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Factor religioso como fenómeno humano

Fracasa mediación del Vaticano en la PUCP

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Fracasan negociadores
Por Andrés Beltramo Álvarez
La visita apostólica ordenada por El Vaticano a la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) terminó con un fracaso. No bastó la disposición al diálogo mostrada por el cardenal Peter Erdö, enviado personal del Papa para mediar en un añejo conflicto. Las autoridades de la casa de estudios se mostraron inflexibles: no piensan aceptar la legítima autoridad de la Iglesia. Ahora la Santa Sede se verá obligada a intervenir, y no tendrá más remedio que hacerlo drásticamente.
La auditoría era la última oportunidad para solucionar un problema que debió estar cerrado al menos 10 años atrás. El arzobispo de Esztergom-Budapest viajó a Lima con el objetivo de lograr acuerdos para que la universidad normalice su situación eclesiástica adecuando sus estatutos a la constitución apostólica “Ex corde ecclesiae”, emanada por Juan Pablo II en 2001 y que rige a todas las instituciones de educación superior católicas del mundo.
Originalmente el purpurado tenía previsto permanecer en el país dos semanas: la primera para escuchar y dialogar, la segunda para negociar y alcanzar acuerdos concretos de cara a una solución definitiva. Sin embargo los planes de Erdö cambiaron repentinamente. Tras reunirse por primera vez con las autoridades de la PUCP decidió limitar su estancia a sólo ocho días.
El purpurado, que había aterrizado en la capital peruana el 4 de diciembre por la noche, partió el domingo 11 tras haber sostenido reuniones con los principales actores involucrados. Ante todo con el cardenal arzobispo de Lima y gran canciller de la universidad, Juan Luis Cipriani Thorne. También con el rector Marcial Rubio y sus principales colaboradores.
Consultó a otros personajes como el ex rector Salomón Lerner Febres, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana Miguel Cabrejos Vidarte así como los abogados Natale Amprimo (civil) y Luis Gaspar (eclesiástico). Sostuvo además reuniones protocolares con el presidente del Congreso de la República, Daniel Abugattás, y con el canciller del Perú, Rafael Roncagliolo.
Acompañado por dos peritos de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, el visitador apostólico pudo constatar que la cúpula de la universidad desconoce a la Iglesia católica como su ente fundador y, por lo tanto, no está dispuesta a someterse a la legislación eclesiástica vigente, como ya lo recomendó de manera formal la congregación vaticana para la Educación Católica.
Y comprobó que, tanto el rector como sus principales asesores, lejos están de considerar a la fe y a la espiritualidad como una de las prioridades de su labor. Ante el enviado del Papa ellos se presentaron como simples funcionarios académicos en medio de una disputa legal. Nada más. El carácter católico de la institución que guían quedó en segundo plano, sin mayor importancia.
Con todos los elementos que recogió en sus entrevistas el visitador apostólico dedicó parte del sábado 10 y del domingo 11 de diciembre a redactar un informe de la situación. El documento, de 14 páginas y con 12 anexos, se envió vía valija diplomática al Vaticano donde será analizado con detenimiento. Su contenido es confidencial y reservado, pero incluye recomendaciones concretas del cardenal Erdö.
Ese mismo domingo el purpurado dejó Lima con destino a París y de allí a Budapest, donde retomó sus actividades pastorales. Por su parte los peritos se dirigieron a Roma vía Madrid. A último momento se decidió no emitir comunicado de prensa alguno, como inicialmente se había previsto. Considerando la falta de acuerdo, una nota –aunque breve- habría podido entorpecer la decisión final.
Determinación que deberá ser comunicada en las próximas semanas, ya iniciado el próximo año. El Vaticano no tiene demasiado margen de maniobra. Podrían dejar todo como hasta ahora, permitiendo que la institución peruana mantenga su abierta rebeldía y su independencia de las estructuras de la Iglesia. Eso establecería un negativo antecedente de impacto mundial.
La otra alternativa sería extrema: quitar a la universidad sus títulos de “pontificia” y “católica”, desconociéndola de hecho. Así perdería su personalidad pública eclesiástica. Una opción que implicaría graves problemas para los alumnos, especialmente en cuanto a los títulos de grado. Abriría una disputa por los bienes, los cuales deberían ser transferidos al arzobispado de Lima obligado a fundar una nueva universidad.
En este contencioso no están descartadas sanciones contra el mismo rector Marcial Rubio, quien pudiera fácilmente ser sometido a un proceso canónico por desobediencia y contumacia. Un juicio que considera penas como el entredicho o la misma excomunión.
Un delicado problema que tocará gestionar al nuevo nuncio apostólico en Lima, James Patrick Green. El diplomático llegará a la capital peruana en los próximos días luego de haber sido recibido en audiencia por el Papa Benedicto XVI el 15 de diciembre pasado.

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Nueva Evangelización

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Cardenal llega a Lima

El Presidente del CCEE y Visitador Apostólico para la Pontificia Universidad Católica del Perú, Cardenal Peter Erdo, señaló que la Nueva Evangelización responde a un mundo que pese a estar cada vez más secularizado, vive sediento de Dios.
En Rumania, durante su discurso inaugural del encuentro de obispos católicos orientales en Europa, el purpurado dijo que los obispos tienen el deber de promover esta tarea alentada por el Papa Benedicto XVI.
“Estamos en un mundo muy secularizado y, paradójicamente, sediento de Dios y del sentido de la vida. ¿Cómo hacer para llevar el anuncio de Cristo a quien parece no estar interesado en él?”, cuestionó.
Para el Cardenal Erdo, la Nueva Evangelización es más que un tema, es una gran y urgente tarea “en la cual todos estamos llamados a despertar la fe y a construir comunidades cristianas bien enraizadas en el Señor y fuertes en el entusiasmo misionero”.
“La Nueva Evangelización –precisó– no es para nada un método sociológico, sino que es aquel esfuerzo misionero que es esperado donde el cristianismo ha sido ya anunciado, pero donde la cultura se está alejando de la fe”.
Tras resaltar la gran labor de los católicos orientales en Europa, el Cardenal Erdo subrayó la importancia de los medios audiovisuales actualmente, destacando que las Iglesias orientales “son ricas en el aspecto visual y en la belleza del canto litúrgico”.
“No es solo una moda que los íconos sean muy pedidos también en occidente, sino un signo de un desarrollo cultura y antropológico. En esta situación las Iglesias orientales tienen una respuesta propia que ayuda fuertemente a la transmisión de la fe al hombre de hoy”.
Finalmente el Cardenal dijo que “la fe cristiana, el amor a Jesús y a su Iglesia son hoy, como siempre, esenciales para una Europa sana, que sea capaz de sobrepasar sus crisis y de tener juntos, sin homologación, la diversidad cultural y religiosa”.
Nunciatura Apostólica
La Nunciatura Apostólica en Perú confirmó la pronta llegada del Visitador Apostólico nombrado por la Santa Sede para solucionar el impasse entre el Arzobispado de Lima y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Según fuentes periodísticas, su arribo está previsto para este lunes 5 de diciembre.
El pasado 19 de octubre la PUCP anunció la designación del Cardenal Peter Erdo, actual Arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría) y Presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).
En su anuncio las autoridades de la PUCP reiteraron “la voluntad de diálogo” expresada en el acuerdo de la asamblea universitaria del 23 de septiembre de este año, en el que la PUCP rechazó adaptar sus estatutos a la constitución apostólica Ex Cordae Ecclesiae, con lo que podría perder su condición de pontificia y católica.
El comunicado de la Nunciatura Apostólica en el Perú, enviado a ACI Prensa, anuncia la llegada del Cardenal Erdo y destaca la buena disposición del Vaticano para resolver el conflicto con la PUCP.
La pronta llegada del Visitador Apostólico Cardenal Peter Erdo a nuestro país es para nosotros ocasión de alegría y cercanía con el Santo Padre. Esta decisión de la Santa Sede es una señal clara de colaboración benevolente para encontrar una buena solución al impasse surgido con motivo de las correcciones propuestas a los estatutos de la PUCP (Pontificia Universidad Católica del Perú)“, informa el texto.
También recuerda que “el Cardenal Erdo goza de una rica experiencia en el funcionamiento de la vida universitaria, dado que durante muchos años ha sido profesor y también rector en continuo contacto con el claustro académico con los profesores y el alumnado“.
El Cardenal, dice el comunicado, “es una personalidad abierta con mucha experiencia en el campo del Derecho Civil y Canónico. En particular ha hecho ya diversas visitas a otras Universidades Católicas para ayudar a la justa autonomía de la universidad.
Encomendamos esta delicada misión al Señor de los Milagros para su pronta resolución
“, concluye.
Sobre la próxima llegada del Visitador Apostólico, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, dijo en su programa sabatino radial Diálogo de Fe que “espero de la visita una luz de Dios, una buena voluntad de todos, un entendimiento”.
“Tengo la mejor disposición y espero que las autoridades de la universidad también la tengan”, añadió y explicó que la Visita Apostólica es privada y que el Cardenal llega con toda la confianza del Papa.
La estadía en el país del Cardenal Erdo podría prolongarse hasta el día 11 o 12 de diciembre. Luego de la visita apostólica el purpurado escribirá un informe sobre la misma para determinar el futuro de la PUCP.

