Embestida caviar contra Dina Boluarte

[Visto: 459 veces]

Por Aaron Salomón- Diario EXPRESO.
Los miserables caviares, quienes perdieron el poder que tenían tras la caída del golpista exmandatario Pedro Castillo, han emprendido una recia campaña de desprestigio para tumbarse a la presidenta constitucional Dina Boluarte, al denunciar que ella habría recibido aportes para su campaña electoral. Analicemos aquí si es que la acusación de los zurdos de cafetín tiene asidero.
Como por arte de magia, apareció en medios zurdos la docente Maritza Sánchez, amiguísima de Castillo, y develó que el “empresario” Henry Shimabukuro había inyectado hasta 800 mil soles a la campaña de Dina. Luego, Shimabukuro confirmó en los mismos medios adictos a la publicidad estatal que había patrocinado a la actual mandataria, de quien dijo que no ponía un centavo ni para comprar un marciano.
Los opositores del régimen castillista -y no esos que ahora dicen que siempre estuvieron del lado correcto de la historia- sabemos que Dina Boluarte no es ninguna santa: abrió una cuenta bancaria donde recolectó dinero para pagar la defensa legal y reparación civil del corrupto dueño del partido comunista Perú Libre, Vladimir Cerrón.
También conocemos que, mientras ocupaba el cargo de ministra de Inclusión Social y Desarrollo, ejerció influencias para que el Club Departamental Apurímac obtenga ciertos permisos para operar. Este cuestionable hecho pudo ocasionar su inhabilitación, pero la izquierda la blindó en el Congreso. Vaya paradoja que quienes antes salvaron a Boluarte hoy la quieren vacar por un quítame allá esas pajas.
Lo factual en el caso de Henry Shimabukuro es, sin embargo, que este personaje no es ningún “empresario”, como quiere adornar la prensa caviar, sino que fue asesor de Pedro Castillo. Así, el rédito que alcanzó Shimabukuro por ser el presunto mecenas de PL fue un cargo en la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini), el cual le fue otorgado por Castillo.
Además, es inexacto referirse a la campaña electoral de Dina Boluarte, pues ella era parte de una fórmula presidencial, liderada por el ignorante inquilino del penal de Barbadillo. Es decir, el principal beneficiado de los aportes de Shimabukuro habría sido Castillo.
No hay que ser muy perspicaz para advertir que Maritza Sánchez y Henry Shimabukuro son operadores de Castillo, cuyo único objetivo es propiciar, al alimón con los caviares, la caída de Boluarte. Si sucediera esto, la izquierda se vería beneficiada en un anticipo de comicios en medio de un clima convulsionado, y, de llegar -nuevamente- al poder un representante de este pensamiento rancio, el chotano saldría de la cárcel en un dos por tres.
Dina, por su parte, acabaría enjaulada, tal como ha sucedido con la expresidenta boliviana Jeanine Áñez.

Puntuación: 5 / Votos: 12

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *