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Cambio Climático Biodiversidad Reforestación

Más coca, menos café

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MILES DE PRODUCTORES ABANDONAN CAFETALES Y MARCHAN A BUSCAR TRABAJO EN ZONAS DE CULTIVO DE COCA

Cooperativas y medianas empresas de café enfrentan obstáculos y sobrecostos en exportaciones a Europa
 El horizonte por cuarto año consecutivo de pérdidas en la producción del café, debido bajos precios en el mercado internacional, viene alentando la migración de miles de productores hacia zonas de cultivo de coca, en busca de trabajo que les permita sobrevivir y atender los costos de escolaridad de sus hijos.
Desde fines de diciembre, pero con mayor frecuencia en los meses de enero y febrero, centenares de productores desfilan diariamente desde Satipo, Puerto Ocopa y Rio Tambo, en la selva central, rumbo a las plantaciones de coca en la cuenca del Rio Apurimac, en busca de empleo donde los salarios diarios oscilan entre 70 y hasta 120 soles.
Similar fenómeno se da con cafetaleros del Alto Mayo, en San Martín, rumbo al sur, hacia tradicionales pueblos cocaleros del Alto Huallaga, donde el rebrote de la coca se ha incrementado en los últimos años, coincidente con reportes recientes de Naciones Unidas y de USAID.
La Junta Nacional del Café informó que Naciones Unidas reportó meses atrás una extensión de 50 mil hectáreas de coca en el 2017, mientras que en el año 2015 eran 40 mil hectáreas, representando un incremento de 22%, pero que para el 2018 USAID estimó una producción de 491 mil kilos de clorhidrato de cocaína, para lo cual se requieren cultivar 76 mil hectáreas y una cosecha de 184 mil toneladas de hoja de coca seca
“El mayor impacto se viene dando en Puno, donde hace 10 años se cultivaban 9 mil hectáreas, con una cosecha de 160 mil quintales, pero el 2018 apenas se recogieron 40 mil quintales, en 2,800 hectáreas. Lo más grave es la indiferencia de las autoridades de todos los niveles a esta crisis económica, social y de seguridad. Por esto la gente tiene abandonar los cafetales para sobrevivir en otros trabajos”, señaló Tomás Córdova, presidente de la Junta Nacional del Café (JNC).
AMENAZAS Y OBSTÁCULOS A EXPORTACIONES DE CAFÉ
Córdova señaló que durante el 2018 se han retenido liquidaciones de las ventas de café orgánico hacia Alemania, a la espera de certificaciones en laboratorios europeos de la carencia de trazas de glifosatos y otros insecticidas. “Esta es una grave amenaza a las exportaciones de nuestro café a Europa a donde se destina el 65% del café peruano. Hemos demandado al gobierno desde mediados de año adoptar medidas de urgencia, pero sin resultados de acciones de prevención”, dijo Córdova.
Informó que en recientes eventos feriales en Europa se dio cuenta del rechazo a 10 contenedores de café orgánico de Selva Central y del Nororiente, y la indefinición de ventas de otros 30 lotes que esperaban resultados de análisis. “Resulta que las exportaciones de café y cacao están en serias dificultades, y no tenemos apoyo del gobierno acciones decididas para superarlas. En la práctica estas omisiones fomentan pobreza, desocupación, y la expansión de cultivos ilícitos”, advierte Córdova.
PRODUCCION Y PRECIOS 2019
Reportes de cooperativas y empresas acopiadoras evalúan que la producción podría alcanzar una cosecha de 6 millones 500 mil quintales, un incremento de 7% en la cosecha de 6’095,396 del año pasado, recolectada en 380 mil hectáreas, de las 425 mil reportadas en el censo agropecuario del 2012, en la medida que más de 40 mil hectáreas han sido sustituidas por otros cultivos, tales como cacao, coca y banano.
En relación al valor de exportaciones seguirán por debajo de 700 millones de dólares, debido a bajos precios en el mercado internacional y obstáculos en la consolidación de contratos de venta. El año pasado el valor sumó 676 millones, por un volumen de 5 millones 656 mil quintales.
Fuente: www.juntadelcafe.org.pe

Martín Vizcarra entregó 57 puentes a su exsocio Obrainsa

Por JOSÉ M. CARMEN MORÁN- Diario EXPRESO
El presidente de la República, Martín Vizcarra, habría incurrido en el delito de conflicto de intereses durante el periodo en el que ocupó el cargo de ministro de Transportes y Comunicaciones, debido a la cantidad de contratos que concedió desde su cartera a la constructora Obrainsa, la cual llegó a ganar, a través de consorcios, obras de ingeniería civil del Estado por un valor de unos 560 millones de soles.
Así lo indicó a EXPRESO el parlamentario Mauricio Mulder (Apra), quien aseguró además que el mandatario habría incurrido en conflicto de intereses con este tipo de contratos que no solo beneficiaron a empresas vinculadas a Odebrecht, sino también a las que forman parte del “Club de la Construcción”.
“No me cabe la menor duda de que esto es conflicto de intereses, pero no solamente [Vizcarra incurrió en esta figura legal] como ministro de Transportes, sino también como Presidente, porque Obrainsa es un consorcio que está compuesto sustantivamente por empresas consorciadas con Odebrecht”, dijo.
“Además es una constructora vinculada a empresas del ‘Club de la Construcción’ que primero han tenido obras por 600 millones de soles, y después han tenido otros 600 millones, es prácticamente un monopolio”, añadió.
Mulder también criticó que el Presidente aún no haya salido a esclarecer este embrollo de forma directa, porque este tipo de revelaciones demostrarían que Vizcarra sí habría tenido conocimiento del financiamiento de Peruanos por el Kambio en la campaña presidencial del 2016, y ahora estaría devolviendo favores.
“A través de un diario oficialista, como La República, ponen una nota diciendo que ‘el Presidente no sabía de esas empresas ni del aporte de 100 mil soles que dio el Club de la Construcción’, ¿cómo es que saben eso?”, se interrogó.
“Eso demuestra que lo que dijo el señor Villacorta, que ahora es el principal dirigente del partido PpK, que Vizcarra era el jefe de la campaña y por lo tanto sí tenía conocimiento y manejo de la economía de la campaña, demuestra que ahí está el conflicto de intereses, han favorecido a empresas que han aportado en la campaña”, afirmó.
Para el aprista, es necesario que en la moción para crear una comisión que investigue al “Club de la Construcción” se incluya el caso de Obrainsa y no descartó la posibilidad de presentar una moción de vacancia si la información recopilada lo amerita.
“Ya hay una moción para investigar al ‘Club de la Construcción’, y ahí debe incluirse todo este tipo de informaciones que se están descubriendo. Hay que juntar esta investigación de Obrainsa con la de Conirsa, [la cual] también llevó al presidente a mentir, y una vez que se tengan más sólidos avances en la investigación, ya se verá [una posible vacancia]”, explicó.
¿NEGOCIACIÓN INCOMPATIBLE?
Para el exfiscal y excongresista Carlos Torres Caro este tipo de licitaciones podrían calificar como delitos de negociación incompatible y colusión, aunque eso deberán determinarlo las investigaciones que se realicen y agregó que por ahora el caso podría considerarse un conflicto moral de intereses de parte de Martín Vizcarra.
“Este tipo de hechos pueden dar pie y calificar para otros delitos, de hecho se debe iniciar la investigación por negociación incompatible y colusión, de ser el caso. No afirmo que habría conflicto de intereses en materia legal, sino algo podría haber en materia moral. Pues qué duda cabe que el mandatario debió ser más riguroso en no aceptar a dicha empresa como postora durante su ejercicio de ministro”.
“En todo caso eso debe esclarecerse después de una seria investigación y ahí se demostrará la responsabilidad o no del mandatario”, reiteró.
El también excongresista explicó que en materia de negociación incompatible, los que incurren en este delito normalmente buscan darle la apariencia legal a sus acciones, por lo que consideró importante que se investigue bajo la figura del citado delito.
“El tipo penal que sería materia de investigación, la negociación incompatible, requiere el elemento de clandestinidad, y obviamente utiliza formas legales para ocultarse. El hecho que la empresa haya cumplido los requisitos no infiere prima facie que debe descartarse una investigación; por el contrario, es vital que se haga con las garantías del debido proceso, para así establecer la existencia o no de responsabilidad”, remarcó.
Torres Caro no descartó la posibilidad de que el Congreso recurra a una posible moción de vacancia, en caso se encuentren elementos en la investigación que demuestren una intencionalidad de Vizcarra por querer favorecer a esta empresa, y emplazó al Presidente a tomar una posición transparente sobre este hecho y allanarse a cualquier investigación.
“De demostrarse el conflicto de intereses, sin duda alguna debe dar motivo a una vacancia, pues demostraría una incapacidad moral plena. El Presidente debe ser el primero en pedir una exhaustiva investigación, someterse a ella y colaborar en todo con la justicia. Esa actitud sería la que corresponde a alguien que no la debe y por ende no la teme. ¿Lo hará el Presidente? Bueno, si tiene la conciencia tranquila y tiene buenos consejeros, es lo que debe hacer de inmediato”, aseveró.

Jorge Castro: Si algo no se ha aclarado, el Congreso debe investigar

El congresista Jorge Castro (No Agrupado) asegura que estas licitaciones durante el periodo en que Martín Vizcarra fue ministro de Transportes y Comunicaciones sí podrían calificar como un conflicto de intereses de parte del hoy mandatario;  no obstante, señaló que primero se debe investigar en el Congreso de la República.
“Si es que se verifica la intencionalidad de Vizcarra en estas contrataciones, ahí habría un conflicto de intereses. Es necesario descartar cada una de estas situaciones que se han venido hablando, sobre todo en estas últimas semanas, sobre el caso del Presidente, y en ese aspecto hay que ser muy sinceros. Si hay alguna situación oscura que no se ha aclarado, se debería abrir un proceso de investigación”, sostuvo.
Castro propuso la creación de una comisión específica para indagar estas contrataciones de Obrainsa; sin embargo, señaló que si esta propuesta no procede, se podría crear un subgrupo de trabajo en la Comisión de Fiscalización.
“Una vez que estemos ya en esta nueva legislatura, es indudable que va a tener que formarse una comisión. Una cosa es el ‘Club de la Construcción’, que tiene una característica de investigación general, y otra podría ser el grupo de trabajo que se conforme para investigar de manera específica este tema, en el cual estaría comprometido el presidente de la República. En cada uno de los casos, amerita descartar cualquier tipo de situación que lo vincule con la corrupción”, argumentó.

Obrainsa, la constructora reina de los puentes

De acuerdo a la información publicada por el portal web “gatoencerrado.net”, y corroborada por nuestro medio en la página web de Provías Nacional, el primer contrato por el que se le dio la buena pro a Obrainsa, fue el “Nº 120-2016-MTC/20”, y fue por la obra “Servicio de Gestión, Mejoramiento, y Conservación Vial por Niveles de Servicio del Corredor Vial: Empalme PE-1N–Pamplona–San José–Cajatambo–Empalme PE 18”.
La buena pro se otorgó el 23 de septiembre de 2016, cuando Martín Vizcarra, su ex socio en el ‘Consorcio Colca’,  era titular de Transportes y Comunicaciones, y fue el Comité Especial, designado por la Resolución Viceministerial Nº 471-2015-MTC/02, la instancia que favoreció a Obrainsa, mientras que la firma del contrato se realizó el 30 de septiembre de 2016 por un costo de S/.142’488,707.44.
El siguiente contrato del Estado favorable a Obrainsa fue por la obra “Construcción de puentes por reemplazo en la zona Centro–Sur del país”. Cabe precisar que este proyecto estaba conformado por siete obras.
Se debe detallar que para obtener esta adjudicación, Obrainsa conformó el consorcio ‘Puentes Para el Perú”, junto con las compañías ICCGSA y la brasileña Aterpa, y fue a este grupo empresarial al que se le otorgaron las siete obras que conformaban el proyecto “Construcción de puentes por reemplazo en la zona Centro – Sur del país”.
Las siete obras fueron constatadas en los contratos “Nº 138-2016-MTC/20; Nº 139-2016-MTC/20; Nº 140-2016-MTC/20; Nº 141-2016-MTC/20; Nº 142-2016-MTC/20; Nº 143-2016-MTC/20; y Nº 144-2016-MTC/20”.
La obra 1 fue por seis puentes en Ayacucho por S/.38’181,530.32. Nos referimos a los puentes Huancano, Rumichaca I, Niñacha, Supaymayo, Suchuna y Niñobamba. Mientras que la obra 2 fue por otros seis puentes, también ubicados en Ayacucho por S/.30’982,890.14: el Rumichaca II, Pontón, Ccatumpampa, Angasmayo, Casacancha y Pontón S/N.
La obra 3 se hizo por otros seis puentes en Ica por S/.42’845,702.48, es decir los puentes Pontón Losa, Río Grande, Palpa, Viscas, Pontón Losa 2 y Pontón Marco; mientras que la obra 4 constaba de la construcción de seis puentes adicionales en Ica por S/.46’137,368.75 (Nasca, Alto Grande, Pontón Lomas, Yauca, Tanaka y Chirimiza).
La obra 5 constaba de dos puentes en Arequipa por S/.33’390,340.50, el Siguas y el de Vítor.
Finalmente, la obra 6 fue por el puente Freyre, en Arequipa, y fue un monto de por S/.21’972,823.40. Finalmente, la obra 7 fue por el puente Tarucahi, ubicado en Tacna, por S/.7’017,654.71.
La buena pro de estos contratos fueron entregadas el 7 de noviembre de 2016, y la firma de los contratos se realizó el 7 de diciembre del mismo año. El pago total por estas siete obras fue de S/.220’528,310.30.
“PUENTES REGIONALES”
La siguiente adjudicación que ganó Obrainsa fue a través del consorcio ‘Puentes Regionales’, conformado con las empresas ICCGSA, Constructora Duran y con la compañía española Promociones y Construcciones Balzola.
Este consorcio logró ganar las cuatro obras que formaban parte del proyecto “Construcción de Puentes por reemplazo en Áncash y Junín”, proyecto que tuvo un costo total de S/.183’980,033.65.
Las cuatro obras fueron establecidas en los contratos “Nº 025-2017-MTC/20; Nº 026-2017-MTC/20; Nº 027-2017-MTC/20; Nº 028-2017-MTC/20”.
La primera fue por la construcción de ocho puentes en Áncash, por S/.34’494,710.17. Los puentes fueron Yungar y otros siete puentes menores a lo largo de la carretera Conococha, Huaraz y Caraz.
Mientras que la obra 2 fue por cuatro puentes en Áncash por S/.46’164,556.31. Los puentes son Chuquicara, Tablachaca I, Tablachaca II y Quiroz.
La tercera obra constó de 10 puentes en Junín por S/.48’644,379.71, por los puentes Chupurro, Malecón Gálvez, San Miguel, Yananguito, Vilcabamba, Pamonte, Salsipuedes I, Salsipuedes II, Salsipuedes III y puente Km. 116.
Y la cuarta obra fue por siete puentes en Junín, por un monto de S/.54’676,387.56 por la construcción de los puentes Bajo Totorani, Boca Pumpuriani, Pichanaki, Sotorani, Ipoki, puente TMC Villa Kapiri y puente San Francisco.
En total, por el primer proyecto amplio, se construyeron 28 puentes, mientras que por el segundo proyecto compuesto, se realizaron 29 puentes, lo cual da el monto final de 57 puentes entregados a Obrainsa a través de diversos consorcios.
Se debe precisar que la buena pro del proyecto fue adjudicada el 1 de febrero de 2017, mientras que la firma de los contratos se realizó el 1 de marzo del mismo año.
En San Martín
Finalmente, de acuerdo al contrato “Nº 072-2017-MTC/20”, se le entregó a Obrainsa el proyecto “Saldo de Obra: Mejoramiento de la carretera Rodríguez de Mendoza-Empalme Ruta N. PE-5N (La Calzada), Tramo: Selva Alegre- Empalme Ruta N. PE-5N (La Calzada)” en la región San Martín. El costo de esta obra fue por un monto de S/. 67’986,406.40, y el contrato fue firmado el 18 de julio de 2017.

Consejo Directivo CANLA 2019-2020

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Coordinador:

Centro Alexander von Humboldt (Nicaragua): Alejandro Alemán Treminio.

Coordinador alterno:

Resultado de imagen para miguel angel rementeria foro buen ayreForo del Buen Ayre FOROBA (Argentina): Miguel Ángel Rementeria.

Miembros titulares del Consejo de CAN-LA:

Centro de Desarrollo Regional CEDRE (Perú): Dr. Víctor Nomberto Bazán.
Resultado de imagen para iris olivera darDAR (Perú): Iris Olivera.Amigos del Viento  (Uruguay): Mario Caffera.

Climate Action Network- Latin America (CAN-LA)

CAN-LA está compuesta por organizaciones no gubernamentales de los siguientes países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Venezuela y Uruguay.
Las organizaciones que conforman CANLA son las siguientes:
1 Foro del Buen Ayre- Argentina
2 CIMA ONG Ambiental- Argentina
3 Aclimatando- Argentina
4 Fundación Biosfera- Argentina
5 Asociación Civil Eco Raíces- Argentina
6 Fundação Grupo Esquel- Brasil
7 Fundación Terram- Chile
8 Acción Ecológica- Chile
9 Haití Survie- Haití
10 Fundación de Iniciativas de Cambio Climático- Honduras
11 Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C.- CEMDA México
12 Centro Alexander von Humboldt- Nicaragua
13 Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR)- Perú
14 Instituto Andino y Amazónico de Derecho Ambiental- Perú
15 Centro de Desarrollo Regional- CEDRE Perú
16 Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático- MOCICC Perú
17 Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) Regional
18 Centro Latino Americano de Ecología Social- CLAES Uruguay
19 Amigos del Viento- Uruguay
20 Centro de Estudios Uruguayo de Tecnologías Apropiadas– CEUTA Uruguay
21 Federación de Organizaciones y Juntas Ambientalistas de Venezuela– FORJA Venezuela
22 La Ruta del Clima- Costa Rica
23 Fundación Solar- Guatemala
24 Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe- México

Renovación Institucional 2

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NUEVA PROPUESTA INSTITUCIONAL

JUNTA DIRECTIVA REGIONAL HUÁNUCO 2019-2021

1 Decano 2095 DAVID ROJAS ARANA
2 Vice Decano 2382 FREDY EMERSON BARRERA GONZALES
3 Director de Economía y Administración LUZ ESTHER RUIZ GRANDEZ
4 Director de Actividades Científicas y Culturales EDGAR AMANCIO SANTAMARIA
5 Director de Seguridad y Bienestar Social FRANKLYN ENRIQUE MEJIA CABIA
6 Director de Defensa Profesional CRISTIAN AUGUSTO TELLO SUAREZ
ASAMBLEA GENERAL NACIONAL DE DELEGADOS POR HUÁNUCO
1 ELKIN VICTOR ARÉVALO ALVARADO
2 ELMER JUNIOR GUEVARA SALDAÑA
3 CARMEN YELITZA PALACIOS PALACIOS
4 ENMA SOFIA REEVES HUAPAYA
5 JOSÉ LUIS GABRIEL CALDAS
6 ROGELIO ALVARADO DUEÑAS
7 POOL YERRY DEL ÁGUILA TARAZONA
8 LUPE MELISSA FRETEL CAHUAS
9 VERÓNICA MERCEDES COLQUI OLAZO
10 JUDITH VERÓNICA ÁVILA JORGE

JUNTA DIRECTIVA REGIONAL LAMBAYEQUE 2019-2021

1 Decano JULIO CÉSAR CASTILLO PORRAS
2 Vice Decano CARLOS ROLANDO BENITES LLONTOP
3 Directora de Economía y Administración RUTH MARÍA PORTURAS QUIJANO
4 Directora de Actividades Científicas y Culturales MARIELA LILIANA RAMOS SANTAMARIA
5 Director de Seguridad y Bienestar Social JORGE LUIS SANTA CRUZ ARRIAGA
6 Director de Defensa Profesional FRANKLIN JUNIOR VELASQUEZ LLUEN
ASAMBLEA GENERAL NACIONAL DE DELEGADOS POR LAMBAYEQUE

  1. AIDÉ TORRES GONZALES
  2. MARIA SARITA RAQUEL SANCHEZ CELIS
  3. KATTY EMPERATRIZ CAPITAN REQUEJO

UNIDAD Y RENOVACIÓN SOCIOLÓGICA

JUNTA DIRECTIVA REGIONAL CENTRO 2019-2021
1 Decano CARLOS ROLANDO SOTO ZAVALA
2 Vice Decana PILAR ANGELA MIRANDA HUAMANI
3 Directora de Economía y Administración DIANA ROSIO SUAREZ LLANCACHAGUA
4 Director de Actividades Científicas y Culturales ORLANDO MINAYA HIDALGO
5 Directora de Seguridad y Bienestar Social NATIVIDAD ESCOBAR TORRES
ASAMBLEA GENERAL NACIONAL DE DELEGADOS POR CENTRO
1 PATRICIA JANET ROSADO DE LA CRUZ
2 CARLOS IVAN ACOSTA SARAPURA
3 KARINA RUTH BARRIOS MORALES
4 SUSANA LUCAS HUAYRA
5 PELE BERROCAL FONSECA

SOCIÓLOGOS AVANZANDO

JUNTA DIRECTIVA REGIONAL AREQUIPA 2019-2021
1 Decana SELENE BELÉN TORRES GONZALES
2 Vice Decano EDGAR ASTERIO BORDA RIVERA
3 Directora de Economía y Administración ELIZABETH MARTHA PARADA DEL CARPIO
4 Director de Actividades Científicas y Culturales RANDY MIDGUART CARPIO RODRIGUEZ
5 Director de Seguridad y Bienestar Social RICHARD USCAMAITA CUTIMBO
6 Director de Defensa Profesional BELÉN ESPERANZA DONAIRES QUISPE

Side events COP24

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En el marco del evento “Perú: La ruta hacia un desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima”, organizado por el gobierno peruano en Polonia, el martes 11 de diciembre, la ministra Fabiola Muñoz Dodero expresó su satisfacción por el proceso seguido por el país para la construcción de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC), en el marco del Acuerdo de París.Por su parte, el director de Eficiencia Energética, del Ministerio de Energía y Minas, Rosendo Ramírez, sostuvo que las NDC son una oportunidad para crecer de manera sostenible, apostando por energías limpias. “Nuestro compromiso es pasar del 5% al 15% de participación de las energías renovables en la matriz energética al 2030”, acotó.A su turno, Jorge Elliot, director de Evaluación de Recursos Naturales del Ministerio de Agricultura y Riego, destacó que las NDC han permitido integrar la política del Estado con el sector ambiental y el acceso a los mercados internacionales. De igual modo, Pedro Belber, especialista del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), sostuvo que en este sector las NDC generan inversión en el aprovechamiento de los recursos naturales.Juan Coronado, presidente de la Sociedad Peruana de Energías Renovables, saludó que el Perú llegue a esta COP24 con un mensaje proactivo. “El sector privado está participando de este proceso de las NDC y el país tiene todas las condiciones para crecer en energías renovables”, dijo.En esa misma línea, Mariano Morazzo, responsable de Políticas de Energías Renovables y Cambio Climático de Enel Group, expresó que están trabajando en proyectos que promueven una energía más limpia, acorde con las metas de mitigación del país, promoviendo la colaboración público privada.
Fuente: www.minam.gob.pe

COP24

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Representantes de 197 países se reúnen en Polonia para discutir sobre lo que ocurre con el clima y para darle un nuevo aliento al Acuerdo de París, firmado en 2015.
Naciones Unidas advirtió que la meta establecida de evitar que la temperatura suba 1.5℃ por encima de los niveles previos a la revolución industrial corre peligro de no cumplirse. 

Gobierno francés suspende subida del combustible y congela precio de luz y gas tras protestas

“Ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la Nación”, dijo el primer ministro Edouard Philippe en referencia a las violentas protestas de este fin de semana.
El alza del impuesto a los combustibles, que debía entrar en vigor el 1 de enero, fue el detonante de las protestas de los llamados “chalecos amarillos”, un movimiento atípico, que nació en las redes sociales, sin líder ni estructura.
El movimiento ha ampliado sus reivindicaciones y reclama ahora una mejora del poder adquisitivo, una reducción general de los impuestos, un incremento de las pensiones, entre otros.Nueva jornada de violencia en París: el "chilenismo" contra Macron que acaparó la atención del mundoEl alza del impuesto a los combustibles no se aplicará “antes de ser discutida por todas las partes implicadas”, precisó Philippe, quien anunció una concertación a nivel nacional entre el 15 de diciembre y el 1 de marzo.
La concertación movilizará a organizaciones sindicales y patronales, oenegés, autoridades locales y diputados, precisó Philippe durante un discurso retransmitido por televisión.
“Hay que estar sordos” para “no escuchar la cólera” de los franceses, agregó el primer ministro francés.
Fuente: AFP y BBC Mundo.

