Por Fidel Quevedo Linares– Política y Estrategia.com
El Putumayo es el río que demarca la frontera entre Perú y Colombia. En las últimas décadas, se vienen incrementando actividades ilícitas como el narcotráfico, la trata de personas y la minería ilegal en el lado peruano. La presencia del Estado es casi nula en esta zona, en la medida en que no se asignan recursos ni se ejecutan acciones para fortalecer los mecanismos de control a través de las Fuerzas Armadas y Policiales. El riesgo es que se transforme en una zona mucho más problemática que el VRAEM. El sociólogo, docente universitario y experto en historiografía y ciencia política, Dr. Víctor Nomberto Bazán, analiza esta grave situación, lamenta el excesivo ruido político y demanda a las autoridades la activación del Tratado de Cooperación Amazónica que nuestro país tiene con Colombia y Brasil.
El congresista José Williams estaba por presentar un proyecto de ley para iniciar una suerte de recuperación de la cuenca del Putumayo. La iniciativa apuntaría a dotar de las herramientas necesarias a las autoridades para restablecer el estado de derecho, pues existe una pérdida de soberanía en ese territorio en la medida que no hay mecanismos de control para llevar la presencia del Estado allí. ¿Qué impresión tiene usted de esto? ¿Cómo se inicia esta situación?
Tendríamos que remontarnos a los antecedentes. La Amazonía es una región que el Perú tiene bastante descuidada. En la época de Leguía perdimos toda la zona de Leticia. Colombia no tenía salida al Amazonas y fue a partir del conflicto de Leticia, en la década del 30 del siglo pasado, que Perú entrega a Colombia una salida al río Amazonas, con lo cual se convierte en un país amazónico. Esto, con la oposición de la población de Loreto. Solamente unos pocos congresistas, entre ellos muchos empresarios caucheros, fueron los que se opusieron a la entrega de este territorio, porque se hizo, prácticamente, en forma pacífica mediante tratados. El origen directo de lo que está sucediendo hoy se origina en la triple frontera; de hecho, existe presencia de las Fuerzas Armadas y la Policía, pero es una presencia muy reducida. Yo creo que habría que incrementar esta presencia en esa zona de frontera.
Evidentemente, existe presencia de las Fuerzas Armadas y la Policía, pero sus capacidades resultan insuficientes.
Totalmente, porque la misión que tienen las Fuerzas Armadas es, justamente, la defensa de nuestras fronteras. Esto es un rol fundamental y no está ocurriendo en la zona del Putumayo, debido a la extensión y la diversidad de etnias que existen allí y en las cuales tenemos poca presencia. La Marina está implementando un programa muy interesante con barcos que tienen Banco de la Nación, RENIEC y una serie de oficinas fundamentales para proporcionar el DNI, que es lo que establece un nexo de la población con la nación y el control del territorio, mediante una adecuada defensa y cuidado de nuestras fronteras, porque limitamos con cinco países.
La incapacidad de controlar la zona como es debido conlleva una situación de pérdida de soberanía y si hay pérdida de soberanía, entonces, las líneas fronterizas, en realidad, serían nada…
Son movibles, flexibles, porque incursionan dentro de nuestro territorio fuerzas de distinto carácter, que pueden generar conflictos. También existen muchos abusos de carácter económico y político en esos lugares. Podríamos hacer una tipología de varios tipos de delitos que se cometen en la triple frontera del Putumayo, como el narcotráfico, la minería ilegal, la trata de personas… Son las tres importantes situaciones de criminalidad que se están dando en esa zona.
Esos son problemas que tienen aquellas zonas denominadas “tierras de nadie”. ¿Usted puede identificar a los sectores y gobiernos que hayan tenido mayor responsabilidad con esta situación?
