Religiosidad, ritualidad y mitología

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Puno

El simposio sobre religiosidad, ritualidad y mitología es un espacio donde se abordarán temas relacionados a la policromía de conductas y expresiones religiosas en el Perú. Antropológicamente la religiosidad es un elemento cultural que está presente, de manera transversal, en diferentes esferas y dimensiones sociales, económicas, políticas y culturales, cuyos actores interactúan en torno a concepciones y prácticas religiosas que obedecen a diversos contextos, condiciones y situaciones sociales y étnicas, cada una de ellas con sus propias tradiciones culturales y perspectivas religiosas, expresando, además, formas peculiares en cuanto a sus antecedentes, trayectorias, sucesos y procesos, tanto lineales como cíclicos. Como la religiosidad en el Perú tiene muchos matices culturales, este simposio procura que las ponencias se refieran a la diversidad cultural de prácticas religiosas en ámbitos sociales y étnicos diversos.
Ponencias
1. Manuel Marzal SJ. Trayectoria, aportes y actualidad en la antropología de la religión en el Perú
Dr.(c) José Sánchez Paredes
Pontificia Universidad Católica del Perú
En el anterior Congreso Nacional de Investigaciones en Antropología (Lima 2005), se rindió homenaje póstumo a Manuel Marzal SJ. Por sus innumerables aportes al desarrollo de la Antropología de la Religión en el Perú. Dichos aportes no se han limitado únicamente al estudio de las religiones y culturas tradicionales peruanas, su pasado histórico o su papel en la construcción de nuestra sociedad y cultura. Dejó planteadas una serie de reflexiones, temas y cuestiones acerca de la religión en el mundo moderno, en una perspectiva que sigue siendo importante para comprender la religión en el Perú de hoy. La ponencia tiene la finalidad de mostrar la trayectoria, portes y legado de Manuel Marzal SJ a la Antropología de la Religión en el Perú.
2. Un “ritual” postindigena. La construcción de un “ritual” sur andino en el contexto global
Lic. Vicente Torres Lezama
Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco
Este ensayo es un avance de la práctica “ritual” colectiva de inicio de año agrícola andino. El “ritual” que se elabora el 31 de julio por la noche y se concluye a las 00:00 horas del día 1 de agosto. Acto que se realiza anualmente desde 1996. Su elaboración comprende diversos productos, comienza con el k´intu de hojas de coca y finaliza también con el k´intu. Para esta ocasión presento la “construcción del ritual” a la “Santa Tierra” elaborado por don Jorge, desde el inicio hasta el final. No abordaré el otro “ritual” que se realiza paralelamente a este. Además, me enfoco en el procedimiento del ritual y dejo para otro momento los diversos sucesos que se producen antes y después de la construcción del “ritual”. Así como la complementariedad de los dos “rituales” y la relación “de persona a persona” entre el oficiante, los apus y la pachamama. De este modo, mi interés va por conocer cómo estos “rituales” prehispánicos se reinventan y re-significan en el contexto global. Sin ánimos de pretender abarcar la totalidad del “ritual” presento un avance.
3. De marginados y nuevos creyentes: sobre la devoción a la Virgen de la Puerta por la comunidad travesti del Cerro El Pino–La Victoria
Lic. Walther Maradiegue Montaño
En el presente trabajo presentaré las conclusiones, debates y análisis resultados del trabajo de campo realizado con la comunidad travesti del Cerro El Pino–La Victoria–Lima, y la investigación histórica sobre los años en que esta devoción tomó atención de los medios de comunicación e investigadores sociales. Esta doble perspectiva me permitirá exponer la hipótesis manejada sobre la importancia que los nuevos movimientos ciudadanos que surgen en las grandes urbes, asignan a la autorepresentación y la asunción de su poder performativo, para lograr un posicionamiento en el orden social que permanentemente les es no-reconocido, y una legitimización que se basa en un continuo “mostrarse”. La agenda de estos nuevos grupos ciudadanos es constantemente adaptada y reconstruida, hecho que es causado precisamente por el contraste frente a urbanidades con ordenamientos sociales y políticos que aún no consideran a estos nuevos grupos, sino que, por el contrario, busca conservar su inercia de reposo frente a fuerzas también sociales y políticas que promueven cambios que ya están sucediendo. Otros elementos que también participan en este tema –como minorías sexuales, religiosidad, poblaciones urbano-marginales-, serán abordados también dentro de una visión global que permita asimismo reforzar la hipótesis planteada.
4. Análisis del ritual mortuorio en una comunidad quechua contemporánea
Elizabeth Lope Chuctaya
Universidad Nacional del Altiplano (Puno)
En el mundo andino actual, el hecho de la muerte están cargados de rituales basados en los mitos y tradiciones locales que aún permanecen, y costumbres adoptados de las ciudades; esto como resultado del proceso de la dinámica cultural y que influye en la convivencia en la comunidad o ayllu, y entender la religiosidad andina como una asimilación de la religión católica y ahora entendida como expresión general, y el ritual de la muerte, como manifestación particular de interpretacion, constituye sin duda alguna, un medio eficaz para alcanzar la interpretación de la convivencia en comunidad. De allí que los ritos son tan importantes para el mundo andino, puesto que a través del rito se perpetúa, resguarda y muestra su propia realidad cultural, a pesar de influencia de otras culturas.
Desde un análisis de la información recogida por los cronistas durante la evangelización, se puede desprender que, existe un patrón funerario andino preincaica. Y están basados en: los bioindicadores o señas de la muerte, rituales mortuorios, desde el momento de la agonía hasta los ocho días después del día del entierro y la celebración de todos, los santos los dos primeros días del mes de noviembre. En todo este proceso se observar símbolos rituales que podemos encontrar en los relatos consignados como masticar o “pikchar” las hojas coca, encender las velas, el hecho de sepultar, comer carne, salpicar con la sangre, besar las ofrendas, ofrecer las hojas de coca mutuamente; también mediante los mitos se regula el comportamiento individual y colectivo de la comunidad. En los ritos se pide misericordia protección de los Dioses y a la Madre tierra, bendición y protección para el ayllu y buena travesía para la persona que falleció.
5. El lenguaje simbólico andino en el Arte
Lic. Oscar Wilfredo Bueno Ramírez
Universidad Nacional del Altiplano (Puno)
Al hacer un estudio de la estética andina, se tropieza con la dificultad de que la metodología que comúnmente se emplea es insuficiente, porque los cánones que controlan la forma, el color, la figura, el sonido y los movimientos obedecen a otros principios; entonces la remisión a sus inicios determina que la cultura andina desde el Formativo, le dio significado a estos componentes constituyendo un lenguaje que fue evolucionando en cada estadio y transmitido hasta nuestros días.
Los símbolos formales aparecen tempranamente en las pinturas rupestres, posteriormente el cromatismo va intensificándose y creando ideas más complejas, en mantos y recamados, hasta que en el horizonte tardío se expresa de tres maneras en el qero, convirtiéndose en lenguaje figurativo, floral y en tokapus; en la música se expresa como melodías masculinas y femeninas y los principios melódicos determinan hacia quiénes está dirigido; el zapateo nos dice de su función ritual y la kinética expresa el carácter de la danza. En la actualidad se expresa en diferentes ritos con lo cual se demuestra su vigencia; la incomprensión de este código, determina el abismo que separa a la sociedad citadina de la rural y por consiguiente a nuestra cultura tradicional de la moderna.
6. Los evangélicos y la muerte. Tiempo, memoria y política
Mgs. Aleixandre Duche
Universidad Nacional de San Agustín
En el Perú de hoy, los nuevos movimientos religiosos (NMRs) se han desplazado a lo largo del territorio nacional cambiando el rostro de la religiosidad de nuestro país. Estas nuevas formas de ver y entender el mundo se han caracterizado por un pensamiento simbólico en el cual convergen tanto cuerpo como espíritu. Denominadas también religiones institucionalizadas, los NMRs priorizan la acción del hombre en un sistema de normas y comportamientos basados en aprender a vivir y morir. En esta dicotomía, se apunta a una compleja política del cuerpo, que mediante rituales y discursos recrean y reordenan el mundo que -según ellos- les pertenece.
Partiendo de cómo se construye el tiempo histórico, los evangélicos han elaborado un sistema dual que inscribe a la vida y la muerte en un concepto compartido. En este punto crucial es donde el sistema de creencias y rituales comunales se conectan para dar paso a la construcción de la memoria. Sin embargo, el construir memoria implica también reconocer el destino del alma y la inmortalidad. Los evangélicos manifiestan que si bien todos hemos de morir físicamente, esto no implica una desaparición, sino, la continuidad de la vida terrenal. Los evangélicos gozarán del reino de los cielos con los suyos, se convertirán en hermanos(as) ancestros y asegurarán su inmortalidad simbólica; mientras que el otro no evangélico también vivirá eternamente, pero su destino es el sufrimiento y el anonimato de sus identidades.
