Poder Judicial condenó a 19 años y 4 meses de prisión a Gregorio Santos por corrupción
El Juzgado Penal Colegiado Permanente Especializado en Crimen Organizado impuso este lunes un total de 19 años y 4 meses de prisión efectiva a Gregorio Santos, por haber recibido sobornos durante su gestión como gobernador de Cajamarca (2011-2014).
El exgobernador, quien no estuvo presente durante la audiencia, fue sentenciado a 7 años y 4 meses por el delito de asociación ilícita para delinquir, 4 años por colusión simple y 8 años de colusión agravada.
El fallo fue anunciado por el juez Guillermo Huamán Salas, presidente de la Sala, en una sesión de adelanto de lectura de resolución. Esta es una primera instancia; la defensa de Santos puede apelar el fallo y llevar el caso a una segunda instancia.
El magistrado también impuso un pago total de 1’550,000 soles entre Santos y sus cosentenciados como reparación civil. Este es el desagregado: 50,000 soles por asociación ilítica, 1’000,000 de soles por colusión simple y 500,000 soles por colusión agravada.
Proceso y acusación
La Fiscalía había solicitado 24 años de prisión en contra de Santos Guerrero por los delitos de colusión y asociación ilícita para delinquir. El proceso duró aproximadamente tres años en los que se realizaron más de 80 audiencias.
El exfuncionario era acusado de haber recibido sobornos para manipular las licitaciones de 12 proyectos públicos a favor de los empresarios Wilson Vallejos y Luis Pasapera.
De acuerdo con la hipótesis de la Fiscalía, Gregorio Santos habría recibido alrededor de S/ 1’200,000 en sobornos, terrenos, autos y propiedades, a cambio de esta manipulación.
Ambos empresarios decidieron acogerse a la colaboración eficaz y brindaron información que probaría las imputaciones de la Fiscalía.
Fuente: Radio Programas del Perú.
Arzobispo de Lima asegura que “nadie se convierte con el Sagrario”
El Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo Mattasoglio, aseguró que “nadie se convierte con el Sagrario”, en el marco de la Asamblea Sinodal Arquidiocesana: “Iglesia de Lima, a ti te digo ¡Levántate!”, realizada del 6 al 8 de enero en la capital peruana.
“El Papa cuando decía que ‘yo me he convertido a partir de que estuve contemplando el Sagrario’. Eso lo dijo en Trujillo. Bueno, discúlpenme pero nadie se convierte con el Sagrario. Todos nos convertimos a partir del encuentro con personas que nos interpelan y que son dramas humanos en donde surge la posibilidad de encontrar al Señor”, afirmó el Prelado en una ponencia el 7 de enero, según se aprecia en un video publicado en el canal de Youtube del Arzobispado de Lima.
Monseñor Castillo dijo que “en el sagrario puedo después sentarme a rezar y todo, y seguramente; pero es muy raro eso de que tenga uno iluminación en una situación de pasividad. La contemplación es sumamente importante pero en la medida en que la fe ha sido transmitida, alguien me comunicó la fe”.
“Nadie es creyente porque se le ocurrió una mañana temprano. Todos somos creyentes porque alguien nos anunció el Evangelio, desde nuestra madre que nos hacía la señal de la cruz, la abuelita, el papá, la tía, los compañeros en el colegio, la comunidad cristiana o el grupo de canto”, afirmó el Arzobispo de Lima.
“Es en las relaciones humanas en donde está escondido el Señor que aparece su presencia y nosotros la acogemos”, resaltó.
En su ponencia, Monseñor Castillo dijo a los participantes de la asamblea sinodal que “les hemos enseñado mal a ustedes, hemos traducido mal y con pésima teología: les hemos enseñado la fe del esfuerzo para alcanzar la gracia, no el don gratuito de la gracia que nos aborda y nos desborda, y que simplemente nos ponemos en sintonía con Él”.
“Esta carencia de dinamicidad viene de ahí, de no haber comprendido el don. ‘Si conocieras el don de Dios y quién te dice dame de beber, tú le pedirías a Él y Él te daría agua viva’. Conocer el don de Dios es acogerlo, profundizarlo y dinamizarse”, prosiguió.
“Por eso es que en una perspectiva de sujeto creyente autorreferente, o sea de persona humana creyente pero que, digamos, se guía por ciertas normas y una interpretación del don de Dios como normas, termina siempre en una situación que no se interpela jamás por un referente”, dijo.
“Nunca se interpela, siempre tiene la verdad. Entonces no escucha, no está atento a las situaciones. Es una especie de humildad, podríamos decir, un poco extraña”, agregó.
Una fuente interna del Sínodo dijo a ACI Prensa que en una sesión posterior Monseñor Castillo pidió disculpas por sus palabras sobre el Sagrario. ACI Prensa no ha confirmado hasta el momento con una fuente independiente las disculpas expresadas por el Arzobispo de Lima.
