Patriarca ucraniano en Washington
El arzobispo Sviatoslav Shevchuk describió la deportación forzada de niños ucranianos como “uno de los crímenes más horribles de esta guerra“.
Por Madalaine Elhabbal/CNA.
El jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, durante una visita a Washington DC, esta semana, abogó por una paz duradera en Ucrania “que no apacigua a los dictadores”, mientras Estados Unidos inicia negociaciones con Rusia.
“Los objetivos de Putin son claros: quiere borrar a Ucrania, a su gente y a su iglesia”, afirmó el arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuk durante una mesa redonda en el Instituto Hudson.
“Si Rusia logra ocupar Ucrania, nuestra iglesia no sobrevivirá. Para nosotros es una cuestión de vida o muerte”, afirmó el arzobispo Shevchuk.
Continuó: “La historia nos enseña que cada vez que Rusia toma el control de territorios con católicos orientales, los obliga a unirse a la Iglesia Ortodoxa Rusa, los empuja al exilio o los envía a perecer en campos de prisioneros”.
La visita del arzobispo Shevchuk se produce en un momento en que la administración Trump comienza a abrir canales diplomáticos con Rusia en un intento por poner fin a la guerra en Ucrania. Los principales diplomáticos estadounidenses y rusos se reunieron en Arabia Saudita, lo que marcó la primera comunicación importante entre Washington y Moscú desde el inicio de la guerra hace tres años. Los diplomáticos ucranianos fueron notablemente excluidos de la reunión.
Durante el debate, en el que también participaron el arzobispo metropolitano de Filadelfia, Borys Gudziak, y el arcipreste Marc Morozovich, el arzobispo Shevchuk advirtió del peligro que corre Ucrania y otras naciones si Ucrania es ocupada por Rusia.
“Buscamos una paz justa, no un alto el fuego temporal que permita al agresor regresar más fuerte”, dijo el arzobispo Shevchuk durante el debate.
Shevchuk afirmó además que los países bálticos, Polonia, Georgia, Armenia y otros países de Asia central también correrían peligro de ser ocupados si Rusia triunfa sobre Ucrania. “Putin quiere reconstruir el Imperio ruso: si Ucrania cae, otros serán los siguientes”, afirmó.
“No podemos permitirnos el lujo de ser ingenuos”, continuó. “Como advierte el apóstol Pablo: ‘Mientras la gente dice paz y seguridad, de repente les sobreviene una calamidad’”.
El presidente Donald Trump señaló recientemente la intención de su administración de retirar definitivamente el apoyo estadounidense a Ucrania. En una publicación en las redes sociales, dijo que el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, a quien describió como un “comediante de éxito moderado“, había manipulado a Estados Unidos para que gastara 350 mil millones de dólares “para entrar en una guerra que no se podía ganar“.
Trump echó además la culpa de la duración del conflicto y el número de muertos a Zelensky, afirmando que el presidente ucraniano “ha hecho un trabajo terrible”, dejando a su país “destrozado”.
El arzobispo Shevchuk expresó que creía que las declaraciones de Trump reflejan “los puntos de discusión de la propaganda rusa” y que el futuro de Ucrania, y el de la iglesia, dependen de una paz duradera.
Citó el ejemplo de cómo en diciembre de 2022 las autoridades rusas declararon ilegal a la Iglesia greco-católica ucraniana, proscribiendo Cáritas Ucrania y los Caballeros de Colón. También habló de dos sacerdotes ucranianos que sufrieron “brutales torturas” a lo largo de 18 meses de cautiverio ruso. Su liberación, dijo, fue “gracias al esfuerzo especial y la mediación de la Santa Sede”.
“Pero al menos otros diez, protestantes, pastores, están en las mismas condiciones y están siendo torturados ahora mismo, en este momento. Tenemos que recordarlos y alzar la voz para que sean liberados”, señaló.
“A pesar de la propaganda rusa que afirma falsamente que Ucrania suprime la libertad religiosa, la verdad es todo lo contrario”, continuó el arzobispo Shevchuk. “Ucrania garantiza la libertad religiosa, permitiendo que todas las confesiones se practiquen libremente. Mientras tanto, en los territorios ocupados por Rusia, los grupos religiosos que no están alineados con la Iglesia Ortodoxa Rusa son perseguidos”.
El arzobispo Shevchuk describió la deportación forzada de niños ucranianos como “uno de los crímenes más horribles de esta guerra”.
“Miles de niños han sido sacados de los territorios ocupados y colocados en familias rusas, orfanatos o en los llamados campos de reeducación”, dijo. “A estos niños se les obliga a olvidar su identidad ucraniana; muchos ni siquiera han regresado de Rusia. A muchos incluso se les dan nuevos nombres”.
“Cada niño deportado representa otra familia destrozada por la guerra”, reflexionó Monseñor Shevchuk.
Para poner fin a la guerra en Ucrania, dijo, Ucrania “debe tener una estrategia clara para la paz, una que no apacigüe a los dictadores”.
El patriarca ucraniano comparó el concepto político ruso “Ruskiy Mir” (Mundo Ruso) con el del islamismo radical. “La ideología del ‘mundo ruso’ es el yihadismo ruso”, afirmó. “Toda la ideología de la guerra consiste en volver a los tiempos de la Unión Soviética”.
Para que esto ocurra, dijo el arzobispo Shevchuk, los ucranianos tendrían que regresar “a las catacumbas”.
Paula White, pastora pentecostal, de la Oficina de Fe en la Casa Blanca, escucha a Shevchuk y los obispos grecocatólicos de Ucrania UGCC.UA
Shevchuk, líder católico, aboga en la Casa Blanca por los evangélicos ucranianos detenidos por Rusia
Los obispos grecocatólicos piden que el alto el fuego incluya libertad religiosa en las zonas ocupadas
Por Pablo J. Ginés– Religión en Libertad.
En los territorios de Ucrania ocupados por Rusia no puede operar ningún clérigo católico, ni de rito griego ni latino. También han sido detenidos numerosos pastores evangélicos.
Sviateslav Shevchuk, el arzobispo mayor de los grecocatólicos ucranianos, lleva varios días de viaje por Estados Unidos y Canadá, hablando en iglesias y universidades. Ha visitado en Washington la Oficina de Fe de la Casa Blanca, un despacho consultor en una sala al lado de la del Presidente Trump. Allí ha hablado especialmente a favor de los pastores protestantes detenidos por Rusia.
“Gracias a la mediación de la Capital Apostólica [la Santa Sede romana], logramos liberar a nuestros padres Ivan Levytskyi y Bohdan Geleta, pero los pastores protestantes no tienen a nadie que hable por ellos al más alto nivel”, ha declarado Shevchuk, recordando a los dos sacerdotes redentoristas de Berdiansk, presos durante año y medio, uno de los cuales ejerció su ministerio durante 4 años en Barcelona y Tarragona. “Por eso me convertí en su abogado [de los protestantes detenidos] ante la jefa de la oficina, pidiendo su liberación”, explicó Shevchuk en la web de la Iglesia Grecocatólica.
En la Casa Blanca recibió a Shevchuk la jefa de la oficina, Paula White-Cain, pastora pentecostal, telepredicadora, promotora de la “teología de la prosperidad” (corriente que critican muchos otros carismáticos, católicos y protestantes), dos veces divorciada, tres veces casada y principal asesora espiritual de Trump desde hace más de 20 años. Él la colocó en esa oficina en su mandato anterior y la ha devuelto al cargo desde el 6 de febrero.
La Oficina, con distintos nombres y atribuciones, la creó George W. Bush, y la han mantenido con modificaciones en sus funciones los presidentes Obama y Biden. La función actual de la Oficina de Fe es “asistir a las entidades religiosas, organizaciones comunitarias y centros de culto en sus esfuerzos por fortalecer a las familias estadounidenses, promover el trabajo y la autosuficiencia y proteger la libertad religiosa”.
Acompañaron a Shevchuk 4 obispos grecocatólicos que residen en EEUU: el arzobispo Borys Gudziak, de Filadelfia, Pavlo Khomnytsky, eparca de Stamford, Benedict Alexiychuk, de Chicago, y Bohdan Danylo, obispo de la diócesis de San Josafat (cubre 12 estados del este de EEUU).
