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Hospedera de la parábola

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Logo de Cáritas Lima y Catedral de Lima / Crédito: Flickr de Paulo Guereta (CC BY 2.0).

Denuncian que presunta abortista trabaja en Cáritas Lima

Por DIEGO LÓPEZ MARINA– ACI Prensa.
Cientos de personas están firmando una campaña en redes sociales dirigida al Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo, para denunciar que en Cáritas Lima está trabajando una “activista proaborto y pro LGBT” (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).
La funcionaria a la que se refiere la campaña, lanzada a través de la plataforma CitizenGo, es Elizabeth Guillén Castro, especialista en Programas y Proyectos Sociales de Cáritas Lima (Perú).
Recientemente, medios de comunicación locales publicaron capturas de pantalla de algunos posts de Guillén en sus redes sociales. En estos se muestra una fotografía de Guillén con un fondo arcoíris y las palabras “inclusión” y “diversidad”, mientras que en otro promueve un “Curso de género y feminismos” del año 2019.
A esto se sumó la denuncia del medio de comunicación La Abeja sobre el estado de WhatsApp de Guillén del 29 de diciembre de 2020, en el que aparece el dibujo de una joven alzando un corazón verde, junto a otros elementos del mismo color y acompañados con la frase “libertad de decisión, soberanía de nuestros cuerpos”, argumentos utilizados por organizaciones abortistas para impulsar esta práctica.
El color verde se ha convertido en los últimos tiempos en el emblema del movimiento abortista. El estado de Guillén apareció el mismo día en que comenzó en el Senado argentino el debate para legalizar el aborto y que fue finalmente aprobado en la madrugada del 30 de diciembre.
Luego de hacerse públicas las denuncias, Guillén eliminó su cuenta profesional de LinkedIn, y el contenido de sus cuentas de Instagram y Facebook dejaron de ser públicos.
La campaña en CitizenGO llama al Arzobispo de Lima y a otros líderes de Cáritas Lima a tener en cuenta que Guillén “tiene intereses opuestos a las enseñanzas y a los intereses de la Iglesia Católica”, lo que “es inaceptable para un empleado de Cáritas”.
El 6 de enero de 2021 ACI Prensa intentó comunicarse con Guillén vía telefónica, pero no tuvo respuesta.
También intentó comunicarse con su amiga y jefa directa, Ysaraimi Gonzales Ustrilla, coordinadora del Área de Programas y Proyectos Sociales de Cáritas Lima. Sin embargo, la funcionaria dijo que no conocía al medio ACI Prensa, que se encontraba trabajando y no podía hablar; inmediatamente colgó el teléfono. Se le envió las preguntas por WhatsApp, pero hasta la publicación de esta nota no han sido respondidas.
Luego ACI Prensa intentó ubicar a la directora general de Cáritas Lima, Cinthya Tello, quien, hasta el cierre de esta edición, no respondió las llamadas telefónicas y tampoco los mensajes enviados por WhatsApp.
Quien sí respondió a las llamadas fue el secretario general de Cáritas Lima, el Padre Alberto Ávalos. Aunque dio pocos detalles, dijo que la institución ya tenía conocimiento del caso de Guillén y que iban a tomarse medidas, pero que por “cuestiones internas” no las podía dar a conocer.
También dijo que no se emitirá un pronunciamiento oficial, sino que el caso se manejará “de forma interna”.
En declaraciones a ACI Prensa, la directora de la Asociación Origen, Giuliana Caccia, dijo que esta “no es la primera vez que organizaciones vinculadas al Arzobispado de Lima, desde la era de Mons. Carlos Castillo, recluta en sus filas a personas que ideológicamente tienen diferencias con lo que postula la doctrina de la Iglesia”.
“Recordemos que hace un tiempo contrataron a una persona en el área de comunicaciones que se declaraba abiertamente a favor del aborto. Luego, realizaron un mini documental animado de Santa Rosa de Lima, que tuvieron que retirar de circulación, en el que le atribuían posturas feministas completamente anacrónicas”, criticó Caccia, también magíster en Matrimonio y Familia por la Universidad de Navarra (España).
Como recordó la líder católica, en septiembre del 2019 se denunció que la entonces jefa de Prensa del Arzobispado de Lima, Cecilia Castillo Martínez, apoyaba abiertamente el aborto y la ideología de género. Castillo había republicado mensajes que apoyaban la “ley del aborto” y la “ley del matrimonio homosexual”, calificándolos como “derechos”.
Cuando salieron a la luz las capturas de pantalla y se viralizaron, las cuentas de Facebook, Twitter y LinkedIn de Castillo fueron eliminadas, un caso similar al de Elizabeth Guillén Castro.
Para Caccia, “estos hechos causan preocupación en los católicos al menos por dos motivos”.
“El primero, porque en este afán de ‘modernización’ (errado, por cierto) e inclusividad, se alejan de las enseñanzas de Cristo y de la tradición del Magisterio. El Arzobispado debería ser el primero en promover las enseñanzas de la Iglesia, de manera clara y entendible para la gente de hoy. Cuando no lo hacen, se genera confusión en aquellos católicos que buscan la Verdad en la Iglesia y que no han tenido una formación muy profunda en los principios que postula”, comentó.
“En segundo lugar, desmotiva a los que están cerca. Por ejemplo, ¿cómo confiar una donación a una organización como Cáritas –que siempre ha hecho mucho bien— pero que hoy demuestra con este tipo de actos que podrían estar promoviendo otros valores? De hecho, es preocupante que la Iglesia hoy, en muchos espacios, no ofrezca una postura clara ante ideologías de este tipo”, agregó Caccia.
Finalmente, la directora de la Asociación Origen aseguró que esta situación “pone de manifiesto la importancia que en este tiempo tienen los laicos católicos”, ya que en estos “recae la responsabilidad de formarnos y proponer de manera apelante nuestros principios”.

ABORTISTA GOZA DE CONFIANZA DEL ARZOBISPO DE LIMA EN CARITAS

Por Luciano Revoredo– LaAbeja.pe
En septiembre de 2019 publicamos el artículo ABORTISTAS, PRO GAY Y FEMINISTAS EN EL ARZOBISPADO DE LIMA  https://www.laabeja.pe/abortistas-pro-gay-y-feministas-en-el-arzobispado-de-lima/ en esa ocasión denunciábamos la tendencia que se había instaurado en el Arzobispado desde la llegada de monseñor Castillo hacia posiciones ajenas a la tradición y la doctrina católicas. Particularmente fue motivo de aquella denuncia la presencia en la oficina de imagen del arzobispo de la señorita Cecilia Castillo Martínez. La cual según se podía ver en múltiples publicaciones en sus redes sociales, era partidaria del aborto, el matrimonio homosexual y asidua propagandista de estas ideas.
Antes de hacer aquella publicación llamamos a las oficinas del arzobispado de Lima donde pretendieron mentirnos y ocultar a la mencionada funcionaria. Finalmente ante la presión de diversos fieles e instituciones al parecer prescindieron de sus servicios. Sin embargo al parecer monseñor Castillo tiene alguna predilección por las abortistas, pues ahora tiene en un puesto de confianza de Caritas a Elizabeth Guillén Castro, Especialista en Programas y Proyectos Sociales.
La funcionaria en cuestión es egresada de la especialidad de Trabajo Social– Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Experiencia en el diseño y gestión de proyectos de desarrollo con enfoque juvenil y de género, destinados a jóvenes agricultores familiares y adultos mayores. Investigadora especialista en temas de juventudes, desarrollo rural y territorialidad. Según se puede leer en su perfil de LinkedIn. Un perfil muy acorde con los vientos que soplan en las altas esferas de la progre iglesia peruana. Pero lo que ha causado mayor asombro ha sido su estado de WhatsApp del día de hoy 29 de diciembre de 2020, coincidiendo con el debate del aborto en Argentina:
Estado de WhatsApp de Elizabeth Guillén Castro
¿Tiene algo que decir el señor Arzobispo de Lima? o también intentará proteger a este angelito…

ALUMNOS CON DEUDA NO SE DEBEN MATRICULAR EN COLEGIOS PARROQUIALES ¿Y LA IGLESIA DE LOS POBRES?

Por Luciano Revoredo- LaAbeja.pe
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas
porque sois semejantes a sepulcros blanqueados,
que, por fuera, a la verdad, se muestran hermosos,
más por dentro están llenos de huesos
de muertos y de toda inmundicia.
Mateo 23:27
Entre las muchas responsabilidades del Arzobispado de Lima está la de administrar a través de la Asociación de Instituciones Educativas Católicas (AIEC) doce Colegios de Educación Básica Regular y un Centro de Educación Básica Alternativa. Son los llamados coloquialmente colegios parroquiales los cuales dan sus servicios educativos a más de 12,000 estudiantes de los Niveles de Inicial, Primaria y Secundaria. Los colegios en mención están ubicados en diversos barrios de Lima, la mayoría en zonas populares. Debiendo cumplir con aquella enseñanza de San Juan Pablo II que dice «La persona de cada uno, en sus necesidades materiales y espirituales, es el centro del magisterio de Jesús: por esto el ­fin de la escuela católica es la promoción de la persona humana».

Los colegios en mención son:
– Colegio Parroquial “Nuestra Señora de Cocharcas”– Barrios Altos, Cercado de Lima
– Colegio Parroquial “Nuestra Señora de Montserrat”– Cercado de Lima
– Colegio Parroquial “Reina de las Américas”– Urb. Balconcillo, La Victoria
– Colegio Parroquial “San Francisco Javier”– Breña
– Colegio Parroquial “San Ignacio de Loyola”– Cercado de Lima
– Colegio Parroquial “San Juan María Vianney”– Magdalena del Mar
– Colegio Parroquial “San Norberto”– Urb. Santa Catalina, La Victoria
– Colegio Parroquial “San Ricardo”– Urb. Matute, La Victoria
– Colegio Parroquial “Santa Rosa de Lima”– Lince
– Colegio Parroquial “Santiago Apóstol”– Santiago de Surco
– Colegio Parroquial “Santísimo Nombre de Jesús”– Urb. Chacarilla del Estanque, San Borja
– Colegio Parroquial “Virgen del Rosario”– Huertos de Manchay, Pachacamac.
La Asociación de Instituciones Educativas Católicas (AIEC) está presidida por el profesor Francisco Marcone Flores, un educador de vasta trayectoria que goza de la absoluta confianza del señor arzobispo Carlos Castillo. Por supuesto es también un entusiasta de las posiciones progre-liberacionistas que encarna el arzobispado hoy en día. Sin duda debe estar muy dispuesto a apoyar el fortalecimiento de la “iglesia de, por y para los pobres” que predica el arzobispo.
Todo esto tendría un sentido muy lógico si no fuera por una información que ha llegado a nuestras manos. Lejos de tener una posición empática (palabreja tan en boga en estos tiempos), lejos de ser solidarios e identificarse con los más pobres, con los que sufren, el señor Marcone, ha enviado un correo electrónico a los directores, promotores y administradores de los colegios parroquiales en los que indica que no matriculen a estudiantes con deudas pendientes. Esto reviste una enorme gravedad, más aún ahora que tantas familias están golpeadas por la pandemia, la crisis y el desempleo.
El correo dice lo siguiente textualmente: “se recuerda a directores y administradores que, salvo disposición legal en contrario, no parece conveniente matricular a los estudiantes cuyos padres deban pensiones del 2020 o años anteriores (…)”.
Esto es realmente una grave contradicción con el mensaje cristiano. Más aún una incoherencia del arzobispo de Lima siempre tan dispuesto a predicar la solidaridad con los más pobres.
Pero eso no es todo. La situación resulta más grave aún. También hemos tenido conocimiento que AIEC ha accedido al dinero de Reactiva Perú, con lo cual podría facilitar el cumplimiento de su misión sin afectar a los niños. Esto consta en este otro correo electrónico de Marcone:
Estimados directores y promotores:
Les hago llegar un saludo fraterno y les comento que hemos recibido información de que el día de hoy el Scotiabank, con el visto bueno de COFIDE, estará depositando en sus cuentas los préstamos del programa Reactiva. Les recuerdo que hay un pago del 0.5% y que el interés es de 1.3% anual con un año de gracia. Esperemos que el dato del desembolso sea confirmado.
Quisiera recordarles lo que la información que les hice llegar en un correo anterior: El dinero del préstamo sólo se puede utilizar con autorización expresa del Directorio. En las próximas semanas nos estaremos reuniendo colegio por colegio para analizar su situación económica hasta los primeros meses del próximo año. De lo que se puede ver hasta el momento, el dinero del préstamo es para sostener el gasto operativo del colegio y no las inversiones que necesiten realizar.
Agradezco de antemano su atención a la presente.
Francisco Marcone
La situación es lamentable y se suma a las muchas derrapadas de nuestro arzobispo. Nos debe otra explicación.

Santísimo Nombre de Jesús

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Evangelio según San Juan 1,1-18.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Epifanía del Señor

Mateo 2:1-12
1 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén,
2 diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.»
3 En oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén.
4 Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo.
5 Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta:
6 Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.»
7 Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella.
8 Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.»
9 Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño.
10 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.
11 Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.
12 Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino.

Santa María, Madre de Dios

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Evangelio según San Lucas 2,16-21.
Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.
Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.
San Ciriaco Elías Chavara, presbítero y fundador
En el monasterio de Mannanam, en Kerala, en la India, San Ciriaco Elías Chavara, presbítero, fundador de la Congregación de Hermanos Carmelitas de María Inmaculada.
San Ciriaco Elías Chavara, cofundador y primer prior general de la Congregación de los Carmelitas de María Inmaculada, nace en Kainakary, localidad del estado de Kerala (India), el día 10 de febrero de 1805. Ingresó en el seminario de Pallipuram en 1818. Fue ordenado sacerdote por un obispo carmelita en 1829. Fundó el primer monasterio de una nueva Congregación en Mannanam el 1831. Emitió los votos religiosos el 8 de diciembre de 1855, aceptando las Constituciones del Carmelo. En un principio, la Congregación se llamó «Terciarios de María Inmaculada del Monte Carmelo de Malabar»; hoy se conocen como «Carmelitas de la Inmaculada». Colaboró también con el carmelita Padre Leopoldo Beccaro, en la fundación del instituto de las Hermanas de la Madre del Carmelo en 1866. Fue vicario general de la Iglesia siro-malabar desde 1861. Se opuso, como campeón de la unidad eclesial, al cisma de Mar Rokos.
Dedicó su vida entera a la renovación espiritual de la comunidad cristiana siro-malabar. A pesar de sus muchos trabajos, tuvo tiempo para escribir algunos libros, tanto en prosa como en verso, para la formación de los fieles. Fue ante todo un hombre de oración. Sintió un ardiente amor a Jesús sacramentado. Profesó una especial devoción a la Virgen María Inmaculada. Muere en Koonammavue el 3 de enero de 1871, a los 66 años. Sus restos mortales fueron trasladados a Mannanam en 1889. Su espiritualidad es india, sacerdotal, monacal, carmelitana, eucarística, mariana, apostólica. Fue beatificado en Kottayan, India, por Juan Pablo II, en 1986 y canonizado por Francisco en 2014.
De una breve nota redactada por el padre Leopoldo Beccaro, misionero carmelita, director espiritual (1864-1871) de San Ciriaco Elías, que se utiliza como segunda lectura del Oficio de Lecturas propio del santo en la Orden Carmelita: Hoy, martes 3 de enero de 1871, a las siete y cuarto de la mañana, el padre Ciriaco Elías de la Sagrada Familia, primer prior, ha fallecido, después de una vida de singular inocencia. Pudo declarar, antes de la muerte, que nunca en la vida había perdido la gracia bautismal. Cultivó con ahínco las virtudes, especialmente la sencillez de corazón, la fe viva, la obediencia entrañable, así como la devoción al Santísimo Sacramento, a la bienaventurada Virgen y a san José.
Hubo de pasar muchas penalidades por el bien de los cristianos de Malabar, principalmente con ocasión del cisma del Mar Rokos. Fue entonces cuando, designado vicario general de la Iglesia siro-malabar, demostró su extraordinaria devoción a la Santa Sede. Luchó sin descanso contra la difusión de aquel cisma; y así pudo salvar de la escisión eclesial a no menos de cuarenta comunidades parroquiales. Por ese motivo el Romano Pontífice, sumamente complacido, le escribió una carta de felicitación firmada de su puño y letra.
Fue el fundador y primer prior de los Carmelitas Terciarios de Malabar. Erigió también un instituto religioso femenino tras sobreponerse a enormes dificultades. Debido a las virtudes que lo adornaron, a sus conocimientos científicos y al dominio de la lengua siríaca, gozo de notable ascendiente en el pueblo siro-malabar, incluidos los nestorianos y gentiles.
Soportó durante dos años una enfermedad incurable con espíritu de total abnegación, o más bien, con alegría cristiana. No sentía afición desordenada a las cosas de la tierra, desapego que se hizo patente a las claras al final de sus días. Después de recibir los sacramentos con una piedad y devoción fuera de lo común, exhaló su último suspiro, irradiando una especie de gozo celestial, en medio de las lágrimas de sus hijos espirituales allí presentes y sobre todo de las mías (yo lo conocía como a mi propia persona). Tenia 65 años de edad. Recibió sepultura en la iglesia de Santa Filomena de Koonammavu.
Alma santa y hermosa, ruega por mí.
Fuente: Espiritualidad Carmelita – Blog

Jesús, María y José

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Evangelio según San Lucas 2,22-40.
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: “Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”.
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: “Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”.
Estaba también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea.
El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hay un viejo dicho, que “si quieres hacer reír a Dios, dile tus planes”. Estoy seguro de que todos nos podemos relacionar con eso. En 2011 estaba feliz ministrando en la Parroquia de San Patricio en Bermudas. Ese año tuvimos un capítulo general en Roma, y fui elegido por mi provincia para ser delegado en ese capítulo. Cuando llegó el momento de la elección del nuevo Consejo General, recibí un montón de ánimo y apoyo para dejar que mi nombre se quede como vicario general. En ese momento, no sentí que era para mí. Estaba feliz trabajando en las Bermudas y esperaba quedarme allí hasta la jubilación a los 75 años, quince años de distancia. Luego, en 2017, regresé a Roma y a otro capítulo general, como delegado de la provincia de Ontario-Kentucky. Esta vez el aliento y el apoyo comenzaron un año antes, tan pronto como había sido elegido delegado Provincial, y de personas cuya opinión he respetado. En este momento estaba ministrando en la Catedral de Santa Teresa, y perfectamente feliz con la vida y el ministerio en las hermosas Bermudas. Después de mucha oración y reflexión decidí dejar mi nombre para una elección, y de hecho, fui elegido Superior General: “Si quieres hacer reír a Dios, dile tus planes”.
Pensé en esta experiencia al leer el evangelio de hoy, como Dios intervino en la vida de José, María y el Cristo Niño. José y María, como cualquier pareja joven, tenían sus planes de una vida juntos. Entonces Dios intervino en la vida de María, cuando el ángel Gabriel vino y le pidió que se convirtió en la madre del Salvador. Su ‘sí’ cambió su vida. En el evangelio de hoy, en la Fiesta de la Santa Familia, vemos la intervención de Dios en la vida de José. Esta es la segunda vez, ya que, a través de un sueño mucho antes, se le dijo que tome a María como su esposa, ya que el niño concebido en ella era la obra del Espíritu Santo. Como hombre de fe, y que confiaba en las intervenciones de Dios, se le dijo en el sueño lo que debía hacer. Se fueron de Palestina a Egipto, para escapar del mal de Herodes.
En nuestra primera lectura, escuchamos acerca de las relaciones en las familias. Cada vez más personas se encuentran hoy en día como la generación de ‘sándwich’ – adultos que están cuidando a los padres mayores, así como por los niños que están en edad. A menudo es un desafío. El profeta Siracides nos comunica con éxito cómo Dios ve nuestra responsabilidad con nuestros padres, ya sea que somos dieciséis o sesenta. Muchas personas sólo reconocen lo mucho que fueron amados por sus padres cuando ellos mismos se convierten en padres. De repente se abren los ojos y se dan cuenta del amor de sus padres. A pesar de que pueden haber rechazado la autoridad de sus padres, sólo entonces se dan cuenta de su sabiduría, y cómo la única respuesta amorosa es a veces decir “¡No!” La Primera Lectura nos llama a un amor sincero y generoso y respeto por nuestros padres, en agradecimiento por su amor y sacrificios que hicieron por nuestro bienestar. Su amor es incondicional.
La segunda lectura, habla directamente sobre la calidad de la vida familiar católica cristiana, reflejando los valores y virtudes del reino de Dios. Habla directamente a las relaciones entre los miembros de la familia, dando testimonio del amor incondicional de Dios por nosotros. Con la gracia de Dios, todas estas palabras pueden ser cumplidas por nosotros.
A primera vista, algunos pueden pensar que la lectura del evangelio tiene poco o nada que ver con la fiesta de hoy. Sin embargo, creo que muestra la importancia de que los miembros de la familia estén abiertos a la voluntad de Dios y la sigan a través de la gracia que Dios proporciona. José ha experimentado la intervención de Dios, cambiando sus planes para él y su pequeña familia. Dios tenía otros planes, y José reconoció la voluntad y la sabiduría de Dios e hizo lo que Dios le ordenó. Tanto María como José reflejan la realidad de todos los miembros de la familia, estar abiertos a la revelación de Dios, a la voluntad de Dios, y creer que la gracia de Dios está activa para lograr su cumplimiento. Esto desafía a TODOS los miembros de la familia a compartir esta actitud de María y José, de la Sagrada Familia, para crear su propia familia santa que sea una respuesta amorosa al llamado de Dios.
Para recibir esta “intervención” aquí y ahora, debemos estar escuchando, escuchando la voluntad de Dios revelada en nuestra oración y en la Sagrada Escritura. Dios ‘nos habla’ de muchas maneras, a través de inspiraciones y epifanías que nos llegan en nuestra oración personal, que nos apoyan y nos desafían en nuestra vida con Dios, y no solo para hacer lo ‘correcto’, sino para hacer lo que sea Dios quiere. El testimonio de la vida de otras personas, incluidos los santos de la historia, también puede hablarnos sobre la voluntad de Dios, y cómo Dios sostiene y protege a quienes lo buscan y buscan hacer su voluntad. Las Sagradas Escrituras también nos pueden hablar en voz alta. A veces podemos pensar que la Palabra de Dios fue escrita para otro momento, pero no para el siglo XXI. Es interesante cuántas veces las personas se me acercaron, después de una misa, y me preguntaron: “¿Desde cuándo ha estado eso en la Biblia?”. Les digo que siempre han estado, y que lo han oído muchas veces, pero no escucharon. De repente, algo en su vida personal los hizo escuchar de una nueva manera. De repente, la Palabra se conectó con su vida y su vida con la Palabra. Esa debería ser la “regla” en lugar de la “excepción” cuando leemos las Sagradas Escrituras. En relación con esta fiesta, podemos escuchar en las lecturas cosas que hacen sonar las campanas, y sabemos que Dios nos está hablando a través de la Sagrada Escritura.
En esta Fiesta de la Sagrada Familia, que las lecturas nos den todas las oportunidades para reflexionar sobre cómo Dios quiere intervenir en nuestra vida AHORA, cómo quiere que actuemos ahora, en unión con Él. ¿Qué podría ser más importante en nuestras vidas para descubrir y hacer la voluntad de Dios que en nuestras familias, como cónyuges, hijos e hijas y hermanos? Las lecturas de hoy son claras y claras sobre lo que significa ser un miembro de la familia hoy y crear una familia católica cristiana hoy. ¿Estamos dispuestos a escuchar?

Navidad 2020

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Evangelio según San Juan 1,1-18:
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Así como celebramos el nacimiento de cada uno de nosotros, celebramos hoy como comunidad de fe el nacimiento del Salvador del mundo, Jesucristo el Señor. Durante la temporada de Adviento estuvimos viendo y esperando su nacimiento, y ahora finalmente ha llegado. Nuestro tiempo de preparación espiritual ya está terminado, y celebramos su nacimiento con el corazón renovado en el amor de Dios. La luz de Cristo, que la corona del Adviento proclamada, ahora es nuestra plenitud. Como dijo el Profeta Isaías (9:1-6) en la primera lectura: “Las personas que caminaron en tinieblas han visto una gran luz” y esa luz es Jesús.
El nacimiento de Jesús es el regalo del Padre a la humanidad. Socialmente Navidad es un momento de dar y recibir, y espiritualmente es un momento también de dar: devolviendo a Dios.
Cuando tuve un año sabático de estudio desde septiembre de 1996 hasta abril de 1997 en el Regis College, la Universidad Jesuita en Toronto, uno de los cursos que tomé me introdujo a más del Maestro Eckhart, un sacerdote dominico alemán del siglo XIII . El centro de sus escritos era la noción de ‘dar a luz’. Él escribió: “¿Cómo puedo creer que Dios quería que María diera a luz al Hijo de Dios hace catorce años, y no creer que quiere que dé a luz al Hijo de Dios en mi tiempo y mi cultura?” Una idea bastante alucinante.
Jesús nació hace más de dos mil años, pero quiere nacer de nuevo hoy en cada uno de nosotros. Así como el ángel Gabriel le dijo a la Santísima Virgen María que estaba ‘llena de gracia’ y “el Señor está contigo”, también hemos recibido la gracia de Dios, y el Señor está con nosotros. Desde nuestro bautismo participamos en la vida de Dios.
Nuestro desafío es entender cómo Jesús nacerá en nosotros, y cómo daremos a luz a Jesús.
Esto ocurre cada vez que vivimos plenamente nuestra vida de fe. Cuando nos unimos a Dios a través de nuestra oración, nuestra lectura de las Sagradas Escrituras, nuestro compartir en la Eucaristía, y nuestro compartir en la vida de la Comunidad Cristiana (la Parroquia, y la Iglesia) estamos experimentando ese re-nacimiento de Jesús dentro de Nosotros. Él nos llevará al Padre. Damos a luz a Jesús cuando compartimos esa fe, cuando somos testigos de nuestra fe en Jesucristo. A menudo, los católicos no son conocidos por hacer eso en un foro público. Ahora somos conocidos por nuestra evangelización como otros grupos cristianos. Damos a luz a Jesús cuando compartimos con otros nuestra fe en el amor de Dios, nuestra salvación en Jesucristo y la presencia del Espíritu Santo.
También ocurre cada vez que compartimos nuestra esperanza. Nuestra esperanza no es sólo un optimismo basado en la buena voluntad humana. Nuestra esperanza se basa en la muerte y la resurrección de Jesús, que por la resurrección de Jesús todos hemos salido victoriosos sobre el pecado y la muerte. Algunas personas piensan que vivimos en tiempos de “esperanza”. Hay mucho pesimismo en el mundo, especialmente con nuestra experiencia desde que comenzó la pandemia. Damos a luz a Jesús cuando mostramos a otros que creemos que Dios está con nosotros: a pesar de las malas noticias y de un mundo que muchas veces parece confundido; a pesar de las alteraciones en la vida que todos hemos experimentado como resultado de la pandemia; a pesar de la incertidumbre y miedo a ser expuesto al virus. Compartimos nuestra esperanza por la confianza que mostramos, y por la alegría con la que lo demostramos. Recuerda las palabras de Santa Teresa de Ávila: “¡De los santos fruncidos, el buen Señor nos librará!” Nuestra alegría y felicidad será quizás el mayor testimonio de otros que tenemos esperanza.
También se produce cada vez que compartimos amor. No me refiero a un amor basado en “te di, ahora tú me lo das a mí”, sino más bien a un amor generoso que no espera nada a cambio; un amor no sólo hacia las personas que nos aman, sino a aquellos que nos confrontan de la manera equivocada o con quien tenemos dificultades, hasta el final y el menos en nuestra lista. Ese es un amor inspirado y bendecido por Dios. Hacemos esto primero que nada en nuestras familias, como lo hacemos con frecuencia estos días en los que vemos (generalmente) a muchos de nuestros seres queridos. Esto lo haremos cuando volvamos a la escuela y a trabajar, y le paramos allí en comprensión, respeto y cuidado.
Hoy celebramos la venida de Jesús al mundo. Pero también celebramos que Jesús nazca todos y cada uno de los días del año: en la fe, la esperanza y el amor que cada uno de nosotros compartimos. Entonces verdaderamente daremos a luz a Jesús. Entonces verdaderamente celebraremos su nacimiento a tiempo, y en nuestras vidas, y lo compartiremos con otros.

Cardenal Pell: En Navidad rezo por los presos. El año pasado yo también estaba en la cárcel

En esta intensa meditación, el cardenal George Pell habla de su Navidad en la cárcel, sin misa y sin comunión. Reza por los que están en prisión por un justo castigo o porque son perseguidos por su religión o sus ideas. La Navidad es la celebración del monoteísmo del judaísmo, el islam y el cristianismo, pero solo este último celebra al Emmanuel, el Dios con nosotros. Se rompe la rueda del eterno retorno y Jesús señala el fin de los tiempos, “en el cielo, donde no hay cárceles, ni presos, ni Covid”.
A lo largo de todo este año, el Covid-19 ha traído al mundo enfermedad y muerte (aunque no tanta como temíamos); la pandemia paralizó los viajes internacionales y afectó o redujo las actividades comerciales. Por todo eso, este año estamos a punto de celebrar la Navidad en un mal momento, aunque no sea el peor. No arrecia una guerra mundial furiosa ni una gran hambruna, y además tenemos estas nuevas vacunas que prometen frenar y controlar la enfermedad.
Este año las cosas fueron mejores para mí. En medio del aislamiento y la confusión, yo voy contra la corriente, porque la Navidad pasada estaba en la cárcel de Melbourne (Australia) por un delito sexual que no había cometido. Durante los 404 días que pasé en dos cárceles, nunca pude celebrar misa; recibía la comunión solo una vez por semana gracias a una religiosa maravillosa, encargada de la capellanía católica de la prisión. No pude recibir la comunión el día de Navidad, aunque tuvimos una buena comida navideña al estilo inglés, pavo y pastel de ciruelas, y pude desear “¡Feliz Navidad!” a los guardias.
Más allá de eso, fue otro día normal de cautiverio, del que solo podía escapar con mi imaginación, la lectura o los programas religiosos navideños de la televisión. Desde que era muy pequeño me encantaban los villancicos, no sólo escucharlos, sino cantarlos con la comunidad. “Venid todos los fieles” (“Adeste fideles”) y la canción alemana “Silent Night” (“Astro del Ciel”) eran mis favoritas en aquel tiempo, aunque hoy “O Holy Night” ocupa el primer lugar en el lista. La Navidad pasada pude ver por televisión el programa “Cantos a la luz de las velas” (“Candlelight”) en la televisión, pero no pude ver ni oír los dos coros de mis amigos (uno era un grupo de vietnamitas) que se reunieron fuera de la prisión para cantar nuestras canciones favoritas. No estoy seguro de que otros, o por lo menos alguno de los prisioneros, hayan podido escucharlos, lo que me produce una doble amargura.
Por eso, en la libertad que vivo aquí en Roma, tan tristemente vacía de peregrinos, en esta época navideña pienso de manera especial en los que están en la cárcel, separados de las personas que aman, tanto si están allí por un justo castigo, o porque luchan por la libertad, o porque son perseguidos por pertenecer a algún grupo religioso o social. Incluso en el mejor de los sistemas hay presos inocentes en la cárcel; y allí donde los sistemas son corruptos, o donde hay opresión o persecución sistemática, hay muchos presos inocentes que sufren. Debemos rezar ante todo por ellos, en este tiempo en el que pedimos por la “paz en la tierra para los hombres de buena voluntad”.
A la gente de Galacia, unos 60 años después de la primera Navidad, San Pablo les explicó la Navidad con estas palabras: “Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, y para que pudiéramos recibir la filiación adoptiva”.
Ese nacimiento fue verdaderamente milagroso, a pesar del hedor del establo y la pobreza del ambiente, porque la madre del niño, María, era virgen y su esposo José no era el padre biológico. El recién nacido era verdadero Dios y verdadero hombre, el Emmanuel, el Dios con nosotros, porque Dios era su padre.
María y José eran judíos por raza y religión. Los Evangelios nos dicen que José era un ῾δικαιος῾, una palabra griega que indica un hombre bueno y justo, y María es considerada por todos los cristianos como la más grande de todos los santos: ambos eran miembros de esa raza elegida por Dios para introducir el monoteísmo en la historia. Solo hay un Dios, explicado de diferentes maneras en las tres grandes tradiciones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam, pero solo los cristianos celebramos la Navidad, el nacimiento del único Hijo de Dios.
El cristianismo ha tenido una fuerte presencia en el mundo occidental durante 1000 años por lo menos, cuando se convirtió la antigua Rusia; e incluso antes en Italia, Grecia, Francia y España desde la época de Constantino, el primer emperador cristiano del Imperio Romano, quien en el 313 d.C. garantizó la libertad religiosa a esta minoría perseguida. Pero el cristianismo no es una religión occidental, no solo porque Medio Oriente y todo el norte de África fueron cristianos alguna vez, sino porque el cristianismo nació en Oriente, o por lo menos en Medio Oriente, la tierra del pueblo judío. Por esto, los cristianos reverenciamos al Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob y de Moisés, que es también el Padre del Niño Jesús, nuestro Señor.
En los tiempos de Jesús, Jerusalén ya era una ciudad sagrada, dominada por su magnífico templo. Pero de ninguna manera era una de las grandes capitales. Se encontraba en una provincia -bastante pobre y llena de inconvenientes- del imperio romano (conquistada por Pompeyo en el 63 aC) y estaba gobernada por el tirano rey Herodes. En el fondo, era orgullosamente judía, aunque influida por el pensamiento y la técnica griegos, y hostil a la Roma de occidente.
La religión judía produjo un gran cambio en la cultura, en el mundo de la filosofía y de las religiones, y todo eso está contenido en la fiesta de Navidad. Para los antiguos griegos, así como para los budistas y los hindúes, cada vida recorre en un círculo sin fin; el día y la noche, y el ciclo de las estaciones, son una expresión de esta rueda del eterno retorno.
Los judíos introdujeron la flecha del tiempo en el pensamiento popular, [el tiempo con dirección lineal- ndr] la idea de la historia de la salvación, porque ellos esperaban y siguen esperando al Mesías. A partir de esta teoría del movimiento hacia adelante, se desarrolló la noción occidental de progreso, y naturalmente, cuando el Niño Jesús creció, enseñando y salvando (con su muerte y resurrección), también nos señaló los últimos días, su segunda venida al final de los tiempos, para el juicio final.
De esa manera, mirando el pasado y este maravilloso desarrollo con esperanza, todos nos alimentamos de la fiesta de Navidad. Jesús fue recibido por los pastores que estaban en los alrededores y también por hombres que buscaban la verdad, astrólogos y filósofos, los Reyes Magos que probablemente venían de Irán. Porque Él vino a traernos una manera de vivir que no es solamente una teoría, que no sólo es accesible para los más instruidos.
La Navidad es la fiesta de la esperanza para todos nosotros, con el Hijo de Dios recién nacido que nos señala los últimos tiempos, cuando todo será bueno, en el cielo, donde no hay cárceles, ni presos, ni Covid.
+ George Cardenal Pell
Fuente: AsiaNews.

San Viator catequista

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Existe una comunidad de religiosos educadores que tienen como santo protector a San Viator, quienes dan este mismo nombre a sus colegios. Cuando era niño su madre lo presentó al obispo San Justo y le pidió que lo instruyera en la religión. Pronto fue un excelente catequista, y aprendió muy bien el arte de escribir en bellas letras llegando a hacer copias de la Santa Biblia y de otros libros religiosos para uso del templo.
El obispo San Justo deseaba dedicarse por completo a la vida de oración, penitencia y dejando la bella ciudad de Lyon, partió hacia el desierto. El obispo se fue sin avisar a nadie, sin embargo Viator, su secretario, se dio cuenta y lo alcanzó por el camino. Obtuvo que lo dejara irse con él. Para ver si eran capaces de resistir la vida tan dura de los religiosos del desierto, fueron sometidos a duras pruebas antes de ser admitidos. El obispo Justo tejía canastos y el joven Viator se dedicaba a copiar con su hermosa letra los Libros Sagrados. Después de mucho tiempo, llegó una comisión de Lyon a llevarse a la ciudad a los santos monjes, pero San Justo y San Viator les hablaron tan hermosamente de lo provechosa que es la vida de oración y meditación de un monasterio, que los que habían llegado a llevárselos para la ciudad se quedaron y se hicieron monjes. En diciembre del año 390 el anciano San Justo se sintió morir y al ver que su fiel discípulo lloraba tan amargamente le dijo: “Los dos hemos luchado juntos en esta vida por agradar al Señor Dios, los dos iremos también en compañía a su reino celestial”. A los siete días murió también el joven Viator, fiel compañero de su obispo.
Fuente: ACI Prensa.

Cuarto Domingo de Adviento 2020

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Evangelio según San Lucas 1,26-38.
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”.
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”.
María dijo al Ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?”.
El Ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”.
María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”. Y el Ángel se alejó.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hay una historia sobre una iglesia en Brooklyn, Nueva York, que unos días antes de Navidad tuvieron la desgracia de que, debido a la infiltración de agua, una gran parte del yeso, detrás del púlpito, había caído. El pastor no sabía qué hacer. No quería cancelar los servicios de Navidad, pero el muro parecía terriblemente distraído. Pasó por un mercado de pulgas y vio un mantel bellamente tejido con una cruz bordada justo en el centro. Era tan atractivo que sabía que cubriría la zona dañada y no distraería a la gente, de hecho, embellecería el santuario. Unos días después una anciana, de camino a casa de un trabajo de ama de casa en la ciudad, se detuvo en la Iglesia para tener algo de paz y calidez. Ella vio el mantel y le preguntó al pastor si las iniciales E.B.G. estaban tejidas en la esquina inferior derecha. ¡Lo estaban! Ella había tejido el mantel antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando ella y su marido vivían en Austria. Se las arregló para salir, pero su marido fue capturado y metido en prisión. El pastor pudo ver en ella revivir su dolor y que el dolor la había afectado enormemente, y así se ofreció a llevarla a casa en su coche, al otro lado de Staten Island. Unos días después, un anciano que había visto a menudo en la adoración de su Iglesia se acercó y preguntó sobre el mantel. Hace más de treinta y cinco años, su mujer había tejido uno igual. La obligó a huir de su tierra natal, Austria, pero nunca pudo localizarla, suponiendo que ella también había sido encarcelada, y probablemente murió. El pastor le preguntó al hombre si podía llevarlo a dar un paseo. Lo llevó a Staten Island y acompañó al hombre hasta la puerta de la casa donde se había llevado a la mujer unas pocas noches antes. ¡Estaban reunidos esa Navidad!*
Hace mucho tiempo alguien me envió esta historia, y lo pensé cuando leí por primera vez el evangelio del día (Lucas 1:26-38), y en particular las palabras ′′nada es imposible para Dios”. Quién hubiera pensado que tal La reunión de Navidad tendría lugar, ¿a través de una guerra mundial, un océano y treinta y cinco años? ¿Quién hubiera imaginado que una campesina en Nazaret sería la madre del Salvador, el Mesías, la tan esperada? ′′¡Nada es imposible para Dios!”
María no podía creer que un mensajero celestial, Gabriel, viniera a ella. Su respuesta inmediata, muy humana, fue el miedo. Las primeras palabras del ángel le aseguraron. Él dijo ′′¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo”, y luego ′′No tengas miedo, María, porque has encontrado favor con Dios”. Ella todavía estaba perpleja. Las palabras del ángel eran insondables para ella. ¿Cómo podría ser ella la madre del Salvador, el Mesías, el tan esperado? Ella era virgen. El ángel le dijo que ′′el Espíritu Santo vendría sobre ella y el poder del Altísimo la eclipse”. Dios ‘tuvo todo cuidado’. María sabía, al oír las Escrituras hebreas leídas en la sinagoga, que Dios había prometido a un Mesías. Al mismo tiempo, ella sabía que si Dios la hubiera elegido, en su sabiduría, que él estaría con ella y que lo imposible podría hacerse realidad. Ella estaba dispuesta a permitir que Dios se manifieste en y a través de ella, y ella le dio ‘Sí’. Sus palabras son tan profundas, pero tan simples: ′′He aquí, yo soy la servidora del Señor. Que se me haga según tu palabra”.
Como prueba de la capacidad de Dios para hacer lo imposible posible, el ángel le revela que su prima Isabel, que estaba más allá de los años de crianza, estaba embarazada. En la siguiente parte de este primer capítulo del evangelio de Lucas, María deja su casa en Nazaret para viajar en una caravana -al menos tres días caminando- para atender a Isabel y acompañarla en el nacimiento de su hijo. En su propia prima, Dios había mostrado a María que lo imposible era posible CON ÉL.
En este cuarto y último domingo de la temporada de Adviento Dios nos pide que salgamos con fe, al igual que María, para creer que lo imposible es posible: que su gracia en nosotros puede hacer maravillas. Nuestro ‘No’ bloquea la obra de Dios y del Espíritu Santo. Nuestro ‘Sí’ nos abre a la gracia y bendición de Dios.
Una cosa particular que me pasó por la cabeza en preparación para esta homilía fue la realidad que aunque la Navidad es un momento de alegría y celebración para la mayoría de las personas, también es un momento de profunda tristeza y depresión para los demás. Tal vez sea debido a la pérdida de un ser querido este año, que se hizo particularmente doloroso en Navidad. Tal vez fue la pérdida de un trabajo, un susto de salud o una decepción en un momento crucial de la vida. Una de las fuentes humanas más comunes de dolor y tristeza es la realidad de las relaciones rotas o dañadas. Cuanto más en el tiempo de Navidad, con tanto tiempo pasado con familiares y amigos, esas relaciones rotas o dañadas son como un dolor abierto que no se curará. Nuestro ‘No’ a Dios y ‘No’ al perdón y la reconciliación es de hecho como poner sal en la herida: abrir el pasado duele, desconfianza y dudas.
SI creemos en que lo imposible se hace posible, a través de la gracia de Dios, tal vez este sea un buen momento para actuar. Al igual que con la visita a María, Dios nos dice que él está con nosotros, que hemos ganado el favor con Dios. Él nos dice ′′¡No tengas miedo!” como le dijo a María que no temiera a lo desconocido, lo improbable y lo imposible.
Ahora que la luz de nuestra corona de Adviento ha llegado a su cumbre, que nuestro ‘Sí’ a Dios llegue a su cumbre para esta temporada de preparación espiritual, para que la luz de Cristo brille en nosotros y por medio de nosotros, y que como María, y como la pareja de mi historia, lo imposible se hará posible a través de la gracia y el poder de Dios.
*Desafortunadamente, no sé de dónde vino esta historia, ya que no es de una de mis dos fuentes habituales.

