Concordato es tratado internacional
El rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Marcial Rubio, sostuvo en declaraciones a CNN que “probablemente transitemos hacia un nombre distinto“. Además, aclaró que el documento recibido desde el Vaticano no fue firmado por el Santo Padre Benedicto XVI, sino por el Cardenal Bertone, Secretario de Estado, como si eso alterara en algo la realidad de las cosas. “Es nuestro nombre y lo vamos a utilizar, probablemente transitemos hacia un nombre distinto, porque no lo vamos a cambiar mañana, porque nadie puede cambiar su nombre de hoy a mañana“, declaró. Manifestó que la PUCP cuenta con el apoyo del presidente de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), Orlando Velásquez Benites y de la legislación peruana bajo la cual se rige la universidad que dirige. “Nosotros no vamos a proponer ningún conflicto, si hay conflicto lo quieren El Vaticano y el Arzobispo de Lima, nosotros queremos la paz porque somos buenos católicos. Hemos propuesto la paz“, anotó.
Por otro lado, el rector de la PUCP señaló que dentro del conflicto hay intereses económicos y de poder por parte del cardenal Juan Luis Cipriani. “En marzo, hubo una larga conversación entre el Cardenal Cipriani y yo. Esa conversación llegó a acuerdos en todos los puntos salvo en terminar unos juicios de herencia entre el Arzobispado y nosotros porque el Cardenal quiere ganar esos juicios y manejar toda la herencia“, puntualizó.
Corte de La Haya
Natale Amprimo, abogado del Arzobispado de Lima, dijo que si la aún Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) no acata la adecuación de sus estatutos, el Vaticano puede acudir a un fuero internacional como la Corte de La Haya y eventualmente, denunciar al Estado peruano por no hacer respetar la disposición de la Santa Sede.
En entrevista a RPP TV, el letrado dijo que cuando existen discrepancias entre Estados, uno de ellos puede hacer valer sus derechos ante instancias internacionales. “Si el Estado peruano no hace respetar lo que corresponde, terminará en un fuero internacional, como La Haya”, aseveró.
Sobre el reconocimiento de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) de los títulos que la mencionada casa de estudios emitirá a sus graduados con las denominaciones “pontificia” y “católica”, Amprimo dijo que habría una afectación a los derechos del consumidor del ciudadano y una competencia desleal.
“La Asamblea Nacional de Rectores, hoy día dirigida por un expatria roja y que es una suerte de otorongo no come otorongo, no es la que define las relaciones del Perú con un Estado como el Vaticano”, explicó.
El representante legal del Arzobispado de Lima aseguró que los tan disputados bienes legados por José de la Riva Agüero, administrados por la –según dijo– ‘universidad del fundo Pando’, son “eclesiásticos” y no son negociables, en alusión a las palabras del rector Marcial Rubio quien afirmó que el cardenal Juan Luis Cipriani pretende manejar a través de la herencia.
“Un testamento y sus disposiciones son normas de orden público que no puedo cambiar ni puedo pactar. Rubio pretendía sacarle la vuelta, pero no se puede negociar la voluntad testamentaria”, señaló, al tiempo que dijo que la casa de estudios estaría violando la propia Ley Universitaria, la misma a la que apela para no acatar las disposiciones de la Santa Sede.
“De acuerdo al artículo 83 de la Ley Universitaria, los bienes provenientes de donaciones, herencias y legados quedan sujetos al régimen establecido por el donante”, sentenció Amprimo.
Pierde el juicio
Jorge Avendaño, abogado principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), adelantó que la posición de la casa de estudios, de no acatar el pedido del Vaticano para adecuar sus estatutos, se mantendrá firme pese al riesgo de que les quiten los nombres de Pontificia y Católica, otorgados por la Santa Sede.
Avendaño incluso bromeó al respecto. “Así como fastidian por ahí, la universidad siempre se va a llamar PUCP, porque va a ser la Primera Universidad ‘Caviar’ del Perú”, dijo, tras señalar que en todo caso les podrían quitar el nombre de Pontificia, pero no la palabra Católica, que es más genérica y que, por lo tanto, podrían conservarla.
En ese sentido, el jurista adelantó que la decisión de la Asamblea Universitaria de la PUCP será la de no acceder a la petición del Vaticano y que eso no tiene por qué cambiar la esencia de la institución. Además, aseguró que pese a los problemas con la iglesia, el número de alumnos no ha disminuido en absoluto y, por el contrario, sigue en aumento cada año.