Puerto Esperanza

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Por Francesca García Delgado-Diario El Comercio.
Las calles de Puerto Esperanza están salpicadas con mensajes que piden libertad frente a lo que llaman una cárcel involuntaria. “Queremos nuestra carretera para salir de este aislamiento y de la pobreza”, se lee en uno de esos carteles. La capital de la provincia de Purús es el distrito fronterizo más alejado de Ucayali y una de las zonas menos conectadas de la Amazonía. Lo único que los une con Pucallpa son los cada vez más espaciados vuelos de acción cívica (de la Fuerza Aérea) o los subsidiados por el Estado. El río que da nombre a la provincia, que es su único medio fluvial, nace en el Perú y los conduce hacia su desembocadura en Brasil.
Jesucristo es el camino y la carretera en Puerto Esperanza. (Foto: Francesca García/El Comercio).
La idea de la prisión es repetida con otros términos por el alcalde Domingo Ríos Lozano: “Es injusto que nos dejen en este encierro, ¿vale más la vida de un no contactado que la de un nativo kulina o cashinahua?”. Es, precisamente, esa aparente superposición de derechos la que puede resumir la problemática de los purusinos: por un lado, el anhelo de un grupo de ellos de una carretera que los integre por tierra con el resto del país y abra camino entre 277 kilómetros de selva hasta Iñapari (Madre de Dios); y por otro, el rechazo de quienes no están dispuestos a que una vía exponga a la depredación al Parque Nacional Alto Purús, el más grande del Perú y uno de los bosques más biodiversos del mundo, donde además viven indígenas en aislamiento o contacto inicial.
El alcalde no está solo en su propósito. En el 2013, su hermano Carlín Ríos Lozano, junto a dirigentes y lugareños ingresaron en la selva y –a punta de machete– alargaron a 22 kilómetros una trocha con destino a Iñapari. Fueron detectados y detenidos al penetrar en la zona de protección del parque nacional. La fiscalía presentó cargos contra ellos por delitos ambientales.
En uno de los murales de Puerto Esperanza, el suceso fue pintado en honor a quienes llaman “héroes caminantes”. Sin embargo, para los representantes de la Federación de Comunidades Nativas de la Provincia de Purús (Feconapu) y otras organizaciones ambientalistas como ProPurús, la motivación real radicaría en abrir camino a taladores ilegales hacia las reservas de caoba y cedro que atesora el parque nacional. Ellos temen además que otros delitos aparezcan ante la debilidad del Estado.
Así luce uno de los muros de la Institución Educativa Agropecuario Piloto Esperanza. (Foto: Francesca García/El Comercio).
“Proponemos tener recursos propios, pero con respeto a la naturaleza”, dice Emilio Montes, jefe de Feconapu.
El párroco italiano nacionalizado peruano Miguel Piovesán también es uno de los mayores promotores de la carretera, sobre todo desde su púlpito. En la visita del papa Francisco a Puerto Maldonado, el sacerdote llegó a acercarse al ex presidente Pedro Pablo Kuczynski y le reiteró que Purús vive en una prisión.
El párroco Miguel Piovesán aprovechó la reunión con el papa Francisco y las comunidades nativas en Madre de Dios para acercarse al ex presidente Kuczynski y recordarle la situación de Puerto Esperanza (Foto: Cortesía).
—Vivir en el olvido—
Puerto Esperanza existe desde junio de 1943, antes de la creación de la provincia de Purús en 1982. Purús tiene una extensión de 17.848 km2 y una población estimada de 5.000 personas. De ellos, solo 1.200 viven en la zona urbana, el resto está repartido en 47 comunidades nativas, habitadas principalmente por las etnias cashinahua, sharanahua, kulina, mastanahua y yine.
La economía en Puerto Esperanza se mantiene a flote por la presencia de funcionarios de gobierno destinados aquí por ser zona de frontera. Se vive con lo básico: un pequeño centro de salud, una oficina de Migraciones, una sede del Banco de la Nación, dos escuelas, una estación de policía, un juzgado de paz, la subregión y una base militar.
Su lejanía los condena a pagar precios exorbitantes por productos como el combustible que llega por vía aérea desde Pucallpa. El flete cuesta S/7 por kilo. Un balón de gas vale S/135, el filete de atún S/7, una bolsa de fideos S/10, la docena de huevos S/6, el kilo de ajo S/16, el kilo de cebolla S/9 y una botella de medio litro de agua S/3,50.
Solo hay dos horas de electricidad al día gracias a un grupo electrógeno, no hay conexión a Internet y con suerte se ven canales de cable. No hay agua potable ni saneamiento básico. Las cifras de salud son un reflejo de esto: la parasitosis alcanza el 70%, la anemia 55% en la provincia y la desnutrición aguda somete al 45% de la población.
—Salida multimodal—
Tras dos propuestas fallidas del congresista Carlos Tubino para conectar Purús por vía terrestre, en junio del 2017 el Congreso aprobó una ley que declara de interés nacional el desarrollo de la provincia a través de la conexión multimodal.
El Comercio viajó por doce días por la ruta multimodal que conecta Iñapari y Puerto Esperanza a través de las carreteras por el estado de Acre en Brasil y por río desde Santa Rosa do Purús al Perú. (Infografía El Comercio)El Comercio acompañó por 12 días a un equipo de especialistas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y la organización Upper Amazon Conservancy (UAC) a lo largo de más de 900 kilómetros entre Iñapari y Puerto Esperanza, a través de las carreteras existentes en el estado de Acre (Brasil) y por río en el último tramo desde Santa Rosa do Purús hasta Puerto Esperanza, para conocer la viabilidad de la ruta.
A lo largo del recorrido fueron entrevistadas más de 20 personas entre autoridades locales, representantes de las cámaras de comercio en Puerto Maldonado y el estado de Acre, comerciantes, transportistas, representantes indígenas, agentes policiales en Perú y Brasil y especialistas en conservación. Esto para identificar las facilidades y debilidades que ofrece la conexión multimodal entre ambos países.
Fred Inti Bocángel, director de Comercio Exterior y Turismo de la Cámara de Comercio de Madre de Dios, acepta que hay problemas fronterizos por resolver, sobre todo, en el control efectivo de los productos. Dice que si bien el Perú ha incrementado su exportación a Brasil de productos como cebolla, ajo, uvas y arándanos, el porcentaje de exportación que sale por la Carretera Interocéanica es mínimo y representan solo el 1% del total del país.
A 228 kilómetros al norte de Puerto Maldonado, en el distrito fronterizo de Iñapari (capital de la provincia de Tahuamanu) no existe una estructura adecuada para las autoridades obligadas por ley a tener presencia en pasos de frontera como el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), Migraciones, Sunat y la Policía Nacional. A solo 10 minutos en auto, el municipio de Assis Brasil contrasta con la informalidad y el limitado dinamismo comercial de Iñapari.
El panorama a través de los 346 kilómetros de ruta entre Iñapari y Río Branco, capital del estado de Acre, es distinto al del lado peruano. Los campos están plagados de ganado y hay un constante flujo de comercio de castaña, caucho y açaí, proveniente de su reserva extractiva Chico Mendes.
Ruben Darío Suárez Ortiz, asesor de relaciones internacionales del gobernador de Acre, considera que falta más interés por parte de Perú y Brasil para la fiscalización de sus fronteras para agilizar el comercio de productos. Suárez quien integra el Comité Binacional de Comercio Exterior (incluso desde antes de la inauguración en el Perú de la vía Interoceánica) sostiene que pese a que en estos 10 años se ha avanzado, ello no ha sido suficiente ni ha colmado las proyecciones que se hicieron de la Interoceánica en su momento.
“Además muchos empresarios peruanos declinaron de invertir en sedes en Acre debido a que la legislación brasileña reconoce más beneficios a los trabajadores y debido a los altos impuestos estatales y federales”, relata Ruben Darío.
El diagnóstico general es que, pese a la voluntad y a los tratados vigentes de libre comercio entre el Perú y Brasil, hay obstáculos que impiden la implementación de un mejor flujo comercial entre Iñapari, Río Branco y Puerto Esperanza. En Brasil, por ejemplo, demandan mayor seguridad en las localidades fronterizas para evitar el contrabando como ocurre entre Santa Rosa do Purús y Puerto Esperanza.
Pese a esto, la historia del comerciante brasileño Valdemar Rodríguez Moura, de 56 años, es un ejemplo de que la conexión multimodal puede resultar rentable. Rodríguez recuerda que en el año 1992, él inició el traslado por río del material para la construcción de la pista de aterrizaje de Puerto Esperanza desde Manoel Urbano. Un trabajo que le tomó cuatro años pero sirvió para estrechar aun más los lazos con el Perú. Actualmente, Rodríguez comercia productos entre Iñapari y Santa Rosa do Purús y a través de ella abastece a Puerto Esperanza.
Un caso como el suyo podría llamar la atención de quienes plantean soluciones para el aislamiento de Puerto Esperanza.

