Entrevista a Fernán Altuve
Por Diana Seminario Marón- Diario El Comercio
El abogado constitucionalista Fernán Altuve reflexiona sobre el proyecto de unión civil y se inclina por consensuar una norma en que se proteja el patrimonio de las parejas del mismo sexo o de todo aquel que –independientemente de su opción sexual– decida unirse a alguien.
En la encuesta de El Comercio, la gente se pronuncia por la unión civil: 33% a favor y 61% en contra. Y se muestran de acuerdo con que se otorgue a las parejas del mismo sexo derechos patrimoniales. ¿Cómo se entiende esta diferencia?
Porque son dos cosas diferentes. La mayoría de peruanos considera que debe mantenerse el régimen familiar como hasta ahora se ha mantenido, y otra cosa son los regímenes patrimoniales que pueden establecer dos personas, independientemente de su sexo. La gente está a favor de la libertad de un régimen patrimonial, pero considera que el régimen familiar se debe mantener de acuerdo al modelo que siempre se ha tenido como de derecho natural.
¿Es necesaria la ley de unión civil? O, como dicen algunos especialistas, ¿bastaría con modificar el Código Civil? Otros hablan de cambiar la Constitución.
Si solamente se trata del régimen patrimonial, se puede modificar el modelo de contrato del Código Civil con una ley. Si lo que se trata de hacer es modificar el orden familiar, tiene que haber una reforma constitucional.
¿Por qué tendría que modificarse el Código Civil si es solo régimen patrimonial?
Porque se crearía un nuevo contrato que permita que dos personas –independientemente de su sexo– puedan establecer compromisos que hoy día la ley solo considera para parejas casadas. Pero lo que se está haciendo es permitir que dos personas del mismo sexo puedan tener determinados acuerdos patrimoniales entre ellas.
¿Por qué habría de cambiar la Constitución?
Para permitir una unión civil en que hay personas que adquirirían derechos familiares. Porque la familia –en la forma como hoy la entendemos– está protegida en la Constitución, mientras que el régimen patrimonial puede ser variado con una ley o una modificación del Código Civil. Es la fijación de un contrato que permita que dos personas, independientemente de su sexo, acuerden cláusulas y libertad económica, e incluso la facultad de decidir sobre mi situación si estoy enfermo, si voy a tener beneficios sociales.
Quienes promueven la unión civil advierten que todas las personas somos iguales ante la ley y, por tanto, deben tener los mismos derechos. Carlos Bruce (autor del proyecto) sostiene que si los gays no tienen los mismos derechos, no deberían pagar impuestos. El motivo del proyecto es la igualdad.
Cuando las condiciones son iguales, corresponden los mismos derechos, eso nadie lo duda. El matrimonio está sustentado en dos finalidades: hacer vida en común y procrear una familia. Que por algún elemento tú no puedas llegar a esa finalidad no quiere decir que ese no sea el espíritu que oriente esa institución. Entonces, uno de los elementos constitutivos del matrimonio no se puede dar entre dos ciudadanos que no pueden tener la facultad procreativa. Si al matrimonio le atribuyes ciertas cosas y unos ciudadanos no la cumplen, entonces no estás ante el matrimonio. ¿Quiere decir que como todos somos iguales un varón va a tener derecho a prenatal y posnatal en las mismas condiciones que una mujer?
Hay leyes posnatales para hombres.
Sí, pero no son iguales. ¿Por qué los hombres no tienen derecho de lactancia si todos somos iguales? Porque el derecho natural así lo establece. Entonces, habrá una institución que sea lo más parecida (al matrimonio), pero que no es igual. Aquí el problema no está entre los que buscan igualdad y los que no la quieren. Aquí la diferencia se da entre quienes creen que igualdad es hacer tabla rasa de las diferencias, y los que creemos en la equidad, que significa que los casos diferentes deben encontrar las mayores similitudes, pero respetando aquellos puntos que son diferentes.
En el Congreso hay tres proyectos de ley. El de unión civil entre personas del mismo sexo de Carlos Bruce, la unión solidaria de Martha Chávez y la protección mutua de Julio Rosas. Estos últimos no se refieren únicamente a parejas del mismo sexo. ¿Podría darse un consenso con estos tres proyectos?
Podría haber una comisión que tome los tres proyectos y presente una fórmula que no sea discriminatoria a favor de un grupo, porque, al final, lo que uno de esos proyectos hace es crear un privilegio para determinada minoría, y eso no puede ser, porque se legisla en razón de las cosas y no de las personas o del tipo de personas que sea. Se puede encontrar una fórmula que adapte en el campo patrimonial lo mejor de cada uno.
Pero el proyecto Bruce se sustenta en que los gays son discriminados.
Todo ‘discriminado’ (así entre comillas) lo que siempre está buscando es una discriminación positiva, que en el fondo es un privilegio. Han creado –no digo en este caso–, pero buscan crear una situación de privilegio, y la llaman discriminación positiva, y eso es inaceptable. La igualdad es para todos, y si están luchando por abrir espacios, comiencen por abrir espacios a todas las personas que quieran –independientemente de cuál es su opción sexual– acceder a un patrimonio compartido.
Los promotores de la unión civil señalan que quienes se oponen son intolerantes y homofóbicos, y quienes rechazan el proyecto afirman que este socava a la familia. ¿Por qué esta polarización?
Aquí no hay polarización. La polarización se da cuando hay dos polos, y aquí no hay dos polos. Aquí hay una minoría que quiere acceder a un estatus de discriminación positiva o privilegio, en contra de la visión que tiene la sociedad peruana mayoritariamente sobre qué cosa es la familia. Entonces, la mayoría de los peruanos no quiere imponer un régimen patrimonial a una minoría, que se siente afectada patrimonialmente; pero una minoría, quiere imponer a una mayoría una visión de la familia en la cual esa familia no cree. Estamos ante una situación donde no hay una presión o una intolerancia, sino una voluntad de dictadura minoritaria, y eso no puede pasar. Las minorías deben ser respetadas, pero no pueden imponerse.
Es fuerte hablar de la dictadura minoritaria.
Quieren imponer una situación que la gran mayoría de peruanos no quiere aceptar en el plano de familia.
¿Es válido un referéndum?
Absolutamente. Porque lo que se discute es si se va a respetar un régimen patrimonial o no. Hay que distinguir bien de qué estamos hablando en la unión civil, pues dicen que es solo para temas patrimoniales, pero también para un nuevo sistema de familia. ¿O es familia o es patrimonio? No son las dos cosas.
El Ministerio de Justicia se ha pronunciado a favor del proyecto Bruce; también lo ha hecho la Defensoría del Pueblo.
Son opiniones administrativas, que las tienen hoy día porque el gobierno tiene esa posición, y que tal vez otro gobierno no la tendría.
En la encuesta publicada ayer se pregunta si se está a favor o en contra de la unión civil, y luego por el patrimonio y otros derechos. Al final, se vuelve a preguntar por la unión civil y se reitera el rechazo.
La gente no es tonta, y quiere la familia como la tiene, como el orden y el derecho natural han establecido. No quieren una nueva fórmula matrimonial, pero respetan a una minoría que se ha ganado ese respeto y reconocen que sus alegatos en el orden patrimonial son válidos. ¿Dónde está la intolerancia? Intolerancia sería decir no quiero que tengas un régimen patrimonial y no quiero nada. La gente entiende entre lo que es legítimo en una minoría y lo que considera que es una imposición.
Los promotores del proyecto han especificado que es una unión civil no matrimonial. Sus detractores dicen que es lo más parecido a un matrimonio civil.
Es un matrimonio encubierto y hay que decirlo con toda claridad: está introduciéndose en el libro de familia del Código Civil, y esto es en lo que la mayoría de personas no está de acuerdo. Decirle intolerante o calificar a la gente que tiene la capacidad de distinguir una forma de respeto y una forma de pedir el respeto de lo que cree su convicción, independientemente de por qué la tiene, me parece que plantea un frente de inconsciencia. Deben estar satisfechos de que los peruanos saben reconocer las cosas.
El proyecto Bruce cambia el estado civil a compañero civil y la unión se hace en los registros civiles. En los otros, el trámite es en Registros Públicos y no cambia el estado civil. ¿Qué significa esto jurídicamente?
El registro civil establece relaciones para el derecho de la familia, mientras que el registro público establece las relaciones de carácter público-patrimonial. Si estamos ante el registro civil, estamos ante una familia o una familia encubierta, y si estamos ante el registro público, es un régimen patrimonial, que puede ser fácilmente aceptado por la mayoría. La sociedad de gananciales de un matrimonio va al registro público y el matrimonio al registro civil.
¿La unión civil se celebraría ante el registro civil?
Sí, como el matrimonio. En los otros proyectos, se haría un tipo de ceremonia por la firma del patrimonio compartido, o acuerdo solidario, en una notaría.
Es un matrimonio encubierto
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