Benedicto XVI

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Cardenal Peter Erdo

Canonización de los mártires de Otranto
El Papa Ratzinger canonizó a 800 mártires italianos asesinados por mano islámica el 13 de agosto de 1480 en Otranto porque rechazaron convertirse y renegar de Cristo. “Los beatos mártires de Otranto, Antonio Primaldo y compañeros, murieron por su fidelidad a Cristo”. La Congregación para las Causas de los Santos, autorizó la promulgación del decreto concerniente a un milagro atribuido a la intercesión de los mártires.
En el siglo XVI Otranto fue asediada por los turcos y, después de una larga batalla, cayó bajo el dominio otomano. El comandante de los turcos, Gedik Achmed Pascia, ordenó que todos los hombres sobrevivientes, cerca de 800, desde los 15 años para arriba, fuesen obligados a renegar de la fe cristiana. Antonio Primaldo en nombre de todos los cristianos prisioneros declaró que ninguno de ellos se convertiría. “Ellos consideraban a Jesucristo como Hijo de Dios y querían mil veces morir antes que renegar de Él y hacerse musulmanes”, cuentan las crónicas llegadas hasta nosotros. Frente a esta respuesta, Achmed Pasciá condenó a muerte a los 800 prisioneros.
Antonio Primaldo y sus compañeros fueron de inmediato reconocidos mártires por la población y cada año la Iglesia local, el 14 de agosto, celebra devotamente su memoria. El 14 de diciembre de 1771 fue emanado el decreto de confirmación del culto “ab immemorabili” tributado a los mártires. Luego cayó el silencio. Sólo en 1988 fue nombrada por el entonces arzobispo de Otranto la comisión histórica para investigar sobre el acontecimiento y en los años 1991-1993 se realizó la investigación diocesana, reconocida válida por la Congregación para las Causas de los Santos con decreto del 27 de mayo de 1994. El 6 de julio de 2007 Benedicto XVI ha aprobado el decreto con el que se reconocía que los Beatos Antonio Primaldo y compañeros habían sido asesinados por su fidelidad a Cristo.
Nuestra diócesis esperaba este momento desde hace tiempo – escribe monseñor Negro-. En una época de crisis profunda, la inminente canonización de nuestros mártires es una fuerte invitación a vivir hasta el fondo el martirio cotidiano, hecho de fidelidad a Cristo y a su Iglesia”. El milagro reconocido (necesario para el decreto) se refiere a la curación de un cáncer de Sor Francesca Levote, monja profesa de las Hermanas Pobres de Santa Clara.
A pesar de la organización de un ejército aragonés para la reconquista de la ciudad, con el apoyo del papa Sixto IV, Otranto siguió en manos turcas, fecha en que Ahmed Pachá aceptó pactar con el duque Alfonso de Calabria una rendición que le permitía regresar a Albania. Tras el abandono de la ciudad por los turcos, la antaño floreciente Otranto había quedado reducida a un montón de ruinas y tan sólo sobrevivían 300 de sus habitantes.
Por otra parte, durante sus correrías por la región los turcos destruyeron también diversos otros lugares próximos a la ciudad, como el cercano monasterio de San Nicola di Casole, que reunía una de las más extensas bibliotecas de la Cristiandad occidental, así como un taller para la copia de manuscritos.
En 1484 la ciudad volvió a ser ocupada, en esta ocasión por la República de Venecia, deseosa de controlar completamente uno de los puertos de acceso al mar Adriático, mar cuyo dominio era esencial para su propia seguridad.
Todavía volvió Otranto a ser ocupada nuevamente por un invasor, esta vez procedente de Francia, para posteriormente quedar incorporada a los dominios españoles de Nápoles, como consecuencia de la victoria de la Liga de Cambrai sobre la república de Venecia.

Celestino VPapa Benedicto XVI renuncia
El Papa Benedicto XVI deja el Pontificado el 28 de febrero. Lo ha anunciado personalmente en latín durante la canonización de lo mártires de Otranto. La noticia, que ha sido confirmada por el Vaticano «ha sido como un rayo caído del cielo», señala el cardenal Angelo Sodano.
