Archivo por meses: junio 2016

Marco Arana de los sesenta

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Salomon Bolo Hidalgo

Un fantasma político

Por Luis Jochamowitz- Revista CARETAS.
No es por hablar mal de nadie, pero es inevitable reconocer que hay poco bueno que decir sobre Salomón Bolo Hidalgo, el famoso, en su tiempo, cura Bolo. Su tiempo fue excepcionalmente corto, casi se podría decir que todo lo importante en su vida le sucedió en el políticamente bisiesto año de 1962. Antes se había ordenado sacerdote dominico, fue capellán del Ejército, con grado de teniente, luego fue párroco del distrito de Mancos, provincia de Yungay, y de pronto, llega el año de 1962 y Bolo brilla como una centella en el más bien opaco firmamento nacional.
Visto al microscopio sucede que todo ocurrió en unos pocos días. La cadena de hechos comienza cuando su Obispo, Monseñor Teodosio Moreno, le comunica con voz trémula que debe dejar la parroquia, lo había protegido durante años, pero ya no podía resistir las presiones. El protegido escucha en silencio, casi con desdén, pero le debe demasiados favores al buen Teodosio y no tiene tiempo para hacer una escena. Recoge sus objetos personales de la parroquia y toma un ómnibus hacia Lima. Llega casi en las vísperas de Año Nuevo y el primero de enero de 1962, en el Cine Teatro Bolívar, se funda el FLN (Frente de Liberación Nacional), que como primera medida elige a Bolo en un triunvirato presidencial. La centella brilla como nunca y en el Cine Teatro Bolívar atrona el grito de “Hidalgo en México, Bolo en el Perú”.
Ese año será candidato a la Vicepresidencia por el FLN, con el 2% de los votos, recibirá la suspensión a divinis, viajará a la Unión Soviética donde será presentado a Nikita Kruschev, y publicará al menos dos libros. Luego, termina el año 62 y en rápido crepúsculo, la centella se apaga para siempre. Comienzan cuarenta años o más de irrelevancia, o peor aún, de monomanía política.
¿Qué sucedió? El fenómeno, por individual y pequeño que parezca, tiene misterios que este archivo no se atreve a abrir. Seguramente el reproche más extendido que siempre se le hizo fue que “le gustaba la peliculina”, como ha observado Juan Gargurevich. Era la crítica de una moral más simple y socarrona que nunca le perdonó que se convirtiera en un simple político, en cierta forma, que cambiara de profesión sin cambiar de hábitos. Siguió vistiendo la sotana mucho tiempo después de haber sido separado de la orden.
El problema, tal vez, no era su amor a la peliculina sino la falta de un contenido que proyectar. Sus libros y sus cartas lo muestran como un ser de una psicología elemental, egolátrico, como si viviera perpetuamente en un torneo de oratoria sagrada, con los términos transpuestos al lenguaje de la guerra fría. Todo aprendido en un Seminario dominico en ruinas, y leído en panfletos a mimeógrafo.
“En mis triunfos oratorios fui aclamado, en mi vida militar desterrado”. Más tarde se definió como “filósofo, historiador, maestro arbitrariamente subrogado, y político”. Podría haber agregado periodista, locutor de un programa de radio, profesor particular y de academia, redactor, corrector, compilador de publicaciones varias, y los mil pequeños oficios de un letrado en una sociedad iletrada. Loado sea por eso.
No son raros los comentarios sobre cierta antipatía casi instintiva que podía despertar. Tratándolo por escrito parece haber alcanzado el absoluto en cuanto a la falta de humor. Aunque todavía no he podido revisar las viejas colecciones de las revistas “Z” y “Gente”, donde colaboró con verdaderas sábanas tipográficas, reto al lector a que encuentre en su poligráfica obra, un chiste, una gracia, un solo instante en que cambia el ceño fruncido por una sonrisa.En los años 70, cuando su centella era un carbón completamente apagado, comentó con suficiencia: “Ahora todos los sacerdotes hablan de liberación, del nuevo hombre, hasta de revolución”. No exageraba demasiado, pero la frase retrata su jactancia que ni los años de fracaso pudieron amenguar. Además de su soledad pública, y quien sabe personal, reflejo de una carrera política que era una pura aventura personal.
Hay, siempre hay, algo que elogiar: su constancia y resistencia para soportar a sus muchos y poderosos enemigos. Bolo fue intensamente odiado por la mentalidad ultra conservadora de la época. Hoy resulta casi imposible sentir la inquietud y el peligro que despertaba su presencia en los estrados políticos, al lado de miembros calificados del Partido Comunista. Una lectora, Maritza Flores Galeatzzi, en carta contra Bolo y el unikini, terminaba así: “Dios los va a castigar algún día, estoy segura, y este pensamiento me consuela indeciblemente y me ayuda a vivir esperanzada y en salud”. En manos de Eudocio Ravines, o de los periodistas de “La Prensa”, hasta la manera de llamarlo – “el cura Bolo”, “el curita Bolo” – tenía algo de procedimiento de castración política.
Con CARETAS sostuvo una relación descrita como “cartomaniaca”. Desde 1961 en que se registra provisionalmente su primera correspondencia, escribió y mandó cartas a la redacción con una frecuencia pasmosa. A veces la relación epistolar se agriaba, Bolo acusaba a la revista de las peores maldades. Las cartas desaparecían durante algunos meses, pero Bolo, o mejor dicho sus cartas, siempre reaparecían y la revista volvía a publicar sus “Bolo a la carta”, casi tan infaltables como la calata de la última página.
Por eso, no deja de ser lamentable que este archivo se abra cuando Bolo ya no está en el mundo para responder. No cuesta nada imaginarlo escribiendo una larga y furiosa réplica. Es una lástima, pero sea donde se encuentre actualmente, Salomón Bolo Hidalgo siempre tendrá la seguridad de que si esa carta llegara, sería publicada.
Fuente: CARETAS ilustración peruana, edición 297 septiembre de 1964.