Fuente: ACI/EWTN Noticias.

Iglesia de Cajamarca

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Obispo de Cajamarca

Pronunciamiento
Con profunda preocupación frente a los sucesos de estos días me dirijo nuevamente al pueblo de Cajamarca en nombre de la Iglesia Católica para expresar lo siguiente:
1. Una serie de cambios, transformaciones sociales y económicas a lo largo de dos décadas parecieran que eclosionaran en estos días y un tiempo de desazones y conflictos emergen aceleradamente, poniendo en cuestión el consenso mínimo para convivir en armonía. Insistimos en dar prioridad a la vida y dignidad de la persona y de los pueblos, que son los “aliados y custodios de la creación”, como afirma el Papa Benedicto XVI (28-11-2011)
2. Todavía estamos a tiempo de revisar y corregir lo andado, para lo cual es necesario que los actores depongan las actitudes de fuerza, poniendo por delante un proyecto nacional, regional y local que apunte al desarrollo y bienestar de todos en especial de los más pobres, que respete los derechos de las comunidades, permita las iniciativas empresariales necesarias para la generación de trabajo y conserve las maravillas que Dios nos ha donado.
3. Si bien todos los pueblos tienen derecho a la protesta, debemos evitar a cualquier precio todo acto de violencia física, de agresiones verbales, la agitación y la falsa información que pueda exacerbar los ánimos y evitar cualquier conducta que impida la solución de los conflictos.
4. Los actores deben dialogar. Es importante la presencia del Estado y sus instituciones. Aunque adolezcan de una serie de instrumentos jurídicos y funcionales, tienen que ser creativos y cercanos al pueblo como actitud. Una vez más se evidencia la urgencia de reformas en democracia. Las instituciones de gobierno en los diferentes niveles tienen que coordinar y hablar un sólo lenguaje, más allá de cualquier coyuntura política. También hay otros actores, las empresas mineras que tienen que revisar su itinerario a lo largo de este tiempo, necesitan una reflexión y quehacer más allá de lo corporativo. Y, finalmente, la sociedad civil (asociaciones, rondas, comités, gremios, universidades, partidos políticos, la Iglesia …) que no debe renunciar a un sano protagonismo, ni oscilar entre la indiferencia, el acomodo, la falsa neutralidad y la crítica fácil, la provocación y el desespero.
5. Vivimos una coyuntura vertiginosa que nos desborda. Cada día aparecen nuevos elementos. necesitamos momentos de reflexión, que ayudarían al diálogo y a evitar todo tipo de violencia.
6. Finalmente ruego a nuestra Madre la Santísima Virgen de los Dolores nos ilumine y los convoco para orar este viernes 2 de diciembre a las 8:00 a.m. en la Iglesia San Francisco (Plaza de Armas)
Monseñor José Carmelo Martínez Lázaro OAR – Obispo de la Diócesis de Cajamarca
Emisora católica agredida en Chimbote
COMUNICADO
El Prior Provincial, Fray Juan José Salaverry Villarreal OP, y los frailes de la Provincia Dominicana de San Juan Bautista del Perú, manifiestan públicamente su respaldo a los hermanos que laboran en Radio Santo Domingo de Chimbote frente a la agresión sufrida por las declaraciones del Presidente de la Región Ancash, Sr. César Álvarez Aguilar.
Somos conocedores de la vida religiosa de los hermanos que conforman actualmente nuestra Comunidad en Chimbote, del actual Director de Radio Santo Domingo y de los que han ocupado dicho oficio en estos últimos años. Por ello, la declaración calumniosa sobre la vida moral de nuestros hermanos nos resulta inaceptable. De la misma manera que no aceptamos las opiniones vertidas sobre Monseñor Luis Bambarén, Monseñor Ángel Simón y el clero de la Diócesis de Chimbote.
Desde que los frailes dominicos se hicieron cargo de la señal de Radio Santo Domingo, en el año 2003, no han dejado de mantener informado al pueblo de la Región del Santa sobre los principales sucesos de la realidad local, haciéndolo con veracidad, objetividad y con el único ánimo de favorecer al pueblo para que conociendo sus derechos pueda manifestar su voz gracias a las ondas de nuestra emisora.
La labor de nuestros frailes en Chimbote, es histórica (1962) y siempre ha sido testimonio de entrega generosa y de predicación auténtica de la verdad, desde las misiones en la tierra chimbotana el trabajo con la familia, la Justicia social, los medios de comunicación social, el trabajo en la educación especial, las Parroquias, cooperativas, desde el inicio de la Prelatura, hoy Diócesis de Chimbote, el trabajo con los pescadores en el puerto, desde el púlpito de la Iglesia hasta los micrófonos de nuestra emisora, llegando a los hermanos del campo y de la sierra ancashina. Por ello, no podemos permitir que el trabajo de tantos años sea descalificado por unas declaraciones infundadas que manchan la honra de la Iglesia, de la Orden de Predicadores y de nuestros hermanos de hábito.
La trasmisión de la verdad es uno de los fundamentos de nuestro carisma dominicano y muchas veces esto puede disgustar a algunos, pero no da el derecho para agredir e insultar de la manera tan baja con el propósito de hacer silenciar a un medio de comunicación.
Volvemos a reiterar nuestro apoyo a los hermanos dominicos en Chimbote, a los periodistas y trabajadores de Radio Santo Domingo, al trabajo Parroquial en San Pedro, al Obispo de la diócesis y a todos los sacerdotes que conforman el clero diocesano.
¡UNIDOS EN NUESTRO PADRE SANTO DOMINGO POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA!
Fray Juan José Salaverry Villarreal OP
Prior Provincial

Del Islam al Cristianismo

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Isla Flores
En Flores hay libertad de conversión, señala el Obispo de Ruteng- Indonesia
En comparación con otros países islámicos del mundo, donde la conversión del islam a otra religión se castiga incluso con la muerte “en Flores, la cuna del cristianismo en Indonesia, en la diócesis de Ruteng, cada año existe un pequeño grupo de musulmanes, 5 a 6 personas, que se convierten al cristianismo y son bautizados. Pero esto no plantea un escándalo, ni ninguna reacción”; es lo que le dice a la Agencia Fides, su excelencia monseñor Hubertus Leteng, obispo de Ruteng. Su diócesis abarca una superficie de tres ciudades, con más de 700 mil católicos, que representan el 93% de la población total.
“Flores es impermeable a las formas de fundamentalismo que cubren Indonesia. Por razones históricas, geográficas y culturales, la población local siempre ha estado abierta a la proclamación del Evangelio”. Además, continúa monseñor Leteng, “en Indonesia, país de mayoría musulmana, Flores no se ve como un cuerpo extraño: es un buen testimonio de la diversidad de la nación y la realización típica de los principios de la Pancasila, que son la base del Estado”.
El obispo señaló que “los intentos de provocar un conflicto interreligioso también suceden aquí, pero la actitud de los líderes religiosos, autoridades civiles y la gente común siempre ha ayudado a que estos intentos fallasen”.
La misión de la Iglesia Católica en Flores, concluye, continúa a través de la exuberante abundancia de vocaciones: por ejemplo el obispo cita más de 800 aspirantes a religiosas, que en su diócesis, desempeñan un valioso servicio pastoral en las parroquias, escuelas y comunidades.
Fuente: Agenzia Fides.
Mujer
Por Dante ALIGHIERI
Virgen madre, hija de tu hijo,
la más humilde y alta de las criaturas,
término fijo de la eterna voluntad,
tú eres quién la humana naturaleza
ennobleciste, de modo que su hacedor
no desdeño convertirse en su hechura.
En tu vientre se encendió el amor,
por cuyo calor, en la eterna paz,
esta flor germinó.
Aquí eres, entre nosotros, meridiana luz
de claridad, y allá abajo, entre los mortales,
fuente viva de esperanza.
Mujer, eres tan grande y tanto vales,
que quien desea una gracia y no recurre a ti,
quiere que su deseo vuele sin alas.
Tu benignidad no sólo socorre
a quien pide, sino que muchas veces
libremente se anticipa a la petición.
En ti la misericordia, la piedad,
la magnificencia, se reúnen
con toda bondad que se pueda encontar en la criatura,
Este, pues, que desde la caridad más honda
del universo hasta aquí ha visto
las existencias espirituales una a una,
te suplica la gracia de tal virtud,
que pueda con los ojos elevarse
más arriba, hacia la salud suprema.
Y yo, que nunca ardí en deseos de ver
más de lo que quiero para él, todos mis ruegos
te dirijo y te pido que no sean insuficientes
para que tu disipes todas las nubes
de su condición mortal con tus súplicas,
de modo que se descubra el sumo placer.
Aun te ruego, reina, que puedes
todo lo que quieres, que conserves sano
después de tanto ver los afectos suyos.
Venza tu guarda los humanos impulsos.
Mira a Beatriz, que con los bienaventurados
junta sus manos secundando mi ruego.

Fuente: EL PARAÍSO. Canto XXXIII. Traducción N. González, BAC 157. Madrid 1994. Sigue leyendo

Jesucristo ha resucitado

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Lima

La Procesión del Señor de los Milagros
Es un desfile místico y tumultuoso que canta, reza y emociona.
Por José Carlos Mariátegui- 4 de setiembre 1916 Primer Premio del Concurso Literario Nacional convocado por el Círculo de Periodistas de Lima, cuyo jurado estuvo integrado por Mariano H. Cornejo, Clemente Palma y Enrique Oyanguren.
La primavera de Lima -primavera anodina, neblinosa, gris, indefinida y cobarde- tiene dos días que resucitan súbitamente la tradición y la fe en la ciudad. En ellos la procesión del Señor de los Milagros dice la renovación y el florecimiento de la religiosidad metropolitana y hace pasar por sus calles híbridas, -virreinales y modernas- una fuerte, melancólica y pintoresca onda de emoción.
La historia de los temblores pavorosos que han estremecido y quebrantado a la ciudad, auspicia el fervor de estos días místicos en que Lima siente muy acendrado y muy profundo el catolicismo que cotidianamente canta en sus campanarios y murmura en sus capillas.
La metrópoli transformada, morigerada y desteñida por el progreso, se arredra, cohibe y oculta por un momento para que surja, vibre y palpite la metrópoli creyente, coronada y virreinal.
Hay en estos días una intensa resurrección del misticismo en Lima, asfixiado y sojuzgado ordinariamente por el vértigo y el olvido de la ciudad moderna. Y se parece esta resurrección a esos súbitos despertares piadosos que asaltan las almas de los hombres vueltos escépticos, fríos y cerebrales por el análisis, por la vida y por la duda.
Lima es una ciudad católica, pero no es una ciudad ferviente. No es una ciudad sentimental. Es sólo una ciudad medrosa. Vive en ella la fe acaso por la supervivencia de la tradición y por el temor a un desamparo misterioso, ignorado y temido. La población que llora en las misiones es una población pecadora y asentimental que le tiene miedo al fin del mundo y al infierno. Y es una población débil para el amor, pero fácilmente accesible para la atrición.
Y estos dos días de su indecisa y apocada primavera exaltan de improviso su catolicismo y su piedad, y la hacen prosternarse humilde y rendidamente ante las andas del Señor Crucificado que la defiende de los temblores y que la bendice desde el viejo muro de adobe sobre el cual pintó su imagen la mano rústica de un negro del coloniaje.
Las manifestaciones de fe de una multitud son imponentes. Dominan, impresionan, seducen, oprimen, enamoran, enternecen. La contemplación de una muchedumbre que invoca a Dios conmueve siempre con irresistible fuerza y honda ternura. El paso de la procesión del Señor de los Milagros por las calles de Lima, produce una emoción muy profunda en la ciudad que se encuentra sorpresivamente invadida por un sentimiento ingenuo, sedante y religioso.
Desde la hora en que abren las puertas de la Iglesia de las Nazarenas -hora clara, serena y luminosa-, para que la procesión del Señor de los Milagros salga a las calles, hasta la hora -hora tardecina, melancólica y oscura-, en que las andas se pierden en la oquedad sombría y ahumada de la misma iglesia, Lima siente las palpitaciones de una unción y de una tristeza muy acendradas, muy sinceras, muy grandes.
Para gozar esta emoción suave y candorosa, igual es aguardar el desfile de la procesión en un umbral o en una esquina que asistir al ingreso de la imagen en una iglesia suntuosa o en una iglesia humilde, que unirse a la multitud que sigue al Señor de los Milagros en su peregrinación a través de las calles de la ciudad.
Pero singularmente, es grato e intenso gozarla cuando el rumor de la procesión, el canto de las campanas y el cristiano olor del sahumerio nos sorprende dentro del hogar, de improviso, súbitamente, en una forma hora vulgar en que el espíritu está lejos de la devoción y la piedad.
Yo he sentido y he visto así la procesión. Yo he comprendido así lo que significa y lo que representa en la vida de la ciudad. Yo he amado así el instante en que el espectáculo magnífico de un recogimiento tumultuoso y sonoro ha cohibido y enternecido mi corazón.
Llegaron primero bajo mis balcones las voces de la gente que hacía la avanzada presurosa del desfile. Hay en las voces de esta gente una entonación muy distinta de la que hay en las voces de la que viene en el grueso de él. Son más vivas, más bulliciosas, casi regocijadas. Anuncian la cercanía de la procesión con alguna alegría y con algún alborozo.
Y luego llegaron las voces de los cánticos y de las plegarias, voces femeninas, lánguidas y parsimoniosas que parece que nunca se extenuaran y nunca se fatigaran.
Lentamente llegó por fin la procesión. Su paso es moroso y tardo. La solemnidad es siempre majestuosa y sonora. No es posible concebirla apresurada e inquieta. Tiene la gravedad del gesto con que el sacerdote bendice la misa a los cristianos y hace asperjes en la misa del miércoles de ceniza.
Acompasaba el paso de la procesión una marcha de banda militar. La marcha era marcial y soberbia. Pero, al influjo de la decoración, se hacía religiosa y litúrgica. Y se hacía especialmente triste. Sonaba en cada acorde un latido lleno de melancolía.
Y yo supe entonces por qué el espectáculo de este desfile místico y tumultuoso impresiona tanto a las almas, enternece tanto los corazones, silencia tanto todas las cosas y hace que los ojos lloren, que las rodillas se hinojen y que las manos se junten, por la señal de la Santa Cruz.

San Pedro RomaLas andas del Señor de los Milagros
Son pesadas, fuertes opulentas las andas del Señor de los Milagros. Sobre ellas un arco de plata oscilante y bruñido hace un halo glorioso para la imagen del Señor, pintada en un lienzo que hace untuosa la luz de los cirios y que lleva en su envés la imagen de la Dolorosa, la triste Virgen del corazón atravesado por las siete espadas.
Estas andas no pueden ser llevadas con presura. Son demasiado pesadas y afligen demasiado las espaldas de los hermanos que las cargan. Precisa llevarlas con sosiego. Y precisa que de trecho en trecho hagan alto porque su marcha es jadeante y trémula.
Hombres fornidos, zambos, negros o mestizos, llevan estas andas. Se relevan de rato en rato. Y dejan las andas sudorosos, extenuados, exhaustos. Todos ellos son hermanos del Señor de los Milagros. Cofrades de una congregación humilde y piadosa de gentes del pueblo que tienen la misión de conducir las andas y de cuidar la cera del Señor.
Y estos hombres que sufren la fatiga de la carga no se quejan nunca. Tienen, más que resignación, placer y regocijo en su trabajo. Saben que se cuenta, sobre su vida oscura y su devoción profunda, una verdadera leyenda. La leyenda de que el Señor de los Milagros se lleva todos los años a uno de ellos al cielo. Ellos piensan acaso que esta muerte es una muerte edificante y cristiana y que es casi un premio que los conduce a la bienaventuranza.
Las andas son antiguas. Año tras año se las repara pero nunca se las renueva totalmente. Tienen la agobiante y grave pesadez de la cruz. Y parece que las hicieran más agobiantes, mucho más agobiantes todavía, las flores que portan en los días de la procesión. A medida que la procesión avanza hay más flores sobre las andas. Unas son puestas con la unción de una ofrenda religiosa. Otras son aventadas desde los balcones como lluvia mística. Y se hacen tan profusas y tan abundantes, que parece que tornaran más fatigosa la carga de las andas.
Y estas andas, al avanzar, tienen a veces un crujido, a veces un temblor tan sólo a veces una trepidación aguda. Hay instantes en que se les ve bamboleantes. Y cuando son puestas en el suelo y la procesión hace alto, para que los “hermanos” descansen o para que desde el patio de una casa o desde el atrio de un templo se cante una plegaria, estas andas tienen un sonido bronco y fuerte.
San Juan de LetránLa ruta de la procesión
La procesión tiene una ruta que es siempre la misma. La sigue desde hace muchos años. Y apenas si hacen en ella la alteración de suprimir la entrada en una iglesia. La ruta de la procesión abarca aproximadamente toda la ciudad antigua. No llega Abajo el Puente. Pero tampoco se acerca a los suburbios aristocráticos de la Exposición. Cuando se fijó la ruta, no existían estos suburbios aristocráticos que no son los suburbios donde la ciudad se envejece, sino los suburbios donde la ciudad se renueva.
La ruta de la procesión va de un lado a otro de la ciudad. Conduce el desfile primero a la iglesia de Santo Domingo, luego a la Catedral y luego a la Concepción. Y tiene todos los años los mismos descansos. El medio día del 18 de octubre en la Concepción. La noche en las Descalzas. El medio día del 19 de octubre en Santa Catalina. Las gentes dicen sencillamente que el Señor “duerme” en las Descalzas y “almuerza” un día en la Concepción y otro en Santa Catalina.
En la puntualidad y fijeza de esta ruta se siente un intenso latido de tradición. Nada hay que las modifique. Nada hay que las trastorne. Las andas van de una iglesia a otra con una exactitud invariable. Y los devotos saben siempre, más o menos, en qué sitio pueden encontrárselas a tal y cual hora.
La entrada del Señor en una iglesia tiene siempre una grave solemnidad. Cuando la iglesia es una humilde iglesia conventual, ¡cuán sencillos, inefables e ingenuos parecen los sones del campanario! Cantan en el coro las monjas enamoradas o los frailes broncos. Hay un homenaje amoroso y apasionado que vibra y resuena en el campanario y en el órgano. Cuando la iglesia es una iglesia grande y suntuosa, ¡cuán majestuosos y magníficos parecen los sones de las campanas formidables! Hay colegios de frailes que salen a recibir al Señor con la cruz alta y con los turíbulos y que entonan un cántico monótono y sonoro. Y entre ellos a veces, tal prelado o cual obispo de orgullosa tonsura y porte arrogante o mezquino.
Y en esa ruta hay de todo. Pavimento metropolitano y pavimento suburbial. Adoquín, ripio, piedra de río o piedra berroqueña. Sendero cómodo o sendero hostil. Piso áspero y descuidado, y piso suave y limpio.
Aquí un trecho terso que será grato para la planta desnuda del penitente; allá un trecho duro y cruel que tendrá que serle grato también por el amor de Dios y por el recuerdo de lo mucho que padeció nuestro Señor en su pasión y muerte.
Gentes, cosas y sucesos de la procesión
El cortejo del Señor de los Milagros es abigarrado, heterogéneo, inmenso, amoroso, devoto, creyente. Es aristocrático y canalla. Junta al dechado de elegancia con el ejemplar de jifería. Hay en él dama de alcurnia y buen traje, moza de arrabal, barragana de categoría, mondaria plebeya en arrepentimiento circunstancial, criada y fregona humildes. Y hay, por otra parte, varón pulcro y de buen tono, obrero mal trajeado y mal aseado, mendigo plañidero, hampón atrito, gallofero fervoroso y campesino zafio y rústico, todos ellos codeándose sin disgustos, grimas ni desazones.
Los zambos y los hábitos mantienen un girón típico de la tradición. Son su oriflama, su heráldica y su pergamino. Coloran intensamente la fiesta y sus modalidades. Sin ellos sentiríase amortecimiento en una y otras. Y el hábito morado es sugerente y bello. Tiene un color lleno de sabiduría y de emoción, que es siempre un color litúrgico. Con lienzos morados se cubren las imágenes cristianas en los días de duelo de la Semana Santa. Y siempre cree uno haber visto el color morado en las cosas sagradas, igual en el traje del prelado que en la casulla del párroco. Igual en una sacristía que en una capilla ardiente. El morado es armonioso y es amable. Y es sedante y melancólico. Seguramente la ciencia sabe que el color morado, por piadoso y bueno no le hace daño a la vista humana.
Las sahumadoras del Señor de los Milagros son cristianas sahumadoras que no emplean el litúrgico turíbulo ni el oriental pebetero. El que arde en sus manos y sopla su aliento es un incensario de plata o de níquel, que finge generalmente la figura de una pava, sin que esto se explique bien porque el pavo no es símbolo cristiano a lo que se sabe.
Los penitentes llevan vestidos de jerga unas, de tela morada otras, y acompañan la procesión con los pies desnudos. Sahúman o llevan cirios. Cantan rogativas o rezan el rosario. Y poseen casi una gravedad sacerdotal que se impone a los que van cerca de ellas. Inician el cántico o la oración y los demás las obedecen con agrado y acatamiento, así la penitente sea pobre mulata y dama gentil quien la sigue en el rezo o en el canto. Y como hay sahumadoras y penitentes, hay, también, ambulantes vendedores de cirios, cordones y estampas. Y hay también, dentro de la decoración de la fiesta, turroneros y vivanderas que portan la golosina y el manjar gratos al gusto limeños.
Todo es emotivo, pintoresco, suave, melancólico y grato en la procesión del Señor de los Milagros. Los “milagros” cuentan siempre una leyenda así sean de oro o de plata, grandes o pequeños, de pulida o torpe labor y con cifra o palabra o sin ellas. Y como los “milagros” son los cánticos. Y como los cánticos son las plegarias. Y el santo rosario que tiene quince misterios y quince evocaciones y que tiene también gracias y virtudes.
Dos días todopoderosos resucitan la tradición y la fe de una ciudad; desde un muro de adobe la imagen pintada por un negro esclavo nos impone a todos, recogimiento y unción; Lima torna a ser la ciudad colonial de los temblores y de las rogativas; la oración católica, apostólica romana se pasea impávida y generosa por todas las calles; la música marcial acompasa un desfile dulce y místico, revive la leyenda de los balcones floridos, engalanados y festonados; los frailes y los niños cantan alabanzas en el umbral o en el atrio de una iglesia mientras un tumulto se calla; la golosina criolla da mercancía al comercio trashumante del pregón; los tranvías eléctricos y el tráfico mundano se paralizan en las calles que atraviesan las andas y su cortejo; suenan las alcancías de metal que piden limosnas y dan estampas u otras cosas benditas que sirven para librarnos de todo mal; las ingenuas palabras del catecismo vuelven a los labios; los corazones tienen ternuras acendradas y vierten los ojos lágrimas sinceras; la ciudad pecadora se arrepiente por un instante de cuanto hizo de palabra, pensamiento y obra y no fue bueno; y, sobre todas las cosas, triunfa el señorío de Nuestro Señor Jesucristo que murió en una cruz para redimirnos del pecado original. Amén.
Fuente: Revoredo, César. Antología de la Tradición: ofrenda a la ciudad de Lima. DPPGC. 1961.

Cardenal Péter Erdö

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Cardenal Erdo
Por Andrés Beltramo Alvarez
Será Péter Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest, el visitador apostólico que deberá poner orden en la Pontificia Universidad Católica de Perú (PUCP), inmersa en una disputa eclesiástica y jurídica sobre su legítima propiedad. Se trata de un “peso pesado” del mundo católico europeo, un personaje que goza de toda la confianza del Vaticano.
Nacido en Budapest el 25 de junio de 1952. Es el cardenal primado de Hungría y presidente de la Conferencia Episcopal de ese país. Desde 2006 también encabeza el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), el máximo organismo de representación de los obispos en el “viejo continente”. Apenas el 30 de septiembre pasado fue ratificado en el puesto hasta el 2016.
Su nombramiento había generado gran expectativa, tanto en Lima como en Roma, luego que el cardenal arzobispo de la capital peruana, Juan Luis Cipriani Thorne, anunció el 22 de septiembre pasado que la Santa Sede iba a dirimir el problema en la PUCP con el envío de un “visitador apostólico”, un interventor y mediador.
Según su biografía, el purpurado cursó estudios religiosos en el Seminario Arzobispal de Esztergom y en el Seminario Mayor de Budapest. Recibió la ordenación sacerdotal el 18 de junio de 1975. Desarrolló una intensa labor académica, en la cual destacó como profesor invitado en la facultad de Derecho Canónico de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. También impartió lecciones en la Universidad Péter Pázmány de Budapest, de la cual llegó a ser rector.
Asimismo asistió -en calidad de experto- a la II Asamblea Especial para Europa del Sínodo de Obispos, en el Vaticano, desde el 1 hasta el 23 de octubre de 1999 y, unos días después –el 5 de noviembre- fue designado como obispo auxiliar de Székesfehérvár. Recibió la investidura episcopal de manos del mismo Juan Pablo II el 6 de enero del año 2000.
Sucedió al cardenal Laszlo Paskai al frente de la arquidiócesis de Esztergom-Budapest el 7 de diciembre de 2002. Menos de un año después, el 21 de octubre de 2003, recibió el birrete colorado y se convirtió –a sus 51 años- en el cardenal más joven del mundo. Desde 2005 dirige los destinos de la Conferencia Episcopal Húngara.
Se trata de un prelado de carrera ascendente, con un rol importante también en la Curia Romana: es miembro de las congregaciones para la Educación Católica, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos y del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica.
Es especialista en teología y derecho canónico. Esta segunda disciplina le servirá particularmente para encontrar una solución definitiva al problema en la universidad peruana, cuyas autoridades han rechazado adecuar sus estatutos a la constitución apostólica “Ex Corde Eclessiae”, el documento que norma a todas las instituciones de educación superior católicas en el mundo.
La PUCP es un caso raro y único. De las nueve universidades católicas existentes en ese país sudamericano, ocho se rigen por dicha constitución apostólica. Una no, justamente la Pontificia. Una situación anómala que la Santa Sede desea arreglar, pese a la resistencia del rector Marcial Rubio y la Asamblea Universitaria. Ellos prefieren no cambiar nada y permanecer como hasta ahora, con independencia absoluta de la arquidiócesis limeña, garante final de la catolicidad en ese centro de educación.
De hecho y pese a ser formalmente el Gran Canciller, el arzobispo Cipriani no ha podido hasta ahora ejercer su autoridad en la casa de estudios, porque simplemente se lo han impedido argumentando la “autonomía universitaria”. Algo similar ha ocurrido con sus antecesores desde 1972.
Así las cosas se trata de una disputa añeja, que ya debió estar solucionada al menos 10 años atrás. En 1999 Juan Pablo II aprobó la “Ex Corde Ecclesiae” y exhortó a todas las universidades católicas a adecuarse a tal documento. La mayoría lo hicieron, la PUCP no. Luego de muchas insistencias, en noviembre de 2009, las autoridades mandaron a Roma el texto de sus estatutos. Pero El Vaticano se los rebotó.
El 19 de agosto último la arquidiócesis de Lima difundió una carta de la Congregación para la Educación Católica en la cual se pide modificar dicha normativa para, entre otras cosas, permitir que el Gran Canciller (arzobispo Cipriani) tenga la potestad de nombrar al rector de la universidad, tras recibir tres propuestas de la Asamblea Universitaria.
Pese al emplazamiento romano, el rector y sus colaboradores mantuvieron su postura. El 23 de septiembre votaron una negativa oficial al cambio de estatutos. Esto obligó una intervención vaticana con medidas extremas, anunciando el envío de un visitador que ponga fin a las divergencias.
La nunciatura apostólica en Lima ya informó el nombre del visitador al Consejo Universitario, que ha declarado genéricamente una “voluntad de diálogo” pero sin modificar sustancialmente su postura. Aún se desconoce la fecha de arribo del cardenal Erdo al Perú.
Mientras tanto, entre los estudiantes y profesores, se ha difundido una campaña según la cual el interés del arzobispado de Lima es “apropiarse de los millones” de la casa de estudios y permitir que el “Opus Dei entre a dirigirla”. Esto en clara referencia a la filiación del cardenal Juan Luis Cipriani con “La Obra”.
Empero la realidad es distinta: la PUCP se fundó en 1917 gracias la herencia de un rico pensador peruano, José de la Riva-Agüero y Osma, quien condicionó su apoyo al establecimiento de una universidad católica. Por eso un artículo de la carta orgánica de la institución, aún vigente, establece que en caso de disolverse sus bienes pasarán al arzobispado de Lima, que debería destinarlos a otra obra educativa.
Así las cosas si los actuales directivos se empeñan en desoír las instrucciones vaticanas corren el riesgo de quedarse sin nada: perderían los títulos de “pontificia” y “católica”, los recursos y los terrenos
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Fuente: www.vaticaninsider.es
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Vida, matrimonio y familia

