Villarán habló de “tres palos verdes” de Odebrecht con Castro y Prado
Un audio difundido este domingo por “Cuarto Poder” da cuenta de una conversación que en setiembre del 2017 mantuvieron la ex alcaldesa de Lima Susana Villarán y los ex funcionarios de su gestión, José Miguel Castro y Gabriel Prado. Sobre ellos pesa un pedido fiscal de 36 meses de prisión preventiva en el marco de la investigación por los presuntos aportes de Odebrecht y OAS para las campañas del No a la revocación (2013) y de reelección de la ex burgomaestre (2014).
En el diálogo, Villarán expresó su preocupación porque se llegue a conocer que ella y José Miguel Castro solicitaron “tres palos verdes” (US$3 millones) a Odebrecht para la campaña por el No a la revocación. “Yo me devano, ¿entiendes?, si es que eso va a aparecer en cualquier momento de buena fuente”, se le escucha decir.
El audio se dio a conocer un día después de que Susana Villarán reconociera que siempre estuvo enterada de que Odebrecht y OAS aportaron dinero tanto a su campaña del No a la revocación (2013), como de reelección (2014). La ex alcaldesa hizo la confesión a solo horas de que el Poder Judicial evalúe el pedido fiscal para enviarla a prisión preventiva.
Prado indicó al citado dominical que entregó el audio a la fiscalía en marzo pasado, pero como no fue considerado decidió hacerlo público. Según su versión, pidió reunirse con Villarán y Castro días después de que, en setiembre del 2017, el diario “El País” de España diera a conocer que una cuenta a su nombre había sido abierta en agosto del 2013 en la Banca Privada de Andorra (BPA).
Como se sabe, Prado fue gerente de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Lima entre enero del 2011 y enero del 2013 y presidente de la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima (Emape) entre el 17 de enero y el 19 de febrero del 2013.
La fiscalía le imputa el presunto delito de asociación ilícita para delinquir por “haber creado una cuenta en la Banca Privada de Andorra, el cual lo tenía como beneficiario final, para la introducción de dinero maculado para la campaña por el No a la revocatoria de Susana Villarán de la Puente, dinero proveniente de la división de operaciones estructuradas de Odebrecht”.
En su declaración ante la fiscal Geovana Mori en Curitiba (Brasil) el 25 de abril, el ex representante de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, confirmó que la empresa dio US$3 millones para la campaña del No a la revocación en el 2013.
De ese monto, Barata dijo que US$1 millón fue entregado directamente al ex gerente municipal José Miguel Castro en Lima, pero que inicialmente la constructora coordinó la apertura de una cuenta. Acotó que el acto se concretó el 9 de agosto del 2013, a nombre de Gabriel Prado Ramos en la BPA. Eduardo Roy Gates, abogado de Prado, ha señalado anteriormente que no se hizo ningún depósito.
Gabriel Prado mantiene su versión sobre lo sucedido: que no abrió la cuenta, que pidió ayuda a Castro para encontrar trabajo tras salir del municipio, que este último le pidió su fotocopia de DNI, pasaporte y currículum para tal fin, y que firmó documentos sin leer a detalle. En noviembre del 2017, manifestó a la Comisión Lava Jato del Congreso que hubo un “uso y abuso de una firma en blanco”.
TRANSCRIPCIÓN
Susana Villarán (S.V.): Me estás mirando con una cara que…
Gabriel Prado (G.P.): Pero qué quieres, Susana. ¿Que esté feliz? ¿Que esté absolutamente en paz, en tranquilidad? Sabiendo que mañana y pasado, y que mi vida laboral, que la estaban reconociendo, ¿se ha ido al diablo? ¿Que mis relaciones, este… personales se han ido al trasto? ¿Que no voy a conseguir trabajo en los próximos 5 años y que toda la gente me sindica como el corrupto? ¿Qué quieres? ¿Que esté tranquilo y que te mire con tranquilidad? Por favor, Susana.
S.V.: Escúchame, hay una cosa que me han dicho. Y es que es un tipo en Brasil, ha dicho que tú y yo, hemos ido a conversar para que nos den tres palos verdes. Yo me devano, ¿entiendes?… si es que eso va a aparecer en cualquier momento de buena fuente.
José Miguel Castro (J.M.C.): ¿Quién te ha dicho eso?