Benedicto XVI ha explicado que la decisión ha sido muy meditada y que la ha tomado por el bien de la Iglesia y debido a su «edad avanzada».
Estas han sido las palabras del Papa sobre su renuncia:
«Queridísimos hermanos. Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria. Vaticano, 10 de febrero 2013».
Benedicto XVI se trasladará a la residencia de Castel Gandolfo cuando comience la Sede Vacante y una vez que haya nuevo Papa se retirará a un monasterio de clausura dentro del Vaticano, anunció el portavoz Federico Lombardi.
La Sede Vacante, es decir el tiempo que transcurre desde que un papa fallece, o renuncia, como ha anunciado Benedicto XVI, hasta que se elige al sucesor, comenzará el 28 de febrero de 2013 a las ocho de la tarde de Roma (19.00 GMT), según anunció el propio pontífice en su carta de renuncia.
En ese momento, Benedicto XVI se trasladará a la residencia de los papas de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma.
Durante el tiempo de Sede Vacante se realizará obras de acondicionamiento del apartamento papal.
Una vez que el cónclave que habrá que convocar haya elegido nuevo Pontífice, Benedicto XVI tiene previsto pasar el resto de sus días en un monasterio de monjas de clausura dentro del Vaticano.
El Papa, de 85 años, lleva instalado un marcapasos desde hace tiempo, pero ha estado lúcido y sereno en la decisión de renunciar.
El padre Lombardi detalló que las baterías del marcapasos fueron cambiadas hace tres meses en una operación rutinaria y menor. El portavoz descartó que esta circunstancia tuviera ninguna influencia en la trascendental decisión del Papa, el primero en renunciar desde hace seis siglos.
Fuente: Diario ABC.
Thadeus Nguyen Van LyCandidato a Premio Nobel de la Paz
Thadeus Nguyễn Văn Lý, de 66 años, fue propuesto por los miembros del Congreso de los Estados Unidos como candidato, al lado del venerable Thich Quang Do, patriarca de la Unified Buddhist Church of Vietnam.
Por Maria Teresa Pontara Pederiva
Lý ha sido un incansable defensor de los derechos humanos desde 1970, fue uno de los mayores exponentes del movimiento democrático vietnamita (Bloc 8406), por lo que fue encerrado más de 15 años en la cárcel. En 1983 Amnistía Internacional lo incluyó en su lista de prisioneros del régimen. En el año 2000 se hizo todavía más famoso porque el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, quiso un encuentro con él cuando visitó Vietnam.
En marzo de 20007, después de una redada de la policía local en los edificios de la arquidiócesis de Hue, en la que trabajaba, Lý fue arrestado nuevamente y condenado por «difusión de informaciones calumniosas, difamatorias y dañinas para las autoridades estatales», porque había osado «oponerse a la revolución, atentando en contra de la unidad del pueblo vietnamita».
En julio de 2011 fue arrestado otra vez por las autoridades nacionales y condenado a 1 año y cuatro meses de libertad vigilada (debido a sus precarias condiciones de salud). En septiembre de 2010, el Grupo de trabajo de las Naciones Unidas sobre el arresto arbitrario por motivos políticos había pedido su libertad inmediata e incondicionada (tal y como había solicitado algunos años antes la entonces secretaria de estado estadounidense Condoleeza Rice), pues se podía demostrar que su arresto había sido ilegal y que se le había negado la asistencia sanitaria que necesitaba.
El venerable Thich Quang Do, en cambio, es un monje budista también comprometido con la defensa de los derechos humanos, además de ser el director de la UBCV, que hace algún tiempo era la mayor organización budista del sur de Vietnam. La UBCV y sus dirigentes también se conviertieron en uno de los blancos del gobierno a partir de 1975. El resultado de su valentía: 10 años de arresto domiciliario. A pesar de todo, Thich Quang Do siempre ha declarado que está seguro de que el seguirá con sus acciones humanitarias para defender los derechos de todas las personas.