Yo creo que la responsabilidad es compartida, pero tenemos tres importantes responsables, que son el Ministerio de Defensa, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Relaciones Exteriores, porque existen tratados que tendrían que cumplirse. Uno de ellos, que debería implementarse con mayor personal y mayor financiamiento, es el Tratado de Cooperación Amazónica. Nosotros tenemos con nuestros países vecinos, especialmente Colombia y Brasil, que están implicados en este caso, un Tratado de Cooperación Amazónica. Ese tratado sería importante relanzarlo de alguna forma. La presidenta Dina Boluarte participó en una reunión, recientemente, donde se encontró con el presidente de Brasil, Lula da Silva. Más allá de tomarse fotos, hay que pasar a la acción directa, eso sería muy recomendable.
Para que realmente funcione ese tratado, hay que hacer un inventario de todas las instituciones que están trabajando en la Amazonía. Especialmente, hay instituciones académicas, universidades, que reciben fondos del Estado y que podrían tomar cartas en el asunto. Hay estados de Brasil, regiones en el Perú y Colombia que podrían interactuar. Brasil tiene muchas iniciativas y, a veces, el Perú no participa por falta de recursos. Por ejemplo, en la zona de Putumayo, en el lado peruano, hay poblados muy abandonados, no hay aeropuertos ni nada, pero al otro lado hay bases militares, aeropuertos gigantescos de Brasil, los cuales otorgan una serie de servicios de salud y educación, y nuestras poblaciones fronterizas, muchas veces, cruzan un río, un territorio, para llegar a ese lado. Brasil lleva la presencia del Estado hasta ese lugar fronterizo. Cuando del lado peruano hay un proyecto para hacer una carretera y así tener mayor presencia del Estado en nuestro territorio del Putumayo, inmediatamente, salen ONG que meten juicio al Estado para que no se lleve a cabo el proyecto, alegando que hay que conservar el “bosque intocable”.
¿Cómo se debe iniciar la recuperación de la zona, cómo se deben implementar los mecanismos de control?
Para que se implementen los mecanismos de control se necesita mayor presupuesto, con el objetivo de contar con implementos para el patrullaje de las Fuerzas Armadas, alimentos, tendidos de vías, implementar los servicios educativos de salud, que son básicos. Los sectores de Defensa, Interior, Relaciones Exteriores, y Economía y Finanzas deberían presionar para cumplir con esta función que le dan a la nación, porque son las entidades que tienen que proporcionar los fondos y los recursos financieros, no solo para la zona de Putumayo, sino en otras fronteras, pues en el lado peruano no existen las vías de comunicación que son necesarias en todo sentido.
En la época del Virreinato, a través de la Iglesia Católica, se tuvo cierta presencia. Existen ocho vicariatos en el Perú y uno de ellos, el de San José del Amazonas, le corresponde a la zona del Putumayo. Ese vicariato tendría también que trabajar en coordinación con el Estado. Los vicariatos en Brasil y Colombia cuentan con una mejor organización desde el punto de vista logístico: trabajan, estrechamente, con sus gobiernos, brindan avionetas, deslizadores para poder transportarse de aeropuerto en aeropuerto. En el caso peruano, esto es muy débil, quizá por falta de recursos.
¿Ha estimado usted cuánto presupuesto se necesitaría para empezar a solucionar este tema?
Las cifras serían, pues, exorbitantes, pero no debemos considerar grandes cantidades, sino ir de menos a más: inversiones focalizadas, que se puedan concentrar en determinados lugares, porque hay que considerar que la población del lado peruano es más dispersa que en el caso colombiano o brasileño. Aparte de Iquitos, no tenemos grandes ciudades en esa región. Todas las demás capitales son de menor dimensión, pero se podría reforzar esas poblaciones cercanas para promocionarlas desde el punto de vista económico y dar las mejores condiciones a la población en lo tecnológico, pedagógico, atenderlos mucho mejor. La Universidad Nacional de la Amazonía está estableciendo filiales en las distintas provincias de Loreto, hay que reconocer que esa iniciativa ayuda bastante.
¿Usted diría que la soberanía en la cuenca del Putumayo, que es la más grande en términos de desgobierno, está perdida?
