Natale Amprimo Plá

[Visto: 3817 veces]

Natale Amprimo PláEntrevista de Jaime Cordero- Diario El Comercio
¿El Arzobispado de Lima quiere tomar el control de la PUCP?
No. La universidad está administrada por sus autoridades, elegidas conforme corresponde. Pero al ser pontificia y católica, la Sagrada Congregación para la Educación Católica tiene participación y voz. Por eso la figura del gran canciller, que garantiza los valores católicos, que son los que la universidad busca promover y que motivaron su fundación. En modo alguno puede entenderse esto como interferencia al ejercicio de derecho de cátedra o al manejo de la universidad. Pero sí hay participación de la Iglesia en algunos actos imprescindibles para garantizar esa línea de desarrollo, que la Iglesia busca en una universidad que le pertenece.
¿Elegir al rector no es acaso asumir el control?
Hay que señalar que desde que la universidad se funda le corresponde al arzobispo de Lima ratificar a sus autoridades. Su carta orgánica –es decir, su partida de nacimiento– dice que ninguna designación será válida en tanto el arzobispo no la ratifique. Eso dicen todos los estatutos que fueron modificados en conformidad con la Santa Sede, y no es ajeno a lo que ocurre en otras universidades pontificias y católicas. Lo que se plantea es que la asamblea proponga una terna, que el gran canciller elija a una persona y esta sea sometida a Roma para que sea el Papa el que designe. No es el cardenal el que elige, es el Papa. Aquí lo que se está cuestionando es la autoridad del Sumo Pontífice, lo cual es muy grave, porque todos los católicos le debemos obediencia al Papa.
¿Y si ninguno de los candidatos es del agrado del gran canciller?
Lo que se propone es que hay que elegir entre los tres. ¿Y qué podría pasar si en Roma no lo aprueban al designado? El Papa no es una mesa de partes, emite opinión. Si es rechazado, evidentemente, habría que elegir a otro.
El rector entonces tiene que ser necesariamente católico…
El rector tiene que hacer una profesión de fe, como han venido haciendo todos, salvo los últimos dos, que no han sido ratificados.
¿Un divorciado podría ser rector de la PUCP?
En la medida en que sea católico, yo no veo impedimento. Pero quizá yo no soy la persona más adecuada para contestar la pregunta. Lo que se busca con esta forma de elección es que la persona que dirija la universidad guarde relación con la Iglesia.
¿La universidad ha perdido ese vínculo con la Iglesia?
No creo que se haya perdido del todo, pero si la universidad decide no hacerle caso al Papa, evidentemente se pone al margen de la Iglesia. Esperemos que no se llegue a ese nivel. Hemos demostrado que las observaciones de la Santa Sede no son novedad. Puedo mostrarle cartas del cardenal Vargas Alzamora en las que señala que se está cambiando el estatuto, se está diluyendo la relación con la Iglesia, y que eso no es conveniente. Se ha dicho que la reforma del estatuto contó con el beneplácito de Vargas Alzamora, y eso es falso.
¿En qué momento se empezó a perder el nexo con Roma?
Hay algunos momentos, como cuando el cardenal Landázuri renuncia a ser gran canciller debido a un tema vinculado con un profesor. En esa situación se van avanzando reformas estatutarias. Por ejemplo, la universidad estableció la formación de la asamblea y le dio una participación minoritaria a la Iglesia, que es la institución fundadora, cuando no se puede variar el estatuto sin la aprobación de Roma. De esa manera se fue diluyendo el vínculo, y la Iglesia, con toda paciencia, ha buscado corregir y regularizar. Ha habido autoridades, como el ex rector Guzmán Barrón, que han reconocido la situación irregular y han buscado solucionarla, pero con dilaciones que llevan a pensar que en el fondo no hay ánimo de hacerlo. La carta de Guzmán Barrón es de 1990, han pasado 21 años y la PUCP no se adecúa.