Andrew Johnston, director de la organización Christian Solidarity Worldwide (CSW), según la agencia Independent Catholic News, comentó su nombramiento como candidato al Nobel de la Paz: «Recibimos favorablemente el nombramiento del padre Ly Tadeus Nguyen Van y del venerable Thich Quang Do para el Nobel de la Pace de 2013. Debido a su decidida acción de lucha por la libertad y por los derechos humanos, ellos han debido soportar la reducción de la propia libertad, pero han perseverado con valentía en su camino. Esperamos que su nombramiento contribuya a llamar la atención internacional sobre la forma en la que los gobiernos tratan a los disidentes políticos y religiosos. El CSW apoya a Ly y a Thich Quang Do, y también invita al gobierno de Vietnam a proteger y promover los derechos humanos y la libertad religiosa en el país».
Pío XIILos dólares de Pío XII contra Hitler
L’Osservatore Romano” retoma una investigación que revela el combate del Papa Pacelli contra el nazismo a través de algunas inversiones en los Estados Unidos.
Por Andrea Tornielli
El Vaticano, durante los años de la Segunda Guerra Mundial, invirtió millones de dólares en los principales bancos de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña para ayudar a las Iglesias y a la población. Lo reconstruyó Patricia M. McGoldrick, de la Middlesex University de Londres, en el artículo “New Perspectives on Pius XII and Vatican Financial Transactions during the Second World War”, publicado en el último número de la revista trimestral “The Historical Journal” que edita la Universidad de Cambridge. “L’Osservatore Romano” retoma la investigación esta tarde en un artículo de Luca Possati.
Una de las figuras principales de esta historia es la de Bernardino Nogara, miembro de la dirección del Banco comercial italiano, que en 1929 fue llamado por el Papa Ratti (de quien era amigo de familia) para que dirigiera las finanzas de la Santa Sede. Habría sido suya la estrategia financiera vaticana que, bajo la dirección de la cúpula de la curia, contribuiría a la victoria de los aliados en contra del enemigo común.
Nuevos documentos del servicio secreto británico (de 1941 a 1943 y que se conservan en los National Archives británicos) describen las actividades de las principales instituciones financieras vaticanas: la Sección extraordinaria de la Administración de los Bienes de la Santa Sede (ASSS) y el Instituto para las Obras de Religión (el IOR). «Los documentos también revelan –escribe “L’Osservatore Romano”–, además de las regulares comunicaciones con las diócesis, las nunciaturas y los institutos católicos esparcidos en todo el mundo, enormes movimientos de dinero hacia los grandes bancos estadounidenses».
Así, surge la documentación de que al comienzo de la Segunda Guerra Mundial el Vaticano transfirió con muchísima velocidad sus títulos y sus reservas áureas de las zonas amenazadas por la ocupación nazi hacia los Estados Unidos, haciendo de este país su centro financiero desde el que apoyar y administrar a la Iglesia universal mediante inversiones por 10 millones de dólares en la economía estadounidense.
Desde su llegada a la finanza vaticana, Nogara fue capaz de tejer una red de relaciones y contactos, abriendo cuentas en JP Morgan & Co., mientras el IOR usaba los servicios de la National City Bank of New York. En Gran Bretaña, el ASSS tenía una cuenta en Morgan Grenfell, el hermano de JP Morgan, mientras que el IOR tenía relaciones con Barclays. Estas actividades, escribió McGoldrick, «ofrecen claramente la prueba de que el Vaticano enviaba sistemáticamente sus títulos vía Lisboa, incluso los que estaban registrados en países sometidos al bloqueo, para ponerlos al seguro en la especial tutela de las cuentas estadounidenses, y, una vez obtenida la autorización del departamento del Tesoro, podía libremente colocarlos en los mercados estadounidenses».
Cuando comenzó al Segunda Guerra Mundial, la Santa Sede decidió transferir una enorme cantidad de dinero (títulos, reservas áureas, rédito de las diócesis, donaciones, etc.) de los territorios controlados por los nazis hacia los Estados Unidos. Y esto sucedió con el visto bueno de Washington.