Sínodo Amazonía

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AMAZONÍA: NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL
Documento preparatorio
Preámbulo
De acuerdo con el anuncio del Papa Francisco, del día 15 de octubre de 2017, la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para reflexionar sobre el tema: Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral, se llevará a cabo en octubre de 2019. Esos caminos de evangelización deben ser pensados para y con el Pueblo de Dios que habita en esa región: habitantes de comunidades y zonas rurales, de ciudades y grandes metrópolis, poblaciones que habitan en las riberas de los ríos, migrantes y desplazados, y especialmente para y con los pueblos indígenas. [1]
En la selva amazónica, de vital importancia para el planeta, se desencadenó una profunda crisis por causa de una prolongada intervención humana donde predomina una «cultura del descarte» (LS 16) y una mentalidad extractivista. La Amazonía es una región con una rica biodiversidad, es multi-étnica, pluri-cultural y pluri-religiosa, un espejo de toda la humanidad que, en defensa de la vida, exige cambios estructurales y personales de todos los seres humanos, de los estados, y de la Iglesia.
Las reflexiones del Sínodo Especial superan el ámbito estrictamente eclesial amazónico, porque se enfocan a la Iglesia universal y también al futuro de todo el planeta. Partimos de un territorio específico, desde donde se quiere hacer un puente hacia otros biomas esenciales de nuestro mundo: cuenca del Congo, corredor biológico Mesoamericano, bosques tropicales de Asia Pacífico, acuífero Guaraní, entre otros.
Escuchar a los pueblos indígenas y a todas las comunidades que viven en la Amazonía, como los primeros interlocutores de este Sínodo, es de vital importancia también para la Iglesia universal. Para ello necesitamos una mayor cercanía. Queremos saber ¿Cómo imaginan su “futuro sereno” y el “buen vivir” de las futuras generaciones? ¿Cómo podemos colaborar en la construcción de un mundo que debe romper con las estructuras que quitan vida y con las mentalidades de colonización para construir redes de solidaridad e interculturalidad? y, sobre todo, ¿Cuál es la misión particular de la Iglesia hoy ante esta realidad?
Este Documento Preparatorio está dividido en tres partes correspondientes al método “ver, juzgar (discernir) y actuar”. Al final del texto se presentan preguntas que permitan un diálogo y una progresiva aproximación a la realidad y expectativa regional de una «cultura del encuentro» (EG 220). Los nuevos caminos para la evangelización y el plasmar una Iglesia con rostro amazónico pasan por las veredas de esa «cultura del encuentro» en la vida cotidiana, «en una armonía pluriforme» (EG 220) y «feliz sobriedad» (LS 224-225), como contribuciones para la construcción del Reino.
I. VER. IDENTIDAD Y CLAMORES DE LA PANAMAZONÍA  [2]
1. El territorio
La cuenca amazónica supone para nuestro planeta una de las mayores reservas de biodiversidad (30 a 50% de la flora y fauna del mundo), de agua dulce (20% de agua dulce no congelada de todo el planeta), posee más de un tercio de los bosques primarios del planeta y, aunque los océanos son los mayores captadores de carbono, no por ello la labor de captura de carbono de la Amazonía deja de ser significativa. Son más de siete millones y medio de kilómetros cuadrados, con nueve países que comparten este gran bioma (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela, incluyendo la Guyana Francesa como territorio ultramar).
La denominada “Isla de la Guayana” delimitada por los ríos Orinoco y Negro, el Amazonas y las costas Atlánticas de América del Sur entre las desembocaduras del Orinoco y el Amazonas, forma también parte de este territorio. Otros espacios forman parte del territorio porque se encuentran bajo la influencia del régimen climático y geográfico dada su cercanía a la Amazonía.
Sin embargo, estos datos no suponen una región homogénea. Constatamos cómo la Amazonía tiene muchos tipos de “Amazonías” al interior de ella. En este contexto, es el agua, a través de sus quebradas, ríos y lagos, la que se convierte en el elemento articulador e integrador, teniendo como eje principal al Amazonas, el río madre y padre de todos. En un territorio amazónico tan diverso es de suponer que los diferentes grupos humanos que lo habitan han debido adaptarse a las distintas realidades geográficas, ecosistémicas y políticas.
El trabajo de la Iglesia Católica en la Amazonía, durante muchos siglos, se ha orientado a dar respuesta a dichos variados contextos humanos y ambientales.
2. Diversidad socio-cultural
Dadas las proporciones geográficas, la Amazonía es una región donde viven y conviven pueblos y culturas diversas, y con modos de vida distintos.
La ocupación demográfica de la Amazonía antecede al proceso colonizador en muchos, tal vez miles de años. Hasta la colonización, el predominio demográfico en la Amazonía se concentraba en los márgenes de los grandes ríos y lagos por una cuestión de supervivencia que incluía las actividades de caza, pesca, y el cultivo en las tierras inundables. Con la colonización, y con la práctica extendida de la esclavitud indígena, muchos pueblos abandonaron estos sitios, y se refugiaron en el interior de la selva. Además, durante la primera fase de la colonización, se produjo un proceso de sustitución poblacional, con una fuerte concentración demográfica en los márgenes de los ríos y lagos.
Más allá de las circunstancias históricas, los pueblos de las aguas, en este caso de la Amazonía, siempre han tenido en común la relación de interdependencia con los recursos hídricos. Por eso, los campesinos y sus familias de la Amazonía utilizan los recursos de las tierras inundables, teniendo como telón de fondo el movimiento cíclico de sus ríos –inundación, reflujo y periodo de seca– en una relación de respeto por saber que “la vida dirige al río”, y el “río dirige a la vida”. Además los pueblos de la selva, recolectores y cazadores por excelencia, sobreviven con lo que la tierra y el bosque les ofrecen. Estos pueblos vigilan los ríos y cuidan la tierra, de la misma manera que la tierra cuida de ellos. Son los custodios de la selva y de sus recursos.
Sin embargo, la riqueza de la selva y de los ríos de la Amazonía está amenazada hoy por los grandes intereses económicos que se asientan en diversos puntos del territorio. Tales intereses provocan, entre otras cosas, la intensificación de la tala indiscriminada en la selva, la contaminación de ríos, lagos y afluentes (por el uso indiscriminado de agro-tóxicos, derrames petroleros, minería legal e ilegal, y los derivados de la producción de drogas). A ello se suma el narcotráfico, que junto con lo anterior pone en riesgo la supervivencia de los pueblos que dependen de recursos animales y vegetales en estos territorios.
Por otro lado, las ciudades de la Amazonía han crecido muy rápidamente, y han integrado a muchos migrantes desplazados de sus tierras de manera forzada, empujados hacia las periferias de los grandes centros urbanos que avanzan hacia dentro de la selva. En su mayoría son pueblos indígenas, ribereños, y afrodescendientes expulsados por la minería ilegal y legal, la industria de extracción petrolera, acorralados por la expansión de la extracción de madera, y siendo los más golpeados por los conflictos agrarios y socio-ambientales. Las ciudades también se caracterizan por las desigualdades sociales. La pobreza que ha sido producida a lo largo de la historia generó relaciones de subordinación, de violencia política e institucional, incremento en el consumo de alcohol y drogas -tanto en las ciudades como en las comunidades– y representa una herida profunda en los cuerpos de los diversos pueblos Amazónicos.
Los movimientos migratorios más recientes correspondientes a la región amazónica están caracterizados, sobre todo, por la movilización de indígenas de sus territorios originarios a las ciudades. Actualmente entre 70% y 80% de la población de la Panamazonía reside en las ciudades. Muchos de esos indígenas son indocumentados o irregulares, refugiados, ribereños, o pertenecen a otras categorías de personas vulnerables. En consecuencia, crece en toda la Amazonía una actitud de xenofobia y de criminalización de los migrantes y desplazados. Esto, asimismo, da lugar a la explotación de las poblaciones de la Amazonía, víctimas del cambio de valores de la economía mundial, para la cual el valor lucrativo es mayor que la dignidad humana. Ejemplo de ello es el crecimiento dramático del tráfico de personas, especialmente el de mujeres, para fines de explotación sexual y comercial. Ellas pierden así su protagonismo en los procesos de transformación social, económica, cultural, ecológica, religiosa y política de sus comunidades.
En suma, el crecimiento desmedido de las actividades agropecuarias, extractivas, y madereras de la Amazonía, no sólo ha dañado la riqueza ecológica de la región, de su selva y de sus aguas, sino que además ha empobrecido su riqueza social y cultural. Ha forzado un desarrollo urbano no “integral” ni “inclusivo” de la cuenca amazónica. Como respuesta a esta situación, se nota un crecimiento de las capacidades de organización y un avance de la sociedad civil, con atención particular a las problemáticas ambientales. En el campo de las relaciones sociales, a pesar de los límites, la Iglesia Católica ha desarrollado en general un trabajo significativo, fortaleciendo sus propios caminos a partir de su presencia encarnada y de su creatividad pastoral y social.
3. Identidad de los pueblos indígenas
En los nueve países que componen la Panamazonía se registra una presencia de alrededor de tres millones de indígenas, representando alrededor de 390 pueblos y nacionalidades distintos. Asimismo, en el territorio existen, según datos de instituciones especializadas de la Iglesia (eg. Consejo Indigenista Misionero de Brasil) y otras, entre 110 y 130 distintos Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV) o “pueblos libres”. Además, en los últimos tiempos, aparece una nueva categoría constituida por los indígenas que viven en el tejido urbano, algunos reconocibles como tales y otros que desaparecen en ese contexto y por ello son llamados “invisibles”. Cada uno de estos pueblos representa una identidad cultural particular, una riqueza histórica específica, y un modo particular de ver el mundo y el entorno, y de relacionarse con éste desde una propia cosmovisión y territorialidad específicas.
Más allá de las amenazas que emergen desde dentro de sus propias culturas, los pueblos indígenas han vivido desde los primeros contactos con los colonizadores fuertes amenazas externas (cf. LS 143, DAp 90). Contra estas amenazas, los pueblos indígenas y comunidades amazónicas se organizan, luchan por la defensa de sus vidas y culturas, territorios y derechos, y de la vida del universo y de la creación entera. Los más vulnerables, sin embargo, son los PIAV, quienes no poseen instrumentos de diálogo y negociación con los actores externos que invaden sus territorios.
Algunos “no indígenas” tienen dificultad de comprender la alteridad indígena y, muchas veces, no respetan la diferencia del otro. Dice el documento de Aparecida sobre el respeto de los indígenas y afro-americanos: «La sociedad tiende a menospreciarlos, desconociendo su diferencia. Su situación social está marcada por la exclusión y la pobreza» (DAp 89). Sin embargo, como remarcó el Papa Francisco en Puerto Maldonado: «Su cosmovisión, su sabiduría, tienen mucho para enseñarnos a quienes no pertenecemos a su cultura. Todos los esfuerzos que hagamos para mejorar la vida de los pueblos amazónicos serán siempre pocos» (Fr.PM).
En los últimos años, los pueblos indígenas han comenzado a escribir su propia historia y a describir de manera más formal sus propias culturas, costumbres, tradiciones y saberes. Han escrito sobre las enseñanzas recibidas de parte de sus mayores, padres y abuelos, que son memorias personales y colectivas. Hoy, el ser indígena no se deriva solamente de la pertenencia étnica. También se refiere a la capacidad de mantener esa identidad sin aislarse de las sociedades que les rodean, y con las cuales interactúan.
Ante este proceso de integración, surgen organizaciones indígenas que buscan el fortalecimiento de la historia de sus pueblos, para orientar la lucha por la autonomía y autodeterminación: «es justo reconocer que existen iniciativas esperanzadoras que surgen de sus propias bases y organizaciones, y propician que sean los propios pueblos originarios y sus comunidades los guardianes de los bosques y que los recursos que genera la conservación de los mismos revierta en beneficios de sus familias, en la mejora de sus condiciones de vida, en la salud, y educación de sus comunidades» (Fr. PM). Sin embargo, ninguna iniciativa puede ignorar que la relación de pertenencia y participación que establece el habitante amazónico con la creación forma parte de su identidad y contrasta con una visión mercantilista de los bienes de la creación (cf. LS 38).
En muchos de estos contextos la Iglesia Católica está presente a través de misioneros y misioneras comprometidos con las causas de los pueblos indígenas y Amazónicos.
4. Memoria histórica eclesial
El inicio de la memoria histórica de la presencia de la Iglesia en la Amazonía se sitúa en el escenario de la ocupación colonial de España y Portugal. La incorporación del inmenso territorio amazónico en la sociedad colonial y su posterior apropiación por parte de los Estados nacionales, es un largo proceso de más de cuatro siglos. Hasta el inicio del siglo XX, las voces en defensa de los pueblos indígenas eran frágiles –aunque no ausentes– (cf. Pio X, Carta Encíclica Lacrimabili Statu, 7.6.1912). Con el Concilio Vaticano II, dichas voces se fortalecen. Para alentar “el proceso de cambio con los valores evangélicos”, la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, realizada en Medellín (1968), en su Mensaje a los Pueblos de América Latina, recordó que «a pesar de sus limitaciones», la Iglesia «ha vivido con nuestros pueblos el proceso de colonización, liberación y organización». Y la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, realizada en Puebla (1979), nos recordó que la ocupación y colonización del territorio de Amerindia fue «un enorme proceso de dominaciones», lleno de «contradicciones y laceraciones» (DP 6). Y más tarde, la IV Conferencia de Santo Domingo (1992) nos advertía sobre «uno de los episodios más tristes de la historia latinoamericana y caribeña», que «fue el traslado forzado, como esclavos, de un enorme número de africanos». San Juan Pablo II llamó a este desplazamiento un «holocausto desconocido» en el que «han tomado parte personas bautizadas que non han vivido su fe» (DSD 20; cf. Juan Pablo II, Discurso a la comunidad católica de la Isla de Gorea, Senegal, 22.02.1992, n. 3; Mensaje a los Afroamericanos, Santo Domingo, 12.10.1992, n. 2). Por esa «ofensa escandalosa para la historia de la humanidad» (DSD 20), el Papa y los delegados en Santo Domingo pidieron perdón.
Hoy, lamentablemente, existen todavía resquicios del proyecto colonizador que creó representaciones de inferiorización y demonización de las culturas indígenas. Tales resquicios debilitan las estructuras sociales indígenas y permiten el despojo de sus saberes intelectuales y de sus medios de expresión. Lo que nos asusta es que hasta hoy, 500 años después de la conquista, más o menos 400 años de misión y evangelización organizada, y 200 años después de la independencia de los países que configuran la Panamazonía, procesos semejantes se siguen extendiendo sobre el territorio y sus habitantes, víctimas hoy de un neocolonialismo feroz, “enmascarado de progreso”. Probablemente, tal como lo afirmó el Papa Francisco en Puerto Maldonado, los pueblos originarios Amazónicos nunca han estado tan amenazados como lo están ahora. Hoy, debido a la ofensa escandalosa de los «nuevos colonialismos», «la Amazonía es una tierra disputada desde varios frentes» (Fr. PM).
