Los obispos siro-ortodoxo Gregorios Yohanna Ibrahim y greco-ortodoxo Boutros Yazigi viajaban hacia Aleppo cuando su coche fue interceptado por hombres armados que han asesinado al conductor. Los obispos sirios fueron secuestrados en cuando iban de camino a Aleppo, procedentes de la frontera con Turquía. El obispo Yohanna Ibrahim de la Archidiócesis de Aleppo de la Iglesia Ortodoxa Siria se había desplazado a la frontera para acompañar de vuelta al obispo greco-ortodoxo Boulos Yazasij, de la misma ciudad. Ambos viajaban en un coche que fue interceptado por un grupo de hombres armados, que han asesinado al conductor del vehículo.
Así ha informado la Archidiócesis de Aleppo, a través de un comunicado oficial, a la fundación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada. Añadiendo que están haciendo todo lo posible por liberar a los obispos, pero hasta ahora “ha sido imposible contactar con ellos o con los secuestradores”.
En el comunicado se hace un llamamiento a las iglesias de cualquier confesión y a los gobiernos de todo el mundo para que ejerzan presión y pidan la puesta en libertad de los secuestrados. Ambos prelados estaban llevando a cabo labores humanitarias con el fin de poder liberar a otros dos sacerdotes que se encuentran desaparecidos desde hace meses. También se piden oraciones por la pronta liberación de los obispos.
“L’Oeuvre d’Orient” condena el asesinato del chofer del obispo siro-ortodoxo y llama a que las autoridades internacionales trabajen para que sean liberados los dos sacerdotes secuestrados que se encuentran como rehenes desde casi tres meses».
Fuente: Ayuda a la Iglesia Necesitada y Vatican Insider.
El Padre Tocino
El 17 de enero de 1913 comenzó en Holanda la historia de una vida llena de pasión, generosidad y amor. Ese día nació el padre Werenfried van Straaten, que ha dejado una impronta de entrega a los demás a través de una institución, Ayuda a la Iglesia Necesitada, fundada en 1947, cuyo primer y principal objetivo es estar Donde Dios llora.
El Padre Werenfried consiguió que quienes habían sido enemigos durante la II Guerra Mundial se ayudaran y rezaran los unos por los otros. Fue un profeta que supo leer los signos de su tiempo. A través de sus predicaciones, consiguió que innumerables personas de todo el mundo se reconciliaran, “perdieran la cabeza por Amor”.
Frente a los retos encontró soluciones, y así, por ejemplo, puso en marcha capillas sobre ruedas o encima de los barcos para acercar a Jesucristo a los alejados. Nunca actuó conforme a la lógica empresarial, económica o bursátil. Los logros obtenidos estribaron únicamente de su infinita confianza en Dios. Las necesidades siempre tenían un rostro y un nombre.
La vida del Padre Werenfried se agotó el 31 de enero de 2003. Sin embargo, Ayuda a la Iglesia Necesitada, la escuela del amor (como a él le gustaba llamar a la institución), continúa sembrando la reconciliación y la paz por todo el mundo, y llevando a las gentes el mejor regalo que se puede ofrecer: Jesucristo.