«Hay que tratar de no dañarla inconscientemente»
Por Javier Lozano- Religionenlibertad.com
El cardenal George Pell está ya retirado pero sigue siendo una de las voces más autorizadas de la Iglesia Católica. Es escuchado y respetado, pese a que en un hipotético Cónclave ya no podría participar al haber cumplido los 80 años. Sus años como arzobispo de Sidney, su tiempo en Roma al frente de los asuntos económicos y sobre todo los más de13 meses que pasó en la cárcel injustamente junto a las calumnias que durante años se ha visto obligado a soportar le han hecho ser un faro moral para muchos católicos.
George Pell ha sido siempre un hombre de firmes convicciones y fiel a la Iglesia, por lo que sus palabras no sólo eran escuchadas en Australia, sino también en todo el mundo: en América, Europa, Asía y África. Además, el haber experimentado como pocos en la Iglesia la injusticia tras las acusaciones falsas, juicios cuestionables y una campaña mediática despiadada le ha permitido ahora sentir que no tiene nada que perder ni temer, lo que le lleva a hablar con total libertad sobre la situación de la Iglesia.
En una entrevista en The Spectator, el cardenal Pell habla de temas de actualidad que rodean al catolicismo como la sinodalidad, el tradicionalismo o China, algunos de ellos temas muy incómodos en los muchos pastores no quieren entrar.
Los caminos sinodales
En dicha entrevista, el purpurado australiano se refirió a la “sinodalidad” de la que tanto se habla en la Iglesia, especialmente en Alemania, y cree que quienes lideran este giro en la Iglesia deben dar la cara de verdad y explicar a los católicos sus objetivos reales.
“Creo que deberíamos preguntarles a quienes lo lideran qué esperan obtener y cómo esperan hacerlo”, recalcó el cardenal Pell.
De hecho, denuncia “esos puntos de vista aberrantes que pueden haber sido propuestos en Alemania”, que tilda de “tonterías”, mientras recuerda que en muchas partes de la Iglesia sí hay “buenas personas que están proponiendo una sólida enseñanza católica”.
Recientemente, los obispos polacos y también los nórdicos escribieron a sus homólogos alemanes para recordarles los principios de la fe católica ante las propuestas del camino sinodal alemán de querer bendecir parejas homosexuales, ordenar mujeres o eliminar el celibato sacerdotal.
Pese a todo, el cardenal insistió nuevamente en que haya “más claridad” por parte aquellos que impulsan estos caminos sinodales sobre qué quieren lograr de la Iglesia.
Las comparaciones entre católicos y anglicanos tienen límites claros en esta cuestión, pues recuerda que la sinodalidad católica “no es vista como una especie de parlamento”.
“Creo que se ha dicho bastante explícitamente que la gama de puntos de vista discutidos se presentará al Papa, y luego el Papa elegirá lo que hace con ellos. Muy diferente de lo que hacen los anglicanos”, advierte sobre el Sínodo sobre la Sinodalidad que se está preparando ahora en todo el orbe católico.
George Pell también quiso insistir en otro punto relacionado con lo anteriormente tratado. En su opinión, “la unidad de la Iglesia no debe darse por sentada. Es una gran bendición construida y mantenida a lo largo de los siglos por buenas personas y además cuidadosas. Y tenemos que tener mucho cuidado de no dañarla inconscientemente”, agregó.
El que fuera prefecto de Economía de la Santa Sede antes de ser encarcelado reconoce que en estos momentos afloran las “diferencias” y que las “tensiones” entre sínodos nacionales son reales, “incluso quizás más entre los sínodos continentales”.
“No creo que hayamos ganado nada”
El cardenal Pell tampoco tuvo objeción en hablar sobre China y el acuerdo que firmó con la Santa Sede en 2018, del que sin embargo no se conoce su contenido pues no es público, lo que presenta, a su juicio, “una dificultad preliminar y muy sustancial” para aquellos que están interesados sobre el futuro de la Iglesia en China.
“Sé que la personas de alto rango en el Vaticano están muy insatisfechas con la forma en que van las cosas. El acuerdo está ahí para tratar de conseguir un poco de espacio para los católicos. Obviamente eso es digno de elogio, pero no creo que hayamos ganado nada, las persecuciones parecen continuar”, señala.
Es más, considera que “en algunos lugares (las persecuciones) han empeorado” y recuerda especialmente a los católicos de la Iglesia clandestina, cuyo “principal punto de diferencia era su lealtad al sucesor de Pedro. Les debemos mucho, les debemos respeto y nuestra gratitud”.
Simpatía hacia los tradicionalistas
El arzobispo emérito de Sidney también habló de la situación de los grupos tradicionalistas tras el Motu Proprio Traditionis Custodes promulgado por el Papa Francisco y que limita la celebración de la misa según el rito tradicional, derogando de facto el Summorum Pontificum de Benedicto XVI.
“Siento una inmensa simpatía por los tradicionalistas, por aquellos que siguen el rito antiguo”, confiesa el cardenal Pell.
A su juicio, “podríamos estar en una situación en la que las cosas mejoren. No quiero echar leña al fuego pero las concesiones que se le dieron a la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro son ciertamente un paso en la dirección correcta”. Precisamente, a través de decreto del Papa se les ha dado permiso para celebrar además de la misa los demás ritos y sacramentos tradicionales.
Según Pell, el camino “debe ser que lo que se le dio a esa fraternidad también se aplique a fraternidades similares, como el Instituto Cristo Rey”. El cardenal se mostró favorable a “tratar de mejorar la situación” de los grupos tradicionalistas, aunque quiere ser cauteloso pues asegura: “no me gustaría decir o hacer nada que pueda provocar un nuevo incendio”.