En su historia misionera, la Amazonía ha sido lugar de testimonio concreto de estar en la cruz, incluso muchas veces lugar de martirio. La Iglesia también ha aprendido que en este territorio, habitado hace aproximadamente diez mil años por una gran diversidad de pueblos, sus culturas se construyen en armonía con el medio ambiente. Las culturas precolombinas ofrecieron al cristianismo ibérico que acompañaba a los conquistadores, múltiples puentes y conexiones posibles «como la apertura a la acción de Dios, en el sentido de gratitud por los frutos de la tierra, el carácter sagrado de la vida humana y la valorización de la familia, el sentido de la solidaridad y corresponsabilidad en el trabajo común, la importancia del culto, y la creencia de una vida más allá de la terrenal, y tantos otros valores» (DSD 17).
5. Justicia y derechos de los pueblos
El Papa Francisco, en su visita a Puerto Maldonado, llamó a cambiar el paradigma histórico en que los Estados ven la Amazonía como despensa de los recursos naturales, por encima de la vida de los pueblos originarios y sin importar la destrucción de la naturaleza. La relación armoniosa entre el Dios Creador, los seres humanos y la naturaleza está quebrada debido a los efectos nocivos del neo-extractivismo y por la presión de los grandes intereses económicos que explotan el petróleo, el gas, la madera, el oro, y por la construcción de obras de infraestructura (por ejemplo: megaproyectos hidroeléctricos, ejes viales, como carreteras interoceánicas) y por los monocultivos industriales (cf. Fr.PM).
La cultura dominante del consumo y del descarte convierte al planeta en un gran basural. El Papa denuncia este modelo de desarrollo como anónimo, asfixiante, sin madre; sólo obsesionado por el consumo y los ídolos del dinero y del poder. Se imponen nuevos colonialismos ideológicos disfrazados por el mito del progreso que destruyen las identidades culturales propias. Francisco apela por la defensa de las culturas y por la reapropiación de la herencia que viene con la sabiduría ancestral, la cual propone una manera de relación armoniosa entre la naturaleza y el Creador, y expresa con claridad que «la defensa de la tierra no tiene otra finalidad que no sea la defensa de la vida» (Fr. PM). Esta debe considerarse tierra santa: «¡Esta no es una tierra huérfana! ¡Tiene Madre!» (Fr. EP).
Por otra parte, la amenaza contra los territorios amazónicos «también viene por la perversión de ciertas políticas que promueven “la conservación” de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano y, en concreto [a los] hermanos [y hermanas] amazónicos que habitan en ellas» (Fr. PM). La orientación del Papa Francisco es clara: «Creo que el problema principal está en cómo conciliar el derecho al desarrollo incluyendo también el derecho de tipo social y cultural, con la protección de las características propias de los indígenas y de sus territorios. […] En este sentido, siempre debe prevalecer el derecho al consentimiento previo e informado» (Fr. FPI).
Paralelamente, las poblaciones indígenas, campesinas y otros sectores populares en la Amazonia y a nivel nacional en cada país, han venido construyendo procesos políticos organizativos en torno de agendas fundadas en una perspectiva basada en sus derechos humanos. La situación del derecho al territorio de los pueblos indígenas en la Panamazonía gira en torno a una problemática constante sobre la falta de regularización de tierras y del reconocimiento de su propiedad ancestral y colectiva. Así también, el territorio ha sido despojado de una interpretación integral relacionada al aspecto cultural y cosmovisión de cada pueblo o comunidad indígena.
Proteger a los pueblos indígenas y sus territorios es una exigencia ética fundamental y un compromiso básico con los derechos humanos; y para la Iglesia se torna en un imperativo moral coherente con el enfoque de ecología integral de Laudato si’ (cf. LS, cap. IV).
6. Espiritualidad y sabiduría
Para los pueblos indígenas de la Amazonía, el “buen vivir” existe cuando están en comunión con las otras personas, con el mundo, con los seres de su entorno, y con el Creador. Los pueblos indígenas, en efecto, viven dentro de la casa que Dios mismo creó y les dio como regalo: la Tierra. Sus diversas espiritualidades y creencias, los motivan a vivir una comunión con la tierra, el agua, los árboles, los animales, con el día y la noche. Los ancianos sabios, llamados indistintamente payés, mestres, wayanga o chamanes –entre otros– promueven la armonía de las personas entre sí y con el cosmos. Todos ellos «son memoria viva de la misión que Dios nos ha encomendado a todos: cuidar la Casa Común» (Fr. PM).
Los indígenas Amazónicos cristianos entienden la propuesta del “buen vivir” como vida plena en el horizonte de la co-creación del Reino de Dios. Dicho buen vivir sólo será alcanzado cuando se haga verdad el proyecto comunitario en defensa de la vida, del mundo, y de todos los seres vivos.
«Estamos llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que él soñó al crearlo, y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud» (LS 53). Este sueño comienza a ser construido dentro de la familia que es la primera comunidad de nuestra existencia: «La familia es y ha sido siempre, la institución social que más ha contribuido a mantener vivas nuestras culturas. En momentos de crisis pasadas, ante a los diferentes imperialismos, la familia de los pueblos originarios ha sido la mejor defensa de la vida» (Fr. PM).
Sin embargo, es necesario reconocer que en la región amazónica hay una gran diversidad cultural y religiosa. Si bien en su mayoría promueven el “buen vivir” como un proyecto de armonía entre Dios, los pueblos y la naturaleza, hay también algunas sectas que, motivadas por intereses ajenos al territorio, no siempre favorecen una ecología integral.
II. DISCERNIR. HACIA UNA CONVERSIÓN PASTORAL Y ECOLÓGICA
7. Anunciar el Evangelio de Jesús en la Amazonía: dimensión bíblico–teológica
La realidad específica de la Amazonía y su destino, hoy interpelan a cada persona de buena voluntad sobre la identidad del cosmos, sobre su armonía vital y sobre su futuro. Los Obispos de América Latina reconocen la naturaleza como herencia gratuita y como profetas de la vida asumen su compromiso para proteger esta Casa Común (cf. DAp 471).
Los relatos bíblicos contienen algunas instancias teológicas portadoras de valores universales. Sobre todo, cada realidad creada existe para la vida y todo aquello que conlleva la muerte se opone a la voluntad divina. En segundo lugar, Dios establece una relación de comunión con el ser humano «creado a su imagen y semejanza» (Gen 1,26), a quien confía la custodia de la creación (cf. Gen 1,28; 2,15). «Dar gracias por el don de la creación, reflejo de la sabiduría y belleza del Creador que encomendó al ser humano su obra creadora para que la cultivara y la guardara» (DAp 470). Finalmente, a la armonía de la relación entre Dios, el ser humano y el cosmos, se contraponen la desarmonía de la desobediencia y del pecado (cf. Gen 3,1-7), que determina el miedo (cf. Gen 3,8-10), el rechazo del otro (cf. Gen 3,12), la maldición del suelo (cf. Gen 3,17), la exclusión del jardín (cf. Gen 3,23-24) hasta llegar a la experiencia del fratricidio (cf. Gen 4,1-16).
Al mismo tiempo, los relatos bíblicos testimonian que en la creación herida está plantado el germen de la promesa y la semilla de la esperanza, porque Dios no abandona la obra de sus manos. En la historia de la salvación Él renueva el propósito de “hacer una alianza” entre el ser humano y la tierra, rehabilitando mediante el don de la Torah la belleza de la creación. Todo esto culmina en la persona y en la misión de Jesús. Mientras muestra compasión por la humanidad y su fragilidad (cf. Mt 9,35-36), Él confirma la bondad de todas las cosas creadas (cf. Mc 7,14-15). Los prodigios realizados sobre los enfermos y sobre la naturaleza revelan contemporáneamente la providencia del Padre y la bondad de la creación (cf. Mt 6,9-15.25-34).
El mundo creado nos invita a alabar la belleza y armonía de las creaturas y del Creador (cf. LS 12). Como lo señala el Catecismo de la Iglesia Católica, «toda criatura posee su bondad y su perfección propias», y en su ser propio reflejan «un rayo de la sabiduría y de la bondad infinitas de Dios», de su amor (CCC 339). «El suelo, el agua […] todo es caricia de Dios» (LS 84), canto divino, cuyas letras están conformadas por «la multitud de las criaturas presentes en el universo», como lo señaló San Juan Pablo II (Catequesis, 30/1/2002). Cuando cualquiera de esas creaturas es extinguida por causas humanas, ya no puede cantar más la alabanza al Creador (cf. LS 33).
La providencia del Padre y la bondad de la creación alcanzan su punto culminante en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios, que se acerca y abraza todos los contextos humanos, pero sobre todo el de los más pobres. El Concilio Vaticano II menciona ésta cercanía contextual con términos como adaptación y diálogo (cf. GS 4, 11; CD 11; UR 4; SC 37ss), y encarnación y solidaridad (cf. GS 32). Más tarde, sobre todo en América Latina, esas palabras fueron traducidas como opción por los pobresliberación (Medellín 1968), participación y comunidades de base (Puebla 1979), inserción e inculturación (cf. Santo Domingo 1992), misión y servicio de una Iglesia samaritana y abogada de los pobres (cf. DAp 2007).
Con la muerte y resurrección de Jesús se ilumina el destino de la creación entera, impregnado de la potencia del Espíritu Santo, ya evocada en la tradición sapiencial (cf. Sab 1,7). La Pascua lleva a cumplimiento el proyecto de una “creación nueva” (cf. Ef2,15; 4,24), revelando que Cristo es la Palabra creadora de Dios (cf. Jn 1,1-18) y que «todas las cosas han sido creadas por medio de él y para él» (Co 1,16). «Para la comprensión cristiana de la realidad, el destino de toda la creación pasa por el misterio de Cristo, que está presente desde el origen de todas las cosas» (LS 99).
La tensión entre el “ya” y el “todavía no” involucra la familia humana y el mundo entero: «Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios. La creación, en efecto, fue sometida a la caducidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la esclavitud de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto» (Rm 8,19-22). En el misterio pascual de Cristo, la creación entera se extiende hacia un cumplimiento final, cuando «las criaturas de este mundo ya no se nos presentan como una realidad meramente natural, porque el Resucitado las envuelve misteriosamente y las orienta a un destino de plenitud. Las mismas flores del campo y las aves que él contempló admirado con sus ojos humanos, ahora están llenas de su presencia luminosa» (LS 100).
8. Anunciar el Evangelio de Jesús en la Amazonía: dimensión social
La misión evangelizadora tiene siempre un «contenido ineludiblemente social» (EG 177). Creer en un Dios Trino nos invita a tener siempre presente «que fuimos hechos a imagen de esa comunión divina, por lo cual no podemos realizarnos ni salvarnos solos» (EG 178). En efecto, «desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana» (EG 178), entre la aceptación y la transmisión del amor divino. Así, si aceptamos el amor de Dios Padre Creador que nos confirió una dignidad infinita, el amor del Dios Hijo que nos ennobleció con su redención, y el amor del Espíritu Santo que penetra y libera todos los vínculos humanos, no podemos sino comunicar tal amor trinitario respetando y promoviendo la dignidad, nobleza y libertad de cada ser humano en cada acción evangelizadora (cf. EG 178). En otras palabras, la tarea evangelizadora de recibir y trasmitir el amor de Dios comienza con el deseo, búsqueda y cuidado de los demás (cf. EG178).
Por lo tanto, evangelizar implica comprometerse con nuestros hermanos y hermanas, mejorar la vida comunitaria, y así «hacer presente en el mundo el Reino de Dios» (EG 176), promoviendo por y para todo el mundo (cf. Mc 16, 15) no «una caridad a la carta» (EG 180), sino un verdadero desarrollo humano integral, es decir, para todas las personas y para toda la persona (cf. PP14 y EG 181). Esto es lo que se conoce como el «criterio de universalidad» de la tarea evangelizadora, «ya que el Padre desea que todos los hombres se salven, y su plan de salvación consiste en “recapitular todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo” (Ef 1,10) […] Toda la creación quiere decir también todos los aspectos de la vida humana» (EG181), todas sus relaciones.
Ya en las historias bíblicas de la creación emerge que la existencia humana se caracteriza por «tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra […] las tres relaciones vitales se han roto, no sólo externamente, sino también dentro de nosotros. Esta ruptura es el pecado» (LS 66). La redención de Cristo, que ha vencido el pecado, ofrece la posibilidad de armonizar tales relaciones. La «misión del anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo», por lo tanto, promueve esperanza no sólo en el fin de la historia, sino en el curso mismo de la historia de los pueblos, en una historia de valorización y recomposición de todas la relaciones de nuestra existencia (cf. EG 181). De allí que la tarea evangelizadora nos invite a trabajar en contra de las desigualdades sociales y la falta de solidaridad mediante la promoción de la caridad y la justicia, de la compasión y del cuidado, entre nosotros sí, pero también con los otros seres, animales y plantas, y con toda la creación. La Iglesia está llamada a acompañar y a compartir el dolor del pueblo amazónico, y a colaborar con la sanación de sus heridas, poniendo en práctica su identidad de Iglesia samaritana, según la expresión de los Obispos Latinoamericanos (cf. DAp26).
Esta dimensión social –y hasta cósmica– de la misión evangelizadora, es particularmente relevante en el territorio amazónico, en donde la interconexión entre vida humana, ecosistemas, y vida espiritual, fue y sigue siendo clara para la gran mayoría de sus habitantes. La destrucción es «una estela de dilapidación e incluso de muerte, por toda la región […] pone en peligro la vida de millones de personas, y en especial el hábitat de los campesinos e indígenas» (DAp 473). No cuidar la Casa Común «es una ofensa al Creador, un atentado contra la biodiversidad, y en definitiva, contra la vida» (DAp 125).
Por ello, como bien nos recorda el Papa Francisco, la tarea evangelizadora no puede «mutilar la integralidad del mensaje del Evangelio» (EG 39). Su integralidad armoniosa, precisamente, «exige al evangelizador ciertas actitudes que ayudan a acoger mejor el anuncio: cercanía, apertura al diálogo, paciencia, acogida cordial» (EG 165), y, por sobre todo, asumir y asimilar que «todo está conectado» (LS 91, 117, 138, 240). Esto implica que el evangelizador debe promover proyectos de vida personal, social y cultural mediante los cuales podamos nutrir la integralidad de nuestras relaciones vitales con los demás, con la creación y con el Creador. Tal llamado necesita de una escucha atenta del clamor de los pobres y de la tierra en forma conjunta (cf. LS49).
Hoy el grito de la Amazonía al Creador, es semejante al grito del Pueblo de Dios en Egipto (cf. Ex 3,7). Es un grito de esclavitud y abandono, que clama por la libertad y el cuidado de Dios. Es un grito que anhela la presencia de Dios, especialmente cuando, los pueblos amazónicos, por defender sus tierras, tropiezan con la criminalización de la protesta – tanto por parte de las autoridades como de la opinión pública –; o cuando son testigos de la destrucción del bosque tropical, que constituye su hábitat milenario; o cuando las aguas de sus ríos se llenan de especies de muerte en lugar de vida.
9. Anunciar el Evangelio de Jesús en la Amazonía: dimensión ecológica
«El Reino que se anticipa y crece entre nosotros lo toca todo» (EG 181) y nos recuerda que «en el mundo todo está conectado» (LS 16), y que por lo tanto el «principio de discernimiento» de evangelización está vinculado a un proceso integral de desarrollo humano (cf. EG 181). Dicho proceso está caracterizado, como lo señala Laudato si’ (cf. nn. 137-142), por un paradigma relacional denominado ecología integral, que articula los vínculos fundamentales que hacen posible un verdadero desarrollo.
El primer grado de articulación para un auténtico progreso es el vínculo intrínseco entre lo social y lo ambiental. Dado que los seres humanos somos parte de los ecosistemas que facilitan las relaciones que dan vida a nuestro planeta, el cuidado de los mismos –en donde todo está interconectado– es fundamental para promover tanto la dignidad de cada individuo, como el bien común de la sociedad, tanto el progreso social como el cuidado ambiental.
En la Amazonía, la noción de ecología integral es clave para responder al desafío de cuidar la inmensa riqueza de su biodiversidad ambiental y cultural. Desde el punto de vista ambiental, la Amazonía, además de ser «fuente de vida en el corazón de la Iglesia» (REPAM), es un pulmón del planeta y uno de los sitios de mayor biodiversidad del mundo (cf. LS 38). En efecto la cuenca amazónica posee el último gran bosque tropical que, a pesar de las intervenciones que ha sufrido y sufre, es la mayor superficie forestal existente en los trópicos de nuestra tierra. Reconocer el territorio amazónico como cuenca, más allá de las fronteras de los países, facilita la mirada integral de la región, esencial para la promoción de un desarrollo y una ecología integral.
Desde el punto de vista cultural, tal como ha sido señalado extensamente en la sección anterior la Amazonía es particularmente rica por las diversas y ancestrales cosmovisiones de sus poblaciones. Tal patrimonio cultural, que forma «parte de la identidad común» de la región, se encuentra tan amenazado como su patrimonio ambiental (LS 143). Las amenazas provienen –principalmente– de una «visión consumista del ser humano, alentada por los engranajes de la actual economía globalizada, [que] tiende a homogeneizar las culturas y a debilitar la inmensa variedad cultural, que es un tesoro de la humanidad» (LS 144).
Por lo tanto, el proceso de evangelización de la Iglesia en la Amazonía no puede ser ajeno a la promoción del cuidado del territorio (naturaleza) y de sus pueblos (culturas). Para ello, necesita establecer puentes que puedan articular los saberes ancestrales con los conocimientos contemporáneos (cf. LS 143-146), particularmente aquellos referidos al manejo sustentable del territorio y a un desarrollo acorde a los propios sistemas de valores y culturas de las poblaciones que habitan este espacio, quienes deben ser reconocidos como sus genuinos custodios, y hasta propietarios.
Pero la ecología integral es más que la mera conexión entre lo social y lo ambiental. Comprende la necesidad de promover una armonía personal, social y ecológica, para la cual necesitamos de una conversión personal, social y ecológica (cf. LS 210). La ecología integral, entonces, nos invita a una conversión integral. «Esto implica […] reconocer los propios errores, pecados, vicios […] negligencias» y omisiones con los que «ofendemos a la creación de Dios», y «arrepentirse de corazón» (LS 218). Sólo cuando somos conscientes de cómo nuestro estilo de vida y nuestra manera de producir, comerciar, consumir y desechar afectan la vida de nuestro ambiente y nuestras sociedades, entonces podremos iniciar un cambio de rumbo integral.
Cambiar de rumbo, o convertirse integralmente, no se agota en una conversión de corte individual. Un cambio profundo de corazón, expresado en hábitos personales, es tan necesario como un cambio estructural, expresado en hábitos sociales, en leyes y en programas económicos acordes. A la hora de promover dicho cambio radical que la Amazonía y el planeta necesitan, los procesos de evangelización tienen mucho que aportar, sobre todo por la profundidad con que el Espíritu de Dios cala la naturaleza y los corazones de las personas y los pueblos.
10. Anunciar el Evangelio de Jesús en la Amazonía: dimensión sacramental
Mientras la Iglesia reconoce la fuerte hipoteca y el poder del pecado, sobre todo en la destrucción social y ambiental, no se desalienta en su caminar junto con el pueblo Amazónico, y se compromete a superar la fuente del pecado, apoyada en la gracia de Cristo. Una mirada eclesial contemplativa y una práctica sacramental acorde son clave para la evangelización en la Amazonía.
«El universo se desarrolla en Dios, que lo llena todo. Entonces hay mística en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre» (LS 233). Quien sabe contemplar «lo bueno que hay en las cosas y experiencias del mundo», descubre la íntima conexión de todas esas cosas y experiencias con Dios (LS 234). Por ello, la comunidad cristiana, especialmente en la Amazonía, está invitada a ver la realidad con una mirada contemplativa mediante la cual pueda captar la presencia y la acción de Dios en toda la creación y en toda la historia.
Además, ya que «los Sacramentos son un modo privilegiado de cómo la naturaleza es asumida por Dios y se convierte en mediación de la vida sobrenatural», sus celebraciones son una permanente invitación a «abrazar el mundo en un nivel distinto» (LS 235). Por ejemplo, la celebración del Bautismo nos invita a considerar la importancia del “agua” como fuente de vida, no sólo como instrumento o recurso material, y responsabiliza a la comunidad creyente a custodiar este elemento como don de Dios para todo el planeta. Además, dado que el agua del Bautismo purifica al bautizado de todos los pecados, su celebración permite a la comunidad cristiana asumir el valor del agua y “del río” como fuente de purificación, facilitando la inculturación de los ritos relacionados al agua de la sabiduría ancestral de los pueblos amazónicos.
La celebración de la Eucaristía nos invita a redescubrir como el «Señor, en el colmo del misterio de la Encarnación, quiso llegar a nuestra intimidad a través de un pedazo de materia» (LS 236). La Eucaristía, por lo tanto, nos remite al «centro vital del universo», al foco desbordante de amor y de vida inagotable del Hijo encarnado, presente en las especies de pan y vino, fruto de la tierra-vid y el trabajo de los hombres (cf. LS 236). En la Eucaristía, la comunidad celebra un amor cósmico, en donde los seres humanos, junto al Hijo de Dios encarnado y a toda la creación, dan gracias a Dios por la vida nueva de Cristo resucitado (cf. LS 236). De esta forma, la Eucaristía constituye comunidad, una comunidad peregrina festiva que deviene en «fuente de luz y de motivación para nuestras preocupaciones por el ambiente, y nos orienta a ser custodios de todo lo creado» (LS 236). Al mismo tiempo, la sangre de tantos hombres y mujeres que ha sido derramada, bañando las tierras amazónicas por el bien de sus habitantes y del territorio, se une a la Sangre de Cristo, derramada por todos y para toda la creación.
11. Anunciar el Evangelio de Jesús en la Amazonía: dimensión eclesial-misionera
En la Iglesia en salida (cf. EG 46), «misionera por naturaleza» (AG 2, DAp 347), todos los bautizados tienen la responsabilidad de ser discípulos misioneros, participando de modo diverso y en ámbitos distintos.
En efecto, una de las riquezas de la conciencia magisterial de la Iglesia, es la de «anunciar siempre y por todas partes los principios morales, incluso los referentes al orden social, y pronunciarse respecto de cualquier cuestión humana, en cuanto lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas» (CCC 2032; CIC can. 747).
La alabanza a Dios necesita estar acompañada por la práctica de la justicia a favor de los pobres. Como proclama el Salmo 146 (145): «Alaba al Señor con toda mi alma, alabaré al Señor mientras viva […] al Dios que libera a los cautivos, que da pan a los hambrientos, que sostiene a la viuda y al huérfano». Esta misión necesita de la participación de todos, y de una reflexión amplia que permita contemplar las condiciones históricas concretas tanto sociales, ambientales y eclesiales. En este sentido, un enfoque misionero en la Amazonía requiere más que nunca un magisterio eclesial ejercido en la escucha del Espíritu santo que garantiza unidad y diversidad. Esta unidad en la diversidad, siguiendo la tradición de la Iglesia, está estructuralmente atravesada por lo que se conoce como sensus fidei del Pueblo de Dios.
El Papa Francisco retomó este aspecto enfatizado por el Concilio Vaticano II (cf. LG 12; DV 10), recordando que: «En todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santificadora del Espíritu que impulsa a evangelizar. El Pueblo de Dios es santo por esta unción que lo hace infalible “in credendo”. Esto significa que cuando cree no se equivoca… Dios dota a la totalidad de los fieles de un instinto de la fe –el sensus fidei– que los ayuda a discernir lo que viene realmente de Dios» (EG119).
Tal discernimiento debe estar acompañado por los pastores, especialmente por los Obispos. En efecto, el mantenimiento de la Tradición eclesial, realizada por todo el Pueblo de Dios, exige la unidad de este Pueblo con sus pastores (cf. DV 10) para la lectura y el discernimiento de las nuevas realidades . Son los Obispos, como principio de unidad del Pueblo de Dios (cf. LG 23), quienes tienen la responsabilidad de mantener la unidad de la Tradición originada y basada en las Sagradas Escrituras (cf. DV9).
Así, el sentido religioso de la Amazonía, como ejemplo de expresión del sensus fidei, necesita del acompañamiento y la presencia de los pastores (cf. EN 48). Cuando el Papa Francisco se encontró con los pueblos de la Amazonía en Puerto Maldonado, expresó: «he querido venir a visitarlos y escucharlos, para estar juntos en el corazón de la Iglesia, unirnos a sus desafíos y con ustedes reafirmar una opción sincera por la defensa de la vida, defensa de la tierra y defensa de las culturas». Los representantes de los pueblos ahí presentes, por su parte, le respondieron: «Nosotros venimos a escuchar a Su Santidad, a estar junto con el Papa en el corazón de la Iglesia y a participar en la edificación de esta Iglesia para que tenga cada vez más un rostro Amazónico». En esa escucha recíproca entre el Papa (y autoridades eclesiales) y los habitantes del pueblo amazónico, se alimenta y fortalece el sensus fidei del Pueblo y crece su ser eclesial: «Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír» (EG 171).
La Asamblea Especial para la Región Panamazónica precisa de un gran ejercicio de escucha recíproca, especialmente de una escucha entre el Pueblo fiel y las autoridades magisteriales de la Iglesia. Y uno de los puntos principales a escuchar es el lamento «de miles de (sus) comunidades privadas de la Eucaristía dominical por largos periodos» (DAp 100, e). Confiamos en que la Iglesia, enraizada en sus dimensiones sinodal y misionera (cf. Francisco, Discurso per la conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, 17.10.2015), pueda generar procesos de escucha (ver-escuchar), procesos de discernimiento (juzgar), para poder responder (actuar) a las realidades concretas de los pueblos amazónicos.
III. ACTUAR. NUEVOS CAMINOS PARA UNA IGLESIA CON ROSTRO AMAZÓNICO [3]
12. Iglesia con rostro amazónico
«Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios», encarnado «en los pueblos de la tierra» y en su culturas (EG 115). La universalidad o catolicidad de la Iglesia, por lo tanto, se ve enriquecida con «la belleza de este rostro pluriforme» (NMI 40) de las diferentes manifestaciones de las Iglesias particulares y sus culturas. Como lo señaló el Papa Francisco en su encuentro con comunidades amazónicas en Puerto Maldonado: «quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región, y se hacen eco las palabras del Señor a Moisés: “Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa” (Ex 3,5)» (Fr. PM).
La Iglesia está llamada a profundizar su identidad en correspondencia con las realidades de su propio territorio y a crecer en su espiritualidad escuchando la sabiduría de sus pueblos. Por ello la Asamblea Especial para la Región Panamazónica está llamada a encontrar nuevos caminos para hacer crecer el rostro amazónico de la Iglesia y también responder a las situaciones de injusticia de la región, como el neocolonialismo de las industrias extractivistas, los proyectos de infraestructuras que dañan su biodiversidad, y la imposición de modelos culturales y económicos ajenos a la vida de los pueblos.
Así, con la atención puesta en lo local y en la diversidad de las microestructuras vivenciales de la región, la Iglesia se fortalece como contrapunto frente a la globalización de la indiferencia y frente a la lógica uniformadora promovida por muchos medios de comunicación y por un modelo económico que no suele respetar los pueblos amazónicos ni sus territorios.
Por su parte, las Iglesias locales, que son también Iglesias misioneras, en salida, encuentran en sus propias periferias lugares privilegiados de experiencia evangelizadora, pues allí es «donde hace más falta la luz y la vida del Resucitado» (EG 30). En las periferias los misioneros se encuentran con los marginados, los fugitivos y los refugiados, con los desesperados, los excluidos, ergo con Jesucristo crucificado y exaltado, «que ha querido identificarse con ternura especial con los más débiles y pobres» (DP196).
Durante la preparación para el Sínodo, se buscará identificar experiencias pastorales locales, tanto positivas como negativas, que puedan iluminar el discernimiento para las nuevas líneas de acción.
13. Dimensión profética
Frente a la crisis socio-ambiental actual, urgen luces de orientación y acción para poder implementar la transformación de prácticas y actitudes.
Es necesario superar la miopía, el inmediatismo y las soluciones cortoplacistas. Se necesita tener una perspectiva global, superar los intereses propios o particulares, para poder compartir y ser responsables de un proyecto común y global.
«Todo está conectado» es la gran insistencia del Papa Francisco, para dialogar con las raíces espirituales de las grandes tradiciones religiosas y culturales. Se plantea la necesidad de un consenso alrededor de una agenda mínima: desarrollo integral y sostenible, tal cual descripto en puntos anteriores, que incluye ganadería y agricultura sustentable, energía sin contaminación, respeto de las identidades y derechos de los pueblos tradicionales, agua potable para todos, entre otros. Estos derechos son temas fundamentales a menudo ausentes en la Panamazonía.
Debe haber un equilibrio, y la economía debe dar prioridad a una vocación por una vida humana digna. Esta relación equilibrada debe cuidar el ambiente y la vida de los más vulnerables. «En la actualidad hay una sola crisis que es social y ambiental a la vez» (LS 139).
La Encíclica Laudato si’ (cf. nn. 216ss) nos invita a una conversión ecológica que implica un estilo de vida nuevo. El horizonte está puesto en el otro. Es preciso practicar la solidaridad global y superar el individualismo, abrir caminos nuevos de libertad, verdad y belleza. La conversión significa liberarnos de la obsesión del consumo. Comprar es un acto moral, no sólo económico. La conversión ecológica es asumir la mística de la interconexión y la interdependencia de todo lo creado. La gratuidad se impone en nuestras actitudes cuando entendemos la vida como don de Dios. Abrazar la vida en solidaridad comunitaria supone un cambio de corazón.
Este nuevo paradigma abre perspectivas de transformación personal y en la sociedad. El gozo y la paz son posibles cuando no estamos obsesionados por el consumo. El Papa Francisco plantea que una relación armoniosa con la naturaleza nos permite una feliz sobriedad, paz interior con uno mismo, en relación con el bien común, y una serena armonía que implica contentarse con lo realmente necesario. Esto es algo que las culturas occidentales pueden, y quizás deben, aprender de las culturas tradicionales Amazónicas, y de otros territorios y comunidades en el planeta. Ellos, los pueblos, «tienen mucho que enseñarnos» (EG 198). Ellos, en su amor por su tierra y su relación con los ecosistemas, conocen al Dios Creador, fuente de vida. Ellos, «en sus propios dolores, conocen al Cristo sufriente» (EG 198). Ellos, en su noción de vida social en diálogo, están movidos por el Espíritu Santo. De allí que el Papa Francisco haya señalado que «es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos» y por sus culturas, y que la tarea de la nueva evangelización implica «prestarles nuestra voz en sus causas, pero también [estamos llamados] a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos» (EG 198). Sus enseñanzas, en consecuencia, podrían marcar el rumbo de las prioridades para los nuevos caminos de la Iglesia en la Amazonia.