El presente trabajo surge de la importancia de comprender cómo estos nuevos grupos religiosos evangélicos, a través de sus experiencias cercanas en torno a la muerte de seres queridos, establecen a partir de este hecho, una nueva comprensión del mundo social y religioso al cual se enfrentan diariamente. Se explora no solo cómo funcionan este tipo de comunidades religiosas, y de cómo se organizan y estructuran, sino también de cómo reelaboran prácticas funerarias que les permitan alejarse del catolicismo, construir una identidad colectiva en función de los vivos y los muertos y entender, finalmente, cómo la muerte es vista como una práctica política, ritual y performativa al mismo tiempo.
7. El imaginario de la muerte en el Perú antiguo: de la transición autónoma a la tradición colonia
Lic. Martín Motta García
Universidad de San Martín de Porres
Una de las formas de expresión cultural (oral–cerámica–pictórica–textil) en el Perú Antiguo ha sido la imagen de la muerte. Esto puede estar asociado a dos razones que responden a: ritualidad y sentido de pertenencia, pues consideraron que el fenómeno de la muerte es tan importante como el de la propia vida con el nacimiento. Al referir a la ritualidad, las crónicas recogen las formas más comunes mediante cánticos, asociación de cerámica, camélidos, entre otros artículos que pueden ser útiles también en esa otra dimensión. No obstante, la pertenencia, está orientada al reconocimiento como parte inexpugnable de esta estructura y matriz cultural del imaginario colectivo. Desde la perspectiva de la historia oral, los cánticos trágicos que acompañan a la muerte hasta la representación cerámica de la misma, desde la perspectiva arqueológica, podemos comprender la importancia que tuvo la muerte en los espacios andinos y costeros del Perú Antiguo. La llegada y conquista de los españoles rompe ese paradigma ritual e impone nuevos elementos que hacen de la muerte más que un simbolismo un realismo forzando al adoctrinamiento y lucha ideológica (extirpación de idolatrías), juzgamiento y condena, penitencia y salvación. La convivencia de las matrices religiosas más allá del sincretismo entonces, permiten crear la nueva pertenencia que combina lo icónico occidental con el simbolismo mágico religioso andino.
8. “Ciclo liturgico” y “ciclo santoral” como festividad patronal
Lic. Willver Coasaca Núñez
Universidad Nacional del Altiplano – Puno
La religión cristiana desplazó el calendario religioso festivo de los nativos en el Altiplano e impuso su calendario religioso anual basado en el “ciclo litúrgico” y el “ciclo santoral”, como una forma para ilustrar los Santos Evangelios. Es así que “el ciclo litúrgico” y “el ciclo santoral” se reproducen, actualmente, como ciclos festivos en cada localidad del Altiplano. La reproducción festiva se basa en la centralidad de los santos que se desprenden de cada uno de estos ciclos cristianos en forma de santos patrones que denotan cierta referencia territorial e identidad local. Cada una de estas celebraciones festivas se desarrolla en un marco de cultura cultica local que expresan la religiosidad cultural en el Altiplano. De ahí que las diferentes localidades tienen sus Santos Patrones con referencia al “ciclo litúrgico” y al “ciclo santoral”; primero hacen referencia a las advocaciones que se desprenden de la Natividad y la Pascua de Resurrección, y, obviamente, hacen referencia a los diversos modelos de vida cristianos santificados. Las efigies que hacen alusión alegórica a ambos ciclos son reinterpretados y resignificados culturalmente, con status propio de deidades, en forma de patronos locales. En torno a los cuales se deslizan actos de culticos de carácter festivo en el marco de su calendario religioso anual. Vemos que el “ciclo litúrgico” y el “ciclo santoral” en el proceso de reinterpretación cultural ha sido fundida, al parecer, en uno mismo. Al considerar que, bajo la percepción del hombre del Altiplano, las diferentes advocaciones que se desprenden del ciclo litúrgico son catalogadas como “santos” al igual que las imágenes del ciclo santoral; además de otorgarles la categoría de deidades y no de meros intercesores. El hálito festivo local está presente en las diferentes formas culturales de celebración religiosa a su manera. Este sentimiento trascendente y festivo está relacionado con el significado sacro de la bendición, protección y/o castigo que pueden recibir de las efigies advocadas o “santos”.
9. Tríadas sagradas de Poder: uso/función, diseño/técnica, género/color
Dra. Clara Abal de Russo
Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas “Juan C. Moyano” y Universidad de Aconcagua (Chile)
Si bien se considera que en América precolombina no existió una forma de representación de ideas o de palabras por medio de grafías como lo requiere la escritura alfabética; sin embargo, en el caso del área andina al parecer se emplearon otros recursos mnemotécnicos sumamente eficaces. Sobre la temática incaica fuentes etnohistóricas e investigadores actuales han señalado que en los Andes hubo por lo menos dos sistemas de notación gráfica, los quipu y los tocapu. Es por ello que desde hace tiempo estos conceptos y el de quellca, tienen a mal traer a más de un especialista en la temática.