Voto nulo

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El excandidato presidencial del partido Democracia Directa, Gregorio Santos, hizo un llamado a sus seguidores para que, en esta segunda vuelta de las Elecciones 2016, no voten por Pedro Pablo Kuczynski (Peruanos Por el Kambio) ni por Keiko Fujimori (Fuerza Popular).
“Me reafirmo en llamar al voto nulo o viciado, no se trata de nombres. PPK y Keiko (Fujimori) representan el mismo modelo, respetamos opiniones contrarias”, publicó Gregorio Santos en su cuenta de twitter.
En otra publicación, Gregorio Santos aseguró que su partido Democracia Directa tomó esta decisión en un congreso nacional realizado en el mes de abril, “en rechazo a ambos candidatos (PPK y Keiko Fujimori)”.
“Ni Japón ni EEUU. El Perú para los peruanos. Nueva constitución, es nuestra posición”, Gregorio Santos en un ‘tuit’ final.
Fuente: Diario Perú21.

“No todo está en las manos de PPK”

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Por Giovani Alarcón
Según la Ley Orgánica de Elecciones, no se pueden difundir encuestas o simulacros una semana antes de los comicios. Los últimos resultados publicados reflejaban una preferencia por Keiko Fujimori. El simulacro de votación de GfK, publicado el viernes 27, le otorgó 52.2% de los votos válidos, frente a 47.8% de PPK.
SEMANAeconómica conversó con Hernán Chaparro sobre estos resultados.
¿Por qué Keiko Fujimori ha superado por 4.4 puntos porcentuales a PPK , según los votos válidos de su último simulacro?
Creo que básicamente el cambio es en Lima, que es cerca de un tercio de la intención de voto, donde hay gente que aparentemente se ha cansado un poco de apostarle a PPK, que no rechazaba a Keiko y que hoy la prefieren. El porcentaje de gente que definitivamente o probablemente no votará hoy por PPK es 51%, ligeramente mayor que el antivoto de Keiko. Cerca de la mitad de los que votaban por PPK son gente que lo hacía, principalmente, por un sentimiento antifujimorista. La otra mitad votaban porque encontraban algo en PPK.
[En cambio,] el porcentaje que decía “probablemente no votaré por Keiko” ha bajado 5 puntos porcentuales, y el porcentaje acumulado de los que “probablemente” y “definitivamente” votará por ella ha subido 5 puntos.
¿Hubo algún punto de inflexión en el voto hacia PPK?
Es un cúmulo de cosas, no hay un punto de quiebre. El viaje a Estados Unidos es un elemento. Nuestra encuesta, y otras, se realizaron después del [primer] debate presidencial. Indicaban que la actitud de PPK no había cambiado de manera significativa y que Keiko Fujimori fue la clara ganadora del primer debate.
Este efecto de reducción ha sido a cuentagotas y, de un momento a otro, no sabes ni por qué pero ya cambiaste de opinión.
Una gota no hace el océano. PPK [aún] puede hacer algo diferente, [pero] siempre hubo oportunidades y se desperdiciaron.
¿Cuál es la razón más importante detrás del voto por Keiko?
El plan de gobierno que ofrece y que pondrá orden o ‘mano dura’.
¿Se trata de una respuesta aspiracional?
Puede ser aspiracional pero también es una respuesta vaga, que alude a que ella será mejor gobernante. Es una idea general y explica poco. Por ejemplo, cuando uno elige una marca determinada, puede que no sepa explicar muy bien por qué la elige.
¿Qué pueden cambiar ambos candidatos en sus estrategias en lo que queda de las elecciones?
A Keiko le conviene salir con un discurso más integrador. Considerando que está delante de las encuestas, se podría mostrar como una líder inclusiva, tolerante, volver un poco a la candidata de la primera vuelta, mantener la imagen de firme contra la corrupción.
Me imagino que seguirá insistiendo en algunos temas en los que PPK no ha tenido respuesta. [Por ejemplo] decir que es el candidato de los ricos, de escritorio. Ahora, nunca hubo una respuesta por parte de PPK, un argumento de por qué él no es el candidato de los ricos. Keiko Fujimori, por otro lado, siempre ha respondido a todo. La gente le creerá o no, pero ha respondido.
¿Y PPK?
En las últimas semanas se ha vuelto un deporte nacional darle consejos a PPK, de los cuales ninguno se ha puesto en evidencia. Creo que le conviene dar un mensaje más propositivo. Keiko la tiene más fácil porque tiene un público mucho mayor al de PPK y a los que tiene que convencer no son muchos más. Hay mucho anti [fujimoristas] pero ella ya tiene una estrategia para bajarlo, con pequeñas variaciones.
PPK la tiene más complicada porque tiene un electorado a conquistar muy variopinto. Tiene dos frentes que son Lima y el sur, con características diferentes. La polarización podría hacer que algunos voten por PPK, aunque lo veo complicado. Eso depende de que PPK haga gestos, aunque no sólo depende de él sino de otros agentes como Gregorio Santos, Verónika Mendoza o líderes locales. No todo está en las manos de PPK. (Nota: la entrevista se realizó antes de que Verónika Mendoza anunciara que votará por PPK)