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Carta Iglesias Cristianas Chile
LAS IGLESIAS CRISTIANAS DE CHILE
Carta acerca de los Valores Fundamentales sobre la Vida, el Matrimonio y la Familia
Señor Presidente de la República
Señores y Señoras miembros del Poder Legislativo y del Poder Judicial
Presente
Mirando por el supremo bien de Chile y los valores fundamentales que inspiran una cosmovisión cristiana del ser humano y de la sociedad en que vivimos, las Iglesias y comunidades eclesiales abajo firmantes, conjuntamente y en unidad de intenciones, venimos a plantear ante ustedes, autoridades del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, con respeto, lo siguiente:
1. Afirmamos con toda claridad que la Vida, el Matrimonio y la Familia, constituidos por la unión de un hombre y una mujer, son el fundamento y la base de la sociedad, y que es obligación de Estado promoverlas y evitar aquello que dificulte su desarrollo. La salud o enfermedad de una sociedad y de su Estado se refleja en la situación de sus familias.
2. Respetamos profundamente a quienes piensan de manera diversa en estos temas, sin embargo ello no legitima que se introduzcan cambios conceptuales drásticos en la legislación que afecten las profundas convicciones arraigadas en nuestro pueblo.
De la misma manera, creemos que las leyes que emanan del poder legislativo deben respetar siempre el designio creador sobre el ser humano y lo que la misma naturaleza nos enseña acerca del amor humano, la vida y la familia.
3. Por estas razones nos parece completamente improcedente que se legisle para introducir en nuestra patria el aborto, es decir la facultad de poner fin a la vida humana en el seno materno. No existe ninguna razón que haga lícita una intervención directa con el propósito de privar de la vida al más inocente de todos los seres.
4. De la misma manera expresamos nuestro rechazo a la legislación que pretende incluir en el ordenamiento jurídico las uniones de hecho, especialmente entre personas del mismo sexo.
Creemos que aprobar estas iniciativas, tal como se proponen en los proyectos legislativos presentados al Parlamento, implica por sí mismo discriminaciones atentatorias contra el bien de la institución matrimonial e injustas en contra de la vida.
5. Las Iglesias Cristianas en Chile rechazamos que en la redacción del actual proyecto de ley que establece medidas contra la discriminación se use el término “orientación sexual”, un concepto cuya ambigüedad ha derivado, en otras naciones, en una distorsión de la sexualidad y de las bases de la familia, así como en un serio peligro para el ejercicio de numerosas libertades, entre otras la religiosa, que son los fundamentos de una sociedad libre. Tampoco quisiéramos que, en virtud de este pretexto, se llegue a permitir el matrimonio y la adopción de niños y jóvenes por personas del mismo sexo unidas legalmente.
6. Considerando que más de un 85 % de la comunidad nacional se declara de convicciones cristianas, invitamos a nuestras autoridades y legisladores a una seria reflexión acerca de las consecuencias que legislaciones como las señaladas pueden importar para el futuro de Chile. Estamos ante proyectos que amenazan grandes valores de la ética cristiana, que son la base de la vida y de la sociedad que buscamos legar a las generaciones venideras.
7. Nos importan los valores de la diversidad y el respeto en una sociedad libre y democrática. Pero a la autoridad le corresponde reconocer que existen principios y valores inmutables que han alimentado el alma y los cimientos de nuestra nación, cristiana desde sus inicios. Quienes no los acepten tienen todo el derecho de hacerlo, pero la ley es una ordenación social, moral y ética para todos y no puede imponerse contrariando la naturaleza de las cosas y vulnerando, creemos, el sentir mayoritario del país.
8. En diversos momentos, como entidades cristianas hemos hecho presente nuestra mirada sobre estas iniciativas. Ahora, en conjunto, pensando sólo en el bien de Chile, de sus hombres y mujeres, y especialmente de la juventud, expresamos formal y públicamente nuestra opinión, solicitando fervientemente a quienes tienen responsabilidades de legislar, que escuchen y acojan estos planteamientos.
9. Hacemos un llamado fraternal para que nuestras autoridades del Poder Ejecutivo,
Legislativo y Judicial comprendan que estas iniciativas de ley, actualmente en estado de tramitación, son atentatorias al desarrollo de valores e instituciones fundamentales como la vida, el matrimonio y la familia.
10. Todos juntos, elevamos a Dios nuestras oraciones para que la sabiduría ilumine a nuestros gobernantes legisladores y jueces, avancemos por los caminos de la paz y la concordia en nuestra patria y tengamos leyes que afirmen estos valores e instituciones sobre los cuales se ha levantado la grandeza de nuestra nación.
Respetuosamente y en la confianza de que estos planteamientos sean acogidos para el bien de nuestra patria, pedimos la bendición para ustedes.
Monseñor Ricardo Ezzati -Presidente Conferencia Episcopal Católica
Arzobispo Sergio Abad -Iglesia Ortodoxa de Chile
Obispo Emiliano Soto -Mesa Ampliada de Organizaciones Evangélicas
Arzobispo Héctor Zavala -Iglesia Anglicana de Chile
Obispo Roberto López -Iglesia Metodista Pentecostal de Chile
Obispo Francisco Anabalón -Iglesia Pentecostal Apostólica

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PUCP no es autónoma de la Iglesia Católica

