Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Al Jazeera World

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PAOLA UGAZ, AL JAZEERA Y LA DIFAMACIÓN

Por Luciano Revoredo– LaAbeja.pe
Hace pocas semanas, se hizo de conocimiento público la demanda que le interpusiera el ciudadano Alberto Gómez de la Torre Pretell a la periodista Paola Ugaz por falsedad genérica. El sustento de Gómez de la Torre es que la periodista negó ante un juez el haber sido productora del reportaje “The Sodalitium Scandal” cuando lo había afirmado reiteradas veces en diversas entrevistas periodísticas. Como ya ha transcendido, dicho documental relacionaba a la Asociación Civil San Juan Bautista con una mafia de tráfico de tierras en Piura. Gómez de la Torre, en el momento en el que se estrenó el reportaje, era el representante legal de dicha asociación. Y debido a esta “investigación”, empezó a vivir un calvario: amenazas de muerte para él y su familia, separación de sus seres queridos, pérdida de trabajo, incapacidad para encontrar otro del mismo nivel, entre otras consecuencias. Y lo más lamentable es que se ha hecho un grave daño a su honra.
Ante esta situación, Gómez de la Torre no se quedó de brazos cruzados. Más bien, en marzo de 2017 emprendió una cruzada para demostrar que es inocente y que ha sido víctima de difamación por parte de los productores de dicho documental. Como ya hemos informado, dicho reportaje se basaba en cuatro testimonios de supuestos testigos. Dos de ellos -Samuel Alberca y Carmen Campodónico- ya han sido condenados por difamación precisamente por sus declaraciones en dicho trabajo pseudo periodístico.
¿Quién es el responsable?
Sería lógico pensar que, si un reportaje periodístico se sustenta en cuatro testimonios y dos de ellos son declarados falsos a nivel judicial, el paso siguiente sería sacar del aire el documental y pedir disculpas públicas -por lo menos- a las víctimas de difamación. Pero no. Eso no sucedió. Todo lo contrario. Alberto Gómez de la Torre solicitó reiteradas veces a los responsables de la producción que procedieran a sacarlo de YouTube pues este documental le impedía rehacer su vida personal y laboral. Se lo pidió a Daniel Yovera y a Seamus Mirodan -directores del documental- y a la cuestionada periodista, por sus vínculos con la corrupción de Susana Villarán, Paola Ugaz. Yovera y Ugaz no solo evadieron toda responsabilidad, sino que se propusieron hacerlo más famoso. Mirodan, por su lado, dejó de contestarle los correos electrónicos.
Pero parece que la “valentía” no se pudo sostener en el tiempo. Luego de que Ugaz recibiera la denuncia penal por falso testimonio interpuesta en su contra por Gómez de la Torre, ha emprendido una campaña a su favor en todos los medios que le dan tribuna. Inclusive ha dicho que el haber sostenido en algún momento que fue la productora del reportaje fue un acto coloquial. Y, junto con su amigo y socio Pedro Salinas, han conminado a Gómez de la Torre a que contacte directamente a Al Jazeera porque “Pao” no tiene nada que hacer ahí. El tiempo pasa, y nadie, absolutamente nadie, se hace responsable de la difamación.Pero lo más grave es que Gómez de la Torre sí se ha contactado con miembros de Al Jazeera (anexamos algunos de los correos intercambiados aquí), así como con otras personas vinculadas a la ejecución del mencionado reportaje. Tal es el caso de Luis del Valle, de Pacha Films, y Mariana Sánchez-Aizcorbe, señalados por Mirodan como sus representantes en Perú. Pero al igual que Ugaz y Yovera, se pasan la bomba con cronómetro y nadie quiere dar la cara.
En resumen, la historia es así de simple: lanzan un reportaje sin rigor periodístico, todos se llenan la boca de orgullo adjudicándose su producción, le destruyen la vida a una persona inocente, luego judicialmente se demuestra que es difamatorio, y todos salen corriendo y dicen “yo no fui”.
¿Qué va a hacer Al Jazeera al respecto? ¿Se hará responsable? Urge una respuesta. Mientras Paola Ugaz sigue paseando por Londres alegando que atacan su libertad de expresión, en el Perú un ciudadano busca justicia. ¿Por qué no aprovechó ese viaje para ir a la sede de Al Jazeera y solicitar lo que justamente pide Gómez de la Torre? ¿O esa víctima no le da de comer?
VER TODAS LAS COMUNICACIONES CON AL JAZEERA EN EL SIGUIENTE ENLACEhttps://drive.google.com/file/d/1-EWvthjdHhwHJl9qmbpDKoTaWWL0LgLy/view

Tuárez necio

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Sacerdote preside el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social

Mediante un comunicado, el representante de la Provincia Santa Catalina de Siena, Orden de Predicadores en Ecuador, Fray Armando Villalta Salazar OP, dio a conocer la postura de la comunidad religiosa frente a la candidatura al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) del padre José Carlos Tuárez Zambrano OP.
Villalta, superior mayor de los frailes dominicos en el país, manifestó que dentro de los oficios prohibidos a los clérigos: “está prohibido… aceptar aquellos cargos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil“.
Por lo que, siguiendo lo establecido en el Código de Derecho Canónico, el padre José Tuárez fue prohibido de ejercer el ministerio sacerdotal, junto con dos advertencias canónicas (sanciones muy fuertes), y también de usar el hábito de la orden religiosa, “para que reflexione discierna y obre conforme a su consagración religiosa y al voto de obediencia, renunciando a participar en dicha candidatura“.
Según relata el escrito, Tuárez ingresó a la orden de predicadores en 1998 y tomó el hábito religioso en el 2000; su último labor sacerdotal lo ejerció estos tres últimos años y medio en la casa San Pablo Apóstol de Guayaquil. Sin embargo, a fines del 2018, el padre se postuló, inscribió y aceptó la candidatura para participar en las elecciones de los miembros que conformarán el CPCCS.
SIN PERMISO
La Orden religiosa asegura que “no ha dado permiso y no hay ningún permiso a ningún religioso de nuestra Orden para que participe en cualquier candidatura, para cargos públicos“.
Además, resalta que, como religiosos, no se debe instrumentalizar a la Iglesia y el hábito religioso como un “trampolín” para dar el salto al campo de la actividad política.
En el portal del Consejo Nacional Electoral, se informa que el padre Tuárez tiene más de 20 años dedicados a la docencia, voluntariado y al servicio comunitario.
El domingo 24 de marzo de 2019, los ecuatorianos eligieron a los 7 miembros que conformarán el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, órgano encargado de elegir autoridades nacionales y de luchar contra la corrupción. De la papeleta de mujeres escogieron tres candidatos, de la papeleta de hombres también se seleccionaron tres candidatos, y de la lista de Pueblos y Nacionalidades se escogió un solo candidato.
Fuente: www.vistazo.com 

PAOLA UGAZ: ENTRE LA DIFAMACIÓN Y EL PERJURIO

Por Luciano Revoredo– LaAbeja.pe
El 15 de diciembre de 2016, la cadena árabe de noticias Al Jazeera estrenó el documental “The Sodalitium Scandal” en el cual se vinculaba a la Asociación Civil San Juan Bautista (ACSJB) con una mafia de tráfico de tierras. Se acusaba principalmente a Alberto Gómez de la Torre, entonces apoderado de la constructora, e incluso al arzobispo de Piura, Monseñor José Antonio Eguren, de haberse coludido con la banda La Gran Cruz para despojar violentamente de sus tierras a campesinos y a sus familias.
Desde su estreno en YouTube hasta la fecha ha corrido mucha agua bajo el puente. Como se presenta en el canal de Al Jazeera, el documental fue dirigido por el periodista peruano Daniel Yovera y Seamus Mirodan de la misma cadena árabe. Y hay una tercera persona involucrada en la producción de este reportaje: Paola Ugaz. La hoy cuestionada periodista peruana, gracias a sus vínculos laborales con la gestión corrupta de Susana Villarán, en más de una ocasión se autodefinió abiertamente como productora del trabajo de Yovera. Sin embargo, hoy lo niega rotundamente luego de que Gómez de la Torre la denunciara penalmente por falso testimonio. En efecto, Ugaz habría negado frente a un juez precisamente lo que siempre afirmó: ser la productora de “The Sodalitum Scandal”. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ya no lo quiere reconocer?
Condenas por difamación
The Sodalitium Scandal” basó sus acusaciones fundamentalmente en cuatro testimonios. Uno de ellos fue el de Samuel Alberca Reyes, miembro de la banda criminal La Gran Cruz del Norte, quien afirmó que supuestos representantes de ACSJB le habían ofrecido 3 millones de dólares para despojar de sus tierras a los pobres pero que su “ética” no se lo había permitido. Debido a estas declaraciones, Gómez de la Torre interpuso una querella por el delito de difamación agravada en contra de Alberca Reyes. El 25 de octubre de 2018, el 11 Juzgado Penal de la Corte Superior de Justicia de Lima emitió sentencia condenatoria en contra de Alberca Reyes, imponiéndole un año de pena privativa de libertad suspendida en su ejecución, el pago de S/10,000.00 soles como monto de reparación civil y el cumplimiento de determinadas reglas de conducta.
El segundo testimonio fue el de Carmen Rosa Campodónico Díaz quien afirmó que Gómez de la Torre había invadido ilegalmente terrenos. Gómez de la Torre también la querelló ganando el proceso judicial el 13 de marzo de 2019. La condenaron a un año de pena privativa de libertad suspendida en su ejecución y al pago de S/1,000 soles como monto de reparación civil. Cabe resaltar que la señora Campodónico recibió su condena en prisión, ya que fue detenida intentando ingresar droga a un penal piurano.
En ambas ocasiones, luego de las condenas, Alberto Gómez de la Torre envió cartas notariales a Paola Ugaz, quien hasta ese momento no había negado ser productora del reportaje, sino más bien lo había afirmado en múltiples ocasiones en distintas entrevistas. El objeto de las cartas notariales era solicitarle que retirara el video de YouTube ya que sobre dos de los cuatros testimonios pesaba la condena de falsedad. Pero ella, junto con Yovera, no solo se negaron a hacerlo sino que declararon abiertamente en redes que iban a promocionarlo más.
Las negaciones de Ugaz
Hoy Paola Ugaz niega categóricamente haber sido productora de “The Sodalitium Scandal”. Es algo que llama mucho la atención ya que, hasta antes de que se condenara a Alberca y a Campodónico por difamación, ella no tenía ningún problema en afirmarlo. Así lo hizo, por ejemplo, en la entrevista del 16 de octubre de 2018, concedida al periodista Glatzer Tuesta en el programa “No hay derecho”, emitida por IDL Reporteros. Esto fue reafirmado por su socio y amigo Pedro Salinas en un artículo titulado “La carta del sodálite Eguren”, publicado el 22 de marzo del 2018. Ahí dice textualmente: “De otra parte, me dice que afirmo que está acusado de tráfico de tierras en Piura y se refiere al reportaje investigativo, que él llama ‘documental’ y se lo atribuye a mi amiga y colega Paola Ugaz, quien, efectivamente, participó en la producción”. Lo mismo hace Salinas en su columna “Eguren VS. Ugaz” de fecha 21 de octubre de 2018 y publicada en el Diario La República.
Sin embargo, lo más grave parece ser que Paola Ugaz declaró falsamente ante el Primer Juzgado Unipersonal de la Corte Superior de Justicia de Piura. El 24 de enero de 2019, en su calidad de testigo en el proceso que se le siguió a Pedro Salinas Chacaltana en agravio de Monseñor José Antonio Eguren, Ugaz declaró, bajo juramento de decir la verdad, no haber sido productora del mencionado documental. Esto ha generado que Alberto Gómez de la Torre la denunciara por falsedad genérica según el artículo 409 del Código Penal.
¿Por qué Paola Ugaz ha cambiado su discurso? Hoy su gran “prueba” para negar que ha sido productora es una carta de Al Jazeera de fecha 24 de enero del 2019, curiosamente la misma fecha del día que declaró en el juicio de Pedro Salinas. Ni un día antes. ¿La habrán mandado firmada desde el otro lado del mundo el mismo día? Este descargo se presenta totalmente insuficiente frente al hecho incontrovertible y documentado de que ella misma afirmó haber producido el documental.
En todo caso, este parece ser un problema en el que alguien tiene que asumir la responsabilidad por haber lanzado al aire un reportaje con contenido difamatorio comprobado judicialmente. Si Ugaz quiere eludirla, ¿quién se hace responsable? ¿Daniel Yovera? ¿Seamus Mirodan? ¿La cadena Al Jazeera? De hecho, Ugaz ha declarado más de una vez que hay que solicitarle directamente a Al Jazeera que lo retire. A lo que Gómez de la Torre ha respondido que lo ha intentado innumerables veces pero nadie le contesta desde la cadena internacional.
Alberto Gómez de la Torre ha emprendido esta cruzada para reponer su buen nombre y honra con justa razón. Su vida ha sido destruida debido a este documental. ¿Quién se hace responsable? ¿No es acaso una víctima de un periodismo poco riguroso? ¿O son selectivos con las víctimas que defienden? Porque si Ugaz fuera coherente con su espíritu justiciero, y al determinarse la difamación de Alberca y de Campodónico, ¿no debería ser la primera en gestionar con Al Jazeera el retiro el documental? ¿Por qué no lo hace? Sea como sea, se retire o se quede, igual la difamación es objetiva y alguien debe pagar por ello. ¿Ugaz? ¿Yovera? ¿Mirodan? ¿Al Jazeera? El que sea. Pero debe haber un responsable penal. ¿O se seguirán pasando la papa caliente?

Arzobispo de Lima anuncia acuerdo extrajudicial con PUCP

El Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, anunció que se ha alcanzado un acuerdo extrajudicial con la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), poniendo fin a varios años de litigio por el testamento de don José de la Riva Agüero, quien estableció que a su muerte un representante del arzobispado formase parte a perpetuidad de la junta administradora de esa casa de estudios.
Como Arzobispo de esta arquidiócesis retomo el legado original de los fundadores, una universidad católica, comunidad de servicio al Perú, en especial a los más vulnerables de nuestra patria y con ello, como Arzobispo, declaro que comenzamos un periodo de paz”, dijo Monseñor Castillo el lunes 8 de julio en el campus de la PUCP, durante la ceremonia en la que Carlos Garatea Grau asumió el cargo de rector de la casa de estudios.
He entregado una carta al Rector pro tempore en la cual manifiesto la voluntad absoluta de restringirnos a la única misión que nos dejó Riva Agüero de designar al otro miembro de la junta y nada más, en aras de la paz y la justicia para que todos vivamos como cristianos y como hermanos. Él les anunciará también la sorpresa de que ya ha sido firmado el acuerdo extrajudicial que abre las puertas para el periodo de paz que comenzamos”, agregó el Arzobispo.Según informa el Arzobispado de Lima, en la ceremonia participaron, además de Monseñor Castillo, el prefecto de la Congregación para la Educación Católica y canciller de la PUCP, el Cardenal italiano Giuseppe Versaldi; el Nuncio Apostólico en Perú, Monseñor Nicola Girasoli; el vicecanciller de la PUCP, Monseñor Miguel Cabrejos; el Arzobispo de Huancayo, Cardenal Pedro Barreto; el Arzobispo de Ayacucho, Monseñor Salvador Piñeiro, el Obispo de Chiclayo, Monseñor Robert Prevost; y el Padre Gustavo Gutiérrez, considerado uno de los padres de la teología de la liberación.
El juicio del Arzobispado de Lima y la PUCP
El litigio entre el Arzobispado de Lima y la PUCP se remonta a varios años atrás. En el año 2001, el entonces Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, entregó al entonces rector de la universidad, Salomón Lerner Febres, las precisiones de la Santa Sede para la redacción de los nuevos estatutos, conforme a la Ex Corde Eclessiae, la constitución que rige a las universidades católicas de todo el mundo. Sin embargo, las autoridades de la PUCP registraron en los Registros Públicos sus nuevos estatutos no aprobados por el Vaticano.
El conflicto se agravó luego que el Arzobispado de Lima solicitó al rector información sobre la Junta Administradora de los bienes de Riva Agüero, y se le indicó que se le habían reducido competencias, faltando a las condiciones estipuladas en el testamento del benefactor.
Desde entonces, las autoridades de la universidad trataron de quitar validez al testamento de 1938, y reforzar el de 1933, en el que no se hace referencia a una Junta Administradora.
En 2010, tras un recurso presentado por la PUCP, el Tribunal Constitucional falló a favor de la Iglesia, en el sentido de que el testamento que prima con respecto a los bienes legados por Riva Agüero es el de 1938. El fallo fue siempre rechazado por la universidad.
Durante 2011 ocurrieron manifestaciones de agravio por parte de las autoridades de la PUCP contra el entonces Arzobispo de Lima. Entre ellas, se observan fotos en las que el entonces rector Marcial Rubio y otros posan junto a un joven con una máscara de burla al Cardenal Cipriani.
A finales de ese año llegó el Visitador Apostólico enviado por el Papa Benedicto XVI, Cardenal Peter Ërdó, para mediar en el conflicto. Su informe no se hizo público.
En febrero de 2012, el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarcisio Bertone, dio un ultimátum a la PUCP para que sus estatutos se regularicen de acuerdo a la Ex Corde Eclessiae.
El 20 de julio de 2012 el Cardenal Bertone, por expresa voluntad de Benedicto XVI, decretó la prohibición de que la PUCP ostente los títulos de “Pontificia” y “Católica”, indicando que a pesar de esto sigue bajo jurisdicción de la Iglesia.
En noviembre de 2017, la Secretaría de Estado del Vaticano emitió un decreto que devolvió a la universidad los títulos de “Pontificia” y “Católica”; y que nombró al Cardenal Versaldi como canciller de la casa de estudios durante cinco años.Finaliza periodo del rector pro tempore
El nuevo rector de la PUCP asume el cargo luego del breve periodo del rector pro tempore Efraín Gonzales de Olarte, que reemplazó a Marcial Rubio Correa tras su renuncia en diciembre de 2018.
Rubio se desempeñó en el cargo desde 2009 y dejó el rectorado tras el escándalo de los cobros indebidos realizados a los alumnos desde 2012, y que superarían los 30 millones de soles.
Los cobros, que equivalen a unos nueve millones de dólares, eran realizados a los estudiantes que se atrasaban en el pago de sus pensiones.
Según informó RPP Noticias, junto con Marcial Rubio Correa, también renunciaron el vicerrector administrativo, Carlos Fosca Pastor; y la vicerrectora de investigación, Pepi Patrón.
La renuncia de Rubio se anunció el 11 de diciembre, cuatro días después de su entrevista con la periodista Rosa María Palacios en el programa institucional de la PUCP, “Sin Pauta”.
La cantidad que estamos devolviendo es de aproximadamente 10 millones de soles por el periodo de los dos últimos años. Pero en total, con todo, es entre 30 a 32 millones de soles”, afirmó Rubio en la entrevista.
El ahora ex Rector justificó el accionar de la universidad por la controversia surgida en 2011 a raíz de las diferencias con el Arzobispado de Lima y la Santa Sede.
En febrero del año 2011, por asuntos judiciales que no voy a rememorar ahora, la universidad se vio privada al 100% del crédito bancario interno, porque se inscribió en todos los inmuebles de la universidad una sentencia que había habido, que impedía que la universidad pudiera dar cualquiera de sus bienes en garantía de préstamo. Esta situación dura hasta diciembre de 2016. En esos años, la universidad vive con la plata que cobra”, dijo Marcial Rubio.
En la entrevista, Rubio Correa dijo que “la universidad, frente a la posibilidad de no pagar la planilla, se vio en la imposibilidad de cumplir la ley y entonces siguió aplicando la multa de medio crédito por la mora en el pago”. “Yo como rector no podía condenar a la universidad a cerrar”, dijo Rubio.
En el año 2012, según indicó un programa de Willax TV, Marcial Rubio percibía un sueldo de más de 40 mil soles mensuales, casi doce mil dólares aproximadamente.
Fuente: ACI Prensa.

Cancelado

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Taller de masturbación femenina fue cancelado en universidad católica a pedido de obispos

Por DIEGO LÓPEZ MARINA– ACI Prensa.
El taller de masturbación femenina “Conquista tu papaya” que se iba realizar el jueves 27 en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), fue cancelado luego que la Conferencia Episcopal Peruana envió una carta al rector pro tempore de esta casa de estudios.
Esto se confirmó a través de una carta filtrada en redes sociales, en la que el secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Padre Guillermo Inca Pereda, informó a los obispos sobre el pedido hecho al rector pro tempore de la PUCP, Efraín Gonzales de Olarte.
ACI Prensa confirmó la veracidad del documento a través de una llamada telefónica realizada este 2 de julio a la oficina de prensa de la CEP. Esta última también confirmó que la carta era privada y se filtró en redes sociales.
El evento que generó polémica entre la comunidad estudiantil llevaba por título “Conquista tu papaya” y era organizado por estudiantes de los ciclos finales de la carrera de periodismo. Este iba a realizarse en el pabellón Z de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP en la noche del 27 de junio.
La carta, dirigida a todos los obispos del Perú y firmada el 27 de junio de 2019 por el P. Inca Pereda, indica que este taller de sexualidad “bajo el pretexto de fomentar la educación sexual en los jóvenes atenta contra la moral y las buenas costumbres”.
Por ello, prosigue el texto, “Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte OFM, Vice Gran Canciller de esta casa de estudios, y la Comisión Episcopal para la PUCP, han enviado esta mañana una carta al Rector Pro Tempore de la PUCP, Doctor Efraín Gonzales de Olarte, expresándole su preocupación y recomendando se evite la realización de este evento”.
“Del mismo modo le han pedido tomar las medidas preventivas y correctivas necesarias para que tales hechos no se repitan en el futuro”, concluye la carta.
La misiva fue filtrada en redes sociales en horas de la tarde del 1 julio de 2019.
El congresista homosexual Alberto de Belaúnde publicó la carta en su cuenta Twitter, indicando que el mensaje “va en contra de todo lo que representa la PUCP” y que “pluralidad y el libre flujo de información son dos características esenciales de cualquier claustro”.
Sin embargo, su tuit fue criticado por decenas de personas. Una de ellas fue Erika Valdivieso, abogada y profesora del departamento de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, quien le sugirió “revisar la Ex Corde Eclessiae, el documento de observancia obligatoria para las universidades católicas”.
“No es un tema de ‘conservadores’ o ‘liberales’, solamente es apegarse a la naturaleza de la institución”, indicó Valdivieso.
La Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae del Papa Juan Pablo II sostiene que “el objetivo de una Universidad Católica es el de garantizar de forma institucional una presencia cristiana en el mundo universitario”.
Entre sus características se encuentra “la fidelidad al mensaje cristiano tal como es presentado por la Iglesia”, así como “una inspiración cristiana por parte, no solo de cada miembro, sino también de la Comunidad universitaria como tal”.
Un día antes de la cancelación del “taller de sexualidad”, la Agrupación Universitaria Riva – Agüero (AURA) de la PUCP cuestionó en un post de Facebook a su casa de estudios. “¿Así nos hablan de excelencia académica?”, preguntó.
“¿Recuerdas que hace unas semanas hicieron un seminario sobre la pornografía como arte visual en la Facultad de Comunicaciones? Ahora un profesor de periodismo acoge junto a sus alumnos el taller de masturbación ‘Conquista tu papaya’. ¿Así respeta esta universidad la voluntad de don José De la Riva Agüero –principal benefactor de la PUCP– a dejar sus bienes para una educación superior basada en principios católicos?”, criticó la agrupación.

Iglesia Católica se pronuncia

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GÉNERO: PERSPECTIVA, IDEOLOGÍA Y EDUCACIÓN

Por Padre Mario Arroyo- LaAbeja.pe
La Congregación para la Educación Católica, organismo de la Santa Sede que ayuda al Papa en la dirección y orientación de las universidades y colegios católicos, acaba de presentar el documento “Varón y Mujer los creó”, como una vía para dialogar sobre el tema del gender en la educación. Se trata del segundo documento magisterial que aborda expresamente la cuestión del género. En el año 2004 apareció la “Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración entre el Hombre y la Mujer en la Iglesia y en el Mundo”. Un documento señala los límites teológicos y antropológicos de la ideología de género, el otro ofrece un discernimiento de sus elementos en orden a proporcionar una adecuada educación de la afectividad.
El texto se sitúa en la tradición del más genuino espíritu cristiano, buscando “transformar positivamente los desafíos actuales en oportunidades”. En vez de descalificar en bloque, busca reconocer las aportaciones valiosas que las diferentes teorías pueden aportar, distinguiendo con precisión aquellos elementos que no son compatibles con la doctrina de la Iglesia o entrañan manipulación, error o engaño. Para ello se sirve del clásico esquema triple, al estilo Francisco: primero “escuchar”, después “razonar”, para finalmente “proponer”.
La sabiduría bimilenaria de la Iglesia sabe reconocer los elementos positivos y las legítimas demandas que laten en las diversas corrientes de pensamiento. En este caso, procura resaltar las aportaciones de la “perspectiva de género”. Esto supone un gran paso, siendo el primer documento magisterial que la acepta como legítima. Distingue la “perspectiva de género”, que puede ser muy valiosa, de la perniciosa “ideología de género”. Mientras que la ideología se muestra dogmática, exclusivista e impositiva, la perspectiva busca simplemente ahondar en las diferencias culturales que tienen su origen en el dimorfismo sexual, propio de la naturaleza humana.
¿Cuáles serían los elementos positivos de la “perspectiva de género”, compartidos por la visión católica de la persona? Fundamentalmente “luchar contra cualquier expresión injusta de discriminación”. Esto se concreta, en la tarea educativa, enseñando a niños y jóvenes a “respetar a cada persona, de modo que nadie pueda convertirse en objeto de acoso”. La correcta “perspectiva de género” rescata los valores de la feminidad, considerándolos aportaciones fundamentales para la sociedad, como son la “capacidad de acogida del otro” y el “sentido y respeto por lo concreto”.
El texto también incluye un valiente examen de conciencia y reconoce las limitaciones que, en este tema, de alguna manera ha fomentado la visión religiosa a lo largo de la historia. Entre ellas están las “injustas formas de subordinación” de la mujer respecto al varón, las cuales han producido “cierto machismo disfrazado de motivación religiosa”.
A su vez tiene el valor de señalar con nitidez aquellos puntos incompatibles con la doctrina cristiana y con la recta razón, señalando con claridad sus peligrosas consecuencias. El problema está no tanto en la distinción entre sexo y género, sino en su separación dialéctica, la cual supone una innecesaria contraposición entre naturaleza y cultura. El género sería más importante que el sexo, que termina por ser irrelevante. El resultado es una visión negativa del matrimonio entre un hombre y una mujer, de los vínculos y obligaciones que produce, por considerarlos herencia de una cultura patriarcal y un límite a la libertad. Ignora así que “la decadencia de la institución matrimonial está asociada a un aumento de la pobreza y de numerosos problemas sociales, los cuales afectan particularmente a las mujeres, los niños y los ancianos”.
El texto denuncia los peligros de la imposición por vía educativa de una forma de “pensamiento único”, la cual hábilmente manipula a la opinión pública: “A menudo, de hecho, el concepto genérico «de no discriminación» oculta una ideología que niega la diferencia y la reciprocidad natural entre el hombre y la mujer”. Se instrumentalizan así los injustos sufrimientos de la mujer o de algunas minorías para imponer la propia agenda política. Al hacerlo, se priva a los padres de su legítimo derecho a educar la prole, y se otorga al Estado, desordenada y totalitariamente, su control total.
Para subsanar este abuso propone “reconstruir la alianza educativa entre la familia, la escuela y la sociedad”, brindando una auténtica educación de la sexualidad y la afectividad. Dicha enseñanza debe profundizar en “el significado del cuerpo” y del sexo, fomentando un sano “sentido crítico en niños y jóvenes ante la pornografía descarada y los estímulos que pueden mutilar su sexualidad”.

CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA Y EL MUNDO

INTRODUCCIÓN
1.Experta en humanidad, la Iglesia ha estado siempre interesada en todo lo que se refiere al hombre y a la mujer. En estos últimos tiempos se ha reflexionado mucho acerca de la dignidad de la mujer, sus derechos y deberes en los diversos sectores de la comunidad civil y eclesial. Habiendo contribuido a la profundización de esta temática fundamental, particularmente con la enseñanza de Juan Pablo II (1), la Iglesia se siente ahora interpelada por algunas corrientes de pensamiento, cuyas tesis frecuentemente no coinciden con la finalidad genuina de la promoción de la mujer.
Este documento, después de una breve presentación y valoración crítica de algunas concepciones antropológicas actuales, desea proponer reflexiones inspiradas en los datos doctrinales de la antropología bíblica, que son indispensables para salvaguardar la identidad de la persona humana. Se trata de presupuestos para una recta comprensión de la colaboración activa del hombre y la mujer en la Iglesia y el mundo, en el reconocimiento de su propia diferencia. Las presentes reflexiones se proponen, además, como punto de partida de profundización dentro de la Iglesia, y para instaurar un diálogo con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, en la búsqueda sincera de la verdad y el compromiso común de desarrollar relaciones siempre más auténticas.
I. EL PROBLEMA
2.En los últimos años se han delineado nuevas tendencias para afrontar la cuestión femenina. Una primera tendencia subraya fuertemente la condición de subordinación de la mujer a fin de suscitar una actitud de contestación. La mujer, para ser ella misma, se constituye en antagonista del hombre. A los abusos de poder responde con una estrategia de búsqueda del poder. Este proceso lleva a una rivalidad entre los sexos, en el que la identidad y el rol de uno son asumidos en desventaja del otro, teniendo como consecuencia la introducción en la antropología de una confusión deletérea, que tiene su implicación más inmediata y nefasta en la estructura de la familia.
Una segunda tendencia emerge como consecuencia de la primera. Para evitar cualquier supremacía de uno u otro sexo, se tiende a cancelar las diferencias, consideradas como simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural. En esta nivelación, la diferencia corpórea, llamada sexo, se minimiza, mientras la dimensión estrictamente cultural, llamada género, queda subrayada al máximo y considerada primaria. El obscurecerse de la diferencia o dualidad de los sexos produce enormes consecuencias de diverso orden. Esta antropología, que pretendía favorecer perspectivas igualitarias para la mujer, liberándola de todo determinismo biológico, ha inspirado de hecho ideologías que promueven, por ejemplo, el cuestionamiento de la familia a causa de su índole natural bi-parental, esto es, compuesta de padre y madre, la equiparación de la homosexualidad a la heterosexualidad y un modelo nuevo de sexualidad polimorfa.
3. Aunque la raíz inmediata de dicha tendencia se coloca en el contexto de la cuestión femenina, su más profunda motivación debe buscarse en el tentativo de la persona humana de liberarse de sus condicionamientos biológicos. (2) Según esta perspectiva antropológica, la naturaleza humana no lleva en sí misma características que se impondrían de manera absoluta: toda persona podría o debería configurarse según sus propios deseos, ya que sería libre de toda predeterminación vinculada a su constitución esencial.
Esta perspectiva tiene múltiples consecuencias. Ante todo, se refuerza la idea de que la liberación de la mujer exige una crítica a las Sagradas Escrituras, que transmitirían una concepción patriarcal de Dios, alimentada por una cultura esencialmente machista. En segundo lugar, tal tendencia consideraría sin importancia e irrelevante el hecho de que el Hijo Dios haya asumido la naturaleza humana en su forma masculina.
4. Ante estas corrientes de pensamiento, la Iglesia, iluminada por la fe en Jesucristo, habla en cambio de colaboración activa entre el hombre y la mujer, precisamente en el reconocimiento de la diferencia misma.
Para comprender mejor el fundamento, sentido y consecuencias de esta respuesta, conviene volver, aunque sea brevemente, a las Sagradas Escrituras, —ricas también en sabiduría humana— en las que la misma se ha manifestado progresivamente, gracias a la intervención de Dios en favor de la humanidad. (3)
II. LOS DATOS FUNDAMENTALES DE LA ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
5.Una primera serie de textos bíblicos a examinar está constituida por los primeros tres capítulos del Génesis. Ellos nos colocan «en el contexto de aquel ‘‘principio” bíblico según el cual la verdad revelada sobre el hombre como ‘‘imagen y semejanza de Dios” constituye la base inmutable de toda la antropología cristiana». (4)
En el primer texto (Gn 1,1-2,4), se describe la potencia creadora de la Palabra de Dios, que obra realizando distinciones en el caos primigenio. Aparecen así la luz y las tinieblas, el mar y la tierra firme, el día y la noche, las hierbas y los árboles, los peces y los pájaros, todos «según su especie». Surge un mundo ordenado a partir de diferencias, que, por otro lado, son otras tantas promesas de relaciones. He aquí, pues, bosquejado el cuadro general en el que se coloca la creación de la humanidad. «Y dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra… Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, hombre y mujer los creó» (Gn 1,26-27). La humanidad es descrita aquí como articulada, desde su primer origen, en la relación de lo masculino con lo femenino. Es esta humanidad sexuada la que se declara explícitamente «imagen de Dios».
6.La segunda narración de la creación (Gn 2,4-25) confirma de modo inequívoco la importancia de la diferencia sexual. Una vez plasmado por Dios y situado en el jardín del que recibe la gestión, aquel que es designado -todavía de manera genérica- como Adán experimenta una soledad, que la presencia de los animales no logra llenar. Necesita una ayuda que le sea adecuada. El término designa aquí no un papel de subalterno sino una ayuda vital. (5) El objetivo es, en efecto, permitir que la vida de Adán no se convierta en un enfrentarse estéril, y al cabo mortal, solamente consigo mismo. Es necesario que entre en relación con otro ser que se halle a su nivel. Solamente la mujer, creada de su misma «carne» y envuelta por su mismo misterio, ofrece a la vida del hombre un porvenir. Esto se verifica a nivel ontológico, en el sentido de que la creación de la mujer por parte de Dios caracteriza a la humanidad como realidad relacional. En este encuentro emerge también la palabra que por primera vez abre la boca del hombre, en una expresión de maravilla: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne» (Gn 2,23).
En referencia a este texto genesíaco, el Santo Padre ha escrito: «La mujer es otro ‘‘yo” en la humanidad común. Desde el principio aparecen [el hombre y la mujer] como ‘‘unidad de los dos”, y esto significa la superación de la soledad original, en la que el hombre no encontraba ‘‘una ayuda que fuese semejante a él” (Gn 2,20). ¿Se trata aquí solamente de la ‘‘ayuda” en orden a la acción, a ‘‘someter la tierra” (cf Gn 1,28)? Ciertamente se trata de la compañera de la vida con la que el hombre se puede unir, como esposa, llegando a ser con ella ‘‘una sola carne” y abandonando por esto a ‘‘su padre y a su madre” (cf Gn 2,24)». (6)
La diferencia vital está orientada a la comunión, y es vivida serenamente tal como expresa el tema de la desnudez: «Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro» (Gn 2, 25).
De este modo, el cuerpo humano, marcado por el sello de la masculinidad o la femineidad, «desde ‘‘el principio” tiene un carácter nupcial, lo que quiere decir que es capaz de expresar el amor con que el hombre-persona se hace don, verificando así el profundo sentido del propio ser y del propio existir». (7) Comentando estos versículos del Génesis, el Santo Padre continúa: «En esta peculiaridad suya, el cuerpo es la expresión del espíritu y está llamado, en el misterio mismo de la creación, a existir en la comunión de las personas ‘‘a imagen de Dios”». (8)
En la misma perspectiva esponsal se comprende en qué sentido la antigua narración del Génesis deja entender cómo la mujer, en su ser más profundo y originario, existe «por razón del hombre» (cf 1Co 11,9): es una afirmación que, lejos de evocar alienación, expresa un aspecto fundamental de la semejanza con la Santísima Trinidad, cuyas Personas, con la venida de Cristo, revelan la comunión de amor que existe entre ellas. «En la ‘‘unidad de los dos” el hombre y la mujer son llamados desde su origen no sólo a existir ‘‘uno al lado del otro”, o simplemente ‘‘juntos”, sino que son llamados también a existir recíprocamente, ‘‘el uno para el otro… El texto del Génesis 2,18-25 indica que el matrimonio es la dimensión primera y, en cierto sentido, fundamental de esta llamada. Pero no es la única. Toda la historia del hombre sobre la tierra se realiza en el ámbito de esta llamada. Basándose en el principio del ser recíproco ‘‘para” el otro en la ‘‘comunión” interpersonal, se desarrolla en esta historia la integración en la humanidad misma, querida por Dios, de lo ‘‘masculino” y de lo ‘‘femenino”». (9)
La visión serena de la desnudez con la que concluye la segunda narración de la creación evoca aquel «muy bueno» que cerraba la creación de la primera pareja humana en la precedente narración. Tenemos aquí el centro del diseño originario de Dios y la verdad más profunda del hombre y la mujer, tal como Dios los ha querido y creado. Por más transtornadas y obscurecidas que estén por el pecado, estas disposiciones originarias del Creador no podrán ser nunca anuladas.
7.El pecado original altera el modo con el que el hombre y la mujer acogen y viven la Palabra de Dios y su relación con el Creador. Inmediatamente después de haberles donado el jardín, Dios les da un mandamiento positivo (cf Gn 2,16) seguido por otro negativo (cf Gn 2,17), con el cual se afirma implícitamente la diferencia esencial entre Dios y la humanidad. En virtud de la seducción de la Serpiente, tal diferencia es rechazada de hecho por el hombre y la mujer. Como consecuencia se tergiversa también el modo de vivir su diferenciación sexual. La narración del Génesis establece así una relación de causa y efecto entre las dos diferencias: en cuando la humanidad considera a Dios como su enemigo se pervierte la relación misma entre el hombre y la mujer. Asimismo, cuando esta última relación se deteriora, existe el riesgo de que quede comprometido también el acceso al rostro de Dios.
En las palabras que Dios dirige a la mujer después del pecado se expresa, de modo lapidario e impresionante, la naturaleza de las relaciones que se establecerán a partir de entonces entre el hombre y la mujer: «Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará» (Gn 3,16). Será una relación en la que a menudo el amor quedará reducido a pura búsqueda de sí mismo, en una relación que ignora y destruye el amor, reemplazándolo con el yugo de la dominación de un sexo sobre el otro. La historia de la humanidad reproduce, de hecho, estas situaciones en las que se expresa abiertamente la triple concupiscencia que recuerda San Juan, cuando habla de la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida (cf 1 Jn 2,16). En esta trágica situación se pierden la igualdad, el respeto y el amor que, según el diseño originario de Dios, exige la relación del hombre y la mujer.
8. Recorrer estos textos fundamentales permite reafirmar algunos datos capitales de la antropología bíblica.
Ante todo, hace falta subrayar el carácter personal del ser humano. «De la reflexión bíblica emerge la verdad sobre el carácter personal del ser humano. El hombre -ya sea hombre o mujer- es persona igualmente; en efecto, ambos, han sido creados a imagen y semejanza del Dios personal». (10) La igual dignidad de las personas se realiza como complementariedad física, psicológica y ontológica, dando lugar a una armónica «unidualidad» relacional, que sólo el pecado y las ‘‘estructuras de pecado” inscritas en la cultura han hecho potencialmente conflictivas. La antropología bíblica sugiere afrontar desde un punto de vista relacional, no competitivo ni de revancha, los problemas que a nivel público o privado suponen la diferencia de sexos.
Además, hay que hacer notar la importancia y el sentido de la diferencia de los sexos como realidad inscrita profundamente en el hombre y la mujer. «La sexualidad caracteriza al hombre y a la mujer no sólo en el plano físico, sino también en el psicológico y espiritual con su impronta consiguiente en todas sus manifestaciones». (11) Ésta no puede ser reducida a un puro e insignificante dato biológico, sino que «es un elemento básico de la personalidad; un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el amor humano». (12) Esta capacidad de amar, reflejo e imagen de Dios Amor, halla una de sus expresiones en el carácter esponsal del cuerpo, en el que se inscribe la masculinidad y femineidad de la persona.
Se trata de la dimensión antropológica de la sexualidad, inseparable de la teológica. La criatura humana, en su unidad de alma y cuerpo, está, desde el principio, cualificada por la relación con el otro. Esta relación se presenta siempre a la vez como buena y alterada. Es buena por su bondad originaria, declarada por Dios desde el primer momento de la creación; es también alterada por la desarmonía entre Dios y la humanidad, surgida con el pecado. Tal alteración no corresponde, sin embargo, ni al proyecto inicial de Dios sobre el hombre y la mujer, ni a la verdad sobre la relación de los sexos. De esto se deduce, por lo tanto, que esta relación, buena pero herida, necesita ser sanada.
¿Cuáles pueden ser las vías para esta curación? Considerar y analizar los problemas inherentes a la relación de los sexos sólo a partir de una situación marcada por el pecado llevaría necesariamente a recaer en los errores anteriormente mencionados. Hace falta romper, pues, esta lógica del pecado y buscar una salida, que permita eliminarla del corazón del hombre pecador. Una orientación clara en tal sentido se nos ofrece con la promesa divina de un Salvador, en la que están involucradas la «mujer» y su «estirpe» (cf Gn 3,15), promesa que, antes de realizarse, tendrá una larga preparación histórica.
9.Una primera victoria sobre el mal está representada por la historia de Noé, hombre justo que, conducido por Dios, se salva del diluvio con su familia y las distintas especies de animales (cf Gn 6-9). Pero la esperanza de salvación se confirma, sobre todo, en la elección divina de Abraham y su descendencia (cf Gn 12,1ss). Dios empieza así a desvelar su rostro para que, por medio del pueblo elegido, la humanidad aprenda el camino de la semejanza divina, es decir de la santidad, y por lo tanto del cambio del corazón. Entre los muchos modos con que Dios se revela a su pueblo (cf Hb 1,1), según una larga y paciente pedagogía, se encuentra también la repetida referencia al tema de la alianza entre el hombre y la mujer. Se trata de algo paradójico si se considera el drama recordado por el Génesis y su reiteración concreta en tiempos de los profetas, así como la mezcla entre sacralidad y sexualidad, presente en las religiones que circundaban a Israel. Y sin embargo, este simbolismo parece indispensable para comprender el modo en que Dios ama a su pueblo: Dios se hace conocer como el Esposo que ama a Israel, su Esposa.
Si en esta relación Dios es descrito como «Dios celoso» (cf Ex 20,5; Na 1,2) e Israel denunciado como esposa «adúltera» o «prostituta» (cf Os 2,4-15; Ez 16,15-34), el motivo es que la esperanza que se fortalece por la palabra de los profetas consiste precisamente en ver cómo Jerusalén se convierte en la esposa perfecta: «Porque como se casa joven con doncella, se casará contigo tu edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozará por ti tu Dios» (Is 62,5). Recreada «en justicia y en derecho, en amor y en compasión» (Os 2,21), aquella que se alejó para buscar la vida y la felicidad en los dioses falsos retornará, y a Aquel que le hablará a su corazón, «ella responderá allí como en los días de su juventud» (Os 2,17), y le oirá decir: «tu esposo es tu Hacedor» (Is 54,5). En sustancia es el mismo dato que se afirma cuando, paralelamente al misterio de la obra que Dios realiza por la figura masculina del Siervo, el libro de Isaías evoca la figura femenina de Sión, adornada con una trascendencia y una santidad que prefiguran el don de la salvación destinada a Israel.
El Cantar de los cantares representa sin duda un momento privilegiado en el empleo de esta modalidad de revelación. Con palabras de un amor profundamente humano, que celebra la belleza de los cuerpos y la felicidad de la búsqueda recíproca, se expresa igualmente el amor divino por su pueblo. La Iglesia no se ha engañado pues al reconocer el misterio de su relación con Cristo, en su audacia de unir, mediante las mismas expresiones, aquello que hay de más humano con aquello que hay de más divino.
A lo largo de todo el Antiguo Testamento se configura una historia de salvación, que pone simultáneamente en juego la participación de lo masculino y lo femenino. Los términos esposo y esposa, o también alianza, con los que se caracteriza la dinámica de la salvación, aun teniendo una evidente dimensión metafórica, representan aquí mucho más que simples metáforas. Este vocabulario nupcial toca la naturaleza misma de la relación que Dios establece con su pueblo, aunque tal relación es más amplia de lo que se puede captar en la experiencia nupcial humana. Igualmente, están en juego las mismas condiciones concretas de la redención, en el modo con el que oráculos como los de Isaías asocian papeles masculinos y femeninos en el anuncio y la prefiguración de la obra de la salvación que Dios está a punto de cumplir. Dicha salvación orienta al lector sea hacia la figura masculina del Siervo sufriente que hacia aquella femenina de Sión. Los oráculos de Isaías alternan de hecho esta figura con la del Siervo de Dios, antes de culminar, al final del libro, con la visión misteriosa de Jerusalén, que da a luz un pueblo en un solo día (cf Is 66,7-14), profecía de la gran novedad que Dios está a punto de realizar (cf Is 48,6-8).
10.Todas estas prefiguraciones se cumplen en el Nuevo Testamento. Por una parte María, como la hija elegida de Sión, recapitula y transfigura en su femineidad la condición de Israel/Esposa, a la espera del día de su salvación. Por otra parte, la masculinidad del Hijo permite reconocer cómo Jesús asume en su persona todo lo que el simbolismo del Antiguo Testamento había aplicado al amor de Dios por su pueblo, descrito como el amor de un esposo por su esposa. Las figuras de Jesús y María, su Madre, no sólo aseguran la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, sino que superan aquel. Como dice San Ireneo, con el Señor aparece «toda novedad». (13)
Este aspecto es puesto en particular evidencia por el Evangelio de Juan. En la escena de las bodas de Caná, por ejemplo, María, a la que su Hijo llama «mujer», pide a Jesús que ofrezca como señal el vino nuevo de las bodas futuras con la humanidad. Estas bodas mesiánicas se realizarán en la cruz, dónde, en presencia nuevamente de su madre, indicada también aquí como «mujer», brotará del corazón abierto del crucificado la sangre/vino de la Nueva Alianza (cf Jn 19,25-27.34). (14) No hay pues nada de asombroso si Juan el Bautista, interrogado sobre su identidad, se presenta como «el amigo del novio», que se alegra cuando oye la voz del novio y tiene que eclipsarse a su llegada: «El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del novio. Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud. Es preciso que él crezca y que yo disminuya» (Jn 3,29-30). (15)
