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Óscar Wilde

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La sorprendente conversión al catolicismo del escritor Óscar Wilde antes de morir

Óscar Wilde es uno de los escritores y dramaturgos más famosos del siglo XIX, autor de obras como El Retrato de Dorian Gray o La Importancia de llamarse Ernesto. Pero una de las cosas menos conocidas sobre Wilde, natural de Irlanda, es que, años después de haber tenido un acercamiento con la Iglesia, se convirtió al catolicismo en su lecho de muerte.
Luego de su nacimiento en Dublín (Irlanda) en 1854, Wilde fue bautizado en la iglesia anglicana. Sin embargo su madre, Jane, fue atraída hacia el catolicismo e iba a Misa con frecuencia. Cuando Óscar era niño, ella le pidió al sacerdote local que instruyera a sus hijos en la fe católica, aunque no se sabe si realmente Jane se unió oficialmente a la Iglesia.
Wilde, aunque recibía formación católica, no se consideraba a sí mismo como un católico en crecimiento.
Mientras estudiaba en Oxford, Wilde consideró seriamente la posibilidad de convertirse al catolicismo, e incluso ser sacerdote. Pero al mismo tiempo se había unido a los masones.
En 1877, cuando tenía 23 años, el escritor viajó a Roma y tuvo un encuentro con el Papa Pío IX que lo dejó “sin palabras”. Entonces comenzó a leer los libros del Beato Cardenal John Newman.
Sobre la Iglesia Católica Wilde decía con ironía: “Solo es para los santos y pecadores. Para la gente respetable bastará la iglesia anglicana”.
En 1878, se hizo amigo de un sacerdote y escogió una fecha para entrar oficialmente a la Iglesia Católica pero su familia se opuso. Su padre lo amenazó con cortarle las manos si lo hacía. Por ello, al último minuto, Wilde desistió en unirse al catolicismo.
Años después, en 1895, luego de alcanzar la fama en la literatura, fue acusado de sodomía (practicar actos homosexuales), que era ilegal en Inglaterra en ese tiempo. Tras un largo juicio público, fue declarado culpable y condenado a dos años de trabajos forzados.
Mientras estaba en prisión, su salud se deterioró, pero también experimentó una renovación espiritual. Cuando salió libre, pidió a la Compañía de Jesús hacer un retiro espiritual de seis meses. Lamentablemente, fue rechazado.
Algunos informes dicen que lloró al escuchar el rechazo. A pesar de haberle dicho a un periodista que tenía “la intención de ser recibido en poco tiempo” en la Iglesia Católica, viajó a Francia, donde vivió durante unos años deprimido y en la pobreza, gastando el poco dinero que tenía en el alcohol.
En 1900, la salud de Wilde empeoró al desarrollar una meningitis cerebral. Cuando se dio cuenta de que el escritor podría morir, Robert “Robbi” Ross, su amigo y presunto amante homosexual, llamó a un sacerdote. Cuando el presbítero llegó, Wilde pidió ser bautizado en la Iglesia Católica. Sobre este suceso, el sacerdote contaría lo siguiente:
“Mientras el carruaje recorría las oscuras calles de esa noche invernal, la triste historia de Óscar Wilde me fue, en parte, repetida… Robert Ross se arrodilló junto a la cama, asistiéndome como mejor pudo mientras le administré (a Wilde) el bautismo condicional, y luego pronunciando las respuestas mientras le di la Extrema Unción al hombre postrado y recité las oraciones para los moribundos. Ya que el hombre estaba en una condición semi-comatosa, no me aventuré a administrarle el Santo Viático (Eucaristía); pero debo añadir que él podía ser despertado y fue despertado de este estado en mi presencia. Cuando despertó, dio signos de estar interiormente consciente… En efecto estuve completamente satisfecho de que él me entendió cuando dije que estaba a punto de recibirlo en la Iglesia Católica y le di los últimos sacramentos… y cuando repetí cerca a su oído los Santos Nombres, el Acto de Contricción, Fe, Esperanza y Caridad, con actos de humilde resignación a la Voluntad de Dios, trató de decir las palabras después de mí”.
Al día siguiente, Oscar Wilde murió.
Fuente: http://es.churchpop.com

Parábola del Reino

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Evangelio según San Mateo 13,1-23: 
Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. 
Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. 
Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: “El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. 
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. 
Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. 
Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. 
¡El que tenga oídos, que oiga!”. 
Los discípulos se acercaron y le dijeron: “¿Por qué les hablas por medio de parábolas?”. 
El les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. 
Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. 
Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. 
Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán, 
Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure. 
Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. 
Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.” 
Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador. 
Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino. 
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, 
pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. 
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. 
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno”.

Cómo una mujer se volvió monja para dejar que su esposo fuera sacerdote

Envuelta en una situación extraña, Cornelia Connelly permaneció firme en su búsqueda de la santidad

Por Philip Kosloski– Aleteia.
Nacida en una gran familia presbiteriana de Philadelphia, Cornelia Peacock conoció rápidamente una vida de dificultades y abandono. Su padre falleció cuando tenía nueve años y su madre cuando cumplió catorce. Entonces se fue a vivir con su hermanastra.
Cornelia era una joven hermosa que atrajo la atención de un sacerdote episcopal. A pesar de la oposición de su familia, Cornelia se casó con el reverendo Pierce Connelly en 1831.
Se mudaron a Mississippi, donde Pierce se hizo pastor de una iglesia episcopal. Cornelia dio a luz a dos hijos allí y durante ese tiempo la pareja empezó a explorar la fe católica. Con el tiempo, Connelly renunció a su pastoral debido a su búsqueda de la verdad y decidió viajar a Roma.
Ambos fueron recibidos en la fe católica, pero Connelly deseaba ser ordenado sacerdote católico romano. Por entonces no había disposiciones que permitieran a un hombre casado ordenarse en el rito latino, así que le sugirieron que probara con el rito oriental. El consejo no caló en Connelly y por el momento empezó a renunciar a su deseo.
La familia disfrutó de un breve periodo viviendo en Italia y luego regresaron a  Luisiana para que Connelly enseñara inglés en una universidad jesuita. Cornelia enseñaba música en una escuela local mientras criaba a sus cuatro hijos.
Sin embargo, Connelly no estaba satisfecho y, de nuevo, renovó su búsqueda del sacerdocio. Mientras tanto, Cornelia ya estaba embarazada de su quinto hijo. Comprensiblemente, ella era reticente a la idea de su marido, pero consideró que, de alguna manera, era la voluntad de Dios.
Así que la familia regresó a Roma. Para que Connelly pudiera ordenarse sacerdote, Cornelia tuvo que entrar en el convento del Sagrado Corazón en Trinità dei Monti. Como hacía poco que había dado a luz, le permitieron llevar a su hijo al convento, pero primero vivió como lega durante la lactancia de su pequeño.
Connelly empezó los estudios para el sacerdocio. Antes de convertirse en diácono, Cornelia le pidió que se replanteara su objetivo.
Connelly insistió en su ordenación, de modo que Cornelia consintió hacer el voto de castidad y lo aceptó como la voluntad de Dios. Connelly sería ordenado sacerdote mientras ella se convertiría en monja. Cornelia confiaba en que Dios extrajera un bien mayor de aquella situación.
Un obispo de Inglaterra oyó hablar de Cornelia y le preguntó si estaría dispuesta a fundar una orden religiosa de hermanas educadoras. De nuevo, con la confianza de que Dios estaba al mando, Cornelia viajó a Inglaterra con sus dos hijos más jóvenes y fundó la Sociedad del Santo Niño Jesús.
Al principio, las religiosas educaban a niños pobres de Inglaterra y, más tarde, establecieron escuelas en Europa, Estados Unidos y África.
El sello distintivo de sus escuelas, basado en su propia filosofía y experiencias vitales, se convirtió en una referencia para la dignidad de todos los seres humanos.
Además, al contrario que la corriente general de la época, ella creía que las escuelas debían parecerse a los hogares y que las religiosas debían ser madres amorosas que trataran a los estudiantes con atención y respeto.
Mientras ella sacaba adelante con éxito su nueva orden religiosa, su marido se desquició. Fue a Roma y se presentó como cofundador de la orden de su esposa, con la intención de ganar poderes sobre ella.
Cornelia se enteró de la situación cuando unos documentos redactados por su marido llegaron a los obispos ingleses. Tenía que devolver el asunto a su cauce y negar la participación de Pierce en la orden.
Entonces Connelly decidió presentar una demanda civil contra ella, después de arrebatarle los hijos y renunciar al sacerdocio y a la fe católica. Esto supuso un gran dolor y sufrimiento para Cornelia, dado el distanciamiento y el desafortunado destino de su marido. Connelly se dedicó entonces a vivir como escritor de artículos contra la fe católica.
Durante todas las vicisitudes, Cornelia mantuvo una confianza inquebrantable en Dios. Según escribió en su diario: “Pertenezco por completo a Dios. No hay nada en el mundo que no abandonaría para hacer Su Divina Voluntad y satisfacerle”.
Tras su muerte en 1879, su búsqueda de la santidad a través de semejante sufrimiento fue una inspiración para muchos. Más tarde se abrió la causa para su canonización y, en 1992, fue declarada oficialmente ‘venerable’.

Carta Pastoral

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“Caminemos unidos por la esperanza”

“Quisiera hoy en este marco muy cercano a 28 de julio, en este clima del país, tratar de ver si un lema puede ser: “Unidos por la esperanza”. Que de alguna manera sea un poco el objetivo para que espiritualmente se diga que hay que estar unidos a todos los niveles: familia, colegios, sociedad, políticos, diferentes niveles”, reflexionó el Cardenal Juan Luis Cipriani en el programa Diálogo de Fe del sábado 15 de julio.
Destacó la importancia de estar unidos por una esperanza que viene de Dios.
“Estemos vigilantes para que nuestro pensamiento y nuestras acciones, nuestros actos, no pretendan ser como infalibles, dueños de la verdad, implacables; sino saber que nuestros pensamientos y nuestras decisiones deben estar limitadas por una realidad. La realidad es que somos falibles y cometemos errores”.
“Reconocer que no somos pensamientos puros que están en la nube y que desde ahí están emitiendo juicios. Esa manera de ser hace muy difícil la relación, la comprensión, la unidad. El que va construyendo su imperio de soberbia, de orgullo, de odio, ese imperio que se va a derrumbar, hace mucho daño a los demás y no es fácil”.
Busquemos una relación de paz, comprensión y respeto
Comentó que es necesario reconocernos hijos de Dios, reconocer nuestras limitaciones y dar a conocer nuestra opinión, pero sin pretender imponer nada.
“En esa afirmación pon siempre por delante a Dios. En Dios no hay opiniones. Dios es la verdad. Dios no está flagelándonos con la verdad. Dios acepta, escoge, tiene paciencia, acompaña. Está siempre ahí diciendo: Ojo, te estás saliendo de la pista”.
“Pero si no se da una buena relación a nivel familia, a nivel sociedad, es muy complicado que logremos la unidad. Les sugiero y vale la pena tener un desafío, lo primero que hay que tener muy claro para hacerse como niños es: Tú tienes una misión en la vida. Afírmate en esa misión”.
En otro momento, se refirió a la Carta Pastoral sobre la visita al Perú de Su Santidad el Papa Francisco en enero de 2018, en la cual brinda unas primeras pautas para que vayamos preparándonos para este acontecimiento, la cual está siendo repartida en toda la arquidiócesis de Lima y será leída mañana domingo 16 de julio en todas las parroquias.
“Mejoremos nuestra práctica religiosa, en la catequesis, aprendamos quién es el Papa, qué es la Iglesia; aprendamos a confesarnos, a bautizarnos. Una mayor práctica de la fe a través de los sacramentos; una mayor oración por él, por el Papa; una oración del Rosario. Pedir a la Virgen Ayuda a este Perú a que viva unido, ayúdame a que tenga esperanza en el alma, no me abandones, que yo no me aleje, que no sea orgulloso. Dándonos cuenta que habrá un antes y un después de esta visita”.
Señaló que esta visita marcará un antes y un después para nuestro país y para cada uno de nosotros.
“Mucha gente de una generación vive su fe recordando la imagen, la palabra, el gesto, de Juan Pablo II. Pienso que pasará lo mismo con el Papa Francisco, nos dejará una huella de enseñanzas, de cariño, de modos de ser cristianos. Como ha dicho a los jóvenes: “Jesús te necesita a ti, a cada uno, a ti te necesita con nombre y apellido”. A los que van a ser sacerdotes, a los que van a casarse, a aquellos que están en el colegio o en la universidad, los que están el Twitter dándole vueltas a todo. A ti te necesita. Cómo puedo poner ese Twitter al servicio de la fe, cómo puedo poner esas ilusiones al servicio de acercar a otros jóvenes”.
“En esta carta justamente digo Todos somos necesarios y habrá esa guardia del Papa, que es una manera de convocar a miles de jóvenes, no solo de Lima sino de todos los alrededores, para que sean el fermento, el que le dará sabor a la venida del Papa, el que estará animando, cuidando, acompañando”.

