Por Miguel Lagos- Diario EXPRESO.
Perú tenía tres expresidentes encarcelados. Quedan dos. No es poca cosa, para el asombro del mundo. Pero lo que no pocos se van preguntando por todo el país es por qué aún Humala y Vizcarra siguen impunes en medio de serias acusaciones y lentas investigaciones judiciales.
La prisión de Castillo fue inevitable y preventiva. No había otra luego de haber golpeado criminal y autoritariamente el sistema democrático. Lo curioso es que a menos de dos años de su frustrada acción, poco se dice de su real culpa, de su responsabilidad en la crisis política (incluyendo la degradación a “democracia híbrida” que The Economist realizó sobre el Perú), económica y de seguridad que hoy se vive. Un petardeo planificado y constante sobre todo al sistema de crecimiento privado y una incitada violencia politizada que continúa incubándose. Hoy, sin embargo, la “culpa” se centra en la etiquetada “coalición autoritaria” de Ejecutivo y Legislativo (no exentos por cierto de responsabilidad con pocas excepciones) como si el factor Castillo y asociados de la extrema izquierda y sus apañadores “centristas” no tuviesen un rol nuclear y de consecuencias por obra del desgobierno, la polarización y la putrefacción precedente.
La historia de la “policrisis” que hoy se desenvuelve no arranca luego del golpe del 7 de diciembre de 2022. Quienes pretenden instalar ese relato buscan reacomodar una línea divisoria (y un “nuevo” juego político) en la que por un lado está la “derechista” Boluarte “controlada” por la “dictadura congresal” del fujimorismo (como si en el Parlamento no existiesen otros grupos políticos: acuñistas, podemistas, cerrones, acciopopulistas, bermejos, bellidos, morados, sigrids…), y, por otro lado, una “oposición” caviar en las calles y en las redes sociales como los “verdaderos defensores” de la institucionalidad democrática.
Así, como por arte de magia y de propaganda mediática el viejo e irresoluto conflicto de fujimorismo y antifujimorismo (después, cuando caliente la campaña electoral se añadirá al antiaprismo) vuelve a intentar conseguir conveniente tracción. Casi pareciera que desde que Alberto Fujimori dejó Palacio de Gobierno no han habido más gobiernos en estos últimos 24 años.
¿Les resultará otra vez la evidente estratagema política y narrativa? Para ello se impone una condición ineludible: minimizar el rol de la coalición humalo-vizcarrista que movió por años los hilos gubernamentales a todo gusto e impunidad y que llegó a abonar al triunfo del prosenderista Castillo en 2021 disfrazado de “mal menor”. Así pues, mientras invisibilizan a los impunes Humala y Vizcarra (y el desastre de Castillo y sus aliados internos y externos), los denominados sectores “caviares” y sus facilitadores andan afanosos en relanzar el antifujimorismo para recuperar espacios de poder.
Veremos en adelante si estos obvios disfuerzos calculados y preelectoralistas del antifujimorismo “caviar” (ya una categoría política inevitable para el análisis coyuntural) y sus asociados por reacomodar la pauta de poder nacional funcionan. O incluso, si terminan favoreciendo la victimización paralela de Castillo y la exigencia de las fuerzas extremistas y antisistémicas por una incendiaria asamblea constituyente que intente “refundar” caprichosamente al país (como se hizo infructuosamente en suelo chileno vía la violencia política y la violencia criminal dosificadas).
Wilber Medina: “La izquierda caviar se aprovecha de los legítimos reclamos para poner un nuevo Sagasti”
Abogado manifestó que “lo que quieren los caviares es adelantar las elecciones y para eso crean el caos político”
Por Aaron Salomón– Diario EXPRESO.
Recientemente, hemos visto en la portada de La República a Marianella Ledesma, expresidenta del Tribunal Constitucional (TC), diciendo que vivimos “bajo una organización criminal y el brazo legal es el Congreso”.
Vivíamos en una organización criminal cuando ella estaba al mando del Tribunal Constitucional (TC) y constitucionalizó el golpe de Estado del señor Vizcarra. Eso sí era una organización criminal, formada por cuatro personas: Ledesma, Eloy Espinosa-Saldaña, Ramos y Miranda Canales. Ellos son los responsables de haber constitucionalizado un golpe de Estado perpetrado por el señor Vizcarra. Hoy vivimos en una democracia, con todas sus falencias, y lo que quiere hacer este grupo de la señora Ledesma, IDL, Vizcarra y Sagasti es repetir lo que ocurrió en noviembre de 2020, cuando el Congreso complementario declaró la vacancia del señor Vizcarra. Lo que quieren hacer es ponernos un nuevo Sagasti. Para eso, se aprovechan de estos legítimos reclamos de la sociedad por el tema de las extorsiones, pero qué bueno que algunos transportistas formales se han dado cuenta de que la izquierda caviar quiere jalar agua para su molino. Aquí gran parte de la culpa la tiene el gran equipo de “lujo” que jefaturó el señor PPK. Es a partir de ahí que se les prestó todas las facilidades a los venezolanos para que entraran al país, y hoy tenemos entre un millón y medio a dos millones de venezolanos, y ha venido “carne y hueso”; es decir, bastantes prontuariados venezolanos han agudizado la delincuencia.
Si tuviéramos un gobierno de derecha, podríamos esperar que el gobernante de turno salga y diga que apoya a la policía y que ningún efectivo que abata a un delincuente terminará preso. Eso no podemos esperar de la señora Dina Boluarte, que es de izquierda.
