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Cambio Climático Biodiversidad Reforestación

Casas ecológicas

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Las casas fueron diseñadas por arquitectos como Frank Gehry en el marco de un proyecto impulsado por el actor Brad Pitt para reconstruir un barrio de Nueva Orleans destruido por el huracán Katrina.
El origen fue el Huracán Katrina que arrasó Nueva Orleans en el año 2005. Miles de personas se quedaron sin casa y había que ayudarles. El Gobierno proporcionó a muchos casas prefabricadas –las típicas viviendas-remolque– con materiales baratos y tóxicos. El actor Brad Pitt actuó como catalizador a través de la Fundación Make It Right para poner a su alcance casas baratas, pero que además fueran muy dignas, sostenibles y sanas. Para ello recurríó a los arquitectos más prestigiosos, de Frank Gehry a Shigeru Ban, y les encargó los planos para construir las casas que cumplieran los requisitos enumerados por Bill McDonough, experto en diseño cradle to cradle, de la cuna a la cuna o reciclaje total. Las casas debían construirse con materiales reciclables, contar con energía solar, iluminación led, un diseño eficiente y bello, y ser resistentes a las inundaciones.
Según Tom Darden, codirector de la Fundación, ahora esos planos son de acceso libre y gratuito: cualquiera puede copiarlos y construirse una casa firmada por los mejores arquitectos del mundo. En la web de la Fundación se pueden encontrar las descripciones de las soluciones técnicas y de materiales que se aplican en las casas. Aunque el precio final depende del constructor, se estima que se sitúa en los 960 euros el metro cuadrado (una media de 280,0000 euros). No son inicialmente baratas pero la diferencia de precio con una casa convencional se amortiza en pocos años debido al ahorro en energía.
A continuación puedes ver las casas y los links para conseguir los planos:
Adjaye Associates (London, England) – Planos
Billes Architecture (New Orleans) – Planos
BNIM (Kansas City) – Planos
Concordia (New Orleans) – Planos
Constructs (Accra, Ghana) – Planos
Eskew+Dumez+Ripple (New Orleans) – Planos
Graft (Berlin, Germany)  – Planos
Morphosis (Santa Monica) – Planos
MVRDV (Rotterdam, Netherlands) – Planos
Pugh and Scarpa (Santa Monica) – Planos
Shigeru Ban Architects (Tokyo, Japan) – Planos
Trahan Architects (Baton Rouge) – Planos
Hitoshi Abe (Sendai, Japan) – Planos
BILD (New Orleans) – Planos
Billes (New Orleans) – Planos
BNIM (Kansas City) – Planos
Building Studio (New Orleans) – Planos
Constructs (Accra, Ghana) – Planos
Elemental (Santiago, Chile) – Planos
Gehry and Partners (Los Angeles) – Planos
Graft (Berlin, Germany) – Planos
MVRDV (Rotterdam, Netherlands) – Planos
Pugh + Scarpa (Santa Monica) – Planos
Ray Kappe (Berkley) – Planos
Waggonner and Ball (New Orleans) – Planos
William McDonough + Partners (Charlottesville) – Planos
Fuente: Ecoportal.net y El Correo del Sol http://www.elcorreodelsol.com/

Balance positivo 2015

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Por Ary Waldir Ramos Díaz- Aleteia.org
La cumbre del cambio climático que se celebró en París (COP21) del 30 de noviembre al 11 de diciembre fue una cita ineludible para la humanidad. Tanto, que el Papa Francisco quiso que su encíclica, Laudato Sí, fuera publicada en junio, meses antes, para sensibilizar la opinión pública y especialmente a los líderes mundiales reunidos en París que intentan avanzar en la lucha contra el cambio climático.
Francisco publicó el 18 de junio la Encíclica sobre el cuidado de la casa común, en la cual se advierte del riesgo inminente para la humanidad y del camino sin retorno que lleva al consumismo que devora selvas, agua, y contamina el aire, entre otros recursos vitales para la vida de los seres del planeta.
A continuación veamos 7 puntos clave para entender la COP21 de París, es decir de la vigesimoprimera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

¿Cuál era el objetivo principal?

En primer lugar el objetivo era que 195 países firmen un acuerdo ‘vinculante’ para revertir el cambio climático.
La agenda era compleja porque cada compromiso que se firme puede cambiar para siempre el sistema político y económico actual. Proteger el planeta no es gratis, aún si los beneficios son amplios y duraderos a largo plazo. Y los beneficiarios inmediatos alcanzan principalmente a los pobres y los países en desarrollo.

El cambio climático ¿fantasía o realidad?

El cardenal hondureño, Óscar Rodríguez Maradiaga, en uno de los eventos vaticanos preliminares a la presentación de la encíclica oficial del papa sobre el medio ambiente, contó que un taxista romano les explicó a la perfección el cambio climático: “padre ya no tenemos primavera, pasamos directamente al verano”.
Bueno, la sabiduría popular coincide con datos científicos; desde el año 1850 hasta nuestros días la temperatura del planeta ha aumentado de un 1 grado Celsius. Prontamente, 2 grados Celsius se considera el límite de un calentamiento peligroso.
Entonces, aplazar las decisiones por otros veinte años como sostienen los tecnócratas y los economistas a favor del equilibrio que llegará con la globalización es una ruleta rusa.
30% es el aumento del gas invernadero producto de la producción industrial de los últimos cien años. A este paso, los daños más graves llegarán en pocos años.
Las decisiones se pueden aplazar, sin embargo no sabemos cuales serán las consecuencias, o mejor ya sabemos lo que pasa en los países pobres inermes antes las catástrofes ambientales.
¿Qué pasará cuando se termine de descongelar el hielo en el Ártico? La perdida de masa podría llegar en breve tiempo a 7%.

¿Quiénes tienen en sus manos el futuro del planeta?

Participamos 40,000 lideres políticos, delegados de gobiernos, capitanes de empresa, lobistas, industriales, ongs, etc.
No sólo los jefes de Estado como Obama, Putin, Hollande, Xi Jinping, Humala o Merkel realizaron discursos, sino que hubo una maquina de negociaciones y trabajos movida por un ejercito de personas en varios campos del saber y de intereses.
El aire que contamina en China es el mismo que llega a las costas del pacífico en las Américas.

¿Qué se espera de la COP21?

Cambiar el sistema de producción que deriva de los combustibles fósiles. El vestido, el computador, el celular que usamos no existirían sin los combustibles fósiles. Es decir, hay que cambiar toda la producción de bienes y servicios para acabar con los riesgos del aumento del dióxido de carbono y de la contaminación.
Según datos de la ONU de 2012, se requiere 450 litros de agua para producir un huevo de gallina, 7,000 litros para refinar un barril de petróleo crudo y 148,000 litros para fabricar un automóvil.
Precisamente, la conferencia de París tiene el desafío de limitar la emisiones de gas invernadero.
El Acuerdo de París pretende encontrar un equilibrio entre los países ricos que ya han contaminado y que ahora exigen a los países en ‘vía de desarrollado’ de no seguir sus pasos, mientras estos últimos aún necesitan crecer. Obama en su discurso inaugural habló de acompañar a estas naciones en un ‘desarrollo limpio‘.

Obstáculos para salvar la casa común

Los países en desarrollo no quieren perder la carrera hacía el bienestar del occidente y para ello quieren seguir quemando petróleo y carbón.
Los países ricos tendrían que financiar la transición a las energías renovables para los países pobres.
Pero, aún más difícil es conseguir dinero para ayudar a los países pobres que enfrentan desastres debidos a la subida de los niveles del mar o las sequias.
De esta manera, ¿qué es más conveniente? Porque la ola de inmigrantes que escapan a las sequías también debe entrar en la cuenta y la resta de los países ricos.
Así, la globalización de la solidaridad del Papa es concreta. Una solidaridad que no se mide en los ingresos per cápita, sino en los niveles intangibles de felicidad relacionados a una vida digna y de relaciones sociales plenas.
Además porque los costos en vidas humanas debido al cambio climático pasarán la cuenta a todo el mundo, antes o después.

¿La voz del papa en Laudato Sí fue escuchada?

El Papa hace propuestas en Laudato Sí para llegar a una “ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales” (137).
Propone (capítulo 5) emprender un diálogo sobre el medio ambiente que facilite procesos de decisión transparentes. Y destaca (capítulo 6) el poder de la educación para crecer sin dañar el planeta, con una relación espiritual, eclesial, político y teológico.
Francisco en el texto valora los conocimientos científicos disponibles hoy (capítulo 1) y los relaciona con la enseñanza bíblica (capítulo 2), analizando los orígenes del mal (capítulo 3) en el egoísmo, la tecnocracia y el consumo excesivo.
En suma, Papa en la encíclica invita a alcanzar un equilibrio social con beneficio para el planeta que pasa por mayor equidad para “los pobres” en relación a la fragilidad del planeta”.
Por ello, lanzó un llamado a una nueva economía, por un el progreso que valore de cada criatura, y esto se logra a través de “de debates sinceros y honestos”, para cambiar “la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida” (16).

