De Quito a Manaos

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João Gutemberg Coelho Sampaio FMS

El 14 de septiembre, el cardenal Claudio Hummes, presidente de la Red Eclesial Panamazónica, presentó en conferencia de prensa al hermano João Gutemberg Coelho Sampaio FMS, de la Provincia de Brasil Sul-Amazonia, como nuevo director ejecutivo de la Red fundada por las organizaciones católicas en septiembre de 2014, para trabajar al servicio de la vida en la Amazonía, en defensa de nuestra Casa Común. El Hermano João reemplaza a Mauricio López Oropeza.
La REPAM, al igual que los Ríos de la Amazonia, está formado por la convergencia de los nueve países que forman el territorio amazónico, una región con 7.8 millones de kilómetros cuadrados donde viven 33 millones de habitantes, incluidos 1.5 millones de indígenas de 385 pueblos. Es una organización que apuesta por el protagonismo de los pueblos amazónicos en la defensa y cuidado de la casa común a través de un servicio de interconexión y articulación de acciones. Esta busca escuchar, acompañar, apoyar, animar, formar, servir, estimular, comunicar y unir las fuerzas para responder a los grandes desafíos socioambientales.
Una evaluación del papel de la Red para la Pan-Amazonia en los últimos 6 años. El vicepresidente, cardenal Pedro Barreto, presentó el camino de discernimiento de la Red y los horizontes para los próximos años.
En la rueda de prensa, junto con la presentación del Hermano João Gutemberg, el cardenal Cláudio Hummes hizo balance del papel de la Red para la Pan-Amazonia en los últimos 6 años. El vicepresidente, cardenal Pedro Barreto, presentó el camino del discernimiento de la Red que se están llevando a cabo y los horizontes para los próximos años.
João Gutemberg Mariano Coelho Sampaio nació en Cruzeiro de Sul, en el estado de Acre, en el interior amazónico que se encuentra en la confluencia de Brasil con Perú y Bolivia. Allí estudió y recibió acompañamiento vocacional y formativo de los misioneros maristas que llegaron a la Región en 1968 y de las Congregaciones presentes en el lugar. Continuó sus estudios en el sur de Brasil y Europa. En la misión apostólica, trabajó casi siempre en el contexto amazónico: educación, pastoral y formación.
Actualmente integra y ayuda a articular la Red Eclesial Panamazónica– REPAM, en la coordinación del Eje de Formación y métodos de acompañamiento pastoral en la perspectiva de la Ecología Integral, que conecta a los 9 países amazónicos. Asimismo forma parte de la Comisión de Vida Consagrada para la Amazonía de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos, CLAR.
Fuente: Champagnat.org

Cardenal Cláudio Hummes OFM anunció el cese de su mandato como presidente de la REPAM. El cargo será asumido el próximo 9 de noviembre por el cardenal Pedro Barreto Jimeno SJ.