S.V.: Personas que tienen conocimiento, que prueban de que José Miguel Castro y Susana Villarán me han pedido a mí tres millones de dólares. Pero, quiero decir, porque aquí el único que dentro de todas las cosas tiene una cuenta a su nombre es Gabriel. Es serio, pues ¿no? Tener una cuenta a nombre tuyo es gravísimo. Es una cuenta… no es mi cuenta. Es una cuenta. Exactamente, han podido hacerlo a nombre de, escúchame, han podido hacerlo a nombre de mi hermano y esto lo han hecho para joder. (Ininteligible) aprovechando una solicitud de chamba.
J.M.C.: Pero era, además, esa era la forma de operar de ellos, porque…
S.V.: Recién ahora nos enteramos de toda las mierdas que son. En ese momento todos hemos actuado de buena fe.
G.P.: Yo conversé con ustedes dos y les pedí que me ayuden a reengancharme laboralmente.
S.V.: Sí.
G.P.: Les dije: miren, yo he perdido el trabajo por una cuestión de gestión, no por una cuestión dolosa y necesito que ustedes, con los contactos que existen, me puedan recomendar para hacer un trabajo vinculado a lo que yo hacía antes de entrar a la municipalidad. Que era ese antes, algo vinculado a relaciones comunitarias o algo de inversión social. Tú me llamas un día y me dices: “Hay una posibilidad y necesitamos conversar”. Perfecto. Y me dices que lleve tres cosas: mi DNI, la copia de mi pasaporte y mi currículo.
J.M.C.: Tu currículo.
G.P.: Nos reunimos tú, una tercera persona y yo. Él revisa mis documentos y me dice que conversó contigo sobre esta posibilidad y que la próxima semana, a través tuyo, me informarían sobre qué cargo podría ocupar o dónde. Y era una suerte de tres contratos. Yo firmé documentos, hablamos alguna generalidad más, me paré y me fui. Eso duró cinco minutos, máximo. Tú te quedaste con él. Entonces, no podemos salir de esta reunión José Miguel, sin saber quién era esta persona. O sea, ¿cuál es el nombre de esta persona y qué función cumplía? Porque a raíz de los hechos, esta información da origen al problema de fondo. En segundo lugar, a los tres meses yo te pregunté sobre el tema.
J.M.C.: No antes, mucho antes.
G.P.: Digamos, un mes antes si quieres, te pregunté. (…) Y tú me dijiste: este tema no va. Sí. Estamos de acuerdo. Ese tema no va. Pero, por qué, dijiste algo así como qué, no se ha podido concretar o algo así. Okey. ¿José, mis papeles? (…) ¿Y mis papeles? Ya te los doy el próximo. Perfecto. Ahí quedó la situación. Para qué me pide mi pasaporte si yo voy a cumplir una función, en un proyecto local.
S.V.: Yo soy testigo de la conversación, cuando él te pide, eso fue en tu casa.
J.M.C.: Lo que has dicho es correcto. Lo que este uruguayo, argentino, no sé su nombre, no sé quién es.
G.P.: Ah, no lo conoces.
J.M.C.: No lo conozco. Nunca lo he visto en mi vida.
G.P.: Y a mí me cuesta creer eso.
S.V.: Pero cuando se sientan en la mesa no dicen soy.
J.M.C.: No. A ver, tu pregunta es que si yo lo conocía de antes, sí lo conocía, me había reunido con él una vez.
G.P.: ¿Pero entonces sabes quién es?
J.M.C.: Sabía que era del grupo de ellos. Pero no sé exactamente quién es, su nombre, qué hace. Era un tipo que dirigía el reclutamiento de Odebrecht, en el extranjero.
J.M.C.: Lo único que quiero, es que yo a ti Gabriel, hay un tema para mí que es fundamental, no hay segundas intenciones, yo no sé por qué siento que tu percibes que hay segunda intención.
G.P.: Sí, por qué yo soy un hombre claro, yo soy un hombre leal.
J.M.C.: Yo también.
G.P.: Yo soy un hombre leal de principio a fin.
J.M.C.: Yo también.
G.P.: Yo siento que, en este caso, a mí no se me ha dicho la verdad, porque sin mi consentimiento y sin mi conocimiento se ha usado mi nombre y esos papeles para hacer una chanchada como la que usted ha hecho, y eso a mí no me parece. Porque si yo fuera, si yo supiera, que esto era para ese tema. Señor, de principio a fin yo voy. Si hay que asumir consecuencias, las asumo, pero lo que yo no acepto, lo que yo no acepto, ni de ti, ni de Susana, ni de nadie, es que con una documentación se haya hecho una situación tan miserable y tan dolosa como esta. Tú eras gerente de finanzas, tú sabías perfectamente qué tipo de documentos estaba firmando, ¿o no?, ¿Por qué te quedaste con este tipo?, ¿Por qué no me devolviste los papeles?