¿Alcanzará la COP21 un compromiso por la vida?

El Acuerdo alcanzado a escala global para limitar los gases de efecto invernadero significa la reducción del impacto del cambio climático. Pero la ‘ambición’ y ‘el sectarismo económico’ podrían ser el peor enemigo del medio ambiente y de la creación.
En términos prácticos el COP21 de París no realizará un milagro, pero por lo menos se espera alcance un compromiso lo más próximo a una aspiración al bien común por el planeta.
A pesar de que no será perfecto, si tiene bases solidas, los expertos y los negociadores podrán en un futuro no muy lejano ir mejorándolo.
Pero, atención que los objetivos del COP21 sobre cambio climático en cierta medida dependen mucho de   de cada uno de nosotros. A partir de un cambio de estilo de vida. Por ello, el Papa en Laudato Sí invita a una “ecología integral” hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos “la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo” (230).

The Paris climate agreement

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What happens now?

By Rob Jackson and Pep Canadell– World Economic Forum
This article is published in collaboration with The Conversation.
The Paris climate agreement is an extraordinary achievement. It codifies the long-term goal of keeping global temperature increases below 2°C. It also sets a more ambitious aspirational target of capping global warming at 1.5°C degrees.
But this more ambitious target will be beyond our reach within a decade or two at current rates of fossil fuel use around the world.
Beyond how achievable the goals are, and at what cost they can be achieved, they are aggressive and consistent with minimising the dangerous interference of human activities on the climate system.
The Paris agreement also recognises the significant gap between the actions needed to stabilise global temperatures and the current national mitigation pledges through 2030. As written now, those pledges won’t keep average temperatures below 2°C, let alone 1.5°C. That’s why the document encourages nations to strengthen their targets in the near future.
The agreement focuses not just on mitigation activities, but on adaptation, too. Adaptation includes the many activities that reduce the costs and consequences of climate change that will occur even after mitigation.
The Paris agreement calls for substantial efforts to develop new capabilities for adaptation and the funding needed to support them. Even climate stabilisation below 2°C will, and has already begun to, bring climate impacts, particularly to the most vulnerable nations and communities.
And, as always, under the Framework Convention on Climate Change, the document acknowledges the dangers of looking at the world through the single lens of climate change. We need to safeguard other critical services such as food production, water resources, and biodiversity.
Some shortfalls
The agreement missed the opportunity to establish some mid-term goals, sharpening the milestones required after 2030. We know that the current mitigation pledges to 2030 are not enough to keep global temperatures below 2°C. The hard work of mid-term goals lies ahead of us.
A specific emissions mitigation target for 2050, for instance, would have benchmarked where emissions need to be to keep temperatures below 2°C by end of this century. Intermediate goals are critical for keeping us on track with compatible pathways.
Instead, the agreement settled on the goal of achieving a balance between sources and sinks of greenhouse gases during the second half of this century. This goal is based on the results of the last assessment report of the Intergovernmental Panel on Climate Change.
The “balance” acknowledges that we could still have some greenhouse gas emissions in the future but these emissions would need to be offset by the removal of an equivalent amount of greenhouse gases from the atmosphere. We interpret this language as being the same as the better known requirement of “zero net emissions”.
An important shortcoming of calling for achieving a greenhouse gas balance “in the second half of the century” is that it leaves open the possibility that the balance might not be achieved until 2100. This more lenient approach would almost certainly fail to keep global temperatures under 2°C.
An additional shortcoming concerns the contentious issue of financial payments and incentives. The agreement recognises the fact that nations, mostly developing, representing almost half of all greenhouse gas emissions don’t yet have a plan to peak (initially) and then reduce their emissions unless climate financing is available. The text of the agreement is vague and does not clarify how such funds will be obtained, distributed, and monitored.
Let’s get to work
To enter into force, the Agreement will need to be ratified by at least 55 nations under the UN climate convention. These parties must also be responsible for at least 55% of total global greenhouse gas emissions.
It took years for the Kyoto Protocol to be ratified, so it is important this agreement be ratified quickly. The longer this is delayed, the faster countries will have to reduce emissions.
The “55% of emissions” number is an interesting one. Two countries, China and the United States, are responsible for 44.5% of global carbon dioxide emissions. It is technically possible therefore for the agreement to enter into force if all countries except the US and China ratify the deal, but that outcome seems unlikely.
Ratification in China will hinge on its perceived effects on economic development.
Approval in the US will largely depend on a legal determination of whether the agreement must be ratified by the senate. This was a major reason the US has not ratified the Kyoto Protocol.
Even if 55 countries representing 55% of global emissions ratify the agreement, it will do little to achieve the goal of limiting warming to 2°C. Unless countries covering more than 90% of global emissions ratify the agreement, there is little chance of success in reaching the ambitious climate goals.
The need for immediate action includes raising at least US$100 billion per year by 2020. This challenge is enormous, but necessary, if developing countries are to forego the fossil-fuel-intensive development that characterised wealthier nations in the past.
And finally, we need to build new capacity for climate adaption, particularly in poorer, more vulnerable nations. Climate change is already here, and its fingerprint in many recent climate extremes is clear. All countries and communities need new capacity and knowledge to strengthen their resilience and sustainable development pathways.
Authors: Pep Canadell is a research scientist in CSIRO Oceans and Atmosphere, and the Executive Director of the Global Carbon Project. Rob Jackson is a Professor of Earth System Science at Stanford University.

Acuerdo de París

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Humala: "Perú está orgullosa de poner las bases del crucial acuerdo de París"
Por – Diario El País
La lucha contra el cambio climático consiguió poner de acuerdo casi al mundo entero. Los representantes de cerca de 200 países, reunidos en la Cumbre del Clima, adoptaron el primer acuerdo global para atajar el calentamiento desencadenado por el hombre con sus emisiones de gases de efecto invernadero. El pacto abre un camino, pero no es la meta, como resaltaron los negociadores. Los esfuerzos que hay ahora sobre la mesa no son suficientes para impedir que el aumento de la temperatura a final del siglo se quede “muy por debajo de los dos grados”, el objetivo que persigue el pacto. Todos los países firmantes deberán limitar sus emisiones, aunque los desarrollados tendrán que hacer un mayor esfuerzo y movilizar 100,000 millones de dólares anuales.
Era la señal que muchos esperaban desde que los responsables de la inmensa mayoría de países del mundo comenzaron a discutir sobre cambio climático hace más de dos décadas. Era la señal también que muchos inversores, atrapados ahora entre las dudas, querían oír para saber hacia dónde dirigir su dinero. El acuerdo alcanzado este sábado en París —tras dos semanas de reunión dentro de la cumbre y tras seis años de prolegómenos— es “el primer acuerdo universal de la historia de las negociaciones climáticas”, recordó François Hollande cuando presentó el texto final que luego fue aprobado. El presidente francés recordó los atentados que sacudieron París hace un mes. Y rogó a los representantes de los 195 países reunidos en la cumbre que apoyaran el pacto, como finalmente ocurrió.
El acuerdo de París fija, entre otros objetivos, elevar los “flujos financieros” para caminar hacia una economía baja en emisiones de gases de efecto invernadero, cuya sobreacumulación en la atmósfera por las actividades humanas ha desencadenado el cambio climático. “Estamos mandando un mensaje clave al mercado global”, valoró este sábado John Kerry, secretario de Estado de EE UU. “Movilizar la inversión”, dijo, es fundamental para lograr una “transición a una economía limpia”. “Los mercados ya tienen una señal clara”, remarcó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Con este pacto los representantes de los 195 países reunidos en París no solo admiten que el problema del cambio climático existe, sino que reconocen que el aumento de la temperatura es responsabilidad del hombre. Por eso, establecen medidas para combatirlo.
Ante el fracaso hasta ahora de los intentos por fijar metas obligatorias individuales a cada país —el Protocolo de Kioto apostó por esa fórmula y solo logró cubrir el 11% de las emisiones mundiales— ahora se le da la vuelta al proceso. Se pone una meta obligatoria: que el aumento de la temperatura media en la Tierra se quede a final de siglo “muy por debajo” de los dos grados respecto a los niveles preindustriales e incluso intentar dejarlo en 1,5. Luego, cada país pone sobre la mesa sus aportaciones voluntarias para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero nacionales. Y lo hacen todos. 187 de los 195 países reunidos en París han presentado ya sus programas nacionales. Todo el que firme y ratifique el pacto —algo que ocurrirá a partir de la próxima primavera— deberá aportar contribuciones con las limitaciones de gases.
Pero el acuerdo de París, que entrará en vigor en 2020, por sí solo no es suficiente para lograr el objetivo de los dos grados. Según se reconoce en la “decisión”, la segunda parte del texto, los programas de recorte que han presentado esos 187 Gobiernos no bastan. “Se requerirá un esfuerzo mucho mayor”, se indica. Por eso se establecen mecanismos de revisión al alza de los compromisos cada cinco años. También, herramientas de transparencia, como los inventarios, para intentar que el control sea lo más efectivo.
El acuerdo nace del desarrollo del convenio de las Naciones Unidas sobre cambio climático, que se remonta a 1992. El mundo, en estas más de dos décadas, ha cambiado y aquel documento ha quedado desfasado, fundamentalmente en los anexos, donde se establecía el listado de países desarrollados que estaban obligados a reducir sus emisiones. Veintitrés años después, los industrializados de los anexos solo representan alrededor del 35% de las emisiones mundiales.
Y China e India, que están ya entre las cuatro economías más contaminantes del planeta, se quedaban fuera de los Estados que deben asumir los mayores esfuerzos. Uno de los debates más intensos que han puesto en riesgo este acuerdo ha sido precisamente este: la persistencia o no aquella diferenciación. Finalmente, el acuerdo establece que todos deben hacer planes de control de las emisiones. Pero a los desarrollados se les fijan mayores exigencias. Por ejemplo, se establece que ellos deberán “seguir encabezando los esfuerzos” en reducción de emisiones. “Nos complace que el acuerdo diferencie las acciones”, dijo este sábado el ministro de India Prakash Javadekar.
“El acuerdo no es perfecto”, admitió Xie Zhenhua, el representante sobre cambio climático de China. “Pero eso no nos ha impedido dar un paso histórico”, añadió. Xie instó también a los países desarrollados a que cumplan con sus obligaciones.

Fondo anual

Entre esos deberes está “movilizar” un fondo de 100,000 millones de dólares anuales a partir de 2020. A partir de 2025, se revisará al alza. A este fondo también podrán aportar los emergentes, aunque en su caso es una posibilidad “voluntaria”. El fondo anual se destinará a que los Estados con menos recursos puedan adaptarse al cambio climático; por ejemplo, con medidas de protección por el aumento del nivel del mar. También servirán para que esos mismos países puedan crecer económicamente pero con bajas emisiones de dióxido de carbono.
La negociación del acuerdo ha recaído sobre las espaldas del ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius. “Es un martillo pequeño, pero hace mucho por la humanidad”, dijo tras dar el golpe en la mesa por el que quedaba aprobado el pacto. Su premura no gustó a Nicaragua, que protestó y dijo que no podía admitir el acuerdo porque, entre otras cosas, supone impedir en el futuro la reclamación de indemnizaciones por los daños causados por el calentamiento. Nicaragua es uno de los ocho países que no ha presentado planes para limitar sus emisiones.
“Siempre podrán decir que el 12 de diciembre de 2015 estaban en París”, le dijo Hollande a los ministros reunidos en la cumbre. “Y podrán sentirse orgullosos ante sus hijos y sus nietos”.
Consulta el documento íntegro del acuerdo de París

COP: divergences majeures sur le texte final

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Par Simon Roger– www.lemonde.fr
Minuit dans les appartements de la présidence française de la conférence sur le climat (COP21), au premier étage de la «zone bleue» du Bourget, mercredi 9 décembre. Une nuit blanche débute pour l’équipe de Laurent Fabius, qui ne dispose plus que de quarante-huit heures pour parvenir à un accord entre les 195 pays de la Convention-cadre des Nations unies sur les changements climatiques (CCNUCC).Gobelets de café et corbeille de fruits sont à disposition des conseillers du ministre des affaires étrangères. Des banquettes jointes les unes aux autres font office de lits de camp : les couchages du dortoir prévu pour la circonstance sont « trop courts, les pieds dépassent », explique l’un d’entre eux. Il a aussi fallu retirer la plupart des dalles des faux plafonds des bureaux pour s’offrir un peu d’air frais : la température dépasse, sinon, les 25 °C, malgré la climatisation qui fonctionne sans discontinuer.
Après plus de trois heures d’assemblée plénière, en soirée, du «comité de Paris» – l’instance qui rend compte, au moins une fois par jour, de l’état d’avancée des négociations –, le président de la COP21 réunit brièvement son équipe. Il martèle une nouvelle fois l’agenda fixé pour cette fin de COP : présenter jeudi en début d’après-midi une nouvelle version du texte discuté depuis le début de semaine par les ministres des Etats membres de la CCNUCC ; rouvrir ensuite un temps de négociations ; aboutir enfin à un accord finalisé, traduit et juridiquement validé, pour adoption vendredi 11 décembre à 18 heures.
Des «pas supplémentaires» restent à accomplir, a convenu Laurent Fabius devant le comité de Paris, mercredi soir. Le texte de négociation a certes été clarifié et réduit à 29 pages (contre 43 dans sa précédente version), mais il comporte encore de nombreuses options contradictoires. «Un accord durable ne peut pas être élaboré en diluant les responsabilités historiques et en mettant les pollueurs et les victimes sur le même plan», a lancé Prakash Javadekar, le ministre indien de l’environnement, un acteur clé des négociations climatiques.
Le Malaisien Gurdial Singh Nijar, s’exprimant au nom d’une vingtaine de pays en développement, a estimé que le texte remettait en cause le principe de «responsabilité commune mais différenciée», la colonne vertébrale de la convention-cadre de 1992, qui prévoit que l’action climatique incombe en priorité aux pays développés puisqu’ils sont historiquement responsables des émissions de gaz à effet de serre.

«Catharsis»

Cette question de la différenciation, qui conditionne aussi les besoins de financement des pays du Sud confrontés aux effets du réchauffement, est incontestablement le point dur des négociations. Elle a irrigué la table ronde, engagée de minuit à 5 heures du matin, entre la présidence de la COP21 et les 195 pays, regroupés cette fois en indaba (mot zoulou faisant référence aux palabres), un format réduit aux chefs de délégation et à deux membres de leur équipe, mis au point pendant la conférence de Durban en 2011.
Pendant que Manuel Pulgar-Vidal, le ministre péruvien de l’environnement et président de la COP20, animait dans une salle annexe des groupes de travail sur les thèmes les plus partagés par les 195 pays (les mécanismes de coopération, la forêt, le préambule de l’accord), Laurent Fabius, secondé par sa chef négociatrice, Laurence Tubiana, a présidé la table ronde qui a donné la parole à une cinquantaine de pays.
«Nous arrivons au moment où se cristallisent les négociations, explique-t-on dans l’entourage du ministre. Un moment de catharsis, fastidieux mais nécessaire, dans lequel un format réduit facilite les échanges. Les négociations ne peuvent réellement s’engager que si les pays sentent que leurs lignes rouges sont respectées».
Pour l’Arabie saoudite ou le Venezuela, qui tirent leurs ressources de l’exploitation pétrolière, la mention d’un prix carbone dans le texte est inacceptable. Pour un archipel comme les Philippines, «l’option 1 [de l’article consacré à l’objectif de l’accord qui fait référence à 2 °C de réchauffement maximal] n’est pas une option!» les Etats insulaires s’estimant en péril dès le seuil de 1,5 °C. Toute la nuit, les pays ont rappelé à la présidence française leurs priorités dans la dernière ligne droite de négociation.

«Confessionnal»

Le représentant de la Chine, assez discret en plénière, s’est longuement exprimé durant cette table ronde fermée à la presse. Le secrétaire d’Etat américain, John Kerry, y a fait une rapide incursion à 2 heures du matin. Mais pas question pour la France de laisser de côté les «petits» Etats, qui disposent eux aussi d’une voix à la COP. Une permanence est restée ouverte toute la nuit au premier étage de la délégation française, assurée par trois diplomates chevronnés. «Dans cet exercice fait de psychologie, la permanence est un confessionnal où chacun peut exprimer ses doléances ou ses idées», précise l’un d’entre eux.
Prendre le temps d’écouter, c’est aussi prendre le risque de dévier du calendrier. «Jusqu’à présent, Fabius ne joue pas les impatients, il sait qu’une présidence de COP se construit sur la confiance et sur une bonne méthode», analyse Pierre Radanne, expert en politique climatique. En évoquant les délais soi-disant imposés pour la traduction et la validation du texte final, «il garde un atout dans sa manche»,poursuit-il.
Prolonger les discussions si la finalisation de l’accord l’exige ? «Non, je ne change pas de calendrier», répond M. Fabius de retour dans son vaste bureau, accompagné de son chef de cabinet et de sa conseillère climat. «La date butoir est une contrainte, mais c’est aussi un adjuvant», assure le président de la conférence sur climat. Il est plus de 5 heures du matin, le prochain rendez-vous est programmé à 8 heures. «C’est presque une grasse matinée», ironise le président de la COP21 avant de regagner sa chambre à coucher, dans la «zone bleue» du Bourget.