Tercer domingo de Adviento 2020

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Evangelio según San Juan 1,6-8.19-28.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: “¿Quién eres tú?”.
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: “Yo no soy el Mesías”.
“¿Quién eres, entonces?”, le preguntaron: “¿Eres Elías?”. Juan dijo: “No”. “¿Eres el Profeta?”. “Tampoco”, respondió.
Ellos insistieron: “¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?”.
Y él les dijo: “Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”.
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: “¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?”.
Juan respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia”.
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

En la clase de Física en la secundaria recuerdo que hicimos experimentos con prismas. Fue fascinante ver el rayo blanco de luz entrar en el prisma y la luz refractada en toda la pared del aula en todos los colores del arco iris. Incluso a los dieciséis años, recuerdo que era una fuente de asombro y preguntas. Tal vez muchos han visto el mismo resultado manifestarse en cristales de candelabros, proyectando los colores del arco iris.
Pensé en este fenómeno cuando leí el evangelio de este tercer domingo de la temporada de Adviento (Juan 1:6-8, 19-28). Juan el Bautista nos dice que él no es la luz, sino que “testifica a la luz”. Él no deja duda de que alguien más es la luz, y ese alguien es Jesús. Juan no es el Cristo, ni la reencarnación de Elijah el profeta que esperaba venir y anunciar la venida del Mesías. Jesús es el Cristo, el Mesías, el tan esperado, el ungido. Una vez más, como en el evangelio de la semana pasada de Lucas, Juan expresa su indignidad en relación con el Mesías. Él es la “voz… gritando en el desierto, abre el camino del Señor”. Juan anunció esto con alegría. Él no estaba celoso de Jesús, sino que estaba feliz de hacer su parte en la preparación del camino para Jesús. Él conocía su misión, y era ser esa “voz”, ese testigo “de la luz”.
Nosotros, como Juan el Bautista, reconocemos que no somos la luz, sino que estamos llamados a “testificar a la luz”. Hemos sido iluminados por Cristo. Caminamos bajo su luz. Mientras compartimos esa luz, estamos para compartirla con otros. Esa luz refractada a través del prisma -en un arco iris de colores- ¡nos representa! Ese amor y la verdad de Dios, revelado en su plenitud por medio de Jesús nos llena, y cada uno hacemos que el amor y la verdad se manifiesten en nuestra propia manera única e individual. Así como cada uno de los colores son distintos, también nuestra respuesta y nuestra vida fuera de esa luz. Nuestro color del arco iris, sea lo que sea, elogia y completa el de los otros colores. ¡Sería un triste arco iris de un solo color! Nuestra manera distinta de vivir nuestra vida cristiana y dar testimonio de Jesús no sólo refleja la majestuosidad y el esplendor de Dios, sino que es una fuente de inspiración y aliento para otros. Necesitamos y dependemos unos de otros. Como seguidores de Jesús necesitamos y dependemos unos de otros. No hacemos justicia al mensaje de Jesús si pensamos que nuestra vida en Cristo es sólo “yo y el Señor” (ponemos las manos al lado de los ojos, como las anteojeras de un caballo). Engañamos al Señor, a los demás y a nosotros mismos si pensamos que nuestro testimonio no hace diferencia, que nuestras palabras y acciones realmente no importan, que pasan desapercibidas. Juan el Bautista no creyó eso, y ¡nosotros tampoco!
Este domingo, el tercer domingo de la temporada de Adviento, se llama tradicionalmente el domingo de “Gaudate”: el domingo de la alegría. Encontramos esa alegría reflejada en la primera lectura del libro del Profeta Isaías (61:1-2, 10-11). En estas famosas palabras de Isaías escuchamos a Jesús eco en los evangelios. ¡Son buenas noticias! Dios está con su pueblo, y nos ha “ungido” y “nos envió” para “traer buenas noticias a los pobres, para sanar a los quebrantados de corazón, para proclamar la libertad a los cautivos y liberar a los presos, para anunciar un año de favor del Señor”. Una vez más, como la luz refractada, todos lo hacemos a nuestra manera única e individual. Los “pobres… de corazón roto… los cautivos” están entre nosotros. Los encontramos de muchas maneras y en muchas ocasiones. Les traemos la luz de Cristo cuando compartimos con ellos nuestra victoria sobre el pecado y la muerte, nuestra nueva vida en Jesús. Compartimos la luz de Cristo con ellos cuando nos permitimos ser lo suficientemente vulnerables como para admitir y compartir que éramos “pobres,… de corazón roto,… y cautivos… pero ya no lo estamos” a través de la gracia de Dios en ¡Jesucristo El Señor!
Nuestro Salmo (Lucas 1:46-50) captura esa alegría, “regocijándose en nuestro Dios”.
En la Segunda Lectura de la Primera Carta de Pablo a los Tesalonicenses (5:16-24) San Pablo nos dice que nos regocijemos siempre rezando sin cesar. “Dad gracias en toda situación”. Él nos asegura que Dios está con nosotros, que hemos recibido el Espíritu Santo, y que debemos ser fieles como Dios es fiel. De hecho, somos personas de alegría.
Este gozo crece dentro de nosotros mientras anticipamos la celebración del nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo. A medida que crece la luz de nuestra corona de Adviento -esta semana la alegría simbolizada por la vela rosa- no sólo reconocemos la luz de Cristo creciendo dentro de nosotros, sino nuestra responsabilidad de “testificar a la luz” y compartir esa luz con el mundo. Nuestros familiares y amigos recibirán la luz de Cristo a través de nosotros. Nuestros compañeros de trabajo y compañeros de clase van a experimentar la luz de Cristo con nuestras palabras y nuestro ejemplo. Debemos ser testigos de la luz, como lo fue Juan el Bautista. ¡Debemos ser luz de Cristo! ¡Seamos esa luz con alegría esta temporada de Adviento, y hagamos grandes cosas por Dios!

Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción

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Es un gran placer para mí, como Rector, darles la bienvenida “virtualmente” a la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, la Iglesia Católica Romana más grande de América del Norte y una de las diez iglesias más grandes del mundo.
Designada por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos como Santuario Nacional de Oración y Peregrinación, esta gran Basílica es el santuario mariano preeminente de nuestra nación, dedicado a la patrona de los Estados Unidos, la Santísima Virgen María bajo su título de Inmaculada Concepción.
Esta iglesia patronal alberga más de 80 capillas y oratorios que honran a la Madre de Dios y representan a los pueblos, culturas y tradiciones que son el tejido de la fe católica y el mosaico de nuestra nación. No es de extrañar por qué se la conoce cariñosamente como la Iglesia Católica de Estados Unidos.
El Santuario Nacional, también conocido como Santuario de María, recibe cerca de un millón de visitantes al año y ha sido visitado por el Papa Francisco, el Papa Benedicto XVI, San Juan Pablo II y Santa Madre Teresa de Calcuta, entre otros.
En nombre de nuestro clero, religiosos, personal y voluntarios de la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, esperamos que su visita en línea lo inspire a planificar una visita en el lugar. ¡Esperamos darle la bienvenida!
Que Dios los bendiga abundantemente y Nuestra Señora, la Inmaculada Concepción, sea siempre su guía e interceda por todas sus necesidades.
Sinceramente en Cristo,
Walter Rossi
Reverendo Monseñor Walter R. Rossi
Rector

Segundo Domingo de Adviento 2020

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Evangelio según San Marcos 1,1-8.
Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
Como está escrito en el libro del profeta Isaías: Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino.
Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos, así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.
Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias.
Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

En el mundo de la televisión hay muchos programas “reality show” que involucran cambios en la vida de las personas. Hay programas de “cambios de imagen” de peinado, maquillaje y ropa. Hay programas sobre la pérdida de peso. Hay programas sobre intervenciones con personas adictas a las drogas o alcohol. Hay programas sobre casas desordenadas y acaparadores, y sobre la renovación de la vivienda. A menudo, sin embargo, parece, en algunos casos, que el cambio es solo cosmético y los efectos no siempre duran mucho tiempo. Algunos vuelven a su antigua forma de vestirse, vuelven a ganar peso, caen en malos hábitos de adicción, y comienzan a dejar que su casa se vuelva a desordenar.
Hoy Jesús nos llama a cambiar (Marcos 1:1-8). La imagen que nos presentamos es muy dramática “haz rectos sus caminos”. Juan el Bautista vino predicando un bautismo de arrepentimiento. Llamó al pueblo a dejar atrás sus caminos pecaminosos y volver a Dios, volver al pacto. Juan no está hablando de un cambio superficial, un cambio de ropa, o de hábitos de comer y beber, o de limpieza. Está hablando de un cambio de opinión un cambio profundo en la dirección de la vida. Los que vinieron a Juan para bautismo estaban abandonando una vida que los alejó de Dios y de su gracia, y los redirigía a la fidelidad a Dios y al pacto. Esta no fue una decisión que se tomara a la ligera.
En nuestra temporada de Adviento estamos invitados a prepararnos espiritualmente para el nacimiento del Salvador, nuestro Señor Jesucristo. Si tomamos esta invitación en serio y sinceramente responderemos a ella, habrá cambios en nuestras vidas. Nuestras prioridades y valores cambiarán. Nuestro interior -no nuestro exterior- sufrirá un cambio, porque abriremos nuestras vidas a una nueva fuente de vida, la gracia de Jesucristo. A través de su vida, y por su muerte y resurrección tenemos nueva vida. Él es aquel de quien habla Juan el Bautista. Él es aquel cuyas ′′correas de sus sandalias′′ no son ′′dignas de caerse y aflojar′′.  Jesús es la fuente de nuestra salvación. Él no sólo nos bautizará con agua, sino ′′con el Espíritu Santo”, completando nuestra unión con Dios. Para una persona tan tremendamente significativa en la historia del mundo, y en nuestra propia historia personal, es justo y justo prestar atención, y someterse a un cambio que no sólo nos traerá felicidad y paz, sino salvación eterna.
La primera lectura del libro del profeta Isaías (40:1-5, 9-11) da un destello de esperanza al pueblo de Dios. A los israelitas, después de años de persecución y esclavitud en Babilonia, se les estaba prometiendo una nueva vida en Dios. Serán restaurados como hijos de Dios, hijos del pacto. Las imágenes que usa Isaías les dieron esperanza: promesas de “consuelo”, ′′heraldo de buenas noticias”. El poder y la protección de Dios, la nueva vida con un ′′pastor′′ que “alimentará a su rebaño”, y ′′en sus brazos reúne a los corderos”. ¡Qué interjección de buenas noticias en la tristeza de un pueblo que había caído de gracia con Dios! Pero, allí también, Isaías, establece una condición: ¡Una voz grita en el desierto prepara el camino del Señor! ¡Haz de inmediato una autopista para nuestro Dios! “Cada valle debe ser rellenado, cada montaña y colina se bajarán; la tierra robusta se hará una llanura, el país rudo un valle amplio”. Este futuro que los espera tiene un precio: un entorno de sus corazones en los caminos de Dios, una profunda transformación interior de sus mentes y corazones. Estos cambios en el paisaje son espejo de esos cambios significativos en sus vidas.
En la Segunda Lectura, Pedro (2 Pedro 3:8-14) habla de ′′nuevos cielos y una nueva tierra”. Dios renovará a su pueblo. La semana pasada en la Segunda Lectura era evidente que los primeros cristianos estaban convencidos de que Jesús volvería en gloria durante su vida. Pedro le dice a la gente que permanezca vigilante, ya que ′′el día del Señor′′ vendrá cuando menos lo esperen. Los anima a vivir buenas y santas vidas ′′sin mancha”. Una vez más, grandes promesas, pero con un precio. Sus vidas deben reflejar la vida de Jesús. Ellos son sus seguidores, sus queridos, su elegidos. No pueden continuar como lo hicieron antes de su conversión a Jesús, pero esta decisión de seguir a Jesús y ser bautizado requiere un cambio en su vida, un cambio profundo y duradero que la gracia de Dios nos puede dar. La buena noticia continúa para los que responden al amor de Dios.
Juan el Bautista, como el Profeta Isaías y el Apóstol Pedro, nos ofrece esperanza. Él nos ofrece nueva vida. Sin embargo, suena cierto en cada lectura que la nueva vida con Dios requiere un cambio en favor del reino de Dios y la persona de Jesús el Señor. Durante estos días de Adviento estamos llamados a abrazar esa buena noticia, y el fruto de esto será en vidas renovadas en Cristo -no cambios superficiales ni cosméticos, sino profundos cambios en nuestras vidas- en las decisiones que tomamos; en las cosas que soñamos y anhelamos; en las maneras en que dedicamos nuestro tiempo, talentos y tesoros; en nuestras prioridades y valores; y en la forma en que nos relacionamos con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Hemos sido introducidos a esta vida a través de nuestro bautismo, pero nuestro bautismo tampoco es cosmético ni superficial -una fecha en el calendario, una foto o un certificado- sino una forma de vida, una vida de gracia vivida en unión de Jesucristo en la Iglesia.
Durante esta segunda semana de Adviento, como crece la luz en nuestra corona de Adviento, que la vida de Dios crece en nosotros para ′′preparar el camino del Señor, hacer rectos sus caminos′′ para nosotros, y para aquellos que nos encontramos. Mostremos a otros quiénes somos esta semana, y como Isaías, Pedro y Juan, llevemos la buena noticia de Dios a los demás.

Templos virreinales de Ayacucho

Cada uno de estos templos poseen peculiaridades que los hacen distintos unos de otros. Hechos mayoritariamente en estructura de piedra y mortero, muestran la religiosidad y estilo propio de la ciudad. Las fachadas son generalmente de estilo barroco. Los interiores están decorados con motivos religiosos hechos en pan de oro, en altares interiores en ofrenda a un santo en particular, muestra de una auténtica escuela ayacuchana de retablistas. Muchos viajeros llegan a visitar dichos templos en especial en la época de Semana Santa.
Los templos son administrados por la Arquidiócesis de Ayacucho:

1. Templo San Cristóbal, 1540
Ubicada en la sexta cuadra del Jirón 28 de julio, frente al Templo de Santa Teresa. Este fue el primero en ser construido en la ciudad en el año 1540. Su arquitectura es sencilla con una sola torre y campanario, cuya construcción es de piedra de cantería. Tiene una sola nave cubierta por el tejado vertiente de piedra y adobe y un solo altar con un pequeño sagrario. La fachada principal presenta un arco de medio punto, tras de esta portada hay un reducido atrio de donde inicia la escalera que conduce a la torrecilla que se alza en la entrada.
El valor de este templo reside en su tradición e historia que la rodea de un halo legendario; ofició de Catedral, mientras se construía la verdadera; además en ella se guardan restos mortales de varios personajes muertos en la Batalla de Chupas ocurrida en el año 1542. El más célebre de los que están enterrados allí es Pedro de Candia el “Griego”, piloto mayor de la flota de Francisco Pizarro y uno de los Trece de la isla del Gallo.
El altar mayor es muy sencillo, con las imágenes de la Virgen de Cocharcas y San Cristóbal. En el templo había una imagen de Santiago Apóstol, que Ricardo Palma hace referencia en su tradición “El caballo de Santiago Apóstol”, cuando narra que el caballo de Marcos Saravia, no quiso moverse de la puerta del templo, porque su dueño había ofrecido obsequiarlo, si salía vivo de la batalla, y aquel no quería cumplir su ofrecimiento. Cuenta con un pequeño campanario y está coronada por una pequeña cruz de piedra. Carece de ventanas y en el fondo muestra un solo altar, también de adobe, con un pequeño sagrario.
Fue restaurado en el periodo 1982-1983 y posteriormente dejado en abandono. El 14 de febrero del 2015, por acción de las fuertes lluvias que azotaron a la ciudad de Ayacucho y sobre todo por el estado de abandono en que se encontraba, el templo se desplomó casi en su totalidad y quedaron en pie solo su portada y torre, complicando aún más la recuperación de este edificio.
Con R.S. N°2900-72-ED, de fecha 28 de diciembre de 1972, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
2. Templo de la Merced, 1540
Está ubicada en la segunda cuadra del Jirón 2 de Mayo, al costado de la Plazoleta del mismo nombre. Fue construido en el Siglo XVI. Tiene elementos del estilo Renacentista y es el segundo templo más antiguo de Ayacucho. Es de una sola nave, en el exterior presenta una pequeña torre, en el ángulo formado por la fachada principal con la fachada lateral, de forma cuadrangular, con el remate de una linterna, rodeada de almenas y contiene en ella cuatro campanas chicas. Tiene dos puertas de entrada, una principal que mira al Oeste y otra que daba acceso al lado Norte. La portada lateral es de una hermosa talla en piedra gris con imágenes en alto relieve y columnas de estilo compuesto, en ella se encuentra el Escudo de la Orden Mercedaria. El coro se encuentra sobre la entrada principal, sostenida por una bóveda rebajada; es de una sola nave, la cubierta es un techo de teja, maguey y carrizo a dos aguas, que en el interior tiene una forma trapezoidal. Todo el templo es de piedra y cal. El Altar Mayor, de madera íntegramente bañado con pan de oro presenta la imagen escultórica de la Virgen de las Mercedes, que posee preciosas alhajas y lujosos vestidos. A la derecha del templo se encuentra el púlpito, artísticamente tallado en madera, y debajo se observa un gran escudo tallado en piedra.
Luego de la Batalla de Chupas, los combatientes muertos fueron enterrados en este templo. Incluso, se asegura que la heroína María Parado de Bellido fue enterrada en este lugar.
Fue restaurado en más de una ocasión, siendo las primeras en 1640 y 1650 y últimamente en forma parcial en 1978. Anexo al templo se hallaba el convento de la Orden Mercedaria que fue suprimido en 1826 por falta de religiosos.
Con R.S. N°2900-72-ED, de fecha 28 de diciembre de 1972, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
3. Templo de Santo Domingo, 1548
Se encuentra en la segunda cuadra del Jirón 9 de diciembre. Fue construida en el año 1548, por Fray Jerónimo de Villanueva. Considerado el segundo convento que tuvo la ciudad de Huamanga, bajo el título de “predicadores de Santa Ana de Huamanga” por la orden de los frailes predicadores o los dominicos. El templo contiene dos torres, que no guarda proporción con el cuerpo del frontis, por ser de pequeña altura, la torre del lado norte no posee campana.
Al interior del recinto, parte central del corredor existe una amplia hornacina, a manera de escenario, sirvió de altar y posiblemente también de capilla abierta en la que celebraban misa para el pueblo y donde los dominicos podían celebrar al aire libre cuando la concurrencia era mayor. El altar mayor es de madera y dorado antiguo, con espejos que integran marcos, columnas salomónicas. La Virgen del rosario ocupa una de las hornacinas, con vestidura y alhajas bañados en oro. Existen pinturas como la de la “Virgen del Rosario”, “Virgen del Carmen”, “El calvario”. En el presbítero se encuentran los restos del padre Juan Villalobos, confesor de Santa Rosa de Lima.
En 1548 es nombrado Vicario de la Orden Fray Gerónimo de Villanueva, quien debió iniciar la construcción del templo, en 1629 el Obispo Francisco de Verdugo da cuenta de su conclusión. Hay informes sobre su reconstrucción en 1715 y de algunas mejoras realizadas en 1871. En la actualidad ya no queda nada del convento original. Fue restaurada en el periodo 1982-1983.
Al lado izquierdo se encuentra una espadaña, la única de la ciudad, la cual se piensa erróneamente que era usada como sitio de colgado y castigo a los herejes. Este elemento y la columna corintia coronada por una cruz de piedra, que se encuentra en la esquina opuesta, fueron edificadas en memoria de las víctimas de la terrible tempestad y terremoto que abatió sobre Huamanga el 9 de octubre de 1640.
Durante las celebraciones por Semana Santa, salen de este templo en procesión las imágenes de El Señor del Santo Sepulcro -una hermosa urna de vidrio con marcos de madera tallada, donde se aprecia a Jesús que descansa en un lecho de margaritas blancas- y la de la Virgen Dolorosa, ambas imágenes finamente detalladas.
Con R.D. N°707-INC, de fecha 6 de agosto de 2001, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
4. Templo de San Francisco de Asís, 1552
Fue construida en el Siglo XVI estilo greco-romano peninsular. De una sola torre al lado sur, presenta dos cuerpos, dándole una vista especial la utilización de piedra roja bajo las cornisas del primero y en el campanario, el mismo que remata en una pequeña linterna sobre copulín y tambor. La portada principal se encuentra entre dos columnas con estrías y capiteles jónicos, con frisos tallados en relieve y frontón triangular en cuyo tímpano se encuentra en altorrelieve la imagen de San Francisco de Asís en éxtasis y Fray León, en los vértices laterales del frontón están las imágenes de San Antonio de Padua y de Santa Clara. Sobre el cornisamento van dos ventanas que dan al coro y una hornacina al centro, flanqueada por pilastras. Un tercio del templo es de una sola nave, sobre la que está el coro alto, cuya longitud es de 11.25 metros y sobre los dos tercios restantes hay tres naves, la del centro destaca de las colaterales por el copulín y el crucero, que descansa sobre dos filas de columnas cuadradas que en número de ocho, además soporta los tramos y bóvedas de las naves central y laterales. La ornamentación interior consiste en tallas de piedra del cornisamiento.
El retablo mayor consta de cuatro cuerpos de madera dorada y tallada, de estilo barroco-churrigueresco. Todos los altares están cubiertos con pan de oro. En el presbiterio hay un órgano moderno enmarcado con restos de altares coloniales dorados. Además de la Catedral, es la única iglesia que tiene tres naves procesionales. De él sale la procesión del Señor De Los Milagros, el día 28 de octubre.
Hacia 1552, Diego de Herrera y otros frailes fundaron la iglesia, teniendo como uno de sus protectores al Virrey Hurtado de Mendoza. En el decreto de Bolívar de 1826, en que se suprimió varios conventos, también se encontraba el de San Francisco, por lo que quedó en abandono hasta que en 1898, fue restaurado parcialmente. La iglesia y bóveda fueron refaccionadas en 1970 y 1982. Tiene la campana más grande de todos los templos de la ciudad.
Con R.S. N°2900-72-ED, de fecha 28 de diciembre de 1972, ha sido Declarado como Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
5. Templo de San Juan de Dios, 1555
Este se encuentra en la primera cuadra de la calle San Juan de Dios. Data de 1555. Es de forma rectangular de una sola nave con una cubierta de bóveda de cañón corrido, tiene dos torres campanarios en los extremos; una de ellas es la más pequeña. Desde sus inicios fue también casa de salud para atender a los aborígenes y españoles pobres, por orden real de Carlos V; en su edificación trabajó como yanacona Martín Guamán, padre del ayacuchano Felipe Guamán Poma de Ayala.
6. Templo y Convento de Santa Clara de Asís, 1568
Está ubicado en la tercera cuadra del Jr. Grau y frente al lado Oeste del Mercado Central. Fue fundado el 16 de mayo de 1568, por el Corregidor de Huamanga don Antonio de Oré y esposa Luisa Díaz de Rojas, ellos edificaron tanto el templo como el monasterio. Construida en el Siglo XVI, Joseph de Barreto y Juan de Dios, hicieron los trabajos de ampliación del convento y la construcción de la torre, entre 1705 a 1711. Fue el primer convento de mujeres de Huamanga y el segundo en todo el Perú, tiene una sola torre, única en Huamanga, compuesta de tres cuerpos, el primero cuadrangular, de lados muy salientes, sobre el que se levantan los otros cuerpos, con 8 arcos de medio punto, a 4 arcos por cuerpo y uno por cada lado. Todo el conjunto es de cal y piedra de cantería blanca.
Frente al Altar principal están los coros alto y bajo, situados al Norte del templo, con enrejados de madera, en cuya parte alta se encuentra una tribuna de estilo morisco. Tiene 7 altares tallados y dorados en madera, el Altar Mayor presenta en su parte central la bella imagen, en escultura, de la Inmaculada Concepción y al lado izquierdo de la entrada está la perfecta y venerada imagen de Jesús Nazareno, Patrón de Huamanga, que según la tradición fue hecha por ángeles en Julcamarca (Huancavelica).
El púlpito tallado en madera de cedro, con incrustaciones brillantes y tres Santos en alto relieve en el que destaca Santa Clara. Las paredes del templo son de cal y piedras labradas, su techumbre es primitiva de palo, maguey, carrizo, estera enlucida y pintada y tejas. El retablo mayor es de la segunda mitad del Siglo XVII, así como uno lateral dedicado a Jesús Nazareno. Ambos conservan intacta la estructura básica original.
Un elemento único en los Andes peruanos, considerado como la joya de Huamanga, es el artesonado gótico mudéjar del presbiterio que tiene incrustaciones de concha y perla. Tiene forma octogonal, con sesenta y tres artesas, en dos paños laterales y una central, que llegan al altar mayor. Las artesas son octogonales, son esmaltadas, policromadas, doradas y con un florón de oro al centro; predominando el blanco marfil y el verde hoja, el rojo sangre, azul turquí y el dorado. Debajo del coro, esta el escudo de los fundadores del templo que tiene un raro elefante y un grifo.
El Miércoles Santo sale la procesión denominada “El Encuentro” acto religioso que es como la escenificación de la vida de Cristo en su camino al Calvario, Jesús Nazareno cargando la cruz con la ayuda de Simón Cireneo, la Virgen Dolorosa, San Juan Evangelista y la Verónica. El trono de Jesús Nazareno recorre la ciudad en hombros de los integrantes de la Hermandad ataviados con el traje de los Caballeros de Jerusalén.
Adyacente a este templo se encuentra el Monasterio de Santa Clara, de la Orden de las Franciscanas Clarisas. En este recinto elaboran bocaditos dulces y salados, mixturas y pasteles para venta al público. El monasterio fue escenario de una de las “tradiciones peruanas” de Ricardo Palma a la monja Alférez.
Con R.S. N° 2900-72-ED, de fecha 28 de diciembre de 1972, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
7. Templo de Santa Ana, 1569
Este templo se encuentra en el barrio artesanal de Santa Ana. Este fue fundado en 1569. Fue un centro ritual católico de Hanay Parroquia de indígenas, de estilo barroco combinado con el plateresco y de forma rectangular de una sola nave sin cúpula; el techo es teja en forma de bóveda y las paredes de cal y piedra de cantería. En este templo fueron sepultados chilenos asesinados por los abusos cometidos en el barrio.
8. Templo de Santa María Magdalena, 1588
Ubicado en la plazoleta de la Magdalena. Fue fundado en 1588. Era la antigua parroquia de indios, ubicada en el actual barrio de la Magdalena. Este templo es de piedra, destacan por la limpieza de su ejecución el arco triunfal, el sotacoro, las falsas capillas laterales y el crucero. Carece de cúpula, se rehízo a inicios del siglo XIX, ya que sufrió incendios de sus retablos por los años 1883 y el último ocurrió en 1934. Los altares son de estilo barroco, al igual que el púlpito, tiene los altorrelieves dorados y el fondo rojo bermellón. A la derecha se ubica el altar de la Virgen del Socorro con los bustos de cuatro santos; y a la izquierda el altar de la Virgen del Carmen.
Exteriormente la fachada de la Magdalena tiene fachada de piedra ploma, contiene dos falsas pilascas con cruces, florones y cuadrifolias y en lo alto un frontis de triángulo partido por la ventana coral. Recibe a la procesión de la Virgen Dolorosa, y marca así el inicio de la Semana Santa en Ayacucho
Mediante R.S. N°2900-72-ED, de fecha 28 de diciembre de 1972, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
9. Templo de la Compañía de Jesús, 1605
Está ubicado en la primera cuadra del Jr. 28 de Julio, vía peatonal. Construido en el Siglo XVII, la fachada es de estilo barroco y presenta dos torres simétricas hechas de piedras gris (localmente llamada piedra “Cheqo”) con una decoración de frisos de flores de alhelí esculpidas.
Es de una sola nave con planta de cruz latina con capillas de transepto, la de la izquierda tiene pechinas cubiertas con diseños de estuco, de octógonos y motivos mudéjares y el domo está decorado con la cruz, en medio de entrelazados, la bóveda se divide en paños por medio de arcos torales, resalta el arco carpanel que cubre el sotacoro. La bóveda está reforzada por arcos fajones de cal y piedra. El Retablo Mayor está formado de un hermoso retablo churrigueresco de tres calles y dos cuerpos, está dedicada a la Virgen de Cocharcas, aseguran que es el original el que trajo el indio Sebastián Quimicchi, desde Copacabana. Los demás altares son de madera tallada y todas doradas. Entre las capillas de este templo destaca la de “San Javier” situada a la derecha de la entrada. Son de admirarse dos confesionarios tallados artísticamente en madera, asimismo el púlpito situado al lado izquierdo de estilo barroco, tallado y dorado, con cuatro paneles decorados con rostros de niños. Hacia el piso hay tres falsas mensulillas; el tímpano es un medallón con el símbolo de JHS, el tornavoz con cinco cresterías y una linterna calada con la imagen de Juan Francisco de Regis. En materia de lienzos distinguen los siguientes: “Señor de la Sentencia”, “Inmaculada Concepción”, “Santos Pedro y Pablo”, “San Francisco de Asís”, “Santa Ana”, “San Joaquín” y “La Sentencia de Jesús” entre otros.
La puerta principal está flanqueada por dos columnas de orden y en el friso el símbolo JHS, formando un arco quebrado sobre el frontón circular, y el escudo de Carlos III. La fachada está hecha en piedra de color rosa y plomiza, que presentan filas horizontales con motivos de flores de cuatro pétalos. En su parte externa, está cubierto con argamasa de cal y arena.
Anexa a este templo se encuentra a la derecha la capilla de Nuestra Señora de Loreto; y al lado la antigua Capilla de los Jesuitas o casa de los Hijos de Loyola, que tiene una hermosa portada Neoclásica Renacentista, o tal vez plateresca con una puerta de arco de medio punto , con columnas corintias acanaladas, con friso de follaje y máscaras felinicas, así también hay presencia de dos dragones alados con rostro de perro, cuerpo escamoso, bípedo y con cola de serpiente; al centro, la presencia de un elefante que representa la influencia asiática y encima un medallón con un monograma mariano. Actualmente, la antigua Capilla de los Jesuitas es la sede de la Escuela de Superior de Música “Condorcunca” de Ayacucho.
Al lado izquierdo, se encuentra la entrada al antiguo Colegio Seminario, con puerta de arco carpanel y pilastras con almohadillado que culminan con el escudo de los Jesuitas y en los costados hay dos puntas en forma de diamante. El templo y el colegio fueron fundadas por la Orden de los Jesuitas en 1605, con la anuencia del Virrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo y la contribución de vecinos notables y religiosos como el Padre Francisco de la Maza. Fue restaurado en forma parcial en 1982.
Mediante Ley N°9460, de fecha 16 de diciembre de 1941, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación. Con R.S. N°2900-72-ED, del 28/12/1972, ha sido ratificado.
10. Templo de San Agustín, 1637
Se encuentra en la esquina de la calle Asamblea y Cuzco, fue creada en 1637. Actualmente bajo la administración de la congregación de Salesianos de Don Bosco. Además de la misa dominical, se celebran misas y eventos particulares al Colegio Salesiano San Juan Bosco de Ayacucho. El estilo del templo es renacentista. La fachada principal es sencilla por su sobriedad y elegante por sus proporciones armónicas en la concepción y ejecución de la obra.
En este templo se realizó la Asamblea Nacional de Ayacucho, el 28 de julio de 1881, convocada por Don Nicolás De Piérola, para hacer una exposición de los desastres de San Juan y Miraflores, y renunciar a la presidencia de la República. Por este hecho es que se da el nombre de Asamblea a la calle actual donde está ubicado este recinto.
Con R.S. N°2900-72-ED, de fecha 28 de diciembre de 1972, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
11. Templo de San Sebastián, 1670
Ubicado en la bifurcación de J. C. Mariátegui y J. Heraud. Creada en 1670. Edificado a base de adobe y piedra, fachada sencilla, de una sola nave y una torre de dos cuerpos terminada en un capulín. Se venera a la “Virgen De La Candelaria”, el 2 de febrero.
12. Basílica Catedral, 1672
Ubicada en la Plaza de Armas. Su construcción se inició en 1632 y concluyó en 1672. Es el templo más grande de la ciudad. Tiene 4 puertas de arco de medio punto (tres en la fachada principal y una en la lateral, lado norte del templo). La portada central del frontis principal está flanqueada por dobles columnas corintias sobre las que descansan pilastres que rematan cuatro esferas. En los intervalos de estas columnas hay dos hornacinas ocupadas por estatuas de los apóstoles San Pedro y San Pablo. Las torres posteriores al cuerpo del templo son de piedra al lado sur y de cal y ladrillo al lado norte. Tienen arcos de medio punto, siendo uno solo en los lados principales y dos arcos en los lados laterales. De lo que procede, se deduce que el estilo arquitectónico de la fachada es el barroco renacentista. Consta de tres naves y capiteles construidos en piedra de cantería que soportan 16 elevadas bóvedas y una hermosa cúpula en forma triangular de base octogonal.
De este templo sale la procesión de Cristo Resucitado, en la madrugada del Domingo de resurrección, concluyendo así la Semana Santa.
13. Templo de Belén, 1648