14. Ministerios con rostros amazónicos
A través de muchos encuentros regionales en la Amazonía, la Iglesia católica ha profundizado la conciencia que su universalidad se encarna en la historia y las culturas locales. De este modo, se manifiesta y actúa la Iglesia de Cristo, una, santa, católica y apostólica (cf. CD 11). Gracias a esta conciencia, hoy la Iglesia tiene los ojos puestos en la Amazonía con una visión de conjunto, en donde descubre los grandes desafíos socio-políticos, económicos y eclesiales que amenazan a esta región, pero sin perder la esperanza en la presencia de Dios, alimentada por la creatividad y la perseverancia tenaz de sus habitantes.
En las últimas décadas, y con un gran impulso del Documento de Aparecida, la Iglesia de la Amazonía supo reconocer que, por causa de las inmensas extensiones territoriales, la gran diversidad de sus pueblos y los rápidos cambios en los escenarios socio-económicos, su pastoral tenía una presencia precaria. Era (y sigue siendo) necesario una mayor presencia, es decir, intentar responder a todo aquello que es específico en esta región desde los valores del Evangelio, reconociendo, entre otros elementos, la inmensa extensión geográfica, muchas veces de difícil acceso, la gran diversidad cultural, y la fuerte influencia de intereses nacionales e internacionales en busca de un enriquecimiento económico fácil por los recursos que tiene esta región. Una misión encarnada implica un repensar la presencia escasa de la Iglesia con relación a la inmensidad del territorio y su diversidad cultural.
La Iglesia con rostro amazónico debe «buscar un modelo de desarrollo alternativo, integral y solidario, basado en una ética que incluya la responsabilidad por una auténtica ecología natural y humana, que se fundamenta en el evangelio de la justicia, la solidaridad y el destino universal de los bienes, y que supere la lógica utilitarista e individualista, que no somete a criterios éticos los poderes económicos y tecnológicos» (DAp 474, c). Por tanto, es preciso alentar a que todo el Pueblo de Dios, partícipe de la misión de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey (cf. LG 9), a que no permanezca indiferente a las injusticias de la región para poder descubrir, en la escucha del Espíritu, los deseados nuevos caminos.
Estos nuevos caminos para la pastoral de la Amazonía exigen «relanzar la obra de la Iglesia» (DAp 11) en el territorio y profundizar el «proceso de inculturación» (EG 126) que exige que la Iglesia en la Amazonía haga propuestas «valientes», que supone tener «osadía» y «no tener miedo», como nos pide el Papa Francisco. El perfil profético de la Iglesia, hoy, se muestra a través de su perfil ministerial participativo, capaz de hacer de los pueblos indígenas y comunidades amazónicas los «principales interlocutores» (LS 146) en todos los asuntos pastorales y socio-ambientales en el territorio.
Para modificar la presencia precaria y transformarla en una presencia más amplia y encarnada, se necesita establecer una jerarquía de las urgencias de la Amazonía. El documento de Aparecida menciona la necesidad de una «coherencia eucarística» (DAp 436) para la región amazónica, es decir, que exista no sólo la posibilidad de que todos los bautizados puedan participar de la Misa dominical, sino también que vayan creciendo cielos nuevos y tierra nueva como anticipación del Reino de Dios en la Amazonía.
En este sentido el Vaticano II nos recuerda que todo el Pueblo de Dios participa del sacerdocio de Cristo, aunque distinguiendo sacerdocio común y sacerdocio ministerial (cf. LG 10). De allí que urge evaluar y repensar los ministerios que hoy son necesarios para responder a los objetivos de «una Iglesia con rostro Amazónico y una Iglesia con rostro indígena» (Fr. PM). Una prioridad es precisar los contenidos, métodos y actitudes para una pastoral inculturada, capaz de responder a los grandes desafíos en el territorio. Otra es proponer nuevos ministerios y servicios para los diferentes agentes de pastoral que respondan a las tareas y responsabilidades de la comunidad. En ésta línea, es preciso identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan las mujeres en la Iglesia amazónica. También es necesario promover el clero indígena y nacido en el territorio, afirmando su propia identidad cultural y sus valores. Finalmente, es necesario repensar nuevos caminos para que el Pueblo de Dios tenga mejor y frecuente acceso a la Eucaristía, centro de la vida cristiana (cf. DAp 251).
15. Nuevos caminos
En el proceso de pensar una Iglesia con rostro amazónico soñamos con los pies puestos en la tierra de nuestros orígenes, y con los ojos abiertos pensamos cómo será esa Iglesia a partir de la vivencia de la diversidad cultural de los pueblos. Los nuevos caminos tendrán una incidencia en los ministerios, la liturgia y la teología (teología india). [4]
La Iglesia llegó a los pueblos, movida por el mandato de Jesús y por la fidelidad a su Evangelio. Hoy, necesita descubrir «con gozo y respeto las semillas de la Palabra» (AG 11) en la región.
Todo el Pueblo de Dios, con sus Obispos y sacerdotes, religiosos y religiosas, misioneros y misioneras religiosos y laicos, está llamado a entrar con un corazón abierto en este nuevo camino eclesial. Todos están llamados a convivir con las comunidades, y comprometerse con la defensa de sus vidas, amarlos y amar sus culturas. Los misioneros autóctonos y los que vienen de fuera, deben cultivar la espiritualidad de contemplación y de gratuidad, sentir con el corazón y ver con los ojos de Dios a los pueblos amazónicos e indígenas.
La espiritualidad práctica, con los pies en la tierra, ofrece la posibilidad de encontrar la alegría y el gusto de convivir con los pueblos amazónicos, y así poder valorar sus riquezas culturales en las que Dios sembró la semilla de la Buena Nueva. Debemos ser capaces también de percibir las cosas que están presentes en las culturas, y que por ser históricas, necesitan de purificación, trabajar por la conversión individual y comunitaria, cultivando el diálogo en los distintos niveles. La espiritualidad profética y del martirio nos hace más comprometidos con la vida de los pueblos y sus historias pasadas, con el presente, y mirando hacia adelante para construir una nueva historia.
Estamos llamados como Iglesia a fortalecer el protagonismo de los propios pueblos: precisamos una espiritualidad intercultural que nos ayude a interactuar con la diversidad de los pueblos y sus tradiciones. Debemos sumar fuerzas para cuidar juntos de nuestra Casa Común.
Se requiere una espiritualidad de comunión entre los misioneros autóctonos y los que vienen de fuera, para aprender juntos a acompañar a las personas, escuchando sus historias, participando de sus proyectos de vida, compartiendo su espiritualidad y asumiendo sus luchas. Una espiritualidad con el estilo de Jesús: simple, humano, dialogante, samaritano, que permita celebrar la vida, la liturgia, la Eucaristía, las fiestas, siempre respetando los ritmos propios de cada pueblo.
Animar una Iglesia con rostro amazónico implica, para los misioneros, la capacidad de descubrir las semillas y frutos del Verbo ya presentes en la cosmovisión de sus pueblos. Para esto, es necesario una presencia estable, de conocimiento de la lengua autóctona, de su cultura y de su experiencia espiritual. Solo así la Iglesia hará presente la vida de Cristo en estos pueblos.
Para finalizar, y recordando las palabras del Papa Francisco, quisiéramos «pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: [que] seamos “custodios” de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro» (Homilía en la Misa del inicio del ministerio petrino, 19.03.2013).
Además, también quisiéramos pedir a los pueblos de la Amazonía, que «ayuden a sus Obispos, ayuden a sus misioneros y misioneras, para que se hagan uno con ustedes, y de esa manera dialogando entre todos, puedan plasmar una Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena. Con este espíritu convoqué el Sínodo para la Amazonia en el año 2019» (Fr. PM).
CUESTIONARIO
La finalidad del cuestionario es escuchar a la Iglesia de Dios sobre los «nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral» en la Amazonía. El Espíritu habla a través de todo el Pueblo de Dios. Escuchándolo se pueden conocer los desafíos, las esperanzas, las propuestas y reconocer los nuevos caminos que Dios pide a la Iglesia en este territorio. Este cuestionario está destinado a los pastores para que ellos lo respondan consultando al Pueblo de Dios. Para ello son animados a buscar los medios más adecuados según las propias realidades locales. El cuestionario está estructurado en tres partes que corresponden a las diferentes secciones del Documento Preparatorio: ver, discernir-juzgar, actuar.
I PARTE
1. ¿Cuáles son los problemas más importantes en su comunidad: las amenazas y dificultades a la vida, al territorio y a la cultura?
2. A la luz de la Laudato si’, ¿cómo se configura la bio-diversidad y la socio-diversidad en su territorio?
3. ¿Cómo inciden o no inciden estas diversidades en su trabajo pastoral?
4. A la luz de los valores del Evangelio, ¿qué tipo de sociedad debemos promover e de qué medios podemos disponer para ello, teniendo en cuenta lo rural y lo urbano y sus diferencias socio culturales?
5. Dada la enorme riqueza de su identidad cultural, ¿cuáles son los aportes, aspiraciones e desafíos de los pueblos amazónicos en relación a la Iglesia y al mundo?
6. ¿De qué manera estos aportes pueden ser incorporados en una Iglesia con rostro amazónico?
7. ¿Cómo debe acompañar la Iglesia los procesos de organización de los propios pueblos con respecto a su identidad, defensa de sus territorios y derechos en una pastoral integral?
8. ¿Cuáles serían las respuestas de la Iglesia a los desafíos de la pastoral urbana en territorio amazónico?
9. Si existen en su territorio PIAV ¿cuál debería ser el actuar de la Iglesia para defender la vida y los derechos de los mismos?
II PARTE
1. ¿Qué esperanzas ofrece la presencia de la Iglesia a las comunidades amazónicas para la vida, el territorio y la cultura?
2. ¿Cómo promover una ecología integral, es decir, ambiental, económica, social, cultural y de la vida cuotidiana (cf. LS 137-162) en la Amazonía?
3. En el contexto de su Iglesia local, ¿de qué manera es Jesús Buena Noticia en la vida en la familia, la comunidad y la sociedad amazónicas?
4. ¿Cómo puede la comunidad cristiana responder ante las situaciones de injusticia, pobreza, desigualdad, violencias (droga, trata de personas, violencia hacia la mujer, explotación sexual, discriminación de     los pueblos indígenas y migrantes entre otras) y de exclusión     en Amazonía?
5. ¿Cuáles son los elementos propios de las identidades culturales que pueden facilitar el anuncio del Evangelio en la novedad del misterio de Jesús?
6. ¿Qué caminos se pueden seguir para inculturar nuestra practica sacramental en la experiencia vivencial de los pueblos indígenas?
7. ¿Cómo participa la comunidad de creyentes, que es «misionera por su propia naturaleza», y a su modo específico, en el magisterio concreto y cotidiano de la Iglesia en la Amazonía?
III PARTE
1. ¿Qué Iglesia soñamos para la Amazonía?
2. ¿Cómo imagina una Iglesia en salida y con rostro amazónico e que características debería tener?
3. ¿Hay espacios de expresión autóctona y de participación activa en la práctica litúrgica de sus comunidades?
4. Uno de los grandes desafíos en la Amazonía es la imposibilidad de celebrar la Eucaristía con frecuencia y en todos los lugares ¿Cómo responder a ello?
5. ¿Cómo reconocer y valorar el papel de los laicos en los distintos ámbitos pastorales (catequesis, liturgia y caridad)?
6. ¿Qué papel deben tener los laicos en los distintos ámbitos socio ambientales en el territorio?
7. ¿Qué debe caracterizar el anuncio y la denuncia proféticos en la Amazonía?
8. ¿Qué características deben tener las personas que lleven el anuncio de la Buena Noticia en la Amazonía?
9. ¿Cuáles son los servicios y los ministerios con rostro amazónico en su jurisdicción eclesiástica, y qué características tienen?
10. ¿Cuáles son los servicios y los ministerios con rostro amazónico que usted considera se deberían crear y promover?
11. ¿De qué manera la vida consagrada puede contribuir con sus carismas en la construcción de una Iglesia con rostro amazónico?
12. El papel de las mujeres en nuestras comunidades es de suma importancia, ¿cómo reconocerlo y valorizarlo en el horizonte de los nuevos caminos?
13. ¿Cómo se integra y cómo puede contribuir la religiosidad popular, y en particular la devoción mariana, para los nuevos caminos de la Iglesia en la Amazonía?
14. ¿Cuál podría ser la contribución de los medios de comunicación para ayudar a la edificación de una Iglesia con rostro amazónico?
SIGLAS Y ABREVIACIONES
AG: Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto Ad Gentes, sobre la Actividad Misionera de la Iglesia (7.12.1965).
CCC: Catecismo de la Iglesia Católica (11.10.1992).
CIC: Código de Derecho Canónico (25.01.1983).
CD: Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto Christus Dominus sobre el ministerio pastoral de los Obispos (28.10.1965).
DAp: Documento de Aparecida. Texto conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latino-Americano y del Caribe (2007).
DP: Documento de Puebla. III Conferencia General del Episcopado Latino-Americano (1979).
DSD:Documento de Santo Domingo. IV Conferencia General del Episcopado Latino-Americano (1992).
DV: Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la Revelación Divina (18.11.1965).
EG :Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, (24.11.2013).
EN: Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, (8.12.1975).
Fr. PM: Francisco, Discurso en Puerto Maldonado (Perú), Encuentro con los pueblos de la Amazonía (19.01.2018).
Fr. EP: Francisco, Saludo en el Encuentro con la Población de Puerto Maldonado (19.01.2018).
Fr. FPI:Francisco, Discurso a los participantes en el III Foro de los Pueblos Indígenas (15.02.2017).
GS:Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo Gaudium et Spes(07.12.1965).
LG: Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia (21.11.1964).
LS: Francisco, Carta Encíclica sobre el cuidado de la Casa Común, Laudato si’, (24.05.2015).
NMI:Juan Pablo II, Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte (06.01.2001).
PIAV: Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario.
PO: Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto Presbyterorum Ordinis, sobre el Ministerio y la Vida de los Presbíteros (7.12.1965).
PP: Pablo VI, Carta Encíclica Populorum Progressio sobre la necesidad de promover el desarrollo de los pueblos (26.03.1967).
REPAM:Informe ejecutivo del Encuentro Fundacional de la Red Eclesial Panamazónica (12.09.2014, Brasilia CNBB).
SC: Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium (04.12.1963).
UR: Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo (21.11.1964).
Notas:
1 En este documento se usan los términos “indígenas”, “aborígenes” y “pueblos originarios” en forma indistinta.
2 Se entiende por Panamazonía todos los territorios que van más allá de la cuenca de los ríos.
3 Fuente: Red Eclesial Panamazónica, Memorias del Encuentro “Iglesia con rostro amazónico e indígena” (Quito, Ecuador, 28-30.11.2017).
4 Cf. CELAM, VI Simposio de Teología India (Asunción, Paraguay, 18-23.09.2017).

