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El SUTEP maneja eficientemente más de mil millones de soles de los maestros. ¿Cómo lo hace? El partido comunista de moda, hegemónico en el sindicato, vigila indirectamente la administración de la Derrama Magisterial.
Por Ricardo Uceda– Revista Poder
La organización política más empresarial del medio es el Partido Comunista del Perú Patria Roja. Controla, a través del Sutep, la Derrama Magisterial, una mutual con 266,653 miembros, todos ellos maestros, que reciben préstamos con el interés más conveniente del mercado. Los afiliados están satisfechos, de acuerdo con todos los indicadores disponibles. La Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) no ha podido encontrar una sola objeción al manejo administrativo. Tampoco el Ministerio de Educación, cuyo secretario general, Asabedo Fernández, tiene un asiento en el directorio.
Al término del año 2010, el total de recursos disponibles de la Derrama Magisterial será el mayor de su historia, superando los 1,247 millones de soles del año pasado. A fines de julio ya había llegado a una cifra más alta: 1,323 millones. Está entre las ocho instituciones financieras más importantes del país y podría seguir creciendo. Hoy sería dueña de la Caja de Ahorro y Crédito Rural de Ayacucho si la SBS -por razones discutibles- no hubiera bloqueado la compra.
¿Cómo lo logra? Ante todo, hizo funcionar un sistema previsional que el Estado le entregó quebrado hace 26 años. Los principales directivos, todos ellos del Sutep, eligieron bien a sus asesores profesionales y no politizaron la administración. Luego, conforme la institución se fue recuperando, pasaron a hacer negocios. Invierten en inmuebles, poseen una cadena de hoteles y prestan dinero a los maestros. Esto último se reveló como la gallina de los huevos de oro.
Un 60% de los recursos de la Derrama Magisterial es destinado a préstamos. Este año concedió 46,946 créditos, la mayor parte en provincias, a una tasa anual de 24.6%. Si se compara a la Derrama Magisterial con las demás entidades financieras reguladas por la SBS (bancos, financieras, cajas municipales, cajas rurales y Edpyme), aquella se ubica entre las diez mayores prestamistas de créditos de consumo del medio. Y si se incluyera a las cooperativas supervisadas por la Fenacrep y a los prestamistas no regulados ni supervisados -como Inversiones La Cruz o Inka Cash- el ránking no variaría, aunque se reducirían ligeramente las participaciones.
Considerando las condiciones en conjunto, para un maestro pedir prestado a su mutual es lo más ventajoso. Rápido, sin papeleos, sin cobro de mora, sin aval externo, sin el riesgo de perderlo todo. A su vez, la Derrama tiene un cliente fidelizado cuyas cuotas son descontadas por planilla -la morosidad es mínima- y para servir al cual requiere una baja estructura de costos. Como el docente tiene una cuenta individual, esta actúa como fondo de garantía, y la provisión es muy baja. Así, por cada préstamo, la mutual obtiene una utilidad de 20%.
—Hay un círculo virtuoso -dice el presidente de la Derrama, Jorge Arteaga-. Mientras más crece la cuenta individual de cada profesor, puedo prestarle más, manteniendo bajo mi costo operativo. Si coloco más créditos, obtengo más rentabilidad, que a su vez revierte al propio asociado en forma de bonus e interés, lo que incrementa su cuenta individual.
Sin embargo, el capital más importante de la Derrama Magisterial es el político. Cuando un maestro escucha las muy atendibles críticas al Sutep por la parte de responsabilidad que le toca en la crisis de la educación, piensa un poco en ellas, eso es indudable, pero también en su bolsillo. Cuando se jubile, lo que le pagará la Derrama Magisterial será dos a cinco veces más de lo que recibirá del Estado por sus servicios. Las cuentas individuales suman más de 1,000 millones de soles. En ellas, menos de la mitad son los aportes, y lo restante son los intereses que gana el maestro y las utilidades de la mutual, que recibe periódicamente.
Las autoridades también están satisfechas.
-La verdad es que los espulgamos varias veces y no encontramos irregularidades, sino un manejo eficiente- dijo un ex presidente de la SBS para esta nota.
Ya es raro que un sistema de fondos previsionales funcione bien, teniendo en cuenta los casos de la Caja del Pescador, actualmente intervenida, y de la quebrada Caja Militar Policial. Pero eso no es lo más extraño. Lo insólito es que el manejador sea Patria Roja a través del Sutep. ¿Cómo llegó la Derrama Magisterial a sus manos? Primero es necesario contar cómo llegó el Sutep a manos de Patria Roja.
Fue responsabilidad directa del Partido Comunista Peruano, de orientación pro soviética. El PC, que apoyaba al gobierno militar de Juan Velasco, traicionó una huelga magisterial en 1971, lo que, a la larga, creó al Sutep e hizo importante a Patria Roja. Por entonces el gremio magisterial estaba dividido en varios sindicatos por rama educativa, y la central que los agrupaba era la Federación Nacional de Educadores del Perú (Fenep). A finales de los años sesenta, el PC había terminado controlando la Fenep luego de que compartiera la dirección con Acción Popular y la Democracia Cristiana. Antes, todos ellos habían desplazado a los apristas. La Fenep, como después veremos, tenía reivindicaciones irrenunciables mientras sobrevenían las primeras reformas militares y su dirigencia comunista se iba enamorando más y más de Velasco. El 1 de septiembre de 1971 debía iniciar la Fenep una huelga general indefinida. Si eso ya era incómodo para el PC, que apoyaba al gobierno, fue insoportable una infeliz coincidencia. Al día siguiente visitaba Lima, invitado por Velasco, el presidente socialista de Chile, Salvador Allende. El PC rompió la huelga, quedó bien con los militares y perdió el magisterio para siempre.
En julio de 1972, en el Cusco, maestros de distintos pelajes políticos —había apristas, democratacristianos, acciopopulistas, pero sobre todo miembros de una escisión maoísta del PC, Patria Roja— crearon el Sindicato Único de la Educación Peruana, Sutep, en sustitución del Fenep. Varios con la medalla de haber sido deportados por insistir en la huelga del año anterior. Dieciocho de los cuatrocientos delegados ya venían elegidos como miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), y esperaban que el congreso resolviera qué cargos ocuparían. Por lo menos diez de ellos militaban en Patria Roja. El partido decidió que alguien de su confianza, Arturo Sánchez Vicente, fuera secretario general. Pero ganó otro, sin fama ni gloria: Horacio Zeballos. Por un voto. El suyo propio. Sánchez Vicente, elegante él, se abstuvo de votar por sí mismo y perdió la elección.
