Por Federico Prieto Celi- www.lucidez.pe
El Colegio de Jesús ha dado a conocer un comunicado que dice: “Como institución educativa que se caracteriza por velar por la integridad de nuestros estudiantes y la comunidad educativa, deseamos aclarar lo siguiente: el Colegio de Jesús no participó de la Marcha por la Vida realizada el sábado 21 de marzo, y mucho menos hemos obligado a participar a nuestros estudiantes, pues consideramos que esa es una responsabilidad que debe ser asumida por los padres de familia”.
Ese comunicado se explica porque hubo quien dijo que a una niña de ese colegio se le había puesto nota desaprobatoria por no haber acudido a la Marcha por la Vida del 21 de marzo, manifestación que gozó con la presencia de más de medio millón de personas, que proclamaron su convicción del valor sagrado de la vida humana. Al parecer, un partidario del aborto no tuvo más imaginación que la de inventar el infundio que el colegio desmiente.
Cada diario tiene el derecho de priorizar la extensión y el lugar que le dedica a cada noticia. Así, Gestión prioriza las noticias económicas; los deportivos las del fútbol; los chicha el hecho policial; y los llamados serios… los escándalos políticos, salvo Correo, que el domingo 22 tuvo la objetividad de destacar la Marcha por la Vida en Lima, que era sin duda la noticia más importante de la jornada.
La Marcha por la Vida integró a ciudadanos de todas las edades, y prioritariamente, a la juventud, como es lógico, porque precisamente a muchachas y muchachos importa sobre todo el sentido de la existencia humana, ya que tienen la mayor parte de vida por delante. La juventud, además, lleva consigo la alegría de vivir, que pone el tono adecuado a una expresión popular como esa. Al parecer, eso molestó a quien prefiere el aborto y optó por dar rienda suelta a esas pasiones negativas que son la ira, la cólera, la rabia, la mentira, la maldad.
La moraleja es que La Marcha por la Vida ha desmentido a los diarios que prefieren dar realce a los postulados de moda como la cultura de la muerte y la ideología de género, sobre los principios humanos de la vida humana, el matrimonio y la familia, los valores cristianos, es decir, la dignidad que reclama total respeto a la mujer y al varón desde el momento de su concepción hasta su muerte natural.
La rabia por no tener la razón
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