REPAM

“Después de un profundo y orante proceso de discernimiento, y en vista de la dimensión del nuevo encargo eclesial a la guía de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), he tomado la decisión de cesar en mis funciones como presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM)”. Así, el Cardenal Cláudio Hummes anunció, en un comunicado de prensa, el cese de su mandato, asumido en el nacimiento de la REPAM, el 12 de septiembre de 2014, y la entrega de la presidencia, a su vicepresidente, el Cardenal Pedro Barreto.
En el comunicado de prensa, el cardenal Hummes, presidente del CEAMA, destaca en primer lugar el objetivo de la Red Eclesial Panamazónica, cofundada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), Cáritas de América Latina y la Comisión Episcopal para la Amazonía de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), de crear en las Américas una conciencia de la importancia de la Amazonía para toda la humanidad, establecer entre las Iglesias locales de varios países sudamericanos, situadas en la cuenca del Amazonas, una pastoral conjunta con prioridades diferenciadas para crear un modelo de desarrollo que privilegie a los pobres y sirva al bien común. Una obra, la del organismo eclesial, que tiene por objeto “promover una Iglesia con rostro amazónico y cuidar la casa común, con una visión preferencial de los pueblos indígenas y las comunidades vulnerables, para que sean los sujetos prioritarios de su historia”.
El cardenal afirma que ha asumido este desafío desde la fundación del organismo, trabajando en el territorio, escuchando las peticiones y deseos de la gente, para construir nuevos caminos junto con las comunidades, en “un ejercicio constante de escucha, diálogo, estructuración y adaptación” y evaluando cada año el camino recorrido, para entender cómo la red debe y puede seguir fortaleciéndose.
La salida del Cardenal Hummes es, como él mismo afirma, el resultado de “un profundo y orante proceso de discernimiento” y la consecuencia de su nuevo cargo, asumido el pasado mes de junio, como presidente de CEAMA, uno de los frutos del Sínodo para el Amazonas.
El nuevo presidente, el cardenal Pedro Barreto, hasta ahora vicepresidente de la REPAM, presente también desde la fundación de la red eclesial -anunció el purpurado- comenzará oficialmente su nueva función el 9 de noviembre, en el espíritu del Sínodo, con ocasión de la asamblea virtual de la REPAM.
El nombramiento del nuevo vicepresidente tendrá lugar tras un proceso de consultas entre la REPAM nacional y las instituciones fundadoras, y siguiendo los criterios y perspectivas panamericanas.
Por último, el comunicado indica que la Red Eclesial Panamazónica, como parte del proceso de discernimiento y reorganización, ha cambiado su secretario ejecutivo y que la función ha sido asumida por el hermano marista João Gutemberg Mariano Coelho Sampaio. Además, su sede se trasladó de Quito (Ecuador) a Manaos (Brasil).
Fuente: Jesuitas.lat

TECHO DE CRISTAL

Por Ántero Flores Aráoz– LaAbeja.pe
Unas desafortunadas, por decir lo menos, declaraciones de un cardenal de nuestra Iglesia Católica, que se desempeña en el arzobispado de Huancayo, me hizo acordar de un conocido refrán que reza; “No tires piedras si tu techo es de cristal”.
Se preguntarán con toda legitimidad ¿A qué viene todo esto? y la respuesta es muy sencilla, ello viene a que el cardenal al que me refiero ha expresado opinión en el sentido que el “Sodalicio de Vida Cristiana” debería desaparecer, más contundentemente: que debería ser disuelto y, todo ello, debido a que han sido investigados algunos casos en que se ha acusado a contados miembros de dicha Congregación religiosa de haber cometido abusos sexuales y en otros casos abusos sicológicos y emocionales. Estos últimos confundiéndolo con lo que en la realidad es formación de carácter.
Con todo respeto al obispo que se expresó en tales o similares términos, estimo que está en error, pero siendo la Semana Santa una buena oportunidad para su reflexión, Dios quiera se rectifique.
Las razones por las que estimo que el obispo está equivocado, son varias. La primera y poderosísima es que las instituciones no abusan ni delinquen y, que, en todo caso, lo pueden hacer sus miembros, quienes deben responder personalmente por sus acciones u omisiones y, de haber culpabilidad ser sancionados por ello, tanto con todo el peso de los cánones religiosos, como de los civiles.
Otra de las razones es que no puede castigarse a toda la Institución, por las incorrecciones que puedan haber cometido alguno o algunos de sus integrantes, con olvido de la obra ejemplar que realizan por décadas la mayoría de sus miembros, en diversas actividades como pueden ser, las parroquiales, la enseñanza en todos sus niveles, el acompañamiento en el lecho de enfermedad y en el último aliento, el consuelo a los deudos, la solidaridad y apoyo tanto material como espiritual, a las personas olvidadas por la fortuna, entre tantas otras muchas actividades.
Debo precisar, que soy testigo de lo expuesto en el párrafo anterior, pues pertenezco a la Parroquia de Nuestra Señora de la Reconciliación, desde hace varios lustros, Parroquia que está conducida por sacerdotes, religiosas y religiosos del Sodalicio. Además, algunos de mis nietos han sido bien formados en Colegio relacionado con dicha Congregación.
Debemos recordar, que el propio Sodalicio realizó investigación interna e hizo que terceros, de reconocida versación y seriedad, hiciesen lo propio, con resultados que acreditan que no estamos frente a una organización de sátrapas y que las incorrecciones de algunos han sido materia de reparación, aunque no se pueda variar la realidad.
Si las instituciones fueran responsables por todo lo que hacen sus integrantes, habría que disolver varias Congregaciones, entre ellas la Compañía de Jesús, a la que pertenece tanto el Papa Francisco como el cardenal que se prodiga en falaces comentarios. Basta también recordar lo sucedido en tres colegios de la Compañía, en Berlín, entre 1970 y 1980, investigados por Ursula Raue. Igualmente, el escandaloso caso del jesuita Renato Poblete en Chile. ¡Cuidado hay techo de cristal!
La Iglesia igual que tiene cosas maravillosas que mostrar, en el otro lado de la moneda, sufre actos absolutamente reprobables, pero ello no significa que deba desaparecer, sino corregir y estar alerta, para que nunca más se produzcan hechos vergonzosos.

