Promover la dignidad humana

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Con 78 años ordenan sacerdote a catedrático de Cambridge, padre de 4 hijas

Académico de renombre mundial y profesor de Cambridge fue ordenado sacerdote católico en la Catedral de San Juan en Norwich el 21 de septiembre, a pesar de ser mayor que la edad de jubilación para un sacerdote diocesano, según señala la web de la diócesis de East Anglia.
Por Walter Sánchez Silva- ACI Prensa.
La vida de John Morrill ha sido, y sigue siendo, una de esas historias de amor y fe que alegran los corazones. Este hombre de 78 años, viudo, padre de cuatro hijas y catedrático de la famosa Universidad de Cambridge en Inglaterra, acaba de ser ordenado sacerdote y con ello, una nueva misión se abre con esperanza ante sus ojos y los de sus fieles, a muchos de los cuales ya servía desde hacía algún tiempo como diácono.
La Misa de ordenación sacerdotal del Padre John Morrill se celebró el 21 de septiembre en la Catedral de Saint John en Norwich, y fue presidida por el Obispo de East Anglia, Monseñor Peter Collins, a la que acudieron unas 250 personas, entre ellas las cuatro hijas del nuevo presbítero: Rachel, Ruth, Naomi y Claire.
“Este hombre ha escuchado la voz del llamado de Dios en muchas ocasiones, un hombre que ha respondido voluntaria y generosamente al llamado de Jesús durante toda su vida”, señaló en su homilía Monseñor Peter Collins, según informa el sitio web de la diócesis de East Anglia.
El nuevo sacerdote y Oliver Cromwell
Tras recordar que el nuevo sacerdote “tiene una reputación académica global” con “torres de libros” y “cascadas de ensayos”, el prelado resaltó lo sorprendente que le resultaba que “el más reconocido académico cromwelliano esté por ser ordenado católico”.
Ordenación sacerdotal del P. John Morrill. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)Ordenación sacerdotal del Padre John Morrill. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)
El Padre Morrill es autor del libro Oliver Cromwell: The brave, bad man of British history (Oliver Cromwell, el hombre valiente y malo de la historia británica), una detallada biografía de una de las figuras más importantes de la historia británica. En este libro se rebate la idea de que Cromwell fuera de izquierda y se explica que en realidad “era un producto de sus ideas religiosas. Y en esto, afirma Morrill, Cromwell era completamente sincero”.
Para el estudioso, Cromwell (1599-1658) “nunca dudó de que estaba haciendo la voluntad de Dios, lo que incluyó asesinar a más de 3,000 personas, entre ellas clérigos católicos, después del Sitio de Drogheda, ordenar que mataran a los religiosos en el acto y firmar la orden de ejecución de Carlos I”.
La esposa de John: guía hacia la fe católica
En su homilía, el Obispo de East Anglia recordó además cómo el Padre Morrill, cuando estuvo casado, “amó mucho y fue muy amado. Fue su esposa Frances quien te guió en el camino hacia la fe católica”.
En sus palabras a los fieles que lo acompañaron, el Padre Morrill dijo: “Debo mucho a estar aquí hoy, aparte de Dios mismo y el Espíritu Santo, a la gente de la Iglesia, y debo decir iglesias, porque mi vida ecuménica es muy rica y muy importante para mí”.
John Morrill y sus cuatro hijas. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)John Morrill y sus cuatro hijas. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)
“Dios es un dios de sorpresas y el desafío de la ordenación fue durante mucho tiempo no sólo un asunto de la cabeza y no del corazón, hasta los últimos tres años. Dios tiene los codos afilados y puedes resistir, pero sabes que cava profundo hasta tu parte más profunda”, continuó el nuevo sacerdote.
El nuevo sacerdote, que ha servido en la Diócesis de East Anglia como director diocesano de las peregrinaciones a Lourdes, encargado de la comisión de evangelización y director asistente de la formación diaconal, también agradeció al Padre Alban McCoy “quien ha sido un mentor maravilloso los últimos 18 meses”.