J.M.C.: Yo no te podía devolver los papeles, porque yo no tenía los folders.
G.P.: Porque no me dijiste, porque nunca me dijiste no te puedo devolver los papeles, porque ellos lo tienen, si tú me decías eso yo tomaba mis previsiones. Por qué uno tiene que entregar un pasaporte para un trabajo local.
J.M.C.: Pero es que Gabriel, te he dicho dos veces que no era local, necesariamente, ellos estaban viendo dónde te iban a colocar.
G.P.: Perdón, José Miguel. En ningún momento hablamos que yo tenía que trabajar fuera, todo fue para un proyecto local en Perú.
J.M.C.: Yo te digo, Gabriel, mejor no hacemos ese tema, ese tema no va, y recuerdo claramente que te dije que estos patas te quieren pagar en el extranjero, mejor abortemos.
G.P.: Bueno eso es una invención tuya, es un dicho tuyo.
J.M.C.: Tú mismo firmaste esas cosas.
G.P.: ¡Pero por supuesto!
G.P.: ¿A instancias de quién? A mí se me ocurrió ir, como ayer tú me dijiste.
J.M.C.: Gabriel, ¿tú me estás diciendo, que tú no leíste esa cosa que firmaste? Si nosotros entramos ahí, era un precontrato laboral, ¿no lo leíste?
G.P.: Lo habré revisado, pero yo no lo he leído.
J.M.C.: Yo estoy completamente seguro de que no tiene ningún movimiento en esa cuenta.
J.M.C.: En primer lugar, porque he estudiado finanzas. O sea tú quieres crear una presión para que alguien te deposite en una cuenta.
G.P.: Antes de eso, entonces, ¿de lo que tú estás claro es que ese documento que yo firmé sirvió para abrir una cuenta en Andorra?
J.M.C.: No encuentro otra alternativa.
G.P.: ¿Qué pasa si en la próxima semana esa cuenta sí ha recibido dinero, quién es el que ha conversado para que pase eso?
J.M.C.: Eso no va a pasar.
G.P.: No, no, o sea, alguien tiene que haber conversado si es que pasa eso.
S.V.: ¿De acá, de esta mesa?
J.M.C.: Pero, te estoy diciendo que eso no va pasar. Gabriel, te aseguro, como José Miguel Castro Gutiérrez que esa cuenta no ha recibido ningún depósito de nada, porque para eso, una vez más, tú hubieras tenido que instruir que alguien te deposite algo. ¿Correcto? No va haber ningún depósito en esa vaina, porque una vez más esa cuenta fue creado en el marco de la conversación que acabamos de tener, de manera absolutamente irregular e irresponsable por esta gente. ¿Ok? Pero más o menos…
S.V.: ¿Con qué objetivo? Especula, ¿con qué objetivo?
J.M.C.: Con el objetivo de contratar, que te iba a pagar.
G.P.: No pues, José Luis, no me tomes el pelo, por favor. No se crea una banca en el Principado de Andorra para pagar el sueldo, de 20 mil o 10 mil dólares, a un profesional que quieres contratar.
J.M.C.: No, te iban a pagar 250 mil dólares en el lapso de un año, que son 20 mil dólares mensuales.
G.P.: Bueno, bueno esa es una suposición.
J.M.C.: No, pero disculpa, ahí están los contratos de la subsidiaria de Odebrecht con Peñaranda, que es por 250 mil dólares.
G.P.: No, pero eso es otra cosa. No hay, en ningún momento nosotros hablamos de montos. En ningún momento se habló de que yo iba a recibir tanto por tanto soles. Entonces, el único objetivo para abrir una cuenta en el Principado de Andorra es para qué. Para lavar activos y para ocultar dinero sucio.
S.V.: Yo te quiero, yo te aprecio, yo no quiero que sufras, pero es una situación que ninguno de los que están en esta mesa ha buscado, ¿me entiendes? Eso es lo que yo sí quisiera que quede claro, Gabriel. No para defenderme, ah, porque yo ya te dije ayer en la noche que yo me siento responsable de cualquier cosa que le pase a cualquiera de ustedes, porque por mí…
G.P.: Yo creo que las responsabilidades son individuales, Susana.
S.V.: No. En materia penal las responsabilidades son individuales, es obvio. Pero no hay un tema, es una situación moral.
Fuente: Diario El Comercio.