Precisó también que la universidad no perdería los bienes que posee ni los terrenos donados por José de la Riva-Agüero, pues en su testamento consideró la posibilidad de que la institución cambiara de nombre. Dijo que previendo lo que podría pasar en el futuro, especificó que los bienes no cambiarían de dueño porque la donación no estaba condicionada a nada.
“Los bienes de la universidad no son del Vaticano, ni de la Iglesia. Son parte de una herencia de José de la Riva Agüero a la PUCP“, enfatizó el abogado constitucionalista y representante de la Universidad Católica, Jorge Avendaño.
Indicó que la universidad mantendrá su nombre debido a que la ley peruana lo reconoce y ampara.
Rector de transición
El doctor Mario Castillo Freyre, catedrático principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), expresó su preocupación por el futuro de esta casa de estudios, debido al conflicto que tienen las actuales autoridades universitarias con la Iglesia, lo que ha motivado que el Vaticano prohíba el uso de los títulos “pontificia” y “católica”.
El docente subrayó que su malestar lo comparten muchos profesores de esta prestigiosa casa de estudios, así como un considerable número de alumnos y exalumnos que hasta ahora se han mantenido en silencio, pero que no están de acuerdo con el manejo de la situación que se ha tenido hasta el momento.
En ese sentido, cuestionó el “unánime respaldo” que la Asamblea Universitaria le dio al actual rector Marcial Rubio Correa, quien adelantó que no acatarán el decreto de la Santa Sede.
“Soy parte de la Iglesia Católica y soy parte de la universidad. Yo no quiero enfrentamiento, quiero que se reabra el diálogo. El propio decreto del Vaticano deja abierta la posibilidad de que eso se recomponga”, dijo en RPP TV.
“Si las autoridades no han logrado respetar la tradición de estos 95 años de historia y de 70 años de título de Pontificia universidad no es una situación que escape a la razón pedir la renuncia de las autoridades que han fracasado”, agregó.
Castillo Freyre propuso que la asamblea escoja un “rector de transición” que tienda puentes y restablezca el diálogo con la Iglesia Católica, la cual –dijo– no es enemiga de la PUCP y, por el contrario, ha contribuido desde su fundación a que la universidad alcance prestigio y reconocimiento.
“Creo que si el camino que se quiere seguir es el agravamiento, decir que aquí no pasa nada, que los títulos van a quedar iguales y que todo está ganado y que no hay icebergs al frente, eso implica una pérdida de rumbo que es el peor camino para la universidad”, dijo.
Como candidatos a Rector de transición se perfilan los profesores principales Miguel Giusti Hundskopf y Alan Fairlie Reinoso.
Opinión del Dr. Luis Bacigalupo Cavero Egúsquiza, Profesor Principal de la PUCP: Lo primero que preguntó el Cardenal Erdö en Lima fue si la universidad quería seguir siendo pontificia. Se le respondió que sí, tal vez sin medir las consecuencias. Para una universidad que se concibe a sí misma como una institución secular de inspiración católica, aceptar ser pontificia es un problema, porque eso es mucho más que profesar una inspiración. Ser pontificia implica aceptar la soberanía del Papa. La soberanía papal es monárquica y universal, y por lo tanto no admite la supremacía de las legislaciones nacionales.
En otras palabras, solo hay dos caminos abiertos para la primera y más importante universidad católica del Perú:
(1) En caso de que el ultimátum de Bertone no tome en cuenta las recomendaciones del Cardenal Erdö y quiera en efecto entregarle la potestad de elegir al rector a Cipriani, la universidad tendrá que desdecirse y renunciar a su calidad de pontificia, con las consecuencias que eso traiga consigo.
(2) En cambio, si la visita del Cardenal Erdö no fue en vano, a la universidad le toca negociar una autonomía relativa en lo administrativo, que es teóricamente lo único que se le estaría pidiendo, y contar con las garantías que la protejan de una eventual injerencia del clero de extrema derecha, que al parecer es lo que ha ofrecido Monseñor Piñeiro.
Espero que sea lo segundo lo que prevalezca en estos días cruciales para la historia de la universidad. De otro modo, el panorama se presenta difícil, porque una justa rebeldía frente a la prepotencia y el autoritarismo de un sector radical del alto clero ya ha sido descalificada de antemano por el editorial de El Comercio al calificarla de robo, y va a ser muy difícil revertir esa opinión.
Fuente: InfoCatólica; Diarios Correo, Perú21 y La República; Canal N.