La historia del Padre John Morrill, sacerdote converso del anglicanismo
La Diócesis de East Anglia relata que John nació hace 78 años y creció en una parroquia anglicana en Hale, Cheshire, donde fue confirmado y recibió la primera comunión a los 16 años.
Luego de ingresar a estudiar a la Universidad de Oxford en 1968, y todavía practicante de la fe cristiana, comenzó un periodo marcado de “agnosticismo angustiado”, diciendo que “estaba paradójicamente molesto con Dios por no existir”.
Ordenación sacerdotal del P. John Morrill. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)Ordenación sacerdotal del Padre John Morrill. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)
En 1997 falleció el Padre Geoffrey Preston, el sacerdote dominico que lo casó con Frances. En la Misa de exequias todo cambió y John reconoció que estando en compañía del presbítero “estaba con Dios, pero pensaba demasiado y abría mi corazón muy poco”.
Medio año después, el 8 de diciembre de 1977, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, John fue recibido en la plena comunión de la Iglesia Católica, en el templo del St Edmund’s College, en Cambridge.
Durante los siguientes 15 años se involucró en la vida parroquial local y comenzó a trabajar como catedrático en la famosa Universidad de Cambridge. Por su servicio a los alumnos y con su ayuda para llevar la Comunión a algunas casas, comenzó a percibir “un nuevo llamado”, esta vez al diaconado.
En 1992, una conversación con el obispo Tony Rogers fortaleció este llamado y comenzó su formación que duró tres años, siendo finalmente ordenado en 1996.
El P. John Morrill se dirige a los fieles presentes en la Misa de su ordenación sacerdotal. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)El Padre John Morrill se dirige a los fieles presentes en la Misa de su ordenación sacerdotal. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)
“No tenía idea de lo que significaría ser diácono ni tampoco cómo tendría tiempo para el servicio así como para ser un buen esposo, padre de cuatro hijas y un académico”, relató el sacerdote, tras 28 años de servicio, 15 de los cuales los dedicó también a formar diáconos en un seminario.
En 2007 su esposa Frances falleció. Tiempo después, el obispo Michael Evans lo animó a considerar el sacerdocio, pero no fue sino hasta que celebró sus bodas de plata como diácono, luego de cumplir 75 años, cuando comenzó a pensar en el retiro, lo que le sirvió para descubrir su llamado para ser sacerdote de Jesucristo.
Como reflexión final, el Padre Morrill comparte: “Haberme llamado luego de la edad de jubilación obligatoria de 75 años (tengo 78) sugiere que Dios tiene sentido del humor y que ciertamente piensa fuera de la caja”.
¿Hay sacerdotes católicos que tienen hijos?
Sí, un hombre viudo, cuyos hijos ya pueden valerse por sí mismos, puede ser sacerdote católico, como en el caso del Padre Morrill. En las iglesias orientales, en plena comunión con Roma, también es posible, incluso si los hijos son pequeños.
El nuevo sacerdote con el obispo y los demás presbíteros que asistieron a la ordenación. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)El nuevo sacerdote con el obispo y los demás presbíteros que asistieron a la ordenación. Crédito: RC Diocese Of East Anglia vía Flickr (CC BY-NC-SA 2.0)
En el caso de los conversos al anglicanismo, están los sacerdotes que pertenecen a algún ordinariato como el de Nuestra Señora de Walsingham en Inglaterra.
Este y otros ordinariatos fueron creados durante el pontificado del Papa Benedicto XVI, que en 2009 publicó la constitución apostólica Anglicanorum coetibus que establece el modo en que los anglicanos pueden ingresar a la plena comunión de la Iglesia Católica.
Una de las características de los ordinariatos, que tienen una estructura similar a la de una diócesis, es que conservan elementos y tradiciones de la Iglesia Anglicana.