Del suicidio de García a la confesión de Susana
Por Víctor Andrés Ponce- El Montonero.pe
La exalcaldesa de Lima Susana Villarán confesó que siempre supo de los aportes de las empresas brasileñas a favor de la campaña del “No” (alrededor de US$ 10 millones). Enseguida, en una pieza para el surrealismo político, dijo que lo había hecho para detener a la mafia que pretendía apoderarse de la ciudad. Y escribiendo una nueva página de la historia de la infamia nacional, agregó que volvería a recibir los fondos brasileños. La justicia ahora debe determinar cuál es la relación de los regalos cariocas con la gestión, contratos y concesiones municipales, para emitir una sentencia firme.
Sin embargo, en el el acto, los principales voceros del IDL salieron a señalar que Susana estaba haciendo “una confesión sincera”, y casi todos los activistas nacionales e internacionales (“exiliados” se llaman ahora) que tuvieron nexos contractuales con la municipalidad de Lima “repudiaron” la confesión de Villarán, pero dejaron una rendija abierta: al menos Susana había confesado. Había, pues, algo diferente con los demás corruptos. ¡Vaya!
En esta columna no solemos regocijarnos con las desgracias ajenas. Pero el análisis de esta supuesta confesión es obligatoria e impostergable. Por ejemplo, la declaración de Susana representa la explosión de una bomba nuclear cuyas ondas explosivas derribarán los pilares de IDL-Reporteros (la ex alcaldesa fue fundadora de IDL y estableció múltiples relaciones contractuales con miembros de las ONG marxistas) y de los llamados caviares, que suelen parapetarse detrás de la palabra “decencia” para acusar a sus rivales ideológicos de corruptos. Remece igualmente a los miembros de las bancadas del Frente Amplio, Nuevo Perú (integrado por ex regidores de Villarán) y de la autoproclamada bancada liberal, quienes solían lavar banderas y cooperar en todas las formas con Villarán.
En otras palabras, las declaraciones de Susana hieren de extrema gravedad las posibilidades de la izquierda y de los seguidores del Foro de Sao Paulo en el Perú de seguir presentándose como “decentes”, como adalides de la “lucha anticorrupción”, pese a que la podredumbre latinoamericana empezó con Odebrechdt a iniciativa del mencionado Foro. Es evidente, entonces, que no solo el elenco estable de la política de los últimos tres años empieza a ser pulverizado por el caso Lava Jato, sino todo el entramado de ONG marxistas que gobernó detrás de bambalinas durante las administraciones de Toledo, Humala, PPK y ahora con Vizcarra.
Antes del suicidio de Alan García un escenario de este tipo parecía imposible. Si el ex presidente aprista hubiese sido enmarrocado y paseado, con chaleco de recluso, ante la prensa nacional y mundial, el presidente Vizcarra, los fiscales Lava Jato (influenciados por IDL-Reporteros) y las ONG marxistas (encabezadas por IDL Y Transparencia), en alianza con los medios tradicionales, habrían consolidado de tal manera sus influencias que Susana seguiría veraneando en su casa de playa. Y el presidente Vizcarra estaría volando sobre los 70 puntos de popularidad, por decir lo menos.
Más allá de cualquier prejuicio en el análisis, el suicidio de García cambió la coyuntura en el mediano plazo. A partir de allí los fiscales, con más autonomía, procedieron a acusar a Ollanta Humala y Nadine Heredia, y a solicitar medidas procesales contra Villarán. De lo contrario, la situación para IDL-Reporteros y los fiscales Lava Jato se volvía insostenible. ¿Cómo justificar la detención de Keiko Fujimori, de PPK y el intento de arresto de García, sin acusación fiscal ni juicio oral, luego de la muerte del ex jefe de Estado? Imposible.
Más allá de la vileza de los medios tradicionales, que se prestaron para el linchamiento del presidente muerto con las fabulaciones de Atala -hechas para evitar la detención de su hijo- es evidente que el ex presidente aprista comienza a ganar la partida a sus adversarios. Y todo indica que seguirá ganando.
Dos días de portadas y reportajes contra Alan no pueden ocultar los efectos del suicidio: Vizcarra no gana un solo punto con las nuevas detenciones, la ola anticorrupción empieza a despolitizarse y los fiscales principian a hacer su labor (sin García ya no hay circo). Y sobre todo, no sería nada extraño que la ola anticorrupción terminé convirtiendo a los héroes de ayer en los villanos de hoy. Suele pasar en todos los procesos plebiscitarios que se alimentan de temporadas de circo.