Estados Unidos.
Tolton, quien murió en 1897 en Chicago, había vivido una vida de “virtud heroica”, anunció el Vaticano esta semana. Con el anuncio, Tolton recibirá el título de “venerable”.
Los próximos pasos
Los próximos pasos para la santidad serían la beatificación, seguida de la canonización. Los funcionarios de Roma están revisando al menos un milagro potencial atribuido a la intercesión de Tolton, según la Diócesis de Springfield en Illinois, que ha estado trabajando en la causa de canonización del sacerdote con la Arquidiócesis de Chicago desde el año 2003.
“El padre Tolton nos deja un brillante ejemplo de lo que se trata la acción cristiana, del sufrimiento del paciente ante las incongruencias de la vida”, dijo el obispo Joseph Perry, de la Arquidiócesis de Chicago y defensor principal de la causa de canonización de Tolton. “Fue una luz brillante en un período difícil de la historia de esta nación”.
La historia de Tolton
Tolton, aquí en 1886, regresó a los Estados Unidos después de estudiar en Roma.Tolton nació como esclavo en Missouri en 1854, según la Diócesis de Springfield. Con la ayuda de los soldados de la Unión, su madre escapó con él y dos de sus hermanos en 1862. La familia cruzó el río Mississippi en la noche cuando los soldados confederados les dispararon, dijo la diócesis.
Más tarde se mudaron a Quincy, Illinois, donde Tolton asistía a una escuela católica completamente blanca.
Debido a que ningún seminario estadounidense aceptaría a un hombre negro, dijo la diócesis, Tolton estudió en un seminario romano y regresó a Estados Unidos a los 31 años.
“Después de años de racismo duradero de algunos miembros de la comunidad, incluido un sacerdote, más tarde aceptó una asignación en Chicago”, dijo la Diócesis de Springfield, “continuando con su servicio a los pobres y marginados. El padre Tolton murió en 1897 a la edad de 43 años de una insolación”.

El Papa destituye al obispo de Memphis por “problemas administrativos”

Por SALVATORE CERNUZIO- Vatican Insider Diario La Stampa.
Hay problemas administrativos y cuestiones financieras tras la decisión del Papa Francisco de destituir de su puesto al obispo de Memphis, Tennessee (Estados Unidos), Martin D. Holley, de 63 años, y nombrar a un administrador apostólico “sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis” en la diócesis, es decir al arzobispo Joseph E. Kurtz de Louisville, expresidente de la Conferencia Episcopal estadounidenses.
En el boletín de medio día publicado por la Sala de Prensa vaticana se indica que el Papa destituyó «del gobierno pastoral» a monseñor Holley; una terminología que indica claramente que el religioso no presentó ninguna renuncia, a pesar de las presiones del clero y de los fieles de esta pequeña diócesis del sur del país. Y, sobre todo, a pesar de la investigación encargada por el Papa en junio de este año, tras, según indican algunos medios de comunicación locales, varias denuncias depositadas desde Memphis en la nunciatura de Washington y que acabaron en la Secretaría de Estado.
Holley fue ordenado obispo en 2004 por el cardenal Theodore McCarrick (el arzobispo emérito de Washington a quien el Papa le quitó la dignidad cardenalicia porque fue culpable de abusos sexuales contra menores y mayores de edad), de quien fue auxiliar en la diócesis federal durante dos años, además de ser su amigo. Holley siguió siendo auxiliar durante una década al lado del sucesor Donald Wuerl (cuya renuncia acaba de ser aceptada por el Papa), de 2006 a 2016, año en el que el Papa Francisco lo nombró obispo de Memphis.
Son dos las principales acusaciones en contra del obispo: el inexplicable traslado en bloque de alrededor de 42 sacerdotes de la diócesis (el 75% del clero) a diferentes parroquias en un lapso de dos años y algunas maniobras financieras ambiguas en la diócesis, con una consecuente disminución de las donaciones y de los fieles, además del anuncio de la clausura de once escuelas católicas.
En el caso de Holley en Memphis sigue pendiente la cuestión de la renuncia que presentó el sacerdote canadiense Clement J. Machado, a quien el mismo obispo quiso como su vicario general. Un nombramiento que en el clero local suscitó bastantes dudas sobre la manera en la que se llevó a cabo.
Machado renunció tras los siete días de visita apostólica que llevaron a cabo los arzobispos Wilton Gregory de Atlanta, experto liturgista, y Bernard Hebda de St. Paul-Mineapolis, abogado canonista. Una decisión sorpresiva que monseñor Holley adjudico en una declaración a motivos de estudio y a urgencias familiares, como tener que ocuparse de la madre que acababa de enviudar. No se hacía ninguna referencia a la visita ordenada por el Papa, durante la que Gregory y Hebda se reunieron y escucharon a unos cincuenta laicos y sacerdotes de Memphis.
«Se sabía que se había puesto en marcha una visita apostólica», comentó secamente el vocero vaticano Greg Burke al comentar hoy la noticia y confirmar que tras la destitución del obispo por parte del Papa hay «motivos administrativos».
El primero de ellos fue que el obispo, después de haber tomado posesión de la diócesis, pidió que la mayor parte de sus sacerdotes firmaran una carta de renuncia. Hubo pocas explicaciones: según el religioso, eran cambios necesarios que se habían ido acumulando pues no se había hecho nada en los últimos años.
Muchos de ellos obedecieron confiando en que habrían podido contribuir en el proceso de reforma de la diócesis emprendido por el nuevo pastor. Algunos, por el contrario, se negaron; uno de los sacerdotes particularmente, que ya estaba por jubilarse, según indicó el National Catholic Reporter, también intentó emprender una causa canónica contra el obispo.
La “mudanza” de los sacerdotes creó fuertes disgustos no solo entre ellos, sino también entre los fieles unidos a sus párrocos y acompañados espiritualmente por muchos de ellos durante mucho tiempo, por lo que se vieron también obligados a mudarse de parroquia. Hubo protestas y una de las consecuencias directas fue la disminución de las donaciones, así como de la participación en las misas.
También endureció las críticas contra la administración de Holley el anuncio dude la clausura de once escuelas católicas de Memphis en 2019, inauguradas por su predecesor Terry Steib con el objetivo de garantizar la educación católica en las zonas pobres de la ciudad. Parece que los institutos serán vendidos y se convertirán en escuelas públicas.
Las críticas y quejas llegaron el año pasado al nuncio en Washington, monseñor Christophe Pierre, y después a Roma en forma de cartas enviadas a la Secretaría de Estado. El 21 de junio comenzó la investigación vaticana. Por su parte, Holley, en una carta del 22 de junio a los sacerdotes diocesanos, afirmó que el objetivo de la visita apostólica era «ayudar a la diócesis local a mejorar las capacidades de la Iglesia para servir a las personas», y pidió que se respetara la naturaleza reservada de la misma.
Evidentemente se le pidió varias veces al obispo que presentara su renuncia, y, considerando su rechazo, el Papa Francisco se ha visto obligado a destituirlo. Una medida tan dura como repentina y sobre la cual, según ha podido constatar Vatican Insider, la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos no había recibido ninguna indicación vaticana.

Pueblo de Dios

Vecinos de Manchay (Pachacámac) realizan una protesta en los exteriores de la sede del Arzobispado de Lima ubicado en la cuadra 2 del jirón Chancay, en el Cercado de Lima. Ellos se oponen al traslado del padre José Chuquillanqui, quien se desempeña como párroco de la Iglesia Virgen del Rosario de Pachacamác.
Los manifestantes piden una audiencia con el Arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, para pedirle que no derive al sacerdote a una iglesia del Rímac. Ellos portaban carteles en lo que se lograba apreciar una serie de mensajes destacando la labor de José Chuquillanqui.
“Padre José, tu tierra noble y generosa está contigo”, “Tayta amigo, Manchay está contigo” y “Como no te voy a querer si eres mi padre bendito, el padre José que nos vio crecer”, son algunos de los mensajes que se muestran en los carteles en favor del padre que impulsa proyectos que hacen posible el desarrollo y progreso de Manchay desde hace 23 años.
El alcalde de Pachacámac, Elvis Pómez Cano, señaló que de forma “arbitraria” el Arzobispado de Lima decidió el traslado del padre José Chuquillanqui. “Hemos pedido una audiencia desde el 26 de junio y hasta ahora no ha habido una fecha”, dijo.
La cantante folclórica Amanda Portales, quien también participa de la marcha, señaló que respalda la medida de los vecinos porque conoce el trabajo que ha venido realizado el religioso.
“Conozco Manchay desde hace muchos años, he visto el crecimiento y el padre se ha ganado el cariño de los niños, adolescentes, adultos mayores y de las mujeres que no tienen protección. Ha sabido encaminar a muchos niños y adolescentes. Queremos que se quede para que cumplan las cosas con todos”, indicó.
Agentes de la Policía Nacional permanecen en el lugar a fin de prevalecer el orden mientras se realiza la manifestación.

Pobladores de Manchay rechazan cambio de párroco José Chuquillanqui

El Arzobispado de Lima informó que el párroco Chuquillanqui continuará a cargo de los proyectos sociales que están en marcha en Manchay. Esto hasta garantizar un adecuado y eficiente proceso de traspaso de sus funciones al padre César Valdivia, nuevo párroco de esa jurisdicción.
Mediante un comunicado, señala que “ese es también el compromiso del nuevo párroco de El Espíritu Santo, César Valdivia”.
Esta decisión, indica la nota, se toma en consideración del rol social que ha desempeñado en Manchay, el padre José Chuquillanqui.
“Es importante comprender que las normas de la Iglesia establecen un tiempo razonable de permanencia de los sacerdotes en una parroquia. Ese es el motivo por el cual al padre Chuquillanqui se le ha encomendado una nueva misión pastoral en la Parroquia María Madre del Pueblo De Dios en el Cerro San Cristóbal”, agrega.
También señala que reconoce y agradece el gran aporte del padre Chuquillanqui en estos 23 años de servicio a la comunidad de Manchay, y está seguro que ahora “será posible replicar esta buena experiencia en el Cerro San Cristóbal”.
Indica que el párroco César Valdivia trabajará en constante coordinación con el padre Chuquillanqui en la gestión de proyectos sociales y comunitarios para continuar beneficiando a toda la comunidad de Manchay.
Fuente: Diario Perú21 y Agencia Andina de Noticias.

Nada podrá dañarlos

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Evangelio según San Lucas 10,1-12.17-20.
El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’.
Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: ‘¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca’. Les aseguro que en aquel día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad”.
Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre”.
El les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Después de mi regreso de Bolivia a Canadá, y mi año sabático, algunos miembros de la provincia de Ontario-Kentucky de la congregación de la Resurrección se acercaron o me llamaron para dejar mi nombre para ser elegido como uno de los cuatro concejales del Provincial superior. Los primeros años no he aceptado, ya que quería tiempo para volver a conectar con mis hermanos en comunidad. Por fin en 2003 dejé que mi nombre aparezca y fui elegido como uno de los cuatro concejales de la provincia y su vicario. En mi primera reunión mensual del Consejo Provincial, después del almuerzo, cada uno agarró las cosas de la mesa para volver a la cocina. Tomé los cubiertos, y al abrir después el cajón para encontrar dónde poner los cubiertos limpios, no estaba familiarizado con la casa provincial, y así el provincial abrió el cajón correcto para mí y le dijo: “usted sabrá dónde poner esto cuando se mueva el próximo año como provincial”. Todos nos reímos, especialmente yo mismo. El año que viene me pidieron que dejara mi nombre en el provincial superior, y se tomé el riesgo y dije ‘Sí’. En esa elección fui elegido provincial superior, y de repente fue ‘mi casa’ durante tres años.