Alumnos y ex alumnos están inquietos con la idea de que si se modifica el estatuto la PUCP se va a convertir en un reducto del catolicismo conservador…
Eso es absolutamente falso. Lo que se quiere es crear fantasmas y miedos para ocultar lo evidente: que las autoridades de la universidad han actuado de forma incorrecta. ¿Se dice que se va a convertir en una universidad del Opus Dei? Pues pregunten si en las universidades manejadas por el Opus Dei hay pluralidad o no. Aquí no van a variar los currículos o los profesores, en absoluto. Más bien, lo que estamos viendo es una universidad que se dice plural y en los hechos no lo es. Convocan a un seminario para discutir el testamento de Riva Agüero e invitan solamente a los abogados que defienden su posición, no a la parte contraria. Pregunte usted si es posible hallar en la universidad la explicación desde el punto de vista eclesiástico del tema estatutario. Es imposible.
Digamos que se llega al extremo de que la asamblea decida renunciar a la condición de católica y pontificia. ¿Qué pasaría entonces?
Si la universidad no acata las decisiones del Sumo Pontífice, la Iglesia tomará acciones en defensa de sus derechos y de su patrimonio. Si la universidad deja de ser católica, bajo mi óptica incurre en causal de disolución. Lo que motivó la fundación de esa universidad es su catolicidad. ¿Podría la asamblea mañana declararse mormona, adventista, musulmana? Es absurdo, no solo desde el punto de vista jurídico, también lógico, elemental. ¿Qué formación jurídica se puede estar dando con ese tipo de declaraciones? Si tuviera un hijo estudiando Derecho en la PUCP, estaría muy preocupado.
¿Qué pasaría con el patrimonio de la universidad?
No se olvide que el Vaticano es un Estado independiente y podría recurrir a los tribunales nacionales o internacionales. Lo que no va a ocurrir es que un grupo de personas se burle del Santo Padre y de la Iglesia Católica.
¿Por qué justo ahora estalla este problema, si durante años se llevó con un perfil más bajo?
No es justo ahora. Han pasado 21 años. No se puede mecer tanto tiempo a la Santa Sede. Durante mucho tiempo han dicho que tienen voluntad de regularizar, han ido estirando el chicle, hasta que ya se rompió.
¿Ha tenido algo que ver el conflicto por el legado de Riva Agüero?
Nada que ver. Ese conflicto lo generó la universidad, por si acaso. Fueron las autoridades de la PUCP las que llevaron el tema al Poder Judicial.
¿Se está honrando el testamento de Riva Agüero?
No, en absoluto. Ni se quiere honrar. Cuando el señor rector le dice al cardenal que para dialogar primero este tiene que renunciar a la sentencia del Tribunal Constitucional, lo que está diciendo es: “No quiero cumplir el testamento de Riva Agüero”.
¿De qué tendrían que hablar el rector y Cipriani, si este problema supuestamente es con el Vaticano?
No se olvide que el representante del Papa en la universidad es el gran canciller.
¿Pero hay margen para negociar o se tiene que acatar nada más lo que dice el Vaticano?
Bueno, hay margen para conversar. Pero si se ponen condiciones absurdas, como la de renunciar a hacer cumplir la sentencia del TC, ¿de qué pluralidad estamos hablando? Hay gente que es plural de la boca para afuera nada más.
¿Tienen algo que temer los profesores, los alumnos?
En absoluto.
¿Nada va a cambiar en la PUCP si se modifica su estatuto?
Nada, nada. Por eso es extraña la reacción de las autoridades. Ahora, cada quien es dueño de sus temores y sus miedos. No sé qué miedos serán. Pero respecto al profesorado y al alumnado, yo más bien creo que las cosas mejorarían.
¿Cómo podrían mejorar?
Por ejemplo, la junta de administración del patrimonio de Riva Agüero podría determinar que lo que producen esos bienes sea utilizado para construir un lugar en el que vivan los alumnos de provincias. Podría establecer un programa de premios a los mejores profesores, para que sean los docentes elegidos por los alumnos los galardonados, y no los amigos de las autoridades. En fin, un sistema distinto.
¿Usted cree que el legado de Riva Agüero no se está usando para fines educativos?