El Secretario de Estado del Vaticano denuncia que Naciones Unidas promueve el aborto y la ideología de género

Por Peter Pinedo/CNA
En un discurso en la “Cumbre del Futuro” de las Naciones Unidas en Nueva York, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, enfatizó la necesidad de promover la dignidad de la persona humana y expresó la desaprobación del Vaticano de la promoción del aborto y la ideología de género en la asamblea.
El cardenal Parolin se dirigió a los miembros de la ONU reunidos para la cumbre. Aunque elogió a los asistentes a la cumbre por participar en el diálogo, comentó que existe la “necesidad de repensar las acciones en varias áreas”.
El cardenal expresó las preocupaciones del Vaticano con un documento titulado “Pacto para el futuro”, que fue aprobado por los asistentes a la cumbre. Dijo que “en conformidad con su naturaleza y misión particular, [la Santa Sede] desea expresar sus reservas” con respecto a la promoción del aborto y la ideología de género por parte de la asamblea.
La Santa Sede conserva el estatus de “observador permanente” sin derecho a voto en las Naciones Unidas.
¿Qué dijo el cardenal Parolin?
El cardenal Parolin destacó la necesidad de promover la dignidad de la persona humana en todo el mundo y elogió la cumbre como un “motivo de esperanza” en un momento de crisis en el que hay una continua “erosión de la confianza entre las naciones, como lo demuestra la creciente prevalencia e intensidad de los conflictos”.
Hoy en día, el sentido de pertenencia a una única familia humana se está desvaneciendo y el sueño de trabajar juntos por la justicia y la paz parece superado y utópico. Esto no tiene por qué ser así, si existe la voluntad de entablar un diálogo auténtico”, afirmó el cardenal Parolin. “Si la dignidad es la base y el desarrollo humano integral es la meta de nuestro futuro, el diálogo es el medio necesario”.
Aunque el “Pacto para el Futuro” aprobado en la cumbre no menciona explícitamente el aborto, sí establece que el objetivo de la cumbre es “garantizar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y a los derechos reproductivos”. “Salud reproductiva” y “derechos reproductivos” son términos utilizados para referirse a una serie de servicios de salud principalmente para mujeres, que a menudo incluyen el aborto.
En cuanto a los términos ‘salud sexual y reproductiva’ y ‘derechos reproductivos’, la Santa Sede considera que estos términos se aplican a un concepto holístico de salud, que abarca, cada uno a su manera, a la persona en la totalidad de su personalidad, mente y cuerpo, y que favorecen el logro de la madurez personal en la sexualidad y en el amor mutuo y la toma de decisiones que caracterizan la relación conyugal entre un hombre y una mujer de acuerdo con las normas morales”, afirmó el cardenal Parolin.
“La Santa Sede no considera el aborto ni el acceso al aborto ni a los abortivos como una dimensión de estos términos”, aclaró.
“Con referencia al ‘género’”, continuó el cardenal Parolin, “la Santa Sede entiende que el término se basa en la identidad sexual biológica, es decir, masculina o femenina”.
¿Qué otros temas destacó el cardenal Parolin?
El cardenal Parolin continuó enfatizando la creencia del Vaticano de que la “erradicación de la pobreza” a través del desarrollo global debe ser el “objetivo general de toda acción futura”.
También destacó la necesidad de buscar la paz mediante el desarme global y la “eliminación total de las armas nucleares”, diciendo que “deben dejarse de lado las estrechas consideraciones geopolíticas y resistirse a los fuertes grupos de presión económicos para defender la dignidad humana y asegurar un futuro en el que todos los seres humanos puedan disfrutar del desarrollo integral, tanto como individuos como comunidad”.
Por último, el cardenal Parolin también dijo que existe una “necesidad urgente” de que los gobiernos regulen el desarrollo de la inteligencia artificial para promover “una ética de la IA que abarque el ciclo de vida de la IA y aborde, entre otras cosas, la protección de datos, la rendición de cuentas, los prejuicios y el impacto de la IA en el empleo”.
“Ante todo”, afirmó el cardenal Parolin, “pensar en el futuro debe tener en cuenta las necesidades e intereses de las generaciones futuras. Es imperativo garantizar un futuro digno para todos, asegurando la provisión de las condiciones necesarias –incluido un entorno familiar propicio– para facilitar el florecimiento, al tiempo que se abordan simultáneamente los innumerables desafíos que lo impiden, incluidos los derivados de la pobreza, los conflictos, la explotación y las adicciones”.

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