Pensé en esto cuando leí el evangelio de hoy (Lucas 10:1-12, 17-20) porque lo que me habló acerca de esta lectura fue la importancia de asumir riesgos. Eso es lo que Jesús está pidiendo de los setenta y dos discípulos, al llamar a salir y compartir las buenas noticias que habían oído de sus labios, y para ser testigo de las obras milagrosas que habían visto y experimentado a su lado. Hay unas pocas cosas importantes que él les dice. Primero, dice que los envía como “corderos entre lobos”, por lo que están para estar listos para soportar las dificultades y el sufrimiento, el rechazo y la persecución. Jesús les dice que “sacudirse” el polvo de sus pies en esos lugares que no van a recibir su mensaje de vida. En segundo lugar, les dice que no son para depender de las “cosas” de material en su misión, sino de depender de la gracia que les dará, y de la inspiración que han recibido. En tercer lugar les da alguna parte del mensaje que son para dar, de entre todos los posibles mensajes que podrían tomar de su predicación: “Paz a este hogar”, y “el reino de Dios está a la mano para ti”. Esto es principalmente una buena noticia, aunque sabemos de la predicación de Jesús que también había lo que ellos consideraban como ‘malos nuevos’ porque era un llamado al arrepentimiento y la renovación, y volver a DIOS. Puedo imaginar, en su condición humana, que los setenta y dos tenían miedos y dudas, temores y dudas. Sin embargo, al mismo tiempo probablemente estaban seguros de que Jesús, que habían llegado a considerar como el prometido, el ungido, el Mesías, les daría la gracia de cumplir con su misión. Los estaba preparando para el éxito, no el fracaso.
Y, de hecho, se encontraron con éxitos, porque escuchamos que “regresaron regocijo”. La gracia y el poder de Dios estaba con ellos, ya que trajeron las buenas noticias a las personas a las que salieron, dos por dos. Habían experimentado la protección y la bendición de Dios, a pesar de las dificultades y tribulaciones que se encontraron. Jesús les aseguró su recompensa por su fidelidad -por asumir el riesgo- y que sus “nombres están escritos en el cielo”.
En la primera lectura del libro del profeta Isaías (66:10-14 C) Dios también habla de las gracias y bendiciones que Él da a sus fieles. Ellos serán conocidos como “Siervos” de Dios. Las imágenes que Dios revela a través de Isaías es reconfortante y tranquilizador para el pueblo, imágenes de la ternura y la crianza de la ciudad santa de Dios, Jerusalén: ser alimentado en el seno, “llevado en sus brazos”, y consoló, “como un Madre consuela a su hijo”. Esto tranquilizó y ha fortalecido al pueblo de Dios.
En la segunda lectura de San Pablo a los Gálatas (6:14-18): San Pablo da testimonio a su nueva vida en Cristo. Se ha convertido en una nueva creación, y tiene “Paz y misericordia” porque está siguiendo la voluntad de Dios. A pesar de sus sufrimientos, compartiendo en la cruz de Cristo, vive una vida de gracia con Dios.
Nuestras lecturas de hoy nos hablan sobre nuestras vidas como discípulos de Jesús. Nosotros, también, hemos sido alimentados y consolados por Dios. Hemos experimentado en nuestras propias vidas la gracia de Dios, y se han convertido en una nueva creación en Jesucristo. Estos buenos sentimientos y experiencias felices han hecho que nuestro seguimiento de Jesús sea una bendición. Al igual que los setenta y dos discípulos en el evangelio, a menudo hemos “vuelto regocijo” por hacer la voluntad de Dios, por dar testimonio a los demás de Jesús, y hacer manifiesto el Espíritu Santo.
Sin embargo, no podemos perder de vista las importantes enseñanzas de Jesús en el evangelio: el tipo de mundo en el que nos está enviando, nuestra necesidad de depender solo de Él, y el mensaje de las buenas noticias que es nuestro para compartir. Y para cumplir fielmente esto en nuestro mundo hoy necesitamos coraje, tenemos que tomar riesgos. Si estamos demasiado cómodos en ser un discípulo, es probablemente una indicación de que no estamos haciendo lo suficiente, que no estamos siendo suficientes en la construcción del reino de Dios. Con demasiada frecuencia, como católicos, somos reacios a compartir nuestra fe, a tomar un riesgo delante de los demás: para animar a alguien a orar, a orar con ellos, para decirles que vamos a orar por ellos, para invitar a alguien a que nos acompañe a la misa o a un evento parroquial o diocesano. Tan a menudo tenemos la oportunidad de que el ‘corazón hable con el corazón’ cuando acompañamos a alguien que está preocupado, molesto, confundido o triste. Ese es nuestro tiempo para presenciar a Jesús, no (necesariamente) citando la escritura o el catecismo católico, pero compartiendo por qué creemos, por qué oramos, por qué tenemos esperanza, por qué vamos a misa. De hecho, esto es un riesgo, pero a través de la gracia de Dios se llevará a regocijo y una compartir más profunda -para ambas partes- en la vida de Cristo.