Hacerse con el Sutep fue el principal episodio de Patria Roja en su corta vida. Sánchez Vicente declaró después que en 1972 aún no militaba en Patria Roja. Zeballos, de acuerdo con diversas fuentes, tampoco. Pero la mayoría de dirigentes sí, y Zeballos veía cómo en sus narices, antes o después de las sesiones del CEN, los militantes se reunían para enrumbar la marcha del sindicato en su ausencia. Zeballos decidió pedir su afiliación —otro tanto hizo Sánchez Vicente—, y desde entonces el Sutep ha sido Patria Roja y viceversa.
Aun más, el desarrollo del partido se explica principalmente porque su columna vertebral fue el sindicato. Esto puede incluir el financiamiento. A diferencia del PC prosoviético, parte de cuyos fondos provenían de Moscú, Patria Roja parece haber dependido menos de la billetera de China Popular. En el mundillo de la izquierda marxista se le reconoce una habilidad especial para “recursearse” con fondos obtenidos en el trabajo de los frentes de masas que controla. Preguntado al respecto para esta nota, un dirigente del partido contestó enigmáticamente:
—El que vive para el altar debe vivir del altar. ¿No dicen eso los sacerdotes católicos?
Así como tiene difícil explicación la gran penetración maoísta en la política peruana, considerablemente superior a la de otros países de América Latina, cuesta comprender cómo un sindicato tan ideologizado como el Sutep mantuvo influencia sobre decenas de miles de personas que no comparten su doctrina. De hecho, desde su primer minuto de vida declaró que la lucha de clases es el motor de la historia y que la solución de sus reivindicaciones solo se conseguiría en una sociedad sin explotadores ni explotados. Hasta aquí, conceptos que también figuran en los estatutos de la CGTP o de otro sindicato fundado por dirigentes marxistas. Pero el del Sutep advierte que el empleador de los maestros, el Estado, es el representante de los explotadores. Este patrón los obliga -dice- a “retransmitir los patrones ideológicos y políticos de las clases en el poder”. El estatuto alienta la resistencia a esa retransmisión, desarrollando alternativas ideológicas coincidentes con los intereses del pueblo. ¿Esto es lo que los maestros querían en 1972 cuando fundaron el sindicato?
-En ese momento queríamos unirnos, no importaba tanto la ideología- dice el ex ministro de Educación del APRA Grover Pango, quien estuvo en el congreso de 1972 y fue el primer secretario nacional de Cultura del Sutep. Los maestros, que no olvidaban su frustrada huelga del año anterior, querían un sindicato único, dejar de estar representados por diversas fracciones gremiales. Yuxtapuestos en el Cusco, componían una asamblea recalcitrante, pero los de Patria Roja no eran los más radicales. Estaban, a su izquierda, los del Comité Magisterial de Unificación y Lucha (Comul), que promovían a Sánchez Vicente, y los de Sendero Luminoso. Zeballos fue apoyado por comunistas pero también por apristas, democratacristianos y otros moderados. Con el paso del tiempo, los apristas no han dejado de militar en el Sutep, e incluso tienen pedigrí clasista. Grover Pango fue confinado en El Sepa, la colonia penal de alta seguridad en la selva, por su condición de dirigente. Ahora mismo, cuarenta años después de que Patria Roja se hiciera con las llaves del sindicato, el APRA tiene a dos militantes suyos en el CEN.
Sigfredo Chiroque, quien integró el Consejo Nacional de Educación entre el 2002 y el 2008 y es un experto en movimientos magisteriales, dice que en América Latina no es raro que los maestros elijan dirigentes radicales. “Lo que les importa es que defiendan bien sus intereses, que no los traicionen, y por eso los recalcitrantes tienen espacio”. Chiroque es autor de uno de los estudios más sorprendentes sobre el Sutep, en colaboración con la Universidad Pedro Ruiz Gallo. En el 2006, dos meses después de las elecciones generales, hizo un sondeo nacional con una muestra de 2,000 profesores para saber por quiénes habían votado. Resultó que, en la primera vuelta, el 24.47% lo hizo por Ollanta Humala; 21.38%, por Valentín Paniagua; 20.41%, por Alan García; y 14.72%, por Lourdes Flores. En la segunda vuelta los votos se dividieron casi en partes iguales para García (39.8%) y Humala (36.7%). De modo que los maestros del Sutep eligen a los de Patria Roja como sus dirigentes pero pertenecen al centro político.
Por cierto, en aquellas elecciones también participó el Movimiento Nueva Izquierda (MNI), fachada electoral de Patria Roja, cuyo secretario general, Alberto Moreno, se lanzó como candidato a la presidencia.
-¿Sabe cuántos profesores votaron por Moreno? Solo el 1.1%- dijo Chiroque. El dato hace que la pregunta de por qué los maestros siguen al Sutep tenga más fuerza.
Parte de la respuesta es muy sencilla: el control hegemónico del aparato le deja muy poco margen de maniobra a los movimientos opositores. Diríase que esta es una destreza profesional que terminan adquiriendo los partidos con experiencia en el control de masas, como el aludido, el APRA y el PC.
-Que digan que manipulamos congresos no lo considero una acusación- dijo, circunspecto, un dirigente de Patria Roja. Todos los congresos del mundo son manipulados.
Aunque la mayoría de profesores estatales se identifican con el Sutep, la organización no tiene padrones abiertos al escrutinio. El único que se conoce lo presentó en 1984 al Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) para su reconocimiento. Es posible que cuando las elecciones de la dirigencia sean mediante el sistema de “un maestro, un voto”, como pide su oposición, el reinado de Patria Roja acabe en el sindicato. Mientras tanto, hay que suponer que su hegemonía también se basa en que los maestros creen que los defiende bien. En todo caso, mejor que una dirigencia independiente, del APRA o del PC.
Todos los gobiernos han tenido que sentarse a negociar con el Sutep. Todos le han hecho alguna concesión. El primero de todos fue el de Juan Velasco Alvarado.
Estaban reunidos en Palacio de Gobierno el dictador Juan Velasco Alvarado y la dirigencia del Sutep. Arturo Sánchez Vicente, dirigente de Lima Metropolitana, argüía agitando el dedo índice, como era su costumbre.
-Oiga usted- dijo Velasco, a mí no me apunta así. Así que métase el dedito al culo.
La escena transcurrió durante una de las reuniones que sostuvo el Sutep con Velasco, en 1974. Había numerosas reivindicaciones pendientes, secuelas de un paro nacional y otras protestas que el sindicato hizo el año anterior. Velasco quiso reunirse con aquellos maoístas recalcitrantes, a noventa de los cuales había confinado en El Sepa, para explorar si podía obtener de ellos algún apoyo para su reforma educativa. Como una seña, puso en libertad a los dirigentes, entre ellos a Horacio Zeballos.
Se reunieron tres veces. Una a una las demandas fueron aceptadas por Velasco, entre marchas y contramarchas. Negociaron la liberación de los detenidos, la reposición de los subrogados, el corte de juicios. Velasco se hacía asesorar por el ministro de Educación, Alfredo Carpio Becerra, contra quien volcaba su impaciencia. Carpio pidió un mes para calcular cuánto había que devolver a los maestros por varios días de paro.
—Ya pues, Carpio. ¿No sabes multiplicar? Los días, el número de maestros y ya está.
En la segunda reunión, Velasco apareció con un cheque que entregó a los dirigentes. Correspondía al valor de uno de los locales de la cooperativa magisterial que había sido rematado. Era expeditivo, quería resolver las contradicciones, pero no soportaba la idea de que lo estuvieran engañando. Mostró a los dirigentes un material educativo que difundían maestros en Ayacucho: la sociedad peruana era semifeudal, se vivía una situación revolucionaria y el campesinado sería la fuerza motriz de la revolución. Eran del sector magisterial controlado por Sendero Luminoso. Alfonso Barrantes, que estaba en la reunión como asesor del Sutep, ensayó la explicación de que en el magisterio había varias tendencias.
-Nosotros no pensamos eso- añadió Carlos Salazar Pasache, quien años después sería secretario general. Si lo creyéramos no estaríamos aquí, conversando con usted.
Pero Velasco, que recibía informes de infiltrados en las asambleas de maestros, no quedó convencido. Cuando todo insinuaba un final feliz, con el reconocimiento del Sutep como conquista máxima -llegaron a ver la resolución escrita en el escritorio del jefe del comité de asesoramiento presidencial-, las reuniones se interrumpieron. Cayó Velasco, sobrevinieron más huelgas, hubo Asamblea Constituyente, Fernando Belaunde volvió al gobierno en 1980. En su período se llevaría a cabo otra gran negociación, sin duda la más importante.
Junio de 1984. En el despacho del ministro de Educación, una oficina con vista al Parque Universitario, se desarrolla una reunión de varias horas entre representantes del gobierno y de la dirigencia del Sutep. Está el ministro del sector, Valentín Paniagua; el ministro de Economía, Sandro Mariátegui; el jefe del partido oficialista Acción Popular, Javier Alva Orlandini; y otros altos funcionarios. Transcurre el noveno día de la huelga magisterial para obtener aumentos, entre otras reivindicaciones. No es la más larga del sindicato -el récord fue una paralización de 118 días durante el gobierno militar-, pero en cambio es masiva, contundente.
El gremio magisterial siempre fue bien tratado por Acción Popular. En 1964, en su primer gobierno, Belaunde había dado una ley que les otorgaba por fracciones un aumento del cien por ciento, en un período en que los maestros, aun con la imagen de preceptores, no ganaban mal: unos novecientos dólares mensuales. Además, les creó un sistema de previsión, la Derrama Magisterial, supervisado por los gremios. Pero la crisis económica del final del período belaundista lo complicó todo. El aumento no terminó de ser pagado, el sistema previsional se debilitó, los dirigentes moderados de entonces cayeron en el descrédito. Durante el gobierno militar los maestros terminaron de pauperizarse. Cuando Acción Popular retomó el gobierno, había muchos reclamos, pocas salidas y un sindicato recalcitrante al frente. Belaunde decidió negociar, pero el primer contacto lo hizo Javier Alva Orlandini. Alfonso Barrantes le organizó un almuerzo con la dirigencia del Sutep para tratar el tema más político, el del reconocimiento.
-No pueden llamarse “Sindicato Único”- les dijo. El INAP no lo acepta.
Antes de que llegara el plato principal, los dirigentes sindicales decidieron cambiarle el nombre: “Sindicato Unitario…”. Seguirían funcionando las siglas del Sutep, que era lo que importaba. En el acto Alva Orlandini llamó al INAP y dictó una resolución. Quedó pendiente para la firma, luego de que se pusieran de acuerdo sobre el resto.
Días después, en el despacho de Valentín Paniagua, la negociación, que comenzó a mediodía, no tenía cuando terminar. A las 11 de la mañana el Sutep había comenzado pidiendo 130 soles de aumento contra los 25 soles que ofrecía pagar Mariátegui, quien fue subiendo, poco a poco: 35, 50…
Mientras otros puntos se iban resolviendo, la intransigencia de los sindicalistas en el tema del aumento irritaba a los ministros. La cifra subió a 70, y nada. En realidad, tenían un informante en el despacho. Les avisaría cuando Belaunde, quien era puesto al tanto por teléfono, diera un ultimátum. Cuando les ofrecieron 75, el informante dijo: “Pidan más”. Lo hicieron, y la negociación se rompió.
A las dos de la mañana los convocaron nuevamente. Alva Orlandini dijo:
—Cien soles de aumento. Lo toman o lo dejan.
Lo tomaron. Encima del aumento, habían conseguido el nombramiento de 30,000 contratados, media entrada para espectáculos públicos y culturales, ¡medio pasaje en líneas aéreas del Estado!, cinco soles diarios por refrigerio y movilidad, y una bonificación del diez por ciento de su haber básico por “trabajo altamente especializado”, una conquista sofisticada que la sacaron de la manga los propios funcionarios de Educación. Además, una cereza sobre la torta: la Derrama les sería entregada en propiedad.
En verdad, la Derrama Magisterial estaba virtualmente quebrada. Los maestros habían comenzado aportando unos 90 soles mensuales en forma estable, sin indexación, desde 1964. En 1982, un aumento de la cuota a 500 soles no resolvió nada. Un docente, por entonces, ganaba 420 mil soles, la mitad de lo que percibía en los años sesenta. En cierto modo, pues, al entregársela al Sutep el Estado se deshacía de la mutual para que no muriera en sus manos.
La transferencia fue azarosa desde el comienzo. Cuando el representante del ministerio, Juan Pérez Gambini, fue para ese efecto a la casa de Bellavista en la que funcionaba la Derrama, fue recibido a puñetazos por miembros de la anterior administración. No encontraron libros de actas ni documentos contables, y solo había 31 soles en la caja chica. Contaron 4,114 expedientes pendientes de pago y 512 cheques girados, sin fondos. Las cuotas de veinte años de aportaciones habían desaparecido. Al comienzo la nueva administración solo pudo sistematizar los expedientes e ir pagando las deudas poco a poco, sin prestar un centavo. No había dinero. Con los magros aportes que iban ingresando se reducían acreedores -honraron más de 5,000 expedientes hasta 1986-, pero necesitaban más ingresos para sobrevivir. Peor aún, el país comenzó a entrar en la crisis económica que caracterizó la última etapa del primer gobierno de García. En enero de 1988 la Derrama Magisterial se disponía a quebrar.
Fue entonces que la ministra del sector, Mercedes Cabanillas, les lanzó la tabla de salvación. Dispuso que el Ministerio descontara automáticamente a cada maestro su cuota mensual a la Derrama. Cada monto estaría indexado al 3% del salario mínimo. A cambio, Cabanillas introdujo un representante del Ministerio en el directorio de seis miembros. Otro sería del Sindicato de Docentes de Educación Superior. Los restantes cuatro, del Sutep.
-Esto nadie lo va a decir- dijo un dirigente del Sutep, pero si Horacio Zeballos es el apóstol del Sutep, Mechita Cabanillas es la Virgen. Realmente le salvó la vida a la Derrama. Con la firma de Alan García, por supuesto.
La administración del Sutep hizo lo suyo. Contrataron a un actuario matemático suizo, Hans Sutter, cuyo plan de previsión social siguieron al milímetro. Un profesor cesado con 30 años de servicios recibiría 35 ingresos mínimos legales. En 1993, tras comprobar que la referencia de indexación al salario mínimo les hacía perder valor continuamente, la cambiaron a 0.5% de la UIT. Sin esta medida tampoco hubieran salido adelante: fue la que les permitió comenzar su verdadera capitalización.
¿Quién lo autorizó? Alberto Varillas, ministro de Educación de Fujimori. Con lo que se demuestra que todos los gobiernos hicieron concesiones al Sutep. Todos lo reconocieron como un interlocutor, como una realidad.
Cuando Alan García comenzó su gobierno, en el 2006, la Derrama Magisterial ya estaba fuera de todo riesgo. Sin embargo, aún faltaba la última batalla.
El Banco de la Nación se negó a efectuar los descuentos automáticos para la Derrama del sueldo de los maestros. Lo hacía todos los meses, cobrando una comisión, desde que en 1988 lo dispuso la Virgen Mechita. ¿Por qué se plantó? Todos lo adivinaban, y más todavía cuando el banco anunció que empezaría a dar préstamos a los maestros con intereses más bajos que la Derrama Magisterial. En todo caso, la ley no obligaba al banco a descontar. El ministro de Educación, José Antonio Chang, se declaró ajeno a la medida pero, por lo bajo, un sector del gobierno pensaba que Patria Roja recibía su merecido. La tenían demasiado fácil con el Estado recaudándoles los fondos para que jugaran a los grandes empresarios. Carlos Salazar Pasache, ex secretario general del Sutep y a la sazón gerente de la mutual, se encontró con un problema en apariencia insoluble. El primer mes del 2007 no ingresó un centavo. El segundo mes, tampoco. Igual el tercero…
Los gerentes tuvieron su comité de crisis. Los militantes del partido también. En la Derrama Magisterial funciona una célula secreta de Patria Roja que reporta directamente al Comité Central y que adopta decisiones políticas. En principio, estas decisiones no distorsionan los criterios técnicos con los que se maneja la mutual -de lo contrario esta no sería exitosa- ni se imponen a la plana de gerentes. Pero son decisiones políticas. Las toman los miembros de Patria Roja/MNI, que son casi toda la cúpula: el presidente del directorio, Jorge Arteaga; el gerente general, César Reyes; el gerente administrativo, Fernando Pazos; y los otros tres miembros del directorio, los dirigentes del Sutep César Farfán, Orlando Luján y Víctor Paco, que reciben 3,200 soles mensuales por asistir a cuatro reuniones. Hay, además, nueve gerentes de línea que no pertenecen a Patria Roja o al MNI y que son elegidos por concurso, para presentarse al cual, deben tener una maestría en administración de negocios.
Así, con esta “doble dirección”, la Derrama afrontó sus problemas. Nunca le hicieron mella las denuncias por irregularidades que lanzó de cuando en cuando el sector más radical del Sutep, influido por Sendero Luminoso. Hoy no hay ninguna investigación administrativa ni penal en curso por supuestas anomalías en la gestión. La verdadera amenaza vino cuando les cerraron el caño y no pudieron cobrar los aportes.
Apostaron al único camino que les quedaba: que cada maestro autorizara por escrito el descuento de su cuota, en carta personal dirigida al Ministerio de Educación. En el edificio de la mutual en Jesús María, más de cien trabajadores se dedicaron a preparar cada expediente, iniciando un largo proceso que tenía un destino incierto. Al final, ni ellos mismos podían creerlo. Solicitaron el descuento más de 250,000 maestros.
-Era el noventa por ciento de todos los maestros estatales- dice Salazar Pasache, ahora en el retiro. Ese triunfo valió más que cualquier huelga.
Estos antecedentes permiten otra lectura de la alianza de Susana Villarán con el MNI en las elecciones municipales de Lima. La del cálculo electoral. La candidata apostó a capitalizar no menos de la mitad del voto de los 130,000 docentes de Lima Metropolitana, 26% del magisterio nacional, con influencia en medio millón de familias. Por lo menos un tercio de estos maestros votan por una opción radical. Otro tercio estaría más al centro, como demuestra el sondeo de Chiroque del 2006. Es dable suponer que en este sector, que desarrolla un marcado espíritu de cuerpo, la satanización del Sutep tuvo un efecto contrario.
La posible injerencia del Sutep en la gestión de Fuerza Social fue de lo más discutido en la campaña, pero el tema mismo de la política educativa municipal resultó poco desarrollado por ambas candidatas. Cuando el sector sea descentralizado, el municipio tendrá a su cargo 17.38% de los matriculados en primaria y manejará no menos de 25% del presupuesto nacional de Educación. Cualquiera sea alcaldesa, tendrá que hacer nombramientos, diseñar un proyecto educativo, distribuir los recursos. De acuerdo con encuestas de percepción, 73% de los maestros rechazan la municipalización de la educación básica.
Por una razón o por otra, la alcaldesa terminará negociando con el Sutep. Al mismo tiempo, es seguro que el APRA seguirá sentándose en la misma mesa con la dirigencia de Patria Roja. Hay cierto parecido entre ambos, una química más afín que entre el APRA y otros sectores de la izquierda. “Villarán nos odia, en Patria Roja tengo amigos”, dijo no hace mucho Mauricio Mulder. El 25 de septiembre, Mulder coincidió con el antiguo dirigente del Sutep César Barrera Bazán en el programa Fuenteovejuna de Mario Ghibellini, en CPN Radio. Se saludaron como dos compadres que no se veían hacía mucho tiempo y Mulder, que terminó primero, se quedó en la antesala en vez de marcharse. Ghibellini le preguntó si se le ofrecía algo.
-Voy a esperar al Negro para comernos un cebiche- dijo.
Y se fueron juntos, felices de la vida. Mulder declararía a Perú21, el 3 de octubre, que si la candidatura de las izquierdas hubiera sido de Patria Roja y no de Villarán, hubiera votado por los comunistas. Sin ir más lejos, no hace mucho el presidente Alan García cenó con la dirigencia de Patria Roja. De acuerdo con una fuente, el plato fuerte fue pato pekinés, pero ello no pudo ser confirmado para esta nota.
Un triunfo de Villarán puede servir a Toledo
Entrevista de Carlos Noriega
Antonio Zapata, historiador y analista político, examina la contienda electoral y las implicancias del triunfo de Fuerza Social.
¿Qué tanto se fortalecería una opción de izquierda para el 2011 con un buen resultado electoral de Susana Villarán?
Un buen resultado electoral de Susana Villarán en principio no favorece una opción u otra. Todo depende de lo que se haga. Es difícil saber el efecto que tendría. Podría fortalecer una opción tipo Frente Popular, que es la estrategia que en los años ’30 los comunistas trazaron frente al fascismo. En este caso, ante el peligro del fascismo, léase Keiko Fujimori, se puede formar un frente amplio que incluya un sector de la burguesía nacional, sectores democráticos no fascistas de la élite y la centro izquierda. Eso sería ir con Toledo. Un buen resultado electoral de Susana Villarán podría fortalecer a Toledo, que ya se ha desmarcado de Lourdes Flores y está buscando una alianza con Susana Villarán, que el 2011 podría querer ir con Toledo. Los caviares ya tuvieron una cuota de poder en el gobierno de Toledo. Pero no se puede sacar conclusiones del Perú solamente con las elecciones de Lima. Hay que ver cómo les va a las listas de izquierda en el resto del país.
¿Y cómo le puede ir a la izquierda en el interior del país?
Listas de izquierda tienen la opción de ganar en Arequipa, Puno, Moquegua, Piura, Cajamarca, San Martín. Hay que ver qué liderazgos son esos. Lo de Susana Villarán en Lima puede ser uno de esos liderazgos regionales, pero hay otros, como Atkins en Piura.
¿Villarán está más cerca de una alianza con Toledo que con Humala?
Veo a Toledo con más interés que Humala de ir a un entendimiento con Susana Villarán, veo a Toledo abriéndole las puertas y a Humala tirándole un portazo cuando ella estaba subiendo. No veo mucho terreno para un entendimiento entre Humala y Villarán. Humala ha dicho que ningún candidato sabe de seguridad ciudadana y que el único que sabe del tema es él. Con esa actitud se está cerrando a la posibilidad de hacer alianzas. El comandante parece estar desubicado al creer que tiene la sartén por el mango y no necesita ningún aliado.
¿Otra vez el miedo, igual que el 2006, como factor central de la campaña electoral?
El miedo es uno de los componentes de la política. Los temores se agitan diciendo que hay una amenaza contra el orden social y que eso va a hacer que la gente pierda mucho. El miedo es un factor del conservadurismo. Esa es una vieja estrategia.
¿Esto le funcionará a Lourdes Flores para ganar votos y minar el apoyo a Villarán?
En el anterior trazado de la cancha, entre honestidad y corrupción, sí era real que Kouri es un corrupto, ahí están los vladivideos. En esta ocasión, en cambio, es una exageración fuera de cuadro decir que Villarán sería manejada por Patria Roja. Esta campaña exagera lo que es Patria Roja, que está cumpliendo un buen papel dentro de la candidatura de Susana Villarán y que es un grupo democrático que compite en todas las elecciones desde 1980, igual que Acción Popular o el PPC. Yo veo a Patria Roja como un partido del orden democrático, cien por ciento comprometido con la democracia.
¿Pero qué tanto puede influir en los votantes esta imagen de radicalismo violentista creada por algunos medios para referirse a Patria Roja y su papel en la coalición de Villarán?
Se quiere hacer crecer a Patria Roja como un fantasma y la gente se da cuenta cuando se trata de fantasmas. Una exageración como decir que Patria Roja sería igual a Sendero es desorbitada y las estrategias basadas sobre una distorsión de la realidad normalmente llevan al error. La estrategia fina es la que se fundamenta en las habilidades propias o las debilidades del adversario, pero las debilidades reales. Cuando inventas un adefesio como éste, sobre la base de una exageración, de mentiras gruesas, de un video falso, de cosas muy endebles, como las acusaciones de Chichi Valenzuela contra la candidata a regidora Olga Morán, eso se desmorona.