En su actividad apostólica, Pablo desarrolla todo el sentido nupcial de la redención concibiendo la vida cristiana como un misterio nupcial. Escribe a la Iglesia de Corinto por él fundada: «Celoso estoy de vosotros con celos de Dios. Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a Cristo» (2 Cor 11,2).
En la carta a los Efesios la relación esponsal entre Cristo y la Iglesia será retomada y profundizada con amplitud. En la Nueva Alianza la Esposa amada es la Iglesia, y -como enseña el Santo Padre en la Carta a las familias- «esta esposa, de la que habla la carta a los Efesios, se hace presente en cada bautizado y es como una persona que se ofrece a la mirada de su esposo: ‘‘Amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para… presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada” (Ef 5,25-27)». (16)
Meditando, por lo tanto, en la unión del hombre y la mujer como es descrita al momento de la creación del mundo (cf Gn 2,24), el apóstol exclama: «Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia» (Ef 5,32). El amor del hombre y la mujer, vivido con la fuerza de la gracia bautismal, se convierte ya en sacramento del amor de Cristo y la Iglesia, testimonio del misterio de fidelidad y unidad del que nace la «nueva Eva», y del que ésta vive en su camino terrenal, en espera de la plenitud de las bodas eternas.
11.Injertados en el misterio pascual y convertidos en signos vivientes del amor de Cristo y la Iglesia, los esposos cristianos son renovados en su corazón y pueden así huir de las relaciones marcadas por la concupiscencia y la tendencia a la sumisión, que la ruptura con Dios, a causa del pecado, había introducido en la pareja primitiva. Para ellos, la bondad del amor, del cual la voluntad humana herida ha conservado la nostalgia, se revela con acentos y posibilidades nuevas. A la luz de esto, Jesús, ante la pregunta sobre el divorcio (cf Mt 19,1-9), recuerda las exigencias de la alianza entre el hombre y la mujer en cuanto queridas por Dios al principio, o bien antes de la aparición del pecado, el cual había justificado los sucesivos acomodos de la ley mosaica. Lejos del ser la imposición de un orden duro e intransigente, esta enseñanza de Jesús sobre el divorcio es efectivamente el anuncio de una «buena noticia»: que la fidelidad es más fuerte que el pecado. Con la fuerza de la resurrección es posible la victoria de la fidelidad sobre las debilidades, sobre las heridas sufridas y sobre los pecados de la pareja. En la gracia de Cristo, que renueva su corazón, el hombre y la mujer se hacen capaces de librarse del pecado y de conocer la alegría del don recíproco.
12.«Todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay… ni hombre ni mujer», escribe S. Pablo a los Gálatas (Ga 3,27-28). El Apóstol no declara aquí abolida la distinción hombre-mujer, que en otro lugar afirma pertenecer al proyecto de Dios. Lo que quiere decir es más bien esto: en Cristo, la rivalidad, la enemistad y la violencia, que desfiguraban la relación entre el hombre y la mujer, son superables y superadas. En este sentido, la distinción entre el hombre y la mujer es más que nunca afirmada, y en cuanto tal acompaña a la revelación bíblica hasta el final. Al término de la historia presente, mientras se delinean en el Apocalipsis de Juan «los cielos nuevos» y «la tierra nueva» (Ap 21,1), se presenta en visión una Jerusalén femenina «engalanada como una novia ataviada para su esposo» (Ap 21,20). La revelación misma se concluye con la palabra de la Esposa y del Espíritu, que suplican la llegada del Esposo: «Ven Señor Jesús» (Ap 22,20).
Lo masculino y femenino son así revelados como pertenecientes ontológicamente a la creación, y destinados por tanto a perdurar más allá del tiempo presente, evidentemente en una forma transfigurada. De este modo caracterizan el amor que «no acaba nunca» (1 Cor 13,8), no obstante haya caducado la expresión temporal y terrena de la sexualidad, ordenada a un régimen de vida marcado por la generación y la muerte. El celibato por el Reino quiere ser profecía de esta forma de existencia futura de lo masculino y lo femenino. Para los que viven el celibato, éste adelanta la realidad de una vida, que, no obstante continuar siendo aquella propia del hombre y la mujer, ya no estará sometida a los límites presentes de la relación conyugal (cf Mt 22,30). Para los que viven la vida conyugal, aquel estado se convierte además en referencia y profecía de la perfección que su relación alcanzará en el encuentro cara a cara con Dios.
Distintos desde el principio de la creación y permaneciendo así en la eternidad, el hombre y la mujer, injertados en el misterio pascual de Cristo, ya no advierten, pues, sus diferencias como motivo de discordia que hay que superar con la negación o la nivelación, sino como una posibilidad de colaboración que hay que cultivar con el respeto recíproco de la distinción. A partir de aquí se abren nuevas perspectivas para una comprensión más profunda de la dignidad de la mujer y de su papel en la sociedad humana y en la Iglesia.
III. LA ACTUALIDAD DE LOS VALORES FEMENINOS EN LA VIDA DE LA SOCIEDAD
13.Entre los valores fundamentales que están vinculados a la vida concreta de la mujer se halla lo que se ha dado en llamar la «capacidad de acogida del otro». No obstante el hecho de que cierto discurso feminista reivindique las exigencias «para sí misma», la mujer conserva la profunda intuición de que lo mejor de su vida está hecho de actividades orientadas al despertar del otro, a su crecimiento y a su protección.
Esta intuición está unida a su capacidad física de dar la vida. Sea o no puesta en acto, esta capacidad es una realidad que estructura profundamente la personalidad femenina. Le permite adquirir muy pronto madurez, sentido de la gravedad de la vida y de las responsabilidades que ésta implica. Desarrolla en ella el sentido y el respeto por lo concreto, que se opone a abstracciones a menudo letales para la existencia de los individuos y la sociedad. En fin, es ella la que, aún en las situaciones más desesperadas -y la historia pasada y presente es testigo de ello- posee una capacidad única de resistir en las adversidades, de hacer la vida todavía posible incluso en situaciones extremas, de conservar un tenaz sentido del futuro y, por último, de recordar con las lágrimas el precio de cada vida humana.
Aunque la maternidad es un elemento clave de la identidad femenina, ello no autoriza en absoluto a considerar a la mujer exclusivamente bajo el aspecto de la procreación biológica. En este sentido, pueden existir graves exageraciones que exaltan la fecundidad biológica en términos vitalistas, y que a menudo van acompañadas de un peligroso desprecio por la mujer. La vocación cristiana a la virginidad -audaz con relación a la tradición veterotestamentaria y a las exigencias de muchas sociedades humanas- tiene al respecto gran importancia. (17) Ésta contradice radicalmente toda pretensión de encerrar a las mujeres en un destino que sería sencillamente biológico. Así como la maternidad física le recuerda a la virginidad que no existe vocación cristiana fuera de la donación concreta de sí al otro, igualmente la virginidad le recuerda a la maternidad física su dimensión fundamentalmente espiritual: no es conformándose con dar la vida física como se genera realmente al otro. Eso significa que la maternidad también puede encontrar formas de plena realización allí donde no hay generación física. (18)
En tal perspectiva se entiende el papel insustituible de la mujer en los diversos aspectos de la vida familiar y social que implican las relaciones humanas y el cuidado del otro. Aquí se manifiesta con claridad lo que el Santo Padre ha llamado el genio de la mujer. (19) Ello implica, ante todo, que las mujeres estén activamente presentes, incluso con firmeza, en la familia, «sociedad primordial y, en cierto sentido, ‘‘soberana”», (20) pues es particularmente en ella donde se plasma el rostro de un pueblo y sus miembros adquieren las enseñanzas fundamentales. Ellos aprenden a amar en cuanto son amados gratuitamente, aprenden el respeto a las otras personas en cuanto son respetados, aprenden a conocer el rostro de Dios en cuanto reciben su primera revelación de un padre y una madre llenos de atenciones. Cuando faltan estas experiencias fundamentales, es el conjunto de la sociedad el que sufre violencia y se vuelve, a su vez, generador de múltiples violencias. Esto implica, además, que las mujeres estén presentes en el mundo del trabajo y de la organización social, y que tengan acceso a puestos de responsabilidad que les ofrezcan la posibilidad de inspirar las políticas de las naciones y de promover soluciones innovadoras para los problemas económicos y sociales.
Sin embargo no se puede olvidar que la combinación de las dos actividades -la familia y el trabajo- asume, en el caso de la mujer, características diferentes que en el del hombre. Se plantea por tanto el problema de armonizar la legislación y la organización del trabajo con las exigencias de la misión de la mujer dentro de la familia. El problema no es solo jurídico, económico u organizativo, sino ante todo de mentalidad, cultura y respeto. Se necesita, en efecto, una justa valoración del trabajo desarrollado por la mujer en la familia. En tal modo, las mujeres que libremente lo deseen podrán dedicar la totalidad de su tiempo al trabajo doméstico, sin ser estigmatizadas socialmente y penalizadas económicamente. Por otra parte, las que deseen desarrollar también otros trabajos, podrán hacerlo con horarios adecuados, sin verse obligadas a elegir entre la alternativa de perjudicar su vida familiar o de padecer una situación habitual de tensión, que no facilita ni el equilibrio personal ni la armonía familiar. Como ha escrito Juan Pablo II, «será un honor para la sociedad hacer posible a la madre -sin obstaculizar su libertad, sin discriminación sicológica o práctica, sin dejarle en inferioridad ante sus compañeras- dedicarse al cuidado y a la educación de los hijos, según las necesidades diferenciadas de la edad». (21)
14.En todo caso es oportuno recordar que los valores femeninos apenas mencionados son ante todo valores humanos: la condición humana, del hombre y la mujer creados a imagen de Dios, es una e indivisible. Sólo porque las mujeres están más inmediatamente en sintonía con estos valores pueden llamar la atención sobre ellos y ser su signo privilegiado. Pero en última instancia cada ser humano, hombre o mujer, está destinado a ser «para el otro». Así se ve que lo que se llama «femineidad» es más que un simple atributo del sexo femenino. La palabra designa efectivamente la capacidad fundamentalmente humana de vivir para el otro y gracias al otro.
Por lo tanto la promoción de las mujeres dentro de la sociedad tiene que ser comprendida y buscada como una humanización, realizada gracias a los valores redescubiertos por las mujeres. Toda perspectiva que pretenda proponerse como lucha de sexos sólo puede ser una ilusión y un peligro, destinados a acabar en situaciones de segregación y competición entre hombres y mujeres, y a promover un solipsismo, que se nutre de una concepción falsa de la libertad.
Sin prejuzgar los esfuerzos por promover los derechos a los que las mujeres pueden aspirar en la sociedad y en la familia, estas observaciones quieren corregir la perspectiva que considera a los hombres como enemigos que hay que vencer. La relación hombre-mujer no puede pretender encontrar su justa condición en una especie de contraposición desconfiada y a la defensiva. Es necesario que tal relación sea vivida en la paz y felicidad del amor compartido.
En un nivel más concreto, las políticas sociales -educativas, familiares, laborales, de acceso a los servicios, de participación cívica- si bien por una parte tienen que combatir cualquier injusta discriminación sexual, por otra deben saber escuchar las aspiraciones e individuar las necesidades de cada cual. La defensa y promoción de la idéntica dignidad y de los valores personales comunes deben armonizarse con el cuidadoso reconocimiento de la diferencia y la reciprocidad, allí donde eso se requiera para la realización del propio ser masculino o femenino.
IV. LA ACTUALIDAD DE LOS VALORES FEMENINOS EN LA VIDA DE LA IGLESIA
15.Con respecto a la Iglesia, el signo de la mujer es más que nunca central y fecundo. Ello depende de la identidad misma de la Iglesia, que ésta recibe de Dios y acoge en la fe. Es esta identidad «mística», profunda, esencial, la que se debe tener presente en la reflexión sobre los respectivos papeles del hombre y la mujer en la Iglesia.
Ya desde las primeras generaciones cristianas, la Iglesia se consideró una comunidad generada por Cristo y vinculada a Él por una relación de amor, que encontró en la experiencia nupcial su mejor expresión. Por ello la primera obligación de la Iglesia es permanecer en la presencia de este misterio del amor divino, manifestado en Cristo Jesús, contemplarlo y celebrarlo. En tal sentido, la figura de María constituye la referencia fundamental de la Iglesia. Se podría decir, metafóricamente, que María ofrece a la Iglesia el espejo en el que es invitada a reconocer su propia identidad así como las disposiciones del corazón, las actitudes y los gestos que Dios espera de ella.
La existencia de María es para la Iglesia una invitación a radicar su ser en la escucha y acogida de la Palabra de Dios. Porque la fe no es tanto la búsqueda de Dios por parte del hombre cuanto el reconocimiento de que Dios viene a él, lo visita y le habla. Esta fe, cierta de que «ninguna cosa es imposible para Dios» (cf Gn 18,14; Lc 1,37), vive y se profundiza en la obediencia humilde y amorosa con la que la Iglesia sabe decirle al Padre: «hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). La fe continuamente remite a la persona de Jesús: «Haced lo que él os diga» (Jn 2,5), y lo acompaña en su camino hasta los pies de la cruz. María, en la hora de las tinieblas más profundas, persiste valientemente en la fe, con la única certeza de la confianza en la palabra de Dios.
También de María aprende la Iglesia a conocer la intimidad de Cristo. María, que ha llevado en sus brazos al pequeño niño de Belén, enseña a conocer la infinita humildad de Dios. Ella, que ha acogido el cuerpo martirizado de Jesús depuesto de la cruz, muestra a la Iglesia cómo recoger todas las vidas desfiguradas en este mundo por la violencia y el pecado. La Iglesia aprende de María el sentido de la potencia del amor, tal como Dios la despliega y revela en la vida del Hijo predilecto: «dispersó a los que son soberbios y exaltó a los humildes» (Lc 1,51-52). Y también de María los discípulos de Cristo reciben el sentido y el gusto de la alabanza ante las obras de Dios: «porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso» (Lc 1, 49). Ellos aprenden que están en el mundo para conservar la memoria de estas «maravillas» y velar en la espera del día del Señor.
16. Mirar a María e imitarla no significa, sin embargo, empujar a la Iglesia hacia una actitud pasiva inspirada en una concepción superada de la femineidad. Tampoco significa condenarla a una vulnerabilidad peligrosa, en un mundo en el que lo que cuenta es sobre todo el dominio y el poder. En realidad, el camino de Cristo no es ni el del dominio (cf Fil 2, 6), ni el del poder como lo entiende el mundo (cf Jn18,26). Del Hijo de Dios aprendemos que esta «pasividad» es en realidad el camino del amor, es poder real que derrota toda violencia, es «pasión» que salva al mundo del pecado y de la muerte y recrea la humanidad. Confiando su Madre al apóstol San Juan, el Crucificado invita a su Iglesia a aprender de María el secreto del amor que triunfa.
Muy lejos de otorgar a la Iglesia una identidad basada en un modelo contingente de femineidad, la referencia a María, con sus disposiciones de escucha, acogida, humildad, fidelidad, alabanza y espera, coloca a la Iglesia en continuidad con la historia espiritual de Israel. Estas actitudes se convierten también, en Jesús y a través de él, en la vocación de cada bautizado.
Prescindiendo de las condiciones, estados de vida, vocaciones diferentes, con o sin responsabilidades públicas, tales actitudes determinan un aspecto esencial de la identidad de la vida cristiana. Aun tratándose de actitudes que tendrían que ser típicas de cada bautizado, de hecho, es característico de la mujer vivirlas con particular intensidad y naturalidad. Así, las mujeres tienen un papel de la mayor importancia en la vida eclesial, interpelando a los bautizados sobre el cultivo de tales disposiciones, y contribuyendo en modo único a manifestar el verdadero rostro de la Iglesia, esposa de Cristo y madre de los creyentes.
En esta perspectiva también se entiende que el hecho de que la ordenación sacerdotal sea exclusivamente reservada a los hombres (22) no impide en absoluto a las mujeres el acceso al corazón de la vida cristiana. Ellas están llamadas a ser modelos y testigos insustituibles para todos los cristianos de cómo la Esposa debe corresponder con amor al amor del Esposo.
CONCLUSIÓN
17.En Jesucristo se han hecho nuevas todas las cosas (cf Ap 21,5). La renovación de la gracia, sin embargo, no es posible sin la conversión del corazón. Mirando a Jesús y confesándolo como Señor, se trata de reconocer el camino del amor vencedor del pecado, que Él propone a sus discípulos.
Así, la relación del hombre con la mujer se transforma, y la triple concupiscencia de la que habla la primera carta de S. Juan (cf 1Jn 2,15-17) cesa su destructiva influencia. Se debe recibir el testimonio de la vida de las mujeres como revelación de valores, sin los cuales la humanidad se cerraría en la autosuficiencia, en los sueños de poder y en el drama de la violencia. También la mujer, por su parte, tiene que dejarse convertir, y reconocer los valores singulares y de gran eficacia de amor por el otro del que su femineidad es portadora. En ambos casos se trata de la conversión de la humanidad a Dios, a fin de que tanto el hombre como la mujer conozcan a Dios como a su «ayuda», como Creador lleno de ternura y como Redentor que «amó tanto al mundo que dio a su Hijo único» (Jn 3,16).
Una tal conversión no puede verificarse sin la humilde oración para recibir de Dios aquella transparencia de mirada que permite reconocer el propio pecado y al mismo tiempo la gracia que lo sana. De modo particular se debe implorar la intercesión de la Virgen María, mujer según el corazón de Dios -«bendita entre las mujeres» (Lc 1,42)-, elegida para revelar a la humanidad, hombres y mujeres, el camino del amor. Solamente así puede emerger en cada hombre y en cada mujer, según su propia gracia, aquella «imagen de Dios», que es la efigie santa con la que están sellados (cf Gn 1,27). Solo así puede ser redescubierto el camino de la paz y del estupor, del que es testigo la tradición bíblica en los versículos del Cantar de los cantares, donde cuerpos y corazones celebran un mismo júbilo.
Ciertamente la Iglesia conoce la fuerza del pecado, que obra en los individuos y en las sociedades, y que a veces llevaría a desesperar de la bondad de la pareja humana. Pero por su fe en Cristo crucificado y resucitado, la Iglesia conoce aún más la fuerza del perdón y del don de sí, a pesar de toda herida e injusticia. La paz y la maravilla que la Iglesia muestra con confianza a los hombres y mujeres de hoy son la misma paz y maravilla del jardín de la resurrección, que ha iluminado nuestro mundo y toda su historia con la revelación de que «Dios es amor» (1Jn 4,8.16).
El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la audiencia concedida al infrascrito Cardenal Prefecto, ha aprobado la presente Carta, decidida en la Sesión Ordinaria de esta Congregación, y ha ordenado que sea publicada.
Dado en Roma, en la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 31 de mayo de 2004, Fiesta de la Visitación de la Beata Virgen María.
+ Joseph Cardenal Ratzinger Prefecto
+ Angelo Amato SDB Arzobispo titular de Sila Secretario
1 Cf Juan Pablo II, Exhort. Apost. post sinodal Familiaris consortio (22 de noviembre de 1981): AAS 74 (1982), 81-191; Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988): AAS 80 (1988), 1653-1729; Carta a las familias (2 de febrero de 1994): AAS 86 (1994), 868-925; Carta a las mujeres (29 de junio de 1995): AAS 87 (1995), 803-812; Catequesis sobre el amor humano (1979-1984): Enseñanzas II (1979) – VII (1984); Congregación para la Educación Católica, Orientaciones educativas sobre el amor humano. Pautas de educación sexual (1 de noviembre de 1983): Ench. Vat. 9, 420-456; Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: verdad y significado. Orientaciones educativas en familia (8 de diciembre de 1995): Ench. Vat. 14, 2008-2077.
2 Sobre esta compleja cuestión del género, cf también Pontificio Consejo para la Familia, Familia, matrimonio y «uniones de hecho» (26 de julio de 2000), 8: Suplemento a L’Osservatore Romano (22 de noviembre de 2000), 4.
3 Cf Juan Pablo II, Carta Enc. Fides et ratio (14 de septiembre de 1998), 21: AAS 91 (1999), 22: «Esta apertura al misterio, que le viene de la Revelación, ha sido al final para él la fuente de un verdadero conocimiento, que ha consentido a su razón entrar en el ámbito de lo infinito, recibiendo así posibilidades de compresión hasta entonces insospechadas».
4 Juan Pablo II, Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988), 6: AAS 80 (1988), 1662; cf S. Ireneo, Adversus haereses, V, 6, 1; V, 16, 2-3: SC 153, 72-81; 216-221; S. Gregorio de Nisa, De hominis opificio, 16: PG 44, 180; In Canticum homilia, 2: PG 44, 805-808; S. Agustín, Enarratio in Psalmum, 4, 8: CCL 38, 17.
5 La palabra hebrea ezer, traducida como ayuda, indica el auxilio que sólo una persona presta a otra persona. El término no tiene ninguna connotación de inferioridad o instrumentalización. De hecho también Dios es, a veces, llamado ezer respecto al hombre (cf Esd 18,4; Sal 9-10,35).
6 Juan Pablo II, Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988), 6: AAS 80 (1988), 1664.
7 Juan Pablo II, Catequesis El hombre-persona se hace don en la libertad del amor (16 de enero de 1980), 1: Enseñanzas III, 1 (1980), 148.
8 Juan Pablo II, Catequesis La concupiscencia del cuerpo deforma las relaciones hombre-mujer (26 de julio de 1980), 1: Enseñanzas III, 2 (1980), 288.
9 Juan Pablo II, Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988), 7: AAS 80 (1988), 1666.
10 Ibid., n.6, l.c., 1663.
11 Congregación para la Educación Católica, Orientaciones educativas sobre el amor humano. Lineamientos de educación sexual (1 de noviembre de 1983), 4: Ench. Vat. 9, 423.
12 Ibid.
13 Adversus haereses, 4, 34, 1: SC 100. 846: «Omnem novitatem attulit semetipsum afferens».
14 La Tradición exegética antigua ve en María en el episodio de Caná la «figura Synagogæ» y la «inchoatio Ecclesiæ».
15 El cuarto Evangelio profundiza aquí un dato ya presente en los Sinópticos (cf Mt 9,15 y par.). Sobre el tema de Jesús Esposo, cf Juan Pablo II, Carta a las Familias (2 de febrero de 1994), 18: AAS 86 (1994), 906-910.
16 Juan Pablo II, Carta a las familias (2 de febrero de 1994), 19: AAS 86 (1994), 911; cf Carta Apost. Mulieris dignitatem (15 de agosto de 1988), 23-25: AAS 80 (1988), 1708-1715.
17 Cf Juan Pablo II, Exhort. Apost. post sinodal Familiaris consortio (22 de noviembre de 1981), 16: AAS 74 (1982), 98-99.
18 Ibid., 41, l.c., 132-133; Congregación para la Doctrina de la Fe, Instruc. Donum vitae (22 de febrero de 1987), II, 8: AAS 80 (1988), 96-97.
19 Cf Juan Pablo II, Carta a las mujeres (29 de junio de 1995), 9-10: AAS 87 (1995), 809-810.
20 Juan Pablo II, Carta a las familias (2 de febrero de 1994), 17: AAS 86 (1994), 906.
21 Carta Enc. Laborem exercens (14 de septiembre de 1981), 19: AAS 73 (1981), 627.
22 Cf Juan Pablo II, Carta Apost. Ordinatio sacerdotalis (22 de mayo de 1994): AAS 86 (1994), 545-548; Congregación para la Doctrina de la Fe, Respuesta a la duda acerca de la doctrina de la Carta Apostólica «Ordinatio sacerdotalis» (28 de octubre de 1995: AAS 87 (1995), 1114.