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PuntoEdu

Dos palabras muy usadas por las autoridades de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) para defender su decisión de no acatar las correcciones enviadas a sus estatutos por la Congregación para la Educación Católica son autonomía universitaria.
Este concepto, que encuentra su base legal en la Ley Universitaria, tiene como objetivo, según explicó en el diario “La República” la ministra de Educación, Patricia Salas: “evitar que lo que pase dentro de las casas de estudios superiores respondan a un solo tipo de conocimiento, ideología o que un determinado régimen gubernamental imponga algún tipo de estilo de enseñanza”.
¿Esta autonomía es solo respecto del Estado o también lo es respecto a la Iglesia Católica?
Al respecto, el ex ministro de Educación Grover Pango sostuvo que si bien la autonomía universitaria “ha ido convirtiéndose en una especie de vicio porque no hay una entidad que regule las decisiones”, la denominación de la PUCP no le permite usarla absolutamente.
“Tiene una relación con el papado y hay una obligatoriedad que la hace diferente de todas las universidades. Eso pone determinados marcos, límites que hacen que la Universidad Católica no pueda hacer lo que otras”, dijo.
La Ley Universitaria “es general”, son los convenios entre estados, que en este caso sería el que tiene el Perú con el Vaticano, los que dan complementariedad a la Ley. “Una ley general u orgánica es algo suficientemente genérico como para que alcance a todas las universidades privadas, pero hay naturalezas singulares, por su origen, por su funcionamiento”, señaló.
En ese sentido, Mercedes Cabanillas, también ex ministra de Educación, coincidió con Pango: “No se puede legislar por nombre propio, sino por la naturaleza de las cosas”, indicó.
La ex congresista agregó que la invocación a este concepto es “un pie forzado” porque el concepto estricto de autonomía es básicamente académico, económico y administrativo. La Ley Universitaria implica los derechos de: Aprobar su estatuto y gobernarse de acuerdo a él. Organizar sistema académico, económico y administrativo. Administrar sus bienes y rentas.
La Pontificia Universidad Javeriana en Colombia, por ejemplo, tiene sus estatutos aprobados por la Congregación para la Educación Católica del Vaticano. El capítulo uno de este documento especifica que este centro de estudios se rige por la constitución apostólica “Ex Corde Eclessiae”.
La Pontificia Universidad Javeriana es una institución fundada por los jesuitas y reafirma su autonomía universitaria (punto 24 cap. uno) y explica que su ejercicio se da dentro del orden jurídico del país, pero en relación con la Iglesia Católica y su constitución.
En esta universidad de Colombia, los estatutos especifican las atribuciones del gran canciller, que en este caso es el general de la Compañía de Jesús. Entre las funciones de esta autoridad está nombrar al rector y solicitar a la Santa Sede la confirmación de la designación.
En la Pontificia Universidad Católica de Chile el panorama es el mismo. El art. 35 de los estatutos de esta casa de estudios superiores especifica que el rector será nombrado por la competente autoridad eclesiástica, según las normas de la Santa Sede.
Igualmente, los estatutos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en Chile, detallan en su artículo 18 las atribuciones del gran canciller. Entre ellas está el nombrar y remover al rector e incluso autorizar la enajenación o gravamen de bienes raíces de la universidad.
El estatuto de la Universidad Católica del Norte, también de Chile, da la facultad al Vaticano de ratificar el nombramiento del rector.
Luces y sombras del acuerdo de la PUCP
Por Padre Luis Gaspar Uribe -Doctor en Derecho Canónico
El acuerdo de la Asamblea Universitaria de la, todavía, Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) del 23 de setiembre decidió no aceptar la petición de cambio de estatutos propuestos por la Santa Sede. Dicho acuerdo contiene dos ideas: defender la autonomía universitaria con los estatutos y reafirmar una disposición de diálogo con las instancias competentes de la Iglesia Católica, implícitamente incluido el anunciado cardenal visitador apostólico.
La potestad del obispo de Roma, como la de todos los obispos y sacerdotes, tiene una triple expresión: orden, magisterio y jurisdicción. El orden sagrado permite servir a los fieles laicos mediante la administración de los sacramentos y la celebración del sacrificio de la misa, el magisterio de la doctrina de la fe extiende el reinado de Cristo por todo el mundo y la jurisdicción permite a la jerarquía eclesiástica administrar la Iglesia, el Cuerpo del que Cristo es Cabeza. El orden sagrado no está puesto en duda por nadie en este desencuentro.
Mediante el magisterio pontificio, la Iglesia enseña –nadie mejor que su santidad Benedicto XVI– la buena doctrina teológica a todos los hombres de buena voluntad. Mediante la jurisdicción se gobierna la Iglesia: las diócesis, las instituciones de vida consagrada y las entidades docentes y asistenciales católicas.
La rebeldía de las autoridades universitarias se refiere al magisterio, en cuanto afirman que la pluralidad significa tolerarlo todo, en igualdad de circunstancias… siempre que no se aparte nadie del pensamiento único vigente como políticamente correcto. Intolerancia total, tolerancia cero, y a la jurisdicción, en cuanto niega cualquier relación vinculante entre la PUCP y la jerarquía eclesiástica, incluidas las correcciones a los actuales estatutos, no aprobados por la Santa Sede.
A la Iglesia le importa salvaguardar la herencia de Riva Agüero y los bienes eclesiásticos de la PUCP. Pero le importa mucho más la formación cristiana de la juventud, la salvaguarda del esfuerzo que tantos buenos católicos han dejado como herencia moral en la PUCP. Para eso armoniza las leyes canónicas con las civiles, gracias a dos mil años de experiencia. Ya que cuando se pierde el gobierno y el magisterio, el orden sagrado queda reducido en la práctica muchas veces apenas a la unción de los enfermos en el trance de la muerte, que es la hora de la verdad.
El resultado de la jornada del 23 de setiembre deja claro qué es lo que interesa a la Iglesia y qué a los directivos de la PUCP. Sea dicho esto en desagravio a las ofensas que, gratuitamente, han lanzado al aire algunos contra el cardenal Juan Luis Cipriani.
Et lux in tenebris lucet

Maria Mendez GastelumendiPor María Méndez Gastelumendi
“Y la luz brilló en las tinieblas” es una frase del evangelio de San Juan (Juan 1,5) que alude a la luz de Cristo, quien ingresa a la historia humana para iluminarla con su palabra y ejemplo. La luz de Cristo, que es verdad y caridad, sabiduría y amor al prójimo, resplandece y triunfa frente a las “tinieblas”, es decir, las fuerzas del odio y la maldad que están en la raíz del sufrimiento humano. En el océano de incertidumbre que es la existencia humana, la palabra de Cristo ilumina y salva, guía a los seres humanos por el camino del bien.
Et lux in tenebris lucet es la frase emblemática que encabeza el escudo de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Acompaña a esta frase la figura de un barco en aguas turbulentas cuya travesía es iluminada por una estrella que resplandece en forma de cruz, símbolo de la fe católica. Este logo subraya la identidad católica de la universidad y es el ícono emblemático que la representa.
Las universidades católicas del mundo nacen con el objeto de otorgar una educación universitaria de calidad a los jóvenes, en el marco de la fe y los valores católicos. ¿En qué se diferencian de una universidad laica? En que el objetivo de la educación que imparten es, además de académico y científico, formativo dentro de los principios de la fe. Quienes fundaron la Universidad Católica, y quien le legó sus bienes, lo hicieron para impartir conocimiento y ciencia, con pluralismo y excelencia, pero siempre en el marco de la fe y los valores esenciales de la doctrina de la Iglesia. No crearon una universidad laica, agnóstica o atea, crearon una universidad católica.
El fondo de la disputa que existe hoy entre la PUCP y la Iglesia es precisamente la naturaleza de la universidad. Desde los años 70, la PUCP fue progresivamente abandonando el objetivo central de su creación: brindar una educación católica. Las ideas marxistas en boga fueron reemplazando a una visión y reflexión más amplia y constructiva de la realidad nacional y mundial. Durante mis años como estudiante de la PUCP no recuerdo, por ejemplo, que alguna Encíclica haya sido lectura obligatoria como sí lo fueron los Principios Elementales del Materialismo Histórico. En la formación impartida en las facultades de Letras o Ciencias Sociales, Mariátegui era el pensamiento guía, Haya era estigmatizado y Víctor Andrés Belaúnde estereotipado como reaccionario. La obra de Riva Agüero era ignorada por la comunidad universitaria. El benefactor de la PUCP era despreciado por el establishment académico de la universidad a la que legó sus bienes y fortuna.
Algunas autoridades de la universidad consideran que un reencuentro entre fe y razón, y una participación mayor de la Iglesia en el rumbo de la universidad significan “oscurantismo” y atraso. Los ataques contra la Iglesia (amparándose en antiguos yerros históricos como la Inquisición o los execrables casos de pederastia condenados por el propio Papa) no han cesado en estos meses, buscando, por un lado, restar autoridad moral a la Iglesia y, por otro, atribuir el conflicto a la supuesta “ambición” del cardenal Cipriani. Craso error.
El tema de fondo es totalmente otro y va más allá de los aspectos jurídicos y patrimoniales. La cuestión a dilucidar es si la universidad desea seguir siendo católica o no. Tan simple como eso. Esperemos que el enviado del papa Benedicto XVI ayude a construir puentes entre las partes e inicie un camino de diálogo y reconciliación.
Fuente: Diario Expreso.