¿Qué fue lo que desencadenó estas transferencias de dinero? Los documentos británicos, indica “L’Osservatore Romano” «informan sobre dos aspectos fundamentales. El primero es que en las cuentas estadounidenses del Vaticano se recogían especialmente los financiamientos de las diócesis, las contribuciones de los fieles y de las instituciones religiosas de todo el mundo, además de, aunque en menor medida (alrededor del 20 %), las ganacias de los títulos y de las inversiones. Gran parte de este dinero tenía la finalidad de apoyar a las Iglesias en dificultad, a las misiones, a las nunciaturas, a los seminarios y a las diócesis en todos los continentes».
Había un canal privilegiado para Europa, según lo que indicó la investigadora: «Para ofrecer un poco de alivio a las Iglesias perseguidas durante la ocupación nazi, en la que las escuelas católicas, los monasterios y las iglesias eran confiscados o clausurados, las organizaciones juveniles y las publicaciones católicas suprimidas, y muchos sacerdotes y religiosos arrestados o internados en los campos de concentración, el IOR mantenía una cuenta aparte en la Chase National Bank de Nueva York».
Cuando el gobierno británico trató de congelar una de las cuentas, «el Vaticano pidió ayuda directamente al gobierno estadounidense y lo hizo con éxito». Los documentos de los National Archives revelan que también hubo financiamiento para actividades humanitarias a favor de las tropas aliadas y de las poblaciones afectadas por la guerra. Como cuando, en abril de 1944, Pío XII organizó cargamentos de harina para la ciudad de Roma, a la que había ya ofrecido más de cien mil comidas calientes cada día. El Vaticano también trató de importar comida de Argentina y de España hacia Italia y Grecia.
Pero hay más. A partir de 1939, como indican las gestiones de Nogara con Washington, el Vaticano invirtió enormes sumas en US Treasury Bills, en las grandes empresas tecnológicas como la Rolls Royce, la Unites Steel Corporation, Dow Chemical, Westinghouse Electric, Union Carbide y General Electric. Patricia McGoldrick indica que hubo incluso «un río de dinero del Vaticano» que se usó en la industria bélica que contribuyó a derrotar a los nazis.
PUCPMüller interviene en conflicto por la PUCP
Por Andrés Beltramo Álvarez
Gerhard Ludwig Müller es doctor “honoris causa” por la ex Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe se había mantenido al margen del conflicto abierto entre las autoridades de esa institución, el arzobispo de Lima y la Santa Sede. Pero una carta suya, escrita al cardenal Juan Luis Cipriani, ha sido tomada como un apoyo a la abierta rebeldía de esa casa de estudios contra el Papa.
En la misiva, Müller solicitó a su par limeño explicaciones sobre su decisión de no renovar el permiso eclesiástico para dictar clases a todos los profesores del Departamento de Teología de la universidad. Una determinación comunicada por el arzobispado en diciembre y producto del decreto emitido por El Vaticano en junio de 2012 que prohibió al claustro ostentar sus títulos de Pontificia y Católica.
Aunque el contenido no es público, la revista “Caretas” reveló que en la carta el prefecto habría indicado que la universidad podrá seguir dictando sus cursos de teología en tanto la Santa Sede no resuelva el conflicto de fondo. De confirmarse este punto, significaría un duro revés para el arzobispo de Lima, empeñado en una batalla jurídica y eclesiástica por recuperar para la Iglesia la propiedad de la institución.
La existencia misma de ese texto fe leída en Perú como un espaldarazo al rector Marcial Rubio y sus colaboradores, quienes se han negado en diversas ocasiones a reformar el estatuto del claustro para adherir a la normatividad vaticana sobre las universidades católicas, la Constitución Apostólica “Ex Corde Ecclesiae”.
Por ejemplo para el asesor del vicerrectorado de la ex PUCP, Marco Sifuentes, la carta “cuadró” (puso en su lugar) a Cipriani. Así lo sostuvo en la red social Twitter, donde otros usuarios destacaron como Müller “corrigió la plana” al cardenal.
La intervención del prefecto para la Doctrina de la Fe surgió de una queja enviada a Roma por aquellos profesores a quienes se les revocó el mandato canónico para dictar clases. Ellos afirmaron que la revocatoria fue aplicada por “motivos doctrinales”.