Varón y mujer los creó

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La Congregación para la Educación Católica ha publicado el documento “Varón y mujer los creó. Para una vía del diálogo sobre la cuestión del gender (género) en la educación“.
Según dicha congregación, este documento presenta el objetivo de “ofrecer algunas reflexiones que puedan orientar y apoyar a cuantos están comprometidos con la educación de las nuevas generaciones a abordar metódicamente las cuestiones más debatidas sobre la sexualidad humana, a la luz de la vocación al amor a la cual toda persona es llamada”.
A continuación se expone el contenido del documento completo:
INTRODUCCIÓN
1. Se difunde cada vez más la conciencia de que estamos frente a una verdadera y propia emergencia educativa, en particular por lo que concierne a los temas de afectividad y sexualidad. En muchos casos han sido estructurados y propuestos caminos educativos que « transmiten una concepción de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropología contraria a la fe y a la justa razón ». La desorientación antropológica, que caracteriza ampliamente el clima cultural de nuestro tiempo, ha ciertamente contribuido a desestructurar la familia, con la tendencia a cancelar las diferencias entre el hombre y la mujer, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural.
2. En este contexto, la misión educativa enfrenta el desafío que «surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que “niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo”».
3. Es evidente que la cuestión no puede ser aislada del horizonte más amplio de la educación al amor, la cual tiene que ofrecer, como lo señaló el Concilio Vaticano II, «una positiva y prudente educación sexual» dentro del derecho inalienable de todos de recibir «una educación, que responda al propio fin, al propio carácter; al diferente sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias, y, al mismo tiempo, esté abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos a fin de fomentar en la tierra la verdadera unidad y la paz». En este sentido, la Congregación para la Educación Católica ha ofrecido ulteriores profundizaciones en el documento: Orientaciones educativas sobre el amor humano. Pautas de educación sexual.
4. La visión antropológica cristiana ve en la sexualidad un elemento básico de la personalidad, un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano. Por eso, es parte integrante del desarrollo de la personalidad y de su proceso educativo. «Verdaderamente, en el sexo radican las notas características que constituyen a las personas como hombres y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiritual, teniendo así mucha parte en su evolución individual y en su inserción en la sociedad». En el proceso de crecimiento «esta diversidad, aneja a la complementariedad de los dos sexos, responde cumplidamente al diseño de Dios en la vocación enderezada a cada uno». «La educación afectivo-sexual considera la totalidad de la persona y exige, por tanto, la integración de los elementos biológicos, psico-afectivos, sociales y espirituales».
5. La Congregación para la Educación Católica, dentro de sus competencias, tiene la intención de ofrecer algunas reflexiones que puedan orientar y apoyar a cuantos están comprometidos con la educación de las nuevas generaciones a abordar metódicamente las cuestiones más debatidas sobre la sexualidad humana, a la luz de la vocación al amor a la cual toda persona es llamada. De esta manera se quiere promover una metodología articulada en las tres actitudes de escuchar, razonar y proponer, que favorezcan el encuentro con las necesidades de las personas y las comunidades. De hecho, escuchar las necesidades del otro, así como la comprensión de las diferentes condiciones lleva a compartir elementos racionales y a prepararse para una educación cristiana arraigada en la fe que «todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre».
6. Al emprender el camino del diálogo sobre la cuestión del gender en la educación, es necesario tener presente la diferencia entre la ideología del gender y las diferentes investigaciones sobre el gender llevadas a cabo por las ciencias humanas. Mientras que la ideología pretende, como señala Papa Francisco, « responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles » pero busca «imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños » y, por lo tanto, excluye el encuentro, no faltan las investigaciones sobre el gender que buscan de profundizar adecuadamente el modo en el cual se vive en diferentes culturas la diferencia sexual entre hombre y mujer. Es en relación con estas investigaciones que es posible abrirse a escuchar, razonar y proponer.
7. Por lo tanto, la Congregación para la Educación Católica encomienda este texto –especialmente en los contextos implicados por este fenómeno– a quienes se preocupan de corazón por la educación, en particular a las comunidades educativas de las escuelas católicas y a cuantos, animados por la visión cristiana de la vida, trabajan en otras escuelas, a los padres, alumnos, directivos y personal, así como a los Obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, movimientos eclesiales, asociaciones de fieles y otras organizaciones del sector.
ESCUCHAR
Breve historia
8. La primera actitud de quien desea entrar en diálogo es escuchar. Se trata, antes que nada, de escuchar y comprender lo que ha sucedido en las últimas décadas. El advenimiento del siglo XX, con sus visiones antropológicas, trae consigo las primeras concepciones del gender, por un lado basadas en una lectura puramente sociológica de la diferenciación sexual y por el otro con un énfasis en las libertades individuales. De hecho, a mediados de siglo, nace una línea de estudios que insistía en acentuar el condicionamiento externo y sus influencias en las determinaciones personales. Aplicados a la sexualidad, estos estudios querían mostrar cómo la identidad sexual tenía más que ver con una construcción social que con una realidad natural o biológica.
9. Estos enfoques convergen en negar la existencia de un don originario que nos precede y es constitutivo de nuestra identidad personal, formando la base necesaria de nuestras acciones. En las relaciones interpersonales, lo que importa sería solamente el afecto entre los individuos, independientemente de la diferencia sexual y la procreación, consideradas irrelevantes en la construcción de la familia. Se pasa de un modelo institucional de familia – que tiene una estructura y una finalidad que no dependen de las preferencias subjetivas individuales de los cónyuges – a una visión puramente contractualista y voluntarista.
10. Con el tiempo, las teorías del gender han ampliado el campo de su aplicación. A principios de los años noventa del siglo pasado, se fueron concentrando en la posibilidad de los individuos de autodeterminar sus propias inclinaciones sexuales sin tener en cuenta la reciprocidad y la complementariedad de la relación hombre-mujer, así como la finalidad procreativa de la sexualidad. Además, incluso se llega a teorizar una separación radical entre género (gender) y sexo (sex), con la prioridad del primero sobre el segundo. Este logro es visto como una etapa importante en el progreso de la humanidad, en la cual se «presenta una sociedad sin diferencias de sexo».
11. En este contexto cultural se comprende que sexo y género han dejado de ser sinónimos, es decir, conceptos intercambiables, ya que describen dos entidades diferentes. El sexo define la pertenencia a una de las dos categorías biológicas que derivan de la díada originaria, femenina y masculina. El género, en cambio, es el modo en el cual se vive en cada cultura la diferencia entre los dos sexos. El problema no está en la distinción en sí, que podría ser interpretada rectamente, sino en una separación entre sexo y gender. De esta separación surge la distinción entre diferentes “orientaciones sexuales” que no están definidas por la diferencia sexual entre hombre y mujer, sino que pueden tomar otras formas, determinadas únicamente por el individuo radicalmente autónomo. Asimismo, el mismo concepto de gender va a depender de la actitud subjetiva de la persona, que puede elegir un género que no corresponde con su sexualidad biológica y, de consecuencia, con la forma en que lo consideran los demás (transgender).
12. En una creciente contraposición entre naturaleza y cultura, las propuestas de género convergen en el queer, es decir, en una dimensión fluida, flexible, nómada al punto de defender la emancipación completa del individuo de cada definición sexual dada a priori, con la consiguiente desaparición de las clasificaciones consideradas rígidas. Se deja así el espacio a diversos matices, variables por grado e intensidad en el contexto tanto de la orientación sexual como de la identificación del propio género.
13. La dualidad de la pareja entra también en conflicto con los “poliamoríos” que incluyen a más de dos personas. Por lo tanto, se observa que la duración del vínculo –y su naturaleza vinculante– se estructura como una variable de acuerdo con el deseo contingente de las personas, con consecuencias en el nivel de compartir responsabilidades y obligaciones inherentes a la maternidad y la paternidad. Toda esta gama de relaciones se convierte en “parentesco” (kinships), basada en el deseo o el afecto, a menudo caracterizada por un tiempo determinado, éticamente flexible o incluso consensuada sin planificación alguna. Lo que vale es la absoluta libertad de autodeterminación y la elección circunstancial de cada individuo en el contexto de cualquier relación emocional.
14. De esta manera, se apela al reconocimiento público de la libertad de elección del género y la pluralidad de uniones en oposición al matrimonio entre hombre y mujer, considerado una herencia del patrimonio patriarcal. Por lo tanto, se quisiera que cada individuo pudiera elegir su propia condición y que la sociedad se limite a garantizar tal derecho, también mediante un apoyo material, de lo contrario, nacerían formas de discriminación social contra las minorías. La reivindicación de dichos derechos ha entrado en el debate político de hoy día, obteniendo aceptación en algunos documentos internacionales e integrándose en algunas legislaciones nacionales.
Puntos de encuentro
15. En el contexto de las investigaciones sobre el gender, emergen, todavía, algunos posibles puntos de encuentro para crecer en la mutua comprensión. De hecho, a menudo los proyectos educativos tienen la necesidad, compartida y apreciable, de luchar contra cualquier expresión de injusta discriminación. Persiguen una acción pedagógica, sobre todo con el reconocimiento de los retrasos y las carencias. Ciertamente no se puede negar que a lo largo de los siglos se han asomado formas de injusta subordinación, que tristemente han marcado la historia y han influido también al interior de la Iglesia. Esto ha dado lugar a rigidez y fijeza que demoraron la necesaria y progresiva inculturación del mensaje genuino con el que Jesús proclamó igual dignidad entre el hombre y la mujer, dando lugar a acusaciones de un cierto machismo más o menos disfrazado de motivaciones religiosas.
16. Un punto de encuentro es la educación de niños y jóvenes a respetar a cada persona en su particular y diferente condición, de modo que nadie, debido a sus condiciones personales (discapacidad, origen, religión, tendencias afectivas, ) pueda convertirse en objeto de acoso, violencia, insultos y discriminación injusta. Se trata de una educación a la ciudadanía activa y responsable, en la que todas las expresiones legítimas de la persona se acogen con respeto.
17. Otro punto de crecimiento en la comprensión antropológica son los valores de la feminidad que se han destacado en la reflexión del gender. En la mujer, por ejemplo, la «capacidad de acogida del otro» favorece una lectura más realista y madura de las situaciones contingentes, desarrollando «el sentido y el respeto por lo concreto, que se opone a abstracciones a menudo letales para la existencia de los individuos y la sociedad». Se trata de una aportación que enriquece las relaciones humanas y los valores del espíritu «a partir de las relaciones cotidianas entre las personas». Por esta razón, la sociedad está en gran parte en deuda con las mujeres que están «comprometidas en los más diversos sectores de la actividad educativa, fuera de la familia: guarderías, escuelas, universidades, instituciones asistenciales, parroquias, asociaciones y movimientos».
18. La mujer es capaz de entender la realidad en modo único: sabiendo cómo resistir ante la adversidad, haciendo « la vida todavía posible incluso en situaciones extremas» y conservando « un tenaz sentido del futuro ». De hecho, no es una coincidencia que «donde se da la exigencia de un trabajo formativo se puede constatar la inmensa disponibilidad de las mujeres a dedicarse a las relaciones humanas, especialmente en favor de los más débiles e indefensos. En este cometido manifiestan una forma de maternidad afectiva, cultural y espiritual, de un valor verdaderamente inestimable, por la influencia que tiene en el desarrollo de la persona y en el futuro de la sociedad. ¿Cómo no recordar aquí el testimonio de tantas mujeres católicas y de tantas Congregaciones religiosas femeninas que, en los diversos continentes, han hecho de la educación, especialmente de los niños y de las niñas, su principal servicio?».
Crítica
19. Sin embargo, hay algunos puntos críticos que se presentan en la vida real. Las teorías del gender indican –especialmente las más radicales– un proceso progresivo de desnaturalización o alejamiento de la naturaleza hacia una opción total para la decisión del sujeto emocional. Con esta actitud, la identidad sexual y la familia se convierten en dimensiones de la “liquidez” y la “fluidez” posmodernas: fundadas solo sobre una mal entendida libertad del sentir y del querer, más que en la verdad del ser; en el deseo momentáneo del impulso emocional y en la voluntad individual.
20. Las presuposiciones de estas teorías son atribuibles a un dualismo antropológico: a la separación entre cuerpo reducido y materia inerte y voluntad que se vuelve absoluta, manipulando el cuerpo como le plazca. Este fisicismo y voluntarismo dan origen al relativismo, donde todo es equivalente e indiferenciado, sin orden y sin finalidad. Todas estas teorizaciones, desde las más moderadas hasta las más radicales, creen que el gender (género) termina siendo más importante que el sex (sexo). Esto determina, en primer lugar, una revolución cultural e ideológica en el horizonte relativista y, en segundo lugar, una revolución jurídica, porque estos casos promueven derechos individuales y sociales específicos.
21. En realidad, sucede que la defensa de diferentes identidades a menudo sea perseguida afirmando que son perfectamente indiferentes entre sí y, por lo tanto, negándolas en su relevancia. Esto asume una particular importancia según en términos de diferencia sexual: a menudo, de hecho, el concepto genérico de “no discriminación” oculta una ideología que niega la diferencia y la reciprocidad natural del hombre y la « En vez de combatir las interpretaciones negativas de la diferencia sexual, que mortifican su valencia irreductible para la dignidad humana, se quiere cancelar, de hecho, esta diferencia, proponiendo técnicas y prácticas que hacen que sea irrelevante para el desarrollo de la persona y de las relaciones humanas. Pero la utopía de lo “neutro” elimina, al mismo tiempo, tanto la dignidad humana de la constitución sexualmente diferente como la cualidad personal de la transmisión generativa de la vida ». Se vacía –de esta manera– la base antropológica de la familia.
22. Esta ideología induce proyectos educativos y pautas legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente libres de la diferencia biológica entre el hombre y la mujer. La identidad humana se entrega a una opción individualista, también cambiante con el tiempo, una expresión de la forma de pensar y actuar, muy difundida en la actualidad, que confunde «la genuina libertad con la idea de que cada uno juzga como le parece, como si más allá de los individuos no hubiera verdades, valores, principios que nos orienten, como si todo fuera igual y cualquier cosa debiera permitirse».
23. El Concilio Vaticano II, al cuestionarse sobre lo que la Iglesia piensa de la persona humana, afirma que «en la unidad de cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, es una síntesis del universo material, el cual alcanza por medio del hombre su más alta cima y alza la voz para la libre alabanza del Creador». Por esta dignidad, «no se equivoca el hombre al afirmar su superioridad sobre el universo material y al no considerarse ya como partícula de la naturaleza o como elemento anónimo de la ciudad humana ». Por lo tanto, «no ha de confundirse orden de la naturaleza con orden biológico ni identificar lo que esas expresiones designan. El orden biológico es orden de la naturaleza en la medida en que este es accesible a los métodos empíricos y descriptivos de las ciencias naturales; pero, en cuanto orden específico de la existencia, por estar relacionado manifiestamente con la Causa primera, con Dios Creador, el de la naturaleza ya no es un orden biológico ».
RAZONAR
Argumentos racionales
24. Escuchar el perfil histórico, de los puntos de encuentro y las cuestiones críticas en la cuestión de gender lleva a consideraciones a la luz de la razón. De hecho, hay argumentos racionales que aclaran la centralidad del cuerpo como un elemento integral de la identidad personal y las relaciones familiares. El cuerpo es la subjetividad que comunica la identidad del ser. En este sentido, se entienden los datos de las ciencias biológicas y médicas, según los cuales el “dimorfismo sexual” (es decir, la diferencia sexual entre hombres y mujeres) está probado por las ciencias, como por ejemplo, la genética, la endocrinología y la neurología. Desde un punto de vista genético, las células del hombre (que contienen los cromosomas XY) son diferentes a las de las mujeres (cuyo equivalente es XX) desde la concepción. Por lo demás, en el caso de la indeterminación sexual, es la medicina la que interviene para una terapia. En estas situaciones específicas, no son los padres ni mucho menos la sociedad quienes pueden hacer una elección arbitraria, sino que es la ciencia médica la que interviene con fines terapéuticos, operando de la manera menos invasiva sobre la base de parámetros objetivos para explicar la identidad constitutiva.
25. El proceso de identificación se ve obstaculizado por la construcción ficticia de un “género” o “tercer género”. De esta manera, la sexualidad se oscurece como una calificación estructurante de la identidad masculina y femenina. El intento de superar la diferencia constitutiva del hombre y la mujer, como sucede en la intersexualidad o en el transgender, conduce a una ambigüedad masculina y femenina, que presupone de manera contradictoria aquella diferencia sexual que se pretende negar o superar. Al final, esta oscilación entre lo masculino y lo femenino se convierte en una exposición solamente “provocativa” contra los llamados “esquemas tradicionales” que no tienen en cuenta el sufrimiento de quienes viven en una condición indeterminada. Tal concepción busca aniquilar la naturaleza (todo lo que hemos recibido como fundamento previo de nuestro ser y de todas nuestras acciones en el mundo), mientras que lo reafirmamos implícitamente.
26. El análisis filosófico muestra también cómo la diferencia sexual masculino/femenino sea constitutiva de la identidad humana. En las filosofías greco-latinas, la esencia se pone como un elemento trascendente que recompone y armoniza la diferencia entre lo femenino y lo masculino en la singularidad de la persona humana. En la tradición hermenéutica-fenomenológica, tanto la distinción como la complementariedad sexual se interpretan en una clave simbólica y metafórica. La diferencia sexual constituye, en la relación, la identidad personal ya sea horizontal (diádica: hombre-mujer) o vertical (triádica: hombre-mujer-Dios), tanto en el contexto de la relación interpersonal entre hombre y mujer (yo/tú) que dentro de la relación familiar (tú/yo/nosotros).
27. La formación de la identidad se basa precisamente en la alteridad: en la confrontación inmediata con el “tú” diferente de mí, reconozco la esencia de mi “yo”. La diferencia es la condición de la cognición en general y del conocimiento de la identidad. En la familia, la comparación con la madre y el padre facilita al niño la elaboración de su propia identidad/ diferencia sexual. Las teorías psicoanalíticas muestran el valor tripolar de la relación padre/hijo, afirmando que la identidad sexual emerge completamente solo en la comparación sinérgica de la diferenciación.
28. La complementariedad fisiológica, basada en la diferencia sexual, asegura las condiciones necesarias para la procreación. En cambio, el recurso a las tecnologías reproductivas puede consentir la generación a una persona, pareja de una pareja del mismo sexo, con “fertilización in vitro” y maternidad subrogada: pero el uso de tecnología no es equivalente a la concepción natural, porque implica manipulación de embriones humanos, fragmentación de la paternidad, instrumentalización y/o mercantilización del cuerpo humano, así como reducción del ser humano a objeto de una tecnología científica.
29. Por lo que concierne en particular al sector escolar, es propio en la naturaleza de la educación la capacidad de construir las bases para un diálogo pacífico y permitir un encuentro fructífero entre las personas y las ideas. Además, la perspectiva de una extensión de la razón a la dimensión trascendente parece no secundaria. El diálogo entre fe y razón « si no quiere reducirse a un estéril ejercicio intelectual, debe partir de la actual situación concreta del hombre, y desarrollar sobre ella una reflexión que recoja su verdad ontológico-metafísica ». En esta dimensión se coloca la misión evangelizadora de la Iglesia sobre el hombre y la mujer.
PROPONER
Antropología cristiana
30. La Iglesia, madre y maestra, no solo escucha, sino que, fortalecida por su misión original, se abre a la razón y se pone al servicio de la comunidad humana, ofreciendo sus propuestas. Es evidente que sin una aclaración satisfactoria de la antropología sobre la cual se base el significado de la sexualidad y la afectividad, no es posible estructurar correctamente un camino educativo que sea coherente con la naturaleza del hombre como persona, con el fin de orientarlo hacia la plena actuación de su identidad sexual en el contexto de la vocación al don de sí mismo. Y el primer paso en esta aclaración antropológica consiste en reconocer que « también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo ». Este es el núcleo de esa ecología del hombre que se mueve desde el «reconocimiento de la dignidad peculiar del ser humano» y desde la necesaria relación de su vida «con la ley moral escrita en su propia naturaleza».
31. La antropología cristiana tiene sus raíces en la narración de los orígenes tal como aparece en el Libro del Génesis, donde está escrito que« Dios creó al hombre a su imagen […], varón y mujer los creó» (Gen 1, 27). En estas palabras, existe el núcleo no solo de la creación, sino también de la relación vivificante entre el hombre y la mujer, que los pone en una unión íntima con Dios. El sí mismo y el otro de sí mismo se completan de acuerdo con sus específicas identidades y se encuentran en aquello que constituye una dinámica de reciprocidad, sostenida y derivada del Creador.
32. Las palabras bíblicas revelan el sapiente diseño del Creador que «ha asignado al hombre como tarea el cuerpo, su masculinidad y feminidad; y que en la masculinidad y feminidad le ha asignado, en cierto sentido, como tarea su humanidad, la dignidad de la persona, y también el signo transparente de la “comunión” interpersonal, en la que el hombre se realiza a sí mismo a través del auténtico don de sí». Por lo tanto, la naturaleza humana, para superar cualquier fisicismo o naturalismo, debe entenderse a la luz de la unidad del alma y el cuerpo, «en la unidad de sus inclinaciones de orden espiritual y biológico, así como de todas las demás características específicas, necesarias para alcanzar su fin».
33. En esta «totalidad unificada» se integran la dimensión vertical de la comunión con Dios y la dimensión horizontal de la comunión interpersonal, a la que son llamados el hombre y la mujer. La identidad personal madura auténticamente en el momento en que está abierta a los demás, precisamente porque «en la configuración del propio modo de ser, femenino o masculino, no confluyen sólo factores biológicos o genéticos, sino múltiples elementos que tienen que ver con el temperamento, la historia familiar, la cultura, las experiencias vividas, la formación recibida, las influencias de amigos, familiares y personas admiradas, y otras circunstancias concretas que exigen un esfuerzo de adaptación». De hecho, «para la persona humana es esencial el hecho de que llega a ser ella misma sólo a partir del otro, el “yo” llega a ser él mismo sólo a partir del “tú” y del “vosotros”; está creado para el diálogo, para la comunión sincrónica y diacrónica. Y sólo el encuentro con el “tú” y con el “nosotros” abre el “yo” a sí mismo».
34. Es necesario reiterar la raíz metafísica de la diferencia sexual: de hecho, hombre y mujer son las dos formas en que se expresa y se realiza la realidad ontológica de la persona humana. Esta es la respuesta antropológica a la negación de la dualidad masculina y femenina a partir de la cual se genera la familia. El rechazo de esta dualidad no solo borra la visión de la creación, sino que delinea una persona abstracta «que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya. Se niega a hombres y mujeres su exigencia creacional de ser formas de la persona humana que se integran mutuamente. Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación. Pero, en este caso, también la prole ha perdido el puesto que hasta ahora le correspondía y la particular dignidad que le es propia».
35. En esta perspectiva, educar a la sexualidad y a la afectividad significa aprender « con perseverancia y coherencia lo que es el significado del cuerpo » en toda la verdad original de la masculinidad y la feminidad; significa « aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados […]. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente […], y enriquecerse recíprocamente ». Por lo tanto, a la luz de una ecología plenamente humana e integral, la mujer y el hombre reconocen el significado de la sexualidad y la genitalidad en aquella intrínseca intencionalidad relacional y comunicativa que atraviesa su corporeidad y los envía mutuamente el uno hacia el otro.
La familia
36. La familia es el lugar natural en donde esta relación de reciprocidad y comunión entre el hombre y la mujer encuentra su plena actuación. En ella, el hombre y la mujer unidos en la elección libre y consciente del pacto de amor conyugal, realizan «una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona: reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la afectividad, aspiración del espíritu y de la voluntad». La familia es «una realidad antropológica, y, en consecuencia, una realidad social, de cultura» de lo contrario «calificarla con conceptos de naturaleza ideológica, que tienen fuerza sólo en un momento de la historia y después decaen» significa traicionar su valor. La familia, como sociedad natural en la que se realizan plenamente la reciprocidad y la complementariedad entre el hombre y la mujer, precede al mismo orden sociopolítico del Estado, cuya libre actividad legislativa debe tenerlo en cuenta y darle el justo reconocimiento.
37. Es racionalmente comprensible que en la naturaleza misma de la familia se fundan dos derechos fundamentales que siempre deben ser respaldados y garantizados. El primero es el derecho de la familia a ser reconocida como el principal espacio pedagógico primario para la formación del niño. Este «derecho primario» después se traduce concretamente en la «obligación gravísima» de los padres de hacerse responsables de la «educación íntegra personal y social de los hijos», también en lo que respecta a su educación sobre la identidad sexual y la afectividad, «en el marco de una educación para el amor, para la donación mutua». Es un derecho-deber educativo que «se califica como esencial, relacionado como está con la transmisión de la vida humana; como original y primario, respecto al deber educativo de los demás, por la unicidad de la relación de amor que subsiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable y que, por consiguiente, no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros».
38. Otro derecho no secundario es el del niño «a crecer en una familia, con un padre y una madre capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su madurez afectiva. Seguir madurando en relación, en confrontación, con lo que es la masculinidad y la feminidad de un padre y una madre, y así armando su madurez afectiva». Y es dentro del mismo núcleo familiar que el niño puede ser educado para reconocer el valor y la belleza de la diferencia sexual, de la igualdad, de la reciprocidad biológica, funcional, psicológica y social. «Ante una cultura que “banaliza” en gran parte la sexualidad humana, […], el servicio educativo de los padres debe basarse sobre una cultura sexual que sea verdadera y plenamente personal. En efecto, la sexualidad es una riqueza de toda la persona – cuerpo, sentimiento y espíritu – y manifiesta su significado íntimo al llevar la persona hacia el don de sí misma en el amor». Estos derechos se acompañan naturalmente a todos los demás derechos fundamentales de la persona, en particular a aquel de la libertad de pensamiento, conciencia y religión. En estos espacios se pueden hacer nacer experiencias fructíferas de colaboración entre todos los sujetos involucradas en la educación.
La escuela
39. A la acción educativa de la familia se une la de la escuela, que interactúa de manera subsidiaria. Fortalecida por su fundación evangélica, «la escuela católica se configura como escuela para la persona y de las personas. “La persona de cada uno, en sus necesidades materiales y espirituales, es el centro del magisterio de Jesús: por esto el fin de la escuela católica es la promoción de la persona humana”. Tal afirmación, poniendo en evidencia la relación del hombre con Cristo, recuerda que en su persona se encuentra la plenitud de la verdad sobre el hombre. Por esto, la escuela católica, empeñándose en promover al hombre integral, lo hace, obedeciendo a la solicitud de la Iglesia, consciente de que todos los valores humanos encuentran su plena realización y, también su unidad, en Cristo. Este conocimiento manifiesta que la persona ocupa el centro en el proyecto educativo de la escuela católica».
40. La escuela católica debe convertirse en una comunidad educativa en la que la persona se exprese y crezca humanamente en un proceso de relación dialógica, interactuando de manera constructiva, ejercitando la tolerancia, comprendiendo los diferentes puntos de vista y creando confianza en un ambiente de auténtica armonía. Se establece así la verdadera «comunidad educativa, espacio agápico de las diferencias. La escuela-comunidad es lugar de intercambio, promueve la participación, dialoga con la familia, que es la primera comunidad a la que pertenecen los alumnos; todo ello respetando su cultura y poniéndose en actitud profunda de escuchar respecto a las necesidades que le salen al paso y a las expectativas de que es destinataria». De esta manera, las niñas y los niños son acompañados por una comunidad que «los estimula a superar el individualismo y a descubrir, a la luz de la fe, que están llamados a vivir, de una manera responsable, una vocación específica en un contexto de solidaridad con los demás hombres. La trama misma de la humana existencia los invita, en cuanto cristianos, a comprometerse en el servicio de Dios en favor de los propios hermanos y a transformar el mundo para que venga a ser una digna morada de los hombres».
41. Asimismo los educadores cristianos que viven su vocación en las escuelas no católicas dan testimonio de la verdad sobre la persona humana y están al servicio de su promoción. De hecho, «la formación integral del hombre como finalidad de la educación, incluye el desarrollo de todas las facultades humanas del educando, su preparación para la vida profesional, la formación de su sentido ético y social, su apertura a la trascendencia y su educación religiosa». El testimonio personal, unido con la profesionalidad, contribuye al logro de estos objetivos.
42. La educación a la afectividad necesita un lenguaje adecuado y moderado. En primer lugar, debe tener en cuenta que los niños y los jóvenes aún no han alcanzado la plena madurez y empiezan a descubrir la vida con interés. Por lo tanto, es necesario ayudar a los estudiantes a desarrollar «un sentido crítico ante una invasión de propuestas, ante la pornografía descontrolada y la sobrecarga de estímulos que pueden mutilar la sexualidad». Ante un bombardeo de mensajes ambiguos y vagos –cuyo final es una desorientación emocional y el impedimento de la madurez psico relacional– «ayudarles a reconocer y a buscar las influencias positivas, al mismo tiempo que toman distancia de todo lo que desfigura su capacidad de amar».
La sociedad
43. En el proceso educativo no puede faltar una visión unificada sobre la sociedad actual. La transformación de las relaciones interpersonales y sociales «ha ondeado con frecuencia la “bandera de la libertad”, pero en realidad ha traído devastación espiritual y material a innumerables seres humanos, especialmente a los más vulnerables. Es cada vez más evidente que la decadencia de la cultura del matrimonio está asociada a un aumento de pobreza y a una serie de numerosos otros problemas sociales que azotan de forma desproporcionada a las mujeres, los niños y los ancianos. Y son siempre ellos quienes sufren más en esta crisis».
44. Por estas razones, no se puede dejar a la familia sola frente al desafío educativo. Por su parte, la Iglesia continúa ofreciendo apoyo a las familias y a los jóvenes en las comunidades abiertas y acogedoras. Las escuelas y las comunidades locales, en particular, están llamadas a llevar a cabo una gran misión, si bien no reemplacen a los padres, puesto que son complementarias de ellos. La importante urgencia del desafío educativo puede hoy constituir un fuerte estímulo para reconstruir la alianza educativa entre la familia, la escuela y la sociedad.
45. Como ampliamente se reconoce, este pacto educativo ha entrado en crisis. Es urgente promover una alianza sustancial y no burocrática, que armonice, en el proyecto compartido de «una positiva y prudente educación sexual», la responsabilidad primordial de los padres con la tarea de los maestros. Se deben crear las condiciones para un encuentro constructivo entre los distintos sujetos a fin de establecer un clima de transparencia, interactuando y manteniéndose constantemente informados sobre las actividades para facilitar la participación y evitar tensiones innecesarias que puedan surgir a causa de malentendidos debido a la falta de claridad, información y competencia.
46. En el marco de esta alianza, las acciones educativas deben ser informadas del principio de subsidiariedad. «Porque cualquier otro colaborador en el proceso educativo debe actuar en nombre de los padres, con su consentimiento y, en cierto modo, incluso por encargo suyo». Procediendo juntos, la familia, la escuela y la sociedad pueden articular caminos de educación a la afectividad y la sexualidad dirigidos a respetar el cuerpo de los demás y respetar los tiempos de su propia maduración sexual y emocional, teniendo en cuenta las especificidades fisiológicas y psicológicas, así como las fases de crecimiento y maduración neurocognitiva de niñas y niños para acompañarlos en su crecimiento de manera saludable y responsable.
La formación de los formadores
47. Con gran responsabilidad, todos los formadores están llamados a la realización real del proyecto pedagógico. Su personalidad madura, su preparación y equilibrio psíquico influyen fuertemente sobre los educandos. Por lo tanto, es importante tener en cuenta su formación, además de los aspectos profesionales, también aquellos culturales y espirituales. La educación de la persona, especialmente en la era evolutiva, requiere un cuidado particular y una actualización constante. No se trata solamente de una simple repetición de argumentos disciplinarios. Se espera que los educadores sepan «acompañar a los alumnos hacia objetivos elevados y desafiantes, demostrar elevadas expectativas hacia ellos, participar y relacionar a los estudiantes entre de ellos y con el mundo».
48. La responsabilidad de los dirigentes, el personal docente y el personal escolástico es aquella de garantizar un servicio coherente con los principios cristianos que constituyen la identidad del proyecto educativo, así como interpretar los desafíos contemporáneos a través de un testimonio diario de comprensión, objetividad y prudencia. De hecho, es comúnmente compartido que «el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, […] o si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio». La autoridad del educador, por lo tanto, se configura como la confluencia concreta « de una formación general, fundada en una concepción positiva y constructiva de la vida, y en el esfuerzo constante por realizarla. Una tal formación rebasa la necesaria preparación profesional y penetra los aspectos más íntimos de la personalidad, incluso el religioso y espiritual».
49. La formación de formadores –cristianamente inspirada– tiene como objetivo tanto la persona del solo maestro como la construcción y consolidación de una comunidad educativa a través de un ventajoso intercambio educativo, emocional y personal. De esta manera se genera una relación activa entre los educadores donde el crecimiento personal integral enriquece aquella profesional, viviendo la enseñanza como un servicio de humanización. Por lo tanto, es necesario que los maestros católicos reciban una preparación adecuada sobre el contenido de los diferentes aspectos de la cuestión del gender y sean informados sobre las leyes vigentes y las propuestas que se están discutiendo en sus propios países con la ayuda de personas calificadas de manera equilibrada y en nombre del diálogo. Las instituciones universitarias y los centros de investigación están llamados a ofrecer su contribución específica para garantizar una capacitación adecuada y actualizada durante toda su vida.
50. Con referencia a la tarea específica de la educación a el amor humano –«teniendo en cuenta el progreso de la psicología, de la pedagogía y de la didáctica»– se requiere a los formadores «una preparación psicopedagógica adaptada y seria, que le permita captar situaciones particulares que requieren una especial solicitud». Por lo tanto, «se impone un conocimiento claro de la situación, porque el método utilizado no sólo condiciona grandemente el resultado de esta delicada educación, sino también la colaboración entre los diversos responsables».
51. Hoy en día, muchas legislaciones reconocen la autonomía y la libertad de enseñanza. En este contexto, las escuelas tienen la oportunidad de colaborar con las instituciones católicas de educación superior para profundizar los diversos aspectos de la educación sexual a fin de obtener subvenciones, guías pedagógicas y manuales educativos establecidos en la « visión cristiana del hombre ». En este sentido, tanto los pedagogos como los docentes, así como los expertos en literatura infantil y juvenil pueden contribuir a ofrecer herramientas innovadoras y creativas para consolidar la educación integral de la persona desde la primera infancia frente a visiones parciales y distorsionadas. A la luz de un pacto educativo renovado, la cooperación entre todos los responsables –a nivel local, nacional e internacional– no puede agotarse únicamente mediante el intercambio de ideas y el intercambio exitoso de buenas prácticas, sino que se ofrece como un medio importante de formación permanente de los propios educadores.
CONCLUSIÓN
52. En conclusión, el camino del diálogo –que escucha, razona y propone– parece ser el camino más efectivo para una transformación positiva de las inquietudes e incomprensiones en un recurso para el desarrollo de un entorno relacional más abierto y humano. Por el contrario, el enfoque ideológico a las delicadas cuestiones de género, al tiempo que declara respeto por la diversidad, corre el riesgo de considerar las diferencias mismas de forma estática, dejándolas aisladas e impermeables entre sí.
53. La propuesta educativa cristiana enriquece el diálogo por la finalidad de «conseguir la realización del hombre a través del desarrollo de todo su ser, espíritu encarnado, y de los dones de naturaleza y gracia de que ha sido enriquecido por Dios». Esto requiere un sentido y acogedor acercamiento hacia el otro comprendiéndose como un antídoto natural contra “la cultura del descarte” y el aislamiento. De esta manera, se promueve «una dignidad originaria de todo hombre y mujer irreprimible, indisponible a cualquier poder o ideología».
54. Más allá de cualquier reduccionismo ideológico o relativismo uniformador, las educadoras y educadores católicos –en su adecuación a la identidad recibida de su inspiración evangélica– están llamados a transformar positivamente los desafíos actuales en oportunidades, siguiendo los senderos de la escucha, de la razón y la propuesta cristiana, así como a dar testimonio, con las modalidades de la propia presencia, con coherencia entre las palabras y la vida. Los formadores tienen la fascinante misión educativa de «enseñar un camino en torno a las diversas expresiones del amor, al cuidado mutuo, a la ternura respetuosa, a la comunicación rica de sentido. Porque todo eso prepara un don de sí íntegro y generoso que se expresará, luego de un compromiso público, en la entrega de los cuerpos. La unión sexual en el matrimonio aparecerá así como signo de un compromiso totalizante, enriquecido por todo el camino previo».
55. Esta cultura de diálogo no contradice la legítima aspiración de las escuelas católicas de mantener su propia visión de la sexualidad humana en función de la libertad de las familias para poder basar la educación de sus hijos en una antropología integral, capaz de armonizar todas las dimensiones que constituyen su identidad física, psíquica y espiritual. Un Estado democrático no puede, de hecho, reducir la propuesta educativa a un solo pensamiento, especialmente en un asunto tan delicado que toca la visión fundamental de la naturaleza humana y el derecho natural de los padres a tener una opción de educación libre, siempre de acuerdo con la dignidad de la persona humana. Por lo tanto, cada institución escolar debe estar equipada con herramientas organizativas y programas didácticos que hagan que este derecho de los padres sea real y concreto. De esta manera, la propuesta pedagógica cristiana se concretiza en una respuesta sólida a las antropologías de la fragmentación y de lo provisional.
56. Los centros educativos católicos que ofrecen programas de formación afectiva y sexual deben tener en cuenta las diferentes edades de los alumnos, así como dar ayuda en el pleno respeto a cada persona. Esto se puede lograr a través de un camino de acompañamiento discreto y confidencial, con el que también se acoge a quien se encuentran viviendo una situación compleja y dolorosa. La escuela debe, por lo tanto, proponerse como un ambiente de confianza, abierto y sereno, especialmente en aquellos casos que requieren tiempo y discernimiento. Es importante crear las condiciones para una escucha paciente y comprensiva, lejos de las discriminaciones
57. Consciente de la solicitud educativa y del trabajo diario que realizan las personas empeñadas en la escuela y en los diversos contextos de la actividad pedagógica formal e informal, la Congregación para la Educación Católica alienta a continuar con la misión formativa de las nuevas generaciones, especialmente de quien sufre la pobreza en sus diversas expresiones y necesita del amor de los educadores y las educadoras, de modo que « los jóvenes no solo sean amados, sino que también sepan que son amados» (San Juan Bosco). Este Dicasterio también expresa gratitud agradecida y, con las palabras de Papa Francisco, alienta a «los maestros cristianos, que trabajan tanto en escuelas católicas como públicas, […] a estimular en los alumnos la apertura al otro como rostro, como persona, como hermano y hermana por conocer y respetar, con su historia, con sus méritos y defectos, riquezas y límites. La apuesta es la de cooperar en la formación de chicos abiertos e interesados en la realidad que los rodea, capaces de tener atención y ternura».
Ciudad del Vaticano, 2 de febrero de 2019, Fiesta de la Presentación del Señor.
Fuente: Agencia Zenit.