Adiós a Gonzalo Arroyo SJ

Por Mario Contreras D.- Diario La Segunda.
Discípulo del Padre Hurtado, fue mentor de los «Cristianos por el socialismo», se enfrentó a su familia por la reforma agraria y se transformó en uno de los padres espirituales del Mapu. En París, oficiaba las misas de los exiliados; luego, en Chile y activo hasta el final, se acercó también al mundo de los empresarios.
La misa de su funeral, en la iglesia de San Ignacio, congregó a agnósticos, como Carlos Ominami; empresarios, como Bruno Philippi; familiares, como el director de Libertad y Desarrollo y sobrino suyo, Luis Larraín, y a algunos de los principales rostros de la izquierda de los últimos 40 años, desde Eugenio Tironi (a cuyos hijos bautizó) hasta Oscar Guillermo Garretón, quien incluso hizo una de las lecturas.
La muerte, a los 86 años, del jesuita Gonzalo Arroyo congregó así los muchos mundos que a lo largo de su vida pudo vincular este sacerdote de familia «latifundista» que impulsó la reforma agraria, inspiró a los «Cristianos por el socialismo», confortó a los exiliados en París y en los últimos años, desde la Universidad Alberto Hurtado, se acercó también a los emprendedores: una trayectoria de vida que resume mucho de la propia historia de Chile en estas décadas.
Fue su gran amigo y luego cuñado Luis Larraín Marín -padre del director de LyD- quien, de joven, lo invitó una vez a un retiro espiritual, a partir del cual empezó a sentir la vocación religiosa. Pero el rol fundamental lo jugaría un santo. Es que Arroyo “fue tal vez uno de los últimos jóvenes a quienes el Padre Alberto Hurtado acompañó en su discernimiento vocacional a la Compañía de Jesús“, según recordó en una de las misas en su memoria el sacerdote Fernando Verdugo.
Marcado a fuego por la vocación social que le inculcó Hurtado, se lanzaría Arroyo en una trayectoria que lo llevó en los años 60 a acercarse fuertemente a la izquierda, cuando todo un sector de la Iglesia buscó unir cristianismo y socialismo. Eran los tiempos de la toma de la UC o de la ocupación de la catedral, cuando el movimiento precisamente llamado «Cristianos por el socialismo» se transformaría en actor destacado de esa convulsionada época. “El fue inspirador de esos movimientos que conmovieron a la sociedad chilena“, destaca Tironi.
Ello, tanto por su trabajo pastoral en los mundos universitario y de las poblaciones, como desde la reflexión académica. Así, sin carné de militante, pero ejerciendo una fuerte influencia intelectual, llegó a ser considerado como “uno de los padres fundadores eméritos del Mapu y de la Izquierda Cristiana” y estrechó amistad con algunas de sus principales figuras, como Garretón, Jaime Gazmuri o José Bengoa.
Su rol en la Reforma Agraria
Clave en el rol que llegó a jugar fue su trabajo en el Centro de Investigación y Acción Social, vinculado al Centro Bellarmino, de los jesuitas, donde estaba a cargo de los temas de reforma agraria. La gran tribuna para difundir sus ideas era la revista «Mensaje», en la que publicaba artículos como “Un programa de propiedad familiar” (1958), “Cambio de tenencia de la tierra mediante cooperativas campesinas” (1963) o “Después del latifundio, ¿qué?“(1972). Así, se acercaría también a quienes fueron los ejecutores de la reforma, desde Rafael Moreno a Jacques Chonchol.