Saquemos al país de ese clima de odio y venganza

Sobre el caso de la prisión preventiva al ex presidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia mencionó que es una situación que le da tristeza y exhortó a no hacer un circo mediático del caso.
“Nunca he tenido odios ni venganzas. Nunca le he deseado el mal a nadie. Frente a este panorama yo haría primero un llamado: No hagamos de esto un circo mediático, yendo a pedir la opinión de todos y de cada uno. No es el mejor modo. Hay una justicia que hay que aplicarla bien y evidentemente hay una compasión. No da alegría, a mí me da tristeza ver cómo se derrumban situaciones y personas. Está lejos de mí el tener que juzgar a alguien. Pero sí digo que la justicia debe caer a todos, una justicia bien aplicada. No hay que tener miedo a lo que dicen los medios de comunicación, ni hay que tener unos lobbies ni a favor ni en contra. La justicia le llega a todos”.
Afirmó que desde hace muchos años el Perú se ha convertido en una tierra de odios, de venganzas, de ‘antis’, que solo traen división al país.
“Hay que insistir y yo seguiré insistiendo, cuando se habla de la reconciliación no es de juntar mentiras, es de sacar el odio del corazón. Si uno se equivocó tener la grandeza de decir Me equivoqué. Toda la realidad de un país no se construye encima de opiniones. Las opiniones son muy válidas y ayudan a conocer ideas de uno y de otro. El país requiere de una plataforma de valores que no son cuestionables: la verdad, la honradez y con todo esto el bien. ¿Y quién es el que puede iluminarnos? Dios. Yo no quiero un Estado Teocrático. Pero en tu corazón, en tu alma y en tu conciencia tienes que ver qué cosa hay”.
Por tal motivo, exhortó a sacar del país de esa situación. “Opina respetando, opina con altura. Saquemos del país ese resentimiento, esa venganza, ese odio, que estos días como que asoma. Yo rezo. Rezo por todas las personas que pasan por momentos difíciles, pero tampoco se dirige el país con sentimientos, sino con la verdad”.
“Que Dios nos ayude a prepararnos para este 28 de julio unidos por la esperanza y mañana la Virgen del Carmen, a ella le pido: Ayúdanos, protégenos, extiende tu manto; sobre las familias, sobre los jóvenes, sobre los niños, sobre los enfermos, sobre todos; para que de esa manera tengamos esa paz y esa serenidad”.
Fuente: www.arzobispadodelima.org

Testigos y profetas

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Introducción

La guerra civil española de 1936-1939 y su prólogo de la revolución de Asturias en Octubre de 1934 son acontecimientos históricos sumamente complejos en los que se entremezclan factores de todo tipo: sociales, políticos, militares, económicos y ¿cómo no? religiosos. Pero, cualquiera que sea el juicio histórico que se formule sobre aquella convulsa época, no cabe duda de que en ella se produjo, al socaire de la situación bélica y revolucionaria, una verdadera persecución religiosa.
La actuación de los gobiernos republicanos de izquierda asumió desde el primer momento tintes claramente antirreligiosos. La separación de Iglesia y Estado proclamada por la Constitución significó mucho más que una mera laicidad oficial; fue interpretada -y se aplicó- como una justificación de ataques a las instituciones eclesiásticas y traba a sus actividades: enseñanza, beneficencia, culto y hasta la simple existencia de órdenes y congregaciones religiosas.
Lo peor fue que, por debajo de las actuaciones oficiales más o menos respetuosos con la legalidad, se fue produciendo una actividad paralela de carácter revolucionario que desbordó todos los límites legales. Los incendios de iglesias primero y, luego, los asesinatos de sacerdotes, religiosos y religiosas y militantes católicos laicos se produjeron a un ritmo creciente que alcanzó su paroxismo en el primer semestre de la guerra civil. Fue entonces cuando la Iglesia española ofreció un impresionante tributo de sangre que no tiene otro paralelo sino el de las persecuciones del imperio Romano: una verdadera multitud de víctimas que merecieron desde los primeros momentos el título de mártires y que, en numerosos casos, ha ratificado oficialmente la Iglesia.
La Congregación de la Misión corrió la misma suerte que el resto de la Iglesia española. El planteamiento geográfico inicial de la guerra hizo que, al producirse el alzamiento o en las semanas que siguieron, la Mayoría de las casas de España cayeran en la zona que entonces se llamaba nacional. Esto, junto a la previsora medida del visitador de Madrid de trasladar el Seminario Interno y el Teologado a zonas más seguras, y a la circunstancia de encontrarse en Palma de Mallorca el estudiantado de Barcelona para celebrar el segundo centenario de aquella casa, redujo considerablemente el número de posibles víctimas. Pero el resto: doce casas de la Provincia de Madrid y cinco de la provincia de Barcelona (todas menos Palma de Mallorca), estaba situado en zona roja. Ellas supeditarían la ofrenda martirial de la Congregación: los 37 sacerdotes y los 19 Hermanos inmolados por odio a la fe, de los que 23 pertenecían a la Casa Central de Madrid.
En las páginas siguientes encontrará el lector la relación detallada de esos mártires. Pero, ¿cómo no resaltar ya desde ahora, entre otros, los nombres de las víctimas más jóvenes, los hermanos coadjutores seminaristas Vicente Cecilia y Manuel Trachiner, de la casa de Horta­leza, asesinados por llevar en la pobre maleta con que intentaban regre­sar a su familia, una sotana que delataba su condición religiosa? ¿Y cómo olvidar al benemérito y erudito Padre Benito Paradela, archivero y bibliotecario de la Casa Central de Madrid, que, con paciencia y previ­sión, fue poniendo a buen recaudo, al acercarse la revolución, los lega­jos del archivo y las mejores obras de la biblioteca, pero que no acertó a salvar su propia vida?
No menos generoso, aunque inferior en números relativos y abso­lutos, fue el tributo de las Hijas de la Caridad: 30 de ellas sufrieron heroicamente la muerte por fidelidad a su fe y a su vocación. 28 eran de la provincia española y 2 de la Hispano-francesa.
Conviene también señalar el testimonio admirable que dieron innumerables miembros de las asociaciones laicas de la Familia Vicen­ciana que murieron porque eran conocidos como católicos comprome­tidos. Así la Asociación de Hijos e Hijas de María Inmaculada tuvo 11 mártires, de los que 4 eran sacerdotes consiliarios y 7 laicos, la Aso­ciación de la Medalla Milagrosa de España tuvo 69 mártires, y la Socie­dad de San Vicente de Paúl 586, cuyos nombres figuran en los muros de la Iglesia de San Roberto Belarmino en Madrid.