En el caso del incario, el lenguaje de comunicación gráfica se basó justamente en diseñar y plasmar sobre diversos soportes aspectos identitarios y hegemónicos que una élite deseó se pusiesen de relieve y pudiesen ser rápidamente reconocidos y acatados por todos los pueblos subsidiarios que conformaron ese Estado.
El estudio de numerosos textiles procedentes de ofrendatorios incaicos de altura, la ubicación de los mismos dentro de cada paquete funerario y en íntima relación con un ritual determinado; el análisis de vasos ceremoniales de madera –qero- que forman parte de la Colección precolombina del Museo “Juan C. Moyano” de Mendoza, Argentina y de otros museos internacionales; la consulta y revisión crítica de los archivos de Victoria de la Jara que pudieron ser examinados a instancias del Dr. Craig Morris y la contrastación de todo ello con fuentes etnohistóricas y documentales, han dirigido nuestras investigaciones a considerar que el diseño, la técnica y el color no solamente han marcado distinciones de grupo o etnia, sino que implicaron una forma de escritura. Consideramos es el caso de los tocapu, de las bandas policromas de las prendas rituales y de otras piezas, por sus códigos de color, técnicas, recurrencias de color/número en cada elemento y de éste con los restantes.
10. Transformaciones religiosas en Lima Este
Dr. Víctor Nomberto Bazán
Universidad Nacional Federico Villarreal
La Diócesis de Chosica comprende veinticinco distritos, cinco urbanos: Ate, Chaclacayo, Lurigancho (Chosica), Santa Anita y San Juan de Lurigancho. El término diócesis procede de la organización administrativa romana, que designaba en el siglo IV a las divisiones territoriales dirigidas por el vicario de los prefectos del pretorio: los legados. Progresivamente se incorpora a la práctica eclesiástica para designar a las grandes circunscripciones que tenían su origen en las divisiones políticas. A partir del siglo XIII denomina a los territorios e instituciones tal como las entendemos en la actualidad, como agrupación de las parroquias. Es una jurisdicción eclesiástica de reciente creación. Sus actuales parroquias pertenecieron, algunas de ellas, a la Arquidiócesis de Lima, hasta 1996; y otras más, a la Prelatura de Yauyos, hasta el 2001. La tipología resultante de sus elementos constitutivos, que coincide con las áreas urbanas (Vicarías I, II Y III) de la Diócesis de Chosica; es la siguiente: a)Las poblaciones más heterogéneas (ABC) de los distritos de Chaclacayo y Chosica; b)Los distritos de Ate y Santa Anita (BCD), que concentran sectores medios y populares; c)El distrito de San Juan de Lurigancho (CDE), más homogéneo, de composición mayoritariamente popular.
El catolicismo en Lima Metropolitana tiene elementos religiosos que proceden de tres grandes horizontes culturales: europeo, indígena americano y africano–en menor proporción-. Los fundamentos de la interculturalidad en el catolicismo limeño fueron colocados en el tercer Concilio provincial (1582-1583), convocado por Santo Toribio Alfonso Mogrovejo –Arzobispo de la ciudad de los Reyes-; al cual asistieron tanto obispos como clérigos de Quito, Cusco, Santiago de Chile, Tucumán, Paraguay, Río de la Plata y Charcas. Por su importancia este Concilio Limense podría tener similitud a la II Conferencia General del Episcopado de Medellín en 1968, como respuesta a los cambios de la pastoral y de la evangelización producidos en el Concilio Ecuménico Vaticano II.
El aporte del teólogo jesuita José de Acosta fue sustancial durante este Concilio fundacional de la Iglesia Católica de Lima y del Virreinato del Perú entero. Acosta es autor del manual de misionología titulado Predicación Evangélica en Indias (De Procuranda Indorum Salute). El concepto de interculturalidad abarca el proceso en que las culturas se constituyen como tales, se diferencian entre sí y simultáneamente se comunican. Cinco elementos de características universales permiten fundamentar el “nosotros” del pluralismo católico en Lima: creencias, rituales, instituciones, ética y sentimientos religiosos.
La constitución de la nueva Diócesis de Chosica corresponde no únicamente a una decisión eclesiástica administrativa sino también sociodemográfica y ecológica, dado que se ubica en la Cuenca del río Rímac, así como la Diócesis de Carabayllo se ubica en la cuenca del río Chillón y la Diócesis de Lurín en la cuenca del río del mismo nombre.

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