La Oroya no existe

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Por Luis Eduardo Cisneros Méndez/ Director de Comunicaciones de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental
Tenía 19 años la primera vez que conocí sobre la problemática de La Oroya. A finales del 99, recuerdo haber estado en la casa de mi hermana y haberle pedido la computadora para googlear el nombre de esta ciudad, y verificar si tanto horror era cierto. La búsqueda no arrojó muchos resultados. Dos de los videos que encontré mostraban trabajadores bastante sonrientes de Doe Run, cantando arpa en mano y al ritmo de las palmas del respetable en festejos de esta compañía. Hallé también artículos muy pequeños escaneados de diarios locales que brindaban información financiera e industrial bastante superficial en un espacio de 2×2. Solo pude ubicar dos sitios web de instituciones indignadas con información documentada y relevante; algo que, frente a tamaña problemática, resultaba ser una muestra de un desinterés ciudadano bastante difícil de asimilar.
Mi creciente interés en La Oroya me motivó a investigar más sobre el tema, acumulando decenas de megabytes de información en mi PC. Algunos años después, llegó a mi bandeja de entrada el Informe de la Universidad de Missouri “Estudio sobre la Contaminación Ambiental en los Hogares de la Oroya y Concepción y sus Efectos en la Salud de sus Residentes”, que demostraba que el 99% de los niños de La Oroya tenían niveles de plomo por encima del máximo permitido por la OMS. El dato me impactó sobremanera y decidí llamar a un amigo muy cercano que trabajaba en un prestigioso diario local. Le conté que el 99 % de los niños de La Oroya tenían niveles de plomo en sangre por encima del promedio, que los niveles de cadmio y dióxido de azufre eran surrealistas y que había un señor de nombre Ira Rennert (dueño de Doe Run) con un historial empresarial ambientalmente cuestionable en USA. Me respondió que le iba a proponer el tema a su editor. Nunca más me llamó. Llamé a un par de amigos más que trabajaban en otros diarios y solo uno de ellos se dignó a devolverme la llamada. Fue sincero y sin asco me dijo: “Tío, no vende”.
Pasó más tiempo, y mientras más conocía del tema, más me sorprendía la desproporción que existe entre la terrible situación de La Oroya, y el interés, difusión e indignación frente al tema, mostrado por políticos, medios de comunicación y ciudadanía en general. Digamos que La Oroya no está tan lejos de Lima, como Puno o Tumbes, como para que los cerebros citadinos ejecuten la muy acostumbrada función cognitiva “Es muy lejos, no me importa, me olvido en dos segundos”. Hablamos de una ciudad enferma y oxidada por la codicia, que está a menos de 200 kilómetros de Lima, y que es paso obligado para acceder a una importante zona del centro del Perú. Sin embargo, a pesar de la poca distancia y de lo cercano de su realidad, pareciera que existe un tipo de fuerza negadora, enfermiza, compulsiva, invisible e invencible, que habita dentro de los cerebritos de los limeños, y que convierte a esta problemática en un tema accesorio destinado a ser una leyenda urbana más, o a convertirse en un “dato curioso” de chupeta de patas.
Algunos me dicen que esto no es cierto, que la cobertura que le dieron los medios a la problemática de La Oroya hace poco cuando anunciaron la inminente quiebra de Doe Run fue grande. Yo creo que es una verdad a medias, ya que es cierto que el número de publicaciones que tenían el nombre de La Oroya aumentó, pero lamentablemente el ángulo e interés que se generaba respecto a éste tema era básicamente financiero o económico, es decir, un gran porcentaje de noticias e informaciones (salvo honrosas excepciones, como el extraordinario reportaje de Carlos Castro en “Cuarto Poder”) hablaban de la insolvencia, de las deudas de Doe Run, de cuanto tenían que pagarles a los trabajadores, de cómo los angustiados acreedores de esta empresa se atoraban con el sushi mientras pensaban en como no perder su plata, etcétera. Poco escuché o vi, sobre las hasta ahora infructuosas medidas de remediación del Estado para los ciudadanos afectados por la contaminación o del estado de terror que ha instaurado la empresa entre los pobladores, que los inhibe a reclamar y sublevarse por sus vidas.
Es inaceptable quedarse inmóvil frente a tal nivel de apatía ciudadana, aunque recordando el marcado desinterés mostrado por los limeños frente a los embates del terrorismo de Guzmán en tierras ayacuchanas, no debería sorprendernos tanto. Lo que si sorprende en cambio, es que la negación venga del propio Estado y que esta pueda llegar a niveles realmente psicodélicos como lo evidencia la Resolución Ministerial 094-2010/Minsa, publicada en el diario “El Peruano” hace algunos días. Esta norma aprueba el documento técnico “Lineamientos para la Elaboración del Programa de Atención y Vigilancia Epidemiológica, Ambiental y Sanitaria a ser aplicado en cada Emergencia Ambiental”. Tras el documento se han identificado una serie de zonas a nivel nacional “sensibles a la contaminación” (como Quilish, los ríos Corrientes y Pastaza, la zona de Paracas, el Río San Lorenzo, entre otros) que se consideran ambientalmente prioritarias para activar acciones de remediación, y en donde se espera aplicar un Programa de Atención y Vigilancia Epidemiológica, Ambiental y Sanitaria. Increíblemente, no se nombra a La Oroya dentro de las zonas priorizadas ni se le considera una “emergencia ambiental” a ser intervenida.
¿Qué más tiene que pasar para que se priorice y valide la emergencia ambiental que padecen los oroyinos desde hace décadas? Creo que mucho más, ya que pareciera que ninguna atrocidad es percibida como grave cuando acontece en La Oroya. Y pasarán otros gobiernos famélicos y prostituidos frente a la posibilidad de más capital fresco que se harán de la vista gorda; y aparecerán otros señorones con corbata michi como el Sr. Rennert, que seguirán ejercitando negociados antropófagos; y mi amigo redactor me volverá a decir que la historia de La Oroya no vende, y veremos toneladas de candidatos presidenciales prometiendo que no se darán mas extensiones al PAMA, y quizás en ese momento me convenza que estoy loco y que La Oroya no existe.
Fuente: www.actualidadambiental.peGiuffra

¿Cómo es la nuez neoextractivista?

El exministro del Ambiente durante el período humalista, Manuel Pulgar-Vidal, ironizó con los audios en donde se ve involucrado el aún titular de Transportes y Comunicaciones, Bruno Giuffra.
A través de su cuenta de twitter, escribió: “Queda claro que Bruno Giuffra (@bgiuffra) no mentía. ¿Se refería al mercado de nueces?”.
En la publicación, acompañó una imagen de un titular en el diario El Comercio donde Giuffra asegura en una entrevista que es “un hombre más de mercado que de Estado”, en alusión al rol que asumiría en ese entonces en el Ministerio de la Producción.
Por ese motivo, Pulgar-Vidal dejó entrever que el aún ministro se refería al “mercado de nueces”, tras la difusión de los denominados ‘Kenjivideos’, donde este ha sido blanco de críticas por su frase: “Tú ya sabes cómo es la nuez”.

Mercado de congresistas

Como se conoció, en el contenido divulgado por el fujimorista Moisés Mamani para “demostrar” que el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski estaría comprando congresistas en el marco de la segunda vacancia presidencial, el legislador naranja compartió el material que involucra seriamente al ministro Giuffra.
“¿Para qué le vas a contestar? Tú dile yo tengo mi conciencia y en mi pueblo quieren otra cosa. Dile ‘mi pueblo no quiere vacancia’. Ni abras la boca conmigo. Se cae todo, cojudo”, se escuchó decir a Giuffra.
Tras ello, y por la dudas de Mamani, el saliente titular del sector Transportes afirmó que ya todo estaría “asegurado”.
“Tranquilo, compadre. Tú ya sabes cómo es la nuez. Ya qué más seguro. ¿Con quién acabas de estar? Tú asegura lo otro más bien”, agregó Bruno Giuffra.
Fuente: www.lucidez.pe

Delegación del Perú en Bonn

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Tras dos semanas de intenso trabajo, la Delegación peruana se reunió con la Ministra del Ambiente, Elsa Galarza para conocer el balance de las negociaciones de cambio climático que están a punto de llegar a su fin. Esta ha sido una de las delegaciones peruanas más numerosas y representativas de los últimos años, conformada por representantes del Ministerio del Ambiente, Relaciones Exteriores, Agricultura y Riego, Produce, Transporte y Comunicaciones, congresistas, gobernadores regionales, alcaldes, representantes de los pueblos indígenas, academia, organizaciones de jóvenes y ONGs.
Al respecto, la Ministra del Ambiente, Elsa Galarza, saludó el compromiso demostrado por cada uno de los integrantes de la delegación peruana y resaltó la oportunidad que nos sigue dando la COP23 por ser un gran escenario en el que se produce un diálogo colectivo enriquecedor, que promueve el intercambio de experiencias y la consolidación de la voluntad política para contrarrestar los impactos del cambio climático.
“En esta nueva etapa de las negociaciones climáticas, nuestra delegación participa con la expectativa de que las decisiones tomadas en este foro contribuyan a dinamizar la implementación de las políticas públicas que respalden el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París. Hemos reafirmado nuestro compromiso con el Acuerdo y reconocemos que la implementación de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas requiere esfuerzos concertados, multisectoriales y coordinados con todos los niveles de gobierno, el sector privado, los pueblos indígenas, las comunidades locales y la sociedad civil en su conjunto”, acotó la Ministra Galarza.
Ésta fue la tercera de tres reuniones que sostuvieron los representantes de la delegación peruana en pleno, cuya pluralidad demuestra el espíritu del Gobierno peruano de promover la participación informada de todos los actores sociales para la implementación de nuestras metas de adaptación y mitigación al cambio climático.
“En el Perú no concebimos el desarrollo sin tomar en cuenta el cambio climático. Venimos a la COP23 porque necesitamos implementar nuestras Contribuciones Nacionalmente Determinadas. Es una demanda que tenemos todos los países en desarrollo y que además los esquemas de financiamiento empiecen a funcionar pre2020”, señaló.
Tras la reunión, la delegación expresó su total satisfacción por recibir información de primera mano por parte del equipo negociador del Perú que brindó información oportuna en todo momento a cada uno de los representantes de las organizaciones de la sociedad civil. Además saludaron el gran papel desempeñado por el Perú en la COP23 y que el Gobierno peruano esté impulsando un proceso participativo e inclusivo para el cumplimiento de sus metas climáticas, con un enfoque de género, intergeneracional e intercultural que lo pone a la vanguardia de otros países del mundo.
Fuente: www.minam.gob.pe

COP24 en Katowice

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El Gobierno de Polonia anunció que la ciudad de Katowice será la sede de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático de 2018, la COP24.
El grupo de países de Europa del Este había elegido Polonia para presidir la citada conferencia, de la misma manera que le había correspondido a la región Asia-Pacífico designar la presidencia para este 2017.
Katowice ha sido elegida entre varias ciudades por el Gobierno de Polonia, que preside por cuarta vez la conferencia de la ONU sobre cambio climático.
Poznań acogió la Conferencia de las Partes de 2008 (COP14) y Varsovia la de 2013 (COP19) y presidió la COP5 que se celebró en Bonn, Alemania, en 1999.
El anuncio de la elección de la ciudad de Katowice, en el suroeste del país, fue hecho por el Ministro de Medio Ambiente polaco, el Profesor Jan Szysko, coincidiendo con una visita al país de Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Con motivo de esta visita, Patricia Espinosa dijo: “Quiero dar las gracias al Gobierno de Polonia por aceptar acoger la COP24 como miembro del grupo de países de Europa del Este y estoy deseando trabajar con el Ministro Jan Szysko y su equipo para hacer que esta conferencia sea un éxito en todos los frentes”.
“2018 será otro año importante para la diplomacia climática internacional a medida que los países avanzan en la implementación del Acuerdo de París sobre cambio climático. De hecho, en 2018 esperamos alcanzar una serie de logros clave”.
“Entre esos hitos está terminar las directrices para hacer que el acuerdo sea plenamente operativo, así como hacer balance sobre los logros que los países están haciendo de manera colectiva para lograr los objetivos de París y alcanzar el nivel de ambición necesario en los años y décadas venideros”, añadió.
En su viaje a Polonia, Patricia Espinosa ha visitado un centro de investigación científica en Toruń, que el Gobierno de Polonia utiliza para monitorear cómo los bosques absorben el carbono. La protección forestal es un elemento clave en los esfuerzos para hacer frente al cambio climático.
“La expansión y un mejor manejo y conservación de los bosques va a ser fundamental para lograr los objetivos del Acuerdo de París. De hecho, vamos a necesitar ver avances en todos los sectores de la economía si queremos aprovechar todo el potencial del Acuerdo de París en este siglo”.
Patricia Espinosa añadió que está deseando colaborar con el pueblo polaco para hacer posible una conferencia exitosa que impulse la implementación del Acuerdo de París.
Fuente: www.unfccc.int