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En Alemania hay poco más de 20 millones de católicos (24% de la población). De ellos, poco más de 1.2 millones de personas asisten a un servicio religioso los domingos.
Debacle en la Iglesia del camino sinodal alemán: 38 ordenados en 2023 y los bautismos en picada
Por José María Carrera– ReligiónEnLibertad.com
Continua la debacle de la Iglesia del llamado “camino sinodal” en Alemania: se han publicado las Estadísticas de la Iglesia en el año 2023 y los datos no son esperanzadores, emulando la tendencia generalizada a la baja de los últimos años. Pueden consultarse íntegramente en la página de los obispos alemanes.
De este modo, y según recoge el portal Kath.net, dichas estadísticas arrojan una cifra de bautismos sensiblemente menores que los ya escasos dados en 2022: de 155,173 entonces se ha pasado a 131,245, unos 24,000 menos en solo un año.
La tendencia en los matrimonios es similar, pasando de los 35,467 a los 27,565, lo que para la Conferencia Episcopal Alemana supondría “un ligero descenso“.
Las primeras comuniones han caído de las 162,506 en 2022 a las 151,835 el año pasado.
La situación, recoge Kath, es similar en lo tocante a las confirmaciones, que pasan de casi 111,000 a cerca de 106,000.
Uno de los pocos indicadores que parece incrementarse es la asistencia a servicios religiosos, lo que se ve ensombrecido por el hecho de que tan solo el 6.2% de los católicos acude a misa los domingos.
En la diócesis de Ratisbona la asistencia a los servicios religiosos es del 9,9%, significativamente mayor que en otras diócesis como Passau (7%), Colonia (5%) o Limburgo, donde esta cuestión ni siquiera mencionó en los comunicados de prensa.
38 nuevos sacerdotes en un año
Las parroquias también se reducen, pasando de 9624 a 9418. También los sacerdotes, que pasaron de casi 12,000 a apenas los 11,700 en solo un año. Algo que se explica en parte por las ordenaciones sacerdotales, que en 2023 fueron solo 38 en todo el país.
A modo comparativo, las que se dieron en Francia en 2023 fueron 88 y este año se esperan 105. En España, en 2023 fueron 79 los nuevos sacerdotes, unas cifras que pese a seguir también una tendencia a la baja, doblan las alemanes.
Según Kath, los teóricos 30 millones de personas que se declaran católicos en Alemania contrastan con el 2% de los mismos que practica la fe.
Comparativamente destaca Austria, donde según Kath se realizarán 20 ordenaciones en 2024 (algo más de la mitad que en Alemania), pero con una población de menos de 4.7 millones de católicos, de los cuales menos del 10% va a misa los domingos.
Como indicador positivo, en 2023 fueron menos los que abandonaron la Iglesia: si aquel año se dieron poco más de 400,000, el anterior fueron más de medio millón de fieles -522,821- los que lo hicieron.
Formalmente, en Alemania hay poco más de 20 millones de católicos (24% de la población). De ellos, poco más de 1.2 millones de personas asisten a un servicio religioso los domingos.
Reunión entre la Curia Romana y los obispos alemanes sobre sinodalidad
Comunicado conjunto de la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Alemana: continúa el diálogo iniciado en 2022. En el centro de las conversaciones está el acuerdo de marzo para elaborar formas concretas de ejercicio de la sinodalidad en la Iglesia en Alemania.
De acuerdo con los deseos del Papa Francisco, representantes de la Curia Romana y de la Conferencia Episcopal Alemana se han reunido en el Vaticano para proseguir las conversaciones. Continúa así el diálogo, que comenzó con la visita ad limina de los obispos alemanes en noviembre de 2022 y continuó hasta la última reunión del 22 de marzo de 2024.
Formas concretas de ejercer la sinodalidad
El diálogo, que duró todo el día, se caracterizó una vez más por un ambiente positivo, abierto y constructivo. La base fue el acuerdo del 22 de marzo de 2024, que prevé la elaboración de formas concretas de ejercicio de la sinodalidad en la Iglesia en Alemania, de acuerdo con la eclesiología del Concilio Vaticano II, las disposiciones del Derecho Canónico y los frutos del Sínodo de la Iglesia universal que se presentarán a la Santa Sede para su aprobación (recognitio).
La reunión del Comité del Sínodo
En el intercambio, los obispos informaron sobre la última reunión del Comité del Sínodo -un órgano de trabajo temporal- en la que se debatieron los fundamentos teológicos y la posibilidad de la realización jurídica de un órgano sinodal nacional. La reunión se centró en la relación entre el ejercicio del ministerio episcopal y la promoción de la corresponsabilidad de todos los fieles y, en particular, en aspectos de derecho canónico para el establecimiento de una forma concreta de sinodalidad en la Iglesia en Alemania. Se comparte el deseo y el compromiso de reforzar la sinodalidad en la vida de la Iglesia con vistas a una evangelización más eficaz.
Cambios en la propuesta de un órgano sinodal nacional
Una Comisión creada por el Comité sinodal -prosigue el comunicado- tratará las cuestiones de la sinodalidad y de la estructura de un órgano sinodal. Trabajará en estrecho contacto con una Comisión similar compuesta por representantes de los Dicasterios competentes para elaborar un proyecto. Para los representantes de la Curia Romana se plantearon dos aspectos importantes: desean que se modifique el nombre y varios aspectos de la propuesta formulada anteriormente sobre un posible órgano sinodal nacional. En cuanto a la ubicación de este órgano, hay acuerdo en que no esté ni por encima ni al mismo nivel que la Conferencia Episcopal.
Las próximas conversaciones tras el Sínodo
También se trató la cuestión de la futura composición de la delegación de la Conferencia Episcopal Alemana en el diálogo entre representantes de la Curia Romana y de la propia Conferencia Episcopal. Las conversaciones continuarán tras la conclusión del Sínodo de la Iglesia Universal y se tratarán también otros temas antropológicos, eclesiológicos y litúrgicos.
Participantes
Por la Curia Romana, estuvieron presentes los cardenales Victor Manuel Fernández, Kurt Koch, Pietro Parolin, Robert F. Prevost OSA, Arthur Roche y el arzobispo Filippo Iannone. En nombre del episcopado alemán, intervinieron los obispos Georg Bätzing, Stephan Ackermann, Bertram Meier y Franz-Josef Overbeck, respectivamente presidente de la CEA y presidente de las Comisiones Episcopales para la Liturgia, para la Iglesia Universal y para la Fe, así como la secretaria general, Beate Gilles, y el portavoz de la Conferencia Episcopal, Matthias Kopp.
Fuente: Vatican News.Cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston.
LAS MUJERES ABUSADAS SOLICITAN A LOS OBISPOS QUE RETIREN SUS MOSAICOS
El cardenal O´Malley reclama al Vaticano que no use imágenes de Rupnik
Las mujeres que fueron abusadas por Rupnik han pedido por carta a obispos de todo el mundo que reitren sus mosaicos de las iglesias. El cardenal O’Malley ha reclamado al Vaticano que deje de usar sus imágenes en la web de Vatican.news
Cinco mujeres que aseguran haber sido víctimas de abusos por parte de Rupnik enviaron cartas a obispos católicos de todo el mundo pidiéndoles que retiraran sus mosaicos de sus iglesias, afirmando que su exhibición continuada en lugares de culto era «inapropiada» y «traumatizante» para ellas y el resto de víctimas.
Por su parte, el cardenal Sean O’Malley, jefe de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, envió su propia carta instando al Vaticano a dejar de exponer las obras de Rupnik. Dijo que el uso continuado de las obras ignora el dolor de las víctimas y podría implicar una defensa del sacerdote esloveno, según informa la propia comisión en su sitio de internet
De esa manera, el cardenal norteamericano responde a las tesis del Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, que recientemente justificó que se usen imágenes de obras de Rupnik en la web de Vatican.news
Denunciado por abusos
En 2021, un grupo de monjas de la comunidad de Loyola acusaron a Rupnik de abuso sexual y psicológico durante la década de 1990. Sin embargo, tras una investigación, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano determinó que las acusaciones contra Rupnik habían prescrito. Rupnik fue expulsado de la orden jesuita en junio pasado. En octubre, el Papa pidió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que revisara el caso de Marko Rupnik, y decidió levantar el estatuto de limitaciones para permitir una investigación.
Dos exmonjas de la comunidad de Loyola compartieron su historia públicamente en una rueda de prensa el pasado 21 de febrero. Las otras tres presuntas víctimas de Rupnik incluyen a dos exmonjas y una que todavía es monja.
La agencia de noticias italiana Ansa informa que una de ellas relata su relación con Rupnik, la cual se intensificó con el tiempo y luego estuvo marcada por un acoso constante en el trabajo.
Otra víctima se unió a la comunidad de Loyola en Eslovenia en 1990, a la edad de 24 años. También describe un patrón de violencia gradual, manipulación, acoso psicológico y amenazas. Entre otras cosas, menciona que Rupnik le rompió un dedo para demostrar su superioridad sobre ella. Esta monja dejó la comunidad en 1998.
La tercera presunta víctima, según la agencia, conoció a Rupnik en 1980. En su denuncia, también detalla presuntos actos de violencia sexual y las constantes agresiones.
Fuente: Infocatolica.com
Mafioso al descubierto
Becciu fue condenado en diciembre del año pasado por múltiples delitos financieros, tras un juicio que duró dos años y medio.
En una nueva entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera, el cardenal insistió en que su condena es una injusticia que “clama al cielo por venganza” y dijo que si bien se había convertido en un “leproso” público durante el juicio, en realidad había recibido garantías privadas de apoyo de otros cardenales.
Becciu también habló sobre su controvertida e ilegal grabación de una llamada telefónica privada con el Papa Francisco durante el juicio, lo que calificó como un acto de “desesperación”. Becciu siempre ha afirmado su inocencia, y las audiencias de apelación en el caso -que condenó a nueve personas, incluido el cardenal- están previstas para comenzar a finales de este mes.
Durante la entrevista, parte de la última campaña mediática del cardenal antes de sus audiencias de apelación, Becciu afirmó que había sido “defraudado por casi cuatro años de honor, ministerio episcopal y serenidad”.
“La Biblia dice que no se debe dejar que el sol se ponga sin que los pobres defraudados sean juzgados. Se consideraba un pecado que clamaba venganza ante Dios”, afirmó Becciu.
El cardenal también dijo que el Vaticano debería haber hecho más para proteger sus derechos, especialmente como testigo del Evangelio.
“Lo lamento, pero el Vaticano, con el proceso contra mí, ha perdido una oportunidad única de mostrar al mundo cómo administrar justicia en el respeto de los derechos de los acusados”, afirmó Becciu, aprovechando la ocasión para señalar que, si bien él ha sido condenado por numerosos delitos, su ex adjunto en la Secretaría de Estado y testigo clave de la acusación, Monseñor Alberto Perlasca, ha sido restituido en su puesto en la curia.
“Me dolió que me presentaran como un ‘cardenal de negocios’”, afirmó Becciu. “No lo soy. Jamás ha entrado un solo centavo en mis bolsillos y el proceso lo ha demostrado ampliamente. No he deshonrado al Vaticano, he dado mi vida por la Iglesia sirviéndola en todo el mundo, en las distintas nunciaturas, con dedicación y compromiso”.
Durante el juicio, los fiscales presentaron documentos -aceptados por Becciu- que demuestran que el cardenal envió más de un millón de euros de dinero de la Iglesia a miembros de su propia familia y a Cecilia Marogna, su autodenominada “espía privada”.