Cuando miro hacia atrás en mi vida puedo ver muchos riesgos: el riesgo de estudiar para el sacerdocio, de ir a Bolivia, en servir como provincial superior, en ir a las Bermudas, en servir como superior general, y cualquier cosa que se encuentra por delante. Tal vez pensamos más a menudo de riesgo en las relaciones y nuestra profesión, pero hoy estamos invitados a considerar el riesgo de ser un discípulo de Jesús, y compartir nuestra fe unos con otros. Entonces todos vamos a “volver regocijo”, preparándonos para el reino de Dios y que nuestros nombres serán “escritos en el cielo”.

Testigos

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Evangelio según San Lucas 9,51-62.
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento.
Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén.
Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?”.
Pero él se dio vuelta y los reprendió.
Y se fueron a otro pueblo.
Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: “¡Te seguiré adonde vayas!”.
Jesús le respondió: “Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”.
Y dijo a otro: “Sígueme”. El respondió: “Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”.
Pero Jesús le respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”.
Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos”.
Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hace muchos años, cuando fui seminarista, he empezado a leer un libro, El Precio de Ser Discípulo (The Cost of Discipleship), escrito por Dietrich Bonhoeffer. Fue un teólogo y Pastor luterano alemán. Ha nacido en 1906, y después de los estudios en los Estados Unidos, fue ordenado en la Iglesia Luterana en 1931. Su interés en el ecumenismo le ha traído en contacto con varias Iglesias y personalidades. A pesar de rumores de una futura guerra en Europa, el ha vuelto a Alemania para continuar su ministerio allá. El ha objetado mucho al crecimiento del Partido Nacional Socialista y fue activo en la resistencia contra los nazi. Pero, en abril de 1943 el fue arrestado por sus homilías contra el gobierno, sus escritos, y actividades; y en abril de 1945, algunas semanas antes de terminar la guerra el fue ahorcado. Después de su muerte sus escritos tuvieron un sentido diferente, habiendo pagado el precio supremo de su vida por sus creencias, formadas en su fe Cristiana. En verdad, esto lo fue el precio de su vida: el precio de ser discípulo.
He pensado en Dietrich Bonhoeffer al leer el evangelio (Lucas 9:51-62) de este fin de semana. Vemos el testimonio de Jesús llamando a algunos para seguirlo. Pero, parece que ellos que el estaba llamando no fueron dispuestos de para ‘el precio de ser discípulo’: uno ha querido enterrar a su padre, y otro para despedirse de su familia. Ellos tuvieron excusas para no responder a Jesús. Tal vez no han sabido tanto de Jesús para confiar en él con sus vidas, o que tuvieron miedo como iban a cambiar sus vidas por las cosas milagrosas que Él ha hecho. Ya Jesús tuvo un reputación. Ha sanado a mucha gente y hasta ha resucitado a alguien de la muerte, ha predicado la verdad, en particular en el Sermón sobre la Montaña y la parábola de las bienaventuranzas, ha calmado la tormenta del mar, y ha alimentado a cinco mil personas. Nadie más, excepto Pedro, Santiago y Juan, ha sabido que Jesús fue transfigurado frente a ellos sobre el Monte Tabor. No han querido tomar un riesgo y seguirlo.
En nuestra primera lectura del Primer Libro de Reyes (19:16ª, 19-21) vemos el profeta Elías hacer la voluntad de Dios y ungir a Eliseo como un profeta. Estoy seguro que Elías ha sorprendido a Eliseo, al estar arando. El ha puesto su manto sobre él, como una señal de compartir su ministerio de profeta con él. Desde este momento, su vida ha cambiado.