Contra ideología de género

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Congresistas dejan pedido de ‘Con mis hijos no te metas’ en Palacio de Gobierno

Desde tempranas horas, miles de personas se movilizaron desde distintas partes de la capital con dirección al Congreso de la República, para alzar su voz de protesta contra la denominada “ideología de género”. A la cabeza de la manifestación estuvieron congresistas de varias bancadas, entre ellos, Julio Rosas. 
(Foto: Gerald Suárez/EXPRESO)
El colectivo tiene como objetivo principal lograr la declaratoria de emergencia del Ministerio de Educación. También se oponen a todo tipo de aborto, matrimonio entre personas del mismo sexo y adopción por parte de parejas homosexuales. 
(Foto: Gerald Suárez/EXPRESO)
Dicho grupo está conformado por organizaciones civiles y de padres de familia, entre las cuales destacan “Coordinadora Profamilia”, “Ministerio Salvemos a la Familia”, “Movimiento Nacional Pro Valores”, “Instituto Educa Bien” y “Red Nacional de Abogados por la Familia”. Aunque, también tienen como líderes a las iglesias  Alianza Cristiana y Misionera (ACYM), Movimiento Misionero Mundial (MMM), Las Asambleas de Dios (LAD), Comunidad Cristiana Agua Viva y La Casa del Padre.
(Foto: Gerald Suárez/EXPRESO)
El colectivo se movilizó desde tres puntos principales de concentración: plaza de Acho, plaza Dos de Mayo y plaza Manco Cápac, en La Victoria. Al bordear el mediodía, una multitud se aglomeró en las inmediaciones del Parlamento de la República, cuyo presidente, Daniel Salaverry, autorizó el uso de la plaza Bolívar para que diversas personalidades políticas brinden discursos.
Entre los participantes, destacaron congresistas de varias bancadas. Estuvieron presentes Carlos Tubino, Pedro Olaechea, Karina Beteta, Betty Ananculí, Sonia Echevarría, Yeni Vilcatoma, Rosa Barta y Paloma Noceda. La evangélica Nelly Cuadros se excusó de asistir por problemas de salud.
(Foto: Gerald Suárez/EXPRESO)
La marcha también se realizó en diversas zonas del país como Huancayo, Cañete, Satipo, Tingo María, Huaraz, Chimbote, Cusco, Pucallpa, entre otros.
Un grupo de congresistas de la República dejó en Palacio de Gobierno un documento de los miles de ciudadanos que integran el colectivo ‘Con mis hijos no te metas’ (CMHNTM), a fin de que el presidente Martín Vizcarra atienda sus reclamos.
En dicho oficio se le exige al mandatario “que respete la vida, la familia y el derecho constitucional de los padres para educar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones y principios; y que priorice los temas que demanda la mayoría de la población: erradicación de la pobreza y la anemia, lucha contra la corrupción económica e ideológica (de género), crecimiento económico, desarrollo social, seguridad ciudadana, salud y educación de calidad”.
Asimismo, los integrantes de CMHNTM remarcan que los ciudadanos “no pagamos impuestos para promover intereses subalternos de ONGs financiadas desde el extranjero, que no pagan impuestos, no rinden cuentas a nadie y pretenden imponer su agenda ideológica de género en el país”.
A través de su cuenta de Twitter, la congresista fujimorista Yeni Vilcatoma informó que llegó a la Casa de Pizarro junto a su colega “naranja” Federico Pariona, además de los legisladores de Concertación Parlamentaria Julio Rosas y Pedro Olaechea, entre otros.
Dejamos el pedido de miles de ciudadanos  para que respeten el derecho de los padres de educar a sus hijos”, escribió Vilcatoma.
Fuente: Diario EXPRESO.

Eugenio Valenzuela SJ

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La caída de Eugenio Valenzuela, el ex provincial que era visto como el “papá” de los jesuitas

Por María José Navarrete y Juan Manuel Ojeda– Diario La Tercera.
El sacerdote acumula tres investigaciones previas en su contra y al menos cuatro denunciantes. En dos de estas indagatorias al religioso no se le pudo imputar ningún delito eclesiástico y solo ha recibido sanciones internas. Esta es la historia de quien formó a un cuarto de los jesuitas que hoy están en ejercicio.
Hace más de tres años que el nombre del exprovincial de la Compañía de Jesús en Chile Eugenio Valenzuela había pasado a segundo plano hasta agosto del año pasado. Ese mes llegó una nueva denuncia en su contra. Se trataba de otra víctima, un hombre adulto, quien acusaba haber sufrido abusos por parte del sacerdote y una redeclaración de otro denunciante que ya había notificado los abusos en 2013.
Nada de esto se comunicó en su momento. Los antecedentes se dieron a conocer hace una semana por Reportajes y detallados por el actual provincial, Cristián Del Campo, en una entrevista con La Tercera. Esta denuncia, según conocedores del caso, habría llegado a la Comisión de Escucha encargada por el arzobispo maltés Charles Scicluna.
Con la nueva denuncia, Del Campo ordenó una investigación previa que se encargó al abogado externo Waldo Bown, el mismo penalista que está investigando el caso que involucra al fallecido excapellán del Hogar de Cristo Renato Poblete. Además, le restringió el ejercicio público del ministerio sacerdotal, sanción que sigue vigente hasta la fecha.
Entre los antecedentes revelados ahora se cuenta una carta de carácter privado remitida por el provincial Del Campo a “familiares y colaboradores” de la orden, en la que advertía del riesgo que las revelaciones sobre Valenzuela podía exponer a los jesuitas “al escrutinio y a la crítica“.
Al mismo tiempo, luego de cuatro años de misterio, actualmente se conocen las sanciones que recibió el exprovincial: consistieron meramente en la suspensión del ministerio de acompañamiento espiritual y ejercicios espirituales por tres años. También se le retiró la posibilidad de asumir cargos de responsabilidad en la formación de los sacerdotes. No obstante, sí pudo seguir oficiando misas.
El peso que Valenzuela tuvo en la formación de generaciones de jesuitas es innegable. Uno de los denunciantes lo resumió así: “Es como denunciar a tu papá en tu propia familia”. Más abajo, los detalles.

Datos “por goteo”

Los antecedentes del caso de Valenzuela sólo se han sabido por goteo. Hasta la fecha acumula tres investigaciones previas y al menos cuatro denunciantes. La Compañía apostó por informar poco y nada al respecto generando una historia más opaca que transparente. Desde la congregación ha trascendido que, como las víctimas son mayores de edad, no tienen la obligación de transparentar los hechos.
Todo lo que hay son dos comunicados de la Compañía, uno de 2014 y otro de 2015, nada más. Al juntar todas las piezas del puzle aún siguen quedando algunos vacíos. La Tercera PM reconstruyó la historia y estos son los desconocidos detalles de uno de los sacerdotes de la Compañía investigado por abusos que más ha golpeado a la interna de los jesuitas en los últimos años.

Tardanza en denunciar

Las primeras denuncias llegaron “a fines de 2010 e inicios de 2011”. Se trataba de dos víctimas -todos hombres adultos exalumnos de los colegios San Ignacio El Bosque y Alonso Ovalle, algunos exseminaristas-, más la declaración de un testigo sobre hechos ocurridos entre 1995 y 1998 cuando era novicio. Los tres no se conocían, pero se animaron a denunciar en ese momento luego de ver el reportaje del programa Informe Especial, de TVN, que reveló los abusos cometidos por el expárroco de El Bosque, Fernando Karadima.
A pesar de que una investigación previa -el primer paso para comenzar a indagar formalmente una denuncia- debe abrirse con “diligencia y prontitud” en un máximo de tres meses, la Compañía tardó más de dos años.
En 2010, Valenzuela era el provincial y de él dependía abrir o no una investigación preliminar en su contra. Los hechos demostraron que optó por no hacerlo. Lo que sí ocurrió, de acuerdo al testimonio de uno de los denunciantes, es que designó a sacerdotes de su confianza a cargo de indagar los antecedentes que habían.
Los jesuitas que habrían recibido este encargo fueron Juan Ochagavía -el mismo que será citado a declarar en la causa de Poblete por posible encubrimiento- Fernando Montes e Ismael Aracena.

Lo realizado fue insuficiente

Casi nueve años después, la congregación tiene una visión crítica de cómo actuó con esas primeras denuncias. Desde la Compañía señalan que reconocen “que lo realizado entre fines de 2010 y comienzos de 2011 fue insuficiente, sobre todo al no otorgar las garantías de objetividad del procedimiento, dado que se investigaba a un provincial”.
Ante la insistencia de las víctimas, en 2013 el Superior General de la Compañía, el español Adolfo Nicolás, decidió adelantar el cambio de provincial. A Valenzuela le quedaba un año para terminar su mandato. Su reemplazo llegó en octubre de 2013. Nunca se explicó por qué ocurrió el cambio anticipado y llamó mucho la atención que asumiera un sacerdote tan joven. Cristián Del Campo, a sus 43 años, fue el elegido para dirigir la provincia.
Con Valenzuela fuera de la curia provincial, el 1 de octubre de 2013 Del Campo decretó la apertura de la primera investigación previa en su contra por las denuncias recibidas en 2010, la que fue encargada al jesuita argentino Alfonso Gómez. Nada de esto fue informado a la comunidad.
La conclusión de las indagatorias realizadas por Gómez fue que “los hechos denunciados no eran constitutivos de delitos eclesiásticos”. Pese a eso, Del Campo concluyó que “algunas de esas conductas fueron consideradas imprudentes en el ejercicio del ministerio sacerdotal”, sin detallar cuáles habían sido esas faltas.
Por lo tanto, el 18 de noviembre de ese año dispuso en contra de Valenzuela la medida disciplinaria de suspensión del ministerio de acompañamiento espiritual y atención pastoral restringida a espacios visibles.
En diciembre de 2013 ocurrió el segundo golpe. El exprovincial seguía sin poder acompañar espiritualmente cuando apareció el tercer denunciante en su contra. Esta vez la presunta víctima se saltó a la Compañía y la ingresó directamente ante la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) en Roma.

Correo de circulación “restringida

Siguiendo el conducto regular, la denuncia llegó de vuelta a la Compañía en Chile, la que ordenó una segunda investigación previa en contra de Valenzuela y “la restricción total del ejercicio público del ministerio sacerdotal”. Esta vez el encargado del proceso fue Fermín Donoso, un religioso de la Congregación de la Santa Cruz.
Esto no fue comunicado por la Compañía hasta enero de 2014, cuando por primera vez emitió una declaración pública respecto al caso detallando someramente lo que estaba pasando con el exprovincial.
En paralelo, Cristián Del Campo redactó una carta dirigida a los “familiares y colaboradores” de la Compañía. En uno de los párrafos de la misiva, que iba firmada de su puño y letra, se lee: “Cada uno de ustedes se puede imaginar lo doloroso de esta situación. Muchos de ustedes ya habían tenido alguna noticia al respecto. Sin embargo, la publicidad de este caso nos expondrá al escrutinio y a la crítica. Particularmente dura será la exposición que enfrentará el Padre Eugenio Valenzuela. Si nos hemos comprometido a aportar en todo lo que nos pida, tenemos también que cautelar la presunción de inocencia a la que todos tenemos derecho”.
Las tres víctimas que existían en ese momento emitieron una declaración respondiendo el comunicado de Del Campo y, entre otras cosas, criticaron que se informara de “manera genérica y abstracta”.
Ahí, los tres denunciantes detallaron que los abusos consistieron en una “dependencia excesiva” en sus vidas, “abrazos largos sintiendo todo el cuerpo y sus genitales, sentarnos en su falda, caricias, largos besos en la boca, tocaciones sobre o bajo la ropa y acostados en la cama”. Los testimonios de las víctimas también son recogidos en Rebaño, libro escrito por el periodista Óscar Contardo.

Enfermero” en residencia de sacerdotes ancianos

Valenzuela estuvo suspendido casi dos años. En ese tiempo vivió en la Residencia San Ignacio, la casa contigua al Colegio San Ignacio Alonso Ovalle donde residen los jesuitas adultos mayores. Al no poder ejercer el sacerdocio, Valenzuela se dedicó a labores de enfermería y tareas domésticas como ir a comprar frutas y verduras. Hasta allá lo iban a visitar algunos de sus amigos quienes debían pedir permiso al provincial para poder estar con él.
Su sanción momentánea duró hasta el 19 de agosto de 2015, cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe le informó a la congregación que la investigación en contra de Valenzuela llegó a su fin. Dos días después, en un comunicado divulgado por la Compañía se detalló que luego de “considerar los antecedentes recopilados en la investigación previa, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha decidido no abrir un proceso canónico, dejando a juicio del Superior General de la Compañía de Jesús determinar las medidas conforme a las faltas existentes”.
¿Cuáles fueron las faltas y qué medida se impusieron? Eso nunca se supo. Consultados al respecto, desde la Compañía señalaron que el Superior General sí impuso una sanción. Contrario a lo que se comentaba al interior de la comunidad ignaciana, a Valenzuela no se le suspendió del sacerdocio.
Adolfo Nicolás sólo ordenó la “suspensión del ministerio de acompañamiento espiritual y de los ejercicios espirituales por tres años, sumado a no tener cargos de responsabilidad en la formación de los jesuitas”.

Un experto en conciencias

La mayoría de los abusos denunciados contra Valenzuela ocurrieron en el noviciado de los jesuitas. Antes de ser provincial fue maestro de novicios en el periodo 1998-2008. De hecho, alcanzó a ser maestro de 29 jesuitas, alrededor del 24% de los sacerdotes que actualmente hay en la provincia chilena, además de una docena de exjesuitas que fueron formados por él, pero que renunciaron al sacerdocio.
Él fue la “impronta” de las generaciones más jóvenes de jesuitas. Su caso marcó un quiebre entre los sacerdotes de la orden que siempre se trató de contener. Para ejemplificar lo difícil que fue denunciar a Valenzuela, uno de los denunciantes que habló con La Tercera PM, lo resume así: “Es como denunciar a tu papá en tu propia familia”.
Entre las víctimas, e incluso entre varios jesuitas, Valenzuela era conocido por “sus abrazos”, por sus expresiones de cariño en público que con algunos iban más allá en privado. También por su cercanía e interés en las vidas de los jesuitas y también por el hecho de que siempre dirigía espiritualmente a hombres. Eso, además de tener especial cercanía con determinados jesuitas.
El acceso que llegó a alcanzar sobre las conciencias y vidas de los jesuitas fue casi total. A todos los sacerdotes que fueron formados por él, se suma el nivel de control que llegó a tener desde su cargo como provincial. En la Compañía, una vez al año la máxima autoridad visita las 16 comunidades de sacerdotes que hay en el país para conversar con cada uno de ellos.
El objetivo es saber cómo van con su misión y dialogar sobre posibles nuevas destinaciones, ya que cada encargo pastoral que reciben los religiosos depende exclusivamente del provincial. Valenzuela repitió estas visitas durante casi seis años mientras fue provincial entre abril de 2008 y septiembre de 2013.

