Por Mariella Balbi- Diario EXPRESO.
Embarrado en la corrupción, incluso antes de asumir su mandato, la gestión Pedro Castillo Terrones tiene cada vez menos aprobación. Por la prensa independiente hemos ido conociendo cada pillería de este régimen. El asunto va in crescendo. Ya hay tres colaboradores eficaces que sindican a Castillo como el cabecilla de una organización criminal que le ha robado al país millones de soles, repartidos entre la banda. Mientras el gobernante siga en el cargo, el desfalco al Estado continua.
La Fiscalía lo sindica como el jefe de la mafia, variando su condición de testigo a investigado. También la comisión de Fiscalización del Congreso. Castillo se va ahogando en el desagüe construido por él. Los audios escuchados indican claramente que entró al poder, al igual que su gabinete, para levantar en peso al país. Con tres meses en el cargo -afirma un colaborador eficaz- los ministros ya están ‘forrados’ y pueden darse por bien servidos.
Las encuestas le dan un 20% de aprobación, cifra vergonzosa para un mandatario que aún no cumple un año en el poder. La gente del campo, desinformada de la corrupción de Castillo le da su respaldo, principalmente en el sur. Una región donde se encuentra el corredor minero con mayor inversión, el mismo que es hostilizado por una ultraizquierda comandada por Vladimir Cerrón, el ‘Puka’ Bellido y muy probablemente el Sendero del Vraem.
Los ministros están abocados a sostener a Castillo, no velan por los ciudadanos. El titular de Cultura es una mezcla de abogado con hincha y le interesa un bledo el país pluricultural que tenemos. El del Interior afirma que confía plenamente en el gobernante, confirmando lo que sabemos por los hechos, los altos mandos de la Policía blindan al gobernante. Ni Juan Silva, ni Bruno Pacheco, ni el sobrino de Castillo, ni los cómplices de Cerrón, serán capturados. Junto con el ministro de Defensa han aprobado entregar armas a los comités de autodefensa.
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE), acusado de fraude electoral, engríe al partido de Castillo-Cerrón y le amplía la inscripción ya cerrada, favoreciendo la participación de muchas listas de Perú Libre que sin el regalazo del JNE estarían fuera de las próximas elecciones. Un año atrás el APRA y el PPC no pudieron candidatear porque el JNE decretó verticalmente que el plazo había vencido.
El Poder Judicial está demostrando su inclinación hacia Castillo. Una abogada del partido de Verónika Mendoza interpuso un amparo para detener la elección por el Congreso del Defensor del Pueblo. A la ultra no le gusta el candidato. Un juez de Abancay, arremete contra los cambios hechos por la comisión de Constitución del Congreso. Una decisión judicial le devolvió a Cerron S/850,000 por concepto de reparación civil. Señales de alarma que indican cómo paulatinamente el PJ encubre la corrupción, politizándose.
El Congreso es el bastón de este régimen. Con congresistas vendidos al poder por sabe dios qué prebendas, hacen difícil vacar a Castillo, blindándolo. La bancada de Alianza para el Progreso, se abstuvo en la votación del informe sobre irregularidades en las pasadas elecciones. Una vergüenza. Varios ‘apepistas’ eran caseros del despacho del exministro del MTC, Juan Silva.
La ciudadanía repudia a Castillo ampliamente. Los poderes fácticos mencionados y cierta prensa buscan salvarlo. De no creerlo. Sin embargo su precariedad aumenta.
Fernando Tuesta le cobra al Jurado Electoral de Salas Arenas
Mientras Femando Tuesta Soldevilla, el jefe de los notables a quien el lagarto Vizcarra le encargó la “reforma política”, sigue opinando en favor del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), donde manda Jorge Salas Arenas, el reformólogo no deja de cobrar en forma puntual precisamente en dicha dependencia pública.
Y es que en el Servicio de Asesoría Administrativa y Electoral de la alta dirección del JNE hay una orden de pago a favor de Tuesta por 13,500 soles, de fecha 4 de mayo. Provecho, jugador. ¿No es antiético salir a los medios a favor de Salas Arenas y recibir ese tipo de pagos?
Fuente: Diario EXPRESO.
Sorpresa sin presa
El presidente Castillo ha ofrecido para 28 de julio un malabar de pasmo que probablemente ni él conoce.
Por Mario Ghibellini– Diario El Comercio.
Algún asesor de ínfulas militares debe de haber palabreado esta semana al presidente Pedro Castillo acerca de las virtudes del ‘factor sorpresa’. El anuncio que lanzó el martes desde Yauyos sobre el contenido del mensaje que le tocará pronunciar el 28 de julio lo sugería; y la caminata que emprendió ayer desde Palacio de Gobierno hasta la sede del Ministerio Público lo confirma.
Después de sus desvelos por desentenderse de la espinosa investigación en la que se lo involucra, muchos esperaban efectivamente que el jefe del Estado postergara una vez más el careo con la fiscalía modulando alguna excusa plañidera, y él en cambio marchó hacia el local de la avenida Abancay con paso decidido y dispensando saludos a simpatizantes más bien imaginarios. La relevancia y el apego a la verdad de lo que haya dicho durante la diligencia están por verse. Pero es indudable que el gesto al que nos referimos tuvo algo de eso que en la lucha política universitaria de antaño los dirigentes radicalizados solían denominar “una maniobra de las autoridades para confundir al estudiantado”.