La izquierda quiere que las fuerzas del orden no utilicen sus armas. Hacer que la Policía no use sus armas de reglamento ha generado la desmoralización de los efectivos, y la consecuencia es que la delincuencia ha aumentado: los ladrones saben que la Policía no va a utilizar su arma de reglamento, porque luego se van a ver sentados en el banquillo de los acusados por el IDL, que es el brazo legal de toda esta izquierda caviar.
Fernando Rospigliosi manifestó que el policía le teme más al sistema de administración de justicia, controlado por los caviares, que a los propios delincuentes.
Es verdad, la moral de la Policía está por los suelos. Los policías se han dado cuenta de que utilizar su arma de reglamento es frustrar su proyecto de vida dentro de la institución, porque van a afrontar procesos judiciales y el Estado los abandona. ¿Cuál es el mensaje para los nuevos policías? Si sales a la calle, mira al cielo, no uses tu arma, porque luego vas a tener que enfrentar procesos judiciales. Tenemos a fiscales y jueces activistas, que han sido adoctrinados por la izquierda caviar, cuya cuna es la Universidad Católica.
La condecoración de esta revista vinculada a ‘Chibolín’ a diferentes generales de la Policía, incluido el general Óscar Arriola, puede ser cuestionable, pero no es delito. ¿O sí lo es?
¡Qué va a ser delito! Todo ha sido público, todo está colgado en las redes. El general Arriola ha pecado de ingenuo, como todos los demás.
Pero, al sindicar a los generales como parte del caso ‘Chibolín’, se ataca a la Policía.
Eso forma parte de la desesperación. Ellos querían repetir su noviembre de 2020, pero no lo han conseguido porque la señora Boluarte ha resistido estoicamente. Ella tiene sus falencias, nadie ha dicho que es una santa, porque, cuando termine su gobierno, ella será investigada. Lo que quieren los caviares es adelantar las elecciones y para eso crean el caos político.
Y quieren que Salas Arenas lidere esas eventuales elecciones adelantadas.
Por supuesto, Salas Arenas, Corvetto y la señora Velarde son los que cuentan los votos.
Si tienes una foto con ‘Chibolín’, ahora automáticamente eres delincuente, como antes ocurrió con el caso ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’ y las llamadas con César Hinostroza.
Quieren repetir la misma ruta que hicieron con el caso mal llamado ‘Los Cuellos Blancos’, el cual se magnificó para tomar el centro del poder: la Junta Nacional de Justicia, antes llamada Consejo Nacional de la Magistratura. Los fujimoristas tienen gran responsabilidad, porque los que estuvieron en el Congreso de 2016 se dejaron arrastrar por el señor Vizcarra para crear la JNJ, que es una entidad a medida y semejanza del señor Vizcarra, quien, desde ahí, controla todo el sistema judicial y electoral. ¿Acaso el señor Corvetto no fue ratificado por 4 años más, a pesar del proceso desastroso del 2021?
Además, ni siquiera se les puede sacar, porque el Congreso defenestró a Aldo Vásquez e Inés Tello, pero el Poder Judicial, que depende de la JNJ, los regresó a sus cargos.
Una señora con más de 75 años sigue en el cargo. El Congreso hizo su trabajo, pero el Poder Judicial caviar la repuso. El Tribunal Constitucional los botó a sus casas, pero el PJ los mantiene con una sentencia. No hay respeto por el orden constitucional. En el Perú, un juez de medio pelo se zurra en lo que dice el TC y nos impone su decisión.
¿Cree que la ciudadanía se deje guiar como borregos por los caviares y tengamos otro Sagasti o la gente ya no se come el cuento de los caviares?
Yo creo que la juventud ya está más enterada y no nos van a inventar eso de la Generación del Bicentenario, que eran unos chicos despistados que salieron a protestar sin saber dónde estaban parados. Estos chicos eran básicamente de la Católica, y, como dice Miklos Lukacs, hay que ser imbécil como padre para mandar a un hijo a estudiar a la Católica para que te devuelvan un parásito.
¿Manuel Merino fue víctima de un golpe de Estado caviar?
Por supuesto, no me cabe la menor duda. Merino fue víctima de este golpe caviar, azuzado por cierto sector de la prensa y algunos opinólogos. Se llegó al extremo de utilizar a algunos líderes de opinión, como el doctor Elmer Huerta, quien dijo a la población que saliera a marchar porque no se iba a contagiar de COVID-19, a pesar de que la aglomeración causaba contagios.
Quieren tomar el sistema judicial
La izquierda caviar busca crear caos político para adelantar las elecciones, aprovechándose de los reclamos ciudadanos. El abogado Wilber Medina denuncia la manipulación de la izquierda caviar en la crisis de seguridad y justicia en Perú.
Medina critica la desmoralización de la Policía, impulsada por un sistema judicial controlado por la izquierda caviar. Los caviares, responsables de la inseguridad y el caos, intentan repetir el escenario político de noviembre de 2020.
Wilber Medina alerta sobre el control caviar en el sistema judicial y su impacto en la seguridad y la política nacional.
Los caviares, responsables de la inseguridad y el caos, intentan repetir el escenario político de noviembre de 2020. Este proceso no garantiza que se cumplan los requisitos legales de seguridad preventiva establecidos por las autoridades, tampoco cumplen los estandares de otras entidades relevantes como las fuerzas militares y policiales.