En nuestra Segunda Lectura de la Carta de San Pablo a los Gálatas (5:1, 13-18) Pablo habla sobre la libertad y la esclavitud. Los que siguen a Cristo son libres de la esclavitud del pecado y de la carne. Ahora son libres para vivir en el Espíritu y hacer la voluntad de Dios, como el la ha revelado. San Pablo reconoce, por su propia vida, que tenemos elecciones para hacer en la vida, y que tenemos que enfrentar la libertad y la esclavitud. Nadie, con buena razón, va a elegir de ser un esclavo, sino cuando permitimos que la tentación nos seduce, y caemos en el pecado, nos volvemos esclavos al pecado y la muerte. La resurrección de Jesús, en que compartimos por nuestro Bautismo, nos llama a la vida y la libertad en el Espíritu.
Hoy Jesús nos llama: “Síganme”. Como en otros evangelios también nosotros hacemos nuestras excusas, o tal vez pensamos y decimos que estamos siguiendo a Jesús, sino estamos en control. Queremos hacer la voluntad de Dios, solamente si conforme a nuestra voluntad. Queremos seguir a Jesús, solamente si podemos seguir adelante como somos, y no cambiarnos. ¡Esto no es seguir a Jesús! Esto nos muestra que no estamos dispuestos a pagar ‘el precio de ser discípulo’.
Un discípulo es uno que escucha. La imagen clásica del discípulo es uno sentado a los pies del Maestro. El discípulo está dispuesto de seguir una cierta ‘disciplina’ (de la misma palabra) para poder pensar, sentir, hablar y actuar como el Maestro. El discípulo es como una esponja que quiere captar cada palabra que sale de la boca del Maestro.
Para la mayoría de nosotros, esta imagen es un desafío. En primer lugar, quiere decir que estamos tranquilos y atentos a la vez del Señor. En el mundo en que estamos rodeados de tantos ruidos fácilmente no tenemos tiempo para reflexionar, para pensar, para decidir ni para actuar. Al contrario, a veces saltamos a actuar sin escuchar, a veces con resultados negativos. Podemos llamarlo algo espontaneo o impulsivo, sino el discípulo debe creer en escuchar y aprender, y luego puede decidir y actuar.
En segundo lugar, no es fácil para nosotros, a veces, a mostrar la disciplina en nuestra vida. Vivimos en un mundo en que tanto es tan automático e instantáneo que no tenemos que pasar mucho tiempo sobre las cosas. Muchos piensan que es malgastar el tiempo si tomamos demasiado para hacer algo. Queremos la gratificación instantánea. Pero el discípulo debe aprender la disciplina del Maestro, y debe negarse y elegir a hacer lo que el Maestro dice, lo que el Maestro hace. La vida de un discípulo quiere decir tener una nueva ‘persona’, siendo una nueva persona; para pensar y sentir, y hablar y actuar de una nueva manera. He mencionado esto antes en una homilía que he visto en un dibujo animado dos dibujos. En el primero, alguien está parado en un podio y pregunta a la gente, “¿Quién quiere el cambio?”, y cada brazo está levantado. En el segundo muestra la persona preguntando, “¿Quién quiere cambiar?”, y ningún brazo está levantado. Un discípulo quiere cambiar porque se da cuenta que el Maestro tiene una manera mejor.
En tercer lugar, el discípulo necesita el coraje –como Elías, y Eliseo, y Pablo– para hacer la voluntad de Dios y para ser fiel. En este momento en el evangelio Jesús ya ha llamado a sus doce apóstoles, y una multitud de discípulos. No fueron los primeros en ser llamados. No estaría los últimos en ser llamados. Pero, si temor y su duda no les ha dejado tener el coraje y avanzar en la fe y seguir a Jesús quien les ha llamado. Sus excusas reflejan esto. Ellos han querido más tiempo, más pruebas, y más seguridad.
Nuestra lecturas nos invita este fin de semana a reflexionar sobre ‘el costo de ser discípulo’ que tenemos que pagar para ser verdaderos discípulos de Jesús. Dietrich Bonhoeffer ha pagado con su vida. Dudo que nosotros vamos a dar nuestra vida en seguir a Jesús, al menos no por la muerte. Pero, si somos sus seguidores vamos a dar nuestra vida por el amor y el servicio, como verdaderos hijos de Dios, como verdaderos discípulos del Maestro, y como los tocados por el Espíritu Santo.