No puedo afirmar eso. Sí le puedo decir que si la junta de administración de los bienes de Riva Agüero funcionara, la persona designada por el cardenal estaría orientada a generar apoyo a los alumnos más necesitados y pensiones más bajas para ese sector. Yo creo que el gran problema de las autoridades de la PUCP es que creen que su universidad es excelente porque no es mala. Y podría ser mejor, muchísimo mejor.
¿Habría sitio para una cátedra de teología de la liberación en la PUCP si cambia el estatuto?
Mire, esa es otra versión equivocada. Se dice que se implantará el oscurantismo, que las mujeres no podrán usar minifalda, que no se podrá mascar chicle. Esas son tonterías. La misma “Ex Corde Ecclesiae” [N. de R.: La constitución apostólica de Juan Pablo II sobre las universidades católicas] admite la posibilidad de discutir incluso ideas opuestas a la concepción católica, evidentemente con respeto.
¿Entonces, todo este conflicto ocurre porque Cipriani es el arzobispo?
No. Esto, ya lo he señalado, no arranca con Cipriani.
Pero los antecesores de Cipriani digamos que se hicieron de la vista gorda…
No. Yo creo que Roma estaba al tanto, pero creía que las demoras eran de buena fe, naturales. La realidad es que es evidente la voluntad de no cumplir. Ya se acabaron todos los cuentos. Ahora tienen que acatar.
¿Hay antecedentes de otras universidades a las que el Vaticano haya retirado la condición de católicas?
Sí, sí hay.
¿Y en esos casos la universidad se disuelve?
Depende de lo que decida la Iglesia. Y dependerá de si es una universidad ligada desde su fundación a la Iglesia, como es el caso de la PUCP. La PUCP no es pontificia y católica porque está inscrita así en Indecopi, como se ha dicho por ahí, con bastante orfandad jurídica. Lo es por su naturaleza. Esos no son títulos que uno puede cambiar como si fueran chapitas.
¿Entonces, podría suceder que el Vaticano disuelva la universidad, si la asamblea no acepta los cambios?
Bueno, podría… mire, no quiero cruzar el puente antes de tiempo. Lo que puedo decir es que, si la universidad no acata lo que dice Roma, tenga la plena seguridad de que la Iglesia hará valer sus decisiones. Tiene los caminos legales y sabe cómo actuar.

Pepi PatrónPepi Patrón
Diario 16- Entrevista Diego Hernández
Todos los sectores de la PUCP se han manifestado en contra de modificar los estatutos, ¿qué va a pasar después del viernes 23?
Nos están pidiendo, por ejemplo, que el Gran Canciller sea el que elija a nuestro rector. Pero tu lees toda la Constitución Ex Corde Ecclesiae a la que se supone nos estamos adecuando y en ningún lugar de todo ese mamotreto dice tal cosa. O sea, nos piden que vayamos más allá de la propia Constitución Apostólica.
De no adecuar los estatutos, ¿se puede quitar ‘Pontificia’ y ‘Católica’?
Sí, de poder, ambos (El Vaticano y Cipriani) podrían hacerlo.
¿Se imaginan sin nombre?
Hemos pensado en eso. No queremos apresurarnos, pero es una posibilidad. Lo que sí tenemos claro es que el cambio de nombre, en el caso que le quiten uno o dos adjetivos, no significa cambiar nuestra naturaleza.
¿No habrá diálogo?
Nos encantaría, y te lo digo con toda franqueza, ir a El Vaticano y decirles por qué no queremos cambiar nuestros estatutos. Lo que pasa es que ahorita, él (Cipriani) nos manda la propuesta de El Vaticano con su logo. Entonces nos está diciendo: “Ustedes a El Vaticano, nada, ustedes hablan conmigo”.
Entonces, no habrá diálogo con Cipriani de acá al viernes 23…
Muy difícil. Después de 12 años de acoso, de escribir en todos nuestros títulos de propiedad la sentencia del TC, cómo te invita al diálogo alguien que te ataranta con todos los mecanismos posibles.