Mártires de la Congregación de Misión

a) Alcorisa, diócesis de Teruel

1. Padre Fortunato VELASCO TOBAR CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 1 de Junio de 1906 en Tardajos, Burgos (España) y murió el 23 de Agosto de 1936 en Alcorisa, Teruel. Era el 29 de Julio de 1936. Fiesta de Santa Marta, patrona de los Hermanos. Mientras se celebraba la campana de la iglesia parroquial tocaba dando la alarma. Unos quince camiones de la armada comu­nista habían entrado en Alcorisa. El Padre Superior gritó: “¡Salvése quién pueda!”. Cada uno tomó su camino, menos el siervo de Dios y el Her­mano Aguirre. Ellos se preguntaban, sobre todo el siervo de Dios pues él era el ecónomo, si no podían hacer algo por el bien espiritual del pueblo, y por el bien material de la comunidad esparcida. Un grupo de comunistas lleno la casa y la arrasó. Arrestaron al siervo de Dios así como a más de cincuenta personas conocidas por su fe. Les amenazaron de muerte colectiva. El día siguiente, el pueblo fue con­vocado a la plaza del Ayuntamiento, hicieron salir a los prisioneros, uno a uno, hasta sesenta, al balcón del Ayuntamiento para ser juz­gados públicamente. Cuando le tocó el turno al siervo de Dios el pue­blo pidió que no fuese condenado a muerte porque era religioso. Uno de los hijos del Alcalde respondió que no le iban a condenar porque era religioso. Había que ver si había actuado contra la República. Como nadie le pudo acusar de esto le dejaron en libertad. Perma­neció en libertad vigilada. Fue a refugiarse al domicilio del vicario de la parroquia, su compañero de martirio y de prisión durante más de un mes desde el 30 de Julio de 1936.
Este día, algunos jefes comunistas del exterior vinieron a presen­tarse al pueblo. Los comunistas de Alcorisa fueron a la casa alrede­dor de la una de la mañana para arrestar al Padre Fortunato. Lo llevaron a las Escuelas Nacionales, que hacían de prisión, donde se encontró al menos dos prisioneros de derechas del pueblo. La noche del 23 de Agosto de 1936 le hicieron salir de la prisión y le llevaron al cemen­terio. Allí, en la noche del 23 al 24 de Agosto de 1936, le fusilaron. Todos los testigos están de acuerdo en que murió perdonando a quie­nes le quitaban la vida.
2. Padre Leoncio PÉREZ NEBREDA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 18 de Marzo de 1895 en Villamentero, Burgos (España) y murió el 2 de Agosto de 1936 en las afueras de Oliete, Teruel (España). El 29 de Julio de 1936 hicieron su entrada en Alcorisa (Teruel) los marxistas, estando los Padres festejando la Santa Patrona de los Hermanos oyeron, no terminada aún la merienda, que sonaba la campana de la Iglesia parroquial repicando alarma. Quince camiones de tropas marxistas habían hecho la entrada. Ante la inminencia del peligro, el Superior de la Comunidad dio el grito de desbandada: “Sálvese el que pueda”.
El Siervo de Dios se orientó hacia Zaragoza e hizo su primera parada aquella misma tarde, en la Masía de Ariño (Las Lomas). El 30 de Julio, hacia las dos de la mañana, buscando un refugio más seguro, halló un nuevo escondite en la Masía de los Frailes. Hacia el 31 de Julio tuvo que buscar asilo en un tercer caserío, “La Masía de la Mascarada”. Solo permaneció dos días. Se cambió su vestido por otro viejo y los zapatos por alpargatas. El 2 de Agosto apareció muy de mañana en las afueras del pueblo de Obón, de la misma provincia de Teruel. Aguardó hasta que sonó en la torre parroquial la campana de la Misa tempranera. Edificó a todos por la gran devoción con que oyó la Misa. Terminada la Misa entró en la sacristía y pidió confesión al Cura Párroco, saliendo del pueblo por el mismo barrio que le vio entrar. Entró en el pueblo de Oliete por la carretera y se paró en el puente, sentándose en un poyo junto a la vivienda situada a la misma altura del puente. Pidió agua en la casa a cuya puerta estaba descan­sando. Estaba dialogando en el puente con Paulino Martín Pérez, cuando se llegó al grupo un vecino del pueblo: José Santiago Can­deal, de malos antecedentes y desaparecido más tarde del territorio nacional. Sospechando que aquel hombre vestido de aquella facha era un sacerdote disfrazado, intencionadamente le pasó la mano por la cabeza y le tiró la gorra al suelo. Así vio que llevaba marcada la corona en la cabeza. Esto le bastó a José para concebir y ejecutar inmediatamente su inicuo plan. Pretextó que debía marcharse con el fin de acarrear. Al poco tiempo se presentó con dos caballerías. El Siervo de Dios ya se había puesto en marcha por la carretera de Oliete. José le dio alcance en la misma carretera y comenzó a intimar con él, conociendo por sus mismos labios los planes que tenía de ir Zaragoza. A unos tres kilómetros de Oliete, José, fingiendo con toda astucia una ayuda personal, le sugirió: “No vaya Vd. por la carretera. Venga por este camino”. Y le hizo montar en una de sus caballerías mientras él montaba la otra. Lo desvió de la carretera y le llevó por un sendero, caminando aproximadamente un kilómetro más, hasta que llegaron a un barranco solitario y seco, dentro del mismo terri­torio de Oliete. Llegados aquí, José le dijo al Padre con toda sangre fría: voy a bajar de la caballería. Y luego, haciendo bajar también al Padre, comenzó a golpearle en la cabeza y en la nuca con uno de los palos o varas de acarrear que llevan en su albarda las caballerías. El Siervo de Dios cayó sin sentido, y José continuó golpeándole hasta matarle. Luego arrojó su cadáver en la hendidura de una roca al bor­de del barranco, echándole encima una gran losa y algunas piedras.
El cadáver del Siervo de Dios fue visto y reconocido por algunos vecinos de Oliete. Todos los testigos están de acuerdo que el moti­vo de la muerte del Siervo de Dios fue su condición de sacerdote y religioso.
3. Hermano Luis AGUIRRE BILBAO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 19 de Agosto de 1914 en Munguía, Vizcaya (España) y murió el 29 de Julio de 1936 en Alcorisa.
El 21 de Abril escribía a sus tíos: “Ahora vivimos al revés porque todos los criminales están fuera y los inocentes, en prisión. ¿Qué fin persiguen quemando iglesias, conventos… tirando por tierra las for­mas y haciendo todos los sacrilegios que hacen en muchas partes, sacando las estatuas de los santos fuera para prenderlas fuego? ¡Ore­mos y sacrifiquémonos…! Oremos mucho por nuestra querida patria. Pongámonos en las manos de Nuestro Señor para que sea lo que él quiera…, y preparémonos a bien morir, pues es preciso morir por defender la Fe… Hay que pasar por eso… No hay otro medio”.
El 29 de Julio, mientras estaban todavía celebrando la fiesta de Santa Marta, patrona de los Hermanos, recibieron confirmación de que las huestes comunistas estaban entrando en Alcorisa. Ante la in­minencia del peligro el Superior de la Comunidad dio el grito de des­bandada. El Padre Velasco y el Hermano Aguirre optaron por quedarse en ca­sa. Se despidieron de sus compañeros que se marchaban con un abra­zo y ellos se quedaron en casa esperando ver cómo se desarrollaban aquellos trágicos sucesos, y para ver si podían hacer algo por el bien espiritual del pueblo y por el bien material de la disuelta Comunidad
Una vez que tomaron posesión del pueblo, los marxistas encami­naron sus pasos hacia la residencia de los Padres Paúles. Al llegar allí golpearon brutalmente las puertas de la casa. Después de haberse enfrentado con el Padre Velasco, le obligaron, junto con el Hermano Aguirre, a que les acompañaran en el registro. Hicieron mil destrozos y fusi­laron en la iglesia las sagradas imágenes con abundante tiroteo. Inmediatamente después del registro tuvo lugar el apresamiento martirio del Siervo de Dios, pues el Padre Velasco, en carta autógrafa escrita a lápiz desde la cárcel de Alcorisa con fecha 30 de Julio de 1936, decía: “Ayer tarde, después de llegar las milicias, huyeron todos menos Aguirre y yo. Al llegar las milicias nos entregamos, registraron la casa delante de nosotros, hicieron mil destrozos. Al salir, me parece que le mataron (Hermano Aguirre), según me han dicho hoy”.
Los hechos se siguieron así: Apresado el Padre Velasco, los marxistas se encararon con el Siervo de Dios (Hermano Aguirre). El Hermano pro­testó su inocencia: nada había hecho para que le matasen. Los mar­xistas le hicieron ponerse de rodillas ante la fachada del Colegio -hoy Seminario Diocesano- y allí mismo le fusilaron.
Antes de ser tiroteado, el Siervo de Dios declaró: Si tengo que morir, muero por Dios y por España. Los marxistas le intimaron que gritara: “¡Viva el comunismo!”. Pero el mártir gritó: “¡Viva Cristo Rey!”. Aquella tarde del 29 de Julio de 1936, precisamente en el día de la Patrona de los Hermanos (Santa Marta), moría mártir, siendo así la primera víctima de la revolución antirreligiosa de Alcorisa. Todos los testigos son unánimes en declarar que fue asesinado en odio a la Fe católica y por su condición de religioso.

b) Guadalajara, diócesis de Sigüenza-Guadalajara (6 de Diciembre de 1936)

4. Padre Ireneo RODRÍGUEZ GONZÁLEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 10 de Febrero de 1897 en Los Balbases, Burgos (España) y murió el 6 de Diciembre de 1936 en Guadalajara.
5. Padre Gregorio CERMOÑO BARCELÓ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 9 de Mayo de 1874 en Zaragoza (España) y murió el 6 de Diciembre de 1936 en Guadalajara.
6. Padre Vicente VILUMBRALES FUENTE CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 5 de Abril de 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España) y murió el 6 de Diciembre de 1936 en Guadalajara.
7. Hermano Narciso PASCUAL PASCUAL CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 17 de Agosto de 1917 en Sarreaus, Orense (España) y murió el 6 de Diciembre de 1936 en Guadalajara.
Iniciada la revolución marxista, los milicianos detuvieron a los Siervos de Dios el 26 de Julio de 1936 y los encarcelaron en la Prisión Central, calle Amparo, Guadalajara. Con ellos encarcelaron en la misma prisión a unas 300 personas destacadas por su catolicismo en la región alcarreña, entre las que se contaban 21 sacerdotes y religiosos, colocados en una celda aparte de los seglares. Sufrieron muchas molestias y privaciones. La alimentación era muy escasa, en Octubre fueron despojados de los colchones de lana y las mantas de su propiedad particular y en el mes de Noviembre, cuando el frío comenzaba a sentirse de veras, les robaron sus propios abrigos.
Los sacerdotes y religiosos llevaban una vida muy ejemplar. No hacían más que rezar, y confesaban a los presos que eran ejecutados.
El 6 de Diciembre de 1936 una turba de comunistas de la capital, instigados por una brigada de milicianos de Alicante, asaltaron la Prisión Central de Guadalajara para matar a todos los sacerdotes, religiosos y seglares destacados por su catolicismo. Comenzó el asalto a las cuatro de la tarde. Primero los marxistas cerraron los dormitorios para que no pudieran defenderse sus victimas. Después entraron y sacaron a todos los presos, uno a uno, acompañado cada uno de ellos por un miliciano. Fueron conducidos al recinto de la Prisión y allí los fusilaban, dejando sus cadáveres en el suelo. Los primeros que mataron fueron los sacerdotes y religiosos de la celda aislada, unos 21. Entre estos asesinados primeramente, estaban los sacerdotes Paúles y el hermano lego Paúl. Parece ser que los primeros en caer fueron el P. Ireneo y el Hno. Pascual. A tal punto llegó el furor de la turba marxista, que varios milicianos, armados con pistolas, acribillaron a balazos a cuantos tenían los ojos abiertos, dejando, en cambio, sin rematar a los agonizantes, en tal forma que al ser conducidas las victimas en los camiones para ser enterradas, algunas de ellas daban gritos angustiosos. Fueron enterrados en fosa común, y muchos cadáveres no fueron enterrados sino quemados allí mismo.