Niega los cargos

Sus cercanos aseguran que nunca ha admitido haber abusado. Se lo han preguntado directamente, pero niega todos los hechos que se le imputan. Comentan que se le nota “disociado”: ha contado con tratamiento psiquiátrico y dicen que lo que más le cuesta es asumir que ya no es lo que era antes. De ser el jesuita más admirado en la provincia, pasó a ser un caso “muy complejo” del cual los jesuitas reconocen que no han sabido llevar bien.
Luego de que en diciembre la Congregación para la Doctrina de la Fe decidiera no iniciar un proceso en su contra, el exprovincial quedó libre para recibir nuevos encargos pastorales. En 2015 fue consultor de la Residencia y en 2016 asumió la rectoría del templo de San Ignacio, una de las iglesias más relevantes para la Compañía en Chile, cargo que ostenta hasta la actualidad. A su vez, fue ministro y ecónomo de su casa, tradicionales cargos administrativos de las comunidades jesuitas. En 2017, a todas esas responsabilidades, se le agregó colaborar en el Hogar de Cristo.
Durante este tiempo se le ha visto concelebrar misas, por ejemplo, la eucaristía del 31 de julio, día de San Ignacio, efeméride que la congregación celebra en grande. También se le ha visto en las ordenaciones sacerdotales de la Compañía y cargando el ataúd de compañeros jesuitas que han fallecido el último año.

El veredicto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

En agosto de 2018 iba a vencer la sanción impuesta en 2015 por Adolfo Nicolás, caducidad que no ocurrió debido a la nueva denuncia que llegó ese mes. Desde la Compañía aseguran a La Tercera PM que el expediente de esa investigación previa está en el escritorio del Superior General, el venezolano Arturo Sosa, en Roma. Sin embargo, eso debiera cambiar en los próximos días ya que, tal como reveló Reportajes, al declararse la denuncia como verosímil los antecedentes deben remitirse a la Congregación para la Doctrina de la Fe para iniciar un juicio en caso de que se acrediten delitos eclesiásticos.
Esta será la segunda vez que Valenzuela enfrente la Congregación para la Doctrina de la Fe. Conocedores del proceso aseguran que los hechos más claros son los “abusos de conciencia” y que lo más complejo son los presuntos abusos sexuales debido a la forma en como el exprovincial construía sus relaciones, algunas de las cuales llegaban a ser amorosas y sin un límite claro respecto del consentimiento.
Esta vez lo que está en juego es radical y podría durar años. Con el actual contexto, Valenzuela arriesga la máxima sanción: la dimisión del estado clerical, a menos que él renuncie antes. Todo con un telón de fondo que se espera aún más dramático para la Compañía, la investigación por los abusos del jesuita Renato Poblete que acumula más de ocho denuncias.

¿OVEJAS O LOBOS?

Por Luciano Revoredo- www.laabeja.pe
La lectura de un artículo de opinión, publicado hace pocos días, llamó mi atención. Hugo Guerra hace, a mi juicio, un breve pero acertado análisis de la situación preocupante en la que se encuentra el ejercicio del periodismo en el Perú. Y hacia el final sugiere una lectura de un enfrentamiento ideológico al interior de la Iglesia peruana, que tendría ecos en otros ámbitos de la sociedad. Confieso, quizá llevado por la imaginación, que por un momento me sentí transportado a una trama narrativa al estilo de Dan Brown, con una dosis de surrealismo, y un toque final de realismo mágico. Seguí la pista, y algunos datos empezaron a aflorar para configurar un cuadro de no muy grata apariencia.
Cualquier persona familiarizada con el devenir de la Iglesia en la historia sabe que enfrentamientos y bandos han existido siempre. La diferencia, quizá, es que antes esos trapitos pasaban inadvertidos para la gran población de fieles. Hoy, con la globalización, la difusión de medios y redes sociales, y el actuar del periodismo, lo común es que tarde o temprano esas historias afloren. En ese sentido, la triste fractura que afecta al episcopado peruano es algo casi de dominio público. Y esto, además, por obra de los mismos obispos que no titubean en atacarse unos a otros en público y por escrito, como lo hizo, por ejemplo, el obispo Nann, de Caravelí, con Monseñor José Antonio Eguren o el alucinante comunicado de la Presidencia de la Conferencia Episcopal, con el apoyo del arzobispo de Lima, en el que apoyan al periodista anticlerical Salinas sin haber leído el íntegro de la sentencia del proceso judicial.
Esta quiebra también se hace extensiva a las congregaciones religiosas. Fuentes confiables me aseguran que una antigua e influyente congregación, la Compañía de Jesús, estaría muy interesada en que el Vaticano disuelva al Sodalicio de Vida Cristiana. Como se sabe, esta congregación peruana viene pasando una fuerte crisis, y desde enero cuenta con nuevas autoridades que, en coordinación con Roma, vienen trabajando por reconducir su labor. Parecería que un sector de jesuitas, alineados con algunos obispos que abiertamente lo han declarado, ven en esta situación una oportunidad para sacar del cuadro a un movimiento que se les ha opuesto ideológicamente durante décadas. Como se dice popularmente, a hacer leña del árbol caído y liberar el camino.Pero el asunto va un poco más allá. Por lo que hemos podido indagar, la influencia de la Compañía de Jesús viene en creciente aumento. No sólo, como es evidente, por el cardenalato de Monseñor Barreto, jesuita y amigo del Papa Francisco, sino por la cercanía que tienen con el Pontífice miembros notables de la Compañía en el Perú. Se dice, por ejemplo, que el Padre Carlos Cardó Franco y el Padre Ernesto Cavassa tuvieron mucho que ver en el sorprendente nombramiento del nuevo arzobispo de Lima. ¿Por qué sorprendente? Pues porque a juicio de los entendidos, no cuenta ni con la trayectoria ni con la experiencia para un cargo de tal magnitud.
Esto hace sospechar que sería un excelente elemento para manipular e impulsar una agenda propia. Por otro lado, su influencia en la Universidad Católica es conocida, así como en la Universidad del Pacífico. Se abren algunas interrogantes. ¿Por qué estos influyentes sacerdotes nunca dijeron nada sobre los cobros indebidos a los alumnos durante la gestión de Marcial Rubio? ¿Dónde quedó la preocupación por la justicia ante los recortes de pensión a más de 600 extrabajadores de la Católica?
El futuro no se presenta muy favorable para los católicos de a pie mientras los pastores y religiosos se sigan enredando en intrigas palaciegas. Si algo pudiéramos pedirles es que, antes que hacer de mediadores en conflictos mineros de los que poco o nada saben, se dediquen a lo que todos esperamos, y para lo que se les escogió: cuidar espiritualmente de los católicos, defender a los más débiles y abandonados de la sociedad, velar por la promoción de los valores cristianos en la sociedad y, salvadas las legítimas diferencias y opiniones, trabajar por la unidad de la Iglesia.

Tráfico de intereses y prensa inmoral

Por Hugo Guerra– Diario EXPRESO.
La prensa en el Perú atraviesa por uno de los períodos más oprobiosos de su historia. La pérdida del sentido ético y moral, la manipulación ideológica, la priorización de utilidades mercantiles por encima del interés nacional y la desesperación por conseguir la subvención publicitaria del Estado, hace que muchos medios se comporten como hienas similares a las que abundaron durante la dictadura de Velasco Alvarado.
A falta de mecanismos de autorregulación como el que impulsamos con Alejo Miró Quesada en 1997 y que creó el hoy decrépito Consejo de la Prensa, ciertos periodistas han convertido diversos espacios de radio, televisión e impresos en antros criminales. Desde allí se persigue, criminaliza y sentencia a quien se atreva a disentir del pensamiento único neomarxista.
Al hiperconcentrar la propiedad y los contenidos, el cartel mediático intenta crear, además, una posverdad protectora del gobierno de turno y defensora de la corrupción de Odebrecht, el consorcio de constructoras y sus cómplices de ciertas ONG.
Frente a ello, quizá por hartazgo y desesperación, pero al final por ausencia de convicción democrática, políticos impresentables pretenden penalizar el ejercicio periodístico, lo cual es muy grave porque evidencia que estamos llegando a extremos insostenibles.
Mientras eso ocurre, hay quienes trafican intereses subalternos en la seguridad de que contarán con el “compañerismo” mediático más agresivo. Un ejemplo grave es la querella que ganó y luego desistió el obispo de Piura, monseñor José Antonio Eguren contra los periodistas Salinas y Ugaz.
La reciente sentencia no versó sobre el presunto abuso sexual en una organización religiosa (cosa que de probarse debe ser castigada con el máximo rigor), sino sobre difamación a propósito del supuesto tráfico de propiedades rurales divulgado en el documental “The Sodalitium Scandal”.
No soy cristiano, pero me llama la atención que ese informe –extrañamente producido por la cadena qatarí Al Jazeera–, pese a la decisión judicial, siga utilizándose para atacar a la jerarquía católica antimarxista. ¿Cuál es el interés en el Perú de un medio musulmán denunciado en diversas partes del mundo como vinculada al terrorismo islámico?.
Muy raro; y como si eso no bastara, la Universidad del Pacífico se ha lanzado a proponer un “amicus curiae” en defensa de los querellados; recurso que pone en evidencia la pelea de jesuitas con sodálites. Es decir, pues, que en medio del desastre de la prensa actual las vendetas ya no son solo políticas sino también religiosas. ¡Lo que nos faltaba!

Ordenan captura de sacerdote por violación de adolescente

El Primer Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de la Corte Superior de Ucayali ratificó la orden de nueve meses de prisión preventiva para el sacerdote italiano Marco Francesco Mambretti, acusado de haber abusado de un menor de 16 años de edad.
La medida fue obtenida por el fiscal, Miguel Huamani Quispe, de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Yarinacocha, tras acreditar fehacientes elementos de convicción que vincularían al cura del seminario Santo Domingo con el delito de violación sexual.
El sacerdote Marco Francesco Mambretti no participó de la audiencia judicial, por lo que se ordenó su inmediata ubicación y captura a escala nacional, a pedido del Ministerio Público, para su internamiento en el penal de Pucallpa.
El juez Jenner García Durán consideró como elementos suficientes: el certificado médico legal, el informe pericial psicológico y las respuestas que el adolescente brindó en la Cámara Gesell.
La víctima, quien sufre un leve retardo mental, contó ante las autoridades que los hechos ocurrieron cuando el sacerdote le enseñaba sus tareas.
Por su parte, el Vicariato Apostólico de Pucallpa, mediante un comunicado, lamentó la decisión del Poder Judicial de aceptar el pedido de prisión preventiva “sin que haya pruebas que demuestren la comisión del delito que se le imputa a Marco Francesco Mambretti y sin cumplir con ninguno de los requisitos que exige el Código Procesal Penal”.
El Vicariato de Pucallpa señaló que no existiría peligro de fuga debido a que el sacerdote cuenta con domicilio y trabajo conocido.
Fuente: Diario EXPRESO.

Por la unidad de la Iglesia

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Comunicado de la Asamblea Universitaria sobre el Defensor Universitario

En la sesión ordinaria del 15 de marzo del 2019, la Asamblea Universitaria no aprobó la Memoria de la Gestión de la Defensoría Universitaria, por estar en desacuerdo con la forma en la que el Defensor Universitario viene ejerciendo sus funciones.
Por esta razón, la Asamblea Universitaria, en sesión extraordinaria del día 25 de abril del 2019, ha acordado instar al defensor universitario Wilfredo Ardito  a que presente su renuncia al cargo, por haber perdido la confianza tanto de la comunidad universitaria como del máximo órgano de gobierno que lo eligió.
A fin de resguardar la institución de la Defensoría Universitaria y el funcionamiento de dicha instancia, invoca al defensor a atender este pedido a la máxima brevedad.
Secretaría General

PEDRO SALINAS, MONSEÑOR EGUREN Y EL CLOSET DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL

Por Luciano Revoredo– LaAbeja.pe
El día de hoy para sorpresa de muchos el arzobispo de Piura, Monseñor José Antonio Eguren, ha comunicado que desiste de la querella por difamación agravada interpuesta en contra del periodista Pedro Salinas Chacaltana. El preciso comunicado señala que el motivo fundamental del desistimiento se encuentra en salvaguardar la unidad de la Iglesia.
Este hecho pone de manifiesto dos verdades que quedan meridianamente claras. En primer lugar, que Pedro Salinas difamó a Monseñor José Antonio Eguren. Por más que el obispo haya renunciado a seguir defendiendo su honor y buena fama, el hecho jurídico permanece: Pedro Salinas, en la práctica (o mala práctica) de su labor periodística difundió hechos falsos y sin fundamento que atentaron contra el buen nombre de una persona. Fue condenado por eso.Y  es algo que no podrá borrar nunca de su historia profesional, si es que se puede calificar así a la calidad de periodismo que hace Salinas.
En segundo lugar, este paso jurídico pone de manifiesto la calidad humana de Monseñor Eguren. Luego de que se diera a conocer la sentencia anticipada del caso Salinas, abundaron reacciones destempladas de diversos sectores. Era de esperarse la reacción de un ala de la prensa afín a la agenda de Salinas, que protestó arguyendo que se trataba de un atentado contra la libertad de expresión.
Felizmente, también se hicieron oír voces sensatas que evidenciaron el sinsentido de esta línea de argumentación y más bien destacaron la importancia de la condena para señalar los linderos dentro de los cuales debería desarrollarse un periodismo serio y constructivo.
Pero lo más preocupante y llamativo fue la reacción de un grupo de obispos peruanos, que además se adjudicaron la potestad de hablar en nombre de todos. La intervención de la presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana, a la que se sumó gustoso el arzobispo de Lima, es una señal de alarma de lo corroída que parece estar la estructura eclesial para que dos obispos no tengan reparo -ni siquiera considerando el posible escándalo pastoral en emitir un comunicado de esa naturaleza. Sabemos, de buena fuente, que este hecho afectó mucho al obispo piurano. También ha trascendido que muchos más obispos le hicieron llegar su apoyo y solidaridad, aunque de manera privada.Conviene resaltar que el móvil principal de esta decisión de Monseñor Eguren es su preocupación pastoral y un bien superior como la unidad de la Iglesia. Para muchos este concepto puede ser un poco etéreo. Sin embargo, para un obispo es fundamental, para su vida y para su manera de entender la misión que se le otorga cuando se le nombra pastor. El desistimiento de la querella así lo manifiesta en el caso de Eguren y da un buen ejemplo para otros.
Al penoso panorama que ofrece un sector de la jerarquía eclesiástica peruana se suma una perla más. Fuentes cercanas a la Conferencia Episcopal manifiestan que un grupo de prelados estuvieron empujando una moción hacia el Vaticano para que el Papa Francisco destituya a Monseñor Eguren. ¿La razón? El haber querellado al periodista Salinas, con el cual aparentemente están más cerca por motivos ideológicos que a su hermano en el episcopado el Monseñor Eguren.
Ante esto cabe una sola pregunta pertinente: ¿qué cadáveres en el closet les conocería Pedro Salinas a estos obispos para que actúen de manera tan díscola y torpe? Ya lo habíamos dado a conocer cuando empezó este caso: Salinas habría chantajeado a ciertos obispos afirmando que o le quitaban el apoyo a Eguren o él se encargaba de sacar a la luz los “muertitos” del closet. Y parece que el closet es profundo.
Somos todo oídos, Monseñor Cabrejos, presidente de la Conferencia  Episcopal Peruana. Y si Monseñor Castillo se quiere sumar también esta vez, bienvenido. Pero que quede claro que los católicos no estamos contentos. Tarde o temprano sabremos qué intereses mueven a estos sectores de la Iglesia. Porque la salvación de las almas,  la caridad y la justicia, definitivamente no.

Difamación agravada

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ALEGATO FINAL DEL CASO SALINAS