COP21, la mobilisation des chrétiens

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Par Charles de Pechpeyrou- La Croix
Certains ont marché pendant deux mois depuis Rome, d’autres les ont rejoints à Lyon début novembre : ils sont un groupe de 25 « pèlerins climatiques », de toutes religions et nationalités, dont de nombreux Philippins, arrivés à Paris pour la COP21. Leurs objectifs : sensibiliser les personnes rencontrées en chemin sur les conséquences du dérèglement climatique et renvoyer les pays riches devant leurs responsabilités face aux catastrophes environnementales dont les pays pauvres sont les premières victimes. Avant de rejoindre Le Bourget, le groupe de pèlerins a participé à un grand rassemblement organisé dans la basilique Saint-Denis le 28 novembre, avec des centaines d’autres pèlerins venus du monde entier.
Lire aussi : Les pèlerins pour le climat inaugurent la COP21 à Saint-Denis 
À la tête de ce petit groupe participant au «People’s pilgrimage», une figure célèbre de la lutte contre le dérèglement climatique : Yeb Sano, négociateur philippin qui a pris part à plusieurs sommets, dont la COP19 de Varsovie en 2013, où ses larmes de désespoir face à la torpeur des négociations, au moment même où son pays subissait les assauts du super-typhon Yolanda, avaient ému le monde entier.
A consulter  : COP 21, la carte des manifestations religieuses à Paris
LA CRAINTE D’UN ACCORD A MINIMA
Cette fois-ci, cependant, Yeb Sano est présent au Bourget comme simple pèlerin. Il a troqué son costume cravate contre de grosses chaussures de marche et un sac à dos élimé, sa coupe de cheveux maîtrisée a fait place à une tignasse rebelle. Sur sa veste, un badge du Réseau Action climat France. Celui qui arbore ce sésame peut accéder à la « zone bleue » de l’immense espace dévolu à la COP21 : celle des négociateurs, dont le sol a été foulé le 30 novembre par les grands de ce monde. Yeb clarifie, néanmoins : «Je ne suis là qu’en observateur, je ne participe pas aux négociations. La COP21 est importante dans la mesure où ce qui se décide ici va toucher beaucoup de personnes : un accord fragile signifie la perte de beaucoup de vies et la destruction d’habitats partout dans le monde. Les décisions prises ici définissent notre avenir, celui de l’humanité», insiste-t-il.
Lire aussi : COP 21 : les évêques du monde entier plaident pour un texte contraignant 
Néanmoins, l’ancien négociateur ne cache pas sa crainte que les responsables gouvernementaux, «incapables durant les deux dernières années», n’arrivent qu’à un accord a minima. Le défi est ailleurs :«L’essentiel est de montrer que beaucoup de communautés sont venues ici pour exprimer l’urgence de la situation climatique».

SENSIBILISER LES FOULES À TRAVERS LE PÉLERINAGE

Le sens de ce « People’s pilgrimage » n’est donc pas tant d’orienter les travaux de la COP que de sensibiliser les foules. L’aspect spirituel de la démarche, notamment, est «crucial» pour la sauvegarde de l’environnement, longtemps considérée comme une question d’ordre strictement économique, politique, scientifique ou technologique. Du reste, se plaît à préciser Yeb Sano, «beaucoup de leaders religieux ont parlé avec force du changement climatique, unis ensemble, debout, pour convaincre le plus de personnes possible». À commencer par le pape François lui-même, qu’il a pu saluer lors de son passage à Rome.
Lire aussi : Au Bourget, le travail de marqueterie des négociateurs de la COP 21 
«Ensemble, unis, debout» – Tayo Tayo en tagalog – c’est aussi le titre de la chanson composée il y a un an par Nityalila Saulo, Philippine de 35 ans, pour animer un autre pèlerinage climatique entre Tacloban et Manille, et reprise cette année pour la COP21. Nityalila partage l’analyse de son compatriote : «Même si les leaders mondiaux ne parviennent pas à franchir un grand pas, on peut réveiller la société pour qu’elle prenne part à la défense de l’environnement. Ma mission personnelle n’est pas de parler aux leaders mais de convaincre ceux que nous croisons sur notre route».

UN JEÛNE POUR LE CLIMAT

La jeune chanteuse entend surtout faire connaître l’impact du dérèglement climatique sur son pays, victime d’ouragans à répétition, dont l’un a dévasté en deux heures l’usine de son père, dans le centre-ville de Manille, en 2009. «Ce n’est pas qu’une question de hausse des températures, mais de vies perdues», ajoute Nityalla, qui refuse néanmoins de céder à la colère vis-à-vis du Nord.
Lire aussi : Climat, la responsabilité des plus riches désormais prouvée 
Le 1er décembre, avec des dizaines d’autres pèlerins venus aussi d’Europe ou d’Afrique du Sud, les deux Philippins ont participé à un jeûne pour le climat, rompu par une soirée organisée au cœur de Paris, dans un foyer de la Mission populaire évangélique de France. Mais pas n’importe comment. Les menus étaient préparés pour l’occasion par un chef cuisinier, avec le souci d’une consommation carbone minimale : eau microfiltrée, thé et café issus du commerce équitable, pétales de châtaignes torréfiés, légumes de saison – non épluchés – et fruits originaire d’Île-de-France. Une manière de montrer que l’on peut conjuguer plaisir des papilles et respect de l’environnement.

Contribución prevista y determinada a nivel nacional del Perú

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AILAC crece y atrae más países latinoamericanos

Honduras unirá sus esfuerzos con la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (AILAC) por la firma de un Acuerdo ambicioso y vinculante en la Conferencia de las Partes COP21, de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.Con la entrada de Honduras a este grupo de negociación, AILAC reúne actualmente ocho países latinoamericanos: Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú. Todos se caracterizan por sus vulnerabilidades ante el cambio climático y por su compromiso nacional y global de acción climática.
En este sentido, Honduras cuenta con cuatro proyectos que están registrados bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), orientados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el dióxido de carbono en la atmósfera, además, ha ratificado la enmienda de Doha, y presentado recientemente su contribución nacional al Acuerdo de París.
Para la señora Rita Mishaan, responsable de la Presidencia Pro Tempore de AILAC,  la COP21 en París es el momento decisivo para el futuro del régimen multilateral sobre cambio climático: “AILAC desea continuar creciendo en la región, avanzando con un espíritu constructivo con propuestas que permitan abrir el camino hacia la adopción del Acuerdo de París por nuestros Países; reconociendo al mismo tiempo las responsabilidades comunes pero diferenciadas y respectivas capacidades de todas las Partes”, afirmó Mishaan en plenaria.