Por su extensión, sí. Pero hay situaciones similares en otros lugares del país, como, por ejemplo, la cordillera del Cóndor, que es límite con Ecuador. Existen muchas áreas naturales protegidas en Loreto donde hay mucha minería informal. Un día vinieron los mineros ilegales, quemaron la casa de una funcionaria del SERNANP (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado). Esto sucedió en Condorcanqui, en Santa María de Nieva, entre el Cenepa y el río Santiago.
Al parecer, todo pasa por que el Estado asuma una actitud más fuerte y fortalezca a las Fuerzas Armadas para imponer el orden.
Sí, considerando que ciertos actos pueden generar represalias contra la población. El Estado interviene por medio delas Fuerzas Armadas, que queman las dragas y al momento que se retiran vienen este tipo de situaciones, ya que la población se encuentra desprotegida.
Bueno, entonces lo ideal sería que se establezcan bases permanentes.
Se puede trabajar con una presencia permanente o lo que hace la Marina, que se traslada con este servicio de las PIAS (Plataformas Itinerantes para la Acción Social) a lo largo de la vía fluvial, ya que es movible, estableciendo esto de manera permanente, circulando de manera itinerante, proporcionando los servicio que corresponden.
Pero lo más importante es que se refuercen bases de la Policía, de las Fuerzas Armadas…
De hecho, existen, pero es un trabajo muy disperso y, prácticamente, no tiene el efecto que debería tener. Se puede mejorar, aplicando y concentrando los recursos, es mucho más factible. Es una decisión política: los recursos con los que se cuentan están muy centralizados, hay que reorientarlos, vale la pena invertir en esta zona, particularmente en Putumayo.
Ahora, con los proyectos portuarios se van a generar las vías interoceánicas para sacar los productos de la selva hacia los puertos. ¿Usted piensa que vaya a favorecer esta situación a esas zonas desprotegidas?
Podrían establecerse algunos proyectos prioritarios. Lo primero es mejorar las vías de comunicación, las vías fluviales, con hidrovías. Ha habido proyectos pero que se han paralizado. Se considera que estas hidrovías afectan la flora, la fauna. Entonces no se ha querido entrar en contradicción con un sector minoritario que está presente, también, en estas regiones.
Ante ese panorama, ¿cuán optimista es sobre la solución de este problema?
Bueno, hay que generar puestos de trabajo en la región Loreto y hay diversas formas de generarlos. Una, es la actividad petrolera. Hay que mejorar también el tema de la matriz energética. Podemos dejar de lado la energía termoeléctrica, que es muy costosa, y generar energía con la misma corriente del río Amazonas y los otros ríos también pueden ser fuentes de energía. Hay que tener en cuenta que nosotros le damos a Brasil un gran servicio ambiental: toda el agua de la Amazonía brasileña, especialmente el río Amazonas, viene de los Andes peruanos. Nosotros le damos agua; sin embargo, no recibimos nada a cambio. Debería haber una mayor cooperación, no para empresas que extraen recursos del Perú y se los llevan, sino justamente mediante ese Tratado de Cooperación Amazónica. Brasil podría hacer una devolución de algunos de los recursos que recibe, sobre todo agua. Merced a ese tratado ellos podrían devolver ciencia y tecnología.
Bueno, tampoco se puede hacer una represa gigante en el Amazonas, para controlar el recurso…
No le vamos a cortar el agua, sino que es algo recíproco. Si ellos reciben algo del territorio peruano, pueden devolver también algo de manera voluntaria. En el tratado se estipula una cooperación con la finalidad de cuidar los recursos naturales. No significa que hay que conservarlos intocables, sino se trata de un desarrollo sustentable, promoviendo el desarrollo de las poblaciones, la generación de mayores ingresos. Un aspecto es la ciencia y tecnología, los hidrocarburos y la energía eléctrica, accesible para las poblaciones ribereñas. Y hay otros campos en los cuales se puede promover. La parte forestal es sumamente importante, es toda una industria: antes el Perú era uno de los pioneros, aprovechaba muy bien el recurso, pero luego ha ido decayendo. Ahí debe participar la Cámara Forestal, que existe desde hace décadas, ya que representa a los ingenieros forestales, a los empresarios forestales. Otra entidad de un menor nivel, pero que debería impulsar el desarrollo, es el Gobierno Regional de Loreto, ya que en esa región hay todo tipo de madera. Pero la entidad brilla por su ausencia.