El caso Salinas llegó a su fin con la condena de este por difamación. Por considerarlo de interés transcribimos a continuación el alegato final del Dr. Percy García Cavero, abogado de Monseñor José Antonio Eguren:
La prueba actuada en juicio ha acreditado plenamente la comisión del delito de difamación agravada por parte de Pedro Salinas Chacaltana en agravio de Monseñor José Antonio Eguren Anselmi.
I. La prueba del hecho que configura el tipo objetivo y subjetivo del delito de difamación agravada.
Se ha probado que el Sr. Salinas ha atribuido a José Antonio Eguren las siguientes conductas o calificaciones ofensivas por medios de comunicación social.
1. En relación con los abusos cometidos al interior del Sodalicio, están probadas tres atribuciones de conductas ofensivas que son falsas.
a. Ser el creador con Figari de la cultura de abuso de poder en el sodalicio y, por lo tanto, corresponsable de los maltratos físicos, psicológicos y sexuales ocurridos en el sodalicio:
Oralización del acta de constatación notarial de la entrevista a Pedro Salinas en IDEELE Radio del 24 de enero de 2018 (lo dice textualmente).
La oralización de la entrevista a Pedro Salinas por Mijail Palacios en Perú 21 el 30 de octubre de 2018 (9 meses después sigue sosteniendo que es co-participe de la creación de la cultura de abuso de poder).
Salinas en su declaración niega haber dicho eso, y que si lo hizo fue un desliz (que nunca rectificó).
Su testigo Martín Scheuch ha dicho que cuando Eguren entró al Sodalicio la cultura de abuso ya existía.
Ninguno de los informes de investigación sobre los abusos sostiene que José Antonio Eguren haya creado una cultura de abuso de poder al interior del Sodalicio.
El Ministerio Público ha excluido por decisión en doble instancia que José Antonio Eguren haya formado parte de la organización criminal para crear y materializar abusos al interior del Sodalicio, ante la denuncia penal hecha por el propio Salinas.
b. Ser partícipe de maltratos seriales como los relatados por José Enrique Escardó y Martín Scheuch, por lo que no fue ajeno a la cultura de abusos y atropellos a jóvenes que sufren actualmente estrés post-traumático:
Oralización del acta de constatación notarial que da cuenta de la publicación de Pedro Salinas titulada “La carta del Sodálite Eguren” del 22 de marzo de 2018 (reproduce específicamente estos supuestos abusos descritos por Escardó y Scheuch).
Las narraciones de Escardó y Scheuch no están corroboradas por ninguna prueba adicional.
Pero lo más importante es que se ha probado con la oralización de las disposiciones de archivo de la fiscalía penal de Lima que el Ministerio Público archivó la denuncia contra José Antonio Eguren por estos supuestos abusos, señalando que estos hechos (aunque pudiesen considerarse reprochables) no constituyen ningún delito y tampoco es posible sustentarlos en meras sindicaciones.
En la oralización de los dos informes de las comisiones de investigación, ninguno de ellos menciona que José Antonio Eguren Anselmi haya realizado algún tipo de abuso.
Adicionalmente, la comunicación del Vicario General del Sodalicio da cuenta, contando con la aprobación del Monseñor Noel Londoño Buitrago (comisario nombrado por el Papa y que no pertenece al Sodalicio), que en los informes individuales y finales de ambas comisiones de investigación “no existe mención, acusación, ni referencia a Monseñor José Antonio Eguren Anselmi”.
c. Ser encubridor de los abusos al interior del Sodalicio, incluidos los sexuales.
La oralización del acta de constatación notarial sobre la publicación de Pedro Salinas titulada “El Juan Barros Peruano”. Juan Barros es un obispo chileno que encubrió los abusos sexuales a menores de edad por parte del sacerdote Karadima. Salinas dice que a José Antonio Eguren este calificativo le cae como un guante porque era del entorno cercano de Figari y que le conocía todas sus cosas, esto incluyendo evidentemente sus abusos sexuales.
La oralización de a entrevista a Pedro Salinas por Mijail Palacios en Perú 21 el 30 de octubre de 2018, en el que dice que Eguren es el Juan Barros Peruano porque Santiago (seudónimo) le pregunta si sería encubridor por no haber tomado una postura crítica una vez que conoció lo abusos. Y sin ninguna prueba dice que Figari le informó en 1986 a su núcleo fundacional (entre ellos Eguren) el abuso sexual de Virgilio Levaggi a un subordinado mayor de edad.
“Hay depredadores con suerte que jamás fueron procesados en su momento. Y Eguren formó parte de ello aunque lo niegue” (oralización de publicación de Salinas “Encubridor”).
La falsedad de lo dicho inicialmente por Salinas es corroborada por el propio Salinas en su declaración en juicio, quien reconoce que no existen casos de abusos sexuales atribuidos a Monseñor José Antonio Eguren.
A lo anterior se debe sumar que, en la oralización de los dos informes de las comisiones de investigación al interior del Sodalicio, ninguno de ellos menciona que José Antonio Eguren Anselmi haya encubierto algún tipo de abuso, mucho menos de carácter sexual.
La oralización de la comunicación del Vicario General del Sodalicio da cuenta, contando con la aprobación del Monseñor Noel Londoño Buitrago (comisario nombrado por el Papa y que no pertenece al Sodalicio), que en los informes individuales y finales de ambas comisiones de investigación “no existe mención, acusación, ni referencia a Monseñor José Antonio Eguren Anselmi”.
En relación con el tráfico de tierras realizados por la organización criminal la Gran Cruz, está probado que Pedro Salinas ha atribuido a José Antonio Eguren ser el hombre clave en dicho tráfico de tierras.
La oralización del acta de constatación notarial sobre la publicación de Pedro Salinas titulada “El Juan Barros Peruano”: “Eguren es además señalado en diversos reportajes de investigación como presuntamente implicado en tráfico de tierras en Piura y vinculado a la organización criminal la Gran Cruz”. Cita fuente: Reportaje de AJ y el libro El origen de la Hidra de Charlie Becerra.
La oralización del acta de constatación notarial de la entrevista a Pedro Salinas en IDEELE Radio del 24 de enero de 2018. Aquí ya no se ampara en el “presuntamente”, sino que afirma que las dos investigaciones concluyen lo mismo: “el hombre clave en esta operación (de tráfico de tierras) era José Antonio Eguren Anselmi.
En la declaración del Sr. Salinas no tiene ni siquiera la capacidad de responder a la parte del reportaje del AJ en la que se le implica a José Antonio Eguren como hombre clave de la operación de tráfico. Habla de la declaración de Pedro Zapata Monteza, quien nunca refirió en el reportaje que Monseñor Eguren esté involucrado en el tráfico de tierras. Omite entrar en la declaración de Samuel Alberca Reyes que es el que imputa a Monseñor Eguren actos de tráfico de tierras con la Gran Cruz, porque sabe que esa declaración no sólo es inverosímil (ofrecimiento en la iglesia del Santísimo Sacramento de tres millones de dólares para invadir terrenos y la negativa del extorsionado Alberca de recibirlo), sino que no se ajusta a la verdad: el mismo testigo Yovera reconoce que no era posible corroborar dicha declaración.
Esta falsedad se le hizo saber a Salinas en la carta notarial de rectificación, incluyendo la declaración del Padre Uhen.
Se ha oralizado la declaración del párroco de la Iglesia del Santísimo Sacramento (padre Uhen), como se ha acreditado con la oralización de su declaración el video de respuesta de IMP a AJ.
Se ha oralizado la sentencia que condena a Alberca por el delito de difamación por lo que dijo en el reportaje de AJ.
Se ha oralizado el libro El origen de la Hidra y en ninguna parte se dice que el hombre clave en el tráfico de tierras de la Gran Cruz sea Monseñor José Antonio Eguren.
Las noticias de la hora y el tiempo oralizadas por la defensa del querellado del 2013 y 2014 (4 años antes de los hechos que motivan la presente querella) ninguna de ellas imputa a Monseñor Eguren realizar actos de tráfico de tierras con la organización la Gran Cruz.
Se ha oralizado la constancia de no registrar denuncia penal a favor de Monseñor José Antonio Eguren por parte del Ministerio Público de Piura. Nunca ha habido una sospecha simple de participación en un delito contra Monseñor Eguren.
La prueba del dolo y animus difamandi del querellado:
a. Carta notarial de rectificación: Se le da información a Pedro Salinas para que se retracte de lo afirmado en su artículo El Juan Barros Peruano.
b. No se rectifica, sino que se ratifica en todo lo dicho:
Se limita a publicarla en el artículo La Carta del Sodálite Eguren, sin rectificar nada, sino defendiendo los hechos afirmados en su primera publicación.
En su declaración en juicio Salinas que no se ha rectificado ante la carta notarial de rectificación porque dice que no tiene nada de que rectificarse.
La oralización de la conferencia de prensa del 15 de agosto de 2018, dice expresamente que no tiene nada que conciliar y que se ratifica en todos los extremos de lo que publicó en su blog de la Mula.
La oralización del acta de constatación notarial de la entrevista a Pedro Salinas en el Programa Contacto de canal N del 15 de agosto de 2018, en donde dice que publica la carta de Eguren, pero se ratifica en todos los extremos de lo que había dicho.
La oralización de la entrevista en IDEELE Radio “No hay derecho”, Glatzer Tuesta de fecha 16 de octubre de 2018.
c. La variación de las circunstancias de las narraciones que hizo Escardo con la finalidad de presentarlos como más graves (que fue Eguren quien ordenó a Escardó a hacer la mezcla). O decir falsamente en el artículo de su autoría “Si me tocas, chillo” que Eguren habría realizado maltratos físicos contra Escardó (cuando nunca se le ha atribuido a Eguren maltrato físico).
d. Los calificativos objetivamente ofensivos que utiliza contra Eguren: “este figurón de los tiempos aurorales del Sodalitium” (cacógrafos que van a misa), “el obispo se hace el cojudo” (Si me tocas, chillo), “dice que es un manso corderito a los que los lobos se lo quieren manducar porque está gordito” (Si me tocas, chillo), “No jodas pues José Antonio Eguren, no jodas José Antonio Eguren, a mí no me vas a agarrar de idiota” (entrevista a Milagros Leyva, ATV Matinal, 17 de agosto de 2018), “le jode que haga referencias a investigaciones periodísticas” (El sodalicio de siempre), “tremendo hipócrita, tremendo cínico, eso es José Antonio Eguren, eso es José Antonio Eguren, un cínico, un hipócrita” (oralizacion del acta de la entrevista a Pedro Salinas por Milagros Leyva), “el obispo “ultrajado” nunca llegó” (Oralización de publicación Gracias Mario), “el cínico de Eguren” (Publicación: Lo que Eguren no dice) “Eguren busca salvar el culo” (el obispo amnésico V).
e. Declarado que el Sodalicio debe disolverse: La oralización de la conferencia de prensa del 15 de agosto de 2018, dice expresamente que el sodalicio debe disolverse.
f. Las publicaciones en Facebook de fotos del Papa Francisco y Eguren, burlándose de Eguren diciendo que no sabía de los abusos y que el Papa se ríe porque no le cree.
g. La oralización de los reportajes de investigación de La Abeja que dan cuenta de la integración del Sr. Salinas en un proyecto mundial que busca llevar a la Iglesia Católica a la Corte Penal Internacional (el llamado Accountability Project) y que uno de los pasos previstos en dicho proyecto anticlerical era precisamente visibilizar durante la visita del Papa Francisco al Perú a un alto jerarca de la iglesia católica para vincularlo con abusos sexuales. El elegido por el Sr. Salinas fue mi patrocinado, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, sabiendo que no estaba vinculado a ningún tipo de abuso. Salinas negó primero formar parte del ECA, pero se demostró objetivamente que realmente forma parte de esta red internacional (¿por qué negar la vinculación con un grupo activista, si sus fines son buenos?).
h. Su odio visceral a la iglesia católica: oralización del título de su libro: “al diablo con Dios” y la calificación al Papa Francisco como un cabrón.
II. La defensa de Salinas
Atentado contra la libertad de expresión:
¿Qué limitación? Ha publicado semanalmente sobre el tema, ha dado innumerables entrevistas expresando su opinión y calificativos gruesos contra Eguren, ha realizado nuevas publicaciones haciendo mayores agresiones al honor de Monseñor Eguren, ha atacado al abogado (Fujitroll, operador) y usted misma (por admitir la querella, por no querer que se defienda, porque no participa el fiscal, porque usted le ha negado la declaración de tres testigos). No sólo el querellado ha mantenido una plena libertad de expresión, sino que lo ha hecho con mentiras clamorosas.
Se estaría criminalizando la opinión.
La querella no es porque Salinas haya opinado que Eguren no debió dar las palabras de bienvenida al Papa en Trujillo por ser miembro del Sodalicio, eso sí es una opinión. La difamación no se sustenta en esa opinión, sino en las afirmaciones difamantes de atribuir a José Antonio Eguren un rol protagónico en los abusos al interior del sodalicio y en un tráfico de tierras.
Si bien lo dicho afecta el honor de José Antonio Eguren, lo ha hecho como periodista por el interés público del tema (abusos y tráfico de tierras).
Sobre los abusos:
a.1. La prueba de que Monseñor Eguren fue creador de la cultura de abuso físicos, psicológicos y sexuales es que formó parte de la generación fundacional. Sin embargo, esa inferencia es arbitraria. Tanto que Luis Cappeletti también lo es y Salinas dice que nunca lo ha denunciado (es su amigo). No cuenta con ninguna declaración al respecto y ninguno de los informes de investigación dice que haya sido el creador de la cultura de abuso. Es una afirmación que hace desde su pura subjetividad.
a.2. Sobre los supuestos abusos realizados, se basa en las declaraciones de Escardó y Scheuch.
– Se han oralizado las dos narraciones originales de José Enrique Escardó. En la primera narración dice que, siendo mayor de edad, Alfredo Draxl le habría ordenado echarle ketchup al arroz con leche y que José Antonio Eguren le dijo que le eche más ketchup. Que al comer la mezcla había dicho que no sabía tan mal y que mientras comía más porciones, José Antonio Eguren le decía que “todo estaba en la mente”. En la segunda narración dice que estando varios días en ayuno, José Antonio Eguren le provocó con un pan con mantequilla y mermelada que luego se lo comió.
– La narración de Martín Scheuch es que, siendo mayor de edad, se le castigó a estar en una habitación separada en la casa en la que vivía, sin poder hablar con el resto, solamente con José Antonio Eguren. Y que José Antonio Eguren le ayudó a llevar sus cosas a la nueva habitación.
Esas declaraciones no tienen ninguna corroboración. El Ministerio Público las ha desechado. Y no existe en las dos investigaciones que se han hecho sobre abusos en el sodalicio mención a algún acto de abuso de Monseñor Eguren.
a.3. Sobre el encubrimiento:
Salinas no tiene ninguna prueba. Solamente dice que es imposible que en todos los años que estuvo viviendo en comunidad (1979-1991) no haya visto ningún abuso. Quiero leer dos textos escritos por Salinas para evaluar su proceder (leer artículos Virgilio Levaggi y Germán Doig).
Sobre el tráfico de tierras:
– Se la advirtió de la credibilidad de la fuente utilizada en el reportaje de AJ en la carta de rectificación. Sobre el libro del origen de la hidra no se hizo ninguna precisión porque ese libro no atribuye a Monseñor Eguren ningún acto de tráfico de tierras, ni mucho menos lo vincula con la Gran Cruz.
– Nunca hizo una labor de verificación adicional, pese a ser el reportaje de AJ del 2016 (dos años antes)
– No recuerda lo dicho por el único testigo que involucra a Monseñor Eguren en el reportaje de AJ (Samuel Alberca). Condenado por difamación agravada.
– Su testigo Paola Ugaz miente al decir que no es la productora del reportaje de AJ. No ha querido responder a las razones por las que ha afirmado que la condena contra Pedro Salinas en el presente caso ya estaría armada.
– El testigo Yovera reconoce que no pudo verificar la veracidad de la declaración de Samuel Alberca y que se apoyó en volantes anónimos.
– El libro El Origen de la Hidra no atribuye a Monseñor Eguren ningún acto de tráfico de tierras y menos una vinculación con la Gran Cruz.
La querella sería una venganza tardía por el libro Mitad monjes, mitad soldados:
No hay en todo el escrito de la querella una sola línea del mencionado libro. La querella se sustenta en afirmaciones hechas por Salinas en otras publicaciones. Es más, quienes han querido introducir como prueba el libro es la defensa del querellado, tratando de desviar la atención del caso al libro y no centrarse en las afirmaciones ofensivas proferidas específicamente contra Monseñor Eguren.
El presente juicio se trata de una cuestión ideológica: La iglesia católica contra sus críticos (ECA, LGTB, etc).
Ese argumento es falaz. El ECA es una institución a la que pertenece Salinas y, con independencia de si sus fines son buenos o no, tiene un plan de acción y en el marco de ese plan Salinas debía visibilizar durante la vista del Papa Francisco al Perú a un alto jerarca de la Iglesia para vincularlo con actos de abusos sexuales. Dada su aberración al Sodalicio y especial animadversión a José Antonio Eguren, lo eligió como el alto jerarca al que había que vincular con abusos sexuales. Por eso, le calificó como el Juan Barros Peruano, es decir, como un obispo que presenció los abusos sexuales de Figari y los encubrió, sabiendo que no le constaba nada de lo que decía.
Lo anterior no tiene nada que ver con ponerse al lado de la Iglesia católica contra una institución como el ECA que la cuestiona públicamente. Si Eguren hubiese sido un pastor evangélico o un jerarca musulmán, igualmente la difamación se habría configurado si falsamente se le hubiese atribuido ser creador de una cultura de abuso de poder físico, psicológico y sexual, ser un abusador serial y ser un encubridor de esos abusos; o un traficante de tierras con una organización criminal. No se discute en este proceso si hay que defender a la iglesia católica, sino si a la persona individual de José Antonio Eguren Pedro Salinas lo ha difamado o no.
La presión sobre el sistema judicial de instituciones privadas
Por ultimo llama poderosamente la atención la presentación de dos escritos intimidantes que, sin ser parte del proceso penal, procuran generar temor en la decisión judicial.
Uno es la coordinadora de DDHH, a la que está adscrita el IDL. Es decir que no es un pronunciamiento objetivo, sino el apoyo de una organización a uno de sus socios: el IDL y su abogado que ejercen la defensa legal del Sr. Salinas.
El otro es amnistía internacional.
III. El delito
Las actuaciones probadas del Sr. Salinas constituyen el delito de difamación agravada, pues por medio publicaciones y entrevistas difundidas por el Diario La República, el Portal La Mula e IDL-Reporteros ha atribuido, en diversos momentos, fundamentalmente dos hechos ofensivos a mi patrocinado:
Ser creador, ejecutor y encubridor de los actos de abuso físico, psicológico y sexual ocurridos al interior del Sodalicio.
Ser el hombre clave del tráfico de tierras en Piura realizado por la organización criminal La Gran Cruz.
Nuestra pretensión penal específica es que al querellado se le castigue como autor del delito de difamación agravada a la pena de TRES AÑOS DE PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD y a TRESCIENTOS SESENTICINCO DÍAS-MULTA.
Solicitamos la máxima pena con base en las siguientes circunstancias agravatorias:
Por ejecutar la conducta por un motivo abyecto: Esta circunstancia se da en la medida el querellado es denunciante en la investigación contra determinados miembros del Sodalicio y, por lo tanto, potencial beneficiario económico de alguna reparación civil (se ha acreditado que Salinas es agraviado en el proceso penal por abusos en el Sodalicio en la investigación penal en curso en la ciudad de Lima).
El dolo directo de primer grado: Sin duda que el querellado ha actuado con la forma de dolo más grave, pues siéndole conocido el archivo de la investigación fiscal de su denuncia en mi contra y la carta de rectificación que le he enviado, decide mantener y profundizar sus imputaciones ofensivas. Incluso utiliza en varias publicaciones un lenguaje objetivamente ofensivo.
La intensidad del daño: Definitivamente el daño que produce las publicaciones y afirmaciones difamatorias difundidas por el querellado es tremendo, pues la posición de mi patrocinado como Arzobispo de Piura y Tumbes se encuentra sustancialmente dañada por las ligeras afirmaciones que hace y sigue haciendo el querellado. Piura es católica y eso hace el daño al honor de Monseñor Eguren más intenso, esto no es una cruzada católica contra los herejes como pretende plantearlo la defensa del Sr. Salinas.
La reiteración delictiva: El querellado no solamente ha mancillado el honor y la reputación social de mi patrocinado con la difusión de la publicación del 20 de enero de 2018, sino que también lo ha hecho en la entrevista del 24 de enero de 2018, así como en las publicaciones del 22 de marzo de 2018 y del 15 de abril de 2018. A esto debe sumarse el sinnúmero de entrevistas, conferencias de prensa y publicaciones, posteriores a la presentación de la querella, en las que el querellado sigue insultándolo y difamándolo al punto de llamarlo ahora “depredador con suerte”.
Ejecutar la conducta mediante circunstancias de modo que dificulten la defensa del ofendido: Esta circunstancia se presenta en el presente caso, pues el querellado utiliza medios de comunicación para hacer publicaciones o dar entrevistas sin que mi patrocinado pueda replicar en ese momento todas sus afirmaciones difamatorias, lo que dificulta su capacidad de neutralizar su actividad delictiva.
Realizar la conducta abusando de su posición de periodista: El querellado, de manera contraria a la ética periodística, realiza publicaciones como periodista de investigación, pese a tratarse de una parte en el conflicto. En efecto, el querellado es supuesto agraviado de los abusos que se le atribuyen a algunos miembros del Sodalicio (y entre los que inicialmente se incluyó a mi patrocinado por denuncia del querellado), pero se presenta como un periodista supuestamente neutral, cuando en realidad impulsa intereses propios. Tal actuación constituye un abuso de la posición que tiene de periodista para favorecer o gestionar intereses propios.
Las circunstancias resaltadas justifican nuestro pedido de imposición de la máxima pena (privativa de libertad y multa) prevista para el delito de difamación agravada por medio de un medio de comunicación social. Esto es, la máxima pena del tercio superior del delito de difamación agravada.
Sin embargo, como se solicitó en los alegatos de apertura, en nuestra calidad de titulares de la acción penal, le pedimos que solamente se determine su culpabilidad, pero no se le imponga una pena, en atención a la figura de la reserva de fallo condenatorio conforme a los términos del artículo 62 del CP. No queremos que se le condene al querellado a una pena privativa de libertad, sino solamente que exista un pronunciamiento judicial que determine que el querellado difamó a mi patrocinado. La única regla de conducta que solicitaríamos es que no vuelva a difamar a mi patrocinado por los mismos hechos.
En cuanto a la reparación civil, se ha pedido una reparación civil ascendente a S/. 200,000.00 (doscientos mil y 00/100 nuevos soles) por los conceptos de daño moral y daño a la persona. Este derecho expectaticio ha sido donado al Centro de Reposo San Juan de Dios, como se indicó en el escrito de querella (precisar que no se haya vinculado al Sodalicio, como lo ha dicho el querellado). Sin embargo, estamos absolutamente llanos a aceptar la reparación civil que su despacho, en equidad, decida imponer, pues lo que se busca con esta querella es que se declare que el querellado actuó mal en el caso concreto de Monseñor Eguren, no en el caso Sodalicio o en otras investigaciones que pudiese haber realizado.
Finalmente, solicitamos que se ordene al querellado la publicación de las partes pertinentes de la sentencia que lo declare culpable como medida de corrección admitida en el artículo 467 del CPP en los delitos contra el honor.
Fuente: LaAbeja.pe

Pedro Salinas: los argumentos del fallo que lo condena a un año de prisión suspendida

La titular del Primer Juzgado Unipersonal Penal de Piura leyó la sentencia completa en contra del periodista por el delito de difamación. Denuncia fue interpuesta por arzobispo José Antonio Eguren

Por Carlos Chunga– Diario El Comercio.
La jueza Judith Cueva Calle, titular del Primer Juzgado Unipersonal Penal de Piura, leyó este lunes la versión completa de la sentencia que condena a un año de prisión suspendida al periodista Pedro Salinas por el delito de difamación.
La condena, conocida el pasado 8 de abril, incluye el pago de S/80 mil por concepto de reparación civil, además de una sanción de 120 días multa, luego de que el arzobispo de Piura y Tumbes y miembro del Sodalicio, José Antonio Eguren, denunciara al periodista en agosto del 2018.
Judith Cueva inició la audiencia pidiendo no difundir fotografías suyas en medios y redes sociales, dado que ha sido víctima de insultos y agravios.
Entre los argumentos de la sentencia, la jueza señaló que Pedro Salinas refirió “juicios de valor que resultan ofensivos para el honor del querellante (José Antonio Eguren)”, y que además incurrió en “comportamiento indebido al utilizar calificativos que menoscaban su integridad”.
Según la magistrada, hay jurisprudencia sobre la protección del honor de una persona ante dichos difamatorios. Es el caso del acuerdo plenario de la Corte Suprema de Justicia N° 3-2006/CJ-116, que ante un conflicto entre el derecho al honor y el ejercicio de la libertad de expresión, plantea ponderar el ámbito de las afirmaciones.
“La naturaleza pública de las libertades de información y de expresión […] exige que las expresiones incidan en la esfera pública, no en la intimidad de las personas”, se lee en la sentencia. Cabe indicar que el delito de difamación está tipificado en el artículo 132° del Código Procesal Penal.
Con ello, a criterio de la jueza de Piura, Salinas se refirió a Eguren en términos que atentan contra su honor, al considerarlo “co-partícipe del sistema de abusos (sexuales) al interior del Sodalicio de Vida Cristiana”. Esta versión fue vertida en algunos artículos de autoría del periodista y en entrevistas a medios de alcance nacional.
La magistrada también argumenta su decisión con base en las sentencias N° 0905-2001 y 6712-2005 del Tribunal Constitucional. “La libertad de expresión constituye la esencia de una sociedad democrática; sin embargo, tiene sus límites, uno de ellos es precisamente el derecho al honor […], derivado de la dignidad humana”, reza el documento.
En ese sentido, la jueza rechaza el símil “Juan Barros peruano” –en referencia al sacerdote chileno que encubrió los delitos de Fernando Karadima– y las afirmaciones “depredador con suerte”, “encubridor de abusos” y partícipe del delito de “tráfico de tierras”.
Este último dicho fue mencionado por Pedro Salinas al abordar un reportaje de la cadena Al Jazeera sobre un supuesto vínculo entre Eguren y una organización criminal dedicada al tráfico de terrenos en perjuicio de la comunidad campesina de Catacaos, en Piura.
Según el abogado del arzobispo, Percy García, no existe denuncia en contra de Eguren, y la afirmación de quien lo vincula al delito señalado fue desmentida por un párroco local.
Para la jueza Judith Cueva, el periodista Pedro Salinas incurrió en animus difamandi; es decir, actuó con dolo, pues hubo predisposición de aseverar tales versiones en contra del arzobispo de Piura y Tumbes.
“Se cumple con los elementos objetivo y subjetivo del tipo penal, pues tales afirmaciones fueron propaladas haciendo uso de medios de comunicación, donde se afirman juicios de valor que resultan ofensivos a la dignidad de una persona”, dijo la magistrada al finalizar la audiencia y justificar su decisión.
El periodista Pedro Salinas, a través de su abogado, Carlos Rivera, tiene el plazo de cinco días para apelar la decisión de la jueza. Con ello, el caso pasaría al despacho de una de las tres salas de apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Piura.
La denuncia del arzobispo José Antonio Eguren fue admitida en setiembre del 2018, y el juicio inició en diciembre de ese año.

Fuego amigo

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Por Padre Mario Arroyo– La Abeja.pe
En el argot militar suele decirse: “nada peor que el fuego amigo”. Efectivamente, cuando te atacan por la espalda, es difícil defenderse. No se puede disimular tener esta impresión al ver el comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana, deslindándose de uno de sus miembros, rechazando el juicio que un juez del Estado Peruano hace en contra de un periodista. Si resulta comprensible que la Asociación Nacional de Periodistas del Perú apoye a su agremiado, parece incomprensible que los obispos le den la espalda al suyo.
La madeja de la problemática resulta, en extremo, compleja. Pienso, sin embargo, que todos de alguna u otra forma, buscamos lo mismo, pero es preciso colocar los puntos sobre las íes. Todos queremos, comenzando por la Iglesia y con ella el Papa Francisco a la cabeza, que terminen los abusos sexuales por parte del clero y que sean convenientemente castigados. Que no exista, en ese sentido, un fuero especial para los clérigos, sino que sean juzgados a la par, como todos los ciudadanos. El Comunicado de la Conferencia Episcopal se hace eco de los deseos de Francisco, teniendo quizá, como trasfondo, el terrible manejo de la situación que hizo su contraparte chilena y que le llevó a renunciar en bloque, por la parte de culpa que pudieran tener en el encubrimiento de estos lamentables delitos.
Pero, pienso que también, todos queremos que se juzgue y castigue a los culpables. Nadie querrá, supongo, que paguen justos por pecadores. A ningún miembro de la Conferencia Episcopal le gustaría que lo calumniaran por crímenes que no cometió. Monseñor Eguren intenta defender su buen nombre. Y, ¿cuál es la garantía de que eso se puede hacer? Pues ir a un tribunal civil, como cualquier ciudadano y presentar su querella. Al igual que Paolo Guerrero presentó su demanda contra Magaly Medina, por más que ella fuera periodista afamada, Eguren la presenta contra Pedro Salinas, y nadie debería extrañarse, pues no es un tribunal eclesiástico. Si eso fuera por principio imposible o un abuso, querría decir simplemente, que los periodistas tienen fuero y no se pueden juzgar.
El problema es complejo porque hay un conflicto de derechos. El derecho que tienen los ciudadanos a la buena fama y el derecho a la información. La labor periodística, incluida la de Pedro Salinas, ha sido determinante para destapar abusos clericales. Pero, precisamente por el prestigio y la seriedad de esa labor, es fundamental que las denuncias estén sólidamente fundamentadas. Si no, pueden hacerse pasar por verdaderos simples rumores, suposiciones o chismorreos que pueden terminar destruyendo a personas inocentes, servir para una “caza de brujas”, o respaldar determinada agenda ideológica.
Para evitar este peligro, es fundamental respetar la autonomía del Poder Judicial, el cual no debe estar sometido ni al legislativo, ni al ejecutivo, ni a la Iglesia, pero tampoco a los medios de comunicación, que terminarían haciendo de la impartición de justicia un show y, finalmente, un negocio. Por ello, las dos declaraciones mencionadas suponen una presión al libre ejercicio del Poder Judicial. Pedro Salinas es libre de apelar la sentencia, cosa que seguramente hará, y a la sociedad nos queda esperar la resolución. Si esta prevalece, dará una lección conveniente a los periodistas: es bueno investigar, es bueno buscar la verdad, pero nunca debería hacerse a base de la falsedad o del error. El derecho a la información no justifica la difamación. Si van a condenar a alguien, es preciso que esa persona sea culpable y puedan probarlo, si no pueden, es mejor abstenerse o, a lo sumo, señalarlo como un rumor.
De hecho, el Catecismo de la Iglesia Católica, al explicar el 8º Mandamiento (No levantarás falso testimonio ni mentirás), explica convenientemente el límite del derecho a la información y el deber de tutelar la buena fama. Obviamente, el deseo de Francisco de colaborar con la autoridad civil y valorar la contribución de la prensa no invalida los mandamientos:
2488 El derecho a la comunicación de la verdad no es incondicional. Todos deben conformar su vida al precepto evangélico del amor fraterno.
2479 La maledicencia y la calumnia destruyen la reputación y el honor del prójimo. Ahora bien, el honor es el testimonio social dado a la dignidad humana y cada uno posee un derecho natural al honor de su nombre, a su reputación y a su respeto. Así, la maledicencia y la calumnia lesionan las virtudes de la justicia y de la caridad.
2497 Por razón de su profesión en la prensa, sus responsables tienen la obligación, en la difusión de la información, de servir a la verdad y de no ofender a la caridad. Han de esforzarse por respetar con una delicadeza igual, la naturaleza de los hechos y los límites del juicio crítico respecto a las personas. Deben evitar ceder a la difamación”.

Comunicado de la Arquidiócesis de Piura y Tumbes

Ante todo lo que en estos días se viene diciendo en los diferentes medios de comunicación respecto a la querella interpuesta por el Arzobispo Metropolitano de Piura y la sentencia contra el periodista Pedro Salinas Chacaltana, es conveniente precisar y aclarar algunos puntos.
Sobre la querella y sentencia por difamación
1. En relación a la sentencia condenatoria contra el periodista Pedro Salinas Chacaltana, pronunciada por la Jueza del Primer Juzgado Unipersonal Penal de Piura el día lunes 8 de abril, debemos indicar que Monseñor Eguren nunca tuvo la intención de que se llegara a este extremo. A él, le apena mucho que se haya tenido que llegar hasta esta instancia.
2. La querella ha sido el último recurso que le ha quedado a Monseñor Eguren ante la reiterada negativa del Señor Salinas a rectificarse y a llegar a algún tipo de conciliación. Que quede claro que la querella no es ninguna forma de venganza sino el último recurso que le ha quedado a Monseñor Eguren para defender su honor y buen nombre, los cuales se vieron lesionados por las afirmaciones del Sr. Salinas. Reiteramos que si se llegó a este punto es porque el Sr. Salinas no quiso rectificar sus afirmaciones difamatorias y desestimó toda la información que se le hizo llegar, vía notarial, lo cual probaba que lo que decía era falso. A pesar de ello él continuó utilizando en sus publicaciones afirmaciones irreproducibles y abiertamente denigrantes contra Monseñor Eguren.
3. La querella contra el Señor Salinas NO ha sido motivada por la investigación, ni por ninguna de las afirmaciones contenidas en su libro «Mitad Monjes y Mitad Soldados». El Sr. Salinas ha intentado reiteradamente vincular la querella a su investigación periodística sobre los casos de abusos cometidos al interior del Sodalicio, lo cual es falso. La querella se sustenta exclusivamente en dos afirmaciones suyas. Él ha dicho que, Monseñor Eguren es el creador del sistema de abusos físicos, psicológicos y sexuales al interior del Sodalicio, que es un abusador y encubridor. La otra, es que es el personaje clave de una trama de tráfico de tierras realizadas en la ciudad de Piura por la organización criminal «La Gran Cruz».
4. La querella interpuesta al Señor Salinas ha sido totalmente a título personal por lo que rechazamos tajantemente que el Sodalicio de Vida Cristiana esté detrás de ella como malintencionadamente se viene afirmando.
5. Frente a las afirmaciones del Sr. Salinas de que la intención de Monseñor Eguren es «meterlo preso» y «beneficiarse» con la reparación civil, debemos afirmar que desde la primera audiencia de la querella, el abogado de Monseñor Eguren, siguiendo su pedido, solicitó a la Jueza que en caso de ser encontrado culpable el Sr. Salinas no recibiese condena de cárcel efectiva. Por tanto, desde antes que comenzase el juicio, el Sr. Salinas ya sabía que no iba ir a prisión si lo condenaban. En cuanto al dinero de la reparación civil cabe precisar también que desde el primer momento éste fue donado al Centro de Reposo de los Hermanos de San Juan de Dios en Piura, obra que no tiene relación alguna con el Sodalicio de Vida Cristiana.
6. La querella se presentó en Piura porque el artículo 5 del Código Procesal Penal indica que el lugar del delito es también aquel donde se producen sus efectos. En este caso, el lugar es innegablemente Piura, donde Monseñor Eguren ejerce su trabajo pastoral.
7. Es conveniente señalar además que el proceso se ha llevado con toda corrección siguiendo el nuevo Código Procesal Penal vigente en Piura, por lo que no ha habido ninguna irregularidad durante el proceso.
8. Frente a las afirmaciones acerca del omnímodo poder que Monseñor Eguren tendría en Piura, y en particular sobre las autoridades judiciales de la Región, el fallo por mayoría de la Segunda Sala de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Piura del día 11 de abril pasado, que ha decidido trasladar a la ciudad de Lima la querella interpuesta por él contra la Sra. Paola Margot Ugaz Cruz por difamación agravada, desvirtúa esta falsedad que viene siendo divulgada arbitraria y abusivamente una y otra vez tanto por el Sr. Salinas como por la Sra. Ugaz creando así mucha desinformación en la opinión pública y una presión mediática pocas veces antes vista.
9. Se afirma falsamente que la querella que ha interpuesto Monseñor Eguren es una amenaza a la libertad de expresión. Frente a ello debemos decir que la libertad de expresión si bien es un gran valor a promover en nuestra sociedad democrática, no es un valor absoluto y tiene límites: el respeto al honor y al buen nombre de las personas. En ese sentido la sentencia no constituye una mordaza a la libertad de expresión.
10. Es verdad que el Santo Padre Francisco ha agradecido la labor de los periodistas, que mediante sus investigaciones contribuyen a denunciar los abusos dentro de la Iglesia para así castigarlos y asistir a las víctimas, y Monseñor Eguren se une a ese agradecimiento, pero no es menos cierto que el Papa Francisco también les ha recordado a los periodistas que éstos deben evitar cuatro pecados o cuatro actitudes malas: la desinformación, la calumnia, la difamación y el amor a los escándalos (coprofilia) (Entrevista al periodista español Jordi Évole del 31 de marzo pasado). En relación a la calumnia, el Papa pregunta al periodista Évole: «Además (refiriéndose al poder que hoy en día tienen los medios de comunicación), ¿quién le va a hacer juicio? Nadie. Por ahí uno se atreve».
11. En ningún momento Monseñor Eguren ha pretendido que lo que se ha investigado sobre los abusos en el Sodalicio sea falso y no hayan víctimas. Desde un primer momento declaró que hay víctimas y que hay responsables, y que ellos tendrán que asumir las consecuencias, pero no se puede hacer una imputación o acusación generalizada. No se puede decir que todos los miembros de Sodalicio fueron abusadores.
Sobre el pronunciamiento de la presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana
Al respecto debemos aclarar que NO se trata de un Comunicado de «Los Obispos de Perú», sino tan sólo de la Presidencia, al cual se ha adherido el nuevo Arzobispo de Lima.
En estos días no han sido pocas las llamadas y mensajes de solidaridad que Monseñor Eguren ha recibido de varios Obispos del Perú, así como de sacerdotes, y laicos, a los cuales agradece profundamente, por su cercanía, fraternidad y oraciones.
Como hemos comunicado en su momento, este pronunciamiento se ha realizado apresuradamente sin tener el texto íntegro de la sentencia que recién será leído el lunes 22 de abril por la Jueza del Primer Juzgado Unipersonal Penal de Piura, ya que lo que se ha adelantado el pasado lunes 08 de abril ha sido únicamente el fallo condenatorio.
San Miguel de Piura, 14 de abril de 2019.

Arzobispo que ganó juicio pide paciencia a obispos que defendieron a periodista que lo difamó

El Arzobispo de Piura y Tumbes (Perú), Monseñor José Antonio Eguren, pidió a la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana y al Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, paciencia y esperar a que se conozca el texto completo de la sentencia que condenó por difamación al periodista Pedro Salinas a un año de prisión no efectiva.
El 10 de abril la Presidencia de la CEP, encabezada por Monseñor Miguel Cabrejos; y Monseñor Castillo, emitieron un inesperado e inusual comunicado de respaldo a Salinas, dos días después de que la jueza del Primer Juzgado Unipersonal Penal de Piura, Judith Cueva Calle, lo condenase por difamar a Monseñor Eguren Anselmi.
Pedro Salinas es coautor del libro “Mitad Monjes, Mitad soldados”, publicado en 2015, que da cuenta de los abusos sexuales, físicos y de poder cometidos por el fundador del Sodalicio, Luis Fernando Figari, y otros miembros de esta institución a la que pertenece Monseñor Eguren.
El 15 de agosto de 2018 Monseñor Eguren presentó una demanda por difamación agravada contra Salinas por haberlo comparado en el artículo “El Juan Barros Peruano”, publicado el 20 de enero de 2018, con el obispo chileno Juan Barros, a quien se acusó de encubrir los abusos sexuales del exsacerdote Fernando Karadima.
En el artículo, Salinas también acusó a Monseñor Eguren de traficar tierras en la ciudad de Piura, para lo cual cita un reportaje de la cadena islámica Al Jazeera titulado “The Sodalitium scandal” (El escándalo Sodalicio).
El lunes 8 de abril, al informar sobre su sentencia, la jueza señaló que la “libertad de expresión no es absoluta, tiene límites: el honor de las personas”. El texto completo del fallo será hecho público el 22 de este mes.
Sin embargo, la Presidencia de la CEP y Monseñor Castillo publicaron el 10 de abril un comunicado “al tomar conocimiento de la decisión de la Jueza del Primer Juzgado Unipersonal Penal de Piura, en el caso de un periodista que ha buscado esclarecer la verdad sobre el accionar del Sodalitium”, en referencia a Salinas.
En su comunicado, los obispos utilizaron las palabras del Papa Francisco sobre la labor de los periodistas y los casos de abusos sexuales para respaldar a Salinas, quien además también ha sido condenado a 120 días multa y una reparación de 80 mil soles.
Ante esto, el Arzobispado de Piura emitió un comunicado para llamar a la prudencia a la Presidencia de la CEP y al Arzobispo de Lima.
Ante el comunicado emitido el día de hoy por la Presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana, al cual se ha adherido el nuevo Arzobispo de Lima, el Arzobispo Metropolitano de Piura considera que antes de hacer cualquier pronunciamiento lo prudente en estas circunstancias es esperar a conocer el texto íntegro de la sentencia, el cual recién será leído el próximo lunes 22 de abril por la Jueza del Primer Juzgado Unipersonal Penal del Piura, ya que lo que se ha adelantado el pasado lunes 08 de abril ha sido únicamente el fallo condenatorio”, señaló.
El comunicado de la Presidencia de la CEP, liderada por Monseñor Cabrejos; y por el Arzobispo de Lima, Monseñor Castillo; fue criticado en las redes sociales y varios artículos, en los que se les cuestionó por dedicar tiempo a “abandonar” a un hermano obispo que fue difamado y no a pronunciarse sobre los controvertidos textos sobre sexualidad con los que el Ministerio de Educación implementaba la ideología de género en los colegios; o sobre el fallo de la Corte Suprema que avaló un matrimonio entre dos lesbianas.
Comunicado sobre sentencia a Salinas que solo demuestra ignorancia y torpeza, pues no sé está ante el caso del Sodalicio sino ante un proceso por difamación de Salinas contra un hermano obispo. ¡Una vergüenza!”, señaló un usuario identificado en Twitter como Alfredo Gildemeister.
Entérense bien de la causal de demanda y condena antes de abandonar a su hermano. Me duelo y avergüenzo. Quiero creer que se dejaron engañar y no lo hicieron a propósito”, expresó otra usuaria identificada como Karina Lora.
Aproximadamente una hora después, luego de las críticas, la Presidencia de la CEP emitió otro comunicado expresando “preocupación” por los controvertidos textos del Ministerio de Educación.
Luego de conocida la sentencia, el abogado de Monseñor Eguren, Percy García Cavero, dijo a la prensa que el artículo con el que Salinas difamó al Arzobispo de Piura “no es libertad de expresión, es abuso del derecho expresión y eso evidentemente está prohibido”.
Agregó que Salinas es “una persona que aún el día de hoy no termina de entender que cometió un error”. “La libertad de expresión no es absoluta. Un periodista no puede realizar su labor periodística sin respetar determinados límites de la dignidad personal”, señaló García Cavero.
Fuente: ACI Prensa.

Arzobispos de Lima y Trujillo se enfrentan al Arzobispo de Piura y Tumbes

El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Miguel Cabrejos Vidarte, y el arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, a través de un comunicado, cuestionaron el fallo del Primer Juzgado Unipersonal Penal de Piura que condenó a un año de prisión suspendida a Pedro Salinas por el delito de difamación agravada contra el arzobispo de Piura, Juan Eguren Anselmi.
En el documento señalan que el propio Papa Francisco pidió que la Iglesia ayude en la lucha contra el mal de los supuestos abusos al interior de la Iglesia.
El mismo Santo Padre ha alabado y agradecido la labor de los periodistas que, mediante sus investigaciones, contribuyen a denunciar los abusos, a castigar a los victimarios y a asistir a las víctimas. Subraya el Papa que la Iglesia necesita de su ayuda de esta difícil tara de luchar contra este mal”, señala el comunicado.
Ante este documento, el periodista Ricardo Sánchez-Serra y experto en temas vinculados a la Iglesia, cuestionó el documento por infraterno y cuyo origen sería la confrontación ideológica. “Parece que el odio está por encima del amor”, remarcó y subrayó que es una lástima que temas internos se ventilan hacia el exterior.
Las peleas entre los obispos peruanos es una vergüenza mundial”, escribió en Twitter, el periodista.
Sin embargo, le llamó la atención que temas como la ideología de género o el aborto aún esperen un comentario de la entidad.
Recalcó de igual modo que el documento es firmado solo por dos personas, los arzobispos Cabrejos y Castillo. “Son 51 obispos los que conforman la Conferencia Episcopal”, dijo.
Parece que la idea fuera insinuar que la Iglesia estaría apoyando a Pedro Salinas, pero son solo dos obispos. Eso significa que otros obispos no han querido firmar el comunicado, así que es un comunicado personal”, remarcó Sánchez Serra.
Como se sabe, monseñor Eguren presentó una querella el agosto del año pasado contra Pedro Salinas luego de que este denunciara un supuesto encubrimiento ante casos de abusos en el Sodalicio de Vida Cristiana (SVC) y de tráfico de tierras, además de ataques e insultos a través de medios de comunicación y redes sociales.
Fuente: Diario EXPRESO.

Cinco puntos importantes sobre la condena por difamación al periodista Pedro Salinas

Por Percy García Cavero- Político.pe
UNO. ¿Monseñor Eguren querelló a Pedro Salinas por la investigación realizada sobre el Sodalicio de Vida Cristiana, publicada en el libro “Mitad monjes, mitad soldados”?
No. La querella se sustenta exclusivamente en dos afirmaciones del periodista Salinas sobre monseñor Eguren. Una relacionada con los abusos al interior del Sodalicio. Ha dicho que es el creador del sistema de abusos físicos, psicológicos y sexuales al interior del Sodalicio (entrevista a Ideele reporteros del 24 de enero de 2018; para oírla haga clic aquí a partir de 1:29:40) y que es también un abusador y encubridor de los abusos, incluidos los sexuales (“El Juan Barros Peruano”, La Mula 20 de enero de 2018; para leer el artículo de Salinas haga clic aquí).
La otra que es el hombre clave del TRÁFICO DE TIERRAS en Piura realizado por la organización criminal la Gran Cruz.
Además, ha utilizado en sus publicaciones afirmaciones objetivamente denigrantes contra Monseñor Eguren: “Que se joda Eguren”; “Quiere salvar el culo”; “Eguren se hace el cojudo”; “Tremendo cínico, tremendo hipócrita es José Antonio Eguren”; “Los lobos no se lo quieren manducar porque está gordito” o “depredador con suerte”.
DOS. ¿Es la querella una venganza de monseñor Eguren o una manera del Sodalicio de silenciar a todos los que quieran investigarlo?
No, monseñor Eguren no se quiere vengar. Está ejerciendo, a título personal como ciudadano peruano, su derecho a defender su fama y buen nombre que se vieron lesionados por las afirmaciones de Pedro Salinas. La querella ha sido el último recurso que le quedó a monseñor Eguren, ante la negativa de Salinas a retractarse y llegar a algún tipo de conciliación. Si se llegó a ese punto fue solo porque Salinas NO QUISO RECTIFICAR las afirmaciones difamatorias y desestimó toda la información que se le dio -vía notarial- con la que se probaba que sus afirmaciones sobre monseñor Eguren eran falsas.
Salinas tampoco quiso conciliar cuando la jueza se lo propuso al inicio del juicio. La querella de monseñor Eguren no ha sido coordinada en ningún sentido con el Sodalicio de Vida Cristiana. Como obispo de la Iglesia, además, monseñor Eguren no está bajo el régimen de autoridad del Sodalicio. Sus acciones son fruto de su decisión y responsabilidad.
TRES. ¿Quiere monseñor Eguren ver a Salinas en la cárcel y beneficiarse con el dinero de la reparación civil?
No. El 18 de diciembre del 2018 –cuando tuvo lugar la primera audiencia de la querella– el abogado defensor solicitó al juez, a pedido de su defendido, que en caso de ser encontrado culpable Pedro Salinas NO RECIBIESE CONDENA DE CÁRCEL EFECTIVA. Por tanto, desde antes que comience el juicio, Salinas ya sabía que no iba a ir a prisión si lo condenaban.
En cuanto al dinero, en la misma ocasión se incluyó en el escrito de la sentencia que desde entonces el dinero había sido donado por monseñor Eguren a una obra de beneficencia. Esta obra no tiene relación alguna con el Sodalicio de Vida Cristiana, como lamentablemente ha venido afirmando Pedro Salinas.
CUATRO. Monseñor Eguren hizo la querella en Piura porque allí cuenta con poder y de esa forma garantizaba la condena? ¿No debía realizarse el proceso en Lima, lugar de residencia de Salinas? ¿Quiso Monseñor Eguren perjudicar a Salinas abriendo el proceso en Piura?
No. La querella se entabló en Piura porque el artículo 5 del Código Penal establece que el lugar del delito es DONDE SE PRODUCEN LOS EFECTOS, lo que en una difamación es el lugar en el que se desenvuelve socialmente el agraviado. En el caso de monseñor Eguren ese lugar es, innegablemente, Piura. Por esa razón el proceso se abrió y desarrolló en Piura.
Por otro lado, si el querellado consideraba que en Piura monseñor Eguren gozaba de algún tipo de prerrogativa, su defensa podría haber solicitado una transferencia de competencia para llevar el caso a otro distrito judicial (artículo 39 del Código Procesal Penal del Perú). Eso NUNCA fue planteado.
Litigar en Piura no implicaba que Salinas ni sus testigos se trasladasen físicamente a Piura. La juez fue clara desde el inicio al decir que el señor Salinas y sus testigos PODÍAN DAR SUS DECLARACIONES POR SKYPE. Él y dos de sus testigos decidieron no utilizar ese recurso.
CINCO. ¿Son verdaderas las “irregularidades” que Salinas sostiene que se han producido en el proceso, como la celeridad con la que se realizaron las audiencias o la no intervención de la fiscalía o que le rechazaron testigos?
No. Las audiencias han seguido lo que manda el artículo 360 del Código Procesal Penal: que el juicio se realice en audiencias continuas e ininterrumpidas. NO SE LE RECHAZÓ NINGÚN TESTIGO. Como consta en el audio de la audiencia del 28 de diciembre de 2018, TODOS los testigos presentados por la defensa de Pedro Salinas fueron aceptados. Finalmente, la fiscalía no intervino porque es lo que corresponde a un delito que se persigue por querella como es la difamación. En esos casos el Ministerio Público no interviene.

Esclavo de sus palabras

Por Ricardo Vásquez Kunze- Político.pe
El periodista Pedro Salinas ha sido condenado por difamación contra el obispo de Piura José Antonio Eguren. El periodista ha dicho que esta sentencia genera un gravísimo precedente contra la libertad de opinión y sobre la posibilidad de presentar hipótesis y análisis sobre un tema.
También ha dicho Salinas que la sentencia en su contra es una venganza por su libro de investigación que puso al descubierto los abusos sexuales en la comunidad católica Sodalicio. Sin embargo, la querella por difamación interpuesta por el obispo de Piura contra Salinas no tiene nada que ver con el libro. Eguren se siente difamado por dos razones porque el periodista escribió en una columna de opinión que el obispo era “el Juan Barros peruano”. Juan Barros es un obispo chileno que encubrió los delitos sexuales del pedófilo cura Karadima. El periodista no hizo ningún análisis ni esgrimió una hipótesis, tampoco dejó abierta la duda mediante interrogación o condicional. Lo que hizo Salinas fue -comparando a Eguren con Barros- afirmar tajantemente que el obispo de Piura es un encubridor de pedófilos pero sin presentar ninguna prueba en su artículo. Tampoco pudo presentarla en el juicio, según la magistrada. Nadie ha señalado al obispo como partícipe directo o indirecto de los abusos sexuales o psicológicos porque si ello fuese cierto hubiese perdido el juicio.
Salinas dice que él especula, pero nadie tiene el derecho a especular sobre el buen nombre de una persona porque eso es, precisamente, una difamación. En síntesis, no es exacto que -como el periodista declara- haya sido condenado por investigar los abusos en una comunidad religiosa y los medios retransmiten sin filtro alguno. Salinas se fue de boca y está pagando las consecuencias. Que estas terminen afectando a las víctimas del abuso en el Sodalicio es de responsabilidad exclusivamente suya.

El Sodalicio y las vírgenes de cabaret

Por Uri Ben Schmuel– www.cafeviena.pe
He escrito a lo largo de los años respecto a la arremetida gramsciana-caviar contra la cultura judeo-cristiana y el ataque de estos bárbaros modernos contra Roma y Occidente, jugando en pared con el radicalismo islámico. Por eso me parece emblemático el caso de la querella por difamación agravada interpuesta por Monseñor José Antonio Eguren contra el periodista Pedro Salinas, que ha llegado a su fin el último 8 de abril, cuando la jueza Judith Cueva de Piura dio a conocer el resultado del proceso judicial: 1 año de prisión suspendida, 120 días multa y 80 mil soles de reparación civil.
El origen de esta disputa se remonta a unas declaraciones vertidas por Salinas en enero de 2018. En el marco de la visita del Papa Francisco al Perú, Salinas afirmó, por escrito y en una entrevista radial, que el obispo José Antonio Eguren le conoce “todas sus cosas” a Luis Fernando Figari, que es el creador del sistema de abusos físicos, psicológicos y sexuales en el Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), y que estaba implicado en el tráfico de tierras realizado por la organización criminal la Gran Cruz en Piura.
Estas afirmaciones fueron hechas en el artículo El Juan Barros Peruano (La Mula, 20 de enero de 2018) y en una entrevista radial del 24 de enero de 2018 (No hay Derecho, Ideele Radio). Cabe resaltar que, a lo largo del proceso, Salinas ha intentado reiteradamente vincular la querella a su investigación sobre los casos de abusos en el Sodalicio. En ese contexto, afirmó también en varias ocasiones que estaba sufriendo una “persecución” y que la querella era “mensaje amedrentador contra quienes se atrevan en el futuro a meterse con el Sodalicio”.
Sin embargo, Eguren, con la misma persistencia, ha aclarado que no es así. La querella se interpuso por las afirmaciones ya mencionadas, que no están vinculadas al libro de investigación que el periodista publicó con su colega Paola Ugaz.
Por otro lado, tanto el Sodalicio como Eguren han puntualizado que la querella es una acción que emprendió el obispo a título personal al considerar que las intervenciones mediáticas de Salinas dañaban su buen nombre y fama. En ese sentido, Eguren también ha señalado más de una vez que antes de iniciar la querella envió cartas notariales a Salinas solicitando su retractación.
La medida legal se inicia solo después de que el periodista se negó a retractarse de las afirmaciones consideradas difamatorias por Eguren. Por el contrario, al recibir la carta notarial, Salinas afirmó en un artículo que se vería la cara con el obispo en los tribunales, y en uno siguiente dice (sic): “¿Quién se ha creído este señor? ¿Por qué es obispo y billetón le vamos a tener miedo? ¿Los arzobispos son incuestionables?” (Cacógrafos que van a Misa, La República, 15 de abril de 2018).
La primera audiencia se programó para el 14 de noviembre, pero tuvo que retrasarse debido a una falta administrativa del abogado de Salinas. Se reprogramó y efectuó recién el 18 de diciembre de 2018, en Piura.
En dicha audiencia, el abogado Percy García Cavero, quien lleva la defensa de Eguren, solicitó a la jueza Judith Cavero una pena proporcional a los agravantes en los que había incurrido Salinas en el caso de difamación. Éstos implicarían una privación de la libertad de tres años y una sanción equivalente a 365 días multa.
No obstante, por pedido explícito de su defendido, García Cavero solicitó en la mencionada audiencia que, en caso de ser encontrado culpable, el periodista Salinas no recibiera una condena efectiva. Sobre la compensación económica, se mencionó que en la querella se especifica que, en caso de culpabilidad, el íntegro de la compensación civil sería destinado por voluntad del querellante a una obra de caridad. Salinas, por su parte, afirmó en reiteradas ocasiones que Eguren quería meterlo a la cárcel y que andaba tras su dinero para dárselo a una obra del Sodalicio.
Con la sentencia llega a su fin un proceso judicial en el que, como hemos visto en algunos de los hechos aquí brevemente relatados, el periodista Salinas incurrió en una serie de afirmaciones que hoy, a la luz de la sentencia pronunciada, se reconocen a todas luces como falsos.
A ellos habría que sumar muchos otros que en su momento fueron señalados por el abogado defensor García Cavero (http://politico.pe/habla-el-abogado-de-monsenor-eguren-iii/). No deja de sorprender el diletante camino que ha seguido Salinas a lo largo de estos meses de querellas. El resultado judicial nos deja, al final del camino, un asunto claro: Pedro Salinas difamó a Monseñor Eguren a pesar de que lo ha negado reiteradas veces y ha hecho lo imposible por desinformar a la opinión pública al respecto.
No cabe, entonces, rasgarse las vestiduras y quejarse de un supuesto atentado contra la libertad de prensa; los periodistas no estamos por encima de la ley. Los reclamos de Salinas y del aparato propagandístico y mediático caviar, en este contexto, recuerdan, en la acertada frase de Carlos Boloña, a las vírgenes de cabaret.