INDC (1) de la República del Perú

I. ANTECEDENTES
El Perú, desde su incorporación como Parte en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha mantenido una posición de cautela de los intereses nacionales, de colaboración con sus pares en el contexto de la región de Latino América y el Caribe, y de proactividad en la procura de sinergias internacionales y convergencia de acuerdos orientados a los fines últimos de la CMNUCC.
El Estado Peruano realiza sus mejores esfuerzos en su compromiso con el proceso actual de negociación de la CMNUCC para la aprobación del nuevo acuerdo climático global que permita cumplir con el objetivo descrito en el Artículo 2 de la mencionada Convención.
La iNDC responde a la realidad y circunstancias del país, y se alinea con los dos pilares bajo los cuales se condujo la Vigésima Conferencia de las Partes (COP20) de Lima: sentido de urgencia y alto nivel de ambición. Perú, en su calidad de actual Presidencia de la Conferencia de las Partes (COP) de la CMNUCC, no solo demostró su compromiso de organizar la COP20, sino que se manifestó como un país responsable de sus acciones y que visualiza su desarrollo con optimismo.
El Perú es un país de bajas emisiones per cápita y totales, con un porcentaje de participación mundial de solo 0.3% sobre el total de emisiones, de las cuales aproximadamente la mitad se originan en el sector Uso del Suelo, Cambio de Uso del Suelo y Silvicultura (USCUSS).
Por otra parte, sin embargo, el Perú presenta hasta siete de las nueve características reconocidas por la CMNUCC para calificar a un país como “particularmente vulnerable”; características que se ven enervadas por los procesos de origen antropogénico que causan degradación de ecosistemas y contaminación ambiental. El país debe enfrentar además diversas amenazas de origen hidro-meteorológico, como lo indican las emergencias a nivel nacional, que en un 72% tienen relación a fenómenos de esta naturaleza (sequías y lluvias excepcionales, inundaciones, heladas, entre otros).
El Perú ha vivido durante los últimos diez años un crecimiento económico acelerado, que ha contribuido a reducir drásticamente la pobreza; ese crecimiento ha permitido importantes avances en la inclusión social, proveyendo servicios básicos de salud, educación, infraestructura y otros. Ello se ha hecho en paralelo con en el cumplimiento de sus compromisos internacionales y de su acción interna frente al condicionamiento que impone el cambio climático.
Así, se han venido ejecutando proyectos innovadores, recursos domésticos y con aportes de la cooperación internacional, en diversas regiones y sectores para probar y ampliar sistemas y estrategias para enfrentar el cambio climático incrementando la resiliencia social y física del territorio. Paralelamente, se han impulsado iniciativas que han permitido la transformación de la matriz de consumo y generación energética nacional a través del cambio de combustible a gas natural, y el fomento paralelo de la incorporación de energías renovables, que ha logrado que actualmente ya operen centrales eólicas, solares y de biomasa conectadas al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional, entre otros ejemplos.
En este contexto resulta necesario continuar e impulsar la promoción, formulación e implementación de acciones complementarias y sinérgicas de mitigación y adaptación, tanto para cumplir las responsabilidades éticas al nivel nacional e internacional, como para mantener una economía altamente competitiva acorde a las nuevas tendencias mundiales; y para maximizar los beneficios sociales y ambientales derivados de contar con sectores productivos eficientes e inclusivos, a través del uso sostenible de los recursos naturales. Es en este marco conceptual en el que se presentan las iNDC en mitigación y adaptación.
Las iNDC se han construido a partir de una base sólida de información y del trabajo sobre cambio climático realizado desde el año 2003, el cual ha permitido elaborar contenidos, plantear escenarios viables que cumplen con criterios rigurosos de selección y análisis, y nutrir un proceso participativo con discusiones internas sobre propuestas concretas o en ejecución, viables e incluidas en la planificación sectorial, para lo cual se ha considerado los planes, programas e instrumentos existentes. Este proceso de formulación ha generado más de 100 reuniones a nivel político y técnico, incorporado la asesoría de más de 300 expertos.
En este sentido se buscará realizar los esfuerzos requeridos para cumplir con presentar una iNDC con base en iniciativas acordes a las circunstancias y capacidades nacionales, alineadas con las metas nacionales de desarrollo económico, reducción de la pobreza e inclusión social. Las iniciativas buscarán igualmente, la maximización del beneficio conjunto, en adaptación y mitigación, que se da por la adecuada gestión del recurso forestal nacional.
En todo este proceso se considera la necesidad de permanente actualización y revisión de la información de base y su evolución, así como de las acciones de implementación y de retroalimentación que se requieran en el contexto del desarrollo del país.
La propuesta iNDC estará sujeta a aprobación del Congreso de la República en la instancia en que ello sea requerido como resultado de los acuerdos de la CMNUCC. En este sentido la iNDC sólo tendrá carácter definitivo después de la existencia de un acuerdo climático global formalmente constituido/ratificado o acuerdos de la CMNUCC, en el entendido que la presente propuesta es de carácter voluntario y de que los futuros acuerdos no serán retroactivos. Asimismo, el Perú se reserva el derecho de actualizar o ajustar la propuesta iNDC en línea con los compromisos ya adquiridos y con aquellos que se deriven del nuevo acuerdo climático global en el marco de la Convención.
En cumplimiento de la decisión 1/CP.19 y 1/CP.20, el Estado Peruano comunica formalmente su propuesta de iNDC, y la información complementaria, en el presente documento.
II. INDC EN MITIGACIÓN
2.1. Propuesta de iNDC en Mitigación
La iNDC peruana contempla una reducción del 30% respecto a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) proyectadas para el año 2030, como parte de un escenario Business as Usual (BaU). El Estado Peruano considera que un 20% de reducción será implementado a través de inversiones y gastos con recursos internos, públicos y privados (propuesta no condicionada), y que el restante 10% estará supeditado a la disponibilidad de financiamiento externo internacional(2) y condiciones favorables (propuesta condicionada).
2.2. Información Complementaria
i) Tipo de propuesta y punto de referencia. La propuesta del Perú es una reducción de emisiones relativa a una línea base Business as Usual (BaU), escenario con inicio en el año base 2010, y culmina en el año 2030. Las proyecciones totales consideran las emisiones y remociones del sector USCUSS; pero por razones de transparencia y mejor comprensión del esfuerzo nacional, se presentan las emisiones en la base y en la meta, con y sin las emisiones de este sector.
El Estado Peruano se reserva el derecho de actualizar el escenario BaU, con base en nueva información existente, antes del 2020.
ii) Alcance y cobertura
• Alcance: Nacional
• GEI considerados: Los principales GEI considerados son el Dióxido de Carbono (CO2), Metano (CH4) y Óxido Nitroso (N2O).
• Sectores: Las categorías consideradas en el Inventario Nacional de GEI 2010 (INGEI 2010) son similares a las consideradas en la proyección del escenario BaU. En las proyecciones del escenario BaU no se han considerado las emisiones por aviación y transporte de carga internacional por falta de un marco de contabilidad acordado. Tampoco se han proyectado las emisiones de transporte ferroviario o marítimo nacional por su participación marginal en la subcategoría “Transporte” y la consecuente falta de información detallada. La categoría “Solventes y uso de Productos” presenta emisiones cero.
iii) Plazos y Periodo de Implementación. El periodo de compromiso abarca entre el 01 de enero de 2021 y el 31 de diciembre de 2030.
iv) Proceso de planificación El Ministerio del Ambiente (MINAM), como Punto Focal nacional ante la CMNUCC, ha diseñado un proceso desde el 2014 en el cual se incluyeron 3 niveles de diálogo:
a) “técnico-científico” con expertos para el diseño y cálculo de emisiones, basado en parámetros técnicos y costos de las opciones de mitigación;
b) “técnico-político” con representantes de los Ministerios relacionados a las fuentes de emisiones y opciones de mitigación, para emitir opinión técnica en el marco de la política y planes sectoriales; y,
c) “político de alto nivel”, para lo cual se creó una Comisión Multisectorial (CM) al nivel de Ministros y/o Viceministros, encargada de elaborar el informe técnico que contenga la propuesta iNDC en el Perú (Resolución Suprema N° 129-2015 – PCM).
La CM congrega a la Presidencia del Consejo de Ministros y a los Ministerios de Economía y Finanzas, Energía y Minas, Agricultura y Riego, Transportes y Comunicaciones, Producción, Construcción Vivienda y Saneamiento, Relaciones Exteriores, Educación, Justicia y Derechos Humanos, Salud, Cultura, Desarrollo e Inclusión Social, y Ambiente, quien preside y asume la Secretaría Técnica de esta Comisión.
Para formular y consultar los avances y resultados se realizó un proceso de consulta pública descentralizada con los actores gubernamentales nacionales y sub nacionales, y representantes de la sociedad civil, incluyendo a las organizaciones indígenas, para que la iNDC sea construida de manera transparente y participativa.
Para el proceso de implementación se mantendrán los canales y mecanismos de coordinación con las instituciones y actores relevantes, tomando en consideración los resultados de los acuerdos internacionales, y consolidando los avances y compromisos.