¿Pero esta campaña no golpea a Villarán, especialmente en el sector A que es dónde le va mejor?
En alguna medida esta campaña le puede resultar a Lourdes Flores para quitarle votos a Villarán en el sector A, pero también es posible que sea el mecanismo a partir del cual Susana Villarán ingrese con un poco más de soltura a sectores que hasta ahora no le han sido tan fáciles de penetrar, como los sectores C, D y E, en los que no necesariamente tiene un sentido negativo ser de izquierda, tener ideas de compromiso social.
¿Quién gana y quién pierde más?
Recuperar el sector A se ha vuelto prioritario para Lourdes Flores, pero este sector no es más del 3% del total. Y por recuperar ese sector, se está arriesgando a perder votos en los sectores C, D y E, que son mayoritarios. Si ganas dos puntos en el sector A y pierdes dos puntos en el C, en el balance terminas perdiendo. Con esta campaña en su contra, Susana Villarán puede perder votos en el sector A, pero ganarlos en los otros sectores. Creo que al final a Lourdes Flores no le va a ir bien con esta campaña.
¿Es un error de Susana Villarán responder marcando distancias de su aliado Patria Roja?
No es que ella esté marcando distancias de su aliado, sino que está diciendo lo que es verdad: que su aliado no es igual a ella. En eso no creo que esté cometiendo un error. Yo le aconsejaría reducir la trascendencia del tema sin caer en el extremismo de no contestar nada. Debería responder con un discurso que destaque que Patria Roja es un grupo político que tiene los mismos pergaminos democráticos que el PPC. Lo único que puede resultar aterrorizante de Patria Roja es el nombre.
Hay una gran intolerancia política
¿Esta guerra sucia contra una opción de centro izquierda vuelve a poner en evidencia que hay una intolerancia conservadora que domina buena parte del discurso político y de los medios de comunicación?
Sí, hay una intolerancia grande, que es una marca de fábrica de la élite peruana a lo largo de la historia. Esa intolerancia busca el exclusivismo, evitar la integración, no dejar que suban otros diferentes a esa élite. Es un esfuerzo por controlar el núcleo de los que tienen poder de decisión y excluir a todos lo que no comulgan con ellos. La existencia de un discurso intolerante, antidemocrático, poco inclusivo de sectores de la élite, ha sido muy fuerte en la historia del Perú, que es un país que a lo largo del tiempo ha mostrado una tendencia de estar muy anclado en posiciones conservadoras.
¿Qué explica el crecimiento de Villarán en las encuestas?
Cuando algunas encuestas le preguntan a la gente si es de centro, derecha o izquierda, la inmensa mayoría se dice de centro, luego viene la gente de derecha con alrededor de 25%, pero la distancia con la izquierda, que es como 18%, no es muy grande. Cuando los candidatos de izquierda ha sacado menos del uno por ciento, como el 2006, es porque hubo varias candidaturas, y a ese 18% le resultaba difícil votar por quienes no tenían ninguna opción. Ahora no se está repitiendo ese error y solamente hay una candidatura de centro izquierda. Con un 18% que se siente de izquierda como base, Villarán crece más porque es una persona talentosa, porque no está Kouri y hay un vacío, y porque Aldo Mariátegui la está ayudando bastante con esta campaña de calumnias. Susana debería darle las gracias con un chifa a Aldo Mariátegui y a Chichi Valenzuela.
¿Un segundo lugar con una buena votación deja a Villarán como una potencial candidata presidencial para el 2011?
Lo veo difícil. Yo no le aconsejaría eso, me parece que sería quemar su propia figura muy rápido. Si ahora saca 15% en Lima, y en su candidatura presidencial no resulta exitosa, su ganancia se desinfla. Yo la veo como una persona prudente, cautelosa, no creo que se lance a una candidatura presidencial el 2011.
¿Y un triunfo de Villarán en Lima y una buena gestión municipal relanzaría a la izquierda al punto de ponerla en una buena posición para intentar ganar la presidencia el 2016?
Eso sería una catapulta, así como fue una catapulta lo de ‘frejolito’ el año 83. Eso pondría a Susana Villarán como la candidata natural de la izquierda para el 2016. Si eso ocurre, Susana Villarán podría convertirse en la nueva Barrantes.
La izquierda debe ir sola al Congreso
¿Qué debe hacer la izquierda en el 2011, apostar a Humala o impulsar una alternativa propia?
El Partido Nacionalista no ve con muy buenos ojos las relaciones con la izquierda. A mis amigos de izquierda les he oído decir que Humala nunca los ha tratado muy bien. Ahora Patria Roja está con Susana Villarán, y aparentemente muy feliz de estar con ella. Creo que la izquierda debe presentar sus propias listas para el Congreso, pero sin candidato presidencial.
Pero el problema de presentar solamente listas parlamentarias es que no se tiene la locomotora de una candidatura presidencial que las jale.
Si no tienes un buen candidato, esa candidatura presidencial antes de ser una locomotora se vuelve un ancla, un peso muerto amarrado al cuello. Hay ocasiones en las que puedes sacar un buen resultado en las elecciones al Congreso sin tener un candidato presidencial. Eso te deja manos libres para apoyar críticamente a alguien, que podría ser Humala, pero yo no iría disuelto en las listas parlamentarias de Humala. Eso me parece un error. La izquierda debe presentar sus propios candidatos al Congreso.
¿La izquierda debe apostar a reconstruirse desde el Congreso?
La izquierda debe apostar a meter sus mejores cuadros al Congreso, que es clave. Líderes como Javier Diez Canseco en Lima y otros líderes en las regiones sacarían una buena votación para ingresar al Congreso. Hay entidades políticas que se construyen, o reconstruyen, desde el Congreso, con parlamentarios que hagan una buena labor. La izquierda debe buscar recomponerse en el Congreso metiendo una buena bancada pensando en el 2016. De ese grupo parlamentario puede surgir una figura presidenciable, o esa figura podría ser algún joven, tipo Marisa Glave.
¿Un buen resultado electoral en las elecciones de octubre podría impulsar una candidatura presidencial propia de la izquierda para el 2011?
Con los sucesivos 0.5% que la izquierda ha sacado desde 1995 hasta el 2006, es como que ha descendido de categoría; está como el Muni. Entonces tiene que ganar Segunda antes de pretender campeonar en Primera. Desde la posición que se encuentra, la izquierda tiene que aspirar a algo sensato y eso es recomponer sus fuerzas desde el Congreso.
Siguiendo con esa metáfora futbolera, ¿un buen resultado electoral de Villarán en Lima y ganar en algunas regiones sería un ascenso de categoría para la izquierda?
Eso sería un cierto ascenso. Sería como pasar de la Copa Perú a Segunda División, pero no como para competir en las presidenciales el 2011.
Fuente: Diario La Primera.
Gregorio Santos Guerrero del MNI-MAS derrotó tanto a Tierra y Libertad como a Fuerza Social en Cajamarca
¿Gregorio de donde nace tu candidatura? ¿Quién es Gregorio Santos?, ¿como entra al aspecto político?
Bueno en primer lugar mi saludo, yo procedo de una comunidad campesina San Juan de Chirinos en la provincia de San Ignacio, que es una de las comunidades más antiguas, de todo lo que ha sido la cultura Amazónica, que agrupo a los Pacamoros en la cuenca del Marañón en Chinchipe, he estudiado Pedagogía en el Pedagógico de Jaén y en la Universidad Nacional de Cajamarca.
¿Se podría decir que antes que político, Goyo es un rondero?
Yo creo que antes de político soy un comunero, un campesino y luego rondero.
¿Por qué Goyo Santos quiere ser Presidente Regional?
He encontrado un enorme distanciamiento entre la democracia formal y la democracia real, creo que una cosa es buscar al campesino, al ciudadano para sus votos y otra es considerarlo un ciudadano. Otra razón es que, los problemas y las grandes necesidades en el campo, no han sido resueltas de la manera adecuada, más bien se han traficado con los grandes problemas de nuestros pueblos.
Por eso, que en el 2006 ingresamos ya directamente al debate político regional y la población cajamarquina nos ubico en segundo lugar a nivel de la región Cajamarca, eso dio otra perspectiva y nosotros venimos trabajando en construir una fuerza política regional, porque en la región Cajamarca, no tenemos partidos fuertes, no hay fuerza políticas estructuradas.
¿Qué ofrece cambiar?
Una cuestión primera, es la concepción de región, no somos una región integrada, partimos de la desestructuración que existe a nivel nacional, el centralismo limeño se sigue tragando el aporte provincial, el aporte de las regiones, la democracia ha girado en la región Cajamarca en torno a caudillos, en los Pitas y hoy con Coronel, que demuestra que no tiene un partido estructurados sino un grupo de amigos.
¿Ha decepcionado la propuesta de Jesús Coronel hacia al pueblo?
Existe una decepción generalizada en la población, creo que corremos el riesgo de perder la unidad regional la identidad y la visión de región, por esta forma de gobierno burocrático de caudillismo extremo y de una visión utilitaria de repartija de cargos.
Jesús Coronel, cuando propuso corrupción cero, solo logro movilizar a los funcionarios del sector publico y fueron los que estaban involucrados fundamentalmente en casos de corrupción. Sus audiencias públicas no han pasado de la mera formalidad, por lo tanto esa Presidencia Regional esta alejada de la población, de las federaciones ronderas, muy lejos de los frentes de defensa, muy lejos de los gremios, de los sindicatos de educación, de salud, lejos de los empresarios locales, de los comités de transportistas, lejos de los mototaxistas, por lo tanto es un gobierno regional poco representativo, por lo tanto termina agotado, termina desprestigiado.
¿Goyo cual será su relación con la minería?
De mutuo respeto, quiero señalar que no somos antimineros, como se nos quisiera pintar, debemos entender que el Perú es un país centralizado, unitario y quien ha hecho los contratos con las multinacionales son los ministerios de Economía, el de Energía y Minas y el gobierno central. El gobierno regional no mira, no observa, es sordo, ciego y mudo y por lo tanto las multinacionales hace lo que se le da la gana y le toca contentarse con una situación de que le regalen un área libre para un hospital o le colaboren con una cantidad de dinero determinado, creo que eso tiene que variar. Por lo que se propone revisar para ver si la tributación es justa y determinar cuanto hemos ganado en estos años de actividad minera extractiva y cuanto hemos abandonado el campo, las obras mas urgentes como la interconexión vial, eléctrica, saneamiento, salud y desterrar la desnutrición, así como capacitación a profesores, etc.
Y si el Estado no compatibiliza con los que ustedes proponen que pasaría.
Creo que los recursos regionales están en Cajamarca y le pertenecen al pueblo de Cajamarca y el Gobierno Regional debe ejercer su función de gobierno hacer valer las normas y tiene que poner una agenda regional en el Congreso, en el Consejo de Ministros este debate sobre la reformulación de la relación, de los recurso naturales, de las ganancias y de lo que se deja para Cajamarca. En ese sentido nosotros estamos claro que no vacilaremos en convocar al pueblo, para obligar a quienes estén en la representación nacional a que nos hagan caso
No vaya a pasar lo mismo que con el actual gobierno regional y el tema del Hospital
Eso obedece a que la gestión pública no se entiende y prioriza como tal, Coronel concibe a la gestión pública, como las reuniones de pérdida de tiempo, cafecitos, un lonchecito, una comilona, y quedamos para la próxima reunión. Aquí tiene que ver plazos y metas concretas, con la participación del pueblo cajamarquino.
¿Siente usted que el pueblo lo está apoyando?
Tengo una confianza extraordinaria y un gran respaldo regional, porque no nos acordamos de estar en política cuando recién convoca a elecciones, hemos estado siempre en el debate político. Vamos a ver que si aquí donde se inicio la debacle del Tahuantinsuyo, aquí se va a iniciar el resurgimiento de un nuevo proyecto de verdadera regionalización, de verdadera descentralización y de verdadera identidad cajamarquina.
¿Tiene esperanza de ganar?
Si, yo creo que nosotros estamos convencidos que este esta oportunidad el pueblo ha tomado la decisión y en cada uno de los lugares que voy, cuando me saluda me dicen Goyo tienes que ganar y te vamos ayudar a ganar y me someto a esa voluntad popular de que el pueblo se ha comprometido con nosotros a ayudar y a contribuir a ganar y a construir la victoria del pueblo de Cajamarca.
Goyo le deseamos suerte y le agradecemos la entrevista.
Yo también le agradezco a Panorama y al pueblo Cajamarquino, pedirle seguir confiando en la propuesta que le estamos haciendo en términos políticos y económicos, decirle que la región Cajamarca es una tierra de enorme identidad.
Fuente: Panorama Cajamarquino
Ollanta Locumba
Mientras en el extranjero Humala intenta no espantar a los inversionistas, en el frente interno tiende puentes de cara al 2011. En las celebraciones por el “Locumbazo” participaron Nilver López y César Barrera del MNI (Patria Roja); Aída García Naranjo (Partido Socialista); Ricardo Letts (Comité Malpica) y Nicolás Lynch, Manuel Dammert y Alberto Adrianzén (Intelectuales por el Cambio). También intervinieron los congresistas Edgar Reymundo y Roger Nájar, ex UPP que buscan repetir el plato con la bandera del nacionalismo.
Además llegaron los sindicalistas Carmela Sifuentes (CGTP) y Julio César Bazán (CUT).
Llamó la atención la asistencia de Víctor Andrés García Belaunde y Jonhy Lescano (Acción Popular). “También somos un partido nacionalista y descentralista; tenemos coincidencias”, dijo “Vitocho”. Gonzalo Alegría, reciente candidato de AP a la alcaldía de Lima, criticó el acercamiento.
Los electos presidentes regionales Gregorio Santos (Cajamarca) y Jorge Acurio (Cusco) estuvieron en primera fila sumándose al coche nacionalista. Santos, docente afiliado al SUTEP y miembro de Patria Roja, selló la coalición con el humalismo colocando en la lista de consejeros regionales a Leider Fuentes Estela, empleado que labora en la oficina del congresista nacionalista por Cajamarca Werner Cabrera. Fuentes ha sido electo consejero por Chota con 14 mil votos.
Arquitecto de profesión, Acurio es secretario general del Partido Nacionalista en Cusco y ex alcalde del distrito de San Sebastián. Tiene investigaciones judiciales vinculadas a su gestión.
En Piura, la alianza “Unidos Construyendo” llevó a la presidencia al ex empleado bancario Javier Atkins, quien tiene como vicepresidente a Maximiliano Ruiz, que en las elecciones del 2006 fue candidato regional por el nacionalismo y milita en el Partido Socialista de Javier Diez Canseco, propulsor de la candidatura de Humala.
Otra carta primordial es Vladimiro Cerrón Rojas, electo presidente regional de Junín. Graduado de médico en Cuba, Cerrón fue secretario de ideología del Partido Nacionalista de Junín en el 2006. Se hizo sentir su ausencia en El Agustino y ganó la elección de la mano del movimiento “Perú Libre”, pero los vínculos con el nacionalismo le brotan por los poros.
En Arequipa cerraron un acuerdo electoral con el movimiento “Arequipa, Tradición y Futuro”, del reelecto Juan Manuel Guillén, quien lleva como vicepresidente a Walter Aguirre Abuhadba, miembro de la comisión política del Partido Nacionalista y asesor de la bancada nacionalista en el Congreso.
También mueven sus fichas en frentes regionales y en sindicatos (empleados civiles de las FFAA, INPE, construcción civil). Todos tienen un cupo en la lista parlamentaria, pero la plancha presidencial será elegida en exclusiva por Humala, que estaría integrada por una mujer con arraigo en las regiones y un empresario emergente.
La nota negra fue la presencia protagónica del controvertido congresista José Maslucán Culqui, que le compró subvaluada una moderna camioneta 4×4 a César Cataño, investigado por presuntos vínculos con el narcotráfico (CARETAS 2148).
Con Fuerza Social de Susana Villarán, y Tierra y Libertad del cura Marco Arana, el puente se cortó debido básicamente a la negativa del nacionalismo de someter a Humala a elecciones internas con los precandidatos de FS y TyL. Para la primera quincena de diciembre se espera que la candidatura de Humala quedé oleada, sacramentada y lanzada.
FUERZA POSIBLE
Fuerza Social, en cambio, parece acercarse cada vez más a Perú Posible. El viernes 29 la alcaldesa electa Susana Villarán recibió en su departamento a Alejandro Toledo. Con Villarán estaban sus cercanos colaboradores Gustavo Guerra García, Miguel Prialé y Augusto Ortiz de Zevallos. Allí recordaron que los tres fueron funcionarios del lustro toledista: Guerra García fue viceministro de Transportes, Prialé se desempeñó al frente del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) y Ortiz de Zevallos fue el arquitecto del primer proyecto de Techo Propio en Lima.
Toledo y Villarán acordaron un diálogo mediante dos comisiones políticas que representen a sus agrupaciones. Por Perú Posible estarán Carlos Bruce (jefe de campaña), Iván Thays (al frente del plan de gobierno) y Javier Reátegui (secretario general de PP).
Durante el encuentro de hora y media, Villarán le pidió a Toledo elaborar sobre su frase de “manejar la Economía con la derecha y distribuir con la izquierda”. El “cholo”, que viajó esta semana a Ayacucho, le explicó que la idea es mantener el crecimiento para incentivar el presupuesto en programas de corte social.
A diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con el APRA y el PPC, Perú Posible y Fuerza Social no tienen tantos cuadros como para anular al otro. Si los diálogos llegan a buen puerto hay básicamente dos opciones: una alianza con lista parlamentaria común donde FS se convierte además en una suerte de cantera tecnocrática “progre” (una fuente de PP recuerda la figura del SODE), que es la figura por la que parece inclinarse Toledo; y listas parlamentarias separadas pero con una suerte de acuerdo político en favor de la candidatura presidencial del ex presidente, que es la aparente tendencia en Fuerza Social, más cautelosa a la hora de cuidar su recién ganado capital político y su inscripción que podría ponerse en riesgo en caso de montarse a una alianza.
Fuente: Revista CARETAS.