c) Mártires de Oviedo y de Gijón, diócesis de Oviedo

8. Padre Tomás PALLARÉS IBÁÑEZ CM, miembro de la provincia de Madrid, nació el 6 de Marzo de 1890 en La Iglesuela del Cid, Zaragoza (España) y murió el 13 de Octubre de 1934 en Oviedo.
En la tarde del 6 de Octubre de 1934 los marxistas rodearon el Seminario Diocesano envolviéndolo en horrible tiroteo. Profesores y alumnos se dieron a la desbandada. Apresado por los marxistas y lle­vado a la Comisaría, fue conducido a una cárcel improvisada junta­mente con un grupo de seminaristas y religiosos. Después de tres días fueron trasladados a otra prisión, ocupando todos los presos (unos 70) una sola habitación, sentados día y noche, vigilados día y noche por milicianos y milicianas, armadas ellas también, y apenas podían hablar entre sí. Se confesaban disimuladamente, según esta­ban sentados en la sala. Al saber que la Mayor parte eran sacerdotes y religiosos, intentaron fusilarlos allí a todos, pero el jefe de la pri­sión lo impidió, y, para impedir de momento la matanza, se formó un simulacro de juicio, aunque ya sabían la condición de todos. Fue­ron trasladados a otra prisión, donde estuvieron encerrados hasta el día de su martirio, y en lo tres días incompletos que allí vivieron no les dieron más alimento que un poco de café el tercer día por la mañana. Para beber les daban agua estancada en que se lavaban los mismos marxistas, bebida que incluso les quitaron el segundo día.
El 13 de Octubre en la improvisada cárcel hubo dos explosiones planeadas por los marxistas. A las doce y media de la mañana, cuando vieron que las fuerzas gubernamentales avanzaban por la estación, provocaron la primera explosión con el fin de darles a ellos tiempo para escapar, volar la escalera para que no escapara ninguno de los presos y preparar la segunda explosión, que volaría todo el edificio. Ante el avance de las tropas, los marxistas habían intentado fusilar a todos los reclusos, de seis en seis, pero desistieron. Después de un cuarto de hora, fue la primera explosión, que destruyó la escalera, dejando a los presos sin salida. Tres paredes del aula-prisión quedaron destruidas y una cayó encima de los reclusos sin herir a ninguno. Los guardias de asalto perdieron el control y ordenaron: “Cada uno que salga como pueda”. Unos saltaron a los tejados próximos, más bajos que el tercer piso del edificio, otros comenzaron a gatear por las cons­trucciones no terminadas del proyectado nuevo Instituto. La Mayor parte rompió el pavimento que era de madera, abrieron un boquete, levantando algunas maderas. Con unas mantas se hicieron cuerdas y por ellas se iban deslizando uno a uno, hasta el segundo piso del edi­ficio. Y llegados a él, se agarraban y gateaban por las nuevas construc­ciones del Instituto hasta tocar el suelo. Todo el edificio y la tapia de la finca estaban rodeados por un piquete de marxistas que, fusil en mano, aguardaban a cuantos intentaban escapar, para fusilarlos en el acto. Al deslizarse por la cuerda de mantas el Siervo de Dios, le alcanzó en la cabeza una ráfaga de balas. El P Pallarés se desprendió de la cuerda y cayó desplomado en el segundo piso, donde expiró al instante. Un poste de hierro de los cables del tranvía, lanzado por la segunda explosión, quedó tirado encima del cuerpo del P. Pallarés. Testigos presenciales pudieron reconocer el cadáver del Padre Pallarés, que luego desapareció, sin saberse nada más.
9. Hermano Salustiano GONZÁLEZ CRESPO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el I de Mayo de 1871 en Tapia de la Rivera, León, (España) y murió el 13 de Octubre de 1934 en Oviedo.El Hno. Salustiano murió el mismo día y en las mismas circunstancias que el P. Tomás Pallares Ibáñez.
10. Padre Vicente PASTOR VICENTE CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 19 de Tulio de 1886 en Caudé, Teruel (España) y murió el 7 de Octubre de 1934 en Oviedo.
Al comenzar la revolución marxista en Asturias (la “octubrada”), Octubre de 1934 (preludio de la revolución general marxista española, 1936-1939), el Siervo de Dios residía en el Seminario Diocesano de Oviedo, entonces confiado a la Congregación.
El 4 de Octubre por la mañana salió del Seminario a decir la Santa Misa en el Colegio de La Milagrosa, Hijas de la Caridad. Terminada la Misa, las Hermanas le advirtieron que no saliera del Colegio, a causa del tiroteo que ya se notaba en las calles. El Padre tuvo entonces una actitud decidida, valiente. No pasa nada, respondió, y se volvió al Seminario. El 6 de Octubre, hacia las tres de la tarde, los marxistas asaltaron Oviedo (“ciudad mártir”). En seguida rodearon el Seminario Diocesano, envolviéndolo en un horrible tiroteo. Se impuso la desbandada de profesores y alumnos. Luego los enemigos de la fe arrasaron el Seminario, prendiéndole fuego.
La Mayor parte de los seminaristas cayeron en poder de los revolucionarios. Un grupo de ellos, acompañado por un Padre Dominico, se ocultaron en un sótano próximo al Seminario. Otro grupo de Seminaristas refugiados en el sótano de una casa vecina, fueron sorprendidos por los marxistas y asesinados en la esquina de la misma calle del sótano. Murieron con valentía al grito de: “¡Viva Cristo Rey!”.
Al evacuar el Seminario todos los profesores y alumnos, el Siervo de Dios se puso traje de paisano y se quedó allí hasta el día siguiente (7 de Octubre) por la mañana, en que, vestido de seglar, dijo la santa Misa en la capilla de los Padres Dominicos dentro del Seminario. Según informes de un testigo ocular de aquellos sucesos, el Padre Pastor, antes de abandonar el Seminario, consumió él solo las formas del Sagrario.
Dicha la Misa, el P. Pastor se escondió en el pajar del Seminario, acurrucándose en la misma paja. Compartían su escondrijo dos o tres legos Dominicos. Como la paja le sofocaba el Siervo de Dios determinó escapar por la puerta trasera del pajar que se abre a dicha carretera. Allí mismo, junto a la puerta del pajar, acababan de fusilar los marxistas a siete seminaristas Mayores. Los dos legos Dominicos le advirtieron al Padre Pastor, con humor realista, que era mejor oler la paja que oler la pólvora. Ellos continuaron arrebujados en su defen­sa. El Padre Pastor nada más salir a la carretera, fue detenido por los marxistas, siendo conducido al antiguo “Mercado de San Lázaro” o “Matadero viejo”, en el Barrio de San Lázaro, Oviedo. Al anochecer del mismo día 7 de Octubre de 1934, los comunistas condujeron al mismo sitio al Provisor y al Canciller-Secretario de la Archidiócesis, e inmediatamente los fusilaron allí mismo junto con el Siervo de Dios. Después de fusilarles, los mismos marxistas recogieron los cadáveres de los tres, y en un carro los trasportaron al cementerio de “El Salvador”, Oviedo, echándolos en una fosa común.
11. Padre Amado GARCÍA SÁNCHEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 29 de Abril de 1903 en Moscardón, Teruel (España) y murió el 24 de Octubre de 1936 en Gijón (España).
Al comenzar la revolución marxista en Julio de 1936, el Siervo de Dios vivía en la residencia que la Comunidad tenía en Gijón (Astu­rias) y allí se quedó escondido y refugiado. Compartía este refugio con el Padre Gutiérrez y el Hermano Paulino Jiménez. Invitado a cambiar de refugio, se resistía por delicadeza, ante el temor de comprometer a la familia que le recibiera.
Ante las muchas instancias de personas amigas, el Padre Amado accedió a buscarse otro refugio más seguro en el domicilio de Sabina Llado, de la misma ciudad, donde permaneció solo cuatro o cinco días, durante los cuales dijo la Santa Misa vestido de seglar y con un misalito de los fieles, después se volvió a la residencia de la Comu­nidad, donde se ocultó por segunda vez, por no comprometer a una familia que tanta generosidad le había demostrado. Tuvo el Santí­simo en la Capilla hasta la fecha de su prendimiento. Salía algunas veces muy temprano a decir la misa y confesar fuera (Colegio de Pola), donde el 12 de Agosto pudo confesar hasta unas 30 personas. El 15 de Agosto hizo su última salida al mismo Colegio, donde hijo la santa Misa y confesó.
El 22 de Octubre fueron apresados él y el Hermano y presenta­dos ante un pseudo tribunal popular acusando al Siervo de Dios de haber dicho Misa el día 15 de Agosto, de que era cura y por lo tanto marcadamente faccioso y le hicieron recitar el Credo y el Padrenues­tro. A continuación fueron llevados los dos a una “checa” roja, en la que solo el Siervo de Dios fue torturado por tres días bien completos.
El 24 de Octubre de 1936, la víspera de Cristo Rey, los marxistas entraron muy de mañana en la checa y con la lista en mano, el fatí­dico lector de turno leyó el nombre del camarada Amado, el que abrazó al Hermano Jiménez y le dijo: “¡Adiós! ¡Hasta la eternidad!”, reco­mendando a los comunistas: “Matadme a mí, pero no hagáis nada a este pobre viejo, que es solo un criado nuestro”. Aún no había cla­reado el día hicieron subir en un coche al P. Amado y a sus compa­ñeros de suplicio. Fueron conducidos al cementerio municipal de Gijón (cementerio del Suco, Ceares) y en la pequeña explanada ante las puertas del cementerio fusilaron al Padre Amado, junto con otros tres compañeros de prisión. En el acto del martirio, el Siervo de Dios tuvo palabras de perdón para sus verdugos y de alegría al dar su vida por Dios. Así pudo testificarlo el Conserje del cementerio, que sintió perfectamente la llegada del coche de la muerte y desde su domicilio distinguió con claridad los tiros del fusilamiento.
12. Padre Pelayo-José GRANADO PRIETO CM, miembro de la Pro­vincia de Madrid, nació el 30 de Julio de 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España) y murió el 27 de Agosto de 1936 en Soto del Barco.“Un vecino de Soto del Barco (fallecido en 1952), emparentado con uno de los dirigentes locales marxistas, llamó un día a la Casa Rectoral, pidiendo clemencia para el P. Granado y protestando del trato que le daban. Al llegar a la casa oyó los quejidos del Padre y las risotadas de milicianos y milicianas que le atormentaban. Le golpea­ron y le pincharon al tiempo de insultarle. Le iban cortando la carne a trozos mientras ese vecino oyó allí mismo a los milicianos que pro­ferían este sarcasmo contra el Siervo de Dios: Mira qué carnes más blancas tiene”. Le privaron de su integridad viril…
Los tres últimos días de su prisión y tormentos estuvo encerrado en el servicio, sin comer, ni beber, ni disponer de espacio suficiente para sentarse. El Padre pidió angustiosamente a sus verdugos que al menos le dieran un poco de agua, favor que le negaron.
A estos tormentos postreros se juntó otro, de índole espiritual. Sabía el Siervo de Dios que en el pueblo había un sacerdote, y pedía como única gracia que se lo trajeran, para confesarse con él a lo que se negaron rotundamente los marxistas.
El 27 de Agosto de 1936, ya de noche, los comunistas sacaron al Siervo de Dios, más muerto que vivo, de la Casa Rectoral y lo con­dujeron a la orilla del río Nalón, que pasa junto a Soto del Barco. Allí mismo le acuchillaron por la espalda hasta que expiró, arrojando al río su cuerpo, que jamás apareció.
13. Padre Ricardo ATANES CASTRO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 5 de Agosto de 1875 en Cualedro, Orense (España) y murió el 14 de Agosto cerca de Gijón.El 14 de Agosto, a las cuatro de la tarde, sacaron los comunistas a todos los presos de la checa instalada en la Iglesia de San José para ser fusilados… Sonriente el rostro, el Siervo de Dios fue arrojado en uno de los camiones de la muerte, junto con otros 300 compañeros, entre sacerdotes y seglares destacados por su catolicismo.
Pararon los camiones en un pinar situado en una de las bellas colinas que circundan Gijón, no lejos de los depósitos de agua, en el término designado comúnmente con el nombre de “Llantones”. Inmediatamente todos los presos fueron puestos en filas y un piquete de marxistas los acribilló con varias ametralladores. Era el 14 de Agosto de 1936.
14. Padre Andrés Avelino GUTIÉRREZ CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 12 de Noviembre de 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España) y murió el 3 de Agosto de 1936 cerca de Villaviciosa (Asturias).
El 3 de Agosto de 1936, hacia las tres de la tarde, tres o cuatro milicianos marxistas sacaron de la prisión al Siervo de Dios en un coche y le llevaron al pueblo y parroquia de San Justo (Asturias).
Le hicieron subir monte arriba. El Padre se abría paso fatigosa­mente por entre los cotones o malezas, dándole empujones sus ver­dugos. La subida fue muy penosa en este nuevo calvario hacia su muerte. Iba hablando solo (según dice un testigo), es decir, iba rezan­do. Llegó por fin con sus verdugos a la altura de unos setenta metros y allí mismo le fusilaron.
Una vez que los comunistas se alejaron con el coche, muchos vecinos de San Justo subieron al monte a rendir los primeros hono­res al mártir de Cristo. Desde diversos sectores habían oído los dis­paros. Merced a todos estos testigos oculares, y a la consiguiente fama de martirio que aún perdura entre aquellas bondadosas gentes, llegaron a conocerse, junto con el martirio, no pocos detalles del mismo. El misionero yacía boca arriba, con el orificio de la bala en la sien izquierda y encima de un gran charco de sangre que bajaba por el camino como un arroyo… La boina, también llena de sangre, estaba tirada junto a los hombros, y junto a la boina unos trozos del cráneo. Tenía la frente marcada con una cruz de sangre, como de dos dedos de ancha. Había tenido el gesto valiente y generoso de rubricar su martirio con su propia sangre; con los dedos de la mano, mojados en su propia sangre, se había signado en la frente un poco antes de que el Juez Supremo signara su alma con el sello eterno de los héroes del amor.
Los habitantes de San Justo, testigos oculares del hecho (presen­ciaron la llegada del auto de los marxistas con la víctima y oyeron perfectamente los disparos del fusilamiento) subieron inmediata­mente y en gran número al monte, vieron al Siervo de Dios fusilado y presenciaron su agonía. Al día siguiente el cadáver fue recogido en una escalera de las que usan en la región asturiana (“pasera”) para subir al pajar o para coger las manzanas. En ella, como en parihue­las, fue bajado del monte y subido a un camión, que lo trasportó al Depósito Judicial de Villaviciosa, a cuyo municipio pertenece el pue­blecito de San Justo. El 14 de Febrero de 1940 fueron trasladados los restos del Siervo de Dios al Cementerio Municipal de Gijón (Suco, Ceares) donde hoy reposan.

d) Rialp, diócesis de Urgel (17 de Agosto de 1936)

15. Padre Antonio CARMANIÚ MERCADER CM, miembro de la Provincia de Barcelona, nació el 17 de Abril de 1860 en Rialp, Lérida (España) y murió el 17 de Agosto de 1936 cerca de Llavorsi, Lérida.
Al comenzar la revolución marxista en Julio de 1936, el Siervo de Dios residía en la Casa Central de Barcelona, calle Provenza 212. En la tarde del 19 de Julio, al igual que los demás sacerdotes y Hermanos, dejó la Casa Central, buscando un refugio por la capital. Pero al salir, como lo hicieron todos los sacerdotes, se llevó consigo un cajita llena de formas consagradas del Sagrario, evitando así una segura profanación de las dos mil formas recién consagradas. Se refugió en dos casas de Barcelona, pero se creyó más seguro en su pueblo natal, queriendo así evitar peligros a las familias que le hospedaban. Antes de partir hizo acto de presencia ante el Superior de la Casa Central, refugiado en un domicilio barcelonés. Le pidió el permiso y bendición para la partida, licencia en materia de santa pobreza, etc. Gracias a un salvoconducto que le proporcionó el Comandante de la Guardia Civil de Barcelona, el Padre Carmaniú llegó a Rialp finalizando el mes de Julio, ocultándose en la casa que le vio nacer. Un día le llamaron desde el Comité Rojo de Rialp para prestar unas declaraciones, que significaba para preparar la sentencia de muerte. Le dejaron en libertad, pero prohibiéndole que saliera del pueblo. Una noche, entre las once y las doce, se escapó del pueblo natal. Le buscaron con toda diligencia por el río y por la montaña, sin hallar rastro. De refugio en refugio llegó a Estarón (Lérida) donde pasó unas horas en la casa de un pariente suyo muy lejano. El Siervo de Dios, acompañado de un familiar, comenzó a caminar por la montaña con dirección de la frontera de Francia, para refugiarse en alguna Casa de la Congregación, pero los milicianos lo detuvieron pidiéndole el salvoconducto y le encarcelaron en el Comité Rojo del pueblo de Estarón, donde estuvo preso lo restante del día 16 de Agosto y parte del 17. Le atormentaron en los locales de las Escuelas, golpeándole en la cabeza con el fusil, al mismo tiempo que proferían contra él las más groseras injurias. Sacaron de las Escuelas al P. Carmaniú y le condujeron a diversas paradas. En una de ellas juntó consigo a todos los miembros de la familia y les advirtió que no se dejaran engañar de las enseñanzas marxistas, y les exhortó a que no tuvieran miedo a morir por la fe. En otra parada le sujetaron de pies y manos, queriéndole obligar brutalmente a beber vino en un cáliz (habían despojado una iglesia de todos los cálices, copones, ornamentos sagrados, sotanas, bonetes que pudieron hallar), pero él rehusó.
Los marxistas bajaron a Ribera de Cardós, en plena llanura y se encaminaron a la fonda del pueblo. Le pusieron delante un caldero lleno de vino, mientras le decían: Bebe, que es el último día y le repetían las mismas injurias verbales relativas a mujeres, monjas y confesiones. En Ribera de Cardós hicieron entrega del Siervo de Dios a sus camaradas marxistas procedentes de la F.A.I. de Tremp (Lérida), que le hicieron subir con ellos a una camioneta y le condujeron al cercano pueblo de Llavorsí (Lérida) y a dos o tres kilómetros de Lla­vorsí le hicieron bajar. Eran ya de diez a once de la noche del 17 de Agosto de 1936. Los milicianos sentaron al padre encima del malecón y le enfocaron bien con los reflectores de la camioneta. Le mandaron que se pusiera de espaldas a ellos y de cara a la corriente del río, a lo que no accedió el Siervo de Dios, diciéndoles que moriría de cara, añadiendo: “Viva Cristo Rey, ya podéis tirar”. Al oír esto, dispararon sus fusiles mientras él gritó: “¡Viva Cristo Rey!”… Echaron sobre el cadáver unas paladas de arena y cascajo. Desde el mismo momento de la muerte, quedó confirmada, entre los que le conocieron, la fama de santidad y martirio y “este sentimiento se muestra espontáneo”, y “que murió mártir de Cristo y de la Fe y esta fama es general y espontánea y va en incremento”.

e) Diócesis de Madrid

La “Casita” (29 de Octubre de 1936)
16. Padre Maurilio TOBAR GONZÁLEZ CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 14 de Septiembre de 1869 en Tardajos, Bur­gos (España) y murió el 29 de Octubre de 1936 en Madrid.
17. Padre Ponciano NIETO ASENSIO CM, miembro de la provincia de Madrid, nació el 9 de Marzo de 1875 en Valverde del Campo, Valladolid (España) y murió el 29 de Octubre de 1936 en Madrid.
En la casa llamada la “Casita” residían los capellanes encargados de la Casa Central de la Hijas de la Caridad y del seminario de las Her­manas, es decir cerca de 70 Hermanas con votos y más de 200 Her­manas en formación. Desde el 23 de Julio, los dos Padres se refugiaron en la casa de una prima del Superior. Pero les arrestaron a los tres. Fueron probablemente fusilados juntos el 29 de Septiembre de 1936.
Vallecas (23 de Octubre de 1936)
18. Padre José María FERNÁNDEZ SÁNCHEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 15 de Enero de 1875 en Oviedo (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
19. Padre Roque GUILLÉN GARCÁS CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 21 de Mayo de 1879 en Sarrión, Teruel (Espa­ña) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas, Madrid.
20. Padre Benito PARADELA NOVOA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 22 de Octubre de 1887 en Amoeiró, Orense (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
21. Hermano Cristóbal GONZÁLEZ CARCEDO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 21 de Agosto de 1913 en Lodoso, Bur­gos, (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
22. Hermano César ELEXGARAY OTÁZUA CM, miembro de la Pro­vincia de Madrid, nació el 25 de Febrero de 1904 en Anteiglesia, Guipúzcoa (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
23. Hermano Juan NÚÑEZ ORCAJO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 14 de Septiembre de 1882 en Font Toso, Burgos (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas-Madrid.
Vallecas es un barrio de los suburbios de Madrid en cuyo cemen­terio ocho de nuestros cohermanos, tres sacerdotes y cinco Hermanos, procedentes de tres casas, fueron fusilados y enterrados el 23 de Octu­bre de 1936. Había cohermanos de la Casa Central y de la “Casita” y dos de Hortaleza de la que hablaremos más tarde. Los milicianos, en particular creían que tenían “riquezas” escondidas por las Hermanas. Primero estuvieron en la cárcel donde sufrieron privaciones, y sufri­mientos por la brutalidad de sus interrogatorios. Después, el 23 ó el 24 de Octubre, después de un periodo de encarcelamiento más suave, fueron entregados a la Checa de Fomento, más fanáticos y más cureles que los otros que, probablemente les masacraron ese mismo día.
Hortaleza
24. Padre Eleuterio CASTILLO GÓMEZ, C.M., miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 18 de Octubre de 1903 en Marmellar de Ar­riba, Burgos (España) y murió el 3 de Octubre de 1936 en Madrid.
25. Hermano Saturnino TOBAR GONZÁLEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 24 de Diciembre de 1858 en Tarda­jos, Burgos (España) y murió el 28 de Septiembre de 1936 en Valle­cas, Madrid.
26. Hermano Agustín NOGAL TOBAR, C.M., miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 5 de Mayo de 1885 en Tardajos, Burgos (España) y murió el 23 de Octubre de 1936 en Vallecas, Madrid.
27. Hermano Bartolomé GELABERT PERICÁS, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 4 de Mayo de 1872 en Consey, Mallorca (España) y murió el 27 de Noviembre de 1936 en Cani­llas, Madrid.
28. Hermano Pedro ARMENDÁRIZ ZABALETA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 29 de Abril de 1877 en Tracheta, Navarra (España) y murió el 27 de Noviembre de 1936 en Madrid.
29. Hermano Manuel TRACHINER MONTAÑA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 21 de Septiembre de 1915 en Puzol, Valencia (España) y murió el 20 de Julio de 1936 en Hortaleza, Madrid.
30. Hermano Vicente CECILIA GALLARDO CM, novicio de la Pro­vincia de Madrid, nació el 10 de Septiembre de 1914 en Cabra, Cór­doba (España) y murió el 19 de Julio de 1936 en Hortaleza, Madrid.
31. Hermano Roque CATALÁN DOMINGO CM, miembro de la Pro­vincia de Madrid, nació el 24 de Enero de 1874 en Aldehuela, Teruel (España) y murió el 22 de Julio de 1936 en Hortaleza, Madrid.
32. Hermano José GARCÍA PÉREZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 6 de Enero de 1915 en Lavadores-Tuy, Pontevedra (España) y murió el 28 de Julio de 1936 en Paracuellos, Madrid.
La casa de Hortaleza, grande y bonita, con una gran extensión de terreno que tenía varias granjas, era el lugar de nuestro Seminario Interno y de un centro de formación profesional para nuestros Her­manos. Los milicianos, animados por el odio a la religión y la bús­queda de dinero de las comunidades, querían especialmente hacerse entregar los bienes que podían tener nuestras casas. Bajo la presión de violentos interrogatorios y de torturas obtenían la confesión de los lugares en que estaban escondidos los cálices y otros objetos precio­sos de la comunidad. Algunos, que intentaron escapar vestidos de lai­cos, fueron reconocidos como religiosos, y por ese único motivo fueron fusilados. Otro, ante una multitud enfurecida, con su rosario en la mano, fue abatido con una bala en la cabeza. De esta casa fue­ron masacrados un sacerdote y ocho hermanos.
Valdemoro
33. Padre Benito QUINTANO DÍAZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 3 de Abril de 1861 en Lodoso, Teruel (España) y murió el 12 de Diciembre de 1936 en Madrid.
34. Padre Teodoro GÓMEZ CERVERO CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 7 de Diciembre de 1877 en Deza, Soria (España) y murió el 22 de Octubre de 1936 en Madrid.
35. Hermano Isidro ALONSO PEÑA CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 15 de Mayo de 1859 en Zumel, Burgos (Espa­ña) y murió el 14 de Diciembre de 1936 en Madrid.
Cuando los cohermanos pensaban estar más seguros en este pequeño y tranquilo pueblo a 27 kilómetros de Madrid, fueron saca­dos de allí y encerrados en compañía de muchos otros religiososen los calabozos de la Dirección General de Seguridad que servía de pri­sión. Allí mismo encontraron la muerte.
Paracuellos del Jarama
36. Padre Laureano PÉREZ CARRASCAL CM., miembro de la Pro­vincia de Madrid, nació el 4 de Junio de 1876 en Valladolid (Espa­ña) y murió el 8 de Noviembre de 1936 en Madrid.
37. Padre Francisco MORQUILLAS FERNÁNDEZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 16 de Junio de 1889 en Sarracín, Burgos (España) y murió el 30 de Noviembre de 1936 en Barajas, Madrid.
38. Padre Victoriano REGUERO VELASCO CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 13 de Enero de 1902 en Valladolid (España) murió el 7 de Noviembre de 1936 en Madrid.
39. Padre Pedro Pascual GARCÍA MARTÍN CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 6 de Junio de 1892 en Monteagudo, Teruel (España) y murió el 4 de Diciembre de 1936 en Madrid.
Después de un tiempo en la cárcel, fueron ejecutados en este pueblo cercano a Madrid llamado después “Paracuellos de los Mártires”, en compañía de numerosas personas conocidas por sus sentimientos religiosos o su oposición a la revolución.
Casa Central de Madrid
40. Padre José IBÁÑEZ MAYANDIA, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 26 de Agosto de 1877 en Puebla de Híjar, Teruel (España) y murió el 27 de Julio de 1936 en Madrid.
41. Padre Hilarlo BARRIOCANAL QUINTANA, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 14 de Enero de 1869 en Quintanavides, Burgos (España) murió el 20 de Agosto de 1936 en Boa-dala del Monte, Madrid.
42. Padre José SANTOS ORTEGA, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 18 de Septiembre de 1882 en Rabé de las Calzadas, Burgos (España) y murió el 23 de Septiembre de 1936 en Madrid.
43. Padre Benjamín ORTEGA ARANGUREN, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 30 de Marzo de 1885 en Villalta, Burgos (España) y murió el 19 de Octubre de 1936 en Madrid.
44. Hermano Estanislao PÁRAMO MARCOS, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 7 de Mayo de 1885 en Pedrosa del Río Urbel, Burgos (España) y murió el 28 de Julio de 1936 en Madrid.
45. Hermano Gil BELASCOAIN ILAGORRI, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 1 de Septiembre de 1883 en Legarda, Navarra (España) y murió el 7 de Noviembre de 1936 en Madrid.
46. Hermano Joaquín ZUBILLAGA ECHARRI, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 31 de Enero de 1899 en Echeverri, Navarra (España) y murió el 7 de Noviembre de 1936 en Madrid.
47. Hermano Perfecto DEL 1210 PÁRAMO, C.M., miembro de la Provincia de Madrid, nació el 18 de Abril de 1882 en Pedrola del Río de Urbel, Burgos (España) y murió el 12 de Agosto de 1936 en Madrid.
En la noche del 24 al 25 de Julio de 1936 los milicianos hicieron irrupción en la Casa Central, inspeccionando todo para buscar armas, pero no las encontraron. El 25 por la mañana el superior dispersó a la comunidad que se refugió en casa de sus padres o de ami-gos. Los padres y hermanos indicados más arriba fueron arrestados y asesinados en diversas circunstancias.
Casa de Fernández de la Hoz
48. Padre Manuel REQUEJO PÉREZ, C.M., miembro de la Provincia de Aquitania (Francia), nació el 10 de Noviembre de 1872 en Aranda de Duero, Burgos (España) y murió el 30 de Septiembre de 1936 en Madrid.
49. Padre José ACOSTA ALEMÁN, C.M., miembro de la Provincia de Aquitania (Francia), nació el 27 de Mayo de 1880 en Cartagena, Murcia (España) y murió el 31 de Enero de 1937 en Totana, Mur­cia (España).

f) Diócesis de San Sebastián (17 de Agosto de 1936)

50. Padre José Modesto CHURRUCA MUÑOZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 15 de Junio de 1873 en Motrico, Gui­púzcxoa (España) y murió el 17 de Agosto de 1936 en San Sebastián.
En San Sebastián, la revolución estalló el 19 de Julio de 1936. El 20, el Padre Churruca Muñoz fue herido en la cara por la explosión de cristales alcanzados por una bala perdida. Después, fue falsamente denunciado como espía siendo encarcelado y más tarde fusilado el 17 de Agosto de 1936.

g) Diócesis de Barcelona

51. Padre Luis BERENGER MORATONES CM, miembro de la Pro­vincia de Barcelona, nació el 4 de Julio de 1889 en Santa María de Horta, Barcelona (España) y murió el 29 de Mayo de 1937 en Bar­celona.
52. Padre Manuel BENIMELES CABRÉ CM, miembro de la Provin­cia de Barcelona, nació el 31 de Enero de 1892 en Reus, Tarragona (España) y murió el 12 de Septiembre de 1936 en Barcelona.
53. Padre Vicente QUERALT LLOTRY CM, miembro de la Provin­cia de Barcelona, nació el 16 de Noviembre de 1894 en Gracia, Bar­celona (España) y murió el 29 de Mayo de 1936 en Barcelona.

h) Diócesis de Valencia

54. Padre Rafael Vinagre TORRES MUÑOZ CM, miembro de la Provincia de Madrid, nació el 24 de Octubre de 1867 en Feria, Ba­dajoz (España) y murió el 11 de Septiembre de 1936 en Valencia.
55. Padre Agapito ALCALDE GARRIDO CM, miembro de la Provin­cia de Madrid, nació el 24 de Marzo de 1867 en Rubena, Burgos (España) murió el 30 de Julio de 1936 en Valencia.

i) Diócesis de Gerona

56. Padre Juan PUIG SERRA CM, miembro de la Provincia de Bar­celona, nació el 21 de Julio de 1879 en Los Balbases, Burgos (España) y murió el 13 de Octubre de 1936 en Figueras, Gerona.
Fuente: www.vincentians.com

Mi carga liviana

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Evangelio según San Mateo 11,25-30
Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana”.

¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!

“Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: estáis todavía en vuestros pecados. Por tanto, también los que durmieron en Cristo perecieron. Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos de compasión de todos los hombres!” (1 Corintios 15, 17-19)
El cristianismo no es una simple filosofía o sistema moral; toda la fe cristiana depende ciertos asombrosos hechos históricos. Si ciertas cosas no hubiesen ocurrido, entonces toda la religión cristiana sería vana.
Una de las más importantes es la real resurrección corporal de Jesucristo. Su resurrección lo confirma como Hijo de Dios y su triunfo sobre el demonio y la muerte. Todo eso implica dicho milagro.
Pero.. ¿Esto realmente ocurrió? Aquí tres hechos históricos acerca de la resurrección que cualquier escéptico debería reconocer:

1) El cuerpo no está en ninguna parte

La manera más sencilla en el siglo primero (y también hoy) de probar que Jesús no había resucitado era mostrar su cadáver.
Después de su muerte en la cruz, el cuerpo de Cristo fue llevado a una tumba, una piedra gigante fue colocada a la entrada, la piedra fue sellada, y unos guardias romanos se quedaron allí cuidando que nada raro pasara. Y a pesar de todo eso el cuerpo desapareció.

2) Hubieron cientos de testigos de su resurrección

Los cristianos no creen la resurrección de Jesús simplemente porque su cuerpo desapareció. No, Jesús resucitado apareció ante muchas personas. Y no estamos hablando solo del circulo más cercano de apóstoles, estamos hablando de cientos de personas.
San Pablo nos dice en su primera carta a los Corintios: “que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron. Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles. Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo”. (1 Corintios 15, 4-8).
Algunos estudios demuestran que San Pablo escribió esta carta alrededor del año 54 d.C. lo cual explica que el dijera “todavía la mayor parte viven”. En otras palabras, si no hubiera dicho la verdad, los interesados en desmentirlo hubieran podido hacerlo muy fácilmente.

3) Aquellos testigos estaban dispuestos a morir cruelmente porque estaban convencidos de lo que afirmaban

Algunos escépticos sostienen que los seguidores de Jesús en algún momento robaron su cadáver y luego mintieron afirmando que lo vieron resucitado. Si ese fuera el caso ¿por qué estuvieron dispuestos a renunciar a sus comunidades religiosas, sus familias, sus amigos, sus medios de subsistencia y, para muchos, a sus vidas de manera espantosa, todo por mentira?
La respuesta más lógica es, por supuesto, que ellos realmente vieron a Cristo resucitado. Ese convencimiento los llevó a estar dispuestos a abandonarlo todo por Él.
Fuente: www.es.churchpop.com

Recompensa de un justo

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Evangelio según San Mateo 10,37-42:
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. 
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. 
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. 
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió. 
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo. 
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa”. 

Obispo Prelado electo de la Prelatura de Caravelí

El Santo Padre Francisco ha nombrado Obispo Prelado electo de la Prelatura Territorial de Caravelí al reverendo sacerdote Reinhold Nann, del clero de la Arquidiócesis de Friburgo de Breisgau (Alemania), misionero fidei donum en Perú y, hasta ahora Párroco de la Parroquia “San Antonio de Padua” del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas.
Reverendo Reinhold Nann
El reverendo sacerdote Reinhold Nann nació el 25 de agosto de 1960 en Breisach, Arquidiócesis de Friburgo de Breisgau (Alemania). Ha completado los estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Albert-Ludwig de Friburgo. Fue ordenado presbítero el 31 de mayo de 1987.
En un primer período, llegó al Perú, como sacerdote fidei donum, en la Diócesis de Carabayllo, durante los años 1992-1996. Posteriormente regresó al Perú, a la Arquidiócesis de Trujillo, siempre como sacerdote fidei donum en el 2002.
Como presbítero, ha realizado con éxito, los siguientes encargos: 1987-1989: Vicario parroquial de St. Antonius en Mannheim-Rheinau, arquidiócesis de Friburgo de Breisgau (Alemania); 1989-1991: Capellán ad interim y Vicario parroquial de St. Margarethen en Waldkirch, arquidiócesis de Friburgo de Breisgau (Alemania); 1992-1996: Párroco de San Conrado en Los Olivos, diócesis de Carabayllo (Perú); 1997-2001: Director Espiritual de St. Konrad y Elisabeth en Brühl, arquidiócesis de Friburgo de Breisgau (Alemania); 2002-2007: Administrador parroquial de la Parroquia Madre de Cristo en La Esperanza, Arquidiócesis de Trujillo (Perú); 2003-2006: Vicario episcopal de la zona norte de la arquidiócesis de Trujillo (Perú); 2004-2012: Coordinador de la Partnerschaft en la arquidiócesis de Trujillo (Perú); 2008-2013: Administrador parroquial de Santiago Apóstol en Santiago del Chuco, arquidiócesis de Trujillo (Perú); 2010-2013: Administrador parroquial de Virgen del Carmen en Cachicadán, arquidiócesis de Trujillo (Perú); 2011-2013: Administrador parroquial de San Jerónimo en Mollepata-Angasmarca, arquidiócesis de Trujillo (Perú); 2013- hasta la actualidad: Coordinador del Movimiento de Schoenstatt de la arquidiócesis de Trujillo (Perú); 2014-2017: Administrador parroquial de la Parroquia Divino Maestro en Miramar, Alto Moche, arquidiócesis de Trujillo (Perú).Al momento de su nombramiento se desempeñaba como Párroco de la parroquia “San Antonio de Padua” en el Vicariato Apostólico de San José del Amazonas,

Misioneros de la Resurrección

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El Papa anima a los padres resurreccionistas a ser “hombres en camino hacia las periferias humanas”

“Déjense alcanzar por el Resucitado a lo largo de los senderos de la desilusión y del abandono”. “Que en una sociedad que tiende a nivelar y a masificar, donde la injusticia contrapone y divide, en un mundo lacerado y agresivo, no falte el testimonio de la vida fraterna en comunidad”.

Les propone como ejemplo a María Magdalena, mujer “en salida”

María Magdalena y las otras mujeres que buscaban a Jesús muerto abandonaron su “nido” y se pusieron en camino: supieron arriesgar. Este es el modelo que el Papa ha propuesto hoy a los padres resurreccionistas, con el fin de que ellos también se conviertan en personas que, movidas por su fe en Dios, sepan anunciar “la llegada del alba también en plena noche”.
La mañana de este sábado el Papa Francisco recibió en audiencia a los participantes en el Capítulo General de la Congregación de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, los padres resurreccionistas.
Dirigiéndose a estos hijos espirituales de Bogdan Janski, apóstol de los polacos emigrados a Francia durante el siglo XIX, el obispo de Roma les recordó que “han nacido para testimoniar que la Resurrección de Cristo está en la base de la vida cristiana, para anunciar la exigencia de la resurrección personal y apoyar a la comunidad en su misión al servicio del Reino de Dios”.
Refiriéndose al tema de este Capítulo: “Testimonios de la presencia del Señor Resucitado: de la comunidad al mundo”, el Papa notó que está estrechamente relacionado con el carisma del Instituto, de ahí que el Santo Padre se detuviese en tres expresiones.
Primero: Testimonios de la presencia del Señor Resucitado: es decir misioneros, apóstoles del Viviente. Por esto Francisco propuso como ícono a María Magdalena, apóstol entre los apóstoles, que la mañana de Pascua, después de encontrar a Jesús Resucitado, lo anuncia a los otros discípulos. “Ella buscaba a Jesús muerto y lo encuentra vivo. Y esta es la gozosa Buena Noticia que lleva a los demás: Cristo está vivo y tiene el poder de vencer a la muerte y darnos la vida eterna”.
“No sean hombres nostálgicos, sino hombres que, movidos por la fe en el Dios de la historia y de la vida, anuncian la llegada del alba también en plena noche. Hombres contemplativos que, con la mirada del corazón fijo en el Señor, saben ver aquello que no ven los demás, impedidos por las preocupaciones de este mundo; hombres que sepan proclamar, con la audacia que viene del Espíritu, que Cristo está vivo y es el Señor”.
“Una segunda reflexión es esta: María Magdalena y las otras mujeres que van al sepulcro son mujeres ‘en salida’: abandonan su ‘nido’ y se ponen en camino, saben arriesgar. El Espíritu los llama también a ustedes, hermanos de la Resurrección, a ser hombres en camino, un Instituto ‘en salida’, hacia las periferias humanas, allí donde es necesario llevar la luz del Evangelio”.
De la comunidad al mundo continuó reflexionando el Papa. “Como los discípulos de Emaús, déjense alcanzar por el Resucitado, ya sea individualmente que comunitariamente, de manera particular a lo largo de los senderos de la desilusión y del abandono”, puntualizó, exhortándolos luego a ser constructores de comunidades evangélicas y no meros ‘consumidores’ de ellas; a asumir la vida fraterna en comunidad como la primera forma de evangelización.
“Que las comunidades estén abiertas a la misión y escapen de la referencia a sí mismos, que conduce a la muerte. Que en una sociedad que tiende a nivelar y a masificar, donde la injusticia contrapone y divide, en un mundo lacerado y agresivo, no falte el testimonio de la vida fraterna en comunidad”.
El Papa concluyó recordando a los padres resurreccionistas aquello que tantas veces ha dicho a los consagrados, especialmente durante el Año de la Vida Consagrada:
“Hacer memoria grata del pasado, vivir el presente con pasión, abrazar el futuro con esperanza. Memoria grata del pasado: no arqueología, porque el carisma es siempre una fuente de agua viva, no una botella de agua destilada. Pasión para mantener siempre vivo y joven el primer amor, que es Jesús. Esperanza: sabiendo que Jesús está con nosotros y guía nuestros pasos así como ha guiado los pasos de nuestros fundadores”.
Fuente: www.periodistadigital.com

Audiencia con el Papa Francisco
Publicamos a continuación el discurso que el Santo Padre ha pronunciado en el curso del encuentro: «Queridos  hermanos, Os acojo con alegría con ocasión de vuestro capítulo general. Doy las  gracias al Superior General por sus palabras; y, a través de vosotros, saludo a todos los hermanos presentes en quince países de cuatro continentes.
Hijos espirituales de Bogdan Janski, apóstol de los emigrados polacos en Francia durante el siglo XIX, habéis  nacido para dar testimonio de que la resurrección de Cristo es el fundamento de la vida cristiana, para anunciar la necesidad de una resurrección personal y apoyar a la comunidad en su misión al servicio del Reino de Dios. En estrecha relación con el carisma del Instituto,  habéis elegido para este capítulo el tema “Testigos de la presencia del Señor resucitado: de la comunidad al mundo”. Me gustaría reflexionar sobre tres expresiones:
1. Testigos de la presencia del Señor resucitado: Es decir, misioneros, apóstoles del Viviente. Por eso os propongo como modelo a María Magdalena, que en la mañana de Pascua, después de encontrar a Jesús resucitado, lo anuncia a los otros discípulos. Buscaba a Jesús muerto y lo encuentra vivo. Y esa es la alegre Buena Nueva  que lleva a los demás: Cristo está vivo y tiene el poder para vencer la muerte y darnos la vida eterna.
A partir de aquí se deriva una primera reflexión: La nostalgia de un pasado que ha podido ser fructífero en vocaciones y obras grandiosas no os debe impedir ver la vida que el Señor hace brotar  a vuestro lado en el momento presente. No seáis hombres nostálgicos, sino hombres que, movidos por la fe en el Dios de la historia y de la vida, anuncian la llegada del alba, incluso en la oscuridad de la noche (Isaías 21.11 a 12).
Hombres contemplativos que, con los ojos del corazón fijos en el Señor, saben ver lo que otros no ven, impedidos por las preocupaciones de este mundo; hombres que saben cómo proclamar, con la audacia que viene del Espíritu, que Cristo está vivo y es el Señor.
Una segunda consideración es la siguiente: María Magdalena y las otras van al sepulcro (cf. Lucas 24.1 a 8) son mujeres “en salida”: abandonan su “nido” y se ponen en camino, saben arriesgarse. El Espíritu os llama, también a vosotros, Hermanos de la Resurrección  a ser hombres en camino, un Instituto “en salida” hacia las periferias humanas, allí donde es necesario llevar la luz del Evangelio.
Les llama a ser buscadores del rostro de Dios allí donde se encuentra: no en las tumbas -“¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?” (V. 5)-, sino donde Él vive: en la comunidad y en la misión.
2. De la comunidad al mundo. Como los discípulos de Emaús, dejad que os alcance el Resucitado, sea individualmente que como comunidad, especialmente a lo largo de los caminos de la decepción y el abandono (cf. Lucas 24,11ss). Y este encuentro os hará correr de nuevo, llenos de alegría y sin demora, a la comunidad, y de ella a todo el mundo para anunciar: “¡Verdaderamente el Señor ha resucitado!” (V. 34).
Los que creen en el Resucitado tienen el coraje de “salir” a llevar la Buena Nueva de la Resurrección, asumiendo los riesgos del testimonio, como hicieron los apóstoles. ¡Cuántos esperan esta alegre noticia! No podemos privarles de ella. Si la resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza y el tesoro más preciado, ¿Cómo no podemos correr a anunciarlo a los demás?
Y una forma concreta de expresarla es la vida fraterna en comunidad. Se trata de acoger a los hermanos que  Señor nos da: no a los que elegimos nosotros, a los que el Señor nos da. Puesto que Cristo ha resucitado ya no se nos permite, como dice el Apóstol Pablo, mirar a los otros  a la manera humana (cf. 2 Co 5:16). Los vemos y los acogemos como un regalo del Señor. El otro es un regalo que no puede ser manipulado o despreciado; un regalo para recibirlo con respeto, porque en él, sobre todo si es débil y frágil, sale a mi encuentro Cristo.
Os exhorto a ser constructores de “comunidades” evangélicas y no meros “consumidores” de ellas; a asumir la vida fraterna en la comunidad como la primera forma de evangelización. Las comunidades estén abiertas a la misión y huyan de la referencia a sí mismas, que lleva a la muerte. Que los problemas -siempre  los hay- no os ahoguen; cultivad, en cambio,  “la mística del encuentro” y buscad, junto con los hermanos que el Señor os  ha dado e iluminados ”por la relación de amor que recorre las tres Personas Divinas” el camino y el método para ir adelante (cf. Carta apostólica A todos los consagrados, 21 de noviembre de 2014, I, 2). En una sociedad que tiende a nivelar y uniformar, donde la injusticia contrapone y divide, en un mundo desgarrado y agresivo, ¡no dejéis que falte el testimonio de la vida fraterna en comunidad!
3. Profetas de la alegría y la esperanza pascual. El Señor resucitado ha derramado sobre sus discípulos dos formas de consuelo: la alegría interior y la luz del misterio pascual. La alegría de reconocer la presencia del Resucitado os introduce en su Persona y en su voluntad: por eso lleva a la misión.
Por otro lado, la luz del misterio pascual  devuelve la esperanza, una “esperanza fiable”, como dijo el Papa Benedicto XVI (Encíclica Spe salvi, 2). Resucitados para  resucitar, liberados para liberar, generados a nueva vida para generar nueva vida en todos los que encontramos en nuestro camino. Esta es vuestra vocación y la misión de los Hermanos de la Resurrección.
“¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?” (Lucas 24,5). Que en vuestros corazones resuene constantemente esta palabra. Os ayudará a salir de los momentos de tristeza y os abrirá a horizontes de alegría y esperanza.
Hará revertir las piedras de los sepulcros y os dará las fuerzas para anunciar la Buena Noticia en esta cultura tantas veces marcada por la muerte. Si tenemos el valor de bajar a nuestros sepulcros  personales y comunitarios, veremos cómo Jesús es capaz de resucitarnos de ellos. Y redescubriremos así  la alegría, la felicidad y la pasión de los primeros momentos de nuestro darnos.
Queridos hermanos, concluyo recordando lo que tantas veces he dicho a los  consagrados  especialmente durante el Año de la Vida Consagrada: mirar al pasado con gratitud, vivir el presente con pasión, abrazar el futuro con esperanza. Recuerdo grato del pasado: no arqueología, porque el carisma es siempre una fuente de agua viva, no una botella de agua destilada. Pasión para mantener siempre vivo y joven el primer amor, que es Jesús. Esperanza: sabiendo que Jesús está con nosotros y guía nuestros pasos como ha guiado los pasos de nuestros fundadores.
María, que de manera singular  vivió y vive el misterio de  la resurrección de su Hijo, vele como una madre vuestro camino. Os  acompañe también mi bendición. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Gracias».
Fuente: Zenit.

Confianza y responsabilidad

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Evangelio según San Mateo 10,26-33: 
“No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido.
Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena.
¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo.
Ustedes tienen contados todos sus cabellos.
No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo.
Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres”.