La participación del sector privado (nacional e internacional), así como el acceso a nuevas fuentes de financiamiento y el apoyo internacional, permitirá, que en adición al esfuerzo gubernamental, se obtenga el nivel de reducción de emisiones previsto, así como los cobeneficios socio – económicos y ambientales ligados a las iniciativas de mitigación que se implementen antes del 2030.
v) Enfoque metodológico y supuestos considerados.
Para el cálculo del INGEI 2010, y proyecciones del BaU nacional (basado en la estimación de escenarios BaU sectoriales en función de la dinámica de cada uno de ellos) se han utilizado las guías Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de 1996 y 2006 y las de Buenas Prácticas del 2003, estadísticas nacionales, proyecciones de población y Producto Bruto Interno (PBI). Las proyecciones sectoriales fueron realizadas por expertos nacionales en coordinación con los sectores gubernamentales competentes. Para establecer el año base de las proyecciones se procuró un alineamiento con el Inventario Nacional de GEI del año 2010.
Se ha utilizado los Valores de Potencial de Calentamiento Global publicados en el Segundo Reporte del IPCC, en concordancia con los Inventarios Nacionales de GEI remitidos a la CMNUCC (CH4:21 y N2O:310).
Las proyecciones del BaU consideran las remociones del sector USCUSS.
vi) Ambición, equidad y contribución a cumplir el objetivo de la CMNUCC (Artículo 2).
Con el análisis realizado se puede inferir que existe un amplio espacio para la actualización de la iNDC en las subsiguientes fases de revisión que sean necesarias en función de las decisiones de la CMNUCC.
La iNDC peruana es justa y ambiciosa. Por un lado, al año 2010 las emisiones de GEI nacionales representaban sólo el 0.3% de las emisiones globales, con emisiones per cápita notablemente menores al promedio de Latinoamérica y el mundo; y por otro, el Perú se encuentra entre los países más vulnerables ante los efectos del Cambio Climático. Esta conjunción implica que el país, aun debiendo realizar un esfuerzo importante económico y social en su proceso de adaptación, se compromete en una significativa reducción de emisiones de GEI, contando con un amplio trabajo inicial de construcción participativa de metas al 2030.
Para el país, es también ambicioso trabajar activamente en el fortalecimiento de mecanismos y actividades para introducir la variable de mitigación en los procesos de planificación, y para la consecución de sus objetivos de desarrollo, involucrando a todos los actores que permitirán asegurar una sostenibilidad económica, social y ambiental, traducida en mejoras de la competitividad y en cambios socio-ambientales. La propuesta tiene una ambición incrementada al incorporar y articular previsiones y esfuerzos en materia de adaptación a los efectos al Cambio Climático.
La propuesta del Perú se encuentra –en síntesis- alineada con el objetivo final de la CMNUCC al formular una reducción de emisiones en las diferentes actividades desarrolladas en el ámbito nacional.
vii) Mecanismos internacionales de mercado
Al momento de remitir la propuesta de iNDC, no se ha considerado la adquisición de reducciones de emisiones a través de mecanismos internacionales de mercado existentes o de nuevos mecanismos de mercado para su cumplimiento, a fin de evitar reajustes o duplicaciones sea por razones de titularidad o de contabilidad de los créditos. El Perú, sin embargo, sí está evaluando la posibilidad de vender reducciones de emisiones, siempre que esto no sea una traba para el cumplimiento del compromiso nacional.
III. PROPUESTA INDC EN ADAPTACIÓN
3.1. Antecedentes
A raíz de los resultados de la COP 20 de Lima, se afirmó la determinación de las Partes de fortalecer la acción de adaptación, y se invitó a las Partes a considerar la comunicación de sus esfuerzos de planificación en adaptación o la inclusión de un componente de adaptación en sus iNDC. Así, en línea con la decisión 1/CP.20 y en el marco de sus circunstancias nacionales y prioridades de desarrollo, el Perú asume el reto de presentar su iNDC en adaptación. La presente propuesta se basa en información elaborada desde años anteriores, pero con mayor énfasis a partir del año 2003 con la Estrategia Nacional de Cambio Climático y las Estrategias Regionales, la Segunda Comunicación Nacional y el Plan de Acción de Adaptación y Mitigación frente al Cambio Climático (PAAMCC).
La propuesta de contribución en adaptación se basa además en los estudios de vulnerabilidad realizados a nivel nacional, regional y de cuencas priorizadas y en los resultados de diversos proyectos y experiencias prácticas de adaptación(3); en los documentos de balance realizados en el marco del programa InterCLIMA(4); y en un conjunto de metas ya incluidas en planes y programas sectoriales, complementadas con metas y enfoques transversales que buscan incorporar de manera efectiva el tema de cambio climático en el desarrollo.
A través del proceso de consulta, la propuesta ha sido enriquecida con aportes sectoriales y de los grupos de interés que actúan en los diferentes niveles de gobierno.
3.2. Vulnerabilidad e impactos del cambio climático en el Perú
El Perú presenta siete de las nueve características reconocidas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para calificar a un país como “particularmente vulnerable”: zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, zonas expuestas a inundaciones, sequías y desertificación, ecosistemas montañosos frágiles, zonas propensas a desastres, zonas con alta contaminación atmosférica urbana y economías dependientes en gran medida de los ingresos generados por la producción y uso de combustibles fósiles(5). Estas condiciones se ven agravadas por procesos de degradación de los ecosistemas y contaminación ambiental, de origen antropogénico.
Además, sufre de una alta exposición a amenazas de origen hidrometeorológico. Del total de emergencias a nivel nacional el 72% tienen relación a fenómenos con este tipo de origen, tales como sequías fuertes, lluvias, inundaciones, heladas, entre otros(6).
Los estudios revelan que el régimen de temperaturas y precipitaciones está cambiando a lo largo del territorio nacional. Los escenarios climáticos predicen irregularidades en regímenes hídricos para el 2030. En las regiones de Sierra se predice que las precipitaciones anuales mostrarían deficiencias entre -10% y -20%; en la Amazonía norte y central (selva alta) las precipitaciones anuales decrecerían hasta -10% y en la Costa norte y sur se tendrían incrementos en precipitaciones entre +10% y +20%. Cabe resaltar que el retroceso de los glaciares tropicales del país altera también los regímenes hídricos: siete cuencas estudiadas en la Cordillera Blanca han sobrepasado un punto crítico de transición en su retroceso, exhibiendo un declive en la descarga en estación seca(7).
Adicionalmente, en las zonas rurales y en las zonas habitadas por los pueblos indígenas, el desarrollo se basa mayormente en actividades de producción primaria y extractivas que dependen de ecosistemas vulnerables; el sector agropecuario emplea al 65% de la Población Económicamente Activa (PEA) rural; y más del 80% de la PEA ocupada en el ámbito rural vive en condiciones de pobreza y está dedicada a la agricultura, la pesca y la minería.
El Perú se encuentra expuesto a los impactos climáticos cíclicos y adversos del Fenómeno El Niño (FEN) que afectan a los sectores primarios, como agricultura y pesca, y a la infraestructura natural, económica y social. Tal ha sido el caso de los eventos de mayor magnitud registrados durante “El Niño” de 1997-1998(8) que ocasionó pérdidas por más de 3.500 millones de dólares (más del 4.5% del PBI de 1997) (9) principalmente por el impacto en los sectores productivos primarios y la destrucción de la infraestructura. Asimismo, anualmente se registran eventos climáticos como heladas, sequías e inundaciones que afectan severamente a varias zonas del país. Todos estos fenómenos se ven agravados y ampliados en sus efectos debido al cambio climático, incluyendo mayores dificultades de previsión en sus ciclos e intensidades.
El país cuenta con 84 de las 117 zonas de vida existentes en el mundo. Este factor puede determinar que, aún en el más moderado escenario de cambio climático, el crecimiento potencial del país se vea afectado negativamente, dado que varias actividades de gran potencial económico dependen de los recursos ecosistémicos que esta diversidad provee (como el sector hidroeléctrico, la agricultura, la ganadería y el turismo). En consecuencia, se prevé que los eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes, afecten la producción agregada limitando la disponibilidad de recursos, dañando la infraestructura, e impactando consecuentemente en el crecimiento.
Finalmente, se debe tomar en cuenta que el 76% de la población habita en áreas urbanas, con una tasa anual de crecimiento de 2,1%, en tanto que las zonas rurales han crecido en una tasa del 0,01% anual (10). Por ello es fundamental considerar la vulnerabilidad de las ciudades y fomentar el concepto de “ciudades resilientes” como unidades de gestión del riesgo climático.
Los estudios que cuantifican el impacto del cambio climático sobre el crecimiento económico del país indican que en el año 2030, bajo un escenario de cambio climático, se alcanzaría un nivel de PBI real total menor entre un 5,7% y un 6,8% que el nivel de PBI que se alcanzaría sin cambio climático; mientras que en el año 2050, la brecha respecto al PBI potencial estaría entre 20,2% y 23,4%. Alternativamente, estas medidas son equivalentes a una pérdida promedio anual hasta el 2050, de entre 7,3% y 8,6% del nivel de PBI potencial de cada año(11).
3.3. Prioridades en adaptación