¿Es algo personal de Cipriani?
Yo no sé. O quizás es costumbre y pasa en otras universidades. Pero no hay nada en la propia Constitución que nos pida eso. Una de las propuestas de la reforma es que el Arzobispo de Lima pueda cuidar de la buena conducta moral de los profesores, de los estudiantes y de los trabajadores administrativos. Entonces, cuando miras la carta que envió el obispo de Arequipa, Javier del Río, te dice “este profesor es feminista, qué hace enseñando ahí”. Y Del Río es uno de los que el cardenal Cipriani menciona como alguien con el que podemos dialogar.
¿Por qué se produjo ese enfrentamiento mediático entre el rector Rubio y el cardenal Cipriani?
Recibimos la propuesta de El Vaticano, la guardamos y citamos a una asamblea. Ese día se lo entregamos a los 78 miembros; fue un viernes. Pero ese día en la edición de El Comercio ya estaba todo y nos molestó mucho. No fuimos los que iniciamos la cosa mediática.
Fue Cipriani entonces…
Obviamente, porque de nuestro lado solo cuatro personas sabían del tema.
¿Todo el alboroto mediático había sido bien planificado por Cipriani?
Ha habido de parte del equipo de abogados del cardenal una presión mediática. Nosotros todavía estábamos discutiendo en la asamblea y ya estaban Natale Amprimo y Fernán Altuve declarando en la radio que éramos un bien eclesiástico y el padrecito Gaspar igual. Estaba todo planificado y organizado.
¿Hay algo de verdad en lo que dice Cipriani o son puros disparates?
Hay un tema que es discutible y por eso estamos en un juicio que es la interpretación testamentaria de Riva Agüero. Nosotros decimos que nos hace propietarios absolutos y hay otro testamento que dice que debe ser propiedad de una junta administradora. Afirman que somos un bien eclesiástico. Eso sí es jalado de los pelos. Decir que nos van a disolver, que nos van a quitar nuestros bienes, que devolvamos los edificios, no, pues.
¿Desde cuándo empieza el problema con el cardenal?
Mira, a Cipriani lo nombran obispo de Lima y, por lo tanto, Gran Canciller de la Católica en diciembre de 1998, y ahí comienza el tema de los estatutos, de la junta administradora. Dijo un par de años antes cuando todavía era obispo de Ayacucho que “el gobierno militar de Velasco le quitó la PUCP a la Iglesia y yo la voy a recuperar”. Nos llamó mucho la atención porque el gobierno de Velasco no confiscó nada. Entonces ya había algo extraño ahí.
¿Qué significó esa declaración?
Eso fue como una especie de declaración de guerra anunciada sin ser todavía Arzobispo de Lima ni Gran Canciller. Creo que tiene que ver con la orientación ultraconservadora que Cipriani representa en el Perú y en el mundo. El Opus Dei es uno de los sectores más conservadores de la Iglesia. Si tú ves, los grupos que lo apoyaron el año pasado en una carta son el Sodalitium Vitae, con problemas de pedofilia y corrupción, los Neocatecúmenos, la Iglesia Santa y Avanzada Católica, que son ultraconservadores.
¿Cómo te imaginas a la PUCP bajo el poder de Cipriani?
Mira, ya tenemos una lista de 7 profesores que tendrían que salir volando, según el obispo Del Río, y tú te imaginas en una universidad gobernada por el Opus Dei si va a haber un colectivo de gays estudiantiles o un diploma de género, imposible. Yo me imagino eso y me dan ganas de llorar. En una universidad del Opus Dei yo no quepo, ni cabe el diploma de género, ni cabe el sindicato.
¿Tú le crees algo cuando sale a hablar por los medios de comunicación?
No le creo nada. O sea, le creo que tiene fe, le creo que es sacerdote. Pero cuando dice con cara de puchero que quiere dialogar, no le creo. En mi opinión, no se comporta como un pastor de la Iglesia, pues usa un programa de radio para decirle ladrón al rector.

Puntuación: 4.97 / Votos: 77

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *