El cuestionado ‘operador político’ disfrazado de periodista Gustavo Gorriti, durante los últimos años ha detentado una oscura posición de poder que maneja a fiscales supremos y a otros agentes estatales, a través de su ONG IDL-Reporteros, que ha recibido financiamiento millonario no solamente del mayor accionista de Graña & Montero (hoy con el nombre de AENZA, a través de SF Management) la ‘Open Society Foundations’ de George Soros, sino también de la “desactivada” USAID.
Tras la publicación de Diario UNO, basada en la tenaz investigación de Gino Román, surge la pregunta, ¿por qué los traficantes de armas de Israel eligieron a Gustavo Gorriti y su familia para hacer negocios? El caso de Gorriti es más grave de lo que parece, no solo porque miembros de IDL como Gino Costa y Carlos Basombrío fueron ‘colocados’ estratégicamente como ministros del Interior por distintos gobiernos; sino porque implica a un miembro de su familia y a sus amigos más cercanos.
Israelí Leonardo Gleser amigo de Gorriti
Gustavo Gorriti es amigo de Leonardo Gleser, desde hace más de 40 años. Este dizque experto en seguridad es un ciudadano de doble nacionalidad, israelí y argentino y práctica judo todos los fines de semana con el director de IDL-Reporteros. El propio Gorriti lo afirmó en un artículo de IDL.
Como se recuerda, hace un año la vivienda de Leonardo Gleser fue alcanzada por un misil de Irán que atacó objetivos en Israel. Sin embargo, él y su familia sobrevivieron, pero ¿por qué Irán atacó la casa de Gleser? Sucede que Leonardo Gleser es un ‘alias’ para Leo Gleser, quien es un traficante de armas a nivel mundial, dueño de ISDS Ltd. (International Security and Defense Systems), una compañía con matriz en Israel y sedes en todo el mundo.
Irán había identificado la casa de un traficante de armas, en Tel Aviv, muy cerca del aeropuerto. Este sionista, bajo la fachada de abuelo amoroso, brinda capacitaciones en métodos de tortura, vende software a gobiernos autoritarios para hackear a investigadores independientes y trafica armas de forma legal e ilegal a quien quiera comprarlas.
Si uno indaga por el nombre de Leo Gleser o Leonardo Gleser, varias publicaciones nacionales e internacionales indican que se trata de un traficante de talla mundial. Ha vendido armas a Honduras, El Salvador, España, México y recientemente fue detenido en Gabón, África Central, en una operación del FBI por sobornar a ministros de Interior y Defensa de diversos países. No solo él fue detenido; también su gerente en Perú, Saúl Michkin Chlimper.
Hija de Gorriti trabajó para Gleser
Si bien Gorriti trató de hacer un intento de disclaimer en sus artículos, olvidó mencionar que su hija, Edith Gorriti, estaba en la planilla de ‘International Security and Defense Systems’, (ISDS), la empresa de Leo Gleser, que como fachada se encarga de la seguridad de megaeventos deportivos, como mundiales de futbol y olimpiadas. Hace algunos años, Wikileaks filtró un correo dirigido a la hija de Gustavo Gorriti, quien trabajaba para el traficante de armas israelí.
El correo indica que los representantes de Leo Gleser coordinaban una reunión en España con ‘The Hacking Team’, la mayor empresa proveedora de software espía de España, para agregar sus servicios a su cartera de clientes. Es que ISDS no solo vende armamento; también recomienda y revende productos de otras empresas como IWI, (quien tiene convenio con FAME en Perú) IMI, Septier, Smith & Wesson y The Hacking Team.
Tras revisar el historial de la página web de la empresa ‘International Security and Defense Systems’ (ISDS), se puede visualizar que durante los años 2010 al 2015, Edith Gorriti figuraba en la sección de equipo como Jefa de Proyectos. Su correo con la arroba de ISDS fue incluido en los correos filtrados por Wikileaks.
Pero no solo la hija de Gustavo Gorriti trabajó para esta empresa. Revisando en años anteriores, figura que Edith Tsouri también cumplió la función de Edith Gorriti. Edith Tsouri es hija de Shay Tsouri, esposo de Edith Gorriti; es decir, se puede deducir que habría una conexión más cercana entre la familia Gorriti y el negocio de armas.
ISDS hizo negocios con gobiernos de Perú
Los contratos de ‘International Security and Defense Systems’ (ISDS) en Perú no son nuevos. Desde principios de la década de 2000, desde el mandato de Alejandro Toledo esta empresa ha estado involucrada en múltiples contratos con el Estado, especialmente en la adquisición de equipamiento para las fuerzas del orden. Entre los productos más destacados que ISDS ha vendido en Perú se encuentran: -Vehículos blindados para la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas para que realicen operativos de alto riesgo.
– Chalecos antibalas: Distribuidos a unidades especiales y policías en zonas de conflicto.
– Cascos y equipos de protección: Adquiridos en grandes cantidades durante los gobiernos de Alejandro Toledo y Ollanta Humala.
Sin embargo, no todas estas compras han estado exentas de controversia. Informes de la Contraloría General de la República han señalado irregularidades en los procesos de adquisición, incluyendo la manipulación de términos de referencia y la falta de transparencia en las licitaciones. En algunos casos, estos contratos han sido anulados debido a sospechas de sobreprecios y favoritismo.
Miembros de IDL se convirtieron en ministros
Uno de los aspectos más preocupantes de esta historia es el papel que han jugado exmiembros de IDL en la facilitación de estos contratos. Durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006), Gino Costa, director de IDL Seguridad Ciudadana, fue nombrado Ministro del Interior. Bajo su gestión, se realizaron varias compras de equipamiento a empresas vinculadas a ISDS. Luego, durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), Carlos Basombrío, fundador de IDL, también fue puesto en el mismo cargo como titular del Mininter. Durante su gestión, se continuó con la adquisición de armamento y equipos de seguridad, muchos de los cuales provenían de empresas israelíes representadas por ISDS.
Chávez Cresta y Santiváñez compraron miles de Fusiles Arad 5 y 7
Uno de los casos más recientes y polémicos es la compra sin licitación de 7,000 fusiles ARAD 5 por parte del Ministerio del Interior comandado por Juan José Santiváñez, en pleno mandato de Dina Boluarte. Pero en 2023, el entonces ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta, también fue el responsable de la adquisición de 10,000 fusiles de asalto IWI ARAD 7 de 7.62 x 51 mm. por el Ejército del Perú. Lo que generó que sea cuestionado en la Comisión de Fiscalización del Congreso.
Estos fusiles, fabricados por FAME (Fábrica de Armas del Ejército), son en realidad una versión local del fusil israelí IWI Tavor, representado en Perú nada menos que por ‘International Security and Defense Systems’ (ISDS) del israelí Leo Gleser. Este contrato ha sido criticado por la falta de transparencia y por el hecho de que FAME parece estar siendo utilizada como una fachada para ocultar el convenio entre el ejército peruano e IWI, la empresa más grande de armamento de Israel.
La conexión de Gustavo Gorriti con el tráfico de armas no es nueva; sin embargo, un gran grupo de aliados en el mundo de las comunicaciones callan y forman grandes cruzadas para hacer creer que la ONG IDL, es un medio de comunicación independiente que únicamente ejerce periodismo.
Fuente: LimaGris.com
Tráfico de armas
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