Por el día de San Pedro y San Pablo

Por Juan Bytton SJ-Director del CAPU.
Para sorpresa de muchos, la única mención de la entrega de las llaves del Reino de los Cielos a Pedro se da en el Evangelio de Mateo: Simón Pedro, toma las llaves, abre la Iglesia (τὰς κλεῖδας τῆς βασιλείας τῶν οὐρανῶν) (Mateo 16:19). Un impresionante gesto es mencionado una sola vez en el Nuevo Testamento.
En los textos paralelos de los otros dos Evangelios sinópticos que vendrían a ser la “confesión de Pedro”, se presentan también peculiaridades que vale la pena revisar brevemente. Así, en Marcos esta confesión viene luego de la multiplicación de panes y la curación del ciego de Betsaida (Marcos 8: 1-26). Luego viene la mención a la suerte que correrá el Mesías, la reprensión de Pedro –“apártate de mí Satanás” (Marcos 8: 33)– y las condiciones del seguimiento para todo discípulo/a. Por su parte, en Lucas la confesión de Pedro llega exactamente después de la multiplicación de los panes (Lucas 9: 12-17) y en un momento de oración de Jesús, terminando la escena al igual que en Marcos, con las condiciones para el seguimiento a Jesús.  Es decir, Mateo enmarca la entrega de las llaves en este contexto compartido de identificación y resistencia, de curación y seguimiento. Y lo hace en Cesárea de Filipo, en los límites del país, lejos del centro.
Para el primer evangelista, la confesión de Pedro es correspondida con la confesión de Jesús: “Tú eres el Cristo” y “Tú eres Pedro”. A la imagen de la Roca (πέτρᾳ) que identifica a la Iglesia, se une la imagen de las llaves (κλεῖδας) que une a la comunidad con el Reino de Dios. Es por ello que  en el capítulo 18 de este mismo Evangelio lo que queda atado en el cielo, vuelve ahora dirigido a todos los discípulos, en un contexto de la fraternidad, del amor al hermano/a y a la unión en la oración. Para Mateo, la entrega de las llaves es signo de solidaridad, de confianza y de perdón “hasta setenta veces siete” (Mateo 18: 22).
En el mundo hebreo, consignar las llaves es dar autoridad. “Atar y desatar”, significa para el judaísmo la autoridad que recibe el rabí de parte de la sinagoga para “prohibir y permitir”. Pero la autoridad que otorga Jesús en nombre del “Reino de los cielos” es diferente, es una autoridad para servir, para amar.
La primera acepción del verbo griego δήσῃς en Mateo 16:19 deriva del verbo δεω (atar, ligar, unir). De modo análogo el verbo λυω (desatar). Sin embargo, vale también aplicar una segunda acepción al verbo δήσῃς, y es la derivada del verbo δεομαι (interceder, orar por…). Jesús rompe con la concepción judía porque lo vence el amor del Padre. En primer lugar, otorga la autoridad de enseñar no a un sabio, no a “un doctor de la ley que quita la llave y no entra, ni deja entrar” (Lucas 11: 52), sino a Pedro, hombre tosco, débil, afanoso y temeroso. A él primero y luego a la comunidad, otorga esta autoridad que enseña a creer sirviendo y a amar caminando en la fe, sanando enfermos y predicando la Palabra, en una espera constructiva del Reino que vendrá. Todo esto cobra mayor sentido a la luz de la presencia permanente del Kyrios, del Señor, cabeza de la nueva comunidad, impulsada por la Pascua.
No sorprende entonces como Jesús rompe el esquema clásico para presentar la novedad de una buena noticia ligada, atada, al Reino de Dios. Buena noticia que dinamiza estructuras estancadas y cansadas. Jesús intercede por el ser humano, con la ayuda del ser humano. Por eso, lo llama amigo y no siervo (Juan 15:15). La concepción clásica abre paso a una nueva primavera. No por casualidad Mateo da inicio a este relato haciendo referencia a la advertencia del Señor para estar atentos a los “signos de los tiempos” (Mateo 16:3).
Ayer, Jesús confío en Pedro, y hoy nosotros confiamos en el Espíritu que orienta a su sucesor, llevando a la Iglesia “en salida”, “a las fronteras existenciales”, “haciendo lío”, “como tienda de campaña”; porque la Roca es de Dios, y las llaves de los y las valientes que salen a Su encuentro en un mundo que vive atado en el “yo”, en el poder, en la guerra, en la intolerancia, en el hambre de humanidad. Hoy, sobre la roca de una comunidad humana que apunta al Reino, las llaves abren las puertas de una iglesia que busca renovarse: Simón Pedro, toma las llaves, abre la Iglesia… que el mundo vuelva a ser lo que mi Padre ha soñado para él.

San Andrés Bessette CSC

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Andrés Bessette CSC nació en 1845 en una población llamada Mont-Saint-Grégorie, ubicada a 40 kilómetros de Montreal en Canadá, en el seno de una familia de clase obrera. El pequeño tenía tantas complicaciones de salud que sus padres quisieron bautizarlo el día mismo que nació pensando que no sobreviviría. Pero murió 91 años más tarde. Quedó huérfano de padre cuando tenía 9 años y de madre cuando tenía 12 por lo que, tanto él como sus 11 hermanos quedaron bajo el cuidado de su tía Rosalie Nadeau y de su esposo Timothée. «María y José se convirtieron en sus padres adoptivos», indicó el padre Lasciabell, vicepostulador de la causa de canonización. «Este período le permitió al hermano Andrés consolidar fuertemente su relación con Dios en lugar de alejarse, por los lamentables acontecimientos de su vida». Tenía 20 años cuando viajó a Estados Unidos junto con un grupo de inmigrantes para trabajar en el sector textil. En 1967 regresó a Canadá para realizar otras labores. Y fue entonces cuando su párroco quiso enviarlo a la congregación de la Santa Cruz donde inicialmente fue rechazado por sus problemas de salud, que continuaron a lo largo de su vida. Por ello el obispo de Montreal monseñor Ignace Bourget pidió que reconsideraran la decisión y Alfred fue aceptado en 1872.
El hermano Bessette fue designado como portero del colegio de Nuestra Señora de las Nieves, cerca de Montreal. También realizaba otros trabajos ocasionales. Pero él quiso hacer de ésta, una labor que fue más allá de abrir la puerta: «Él recibía a los visitantes y a sus parientes. El prójimo se convirtió así en una realidad importante para el hermano Andrés». Su vida espiritual, sus palabras sencillas pero llenas de sentido hicieron que cada vez más gente hablara del portero de aquel colegio. Muchos enfermos iban a pedirle consuelo, oraciones y consejos: «él sabía que no se puede amar verdaderamente a Dios sin amar al prójimo ni amar a los demás sin reconocer la presencia de Dios en ellos».
«Una multitud diaria de enfermos, afligidos y pobres de todos los tipos, de discapacitados y de heridos por la vida encontraban en él, sentado en la portería del colegio, acogida, escucha, apoyo y fe en Dios», decía el papa Juan Pablo II en la homilía de su beatificación en mayo de 1982. El hermano Bessette a todos les daba el mismo consejo: buscar la intercesión de San José, orar y acudir a los sacramentos.
Decía a los enfermos que se ungieran con el óleo de la lámpara que había en una capilla que tenía el nombre del santo. Muchos fieles que lo hacían quedaban curados a pesar de que médicamente no tuvieran ninguna esperanza. Algunos comenzaron a decir que este religioso hacía milagros. Él insistía que el responsable de estas curaciones era San José. Y por ello en 1904 tuvo la iniciativa de construir un santuario en su honor. El hermano comenzó a reunir un número cada vez más grande de seguidores, pero su vida provocó también algunas reacciones adversas. Entre ellos el doctor Josep Charette, que ridiculizaba sus actitudes. Un día la esposa del doctor tuvo una fuerte hemorragia nasal que no podía detenerse de ningún modo. Ella pidió ser llevada donde este religioso pero el médico rehusó. «¿Dices que me amas y serías capaz de hacerme morir desangrada?», le dijo su mujer. Charette se dirigió donde Bessette quien le respondió: «Doctor, regrese a casa que la hemorragia se ha detenido». Y así fue.En 1924 se culminó la construcción del oratorio dedicado al Santo Custodio: «El hermano André no fue sólo el constructor de un edificio de piedras sino de una comunidad cristiana viviente. Se convirtió en un notable unificador». El hermano Bessette murió en 1937. «Nunca traje al hermano Andrés una persona enferma sin que regresara contenta a su casa. Algunos eran curados. Otros morían algún tiempo después, pero el Hermano Andrés los consolaba», decía uno de sus amigos. «Más de un millón de personas fueron a rendirle homenaje a pesar de que sus funerales se celebraron con muy mal tiempo invernal. Y aún hoy, más de dos millones y medio de peregrinos y de visitadores vienen cada año al oratorio de San José en el monte Royal», señala el padre Lasciabell.
Fuente: Carmen Elena Villa- Zenit.

SIGNIS Quebec 2017

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Promoviendo relatos de Esperanza

SIGNIS cumple 90 años con la integración de la Asociación Católica de Prensa de los Estados Unidos y Canadá (CPA). La comunicadora estadounidense Helen Osman fue elegida como nueva Presidenta de la Asociación Católica Mundial para las Comunicaciones SIGNIS.  Como Vicepresidentes fueron elegidos Lawrence John Sinniah (Malasia), quien fue reelegido para un nuevo período, y el sacerdote diocesano Paúl Samasumo (Zambia).
Como Secretario general fue elegido el comunicador argentino Ricardo Yáñez, y como tesorero Emmanuel Bonnet, Director General del Comité Francés de Radio y Televisión y Administrador de La Procure (Librería católica).

Cardenal Gérald Cyprien Lacroix

En este Congreso Mundial hemos contado con la presencia del Cardenal Gérald Cyprien Lacroix y del director de cine Martin Scorsese.
La elección de la nueva directiva se cumplió en el marco de la Asamblea General de Delegados de SIGNIS, para la que fueron habilitados 44 delegados de los 5 continentes.
La Asamblea, que fue dirigida por el presidente saliente, Gustavo Andújar (Cuba), junto a los dos vicepresidentes, se instaló el jueves 22 de junio, con un saludo de bienvenida a los delegados y una oración de apertura, preparada por SIGNIS Europa.
Luego de calificar las delegaciones, se aprobó las normas y procedimientos que regirían la Asamblea, así como la Agenda que se abordará este 22 y 23 de junio.
Así también se conoció el Acta de la Asamblea de Delegados 2014, se presentó el  Comité de escrutinios para las elecciones.
A continuación se realizó la presentación de los candidatos a Presidente, Vicepresidentes, Tesorero General y Secretario General.
Una vez presentados los candidatos, se dio paso a conocer el Informe de gestión de la Junta de Administración de SIGNIS (Board), en el que, el presidente saliente, Gustavo Andújar, destacó  el trabajo con la escuela de comunicación de El Caribe, experiencia que se replicó con el programa capacitación en Asia y África.
Además se conoció y aprobó el Informe Financiero 2014-2016. Así como la presentación de  la Fundación SIGNIS.
La jornada de la tarde comenzó con la presentación de los Informes de las regiones, la presentación de las enmiendas al Estatuto civil de SIGNIS y propuesta Reglamento Interno, tanto como la enmiendas al Estatuto civil de SIGNIS y nuevo Reglamento.
Una vez que concluyó la presentación de informes se dio paso a la elección de los nuevos directivos de SIGNIS, para un período de cuatro años.

Proceso de elecciones de nuevos directivos

En cumplimiento del procedimiento aprobado, se eligió al nuevo tesorero de SIGNIS, cargo para el cual se había postulado a Emmanuel Bonnet, de Francia, y el Padre Andrew Ulemu Kaufa , de Malawi.
Antes de la elección, el Asesor espiritual de SIGNIS, el Padre Luis García Orso (México) presidió un momento de oración en el que invocó a que todos los delegados “nos acompañemos del Espíritu Santo, renunciando a las tentaciones humanas de buscar un puesto, un cargo por ambición del poder.  El evangelio que Jesús advierte de no actuar como políticos, jefes de gobierno, sino actuar en el espíritu de apoyar a Dios, apoyar a las comunidades, a la Iglesia universal, el mejor servicio a SIGNIS como asociación internacional. Qué el señor nos ayude para dar este servicio”, dijo.
Tras la votación respectiva fue elegido como nuevo tesorero de SIGNIS Emmanuel Bonnet, de Francia.
Luego se procedió a votar para la función de Secretario General, cargo para el cual se presentó únicamente la candidatura del educomunicador argentino Ricardo Yáñez, quien luego de la elección respectiva fue elegido con 34 votos a favor, y 10 abstenciones.
Seguidamente se procedió a elegir la primera vicepresidencia, para lo cual se presentaron las candidaturas de Lawrence John Sinniah (Malasia), quien es al momento 2° vicepresidente, que aspira a ser reelegido; el sacerdote diocesano Paúl Samasumo (Zambia), la comunicadora María Rosa Lorbés (Perú) y la comunicadora Magali Van Reeth (Francia).

Una vez que se sometió a votación entre los cuatro candidatos, fue elegido como primer Vicepresidente Lawrence Sinniah (Malasia), y como segundo vicepresidente el Padre Paúl Samasumo (Zambia).
A continuación se procedió a elegir el cargo de la presidencia, para la cual solo se presentó la candidatura de la comunicadora estadounidense Helen Osman, quien fue elegida con 41 votos a favor.
Luego de realizado el proceso eleccionario, la nueva presidenta de SIGNIS, Helen Osman, agradeció por el respaldo y la confianza entregada y dijo que espera seguir el correcto camino con el apoyo de todos los miembros de SIGNIS en el mundo.
Fuente: SIGNIS ALC.