–Velocidad de carguero–
Los fuegos artificiales de ayer, no obstante, se diluirán seguramente en el éter mañana mismo, cuando los programas domingueros revelen lo que el mandatario calló o fingió no recordar durante la cita en el Ministerio Público. A diferencia de ello, la insinuación de que su mensaje por fiestas patrias traerá “más de una sorpresa” promete tenernos en vilo por más de un mes.
A lo largo de estos últimos días, se ha traído a la memoria colectiva la afición que mostraron algunos viejos presidentes y dictadores por sacudir al país con el anuncio de medidas confiscadoras y de atropello a las libertades con ocasión del aniversario patrio. El intento de estatización de la banca de Alan García en 1987 y la entrada a saco de Juan Velasco Alvarado y sus inolvidables secuaces en los medios independientes en 1974 son quizás los ejemplos más llamativos, pero no los únicos. De cualquier forma, con esas evocaciones en mente, el que menos ha tenido recientemente pesadillas en las que el profesor Castillo proclama la irrupción de la morralla que lo rodea en algún ámbito de la actividad privada, en medio de frases reñidas con la rección gramatical y rebosantes de alusiones al pueblo.
Otros, en cambio, piensan que la sorpresa va a venir por el lado de una apertura hacia la derecha o hacia la incorporación de cuadros competentes y sin historia policial en la administración pública. Una fantasía alimentada por los indicios de un nuevo distanciamiento entre Cerrón y el mandatario, así como por la velocidad, no digamos de crucero pero sí de carguero, que parecerían haber alcanzado las censuras a los ministros en el Congreso. A esos impenitentes cultores del optimismo, sin embargo, habría que recordarles las elucubraciones a las que sucumbieron allá por los días en que Monseñor Barreto y Max Hernández visitaron Palacio… y la amarga realidad a la que tuvieron que amanecer luego, cuando el premier Aníbal Torres salió a derramar lisura y repartir dicterios.
No hay que perder de vista, además, que al alejamiento de Cerrón le ha venido aparejado un persistente merodeo de Guillermo Bermejo por los predios del Ejecutivo. Y tampoco ignorar el hecho de que las bodas reales suelen ser alardes de boato a los que acuden quienes quieren exhibir su mudanza a las esferas más exclusivas del poder. El eventual cambio de la dependencia de uno por el estreno de una camaradería con el otro, en consecuencia, no tendría por qué representar mejora alguna en las ideas con las que el presidente gobierna el país ni en el ‘casting’ de los funcionarios del Estado.
–Feriado de coyote–
Dicho todo esto, debemos anotar que en esta pequeña columna no creemos que el mandatario haya mentido al declarar su voluntad de depararnos una pequeña sorpresa en 28 de julio. Cercado como está por la evidencia de su incompetencia y por los testimonios de colaboradores eficaces que lo colocan a la cabeza de una presunta organización criminal, necesita con urgencia improvisar un pase mágico que encandile a la opinión pública por unas semanas o meses más, y le permita seguir viviendo el presente. El cuento de los “consejos de ministros descentralizados” ya se agotó. Y el fracaso de su añagaza para ganar popularidad a costa de la Selección peruana al decretar feriado el día del partido en el que no clasificamos lo ha dejado chamuscado y contuso. Un poco, digamos, como el inmortal Wile E. Coyote cada vez que el correcaminos burla una de sus innumerables trampas para hacerlo caer en sus garras.
Así las cosas, recurrir al ‘factor sorpresa’ se le debe de antojar al profesor Castillo como un salvavidas al que tiene que aferrarse a cualquier precio antes de que la siguiente racha de olas furiosas lo revuelque sin remedio. El problema, sin embargo, es que no es lo mismo ser consciente de que se necesita ejecutar un malabar de pasmo que saber cómo hacerlo, o tener siquiera noción de aquello en lo que ese malabar podría consistir.
El presidente, en esa medida, se encamina al parecer a la presentación de una sorpresa sin presa. Y acaso sea mejor así.
DINA BOLUARTE: DOCUMENTOS DEMOSTRARÍAN QUE VICEPRESIDENTA PARTICIPÓ ACTIVAMENTE EN CLUB APURÍMAC
Según el Diario Perú21, Dina Boluarte habría vulnerado el artículo 126 de la Constitución al firmar documentos como presidenta del Club Departamental Apurímac mientras ejercía como ministra.
La situación de la vicepresidenta y también ministra, Dina Boluarte, se complica ya que documentos revelarían que Boluarte habría participado se manera activa en el Club Departamental Apurímac.
Según el diario Perú 21, la también ministra de Desarrollo e Inclusión Social habría vulnerado el artículo 126 de la Constitución Política al firmar documentos como presidenta del Club Departamental Apurímac mientras ejercía el cargo de ministra.
SITUACIÓN COMPLICADA
Para el abogado penalista, Luis Lamas Puccio, estos documentos complicarían la situación legal y Constitucional de la vicepresidenta Dina Boluarte.
“No sólo se habría tratado de una gestión administrativa, sino que denota un actitud de responsabilidad de gestión personal“, aseguró.
Fuente: Panamericana.pe