La parte más complicada para él, hoy, son los votantes limeños que se han cansado de su falta de liderazgo, compromiso. A esa gente podría darle mensajes más enfáticos y con más firmeza en temas como la lucha contra la delincuencia. Tiene un equipo y podría sacar un par de ideas claras.
Por el lado de la corrupción, tiene los temas de Joaquín Ramírez o José Chlimper y puede bajar esos temas a la cotidianeidad. Hemos tenido a alcaldes con denuncias por corrupción como Luis Castañeda pero salió elegido con 50% en Lima. El mismo PPK dijo que la gente no entiende el concepto de ‘narcoestado’; si no lo entiende, tendrá que explicarlo de otra manera. En el caso de Alan García, los narcoindultos lo impactaron mucho porque el ama de casa sintió que el narcotraficante liberado estaba vinculado al paquetero de la esquina. En un país donde la política está absolutamente desgastada, uno se interesa por lo público en tanto te impacte en tu cotidianeidad. Si se hablan de asuntos lejanos, de las cúpulas, la gente puede decir “bueno, todos son corruptos”.
¿Cómo se entiende el bajo impacto de los casos de Joaquín Ramírez y José Chlimper en las encuestas?
¿Quiénes son los que menos vieron los debates? La gente del NSE D, E, en el sur y oriente, donde hay mayor cantidad de voto blanco, viciado o “no precisa”. ¿Quiénes se informaron menos del tema de Joaquín Ramírez? La misma gente. Esas personas que siguen menos o no siguen la política, en quienes los debates o las denuncias deberían impactar, son los que menos se informan de estas cosas. Y si llega la información es por el boca a boca, dos semanas después.
Según la encuesta, para la población Keiko Fujimori conoce más el Perú, tiene más ganas de ser presidente y es más querida. ¿Estos atributos son resultado de su campaña? ¿O se debe a las menores ganas percibidas en PPK?
Probablemente más peso tenga el hecho que el fujimorismo tiene una estrategia o narrativa definida. Keiko Fujimori ha ido cumpliendo eso de manera muy disciplinada. Ella y sus voceros han dicho mucho que conocen más el Perú, sus paradas en cada pueblo, todo comunica los mismos mensajes. Esas cosas han sido consistentes, así como los ataques a PPK.
Por otro lado, las debilidades de PPK terminan siendo subrayadas por las críticas de Keiko que no son respondidas. Hay más críticas hacia el fujimorismo en las redes sociales que desde el equipo de PPK.
Keiko Fujimori subió 10 puntos porcentuales en el atributo de confianza, según la última encuesta. ¿Qué razones hay detrás?
Es un tema de construcción. La confianza y la intención de voto tienen tendencias semejantes. Entre las razones está la persistencia en el estilo, las ganas, la convicción de ser firme para combatir los problemas en el Perú. Ahora tenemos un escenario más parecido al de 1995, donde la gente nos decía —salvando las distancias— que Javier Pérez de Cuéllar era una buena persona pero el Perú necesitaba a alguien con mano firme y más fuerza.
Para la población, ¿el discurso de Keiko Fujimori ha sido más importante que las denuncias en su contra?
Hace tiempo se pide mano dura, [la gente] está desesperada frente a la política, la corrupción, la injusticia, según lo que nos dicen en las encuestas. El 80% está a favor que se aplique mano dura para combatir la delincuencia. Muchos están a favor de que las Fuerzas Armadas intervengan. Ese clima dialoga bien con las propuestas de Keiko y ella está canalizando ese sentimiento ciudadano. No es Keiko Fujimori, es la ciudadanía que está en su discurso y se está enganchando.
¿La gente se deja llevar más por las propuestas emocionales?
Sí. En general, tomamos decisiones a partir de ideas fuerza que pueden tener poco o mucho sustento. No hablamos de fondos sino de formas. En política, alguien no ha entendido por ahí, si tienes contenido pero no lo dices de la forma adecuada, va mal. No por gusto se habla del estilo de hacer política populista. En cualquier país, en todos lados, es igual.
¿En una semana podrían suceder cosas que podrían cambiar la situación?
En las elecciones anteriores hubo temas como las esterilizaciones forzadas que le dieron en la yugular a Keiko Fujimori. [Ella] no pudo contestar –es importante tanto el ataque como el cómo uno responde– y ahí Ollanta Humala subió. Ollanta estaba asociado al concepto de mano dura. PPK no tiene esa imagen y tampoco ha querido transmitirla.
Sin embargo, hoy, no todo está en las manos de PPK. Su equipo de campaña tiene muchas dificultades en el manejo político. Para que haya un cambio impactante tendría que sacar una denuncia que Keiko no sepa responder bien y que tenga tanta fuerza que impacte en los medios masivos y en el boca a boca, para que se mueva por varios días.
Fuente: www.semanaeconomica.com

Con Vero no basta, PPK

Por Pedro Tenorio– Político.pe
Veo a varios amigos ppkausas muy contentos luego de que Verónika Mendoza llamara públicamente a votar en favor de Pedro Pablo Kuczynski para cerrarle así toda posibilidad de triunfo al fujimorismo. Creo que el apoyo de la ‘Vero’ es importante, qué duda cabe, sobre todo si apunta a persuadir a los electores del sur del país -principalmente andino- que hasta hoy se resisten o rechazan abiertamente toda posibilidad de votar por Kuczynski. Quizás ahí y entre jóvenes de zonas urbanas que vieron en ella un agente de cambio social pueda operar alguna mejora en las expectativas del candidato de Peruanos Por el Kambio.
Sin embargo, pienso que hay dos factores que limitan los alcances de este anuncio. Primero, que la adhesión de la excandidata del Frente Amplio llega tarde y que mucho más efectiva hubiera sido si esta se hacía público, cuando menos, una semana antes. Ello habría permitido una mejor difusión evitando la percepción de “última hora” o de “medida desesperada” que es como la presentan muy astutamente los voceros de Keiko Fujimori.
Y segundo y más importante: que a la luz de sondeos nacionales que hoy no podemos citar debido a la prohibición legal al respecto, el centro de la preocupación ciudadana, sobre todo en los segmentos económicos D y E (los más significativos electoralmente hablando), es el tema del combate a la delincuencia. Materia en la que PPK no se ha mostrado últimamente con la contundencia necesaria (¡y hasta tuvo más de una frase desafortunada al respecto en el último debate!).
Se trata de un asunto que aflige a millones de peruanos de todas las clases sociales y que ha resultado DECISIVO para buena parte del electorado —Keiko Fujimori lo entendió así desde el comienzo y por ello trazó una estrategia al respecto—, y en el que los ppkausas no han mostrando los reflejos necesarios para difundir una propuesta elocuente. Más aun en esta última etapa.
El apoyo de Mendoza puede ser importante, pero eso está por verse. Lo que sí creo es que, por sí solo, no basta para ganar.