Una idea muy difundida en el ambiente de la ex PUCP, como lo confirma un artículo publicado por el ex rector Salomón Lerner Febres el 13 de enero en el diario “La República”. Él calificó a la revocatoria de los permisos a los profesores como una “decisión no coherente con el espíritu evangélico” y “un intento por frenar a la Teología de la Liberación desarrollada en esos claustros por Gustavo Gutiérrez”.
Y para sostener su tesis Lerner usó unas palabras pronunciadas por Müller en noviembre de 2008, durante una conferencia en Lima y en la cual defendió como ortodoxa a la teología de Gutiérrez.
Sólo que Cipriani basó su decisión de quitar el mandato canónico a los catedráticos, al menos formalmente, en un hecho objetivo: una sanción de la Santa Sede contra la universidad, aplicada gracias a un decreto firmado bajo mandato pontificio. Una acción que no requiere ser justificada con otros motivos y que se encuentra amparada en las facultades del arzobispo de la capital peruana.
Existe un lazo entre el neo prefecto y la ex PUCP. En Roma recuerdan bien sus viajes anuales de estudio a Lima cuando todavía era arzobispo de Ratisbona, realizados por más de 18 años sin siquiera avisar al obispo local. Y su doctorado “honoris causa”, aceptado sin importar las vivas recomendaciones de Cipriani y otras personalidades.
Con esos antecedentes resulta fundada la sospecha que la intervención de Müller en el caso de la universidad “rebelde” pueda ser instrumentalizada. Temor reforzado por la conferencia que prevé dictar el prefecto dentro de unos días en la Notre Dame University, la institución que desató una encendida polémica en 2009 al otorgarle el doctorado “honoris causa” el presidente Barack Obama, y que ha sido acusada de liderar al “progresismo” católico en los Estados Unidos.
Teología
En la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) se comenta la existencia de una carta enviada por el poderoso arzobispo Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe –la ex Inquisición– al cardenal Juan Luis Cipriani.
En la misiva solicita que se le envíen los expedientes de las causas por las cuales Cipriani no renovó el permiso de enseñanza a los sacerdotes que imparten cursos en el departamento de teología de la PUCP (CARETAS 2264) y que, mientras se resuelve el asunto, se les permita seguir enseñando en esa casa de estudios.
El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, Gerhard Müller, pidió a través de una carta al cardenal Juan Luis Cipriani mantener en la PUCP la autorización para enseñanza de la teología.
Esto a raíz de una queja que el rector de esa casa de estudios, Marcial Rubio Correa, hizo ante Roma por la decisión del cardenal de no renovar el mandato para que los profesores de la PUCP dicten el citado curso.
En la primera línea de la misiva, Müller afirma que fue el rector de la “antes llamada Pontificia Universidad Católica del Perú”, quien informó a Roma de la decisión del cardenal Cipriani.
Müller pide a Cipriani que tenga a bien enviarle “la documentación sobre los diferentes profesores que ha justificado tan grave medida para que esta congregación pueda, con pleno conocimiento de causa, adoptar las decisiones en materia doctrinal que son de su exclusiva competencia”. Asimismo, Müller señala a Cipriani que “esta congregación desea que mientras no adopte estas eventuales medidas, los profesores sean mantenidos en el cargo que han tenido hasta este momento”.
El departamento de comunicaciones de la PUCP ha señalado que hasta ayer no tenían ningún documento oficial en el que se les informe de la revocación de la decisión de Cipriani.
SIN VALOR OFICIAL
En el Arzobispado de Lima consideran que la carta no ha sido recibida oficialmente.
Trascendió que esta postura obedecería a un pedido del secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, pues, según fuentes eclesiásticas, la carta en cuestión carecería de validez por dos razones: 1) no fue enviada por la Nunciatura Apostólica, que es el canal oficial, ya que la misiva llegó vía fax, obviando los cauces oficiales; y 2) el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, no podría intervenir en la decisión del cardenal Cipriani, porque según el Derecho Canónico los obispos tienen autonomía en su jurisdicción.
Fuente: Vatican Insider Diario La Stampa de Milán, Revista CARETAS y Diario El Comercio.

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