“Hablamos de la cuestión de la libertad religiosa en Ucrania, particularmente en los territorios ocupados. Hice una breve explicación de la historia de libertad religiosa en Ucrania después de la caída de la URSS y expliqué que para los cristianos ortodoxos, católicos, protestantes, judíos y musulmanes, la existencia del Estado ucraniano garantiza la libertad religiosa. En cambio, regresar a la Unión Soviética, que Putin pretende restaurar, significa regresar a las catacumbas y destruir nuestra Iglesia“, explica Shevchuk, como pastor de unos 6 millones de grecocatólicos.
Paula White y su adjunta Jennifer Korn escucharon con atención y supieron de la situación en los territorios ocupados por Rusia tal como los conocen los grecocatólicos, que hablan regularmente con otras denominaciones: destrucción de iglesias, confiscación de edificios, pastores detenidos…
Los obispos grecocatólicos piden que el acuerdo que detenga la guerra incluya el respeto de los derechos humanos, el derecho internacional y garantías de libertad religiosa en los territorios ocupados.
Los obispos grecocatólicos también hablaron del enorme esfuerzo de ayuda humanitaria y caritativa de las iglesias y organizaciones cristianas en Ucrania durante estos tres años de guerra.
Paula White y su ayudante Jennifer Korn con Shevchuk y los obispos grecocatólicos en la Oficina de Fe de la Casa Blanca
“Esperamos que ahora que esta oficina está ubicada directamente en la Casa Blanca, al lado de la oficina del Presidente, la atención de la nueva administración a la libertad religiosa, particularmente en Ucrania, sea del más alto nivel”, explicó Shevchuk, que regaló a White su libro entrevista con el periodista católico norteamericano John Burger y la invitó a visitar Ucrania.
La Iglesia Católica de rito griego (a la que pertenecen entre un 10 y 12% de los ucranianos), dijo Shevchuk, se ofreció a colaborar con esta oficina de la Casa Blanca para informar al mundo de que la ocupación rusa en Ucrania, hoy por hoy, significa persecución religiosa contra todas las confesiones.
Melitópol: volvieron los nombres comunistas, confiscaron la iglesia evangélica
Melitópol es una de las ciudades ocupadas por Rusia donde han vuelto “los viejos tiempos“. Con el nuevo gobierno ruso, la Plaza de la Catedral volvió a llamarse, como en la URSS, Plaza de la Revolución, y la Avenida Ucraniana pasó a llamarse Avenida Soviética. La calle Mikhail Grushevsky (era procomunista, pero aún así en una purga Stalin lo exilió a Moscú, donde murió) volvió a dedicarse a Carlos Marx. En varios monumentos recuperaron las banderas de la hoz y el martillo.
Iglesia Gracia, en Melitópol, protestante, desde septiembre de 2022 confiscada, los rusos retiraron la cruz y la decoraron con militares
El pastor Ihor Ivashchuk, hoy desplazado en Kiev, era el líder de la Iglesia Gracia, en Melitópol, una iglesia evangélica con más de cien años de historia, incluyendo muchos años de vida cristiana clandestina frente al comunismo. En un reportaje para la CNN en diciembre de 2024, explicó cómo el 11 de septiembre de 2022 entraron más de 15 hombres armados y enmascarados en pleno servicio religioso, empujaron a los fieles contra una pared, registraron el edificio y tomaron huellas a doscientas personas, incluyendo ancianos. Dejaron ir a la mayoría, pero durante horas interrogaron al pastor.
“No dejaban de preguntarme quién nos controla, no podían entender que una iglesia puede ser independiente. Insistían en que trabajábamos para los americanos, que los americanos nos daban dinero y nos lavaban el cerebro y nos pagaban para oponernos a Rusia“, explicó este pastor evangélico.
El edificio de la Iglesia Gracia fue confiscado por las nuevas autoridades, quitaron la cruz del tejado, lo convirtieron en un centro administrativo y lo decoraron con imágenes de militares del nuevo régimen. Allí ya no se alaba a Jesucristo ni se lee la Palabra de Dios, se sirve a los nuevos gobernantes políticos.
Los cristianos de esta comunidad se han dispersado por todo el mundo. Quedan unos pocos que mantienen el culto en secreto, en grupos muy pequeños y reuniones escasas, sintiéndose vigilados y procurando no llamar la atención.
Estos son los crímenes de guerra que comete Rusia contra Ucrania