En la actualidad, el ruido político es algo que caracteriza a los sucesivos gobiernos en las últimas décadas y se deja sin atender lo que, realmente, es importante.
Eso nos distrae de los principales objetivos nacionales y el cuidado que se debe tener en aspectos estratégicos de nuestro desarrollo. Brasil y Colombia no se pierden en ese aspecto, puede haber mucho ruido, pero tienen claro cuáles son sus objetivos, están más en esa perspectiva de atender las necesidades de su población. Por eso Brasil cambió su capital a Brasilia, en el centro del país.
En ese contexto, ¿qué invoca usted al gobierno, a la presidenta Boluarte, al Congreso de la República?
El Congreso puede hacer mucho. Justamente, el congresista José Williams, que es militar, conoce muy bien la realidad. Ha sido comandante general y, como tal, tuvo la obligación de visitar cada región y conocer las necesidades. Hay una región militar que tiene bajo su responsabilidad toda la zona de la Amazonia, su sede está en Iquitos. Las tres ramas de las Fuerzas Armadas podrían combinar esfuerzos y, muy aparte de velar por la defensa del territorio, podrían desarrollar algunos proyectos de vigilancia, generar fuentes de desarrollo sostenible en la región Amazónica, coordinar con sus pares de Brasil y Colombia. De tal manera que estos problemas se puedan controlar.
Hay proyectos que, en forma compartida, se pueden desarrollar, como la vigilancia en nuestro territorio. El SIVAN, que es el Sistema de Vigilancia Amazónico y Nacional, se encarga de ubicar radares. El satélite PeruSat es otro proyecto, ya se está acercando al final de su vida útil y se debería estar pensando en su reposición. Aunque hay un sector que cuestiona el uso de esa herramienta por no tener todas las características necesarias, pero se puede mejorar. Inclusive, hay que tratar de promover el uso de satélites más pequeños, pero en mayor número y que cumplan también otras funciones, tanto desde el punto de vista económico como militar.
Fuente: https://politicayestrategia.com/putumayo-riesgo-a-la-seguridad-nacional
Loreto: Premier supervisó instalaciones militares en el Putumayo
Lo acompañaron el ministro de Defensa, general (r) Walter Astudillo, y el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general del Ejército David Ojeda Parra.
El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, arribó a la provincia del Putumayo, en Loreto, donde supervisó las bases militares que forman parte del Comando Operacional de la Amazonía, con el objetivo de optimizar las acciones del Gobierno en materia de seguridad y otras problemáticas de la zona.
El premier lideró una comitiva que estuvo conformada por el ministro de Defensa, general (r) Walter Astudillo, y el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general del Ejército David Ojeda Parra.
Las autoridades recorrieron las distintas instalaciones militares Batallón de Selva N° 83; Batallón de Selva N° 3 Glorioso Ayacucho; así como la Estación Naval El Estrecho y la base militar del Batallón 83 Sargento 2.º Fernando Lores Tenazoa, en Güeppí.
En el marco de estas acciones, sostuvieron reuniones de coordinación con autoridades locales.
“Agradezco la abnegada labor que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional realizan en esta zona declarada en emergencia. No puedo sino sentir orgullo por cada uno de sus oficiales y personal que integran esta fuerza. El respeto a la soberanía e integridad nacional no tienen por qué verse maculados por ninguna fuerza extranjera”, manifestó el premier.
En ese marco, expresó la importancia de hacer sentir la presencia del Estado en todo el territorio nacional.
Fuente: Diario Perú21.