Misión del Visitador Apostólico

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San Pedro Roma

Arquidiócesis de Lima
La Santa Sede ha comunicado al Señor Cardenal el día de ayer, en su condición de Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica del Perú, que enviará un Cardenal como Visitador Apostólico a dicho centro de estudios para “colaborar en la solución” de la situación generada por las correcciones propuestas a los estatutos de esa universidad.
El Gran Canciller, siguiendo las indicaciones recibidas de la Congregación para la Educación Católica en coordinación con la Secretaría de Estado, ha trasmitido el día de hoy por escrito al Señor Rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú esta trascendente decisión de la Santa Sede, recogiendo el ánimo benevolente que inspira esta prudente decisión tomada al más alto nivel.
Deseamos que ésta muy importante decisión Pontificia permita llevar los cauces de esta delicada situación por caminos de prudencia en la toma de decisiones que ayuden a encontrar una buena solución al impasse surgido.
Oficina de Comunicaciones y Prensa

Cecilia ValenzuelaCecilia Valenzuela
La periodista Cecilia Valenzuela defendió enérgicamente al Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, de los ataques del también hombre de prensa Augusto Álvarez Rodrich, quien insultó al Purpurado en medio de la polémica por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), cuyas autoridades se niegan a acatar un fallo del Tribunal Constitucional y las disposiciones de la Santa Sede.
Valenzuela, conductora del programa “Mira Quién Habla” de la señal de cable Willax TV, respondió “como cristiana y católica” a las agresiones contra el Cardenal y deploró la columna que Álvarez Rodrich publicó el 8 de septiembre en el diario La República con el título de “El gran chauchiller”.
La palabra “chauchiller” combina el título de Gran Canciller de la PUCP que tiene el Arzobispo y “chauchilla”, una palabra que en Perú tiene el sentido de cosa insignificante o poco importante.
Valenzuela señaló que el texto de Álvarez Rodrich “ofende la inteligencia y la dignidad de los católicos que somos muchos en el Perú, y agrede la institucionalidad de una Iglesia a la que nuestro país le debe demasiado”.
La nota de Álvarez Rodrich afirma que la “trayectoria del cardenal lo invalida para convertirse, como ‘Gran Canciller’, en la figura decisiva en la PUCP, simplemente porque él significaría la destrucción de lo que es hoy en día esta universidad” y califica su actuación como puesta al servicio de “sectores dogmáticos, arrogantes e intolerantes”.
Álvarez Rodrich, recordado por Valenzuela por su afinidad con el régimen de Alberto Fujimori, alienta a los estudiantes universitarios a protestar y atacar al Cardenal en público.
Valenzuela lamenta que Álvarez Rodrich pretenda convencer a los universitarios del país que “el problema en la Universidad Católica se llama Juan Luis Cipriani cuando todos sabemos que no es así”.
“¿Con qué autoridad el señor Álvarez Rodrich ningunea al Cardenal?”, cuestiona Valenzuela y considera que el periodista seguramente “ha buscado y no le ha encontrado ni un delito a este Obispo”.
“Durante el gobierno de Fujimori y Montesinos seguramente a mí me podrían haber parecido inmorales las opiniones de Álvarez Rodrich porque él era un fujimorista activo. Él trabajaba en el gobierno fujimorista, sin embargo no se me ocurriría decir que su trayectoria lo invalida como periodista. ¿Qué le pasa a este señor?”, interrogó Valenzuela.
El Cardenal “Cipriani es la cabeza de la Iglesia Católica en el Perú. Nos guste o no nos guste su personalidad. Los católicos obedecemos a nuestros pastores. Los respetamos y cuidamos nuestra institución religiosa”, precisó.
Tras afirmar que “voy a defender al Cardenal Cipriani del periodista oficialista que ahora lo agrede”, Valenzuela explica que lo hace porque “defiendo la institucionalidad de la Iglesia a la que pertenezco”.
Seguidamente enumeró una serie de razones por las que el Perú le debe mucho a la Iglesia Católica, que con sus muchas obras asiste especialmente a los más débiles y desprotegidos en toda la nación.
“Por cierto, solo un ignorante podría negar lo que la Iglesia Católica ha hecho y hace por los más pobres, por los más necesitados y por los más miserables”, dijo.
“¿Qué sería, qué pasaría en el Perú sin los colegios, los orfanatos, los asilos, los hospitales, las universidades, los cementerios, las parroquias que la Iglesia Católica administra en el país?”, cuestionó.
Valenzuela comentó también que “la soberbia del poder hace que la gente se equivoque. Y Álvarez Rodrich se equivoca cuando piensa que los católicos somos pocos o somos cobardes”.
Cecilia Valenzuela dijo además que Álvarez Rodrich tiene muchos espacios para expresar sus opiniones en radio, prensa escrita y televisión.
Si es que sigue usando estos medios “para desprestigiar a la Iglesia Católica, por lo menos se va a encontrar con esta humilde periodista”, indicó.
“No podemos permitir que esto siga. Nadie tiene derecho a atacar a un pastor (…) porque está ofendiendo a quienes siguen a ese pastor. Así no pueden ser las cosas”, concluyó.
El caso PUCP
En 2010 el Tribunal Constitucional reconoció el derecho del Arzobispado de Lima a participar en la administración de la PUCP. Sin embargo, esta casa de estudios se niega hasta la fecha a acatar el fallo.
La última desobediencia de la PUCP, cuyo rector es el abogado Marcial Rubio Correa que ha emprendido una campaña de desinformación a la opinión pública, ocurrió el 19 de agosto de 2011, cuando se negó a acatar la orden del Vaticano de modificar sus estatutos de acuerdo a la constitución “Ex Corde Ecclesiae”.
Esto debe hacerse si esta casa de estudios desea mantener su condición de Pontificia y Católica. Condiciones que podría llegar a perder si persiste en su negativa.
Asimismo, entre los puntos que deben reconocer las autoridades de la PUCP está el derecho del Arzobispo de Lima de elegir al rector de la universidad, de entre una terna de tres candidatos presentados por la Asamblea Universitaria.
Recientemente las autoridades de la PUCP organizaron un desayuno informativo al que no permitieron el acceso de medios que se han mostrado críticos a su postura como los diarios Correo y Expreso.

Fuente: ACI Prensa.
A paso MarcialTodas las cartas han sido puestas sobre la mesa. El viernes 23 se llevará a cabo la esperada asamblea convocada en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su objetivo es poner al voto el informe que una comisión de la propia asamblea elaboró sobre los cambios al estatuto de la Universidad demandados por la Santa Sede, vía una carta remitida por el arzobispo Juan Luis Cipriani (CARETAS 2195).
Podría llamarse una mera formalidad. Ya el 19 de agosto la asamblea emitió un comunicado que pasó casi inadvertido. Ahí anunció la formación de la mencionada comisión pero también adelantó que respaldaba “el modelo actual de la PUCP plasmado en su estatuto”, además de reafirmar la identidad católica de la institución y “manifestar su voluntad de preservar la autonomía universitaria y el derecho a la propiedad privada de sus bienes” (a los que declara “no eclesiásticos”). Entonces la asamblea también formuló un voto de confianza al rector Marcial Rubio sobre su forma de abordar las relaciones tanto con el Arzobispado como con Roma.
La cancha del campus, pues, ya está claramente marcada.
“BASTANTE SENCILLO”
Probablemente ante lo previsible de la decisión, el cardenal Juan Luis Cipriani intentó tomar alguna distancia. El lunes 19, en conferencia de prensa ofrecida en ocasión de la devolución de un lote de libros por parte del Arzobispado a la Biblioteca Nacional, declaró que “respecto al tema de la universidad, lo que toda la ciudadanía está pidiendo es que se dialogue, no que se pelee”. Sobre la controversia en torno al testamento de Riva Agüero apuntó: “creo que debemos recordar, con el mejor ánimo, que todo este asunto se introdujo al Poder Judicial por iniciativa de la Católica, no del Arzobispado. Y esta propuesta de cambios de estatutos viene de la Santa Sede. Yo poco puedo dialogar si la Santa Sede está pidiendo algo bastante sencillo”.
Aquello “bastante sencillo” es lo que se espera recibirá un rotundo rechazo por parte de la asamblea compuesta por dos terceras partes de profesores, una de dirigencia estudiantil y cinco obispos que, desde hace dos años, no asisten a ninguna convocatoria. Se trata de darle al arzobispo, el Gran Canciller de la Universidad, la facultad de elegir al rector de una terna propuesta por la asamblea. Y en general, extender sus atribuciones a otras áreas académicas de la PUCP.
Un sondeo realizado por Ipsos-Apoyo y publicado por El Comercio arroja que el 56% de los encuestados limeños no se encuentra al tanto de la controversia entre la Iglesia y la Universidad. El 40% sí declara encontrarse informado.
El 83% opina que el rector debe ser elegido por “la asamblea universitaria con el voto de autoridades religiosas, profesores y alumnos”. El 14% cree que esa atribución le debería corresponder al Arzobispado.
Los estudiantes se han mostrado en activa oposición a Cipriani. Javier Albán, presidente de la Federación de Estudiantes ha dicho que si se adecuan los estatutos “sentiría que la universidad a la que ingresé ha muerto”. Otros dirigentes de Izquierda Universitaria, como Sigrid Bazán y Pedro Llanos, han sido igualmente críticos.
Pero otros personajes como Beatriz Boza, de Ciudadanos al Día, que no pueden ser calificados ni de izquierda ni “caviares”, se han mostrado elocuentes. La abogada celebró que allí “me formaron en libertad como lo sigue haciendo la facultad hasta ahora” y recalcó que la PUCP “es un espacio de encuentro, revaloración y testimonio vivo de nuestra diversidad”.
Algunos religiosos han dejado escuchar sus voces de protesta. El padre jesuita Jeffrey Klaiber, también historiador y teólogo, además de profesor principal del Departamento de Humanidades, le declaró a Punto Edu, publicación interna de la universidad, que a partir del II Concilio Vaticano de 1962 “la Iglesia misma se abrió al resto del mundo. Incluso hubo protestantes invitados al Concilio. En ese sentido, una Universidad Católica debe seguir a la Iglesia. Ser una institución abierta al mundo, en diálogo con otras perspectivas”. Y remata: “de hecho, lo hacemos”.
Klaiber destaca que “hay universidades fundadas por obispos, otras por órdenes religiosas y otras por ninguno de éstos, aunque participe un religioso”. Pone como ejemplo local a la Universidad del Pacífico, que es privada y se rige por las leyes nacionales, aunque reconoce a los jesuitas entre sus fundadores y tienen participación en su asamblea.
¿QUÉ SIGUE?
Fuentes consultadas al interior de la PUCP consideran que lo más probable es que se le encargue al rectorado comunicar la respuesta de la asamblea. Queda el misterio de quién será el destinatario. Como ya se sabe, el nuncio Bruno Musaró fue trasladado de improviso a La Habana, todo indica que después de varios meses de guerra fría por el cardenal precisamente por este motivo (CARETAS 2198). El propio Cipriani ha trasladado públicamente la controversia al Vaticano.
En el mismo periódico se adelanta la posibilidad del peor escenario: “Una eventual exigencia externa para que la PUCP cambie su nombre podría resultar en un proceso sumamente complejo, pues la Universidad tiene su nombre registrado ante Indecopi, que es la instancia nacional correspondiente”, se lee.
Pero luego es advertido que “un cambio de nombre no implica, de ninguna manera, la extinción o la disolución de la Universidad, pues esta seguiría funcionando. Sucede con frecuencia que las instituciones cambian de nombre y no por eso dejan de existir”.
Queda un largo camino y el tiempo dirá si se recorre a punta de epítetos, como hasta ahora, o las posiciones se van encontrando en silenciosa comunión.
Fuente: Revista Caretas.
Tierra y LibertadEl sacerdote suspendido Marco Arana, líder del Movimiento Tierra y Libertad, acusa al Cardenal: “Monseñor Cipriani es una de las voces públicas que están buscando polarizar al país. Creo que es preocupante el hecho de que use su investidura religiosa para atacar a funcionarios del gobierno como si estuviéramos bajo la tutela de la autoridad religiosa –cosa que ya pasó en la edad media y no funcionó- sino que pretenda además imponer su voluntad e influencias sobre la universidad Católica”, afirmó en Ideeleradio.
“Hay que decir basta a este tipo de intervenciones ultraconservadoras en la política del país, porque no respeta a la ciudadanía ni a los procesos democráticos, ni a la autonomía que el Estado tiene respecto de las iglesias en general, y no solo de la Católica”, manifestó Arana.
Asimismo, fue enfático al exhortar al cardenal que “deje en paz” a la Universidad Católica, al referirse al conflicto que enfrenta a ambas partes por la administración de esa casa de estudios. Indicó que la universidad no solo debe ser para los católicos sino de todos los peruanos.
Como se recuerda, el enfrentamiento entre Cipriani y Arana se originó en el 2009, cuando este último quiso participar en la política con su movimiento. En ese entonces Cipriani le pidió a Arana que si quería dar un paso en la política tenía que dejar el sacerdocio y no confundir sus obligaciones.
Fuente: Diario 16.