Monseñor Castillo ofrece una explicación
Horas después de afirmar que “nadie se convierte con el Sagrario”, el Arzobispo de Lima dijo que debía hacer “una atingencia de algo que me ha sido comunicado porque parece que algunas personas se quedaron un poco sorprendidas de un punto que señalé en la mañana. Lo que yo dije fue que, digamos, ante el Sagrario no se encuentra la vocación, la vocación se encuentra en la vida. Y el Sagrario, como saben ustedes, es el lugar de visita donde está la presencia permanente del Señor en las formas del pan y el vino, y ahí la presencia real”.
“Ciertamente para nosotros es fundamental el que mantengamos un nivel de profundización y contemplación del misterio del Señor hecho pan para nosotros, el misterio de la transubstanciación que llamamos de forma más técnica, lo que significa la presencia del Señor”, indicó.
El Arzobispo citó parte del discurso del Papa Francisco a los sacerdotes y religiosos el 20 de enero de 2018 en Trujillo (Perú), en el que habló sobre la vocación: “El Papa Francisco dijo aquí en Trujillo que cuando uno tiene una vocación, la vocación siempre la recibe en la vida. Por eso es que en el Evangelio de Juan se dice, fuimos, vimos dónde vivía, eran algo así como las 4 de la tarde. Es un hecho de vida que recuerda que eran las 4 de la tarde”, dijo Monseñor Castillo.
Luego, recordó el Prelado, el Papa agregó: “Las veces que nos olvidamos de esta hora, nos olvidamos de nuestros orígenes, de nuestras raíces; al perder estas coordenadas fundamentales dejamos de lado lo más valioso que un consagrado puede tener: la mirada del Señor: ‘No padre, yo lo miro al Señor en el sagrario’— Está bien, eso está bien pero sentáte un rato y dejáte mirar y recordá las veces que te miró y te está mirando. Dejáte mirar por él. Lo dice en argentino, ¿no? Es de lo más valioso que un consagrado tiene: la mirada del Señor. Quizá no estás contento con ese lugar donde te encontró el Señor, quizá no se adecúa a una situación ideal que te ‘hubiese gustado más’. Pero fue ahí donde te encontró y te curó las heridas. Cada uno de nosotros conoce el dónde y el cuándo: quizás un tiempo de situaciones complejas, sí; con situaciones dolorosas, sí; pero ahí te encontró el Dios de la Vida para hacerte testigo de su Vida, para hacerte parte de su misión y ser, con Él, ser caricia de Dios para tantos. Nos hace bien recordar nuestras vocaciones como un llamado de amor para amar, para servir. No para sacar tajada para nosotros mismos”.
“¿Qué es lo que (el Papa) está diciendo? Que siempre el encuentro primero de la vocación y los sucesivos encuentros kerigmáticos son en la vida y en situaciones muchas veces terribles, y a veces también muy bonitas, pero no son, digamos, en un momento en el que yo estoy a solas y hay una especie de mirada de la hostia a mí, o de yo a la hostia”, indicó luego el Arzobispo de Lima.
“Y en eso tenemos que tener en cuenta una cosa que es muy importante: todo lo que es sacramentos son signos que ha dejado el Señor para recordar la vida y para vivir más hondamente la vida, para alimentar la vida, pero no para sustituirla”, continuó.
Monseñor Castillo indicó asimismo que “no puedo decir entonces mañana todos vamos al sagrario y solamente nos dedicamos a estar en el Sagrario, porque esa es la vida verdadera. ¿Y quién cocina? ¿Y quién da para comer la cosa? O sea, si vemos las cosas de esa manera, como lo máximo, como lo único que hay, cuidado. Porque todo lo que es sacramento es un servicio a la vida y a la profundidad y el crecimiento de las personas, alimento. Alimento magnífico, alimento profundo, alimento del alma, pero siempre es alimento”.
“Digo eso porque a veces pensamos que ser cristiano es subirnos al segundo piso de lo sobrenatural olvidando lo natural, Eso ya se superó en la teología. Ya la Iglesia habló otro lenguaje porque los tiempos nos han demostrado que la historia es una sola. Allí Dios se revela, da su vida, la Palabra se ha hecho carne, y no solamente carne sino lo débil de la carne, para poder salvarnos desde lo último, desde lo más trágico y difícil. Eso es lo que quise decir, nada más. ¿De acuerdo?”.
Entonces, prosiguió el Prelado peruano, “no se tiene que salir de la realidad para ver al Señor. Al contrario, los momentos de contemplación permiten alimentar, profundizar, fortalecer, como también el tema que alguno no le ha gustado mucho que es la formación. La formación también es muy importante pero tiene su lugar”.
“Como nuestros hermanos protestantes con la Biblia nosotros andaríamos con el Catecismo y al primero que está en contra le tiramos en la cabeza el Catecismo para que aprenda, lo que hacían los profesores a veces. Nos faltarían catecismos”, bromeó.
El Arzobispo reiteró que no tuvo “ninguna mala intención en decir no contemplen, al contrario. Por ejemplo, han escuchado hablar de un santo pobre que murió mártir en Argelia. Yo uso su oración todos los días y las hermanitas de Jesús, cuando uno llega, están toda la tarde en contemplación y están en silencio”.
