El 15 de mayo de 1943 se creó el vicariato militar, y el 21 de julio de 1986 fue elevada a Obispado Castrense por el Papa Juan Pablo II. La sede episcopal ha estado gobernada por nueve prelados:
Vicario militar Juan Gualberto Guevara y de la Cuba 1945-1954, Arzobispo de Trujillo y Lima.
Vicario militar Carlos María Jurgens Byrne CSSR 1954-1956, Arzobispo de Cusco y Trujillo.
Arzobispo-vicario militar Felipe Santiago Hermoza y Sarmiento 1956-1967.
Arzobispo-vicario militar Alcides Mendoza Castro 1967-1983 Obispo de Abancay, Arzobispo del Cusco.
Ordinario militar Eduardo Picher Peña 1986-1996 Arzobispo de Huancayo.
Ordinario militar Fray Héctor Miguel Cabrejos Vidarte OFM 1996-1999 Arzobispo de Trujillo.
Ordinario militar Salvador Piñeiro García-Calderón 2001-2012 Arzobispo de Ayacucho.
Ordinario militar Guillermo Martín Abanto Guzmán 2012-2013 Obispo Auxiliar de Lima.
Ordinario militar Juan Carlos Vera Plasencia MSC 2014- Vigente, Prelado de Caravelí.
Siervo de Dios Padre Pedro Marieluz Garcés, Religioso Camilo y mártir del secreto de confesión en el Real Felipe del Callao
Pedro Marieluz Garcés nació en abril de 1780 en la ciudad peruana de Tarma como hijo de Evaristo Marieluz y Manuela Garcés, españoles que gozaban de holgada posición económica en la doctrina de Tarma, quienes llegaron a este valle atraídos por el clima. Todavía joven entró en la Orden de San Camilo y recibió las órdenes sacerdotales en el año de 1805.
Durante las guerras de independencia hispanoamericanas el padre Marieluz fomentó la posición de los realistas y en julio de 1821 fue nominado capellán castrense de una de las divisiones españolas por el último virrey del Perú, Don José de la Serna. En esa función también participó en la Batalla de Ica y otras acciones de guerra.
Igualmente fue vicario castrense por los soldados del brigadier José Ramón Rodil y Campillo que tenía el comando sobre las fortalezas del Callao. Después de la derrota del ejército realista en la Batalla de Ayacucho el batallón del brigadier Rodil fue sitiado en la Fortaleza del Real Felipe y padre Marieluz se mantuvo con los soldados que no quiso abandonar sin apoyo espiritual.
En septiembre de 1825, cuando el segundo sitio del Callao ya había perdurado nueve meses, la desmoralización de la tropa realista evocó una conspiración entre algunos tenientes de Rodil. Guiados por el comandante Montero intentaron un atentado contra Rodil al 23 de septiembre a las nueve de la noche. La conjura fue descubierta el mismo día en que el golpe había de ser ejecutado y Rodil hizo arrestar e interrogar a los sospechosos, pero todos negaron la existencia de una conspiración. Como Rodil no quiso asumir el riesgo de motín, decidió fusilar los trece inculpados.
A las seis de la noche Rodil llamó al padre Marieluz para que oiga las confesiones de los condenados y los prepare a la muerte. A las nueve todos fueron ejecutados. Pero Rodil tuvo dudas sobre el número de los conspiradores y por eso llamó de nuevo al padre Marieluz y le preguntó respecto a lo que le hubieran confesado los fusilados, especialmente los nombres de posibles conjurados. El Padre Marieluz se remitió al sigilo sacramental y se resistió a revelar el secreto de las confesiones. Aun cuando Rodil amenazó a padre Marieluz con fusilarlo, el sacerdote se mantuvo firme y por tanto fue asesinado a tiros por un pelotón de cuatro fusileros encabezado por el capitán Iturralde.
Pedro Marieluz Garcés es patrón del noviciado de los Camilianos de Perú.
Fuente: Wikipedia.