Mateo 10

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Fundador Sodalicio Vida Cristiana

Perú: la embestida contra el Sodalicio
Por Andrés Beltramo Álvarez
Las acusaciones son falsas”. El Sodalicio de Vida Cristiana no piensa pasar por alto el reportaje periodístico publicado el 22 de agosto en Perú y que involucra a su fundador, Luis Fernando Figari Rodrigo, en supuestos abusos sexuales contra un menor. La “familia sodálite” está convencida de su inocencia y responderá por vías legales a la “embestida” pública.
La cúpula de esa sociedad de vida apostólica, una de las comunidades religiosas de mayor crecimiento e influencia en Latinoamérica, decidió afrontar abiertamente el problema. Por eso Andrés Tapia, encargado de la oficina de comunicaciones de la región peruana del Sodalicio, envió una carta a Juan Carlos Tafur, director de Diario16, para desmentir la información.
Deploramos la difusión hecha de una información que el Arzobispado de Lima no ha confirmado y de la que ni el señor Figari, ni tampoco el Sodalitium, han sido notificados. Consultado sobre lo aparecido en la noticia, el señor Figari ha declarado que los hechos ahí mencionados son falsos, indicó el texto fechado el mismo 22 de agosto.
El artículo en mención daña su dignidad, honra y buen nombre, y los de la familia sodálite. El respeto debido a la justicia, a la verdad y a la caridad cristiana, nos lleva a considerar tomar acciones en resguardo de los mismos, agregó.
Según el reporte de Diario16, firmado por Ethel Flores, existe una denuncia que data de “hace pocos meses” contra Figari Rodrigo tanto por “abusos sexuales graves” como por “maltratos físicos, psicológicos y espirituales”.

Alfonso Figueroa Alvear

El periódico habría tenido acceso al documento a través de la víctima, quien supuestamente presentó su queja ante la Arquidiócesis de la capital peruana por hechos de hace unos 30 años, cuando la persona en cuestión era un adolescente de 16: “vulnerable y con serios cuestionamientos sobre su orientación sexual”.
Además, de acuerdo a la información del diario, la denuncia “fue remitida al Vaticano para que, luego de una rigurosa evaluación, se autorice el inicio de un proceso canónico”. Pero en Roma aseguran que ni el Arzobispado ni la Santa Sede tienen conocimiento de tal acusación.
Luis Fernando Figari Rodrigo no es sacerdote, es un “laico consagrado”. Hasta hace unos meses ocupaba el puesto de superior general del Sodalitium Christianae Vitae (SCV), que él mismo fundó en 1971.
La llamada “familia sodálite” convoca a diversas instituciones: Asociación de María Inmaculada para mujeres (1974), Movimiento de Vida Cristiana (1985), Fraternidad Mariana de la Reconciliación (1991), la Hermandad Nuestra Señora de la Reconciliación (1995) y las Siervas del Plan de Dios (1998).
Ex miembro del Pontificio Consejo para los Laicos, Figari es un emblema del laicado militante en Latinoamérica. Tras una juventud de búsqueda y conversión, logró conformar un grupo de confianza que llevó los grupos por él creados a tener presencia en los cinco continentes.
En 1997 el Papa Juan Pablo II concedió la aprobación definitiva al Sodalicio como sociedad de vida apostólica. En 1994 tocó al turno al Movimiento de Vida Cristiana, que recibió el título de Asociación de Derecho Pontificio.
Una historia de crecimiento y expansión no exenta de dificultades. En la década de los 90 del siglo pasado algunos ex miembros de la comunidad denunciaron públicamente abusos psicológicos y maltratos. Una excesiva rigidez, casi militarista, vivida en las casas de los consagrados habría propiciado los excesos. Los señalamientos siempre quedaron a nivel de prensa.
En 2010 Figari y sus seguidores debieron afrontar el capítulo más duro. Mientras realizaban las investigaciones para promover la causa de beatificación de uno de los suyos, Germán Doig, se llevaron una desagradable sorpresa.
Se trataba de un personaje que fue -durante años- el vicario general del Sodalitium, alabado como “apóstol de la nueva evangelización” por obispos y sacerdotes. Falleció el 13 de febrero de 2001. Sus compañeros nunca dudaron de su “fama de santidad”. Pero la realidad era otra.
Así, a finales de enero último, la Asamblea General del Sodalicio debió emitir un comunicado en el cual reconoció “inconductas sexuales” de Doig, “reñidas con su condición de cristiano y de laico consagrado”.
Los testimonios de las “víctimas” (al parecer dos) tuvieron “consistencia y credibilidad”, al menos así lo estableció el mismo boletín, el cual reveló que los involucrados pidieron guardar el anonimato y, por ello, el proceso se condujo bajo la “más estricta confidencialidad”.
Luego de la sorpresa inicial, del dolor y el desconcierto –porque esta doble vida nos era desconocida-, una comisión de autoridades de nuestra comunidad comenzó un proceso de investigación a lo largo del cual recibió dos testimonios adicionales entre junio de 2008 y diciembre de 2010. En ningún caso se trató de abuso de niños”, apuntó la nota.
Esta información sobre Doig provocó una herida profunda en su amigo, Luis Fernando Figari, quien decidió renunciar a su puesto de superior general del Sodalicio. Una determinación obligada también por su precario estado de salud, tras una larga operación a la cual se sometió a mediados de 2010.
El 25 de enero de 2011 la Asamblea eligió como nuevo superior a Eduardo Regal Villa, vicario general desde 2001. Asumió las riendas de la obra en su momento más difícil aunque, hasta ahora, no ha sufrido desbandadas masivas. Muchos “sodálites” deben todavía digerir el trago amargo, otros tantos buscan un nuevo inicio: una reforma interna para dejar atrás los errores del pasado.
Fuente: Vatican Insider-Diario La Stampa.