Ubicada en el barrio Belén, al oeste de la ciudad de Ayacucho, en una explanada elevada de donde se domina la ciudad con una vista panorámica, fue fundada por el Obispo de Huamanga Dr. Sancho De Andrade. El templo destaca por sus muros de piedra de una sola nave, según el diseño poseía dos torres, pero por el transcurso del tiempo y el abandono en que se encuentra, solo quedó construido uno. Los vecinos han construido un escenario para realizar el concurso de Waylias en Navidad y Bajada de Reyes.
14. Templo de Santa Teresa, 1703
Este se encuentra en la sexta cuadra del Jirón 28 de Julio. El fundador y benefactor que hizo posible la construcción de este convento de monjas fue el R.P. Francisco de la Maza, de la Compañía de Jesús, en 1683 y a su muerte en 1688, le sucede su hermano R.P. Fray Nicolás, quien en 1703 comparte el patronazgo con el obispo Diego Ladrón de Guevara para concluir la obra en que fue consagrada el templo. De estilo barroco, en la entrada principal podemos apreciar dos torres simétricas y cuadrangulares de magníficos trazos. También se nota la cruz dentro del escudo del color rojo que denota la muerte de Cristo en la cruz. La filiación estilística de la fachada es de estilo Herreriano. Simetría y sobriedad distinguen la fachada, en cuyo frente hacia el Norte, en la parte elevada hay una hornacina con la imagen de Santa Teresa de Jesús. Digna de mención es la bellísima celosía del coro, fino trabajo mudéjar en madera dorada y con incrustaciones de marfil y conchaperla, en cuya coronación se conserva el escudo nobiliario de la familia de La Maza; así como el púlpito de madera tallada en alto relieve, todo dorado en pan de oro. El Altar Mayor es de estilo churrigueresco, bella muestra de talla profusa y dorado valioso, cuya imagen principal es de la Virgen del Carmen. En el tabernáculo principal está ubicada la Virgen del Carmen, además en las secciones laterales se ubican cuatro hornacinas en las que se sitúan la imagen de la Virgen dolorosa y otros santos. En cuanto al púlpito es de color nogal y bañado de oro, tamaño regular, con grabados en madera. El sismo de 1719 dañó este conjunto religioso sobre todo el claustro del noviciado y el testero del templo. Se dieron los siguientes procesos restaurativos: la de 1924 con motivo del centenario de la Batalla de Ayacucho y el año de 1982.
El domingo de Ramos en la Semana Santa, de este templo sale en procesión el Señor de Ramos sentado en un burrito blanco.
Junto a este templo se encuentra el Convento de las Madres Carmelitas Descalzas, que entre otras producen el dulce de mixtura para venta al público. Con R.S. N°2900-72-ED, de fecha 28 de diciembre de 1972, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
15. Templo de San Francisco de Paula, 1713
Su construcción data del año 1713 siendo inicialmente convento de los Carmelitas Descalzos. Es de planta rectangular, tiene una sola nave. En la parte superior central del frontis está esculpida en piedra la figura de San Francisco de Paula. Las torres del templo son esbeltas, simétricas, de alta base y con decoraciones esculpidas en piedra. Una y otra se comunican por un pasadizo guarnecido por un pequeño muro semicircular, que remata una cruz flanqueada por dos almenas. En los muros laterales del templo se abren 4 puertas grandes, una que da salida a la calle, otra que comunica el presbiterio con la sacristía y el templo con dicha galería. Este templo tiene cuatro altares que ocupan los nichos abiertos en los muros. En el primer altar de la izquierda de la entrada, se encuentra “Cristo Pobre”, el segundo altar corresponde a “San Francisco de Paula”, los otros dos altares del lado de la epístola (derecha), están ocupados respectivamente por la “Virgen del Carmen” y por “El Calvario”. El púlpito es de madera tallada, tiene figuras de los cuatro evangelistas y en la parte alta está San Agustín. Es el mejor logrado entre los púlpitos de los templos ayacuchanos.
Mediante Ley N°9460, de fecha 16 de diciembre de 1941, ha sido Declarado Monumento integrante del Patrimonio Cultural de la Nación.
16. Templo de la Buena Muerte, 1720
Ubicado en la esquina del Jr. Arequipa y Tres Máscaras. Data del año 1720. El Dr. Bernardo Cipriano de Santa Cruz, en ese entonces rector de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, facilitó la construcción y edificación del templo, concediendo una casa y hacienda para el sustento de los padres trinitarios, es decir de la orden de trinidad. En cuanto a la construcción, se puede apreciar desde el interior del templo, que posee techo abovedado sobre muro con pilastras acabados. El altar mayor es de un solo cuerpo, es de estilo barroco, entre los lienzos de gran notoriedad; esta la de la Virgen del Patrocinio, patrona de los gremios de panaderos y molineros. Existen cuadros de Cristo crucificado, Santo Domingo de Guzmán, San Agustín de Hipona .
El día lunes de la Semana Santa sale de este templo la procesión del Señor de Huerto.
17. Templo de la Amargura,
Se encuentra en la última cuadra del Jirón Cuzco. Aunque el año exacto de construcción es desconocido, se sabe que data del siglo XVII, según la inscripción en el dintel de la puerta. De marcado estilo mestizo, cuenta con una nave y una sola torre. En el interior hay un altar, en cuyo retablo se representa el Calvario con efigies en bulto.
El día martes de la Semana Santa, sale la procesión del “Señor de la Sentencia”, acompañados de los miembros del Poder Judicial y los feligreses.
18. Templo de Carmen Alto
Ubicado en la antigua parroquia de Carmencca (Carmen Alto), barrio de arrieros y viajeros, comerciantes, quienes recorrían por toda la sierra del país, el altiplano boliviano hasta el norte de Chile y Argentina, creado en el siglo XVII. De estilo o mestizo, la planta es de forma rectangular, de una sola nave. El templo tiene dos torres con sus campanarios de arcos de medio punto en sus cuatro lados y terminando en un copulín conífero. En el frente presenta una portada de piedras rojas, compuesta por un vano de acceso con arco de medio punto, y en ambos lados pilastras, que se unen en la parte alta con una cornisa, sobre la cual se ubica una ventana. En el interior presenta una sola nave, con cielorraso trapezoidal, la estructura de par y nudillo en el techado, cubierta de tejas de arcilla roja cocida. El templo se refaccionó los años 1998.
El domingo siguiente de Pascua de Resurrección se celebra en este templo el Señor de Cuasimodo.
19. Templo Pampa San Agustín
El cual se encuentra en la esquina del Jirón Sol y San Martín. La construcción data del siglo XVII es de forma rectangular de una sola nave, presenta una torre en su campanario, en piedra gris o Cheqo, con molduras en las cornisas y denticulada, destacando un copulín con pináculos en su alrededor. En Semana Santa sale la procesión del Señor de la Parra, el sábado Santo.
20. Templo de San Juan Bautista
Este templo se encuentra en la Plazoleta de San Juan Bautista. Tiene dos torres simétricas, sus cúpulas presentan adornos consistentes en dos trencillas que guardan armonía con la fachada que tiene una puerta en cuyo dintel se ve un escudo tallado en piedra con un cordero. El 24 de junio es el día del Santo Patrón San Juan Bautista que celebran con pomposidad, entre la que destaca el tratanacuy.
21. Templo de Soquiaqato, 1700
Ubicado en la primera cuadra del Jirón San Martín. Fue creado en el siglo XVIII. Posee una fachada sencilla de una sola nave y una torre de poca altura. En el altar mayor se encuentra como figura principal la Virgen de la Concepción, que se festeja con mucha devoción el 8 de diciembre, con formas y costumbres tradicionales, donde aún se mantiene el ayni, que enriquece esta celebración encabezada por el carguyoq o mayordomo. Soquiaqato es un barrio de comerciantes de cueros de caprino, cochinilla, sombreros de lana y pirotecnia.
22. Templo de Conchopata
Creado en el siglo XVIII. Está ubicado en el barrio del mismo nombre, conocido también con el nombre de Barrio Los Amancaes, en homenaje al Cristo crucificado que se venera en este templo. El barrio y templo de Conchopata se asienta sobre la piedra de origen volcánico.
23. Templo el Calvario
Se encuentra ubicado en la Plazoleta de Calvario, el cual se encuentra en una de las cuadras del Jirón Bellido. Fue creada en el siglo XVIII.
24. Templo del Arco
Ubicado en la Plazoleta María Parado de Bellido, construido en el siglo XVII de forma rectangular y de una sola nave con dos torres. Fue edificado en honor a la santísima cruz. Delante del templo fue fusilada doña María Parado de Bellido en mayo de 1822. En este templo también se venera al Niño Nakaq (niño del buen morir), la festividad es pomposa y se realiza el 2 de noviembre.
25. Templo del Cementerio
Este templo se encuentra ubicado dentro del cementerio general de Huamanga.
26. Templo Señor de Quinuapata, 1940
Este se encuentra en el Barrio de Quinuapata y fue creado en el siglo XIX. La imagen del señor tiene una interesante y piadosa tradición en el altar en donde ubica el señor crucificado. Se realiza la festividad el 14 de septiembre de cada año. Los primeros viernes de cada año se realiza las peregrinaciones. La capilla muestra valiosas joyas y recuerdos que los devotos vienen dejando por los beneficios recibidos por obra del Señor de Quinuapata.
27. Capilla de Capillapata
Esta capilla se encuentra en el distrito de San Juan Bautista.
28. Templo del Señor de Arequipa
Este Templo se encuentra en la primera cuadra del Avenida Cuzco. Pequeña capilla, lleva el presente nombre porque según la tradición, en este lugar se le apareció a una campesina la imagen de “Cristo Doloroso” , a quien le pidió le construyan una capilla y lo veneren con el nombre de “Señor de Arequipa”.
29. Capilla de la Santísima Virgen del Rosario de Chiquinquirá
Esta capilla se encuentra ubicada en el Jirón 9 de Diciembre. Fue creada en el siglo XVII.
30. Capilla de Nuestro Señora de Loreto
Ubicada entre el Templo de la Compañía de Jesús y lo que hoy es la Escuela de Música.
31. Capilla de la Virgen de Fátima
Esta capilla se encuentra anexada al templo de Santo Domingo.
32. Capilla del Señor de Maravillas
Esta capilla se encuentra ubicada a la entrada de la ciudad, en la urbanización EMADI.
33. Capilla del Señor de Pampa Cruz
Se encuentra ubicada entre el Jirón Londres y Tambo Chico de Pampa Cruz. Este es contemporáneo del templo de San Cristóbal.
Fuente: Wikipedia.