Becciu afirma que Marogna recibió órdenes papales secretas de negociar la liberación de una monja secuestrada en Mali, pero se descubrió que había gastado el dinero en alojamiento de lujo y artículos de diseño. Marogna ha afirmado por separado que preparó “dossiers” con información comprometedora para Becciu sobre altos funcionarios de la curia.
El Papa negó repetidamente, por escrito y por teléfono, tener conocimiento del trabajo de Margona o haberlo aprobado.
En un momento del proceso judicial, se supo que Becciu había grabado en secreto una llamada telefónica con Francisco, intentando que el Papa confirmara su participación en el proyecto Marogna y absolviera a Becciu de toda culpabilidad legal.
En la llamada telefónica de julio de 2021, se podía escuchar a Becciu intentando sin éxito que Francisco aceptara que había aprobado los tratos del cardenal con Margona. También se podía escuchar a Becciu afirmando que todo el asunto era un secreto de estado y no podía revelarse a nadie, a pesar de que había hecho que su sobrina escuchara y grabara la llamada sin el conocimiento de Francisco, lo que en sí mismo, técnicamente, es un delito.
Poco después de su elección en 2013, Francisco promulgó una modificación de la legislación de la Ciudad del Vaticano a raíz del escándalo de los Vatileaks, que involucraba al ex mayordomo papal de Benedicto XVI. La nueva ley castigaba con hasta ocho años de prisión la divulgación de “información y documentos relativos a los intereses fundamentales o a las relaciones diplomáticas de la Santa Sede o del Estado”.
Los mensajes de texto presentados por la fiscalía también muestran que Becciu seguía autorizando pagos a Margona mucho después de dejar su puesto en la Secretaría de Estado.
Cuando se le preguntó sobre el incidente en la entrevista, Becciu respondió que, después de que la grabación fue presentada en el tribunal, “inmediatamente fue al Papa Francisco para explicar y disculparse” y le dijo que fue un acto “desesperado”.
La grabación fue descubierta por la policía financiera italiana en un teléfono móvil perteneciente a la sobrina de Becciu, que fue confiscado durante una serie de búsquedas realizadas a petición del Vaticano en la isla natal del cardenal, Cerdeña, en relación con la supuesta malversación de fondos a su familia allí.
“Nunca ha entrado un solo centavo en mis bolsillos”, afirmó Becciu al periódico.
Durante la investigación penal sobre las acciones de Becciu, Monseñor Perlasca dijo a los fiscales que en una ocasión le ordenaron preparar un sobre con casi 15,000 euros en efectivo para el pago del cardenal, pero que no sabía para quién estaba destinado el dinero, solo que Becciu le dijo que el pago había sido aprobado personalmente por el Papa Francisco.
Perlasca también afirmó que Becciu lo reprendió por no destruir la evidencia de los pagos a Marogna.
Cuando altos funcionarios de la policía del Vaticano le preguntaron en 2020 sobre el dinero, Becciu se ofreció a devolver todos los fondos (alrededor de medio millón de euros) desde su cuenta bancaria personal.
Becciu insistió ante el tribunal en que los pagos separados de cientos de miles de euros de fondos de la Iglesia a la cuenta bancaria de su hermano eran para caridad, pero tanto los fiscales del Vaticano como los italianos disputan cuán caritativos eran los propósitos de los hermanos Becciu.
La policía financiera italiana identificó recibos de entrega falsos de casi 20 toneladas de pan, que supuestamente fueron entregados a parroquias por Spes -la organización benéfica administrada por el hermano de Becciu- para su distribución entre los pobres.
Los fiscales del Vaticano dijeron al tribunal que sus homólogos italianos habían encontrado los recibos falsificados entre casi 1,000 páginas de documentos que examinaron.
Cuando se presentó la documentación de las supuestas entregas, nadie pudo reconocer las firmas en los documentos, dijeron los fiscales, y la policía financiera italiana concluyó que las facturas se crearon apenas unas semanas antes de los registros policiales y se fabricaron para cubrir supuestas entregas que datan de 2018, para las que no existen otros registros.
Tanto el hermano del cardenal Becciu, Antonio, como el director local de Cáritas, el padre Mario Curzu, se enfrentan a procesos judiciales por parte de las autoridades italianas en Cerdeña.
En la entrevista, Becciu también afirmó que tenía poco conocimiento o participación en asuntos financieros durante su tiempo como sosituto en la Secretaría de Estado.
“De todas formas, yo no me ocupaba de inversiones”, dijo al periódico. “Como sustituto, tenía mucho más en qué pensar. En la Secretaría de Estado había una oficina especial que se ocupaba de este asunto y yo me limitaba a seguir sus instrucciones”.
“Además”, dijo Becciu, “la oficina me presentó la inversión que incluía también el edificio de Londres como el más ventajoso para la Santa Sede. ¿Dónde estuvo el crimen? ¿Obtuve un beneficio personal? ¡Ninguno!”.
Los testigos en el juicio, así como los coacusados de Becciu, han testificado repetidamente que éste estaba íntimamente involucrado en los asuntos financieros de la secretaría.
Según Raffaele Mincione, el gestor de inversiones que finalmente vendió a la secretaría el edificio de Londres, su relación con el Vaticano comenzó cuando fue contratado para gestionar una inversión de más de 200 millones de euros en un proyecto de prospección petrolífera en Angola, un proyecto que Becciu respaldó personalmente.
“Perlasca me dijo que el cardenal Becciu fue nuncio apostólico en Angola durante siete, tal vez ocho años, y este tipo en Angola, Antonio Mosquito [en cuyo proyecto se invertirían los 200 millones de dólares] era un buen tipo católico”, dijo anteriormente Mincione a The Pillar.
“Me explicaron que entre ambos tenían un profundo conocimiento del lugar, del país”.
El origen del dinero para la inversión llegó en forma de líneas de crédito tomadas con activos de la Iglesia depositados en Credit Suisse y BSI y fue ocultado ilegalmente en los libros de contabilidad departamentales del Vaticano, como se informó por primera vez en 2019, aunque inicialmente Becciu lo negó.
En un proceso judicial en curso entre la Secretaría de Estado y Mincione ante el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales, los abogados del departamento del Vaticano describieron a Becciu como alguien “que no debe ser considerado un testigo de la verdad”.
A pesar de haber sido legalmente repudiado por su antiguo departamento y de enfrentarse a más de cinco años de prisión si su apelación no tiene éxito, Becciu afirmó el domingo que todavía goza de un apoyo considerable en el Colegio Cardenalicio.
“Pasé de la fase del ‘leproso aislado’ a la fase en la que, durante el proceso, empezamos a entender que las acusaciones eran todas incoherentes”, afirmó el cardenal, diciendo que había “recibido un crescendo de certificados de solidaridad” de sus hermanos cardenales.
“En el consistorio tuve una cordial bienvenida”, dijo Becciu, refiriéndose a una reunión del colegio en 2022 a la que el Papa Francisco lo invitó a asistir, a pesar de su juicio en curso y la suspensión de sus derechos como cardenal , aunque Becciu agregó que “le hubiera gustado una defensa en voz alta” de sus pares cardenales.
En una carta a todos los cardenales a principios de este año, tras su condena en diciembre, Becciu afirmó que se ausentaba de las liturgias de Semana Santa en el Vaticano para evitar convertirse en una distracción mediática.
En una carta marcada como “confidencial” enviada al Decano del Colegio Cardenalicio pero copiada a un sitio web de un tabloide italiano, Becciu dijo que “no querría oscurecer con [su presencia] el esplendor de ustedes, cardenales, manchado por una sentencia pesada e injusta”.
También culpó a una “insistente picota mediática de dimensiones planetarias” por su condena.
En su entrevista del 30 de junio, Becciu dijo que no sabía cuándo concluirían sus audiencias de apelación, pero expresó su esperanza de que el asunto se resolviera antes de la apertura del Año Jubilar en el Vaticano en 2025: “De lo contrario, temo que causaría un daño enorme a la Iglesia y al Jubileo mismo”.
Cuando se le preguntó si tenía la intención de solicitar el perdón papal en caso de que se confirmara su condena y fuera enviado a prisión, el cardenal dudó.
“Sinceramente, no pienso en la amnistía ni en pedir gracia”, dijo Becciu. “Espero que el Tribunal de Apelaciones reconozca mi inocencia. ¿Sabes que todavía no puedo entender de qué me acusaron y de qué me condenaron?”
Fuente: ThePillarCatholic.com
Ofreció reembolsar al Vaticano los pagos para “espiar”
El cardenal Angelo Becciu se ha ofrecido a reembolsar personalmente a la Santa Sede los fondos pagados a Cecelia Marogna, según ha podido saber el tribunal de la Ciudad del Vaticano.
En el testimonio del cardenal y de un alto oficial de la policía del Vaticano, los jueces del extenso juicio por delitos financieros del Vaticano escucharon que Becciu hizo la oferta después de que se le informó que Interpol había detectado pagos a Margona, el autoproclamado consultor de seguridad internacional y espía privado, que habían sido autorizados por el cardenal.
Según Stefano De Santis, un alto oficial del cuerpo de gendarmes de la Ciudad del Vaticano, él y el jefe de la policía del Vaticano, Gianluca Broccoletti, visitaron a Becciu en sus apartamentos del Vaticano a principios de octubre de 2020, a petición del cardenal, para informarle sobre sus hallazgos sobre Marogna.
De Santis dijo al tribunal que él y Broccoletti informaron al cardenal que Interpol había detectado una serie de pagos por un total de unos 575,000 euros a la empresa de Marogna registrada en Eslovenia, que se habían gastado principalmente en artículos de lujo y hoteles.
Según el investigador policial, Becciu se ofreció a devolver los fondos desde su cuenta personal en el IOR, un banco del Vaticano, y pidió mantener el asunto en secreto porque causaría “graves daños” al cardenal y a su familia.
Marogna, acusada de malversación de fondos durante el actual juicio en el Vaticano, no se ha presentado ante el tribunal y luchó con éxito contra la extradición al Vaticano en 2021. Afirma que trabajó para la Secretaría de Estado en casos diplomáticos delicados, como los de clérigos y religiosos secuestrados, al tiempo que se jacta de trabajar como una especie de espía personal de Becciu, reuniendo expedientes de información sobre las fallas morales privadas de otros altos funcionarios de la Iglesia.
Becciu ha dicho que los pagos a Marogna tenían como objetivo ayudar a asegurar la liberación de la hermana Gloria Cecilia Narváez Argoti, una religiosa colombiana secuestrada en 2017 por militantes yihadistas en Mali y liberada el año pasado. El cardenal dijo anteriormente al tribunal que el Papa Francisco aprobó personalmente los pagos a Marogna bajo estricto secreto de Estado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y los servicios de inteligencia italianos se han atribuido el mérito de la libertad de Narváez y han rechazado anteriormente las afirmaciones de que Marogna era un agente conjunto de los gobiernos del Vaticano e Italia.
Después del testimonio de De Santis ante el tribunal el miércoles, Becciu ofreció una declaración espontánea al tribunal diciendo que, si bien altos oficiales de policía del Vaticano habían ido a su apartamento el 3 de octubre de 2020, él no les había pedido que lo hicieran.
También admitió que se ofreció a devolver el dinero enviado a Marogna y pidió que el asunto permaneciera confidencial, pero, dijo, esto no fue por preocupación por él o su familia, sino por el Papa Francisco, quien había aprobado las operaciones con Marogna.
Becciu dijo al tribunal que, aunque había estado dispuesto a asumir la responsabilidad personal por cualquier malversación de fondos por parte de Marogna, la policía le había dicho que él y el Vaticano fueron víctimas de una “estafa” del consultor.
La reunión entre Becciu y la policía del Vaticano en su apartamento tuvo lugar una semana después de que el cardenal fuera despedido de sus puestos curiales por el Papa Francisco y obligado a renunciar a sus derechos como cardenal, después de que el Papa recibió un informe preliminar de los fiscales sobre su investigación sobre Becciu.
En julio de 2021, Becciu fue acusado formalmente de abuso de poder, malversación de fondos, conspiración y soborno a testigos.
En audiencias anteriores, ha intentado explicar su relación con Marogna, así como su papel en los complicados asuntos financieros de la Secretaría de Estado.
El cardenal, que sirvió como sustituto en la Secretaría de Estado de 2012 a 2018, había dicho anteriormente que el Papa Francisco había aprobado “cada paso de la operación” con Marogna e insistió en el secreto total.
La operación, según Becciu, contaba con un presupuesto de hasta un millón de euros que se pagaría a través de Marogna a una consultora con sede en Reino Unido, The Inkerman Group, que ofrece “protección”, “análisis de riesgos” y “servicios de inteligencia” a clientes privados.
Pero los registros financieros muestran que los cientos de miles de euros que Becciu le pagó a Marogna se gastaron en artículos de moda de diseñadores, bienes de lujo y hoteles de alta categoría en todo el mundo.
En una entrevista de 2020 con el periódico italiano Domani, Marogna dijo que su trabajo para la secretaría había implicado el uso de corredores con sede en Londres, y agregó que las sumas de dinero que le pagaron (entre 500,000 y 600,000 euros) eran “pocas monedas”.
“También puedo decirles que Becciu y yo no éramos los únicos que dirigíamos ciertos negocios”, dijo en ese momento.
Según el testimonio previo de Monseñor Alberto Perlasca, ex funcionario de la Secretaría de Estado y testigo estrella de la acusación en el actual proceso, Becciu continuó autorizando pagos de la secretaría a Marogna incluso después de dejar el departamento en junio de 2018.
Perlasca dijo a los investigadores del Vaticano que Becciu le ordenó preparar grandes sumas de dinero en efectivo para él y transferir dinero a la cuenta bancaria de Marogna, pero el cardenal no quiso discutir el propósito de los pagos y el propio Perlasca no conocía la identidad de Marogna hasta que los fiscales se la revelaron durante su investigación.
Perlasca también dijo que Becciu “estaba extremadamente preocupado” al enterarse de que Perlasca había discutido los pagos con los investigadores y “se enojó mucho conmigo”.
“Me preguntó: ‘¿Por qué no eliminaste los traslados [de los registros de la secretaría]?’ Le dije: ‘¿Por qué debería haberlos eliminado si fueron ordenados por Su Santidad?’”.
En otra ocasión, Perlasca contó que le preguntó a Becciu para qué era el dinero y que éste le respondió “que los 500,000 que dimos eran más bien un ‘aporte’, porque el pedido [de Marogna] era mucho mayor, eran millones… eran millones, eran tres o cuatro millones, algo así”.
“Le dije [a Becciu] ‘Mira, pero ¿por cuánto tiempo y para qué le dimos ese dinero?’ ‘¡Eeeeeeh! Podemos hablar de eso en cuatro o cinco años’, me dijo”.
El mes pasado, tras ser invitado por el Papa Francisco a asistir al consistorio del colegio cardenalicio en Roma, Becciu declaró públicamente que el Papa lo rehabilitaría y le devolvería sus derechos y privilegios como cardenal en un futuro próximo. Hasta la fecha, el Papa aún no lo ha hecho.
Becciu y Marogna son dos de los diez acusados en el histórico proceso por delitos financieros que se está llevando a cabo en la Ciudad del Vaticano. El proceso es el resultado de una investigación de dos años de los fiscales sobre los asuntos financieros de la Secretaría de Estado.
La investigación se desencadenó a raíz de una denuncia de la dirección del IOR, que presionó a su secretaría para que aprobara un préstamo de 150 millones de euros para financiar la compra de un proyecto inmobiliario en Londres.
Fuente: ThePillarCatholic.com