Los sectores y sistemas que el país requiere atender de manera prioritaria han sido identificados con base en la información científica disponible, la revisión de información de referencia sobre procesos de formulación de instrumentos de gestión y planificación y consultas con los sectores competentes, las regiones y la sociedad civil. Asimismo, se ha tomado en cuenta que dichos sectores/ sistemas cumplan con los criterios de priorización definidos. Estos sectores/sistemas son:
i) Agua (Recursos hídricos)
ii) Agricultura
iii) Pesca
iv) Bosques
v) Salud
En consecuencia con la determinación de los sectores y sistemas vulnerables frente al cambio climático –y enfocándose en la población y sus medios de vida-, se ha determinado cuáles son las poblaciones vulnerables que necesitan ser atendidas con prioridad: poblaciones rurales ligadas a la agricultura familiar de subsistencia y/o con débil articulación al mercado, muchas de ellas nucleadas en comunidades campesinas o nativas; pequeños agricultores; pescadores artesanales; comunidades nativas; pequeños productores forestales; y, desde el punto de vista de salud, los infantes, mujeres y adultos mayores.
3.4. Propuesta de contribuciones en adaptación Tras un análisis de las vulnerabilidades y prioridades de adaptación del país, y con base en el estudio de las metas nacionales establecidas por los documentos vigentes de planificación nacional (Plan Bicentenario, Plan Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres–PLANAGERD, Plan de Acción Ambiental-PLANAA, Agenda Ambiente 2014) y sectorial -PLANGRACC-A(12), Programas Presupuestales, Plan Integral de mitigación y adaptación frente a los efectos del cambio climático en la salud pública, entre otros- se ha elaborado la sección de contribuciones en adaptación para los distintos sectores y sistemas priorizados.
Las metas planteadas se orientan a alcanzar un gran objetivo al 2030: “El Perú se adapta a los efectos adversos y aprovecha las oportunidades que impone el cambio climático”(13). Bajo esta visión, se ha definido alcances, objetivos y metas para cada sector/sistema. Además, se ha identificado cinco áreas transversales en las que se debe actuar para abordar la adaptación de manera eficaz: gestión del riesgo de desastres; infraestructura resiliente; enfoque de pobreza y poblaciones vulnerables; enfoque de género y promoción de la inversión privada en adaptación al cambio climático. Para cada uno de ellos se plantean las respectivas metas.
El planteamiento de los objetivos y las metas se han formulado en consulta con los sectores relevantes.
Cabe mencionar que el instrumento para el cumplimiento de las metas planteadas en el iNDC será el Plan Nacional de Adaptación(14), cuyo proceso de formulación se iniciará en el último trimestre de 2015.
3.5. Los recursos necesarios para el desarrollo y la comunicación de una INDC en adaptación
El Perú está realizando un considerable esfuerzo para adaptarse a los efectos combinados de la variabilidad y el cambio climático, y prueba de ello es la gran cantidad de metas planteadas que ya se enmarcan en planes nacionales, programas presupuestales y proyectos en marcha, incluyendo los de cooperación internacional.
Sin embargo, el país aún requiere de apoyo internacional en términos de financiamiento, investigación, tecnología y fortalecimiento de capacidades para el cumplimiento de las metas planteadas. Asimismo, se prevé la necesidad de apoyo para el desarrollo e implementación de un sistema eficaz de monitoreo, evaluación y reporte en este rubro.
En la propuesta de iNDC de adaptación se diferencian aquellas metas que cuentan con financiamiento y aquellas que están condicionadas al financiamiento internacional.
IV. ENFOQUES TRANSVERSALES
Las políticas e instrumentos nacionales de mitigación y adaptación incorporan el enfoque de género para impulsar y garantizar una participación activa, continua, total e igual de mujeres y hombres en los procesos de consulta y toma de decisiones sobre el acceso y control a los recursos naturales, la gestión de emisiones de gases de efecto invernadero y en la generación de estrategias de mitigación y adaptación. Esto se fundamenta actualmente en la implementación del Plan Nacional de Igualdad de Género (PLANIG 2012-2017) y el futuro Plan de Acción de Género y Cambio Climático del Perú (PAGCC-Perú), enmarcado en la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático (ENCC).
Asimismo, la fase de implementación de la iNDC, mantendrá el carácter intercultural e inter generacional considerado en la fase de formulación.
V. COMPROMISO HACIA UN NUEVO ACUERDO CLIMÁTICO INTERNACIONAL
5.1. Posición acuerdo general:
En el ámbito de la negociación hacia un nuevo acuerdo climático para el periodo post 2020, el Perú apoya que el acuerdo global del 2015 sea un documento breve y conciso mediante el cual se establece un sistema con duración a largo plazo y con obligaciones legalmente vinculantes para todos los países. Nuestro país sostiene que el acuerdo debe contener una visión global a la que todas las Partes estarán suscritas y aspirarán a lograr mediante sus esfuerzos individuales y colectivos de acuerdo con los principios de la convención. También se deberá asegurar que las Partes aumentarán progresivamente su nivel de ambición. A su vez este acuerdo deberá estar acompañado por decisiones adoptadas durante la COP21 para la implementación de los compromisos bajo el nuevo acuerdo.
Para lograr que el acuerdo sirva como un instrumento que incentive y facilite la ambición de la acción de los países, se deberán clarificar y establecer los procesos necesarios para renovar sucesiva y periódicamente las contribuciones nacionalmente determinadas en materia de mitigación, adaptación y medios de implementación. Cada uno de los componentes tiene características específicas, sin embargo el acuerdo deberá establecer un vínculo entre las tres. La adaptación es clave para responder a los impactos del cambio climático, siendo una prioridad para el Perú el balance político entre la adaptación y la mitigación. Adicionalmente, el Perú ha definido su compromiso en mitigación con el fin de participar en el esfuerzo colectivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 1.5-2°C. A su vez los medios de implementación son cruciales para facilitar las acciones de mitigación y adaptación en los países en desarrollo.
5.2. Detalles sobre las posiciones en adaptación y mitigación:
a. Adaptación:
• El nuevo acuerdo debe fortalecer la paridad política entre la adaptación y la mitigación.
• Para alentar a la ambición en materia de adaptación se necesitará una meta global cualitativa, así como esfuerzos colectivos e individuales que permitan cubrir la brecha en adaptación.
• El financiamiento para la adaptación deberá ser fortalecido e incrementado, incluyendo el Fondo Verde del Clima.
• El intercambio entre las partes sobre experiencias y buenas prácticas en adaptación deberá ser fortalecido.
b. Mitigación:
• Se debe incluir una meta global para mitigación que será alcanzada por medio de los esfuerzos de todos los países de acuerdo a la ciencia y los principios de equidad diferenciada.
• Se deberán establecer mecanismos que permitan a los países aumentar su ambición y cumplir con sus compromisos, tales como los mecanismos de mercado.
• La sección de mitigación deberá incluir un sistema de reglas, por ejemplo para evitar la doble contabilidad de las emisiones reducidas, para hacer seguimiento a la implementación de los compromisos, permitiendo la agregación total de las contribuciones de mitigación. Esto es importante para asegurar la integridad ambiental del acuerdo.
• REDD+, como se define en el marco de Varsovia y las decisiones relacionadas, será una herramienta importante para el país para cumplir con sus compromisos de mitigación y bajo el nuevo acuerdo se deberá reforzar la necesidad de apoyo para este mecanismo.
En la negociación, el Perú es miembro activo de la Asociación Independiente de Latino América y el Caribe (AILAC). Además forman parte de este grupo negociador Colombia, Costa Rica, Chile Guatemala, Panamá y Paraguay.
Notas:
1 Intended Nationally Determined Contributions
2 Cabe resaltar que el Estado peruano no asumirá compromisos condicionados que impliquen endeudamiento público.
3 Las intervenciones se inician con el Programa PROCLIM en el 2003, que permitió el análisis de la vulnerabilidad actual y futura en las cuencas de Piura y Mantaro; y posteriormente con la “Segunda Comunicación Nacional de Cambio Climático (CNCC2)”, el “Proyecto Regional de Adaptación al Cambio Climático (PRAA)”, el “Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC)”; los proyectos “Inversión Pública y Adaptación al Cambio Climático (IPACC)”, “Glaciares 513”, Proyecto de Adaptación basada en Ecosistemas de Montaña “EbA Montañas” y otros.
4 Espacio anual de intercambio que permite generar un reporte actualizado sobre los avances, desafíos y prioridades de la gestión del cambio climático en el país.
5 Estrategia Nacional de Cambio Climático. MINAM, 2015. Aprobada mediante Decreto Supremo No 011-2015-MINAM.
6 Segunda Comunicación Nacional de Cambio Climático. MINAM, 2010
7 Baraer et al. Recesión de Glaciares y Recursos Hídricos en la Cordillera Blanca del Perú. 2012
8 Marco Macroeconómico Multianual 2015-2017 (MEF, 2015)
9 Las lecciones de El Niño. Perú (CAF, 2000)
10 INEI, 2007
11 El Cambio Climático y sus efectos en el Perú (Vargas, 2009)
12 Plan de Gestión de Riesgos y Adaptación al Cambio Climático en el Sector Agrario (MINAGRI, 2012)
13 Objetivo que corresponde a la Visión 2021 de la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático (MINAM, 2015).
14 Medidas a aplicar para todos los tipos de agricultura.
15 El Sistema Nacional de Salud reconoce oficialmente cinco funciones: prevención de las enfermedades, promoción de la salud, protección de la salud, restauración de la salud y rehabilitación.
16 Metas consistentes con el Programa Presupuestal 0068.

Colegio de Sociólogos del Perú en la COP21

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Resumen de las negociaciones:
1)Respecto al Financiamiento (Fondo Verde):
-No hay mucha información hasta ahora
-Hay tres posiciones distintas básicamente sobre quiénes deben brindar financiamiento
-Brasil no está dispuesto a tener responsabilidades
-No hay relación con los principios de la Convención en la parte de financiamiento
-En el Grupo 77+China existe una fuerte oposición para que posiciones progresistas de AILAC pasen. Hay que apoyar desde la Sociedad Civil las posiciones de este grupo de negociación
-En su discurso Obama reconoció que la responsabilidad de los Estados Unidos
-China dijo, nosotros ya estamos haciendo algo. No quiere que en acuerdo queden responsabilidades de países emergentes.
2) Adaptación, pérdidas y daños
-El Articulo 5 contiene  propuesta de Grupo 77+ China que CAN esta apoyando, no dice compensación, palabra clave que puede causar problemas
-Los países umbrela (Australia, Estados Unidos, Canadá y Noruega quieren que no exista referencia alguna sobre pérdidas y daños. Este tema para nosotros es un mínimo.
3) Derechos humanos
-Se han dividido en distintos grupos para la discusión del preámbulo
-Quien lidera discusión informal sobre párrafo 10 y artículo 2 es México
-Quien trata de consensuar posiciones es Brasil
-AILAC estaría conforme en que derechos humanos quede en el preámbulo, pero no tiene posición consensuada en el artículo 2 ya que temen que pueda permitir llevar casos a la CIDH (Colombia)
-REDD Strategy Group promueve derechos humanos, derechos indígenas y conservación de bosques. Nuestro mayor aliado es la delegación de Filipinas
4) Mitigación
-La Declaración de foro de países vulnerables podría presentarse a nuestras delegaciones: descarbonización al 2050 y 1.5°C.
Acuerdos:
-Se enviará declaración del foro de países vulnerables para que se considere apoyarla y unirnos con organizaciones asiáticas y probablemente del Pacífico.
Paris no es una fiesta. Es un alma en pena. El gélido viento ulula entre la férrea estructura de la torre Eiffel ante el inminente invierno, los cafetines están semidesiertos. Nadie se recupera aún del susto tras el ataque yihadista al corazón de la República el viernes 13.La insistencia de Francois Hollande en realizar la Cumbre Mundial de Cambio Climático de las Naciones Unidas pese a la amenaza terrorista “es un triunfo de la civilización sobre el terror”, dijo la Primera Ministra de Alemania, Angela Merkel. La COP21 convocó a medio centenar de jefes de Estado, Obama y Xi Jinping, Putin y Rousseff. Ollanta Humala entre ellos.
Las medidas de seguridad eran extremas. Los dignatarios fueron conducidos a la llamada Blue Zone (zona de máxima seguridad) y solo se les pudo ver por televisión, mientras en el otro extremo del complejo de conferencias, el Pabellón Perú repartió entre los paseantes un shot de pisco puro (¡en vaso de plástico!) para paliar el frío.
La COP21 pretende sellar un acuerdo climático global para la drástica reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que eviten que la temperatura del planeta supera los 2 centígrados al año 2050.
El presidente Ollanta Humala invocó a los negociadores “rigor, pragmatismo y humanidad en busca de consensos”.
Desde el protocolo de Kyoto de 1997, los países han fracasado en alcanzar un acuerdo global. Todos los esfuerzos se han estrellado contra los bloques de países formados según sus intereses. Pero en París, en medio del aguacero, reina ésta vez un cauto optimismo.
La COP20 en Lima el año pasado fue un eslabón crítico. China no solo se ha comprometido en reducir en 30% sus emisiones al 2030, sino que ha aceptado que los acuerdos sean vinculantes y revisables cada cinco años. EE.UU., el principal emisor del planeta, también se ha comprometido en reducir su fenomenal huella ecológica en 28%.Para sortear el obtuso bloqueo Republicano en el Capitolio, el presidente Barack Obama negocia directamente con la industria energética.El Perú también se ha comprometido en reducir sus emisiones en el mismo rango. El documento de Contribuciones Nacionales asume que el 20% de la reducción será implementado a través de inversiones público y privadas y el 10% restante supeditado a la disponibilidad de financiamiento internacional. Pero guarda con la letra chica. El Estado peruano no asumirá compromisos condicionados que impliquen endeudamiento público.Las vigas maestras de un acuerdo climático global y comprensivo parecen estar en su lugar. “Ningún país o región está a salvo de los efectos del cambio climático causado por las actividades humanas, pero no podemos aceptar que los países más pobres, los que menos gases de efecto invernadero emiten, sean los más vulnerables. Debemos actuar en nombre de la justicia climática”, enfatizó el presidente de Francia, Francois Hollande.
Si las naciones del mundo suscriben el 11 de diciembre un acuerdo climático comprensivo, París dará al mundo un mensaje de libertad, fraternidad y sustentabilidad en estos aciagos tiempos. Un documento que como calificó acertadamente el mandatario peruano tendrá “un papel transformador”. En la cancha se verá los alcances de su compromiso.
Fuente: Revista CARETAS.

El cardenal Parolin en la COP21

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El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, intervino en la apertura de la XXI Conferencia de los Estados Parte en la Convención COP21 que se celebra en París (Francia) del 30 de noviembre al 11 de diciembre. Después de transmitir a todos los participantes el saludo y el aliento del Papa Francisco para que trabajasen a favor de un éxito fecundo de la COP21, el purpurado recordó el discurso del Santo Padre el pasado jueves, 26 de noviembre, en el Centro las Naciones Unidas en Nairobi, cuando manifestó el deseo de que la cumbre de París concluyera “con la adopción de un acuerdo global y ‘transformador’, basado en los principios de la solidaridad, la justicia, la equidad y la participación, orientado a la consecución de tres objetivos complejos e interdependientes: mitigar los efectos del cambio climático, luchar contra la pobreza, hacer que florezca la dignidad de la persona humana”.
A continuación pasó a enumerar los tres pilares en que se debe asentar ese acuerdo “global y transformador”. “El primer pilar -dijo- es la adopción de un claro enfoque ético claro, que inspire los motivos y los fines del Acuerdo de implementar. Sabemos que las personas más vulnerables al impacto del fenómeno del cambio climático son los más pobres y las generaciones futuras, que sufrirán las consecuencias más graves, a menudo sin ser responsables…Ante la urgencia de una situación que requiere la cooperación más amplia posible para lograr un plan común, es importante que este Acuerdo se centre en el reconocimiento tanto del imperativo ético de actuar en un contexto de solidaridad global, como de la responsabilidades comunes pero diferenciadas de cada uno, de acuerdo a sus capacidades y condiciones”.
”El segundo pilar se refiere al hecho de que el Acuerdo no sólo debe buscar la manera de ponerlo en práctica, sino también y sobre todo transmitir señales claras que orienten la conducta de todos los sujetos interesados comenzando por los gobiernos, pero también de las autoridades locales, del mundo empresarial, de la comunidad científica y de la sociedad civil…Para ello es necesario emprender con convicción el camino hacia un economía con bajo contenido de carbono y hacia un desarrollo humano integral… En esta perspectiva, los países con más recursos y capacidad deben predicar con el ejemplo, aportando recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible. Pienso, por ejemplo- explicó el Secretario de Estado- en la promoción de las energías renovables y en la desmaterialización, así como en el desarrollo de la eficiencia energética; o en la gestión adecuada de los bosques, el transporte y los residuos; en el desarrollo de un patrón circular de la economía; en la implementación de programas adecuados, sostenibles y diversificados de seguridad alimentaria; en la la lucha contra el despilfarro de alimentos; en las estrategias para combatir la especulación y los subsidios ineficaces y a veces injustos; en el desarrollo y la transferencia de tecnologías apropiadas”.
El tercer y último pilar es la visión del futuro.”La COP21 no es ni un momento de llegada ni un punto de partida, sino un paso crucial en un proceso que sin duda no termina en 2015 -subrayó el cardenal Parolin- Un acuerdo con una perspectiva temporal amplia debe incluir procesos de revisión compromisos y ‘seguimiento’ transparente, eficientes y dinámicos, capaces de aumentar gradualmente el nivel de ambición y garantizar un control adecuado. Asimismo, se debe considerar seriamente la implementación de modelos de producción y consumo sostenibles y de nuevas actitudes y estilos de vida. Aquí se entra en los campos clave de la educación y la formación, por desgracia, a veces dejados al margen de las negociaciones sobre los Acuerdos internacionales. Las soluciones técnicas son necesarias pero no suficientes si no abordamos a fondo la cuestión de la educación a un estilo de vida sostenible y a una conciencia responsable”.
Fuente: Radio Vaticano.

40 países piden reducir los subsidios a combustibles fósiles

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Un grupo de 40 países -entre ellos Alemania, Chile, Estados Unidos, Francia, México, Perú, Estados Unidos o Uruguay- reclamaron que se reduzcan los 500,000 millones de dólares que los gobiernos destinan anualmente como subsidios a los combustibles fósiles.
Retirar esos apoyos “reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero en un 10 % para 2050” y “liberaría recursos para invertir en capitales como la educación, la sanidad o las infraestructuras”, según la declaración de esta alianza, que también suscribieron Canadá, Italia, Malasia, Marruecos, Holanda, Filipinas, el Reino Unido o Samoa.
El texto, presentado en el marco de la cumbre del clima de París (COP21), agrupa también a “cientos de organizaciones empresariales de influencia internacional” y a corporaciones que emplean a “dos millones de personas en todo el mundo” e instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) o el Banco Mundial.
“Los países tienen que demostrar, con acciones y políticas concretas, que van en serio en la lucha contra el cambio climático. Reformar el dañino apoyo a los combustibles fósiles es un buen punto de partida”, indicó la Secretaría General de la OCDE en un comunicado.
Fuente: Radio Programas del Perú.