A la vez, su pasión por el tema lo enfrentaría a su propia familia: Larraín Marín -ya casado con la hermana del religioso- era por esos años presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura y tenaz opositor a la reforma. Sobrina del sacerdote, Consuelo Larraín recuerda que su tío “era bien vanguardista, muy metido en política, en la lucha por la justicia social. Unos días antes de morir me dijo una frase que me impresionó: «Yo luché a favor de la Reforma Agraria, a pesar de que toda mi familia tenía campo»“. Pero incluso así la amistad entre el cura y su cuñado nunca se rompió.
Tras el golpe militar, Arroyo partió al exilio en París. Allí oficiaba el servicio en la iglesia de San Eustaquio, que se convirtió en punto de reunión para los chilenos que acudían a las misas dominicales del sacerdote, fueran o no católicos. En ese lugar hubo matrimonios y bautizos. Isabel Araya, Marcel Young y Margarita Gutiérrez son algunas de las personas que ahí estuvieron.
En lo académico, creó el centro de Estudios Cetral, lo que lo acercó, entre otros, a Carlos Ominami.
También se vinculó fuertemente a la Teología de la Liberación, convirtiéndose en uno de sus líderes intelectuales.
En el verano europeo partía a hacer clases a universidades de México, donde también formó otro círculo de amigos, tales como el intelectual socialista Pío García y su esposa Carmen Gloria. Luego se sumarían Carlos Montes y su mujer Gloria Cruz.
Tal vez por el rol cumplido en ambos países, lo llamaban «el capellán de los exiliados».
Al volver a Chile, a fines de los 80, trabajó en Ilades, y desde allí, junto a Fernando Montes, se lanza en la idea de crear una casa de estudios superiores, dando origen a la Universidad Alberto Hurtado. Fue a través de esa iniciativa que se acercó a los empresarios.
Su sobrina Consuelo Larraín cuenta que «el tío Chalo», como le decían en la familia “se dio cuenta de que había que unir los dos mundos, el popular y el empresarial, para que éstos últimos tomaran conciencia de la necesidad de vivir en un país más justo“. De hecho, al mismo tiempo que impulsaba el MBA en la universidad, hacía trabajo pastoral en la Villa Francia, como recuerda Garretón, en cuya casa el cura Arroyo celebró sus 80 años el 2005: “Su idea era vincular el mundo empresarial con la responsabilidad social y por eso creó el MBA“. ¿Habían cambiado a esas alturas sus ideas? “Si alguien después de vivir 40 años no cambia, no es un tipo consecuente, sino un reloj parado. El fue evolucionando en el tiempo y compartió esas reflexiones con sus amigos“, señala el empresario socialista.
En sus últimos meses, el sacerdote tenía en su velador una foto de su madre, un cuadro del Padre Hurtado, un crucifijo y una radio a pilas, porque le gustaba estar informado de toda la actualidad nacional. Incluso preguntaba seguido por el movimiento estudiantil. Llegaba al final una trayectoria que, en la misa fúnebre del martes, el superior de los jesuitas en Chile, Eugenio Valenzuela, resumiría haciendo notar cómo Arroyo pasó “del Grange (su colegio) a la Compañía de Jesús, del sacerdocio al socialismo, del socialismo a la renovación, del exilio y el fracaso a la globalización, intentando comprender los cambios y de nuevo a la economía, ya no agraria sino empresarial”.

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