“Eso alimenta mucho porque es el misterio del encuentro de que el Señor se ha hecho, que la humildad del Señor de hacerse uno de nosotros y de hacerse ese signo tan lindo que usamos todos los días para comer. Es lo lindo del cristianismo de siempre usar signos”, afirmó.
“Bueno, eso es elemental, pero no podemos de allí derivar el dejar de valorar la vida, al contrario. Todo inicia en la vida, en el camino en el encuentro. El Señor sale a nuestro encuentro en las relaciones mutuas”.
Para concluir su explicación, el Arzobispo de Lima comentó que si alguien se enamora sin conocer o sin ver a una persona, “entonces se ha enamorado de su propia imagen. Por eso es que dice porque yo lo miro a Él, no es que Él te mira a ti, es la reflexión que hace el Papa. Eso es lo que quería decir nada más”.
Las enseñanzas del Papa Francisco sobre el Sagrario
El 20 de enero de 2018, en su discurso a los sacerdotes y consagrados en Trujillo (Perú), el Papa Francisco explicó la importancia de meditar ante el sagrario o tabernáculo, el lugar donde se custodia la Eucaristía en las iglesias.
“Sentáte un rato y dejate mirar y recordá las veces que te miró y te está mirando. Dejate mirar por Él. Es de lo más valioso que un consagrado tiene: la mirada del Señor”, dijo entonces Francisco.
En diversas oportunidades, el Papa Francisco se ha referido a la importancia de rezar ante el Sagrario. Por ejemplo, en septiembre de 2018, hablando a los obispos en territorios de misión, el Santo Padre explicó que un obispo, al ser sucesor de los apóstoles, está llamado por Jesús para quedarse con Él y, por ello, “delante del tabernáculo aprende a confiarse al Señor”, porque allí “encuentra su fortaleza y su confianza”.
El 31 de enero de 2019, el Santo Padre recordó a Don Bosco, santo fundador de los salesianos, y dijo que para que el sacerdote pueda mirar la realidad “con ojos de hombre y con ojos de Dios” se debe pasar “mucho tiempo delante al tabernáculo”.
En la Misa de Nochebuena del 24 de diciembre de 2019, Francisco también habló de la importancia de contemplar a Cristo Eucaristía en el sagrario.
“Hoy es el día adecuado para acercarse al sagrario, al belén, al pesebre, para agradecer. Acojamos el don que es Jesús, para luego transformarnos en don como Jesús. Convertirse en don es dar sentido a la vida y es la mejor manera de cambiar el mundo: cambiamos nosotros, cambia la Iglesia, cambia la historia cuando comenzamos a no querer cambiar a los otros, sino a nosotros mismos, haciendo de nuestra vida un don”, dijo el Pontífice.
Arzobispo también dice que ser soldado de Cristo es una imagen obsoleta
El Arzobispo Primado del Perú, Monseñor Carlos Castillo Mattasoglio, afirmó que ser soldado de Cristo es una imagen “obsoleta” para la Confirmación.
“Esa manera de entender la Iglesia, como una cruzada, se traduce en esa imagen que, por favor, para la Confirmación ya es obsoleta, soldados de Cristo”, dijo el Arzobispo en su ponencia durante el segundo día de la Asamblea Sinodal Arquidiocesana de Lima que se realiza en el Colegio San Agustín.
El Prelado dijo además que “todos estamos llamados a acoger este cristianismo centinela, como el centinela de la aurora. No un cristianismo, por favor, de soldados de Cristo”.
Monseñor Castillo recitó luego la letra de un canto que lo marcó cuando era niño: “Yo me acuerdo, como estoy en mi colegio, aquí cantábamos de chiquitos, yo era cruzado eucarístico misional: Somos de Cristo fieles cruzados / A Cristo Rey hemos de servir / Ante la hostia todos postrados / Luchar juramos hasta morir / Bendice a tus Cruzados / Jesús Rey celestial / Guerra a Satán, odio al pecado / ¡Viva Jesús nuestro general! Todavía me la acuerdo”.
El Arzobispo de Lima dijo que, en todo caso, se podría aceptar la imagen de “soldados de Cristo” si “viene de soldadura, porque estamos soldados, en soldadura con Jesús, uno solo. Pero soldados para ir a meterle la lanza a todos esos musulmanes que están queriendo hacer la guerra mundial, mucho cuidado”.
“El mundo no está para enfrentarlo con armas, ni con odios ni con peleas, sino para dialogar y escoger lo mejor que hay en el mundo así nos cueste la vida”, concluyó.
En la Asamblea Sinodal de Lima se reúnen los distintos grupos formados por laicos, jóvenes, delegados parroquiales y sacerdotes, quienes analizan los temas propuestos en el Instrumentum laboris o documento de trabajo, para luego presentar sus principales sugerencias al plenario.
Fuente: ACI Prensa.